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Edicin N 05. Junio - agosto de 2013
ACPhidrocarburos Una publicacin de la Asociacin Colombiana del
Petrleo
Revista ACP Hidrocarburos Edicin N 05. Jun
io a ago
sto de 20
13
La bendicin de los recursos naturales
Los maduros no quieren pensionarse
Ministro del Interior
La consulta previa es una herramienta de
construccin de la paz.
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SomoS un buen Socio
para el paS
Gracias al petrleo podemos imprimir
nuestras ideas
Los aceites que se extraen del petrleo sirven para controlar la
viscosidad
de las tintas, dando una mayor perdurabilidad a las ideas
Revista ACP HidrocarburosEdicin N 05. Junio - agosto de 2013
Presidente EjecutivoAlejandro Martnez Villegas
Consejo directivoMara Victoria Riao-EQUIN ENERGA LIMItEdAlfredo
Gruber-VEtRA EXPLORACIN Y PROdUCCIN COLOMBIACamilo durn-EXXONMOBIL
dE COLOMBIAMariano Ferrari-REPSOL EXPLORACIN COLOMBIASteve
Conner-CHEVRON PEtROLEUM COMPANYGermn Espinosa-CEPCOLSAEduardo
Rodrguez-SHELL COLOMBIALee di Stefano-PAREX RESOURCES
COLOMBIAAlejandro Fernndez-tECPEtROL S.A.scar trujillo-OLEOdUCtO
CENtRAL S.A.Jos Francisco Chalela-SECREtARIO
Direccin y edicinPatricia Pinzn Ardila
Comit editorialMarcela VacaIsmael ArenasJuan Carlos UcrsJos
Vicente ZapataLuis Augusto YepesJaime FryszLuis Fernando de
AnguloMiguel ngel HerreraMiguel ngel SantiagoAna Mara SarabiaMara
Juliana Ramrez Claudia AscencioMariana JimnezCarlos
RodrguezAlexandra HernndezMauricio ZuluagaCarolina Rojas Gmez
Asesor editorialJaime Frysz
RedaccinAsociacin Colombiana del Petrleo (ACP)Burson-Marsteller
Colombia
FotografaFernando ValderramaArchivo EcopetrolArchivo Occidental
de ColombiaArchivo PetromineralesFundacin AlcaravnFelipe Ariza
Ministerio del Interior Shutterstock
Correccin de estiloViviana Zuluaga
Diseo y produccin grficaVega y Jaramillo Comunicaciones
InfografaCarlos Velsquez
IlustracinEdwin Cruz
Los artculos, opiniones y declaraciones que contiene esta
re-vista son responsabilidad de sus autores o de quien las emite.
No representan necesariamente la posicin oficial de la Aso-ciacin
Colombiana del Petrleo (ACP) o de sus directivos.Para cualquier
reproduccin total o parcial de los artculos aqu contenidos debe
darse el correspondiente crdito a la revista ACP Hidrocarburos de
la Asociacin Colombiana del Petrleo (ACP).
ACP HIdROCARBUROS es una publicacin de la Asociacin Colombiana
del Petrleo Carrera 7 No. 73-47 piso 12. telfono 212 5758, Fax: 317
8626www.acp.com.coemail:
[email protected]@acp.com.coISSN 2256-3644distribucin
gratuita
Reconocimiento del consulado mexicano
En nombrE dEl Embajador dE mxico, FlorEncio Salazar adamE,
agradecemos el envo a esta representacin de la cuarta edicin de la
revista acP Hidrocarburos. la compilacin de la entrevista del
Presidente de colombia, juan manuel Santos caldern, y los anlisis
realizados en torno al sector de hidrocarburos, contribuyen al
conocimiento especfico del sector en colombia.
reitero a usted la seguridad de mi atenta consideracin y mi
reconocimiento por su colaboracin.
Lina PaoLa Urea,
Cnsul de Mxico
cartas
Con toda seguridad
Mayor General, rodoLfo PaLoMino LPez,
director de Seguridad Ciudadana Polica nacional de Colombia
En nombrE dEl EquiPo dE trabajo que conforma la direccin de
Seguridad ciudadana y el propio, me permito presentar al seor
Pre-sidente, un sentido saludo de agradecimiento por haber tenido a
bien hacerme llegar, un ejemplar de la cuarta edicin de la revista
acP Hidro-carburoS, donde presentan un anlisis pe-riodstico sobre
el perfil productor que colombia quiere alcanzar y temas que
permiten conocer y analizar la actualidad del sector de
hidrocarburos.
aprovecho la oportunidad para felicitarlo y de-searle renovados
xitos en la labor que a diario desempea.
al rEconocEr la imPortantE tarEa que hacen todos y cada uno de
los integrantes de esta revista, que ofrece excelentes enfoques
periodsticos y anlisis de actualidad del sector petrolero, as como
de la asociacin colombiana del Petrleo, permtame animarlos a
continuar trabajando de la manera tan profesional como lo vienen
haciendo.
Una revista con vuelo
General del aire TiTo SaL PiniLLa, Comandante de la fuerza area
de Colombia
con toda atEncin me permito presentarle un atento y cordial
saludo de agradecimiento por el gentil obsequio de la revista acP
Hidrocarburos, que recib en das pasados en mi despacho. aprovecho
la oportunidad para reiterarle mis sentimientos de la ms alta
consideracin, aprecio y espritu de servicio, los cuales le ruego
hacer extensivos a su equipo de trabajo y colaboradores.
almirante roberTo GarCa MrqUez, Comandante armada nacional de
Colombia
Saludo de la Armada Nacional de Colombia
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3ACP Hidrocarburos
CONTENIDO
REGIONES
La bendicin de los recursos naturales
Trabajar en asocio es nuestro oro
8
El desarrollo de un novedoso modelo de produccin agrcola les ha
permitido a
20 familias campesinas del Meta enviar semanalmente cerca de
cuatro mil pias gold a
los mercados de Bogot y Villavicencio.
50
EditorialLa renta petrolera: una bendicin para Colombia
opEracionEsLos maduros no se quieren pensionar pErsonaJELa
consulta previa es una herramienta de construccin de la paz.
Fernando Carrillo, ministro del Interior
poltica rEgulatoriaTodos del mismo lado
pErsonaJEUna regulacin que evolucione.John Deutch, profesor
emrito de MIT y asesor del gobierno de Barack Obama
EXpEriEncia intErnacionalColombia con la mejor receta de Amrica
Latina
impacto Econmico Los violentos cambiande estrategia
opEracionEsAprovechar Amrica Latina la revolucin?
rEgionEsTrabajo en asocio es nuestro oro
compromiso vErdERespirando tranquilos HEcHos Nueva identidad de
la ACP
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30
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42
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Cultivador de pia
IMPACTO ECONMICO
Aunque algunos ven sntomas de enfermedad holandesa en nuestra
economa, la causa no hay que buscarla en los efectos
del boom minero-energtico, sino en la forma de administrar los
recursos derivados de las rentas petroleras.
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4 Marzo a mayo de 2013
CIFRAS
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5ACP Hidrocarburos
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6 Junio a agosto de 2013
una bendicion para Colombia
En el pasado IX Congreso Internacional de Minera y Petrleo
(Cinmipetrol), el Presidente de la Repblica recalc el papel crucial
que
este sector desempea para el pre-sente y el futuro de Colombia.
Al decir que los aportes provenientes del sector minero-energtico
son cruciales en la transformacin que vive el pas para consolidar
su ca-pacidad productiva futura, el primer mandatario destac que el
sector re-presenta hoy la mejor oportunidad para acelerar el
desarrollo econ-mico y social.
Sin lugar a duda la industria pe-trolera es uno de los
jalonadores del crecimiento econmico que vie-ne registrando el pas
en medio de un panorama econmico mundial adverso. Precisamente el
ritmo vigoroso de la industria hoy le re-presenta a Colombia la
mitad de sus exportaciones, la tercera parte de la inversin
extranjera directa y la cuarta parte de los ingresos corrientes del
Gobierno Nacional. Adems, la renta que proviene de
las regalas, los impuestos y los dividendos de Ecopetrol son los
principales financiadores de los programas estatales para
garanti-zar un pas de oportunidades para los ciudadanos.
En algunos sectores de la socie-dad se expresan preocupaciones
por los efectos que la renta petro-lera pueda producir en la
economa de la nacin por la llegada masiva de dlares y el
crecimiento acele-rado del sector minero-energtico.
Colombia debe mirar a ambos la-dos para replicar las medidas que
hacen de los recursos naturales una bendicin, y para evitar
deci-siones que llevan a que estos recur-sos se vuelvan una
maldicin. Ya el pas ha dado pasos importantes para aprovechar la
renta petrolera. Adopt una regla fiscal para forta-lecer las
finanzas pblicas y garan-tizar la sostenibilidad de la deuda pblica
y la estabilidad macroeco-nmica. Replante el sistema de distribucin
de las regalas que permite mayor equidad, establecer unos fondos de
ahorro territorial
EDITORIAL
Alejandro Martnez VillegasPresidente Ejecutivo de la ACP
La renta petrolera:
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7ACP Hidrocarburos
Colombia debe mirar a ambos lados para replicar las medidas que
hacen de los recursos naturales una bendicin, y para evitar
decisiones que llevan a que estos recursos se vuelvan una
maldicin.
y fomentar la inversin en reas de prioridad nacional. Una de las
particularidades del nuevo esque-ma de distribucin de regalas es
que establece un porcentaje para financiar proyectos de ciencia,
tec-nologa e innovacin y as evitar la prdida de esfuerzo
creativo.
Estas medidas son necesarias y acertadas para que los recursos
del sector hidrocarburos sean un fac-tor de progreso para el pas.
Sern importantes las decisiones que se acojan para aprovechar los
encade-namientos hacia adelante y hacia atrs para crear ventajas
compara-tivas en actividades relacionadas, as como las medidas para
mejorar la calidad de la infraestructura, la educacin y estimular
la innova-cin, ya que van a tener efectos di-rectos en la
productividad del resto de la economa.
Mientras se toman esas decisio-nes, el pas debe mantener estable
la poltica sectorial, las condiciones fiscales y contractuales que
le han permitido a la industria tener el crecimiento vigoroso que
se viene registrando en los ltimos aos. El pas todava tiene el reto
de incre-mentar de 7 a 10 aos su relacin produccin/reservas, razn
por la cual hay que continuar con la din-mica de exploracin y
perforacin de pozos, as como avanzar en la reglamentacin para
desarrollar los no convencionales de manera razo-nable como se ha
hecho en Estados Unidos y en promover la explora-cin costa
afuera.
Este es un debate valioso para Colombia. Por eso, esta edicin de
la revista ACP Hidrocarburos se
ocupa de revisar y analizar estos temas. El artculo central
analiza en qu consis-te la enfermedad holandesa, y llama la atencin
sobre la importancia de apro-vechar los recursos de la renta
petrolera para garantizar el desarrollo econmico y social. Existe
un gran nmero de ex-periencias exitosas de pases que logra-ron
transformar la renta de los recursos energticos en desarrollo.
