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HABIS 46 (2015) 239-261 - Universidad de Sevilla - ISSN
0210-7694 239
ADRIANO Y LA REGULACIN DE LOS MERCADOS CVICOS: UNA NUEVA LECTURA
DE IG II2 1103
Juan Manuel Corts CopeteUniversidad Pablo de Olavide
[email protected]
HADRIANS REGULATION OF THE CITIES MARKETS: A NEW READING FOR IG
II2 1103
RESUMEN: La carta del emperador Adriano reco-gida en IG II2 1103
se ha interpretado como el in-tento de frenar la subida de precios
del pescado en Atenas. Graindor propuso que la carta de Adriano
estaba relacionada con el alza del precio del pes-cado en Atenas
cuando la ciudad se llenaba de vi-sitantes para los Misterios
Eleusinos. Todos los estudiosos posteriores han seguido unnimemente
esta opinin. Sin embargo, Kirchner ya haba pro-puesto otra posible
interpretacin, aceptada nica-mente por Abbott y Johnson. Para
Kirchner, la carta habra sido un interesante ensayo imperial para
re-ducir el alto coste de la vida en Atenas por medio de la
supresin de intermediarios. En este artculo argumento en favor de
esta hiptesis, proponiendo una nueva lectura de la inscripcin. Esta
propuesta se fundamenta no slo en la estructura compositiva de las
cartas imperiales sino tambin en TAM IV 1.3, un decreto imperial
contra los intermediarios.PALABRAS CLAVE: Adriano, Atenas romana,
constituciones imperiales, mercados locales, intermediarios.
ABSTRACT: The imperial letter preserved in IG II2 1103 has been
interpreted as Hadri-ans attempt to control the high price of fish
at Athens. Graindor suggested that Hadrians epis-tle was concerned
with shortages of fish when the city was crowded with visitors to
the Eleusi-nian Mysteries. Subsequent scholars have una-nimously
followed this interpretation. However, Kirchner had conceived
another possible ex-planation for this letter, followed only by
Ab-bott and Johnson. In Kirchners view, the letter might be read as
an interesting attempt on the part of the Emperor to reduce the
high cost of living in Athens by suppressing the middle-men. In
this paper, I will support this hypo-thesis proposing a new reading
based not only on the general structure of imperial letters, but
also in TAM IV 1.3, an imperial decree against the
middlemen.KEYWORDS: Hadrian, Roman Athens, constitu-tions of
emperors, cities markets, middlemen.
RECIBIDO: 19.02.2015. ACEPTADO: 09.03.2015
* Este estudio se ha realizado dentro del proyecto
HAR2011-26381, Adriano, imgenes de un im-perio. Agradezco a los
profesores J. Remesal, E. Muiz y F. Lozano sus sugerencias. Ninguno
de ellos es responsable de los errores que mi trabajo pudiera
contener.
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JUAN MANUEL CORTS COPETE
En 1909 A. Wilhelm public, reunidos, dos fragmentos de una misma
ins-cripcin ateniense que ya haban sido editados por separado1.
Hallados en pobla-ciones distintas, los fragmentos haban sido dados
a conocer en diversas revistas sin que se hubiese establecido
conexin entre ellos. La parte ms extensa de la inscripcin, el
fragmento izquierdo, fue encontrada en la ciudad de Atenas y
pu-blicada por Curtius en 18702. Trece aos despus Latischew editaba
un pequeo epgrafe hallado entre los muros de la iglesia de
Stayroudce en la isla de Tinos, la antigua Tenos3. Dudaba entonces
el editor de si se trataba realmente de una carta dirigida a los
habitantes de la isla. Wilhelm, atento a las semejanzas en la
tipologa de las letras, estableci que ambos fragmentos formaban
parte de un mismo documento ateniense. Adems, concluy que, por la
misma razn, deba fecharse en tiempos del emperador Adriano. Las
similitudes con otros dos ep-grafes atenienses4, vinculados con el
emperador, as le invitaban a pensarlo. La ubicacin en el reinado de
Adriano la confirm gracias al nombre del Epimeleta de la ciudad que
apareca al final del texto. Otro epgrafe ateniense atestigua que
este Julio Herodiano, como as se llamaba, junto a un cierto Julio
Herodes, levan-taron una estatua a Adriano Olimpio5. Este es un
epteto que el emperador asu-mi en Grecia a partir del ao 128/9 d.
C6.
Y aunque el comienzo del texto, con el encabezamiento, est
perdido, lo que impide establecer la dimensin total del mismo, la
reunin de ambos epgrafes permiti la lectura completa de sus ltimas
ocho lneas. Quedaron por encima de ellas todava otra seis, cuyos
finales no se conservan y siguen presentando incer-tidumbres en las
propuestas de restitucin.
Entendi Wilhelm que la carta de Adriano regulaba la venta de
pescado en Atenas y Eleusis, sobre cuyas dificultades de
abastecimiento Ateneo, en sus Deipnosofistas, aportaba alguna
noticia7. Por eso, adems de las restituciones de las letras
necesarias para establecer la conexin entre ambos fragmentos, cuya
oportunidad no puede discutirse, se atrevi a incluir algunas
sugerencias para completar los finales de las lneas tercera a
sexta. Puntu tambin el texto conser-vado, estableciendo la relacin
entre las distintas oraciones del epgrafe. Sus pro-puestas no han
conseguido la unanimidad de los estudiosos posteriores, aunque s
han marcado poderosamente todas las interpretaciones del
epgrafe.
1 A. Wilhelm, Inschirften aus Erythrai und Chios, JAI 12 (1909)
146-148.2 C. Curtius, Griechische inschriften. Mittheilungen aus
Athen und dem Piraeus, Philologus 29
(1870) 693.3 V. V. Latyschev, Inscriptions de Tnos, BCH 7 (1883)
250-251.4 IG II2 1099, IG II2 1100.5 IG II2 3316: | | |
| | .6 L. Perret, La titulature impriale dHadrien (Paris 1929)
30-33.7 Ath. 6.224c-228c.
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En la historia del documento sobresalen dos revisiones tan
profundas de las lecturas de Wilhelm que constituyen, de hecho,
nuevas ediciones. Quien ms se distanci de las propuestas del editor
inicial fue Kirchner cuando prepar la nueva edicin de las
Inscriptiones Graecae. Con el apoyo de Wilamowitz, y mo-vido por su
extrema prudencia, no slo rechaz la mayora de las conjeturas de
Wilhelm sino que tambin impugn su interpretacin sobre el sentido
general de la carta. Esta, segn el editor del corpus, tratara de la
regulacin de la venta de mercancas en Atenas y no del suministro de
pescado8. En 1934 Graindor volvi a estudiar el texto en su obra
dedicada a la Atenas de Adriano9. All se aline con, y profundiz en,
la interpretacin de Wilhelm, proponiendo nuevas restituciones para
esas lneas discutidas, con el fin de salvar las dificultades que
los alemanes haban planteado. De esta forma, el epgrafe pas a ser
una carta destinada a re-gular la venta de pescado en Eleusis con
la intencin de mejorar el abastecimiento del santuario,
especialmente durante sus fiestas. Graindor encontraba la causa de
aquella regulacin en el favor constante que el emperador haba
mostrado hacia el santuario durante todo su reinado.
