Antologa del Romanticismo ingls y alemn
Romanticismo AlemnGoethe (1749-1832)ELEGA DE MARIENBADQu me
reserva el devenir ahoray este hoy, en flor apenas entreabierta?Edn
e infierno mi inquietud exploraen la inestabilidad del alma
incierta.No! Que al cancel de la eternal moradalos brazos me
transportan de mi amada.
Cruel y dulce el sculo postrero,almas gemelas, al herir,
desprende;mi pie vacila ante el umbral severoque un querube
flamgero defiende.Mi ojo impasible ante la va desiertave las
selladas hojas de la puerta.
Fin ya el orbe? Sus rocosos murosno se coronan ya de sombra
santa?La mies no grana? Prados verdeoscurosya no cortejan al raudal
que canta?Ni ante el mundo prolfero se extiendela comba astral que
el devenir defiende?
Como para agradarme -cual sola-ella se empina en el umbral,
riente,y me da gota a gota su alegray se me anuda en sculo
ferviente.Sobre mis labios me grab su beso,con llamas, aoranza y
embeleso.
En lo ms noble nuestro ser cultiva anhelos de rendirse a lo
inefablepor honda gratitud que el don no esquivaal Ser puro, a lo
Eterno inexpresable.Llammosle Bondad; yo a su clemencia me acojo y
me diluyo en su presencia.
Haz como yo; coteja el breve instante con tu grcil cordura; no
apresures, tmalo a punto, dctil, insinuante,ya que en la accin o en
el amar perdures.Si vistes de candor en el conflicto,sers hombre
cabal y un hroe invicto>,.
Vano hablar, pens yo, si un Dios te ha dadoel minuto feliz por
compaero!Todo ser, junto a ti, predestinadose siente, no mi sino
lastimero.Me espanta tu decir: dejar tu ladoes un alto saber que no
he logrado.
Lejos ya estoy. Qu me dar el instantefugaz? Quin sabe! Mgico
tesoro para crear Belleza. Como Atlante,me doblo al peso... y me
deshago en lloro.De fuga en fuga, en ftiles andaresy, por alivio,
lgrimas a mares.
Fluyan y rueden sin cesar! La llamajams se apagar, que me
devora;crepita, y por mi pecho se derramado muerte y vida traban
lid ahora.Para el dolor del cuerpo hay plantas buenas,y a m me
ahogan inaccin y penas.
Ya perd el Universo y me he perdidoa m mismo -yo, amado de los
dioses-su Caja de Pandora me han vertido,rica en gajes u horscopos
atroces.Me tientan con la prdiga cascadade los goces... y me hunden
en la nada.(Versin de Guillermo Valencia)
EL REY DE THULEHubo en Thule un rey constantecon su amada, la
que un da,al morir, dej a su amanteurea copa que tena.
Fue, de all, la taza de oro,don de mgica riqueza,y al beber, la
real tristezala humedeca con lloro.
Cuando el rey vio su partidacercana, dio al herederola ciudad y
un mundo entero,menos su copa querida.
Sentse luego a la cenaen medio de sus magnates,y al pie rugen
los embatesdel mar que la sala atruena.
All el bebedor ancianobrinda ltima vez su copa,la echa al mar y
el mar la arropaen su lecho soberano.
La ve hundirse; que se llenay se pierde en lo profundo...Y el
rey llora su penano bebi ms sobre el mundo.(Versin de Guillermo
Valencia)
EL TROVADORQu acento afuera del portal resuena?Qu rumor de la
fuente el aire agita?Dejad que el canto que el espacio llenaen la
real estancia se repita.A la voz de su rey, que as lo ordena, el
paje a obedecer se precipita,y cuando vuelve, dice el soberano,
haced entrar al trovador anciano.
Salud! hidalgos y gentiles hombres,Salud! seoras de belleza
rara, de tanta estrella, quin sabr los nombres? Quin se atreve a
mirarlas cara a cara?Humilde corazn no aqu te asombres ante
esplendor y pompa tan preclara,y cirrense mis ojos que para ellos
no han de ser espectculos tan bellos.
Cierra los ojos y del arpa brotabajo su mano, excelsa meloda que
con el canto confundida flotaen raudal de pursima armona.
Johann Christian Friedrich Hlderlin (1770-1843)El punto de vista
desde el cual tenemos que contemplar la AntigedadSoamos con
formacin, piedad, etctera, y no tenemos absolutamente ninguna; es
adoptada; soamos con originalidad e independencia, creemos decir
algo totalmente nuevo, y todo esto es, sin embargo, una reaccin,
una dbil venganza, como si dijramos, frente a la servidumbre con la
cual nos hemos comportado para con la Antigedad. Parece en verdad
que casi ninguna otra eleccin est abierta: ser oprimido por lo
adoptado y positivo o, con brutal arrogancia, ponerse a s mismo,
como fuerza viviente, frente a todo lo aprendido, dado, positivo.
Lo ms difcil en esto es el hecho de que la Antigedad parece estar
en contra de nuestro impulso originario, que se encamina a formar
lo no-formado, a perfeccionar lo natural originario, de modo que el
hombre nacido para el arte, de manera natural, prefiere lo crudo,
no instruido, infantil, antes que un material formado, en el que,
para quien quiere dar forma, hay ya elaboracin previa. Y lo que fue
fundamento general de la decadencia de todos los pueblos, a saber,
que su originalidad, su viviente naturaleza propia, sucumbi bajo
las formas positivas, bajo el lujo que sus padres haban producido,
esto parece ser tambin nuestro destino, slo que en mayor medida,
por cuanto un pasado casi ilimitado, que descubrimos o por
instruccin o por experiencia, acta y presiona sobre nosotros. Por
otro lado, nada parece ms favorable que precisamente estas
circunstancias en las que nos encontramos. Hay, en efecto, una
diferencia entre el hecho de que aquel impulso de formacin acte
ciegamente y el hecho de que lo haga con conciencia, que sepa de
dnde procede y a qu aspira, pues la nica falta de los hombres es
que su impulso de formacin se extrava, toma una direccin indigna,
falsa en suma, o yerra el sitio que le es propio, o, cuando lo ha
encontrado, a medio camino se detiene y permanece cabe los medios
que deban conducirlo a su fin. Que esto acontezca en grado mucho
menor se asegura mediante el hecho de que sepamos de dnde procede y
adnde se encamina en general aquel impulso de formacin, que
conozcamos las direcciones esenciales en las cuales va al encuentro
de su meta, que tampoco nos sean desconocidos los rodeos y
descaminos que puede tomar, que todo lo que antes de nosotros y en
tomo a nosotros ha surgido de aquel impulso lo consideremos como
surgido del comunitario fundamento originario del cual ese impulso,
en todas partes, surge con sus productos, que conozcamos las
direcciones ms esenciales que l tom antes de nosotros y en tomo a
nosotros, as como sus extravos alrededor de nosotros, y entonces, a
partir del mismo fundamento que aceptamos, viviente y en todas
partes igual, como el origen de todo impulso de formacin, nos
propongamos nuestra propia direccin, que es determinada mediante
las pasadas direcciones puras e impuras, que, con conocimiento de
causa, no repetimos, de ese modo en el fundamento originario de
TODAS LAS OBRAS Y ACTOS DE LOS HOMBRES NOS SENTIMOS IGUALES Y EN
UNIDAD CON TODOS, POR GRANDES O POR PEQUEOS QUE SEAN, pero en la
particular direccin que nosotros tomamos...