Tales son los casos de Canad, Australia, Brasil, Chile, Suecia,
Noruega, Finlandia y otros ms que aprovecharon la extraccin de
recur-sos naturales para financiar su desarro-llo, fortalecer
instituciones y dar saltos cuantitativos y cualitativos en capital
humano e innovacin. En ltimas lo que explica estos resultados
exitosos son las polticas de ahorro y mejor inversin, as como la
calidad de las instituciones fis-cales que aseguran el buen uso de
estas rentas. Tambin estn los casos de fra-caso de pases que no
lograron convertir las rentas en prosperidad, precisamente por la
ausencia de polticas econmicas anticclicas y la incapacidad de
generar ahorros a largo plazo para mitigar la so-breevaluacin
cambiaria.
Tambin presentamos un artculo que evala la situacin de los
campos existentes, que son los principales pro-ductores de crudo
con que cuenta la nacin. En esta ocasin, contamos con la entrevista
que nos concedi el seor ministro del Interior, Fernando Carrillo,
con quien se tuvo la oportunidad de conversar sobre las consultas
previas de los proyectos petroleros.
Estos son algunos de los temas inclui-dos en la presente Revista
ACP Hidrocar-buros. Finalmente, quiero agradecer la generosa
colaboracin de Len Teicher en esta edicin de la revista, con una
acertada columna de opinin.
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8 Junio a agosto de 2013
Bolsa de Valores de Colombia
Impacto econmIco
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9ACP Hidrocarburos
La bendicin de los recursos
naturales
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10
vivi Holanda en los aos setenta, cuando tras los
descubri-mientos de hidrocarburos en el Mar del Norte se aumentaron
de sobremanera sus exportaciones primarias, hasta tal punto que el
pas fue inundado por divisas y se gener una profun-da revaluacin de
su moneda. Por ello los expertos calificaron de enfermedad lo que
ocurri en esa economa.
El sntoma que ms acerca a Colombia al diagnstico de la
enfermedad holandesa es la revaluacin del peso frente al dlar. En
los ltimos tres aos la tasa de cambio siempre ha finalizado por
debajo de los dos mil pesos, casi mil pesos menos que la co-tizacin
que el dlar lleg a tener en 2003. Ver grfico con tasas.
Este fenmeno se ha dado en paralelo con el aumento de las
exportaciones de hidrocarburos, especialmente petrleo y car-bn. En
los ltimos tres aos solo las exportaciones de petrleo y sus
derivados se triplicaron al pasar de US$ 10.267 millones en 2009 a
US$ 31.707 millones en 2012, segn el Dane.
Este incremento de las ventas externas sin duda ha con-tribuido
a la cada del dlar, como lo advierte la mayora de economistas, ya
que gener un ingreso masivo de divisas, no solo por cuenta de las
exportaciones sino tambin porque estos sectores atrajeron ms
inversin extranjera directa, de-bido al gran potencial que empez a
mostrar el pas como productor de hidrocarburos.
Sumado a esta situacin, en 2008 el mundo entr en la pri-mera
gran crisis econmica de este siglo. La recesin en Esta-dos Unidos y
en Europa dej a Amrica Latina a la vista de los inversionistas
extranjeros, quienes temerosos de la inestabili-dad financiera en
esas naciones decidieron mirar a Colombia, Chile, Brasil y Per como
sus nuevos destinos, especialmente en el sector de la minera y el
petrleo.
La prolongada revaluacin del peso, la desacele-racin de la
industria manufacturera y el agro, el aumento de las exportaciones
de hidrocar-buros y la llegada masiva de dlares al sec-tor
minero-energtico, son los sntomas que
presenta Colombia y que estn asociados a la llamada enfermedad
holandesa. Sin embargo, el diagnstico de los economistas no es
unnime.
Entre la junta mdica de especialistas que analizan lo que ocurre
en la economa nacional la divisin es grande. Si bien todos
coinciden en que hay razones para temer que la economa colombiana
fue contagiada de este mal, no todos consideran que el cuadro
clnico sea igual al que
Junio a agosto de 2013
Los economistas del pas no se ponen de acuerdo. Aunque
casi todos ven sntomas de enfermedad holandesa en nuestra
economa, la causa no hay que buscarla en los efectos del
boom
minero-energtico, sino en la forma de administrar los recursos
derivados de las rentas petroleras.
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11ACP Hidrocarburos
Por cuenta de este escenario, en 2012 la inversin extranjera
directa en Colombia ascendi a US $ 15.823 millones, de los cuales
el 34 por ciento se origin en petrleo y el 14 por cien-to en carbn,
segn cifras del Banco de la Repblica.
Lo que est pasando en la economa colombiana tiene divididos a
los eco-nomistas. Mientras unos creen que ya es una realidad que el
pas padece de enfermedad holandesa, otros asegu-ran que apenas hay
sntomas, y que si bien deben tratarse con cuidado, no quiere decir
que se est viviendo la misma situacin que vivi Holanda hace 40
aos.
Sntomas a la vistaEntre quienes consideran que la
economa colombiana padece de enfermedad holandesa est la
Aso-ciacin de Instituciones Financieras (ANIF). Para su presidente,
Sergio Clavijo, es claro que este mal lleg al pas hace ya un
tiempo, y afirma que esto lleg en la medida en que hay problemas
estructurales ocasiona-dos por un auge minero-energtico que ha
apreciado la tasa de cambio
Puerto de Coveas, remolque de barco carguero
y que encontr al pas sin la debida infraestructura y sin
competitividad para poder contrarrestar sus efectos con
exportaciones diferentes a los commodities.
Otro centro de pensamiento, Fedesarrollo, considera que en la
economa colombiana hay mltiples sntomas de en-fermedad holandesa.
Su director, Leonardo Villar, asegura que la apreciacin acumulada
del peso y la contraccin de la produccin industrial, son grandes
seales que alertan sobre la presencia de este mal en el pas.
En esta misma lnea estn otros economistas como el in-vestigador
Daniel Velandia quien coincide con Fedesarrollo en que la economa
nacional tiene sntomas, pero asegura que es prematuro decir que ya
est padeciendo este mal. Si uno solo ve que desde 2007 inici un
auge petrolero que atrajo inversin extranjera y aument las
exportaciones y que en ese mismo periodo el dlar comenz a
devaluarse frente al peso al tiempo que la industria manufacturera
cay, cualquiera podra decir que es enfermedad holandesa. Pero uno
debe tener en cuenta que en ese mismo periodo la industria tuvo
golpes muy duros como la reduccin de las ventas hacia Venezuela,
producto del cierre de la frontera y las dems complicaciones con
ese mercado, y la recesin en Estados Unidos que afect las
exportaciones a ese pas. Lo que quiere decir que en ese mismo lapso
la industria perdi, o por lo menos vio cmo se debilitaban, sus dos
prin-cipales socios comerciales y hacia donde se dirigan cerca del
70 por ciento de las exportaciones manufactureras, afirma
Velandia.
La visin del GobiernoPor su parte el Gobierno Nacional ha
planteado que ha
sido la ampliacin de la inversin extranjera y no las
expor-taciones de petrleo lo que ms ha contribuido a la revalua-cin
del peso. La mayor confianza que hoy se tiene desde el exterior,
jalonada por el grado de inversin y las calificacio-nes positivas
emitidas por las entidades cuantificadoras del riesgo hacia
Colombia, ha generado una curva descendente en la tasa de
cambio.
El ministro de Hacienda, Mauricio Crdenas, advierte que el
crecimiento a tasas del 20 por ciento anual que hemos visto en el
sector petrolero tendr que moderarse y pasar a crecer entre 4 o 5
por ciento; por eso el riesgo de enfermedad holandesa asociada
especficamente al sector petrolero es algo que va a ir
cediendo.
Invertir o ahorrar? Esa es la cuestinBuena parte del debate
sobre en-
fermedad holandesa se centra en el aumento en el ingreso de
capitales especficamente al sector petrolero. Entre los economistas
ms estruc-turados que no comparten una pol-tica de manipular la
tasa de cambio mediante la compra de divisas, la discusin
trasciende a definir qu se debe hacer con ese dinero. Inversin o
ahorro es la disyuntiva. En mate-ria de ahorro ya en 2012 el
Gobierno destin mil millones de dlares a ese rubro y para este ao
espera ahorrar lo mismo.
Adems, adopt una regla fiscal para fortalecer las finanzas
pblicas y garantizar la sostenibilidad de la deuda pblica y la
estabilidad ma-croeconmica.
Si bien la experiencia internacio-nal sugiere que la mejor
manera de mitigar los sntomas de enfermedad holandesa, en
condiciones de auge temporal de ingresos externos aso-ciados a
recursos naturales, consiste en ahorrar una parte sustancial de
esos ingresos temporales, hay voces que advierten que Colombia ya
entr en una etapa donde el gasto, asocia-do a inversin, es el nico
que puede lograr la reactivacin de los sectores diferentes al
minero-energtico.
En ese sentido tomar esos dineros provenientes de la renta
petrolera para agilizar las obras pendientes sera la mejor solucin.
Destinar re-cursos a infraestructura no es gasto, es inversin. Lleg
el momento no de ahorrar sino de inyectarle capital al sector de
infraestructura para que eso se traduzca en una mayor
com-petitividad para el pas, porque el problema de Colombia es
justamen-te eso, que no somos competitivos, seala Daniel
Velandia.
Los ingresos por regalas, que en 2012 superaron los 9 billones
de pe-sos, seran parte de ese combustible necesario para ejecutar
obras que permitan mejorar la infraestructura del pas, tal y como
lo vienen hacien-do Per y Chile.
De ah que los economistas coincidan en reconocer que, si bien
buena parte de la revaluacin est dada por el boom de los
hidrocarburos, una eventual en-fermedad holandesa no estara
deter-minada por ese fenmeno, sino por la forma en que se
administran los recur-sos derivados de las rentas petroleras.
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12
En este punto la experiencia inter-nacional demuestra que lo
mejor es tomar esos ingresos extraordinarios provenientes, en este
caso del petr-leo, e invertirlos en obras de infraes-tructura que
aporten a la dinmica de todos los sectores y los hagan ms
competitivos de cara al comer-cio exterior.
La experiencia peruanaPer, pas que depende ms que
Colombia del sector minero-energ-tico, consigui controlar esta
situa-cin. El viceministro de Comercio Exterior de ese pas, Carlos
Posada Ugaz explic a la revista ACP Hidro-carburos cmo lograron
hacer que, a la par con los sectores primarios, los otros sectores
industriales crecieran inyectados con el capital que ingre-s
proveniente de regalas y de las inversiones que se hicieron en la
ac-tividad minera.
En Per las exportaciones mineras representaban el 85 por ciento
del to-tal de las ventas externas. Ahora la in-cidencia es del 75
por ciento. Esto no quiere decir que dejamos de exportar minerales,
sino que logramos buscar-le ms mercados a las exportaciones
manufactureras y diseamos todo un plan para ampliar las opciones de
los industriales. Eso le permiti a nuestro pas aumentar las ventas
y evitar caer en enfermedad holandesa. Para eso se necesita que los
sectores no tradi-cionales sean competitivos y crezcan a la par con
la minera. Lo uno no es excluyente de lo otro y creo que es el
camino que debe seguir Colombia, afirma Posada Ugaz.