Las posteriores reediciones de Pleket10, Martn11, Oliver12 y, en
tiempos ms recientes, de Lytle13 se alinearon, no sin algunas
variantes menores, con la tesis de Wilhelm que hace de la carta
imperial una regulacin de la venta de pescado y aceptaron, en mayor
o menor medida, las propuestas de Graindor. Slo Abbott y Johnson
recuperaron, en su estudio de la administracin local en el Imperio,
la idea de Kirchner y sostuvieron que la carta imperial abordaba el
problema de los intermediarios comerciales14. Por su parte, J. Day
tambin se inclin por conside-rar que con esta carta se intentaba
regular la actuacin de los intermediarios co-merciales15. No
obstante, el mal estado de las primeras lneas del texto, hizo que,
atendiendo a las opiniones de de Wilhelm y Graindor, dejara abierta
la puerta a que en el documento se regulara la venta de
pescado.
El estado fragmentario del texto y la profunda discrepancia
entre las dos in-terpretaciones posibles una medida contra los
especuladores o la regulacin de la venta de pescado aconsejan una
nueva revisin de la forma y del contenido
8 IG II2 1103. Se le asign el siguiente ttulo: Epistula Hadriani
imperatoris qua cavetur, ne mer-ces revendantur.
9 P. Graindor, Athnes sous Hadrien (El Cairo 1934) 127-129.10 H.
W. Pleket, Epigraphica 1: Texts on Economic History of the Greek
World (Leiden 1964) 16.11 F. Martn, La documentacin griega de la
cancillera del Emperador Adriano (Pamplona 1982)
82-85, n 14. (De ahora en adelante su catlogo se citar como
Martn n *).12 J. H. Oliver, Greek Constitutions of Early Roman
Emperors from Inscriptions and Papyri (Phila-
delphia 1989) 193-195, n 77. (De ahora en adelante su catlogo se
citar como Oliver n *).13 E. Lytle, Fishless mysteries or high
prices at Athens? Re-examining IG II 1103, MH 64 (2007)
100-111.14 F. F. Abbott, A. Ch. Johnson, Municipal
Administration in the Roman Empire (Princeton 1926)
413-4, n 93.15 J. Day, An Economic History of Athens under Roman
Domination (New York 1942) 192-3.
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de la carta imperial. El mejor punto de partida ser, sin duda,
la aceptacin de un texto en el que todas las versiones ofrecidas
coinciden, dejando para la discusin las diversas propuestas hechas
para completar algunos de los huecos de la piedra. Este texto mnimo
coincide, casi por completo, con la versin impresa en IG II2 1103,
que a continuacin se recoge con alguna variante menor. Ofrezco una
tra-duccin de las lneas finales (ll. 6-15), que pueden leerse sin
mayores problemas. Posteriormente, a modo de resea crtica, se
analizarn las diversas propuestas de reconstruccin hechas hasta
ahora para las lneas 1-7.
.... [ ------------ [..... c. 11.....] [ ....... c. 14 ......] [
] [...c.9..... ]5 [ ....c. 10.....] [ ...... c . 18 ............] [
] [] [ ] [] 10 [] [] . [] . uacat . uacat15 . [] .
... quiero que los [...] y quienes de nuevo lo venden pongan fin
a [.....] o haya una denuncia contra ellos ante el heraldo del
Consejo del Arepago. Este presentar el caso ante los areopagitas y
estos estimarn la pena que se debe sufrir o la multa que se debe
pagar. Que vendan toda la mercanca o los mismos que la han trado o
quienes primero la compraron de sus manos. Pues el hecho de que las
vuelvan a vender quienes fueron los terceros com-pradores de esas
mismas mercancas acrecienta los precios. Y tras copiar esta carta
en una lpida, colocadla en el Pireo, enfrente del Deigma. Salud.
Cuando era epimeleta de la ciudad Tito Julio Herodiano Colito.
LNEAS 1-4:
La primera frase que puede leerse completa (ll. 3-4) gracias a
las propuestas de Wilhelm, no parece ofrecer dudas. La necesidad de
completar con un genitivo plural la palabra [.., para que se
convierta en complemento de , fa-cilita el desarrollo del texto
perdido. Puesto que esta ltima palabra va en acu-sativo, puede
pensarse que se trata de una oracin completiva de infinitivo, que
inmediatamente se restituye (). El resto de la palabra con la que
empieza la cuarta lnea se completa, al final de la lnea anterior,
con el nombre de la sagrada
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localidad de Eleusis, que aparece tambin un poco antes. Y por
fin, como el l-timo verbo es una forma personal en modo subjuntivo,
, se requiere una conjuncin que establezca su subordinacin del
infinitivo (). Qued, por lo tanto, restituido as el texto, que ha
sido aceptado por todos los editores posteriores.
No obstante, dos cuestiones importantes, y posiblemente
relacionadas entre s, quedaron abiertas con esta propuesta de
lectura, aunque han pasado desaper-cibidas: la relacin de esta
oracin con el texto que le precede, en un triste estado de
conservacin, y la determinacin del verbo principal del que depende
el infi-nitivo . Aunque el mal estado de la piedra impide dar una
contestacin se-gura a la primera cuestin, la aparicin reiterada de
la partcula (l. 2: ; l. 3: ) invitara a pensar que exista otra
clusula ante-rior con un , hoy perdida.
A partir de Wilhelm, a la segunda cuestin se ha dado una
respuesta un-nime, aunque nunca explcita: el infinitivo estara
subordinado a un verbo voli-tivo que tendra como sujeto al
emperador Adriano. Todas las interpretaciones del texto consideran
que el emperador quiso u orden que los pescadores de Eleu-sis
estuvieran exentos del pago del impuesto sobre los pescados cuando
los ven-dieran en el mercado de aquella localidad sagrada. El texto
debera interpretarse, de acuerdo con estas premisas, de la
siguiente forma:
] [ ] ... ()
[quiero] que los pescadores de Eleusis estn exentos del impuesto
sobre los pescados cuando lo vendan en el mercado de Eleusis
Pero, si se mantiene la disposicin sintctica que Wilhelm crey
reconocer, y que ha sido aceptada por todos, este verbo principal
nunca podra ser el que aparece en la lnea 7 y del que, en realidad,
siempre se ha hecho depender el infinitivo: el punto alto de la
lnea 5 lo impide.
Esta pequea incongruencia es de gran importancia para la
correcta com-prensin del texto pues obliga, en primer lugar, a
revisar la puntuacin propuesta por Wilhelm, y, en segundo lugar, a
buscar un nuevo verbo principal para la frase que habla de la
inmunidad de los pescadores eleusinos, puesto que no podra ser ya
el imperial.
LNEAS 4-5:
Ms complicada es la restitucin de la frase siguiente, a caballo
entre el final de la cuarta y comienzos de la quinta lnea. Wilhelm,
lleno de dudas, intent
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completarlas as (ofrezco una posible traduccin castellana,
aunque l no dio una traduccin alemana de su propuesta):
[? ? ]
[... que los pescadores eleusinos estn exentos del impuesto
sobre los pes-cados cuando lo vendan en el mercado de Eleusis] para
que se mantenga abundante en pescados, pero no en otro lugar, para
que las ganancias fis-cales relacionadas con las importaciones se
acrecienten.
La frase quedaba organizada como dos oraciones finales ( ms
subjuntivo), dependientes del infinitivo de la oracin anterior. Se
pretenda aportar as una clarificacin de los objetivos de esa
concesin de inmunidad fiscal a favor de los pescadores eleusinos.
es un adjetivo que significa abundante en pesca-do16 y que puede
ser tanto masculino como femenino, sin que se entienda bien a qu
realidad podra vincularse este trmino. Debera ser abundante en
pescados el gora, Eleusis, o quizs Atenas? La ausencia de un sujeto
claro para esta ora-cin apunta, evidentemente, a que la propuesta
de restitucin est mal formulada.
