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Estudios Pblicos, 98 (otoo 2005).
ESTUDIO
OCCIDENTE ANTE LAS NUEVAS TIPOLOGASDEL TERRORISMO
Ivan Witker
El terrorismo, instrumento de larga data de la violencia
poltica, hadevenido en un poderoso factor de las relaciones
internacionalescontemporneas. Tras los ataques del 11 de septiembre
de 2001 alas Torres Gemelas y el Pentgono en EE.UU., y de marzo de
2004en Atocha, Madrid, ocupa un lugar preeminente en el arsenal de
losgrupos fundamentalistas islmicos contra Occidente, al punto
quetales ataques marcaran el fin del corto perodo de post Guerra
Fra.En la primera parte de este artculo se periodizan cuatro fases
de sudesarrollo evolutivo: anarquista, insurgente, revolucionario y
funda-mentalista religioso y nacionalista. La segunda se detiene en
el terro-rismo fundamentalista o neoterrorismo, advirtindose la
amenazaque ste representa para el proyecto de civilizacin de
Occidenteque conjuga democracia, estado de derecho y mercado.
IVAN WITKER. Ph. D., Universidad Carlos IV, Praga. Es
responsable de la Cte-dra de Relaciones Internacionales de la
Academia Nacional de Estudios Polticos yEstratgicos (ANEPE) y
analista de BBC World Service para asuntos latinoamericanos.Entre
1997 y 2004 se desempe como coordinador de la mencin en Estudios
Inter-nacionales del Doctorado en Estudios Americanos de la
Universidad de Santiago. Esteartculo forma parte del proyecto de
investigacin Fondecyt 1030017 Estado, Socie-dad y Terrorismo.
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E
El revolucionario es un ser perdido desde el comienzo.No tiene
inters propio, propiedad,
sentimientos, relaciones personales, ni siquiera nombre.(Josef
Bakunin, El Catecismo Revolucionario.)
INTRODUCCIN
l terrorismo ha sido desde siempre un componente de la
violenciapoltica y se le debe aprehender como un instrumento de
agresin, destina-do a aniquilar o atemorizar al rival mediante el
terror e intimidacin de perso-nas inocentes y no combatientes. Es
una manera irregular de enfrentar aladversario que ha existido
desde tiempos inmemoriales1. Por lo tanto es unerror pretender que
por las formas y dimensiones adquiridas tras el 11-S y el11-M,
estemos en presencia de un nuevo fenmeno disruptivo en las
rela-ciones internacionales.
Sin embargo, tratndose de un fenmeno de larga data, que, si
bienno ha cambiado su esencia, exhibe en la actualidad cinco
aspectos especfi-cos que les otorgan un sello cualitativamente
distinto a las etapas evoluti-vas previas: un creciente carcter
transnacional, un poderoso basamentoreligioso y nacionalista,
elevada frecuencia en el uso de suicidas, alta letali-dad de los
ataques y marcada orientacin antioccidental, especialmente enlos
grupos fundamentalistas islmicos. Estos cinco aspectos nos
permitenafirmar que estamos en presencia de un terrorismo de nuevo
tipo, suscepti-ble de ser denominado neoterrorismo, siendo el 11-S
y el 11-M sus ejem-plos ms elocuentes2. Su significado para la
historia de las relaciones inter-nacionales es anlogo al
lanzamiento de la bomba atmica sobre Hiroshima,
1 Por razones epistemolgicas, este trabajo deja de lado el
concepto de terrorismode Estado. Para entender el terrorismo
moderno y su lugar en la poltica mundial resultaclave aprehenderlo
en tanto opcin de un grupo poltico antisistmico. Esta
conceptua-lizacin encuentra raigambre en los escritos de los
pensadores socialistas utpicos ale-manes como Wilhelm Weitling
(Garantas de la Libertad y la Armona, 1835) y KarlHeinzen
(Asesinato, 1848), y de los anarquistas como Johan Most (La Ciencia
de laGuerra Revolucionaria, 1885) y Michail Bakunin (Dios y el
Estado, 1871). La utiliza-cin del terror por parte del Estado, que
conduce al llamado rgime de terreur y aestados policiales, tiene
connotaciones conceptuales muy distintas, pues en ese caso sele
debe comprender como parte de una manera orgnica de ejercer la
autoridad, visibleen la Rusia bolchevique y posteriormente en la
URSS, en las democracias populareseuropeo-orientales, en la
Alemania nazi, en las experiencias fascistas, en las
dictadurasmilitares de diverso signo, en el apartheid, en regmenes
unipersonalistas o unipartidis-tas en frica y Asia, entre otros.
Donde s existira un espacio comn para la reflexinentre ambos es en
torno al concepto violencia poltica.
2 Dependiendo de los aspectos que cada autor pone de relieve, el
fenmenorecibe diversas denominaciones. As por ejemplo, Nye lo
denomina terrorismo catastr-fico; vase Nye, Joseph: La Paradoja del
Poder Norteamericano, 2003, p. 10. La RandCorporation, por otro
lado, introdujo el concepto terrorismo internacional, dando
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al inicio de la Primera Guerra Mundial, o a la Guerra de los 30
aos enEuropa: un Wendepunkt3. Un hito que marca el fin del breve
perodo cono-cido como Post Guerra Fra, que haba comenzado con el
derrumbe del Murode Berln y la disolucin de la URSS, y que estuvo
rodeado de un fuerteoptimismo sobre los efectos benficos que la
expansin de la democracia yla economa de mercado tendran para la
paz en todo el mundo.
Las democracias occidentales registran hasta ahora conductas y
vi-siones diferentes respecto a cmo abordar esta mutacin tan fuerte
delterrorismo. Mientras Estados Unidos ha adoptado una conducta
enrgica yorientada a la reaccin unilateral, Europa ha preferido
avanzar por la va deprivilegiar acuerdos de tipo multilateral, pues
cree que el mundo, principal-mente Occidente, vive una suerte de
transnacionalizacin de sus vulnerabi-lidades, las cuales se pueden
enfrentar con xito si se acta de maneracooperativa4. O sea, el nudo
central de la divergencia en el seno de Occi-dente lo constituye la
respuesta a la interrogante de cmo se puede (odebiera) neutralizar
este tipo de conflicto irregular, mxime cuando el enemi-go parece
no tener voluntad de diferenciar entre poblacin civil y
objetivosmilitares o policiales, o entre nacionales y extranjeros,
y cuando la respuestademocrtica al terrorismo debe ajustarse a
derecho y esforzarse por mante-ner legitimidad ciudadana. Las
diversas aristas de estas consideraciones ylas diferentes polticas
a que ellas dan lugar, es lo que se denomina en lateora de las
relaciones internacionales el dilema democrtico5.
cuenta de la singularidad de organizar y ejecutar operaciones en
gran escala que traspa-san las fronteras nacionales; vase Lesser,
Ian et al.: Countering the New Terrorism,1999. Por su lado, H. A.
Fernndez sostiene que tras el M-11, este terrorismo de nuevotipo
nacional, moderno y de gran agilidad podra estar entregando
evidencias deuna caracterstica igualmente novedosa: conocer
profundamente las realidades sociales ypolticas internas de un pas
para ejercer de catalizador en un proceso de cambiopoltico interno
con consecuencias internacionales, una capacidad de previsin
alar-mantemente sofisticada, lo que estara dejando en claro que
al-Qaeda se ha dotado deun mando poltico encargado de disear una
estrategia global capaz de cambiar laconfiguracin del tablero
mundial; vase Fernndez, Haizam Amirah: Tiene al-Qaedauna Estrategia
Global?, 2004. Finalmente, cabe destacar la contextualizacin de
Waltzal explicar estos nuevos rasgos del terrorismo. Waltz seala
que la poltica mundialdesde la desaparicin de la Unin Sovitica se
caracteriza por tres elementos esenciales:la distribucin
desbalanceada del poder, especialmente el militar, en favor de
EstadosUnidos, la proliferacin de armas de destruccin masiva y el
crecimiento exponencialde crisis regionales, observndose hasta
ahora slo en este ltimo una incidencia impor-tante del factor
terrorista; vase Waltz, Kenneth: The Continuity of
InternationalPolitics, 2004, p. 351.