Invertir en diferentes regiones a tra-vs de obras que
contribuyan a acer-car a las ciudades entre s, es el mayor reto que
tienen quienes administran los recursos derivados de la actividad
petrolera. Pues de lo contrario, resul-tara muy difcil impulsar a
otros sec-tores como lo hicieron Per y Chile.
El ingreso de dlares por exportaciones de hidrocarburos es una
bendicin para Colombia. No se puede en ningn caso considerar que
esos ingresos
son los responsables de la enfermedad holandesa. La enfermedad
surge de la forma como se usan los recursos y no de contar con
ellos.
Leonardo Villar, director Fedesarrollo.
Sin petrleo sera peorDesde diferentes escenarios algunos han
culpado y sa-
tanizado al sector petrolero por la revaluacin del peso, sin
reconocer que el reacomodo intersectorial que vivi Co-lombia fue
dentro de un proceso lgico de transformacin productiva que cambi el
mapa de las exportaciones. De un comercio exterior impulsado por la
venta de caf, bana-no y flores se pas al actual escenario en el que
el petrleo y el carbn son los que determinan la balanza comercial.
Es decir se pas de una otrora economa agropecuaria a una basada en
la minera y petrleo.
Este proceso de transformacin lo han vivido otros pa-ses de la
regin y resulta inevitable. Si una nacin cuenta con recursos
minerales y combustibles fsiles tiene que extraerlos, ya que se
convierten en fuente de ingresos ne-cesarios para mejorar la
capacidad de inversin del Estado y la calidad de vida de las
personas.
El ingreso de dlares por exportaciones de hidrocarbu-ros es una
bendicin para Colombia. No se puede en nin-gn caso considerar que
esos ingresos son los responsa-bles de la enfermedad holandesa. La
enfermedad surge de la forma como se usan los recursos y no de
contar con ellos. Especficamente, los sntomas de enfermedad
holandesa surgen de no haber ahorrado una porcin suficiente de
los
Puerto de Coveas. Barco carguero
ingresos extraordinarios que nos trajo la bonanza, declara el ex
codirector del Banco de la Repblica y director de Fedesarrollo,
Leonardo Villar.
Con la crisis econmica internacio-nal que se desencaden en 2008
los sectores agropecuarios y manufactu-reros, en especial,
sufrieron una des-aceleracin derivada de una menor demanda de sus
productos. Los inver-sionistas se refugiaron en los commo-dities y
Colombia, al ser productor de petrleo, encontr una fuente alterna
de crecimiento que le posibilit seguir progresando a tasas
superiores al cua-tro por ciento, en un momento en el que la mayora
de pases estaba mos-trando nmeros rojos.
La enfermedad: no prepararnosMs all de la revaluacin del
peso
frente al dlar, que puede ser sea-lada por algunos como
enfermedad holandesa, en el fondo lo que padece
Mantenimiento de facilidades en Refinera de Cartagena
Junio a agosto de 2013
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13ACP Hidrocarburos
Nos falt prepararnos. Hablamos durante diez aos de la agenda
interna y nunca la hicimos. Este auge minero-energtico no hay que
satanizarlo, pero es evidente que tocaba aprovecharlo sembrando esa
bonanza; y eso, desafortunadamente, no se hizo.Sergio Clavijo,
presidente ANIF.
la economa nacional es un problema estructural originado en dos
aspec-tos fundamentales: la no diversifica-cin de los mercados por
parte de la industria y la falta de infraestructura para ser ms
competitivos.
En consenso, los economistas, inde-pendientemente de considerar
que el pas padece o no de enfermedad ho-landesa, aseguran que la
revaluacin del peso frente al dlar ha causado un efecto negativo en
la industria manu-facturera. Y esto est determinado
ma-yoritariamente por la falta de competi-tividad que se evidencia
bsicamente en la mala infraestructura que tiene la nacin, que
encarece los costos del transporte y retarda los desplazamien-tos
de la carga.
La falta de vas rpidas y compe-titivas que reduzcan los tiempos
en los desplazamientos de las cargas hacia los puertos, ha hecho
que Co-lombia, a diferencia de otros pases como Per y Chile, que
viven pro-cesos similares de revaluacin de sus monedas y un auge an
mayor en el sector minero-energtico, haya entrado en el debate de
si padece o no enfermedad holandesa.
En palabras de algunos analistas lo que est pasando es que la
revalua-cin est desnudando todos los pro-
blemas estructurales de una nacin que no plane estrate-gias de
competitividad. Nos falt prepararnos. Hablamos durante diez aos de
la agenda interna y nunca la hicimos. Este auge minero-energtico no
hay que satanizarlo, pero es evidente que tocaba aprovecharlo
sembrando esa bonan-za y eso desafortunadamente no se hizo, asegura
el presi-dente de ANIF, Sergio Clavijo.
Esta falta de preparacin que hoy profundiza los efectos de la
revaluacin del peso hasta el punto de pensar que se est padeciendo
de enfermedad holandesa, se evidencia en que desde 2006 el Congreso
de la Repblica firm el Tra-tado de Libre Comercio con Estados
Unidos, y sin embargo hoy, siete aos despus y cuando el acuerdo
cumpli un ao de su entrada en vigencia, las grandes obras que unen
los centros de produccin con los puertos martimos no se han
construido.
La va Cali - Buenaventura an no tiene un solo kilmetro de doble
calzada habilitado. La Ruta del Sol que debera dar salida del
centro del pas a la Costa Atlntica tampoco es una realidad. Y as,
muchas otras obras, como el Tnel de la L-nea, continan sin
terminarse, pese a que desde hace varios aos la apertura de nuevos
mercados a travs de tratados de libre comercio estaban en la agenda
del pas. Lo anterior ha llevado a que hoy sea ms caro poner un
container desde Bogot a Buenaventura que desde ese puerto a
China.
Remediando los sntomasEntre las medidas tomadas por el gobierno
para encarar es-
tos sntomas que padece la economa colombiana est el plan Pipe
(Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo), que busca crear
incentivos que generen el crecimiento de otros sectores. La
reduccin de las tasas de inters para vivienda tie-ne como objetivo
impactar la construccin, lo que aumenta las
polticas basadas en el subsidio que vie-ne implementando la
administracin central; primero en el agro con el incre-mento en el
precio de la carga de caf y ahora aportando 2,5 por ciento de las
tasas de inters del crdito hipotecario.
Al tiempo que se perfilan estas so-luciones, la difcil situacin
que vive el mundo hoy en materia econmica hace prever a la ANIF que
Colombia vivir un fin anticipado del auge minero-ener-gtico, pues
pese a que en un principio las proyecciones apostaban a que este
ira hasta 2018, la menor demanda de carbn colombiano hace pensar
que el crecimiento de ese sector pase del 14 al 7 por ciento. Lo
que significara que Colombia en general dejara de crecer al ritmo
que hoy lo viene haciendo.
De confirmarse este pronstico, el pas, ms que nunca, necesitara
de polticas que fomenten el crecimiento en conjunto de todos los
sectores. Algo que solo se lograra en la medida que haya
competitividad y esta solo se con-sigue si se administran bien las
pocas de vacas gordas y los excedentes se invierten en obras que
mejoren el trn-sito por los corredores comerciales que tiene el pas
hacia al mundo.
En medio del debate entre quienes piensan que ya se est
padeciendo de enfermedad holandesa y entre quienes creen que por
ahora solo hay sntomas, lo verdaderamente importante es cmo frenar
la revaluacin, pues as como al paciente lo nico que le importa
cuan-do llega al mdico es que le quiten el estornudo, sin importar
si se trata de una fuerte gripa o un simple resfriado, igual ocurre
con la economa del pas. Lo que debe ocupar al gobierno es evi-tar
que estos sntomas o este cuadro clnico confirmado afecte el aparato
productivo hasta el punto que se pase de hablar de enfermedad
holandesa a problemas an mayores.
Mantenimiento de facilidades en Refinera de Cartagena
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14 Marzo a mayo de 2013
LOS MADUROS NO SE QUIEREN PENSIONAR
OPERACIONES
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15ACP Hidrocarburos
Los campos maduros tienen un potencial interesante de produccin
para el pas. Con tcnicas de recuperacin secundaria y terciaria se
ha logrado aumentar la produccin de algunos de esos campos hasta en
500 por ciento.
El desempeo de los ltimos aos es la carta de presentacin de los
campos petroleros ms antiguos del pas, gracias al papel protagnico
que siguen teniendo en el volumen de extrac-cin nacional, que en
2013 se ha mantenido
en promedio por encima del milln de barriles dia-rios, segn
cifras del Ministerio de Minas y Energa.
Por ejemplo, Cao Limn, un cono porque en su momento permiti
alcanzar la autosuficiencia petro-lera, sigue estando, despus de
tantos aos, en el gru-po de las 10 reas que ms le aportan al
pas.
Segn las estadsticas del Ministerio de Minas y Energa, en los
ltimos cuatro aos (casi en todos los meses) este campo ha mantenido
una produccin por encima de los 40.000 barriles por da como
promedio anual y los descensos de 2011 y 2012 no fueron pro-ducto
de una declinacin, sino de acciones armadas en contra del oleoducto
Cao Limn - Coveas.
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16 Junio a agosto de 2013
Solo el ao pasado, de los 944.119 barriles por da que produjo el
pas, 126.385 barriles los aportaron ocho reas que tienen una
trayectoria de varios aos e incluso dcadas, representando el 13,4
por ciento del total. Entre estas zonas figuran los campos La Cira
e Infantas (descubiertos hace un siglo en Santander), Casabe
(Antioquia) y Cupiagua (Casanare).
Y aunque algunos opinan que el pas est exprimien-do estos campos
viejos y tcitamente quieren jubilarlos, quienes tienen
implementados los planes de desarrollo aseguran que esto todava est
lejos de ocurrir.
Para empezar, los expertos aclaran que no necesa-riamente un
campo descubierto hace varios aos se puede considerar como maduro y
que dej de apor-tar, o que va a iniciar su declinacin. Anbal Ordez,
jefe del Centro de Innovacin de Exploracin y Pro-duccin del
Instituto Colombiano del Petrleo (ICP), explica que teniendo en
cuenta la situacin del pas y la de las empresas, no se trata de
campos maduros, sino de reservorios antiguos, a los cuales no se
les implement un plan de desarrollo.
Un campo es maduro porque ya logr su pico mximo de produccin
primaria, e incluso por efecto de la implementacin de algn proceso
por recupera-cin secundaria y/o terciaria, asegura.
Casabe se multiplicaLuego de un comienzo lento por las
limitaciones tc-
nicas, Ecopetrol y varias compaas que operan en el pas estn
capitalizando las lecciones aprendidas por quienes participaron en
el desarrollo de los campos ms recordados en el piedemonte, como
Cusiana, Cupiagua y Recetor, que estuvieron a cargo de la britnica
BP, cu-yos activos asumi Equin, filial de la empresa estatal.
En el proceso tambin se ha aprendido de campos desarrollados con
Occidental, Petrobras y Hocol, entre otras firmas que trajeron
mejores prcticas al pas, al punto que ya estn funcionando 23
pro-yectos que utilizan inyeccin de agua, la tcnica de recuperacin
secundaria ms exitosa, gracias a que sus costos son favorables para
las empresas y porque se ajusta a las caractersticas de las zonas
productoras.