Pero la mayor dificultad para aceptar la restitucin de Wilhelm
est en el sen-tido contradictorio o, al menos paradjico, de su
propuesta, que haca que la pre-tensin de aclarar los objetivos de
la exencin fiscal se viera frustrada. Las dos oraciones finales que
pens, y que comenzaban ambas por , tienen en realidad significados
opuestos, ya que, aunque la concesin de inmunidad fiscal puede
fa-vorecer la abundancia de productos en el mercado, nunca provocar
un aumento de los ingresos fiscales. Y mucho menos podra hacerlo a
travs de la importacin ( 17), o llegada a puerto, de esos mismos
productos exentos de tributa-cin, pescados en este caso.
Gramaticalmente se da otra incongruencia aadida, puesto que no
puede establecerse una vinculacin entre y , que aparecen
simplemente yuxtapuestos.
Es evidente que al excelente helenista y epigrafista que fue
Wilhelm ninguna de estas dificultades se le escapaba. Para
remediarlas en parte, propuso la introduc-cin, entre ambas
oraciones finales, de una restriccin geogrfica ( , pero no en otro
lugar): la exencin de impuestos slo se aplicara en Eleusis y no en
otros lugares del tica. Pero con ello slo consigui hacer ms
evidentes las de-bilidades de su propuesta, que se fundamentaba en
disposiciones contradictorias.
Kirchner, siguiendo el consejo de Wilamowitz, rechaz la
restitucin de Wil-helm por antigramatical. No se atrevi a ofrecer
una alternativa clara, aunque s
16 LSD s. u. : abounding in , esp. fish.17 como impuesto sobre
los bienes importados y no como los bienes importados propia-
mente dichos: E. Lytle, Fishless mysteries or high prices at
Athens? Re-examining IG II 1103, MH 64 (2007) 102-3.
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salv el valor final de la ltima frase con una construccin ms
propia de la len-gua griega ( ms subjuntivo). Por otra parte, la
introduccin de la preposicin resolva la ubicacin sintctica de , que
ahora claramente se con-vierte en complemento de , enclavado entre
el artculo y el nombre:
[.c.6.. ]
... para que los ingresos por medio del impuesto sobre la
importacin de bienes se acrecienten.
Graindor en su obra de 1934 se aline claramente con la
interpretacin de Wilhelm e hizo una propuesta de restitucin que
consegua superar todas las di-ficultades gramaticales y semnticas
ya reseadas. Sus nuevas propuestas fue-ron las siguientes:
Al igual que Wilhelm, entendi que se trata de dos oraciones
finales depen-dientes del de la frase anterior, con quien se
vinculan a travs de un nico . Elimin as el propuesto por Kirchner,
lo que tambin liber algo de espacio para su nueva propuesta
restitucin. Las dos oraciones fina-les se unen entre s a travs de
la correlacin - , que permitira marcar una cierta oposicin en sus
sentidos.
Para poder establecer la correlacin - , dej de leer las ltimas
cinco le-tras visibles de la lnea 4 como una sola palabra, , tal y
como Wilhelm y Kirchner haban interpretado, y la descompuso en dos
.
El subjuntivo , que no lo consider copulativo, necesitaba un
sujeto, para lo que ofreci el trmino , abundancia.
El texto qued as (de nuevo acompaado por su traduccin):
[ ]
... para que haya abundancia (de mercancas) mientras que los
ingresos por medio del impuesto sobre la importacin de bienes se
acrecientan.
Sin duda, la restitucin propuesta por Graindor es un gran
acierto, tanto desde el punto de vista gramatical como de
interpretacin histrica. No slo se solucionan todas las dificultades
sintcticas anteriores, sino que el hallazgo del trmino encaja a la
perfeccin con el sentido general del texto18. As lo
18 Es interesante notar la existencia en algunos lugares, por
ejemplo en Alejandra (IGUR II 1060), del eutheniarcha, del
magistrado encargado de la abundancia.
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entendi de alguna forma Pleket, como tambin claramente Oliver y
Lytle, quie-nes mantuvieron esta lectura sin discusin alguna.
La nica dificultad para aceptar limpiamente esta propuesta es
que acenta el sentido contradictorio de ambas clusulas finales
puesto que, y a diferencia de la propuesta de Wilhelm, se elimina
cualquier posibilidad de aplicacin en luga-res diferentes.
Evidentemente, la exencin de impuestos puede provocar que los
mercados estn mejor abastecidos pero no pueden causar, a la vez, el
aumento de los ingresos fiscales.
LNEAS 5-7:
[ ....c. 10.....] [ ...... c . 18 ............]
Desde la laguna final de la lnea quinta es evidente que nos
encontramos con la oracin en la que se recoge la orden explcita del
emperador, expresada a travs del verbo () y su oracin completiva de
infinitivo ([). Esta es una forma directa y comn de las
disposiciones del emperador. Adriano, en sus cartas a diversas
ciudades, con cierta frecuencia emple tanto como para dar rdenes
precisas19. Pero aunque se pueda reconocer con claridad la sintaxis
y el estilo imperial, los problemas que genera la destruccin de la
es-tela al final de esas dos lneas no son fciles de resolver.
Es evidente que al final de la lnea 5 debe restituirse un
acusativo plural que va coordinado con y que acta como sujeto del
infinitivo de per-fecto de la voz media, [, que a su vez exige un
suplemento en genitivo. Si la estructura sintctica aclara las
exigencias morfolgicas, la dificultad estriba en identificar los
dos sustantivos perdidos.
Wilhelm, manteniendo su hiptesis de que la carta imperial
regulaba la venta de pescado en Eleusis y apoyndose en las noticias
que Ateneo proporciona sobre los abusos de los pescaderos y los
altos precios de aquella mercanca, propuso sendos trminos con
distintos grados de certidumbre:
[ ] [ ?]
Quiero que los pescaderos y quienes de nuevo vuelvan a vender el
pes-cado cesen en sus vergonzosas ganancias.
19 Algunos ejemplos: Martn n 17, 18, 46, 49, que se corresponden
con Oliver n 56, 75, 86, 122.
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Empezar por la propuesta de la lnea 6, ms incierta pero ms
difcil de re-emplazar por alguna alternativa. Si el sentido general
del texto en las lneas que restan refleja el deseo del emperador de
reducir el nmero de intermediarios para contener el abuso en los
precios de venta al pblico, el trmino , ganancia vergonzosa, encaja
a la perfeccin20. La dificultad para aceptarlo, claro es, est en su
carcter puramente literario. A lo que puedo conocer, de acep-tarse
su lectura en este epgrafe estaramos ante la nica aparicin de esta
pala-bra en un texto epigrfico. En cambio, es una palabra frecuente
en los autores de los siglos V y IV a. C., y se mantuvo viva en
poca imperial. No slo aparece en aquellos autores gustosos de
recuperar el estilo clasicista de otras pocas sino incluso en otros
textos, evanglicos, que reflejan un registro lingstico menos
culto21. Sin duda han sido estas razones las que llevaron a Wilhelm
a considerarlo como una propuesta dudosa y tambin a la mayora de
los editores posteriores a conservarlo mostrando, siempre, el
carcter hipottico de la solucin. En cual-quier caso, y a la espera
de una mejor propuesta, parece sensato seguir aceptn-dolo con
cierta prudencia.
