1 El presente es un documento de trabajo elaborado para el estudio “Estado del Arte y Prospectiva de la Ingeniería en México y el Mundo”, realizado por la Academia de Ingeniería de México con el patrocinio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. La información así como las opiniones y propuestas vertidas en este documento son responsabilidad exclusiva de los autores. La Academia y los autores agradecerán las sugerencias y comentarios de los lectores para mejorar su contenido y las omisiones en que se haya incurrido en su elaboración.
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Academia de Ingeniería México - El presente es un documento de … · 2016. 10. 25. · 4 Innovación, factor del desarrollo. Hoy más que nunca la innovación es una variable estratégica
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Transcript
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El presente es un documento de trabajo elaborado para el
estudio “Estado del Arte y Prospectiva de la Ingeniería en México
y el Mundo”, realizado por la Academia de Ingeniería de México
con el patrocinio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
La información así como las opiniones y propuestas vertidas en
este documento son responsabilidad exclusiva de los autores.
La Academia y los autores agradecerán las sugerencias y
comentarios de los lectores para mejorar su contenido y las
omisiones en que se haya incurrido en su elaboración.
Elaborado por el Ing. Salomón Elnecavé Korish con la colaboración de
los M. en C. Carlos A. Morán Moguel y Enrique Jiménez Espriú,
académicos titulares de la Academia de Ingeniería.
La innovación en Brasil
Resumen
Se expone como una premisa fundamental que la innovación es un
factor indispensable para el desarrollo de las naciones. Es imperativo
contar con una visión de estado a largo plazo para que las acciones de promoción de la ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación brinden
los frutos esperados, no son de resultados inmediatos, pero sí son la
base para el desarrollo económico y social de los países. Se presenta el
caso de Brasil, y los alentadores resultados que está obteniendo en
diversos campos del conocimiento y del desarrollo científico y tecnológico.
Brasil estableció una política de estado sostenida a pesar de algunos
serios contratiempos, pero manteniendo la visión y el convencimiento de
la necesidad y bondades de apostar por la ciencia y la tecnología. Su creciente inversión en estos aspectos da pruebas fehacientes de la
prioridad que para el país representa.
Se presentan algunos de los principales resultados de las experiencias
en Brasil a raíz del establecimiento de su sistema nacional de innovación, y los fondos sectoriales, y en especial el Fondo Verde
Amarillo que establece las bases de la crucial vinculación de las
universidades y centros de investigación y desarrollo tecnológico, con
las empresas.
Se presentan los casos de éxito en innovación del Brasil en campos como los biocombustibles; ciencias agropecuarias; proyectos de
ingeniería y construcción; ciencias de la salud; servicios profesionales y
empresariales. Se tratan como casos de éxito a la empresa Petrobras,
su renaciente industria naval; Embraer y la exitosa fabricación de aviones regionales y militares; y la agencia espacial brasileña, con su
desarrollo en fabricación de satélites de observación de la tierra y de
comunicaciones.
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Innovación, factor del desarrollo.
Hoy más que nunca la innovación es una variable estratégica que debe ocupar un lugar prioritario en el diseño de las políticas de desarrollo de
los países, en especial de los países como Brasil y México, que cuentan
con una base tecnológica que les permite aspirar a mejores niveles de
innovación.
El cambio técnico se ha acelerado marcadamente en el mundo en las últimas décadas y, muy probablemente, la recuperación de la economía
mundial se asocie a importantes innovaciones. Brasil y México han
participado de forma muy marginal en ese proceso desde los años
ochenta y es necesario dar un salto cualitativo en materia de inversión en educación, investigación y desarrollo e infraestructura para ciencia y
tecnología. No hacerlo implicaría renunciar a una inserción menos
vulnerable en esta etapa de recuperación de la crisis y comprometer las
posibilidades de convergencia futura de sus economías con las de los países más desarrollados. Este tema ha sido una preocupación
permanente de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) a lo
largo de las últimas décadas (CEPAL, 2005 y 2007).1
La innovación es uno de los principales instrumentos (quizás el
principal) para conciliar crecimiento, equidad y sustentabilidad. En efecto, sin innovación no habrá aumento de competitividad que
sostenga el crecimiento, o este último dependerá exclusivamente de
tasas de cambio muy altas y bajos salarios, que generan desigualdad y
que no son compatibles con una sociedad más justa e inclusiva.
Asimismo, en el mundo existe una preocupación creciente y plenamente
justificada por el impacto ambiental del desarrollo, y las demandas y
preferencias de los consumidores y gobiernos favorecen cada vez más
las tecnologías con baja emisión de carbono. Por esa razón, canalizar el
esfuerzo tecnológico hacia tecnologías limpias no solo protege al medio ambiente, sino que también puede reforzar la posición competitiva de
los países.
La Innovación, visión a largo plazo.
En un momento en que se discute la institucionalidad necesaria para
superar de la mejor manera posible la crisis económica es imprescindible
no dejar de lado el largo plazo y los problemas del desarrollo que
1 INNOVAR PARA CRECER Desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible e inclusivo en Iberoamérica CEPAL, Naciones Unidas 2010.
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persisten en muchas regiones del mundo. Las economías de la región en
la que vivimos han respondido a los desafíos planteados por la crisis
mediante políticas de corto plazo de incentivo al crédito y de aumento
del gasto público; pero es necesaria una estrategia de largo plazo que defina una trayectoria de crecimiento sostenible e inclusivo, en la que la
innovación debe desempeñar una función primordial.
En efecto, no se puede pensar en políticas de largo plazo sin tener en
cuenta el papel que le cabe a la ciencia, tecnología e innovación (CTI) en la recuperación económica y el crecimiento y desarrollo en los
próximos años. Así como las políticas fiscal y monetaria de corto plazo
buscan evitar que el nivel de actividad continúe cayendo, las políticas
industrial y tecnológica deben impedir que se profundicen las asimetrías tecnológicas y de competitividad que existen en la economía
internacional.
Debemos voltear hacia el largo plazo, desarrollando las políticas de
estado que lo favorezcan. La política de corto plazo apunta a reducir la
brecha entre el producto con pleno empleo en la producción; la de largo plazo busca reducir la distancia entre los países que se sitúan en la
frontera tecnológica (países desarrollados) y aquellos en que la
tecnología solo ha penetrado de forma parcial (países en desarrollo). La
política de corto plazo pretende estabilizar el crecimiento del producto; la de largo plazo, en el caso de las economías en desarrollo, busca
alcanzar tasas de crecimiento que reduzcan, con el tiempo, las
diferencias internacionales de ingreso por habitante, mejorando a la
mayoría de la población.
La crisis económica internacional ha provocado varios efectos negativos
en la innovación. Por un lado, la caída de la tasas de crecimiento afecta
fuertemente la tasa de aprendizaje y la incorporación de innovaciones.
Otros efectos negativos se producen sobre todo por la vía de una mayor
aversión al riesgo y expectativas pesimistas e inestables, que reducen la inversión. Por otro lado, el menor dinamismo del sector exportador
desempeña un papel destacable, ya que el comercio internacional es
una fuente importante de aprendizaje. Por último, la caída de los
ingresos fiscales conduce a una disminución de los recursos públicos dedicados a la investigación básica y aplicada. Es posible que, en
función de esto, las políticas de apoyo a la innovación pierdan espacio.
Sin embargo, la crisis económica también implica una fuerte presión por
alcanzar una mayor eficiencia y productividad. Existen, además,
incentivos estructurales que no dependen del ciclo económico, como la consolidación de sectores de punta (biotecnología, nanotecnología,
tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) y nuevos
materiales) y el impacto creciente de las políticas de ahorro energético
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impulsadas por los países más industrializados. En otras palabras, la
crisis no implica un alto en las actividades de innovación, ya que algunas
oportunidades se vuelven más visibles. Ahora bien, para aprovecharlas,
las políticas proactivas aparecen como más necesarias que nunca.
Cuando la incertidumbre se hace más aguda, es necesario formular
parámetros claros y sugerir direcciones concretas para recuperar la
inversión y el crecimiento. La experiencia nos ha demostrado que el
mercado no puede hacerlo, ya que en períodos de crisis los agentes económicos buscan la seguridad y evitan apostar al futuro. Le cabe,
entonces, a la política pública desempeñar ese papel estratégico.
En este trabajo se analizan de manera concisa las capacidades
tecnológicas de Brasil y algunos ejemplos de éxito que ha logrado, así como comparaciones con respecto de otros países, tanto de la región
iberoamericana, haciendo énfasis en México, como con algunos países
desarrollados. Así mismo, se enfatiza la relevancia de la vinculación
efectiva entre las instituciones de educación superior, centros de
investigación, desarrollo tecnológico e innovación, con las empresas, como uno de los elementos indispensables para obtener logros
significativos y sostenibles en la innovación.
Si bien algunos países de la región han mostrado avances tecnológicos
importantes en algunos de los factores mencionados, otras economías han avanzado más rápidamente en la construcción de capacidades,
como China e India. En América Latina, las escasas capacidades
tecnológicas son explicadas en parte por factores relacionados con su
estructura económica y las dinámicas de innovación, entre los cuales se destaca el patrón de especialización, el fuerte peso de las importaciones
en los sectores de elevado contenido tecnológico, el bajo
posicionamiento en las cadenas globales del valor y la consecuente
dependencia de la importación del conocimiento de ciencia, tecnología e
innovación (CEPAL, 2008a).
En promedio, América Latina muestra una especialización muy
concentrada en recursos naturales, aunque México y Brasil son
excepciones. En estos países las actividades industriales intensivas en
tecnología producen entre el 30% y el 40% del valor agregado manufacturero. Sin embargo, en el caso de México esto se explica en
gran medida por el desarrollo de la industria manufacturera de
exportación (maquila), que realiza sobre todo actividades de
ensamblaje, con bajo valor agregado local por unidad de producto.
Brasil es una excepción en el panorama regional por el hecho de que su gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) aumentó desde finales de los
años noventa para alcanzar valores en torno al 1.56% del PIB, en 2010,
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y hoy han superado este nivel, siendo el líder regional en I+D. Su meta
es alcanzar el 2.5% en el año 20222.
La comparación del gasto en investigación y desarrollo como porcentaje
del PIB de países y regiones seleccionadas revela que estos valores han aumentado significativamente en varios países de la región entre 2000 y
2008 aunque con una notable heterogeneidad entre los países en
términos de los montos que invierten en este ámbito (ya sea como valor
absoluto o como porcentaje del PIB) y en la distribución de los montos. Brasil sobresale ya que sus niveles de inversión como porcentaje del
PIB, como se señaló, han aumentado sustantivamente en los últimos
años.
Países y regiones seleccionadas: Gasto en Investigación y Desarrollo
como porcentaje del PIB, 2000,2004 y 2008 o último dato disponible (en
porcentajes)
Brasil incrementó el monto invertido en investigación y desarrollo al pasar de 12,483 a 22,466 millones de dólares; México pasó de 3,551, a
5,789, millones de dólares equivalentes, entre el comienzo de la década
y 20083. En proporción al PIB, México ha disminuido, y Brasil mantiene
un constante crecimiento.
2 Ministerio de Ciencia y Tecnología Brasileño. Libro Azul.2011. http://www.scidev.net/es/news/brasil-presenta-plan-de-ciencia.html http 3 CEPAL. Espacios Iberoamericanos. Vínculos entre Universidades y Empresas para el Desarrollo Tecnológico. Nov. 2010
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Iberoamérica: Distribución de la Inversión en Investigación y Desarrollo,
2008. (En millones de US Dólares, en paridad de poder de compra)4
En los países de Iberoamérica las actividades de investigación y desarrollo las realizan primordialmente las universidades o centros de
investigación especializados, que en su mayoría son de carácter público.
Al mismo tiempo, y en relación con lo anterior, la principal fuente de
financiamiento de las actividades de investigación y desarrollo en los
países de la región sigue siendo el gobierno.