Uno de los casos de xito ms conocidos es el del campo Casa-be,
ubicado en el departamento de Antioquia. Descubierto en 1941 y
luego de haber declinado su produccin a niveles menores de 5.000
barriles por da en 1984, al ao siguiente le fue implementado un
programa que logr resultados en los primeros tres aos, pero que
debi ser abandonado por la fuerte penetracin de agua en las
arenis-cas ms permeables.
Segn la publicacin Oilfield Re-view, tras varios aos de intentos
sin xito, Ecopetrol firm en 2004 la alianza Casabe con la
multinacional de servicios petroleros Schlumber-ger y seis aos
despus, en 2010, la produccin super los 16.000 ba-rriles
diarios.
Anlisis informacin
ssmica
Un estudio de la firmaArthur D. Little para laAgencia Nacional
deHidrocarburos, plantea, en un escenario conservador, que los
programas de recuperacin mejoradaaportaran nuevos recursos por 524
millones de barriles entre los aos2012 y 2030.
Instalaciones de Cusiana
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17ACP Hidrocarburos
Incluso, segn las cifras del Ministerio de Minas y Energa,
durante el ao pasado el promedio de extraccin de este campo fue de
19.035 barriles por da, siendo el octavo del pas por volumen.
De acuerdo con Ordez, en Colombia se hace perforacin vertical,
horizontal, inyeccin de agua y fracturamiento hidrulico de pozos
convencio-nales, tcnicas que es preciso ejecutar de forma masiva en
los campos maduros y en los nuevos, si se quiere evitar la
declinacin de la produccin del pas. Lo anterior, porque actualmente
cerca del 70 por ciento corresponde a zonas muy pequeas, que
concentran solo un 25 por ciento de la produccin o de las reservas
que existen en el pas, mientras el otro 30 por ciento -las ms
grandes-, concentran un 75 por ciento de la produccin y las
reservas.
La prolongacin de la vida til de un yacimiento maduro depende de
la energa que tenga, de las reservas y del potencial de cada uno de
los pozos. Por ejemplo, La Cira-Infantas tena un pico de pro-duccin
de 5.000 barriles por da en el 2005, pero a travs de un socio
tecnolgico como Occidental se logr llegar a 25.000 barriles, nivel
que ha venido mantenindose en los ltimos aos.
Ordez aclara que la duracin depende de cmo se est haciendo, con
quin se tenga la alian-za y del plan de desarrollo.
La clave es la tecnologaLa inyeccin de agua no se realiza todava
en
campos pequeos en los que Ecopetrol no opera, pero de acuerdo
con el experto, se puede hacer desde un comienzo y es oportuno
realizarla.
Lo ideal en el desarrollo de un campo es ha-cer bastantes
perforaciones y a medida que est alcanzando su tope de produccin es
importante empezar a inyectar agua para mantener la ener-ga; que
este dure ms tiempo y se recupere ms crudo, seala el experto del
ICP.
Esta tcnica, que consiste en utilizar el recur-so hdrico que se
produce en los pozos o que se toma de fuentes autorizadas por las
entidades ambientales para empujar el crudo a la super-ficie, ha
desempeado un papel relevante en el aumento de la produccin en los
ltimos aos.
Otra tcnica que ya est en uso, pero que no se ha masificado es
el fracturamiento hidrulico de pozos convencionales, usada
principalmente para la explotacin de los recursos no
conven-cionales como el shale gas y el shale oil. Esta tecnologa
permite ampliar el rea de contacto del yacimiento a nivel del pozo,
es decir, en las perforaciones, atravesando el rea para obtener un
mayor nivel de fluidos.
Las cifras demuestran la necesidad de seguir avanzando en este
aspecto. En el caso de Eco-petrol, el factor de recobro est en 18
por cien-to, pero los planes apuntan a incrementarlo a 23 por
ciento y si se implementan masivamen-te las tcnicas de inyeccin de
agua y la per-foracin infill (aumento de pozos de desarrollo dentro
de un campo), se podra llegar a 34 por ciento en el ao 2020.
Incluso, si finalmente
Trabajadores en facilidades de
produccin de Cupiagua
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18
se implementan procesos trmicos como la combustin en sitio y la
in-yeccin de vapor (para crudos pesa-dos), se podra elevar el
porcentaje a un rango entre el 40 y el 45 por ciento. Pero ah no
termina la tarea.
Despus de todo eso, tenemos que seguir buscando tecnologas y
masificndolas, para que podamos llegar al nivel de los yacimientos
a escala mundial, en donde diferen-tes compaas tienen planes de
desarrollo para llevar estos activos a un porcentaje de recuperacin
entre el 60 y el 70 por ciento. Tene-mos mucho camino por recorrer
y mucho petrleo por sacar, agrega el experto del ICP.
Se estima que el 60 por ciento de la produccin actual proviene
de perforacin infill y de trabajos de workover (reacondicionamiento
de pozos). En el caso de Ecopetrol, la gerencia de Campos Menores
cuenta con 72 reas a su cargo, ubicadas en 15 departamentos, con la
misin de desarrollar activi-dades que aseguren la generacin de
valor y que estn escritas en un plan de negocios al que se le hace
seguimiento mensual.
Estas acciones contemplan pro-gramas piloto para aumentar la
produccin, ensayos de nuevas tecnologas, oportunidades de
cre-cimiento, optimizacin de costos y sinergias, as como opciones
de negociacin, como las cesiones, las extensiones de contratos y la
des-inversin, entre otras.
La produccin en estos campos es de unos 12.000 barriles
equiva-lentes por da (petrleo y gas), de los cuales 7.000
corresponden a la petrolera controlada por la nacin, lo que
representa menos del 1 por ciento de su produccin. Sin em-bargo,
Ecopetrol no suministra las reservas de manera desagregada, sino de
forma consolidada en su reporte anual.
Los indicadores evidencian que los campos maduros siguen
tenien-do vida para rato, lo que se corro-bora con el estudio de
escenarios de incorporacin de reservas hecho por la firma Arthur D.
Little para la Agencia Nacional de Hidrocarburos, segn el cual, en
un escenario con-servador, los programas de recupe-racin mejorada
aportaran nuevos recursos por 524 millones de barri-les entre los
aos 2012 y 2030.
Facilidades de produccin de Cupiagua
Centro de Innovacin, Exploracin y Produccin del Instituto
Colombiano
del Petrleo - ICP
Aunque esta cifra representara apenas el 5,7 por ciento de los
nuevos recursos por incorporar en este perodo (9.125 millones de
barriles), lo cierto es que hoy por hoy supera los 464 millones de
barriles que se incorporaron al cierre del ao pasado, segn las
cifras del Ministerio de Minas y Energa.
Entre tanto, las proyecciones de la industria muestran que solo
de modo gradual los campos viejos irn perdien-do terreno frente a
los nuevos descubri-mientos, ya que se estima que este ao tendrn el
98 por ciento de la produccin total, porcentaje que solo bajara al
70 por ciento en el ao 2018 y sera menor del 50 por ciento despus
del ao 2021.
Adems, se calcula que en el ao 2020, de los 690.000 barriles por
da que produciran los campos existentes, 219.000 barriles por da
corresponde-ran al recobro adicional, a travs de di-ferentes
tcnicas.
Junio a agosto de 2013
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19ACP Hidrocarburos
Un estudio de la firma Arthur D. Little para la Agencia Nacional
de Hidrocarburos, plantea, en un escenario conservador, que los
programas de recuperacin mejorada aportaran nuevos recursos por 524
millones de barriles entre los aos 2012 y 2030.
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Marzo a mayo de 201320
ENTREVISTA
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ACP Hidrocarburos 21ACP Hidrocarburos
El ministro del Interior, Fernan-do Carrillo, defiende la
consul-ta previa como mecanismo de convivencia y aprendizaje, por
encima de las diferencias pol-
ticas y culturales que puedan existir entre las comunidades y
las empresas.
Revista ACP: Seor Ministro, usted afirm que para el Ministerio
del In-terior la consulta previa y el proceso que se sigue para
llevarla a cabo, no son ni sern un obstculo para el de-sarrollo.
Cmo lograr ese equilibrio entre garantizar los derechos cultura-les
de las comunidades tnicas y el desarrollo econmico del pas?
Fernando Carrillo: Ese equilibrio se logra a travs de la
ponderacin de los derechos e intereses que estn enfrentados en cada
caso concreto. Como lo ha dicho la Corte Constitu-cional
reiteradamente, tanto el inters general, como los intereses
particula-res y los derechos fundamentales, tienen lmites. De lo
que se trata entonces es de armonizarlos, lo cual quiere decir,
sacrificar los intereses y derechos en el menor grado posible
encontrando soluciones creativas a problemas concretos.
En principio, nuestro ordenamiento reconoce que las co-munidades
y las empresas son quienes tienen la capacidad y el conocimiento
para llevar a cabo esta ponderacin aut-nomamente, sin que sea el
Estado quien les imponga uni-lateralmente una solucin; la cual, por
lo dems, puede no ser la ms adecuada. Por eso esta ponderacin deben
lle-varla a cabo las partes involucradas en el proceso de
con-sulta. El papel del Ministerio del Interior consiste en dirigir
el proceso, garantizando los derechos de las comunidades dentro del
mismo, y facilitndolo sin imponer soluciones a las partes.
Precisamente en esto consiste la consulta pre-via; es un mecanismo
que reconoce que, a pesar de nues-tras diferencias polticas y
culturales como seres humanos, y como comunidades somos capaces de
llegar a acuerdos que nos permitan convivir y aprender los unos de
los otros.
Algo que no se ha tenido en cuenta en los recientes de-bates
mediticos sobre el tema es que la consulta previa tiene el
potencial de beneficiar tanto a las comunidades t-nicas como a las
empresas. Es una herramienta que prote-ge a las comunidades y a la
vez le da una gran libertad a las empresas para disear la forma
como van a interactuar con las comunidades tnicas en el futuro. La
consulta previa es una herramienta de construccin de la paz.
ACP: En dos ocasiones el Gobierno ha buscado radicar en el
Congreso un proyecto de ley estatutaria de la consulta previa para
regular toda la normatividad existente y tam-bin los vacos sobre el
reconocimiento de este derecho y sobre el proceso para llevarla a
cabo. Hay alguna razn de fondo de porqu no se ha radicado el
proyecto de ley? Qu avances hay al respecto?
Ministro del interior
La consulta previa es una herramienta de construccin de la
paz.
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22 junio a agosto de 2013
FC: Este Gobierno reconoce la necesidad de que haya reglas de
juego claras que permitan a las comunidades tnicas y a los
empresarios desarrollar sus planes de vida y su potencial de
desarrollo para el pas. Sin embar-go, para que estas reglas surtan
el efecto que se quiere -que es el de regular la conducta humana-
es indispensa-ble que todas las partes las acepten como legtimas,
aun cuando no necesariamente estn de acuerdo con ellas. Eso quiere
decir que todas las partes deben haber tenido la oportunidad de
participar en su proceso de creacin. De lo contrario, nos quedamos
con un procedimiento de consulta previa que nadie sigue en la
prctica, como ha ocurrido en otros pases. Eso nadie lo quiere.