A LAS PARCASDadme un esto ms, oh poderosas,y un otoo, que avive
mis canciones,y as, mi corazn, del dulce juegosaciado, morir
gustosamente.
El alma, que en el mundo vuestra leydivina no goz, pene en el
Orco;mas si la gracia que ambiciono logrami corazn, si vives,
poesa,
s bien venido, mundo de las sombras!Feliz estoy, as no me
acompaenlos sones de mi lira, pues por fincomo los dioses vivo, y
ms no anhelo.
Versin de Otto de GreiffJ. F. C. von Schiller (1759-1805)ODA A
LA ALEGRA (fragmento)Ebrios de ardor penetramos,diosa celeste, en
tu santuario!Tu hechizo vuelve a unirlo que el mundo haba
separado,todos los hombres se vuelven hermanosall donde se posa tu
ala suave.
Quien haya alcanzado la fortunade poseer la amistad de un amigo,
quienhaya conquistado a una mujer deleitableuna su jbilo al
nuestro.S, quien pueda llamar suya aunqueslo sea a un alma sobre la
faz de la Tierra.Y quien no pueda hacerlo,que se aleje llorando de
esta hermandad.
Todos los seres beben la alegraen el seno de la
naturaleza,todos, los buenos y los malos,siguen su camino de
rosas.Nos dio sculos y pmpanosy un fiel amigo hasta la muerte.Al
gusano se le concedi placery al querubn estar ante Dios.
Gozosos, como los astros que recorrenlos grandiosos espacios
celestes,transitad, hermanos,por vuestro camino, alegremente,como
el hroe hacia la victoria.
Alegra, hermosa chispa de los dioseshija del Elseo!Ebrios de
ardor penetramos,diosa celeste, en tu santuario!Tu hechizo vuelve a
unirlo que el mundo haba separado,todos los hombres se vuelven
hermanosall donde se posa tu ala suave.
Abrazaos, criaturas innumerables!Que ese beso alcance al mundo
entero!Hermanos!, sobre la bveda estrelladatiene que vivir un Padre
amoroso.
No vislumbras, oh mundo, a tu Creador?Bscalo sobre la bveda
estrellada.All, sobre las estrellas, debe vivir.AMOR Y APETITO
Muy bien dicho, Schlosser: se amalo propio; y si no se tienese
apetece. El alma ricaama, la pobre apetece.
Versin de J. L. Estelrich
XTASIS POR LAURALaura, si tu mirada enternecidahunde en la ma el
fulgurante rayomi espritu feliz, con nueva vida,en rfaga
encendidaresbala con la luz del sol de mayo.Y si en tus ojos
plcidos me mirosin sombras y sin velos,extasiado respirolas auras
de los cielos.
Si el acento sonorotu labio al aire da con un suspiroy la dulce
armonade las estrellas de oro;escucho de los ngeles el coro,y
absorta el alma maen transparente amoroso se extasa.
Si en la danza armoniosatu pie, como ola tmida resbala,a la
tropa de amores misteriosamiro agitar el ala;el rbol mueve, tras de
ti, sus ramascual si de Orfeo oyrase la lira,y a mis plantas la
tierra que pisamosvertiginosa gira.
Si de tus ojos el destello purofuego amoroso inflama,latido al
mrmol duroda y al rido tronco vital llama.Cuanto goce so la
fantasaya presente contemplo y seguro,cuando en tus ojos leo, Laura
ma!
Versin de Teodoro LlorenteRomanticismo inglsFriedrich Schlegel
(1772-1829)
Pltica sobre la poesaLa poesa acerca todos los corazones que la
aman y teje entre ellos lazos indisolubles. Aunque persiguieran
cada uno, en su propia vida, fines dispares; aunque uno despreciara
totalmente aquello que para el otro es lo ms sagrado; aunque se
desconocieran, se equivocaran o permanecieran eternamente ajenos,
en este territorio, no obstante, un poder mgico ms elevado los
unira y les brindara la paz. Cada Musa busca y encuentra a la otra,
y todos los ros de la poesa van a confundirse en la inmensidad del
mar universal.nica es la razn, y la misma para todos; pero, al
igual que cada hombre tiene una naturaleza y un amor que le son
propios, cada uno lleva en s su propia poesa. Es bueno, y
necesario, que sta siga siendo suya, de un modo tan seguro como l
es lo que es, como l lleva en l, por poco que sea, algo de lo
originario; y ningn crtico tiene el derecho ni la facultad de
robarle su ser ms propio, su fuerza ms ntima, para retrotraerle a
golpes de aclaraciones y purificaciones, a una imagen trivial
desprovista de Sentido y de espritu, como lo hacen los locos que no
saben lo que quieren. No obstante, incumbe a la gran sabidura de
una crtica autntica ensearle cmo debe l mismo formarse en s mismo;
y, ante todo, a saber aprehender, en su fuerza y en su plenitud
clsicas, cada una de las formas diversas y autnomas de la poesa,
con el fin de que la flor y la semilla de espritus diferentes al
suyo se conviertan en el alimento y la simiente de su propia
fantasa.El espritu que conoce las orgas de la verdadera Musa jams
alcanzar el final de este recorrido, ni l se imaginar, locamente,
haberlo alcanzado: ya que es para siempre incapaz de aliviar una
nostalgia que, hasta en la cumbre de su apaciguamiento, encuentra
siempre con qu volver a engendrarse. Inconmensurable e inagotable
es el mundo de la poesa, al igual que la riqueza de la naturaleza
derrochadora de vida lo es en plantas, animales y formaciones de
toda suerte, de toda forma y de todo color. A tal punto que estas
obras artificiales, o estos productos naturales, que tienen forma y
nombre de poemas difcilmente podrn ser abarcados hasta por el
espritu ms amplio. Y qu son, comparados con la poesa, sin forma ni
conciencia, que palpita en las plantas, irradia en la luz, sonre en
el nio, resplandece en la flor de la juventud, se inflama en el
corazn amante de las mujeres? Sin embargo, esa poesa es la primera,
la originaria, sin la cual seguramente no existira poesa del verbo.