Si Wilhelm pareca estar convencido de la correcta interpretacin
del sen-tido de aquella frase pero dudoso sobre la palabra justa,
se mostr absoluta-mente seguro de la restitucin que deba hacerse a
final de la lnea 5: [ ], los pescaderos. Es Ateneo quien informa
detalladamente de la actitud avariciosa, mezquina y, en ocasiones,
tramposa de los pescaderos atenien-ses, deseosos de obtener el
mximo beneficio de sus mercancas22. La restitucin es concorde con
la pretensin de Wilhelm de que la carta imperial estaba desti-nada
a regular la venta de pescado.
El problema de esta interpretacin restrictiva es que no se
compadece, salvo forzando de nuevo la sintaxis y la semntica, con
lo que se afirma algunas lneas ms adelante, donde ya no existe
ninguna incertidumbre sobre el texto conser-vado. El emperador
continuaba ordenando:
[] []
Que vendan toda la mercanca o los mismos que la han trado o
quienes primero la compraron de sus manos.
Debe observarse algunos detalles que invitan a pensar que el
emperador no se estaba refiriendo en exclusiva a los pescadores y
los pescaderos de Atenas. En primer lugar el complemento directo de
[] es acusativo plural neutro (). Es evidente que no concuerda con
el gnero de (masculino)
20 El trmino aparece en: Ath. 6.60; 7.10, 11.17.21 La palabra se
usa en Demstenes, los cmicos ticos, Plutarco y textos evanglicos.22
Ath. 6.224c-228c.
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haciendo imposible que se est refiriendo exclusivamente a la
venta de pescado. Adems, ms arriba en la carta se ha hecho mencin a
los pescadores como ] , usando el verbo especfico, mientras que
ahora, para referirse a quienes llevan la mercanca a puerto utiliza
un trmino genrico ( ). La conclusin parece evidente: ni el sujeto
ni el complemento de la orden imperial son exclusivamente los
pescadores o el pescado, sino que ambos conceptos estn englobados
en categoras ms amplias y de sentido genrico.
La explicacin que a continuacin introduce el emperador aclara
definitiva-mente que su propsito era regular la venta de cualquier
mercanca y no slo de pescado:
[] .
Pues el hecho de que lo vuelvan a vender quienes fueron los
terceros compradores de las mismas mercancas acrecienta los
precios.
es el trmino que se utiliza, en plural, para referirse a los
productos a la venta en los mercados y especficamente para los
productos alimenticios23. Un ejemplo coetneo de la carta imperial
ayudar, creo, a aclarar su valor gene-ral. Plutarco recordaba
algunas de las sentencias de Jerjes, ejemplo de soberbia. Segn el
polgrafo, el rey persa hablaba as de Atenas24:
.
Deca que no comera los higos ticos como mercancas importadas
sino cuando se apoderase de la tierra que los produca.
Los ejemplos podran multiplicarse pero ser suficiente con
destacar dos as-pectos de este texto: los higos ticos como parte de
las mercancas en venta y la relacin entre la importacin () y las
mercancas ( ).
Aunque nunca lo dijera, es posible que estos argumentos, u otros
parecidos, estuvieran en la mente de Kirchner cuando rechaz ambas
conjeturas de Wil-helm, as como tambin en la de Graindor cuando
hizo una nueva propuesta para completar la lnea 5. Apoyndose en el
texto de la lnea 6, Graindor dobl el tr-mino que constituye el
sujeto de la oracin completiva, que sale as expresiva-mente
reforzada:
23 LSD s. u. : goods for sale, market-wares.24 Plut. 173C.
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ADRIANO Y LA REGULACIN DE LOS MERCADOS CVICOS: UNA NUEVA...
[ ] [ ?]
Quiero que los vendedores y quienes de nuevo vuelvan a vender (
?) cesen en sus vergonzosas ganancias.
Las ventajas de esta restitucin son muchas. Se eliminan con ella
las incon-gruencias que, como se ha visto, exista entre la
propuesta de Wilhelm y las si-guientes lneas de la inscripcin,
aunque presenta la debilidad de la reiteracin. No obstante,
Graindor no fue capaz de extraer las conclusiones a las que le deba
haber llevado su propuesta de restitucin del texto del epgrafe.
Este, as ledo, no se refiere, evidentemente, al problema de la
venta de pescado en Atenas sino al encarecimiento artificial de las
mercancas como consecuencia de una extensa red de intermediarios.
Muy al contrario, Graindor, en la explicacin que desarro-lla en las
dos pginas siguientes a su nueva lectura, no slo refuerza el lazo
entre la venta de pescado, Eleusis y el epgrafe, sino que propone
una nueva explica-cin para esta triple conexin: facilitar el
abastecimiento de la villa sagrada du-rante la celebracin de las
fiestas de Demter y Cor25.
Una pequea dificultad debe sealarse en la propuesta de Graindor:
el es-pacio epigrfico. Como ya indic Kirchner, el espacio
disponible al final de la quinta lnea debe rondar los diez
caracteres, una vez que se ha restituido el art-culo y la partcula
. En cambio el trmino propuesto por Graindor, , slo alcanza los
ocho caracteres, quedando algo ms breve de lo que podra es-perarse.
Por lo tanto, aunque gramaticalmente es aceptable y el trmino no
entra en contradiccin con lo que a continuacin se sigue diciendo en
la carta impe-rial, la restitucin de Graindor no debera asumirse
como definitiva; y ms si se tiene en cuenta el relativo
inconveniente que supone la reiteracin del trmino en la misma
frase.
Una propuesta alternativa podra resolver estas dificultades
favoreciendo la interpretacin del texto. Como se ha visto, en las
lneas 10 y 11 el emperador esta-blece tres protagonistas del
proceso de importacin de bienes: el comprador final, no citado
explcitamente; los importadores, , y los comerciantes mi-noristas,
que compran a estos y venden al consumidor final, []. Estos ltimos
podran identificarse con aquellos que aparecen ci-tados en la lnea
7 como , es decir, los que compran las mercancas a los mayoristas
para venderlas al por menor. Por lo tanto, po-dramos concluir que
el trmino perdido en la lnea 6 es, precisamente, [
25 P. Graindor, Athnes sous Hadrien (El Cairo 1934) 129: Le
ravitaillement dune bourgade, de pue dimportance, en temps
ordinaire, devenait malais lorsque les Mystres faisaient dAthnes,
au dire de Philostrate, la ville la plus peuple du monde grec.
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, los importadores. No slo se mejora as la coherencia entre las
di-versas partes del texto sino que nos acercaramos ms al nmero de
caracteres necesarios para cubrir el campo epigrfico. Adems se
elimina la dificultad de la repeticin de las palabras. Quedaran as
estas lneas:
[ ] [ ?]
Quiero que los importadores y quienes de nuevo vuelvan a vender
(las mercancas) cesen en sus vergonzosas ganancias.
Las dificultades que, a pesar de los esfuerzos de clarificacin,
sigue ofre-ciendo la lectura de la carta imperial, aconsejan
intentar un acercamiento desde una perspectiva diferente. Antes de
sugerir nuevas propuestas de restitucin de las lneas daadas, me
gustara ofrecer un acercamiento global al texto. Es cierto que la
prdida material nos impide conocer el contenido de las lneas que
faltan pero, para nuestra fortuna, el corpus epistolar de Adriano
es lo suficientemente importante como para, tras haber analizado la
estructura discursiva de sus cartas, ofrecer una propuesta nueva de
interpretacin de IG II2 1103.