3 O sea son etapas gravitantes, mas como se seala ut supra,
hasta ahora nohan transformado la naturaleza o aquello que se
considera la ultima ratio de las relacio-nes internacionales: el
poder y sus equilibrios.
4 Sobre la creciente diferenciacin de percepciones entre
europeos y estadouni-denses respecto a la poltica mundial, vase
Rifkin, Jeremy: El Sueo Europeo, 2004.
5 El dilema democrtico lo ilustra muy bien Ignatieff, quien
seala que la demo-cracia debe combatir el terror con una mano atada
a la espalda. Siguiendo a este
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Este dilema emerge de las nuevas percepciones que se han ido
confi-gurando en Occidente respecto a cmo se criminaliza, penaliza
y neutraliza alos grupos terroristas y sus bases de apoyo.
En efecto, hasta la Segunda Guerra Mundial prevaleca la idea
deentender al enemigo como un todo, como un conjunto de partes
iguales omuy parecidas. La poblacin civil era vista como un
elemento activo de laretaguardia, esencial para las actividades
logsticas, para el reclutamiento, y,en consecuencia, susceptible de
ser tomada, entre otros, como blanco parabombardeos. Sin embargo,
producto de algunas realidades propias de laGuerra Fra, empez a
cambiar tal enfoque, y aquellas naciones que queda-ron bajo la
rbita sovitica en Europa central y oriental comenzaron a
serdenominadas cautivas o subyugadas, principalmente por Foster
Dulles,situacin que evidenciaba la idea, nueva en Occidente para
ese entonces,de que el rgimen poltico imperante en un pas no deba
necesariamentecoincidir con los deseos de su ciudadana6. Luego, la
revolucin tecnolgi-ca de los 70 y 80 empez a producir armas cada
vez de mayor precisin, loque permiti definir con claridad los
blancos y establecer controles msefectivos sobre el uso de la
fuerza y sus resultados, con lo cual los daoscolaterales pasaron a
ser objeto de crticas abiertas. Esta posibilidad tecno-lgica,
acompaada de un riguroso escrutinio de parte de la opinin pbli-ca,
dio vigor a una demanda ciudadana enteramente nueva, orientada
aexigir que la autoridad acte igualmente con creciente precisin en
la luchacontra los grupos radicalizados y antisistmicos. Por ltimo,
en el orbispictus occidental ha tomado mucha fuerza estos ltimos
aos la idea de queel ser humano, independientemente de su condicin,
tiene derecho a tratosjustos y decentes, lo que obliga a la
autoridad a generar mecanismos antite-
reconocido historiador y periodista, profesor en Harvard,
entendemos por dilema de-mocrtico la difcil tarea que tiene la
democracia en la lucha contra el terrorismo deevitar un
fortalecimiento excesivo del poder ejecutivo. En su opinin, la
democracia nopuede ser derrotada por el terrorismo, pero corre el
peligro cierto de derrotarse a smisma producto del uso excesivo de
la brutalidad, pues entonces empieza a perderlegitimidad; vase
Ignatieff, Michael: El Mal Menor: tica Poltica en una Red deTerror,
2003. Para Brzezinski, el dilema democrtico se encadena a las
nuevas configu-raciones internacionales y por lo mismo lo denomina
dilemas de la hegemona demo-crtica, desglosndolo en: los dilemas de
la inseguridad nacional, los dilemas del desor-den global, los
dilemas de gestin de alianzas y los dilemas propios de la
globalizacin;vase Brzezinski, Zbigniew: The Choice, 2004.
6 Fundamental en este debate fueron los levantamientos obreros y
estudiantilesen la RDA en 1953 y 1954, Polonia 1954 y 1957, y
principalmente en Hungra en1956. John Foster Dulles, Secretario de
Estado de Eisenhower, sostena que EE.UU. estabamoralmente obligado
a disear no slo polticas de contencin del comunismo Doc-trina
Truman, sino de liberacin de esas naciones cautivas. Esta idea se
fortaleci apartir de 1968 tras la invasin sovitica a
Checoslovaquia. Vase Kissinger, HenryDiplomacia, 1997, p. 542.
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rroristas confiables y transparentes tanto en los aspectos
policiales comojurdico-legales, e incluso, recientemente, en el
plano de las llamadas tcni-cas intrusivas propias de la
Inteligencia.
O sea, en funcin de los valores ticos de su propio desarrollo
polti-co, Occidente estima que se pueden inyectar elementos
regulatorios detipo humanitario y/o legal a la naturaleza
sangrienta de los conflictos arma-dos, y cuya persistencia se ve
inevitable tras el fin del optimismo que rodeel breve perodo
conocido como Post Guerra Fra7.
1. La larga marcha hacia el neoterrorismo
El terrorismo es susceptible de ser estudiado conceptualmente
bajofases evolutivas acotadas segn sus respectivas singularidades
histricas:la anarquista, la insurgente, la revolucionaria y la
fundamentalista. Las for-mas y contenidos de cada una de estas
fases estn marcadas por su respec-tivo signo de los tiempos, por su
Zeitgeist.
En efecto, en la primera, de tipo anarquista, se advierte un
carcteresencialmente germinal, donde predomina la individualidad de
los involu-crados. Esta etapa ofrece expresiones inorgnicas de
influencia en la vidapoltica de las naciones, al estar compuesta
por acciones aisladas, que sonencaradas por la autoridad mediante
mecanismos esencialmente policiales,por ser algunos de ellos actos
filodelictivos sin propsitos claros. Nos refe-rimos aqu al
asesinato en 1894 del Presidente francs Sadi Carnot, del Pre-mier
espaol Antonio Cnovas en 1897, del Rey Umberto en 1900 a manosdel
anarquista Caetano Bresci, y del Presidente estadounidense
WilliamMcKinley en 1901 a manos del igualmente anarquista Len
Czolgosz. Elnico antecedente primigenio de cierta organicidad del
terrorismo anarquis-ta se encuentra en el movimiento antizarista
Narodnaya Volya (Voluntaddel Pueblo), formado por jvenes
aristcratas rusos, que en 1881 asesin alzar Alejandro II, y en cuyo
contexto debe entenderse tambin la visinrelativamente nihilista del
terrorismo anarquista ruso forjada por MijailBakunin y el prncipe
Alexis Kropotkin. Pronto se advierte un deseo deinfluir
efectivamente en los asuntos internacionales, lo que se materializa
en1914 con el asesinato del heredero del trono austro-hngaro,
Francisco Fer-dinando, a manos del grupo separatista serbio Cern
ruka (Mano Negra),toda vez que marca el inicio de la Primera Guerra
Mundial y el advenimientodel terrorismo como instrumento de accin
de la violencia poltica de tiponacionalista. Con posterioridad, y
dentro de esta primera etapa, se van su-
7 Vase Waltz, Kenneth: The Continuity of International Politics,
2004, p. 352.
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cediendo otros hechos, como asesinatos selectivos y secuestros
de perso-nas, que refuerzan la premisa sealada. Entre ellos:
El asesinato del Primer ministro bvaro, el socialdemcrata Kurt
Eis-ner, en 1919, que significa la irrupcin de un terrorismo
vinculado aorganizaciones derechistas, tendencia reforzada en 1922
con el asesi-nato del ministro de Exteriores alemn Walter Rathenau
por parte delgrupo Organisation Cnsul.La fundacin del IRA en
1921.
El asesinato de Len Trotsky el 21 de septiembre de 1940 en
Co-yoacn, Ciudad de Mxico, por parte del agente del servicio de
segu-ridad sovitico NKWD, Ramn Mercader8.