S, todos nosotros, todos los que somos, nosotros los hombres, no
tenemos para siempre y para la eternidad otro objetivo de jbilo,
otro modo de actividad que este nico poema de la divinidad de la
cual somos tambin una parte y la floracin: la tierra. Pero est en
nuestro poder percibir la msica de este instrumento infinito,
comprender la belleza de este poema, porque en nosotros tambin vive
una parte del poeta, una chispa de su espritu creador, que,
sofocado bajo la ceniza de sinrazn que cada uno acumula, no deja
jams de incubar con una potencia secreta.No es preciso dedicarse a
razonar a golpes de discursos y doctrinas para cultivar y propagar
la poesa, o para ponerla al da, descubrirla, instalarla y darle
leyes severas, como tanto lo deseara la teora de la poesa
[Dichtkunst]. Al igual que el ncleo de la tierra se cubri por s
mismo de formaciones y vegetales, y la vida surgi por s misma de
las profundidades y todo se pobl de seres que alegremente se
multiplicaron, la poesa se expande por s misma, engendrada por la
fuerza original invisible de la humanidad, cuando el clido rayo de
sol divino la toca y la fecunda. Slo los contomos y los colores
podran, recomponiendo su forma, expresar cmo se form el hombre; y
asimismo, de hecho, no se podra hablar de poesa ms que en poesa.La
visin que cada uno tiene de ella, dado que es ella misma poesa, es
verdadera y buena. Pero debido a que su poesa, precisamente porque
es la suya, est forzosamente limitada, la visin que cada uno tiene
de la poesa no puede ser ms que limitada: lo cual es intolerable
para el espritu, sin duda alguna porque sabe, aunque no lo sepa,
que ningn hombre es un hombre a secas, pero puede y debe ser a la
vez, efectivamente y en verdad, la humanidad entera. Por eso,
seguro de reencontrarse siempre a s mismo, el hombre no deja de
salir de s mismo, con el fin de buscar y encontrar el complemento
de su ser ms ntimo en la profundidad del otro. El juego de la
comunicacin y del acercamiento es la ocupacin y la fuerza de la
vida, no hay realizacin absoluta ms que en la muerte.Por ese motivo
tampoco el poeta sabra contentarse con legar en las obras que deja
tras de s la expresin de la poesa que le es propia, tal como tom
forma innata en l. Debe esforzarse por ampliar sin descanso tanto
su poesa como su visin de la poesa, y acercarlas a las ms altas que
puedan existir en la Tierra, esforzndose con la mayor precisin
posible para ajustar su parte al gran Todo: ya que la generalizacin
mortal tiene precisamente el efecto contrario.Es capaz de ello a
partir del momento en que encuentra el punto medio al comunicar con
aquellos que, llegados de otros lugares y por otras vas, tambin lo
han encontrado. El amor necesita reciprocidad. S, para el verdadero
poeta, hasta el comercio con los que no hacen ms que mariposear en
la superficie puede ser benfico e instructivo. El poeta es un ser
sociable.Por lo que a m se refiere, siempre me result muy atractivo
discutir de poesa con poetas y aficionados. Muchas conversaciones
de este tipo quedaron grabadas en mi memoria; no sabra decir de
otras cunto queda de fantasa y cunto de recuerdo; hay ah mucho de
verdad y alguna invencin. Es el caso de esta pltica, destinada a
confrontar las concepciones ms alejadas; cada una de ellas, desde
su punto de vista, muestra el espritu infinito de la poesa bajo una
luz diferente, y todas se esfuerzan ms o menos, tan pronto por un
lado, tan pronto por el otro, en penetrar hasta el ncleo
propiamente dicho. El inters de esta pluralidad me decidi a dar a
conocer las observaciones que me haba inspirado un grupo de amigos
(y que, para m, en un principio, no se referan ms que a ellos) a
todos aquellos que sienten este amor y han decidido, gracias a la
plenitud de su vida interior, iniciarse ellos mismos en los
Misterios sagrados de la naturaleza y de la poesa.
Fragmentos del Lyceum (Seleccin)6. Se censura la despreocupacin
mtrica de los poemas de Goethe. Quisieran que las reglas del
hexmetro alemn fueran tan consecuentes y universales como el
carcter de la poesa goetheana?14: En poesa cada totalidad podra ser
perfectamente una fraccin, y cada fraccin una totalidad.21: Del
mismo modo que un nio, propiamente hablando, es algo que quiere
devenir hombre, un poema no es ms que un objeto de la naturaleza
que quiere devenir obra de arte.27: Un crtico es un lector que
rumia. Necesitara, pues, varios estmagos.33: La tendencia dominante
en todo escritor es casi siempre una de estas dos: o bien no decir
muchas cosas que necesariamente debera decir, o bien decir muchas
cosas que no haba ninguna necesidad de decir. La primera tendencia
es el pecado original de las naturalezas sintticas, la segunda de
las analticas.48: La irona es la forma de la paradoja. Todo lo que
es a la vez bueno y grande es paradjico.55: Un hombre
verdaderamente libre y cultivado debera poder situarse a voluntad,
en el nivel filosfico o filolgico, crtico o potico, histrico o
retrico, antiguo o moderno, como se afina un instrumento al
diapasn.61: El concepto de un poema cientfico, tomado en sentido
estricto, es tan absurdo como el de una ciencia potica.65: La poesa
es un discurso republicano; un discurso que es en s mismo su propia
ley y su propia finalidad, y cuyas partes son ciudadanos libres que
tienen el derecho de pronunciarse para llegar al acuerdo.68: Cuntos
autores hay, con exactitud, entre los escritores? Autor significa
creador.
79: Los textos alemanes llegan a la popularidad por la
importancia de su autor, o por las alusiones personales, por una
buena competencia, o por un esfuerzo sostenido, por una inmoralidad
mesurada, o por una total obscuridad, por una armoniosa placidez,
por un eclctico aburrimiento, o por un continuo impulso hacia el
absoluto.85: Todo autor digno de este nombre no escribe para nadie,
o bien escribe para todos. Aquel que escribe para ser ledo por uno
u otro no merece ser ledo.98: He aqu los principios fundamentales y
universales de la comunicacin literaria: 1) Es necesario tener algo
que comunicar; 2) es necesario tener a alguien a quien comunicarlo;
3) es necesario poder comunicarlo verdaderamente, compartirlo con
otro, y no exteriorizarlo simplemente; de lo contrario es mejor
callarse.99: Aquel que no es completamente nuevo juzga nuevo a lo
antiguo; y lo antiguo parece indefinidamente nuevo hasta que
deviene otra vez antiguo.100: A la poesa de uno se la llama
filosfica; a la de otro, filolgica; a la de un tercero, retrica,
etctera. Qu es, entonces, la poesa potica?lOl: No es tanto el deseo
de ser novedoso como el temor de ser anticuado lo que engendra la
afectacin.116: Se dice de los alemanes que por la profundidad de su
sentido artstico y de su espritu cientfico son el primer pueblo del
mundo. Sin duda; salvo que hay muy pocos alemanes.117: La poesa no
puede ser criticada sino por la poesa. Un juicio sobre el arte que
no es en s mismo una obra de arte, sea en la materia, como
presentacin de la impresin necesaria en su devenir, sea por su
belleza formal o por su libertad expresiva, no tiene derecho de
ciudadana en el reino del arte.Ideas (seleccin)
3: nicamente en relacin con el infinito se engendran el valor y
la utilidad; lo que no se relaciona con l es absolutamente vano e
intil.6: La vida eterna y el mundo invisible no pueden buscarse
sino en Dios. En l viven todos los espritus, l es un abismo de
individualidad, el nico infinitamente pleno.10: Las ideas son
pensamientos infinitos, autnomos, dinmicos por s mismos, y
divinos.13: nicamente puede ser artista aquel que tiene una religin
propia, una visin original del infinito.15: Todo concepto de Dios
es vaco parloteo. Pero la idea de la divinidad es la idea de todas
las ideas.17: Cuando las ideas devienen dioses, la conciencia de la
armona deviene recogimiento, humildad y esperanza.20: Artista es
aquel cuyo centro y fin de la existencia consiste en formar su
sentido ntimo (Sinn).23: La virtud es la razn hecha energa.36: Todo
hombre completo es un Genio. La verdadera virtud es genialidad.44:
Nosotros no vemos a Dios, pero vemos lo divino en todas partes.
