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Aames Lani - El Legado Del Hombre Lobo

Oct 12, 2015

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danielrumi
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El libro se volvi siempre

EL LEGADO DELHOMBRE LOBO

Lani Aames

The Wolfs Mans Legacy (2003)

El libro siempre volva.

Ella no deseaba el libro, ni siquiera deseaba tocarlo de nuevo. El cuero gastado hizo que su piel zumbara con memorias antiguas de algo que ella no deseaba saber. Cuando el libro apareci primero al pie de su umbral el da despus de Accin de Gracias, se sinti llena de pavor y anticipacin, una mezcla de emociones que ella no entenda.Ni remite, ni sello, ni matasellos, ni ninguna direccin, nada excepto su nombre, puesto en letras en una escritura pasada de moda, de lujo, en un envoltorio liso marrn: Srta. Susan Talbot. Ella trabajaba en una librera usada y la gente traa siempre los viejos libros para que estos fuesen autentificados o para ser valorados. Lo envi a los expertos, porque ella no tena ninguna experiencia acadmica en el campo. Ella no era nada ms que una vendedora: clasificaba los libros, los apilaba, los venda, pero ella no tena la capacidad de juzgar el valor de un libro.

Rasgando el envoltorio y el papel a la fra luz del sol que se perda, tembl con una peculiar mezcla de malestar y de deseo. El papel cruji y rasp contra la acera, mientras una rfaga de viento helado la azot fuera de su asimiento. Ella acomod, con su espalda contra el enrgico viento, el estrecho libro presionado a su pecho. El libro se senta caliente contra sus pechos y un quejido se le escap de los labios. Algo revolvi el interior ms profundo de ella: la parte de ella sexual. Pero en su mayor parte se trataba de una necesidad principalmente devastadora...

Para hacer qu, ella no lo saba. El viento se apacigu y la luz del sol se volvi ms plida. Pronto sera oscuro y entonces ella no podra abrir correctamente el libro. La cubierta, encuadernada en cuero, cay abierto pesadamente para revelar las envejecidas, descoloridas pginas del pergamino. El ttulo manuscrito "Bestiae Magicae" no signific nada para ella, aunque lo reconoci escrito en latn.

Magia, ciertamente. Bestial? Bestia? Magia Bestial? Bestias Mgicas? El resto de las pginas manuscritas eran incluso menos comprensibles, la escritura encogida, casi ilegible. Not que algunas contenan notas escritas por diversas manos, en los mrgenes estrechos. Algunas estaban en latn, otras en una versin antigua del ingls, y algunas otras en ingls ms moderno. El libro haba pasado obviamente a travs de muchas manos, a travs de muchas generaciones.

En ese momento supo que no quera el libro. Intent abrir los dedos y dejarlo caer al pavimento. Dejarlo para que algn otro lo tomase y se ocupase de las consecuencias y de la maldicin...

De dnde vino ese pensamiento? No importaba, porque sus dedos no aflojaran su apretn, sin importar tampoco lo fuerte que ella lo intentaba. Ellos continuaron hojeando a travs de las pginas, buscando algo... y ella lo sabra cuando lo encontrase, lo rasgara de su lugar, rompindolo en pedazos con los dientes y la garra- Sue? Ests bien?Asustada, ella se gir y casi gru a su vecina, Dori. Con el corazn golpendole en el pecho, batindole dentro de la caja torcica como el golpeo frentico de las alas de un ave atrapada. Ella bloque el sonido y mantuvo cerrada su mandbula con fuerza.

- Mi Dios, Sue? Te sucede algo malo? susurr Dori, con los ojos abiertos de par en par por la preocupacin.