Asesinato de Mahatma Gandhi a manos de terroristas religiosos
en1948.
Y precisamente, cuando el terrorismo anarquista comienza
adquiririncipientes rasgos de organicidad producto de los influjos
de la revolucinbolchevique, en Amrica Latina nacen movimientos
insurgentes de hetero-gnea raigambre y difuso planteamiento de
redencin social, pero que secaracterizan por la utilizacin de
tcnicas terroristas (asesinatos selectivos,matanzas de civiles,
secuestros, destruccin de propiedad privada y pbli-ca) para
amedrentar al Estado y a la poblacin.
Las evidencias empricas apuntan a que el terrorismo insurgente
esaquel que hace uso prolongado de violencia, con intensidad
relativa, queprocura cambios sociales, aunque sin un planteamiento
claro de sustitucinde rgimen poltico, y que casi por regla va
acompaado de actividadesafines no necesariamente violentas. La
insurgencia, si bien nunca alcanz atener un impacto gravitacional
en el sistema internacional, s exhibi ciertoshitos que le dan
alguna connotacin de relevancia internacional, como es elsangriento
ataque de la Divisin del Norte de Pancho Villa al poblado
deColumbus en Estados Unidos (que desencaden una vasta expedicin
pu-nitiva a cargo del general Pershing a travs de territorio
mexicano), o elmovimiento insurgente de Csar Augusto Sandino en
Nicaragua, que tam-
8 Trotsky haba sido objeto de un fallido atentado en el mes de
mayo del mismoao por parte de un comando donde particip el famoso
muralista David Alfaro Siquei-ros y el agente italiano al servicio
de la URSS, Vittorio Vidali. Siqueiros fue arrestadopero logr salir
luego con destino a Chile invitado por Pablo Neruda. El comando de
laNKWD (Narodnyi Komissariat Wnutrennich Del) que ejecut finalmente
a Trotskyestuvo compuesto por Ramn Mercader, Caridad Mercader y el
general Naum Ejtingon,de los cuales slo el primero cay en manos de
la polica mexicana, logrando huir aMosc los otros dos. A fines de
los 50 Mercader fue liberado y recibi la medalla de Hroede la Unin
Sovitica; falleci en Cuba en 1977. Datos extrados de Roewer,
Helmut,Stefan Schfer y Matthias Uhl: Lexikon der Gehemdienste im
20. Jahrhundert, 2003.
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bin tuvo consecuencias relevantes en la relacin de Estados
Unidos contodo el espacio centroamericano a lo largo de muchas
dcadas. Mirado elproblema del terrorismo en toda su extensin, y
desde Amrica Latina, re-sulta gravitante escudriar el trasfondo
social que acompa a la violenciapoltica de tipo insurgente, ya que
por esta va es posible explicar parteimportante de la posterior
etapa de la violencia poltica revolucionaria quesacudi a la regin
durante casi tres dcadas. En ambos casos, terrorismoinsurgente y
terrorismo revolucionario, subyace la idea de una insurreccinde
carcter nacional y la supeditacin de los medios a los fines.
Posteriormente, en su tercera fase de desarrollo, la violencia
polticade tipo revolucionario adquiri una dimensin ms claramente
antisistmi-ca, que procuraba un cambio radical del orden poltico,
social y econmico,asociado a la idea del socialismo/comunismo, y a
travs de la constitucinde un grupo cohesionado y altamente
homogneo, la guerrilla, que se en-tenda a s misma como vanguardia
popular. Producto de su exacerbadaideologizacin, y de sus nexos con
una de las superpotencias, la UninSovitica y su proxy power, Cuba,
las guerrillas y sus mtodos de accin setransformaron rpidamente en
una variable que se subsumi de manera di-recta en la lgica y
dinmica de la Guerra Fra, particularmente en las cues-tiones
ideolgicas9. El reconocido Dictionary of Terrorism pone nfasis enla
operatoria militar de la guerrilla, en su warfare (desplazamientos
irregula-res, enfrentamientos sorpresivos, corte de vas de
comunicacin, combina-cin de actos intimidatorios con otros
orientados a la bsqueda de apoyoen la poblacin local, y sus tcticas
de hostigamiento)10. Mariano CsarBartolom, al indagar acerca de las
similitudes y diferencias entre los gruposterroristas y
guerrilleros, seala que estos ltimos procuran crear
unidadescombatientes cada vez mayores y establecer zonas liberadas,
con mediosde propaganda propios, donde se inicia una etapa de
ejercicio del poder.Por lo mismo, los guerrilleros aplican tcnicas
terroristas de forma selectivay combinada. La teora de la guerra de
guerrillas de Mao, por ejemplo,supone una primera fase de
preparacin, una segunda de constitucin deun movimiento durante la
cual pueden emplearse tcnicas terroristas, y unatercera en que se
transforma en una unidad militar capaz de derrotar a un
9 Siguiendo a Drake, debemos entender por ideologa el conjunto
de valores,creencias y principios que guan el actuar de un
movimiento poltico y forman parte desu identidad. En muchos casos,
la ideologa, o interpretaciones particularizadas de uncorpus
ideolgico, establece las formas de lucha que adopta un determinado
grupo,como ocurri con aquellos de inspiracin maosta que manteniendo
el principio marxia-no de la lucha de clases, privilegiaron el
espacio rural y el campesinado. Vase Drake, C.J. M.: The Role of
Ideology in Terrorists Target Selection, 1998.
10 Thackrah, John: Dictionary of Terrorism, 2004, p. 107.
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ejrcito regular11. Sin embargo, la fuente primaria que con mayor
nitidezfundamenta las similitudes entre ambos es la clebre obra de
Carlos Marig-hella Manual del Guerrillero Urbano, verdadero cono
del movimiento in-surreccional de los 60 y 70, que pone nfasis en
la necesidad de ejecutaracciones que generen miedo en el
establishment capitalista.
Por lo tanto, pese a que la Convencin de Ginebra establece
ciertasgarantas a combatientes irregulares de naturaleza
guerrillera, homologablesal de uno regular, siempre y cuando su
causa sea en contra de una ocupa-cin armada (occupatio bellica),
son numerosos los casos en que la fronte-ra entre un terrorista y
un guerrillero, o un terrorista y un insurgente, esextremadamente
tenue. La mayora de los casos corresponden a un mismomodus
operandi, signado por el terror en contra de la poblacin civil,
ycomo parte de un enfrentamiento poltico con el adversario. Los
actualesgrupos de resistencia irak plantean en este sentido un
interesante caso deestudio. Al Sarkawi, por ejemplo, es en aspectos
formales un grupo deresistencia, sin embargo, su actuar calza en la
lgica terrorista en trminosabsolutos; ms an, el propio Sarkawi se
entiende a s mismo como brazo deal-Qaeda.
Es en esta fase de terrorismo revolucionario (dcadas del 60 al
80),cuando se observan los primeros atisbos de su
transnacionalizacin, al en-troncar la experiencia revolucionaria
guerrillera o insurreccional con el axio-ma marxiano de
internacionalismo proletario que eleva a las clases socia-les al
nivel de actor de las relaciones internacionales. Al entenderse la
lucharevolucionaria como una guerra en contra del imperialismo
mundial, seacepta que en los focos insurreccionales participen
combatientes interna-cionalistas, puesto que Marx-Engels dixit, la
clase obrera mundial tiene inte-reses comunes y debe aunar fuerzas
en contra el capitalismo12.
Una muy importante variante de esta tercera fase, de terrorismo
revo-lucionario, es la que se comienza a avizorar en los aos
ochenta en lospases rabes, pues engarza con un paulatino renacer de
la identidad pan-rabe basado esta vez en una mezcla de ideologismo,
etnicismo y religinislmica, que procura superar el socialismo
panrabe de los aos cincuentay sesenta (asociado a Gamal Abdel
Nasser y al proceso de descoloniza-
11 Bartolom, Mariano Csar: La Seguridad Internacional en el Ao
10 des-pus de la Guerra Fra, 1999, p. 213.