Puedes sentir la naturaleza, el universo, inmediatamente, puedes
pensarlos inmediatamente, pero no la divinidad. Slo el hombre entre
los dems hombres puede poetizar y pensar divinamente, y vivir en
religin. Nadie puede ser en s mismo, por su solo espritu, su
directo mediador, puesto que este mediador debe ser un objeto puro
y al intuirlo pone el centro fuera de s. Puede escogerse y darse el
mediador, pero no puede darse ni escogerse sino el que est dado
como tal. Un mediador es el que percibe en s mismo lo divino y se
sacrifica, negndose a s mismo, para anunciar, comunicar y presentar
lo divino a todos los hombres mediante sus costumbres y sus actos,
sus palabras y sus obras. Si este esfuerzo fracasa, es que lo que
ha sido percibido no era divino, o era inadecuado. Mediatizar,
estar mediatizado, es la vida superior del hombre, y cada artista
es mediador para todos los dems.45: Es artista quien tiene su
centro en s mismo. Aquel que adolezca de ello debe escoger fuera de
s un gua y mediador, no para siempre sino slo para comenzar. Pues
sin un centro viviente, el hombre no puede llegar a ser; si le
falta este centro slo puede buscarlo en otro hombre, y slo un
hombre provisto de un centro puede atraer y despertar el suyo.47:
Dios es todo lo que es absolutamente original y supremo, es el
individuo mismo en su poder supremo. Pero, la naturaleza y el mundo
no son tambin individuos?57: La plenitud de la cultura la
encontrars en nuestra poesa ms alta; pero la profundidad de la
humanidad, bscala cerca de la filosofa.61: Desde hace mucho tiempo
se habla del gran poder de la Letra sin saber con precisin qu se
dice. Es hora de tomar la cosa con seriedad, que despierte el
Espritu y se apodere otra vez de la perdida varita mgica.68: Dad
nicamente forma humana a vuestra vida, y habris cumplido: pero
esperaris en vano la culminacin del arte y el fondo de la ciencia
sin un algo de divinidad.69: La irona es la clara conciencia de la
eterna agilidad, de la plenitud infinita del caos.71: Slo es un
caos la confusin de donde puede surgir un mundo.74: Unid los
extremos y tendris el verdadero centro.83: nicamente por el amor y
por la conciencia del amor el hombre accede al hombre.98: Imagnate
lo finito bajo la forma de lo infinito y pensars al hombre.99:
Quieres penetrar en la intimidad de la fsica, haz que te inicien en
los misterios de la poesa.100: Conoceremos al hombre cuando
conozcamos el centro de la tierra.
107; Donde existe la poltica y la economa no existe la
moral.103: Aquel que no aprenda a conocer la naturaleza por el
amor, no aprender jams a conocerla.127: Las mujeres tienen menos
necesidad de la poesa que los poetas, puesto que su ser ms propio
es poesa.130: Aquel que est unido al mundo puede estar unido
consigo mismo.145: Todos los hombres son un poco ridculos y
grotescos, simplemente porque son hombres; y los artistas, tambin
desde este punto de vista son doblemente hombres. Es as, fue as,
ser as
Romanticismo InglsSamuel Taylor Coleridge (1772-1834)Kubla Kahn
(fragmento)En Xanad se hizo construir Kubla Khan un fastuoso
palacio: All donde el sagrado ro Alfa discurra a travs de grutas
inconmensurables para el hombre hasta precipitarse en un mar sin
sol. As pues, diez millas de terreno frtil fueron cercadas de muros
y torres: y surgieron jardines en los que brillaban sinuosos
arroyos y donde crecan abundantes rboles del incienso; y haba
bosques tan viejos como las colinas rodeando los prados iluminados
por el sol. Mas, ved aquel romntico y profundo abismo abierto en el
costado de la verde colina, bajo la sombra de los cedros! Qu lugar
tan agreste! El ms sagrado y lleno de encantamientos que jams fue
visitado bajo la luna menguante por la mujer que clama por su
demonio amante! Y de este abismo, bullendo en incesante remolino,
como si la tierra respirara con ansioso jadeo, brot al instante un
poderoso manantial; y en medio de su repentino e intermitente
impulso enormes fragmentos de roca saltaban como el granizo o como
el trigo que se separa de la paja bajo los golpes del trillador; y
en medio del incesante resonar de las rocas que danzaban en el
aire, surgi a borbotones el sagrado ro. Trazando labernticos
meandros, a lo largo de cinco millas discurra el sagrado ro a travs
de bosques y valles, hasta llegar a las cavernas inconmensurables
para el hombre y hundirse con estruendo en un ocano sin vida: y, en
medio de este estruendo, oy Kubla a lo lejos las voces de sus
antepasados que profetizaban la guerra. La sombra del palacio
deleitoso se reflejaba en medio de las olas, all donde se oan los
ritmos mezclados del manantial y los abismos. Era una maravilla de
peculiar diseo este palacio de deleites baado por el sol sobre
cavernas de hielo. De una jovencilla que llevaba un dulcmele tuve
una vez una visin: era una doncella abisinia, y tocaba su dulcmele
mientras cantaba del monte Abora. Si fuera capaz de revivir en m la
msica y la letra de su cancin me sentira penetrado de tan profunda
delicia, que, con msica aguda y prolongada, sera capaz de construir
en los aires el palacio, ese palacio soleado! esas grutas de hielo!
Y todos los que oyeran mi msica los veran, y gritaran todos:
Cuidado, cuidado! Mirad sus ojos centelleantes, su cabello
desmelenado! Tejed tres veces en torno a l un crculo, y cerrad los
ojos con terror sagrado, pues l se ha alimentado de ambrosa y ha
bebido la leche del Paraso.