La cancillera de Adriano y la estructrua de las cartas
Como se ha visto, los esfuerzos por desvelar el sentido de la
carta imperial han dado buenos resultados parciales y han
contribuido a la mejor comprensin del texto. No obstante, todos han
chocado con lo que parece un obstculo in-franqueable, la
contradiccin que supone conjugar dos acciones aparentemente
opuestas: la exencin fiscal para los pescadores eleusinos y la
mejora de las finan-zas pblicas. Creo que la razn de la
persistencia de esta dificultad radica en el mtodo utilizado para
aproximarse a la inscripcin. Todos los editores han inten-tado
encontrar un modo en el que las frases supervivientes de la carta
tuvieran un cierto encaje entre s. De esta forma han convertido al
de la lnea 7 en el verbo principal del que habra de depender todo
el texto anterior. El resultado es la incongruencia. Deseo intentar
un acercamiento distinto.
La voluntad de gobierno de Adriano no slo se manifest en una
inusitada ac-tividad poltica durante sus veinte aos de reinado,
sino que se expres a travs un amplio testimonio escrito. La
coleccin de cartas y otros documentos emiti-dos por la cancillera
imperial supera con creces la de cualquier otro emperador. Los
epgrafes griegos repartidos por toda la cuenca oriental del
Mediterrneo descubren a un emperador incansable, capaz de atender
multitud de asuntos di-versos en relacin con muchas ciudades y
asociaciones religiosas, culturales y ar-tsticas griegas. Esta
multitud de cartas permite reconocer rasgos singulares de la
personalidad del emperador y de su forma de gobierno; pero tambin
permite
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ADRIANO Y LA REGULACIN DE LOS MERCADOS CVICOS: UNA NUEVA...
comprender los mtodos de decisin poltica y las tareas de la
administracin que soporta dicha decisin26. Se puede comprobar que
las cartas imperiales se adap-taban no slo al asunto y al
destinatario, sino a un mtodo de relacin entre el poder imperial y
los agentes locales. Este mtodo las dota de unas estructuras y
frmulas preestablecidas para la expresin de esa relacin. Por eso, y
ante un ep-grafe fragmentario que recoge una carta imperial
mutilada, se hace imprescin-dible un acercamiento desde las formas
regulares de expresin de las decisiones del gobierno.
Las cartas de Adriano ofrecen, de manera sistemtica, una
estructura tri-partita27: inscriptio, texto y, por ltimo,
disposiciones finales y salutacin. En la inscriptio se incluan
tanto el nombre del emperador con la frmula imperial (fi-liacin,
magistraturas y ttulos), as como el saludo al destinatario. De
todas las cartas de Adriano vinculadas con Atenas, slo en dos de
las dirigidas a la ciudad se ha conservado la inscriptio28. Ambas
cartas ofrecen una peculiaridad que las separa de la manera en la
que se construye el destinatario en las cartas dirigidas a las
otras poleis. En el caso de Atenas, el genitivo plural con el que
se designa a la ciudad aparece despus de la mencin de las
magistraturas, del consejo y del pue-blo. En el caso de las otras
poleis, el nombre de la ciudad precede a la mencin de las
instituciones. Y as, tomando el ejemplo de IG II2 1102, nica con la
inscriptio intacta, y tras eliminar el nmero de la potestad
tribunicia y dejar en suspenso la mencin al ttulo de Padre de la
Patria, recibido en el ao 128, podramos supo-ner que la carta
debera comenzar as:
* , ?
Por fortuna nuestro epgrafe ha conservado la disposicin relativa
a la publi-cacin y la frmula de salutacin, 29. Fue precisamente la
identificacin del fragmento del Tinos como parte de este documento
ateniense el que ofreci la seguridad de que se trataba de una carta
del emperador Adriano y no de otra suerte de documento
administrativo, emanado del propio emperador o de alguna otra
autoridad romana.
Entre la inscriptio y la salutacin final se encierra el cuerpo
del texto de la carta, en la que se contienen las decisiones de
gobierno. La relacin entre los
26 P. J. Alexander, Letters and Speeches of the Emperor Hadrian,
HSCPh 49 (1938) 141-177. W. Williams, Individuality in the Imperial
Constitutions: Hadrian and the Antonines, JRS 66 (1976) 67-83.
27 F. Martn, La documentacin griega, 309-322.28 IG II2 1101 y
1102.29 El valor de esta salutacin como criterio de identificacin
de la autora de Adriano: J. H. Oliver,
Greek Constitutions, 149.
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sbditos y el emperador se haca realidad a travs de un mecanismo
de peticin y respuesta. Como argument F. Millar, esta frmula de
relacin constitua el n-cleo de la accin de gobierno del emperador
hacia los provinciales30. El empe-rador, as, no se presenta como un
poder fundamentalmente programtico sino reactivo. Su intervencin en
la vida de las ciudades no dependa tanto de su vo-luntad e idea del
Imperio como de la capacidad de los provinciales de hacer que se
aceptaran sus perspectivas y peticiones. Aunque el principio
enunciado por Millar pudiera someterse a discusin31, lo cierto es
que las cartas conservadas del emperador Adriano reflejan, en buena
medida, esta forma de ejercer el gobierno.
Un grupo significativo de las cartas de la cancillera imperial
conserva una estructura que es reflejo directo y fiel de una
relacin de peticin y respuesta. En el texto de la carta imperial
pueden distinguirse, generalmente, dos grandes secciones, el
prembulo y la disposicin32. Cada una de estas secciones puede
subdividirse, dependiendo de la complejidad del asunto abordado.
Dentro del prembulo pueden encontrase hasta tres subsecciones
distintas, dispuestas no siempre en el mismo orden. En primer
lugar, es comn que el emperador d cuenta de los motivos concretos
de su escrito. All se incluyen unas lneas en las que el emperador
asegura haber sido informado de la peticin, del problema o del
honor que se le quiere plantear u otorgar. Es frecuente, en esta
primera parte, que el emperador d a conocer el origen de su
informacin (el envo de una carta, la recepcin de un decreto, el
encuentro con unos embajadores) y que a continua-cin indique
explcitamente que conoce el problema. En una de sus primeras
car-tas ya se reconoce la estructura con claridad33:
[ ] [] | [] [ ] | [] [ ] | [ ] [ ] | [ ] [ ]|[ -----
Tanto por vuestro embajador Petronio Heraconte como por vuestro
decreto he llegado a conocer cmo os complacisteis cuando yo recib
en herencia el imperio paterno; aprobando vuestra determinacin
verdade-ramente os confirmo la libertad...
30 F. Millar, The Emperor in the Roman World (London 1992)
203-272. Un estudio sobre este meca-nismo de gobierno: T. Hauken,
Petition and Response: An Epigraphic Study of Petitions to Roman
Em-perors (Bergen 1998) 181-249.
31 Son especialmente significativas las aportaciones crticas de
J. Bleicken, Zum Regierungsstil des rmischen Kaisers: Eine Antwort
auf Fergus Millar (Wiesbaden 1982) y K. Hopkins, Rules of
Evi-dence, JRS 68 (1978) 178-186.
32 F. Martn, La documentacin griega, 336-356.33 Martn n 2 =
Oliver n 64.