12 Por ello no debe extraar que la guerrilla guevarista en
Bolivia haya estadocompuesta bsicamente por combatientes no
bolivianos y que, dcadas ms tarde, en lasguerrillas nicaragense y
salvadorea haya tenido importante participacin el llamadoBatalln
Amrica compuesto por chilenos, argentinos, espaoles y mexicanos,
entreotros. Incluso cuatro chilenos miembros de aquel grupo fueron
destinados ms tarde aintegrarse al MRTA peruano, siendo capturados
por las fuerzas de seguridad de Per yprocesados tras cometer varios
secuestros.
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cin). Esta variante de la violencia poltica de tipo
revolucionario se consoli-da de forma muy rpida, tomando las
banderas del anticapitalismo, antinor-teamericanismo y
antioccidentalismo, as como asocindose de manera ace-lerada con las
demandas del pueblo palestino. Importante resulta destacarque el
desmantelamiento de las Fuerzas Armadas en el Lbano a mediadosde
los setenta contribuy decisivamente al transnacionalismo del
terrorismorabe y su estrecha vinculacin con la causa palestina.
Este terrorismo re-volucionario rabe se vio alimentado por el apoyo
econmico de regmenessocialistas sui generis, como Libia. En la
consolidacin de esa tendenciason vitales tres hechos de sangre con
enorme impacto comunicacional: Sep-tiembre Negro, perpetrado por Al
Fatah-OLP en contra de deportistas israe-les durante la Olimpada de
Munich (septiembre 1972), el ataque del EjrcitoRojo japons en
contra de pasajeros en el aeropuerto israel de Lod (mayo1972), y el
secuestro del crucero italiano Acchille Lauro en el Mediterrneopor
parte de FLP- OLP (mayo 1985)13.
La violencia poltica, a travs de esta variante levantina,
exhibeotras importantes mutaciones. Segn Lesser, junto a la
transnacionalizacinde su accionar, otra particularidad es su rpida
desideologizacin y adop-cin de elementos religiosos como sustento.
Estas dos ltimas caractersti-cas avizoran el surgimiento de la
nueva etapa, la de la violencia poltica detipo fundamentalista,
cuarta en el proceso evolutivo. Atrs empiezan a que-dar las etapas
en que el terrorismo era practicado por individuos identifica-bles
(que muchas veces operaban con sus verdaderos nombres debido
aldeseo de trascendencia que implicaba su entrega a la causa), que
pertene-can a una organizacin tambin identificable con relativa
facilidad, cuyajerarqua era relativamente conocida y que no tena
problemas en dar aconocer el conjunto de elementos polticos,
ideolgicos, sociales y econ-micos en que se apoyaban. Hasta ese
momento, grupos anarquistas, movi-mientos insurgentes, focos
guerrilleros revolucionarios, rurales y urbanos,formaciones de
extrema izquierda (con inspiracin en alguna de las corrien-tes
marxistas), otros etno-nacionalistas (como el IRA, Abu Nidal) y
otrosantisistmicos per se (Rote-Armee-Fraktion, Ejrcito Rojo
japons, BrigadasRojas), se asociaban en mayor o menor medida a este
estereotipo. Hastaentonces, todas las actividades terroristas tenan
un tipo de cdigo dehonor que evitaba masacres gigantescas e
indiscriminadas de inocentes, o
13 La fuerza de esta tendencia hacia la transnacionalizacin del
terrorismointernacional y hacia el antioccidentalismo (que se
advierte principalmente en losgrupos radicalizados del Medio
Oriente) explica que el Programa de Estudios sobreTerrorismo,
creado por la Rand Corporation en 1972, les otorgue a ambos ejes
temti-cos, hacia finales de los aos setenta, el carcter de
prioritarios.
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baos de sangre masivos, y el cual, de alguna manera, explica la
tendencia aasociarlo con causas justas, con acciones que conllevan
cierto romanticis-mo, con la bsqueda de un futuro mejor o con
manifestaciones picas, auncuando el camino sea doloroso14.
Igualmente, Pancho Villa, Sandino, CheGuevara, los grupos de
guerrilla urbana que operaron en los 60 y 70, comolos Tupamaros,
las Brigadas Rojas o la Rote-Armee-Fraktion, buscaron in-tuitiva o
reflexivamente legitimar su accionar en base a dicho cdigo
dehonor15.
Es precisamente este halo de romanticismo el que a juicio de dos
delos principales tericos de este problema, Walter Laqueur y Boaz
Ganor,plantea la principal dificultad de orden gnoseolgico en el
estudio del pro-blema16. Ambos critican la explicacin del
terrorismo segn variables socio-econmicas, como pobreza, explosin
demogrfica, desempleo crnico ybajos niveles educacionales.
Esfuerzos en esa direccin empezaron a serconstruidos ya a fines de
los setenta con la irrupcin de la sociologa y laantropologa en los
estudios internacionales, ambas disciplinas fuertementeinfluidas
por las corrientes marxistas en sus primeros aos de
expansinacadmica17. Posteriormente, al finalizar la Guerra Fra, se
produce en lacomunidad epistmica de las relaciones internacionales
una convergenciaentre el emergente paradigma constructivista y las
escuelas globalistas ytransnacionalista que dio paso a una
perspectiva humanista, entendidaen los 90 como polticamente
correcta, y que gener una mirada de nocio-nes nuevas, muy
controversiales al interior de la disciplina e ntimamente
14 Laqueur, Walter: Terroristen oder Militante, 2003.15 Vase
Hoffmann, Bruce et al.: Trends in Outside Support for Insurgent
Movements, 2001; y Witker, I.: Del Prototerrorismo al
Narcoterrorismo: Revisitandola Violencia Poltica en Amrica Latina,
2004.
16 En el mundo acadmico se observa una importante disparidad de
opiniones encuanto a la definicin del concepto, aunque la ms
aceptada es la establecida en elDictionary of Terrorism de J. R.
Thackrah. El documento oficial del Gobierno norte-americano seala
que no existe entre acadmicos y analistas unanimidad acerca de
losalcances y contenidos de una definicin nica; vase Departamento
de Estado: Patternof Global Terrorism, 2001. Ganor se refiere a un
estudio de campo encabezado porSchmidt y Youngman, entre
especialistas israeles, europeos y estadounidenses, que diopor
resultado 109 definiciones. Por lo tanto, existe a su juicio un
vasto terreno destina-do a la discusin terico-conceptual. Entre los
principales mbitos que demandan aten-cin estn, a su entender: las
fronteras internas entre terrorismo y violencia poltica,entre
criminalidad y terrorismo, entre guerrilla y terrorismo y los nexos
con la nocinterrorismo de Estado. Vase Ganor, Boaz: Defining
Terrorism, 1998.
17 Las relaciones internacionales como disciplina autnoma se
desenvuelven apartir del derecho y la historia (E. H. Carr), siendo
clave en su consolidacin la cienciapoltica (Hans Morgenthau) y la
economa (Robert Gilpin). El aporte de otras discipli-nas de las
ciencias sociales se produce recin a partir de los setenta y
ochenta.
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ligadas a los conflictos internacionales, como aquella de la
seguridad hu-mana18.
Muy ligado al tema del presunto romanticismo, otra de las
sinuosida-des que presenta el estudio del terrorismo se asocia a la
causa justa, y sedesprende del hecho que se ha logrado alimentar
desde el entorno intelec-tual de los grupos terroristas una imagen
de tipo davidiano, asimilable a lade un luchador por ideales nobles
de redencin social, lo que legitimara eluso de la uso de la
violencia en la poltica, sea justificndola o buscandoexplicaciones
benvolas. Esta manera de abordar el problema se observacon claridad
en algunos medios de prensa que, directa o indirectamente,abierta o
subliminalmente, transmiten los hechos vinculados con la activi-dad
terrorista desde una perspectiva de simpata con la entrega y
disposi-cin a la lucha por un bien superior19. Un buen e
ilustrativo ejemplo, encuanto a la sensibilidad que despierta el
uso de vocablo terrorista, lo repre-senta la prensa rabe, la cual
para referirse a los terroristas suicidas empleala palabra Shahid,
cuya traduccin real es mrtir20.