A LA NATURALEZACierto que puede ser fantasa si yoquiero sacar de
todas las cosas de este mundogozo interior profundo que las cia
apretado;y rastrear en hojas y flores, que me envuelven,lecciones
de cario y de piedad sincera.Sea as: y aunque el ancho mundo
resuene en burlade tal creencia, a m no me trae temor,ni me trae
dolor, ni perplejidad vana.As voy a elevar mi altar entre los
campos,y ser el cielo azul mi cpula policroma,y la dulce fragancia
que da la flor silvestreser todo el incienso que te ofrecer a Ti,a
ti, mi nico Dios, que no despreciars ni aun a m, sacerdote del
pobre sacrificio.
William Wordsworth (1770-1850)LOS DAFODELOSErraba en soledad por
valle y cumbre,
como flota la nube por los cielos,
cuando vi de repente en muchedumbre
un tropel de dorados dafodelos,
bajo la fronda, junto al agua lisa
del lago azul, bailando entre la brisa.
Continuos cual los astros que en la va
lctea titilan y arden hondamente,
su indefinida lnea se extenda
por la margen de un abra transparente;
mi mirada diez mil de un golpe alcanza,
cabeceando en jubilosa danza.
Cerca el lago danzaba; mas al gozo
del agua el de las flores exceda.
Cmo no recibir con alborozo
un poeta tan jocunda compaa?
Mir y mir; mas sin tener conciencia
del gozo atesorado en su presencia.
Pues a menudo, si en mi lecho pierdoel tiempo en ocio y vida
imaginaria,en ntima visin se abre al recuerdola beatitud del alma
solitaria,y de jbilo llenan y de vuelosde danza, al corazn, los
dafodelos.Mi corazn da un brinco
cuando observo el iris en el cielo:as fue, igual, al empezar mi
vida,as es ahora cuando soy un hombre,as ser cuando me vuelva un
viejo,o dejadme morir!El Nio es padre del Hombre: ojalmis das
estuvieran vinculadospor natural piedad unos con otros.
El Preludio
Desarrollo de la mente de un poeta (Fragmento)
Hay una bendicin en esta brisa suavevisitante que, mientras
airea mis mejillas,parece saber casi la alegra que traedesde los
verdes campos y el claro cielo azul.Con cualquier misin, esta suave
brisa no puedehallar ms gratitud en nadie que en m, huidode la
vasta ciudad, donde tanto sufren incmoda estancia; ahora libre,
librecomo un pjaro para posarme donde quiera.Qu morada me habr de
acoger, bajo qu rbolespondr mi hogar? Qu claro ro con sus
murmullosme arrullar llevndome a descansar? La tierrase abre toda
ante m. Con corazn gozososin miedo de su propia libertad, miro en
tomoy aunque tan slo fuese una nube sin rumbola gua que eligiera,
no errara el camino.Ya respiro de nuevo! Trances de
pensamiento,elevaciones de nimo me invaden acuciantes:de encima me
he quitado el fardo de mi propiapersona innatural, esa pesada
cargade tantos fatigados das, no mos, y de dasnada hechos para m.
Largos meses de paz(si una palabra tan osada est de acuerdocon lo
que prometer puede una vida humana),largos meses a gusto, de
deleite sin mancha,en perspectiva tengo: a dnde dirigirme,por
camino o sendero, o en el campo sin huellas,cuesta arriba o abajo?
o algo flotante puedepor el ro marcar el rumbo para m?Amada
libertad! Mas de qu servirasino para algn don que consagre mi
gozo?Pues mientras que la dulce brisa del cielo el cuerpome
animaba, cre notar en mi interiorotra brisa, en respuesta, que se
mova suave,con virtud de dar vida, pero ahora se ha vueltouna
tormenta, una rebosante energa,arrastrando su propia creacin.
Gracias a ambas,y a sus fuerzas afines, que, unidas en romper
una helada de larga continuidad, aportan promesas del invierno,
esperanzas de das de accin bajo el apremio de las horas que vuelan;
das de ocio, con carga de paciente pensar abstracto, sin faltarles
puntual servicio en lo alto, vsperas y maitines de versos
armoniosos!
Hasta aqu. Amigo mo, yo, no habituado a hacerde algn gozo
presente materia de mi canto,vert ese da mi alma en ritmos bien
medidospara que nunca fueran olvidados, y aquse anotan: a los
campos abiertos yo les dijemi profeca: nmeros poticos vinieronsin
ms, a revestir en sacerdotal tnicaun renovado espritu elegido
segnesperaba yo para sagrados ministerios.Me animaba mi propia voz,
y an ms, el ecointerior, en la mente, del sonido imperfecto;a ambos
escuch yo, y de los dos obtuveanimada confianza en cuanto ha de
ocurrir:contento, y nada reacio a dar espacio ahoraa esta pasin,
anduve con vivos pasos vidos,hasta llegar a un sitio de sombra
verde: allme sent bajo un rbol, aflojando a mi gustomi pensar, y
asentndome en ms amable dicha...Era un atardecer esplndido, y mi
almapuso a prueba de nuevo su fuerza, y no faltabanvisitaciones
eolias, pero el arpa del vientopronto se destempl, y la hueste
ordenadade la armona en speros ruidos se dispers;y al fin hubo
total silencio: Sea as;por qu pensar en nada sino en el bien
presente?As como el labriego de vuelta a casa, fuiandando bajo el
sol madurado, que dasuave influjo, quitando en m todo deseode
volver a amarrar ese tiempo sabticoa algn yugo servil. A qu tantas
palabras?Un placentero viaje errabundo, tres dasseguidos, me llev a
mi ermitao sitio.No he de contar lo que hubo despus, aquella vidaen
las cosas comunes reserva inagotable
de lo exquisito, al menos para m, cada da
hallada en torno mo en un solo paraje,
mi felicitacin a m mismo, y del alba
a la noche, la paz de nimo nunca rota...
Hoy me contentara con cambiar estas altas
esperanzas, un tiempo, por los dones presentes
de ms humilde industria. Pero, oh querido amigo,
el poeta, aunque sea una amable criatura,
como el Enamorado, tiene tiempos sin ley;
accesos, sin estar enfermo ni estar sano,
aunque no haya afliccin tras l sino sus propios
pensamientos rebeldes: su mente, ms contenta
cuando, disciplinada igual que la paloma empolla,
algunas veces no vive hasta ese fin,
sino, como esa simple ave, tiene punzadas
que la empujan, turbada, entre las espesuras;
en m mismo tambin hay tal pasin ahora,
culpable solamente por durar demasiado.
Cuando como es lo propio de aquel que se prepara
para labor tan ardua, voy haciendo en m mismo
un riguroso examen, a menudo mi informe
es animador, pues no creo que me falte
ese primer gran don, el nimo vital,
ni tampoco verdades generales, que son
una suerte de Agentes, Elementos, Poderes
secundarios que ayudan a la mente viviente:
tampoco estoy desnudo de las cosas externas,
imgenes y formas, y otras muchas ayudas menores, aunque acaso
ganadas con trabajo, y necesarias para la gloria de un Poeta.