Por ese motivo venimos trabajando con algunos pue-blos indgenas,
en particular con los de la Sierra Nevada de Santa Marta, para
disear conjuntamente protocolos aplicables a las consultas con
ellos. El propsito es que el protocolo de la Sierra sea un piloto,
y que despus otros pueblos indgenas y comunidades negras
desarro-llen protocolos conjuntamente con el Gobierno.
Sin embargo, hay muchos aspectos de la consulta previa que no
pueden quedar plasmados solamente en protocolos. Hay aspectos de la
consulta que es necesa-rio que sean exigibles jurdicamente, y que
las partes puedan hacer oponibles, es decir, exigibles a terceros
que no necesariamente participan en la consulta. Por eso creemos
que adems de los protocolos tambin es necesario que haya normas
jurdicas que regulen la con-sulta previa.
ACP: Algunos sectores consideran que los grupos tnicos estn
convirtiendo la consulta previa en un ejercicio de veto y un
espacio de negociacin que va ms all de las afectaciones culturales
propias en sus resguardos o territorios. Qu opinin tiene el
Ministerio del Interior al respecto?
FC: No considero que las comunidades tnicas estn convirtiendo la
con-sulta en un ejercicio de veto. Ellas son conocedoras del
Convenio 169 de la OIT y la jurisprudencia constitucional. Por lo
tanto, saben que no existe tal cosa como un derecho de veto. Lo que
hay son unos casos puntuales y bien definidos en los cuales es
necesario contar con el consentimiento de las comu-nidades por la
magnitud del impacto que tienen sobre ellas.
Por otra parte, es innegable que ha habido casos en que la
consulta se ha des-naturalizado, adquiriendo el tinte de una
transaccin econmica que favorece solo a algunos individuos. El
Gobierno Nacional considera que la consulta previa debe ser un
proceso en el que las partes actan de buena fe con el objetivo de
llegar a acuerdos para mitigar los impactos que tienen los
proyectos, obras, actividades, y las normas jurdicas sobre las
comunidades. Por lo tanto, el procedimiento de consulta debe
garantizar una amplia oportunidad de participacin a las
comuni-dades dentro del proceso y actuar conjuntamente con los
gremios, las empresas y las comunidades para evitar que se
desnaturalice la consulta previa y que los beneficios del
desarrollo lleguen a todas las partes.
ACP: Esta situacin descrita afecta el desarrollo de los
proyectos petro-leros que estn por iniciarse y an los que estn en
curso. Con qu me-didas podra el Ministerio a su cargo contribuir
para viabilizar el proceso de consulta, en tiempos y logros que
beneficien el proyecto y a las propias comunidades tnicas?
FC: El Ministerio debe actuar como Estado y dirigir los procesos
de consul-ta para garantizar los derechos e inte-reses de las
partes. Esto quiere decir, entre otras, que desde el comienzo del
proceso de consulta, es decir desde la preconsulta, debemos
establecer cro-nogramas de trabajo claros y razona-bles
conjuntamente con las comunida-des. Por otra parte, el Ministerio y
las empresas debemos adoptar un papel ms activo en la identificacin
de los impactos de las obras, proyectos y ac-tividades, y estar ms
atentos a la ma-nera como se presentan ante las comu-nidades de tal
modo que estas cuenten con toda la informacin necesaria para
participar en el proceso. As mismo, el Ministerio, las autoridades
de las comunidades tnicas y las empresas debemos velar porque se
cumplan los cronogramas y dems acuerdos a los
(...) Todas las partes deben haber tenido la oportunidad de
participar en su proceso de
creacin. De lo contrario, nos quedamos con un procedimiento de
consulta previa que nadie sigue en la prctica, como ha ocurrido en
otros pases.
-
23ACP Hidrocarburos
que se llegue durante el proceso de la consulta previa. Todos
compartimos la responsabilidad de velar por el cumpli-miento de
estos cronogramas y de los dems acuerdos a los que lleguen las
partes en las consultas.
ACP: Con relacin a los proyectos petroleros y a juicio del
Ministerio del Interior cules son los principales temas de
preocupacin que expresan tanto pueblos indgenas como comu-nidades
afrodescendientes?
FC: Las comunidades tnicas expre-san preocupacin porque el
desarrollo de la actividad petrolera puede trans-formar el panorama
ecolgico, econ-mico, social y cultural de sus territorios y ellos
pierden el control sobre lo que ocurre en los mismos. Sin embargo,
en trminos generales, esta preocupacin no se manifiesta en relacin
con uno u otro proyecto determinado, sino con el efecto agregado
que tiene el desarrollo del sector petrolero en una determina-da
regin. Por ejemplo, les preocupan los cambios demogrficos en la
regin y la manera como el ingreso de nue-vos actores transforma sus
formas de vida. Es necesario que todos tomemos en serio estas
preocupaciones. Esto demuestra la buena fe de las partes y
garantiza que hacia el futuro las comu-nidades tengan confianza en
que las empresas y el gobierno estamos asu-miendo nuestras
respectivas respon-sabilidades por su bienestar.
ACP: Actualmente los procesos de consulta previa se estn
demorando ms de un ao (384 das), desde su inicio formal hasta la
protocolizacin de la misma. Qu medidas se van a implementar para
consolidar un sis-tema y una hoja de ruta ms eficien-te para las
consultas previas?
FC: Si queremos medir los tiempos en el proceso de consulta
previa para identificar los problemas reales y dise-ar una hoja de
ruta para corregirlos es necesario que desagreguemos los diferentes
tipos de proceso de consulta.
En los procesos que no requieren licencias ambientales el
Ministerio diri-ge la consulta desde el comienzo hasta el final,
mientras que en aquellos que requieren dicha licencia hay etapas de
la consulta que dirigen otras entidades. En los proyectos que
requieren licen-cias ambientales la etapa de protocoli-zacin de los
acuerdos es dirigida por la Autoridad Nacional de Licencias
Am-bientales y por las corporaciones aut-
(...) Es innegable que ha habido casos en que la consulta se
ha
desnaturalizado, adquiriendo
el tinte de una transaccin econmica
que favorece solo a algunos individuos. El
Gobierno nacional considera que la consulta previa
debe ser un proceso en el que las partes actan
de buena fe.
nomas regionales, dependiendo del caso. Estos procesos toman
entre doce y veinticuatro meses, y a veces mucho ms que eso. Entre
tanto, aquellos que son dirigidos ntegramente por el Mi-nisterio
toman un promedio de ocho meses desde la etapa de preconsulta hasta
la protocolizacin de acuerdos.
Esto no quiere decir que el Ministe-rio no pueda mejorar su
funcin, pero teniendo en cuenta que hay una dife-rencia
significativa entre los tiempos de estos dos tipos de consulta es
muy probable que los problemas que hay que corregir en una y otra
sean de una naturaleza muy diferente. El Gobierno Nacional es
consciente de ello. Por tal motivo, estamos diseando soluciones a
los problemas especficos de cada tipo de proceso. En los procesos
en que no participa la Anla ni las CAR estamos fortaleciendo el
equipo de trabajo del Ministerio para satisfacer la creciente
demanda de servicios de la direccin de consulta previa. Adems de
ello, estamos trabajando para dise-ar cronogramas de trabajo que
sean eficientes y razonables. Aunque la Cor-te Constitucional nos
ha dicho que no podemos imponer unilateralmente un cronograma de
consulta a las comuni-dades tnicas, s podemos llevar una posicin de
gobierno a las consultas. En los procesos que se desarrollan con la
Anla estamos trabajando conjunta-mente para garantizar una adecuada
coordinacin de funciones que garan-ticen los derechos de las
comunidades y el mejoramiento de los tiempos del proceso de
consulta.
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24
El debate sobre el government take, la distribucin territorial
de las regalas
y la fiscalizacin de las inversiones, debe empezar por delimitar
con claridad
donde est el inters general.
Aunque el Congreso, la opinin pblica y los criterios de equidad
mostraron que era necesaria una reforma en la materia, las
consecuencias generadas no son del todo deseadas. Algunas veces se
trata del recla-
mo al Gobierno Nacional por la demora en el giro de los recursos
y en otras oportunidades se pone de mani-fiesto la complejidad del
nuevo esquema para que los municipios, que suelen tener dbil
capacidad institu-cional, puedan obtenerlos. La presin de las
entidades territoriales productoras por acceder a los recursos, no
solo ha servido para promover el debate poltico sobre lo aprobado,
sino que tambin ha incidido de manera definitiva en la avalancha de
proyectos de ley, propo-siciones e iniciativas que pretenden
incrementar los recursos por la va del aumento de la participacin
del Estado en la renta minera y petrolera.
Son varios los proyectos que buscan resolver la in-equidad que
paradjicamente cre el nuevo esquema de regalas, particularmente en
relacin con los depar-tamentos y municipios productores, que no se
resignan a perder los recursos que ahora se distribuyen en todo el
territorio nacional. Algunos de los proyectos de ley en trmite
buscan crear nuevos tributos. Otros aumen-tar las regalas o impedir
su deducibilidad. Unos ms hacen obligatoria la responsabilidad
social empresarial. Varios establecen regmenes laborales especiales
y por supuesto, tambin estn los que tocan el tema de las
compensaciones ambientales. Los nuevos recursos que se pretenden
obtener por va de la mayora de estas iniciativas quedaran por fuera
del sistema general de regalas y estn orientados como compensacin
direc-tamente a los municipios o departamentos productores.
TODOS DEL MISMO LADO
Poltica regulatoria
Desde junio de 2011, cuando el congreso de la
repblica aprob el nuevo rgimen
de regalas con el propsito
fundamental de repartir ms
equitativamente los recursos
entre todos los departamentos y municipios de
colombia, no ha terminado el
debate en el pas sobre este asunto.
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25ACP Hidrocarburos
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26
Un polmico proyecto de leyAhora bien, el proyecto de ley 142 que
fue radica-
do en octubre de 2012 en el Senado por un grupo de
parlamentarios del Partido Liberal, es la iniciativa ms completa en
su intencin de tratar estos asuntos. Bus-ca resolver la tensin
poltica por las regalas apelando a la varias veces intentada y poco
original frmula de aumentar la participacin del Estado en la renta
petro-lera. De hecho, el objeto de esta iniciativa es claro y
contundente al afirmar que el proyecto de ley busca mejorar la
participacin de la nacin en los grandes y pequeos proyectos que se
adelanten en territorio colombiano.
Vale la pena mencionar que el proyecto busca estar tcnicamente
argumentado y tiene como premisa no desincentivar la inversin de
tal forma que se ponga en peligro la sostenibilidad fiscal o se
cause un perjuicio irreparable a las perspectivas de exploracin y
explota-cin de minero-energticos en Colombia. Por lo tanto, es
posible emprender un ejercicio de reflexin entre el Gobierno
Nacional, el Congreso y los partidos polticos, en aras de definir
la mejor frmula para que lleguen los recursos a las regiones que ms
lo necesitan, sin que eso implique lastimar la ecuacin de la que
depende la llegada de inversiones.
Aunque esta iniciativa an no ha tenido el primer debate, ya
cuenta con ponencia favorable en la Comi-sin V del Senado y, segn
los tiempos legislativos, an tiene posibilidades para ser aprobada.