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Cuando el asunto abordado es extremadamente complejo o
importante, esta exposicin de los motivos concretos puede
desarrollarse hasta constituir una sec-cin propia dentro del
prembulo34: la narratio. Entonces el emperador alarga la exposicin
de los detalles que conoce sobre la cuestin informando, en
ocasio-nes, de la historia misma del problema. (s, he sido
informado) es un verbo comn para dar comienzo al relato
pormenorizado de la cuestin, al que siguen una o varias oraciones
completivas de infinitivo. En una de las car-tas dirigidas a
Cirene, Adriano afirma35: ..., he sido informado de que vuestro
gimnasio.... En este otro ejemplo, que proviene de Afrodisias,
Adriano utiliza el participio para indicar que conoce el
asunto36:
| | | | | | | .
Habiendo recibido vuestra peticin por medio de vuestra embajada
sobre el uso del hierro y el impuesto de los clavos, y aunque se
trata de una cuestin discutida puesto que no es la primer vez que
los recaudado-res han intentado cobrarlo de vosotros, sin embargo,
visto que la ciudad en los dems aspectos es digna de reconocimiento
y ha sido apartada de la forma de la provincia, la libero del
pago.
La exposicin de las razones concretas de la decisin imperial
puede ir acom-paada de la explicacin de ciertos principios
generales, que sirven de fundamento de la decisin37. Estos pueden
ser tanto ticos como religiosos, polticos, e incluso
interpretaciones jurdicas. Un buen ejemplo de esta serie de
principios lo ofrece la carta en la que el emperador otorga a los
jvenes de Atenas un nuevo gimnasio. Antes de anunciar su nueva
evergesa Adriano escribi38: Sabed que utilizo cual-quier motivo
para beneficiaros tanto pblicamente a la ciudad como en privado a
al-gunos ciudadanos de Atenas. Su proclamado amor a la ciudad era
el fundamento de todos los beneficios concedidos. En los ltimos aos
de su reinado quiso mos-trar su amor por feso y, aunque el estado
deteriorado de la piedra nos impide saber
34 En este punto me distancio ligeramente de la explicacin que
ofreci F. Martn. Este sostena que la narratio constituye una
tercera seccin, distinta del prembulo y de la disposicin. A mi modo
de ver, no es sino un desarrollo de la enunciacin de los motivos
concretos.
35 Oliver n 122.36 J. Reynolds, Aphrodisias and Rome (London
1982) 115-118. Oliver n 69.37 La implicacin personal de Adriano en
sus cartas oficiales es un aspecto que ya seal J. M.
Andr, Hadrien littrateur et protecteur des lettres ANRW II 34.1
(1993) 597-8.38 IG II2 1102 (Martn n 45 = Oliver n 85):
| .
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cmo favoreci a la ciudad, s podemos conocer las razones de la
accin imperial39: Tanto por la piedad que le tengo a vuestro dios
como con la intencin de honraros, puesto que es mi costumbre
mostrar mi benevolencia a las ciudades afamadas con los
convenientes favores.... El mejor ejemplo de invocacin de
principios polticos y jurdicos se encuentra en la fragmentaria
inscripcin espartana en la que se re-gula el procedimiento de
apelacin. El emperador comienza diciendo40:
| | |
No creo que sea correcto privar a las vctimas de una injusticia
del auxilio de la apelacin ni que este se convierta tampoco en un
instru-mento para los falsos acusadores de tal manera que ni los
asuntos pbli-cos ni los privados se desarrollen conforme a las
leyes.
A este prembulo, con la exposicin de los motivos de carcter
general y de aquellos otros concretos, ampliados, o no, bajo la
forma de narratio, que fun-damentan la decisin imperial, siguen las
disposiciones imperiales. Martn dis-tingue dos formas de expresar
la disposicin: por medio de verbos en primera persona o por medio
de imperativos41. Los verbos que Adriano utiliza para ex-presarse
personalmente son varios: confirmo, doy, otorgo, concedo, , ordeno
y, por ltimo, , quiero, em-pleado con la intencin de indicar los
deseos del emperador que han de cum-plirse42. Las formas
imperativas son ms frecuentes, sin duda, por su carcter preceptivo
y conminatorio. En aquellas cartas que se tratan diversos asuntos o
abordan temas complicados pueden combinarse ambas formas43.
La estructura de IG II 1103
Un solucin a la incongruencia que provoca la actual
interpretacin de la carta ateniense se puede encontrar procediendo
al anlisis estructural de su cuerpo central. En este debera figurar
no slo las disposiones imperiales concre-tas sino tambin su
justificacin, bajo la forma de prembulo y narratio.
39 Martn n 52 = Oliver n 87: [] [ ] | [] [ ] []| [] [ ] []|[] [
].
40 Martn n 13 = Oliver n 91. J. H. Oliver, Hadrians Reform of
the Appeal Procedure in Greece, Hesperia 39 (1970) 332-336. Una
nueva interpretacin: J. Fournier, Sparte et la justice romaine sous
le Haut-Empire. propos de IG V 1, 21, REG 118 (2005), 117-137.
41 F. Martn, La documentacin griega, 349-356.42 Un ejemplo del
uso de cada verbo: Martn n 3 = Oliver n 62. Martn n 22 = Oliver 79.
Martn
n 9 = Oliver 89. Martn n 18 = Oliver n 75; en esta carta
aparecen los dos ltimos verbos.43 Un ejemplo de la complejidad de
algunas cartas y del empleo de muchas de las frmulas enun-
ciadas: FD 3.4 n 302 = Martn n 18 = Oliver n 75.
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ADRIANO Y LA REGULACIN DE LOS MERCADOS CVICOS: UNA NUEVA...
La importancia de las medidas adoptadas en el cuerpo de la
disposicin nos autoriza a pensar en una carta imperial compleja,
que incluyese un desarrollo ex-tenso de su parte justificativa.
Como en tantas otras ocasiones es probable que Adriano hubiese
asegurado conocer el problema planteado gracias a la recep-cin de
una carta de la ciudad. Los tres asuntos que parece que se citan en
las cuatro primeras lneas del texto conservado (uno relacionado con
las medidas, [, imposible de reconstruir, otro con la diobela y,
por ltimo, la inmu-nidad de los pescadores eleusinos) se entenderan
mejor si se consideraran parte de la narratio que el emperador hace
de las cuestiones planteadas.
Gramaticalmente esta propuesta significara que las primeras
lneas del epgrafe no estaran vinculadas, como supuestas oraciones
completivas, con el verbo de la sptima lnea. En realidad, y como ya
se seal ms arriba, no existe ena relacin sintctica entre estas
diversas partes del texto, puesto que el punto alto de la lnea 5,
que marc Wilhelm, lo impide. No obstante, esto no ha sido obstculo
para que, de una manera ligera, se sobreentediera esa relacin.
Habra que suponer, as pues, algn verbo (?, ?) o locucin inicial (?)
con la que Adriano dejara constancia de que conoce el objeto de la
reclamacin ateniense. Y as, el infinitivo que se restituye en la
lnea 3, , pasara a ser una de las oraciones completivas
dependientes de ese verbo, perdido, que el emperador utilizaba para
dar cuenta del proceso de recepcin de la peticin.
La clave que permite esta reinterpretacin gobal de la carta la
ofrecen las ora-ciones que, comenzando con un en la lnea 4, han
dificultado radicalmente la intelegencia de la decisin imperial.