Tiempo, lugar, maneras, busco yo, y esto se halla en reserva
abundante, pero nunca de modo que puedan separarse con eleccin
segura; no hay un pequeo grupo de nombres recordados que pudiera
esperar, con perfecta confianza,
hacer volver a m de un solitario exilio,
y hacerlos residir en corazones de hombres
vivos hoy, o que en aos futuros vivirn...A veces me conviene
inventar un relato desde mi corazn, de mejor parentescocon mis
propias pasiones e ideas habituales;un relato variado, elevado en
conjunto,pero esa insustancial estructura se fundeal ponerse ante
el sol mismo que la ilumina,niebla disuelta en aire! Entonces un
deseo,mi ltima y favorita aspiracin, se elevacon anhelo hacia algn
filosfico cantode la Verdad que abriga nuestra vida diaria;y con
apasionadas meditaciones de hondosrincones en el alma del hombre,
inmortal verso,con cuidado ajustado a la lira de Orfeo;pero de esa
terrible carga, pronto, del todome refugio y me quiero lisonjear
con confianzade que aos ms dorados madurarn mi mentey una visin ms
clara. As pasan mis dasen la contradiccin: sin saber separarel vago
anhelo, acaso creado por la faltade poder, y el impulso supremo,
incontenible,una capacidad tmida por prudencia,y por circunspeccin,
demora interminable.La humildad y el respeto modesto me
traicionansirviendo de pretexto a menudo de algnms sutil egosmo;
que a veces deja presatoda funcin, cerrada en reserva vaca,y otras
veces me engaa, confiando en una ansiosamirada que desborda, con
intrusa inquietud,sencillez y verdad, que aparezca ella sola.Ah!
mucho mejor que eso, ir vagabundeandocon placer por los campos y
senderos rurales,no preguntar el orden de las horas, contentocon
meditar, vaco, descuidar, sin reproche,todo, en deliberada vacacin.
Mejor nuncahaber odo el nombre del celo y de la justaambicin, que
vivir perseguido y confusopor un temperamento que a cada hora
vuelve,reacio, a su tarea: que toma otra vez nimo,pero siente en
seguida que un hueco pensamientopende, tal como un veto, sobre sus
esperanzas.As es mi suerte: pues o bien siempre perciboalguna
imperfeccin en el tema elegido,o veo que en mi mismo tanto le
falta, tanto,al absoluto logro, que me echo atrs y me hundo,y busco
mi reposo de la perplejidadvana, con no prestar atencin, con
viajarsin provecho ninguno camino de la tumba,falso administrador
que ha recibido muchoy no devuelve nada. Para eso fue que un ro,el
ms bello de todos, gustaba de mezclarsu murmullo a los cantos de mi
ama, y de sus sombras,sus bosques, de las peas de sus cascadas,
siempreenviaba una voz que flua en mis sueos?...
Percy Shelley (Field Place, 1792 - La Spezia, 1822)A una violeta
marchita
ILa flor ha perdido el aromaque alentaba igual que tus besos.Su
color ya se ha diluidotras brillar solamente en ti.
IISu forma muerta, enjuta, hueca,yace en mi pecho
abandonadoburlando al corazn ardientecon su quietud fra y
callada.
IIIMis lgrimas no la reaniman.Mis suspiros no la reviven.Su
suerte muda y resignadadebiera ser ahora la ma.HIMNO A LA BELLEZA
INTELECTUAL1. LA SOMBRA DE UNA FUERZA INCOGNOSCIBLE...
La sombra de una Fuerza incognoscibleflota, aunque
incognoscible, entre nosotros;visita este amplio mundo con la
mismainconstancia que el viento entre las flores;como un rayo de
luna tras un pico turba secreto, imprevisible,el corazn y rostro
humanos;Como el rumor pausado de la tarde,como una nube en noche
clara,como el recuerdo de una msica, como aquello que se ama por
hermosopero ms todava por ignoto.
2. ESPRITU, BELLEZA QUE CONSAGRAS
Espritu, Belleza que consagrascon tu lumbre el humano
pensamientosobre el que resplandeces, dnde has ido? Por qu cesa tu
brillo y abandonaseste valle de lgrimas desierto?Por qu el sol no
teje por siempreun arco iris en tu arroyo?Por qu cuanto ha nacido
languidece? Por qu temor y sueo, vida y muerteensombrecen el mundo
de este modo?Por qu el hombre ambiciona tantoodio y amor, desnimo,
esperanza?
3. NINGUNA VOZ DE UN MBITO SUBLIME...
Ninguna voz de un mbito sublime ha respondido nunca a estas
preguntas.Los nombres de Demonio, Espectro y Cielotestimonian este
intil empeo:dbiles palabras cuyo encanto no suprimede cuanto aqu
vemos y omos el azar, la duda, lo mudable.Slo tu luz, cual niebla
entre montaaso msica que el viento vespertinoarranca de algn tcito
instrumentoo cual claro de luna a medianoche, sosiega el sueo
inquieto de esta vida.
4. AMOR, HONOR CONFIANZA...
Amor, Honor, Confianza, como nubesparten y vuelven, prstamo de
un da.Si el hombre inmortal fuese, omnipotente,T -ignoto y sublime
como eres- dejaras tu squito en su alma.T, emisario de los
afectos,que creces en los ojos del amante;T que nutres al puro
pensamientocual penumbra a una llama que agoniza! No partas cuando
al fin llega tu sombra:sin Ti, como la vida y el temor,la tumba es
una oscura realidad.
5. CUANDO NIO, BUSCABA YO FANTASMAS...Cuando nio, buscaba yo
fantasmasen calladas estancias, cuevas, ruinas y bosques
estrellados; mis temerosos pasosansiaban conversar con los
difuntos.Invocaba esos nombres que la supersticininculca. En vano
fue esa bsqueda.Mientras meditaba el sentidode la vida, a la hora
en que el viento cortejacuanto vive y fecundanuevas aves y
plantas,de pronto sobre m cay tu sombra.Mi garganta exhal un grito
de xtasis.
6. HICE UN VOTO: A TI YA CUANTO ES TUYO...Hice un voto: a Ti ya
cuanto es tuyodedicara el ser. No ha sido as?An hoy, con inquieto
pulso, llamoa los turbios espectros que en sus tumbasacompaan mis
horas. En fingidos lugares donde aplico mi espritu al amor o al
estudio,han contemplado conmigo la noche.Saben que la alegra no
ilumina mi rostrosi no es con la esperanza de que absuelvasal mundo
de su oscura esclavitud;de que t, Terrible Hermosura,concedas
cuanto el verso no logra proclamar.