Por qu debe preocupar esta iniciativa? Bsicamente, porque busca
impedir la deducibilidad de las regalas, aumen-tar la tarifa para
algunos hidrocarburos y establecer una escala de mayores
contribuciones por precios al-tos. Tambin obliga a las empresas a
inscribirse en la Bolsa de Valores de Colombia siempre que sus
activos tengan un 30 por ciento de presencia en nuestro pas y crea
la obligacin para las empresas de contratar o comprar al menos el
20 por ciento de servicios y bie-nes en el departamento donde
operan sus proyectos. El proyecto de ley resulta ser un compendio
de dis-posiciones que modifican de manera importante las reglas que
hasta ahora han servido para que Colombia sea un destino importante
de la inversin extranjera y para que, como consecuencia de lo
anterior, hubi-semos podido llegar a producir un milln de barriles
diarios de petrleo y garantizar la autosuficiencia pe-trolera hasta
el ao 2019.
Son varios los proyectos que buscan resolver la inequidad que
paradjicamente cre el nuevo esquema de regalas, particularmente en
relacin con los departamentos y municipios productores, que no se
resignan a perder los recursos que ahora se distribuyen en todo el
territorio nacional.
Junio a agosto de 2013
Pasillos Capitolio Nacional
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27ACP Hidrocarburos
De hecho, a pesar de los reclamos de quienes consideran que las
rentas petroleras son bajas, estas significan en los ltimos aos
entre el 35 y el 40 por ciento del total del impuesto de renta
recaudado por el Estado1 cada ao, sin que en ello se cuenten, otro
tipo de contribuciones que se hacen a la nacin o a las entidades
territoriales.
Hoy, el government take en Colom-bia para nuevos descubrimientos
es del 70 por ciento de cada barril de petrleo, muy superior al
porcentaje con el que participan Espaa, Per, Portugal y varios
estados de EE.UU. Con la iniciativa parlamentaria y te-niendo en
cuenta exclusivamente la no deducibilidad de las regalas que el
proyecto de ley 142 incorpora, la par-ticipacin del Estado por cada
barril crecera hasta 90%, ubicndose en un estadio similar al de
Ecuador, Bolivia y Argentina, pases que, aunque no son muy
atractivos para la inversin extranjera, tienen mejor
prospectivi-dad que Colombia.
Ms all de la discusin acerca del impacto en Government Take de
cada artculo del proyecto y de las subjeti-vidades de considerar un
porcentaje como aceptable o no, la doctrina y la prctica indican
que lo que hace el im-puesto a la renta es gravar la utilidad, mas
no los ingresos de quienes deben tributar. No permitir la
deducibilidad de las regalas, como pretende este proyecto de ley,
provocara que se ele-ven ficticiamente las utilidades para pagar
tambin sobre estas el impuesto de renta. Ello causara una distorsin
en el sistema internacional de crditos tributarios por impuestos
pagados en otras jurisdicciones. Estudios recien-
tes realizados por firmas como Deloitte, Ernst & Young, PwC
y Petroconsult en los que se aborda este tema hacen evidente que
sin importar cmo se denominen (regalas, re-source rent tax,
production revenue, tax, extraction petroleum tax, entre otros) las
compensaciones que pagan las empre-sas petroleras son
deducibles.
En busca del justo equilibrioEs necesario e importante el debate
que abren estas ini-
ciativas legislativas para que el pas sea consciente de las
dimensiones y tensiones polticas del mismo. Para que se entienda
que el sector petrolero es pilar de la estabilidad macroeconmica de
Colombia, que existe un gran inters de los inversionistas
extranjeros en el sector petrleo y que el pas necesita incrementar
sus reservas y postergar la fe-cha de autoabastecimiento.
No puede ignorarse que en este caso no existe una disyuntiva en
los trminos en que algunos sectores de la sociedad civil han
querido plantear el tema, dando a enten-der que existe una batalla
campal entre los intereses de las empresas petroleras y el Estado,
donde cada cual tira para el extremo opuesto.
Por el contrario, la definicin de la participacin del Esta-do en
las rentas petroleras es el resultado de encontrar el justo
equilibrio entre la lgica empresarial y el inters del pas de contar
con las inversiones, tecnologas para desarro-llar el sector
petrolero y obtener regalas y compensaciones propias de su
operacin. Para cumplir con la meta que fij el Gobierno de producir
un milln de barriles diarios por 10 aos, por ejemplo, se requiere
triplicar las reservas proba-das actuales (2.200 millones barriles)
y equivale a descu-brir en 13 aos la mitad de lo que ha descubierto
el pas en toda su historia.
Queda claro con este ejemplo que no es posible querer las
regalas, los impuestos y las contribuciones, y al mismo tiempo
estigmatizar y desincentivar a quienes las generan.
El debate sobre el government take, la distribucin terri-torial
de las regalas y la fiscalizacin de las inversiones, debe empezar
por delimitar con claridad dnde est el inters general. Con ese
norte, establecer los parmetros adecuados entre las acciones
deseables y posibles, que permitan a Colombia satisfacer sus
expectativas y a los co-lombianos disfrutar de los beneficios de
las bien invertidas rentas petroleras.
1Para los tres ltimos aos disponibles la participacin del
impuesto de renta del petrleo con relacin al minero estuvo
alrededor del 80%. Banco de la Repblica. Borradores de Economa. La
economa petrolera en Colombia (Parte II). Relaciones
Intersectoriales e importancia en la economa Nacional. Lpez,
Montes, Garavito y Collazos. Cuaderno Nmero 748. Ao 2013.
Exteriores Capitolio Nacional
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Gracias al petrleo la vida est llena
de mil colores
SomoS un buen Socio
para el paS
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El petrleo es materia prima en la fabricacin de las pinturas que
usamos para decorar nuestros espacios
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30 Marzo a mayo de 2013
PERSONAJE
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31
Una regulacinque evolucione
John Deutch, profesor emrito de MIT y asesor del Gobierno de
Barack Obama en materia energtica,
propone establecer un marco regulatorio para los yacimientos no
convencionales que se vaya ajustando progresivamente a la
experiencia en
campo, y no esperar a tener uno perfecto.
Son altas las expectativas y retos que tiene Co-lombia sobre la
exploracin y produccin de yacimientos no convencionales. Por ello,
la revista ACP Hidrocarburos entrevist en ex-clusiva al profesor
emrito de Massachusetts
Institute of Technology (MIT), John Deutch, quien se ha
desempeado como Director del Departamento de Qu-mica y Decano de la
Facultad de Ciencias de la misma universidad.
El profesor Deutch ha tenido una participacin signi-ficativa
tanto en el Gobierno como en la academia de los Estados Unidos.
Presidi el comit asesor de la Secre-tara de Energa que fue
conformado en enero de 2011 por el presidente Barack Obama, con el
fin de disear recomendaciones sobre el desarrollo de gas de lutitas
(shale gas) en ese pas.
Ha escrito ms de 140 publicaciones en temas como qumica, fsica,
tecnologa, energa, seguridad internacio-nal y polticas pblicas. Una
de las principales es el libro The Crisis in Energy Policy. En esta
publicacin, el profesor Deutch explica lo que se ha interpuesto en
el camino del progreso en materia de poltica energtica durante los
l-timos treinta aos.
El profesor Deutch estuvo de visita en nuestro pas para
participar en el Taller Marco Regulatorio y Planea-cin de las
Actividades de E&P en Yacimientos No Con-vencionales,
correspondiente al Programa de Gestin del Conocimiento de Medio
Ambiente que coordina la Agen-cia Nacional de Hidrocarburos.
En este taller el acadmico e investigador explic los criterios
cientficos fundamentales con base en los que Colombia puede
elaborar una reglamentacin responsa-ble para la exploracin y
produccin de hidrocarburos de yacimientos no convencionales.
Revista ACP: Los yacimientos no convencionales son uno de los
descubrimientos ms positivos en las pers-
pectivas de energa de Estados Unidos en los ltimos aos. En su
opinin, qu tanto han aportado efectiva-mente estos descubrimientos
al aumento de la relacin de reservas-produccin en ese pas?
John Deutch: Las actividades de produccin y descubri-miento
sobre los recursos no convencionales de petrleo y gas se han dado
en Estados Unidos, pero tambin en Canad y Mxico, proporcionando una
ayuda importante a la economa, incrementando el empleo y reduciendo
el precio del petrleo y el gas para los consumidores. As que es un
efecto econmico totalmente positivo que ocu-rrir en otros pases
como Colombia, tan pronto se co-mience a explorar sus recursos
energticos.
ACP: Usted propone que en Colombia debera formular-se un marco
regulatorio diferente para las operaciones en yacimientos no
convencionales a la de los convencionales. Por qu razn?
J.D: La actividad de produccin no convencional es muy diferente
en trminos de escala y en trminos de tecnolo-ga. Tratar de
armonizar una tecnologa convencional de aproximadamente 50 a 100
aos que se ha realizado solo a profundidades superficiales y
usualmente en un solo pozo vertical, con una actividad enorme de un
bloque de cientos de pozos que han sido perforados en una extensin
lateral por varios kilmetros; son actividades totalmente diferentes
y que merecen una nueva aproximacin hacia regulaciones ambientales.
Creo que es mucho mejor mantener estas re-gulaciones totalmente
separadas y no intentar disear un sistema de marco regulatorio para
ambas actividades.
ACP: Entonces, cmo debe el pas enfocar su poltica
regulatoria?
J.D: Hay dos maneras distintas de abordar el marco regulatorio.
Una manera consiste en decir que trate-mos de establecer un marco
regulatorio perfecto donde lleguemos a un acuerdo sobre el
equilibrio correcto en-
-
32 Junio a agosto de 2013
tre los efectos medioambientales y el valor econmico para
nuestras comunidades; es decir, esperar hasta que sepamos
absolutamente todo. El segundo enfoque es aquel que dice que
comencemos con algo pequeo, con un conjunto de regulaciones
sencillas diseadas para unas operaciones iniciales y aprendamos cmo
funciona esto desde un punto de vista prctico.
La visin que yo prefiero y que yo le sugiero a Co-lombia es que
debe adoptar el segundo enfoque, una aproximacin que empiece en una
escala de activida-des relativamente pequea. Una vez sean
adoptadas, que se verifique su funcionamiento y que haya inspec-cin
efectiva sobre las mismas, se puede proceder a la siguiente fase
que conlleva a ms perforaciones y reas ms extensas en el pas. As
que es una actividad que se realiza mediante el mejoramiento
progresivo del desempeo ambiental basado en la experiencia de
operacin en el campo y realizando las mediciones res-pectivas,
recolectando datos para justificar una nueva regulacin acorde con
una actividad de mayor nivel.
ACP: La definicin de un marco regulatorio para las operaciones
no convencionales debe estar sujeta al mo-mento en que la autoridad
ambiental tenga toda la infor-macin y conocimiento sobre estas
operaciones?
J.D: Debe estar sujeta a que las autoridades ambien-tales y
regulatorias estn cmodas con el nivel de ac-tividad sobre el que se
va a decidir. Pero no es nece-sario esperar a tener informacin
completa. Se debe empezar en una escala de actividad modesta,
aprender sobre lo que est sucediendo en el campo, y despus pasar a
un mayor nivel de actividad mientras que las regulaciones
evolucionan. Las regulaciones cambiarn a medida que se obtenga ms
informacin de la expe-riencia de operacin en el campo.