Laqueur no niega que la pobreza cree condiciones que
indirectamen-te pudiesen ayudar a los terroristas, pero seala que
la evidencia empricaapunta a que en los 50 pases ms pobres del
planeta no hay problemas
18 Este concepto hace su aparicin en el debate terico en 1977
con el trabajodel canadiense Lester Brown (Redefining National
Security), quien desarrolla la idea deque lo emergente para las
dcadas venideras es la amenaza ambiental (environmentalthreats). Su
inspiracin terica radica en los estudios sobre la paz llevados a
cabo por elnoruego Johan Galtung. Luego cobra vigor a mediados de
los noventa con las obras deotra acadmica canadiense, Jessica
Matthews (Redefining Security, 1989), quien poneel concepto
seguridad sobre un eje kantiano que tiene al individuo como centro
de lareflexin. Para la seguridad humana resultan fundamentales
aquellos aspectos socialesy econmicos que brindan seguridad al
individuo, por ello se compone de una mirada demicronociones:
seguridad alimentaria, seguridad ciudadana, seguridad social, etc.
Parale-lamente, el Secretario General de la ONU Boutros-Boutros
Gahli introduce esta nocinoficialmente en los documentos de trabajo
de la ONU a partir de 1994. Datos enFlorini, Ann y P. J. Simmons:
The New Security Thinking: A Review of the NorthAmerican
Literature, 1997, pp. 29 y 30.
19 Ganor analiza el caso concreto del abierto manejo meditico de
los vocerosde Hamas en relacin a ataques suicidas contra Israel,
quienes usando intersticios legalesrespecto a la libertad de
prensa, transmiten mensajes idealistas respecto a
terroristassuicidas palestinos. Vase Ganor, B.: Terror as a
Strategy of Psychological Warfare,2002.
20 Bergman, Kristina: Der Selbstmordanschlag als Heldentod,
2003. Un Sha-hid es un musulmn que muere defendiendo a su pas, su
familia y su propiedad, leexplic a Bergman, Abdelmooti Bayyumi,
decano de la Facultad de Teologa de laUniversidad Azhar de El
Cairo, la mxima institucin acadmica sunnita del pas. Liga-do a este
aspecto semntico estn otras sensibilidades que emanan de la cautela
con quese entiende la metamorfosis de algunos hombres que actuaron
como terroristas (oluchadores por la libertad) y que luego se
convirtieron en reconocidos y respetadoshombres de Estado, como es
el caso de Menachem Begin y Yitzhak Shamir en Israel,quienes
dirigieron grupos judos de liberacin nacional como el Irgun y el
Estrella.
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graves de ataques terroristas. Son, a su juicio, factores
relacionados con lanaturaleza poltica de cada grupo, y los
sico-culturales de sus miembros yde su entorno, los decisivos a la
hora de que un grupo adopte mtodosterroristas, incluyendo
ciertamente los suicidas, los que permiten compren-der el problema
en su integralidad21. Laqueur sita como fuentes del nuevoterrorismo
al separatismo tnico, al nacionalismo frustrado, al
extremismoreligioso, a los subproductos de rivalidades regionales,
a las estribacionesremanentes del antiguo conflicto ideolgico
global, al crimen organizado y alas respuestas paranoicas ante la
globalizacin.
2. El terrorismo suicida: La vida como arma
El uso de terroristas suicidas ha cobrado sbita actualidad en
elcontexto del conflicto palestino-israel, en la resistencia iraqu
y en los movi-mientos independentistas checheno, kurdo, tamil,
uzbeco y daguestan.
Sin embargo, el uso de terroristas suicidas tampoco es un
fenmenopropio del terrorismo fundamentalista moderno. De hecho, el
terrorismo has-ta la Primera Guerra Mundial era en gran medida
suicida, puesto que rara vezel ejecutante lograba escapar con vida.
Y, mucho antes, sectas judas comolos zelotes utilizaron el terror
suicida como arma poltica en contra de losromanos (siglo 1 d.C.),
grupos musulmanes como los Ismailitas o Hashashi-yun (siglos 11 y
12, y de donde proviene la palabra asesino) y los gruposreligiosos
hindes Thugs (siglo 18) hicieron otro tanto, aunque los regis-tros
apuntan a un uso restringido22.
Nuevamente, la novedad radica en que el terrorismo
fundamentalistahace uso masivo de este recurso.
El primer ataque suicida enmarcado en el contexto de violencia
polti-ca moderna es ejecutado por Hezbollah en diciembre de 1981 y
marca laconsolidacin de una variante del terrorismo revolucionario,
especialmenteletal, y como se afirma ut supra, estrechamente
asociada a las demandaspalestinas y al surgimiento de una identidad
islmica religiosa con visosfundamentalistas. En esa oportunidad,
grupos terroristas pro-iranes atacanla embajada iraqu en Beirut,
Lbano, causando 27 muertos ms de 100 heri-dos y la completa
destruccin del inmueble. Sin embargo, al ser asesinadoun ao ms
tarde, por este mismo procedimiento, el Presidente libans Bas-hir
Gemayel, y al ser volado con otro atacante suicida un edificio que
alber-
21 Laqueur, Walter: Mythen um Selbstmordattentter, 2002 y Es
Wird NochSchlimmer Kommen (entrevista a W. Laqueur), 2004, pp.
20-22.
22 Estos datos histricos en Atran, Scott: Genesis of Suicide
Terrorism, 2003.
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gaba a soldados norteamericanos y franceses en Beirut,
provocando la sali-da del personal militar de ambos pases del
Lbano, el terrorismo suicidapasa a registrar rasgos de
sistematicidad. Nace la bomba humana, o bombaH, cuya presencia
masiva es bsica para entender las especificidades
delneoterrorismo.
Buscando factores explicativos, Croitoru analiza el terrorismo
suicidaen un contexto histrico-cultural ms amplio y lo sita en dos
planos, el dearma tctica y arma estratgica. Lo primero, argumenta,
sera verificable enlas guerras de Corea y Vietnam, donde si bien no
fue utilizada masivamente,s ocurri con mucho mayor frecuencia de lo
que suelen reconocer los estu-dios militares. Y, anteriormente, el
empleo de kamikaze en la Segunda Gue-rra Mundial es para Croitoru
un ejemplo muy ilustrativo de un culto almartirio, que ayudara a
explicar su uso como arma tctica23.
En tanto, Gal Luft sostiene que con el uso intensivo de la bomba
H,en el caso del conflicto rabe-israel, y las reacciones de parte
de Israel, elterrorismo suicida la ha convertido en un arma
estratgica, toda vez que esaarma, y no otra ni algn mecanismo de
negociacin o de presin poltica, hagenerado una situacin
absolutamente nueva en aquel conflicto24.
Segn Luft, el terrorismo suicida, a diferencia de las formas
tradicio-nales, apunta con la misma fuerza a los crculos
dirigentes, quienes se venforzados a adoptar determinadas actitudes
y conductas, como a la pobla-cin civil. La finalidad es generar un
ambiente de inseguridad total, donde lapoblacin civil no tenga
zonas de movimiento libre y seguro. Bajo la lgicadel terrorismo
suicida, el teatro, el restaurant, el bus y el mall pasan a
serobjetivos.