7. EL DA ES MS SERENO Y MS SOLEMNE...
El da es ms sereno y ms solemnecuando llega la tarde. Y hay un
ordenen Otoo y un lustre en su horizonteque el esto prohbe alojo
humanohasta hacernos creer que es imposible.As pues, deja que tu
fuerza-talla naturaleza, cuando joven-provea a mi existencia
veniderade sosiego, a m que te venerocon cuantas formas te
contienen,a m, hermoso Espritu, a quien disteel temor de s mismo y
amor al ser humano.(Versin de Gabriel Insuasti)Lord Byron (Londres,
1788 - Grecia 1824)CUANDO NOSOTROS NOS SEPARAMOSCuando nosotros nos
separamoscon silencio y lgrimas,con el corazn medio rotopara
desunirnos por aos,plidas se volvieron tus mejillas y fras,y an ms
fro tu beso;en verdad esa hora predijoafliccin a sta.El roco de la
maana
se hundi fro en mi frente:
lo senta como el aviso
de lo que ahora siento.
Todas las promesas estn rotas
e inconstante es tu reputacin:
oigo pronunciar tu nombre
y comparto su vergenza.
Ante m te nombran,
taido de muerte que escucho;
un temblor me recorre:
por qu te quise tanto?
No saben que te conoca,
que te conoca muy bien:mucho, mucho tiempo te lamentar,muy
hondamente para expresarlo.En secreto nos encontramos.
En silencio me duelo,
que tu corazn pueda olvidar,
y engaar tu espritu.
Si te volviese a encontrar,
despus de muchos aos,
cmo debera recibirte?
Con silencio y lgrimas.
VERSOS GRABADOS EN UNA COPA HECHA CON UN CRANEONi te sobresaltes
ni creas que mi espritu huy;
en mi contempla al nico crneo,
del que, al revs de una viviente cabeza,
todo lo que fluye nunca es aburrido.
Viv, am, beb a grandes tragos como t:
mor: que la tierra renuncie a mis huesos;
llname: t no puedes hacerme dao;
el gusano tiene labios ms viles que los tuyos.
Mejor es contener a la uva burbujeante,que criar la viscosa
progenie del gusano terrestre,y rodear en la forma de la copaa la
bebida de los dioses, que no al alimento del reptil.
Cuando por casualidad una vez mi ingenio brilla, en ayuda de los
dems, deja que brille; y cuando, ay!, nuestros cerebros hayan
desaparecido, qu substituto ms noble habr que el vino?
Bebe a grandes tragos mientras puedas: otra raza cuando t y la
tuya, como la ma, se haya perdido,puede que te rescate del abrazo
de la tierra, y rime y se deleite con los muertos.
Por qu no? Ya que mediante el breve da del vivir, nuestras
cabezas efectos tan tristes engendran, redimidas de los gusanos y
de la arcilla desgastada, esta posibilidad tienen de ser
provechosas.ESTROFAS PARA PONERLE MUSICA
IDicen que la esperanza es felicidad;pero el amor genuino debe
apreciar el pasado,y la memoria despierta los pensamientos que
bendicen:fueron los primeros en surgir y los ltimos en
desaparecer;
IIY todo lo que la memoria ms quiere una vez fue nuestra nica
esperanza de ser, y todo lo que la esperanza ador y perdi ya se ha
convertido en memoria.
IIIAy! Todo es engaoso:el porvenir nos defrauda desde lejos,no
podemos ser lo que recordamos,ni nos atrevemos a pensar en lo que
somos.
ENTONCES YA NO VAGAREMOS MAS
IEntonces ya no vagaremos ms tan tarde por la noche, aunque el
corazn siga tan amante, y siga tan clara la luna.
IIPues la espada dura ms que la vaina, y el alma agota el pecho,
y el corazn tiene que detenerse y respirar y el mismo amor tener
descanso.
IIIAunque la noche fue hecha para amar, y el da regresa
demasiado pronto, an as, ya no vagaremos ms bajo la luz de la
luna.
Childe Harold's Pilgrimage (fragmento)
DEDICATORIA
A IantheNi en estos climas por los que ltimamente he vagado,
aunque en ellos desde hace mucho tiempo se ha considerado a la
belleza sin par:
ni en esas visiones que al corazn exhiben formas
por las que suspirara si slo las hubiese soado,
han visto nada como t en realidad o fantasa:
ni, habindote visto, vanamente pretendera
pintar esos encantos que varan a medida que destellan;
para los que te ven mis palabras seran dbiles;
a aquellos que te contemplan, qu palabras les diran?
Ah! Que siempre seas lo que ahora eres,y no hagas indecorosa la
promesa de tu primavera,tan hermosa de forma, tan clida y sin
embargo pura de corazn,imagen del amor sobre la tierra sin sus
alasy sencilla ms all de la imaginacin de la esperanza!Y en verdad
la que ahora con cario cratu juventud, en ti, as a cada hora
refulgiendo,contempla el arcoiris de tus aos futuros,ante cuyos
celestiales matices desaparece todo dolor.Joven Peri de Occidente!
Es bueno para m,el que mis aos ya doblen el nmero de los tuyos;el
que mis ojos sin amor ni emocionados te contempleny a salvo vean
brillar tus bellezas en sazn;feliz nunca las ver decaer;ms feliz
an, que mientras todos los corazones ms jvenessangren, el mo escape
del destino que tus ojos asignen, a aquellos cuya admiracin
triunfe, aunque mezclados con las ansias a las horas ms hermosas
del amor ordenadas.Oh, deja que esos ojos, salvajes como los de la
gacela,ahora brillantemente osados o hermosamente tmidos,que vencen
mientras vagan, y deslumbran donde habitan,contemplen esta pgina, y
a mi verso no le nieguenesa sonrisa por la cual mi pecho vanamente
suspirara,si de ti pudiera ser algo ms que amigo:concdeme esto,
cara doncella, y no preguntes por qua alguien tan joven encomiendo
mi esfuerzo,mas ofrceme con mi corona una mezcla de lirios
incomparables.
As tu nombre con mi verso se ve entretejido;
y mientras ojos ms amables echen una mirada a las pginas de
Harold, a Ianthe aqu entronizada contemplarn as primero y olvidarn
posteriormente; mis das una vez contados, tras este homenaje
atraeran tus dedos fericos cerca de la lira de aquel que te ensalz,
siendo t la ms hermosa, tal es lo mximo que mi memoria puede
desear, aunque mas que lo que reclame la esperanza, puede la
amistad exigir menos?
John Keats (Londres, 1795- Roma, 1821)Oda al ruiseor
IMi corazn pena, y un sopor doloroso nublamis sentidos, como si
hubiera bebido la cicutao vaciado hasta al fondo un opio lentohace
un minuto, y hacia el Leteo yo me hundiera;no por envidia de tu
feliz estadosino por ser feliz en tu felicidad,cuando t, leve alada
Drade del bosque,en un sector melodiosode hayas verdes y sombras
incontablescantas del verano con garganta plena desatada.