ACP: Colombia est realizando un ejercicio de investiga-cin,
argumentacin tcnica y anlisis en el que participa el Gobierno,
expertos y tcnicos de diferentes reas y la industria. Cmo ve a
Colombia en su preparacin para el desarrollo de los no
convencionales?
J.D: Este es el proceso ms maduro que he visto de todos los
lugares en los que he estado; esto incluye a Estados Unidos, Canad,
China, Kazajistn, Reino Uni-do y Francia, entre otros. El enfoque
de este programa, basado en el conocimiento que tienen las
agencias, las empresas, la autoridad ambiental de licencias y la
Agen-cia Nacional de Hidrocarburos es muy sofisticado y ha sido
realizado de una manera extremadamente efectiva.
Colombia es nica con respecto a la manera tan res-ponsable en
que se est preparando para el desarrollo de los yacimientos no
convencionales de petrleo y gas, con la participacin de todos los
grupos de inters, y es un enfoque que merece ser seguido por otros
pases.
ACP: En la construccin de la poltica regulatoria cul debe ser la
relacin autoridad - industria?
J.D: El enfoque requiere un completo entendimiento entre la
industria y los entes reguladores, entre lo que se espera y lo que
se puede hacer. Si la industria y los entes reguladores se
comunican entre ellos, hay mayor probabilidad de que estos
proyectos vayan adelante sin muchos accidentes, sin diferen-cias
inesperadas entre los socios. Es por eso que me agrada tanto ver
que la industria en Colombia permanece tan cercana a los entes
reguladores a medida que esto progresa.
ACP: Usted habla sobre una lnea base que le permita a la
industria conocer el estado del agua o del aire antes de co-menzar
la operacin. Cul es la importancia de realizar esto?
J.D: Es extremadamente importante tener estas lneas base listas
antes de iniciar actividades y empezar la pro-duccin, de tal forma
que las empresas sepan que no van a tener consecuencias indeseadas
o imprevistas. Debe haber una lnea base para el agua, para la
calidad del aire, los impactos en las comunidades y para las
actividades de sismicidad. La lnea base no debe ser perfecta, debe
ser mejorada a medida que pasa el tiempo mediante la recoleccin de
datos y su sistematizacin.
ACP: En algunas poblaciones de los Estados Unidos, las
comunidades han afirmado que el agua potable ge-nera una llama de
fuego debido a la fracturacin hidru-lica. Por qu ocurre esto?
J.D: En lugares donde existe metano subterrneo o gas natural en
el agua potable es posible que cuando se saca el agua de la llave
el metano sigue al agua y pueda for-marse una llama. Es posible,
pero no hay una conexin
El experto recomienda que el pas implemente un sistema que
permita el mejoramiento continuo de las regulaciones. Estas
deben
ser refinadas y ajustadas a medida que se va teniendo mayor
informacin de campo y mayor
conocimiento sobre los posibles impactos.
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33ACP Hidrocarburos
Para el profesor Deutch, Colombia debe empezar por un conjunto
de regulaciones simples, diseadas para las primeras operaciones
de
exploracin, las cuales deben ser construidas en balance con lo
que la autoridad se sienta cmoda y con lo que deberan y pueden
hacer las
compaas. Simple no significa que sean laxas.
necesaria entre esto y la fracturacin hidrulica de la pro-duccin
de los no convencionales. El punto es que ese gas natural que se
encuentra en el agua pudo haber estado desde hace muchos aos atrs
como resultado de activi-dades previas y no puede ser tan fcilmente
vinculado a produccin de no convencionales que es en lo que nos
estamos enfocando en un futuro.
Por ello es tan importante tomar medidas, determinar cul es el
problema con el agua antes de que la actividad comience en cierta
regin. Si se conoce la actividad que se va a realizar se debe
determinar de antemano si se en-cuentra metano naturalmente, previo
a la operacin. O de lo contrario, si es consecuencia del gas no
convencional, ya se sabra a quin culpar. As que es muy importante
tomar datos con anterioridad.
ACP: Qu opina usted de las moratorias adoptadas por algunos
pases respecto a la explotacin de yaci-mientos no
convencionales?
J.D: Existe un ritmo diferente en cada pas. Por ejemplo, en
Francia hubo una moratoria y actualmente en Reino Unido tambin. All
las autoridades han dicho que no se pueden hacer producciones por
ahora. Cada pas adelan-tar actividades dependiendo de sus procesos,
del grado de colaboracin entre la industria y las autoridades
am-
bientales y de los prospectos de las comunidades locales que
apoyan la actividad. As que la historia es diferente en cada pas y
no hay razn para decir qu es correcto y qu no lo es.
ACP: Por qu no se ha permitido en Francia el desarrollo de los
yacimientos no convencionales?
J.D: Creo que existen tres razones. La primera razn es que la
ubicacin de una de las bases ms prolferas est en un rea muy poblada
de Francia, alrededor de Pars; as que se hace especialmente difcil
desarrollar una acti-vidad de produccin de hidrocarburos no
convencionales sin una gran irrupcin en la comunidad local. La
segun-da, es que en Francia todos los recursos son de propiedad del
Gobierno, as que no hay un beneficio inmediato para las comunidades
locales. Y tercero, los franceses tienen una historia de poder
centralizado antes de proceder con cualquier proyecto, as que no
estoy sorprendido de que Francia est tomando este enfoque de una
manera ms lenta. Pero s creo que en un futuro ellos van a comenzar
con actividades de petrleo y gas no convencionales por-que
necesitan hidrocarburos.
ACP: Qu opina usted de los movimientos verdes en Nueva York en
contra de estas actividades?
J.D: En muchos estados de los EE.UU., incluyendo Nueva York,
existe una gran diferencia de opiniones entre los ciu-dadanos que
ven un mayor valor debido al aumento de em-pleos, la mayor
produccin domstica de petrleo y gas y los precios ms bajos que se
estn encontrando en el gas como tal. Sin embargo, a un grupo de
ciudadanos que usualmente no viven en las reas que reciben los
beneficios de estas ac-tividades, les preocupa el cambio climtico o
la oportunidad de introducir fuentes de energas renovables.
ACP: Qu deben hacer los pases para asegurar que la exploracin y
produccin de los no convencionales sea realizada de una forma
responsable en relacin con las co-munidades y el medio
ambiente?
J.D: Las comunidades deben comprender que las autori-dades
ambientales tienen normas que protegen el medio ambiente. Se le
debe informar al pblico que hay un sistema para medir el progreso
que se est llevando a cabo y que ese proceso de mediciones permitir
a los ciudadanos conocer los impactos ambientales ocasionados
durante el tiempo.
ACP: Qu otros factores deben ser tenidos en cuenta para el
desarrollo de estos proyectos?
J.D: Son cinco las reas que requieren atencin: aire, agua,
impacto a las comunidades, uso de las tierras a largo plazo y
sismicidad.
ACP: Colombia va a comenzar a explorar bloques de no
convencionales, en cunto tiempo deberamos empezar a producir estos
hidrocarburos?
J.D: No hay afn, este es un procedimiento que se debe llevar a
cabo cuidadosamente y en grupo. Que todo el mun-do entienda el
ritmo que se va a llevar y las medidas pre-ventivas para la
proteccin del medio ambiente. La ANH plantea que habr diez
actividades de produccin de no convencionales en los prximos dos
aos. Yo creo que pu-diera ser un poco ms, pero depender de cmo
avance el proceso ambiental. No hay apuros, no hay necesidad de
poner un objetivo especfico en el tiempo.
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34 Junio a agosto de 2013
Llevaba en la cabeza,una lechera el cntaro al mercadoCon aquella
presteza, aquel aire sencillo, aquel agrado, Que va diciendo a todo
el que lo advierte,
Yo s que estoy contenta con mi suerte!Esta leche vendida, en
limpio me dar tanto dinero,Y con esta partida, un canasto de huevos
comprar quiero,Para sacar cien pollos, que al esto, me rodeen
cantando el po, po.Enajenada, brinca de manera, que a su salto
violento el cntaro cay.Pobre Lechera! Qu compasin! Adis leche,
dinero, huevos, pollos, lechn, vaca y ternero.
Fragmento La Lechera de Flix Mara Samaniego
Con esos versos frescos en la memoria les propongo un ejercicio:
donde dice leche digamos petrleo, o mine-rales. Y donde dice la
lechera, digamos el Estado co-lombiano. Hecho esto, releamos con
cuidado cualquier parecido con la realidad NO es pura coincidencia.
Pocas semanas han pasado desde que en el Congreso se discu-ta cmo
aumentar las cargas tributarias a las empresas minero-energticas
para financiar todos nuestros buenos deseos. Poco tiempo ha
transcurrido desde que se hacan cuentas alegres sobre todo lo que
bamos a hacer con la mermelada de las regalas. Los organismos de
control, solo a veces, sufren de ayatolismo, y con su verdad
absoluta emiten controles de advertencia y otras amenazas varias a
quien la dispute. Todos a una como en Fuenteovejuna
LA LECHERA!
Leon TeicherExpresidente del Cerrejn
El autor, expresidente del Cerrejn y profundo conocedor
del tema, plantea un paralelo entre una famosa fbula infantil y
la realidad que
enfrenta el sector minero-energtico del pas.
OPININ
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35ACP Hidrocarburos
Les propongo un ejercicio: donde dice leche digamos petrleo, o
minerales. Y donde dice la lechera, digamos el Estado
colombiano.
(este ya no fue Samaniego sino Lope de Vega), sin coordinarse ni
compar-tir ideologa, sin direccin clara desde algn lado, estn
logrando darnos una buena demostracin de la sabidura de
Samaniego.
La testaruda y evidente realidad nos dice que la economa de los
grandes mercados no da seales de recupera-cin. La demanda por
materias primas y combustibles se ha visto afectada ne-gativamente.
Los Estados Unidos estn logrando grandes xitos en su estrate-gia de
crecer su produccin de estos materiales y reducir su dependencia de
suministros externos. Los dems pases los imitan. Los precios del
pe-trleo han bajado. Los precios del gas han bajado. Los precios
del carbn han bajado. Las empresas mineras y petro-leras en todo el
mundo estn reducien-do inversiones y revaluando selectiva-mente
dnde hacerlas.
Mientras tanto, en Colombia la inse-guridad en los sitios donde
estas em-presas operan persiste. La tradicional ausencia del Estado
en las distantes comunidades aumenta las presiones sobre las
empresas da a da. La nueva y bienvenida atencin a los aspectos
ambientales se convierte con frecuen-cia en confusin y en grandes
demo-ras por falta de claridad en el prop-sito y de fortaleza
institucional para lograrlo. El riesgo aumenta, los costos y la
incertidumbre tambin. El resul-tado empez a verse en la actividad
econmica de finales de 2012.
En petrleo, como en minera, si el alto gobierno y el Congreso no
actan rpidamente, con decisin estratgica, con claridad, con sentido
de propsito y coordinacin, ya casi, casi, podremos recitar: El
cntaro cay. Pobre Leche-ra! Adis leche, dinero, huevos, pollos,
lechn, vaca y ternero.
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36 Junio a agosto de 2013
Aunque algunos de nuestros vecinos nos aventajan en el tema de
reservas petroleras, Colombia es el pas
preferido por los inversionistas de esta industria frente a
otros de Amrica Latina, por factores como la estabilidad
normativa y el respeto a las condiciones pactadas.