Sue sacudi la cabeza y agarr el libro contra su pecho otra vez. - Nada. Estoy muy bien jade ella. Entonces dndose la vuelta, abri la puerta y corri hacia arriba por las escaleras hasta su apartamento, en el segundo piso. No hizo caso de Dori, que la llamaba por su nombre mientras manejaba torpemente la llave sobre la cerradura, como si sus manos se hubiesen metamorfoseado en algn otro tipo de apndices, con pulgares opuestos.Irrumpiendo a travs de la puerta, todo cay de entre sus manos. La pequea bolsa de la tienda de comestibles se rompi y derram su contenido, su monedero rebot en la esquina de la mesa del recibidor, y el libro resbal a medio camino a travs del cuarto.Nada ms haber tocando el tomo, el sentido del caos y la prdida de control retrocedi, y esa necesidad principal se disip algo. Cerr de golpe la puerta detrs de ella e, inclinndose contra ella, cerr los ojos. Su corazn volvi a un ritmo normal, y su respiracin se igual. Ya no senta la llamada de lo salvaje.

Abri los ojos, camin encima al libro, y lo golpe con el pie debajo del sof.

A la maana siguiente, usando las pinzas, Sue puso el libro en un bolso y lo llev el trabajo, descargndolo en un estante trasero con todos aquellos viejos libros pero indeseados.Aquella noche ella haba tenido sueos extraos, incoherentes. Bestias a cuatro patas corran a medio galope a travs de los primitivos bosques, cubiertos por el claro de la luna y la niebla. En la caza, cazaban a animales ms dbiles, incluyendo al hombre...Y a la maana siguiente, baada en su propia transpiracin y sacudida por el miedo, se haba despertado para encontrar el libro descansando sobre su mesita de noche, entre el reloj y la lmpara.

El terror la haba atrapado. Ella haba trado el libro hasta all, sin acordase? No poda ser, o s? Usando su reloj, ella lo barri de la mesita de noche y lo golpe con el pie hasta la esquina ms oscura de su habitacin, donde se qued por casi una semana.

Usando las pinzas, porque ella no se atrevi a tocarlo de nuevo, Sue lo dej caer dentro de una bolsa de papel y lo tir dentro de una papelera, de camino al trabajo. Cada noche, sus sueos haban estado plagados por las bestias nocturnas, pero aquella noche se intensificaron. Ella era una de las bestias, trotando junto a un macho negro de casi dos veces su tamao. Cuando l oli el aire, ella inclin su hocico hacia arriba y tambin atrap el olor de la presa, y aull con los otros, los sonidos repitindose misteriosamente a travs de los rboles. l arranc a correr y ella corri al lado de l, msculos ondulando suavemente debajo de su capa gruesa de piel plata-blanca. l la impuls continuar, y ella no dese decepcionarlo. Ella corri con la manada, cazando atrapando desgarrandoSue de repente se alz en la cama, el pelo, las sbanas, y el lecho empapados con su sudor. Cuando ella se dio la vuelta, el libro descansaba en su mesita de noche.De nuevo, ella lo golpe con el pie en la esquina.

Ahora, era vspera de Navidad. Siempre, el libro volva, pero esa noche ella pens en algo que debera ser bueno para el libro. Cada noche, ella haba soado con el grito y la caza a la luz de la luna mantenindose cerca del macho negro, hasta que la fantasa pareca ms tangible que su realidad. Una parte de ella saba que tena que hacer algo o el mundo alterno consumira su vida. Ella agarr y empaquet el libro y lo llev al stano. Lanzndolo a las llamas saltadoras del horno, ella lo mir quemarse con un sentimiento embrollado de alivio y pena.

Despus de todo esto, ella cay fcilmente en un sueo profundo.