Estas frases deberan ser consideradas, si-guiendo mi argumentacin,
como los principios generales, de carcter poltico, econmico y
fiscal, en este caso, en los que el emperador fundament su
deci-sin. Estas frases no pueden seguir siendo interpretadas como
la finalidad de una supuesta concesin de inmunidad fiscal a los
pescadores eleusinos. Es ah donde est el origen de la profunda
incongruencia que, como ya se ha visto, ofreca el texto a partir de
la edicin de Wilhelm. Para permitir esta nueva lectura slo ha-bra
que hacer un pequeo cambio en la puntuacin del texto que
generalmente se ha admitido. Este quedara as:
[---------] [...][.] [ ------------ [----------------] [------ ]
[ ] . [ ] , [ ] [ ?] [ ] []
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Tras haber conocido por vuestras cartas y por vuestro
embajador..., s? que la diobela... pero que para los pescadores de
Eleusis hay una exen-cin de los impuestos del pescado cuando lo
venden en el mercado de Eleusis. Para que haya abundancia y para
que, gracias a los productos que se importen, el beneficio para la
hacienda pblica (de Atenas) sea mayor, quiero que los importadores
y quienes de nuevo proceden a su venta pon-gan fin a sus
vergonzosas ganancias o haya una denuncia contra ellos ante el
heraldo del Consejo del Arepago....
La hiptesis que aqu ofrezco, que las muy deterioradas primeras
lneas del epgrafe conformaran parte de la narratio que el propio
emperador hizo del pro-blema que la ciudad de Atenas le plante y
que la oraciones que se introducen por el de la lnea quinta
contribuyen a expresar la finalidad de las decisiones que el
emperador va a anunciar, permite tambin entender mejor la variatio
que ofrecen las propias rdenes imperiales. Estas empiezan con el
verbo , la frmula menos imperativa de las usadas por Adriano en sus
cartas, con la intencin de ex-presar su deseo de poner fin a lo que
considera unas prcticas abusivas de impor-tadores y comerciantes.
Contina el emperador dando rdenes precisas sobre el nmero de
escalones que el proceso comercializador debera tener. Y para esto
utiliza ya el resolutivo imperativo ([]). Leda as la carta, en ella
podramos reconocer la maestra retrica que encierra un discurso que
se va in-tensificando paulatinamente hasta alcanzar la contundencia
final de la disposi-cin sobre su publicacin ().
La lucha contra los intermediarios y especuladores
Al deshacer, con la nueva propuesta de estructura de la carta,
los artificiales lazos creados entre las distintas partes del texto
conservado, mejoran las posibili-dades de comprender el objeto del
documento. El emperador habra recibido una peticin ateniense que
habra hecho referencia a algn problema vinculado con las medidas,
la diobela y la inmunidad fiscal de la que gozaban los pescadores
eleu-sinos cuando vendan su pescado en Eleusis. La decisin del
emperador no fue la extensin de estos privilegios a todas las
actividades de importacin de bienes en Atenas. Esa, quizs, podra
haber sido la peticin de las autoridades atenienses: que los
productos desembarcados en los distintos puertos de la polis no
pagaran impuestos, como ocurra con el pescado en Eleusis. Si esta
fue la propuesta ate-niense, el objetivo habra estado claro: la
reduccin de los precios de venta al p-blico, libres entonces de
imposicin fiscal. Es fcil comprender cul podra ser la autntica
intencin del gobierno ateniense: mantener el nivel de precios a
costa de sacrificar la hacienda pblica, cuando la transformacin de
la ciudad en el cen-tro de la vida poltica, religiosa y cultural de
la Hlade habra de provocar una mayor afluencia de visitantes que,
naturalmente, con su mayor demanda haran que los precios de mercado
subieran. De no tomarse alguna medida correctora, la
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ADRIANO Y LA REGULACIN DE LOS MERCADOS CVICOS: UNA NUEVA...
poblacin de Atenas se habra de convertir en la principal
perjudicada de la nueva funcin que el emperador le haba otorgado a
la ciudad en el Imperio.
Pero la respuesta de Adriano no fue la extensin de la inmunidad
fiscal sino la regulacin de las posibilidades de intermediacin
comercial. Adriano consider que los intermediarios, al comprar los
productos desembarcados en el puerto de la ciudad para venderlos de
nuevo a comerciantes minoristas, slo producan un aumento artificial
de los precios:
[] [] [] .
Que vendan toda la mercanca o los mismos que la han trado o
quienes primero la compraron de sus manos. Pues el hecho de que las
vuelvan a vender quienes fueron los terceros compradores de las
mismas mercan-cas acrecienta los precios.
Una medida como la prevista en la carta de Adriano, la
eliminacin de inter-mediarios comerciales con el objeto de
controlar las subidas de precios, no es una disposicin extraa en el
mundo de las ciudades griegas44. El ejemplo mejor co-nocido es el
reglamento dlico, del s. III a. C., por el que se impide la reventa
del carbn y la madera de importacin45. En razn de los mltiples
sacrificios que de-ban realizarse y de la concentracin de poblacin
con motivo de las fiestas, las autoridades dlicas prohibieron la
actividad de los intermediarios en el proceso de comercializacin de
estos dos productos esenciales. De esta forma, aunque se mantenan
los ingresos fiscales generados por el portorium, explcitamente
prote-gidos en el reglamento de la isla, se aseguraba a los
consumidores los precios ms bajos posibles. Y es interesante
resear, como ya hizo Ph. Gauthier, que en este caso los
consumidores de estos productos eran los mismos legisladores, es
decir, el pueblo de Delos. De la misma forma, el emperador Adriano
se habra alineado con los intereses del pueblo de Atenas, que deba
conocer por la peticin que le hicieron llegar sus autoridades.
La restriccin de la libertad de accin de los intermediarios que
el empe-rador orden para Atenas no parece haber sido un mandato
extraordinario. De Nicomedia proviene un importante texto
desgraciadamente mutilado46. Aunque
44 Sobre los procedimientos que utilizaron las ciudades griegas
para controlar los precios: L. Mi-geotte, Le contrle des prix dans
les cits grecques en J. Andreau, P. Briant, R. Descat (eds.),
co-nomie antique: Prix et formation des prix dans les conomies
antiques, (Sain-Bertrand-de-Commiges 1997) 33-53.
45 I. Dlos 509. Ph. Gauthier, Les ventes publiques de bois et de
charbon Delos, BCH 101 (1977) 203-208.
46 TAM IV I 3. Oliver n 94.
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ninguno de los editores del mismo se ha atrevido a establecer
con total certi-dumbre el autor del documento, todos han sealado al
emperador Adriano como el candidato ms probable47. La cercana en
las formas y el contenido invitan a pensarlo as. En este documento
se cita un edicto () que legislaba sobre diversos asuntos. Es
necesario recalcar que los edictos eran prescripciones de ca-rcter
general, que se dictaban por iniciativa del propio emperador y se
aplicaban en todo el Imperio48. Entre los asuntos tratados figura
el siguiente: [. La reconstruccin es de Drner49 y parece ser la
correcta, si se tiene en cuenta que la primera H del trmino estara
sustituyendo a la doble grafa EI, ms propia del lenguaje literario.
El significado del participio no es otro que el de los que suben el
precio de una cosa50. As se define en el lxico de Hesiquio51: ,
especulador: los que venden a mayor precio lo que han comprado. As,
este diatagma de Adriano deba de contener una orden contra los
especula-dores y por ello podra tratarse del fundamento legal
romano en el que se apoya la carta ateniense.
Las coincidencias entre la carta ateniense y el documento de
Nicomedia no se limitan a su afn por combatir a los especuladores.