Colombia,con la mejor recetade Amrica Latina
EXPERIENCIA INTERNACIONAL
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37ACP Hidrocarburos
Vista del puerto de Cartagena, Colombia. Laszlo Halasi /
Shutterstock.com
En 2011 el volumen de reservas de petrleo de Colombia fue
superado no solo por los ya co-nocidos e importantes recursos de
Venezuela y Brasil, sino por
los de pases como Ecuador y Argenti-na, segn cifras de la
British Petroleum (BP) en su conocido documento de Re-visin
estadstica de energa mundial.
De acuerdo con este reporte, los 2.259 millones de barriles que
logr el pas en ese ao solo fueron superiores a los de Per, que tena
1.200 millones de barriles (pero que le alcanzan para 33,2 aos), ya
que Ecuador cerr con una autosuficiencia de 33,2 aos gra-cias a sus
6.200 millones de barriles y Argentina contaba con crudo para 11,4
aos, producto de sus recursos proba-dos por 2.500 millones de
barriles.
Aunque hace aproximadamente 6 aos Venezuela dio un gran salto en
este aspecto, con su viraje en su poltica petrolera, hoy por hoy,
ms del 90 por ciento de las reservas de Suramrica y Centroamrica,
que yacen en el subsue-lo de este pas, estn bloqueadas para la
inversin extranjera privada.
Ante esta situacin, los ojos de los inver-sionistas se han
volcado hacia el resto de naciones, entre ellas Colombia, cuya
com-petitividad sale a flote por factores comple-mentarios a los
recursos probados.
-
38
bia, Brasil, Ecuador y Guatemala, se realizan licitaciones de
reas a travs de rondas, bien sea organizadas por el ministerio del
ramo o con agencias estatales.
Los contratos son similares tan-to en los tiempos de exploracin
(entre 6 y 8 aos) como en los de produccin (de 23 a 27 aos). En la
mayora, el esquema que opera para la extraccin consiste en darle la
administracin de los recursos al productor, sobre la cual se
imponen diferentes tarifas como las regalas y gravmenes a la
produccin, a la exportacin de los recursos o es-calas adicionales
de participacin para el Estado cuando se cumplan ciertas
condiciones de precio y de volumen en los campos.
Por ejemplo en Argentina, donde las provincias son autnomas en
la administracin de los recursos del subsuelo, la regala es del 12
por ciento, pero el impuesto a la renta
Una encuesta realizada en la Conferencia de Petrleo y Gas
Arpel 2013 ubic a Colombia como el pas ms atractivo
para invertir en Amrica Latina,
superando a Brasil que qued en
segundo lugar, y a Venezuela que a
pesar de sus enormes reservas qued en
el noveno lugar.
Banderas ondeando en el viento
En abril pasado, en la Conferencia de Petrleo y Gas Arpel 2013,
organizada por este gremio petrolero de la regin, nuestro pas
obtuvo el primer lugar en el sondeo hecho entre las entidades
estatales del sector y las compaas ms importantes que hacen
presencia explorando y explotando hidrocarburos, a quienes se les
pregunt cul era el pas con el clima ms atractivo para invertir en
Amrica Latina y el Caribe.
En la encuesta, el 17,2 por ciento de los entrevistados
mencionaron a Colombia, que super a Brasil, que tuvo un porcentaje
del 16,5 por ciento. Venezuela, como era de esperarse por su
situacin poltica, fue el ltimo en la lista de los primeros nueve
pases, pese a que segn las estadsticas, sus reservas probadas
representan alrede-dor del 84 por ciento de toda Amrica Latina y el
Caribe.
Pero, qu elementos se combinan para que Colombia sea ubicado en
el primer lugar de esta encuesta?
Alberto Tovar Duarte, vicepresidente del Comit de Exploracin y
Produccin de Arpel (Asociacin Regional de Empresas del Sector
Petrleo, Gas y Biocombustibles en Latinoamrica y el Caribe), no
duda en afirmar que el activo ms valioso que ha tenido Colombia, y
lo sigue manteniendo, ha sido la estabilidad a la hora de respetar
y honrar los trminos de los acuerdos y contratos que se han firmado
con las compaias que exploran y pro-ducen petrleo y gas. Aunque con
el correr de los aos han ido variando los trminos del contrato que
se ofrece a las firmas petroleras, as como el esquema de regalas,
los ajustes han sido para mejorar.
Esto le ha dado tranquilidad a los inversionistas por-que no ven
en el modelo colombiano algo similar a lo que ocurri en Venezuela o
en Argentina, con la nacionali-zacin ocurrida el ao pasado con la
firma Yacimientos Petrolferos Fiscales (YPF), cuando el Estado
asumi las acciones que tena la espaola Repsol. Sienten que esos
cambios no van a ocurrir en Colombia, seala Tovar.
Si bien en materia de reservas, Colombia tiene la ta-rea
pendiente, la evolucin de la produccin respalda la poltica de
apertura a la inversin. Al mirar las estads-ticas al cierre de 2012
se evidencia que Colombia cerr en 944.119 barriles por da como
produccin promedio diaria, siendo el tercero despus de Venezuela y
Brasil.
Mientras el pas gan entre 2006 y 2011 ms de 371.000 barriles de
produccin diaria, Argentina perdi 109.000 barriles diarios y
Venezuela baj en 220.000 barriles al da. Incluso, Colombia estuvo
cerca del au-mento que tuvo Brasil, que subi su produccin anual en
384.000 barriles diarios en el mismo perodo.
Hay con qu competirUn anlisis de la Organizacin Latinoamericana
de
Energa (Olade) publicado en 2010, deja ver que Colom-bia tiene
un contrato petrolero que se ha ido ajustando en los ltimos aos,
pero que es competitivo frente a los de pases como Argentina,
Bolivia y Brasil.
Segn el documento, en 13 naciones analizadas de Suramrica y
Centroamrica (excepto Ecuador), el Es-tado es el propietario de los
recursos y los riesgos y los costos de las exploraciones son
asumidos por el contra-tista. Aunque en algunas existe la
posibilidad de hacer emprendimientos mixtos con la empresa
estatal.
En ciertos casos, el acuerdo de exploracin se hace direc-tamente
con la empresa estatal, pero en el caso de Colom-
Junio a agosto de 2013
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39ACP Hidrocarburos
es del 35 por ciento, y existen im-puestos sobre los crditos o
de se-llos, entre otros.
En Brasil, uno de los rivales di-rectos de Colombia por
prospecti-vidad, situacin poltica, esquema institucional y reglas
de juego, los recursos del presal (capa ubicada por debajo del
lecho marino a gran-des profundidades) estn reserva-dos para la
operacin de la estatal Petrobras, mientras en el resto de reas el
oferente paga un bono en dinero a la entrega del contrato, tras el
cierre de las licitaciones.
All existe una tarifa de regalas del 10 por ciento de la
produccin (que puede bajar al 5 por ciento en la licita-cin de
reas), una participacin espe-cial para los campos de gran
produc-cin y cnones por kilmetro cuadrado en la exploracin y la
produccin, ms un pago a los propietarios de la tierra en la que
hace la actividad, equivalen-te al 1 por ciento de la
produccin.
Si bien en materia de reservas Colombia tiene la tarea
pendiente, la evolucin de la produccin respalda la poltica de
apertura
a la inversin. Al mirar las estadsticas al cierre de 2011 se
evidencia que Colombia
cerr en 930.000 barriles por da como produccin promedio diaria,
siendo el
tercero despus de Venezuela y Brasil.
Bolivia es uno de los ms estrictos, ya que su regala es del 18
por ciento y adicionalmente existe un impues-to del 25 por ciento a
la produccin, una tarifa de renta del 25 por ciento sobre la base
gravable, IVA del 13 por ciento y un impuesto del tres por ciento a
las transaccio-nes para ventas en el mercado interno.
Pases como Ecuador, Colombia, Brasil, Per y Guate-mala estn en
la bsqueda de inversionistas permanen-tes para el sector petrolero,
principalmente de Estados Unidos y Canad por la cercana. Pero en
los ltimos aos estos pases se han vuelto menos dependientes, pues
han aumentado su produccin. Segn las estadsti-cas del estudio de
BP, en 2011 EE.UU. subi en 286.000 barriles por da frente a 2010
mientras que Canad pro-dujo 154.000 barriles ms, llegando a un
rcord histri-co de 3,52 millones de barriles por da.
Pese a esta competitividad y a las perspectivas de crecimiento
para los prximos aos, expertos como Humberto Caldern, presidente de
Vetra y exministro de Petrleo y Minera de Venezuela, asegura que el
pas debe cuidar lo que tiene, para no repetir los errores del
vecino pas. Agrega que ms all de las condiciones geolgicas,
polticas y de mercado, cuando los inver-sionistas toman decisiones
de apoyar un proyecto, su
Taladro de perforacin.Campo Castilla
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40
principal preocupacin es que no se les cambien las reglas del
juego du-rante el desarrollo de la iniciativa.
La opinin fue compartida por el presidente de la minera Eco Oro,
Joao Carrelo, quien en el pasado Congreso Internacional de Minera y
Petrleo asegur que inmediata-mente despus de conocerse el in-forme
de la Contralora General de la Repblica en el que plantea
mo-dificar el modelo extractivo de Co-lombia los inversionistas
llamaron a preguntar por las implicaciones que tendra en el
proyecto aurfero.
Una mezcla de factoresCuando se mira el ranking de las
cuencas petroleras, es claro que las de Venezuela y Brasil son
las prime-ras. Pero al combinar este potencial con la economa que
da el contrato de exploracin y produccin, ms la estabilidad por el
riesgo de cada pas, algunos consultores manejan el concepto de
priorizacin del valor que dan las reas del subsuelo. Ah las cuencas
colombianas aparecen mucho ms que las de Venezuela, seala Alberto
Tovar.
Colombia ha repuntado frente a Brasil porque el pas de la samba
viene de un perodo de varios aos sin hacer oferta de reas y de poca
apertura a la inversin, mientras decide qu hace con el inmenso
potencial de los recursos del presal. Segn las cifras ms recientes,
se estima que solo en estas reas de Brasil las reservas podran
estar en un rango entre 70.000 y 100.000 millones de barriles
equivalentes (petrleo y gas).
Pero el problema son las condi-ciones que se estn imponiendo, ya
que los ajustes tienen que ir al Congreso, que fue el que legisl
en
Calidad de los profesionales,
a favor de Colombia
En el primer lugar de Colombia en la preferencia de los
inversionistas del sector petrolero de Amrica Latina y el Caribe,
tambin ha tenido un papel clave la calidad de los profesionales de
la industria.
Las compaas reconocen que la gente es buena, lo cual les implica
menores costos de operacin local, porque no tienen que traer
personal expatriado, ya que el recurso humano criollo tiene
experiencia en lo que se est haciendo.
Esto lo demuestran las cifras de la produccin nacional, de la
cual entre 100.000 y 150.000 barriles por da corresponden a
proyectos donde Ecopetrol no hace presencia.
Refinera de Barrancabermeja
Junio a agosto de 2013
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41ACP Hidrocarburos
Buque tanquero. Puert