De nuevo, ella corra con el macho, pero esta vez que eran slo ellos dos. La esta noche era diferente. Su cuerpo doli con necesidad y deseo. Ella arda en el blando lugar entre sus piernas traseras. Ella dese parar y estirar sus patas delanteras hacia fuera todo lo que pudiese, dando un acceso fcil a su compaero. Pero ella lo sigui, sabiendo que su unin vendra a su debido tiempo.Finalmente, l par en un claro baado a la luz de la luna y se dio la vuelta hacia ella, sus suaves jadeos los nicos sonidos que se oan. Sus hocicos se tocaron brevemente, despus l se movi detrs de ella, oliendo debajo de su cola. Su spera lengua golpe una vez a travs de su carne ardiente, relevando el dolor y exacerbndolo al mismo tiempo. Ella se estir hacia adelante, arqueando su parte trasera, su trasero arriba en el aire. De nuevo su lengua la atorment a travs suyo y su cuerpo se retorci bajo de su tacto. Repetidas veces, l lami entre sus piernas hasta que ella estall sin importarle nada ms.Sue gru suavemente con el placer que corri a travs de su cuerpo. Ella levant sus caderas ms altas, retorcindose su sexo en la lengua que remolinaba. El gruido se convirti en un quejido cuando ella logr abrir los ojos. Ella mir fijamente el techo cuando se recuper de su increble orgasmo; antes ella no haba soado durante tanto tiempo... pero la lengua spera, caliente y mojada, continuaba dando lengetazos y lamiendo su cltoris y sus labios.

Ella levant su cabeza hasta que pudo ver sobre sus caderas alzadas y entre sus piernas extensas. Su corazn se aceler a la vista del lobo negro.

Dylan Hunter haba seguido el rastro del libro tan pronto como fue subastado en Sotheby a primeros de ao. El dueo anterior, designado solamente como Guardin por la manada, lo haba guardado en la caja fuerte, pero sus herederos no eran tan diligentes. Antes de que la manada se enterase de la muerte del Guardin y del reparto de su legado, el libro haba sido vendido como un volumen ms entre millares.

Solamente capaz de detectar el paradero del libro en su forma del lobo, Dylan perdi rpidamente la pista del libro. Durante meses, sin importar cuanto se mantuviese vagando entre el mundo poblado en forma del lobo, l nunca detect el libro en ningn lugar. El lado positivo era que el libro no haba sido puesto a disposicin los seres humanos para ser usado contra la manada.

Estaba cansado y nervioso. Sin saber quin tena el libro, la manada estaba en alerta, lista para moverse al primer aviso, preparada para defenderse y para asegurar la supervivencia de la manada.

Finalmente, Dylan detect el libro el da despus de Accin de Gracias. Sus instrucciones eran conseguir el libro sin importar el coste, pero ninguna de ellas habra podido predecir quin tendra posesin de l. Tan pronto como l averigu quin era esa persona, observ y esper. La mayora de la manada, incluyndose a s mismo, pensaba que ella era poco ms que una leyenda. Ahora l saba que ella exista de verdad.

Susan Talbot lo despert como ninguna otra hembra, humana o de la manada, haba hecho desde hacia tiempo. Le gust la manera en que su pelo marrn brill con toques de luz rojos y oro en el plido sol del invierno. Todava tena que conseguir estar bastante cerca para ver de qu color tena ella los ojos y l se preguntaba si eran verdes, azules, o marrones. l aprob la manera que ella se comport, ferozmente y con determinacin, aunque l saba por lo que ella estaba pasando en ese instante.

Dylan se senta un poco culpable porque l se aadi a sus tribulaciones, invadindola en sus sueos cada noche. Al principio, l la introdujo simplemente en la manada a travs de sus formas de lobo. l le envi imgenes de cmo sus antepasados haban cazado en pocas antiguas. l esperaba que ella se fuese acostumbrando a su herencia.

Cada da l la segua mientras que ella iba a trabajar y al volver. l nunca se le acerc, temeroso de que ella pudiese reconocerle o detectar de alguna manera su parentesco antes de que ella fuera lista aceptarlo. Un da, de camino al trabajo, ella sac un paquete de su bolso y lo dej caer en la basura, a varios bloques de la librera. l no se senta sorprendido de que ella intentase librarse del libro. Haba detectado su miedo y agitacin cuando l se arrastraba en sus sueos.

Abri la tapa y encontr la bolsa que ella haba llevado, pero estaba vaco. l salt dentro y busc a travs de la repugnante basura, pero no encontr el libro. Cerrando la tapa, cambi de cuerpo en lobo e intent detectar la energa del libro, pero l no senta nada, la misma nada que l haba sentido durante meses hasta que encontr a Sue Talbot.

l no estaba seguro de qu hacer. Deba buscar ms lejos o continuar vigilando a Sue? Cambi de forma nuevamente en Dylan el humano, y se arrastr fuera del contenedor, frunciendo el ceo. Algo ms los influenciaba todos - el libro, a Sue Talbot, y a l - y no le gustaba nada. No le gustaba lo desconocido, especialmente cuando lo que estaba en juego era tan importante.