Aunque las siguientes l-neas del texto bitinio estn muy
deterioradas, parece claro que en l se atribua la competencia para,
en primera instancia, juzgar estos asuntos a los consejos lo-cales.
As puede deducirse del hecho de que se admitiera la posibilidad de
que el Consejo hubiese sentenciado injustamente (l. 5): [---. En
Atenas Adriano atribuy al Heraldo del Consejo del Arepago la
responsabi-lidad y la competencia de abrir investigacin ante una
denuncia por estas prcti-cas comerciales abusivas. Era el pleno del
Arepago quien debera establecer la pena52 (ll. 8-10).
[ ] [] [ ]
(quiero) o que haya una denuncia contra ellos ante el heraldo
del Consejo del Arepago. Este presentar el caso ante los
areopagitas y estos estima-rn la pena que se debe sufrir o la multa
que se debe pagar.
47 J. H. Oliver, Greek Constitutions, 239-240, sin indicar
explcitamente que fuese un documento de Adriano, ubica su edicin
del edicto entre las cartas del emperador.
48 J.-P. Coriat, Le prince lgislateur (Roma 1997) 73-77.49 F. K.
Drner, Inschriften und Denkmler aus Bithynien (Berlin 1941) 52.50
LSD s. u. : raise the price of a thing.51 Hsch. s. u. Otros lxicos:
Poll. 7.14. Harp. 250.8 D. Phot. s. u. Lugares literarios en los
que se fun-
dan los lxicos: Pl.Com. fr. 18. Lys fr. 7.52 Las competencias
judiciales del Arepago sobre asuntos comerciales son anteriores al
Imperio
(IG II2 1013). D. J. Geagan, The Athenian Constitution after
Sulla. Hesperia Supp. 12 (Philadelphia 1967) 48-9 y 59-60 para las
responsabilidades del Heraldo del Arepago.
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ADRIANO Y LA REGULACIN DE LOS MERCADOS CVICOS: UNA NUEVA...
El edicto de Nicomedia estableca, adems la apelacin ante las
autoridades de la provincia: . Y aunque la carta ateniense nada
dice de esto, quizs porque el derecho de apelacin se contena en una
norma de carc-ter general, en la ley del aceite de Atenas, el
emperador tambin estableci el de-recho de apelacin ante el propio
emperador o ante el procnsul de la provincia53.
Si el texto de Nicomedia ofrece, efectivamente, el testimonio de
un edicto im-perial contrario a las prcticas de los intermediarios
comerciales, podramos apo-yarnos en l para intentar mejorar la
lectura de la carta ateniense. Al fin y al cabo, el edicto de
Nicomedia permite conocer el vocabulario que emple la cancillera
imperial para referirse a estos problemas. La propuesta que Wilhelm
hizo para re-construir el final de la lnea 7, el trmino , ganancia
vergonzosa, encaja a la perfeccin con el sentido de la carta
imperial y podra seguir mante-nindose a pesar de su inslita
condicin y su carcter puramente literario. Pero la conjetura de
Wilhelm podra ser sustituida por un trmino relacionado con el verbo
que, de hecho, s fue empleado por el emperador. Segn el lxico de
Hesiquio el sustantivo derivado de este verbo es y su significado,
, subida de precios54. Encajara a la perfeccin, por el nmero de
letras de la palabra, por el sentido y por su adecuacin
lexicogrfica, en la lnea 7, que quedara de la siguiente manera:
[ ] [ ]
Quiero que los importadores y quienes de nuevo vuelvan a vender
(las mercancas) cesen en su alza de precios.
Conclusin
La conclusin de este largo recorrido slo puede ser una nueva
versin del texto de la carta, integrando ya todas las propuestas de
nuevas lecturas. A un en-cabezamiento hipottico seguirn las lneas
conservadas de las cartas completa-das segn las conclusiones
parciales del presente estudio:
[ * ,
53 IG II2 1100, ll. 55-56: ... K. Harter-Uibopuu, Ha-drian and
the Athenian Oil Law, en R. Alston, O. van Nijf, Feeding the
Ancient Greek City (Leuven 2008) 137-139.
54 Hsch. s. u. .
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---- ?, ?] .... [ ------------ [..... c. 11.....] [ ....... c.
14 ......] [ ] . [ ] , [ ] [ ] [ ] [] [ ] [] [] [] . [] . uacat .
uacat . [] .
El emperador Csar Trajano Adriano Augusto, hijo del dios Trajano
Pr-tico, nieto del dios Nerva, Pontfice Mximo, en su * potestad
tribunicia, cnsul tres veces, Padre de la Patria (?), saluda al
Consejo del Arepago, al Consejo de los Quinientos, a los
magistrados de los Atenienses:]
[S?, he sido informado?] ...que la diobela... y que los
pescadores de Eleusis gozan de inmunidad fiscal cuando venden sus
pescados en el gora de Eleusis. Para que haya abundancia y para
que, gracias a los pro-ductos que se importen, el beneficio para la
hacienda pblica (de Atenas) sea mayor, quiero que los importadores
y quienes de nuevo vuelvan a ven-der (las mercancas) cesen en su
alza de precios o que se presente una de-nuncia contra ellos ante
el heraldo del Consejo del Arepago. Este llevar el caso ante los
areopagitas y estos estimarn la pena que se debe sufrir o la multa
que se debe pagar. Que vendan toda la mercanca o los mismos que lo
han trado o quienes primero lo compraron de sus manos. Pues el
hecho de que las vuelvan a vender quienes fueron los terceros
comprado-res de esas mismas mercancas acrecienta los precios. Y
tras copiar esta carta en una lpida, colocadla en el Pireo, en
frente del Deigma. Salud. Cuando era epimeleta de la ciudad Tito
Julio Herodiano Colito.
Adriano se muestra como un gobernante preocupado por los efectos
econ-micos perversos que la nueva funcin que otorgaba a Atenas en
el Imperio podra tener sobre la poblacin de la ciudad. Y as, para
frenar el encarecimiento de los precios, habra regulado el modo en
que su edicto contra los intermediarios deba aplicarse en Atenas.
Evit conceder o extender la inmunidad fiscal de la que se
beneficiaban los pescadores eleusinos porque, sin duda, habra
perjudicado a las finanzas de la ciudad. En cambio, prefiri evitar
la especulacin en los mercados.
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HABIS 46 (2015) 239-261 - Universidad de Sevilla - ISSN
0210-7694 261
ADRIANO Y LA REGULACIN DE LOS MERCADOS CVICOS: UNA NUEVA...
Una ltima consideracin al hilo de la reinterpretacin de la carta
imperial que planteo. Las rdenes que en ella se contienen implican
que el emperador es-taba interviniendo sobe el funcionamiento
general del mercado de importacin en Atenas y del sistema
impositivo de la ciudad. Ledo el epgrafe como una dis-posicin sobre
la venta de pescado en Eleusis resultaba difcil de explicar que el
emperador hubiese ordenado la publicacin de su carta en el Deigma
del Pireo. El Deigma eran las instalaciones comerciales del puerto
ateniense55. Estas servan de lonja para la compra de los productos
llegados a puerto y para el cobro de los impuestos que se derivaran
de tales operaciones. En cambio, entendida la carta como una
regulacin general de las prcticas mercantiles y fiscales, su lugar
de publicacin deba ser, evidentemente, el mercado de entradores,
aquel al que lle-gaban las mercancas descargadas de los barcos: el
Deigma del Pireo.
55 Szanto s. u. , RE 4 (1901) 2383-4.