4 CEPAL. Espacios Iberoamericanos. Vínculos entre Universidades y Empresas para el Desarrollo Tecnológico. Nov. 2010
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Por esta razón, los esfuerzos por insertarse exitosamente en la
economía global, caracterizada por la acelerada incorporación de
tecnología en los productos y procesos, hacen necesario reforzar los vínculos entre esos centros y el sector productivo. Este último sigue
participando débilmente en estas actividades, frente a lo cual es preciso
subrayar la importancia de facilitar y fortalecer sus vínculos con las
universidades o centros especializados de investigación.
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La situación de las empresas es bastante heterogénea entre los países.
Sin embargo, solo en unos pocos países (Brasil, México, España, Chile y
Portugal) la participación de las empresas en el financiamiento de este
gasto es relevante y bordea el 40%.
En la gráfica anterior se sintetiza la información sobre la participación relativa de los dos principales actores en el financiamiento de las
actividades de investigación y desarrollo (el gobierno y las empresas) y
la información sobre el monto del gasto en este ámbito como porcentaje
del PIB.
Se pueden observar en la gráfica siguiente tres grupos de países. El
primero se ubica en el cuadrante superior izquierdo e incluye a los
Estados Unidos, la República de Corea y Finlandia, países donde un
elevado porcentaje del financiamiento de la actividad de investigación y
desarrollo proviene de las empresas y donde existe un alto nivel de inversión como porcentaje del PIB. Un segundo grupo lo conforman
algunos países de la región (Portugal, Brasil, España, México y Chile)
donde el nivel de participación del sector privado en el financiamiento
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representa en torno al 40% o 50%; en este grupo se distinguen a su
vez dos subgrupos, uno con una inversión que supera el 1% del PIB (el
Brasil, España y Portugal) y otro con valores del 0,5% aproximadamente
(México y Chile).
Por último, se observa un tercer grupo, integrado por la gran mayoría
de los países iberoamericanos, donde se registra un bajo gasto en
actividades de investigación y desarrollo como porcentaje del PIB, así
como una escasa participación de las empresas y una alta participación del gobierno en el financiamiento de estas actividades. Asimismo, en el
gráfico es posible observar la relación existente entre la estructura del
financiamiento de la investigación y desarrollo y el tamaño de las
inversiones en estas actividades.
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De acuerdo con la gráfica, cuanto más importante es la participación del
sector privado en el financiamiento total, mayor es el gasto en
investigación y desarrollo como porcentaje del PIB. Por tanto, una conclusión interesante de las observaciones realizadas es que, en el
esfuerzo por lograr aumentar los gastos destinados a este sector como
porcentaje del PIB de un país, es necesario fomentar y fortalecer una
participación más activa de las empresas en el financiamiento y en la ejecución de estos gastos.
Los casos de Brasil y México son similares en cuanto a la inversión por
sectores, por lo que debemos de analizar la efectividad de las
actividades que realizan, y las estrategias de colaboración que han
alcanzado en Brasil entre los diversos sectores para impulsar la innovación, y ver la conveniencia de aplicar estas estrategias para
intensificar las acciones de México en este sentido.
Trataremos a continuación algunos indicadores clave que muestran la
situación de Brasil y México en la economía del conocimiento, en lo que respecta a innovación, principalmente.
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Economía del conocimiento, Brasil – México, Aspectos
relevantes5
Como se ha comentado en diversos trabajos de la Academia de
Ingeniería en el estudio de “Estado del Arte y Prospectiva de la Ingeniería de México y el Mundo”, el Banco Mundial realiza estudios
periódicos y determina el Índice de Economía del Conocimiento6 de la
mayoría de los países del mundo. A continuación se presenta el pilar de
innovación de Brasil, con la información del último dato disponible por el Banco, y su comparación con México.
Pilar: Sistema de Innovación
Es clara la gran ventaja que México tiene sobre Brasil en matrícula de
ciencias e ingeniería con respecto al total en educación superior.
También aparecen con evaluaciones altas para México, la “exportación de manufacturas como % del Producto Doméstico Bruto PDB” y la
5 La Ingeniería en la Economía del Conocimiento Segunda Etapa. Estudio del Estado del Arte y Prospectiva de la Ingeniería en México y el Mundo. Academia de Ingeniería .2010 6 The World Bank. Índice de Economía de Conocimiento (KAM). 2010
Matrícula de Ciencias e Ingeniería en IES /% del total en
educación superior
Investigadores en I&D / mil habitantes
Gasto total de I&D como % del PDB
Exportación de manufacturas como %
del PDB Colaboración en
investigación Universidad - Industria
Artículos en ciencia e ingeniería publicados /
mil habitantes
Patentes otorgadas por la USPTO / mil habitantes
Export. Alta-Tecno como % export. manuf.
Inversión del Sector Privado en I&D
Nivel de absorción tecnol. de empresas
Presencia de cadena de valor
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“exportación de alta tecnología”, pero éstas resultan ser ventajas
aparentes por la poca innovación mexicana que se realiza, como ya se
mencionó anteriormente. Caso contrario se presenta en los indicadores
“gasto total de I&D como % del PDB”, “colaboración en investigación universidad-industria”, “artículos en ciencia e ingeniería publicados por
mil habitantes”, “inversión del sector privado en I&D”, nivel de absorción
tecnológica de empresas”; en todos éstos, Brasil tiene una ventaja
considerable sobre México, y son los elementos básicos que conforman la base de la innovación de los países.
Por otra parte, el Foro Económico Mundial realiza periódicamente
evaluaciones de competitividad de los países, que resulta de relevancia para ubicar los esfuerzos realizados y logros en diversos campos,
integrados en 12 pilares generales, desglosados en 110 indicadores.
El estudio comprende un análisis de la problemática que se identifica
para cada país en cuanto a los principales factores problemáticos para
hacer negocio, que para el caso de Brasil y México, es el siguiente7:
Principales factores problemáticos para hacer negocios. Brasil – México
7 Wold Economic Forum WEF; The Global Competitiveness Report 2011 – 2012.
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20
Baja ética laboral en la fuerza de trabajo
Inestabilidad gubernamental/Golpes
Inestabilidad política
Escasa salud pública
Criminalidad y robos
Inflación
Regulaciones sobre divisas
Acceso al financiamiento
Corrupción
Fuerza de trabajo inadecuadamente educada
Burocracia gubernamental ineficiente
Regulaciones laborales restrictivas
Oferta inadecuada de infraestructura
Regulaciones fiscales
Tasas fiscales
Brasil
México
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Los dos países tienen grandes diferencias, los factores más críticos que
se identifican para hacer negocios en Brasil son las tasas y las
regulaciones fiscales; la oferta inadecuada de infraestructura, y las
regulaciones laborales restrictivas, mientras que para México, los puntos más críticos son la criminalidad y robos, la percepción de corrupción, y
la ineficiencia de la burocracia gubernamental.
Como se ha presentado, el tema de la competitividad tiene una gran cantidad de variables y condiciones que hacen necesario considerar
simultáneamente estrategias globales para mejorar su desempeño,
entre éstas destacan el papel fundamental que juegan la ciencia, la
tecnología y la innovación.
A continuación se presenta un cuadro que resume los conceptos básicos que considera el Foro Económico Mundial en la cuantificación del índice
de Competitividad Global, de México y Brasil.
Índice de Competitividad
Global: World Economic
Forum8
México
Posición 2011
- 2012 (142
países): 58
Brasil:
Posición 2011
- 2012 (142
países): 53
Sub índice A: Requerimientos
Básicos
67 83
Pilar 1: Instituciones 103 77
Pilar 2: Infraestructura 66 64
Pilar 3: Estabilidad
Macroeconómica
39 115
Pilar 4: Salud y Educación Básica 69 87
Sub índice B: Potenciadores
de Eficiencia
53 41
Pilar 5: Educación superior y
capacitación
72 57
Pilar 6: Eficiencia de mercado 84 113
8 Wold Economic Forum WEF; The Global Competitiveness Report 2011 – 2012.
16
Pilar 7: Eficiencia de mercado
laboral
114 83
Pilar 8: Sofisticación de los
mercados financieros
83 43
Pilar 9: Disposición / Preparación
Tecnológica
63 54
Pilar 10: Tamaño de mercado 12 10
Sub índice C: Factores de
Innovación y Sofisticación
55 35
Pilar 11: Sofisticación de negocios 56 31
Pilar 12: Innovación 63 44
El índice global de competitividad de Brasil y México han mejorado, aunque Brasil presenta un mejor desempeño en años recientes.
Actualmente Brasil se ubica en la posición 53, mientras que México está
en la 58. En el aspecto particular del concepto de Innovación, la
diferencia es más significativa y relevante para el tema del presente trabajo, ya que Brasil está en el lugar 44, y México en el 63. A
continuación se presenta el desglose del pilar de Innovación, con las
posiciones de estos dos países.
Pilar 12: Innovación: México (63) Brasil (42)
1. Capacidad para innovar: (76) (31) 2. Calidad de las instituciones de investigación científica: (54) (42)
3. Gasto de las empresas en IyD: (79) (30)
4. Colaboración de investigación entre universidades e industria: (45) (38)
5. Abastecimiento gubernamental de productos de tecnología avanzada:
(75) (52) 6. Disponibilidad de científicos e ingenieros: (86) (91)
7. Patentes utilitarias por millón de habitantes: (58) (60)
Como se observa, Brasil se encuentra en una mejor situación que nuestro país en prácticamente todos los indicadores, sobresalen los de
su capacidad para innovar; la calidad de sus instituciones de
investigación científica; el gasto que realizan las empresas en
investigación y desarrollo, y la colaboración para la investigación entre
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sus universidades y sus industrias. Este último aspecto ha sido
fuertemente impulsado por Brasil desde hace varios años, y sus frutos
ya son significativos.
Por su importancia y repercusión sobre la capacidad de innovación de los países, se profundiza sobre las estrategias que ha seguido Brasil
para mejorar la vinculación entre sus centros de educación superior,
instituciones de investigación y desarrollo tecnológico, y sus empresas,
para impulsar su innovación. México tiene una mejor situación que Brasil en cuanto a su disponibilidad de Científicos e Ingenieros, situación que
nuestro país debe de aprovechar, y que se destaca en los diversos
documentos y el Observatorio de la Ingeniería que forman parte del
Estudio del Estado el Arte y Prospectiva de la Ingeniería en México y el Mundo.
Incentivos para apoyar la innovación: La experiencia Brasileña.
El espectacular desarrollo de la ciencia, tecnología e Innovación
brasileña no es casualidad, es el producto de más de 50 años de esfuerzos, con muchas dificultades y contratiempos, pero con una visión
decidida y convencida de sus bondades para garantizar su futuro.
La base institucional responsable de la promoción y apoyo del desarrollo
científico y tecnológico en Brasil fue montada durante los años 50 y 609. Hasta entonces, el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología era muy
incipiente, formado por un grupo de instituciones de educación superior
e investigación. La política científica y tecnológica se incluyó en la
agenda formal del gobierno brasileño durante los 70, a través de la
elaboración e implementación de varios Planes Nacionales de Desarrollo y Planes Básicos para el Desarrollo Científico y Tecnológico. Con el
tiempo, se implementaron y fortalecieron varios órganos del gobierno e
instituciones que se encargaban de la articulación y coordinación, el
financiamiento y ejecución de actividades científicas, tecnológicas e innovadoras.
Este marco científico y tecnológico le ha permitido al país lograr
adelantos destacados en varios frentes, en comparación con otros países
en desarrollo. El país consolidó su infraestructura científica y tecnológica, así como la formación profesional de los recursos humanos,
produciendo un denso tejido institucional compuesto por instituciones
9 INCENTIVOS PARA APOYAR LA INNOVACIÓN EN EL SECTOR PRIVADO: LA EXPERIENCIA
BRASILEÑA. Odilon Antonio Marcuzzo do Canto. Presidente de la Agencia Brasileña de Innovación. Financiadora de Estudos e Projetos (FINEP.) Praia do Flamengo, 200 – Piso 13; 22210-030; Río de Janeiro RJ, Brasil; e-mail: [email protected].