Sintindose como si hubiese perdido el control de la situacin durante una fraccin de segundo, Dylan se apresur hacia la librera para cerciorarse de que Sue Talbot haba continuado con su da como de costumbre. l solt un suspiro de la relevacin cuando, a travs de la ventana delantera, l vio su lugar detrs de la caja registradora. A menor era ella una constante con la cual poda contar.O eso es lo que pensaba. Ms tarde, esa noche, cuando l la introdujo en los sueos, encontr a Sue en su forma de lobo, manteniendo el paso al lado de l, su pelaje plata helada realzada por la luz de la luna. Estuvo satisfecho al encontrar que ella le encontraba en el sueo, pero lo que le complaci ms era que el que ella estuviese con l le pareca lo correcto.Ms tarde esa noche, despus de que se hubiera terminado el sueo, l cambi a su forma de lobo y detect de nuevo la presencia del libro en posesin de Sue. La relevacin lo inund. El libro estaba seguro, s, pero tambin significaba que l no tendra que dejarla de nuevo para buscarlo.

Noche tras noche, ella se reuna con la manada y corra a su lado. Ella aprendi presentir a la presa y aullar de modo que su llamada repitiera a travs del bosque. Y ella aprendi a ayudar con la matanza. l nunca permiti a la manada del sueo cazar a un ser humano. Aunque sus antepasados lo haban hecho as, haban aprendido protegerse y a no necesitar cazar ms a los seres humanos que queran destruirlos.

l detectaba su malestar, la lucha continua dentro de ella. Una parte de ella estaba atrada por a la libertad y al salvajismo de ser un lobo, pero otra, una parte ms profunda de ella se opona. Ella todava no haba aceptado la parte indomable de s misma y hasta que ella no lo hiciese, el resto no le resultara fcil.

En vsperas de Navidad, ella todava no se haba acostumbrado a lo que era. l senta que ella todava poda comprenderlo totalmente. No podan quedarse en esa situacin mucho ms tiempo. l no podra, de todas formas. l la deseaba y la esperaba como su compaero, como ella pens en l en los sueos. Tendra que aceptar su herencia y esperaba persuadirla de aceptarlo.

Tarde esa noche, deseando estar cerca de ella cuando l la introdujo en los sueos, forz fcilmente la cerradura de su apartamento. Dentro, l cambi a su forma de lobo y camin a travs de los cuartos hasta su dormitorio.Ella dorma desnuda. Se sacudi y se dio media vuelta y gimiendo en sueos hasta que el cobertor fue un montn enredado y resbal hasta el suelo. l se levant hacia arriba y reclin sus patas delanteras en el pie de la cama. Ella rod de lado a lado, con sus piernas separadas de modo que l poda ver el enredo del pelo y la hendidura debajo de ella. l podra oler su excitacin, que pareca llenar el cuarto. Su cuerpo de lobo reaccion a lo que su mente de hombre encontr estimulante.

l se zambull en su sueo. No estaban con la manada y qued sorprendido al encontrarse que esta vez ella haba dirigido el sueo. l podra olerla aqu tambin, el rico, almizcleo olor de una loba en celo. Su ciclo haba llegado y l sera su compaero. Cuando la idea se introdujo totalmente en su mente y su pene se llen de sangre, se detuvo en un claro iluminado por la luz de la luna.Se dio la vuelta hacia ella y toc su nariz con la suya. Desafortunadamente, los hocicos del lobo no fueron hechos para besarse. El lobo en l asumi el control y su olor lo condujo alrededor a su parte posterior. Ella todava estaba parada, esperndolo. l todava tena pensamiento humano, tambin, y lami su carne hinchada. Ella saba tan rica y embriagadora como su olor. Cerr los ojos y la golpe con su lengua repetidas veces, y ella se movi contra l, frotando su blanda jugosidad contra su lengua...