IIOh! Por un trago de vino conservadolargamente en lo profundo
de la tierra,con sabor de Flora y verde campo,de baile y cancin
provenzal y dorada risa! Oh! Por una copa plena del tibio sur,plena
de la fiel Hipocrene pudorosa,con breves burbujas borbotando sobre
el borde,y prpura la boca;que pudiera beber, y dejar el mundo sin
ser visto,y contigo perderme en el bosque opaco:
IIIPerderme lejos, disolverme y olvidar casilo que t entre las
hojas nunca conociste:la fatiga, la fiebre y la ansiedadde aqu,
donde los hombres se cuentan sus lamentos,donde el temblor agita
unos tristes y ltimos cabellos blancos,donde el joven se vuelve
flaco, espectral, y muere:donde pensar es rebosar de angustias y
tristezasde prpados de plomo,donde la belleza no puede mantener sus
ojosencendidos ni el nuevo Amor desearlos ms de un da.
IVLejos, lejos! Pues volar hasta ti,no en el carro de Baco
tirado por leopardos,sino en las alas invisibles de la Poesa,aunque
lenta la mente se anonade y se demore:Al fin contigo! Tierna es la
nochey la Reina Luna acaso est en su tronorodeada por multitudes de
hadas luminosas;Pero aqu no hay luz,salvo la que viene del cielo
soplada por las brisasa travs de la penumbra verde y los sinuosos y
hmedos caminos.
VNo distingo qu flores tengo abajo, a mis pies,ni el perfume
suave que cuelga entre las ramas,pero en la quieta oscuridad
adivino cada aromacon que el mes propicio dota al pasto,los
matorrales, el silvestre rbol frutal;el espino blanco y la pastoral
eglantina;las violetas breves sepultadas por las hojas;y la primera
de las hijas de Mayo,la reciente rosa empapada de rociado
vino,refugio inquieto de las moscas en las noches de verano.
VIEn la sombra escucho; y habiendo estado largo tiempoenamorado
a medias de la relajante muerte, habindolainvocado con suaves
nombres en versos meditadospara que elevara al aire mi aliento
silencioso,ahora, ms que nunca, me parece prspero morir,cesar en la
medianoche sin dolormientras t derramas tu alma hacia fuera en este
xtasis!Tu an seguiras cantando, pero mi oreja sera intil,convertido
yo en tierra para tu alto rquiem.
VIINo naciste para la muerte, pjaro inmortal.No hubo hambrienta
generacin que te aplastara;La voz que escucho en esta noche
fugitivafue escuchada antiguamente por emperador y campesino:Tal
vez la misma cancin que se abri pasoen el triste corazn de Ruth,
cuando nostlgicalloraba en medio del trigo extranjero;la misma que
muchas veces encantlos mgicos postigos que se abren sobre la
espumade mares peligrosos, en fantsticas tierras, derruidos.
VIIIDerruidos! El trmino es como una campanaque tae para
alejarme de ti a mi solitario yo!Adis! La fantasa, duende engaoso,
no puedeengaar tan bien como asegura su fama.Adis! Adis! Tu triste
elega se pierdepasando los prados, sobre las aguas
tranquilas,arriba en el monte, y ahora se hunde hondoen el espacio
del prximo valle:Fue una visin o fue un sueo en mi vigilia?Acabada
est esa msica: despert o me he dormido?
Oda a la Melancola
No, no vayas al Leteo, no retuerzas matalobos
de raz apretada para obtener su vino
venenoso; ni sufra tu blanca frente el beso
de la hierba mora, uva rub de Proserpina.
No hagas tu rosario con las bayas del tejo,
que ni el escarabajo ni mariposa oscura
sea tu triste Psique, ni al blando bho dejes
que en los misterios tome parte de tu tristeza:
porque sombra y ms sombra vendr como el sueo,
la despierta angustia anegando del alma.
Pero cuando el ataque de la melancola
sobrevenga del cielo como nube llorosa
que nutre a las flores de inclinadas corolas
y cubre la colina con sudario de abril,
sacia entonces tu pena en la rosa temprana
o el arco iris de una ola de sal y de arena,
o en la abundancia de redondas peonias,
o si muestra tu amada cualquier vivo enojo,
toma su suave mano y deja que delire
y ntrete hondamente de sus ojos sin par.
Con la Belleza que ha de morir, ella vive,
y con la Alegra, que se despide siempre
con la mano en los labios; y el Placer doloroso
que en tanto se liba se convierte en veneno.
Ay, en el mismo templo del Goce la velada
Melancola ostenta su trono slo visto
por quien con poderosa lengua revienta la uva
de la Alegra contra su fino paladar.
Probar la tristeza de su poder el alma
y expuesta quedar entre sus trofeos
A una urna griegaT, todava virgen esposa de la calma,criatura
nutrida de silencio y de tiempo,narradora del bosque que nos
cuentasuna florida historia ms suave que estos versos.En el foliado
friso qu leyenda te rondade dioses o mortales, o de ambos quiz,que
en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?Qu deidades son sas,
o qu hombres? Qu doncellas rebeldes?Qu rapto delirante? Y esa loca
carrera? Quin lucha por huir?Qu son esas zampoas, qu esos
tamboriles, ese salvaje frenes?
Si odas melodas son dulces, ms lo son las no odas;sonad por eso,
tiernas zampoas, no para los sentidos, sino ms exquisitas, tocad
para el espritu canciones silenciosas.Bello doncel, debajo de los
rboles tu cantoya no puedes cesar, como no pueden ellos
deshojarse.Osado amante, nunca, nunca podrs besarlaaunque casi la
alcances, mas no te desesperes:marchitarse no puede aunque no
calmes tu ansia,sers su amante siempre, y ella por siempre
bella!
Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennesque no despedirn
jams la primavera!Y t, dichoso msico, que infatigablemodulas
incesantes tus cantos siempre nuevos.Dichoso amor! Dichoso amor,
aun ms dichoso!Por siempre ardiente y jams saciado,anhelante por
siempre y para siempre joven;cun superior a la pasin del hombreque
en pena deja el corazn hastiado,la garganta y la frente abrasadas
de ardores.
stos, quines sern que al sacrificio acuden?Hasta qu verde altar,
misterioso oficiante,llevas esa ternera que hacia los cielos
muge,los suaves flancos cubiertos de guirnaldas? Qu pequea ciudad a
la vera del ro o de la mar,alzada en la montaa su clama
ciudadelavaca est de gentes esta sacra maana?Oh diminuto pueblo,
por siempre silenciosastus calles quedarn, y ni un alma que sepapor
qu ests desolado podr nunca volver.
tica imagen! Bella actitud, marmrea estirpede hombres y de
doncellas cincelada,con ramas de floresta y pisoteadas hierbas!T,
silenciosa forma, tu enigma nuestro pensar excedecomo la Eternidad!
Oh fra Pastoral!Cuando a nuestra generacin destruya el tiempot
permanecers, entre penas distintasde las nuestras, amiga de los
hombres, diciendo: La belleza es verdad y la verdad belleza... Nada
msse sabe en esta tierra y no ms hace falta.
(Trad. Julio Cortzar)23