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científicas y tecnológicas, y organizaciones gubernamentales dedicadas
al apoyo, promoción y financiamiento de actividades de Ciencia y
Tecnología (CyT). Además, este sistema produjo indicadores científicos
relevantes reconocidos mundialmente. Por ejemplo, el número de doctores PhD formados en Brasil y en el extranjero creció de menos de
600 en 1980 a más de 11,000 en 2010; en el mismo período, la
cantidad de documentos científicos brasileños citados por el “Institute
for Scientific Information” (ISI-Instituto para la Información Científica), creció de alrededor de 1,500 a más de 14,000. En suma, en términos de
disponibilidad de recursos humanos altamente calificados – su
capacitación y su producción científica – Brasil muestra actualmente un
desempeño mucho más robusto y competitivo que el de hace 20 años.
Sin embargo, estos resultados no fueron acompañados por una
planificación orquestada dirigida a la intensificación del desarrollo
tecnológico e innovador de las empresas. Hasta mediados de los 80, la
estructura industrial brasileña era muy diversificada, aunque sin el
desarrollo suficiente de una capacidad tecnológica endógena. El mecanismo tradicional de implementar y modernizar las estructuras
industriales fue impulsado por la adquisición de tecnologías importadas
incorporadas en bienes de capital y adaptación – por medio del bien
conocido modelo de sustitución de importaciones y en el aprovechamiento de la capacidad de compra del estado. Este modelo no
estimulaba el esfuerzo tecnológico endógeno del sector privado; el
enfoque de las empresas en términos de demanda tecnológica era,
básicamente, realizado mediante la utilización de servicios y análisis y pruebas tecnológicas básicas, manteniéndose las empresas muy lejos de
la infraestructura científica y tecnológica disponible.
Para arrojar alguna luz sobre este tema, estudios recientes
desarrollados por el Instituto Brasileño Geográfico y Estadístico (IBGE)
indican que para el año 2000, el PIB (producto interno bruto) y la producción industrial, crecieron al nivel de 4.4% y 4.8%
respectivamente, mientras que la inversión en I+D por empresas
industriales alcanzó solamente el 0.4% del PIB. Para el año 2003, el
panorama muestra que la inversión de las empresas industriales en I+D bajó, alcanzando la tasa del 0.37% del PIB. En 2010, la inversión
privada a estos fines se incrementó sustancialmente, hasta alcanzar el
0.59% del PIB.
Aún hoy persisten brechas sistémicas. Desde una perspectiva macro, algunos aspectos afectan la economía brasileña, así como a muchas
otras, particularmente las emergentes, tales como: (a) fragmentación
de las políticas públicas; (b) desigualdad regional e importancia
estratégica del desarrollo local; (c) PYMES y sus oportunidades y
desafíos para sobrevivir en un medio hostil; (d) falta de cultura
19
empresarial; y (e) baja tasa de empresas innovadoras comparada con la
de los países desarrollados (33.3% en el caso brasileño, según el IBGE,
2005).
Desde un nivel micro, los vínculos persistentemente débiles entre los sectores industriales y de servicios y la infraestructura científica y
tecnológica, han obstaculizado la absorción de recursos humanos
altamente calificados, restringiendo un mejor desempeño de las
empresas en términos de actividades innovadoras. Aparte de estos aspectos, el contexto brasileño ha sido, además, agravado por la
limitación estructural impuesta por la inestabilidad macroeconómica y
entornos legales y regulatorios inapropiados.
El sistema brasileño de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) ha estado especialmente influenciado por estas restricciones, ya que producir y
madurar resultados implica riesgos y tiempo, aparte de requerir
inmensas cantidades de recursos financieros. Los emprendedores, en
particular, han enfrentado un entorno desfavorable para desarrollar sus
actividades innovadoras, dado que carecen de apoyo financiero y gerencial apropiados.
En un proceso gradual de incorporación de más elementos sólidos para
la promoción de la innovación en las empresas, desde fines de los 90,
las políticas del gobierno brasileño han comenzado a priorizar el apoyo a las actividades innovadoras de las empresas. Más recientemente, las
organizaciones gubernamentales han hecho un esfuerzo enorme para
provocar cambios sólidos en este escenario y para reforzar el sistema
nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) apuntando al fortalecimiento de la interacción, articulación y coordinación de
iniciativas entre instituciones responsables de la formulación e
implementación de las políticas de innovación y competitividad, así
como de su descentralización. Los resultados de la experiencia brasileña
ya se observan en varios de los principales indicadores internacionales sobre el desarrollo científico, tecnológico y de innovación.
El conocimiento, como se ha reiterado, es un factor indispensable en la
creación de valor agregado de los productos y servicios. Para poder competir en una economía abierta y con base en el conocimiento, son
fundamentales la diversificación productiva y el desarrollo de las
capacidades innovadoras, que están fuertemente relacionados con las
instituciones, los sistemas de incentivos y las vinculaciones entre los
agentes económicos y sociales.
El conocimiento presenta una serie de características que lo hacen un
fenómeno altamente complejo y único. Por su parte, la participación en
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su generación y difusión depende marcadamente de las capacidades
internas de los países, sus sistemas de innovación, los diversos agentes
involucrados, incluidas las instituciones que lo generan (como las
universidades y centros de investigación), los agentes que llevan ese conocimiento a un estadio en que es comercializado bajo una forma de
producto o servicio (las empresas) y las instituciones del Estado que
diseñan las políticas e instrumentos necesarios para impulsar la ciencia,
la tecnología y la innovación, así como de las condiciones de entorno y de sus relaciones con otros países y regiones. Todos estos factores, así
como sus vinculaciones, determinan las características del sistema y
hacen que sea más o menos complejo e integral.
Innovar para crecer10:
Como se ha señalado, la capacidad de cada país de participar del
comercio y el crecimiento mundial en los próximos años dependerá de
su capacidad de innovar en los campos tecnológico, social y organizacional. El aspecto distintivo de la nueva economía del
conocimiento es, precisamente, el papel central de la innovación en el
juego competitivo y en la división global del trabajo. Sin embargo, la
innovación en sí no es la única variable que importa. Interesan muy particularmente la dirección y calidad de esa innovación y, sobre todo,
sus efectos sobre la inclusión social y la sustentabilidad ambiental.
Puede decirse que actualmente el desarrollo económico se visualiza en
términos de una combinación de esos tres objetivos: crecimiento,
inclusión y sustentabilidad.
Esa combinación debe ser virtuosa, en el sentido de que los tres
objetivos se complementen y apoyen mutuamente. Tal ruta de
crecimiento no se alcanza en forma automática ni por el juego
espontáneo de las fuerzas del mercado, sino que surge de la implementación de políticas deliberadas, consistentes a lo largo del
tiempo, al amparo de configuraciones institucionales que estimulen y
exploren las complementariedades en los campos tecnológico y
económico. Si bien no es un desafío sencillo, ignorarlo conduce no solo al estancamiento de las capacidades, sino también a un rezago creciente
que, a la larga, lleva al retroceso. Cuanto antes se acepte el desafío y se
diseñen las respuestas estratégicas necesarias, mayor será la posibilidad
10
Espacios iberoamericanos: vínculos entre universidades y empresas para el desarrollo
tecnológico fue elaborado por la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).2010
21
de aproximarse a la frontera tecnológica internacional o, por lo menos,
no perder terreno ante ella.
La inestabilidad de las políticas de ciencia, tecnología e innovación en un
contexto institucional en que muchas veces lo tecnológico se inserta en niveles de baja jerarquía de poder y queda subordinado a otras
instancias de decisión y a otros objetivos (como contener la inflación o
reducir el déficit fiscal, con frecuencia a expensas de la inversión en
investigación y desarrollo y en educación), impuso elevados costos al aprendizaje que se tradujeron en un aumento de la brecha tecnológica.
Las universidades, en particular las públicas, son una de las principales
fuentes de investigación, desarrollo e innovación de países como Brasil y
México y es importante que el sector privado financie una parte mayor de estos gastos.
Sin embargo, dado que habrá un período de transición más o menos
largo, es urgente fortalecer los mecanismos de cooperación entre
universidad y empresa como un elemento importante del sistema
nacional de innovación. En los últimos años se han registrado algunos movimientos en esta dirección, pero han sido poco sistemáticos y, hasta
cierto punto, pasivos al internalizar las demandas del sector privado en
la universidad sin aprovechar el papel que esta podría desempeñar en la
transmisión de las demandas de mayor inclusión y sostenibilidad al sector privado.
La gravitación de los temas vinculados a los derechos de propiedad
intelectual ha aumentado con el transcurso del tiempo. Debido, sobre
todo, a que esos derechos se negocian de forma continua a escala
global y en acuerdos bilaterales, urge la construcción de capacidad institucional para supervisar su influencia en la difusión internacional de
tecnología y en la brecha tecnológica, especialmente en tecnologías
limpias y en tecnologías que promueven la atención de las necesidades
básicas de la población más pobre. Hay espacios importantes para lograr acuerdos en los que las patentes no comprometan el desarrollo
local de tecnologías, pero esos grados de libertad no están siendo
utilizados por los países en desarrollo.
Una política activa de los países en desarrollo en este sector debe ser un componente clave de las políticas de ciencia, tecnología e innovación,
que interesan no solo desde el punto de vista del acceso a las nuevas
tecnologías, sino también de la posibilidad de que los países en
desarrollo logren patentar sus propias innovaciones y garantizar el
respeto por los productos de sus industrias creativas. La participación en redes internacionales tiene muchas ventajas, pero aquí también los
derechos de propiedad intelectual juegan un papel importante.
22
Relación entre empresas y centros de educación superior
La relación entre las empresas y las universidades y los centros de investigación, es el factor determinante de las posibilidades de innovar,
de realizar transferencia tecnológica efectiva, y de generar efectos de
difusión del conocimiento en la sociedad. Esta vinculación es uno de los
grandes desafíos que abordan los países para avanzar hacia una
verdadera sociedad del conocimiento, de forma de poder generar una masa importante de empresas innovadoras con base tecnológica que
contribuyan a superar los desafíos que plantea un mundo global. Para
ello, se requiere de universidades que, con su conocimiento, realicen
aportes para pensar en nuevas y mejores soluciones, más efectivas y eficientes, basadas en tecnologías que incrementen la calidad de vida de
los habitantes de los países. Se requiere también de empresas que
adopten innovaciones tecnológicas en apoyo al desarrollo productivo de
los diversos sectores, que permitan reducir la heterogeneidad estructural, progresando así en la conformación de sociedades más
avanzadas e inclusivas.
La dinámica de la innovación, así como el desarrollo de nuevas
capacidades científico-tecnológicas y la búsqueda de oportunidades a
partir de los nuevos paradigmas tecnológicos, se relacionan no solamente con la inversión en investigación y desarrollo y en recursos
humanos (factores determinantes en las posibilidades de incorporación
de conocimiento en nuevos productos, servicios y procesos), sino
también con las instituciones (empresas, universidades, centros de investigación, sector público y sociedad civil) y redes institucionales que
dan sustento a la innovación y que pueden afectar su dirección. La
interacción entre esas variables es fundamental en la generación de
patrones de aprendizaje que son específicos a los distintos países y sectores.
La importancia de contar con un Sistema Nacional de Innovación integrado
La innovación es un elemento central en la estrategia de desarrollo, entendida como un proceso dinámico de interacción que une a agentes
que trabajan guiados por incentivos de mercado (como las empresas) y
otras instituciones que actúan de acuerdo con estrategias y reglas que
responden a otros mecanismos y esquemas de incentivos (como los centros públicos de investigación y las instituciones académicas). Un
aspecto central relacionado con la innovación es la cooperación entre
diversos agentes, públicos y privados. En tal sentido, la dimensión
23
sistémica de la innovación es central en las modernas teorías del
aprendizaje tecnológico.