Ella gru, un sonido bajo que se convirti en un quejido humano. l abri los ojos y se encontr con que l ya no estaba en su sueo. La humana Sue tendida expuesta en la cama, retorcindose en xtasis, y su cabeza de lobo estaba entre sus muslos, su lengua enterrada en su coo.Ella saba bien, nica para su paladar de lobo. l no dese parar. Pero cuando el ltimo estremecimiento del orgasmo ondul a travs de su cuerpo, ella levant su cabeza y le mir a los ojos. Por un momento pens que ella iba a gritar. Con una ltima codiciosa pasada de su lengua, dio un salto en el aire hasta la cabecera de la cama.Sue sinti subirle un grito hasta detrs de la garganta, mientras el lobo negro, escapando de alguna manera a su sueo, salt hacia adelante. En medio del aire, l... cambi, y el sonido se congel en sus cuerdas vocales. La piel gruesa, negra, dej paso a la piel musculosa lisa, las patas se metamorfosearon en manos y pies, y el hocico disminuy para convertirse en una cara humana, coronada por una melena larga de pelo rubio oro. En el espacio de algunos segundos, era un hombre, no un lobo, el que aterriz encima de ella.

l haba tomado la mayora de su peso con las manos y las rodillas, de modo que slo su vientre palme contra el suyo, su pene rgido acunado por su montculo.

Quien-quien-quien--" balbuce ella. Ella trag con dificultad y finalmente logr preguntar, - Qu eres?". He estado en tus sueos, Sue, -murmur mientras su mirada fija observaba su cara, iluminada por el claro de luna que flua a travs de la ventana. -Tus ojos son marrn, no es verdad? C-Cmo sabes mi nombre? Qu es lo que ests haciendo aqu? -Ella intent alejarse de l empujndole, pero l era demasiado pesado.Demasiado extraamente, ella no senta miedo, despus ese primer choque, de ver el lobo y su salto en el aire.

Cmo hiciste eso? Es una larga historia -Su cabeza descendi y dio un beso en un pezn erguido. -Mi nombre es Dylan Hunter. Te dir todo... ms tarde. Ahora, me gustara acabar lo que empezaste en tu sueo. No! Es decir, slo era un sueo. Cmo podras ser ms que un sueo? He estado en sus sueos desde hace algunas semanas, desde que empezaste a soar con los lobos. -l dio un beso en el otro pezn, pero esta vez demor su lengua hasta convertirlo en un nudo ms apretado. Ella jade, y record lo que le haba hecho a ella esa lengua, la lengua del lobo, solamente haca unos minutos. -Al principio, conduca los sueos, pero esta noche, esta noche eran todos tuyos. Soabas en el calor con el que podramos acoplarnos. Juro que te lo explicar todo, slo si nos dejas acoplarnos ahora. No s... -Su protesta fue fcilmente apagada cuando l frot suavemente su erguido pene contra su montculo, y su boca rode un tenso pezn, luego el otro. Sus caderas se levantaron para satisfacerlo por su propia voluntad, y su espalda se arque como para empujar su pecho ms lejos de su boca.

Ese hombre, Dylan, era un extrao, y ahora, no lo era. Ella haba corrido con l noche tras noche durante casi un mes. Si l le haba dicho la verdad, entonces haba sido su decisin el acoplarse con l. Ella sacudi su cabeza, intentando aclararla. Haba tantas preguntas, tantos pensamientos que se le venan a la mente, y lo nico que ella deseaba era sentir.

Y ella senta. El calor de su cuerpo impregn su piel mientras l se movi entre de sus piernas y coloc su larga longitud contra ella. Ella envolvi las piernas alrededor de sus caderas y entrelaz sus dedos en el enredo de su pelo, para traerlo ms cerca de ella. En algn momento del ltimo mes, la loba en la que ella se converta en sus sueos se haba enamorado del lobo negro. Si Dylan era la personificacin de ese lobo... bueno, no quera pensar en lo que pasara ms tarde.

