I VIGENCIADEUNESTILO , , A PROPOSITO DELA COMMEDIADELL' ARTE \ Jacques Lecoq La commedia deli'arte representa para la gente de teatro un territorio mágico, que, en todos los tiempos', les ha hecho sollar e imaginar. Gran reservorio de actores- improvisadores, la cOmlrJ!diadell'arte ha recorrido los tiempos, "en familia", durante más de dos siglos y ha viajado a través de toda Europa partiendo de su patria: Italia. Los comediantes aportaron con sus perso- najes fijos una apariencia de eternidad. ¿Cuántos actores han pasado bajo la máscara de Arlequín? Desde el zanni, campesino de Bérgamo, hasta las elegantes proezas del Arlequín bailarín de la pantomima del siglo XIX. ¿Cuál era el papel de esos actores? ¿Es verdad que improvisa- ban? ¿Frente a qué público actuaban? ¿Actualmente, dónde están? ~ Esos actores eran profesiolU\1eS, teriían el mlsmo papel dtirimte . anos y se trasmitían su experiencia de padres a hijos; el papel tipo era reinventado por 18personalidad del actor que 10 hacía cada vez diferente. Cuando se habla de la commedia deil'arte todo es contradictorio. Contraria- mente a 10 que se cree, el actor-improvisador nO impro- visaba: él era el autor de sus lazzi y de sus juegos escéni- cos que no cainbiaban cada noche; poseía un "bagaje". Cada autor, ya sea del teatro del gesto, o de la palabra dicRa o escrita, improvisa la primera vez que traza en el espacio o sobre la hoja en blanco el primer acto de su crea- ción. Aún cuando al inicio tiene una idea, un guión o canovaccio, él se lanza hacia lo desconocido. Es después de este primer acto que el actor-improvisador~autor repite y retoma, modifica su acto escénico que luego el pú1?lico precisará; y es con esto último que se hará la: conclusi6n. La imaginaci6n comienza entonces a correr. Cada unó inventa el pasado al no existir sino unas pocas indicaciones sobre la actuaci6n, s610 canovacci muertos, sin imágenes, decepcionantes a la lectura, donde falta lo principal: el áctor en acci6n y sus lazzi; y esto a pesar de los libros que han sido escritos sobre el tema (citaré aquel de Constantin Mic, La Commedia dell'Arte, que hace resurgir el elemen- to dramático de ese teatro que ha sido frecuentemente con- siderado como u.qdivertimeQtO). El Pictolo Teatro de Milán, en 1947, mont6 Arlequ!n servidor de dos amos dé, Goldoni con el geniál Moretti. Estit obra, la más representada por el Piccoló~ que 'S~1i1er ha puesto en escena varias veces, "embelleciéndola" en detrimento de la frescura iniciiil, ha ~poruido al 'público una idea acertada de la commedia dell"~rte.L8 am\)i- güedad reside en que se conoce la commédiá dell'arte sobre todo por Goldoni, que le había declarado la guerra, y no por Gozzi que quería resucitarla. Adespeeho' de la rivalidad entre estos dl)s autotes, el periodo del actor- iniprovisadÓJ"-autorhabía terminado. Situada entreel teatro de Ruzzante y el de Goldoni, entre isoo y 1750, es decir, durante dos siglos y medio, la commediá dell'arte tuvo que , , '0