Los vínculos sistemáticos y la interacción entre actores, así como la
infraestructura económica e institucional que cada país es capaz de desarrollar, en lo que se conoce como Sistema Nacional de Innovación,
determinan su habilidad para capturar el impulso que el conocimiento
otorga a la producción, haciéndola entrar en un círculo virtuoso de
crecimiento.
El Sistema Nacional de Innovación se define como el conjunto de
agentes, instituciones y normas en que se apoyan los procesos de
incorporación de tecnología y que determina el ritmo de generación,
adaptación, adquisición y difusión de conocimientos tecnológicos en todas las actividades productivas (Lundvall, 1992). Por otra parte, no
solamente el número de actores e instituciones es importante para
determinar el alcance del sistema, sino que la densidad y frecuencia de
las relaciones entre los diferentes actores que componen el sistema es
también un factor categórico de las posibilidades de desarrollo científico y tecnológico de los países.
En tal sentido, diversas organizaciones e instituciones sociales, como las
universidades, los institutos de investigación y desarrollo, y las agencias
reguladoras, que juegan un rol fundamental en las posibilidades de cambio tecnológico y en el desarrollo científico y la dinámica innovadora
de los países, muchas veces no operan de acuerdo con las lógicas del
mercado, lo que plantea una serie de retos a la hora de diseñar los
instrumentos y mecanismos adecuados para impulsar el desarrollo científico-tecnológico. Por ejemplo, las leyes de propiedad intelectual y
los incentivos diferenciados de acuerdo con el sector productivo, entre
otros, son determinantes de la conducta innovadora.
La construcción de capacidades de investigación y circulación del
conocimiento que apoyen la innovación es un proceso largo y difícil, del cual las instituciones y los actores involucrados no pueden quedar al
margen. En una sociedad cada vez más compleja e interconectada, la
colaboración multidisciplinaria es fundamental para abordar los
descubrimientos que inician nuevas áreas del conocimiento.
La idea central que subyace en el concepto de Sistema Nacional de
Innovación es que el aprendizaje no depende solamente de las firmas
individuales, sino de redes, formales e informales, integradas por
organizaciones de distinto tipo y objetivo. Cada vez es más difícil que las
firmas individuales puedan disponer de todas las capacidades requeridas para competir en un mundo en que el progreso técnico se acelera y la
especialización se profundiza. Esas capacidades solo pueden ser
plenamente desarrolladas en un contexto de redes, donde los flujos de
24
información y tecnología entre firmas y organizaciones son tan
importantes como los de insumos y bienes.
Funciones principales de los agentes del Sistema Nacional de Innovación.
Una visión simplificada de los actores de un Sistema Nacional de
Innovación incluye la tríada formada por gobierno, universidades y
empresas. Sin embargo, la realidad de un sistema de innovación es mucho más compleja que la representación triangular y los canales de
interrelación entre los diferentes agentes tienen también un rol
protagónico (Ver el diagrama y cuadro).
Actores del Sistema Nacional de Innovación
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
25
La magnitud y la calidad del capital humano en ciencia y tecnología son
elementos fundamentales para evaluar las potencialidades y las perspectivas de un país en términos de generación de conocimiento.
La formulación de una política de investigación que se sustente en la
conformación de un sistema de innovación para impulsar la
investigación científica y tecnológica, es la base de una política nacional de ciencia, tecnología e innovación, ya que crea las condiciones de
entorno y los incentivos necesarios para garantizar el desarrollo
profesional de los investigadores y de las instituciones que constituyen
el acervo de conocimiento de base para el desarrollo de todos los
componentes de dicha política nacional. Así, resulta fundamental entender la situación de los países de la región en materia de
investigación y desarrollo y de recursos humanos.
Uno de los indicadores más utilizados en la literatura para evaluar los esfuerzos de los países en materia de innovación es el gasto (o
inversión) en investigación y desarrollo. En Iberoamérica, los niveles de
inversión en investigación y desarrollo han sido tradicionalmente bajos y
esto constituye una de las principales razones del rezago de la región en las actividades de innovación. Asimismo, se observa financiamiento y
ejecución de las actividades de investigación y desarrollo entre
gobierno, empresas y universidades. A pesar de lo anterior, es preciso
destacar que en la región se observa en los últimos años un aumento
del gasto destinado a este fin.
Funciones
Financiamiento
Formación de recursos humanosPara las capacidades científicas ytecnológicas
Generación del conocimientocientífico y tecnológico
Difusión del conocimientoCientífico y tecnológico
Innovación
Investigación básica
Investigación aplicada
Actores gubernamentales
Centros de Investigación
Instituciones de Educación superior
Actores de Mercado:empresas
Actores del Sistema Nacional de Innovación
X
X X
X
X
X
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
X
X
XX
26
De acuerdo con los datos de la Organización de las Naciones Unidas
para Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el promedio mundial
aumentó de 919 a 1,063 investigadores por millón de habitantes en el periodo comprendido de 2002 a 2007. Las regiones que presentan el
nivel más elevado de investigadores por millón de habitantes son
Estados Unidos y Canadá, Oceanía y Europa, que sobrepasan entre dos
y cinco veces el promedio mundial y entre cinco y diez veces los valores
observados en América Latina y el Caribe. Asia y América Latina y el Caribe son las regiones donde se observa el mayor incremento
porcentual de este indicador; sin embargo, a pesar de estos avances, el
número de investigadores por millón de habitantes de América Latina y
el Caribe sigue siendo bajo en comparación con el promedio mundial.
27
Se observa que Brasil presenta uno de los mayores crecimientos en el
período de de 2000 a 2008. México muestra un estancamiento en 2004
a 2008.
28
La transición hacia la economía y la sociedad del conocimiento ha
ocasionado profundas transformaciones de la estructura productiva,
modificando asimismo las relaciones entre los diversos agentes, lo que ha implicado una redefinición de las funciones de las instituciones de
educación superior. Los retos asociados a los nuevos modelos
productivos que se articulan en torno al conocimiento, la tecnología y la
innovación ponen a la universidad ante el desafío de repensar y remodelar sus características para seguir siendo un pilar fundamental
del desarrollo económico de los países.
29
La universidad en la economía del conocimiento:
Desde principios de la década de 1990, en los países desarrollados ha
empezado a formarse la percepción de que la universidad tiene una nueva misión, sumada a las ya tradicionales de enseñanza e
investigación. Esta tercera misión, que se conoce como extensión, va
más allá del solo ámbito académico tradicional y se relaciona con otros
sectores de la sociedad. Dentro de ella se destacan las actividades relacionadas con la transferencia de tecnología y conocimiento a través
del uso, la aplicación y la comercialización (en el mercado y hacia otros
actores, en particular empresas) de los resultados generados en los
centros de investigación académica y, en suma, la creación de beneficios económicos derivados de ellos (Mowery y otros, 2004; Vega-
Jurado y otros, 2007).
Esta evolución responde a la necesidad de actualizar el papel de la
universidad en el dinámico contexto de la economía del conocimiento,
en el cual se espera cada vez más que ella actúe como un importante proveedor de conocimiento científico-tecnológico y de tecnologías
aplicadas para las empresas, que se han ido transformando en uno de
sus principales clientes y socios en ciencia y tecnología. Hoy, desde el
punto de vista del desarrollo científico-tecnológico, la universidad está llamada a colaborar proactivamente con el sector productivo y
responder a ciertas exigencias del sector en esta materia, a cambio de
recursos financieros o de la estancia de recursos humanos calificados en
las empresas.
Concretamente, el surgimiento de la tercera misión se ha abordado con la creación de nuevas estructuras en la misma universidad (tales como
oficinas de transferencia tecnológica u oficinas de patentes) y de
estructuras híbridas con otros agentes (por ejemplo, empresas spin-off)
que trascienden la frontera tradicional de las instituciones y de las funciones universitarias.
Esta evolución hacia una universidad estrechamente vinculada con el
sector empresarial o directamente “emprendedora” tiene sus
consecuencias. De hecho, esta tercera misión supone un cambio importante en la cultura universitaria, lo que puede motivar fuertes
resistencias en segmentos de la comunidad científica. Los principales
conflictos se originan en torno a la definición de cuáles deben ser los
ámbitos de investigación prioritarios, la concepción del conocimiento
como bien privado y comercializable en vez de cómo bien público y su apropiación, entre otros aspectos.
30
El reconocer como necesaria la colaboración con las empresas puede
implicar el sacrificio parcial de la autonomía de investigación tradicional
de la universidad; este puede ser el caso cuando las universidades se
ven fuertemente condicionadas a dedicarse a la investigación aplicada en lugar de a la investigación básica, para responder a las exigencias del
sector productivo. De la misma forma, la existencia de normas y
acuerdos sobre la propiedad intelectual de los resultados y la eventual
distribución de los beneficios económicos asociados a su comercialización, puede representar una barrera para la difusión del
conocimiento, redundando así en una reducción del ritmo de generación
del conocimiento científico-tecnológico en la sociedad.
Los valores que se observan en la región, en general, son muy inferiores
a los que se registran en países como la República de Corea, Finlandia y
los Estados Unidos, que lideran el indicador a nivel mundial con tasas de
estudiantes matriculados en instituciones de educación superior que
superan el 80% (véase el gráfico).
• La mayoría de los países de Iberoamérica presentan una tasa
media de matriculación en la educación terciaria menor al 40%.
• En la región se observa una gran heterogeneidad en cuanto al
nivel de matriculación en educación terciaria, ya que se identifican
casos como los de España, la Argentina, el Uruguay y Portugal que
superan el 60%, en tanto que otros países como Guatemala,
Honduras, Costa Rica, el Paraguay y México no alcanzan siquiera
el 30%.
• A pesar del atraso relativo de la región, cabe señalar que en todos
los países de Iberoamérica la tasa de matriculación en la
educación terciaria ha aumentado notablemente en la última
década; en particular, el Brasil y el Paraguay casi han duplicado el
valor de este indicador.
En la moderna economía del conocimiento, la demanda de profesionales
calificados en ámbitos de ciencia y tecnología está creciendo y la
existencia de una masa crítica de recursos humanos dedicados a este
tipo de actividades es, cada vez con mayor fuerza, un factor clave para
aumentar la productividad y mejorar la competitividad de los países. Por ello, incrementar el porcentaje de estudiantes matriculados en las
universidades debería ser una acción prioritaria para el futuro desarrollo
y fortalecimiento de las capacidades en ciencia y tecnología de la región,
31
con el fin de sentar las bases para potenciar la participación de
Iberoamérica en la generación del conocimiento científico-tecnológico y
mejorar su posicionamiento, en términos de recursos humanos en este
ámbito, en el contexto mundial.
Formación de profesionales en las disciplinas científico-tecnológicas
El patrón de formación universitaria según disciplinas es un indicador
útil para tener una idea de la especialización de los recursos humanos
que conforman la base de la masa crítica de profesionales científicos.
Este indicador contribuye a determinar las potencialidades en términos de futuro personal disponible para las actividades de investigación y
desarrollo y, como se verá más adelante, guarda cierta relación con la
especialización productiva de los países. Cuánto más alta es la
32
concentración de los estudiantes en ciencias básicas y disciplinas
relacionadas con la ciencia y la tecnología, más elevada es la formación
de recursos humanos especializados en estos ámbitos y mayores son las
potencialidades para el desarrollo de capacidades científico-tecnológicas.
Por otra parte, tanto en la maestría como en la licenciatura se registra
en los países iberoamericanos en general un escaso peso relativo de las
disciplinas científico-tecnológicas, como las ingenierías y tecnologías, ciencias médicas y ciertas áreas de las ciencias naturales y exactas
(como algunas áreas de las ciencias básicas: matemáticas, física,
química y biología, entre otras).