Sus labios se deslizaron sobre los suyo mientras que su ereccin resbal dentro de ella. Ella se arque para satisfacerlo, sus dedos apretndose en puos. Su lengua sonde profundamente, como su pene sonde sus profundidades, y sus manos se deslizaron a lo largo de ella por detrs, encima de la nuca de su cuello, y se entrelazaron en su pelo. l empuj fuerte, retrocedi y empuj ms fuerte.

Cada movimiento la llen y envi una nueva oleada de hormigueos electrificados a travs de su cuerpo.

Haba pasado tanto tiempo, demasiado tiempo, desde que ella haba tomado un hombre dentro de ella, y ella no poda recordarlo el haber sido esta dulzura. Se movieron como uno, un ritmo perfecto que llevaba a ambos ms cerca del borde con cada oleada. l se tens y aument su tempo, el ltimo toque para conseguir el premio final. Su boca vol contra la de ella, abierta y encendida, y las acometidas de calor irradiaban a travs de sus miembros. Ella grit y l gimi simultneamente, sus sonidos del placer mezclados como sus cuerpos. Con un ltimo empuje, Dylan cay contra ella y permaneci inmvil, respirando contra su cuello.

Su piel le picaba. Ms. Haba ms para ser dado, pero aquello era bastante por ahora. Ella se acurruc contra l y revel el rubor de haber hecho el amor. No poda ser menos. Ella aprendera amar a Dylan como la loba dentro de ella haba amado al lobo negro.

Dylan envolvi un brazo alrededor de ella. "Tenemos que hablar, Sue, pero ms tarde. De acuerdo?"Ella cabece y cerr los ojos. Ms tarde todo estara bien.El rbol de Navidad se parpade y centelle feliz como Sue y Dylan, envueltos en una manta caliente, bebiendo a sorbos el cacao caliente. Ninguno de los dos estaba vestido. Piel contra piel, estaban sentados en el sof, Sue en el regazo de Dylan. Ella senta el movimiento de su pene contra su cadera, pero haban decidido que necesitaban hablar.

Sue puso su taza a un lado y tom el libro, la primera vez que ella tocaba la superficie de cuero desde haberlo encontrarlo en su umbral haca un mes.

No la afect como entonces, aunque ella todava senta una aureola de energa alrededor del libro. Ella lo abri hasta la pgina de ttulo.

Bestias mgicas -tradujo Dylan.

Era una de mis suposiciones. Es un libro de secretos, escrito desde hace tanto tiempo que nadie sabe exactamente cundo. Estas pginas explican todos sobre las criaturas que los seres humanos conocen como mitos. Por ejemplo unicornios, grifos, quimeras, y hombres lobos. Hombres lobo -repiti Sue suavemente. Ella haba adivinado ya parte de ello. Dylan era un hombre lobo, pero ella todava no saba dnde encajaba ella. Explica cmo llegan a ser, lo que pueden hacer, y cmo aprovechan sus poderes o, en algunos casos, cmo destruirlos. Era mi trabajo cerciorarme de que el libro no acabase en las manos incorrectas. Si hubiese fallado, y pens que lo haba hecho muchas veces en estos ltimos diez meses, podramos haber sido destruidos todos. Puede ser que tambin haya estado en las manos incorrectas porque no saba qu hacer con l. Nunca quise tocarlo. Intent librarme de l. Dylan! Incluso lo quem, pero siempre volva.l sacudi la cabeza.