Las consecuencias que trae aparejada esta nueva situacin que
afec-ta por igual a gobernantes y gobernados son enormes. No slo en
el planoemocional, donde se reducen los espacios pblicos de libre
disposicin,sino para la propia vida econmica de un pas asolado por
este fenmeno.El comercio minorista, los servicios y la industria
tursticas son, desde lue-go, los sectores ms afectados. El
terrorismo suicida obliga a redefinir loque tradicionalmente se
entiende como normalidad, algo vital para la acti-vidad econmica de
cualquier pas.
23 Vase Croitoru, J.: Der Mrtyrer als Waffe. Die Historischen
Wurzeln desSelbstmordattentats, 2003. Los kamikazes (viento divino)
fueron utilizados por primeravez por el almirante Takiro Onishi en
la batalla por las Filipinas (noviembre, 1944),como voluntarios
para ataques especiales (tokkotai). En la batalla de Okinawa
(abril,1945) 2.000 kamikazes atacaron 300 buques provocando ms de
5.000 bajas entre losnorteamericanos. Estas cuantiosas muertes
facilitaron el apoyo pblico al uso de bom-bas atmicas contra
Japn.
24 Luft, Gal: The Palestinian H-Bomb: Terrors Wining Strategy,
2002.
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Scott Atran dirigi el equipo interdisciplinario que en 2002
elaborpor encargo del Instituto CNRS de Francia y la Universidad de
Michigan, elprimer perfil sico-sociolgico del fenmeno terrorista.
La publicacin finaldel proyecto se denomina Gnesis del Terrorismo
Suicida25. En l ratificala suposicin inicial de los principales
servicios de Inteligencia, respecto aque la reivindicacin
nacionalista y religiosa constituyen las dos
principalesmotivaciones genricas que se advierte en los grupos que
utilizan la bombaH, y que se basaba en los primeros estudios de
Ganor sobre la materia26.
Atran argumenta que en funcin del nivel educacional de los
volun-tarios, la erradicacin del fenmeno pasa por remover las
diferencias cultu-rales entre los pueblos involucrados, y por
buscar soluciones en el mbitosociolgico de la convivencia
intertnica e interreligiosa. Atran cree que enel fenmeno poco o
nada tienen que ver las desigualdades sociales. Aadeque segn el
perfil de los terroristas suicidas, las acciones de
represaliacentradas en lo estrictamente militar producen un efecto
contrario al busca-do y slo aumentan el nmero de voluntarios
dispuestos al suicidio. Por lotanto, Atran propone acciones
encaminadas a superar los sentimientos deaislamiento, de
desplazamiento, de marginacin y de opresin tnica y reli-giosa.
Segn el estudio de Atran, los terroristas son preparados en
gruposde tres a seis individuos por un lder muy carismtico,
mediante procedi-mientos de muy bajo costo y que concluyen con una
suerte de contratoentre la organizacin y la familia del voluntario
que se refleja en un videoque se hace pblico.
Hay estudios posteriores, como los de Kimhi y Even, segn los
cua-les, la reivindicacin religiosa y/o tnica no son suficientes
por s mismaspara explicar el conjunto de acciones que se requiere
para poner en prcticaeste tipo de ataques. Sus estudios apuntan a
la existencia de voluntarios,dotados de poderosas motivaciones de
tipo sicolgico, y de expertos adies-tradores, definibles a partir
de algunos prototipos de terroristas suicidas.Particularmente
interesantes, para el estudio del caso del terrorismo
suicidapalestino, son las categoras de tipo multifactorial
desarrolladas por ShaulKimhi, del International Policy Institute
for Counter-terrorism, Shemuel
25 Scott, Atran: Genesis of Suicide Terrorism, 2003.26 Ganor
escribe: un ataque suicida es un mtodo operacional en el cual el
acto
mismo del ataque depende de la muerte de quien lo ejecuta. Segn
sus estudios losterroristas suicidas prototipos son jvenes entre 18
y 27 aos, preferentemente solte-ros, desempleados y provenientes de
familias de escasos recursos, por lo general coneducacin secundaria
completa, en su mayora devotos estudiantes de centros religiososy
deseosos de vengar ciertas afrentas de Israel a familiares o
amistades cercanas; vaseGanor, Boaz: Suicide Terrorism: An
Overview, 2000.
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Even, del Jaffee Center for Strategic Studies) en su trabajo
monogrficoThe Palestinian Suicide Bombers27.
A juicio de Kimhi y Even existen cinco prototipos de terroristas
sui-cidas: a) el religioso, b) el sicolgicamente devastado, c) el
nacionalista, d)el manipulado y e) el circunstancial o random.
a) En el caso del primero, el prototipo est representado por
terroris-tas dispuestos al martirio, se trata de personas que
tuvieron en su infancia oadolescencia una fuerte preparacin
religiosa, as como de militantes degrupos donde la religin juega un
papel central (Yihad, Hamas). Por lo gene-ral son hombres solteros
y jvenes, que han tenido necesidad de adentrarseen la religin con
ayuda de un gua espiritual muy cercano, y que tuvieronalguna
participacin (relativamente marginal, pero activa) en la Primera
Inti-fada, por lo general en desrdenes callejeros. En los casos
estudiados porKimhi y Even, se trata de jvenes, cuyas familias (por
lo general muy nume-rosas) reciben un importante apoyo
material.
b) En el segundo caso, se trata de jvenes reclutados que se
en-cuentran en estado de profunda depresin, y cuya vida ha estado
marcadapor hechos extraordinariamente dolorosos o traumticos, por
fatalidades dediverso tipo, que han terminado minando su fortaleza
emocional, y se en-cuentran ansiosos de venganza. Por lo general,
se trata de integrantes defamilia desintegradas o que padecen de
aguda violencia intrafamiliar. El gru-po reclutador, en estos
casos, realiza una paciente preparacin que ponenfasis en la
conmemoracin de hitos polticos y religiosos y en gestos deadmiracin
personal hacia su persona. Aqu tambin se observa el apoyoeconmico a
la familia o al ser querido ms cercano emocionalmente.
c) El prototipo nacionalista est representado esencialmente por
fa-nticos militantes, con cierta formacin poltica bsica. Este
terrorista suici-da proviene, por lo general, de grupos seculares
como Al Aksa (el ala militarde Al Fatah) y tuvo una activa
participacin en la Primera Intifada. En estegrupo se registra la
mayor presencia de mujeres suicidas.
d) El prototipo manipulado corresponde, por lo general, a
terroristasextremadamente jvenes menores de 18 aos sujetos a
fuertes presio-nes familiares o grupales, de la ms diversa ndole.
Se trata de muchachos ymuchachas que han sufrido acusaciones graves
en sus entornos ms prxi-mos (por homosexualismo, deshonra familiar,
colaboracionismo con Israel oactos inmorales). La preparacin suele
ser muy severa y focalizada, en trmi-nos de que el suicidio
terrorista al servicio de la causa palestina es la mane-ra ms idnea
de reivindicacin familiar o grupal.
27 Trabajo presentado al 19 Congreso Mundial de Ciencia Poltica,
IPSA, Dur-ban, Sudfrica, julio, 2003.
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e) Por ltimo, el prototipo circunstancial (random prototype)
respon-de a terroristas que optan por el suicidio por coyunturas
fortuitas (curiosi-dad por el tema, deseos de trascendencia,
carencia de perspectivas para larealizacin personal o dilatacin de
proyectos personales por causas ajenasa l). Son personas a las
cuales se les prepara reforzando su imagen social yensalzando lo
ejemplificador de la conducta terrorista suicida. Por inferen-cia,
a este tipo debera corresponder el grueso de los voluntarios de
al-Qaeda y sus grupos satlites.
Muy significativo resulta el dato que, hasta diciembre de 2003,
untercio de los 250 suicidas palestinos tena formacin universitaria
completao parcial, cifra que supera con creces el promedio de
escolaridad palestino.Cuarenta individuos tenan educacin media
completa y el resto enseanzabsica. Segn el periodista Ronnie
Shaked, del diario israel Yedioth Ajro-not, y que se ha
especializado en terrorismo palestino, todos los lderes delgrupo
religioso Hamas tienen formacin universitaria, incluso, varios
deellos con postgrados28.