33
Se observa la mayor proporción de México en las disciplinas de
ingeniería y tecnología, por lo que nuevamente se enfatiza la necesidad
de impulsar inteligentemente el desarrollo tecnológico y la innovación en
nuestro país, implementando estrategias de corto y largo plazo, que aproveche este gran potencial que tenemos.
Destaca la baja proporción de estudiantes de Ingeniería y tecnología que están en el sistema educativo de Estados Unidos en comparación con la
República de Corea y Finlandia
34
Se observa una mayor proporción de estudiantes de maestría en las áreas de ciencias naturales y ciencias agrícolas en Brasil, mientras que
en México se destaca la alta proporción de estudiantes de maestría en
las áreas de ciencias sociales y humanidades. La proporción de
estudiantes de Ingeniería y tecnología es ligeramente mayor en Brasil que en México.
35
Brasil presenta una mayor proporción de estudiantes de doctorado en Ingeniería y tecnología, ciencias médicas y ciencias agrícolas, mientras
que nuestro país presenta una mayor concentración de estudiantes en
ciencias sociales principalmente. Es recomendable establecer programas
que estimulen a los egresados de las licenciaturas del área para que continúen sus estudios y especialidades en Ingeniería y tecnología.
36
Por otra parte, el impacto promedio del conocimiento generado en
Iberoamérica, medido a través del número de citas, es también
relativamente bajo ya que, más allá de España, solo el Brasil alcanza
niveles comparables con el de los países desarrollados.
Entre 1996 y 2007, en la región se ha producido solo el 5,4% del
número total de publicaciones científicas registradas en el mundo y el
5% del número total de citas, es decir, en ambos casos una proporción
37
menor al porcentaje que la región representa en la población mundial
(que es aproximadamente de un 9,3%). Entre los países de
Iberoamérica se destacan en particular España y el Brasil, donde se
originan respectivamente el 45% y el 23% del total de publicaciones de la región.
38
Estructura productiva y demanda de conocimiento
La idea central del Sistema Nacional de Innovación (SNI) es que el aprendizaje no depende solamente de las universidades o centros de
investigación, o de las empresas individuales, sino de redes formadas
por organizaciones de distintos tipos que persiguen diversos objetivos.
Cada vez es más difícil que una firma, por sí sola, pueda disponer de todas las capacidades requeridas para competir en un mundo en el que
el progreso técnico se acelera y la especialización se profundiza. Tales
capacidades solo pueden desarrollarse plenamente en un contexto de
redes, en el que los flujos de información y tecnología entre empresas y
organizaciones sean tan importantes como los insumos y los bienes. La innovación es, ante todo, un proceso interactivo en el cual diversos
agentes convergen en el esfuerzo innovador, por lo que el marco
institucional que los articula es fundamental. En este sentido, la
39
empresa es el centro de la innovación, pero sin duda la intensidad de
esta depende en muy alto grado de otros factores, tanto sectoriales
como macroeconómicos.
Esto hace que sea importante entender la situación del sector
productivo, así como también sus características más distintivas y sus
capacidades innovadoras.
El caso de México merece una mención especial, ya que el alto porcentaje que registra el sector tecnológico en ese país se debe al
considerable desarrollo de su industria manufacturera de exportación
(maquila y regímenes especiales de exportación), lo que no implica la
creación de elevados niveles de valor agregado local ni da lugar a que se produzcan los efectos de derrame característicos de las economías con
estructuras productivas basadas en el conocimiento.
Al mismo tiempo, dentro de América Latina también se observan
diferencias significativas en cuanto al peso relativo de las diferentes
actividades de innovación. De los países considerados, Brasil es el que
exhibe una distribución más equitativa, con una proporción del gasto en
40
investigación y desarrollo bastante mayor que en el resto de las
economías latinoamericanas
En general, las firmas brasileñas cooperan más con otros agentes del sistema y son mucho más intensivas en actividades de innovación. Por
lo tanto, la cooperación debe verse como un elemento complementario
de la creación de conocimiento
41
Promoción a la Innovación
Uno de los factores que más ha contribuido al crecimiento de la innovación en Brasil son los diversos Fondos sectoriales, que se verán
con mayor detalle a continuación.
Se establece como primer aspecto relevante, que por ley una parte de la
las utilidades de los sectores debe destinarse a promover las actividades
de ciencia, tecnología e innovación.
Se prevé que los fondos sean administrados con una visión estratégica y
compartida por comités de gestión en los cuales participan las
empresas, la comunidad científica, los ministerios sectoriales, el
Ministerio de Ciencia y Tecnología y los organismos fiscalizadores.
En segundo lugar, se fomenta de manera directa la cooperación entre
las universidades, los centros de investigación y las empresas por medio
de un fondo (fondo verde-amarillo) financiado con contribuciones de
empresas con licencias de uso o que adquieren conocimiento tecnológico
en el exterior.
En tercer lugar, el modelo brasileño subsidia el mantenimiento y la
modernización de la infraestructura tecnológica de las universidades
públicas y de los centros de investigación mediante un fondo residual
(fondo para la infraestructura), cuyos recursos provienen de los diversos fondos sectoriales.
Cabe señalar que en el Brasil, las reformas y la reorientación de la
política tecnológica se implementaron, como se señaló anteriormente,
entre 1992 y 2002, esto es, un poco más tarde que en otros países. La
introducción del sistema de fondos sectoriales respondió a la necesidad de armonizar la política de ciencia, tecnología e innovación con la
política industrial, así como al objetivo de superar el desencuentro entre
el sector académico y el empresarial en el campo de la innovación11.
Este instrumento presenta la ventaja de vincular a las empresas en forma más estrecha con las actividades tecnológicas.
Cada uno de los fondos brasileños es instituido por una ley que identifica
el porcentaje de la renta sectorial que se debe destinar a apoyar las
actividades de ciencia, tecnología e innovación. Por ejemplo, en el caso del sector petrolero, el fondo se forma con las regalías de la producción
de petróleo y gas natural, mientras que el sector eléctrico destina entre
11
Pacheco, C. (2007), “As reformas da Política Nacional de Ciência Tecnologia e inovação no
Brasil, 1999- 2002”, Manual de políticas públicas, ciencia y tecnología para el desarrollo, Santiago de Chile, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ).
42
el 0,75% y el 1% del ingreso neto de las empresas concesionarias
encargadas de generar, transmitir y distribuir la energía.
Parte de la renta sectorial hacia fondos cuya gestión conjunta articula de
manera endógena la demanda con la oferta de ciencia, tecnología e innovación. Mientras tanto, el elevado nivel de complejidad y las
potenciales superposiciones de intereses pueden causar problemas de
coordinación entre los actores que participan en los comités de gestión.
La constitución de los fondos parece haber tenido un impacto positivo tanto en las inversiones en investigación y desarrollo de las empresas
como en su actitud innovadora, pero no hay evidencia de efectos
inmediatos sobre la tasa de innovación y la productividad. Además, se
puede afirmar que en el caso de los países donde prevalece el modelo de subsidio a la demanda, los recursos otorgados por medio de los
fondos y de los incentivos fiscales —concedidos mediante deducciones
del impuesto sobre la renta o concesiones de créditos fiscales— se
traducen en acciones de política tecnológica por debajo del nivel óptimo,
con desembolsos menores que los previstos. Por el contrario, el modelo más complejo basado en la coordinación entre los distintos actores y en
la utilización de la renta sectorial, adoptado por el Brasil, permitió la
devolución de montos significativos y favoreció la coparticipación de
todos los actores, tanto en la planificación de los proyectos como en la administración de los fondos.
Los incentivos fiscales son instrumentos poderosos para fomentar la
implementación selectiva de actividades de ciencia, tecnología e
innovación, porque permiten establecer prioridades de manera sencilla. Se ha recurrido a ellos para promover la creación y el mantenimiento de
la infraestructura institucional como en México, o las actividades
relacionadas con las patentes como en el Brasil. No obstante, son pocos
los países que han introducido incentivos fiscales efectivos o que han
creado un sistema de deducciones y créditos fiscales para fomentar las actividades tecnológicas. Los incentivos previstos no se aprovechan lo
suficiente porque requieren un sistema eficaz para aplicar y controlar los
impuestos (Hall, 2005). Además, la falta de una cultura de la innovación
en el tejido empresarial y la ausencia de una política de concientización orientada a difundir información sobre esos sistemas limitan su
expansión en el contexto regional.12
12 México instituyó el Consejo General de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico (2002)
como organismo máximo de autoridad de la política y coordinación del sistema de ciencia, tecnología e innovación y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, poniendo orden sobre el complejo de instituciones, entes e institutos que componen el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), como la Secretaría de Educación Pública, el CONACYT y los varios institutos nacionales de investigación.
43
El proceso de aprendizaje en el diseño e implementación de las
políticas de ciencia, tecnología e innovación
En cuanto a los fondos que incentivan la oferta y promueven la
coordinación, cabe resaltar el caso del Brasil, donde se reformó la política tecnológica entre 1999 y 2002, caracterizada por la introducción
de los fondos sectoriales, que combinan tanto incentivos de oferta como
de demanda13. Con un enfoque selectivo, se crearon fondos sectoriales
(14 fondos en 14 sectores considerados estratégicos) cuyos recursos provienen de las utilidades reportadas por las empresas de dichos
sectores. Es un modelo complejo y articulado que prevé la participación
conjunta de distintos actores.
La principal agencia de financiación para el desarrollo tecnológico y la innovación es FINEP, la Agencia Brasileña de Innovación. Entre otras
actividades esta Agencia implementa el Fondo Nacional de Ciencia y
Tecnología y los 14 fondos sectoriales, en las siguientes áreas:
Fondos Sectoriales: 14 Fondos verticales:
CT -Áero/ Sector Aeronáutico
CT-Agro/ Agroindustrial
CT-Amazonia/ Desarrollo de Actividades de I + D en la Región
Amazónica CT-Aquaviario/ Transporte marítimo y fluvial, Construcción Naval
CT-Mineral/ Recursos Minerales CT-Petro/ Petróleo y gas
CT-Saude/ Salud
CT-Transporte/ Transporte, y
Por ejemplo, en el Brasil, algunas leyes de 2004 y 2006 establecen un régimen de tributación especial para las actividades de ciencia, tecnología e innovación. En México, los incentivos fiscales evolucionan y dan surgimiento a los programas que fomentan la vinculación entre la universidad y la empresa, como PROINNOVA, INNOVATEC E INNOVAPYME (véase CONACYT [en línea] http://www.conacyt.mx/). En el caso del Brasil, por ejemplo, la actual política de ciencia, tecnología e innovación combina instrumentos de apoyo e incentivos de carácter horizontal, sectorial y transversal, estos últimos asegurados por la constitución de fondos específicos.
13 (2003), “As reformas da Política Nacional de Ciência Tecnologia e inovaçao no Brasil, 1999- 2002”, documento preparado para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Campinas, Brasil.
44
2 Fondos horizontales:
FUNTTEL Fondo para el Desarrollo de las Telecomunicaciones y el
CT-Verde Amarelo. Fondo para el Programa de Estímulo a las Relaciones
Universidad-Empresa. (Fondo Verde – Amarillo, que se verá con mayor
detalle más adelante).
La Agencia Brasileña de Innovación (Financiadora de Estudios y
Proyectos FINEP), vinculada al Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT),
ha venido teniendo un rol crucial en el sistema de CTI. La Agencia tiene como misión alentar y financiar la innovación y la investigación científica
y tecnológica en las empresas, universidades, institutos de investigación
y tecnológicos, y otras instituciones públicas o privadas. Moviliza fondos
y combina instrumentos empleados en el desarrollo económico y social
del país, siendo los Fondos Sectoriales para apoyo del desarrollo científico y tecnológico su principal fuente de recursos financieros (Tabla
1).