No estoy seguro de porqu sucedi eso. El libro en s mismo no es mgico. He tenido la sensacin de que aqu hay otra fuerza trabajando y eso lo prueba. Pero no tengo ninguna idea de lo que puede ser. Yo tampoco. -Sue pas la mano por entre el pergamino. Ella senta una conexin en las pginas, pero Dylan haba explicado que l se senta conectado con el libro.- Qu tiene todo esto que ver conmigo? Slo s un pequeo pedazo de la historia. No creo que cualquier persona la sepa, o que la recuerde toda. El paquete ahora consiste en el origen, el significando del nacimiento de los hombres lobos. En el pasado, antes de que los hombres lobos tuviesen el control de sus poderes, eran bestias salvajes que mataban a cualquier persona lo bastante desafortunada para cruzarse en su trayectoria. Mis antepasados decidieron hacer algo al respecto y formaron el clan de la manada, trabajando para civilizar hombres lobos. Sintieron que si podamos ganar el control de nuestro cambio y de nuestro poder no estaramos a merced de nuestro interior salvaje. De acuerdo, creo que lo entiendo. Tu abuelo, por el lado de los Talbot, fue uno de los ltimos en ser mordidos por un hombre lobo y en ser un hombre lobo l mismo. Al principio, l no tena ninguna idea de qu era lo que le suceda. Para cuando l se lo imagin y haba masacrado a mltiples seres humanos, l haba engendrado un nio, tu padre. La familia nunca habl mucho de mi abuelo, slo que se haba matado bajo circunstancias misteriosas. Eso significa que yo tambin soy un hombre lobo? T eres una mujer loba, Sue. La segunda generacin, pero tienes el potencial de ser muy poderosa. Parte de la leyenda que muchos de nosotros pensbamos era verdad. -l hizo una mueca y bes su mejilla.- No te preocupes, amor. No cambiars de forma cuando la luna est llena y no irs automticamente a provocar una matanza. Pero puedo ensearte cmo cambiar de forma si deseas aprender.Sue segua silenciosa y tocada el libro otra vez. Ella ahora saba porqu ella haba buscado cierta pgina cuando ella sostuvo el libro por primera vez. Esa pgina contena la informacin sobre hombres lobo. Ella tena deseos de destruirla porque la parte del hombre lobo de ella saba peligroso cuan peligrosa poda ser la informacin.Ella mir a Dylan, a sus ojos verdes ardientes. Pens que ella podra caer locamente enamorada de l en poco tiempo y eso la hizo feliz. Pero el pensamiento de cambiar de forma en un lobo era espantoso y maravilloso todo al mismo tiempo. Ahora, le llegaron emociones opuestas a las que la haban abrumado desde la recepcin del libro. Ella lo bes y frot su mejilla contra la suya.

S, Dylan, ensame. Me asusta, pero deseo saber como es correr salvaje y libre. Y no slo en mis sueos. Lo amars, Sue. Te lo prometo.- Su mano resbal hasta su nuca y atrajo sus labios contra los suyos. l la bes duro, un beso por completo de pasin y deseo. Ella sinti a su pene crecer erguido contra su cadera y su propio deseo man dentro de ella.

Ms tarde -dijo ella sin aliento.- Puedes ensearme ms tarde. Ahora, tengo una idea mejor. Mmmm, debe ser la misma idea que tengo yo -susurr l contra su mejilla.Sue tom el libro abierto y comenz a sacudirlo sobre la tabla de caf. Ella vacil cuando un pedazo de papel blanco cay de entre las pginas y hasta su regazo.

La lengua de Dylan toc justo debajo de su odo y la arrastr a lo largo del lado de su cuello. Ella tom el papel y lo desdobl, no haciendo caso de la lengua insistente de Dylan por el momento.

Mira esto.El papel tena en los bordes bastones de caramelo rayados en rojo y blanco, atados con arcos verdes. Impreso en verde, en la parte de arriba: Del escritorio de mama Claus, Christmastown, Polo Norte. Debajo, en letras cuidadas, pasadas de moda que se asemejaba al nombre de Sue que figuraba en el exterior del paquete cuando ella primero recibi el libro, haba escrito:Para Sue y Dylan

Feliz Navidad de Mama Claus No. -Dylan sacudi la cabeza.- No puede ser.Sue casi estuvo de acuerdo entonces, hasta que lanz los brazos alrededor del cuello de Dylan y ri a carcajadas.

Si los hombres lobo son de verdad, por qu no tambin Santa y mama Claus?

~Fin~Traducido por Belle

Diciembre 2005