Los lderes de las organizaciones palestinas interpretaran
favorable-mente, segn Luft, la situacin creada con la introduccin
masiva del terro-rismo suicida, pues los indicios apuntan a que
finalmente parecieran haberdescubierto el taln de Aquiles de la
sociedad y Estado israeles. Tras va-rias dcadas de lucha (derrotas
o status quo temporal), los palestinos, pormedio de la bomba H,
parecieran estar pavimentando el camino hacia lo queen los estudios
de Seguridad y Defensa se denomina paridad estratgica29.
Para poner en perspectiva real las consecuencias de la bomba H,
sedebe efectuar un pequeo ejercicio comparativo. Para evaluar
correctamenteel impacto real del nmero de vctimas al interior de
una sociedad, dichonmero debe ser puesto en proporcin al nmero de
habitantes. Por eso,por ejemplo, si los muertos por estos ataques
en el mes de enero de 2002fueron 12 personas, en febrero 16, en
marzo 108 y en abril 41, el equivalenteestadounidense de estos
nmeros suena dramtico. Slo en marzo equival-dra a ms de 5 mil
muertos en EE.UU.30.
3. Occidente ante la bomba H
Las bombas humanas, si bien han sido empleadas estos ltimosaos
especialmente por grupos palestinos, no constituyen un arma
privati-
28 Shaked, Ronnie: The Heroes of the Mass Death, 2002, citado
por Kimhi yEven: The Palestinian Suicide Bombers: Typology of a
Suicide Terrorist, 2003.
29 Luft, G.: The Palestinian H-Bomb: Terrors Winning Strategy,
2002.30 Hoffmann, B.: The Calculus of Terror, 2003.
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va de stos. Entre el 2001 y el 2003 se efectuaron en todo el
mundo 300ataques de este tipo en 14 pases por parte de 17
organizaciones; con resul-tados diversos, que van desde la captura
o arrepentimiento del terrorista,falla total o parcial de los
detonadores hasta demoledoras explosiones congrandes daos y
numerosas vctimas.
Los tres primeros ataques efectuados a comienzos de los ochenta
enel Lbano se los adjudic la organizacin shiita Hezbollah. Luego, y
siempreen el Lbano, se registraron ataques similares en contra de
objetivos milita-res israeles, aunque aislados y sin vctimas
numerosas, ejecutados por va-rias organizaciones como Amal, por
algunas clulas del Partido ComunistaLibans y por organizaciones de
tarda inspiracin nasserista.
Durante esta etapa formativa, Hezbollah alcanz notoriedad
inter-nacional, especialmente entre simpatizantes de la causa
palestina. En esosambientes se comenz a admirar de manera
entusiasta la entrega y capa-cidad de sacrificio de los militantes
de esta organizacin. Hezbollah pas aser un verdadero smbolo y
ejemplo para otras organizaciones terroristas,especialmente
aquellas que operan en el Medio Oriente y la regin del
GolfoPrsico.
Gracias a estos antecedentes, las fuerzas de seguridad israeles
nofueron sorprendidas el 16 de abril de 1993, cuando Tamam Nabulsi,
militantede Hamas se hizo estallar al interior de un bus en la
ciudad de Mechola,matando a dos personas e hiriendo a cinco. El
modus operandi no eranuevo.
La preocupacin comenz a partir del 29 de noviembre de
2001,cuando dos militantes de Al Aksa (brigadas militares del
secular Al Fatah)utilizaron la bomba H en un ataque simultneo que
fue el inicio de unaseguidilla de otros ataques similares. En pocos
das, los grupos terroristaspalestinos transformaron esta smart
bomb, como tambin la denomina GalLuft, en la nueva gran arma
estratgica de la violencia poltica.
A partir de entonces, Al Aksa, Hamas y la Yihad Islmica
compren-dieron, como sostiene Luft, que ante este tipo de bombas,
Israel no podradesarrollar adecuadas respuestas. Los terroristas
suicidas son ms inteli-gentes que los Scuds, es el dictum de
Luft31. Y es que nunca antes, lospalestinos haban logrado penetrar
el territorio israel de la manera que loconsigui la bomba H.
El devastador efecto de la bomba H en la poblacin civil, llev
aIsrael ante un nuevo punto de inflexin. Los israeles se vieron
enfrentadosa un dilema vital, que perdura hasta hoy. A lo largo de
las ltimas dcadasno han logrado resolver el tema palestino por
ninguna va, ni la de la fuerza,
31 Luft, G.: The Palestinian H-Bomb: Terrors Winning Strategy,
2002.
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ni la de la negociacin poltica. El tema central es que la bomba
H hizo suaparicin masiva justo en momentos en que Israel constataba
su imposibili-dad de convertir logros tcticos en ganancias
estratgicas. Mediante unaadecuada combinacin de Inteligencia,
acciones preventivas y punitivas enlos campos policial y militar,
as como a travs de un permanente debatepoltico y una efectiva
educacin cvica en la poblacin, los israeles habanlogrado una suerte
de statu quo con el problema palestino. Pese a las turbu-lencias,
se mantena a raya al terrorismo tradicional y se mantena ahogadauna
salida pacfica, negociada.
Sin embargo, el uso intensivo de la bomba H ha pasado a ser el
granrasgo distintivo que exhibe la Segunda Intifada, creando una
situacin to-talmente distinta, al lmite de haber gestado una
paridad estratgica, suigeneris, pero efectiva. Hasta fines de abril
de 2004 se haban efectuado 250ataques suicidas contra Israel; 135
por parte de Hamas, 7 de la Yihad Islmi-ca, 39 de Al Aksa, 3 del
Frente Democrtico de Liberacin Palestina y elresto por cuenta de
grupos menores. 198 de los terroristas provenan de losterritorios
de Judea y Samaria, 54 de Gaza, 7 de Jerusaln oriental y el restode
otras zonas32.
32 Grupos palestinos que usan la bomba H:Kataib Al-Aksa
(Brigadas Al Aksa):Brazo armado de Al Fatah, creado en el 2000 a
partir de numerosos grupos
cercanos a Fatah (como Brigada de los Mrtires Jalid-Ikr,
Brigadas del Retorno, yBrigadas Saladin), con el propsito de apoyar
la llamada Segunda Intifada, por lo quegoza de amplio margen de
autonoma. Sus mximos lderes formaron parte de la escoltade Arafat y
se agruparon en torno a Marwan Bargutti, capturado por Israel en
abril del2002 y condenado a cadena perpetua, y Raid Karmi, muerto
por el Mossad en 2002. Suobjetivo no es la destruccin del Estado
israel, aunque s forzar la recuperacin deterritorios perdidos en
1967.
Hamas (Movimiento de Resistencia Islmico):Grupo terrorista que
busca explcitamente la destruccin del Estado israel. Fue
fundado en 1988 en Egipto por la Hermandad Musulmana y se siente
continuador de laPrimera Hermandad creada en Egipto en 1928. En
1987 se instal en Gaza comoorganizacin caritativa y ONG de tipo
social. Procura un estado islmico, sin precisio-nes territoriales.
Ha acusado de corrupto a Yasser Arafat por lo que no lo
consideralegtimo representante de los intereses palestinos. Por
extensin no acepta a la Autori-dad Palestina. Se estima que es
financiado por familias palestinas adineradas y por Irn.Los
atentados suicidas los ejecuta a travs de su rama las Brigadas
Qassam.
Yihad Islmica o Haraka al-Yihad al Islamim al-Filastini (Guerra
Santa):Grupo cercano a Hamas en los aspectos poltico y financiero.