Tabla 1: Información Básica sobre los Fondos Sectoriales
Sector Industrial Fondo Sectorial Ingreso.
45
La FINEP como se ha señalado, aprueba subsidios (fondos no
reembolsables) y préstamos (fondos reembolsables) para operar su portafolio de programas para apoyar cada etapa del ciclo científico y
tecnológico, desde la investigación básica y aplicada a las actividades
innovadoras en empresas de todas las dimensiones.
En Brasil, se observa una interesante experiencia reciente en cuanto a la concepción innovadora de los mecanismos destinados a apoyar la
vinculación entre las universidades y las empresas: el fondo verde-
amarillo. Este fondo —creado con el propósito específico de financiar el
fortalecimiento de la relación entre universidad y empresa— constituye
un instrumento de política que prevé una amplia variedad de mecanismos que permiten al Estado intervenir en distintos ámbitos y así
estimular y facilitar la coordinación entre la oferta y la demanda
científico-tecnológica.
46
Fondo verde – amarillo del Brasil14
Instituido por la ley federal Nº 10.332 del 19 de diciembre de 2001, el
fondo verde-amarillo fue creado con el propósito específico de incentivar los vínculos entre las universidades y las empresas, y tiene como objeto
apoyar la puesta en marcha de proyectos de investigación cooperativa
científica y tecnológica entre las universidades, los centros de
investigación y el sector productivo, estimular el aumento de las inversiones en investigación y desarrollo por parte de las empresas
privadas, y apoyar acciones y programas que contribuyan a fortalecer y
consolidar en el país una cultura de emprendimientos e inversiones de
riesgo.
La gestión del fondo verde-amarillo está en manos de una comisión mixta integrada por representantes de las siguientes entidades: el
Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT), el Ministerio para el
Desarrollo, la Industria y el Comercio Exterior (MDIC), la Financiadora
de Estudios y Proyectos (FINEP), el Banco de Desarrollo del Brasil (BNDES), el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico
(CNPq), el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas
(SEBRAE), dos representantes del sector industrial y dos representantes
de la comunidad científica.
Este fondo se constituye también con las contribuciones aportadas en
forma de regalías por las empresas titulares de licencias de uso o que
adquieren conocimientos tecnológicos en el exterior.
A su vez, la ejecución de estos recursos queda bajo la responsabilidad
de la FINEP y el CNPq.
Las actividades que el fondo se propone apoyar deben ser concebidas
como instrumentos orientados a facilitar la colaboración entre los
distintos agentes, a multiplicar los recursos y a catalizar las sinergias
entre los actores públicos y privados que integran el Sistema Nacional de Innovación, para lo cual deben estar encuadradas en uno de los
siguientes ejes:
i) Factores sistémicos para la innovación o el mejoramiento de la
infraestructura tecnológica:
• Capacitación de recursos humanos para la innovación:
formación y movilización de investigadores y su
14 CEPAL. Espacios Iberoamericanos. Vínculos entre Universidades y Empresas para el Desarrollo Tecnológico. Nov. 2010
47
establecimiento en las empresas, mayor movilidad de
investigadores entre las universidades y las empresas, y
apoyo a programas de educación continua dirigidos a la
innovación tecnológica de las empresas;
Desarrollo y difusión de tecnologías de gestión y
comercialización: apoyo destinado a consolidar nuevos
modelos de gestión y desarrollo del comercio electrónico;
Estímulo a la propiedad intelectual, en particular, el otorgamiento de patentes y su comercialización, y apoyo al
ofrecimiento de servicios de asistencia en materia de
propiedad intelectual y capacitación sobre el tema en los
medios empresariales y académicos;
Tecnología industrial básica y servicios tecnológicos para la innovación y la competitividad: apoyo a la capacitación en
tecnología industrial básica —metrología, normas y
reglamentaciones técnicas y evaluación de los obstáculos
técnicos al comercio, la propiedad intelectual y la información tecnológica— y servicios tecnológicos;
Información en ciencia, tecnología e innovación: organizar y
ofrecer informaciones tecnológicas relevantes para los
sistemas de innovación —datos sobre patentes, indicadores nacionales e internacionales de ciencia, tecnología e
innovación, e identificación de oportunidades de capacitación
en la materia, entre otras—;
• Estudios: apoyo a la obtención de subsidios para las políticas
de ciencia, tecnología e innovación y a la organización de sistemas de innovación y sus componentes, análisis
prospectivos y evaluaciones, y
• Eventos: apoyo a eventos relacionados con temas que
integran los objetivos del fondo verde-amarillo.
ii) Cooperación tecnológica para la innovación:
Proyectos movilizadores precompetitivos: articulación entre
empresas o conjuntos de empresas e instituciones de
enseñanza superior y de investigación a partir de las demandas empresariales de investigación y desarrollo;
Proyectos cooperativos orientados hacia la innovación en las
empresas, las cadenas productivas o los sectores
48
estratégicos para la competitividad empresarial, o relevantes
para el desarrollo nacional;
Investigaciones cooperativas en red con el sector productivo
orientadas hacia el avance del conocimiento científico aplicado y el desarrollo tecnológico, incluida la formación de
redes de investigación para profundizar los conocimientos en
áreas donde existan evidentes beneficios de escala en
términos de investigación;
Fomento de la innovación tecnológica en micro, pequeñas y
medianas empresas con el objeto de aumentar la
competitividad empresarial mediante el desarrollo de
productos, procesos y servicios innovadores, y estímulos a la difusión de la cultura exportadora entre estas empresas, y
Puesta en marcha de sistemas de cooperación internacional
en materia de investigación e innovación.
iii) Fomento de emprendimientos de base tecnológica y sistemas locales de innovación:
Apoyo a iniciativas orientadas a difundir una cultura
emprendedora, incluida la capacitación de las instituciones
de enseñanza superior a fin de brindar sostén directo al
proceso de innovación;
Estímulo al desarrollo de empresas de base tecnológica por
medio de incubadoras de empresas y parques tecnológicos;
Fomento del mercado de capital de riesgo e incentivos a las
inversiones privadas en empresas de tecnología, así como apoyo a los estudios de viabilidad técnica y económica, el
desarrollo de prototipos, la formulación de planes de
negocios y la transferencia de conocimientos a las pymes, y
Apoyo a la organización y consolidación de polos industriales
o tecnológicos, clusters o sistemas locales de innovación y cadenas productivas regionales, incluido el uso del desarrollo
tecnológico como instrumento para realizar estudios y
elaborar planes destinados a desarrollar las aglomeraciones
productivas existentes en el país; creación de plataformas tecnológicas y proyectos cooperativos; articulación
institucional entre los actores involucrados en las
aglomeraciones; estímulo a la integración entre las
empresas y las instituciones de investigación y de servicios
49
tecnológicos; capacitación tecnológica de los directivos
empresariales y de la mano de obra especializada; acciones
dirigidas a aumentar la productividad y a lograr economías
de escala y alcance en los aglomerados productivos receptores de estos beneficios.
Asimismo, los programas y proyectos contemplados en estos tres ejes
de acción deben ser clasificados de acuerdo con el carácter del vínculo que establezcan con el sector productivo —sectorial u horizontal—, y
tienen prioridad las industrias o cadenas productivas que no dispongan
de un fondo sectorial específico.
El fondo verde-amarillo ha ejercido un potente impacto en el
fortalecimiento de la relación entre las universidades y las empresas del Brasil, que experimentó un incremento significativo en los últimos años,
según se muestra en la siguiente gráfica.
Aunque tal vez este ejemplo no pueda ser replicado en todos los países,
los ejes a los que va dirigido su financiamiento quizás brinden una idea interesante de los principales ámbitos donde los gobiernos pueden
ejercer su influencia para ampliar los canales de interacción existentes
50
entre las universidades y las empresas y promover la creación de otros
nuevos.
Capacidades y fortalezas de Brasil
A partir de las estrategias señaladas, Brasil es el país latinoamericano
con mayores posibilidades de aprovechar las oportunidades abiertas por
el nuevo paradigma de Innovar para crecer, pues combina el gran
tamaño de su mercado interno (193 millones de habitantes) con su relativo mayor grado de industrialización y una temprana
implementación de un programa nacional en nanociencia y tecnología.
La mayor parte de la investigación se realiza en universidades
(Campinas y São Paulo) y se articula en redes descentralizadas
financiadas por el gobierno federal. Sus 358 investigadores se orientan preferentemente a nanoestructuras (150) y nanobiotecnologías (92). De
las 13 empresas existentes, 9 llevan adelante proyectos de
nanobiotecnología (Martins y otros, 2007).
Un estudio comparativo de la industria metalmecánica en la Argentina, Brasil, Chile y México muestra que el Brasil y México fueron los países
que más adoptaron técnicas Justo a Tiempo y Calidad Total en
Manufactura (JIT/TQM) durante los años noventa. Sin embargo, solo en
el caso del Brasil los programas de mejora continua en los equipos de trabajo (work teams) han sido adoptados masivamente en la industria
metalmecánica.
Solo unos pocos países de la región latinoamericana, entre los que se
destacan Brasil y México, han logrado ingresar en algunos segmentos
del mercado mundial de producción de hardware, aunque con distintos enfoques. México es un destacado exportador de productos
ensamblados destinados al mercado estadounidense, en tanto que el
Brasil se centra en su mercado interno, al tiempo que también crecen
sus exportaciones.
Para la biotecnología en su conjunto, el Brasil en primer lugar y después
Argentina son los principales países de América Latina en términos de
difusión de la moderna biotecnología, principalmente en las áreas de la
salud humana y la producción agropecuaria. Ambos países muestran
una masa crítica de investigadores y empresas biotecnológicas que les permitiría insertarse no solo como rápidos difusores de paquetes
tecnológicos provenientes del exterior, sino también como creadores de
51
adelantos propios15. Sin embargo, durante los años noventa ambos
perdieron posiciones frente al avance de otros países, como China o la
India, que mostraron un fuerte crecimiento en el número de patentes
biotecnológicas otorgadas por la Oficina de Patentes de los Estados Unidos.
Si bien Brasil es el segundo país de Iberoamérica en cuanto a nivel de
patentamiento en el sector, se verifica un importante sesgo hacia
actividades de investigación básica, que se ve confirmado en la baja relación entre patentes y publicaciones en nanociencia y tecnología.
México es el tercer país de la región iberoamericana en cantidad de
publicaciones y patentes en nanociencia y tecnología. No cuenta con un
programa nacional en esta área, pero existen varios proyectos con financiamiento público en nanomateriales, en su mayoría de acuerdo
con convenios bilaterales con los Estados Unidos y la Unión Europea. En
2004 existían 3 grupos y 11 universidades con especialización en
investigaciones sobre nanomateriales (Malsch, 2004). Desde 2004 sus
principales centros de investigación se articulan en una red binacional de colaboración con los Estados Unidos para el desarrollo de sistemas
microelectromecánicos (MEMS) y algunos sistemas
nanoelectromecánicos (NEMS).
México enfrenta serias deficiencias en términos de equipamiento, cuya
actualización queda limitada a las donaciones puntuales de sus socios
extranjeros (Foladori, 2006).
15 INNOVAR PARA CRECER Desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible e inclusivo en
Iberoamérica CEPAL, Naciones Unidas 2010.
52
En 1995 México y el Brasil compartían el liderazgo subregional con
similares niveles de exportación de “Otros servicios”; sin embargo, en
2008 México no solo perdió esa posición, sino que quedó muy rezagado
con respecto al Brasil.
El caso de Brasil resulta particularmente interesante. Entre las exportaciones de “Otros servicios”, el segmento más dinámico ha sido el
de “Otros servicios empresariales”, en particular de arquitectura e
ingeniería, instalación y mantenimiento de oficinas y servicios de
profesionales independientes. Los principales mercados para las exportaciones brasileñas son los Estados Unidos y la Unión Europea, en
tanto que América del Sur también está ganando importancia.
Un análisis más profundo de las exportaciones de servicios del Brasil
sugiere que las tendencias recientes están determinadas por tres procesos. En primer lugar, la internacionalización de las empresas
brasileñas y de la demanda conexa de servicios de apoyo, que crea
incentivos para la expansión de las ventas transfronterizas de servicios.
Esta categoría abarca servicios financieros, TIC, logística y consultoría.
En segundo término, Brasil tiene algunos segmentos que gozan de ventajas competitivas derivadas de aspectos específicos de la evolución
reciente de la economía local. Tal es el caso de las TIC (gestión de
gobierno, finanzas y juegos, otros), ingeniería y construcción, ingeniería
53
aeronáutica y servicios biotecnológicos, servicios médicos y venta de
franquicias. En tercer lugar están los nichos de mercado en los que
empresas brasileñas han desarrollado habilidades y ofrecen modelos de
negocio más rentables que los de sus competidores de países desarrollados. En esta última categoría estarían los servicios de
desarrollo de proyectos e infraestructura, transporte aéreo, software y
servicios vinculados a las TIC, entre otros (Valls, Sennes y Mulder,
2009).
Proyectos de Ingeniería y Construcción
Uno de los segmentos más importantes de las exportaciones brasileñas
de servicios modernos es el de la ingeniería y la construcción.
En esta industria, el Brasil posee empresas con fuerte presencia internacional, surgidas en el contexto de la industrialización y la mejoría
de infraestructura que caracterizó la segunda mitad del siglo XX. Las
empresas brasileñas han logrado consolidarse internacionalmente
gracias a algunas ventajas competitivas, como la combinación de capacidad técnica, flexibilidad y bajos costos, la posibilidad de operar en
entornos regulados y con economías inestables, además de una
identidad cultural y lingüística con países en los que la demanda de
infraestructura es alta. Sin embargo, la participación del Brasil en el comercio global de servicios de construcción sigue siendo reducida
(1,4% de las ventas totales del mercado mundial). En 2009, dos
empresas brasileñas de ingeniería y construcción han figurado entre las
mayores de este rubro a nivel internacional: Norberto Odebrecht (lugar
34) y Constructora Andrade Gutierrez (lugar 115) (ENR, 2009).
Ciencias de la salud.
Brasil ofrece asimismo experiencias especialmente relevantes en cuanto
a exportaciones de servicios sustentadas en una ventaja competitiva en nichos de mercado específicos, tales como la medicina, algunas áreas de
las finanzas y las TIC. En esencia, las exportaciones de servicios
médicos corresponden a dos tipos de diagnósticos a distancia realizados
en Brasil —análisis de muestras médicas y servicios de teleradiología—,
y al turismo médico. Este segundo rubro comprende los servicios médicos relacionados con diagnóstico y cirugía para extranjeros (que
abarcan cirugía plástica y trasplantes de órganos), incluidos los viajes de
ida y vuelta al Brasil. De hecho, varios hospitales brasileños de alto
estándar tienen actualmente asignado cerca de un tercio de su capacidad a clientes extranjeros, además de contar con personal
bilingüe en inglés y español.
54
Servicios profesionales y empresariales.
Entre las actividades más dinámicas en el período reciente figuran los
servicios empresariales a distancia, aunque la posición que ocupa
América Latina en esta industria es aún relativamente baja. De hecho, la participación de la región en el total de los servicios profesionales de
ingeniería y de negocios —que incluyen consultorías sobre gestión,
relaciones públicas, I+D, realización de pruebas, publicidad,
construcción, arquitectura e ingeniería, servicios jurídicos y equipos de apoyo— es de un 7%16. No obstante, la región ofrece ventajas para los
servicios empresariales a distancia, entre las que se cuentan la
proximidad geográfica y cultural con los Estados Unidos, una
conveniente zona horaria y la existencia de destinos con niveles de riesgo relativamente reducidos desde los puntos de vista político,
económico y natural, aspectos que proveen una buena cobertura
alternativa, así como activos tecnológicos, capacidades laborales y
menores tasas de rotación, lo que aumenta la seguridad en operaciones
que implican transferencia de conocimientos, además de capacidades multilingües y mercados establecidos. Estas condiciones son
especialmente favorables en los casos de México, Centroamérica y la
República Dominicana.
En México también existe un número considerable de instalaciones de investigación y desarrollo de alcance global en empresas que cuentan
asimismo con operaciones en el país. Por otra parte, el gobierno
enfrenta el reto de desarrollar y mantener las habilidades y capacidades
de la fuerza de trabajo para poder competir, sobre todo con países como China y la India, que superan con creces a los latinoamericanos en lo
que respecta a la relación entre nivel de capacitación y costo de la
fuerza de trabajo.
En el Brasil, como en México, la oferta de servicios empresariales a
distancia es muy amplia. A pesar de que estas actividades son relativamente recientes, y aunque la proporción de los servicios que se
exporta es comparativamente limitada, representan una gran parte del
total de las exportaciones de servicios de la región. Parte del atractivo
de ambos países para la implementación de operaciones a distancia radica en sus grandes mercados locales y en la fortaleza de su sector
industrial.
16 Un espectro cada vez más amplio de actividades consideradas servicios empresariales se está realizando a distancia
(offshoring): servicios de centros de contacto, procesos de negocios (business processes), servicios de tecnologías de la
información (TI), y servicios de análisis intensivos en conocimiento. Todas estas actividades tienen en común el uso de las
TIC, que hacen posible superar las barreras de la distancia entre la demanda y la oferta de mano de obra.
55
La amplia presencia de empresas transnacionales en múltiples industrias
contribuyó al establecimiento de centros de servicios dentro de las
empresas (in-house) —para realizar funciones de ingeniería e I+D, entre
otras—, sedes regionales y centros de servicios compartidos, así como a la creación de empresas de externalización que atienden
simultáneamente a clientes locales y globales. Asimismo, la existencia
de grandes fabricantes de equipos de TIC en ambos países ayudó a la
generación de una adecuada masa crítica de ingenieros y otros profesionales que pueden ser reclutados por la industria de servicios de
información y comunicaciones.
Brasil y la innovación agropecuaria
En el caso del Brasil, las capacidades de innovación en otros sectores, como el agrario se concentran en alto grado en dos empresas públicas,
financiadas principalmente con fondos gubernamentales. La Empresa
Brasileña de Investigaciones Agropecuarias (EMBRAPA), que coordina el
Sistema Nacional de Investigación Agropecuario (SNPA), en colaboración con otras universidades e institutos, es el principal centro de tecnología
agropecuaria tropical a nivel mundial. La otra es la Fundación Oswaldo
Cruz (FIOCRUZ), de la cual se originan los principales descubrimientos
secundarios (spin offs) locales en el área de los medicamentos y la salud humana (Derengowski y otros, 2002).
EMBRAPA es la principal unidad ejecutora de la I+D biotecnológica en
los sistemas agroalimentarios (SAA). Reconocida internacionalmente,
cuenta con un presupuesto propio de 300 millones de dólares anuales,
excluidos salarios e infraestructura, que permanece estable desde 1994. Recientemente, el organismo ha reforzado sus capacidades de
apropiación de la tecnología generada y de la propiedad intelectual
sobre los cultivares. EMBRAPA ha establecido nuevas reglas internas,
que limitan la concesión de participaciones a los socios privados en la titularidad de los materiales desarrollados en conjunto e incluso
contemplan la revisión de los acuerdos anteriores de colaboración
(Fucks, 2007).
El proyecto genoma de la bacteria xilella fastidiosa es destacable como una experiencia exitosa en la que un consorcio de investigadores
brasileños se organizó con el objeto de lograr el secuenciamiento del
genoma de un fitopatógeno. Los resultados fueron muy positivos, tanto
en términos económicos (se asocia a una enfermedad que afecta a la
producción de naranjas), como en cuanto a la creación de capacidades en biología molecular y bioinformática. Se trata de un caso completo de
desarrollo basado en un modelo interactivo entre ciencia, tecnología y
producción a partir de la iniciativa pública.
56
Adicionalmente, en el Brasil, la agricultura muestra una especialización
en los cultivos que son objeto de las investigaciones realizadas en los
sistemas público y privado, con diferentes modalidades de vinculación y
apropiación público-privadas. Por una parte, la investigación sobre los principales cultivos de exportación es dominada por las empresas
multinacionales líderes presentes en el país, que insertan en las
variedades locales los genes desarrollados en sus casas matrices.
A su vez, los institutos públicos se especializan en la identificación de genes y en la transformación de cultivos tropicales y materias primas
agroindustriales a partir de alianzas con cooperativas y pequeñas
empresas biotecnológicas. Dentro de ese esquema, en el mandato de
EMBRAPA se establece que debe impulsar una activa estrategia de vinculación con cooperativas y asociaciones de investigación dedicadas
al desarrollo y difusión de nuevos cultivares, en especial de plantas
tropicales que no son de interés para las empresas multinacionales. Un
caso notable es el del Proyecto Genolyptus de investigación sobre pulpa
y papel, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en colaboración con 7 universidades, EMBRAPA y 12 empresas privadas. El
presupuesto para la primera etapa del proyecto fue de 4,1 millones de
dólares, de los cuales un 70% correspondía a fondos públicos y un 30%
era aporte del sector privado.17.
EMBRAPA participa también en la investigación sobre cultivos
controlados por las empresas multinacionales. No obstante, a diferencia
de lo que ocurre en otros países, como en Argentina, esta institución ha
establecido nuevas reglas internas, que priorizan la titularidad de la empresa estatal sobre los materiales creados, y que incluso prevén una
revisión de acuerdos previos de colaboración que otorgaban la
titularidad al sector privado.
En relación con la soya, caso en el que las empresas multinacionales
tienen una participación menor, de aproximadamente una tercera parte, EMBRAPA realiza y comercializa avances propios. En lo que respecta al
maíz, de cuyo mercado las multinacionales controlan un 80%, la
empresa pública realiza avances que priorizan las características
agronómicas de los productores locales y fomentan las alianzas con productores de semillas en pequeña escala, a fin de limitar el poder de
mercado de las empresas líderes.18.
En el Brasil se observa una mayor selectividad en cuanto a los cultivos,
las trayectorias tecnológicas y las empresas hacia las cuales apunta la
estrategia tecnológica nacional. En vista de las altas barreras a la
17 Da Silveira y otros, 2004, citado en Gutman y Lavarello, 2009b. 18 Fucks, 2007, citado en Gutman y Lavarello, 2009b
57
entrada presentes en la biotecnología de los principales granos,
EMBRAPA y otros institutos públicos llevan a cabo actividades de I+D de
interés público, tanto en los segmentos que no suscitan el interés en
invertir de los privados, como en aquellos en los que la iniciativa privada es significativa. En el primer caso, combina estrategias de nicho en
mercados más pequeños y segmentados, tales como los de frijoles rojos
(kidney beans), papayas y bananas, entre otros, con mercados de
productos primarios, como azúcar de caña y naranjas. Esta orientación innovadora es de gran importancia si se tiene en cuenta que el nuevo
paradigma se centra en pocos genes y cultivos, mientras que las
posibilidades por explorar a partir del nuevo conocimiento son muy
amplias. En la Argentina, por su parte, se están llevando a cabo investigaciones en el marco de alianzas público-privadas para el
mejoramiento del girasol, cultivo en el que el país ocupa la primera
posición en los mercados internacionales.
Brasil y la producción de Biocombustibles
Brasil ofrece además otro ejemplo de los buenos resultados obtenibles
con innovaciones energéticas y de ingeniería que reducen el consumo de
energía fósil. Desde mediados de los años setenta se han venido
realizando en el país cuantiosas inversiones en la producción de etanol a partir de la biomasa. El programa nacional del alcohol (ProAlco) para la
producción de combustible con caña de azúcar se inició en 1975, con la
petrolera estatal Petrobrás en una posición de liderazgo. ProAlco y la
Comisión Nacional del Alcohol (CNAL) administraron un programa amplio que incluía una demanda anual garantizada de etanol, reservas
para asegurar la oferta, créditos subsidiados a la industria y a los
productores de caña otorgados por el Banco do Brasil, la oferta
obligatoria de etanol en las estaciones de servicio y subsidios al precio
del etanol para estimular su uso. Este programa fue una apuesta más arriesgada y novedosa que la de crear capacidades en el sector
petrolero, pero produjo elevados retornos. El Brasil se convirtió en
pionero en la producción de un nuevo tipo de energía, lo que hoy le
permite disfrutar de una posición de liderazgo en el sector.
En efecto, el Brasil tiene la mayor industria y una destacada ingeniería
para la producción de etanol después de los Estados Unidos, y esta
actividad genera aproximadamente un millón de empleos. Al mismo
tiempo, se realizó un esfuerzo sostenido en el tiempo con vistas a crear
capacidades y llevar a cabo actividades de I+D. Estas iniciativas se dieron, por una parte, en la producción agrícola, buscando aumentar la
eficiencia de la producción de caña de azúcar mediante la creación de
nuevas variedades y formas inéditas de manejo y de control de
58
enfermedades. El Instituto Agronómico de Campinas y el Centro de
Tecnología de la Caña tuvieron un papel importante en ese esfuerzo
innovador, que permitió elevar en más del 43% la productividad de las
plantaciones de caña de azúcar de 3,900 kilos por hectárea a principios de los años ochenta a 5,600 kilos por hectárea en 2009. Por otra parte,
la innovación también avanzó en el área de la producción industrial de
etanol y en la adaptación misma de los vehículos al uso de etanol como
combustible. En 2003 la industria automovilística brasileña diseñó y produjo los motores de tipo Flex, que permiten usar indistintamente
etanol o gasolina como combustible. En 2005 las ventas de autos Flex
representaban un 57% del total, de modo que en 2007 la participación
de los vehículos de este tipo en la flota brasileña llegaba a un 21% y correspondía al etanol un 16,7% del combustible consumido total. Los
esfuerzos en al campo energético se han diversificado y hoy el Brasil es
el país latinoamericano que cuenta con la mayor red de centros de I+D
sobre la producción y uso de las nuevas energías renovables.
El desarrollo de la industria de biocombustibles del Brasil es un caso paradigmático de respuesta proactiva que definió una nueva trayectoria
tecnológica para la producción de energía. Sus efectos han sido
considerables y gracias a diversas políticas (que abarcaron la tecnología,
los precios, la administración de oferta y demanda de combustibles, la infraestructura y la tecnología de otras industrias, como la automotriz),
el país se encuentra hoy en una posición privilegiada para participar en
las actividades que se realizan a nivel mundial con el objeto de reducir
la emisión de gases de efecto invernadero en la producción energética.
Petrobras: un ejemplo de éxito
En las últimas décadas la industria petrolera de Brasil ha atravesado por
cambios profundos en su estructura legal e institucional, que le han
permitido posicionarse como el noveno productor de petróleo más importante del mundo y el primero de América Latina, desplazando a
México a partir de 2010. Este proceso culminó en 1995 con la Enmienda
Constitucional No. 9, en la cual se dio por terminado el monopolio de
Petrobras (el cual había mantenido desde su fundación en 1953), al mismo tiempo que el Estado brasileño mantuvo el control de la política
energética del país. De esta forma y con la publicación de la Ley
Petrolera en 1997, cualquier compañía, sin importar el origen de su
capital, puede explotar, producir, transportar, refinar, e importar o exportar petróleo en Brasil. Esta apertura en todos los eslabones de la
cadena productiva del sector energético, vino acompañada de la
59
reestructuración de Petrobras para convertirla en una empresa pública,
con más de 75 mil empleados19.
En este proceso, Brasil implementó una serie de acciones estratégicas
en el sector petrolero que actualmente han convertido a Petrobras en la
segunda mayor empresa petrolera del mundo, la octava compañía con mayor valor de mercado, y recientemente la cuarta empresa más
respetada a nivel internacional. Entre estas medidas se incluyeron las
siguientes20:
El Estado conservó 56% de las acciones con derecho a voto de la
empresa, manteniendo el control de la institución.
Se constituyó un Consejo de Administración, dotando a la empresa de autonomía de gestión.
Emitió acciones adicionales para financiar la empresa pero sus
poseedores no tienen derecho a participar en los órganos
directivos, y definió mecanismos de transparencia y control con apego a estrictos estándares internacionales.
Se estableció la obligación de que el 1% de sus ingresos se
invirtieran en desarrollo e investigación de tecnología aplicada,
incentivando el uso de mejores tecnologías para exploración,
perforación y producción.
Se promovieron el estudio y desarrollo de tecnologías “verdes”, es
decir, el uso de biocombustibles.
A partir de este nuevo marco jurídico, se crearon las bases legales con
las que el sector energético de Brasil ha podido convertirse en uno de los mayores casos de éxito y colocarse a la vanguardia en un contexto
de apertura y competencia económica. En tan solo diez años, Brasil pasó
de importar 50% del crudo que requería la economía en 1997 a ser un
país autosuficiente en la producción de hidrocarburos. Al cierre de 2008,
Petrobras producía 2.4 millones de barriles diarios (mbd), mientras que el promedio de consumo nacional se acercaba a 2.2 millones diarios.
En 2008, Petrobras creó una filial de biocombustibles de Petrobras. La
misión de la empresa es la producción de biocombustibles en Brasil y en
el extranjero de manera segura y rentable, con la sostenibilidad social y ambiental, contribuyendo a reducir las emisiones de gases de efecto
Brasil es un país en desarrollo grande y muy diverso. Cada región y
estado presenta sus propias peculiaridades y necesidades, así como
diferentes grados de logro y desarrollo institucional, político y socioeconómico. Por el otro lado, el segmento de PYMES ha sido
históricamente descuidado en Brasil, al considerar la ausencia de
fuentes apropiadas de financiamiento y marcos de políticas públicas.
El nuevo marco regulador aportó nuevas oportunidades para la creación y consolidación de las PYMES, especialmente a través de la
simplificación de procedimientos (menos burocracia) para abrir y operar
este segmento.
En este contexto, los programas de FINEP para apoyar las actividades
innovadoras de las empresas, han sido reconocidos como de importancia clave para el fortalecimiento de sistemas de innovación, locales y
nacionales. Particularmente las empresas beneficiarias del apoyo
financiero de FINEP muestran mejor desempeño relacionado con
actividades de I+D (50% a 100% más). Adicionalmente, sus ingresos, valor exportador, salarios, calidad del empleo y productividad, han
estado sobre el promedio.
Un aspecto débil relativo al desempeño de FINEP tiene que ver con la
falta de procedimientos de evaluación consistentes. Como decisión del Ministerio de Ciencia y Tecnología, corroborada por la Junta Directiva de
FINEP, una evaluación sistemática de los programas será parte
importante de la agenda.
Los programas de FINEP han sido considerados como una herramienta
de inducción para el establecimiento de sinergias y entorno innovador. Representan una expresión sistémica realizable de formulación de
política pública de CTI en un contexto de desarrollo. Los países que
compartan similares objetivos políticos, podrían adaptar estos
programas a su estado de CTI, respetando su diversidad industrial, heterogeneidad y otras especificidades33.
32 INCENTIVOS PARA APOYAR LA INNOVACIÓN EN EL SECTOR PRIVADO: LA EXPERIENCIA
BRASILEÑA. Odilon Antonio Marcuzzo do Canto. Presidente de la Agencia Brasileña de Innovación. Financiadora de Estudos e Projetos (FINEP.) Praia do Flamengo, 200 – Piso 13; 22210-030; Río de Janeiro RJ, Brasil; e-mail: [email protected]. 33 Referencias
FINEP, Relatório da Gestão da FINEP 2003-2006, 2007. FINEP, Programas da FINEP. www.finep.gov.br, 2007. IBGE, Pesquisa Industrial de Inovação Tecnológica 2003 – PINTEC, 2005. IPEA, O impacto do FNDCT sobre o desempenho e o esforço tecnológico das empresas industrias brasileiras, 2006.
75
Logros del Sistema Brasileño de CTI 34
Los principales logros de la ya larga política de apoyo a la ciencia,
tecnología e innovación de Brasil, se puede resumir en los siguientes:
a) La innovación se volvió una política prioritaria del gobierno;
b) La implementación de 16 Fondos Sectoriales – una ingeniería
económica muy innovadora - desde 1999 en adelante para complementar, expandir y asegurar fuentes financieras para CTI;
c) La reinserción de la Política Industrial, Tecnológica y de Comercio
Exterior, en 2004, dentro de la Agenda de Política Gubernamental,
provocando una convergencia pionera de políticas industriales y tecnológicas;
d) El establecimiento, en 2005, de un nuevo entorno regulatorio y
legal, representado por las Leyes de Innovación, Informática y
Bio-seguridad; la regulación del Fondo Nacional para el Desarrollo
Científico y Tecnológico (FNDCT); así como el establecimiento de becas para recursos humanos altamente calificados en las
empresas;
e) Énfasis en la promoción de PYMES apoyada por la nueva Ley de
PYMES; f) La descentralización de las políticas federales gubernamentales de
CTI y su integración a los niveles estatales y locales; y
g) Énfasis en el desarrollo regional e inclusión social.
Visión al futuro
Inversiones en recursos humanos, políticas sistematizadas de financiación y leyes de apoyo al sector permiten que Brasil alcance una
posición destacada en el escenario de la ciencia, tecnología e innovación
en áreas estratégicas como energía, agronegocio, biotecnología e
informática.
Hoy, el país es referencia global en la prospección y tecnología del petróleo en aguas profundas, en la industria aeronáutica, en
biocombustibles, en agronegocios, en las telecomunicaciones y en el
diseño del software.
34 www.mct.gov.br
76
Para llevar ese crecimiento adelante, Brasil cuenta con más de 80 mil
investigadores y becados laborando en universidades y empresas
privadas. Prueba de eso es que, entre el 2007 y el 2008, Brasil aumentó
en 56% el número de artículos publicados en revistas internacionales especializadas, saltando de 15º para 13º en el ranking de las naciones
con mayor volumen de producción científica del mundo.
Por detrás de esa conquista, está una inversión continua en la formación
de recursos humanos calificados, uno de los pilares de la política de
incentivo a la ciencia, tecnología e innovación. La comunidad científica de Brasil reúne 210 mil científicos activos, distribuidos por universidades
privadas, públicas y empresas.
El número de estudiantes de maestría y doctorado es hoy diez veces
mayor que hace veinte años, y en el 2006 fue alcanzada la marca
histórica de titulación de 10 mil doctores. En 2010 se titularon 16 mil
doctores y 45 mil maestros.
Nuevas fronteras35
En los próximos cuatro años, 1.5% del PIB será invertido en ciencia y
tecnología. El gobierno federal también les ha aumentado la concesión de becas a los investigadores: en el 2007 fueron 97 mil becas, número
que debió subir a 170 mil en 2010.
De frente al futuro, el país ya domina todas las etapas de producción de
combustible nuclear, con tecnología 100% nacional, además de ser
referencia mundial en el desarrollo de fuentes de energía renovable,
como el etanol y el biodiesel.
Los recursos naturales de Brasil son un activo importante para el desarrollo de la tecnología y de la innovación. Por eso el país también
invierte en dos principales áreas de frontera de la actualidad:
biotecnología y nanotecnología. En mayo del 2008, los estudios con
células madre embrionarias fueron legalizadas en el país.
Además de la actuación nacional, Brasil asumió un compromiso de
transferencia de tecnología y cooperación con países africanos para auxiliar al continente en la conquista de la seguridad alimentar y en la
garantía de la salud plena de sus poblaciones.
35
Inversiones extranjeras directas Tecnología e Innovación 14/02/2010- Portal Brasil