Procura crear un
Estado Islmico sin compromisos territoriales. No hay
antecedentes fidedignos acercade su fundacin, pero su accionar se
comienza a rastrear en la dcada de los 80 enEgipto en torno a la
figura de su legendario lder Fathi al-Shakaki (muerto a manos
delMossad en 1995). La Yihad Islmica ha operado en asuntos
palestinos desde sus iniciosa travs de la llamada Yihad Islmica
Palestina, que plantea la destruccin total delEstado israel.
Frente Popular de Liberacin Palestina:Grupo pequeo de inspiracin
marxista fundado por el legendario terrorista
palestino George Habbash. La radicalizacin de la Intifada y el
fortalecimiento de una
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Laqueur relativiza las inferencias realizadas por Luft y
califica de mitola idea de que la bomba H sea un arma estratgica.
Ninguno de los gruposque la ha utilizado, salvo Hezbollah, ha
tenido xito en alcanzar sus objeti-vos por esta va. Hezbollah
consigui efectivamente la retirada de las tropasisraeles y
estadounidenses del Lbano. Los otros, ni siquiera el
exitosooperador de estos ataques los Tamiles han avanzado en la
obtencinde sus objetivos, segn Laqueur33.
En efecto, los Tigres Tamiles de Sri Lanka utilizan con elevada
efica-cia desde 1987 la bomba H34. Estos constituyen el nico grupo
terrorista anivel mundial que ha asesinado, mediante terroristas
suicidas, a dos Jefesde Estado (Rajiv Gandhi, mayo de 1991 y
Primadaassa, mayo de 1993). Endiciembre de 1999, los Tigres Tamiles
perpetraron un nuevo intento de mag-nicidio con bomba H, contra el
Presidente de Sri Lanka Chandrika Kamara-tunga, quien sobrevivi
milagrosamente al ataque.
Por su parte, los movimientos independentistas chechenio y
dagues-tan han recurrido de manera menos frecuente a la bomba H,
pero s handesarrollado otras variantes del terrorismo suicida,
cuyas repercusiones enla vida civil han sido idnticas. Ejemplos son
la toma del teatro Dubrovka enpleno centro de Mosc en octubre del
2002 y de una escuela en Beslan,Osetia del Norte, por parte de
comandos chechenos, acciones que finaliza-ron en baos de sangre con
una elevada cantidad de vctimas inocentes,entre ellos nios de corta
edad.
Los registros de ataques con bomba H disminuyen en otras
latitudesen cuanto a frecuencia. A lo largo de la dcada de los 90,
el movimientohind Jaish Mohammed (Ejrcito de Mahoma) exhibe slo
tres operaciones,todas contra objetivos militares de su pas.
Al-Qaeda tiene a su haber va-
base religiosa que apoya a Yihad, Hezbollah y Hamas lo hicieron
perder apoyo popular.Trat de recobrar notoriedad con el asesinato
del ministro de Turismo israel ReehavanZeevi en octubre del
2001.
Hezbollah (Partido de Dios):Organizacin shiita fundada en el
Lbano con apoyo financiero de Siria y
principalmente de Irn. Es el ms religioso y antinorteamericano
de los grupos terroris-tas rabes. Tiene una estructura
transnacional que tiene bases en varios pases, por loque se estima
que tiene fuertes nexos con al-Qaeda. Aparentemente es el grupo
respon-sable de los ataques contra objetivos israeles en Buenos
Aires. En el Lbano actaabiertamente, tiene escuelas, hospitales,
medios de comunicacin (inclusive un canal deTV).
Fuente: datos recopilados por el autor en los siguientes medios:
Der Spiegel(Alemania), Neue Zrcher Zeitung (Suiza), Die Zeit
(Alemania), El Mundo (Espaa), ElPas (Espaa), Clarn (Argentina), The
New York Times (EE.UU.).
33 Laqueur, W.: Terroristen oder Militanten, 2003.34 Laqueur
sostiene que se trata del grupo terrorista que con mayor xito
ha
empleado la bomba H. Vase Laqueur, Walter: Mythen um die
Selbstmordattentter,18 julio 2002.
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rios, la mayora contra objetivos norteamericanos, que se han
caracterizadopor sus extraordinarias dimensiones. Las
organizaciones egipcias Gama alIsmailia y la Yihad egipcia tienen
dos cada uno, todos contra embajadasegipcias. A su vez, el PKK
kurdo registra 16 ataques contra objetivos tur-cos, aunque
concentrados entre 1997 y el 2000. En los ltimos cuatro aos,el PKK
ha permanecido inactivo en este tipo de materias.
El desarrollo de la bomba H deja como conclusin principal que
losterroristas son gente ingeniosa y perversamente creativa,
flexible a la horade concebir sus atentados y escasamente inhibida
por trabas de algunandole. En el mbito de lo inescrupuloso se podra
reflexionar adicionalmen-te que nunca antes se haba desarrollado un
arma que a tan bajo costofuese capaz de discriminar el momento
preciso de ocasionar el mayor daoposible. La bomba H est en
condiciones de reconocer in situ y rpidamen-te si la densidad de
posibles vctimas es la adecuada o no segn los planesoriginales,
puede cambiar de posicin de acercamiento o alejamiento delblanco
hasta el ltimo segundo, y, finalmente, puede reconocer inter
crimi-nis las medidas de seguridad establecidas por el enemigo
tomando contra-medidas casi instantneamente.
El registro posterior a los atentados, realizado por las fuerzas
deseguridad israeles, rusas, hindes y norteamericanas, indica,
adems, quemuchas veces la bomba H fue activada a distancia por
telfono celular, loque indudablemente refuerza la hiptesis de que
no se trata de actos deses-perados o sin grandes conexiones
logsticas entre unos con otros. Algunosterroristas suicidas que han
visto frustrada su operacin, sea por la accinpreventiva de las
fuerzas de seguridad o por circunstancias fortuitas queimpidieron
detonar la carga explosiva, han relatado en interrogatorios
poste-riores, la forma de entrenamiento ha que fueron sometidos.
Pese a que laautora de los ataques es distinta, dicho entrenamiento
es extraordinaria-mente similar en los ms diversos pases. stas
consisten bsicamente enbreves, pero intensas sesiones de
adiestramiento sicolgico y tcnico engrupos de tres a seis
individuos en casas de seguridad, donde se mantienecontacto
espordico con la familia o su grupo de amigos ms prximo. Lue-go, en
das previos a la accin, son aislados de su entorno familiar y
deamistad, manteniendo contacto slo con su grupo de apoyo, con el
queestudia los blancos y afina detalles de la operacin.
Al-Qaeda: hydra del terror anti-Occidente
Bali, Nairobi, Casablanca, Estambul, Nueva York, Madrid son
algu-nos de los lugares donde se ha establecido esta red
transnacional de terro-
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rismo, cuyas caractersticas son dos. Por un lado, la alta
letalidad de susataques (convirtiendo cada atentado en una masacre
de vastas proporcio-nes), y, por otro, que en todas quede un sello
muy claro de antioccidentalis-mo. Con al-Qaeda a ambos lados del
Atlntico, el terrorismo fundamentalis-ta ha dejado de ser una
amenaza emergente. Al-Qaeda se ha transformadoen el smbolo de la
violencia globalizada35.
En efecto, los blancos escogidos se pueden dividir en blandos
yduros. Los primeros se orientan a liquidar instalaciones civiles
frecuenta-das por ciudadanos de clara pertenencia a Occidente
(turistas australianosen Bali, turistas israeles en Mombasa,
masones judos en Estambul). Lossegundos se orientan a aquellos con
fuerte carga simblica y directamenterelacionados con EE.UU. y Gran
Bretaa (como el navo de guerra Cole en elPuerto yemenita de Aden,
las Torres Gemelas, el consulado britnico enEstambul, y otros).
Al-Qaeda es, en tal sentido, la mayor expresin del terro-rismo como
fenmeno transnacional y el mayor desafo a los servicios deseguridad
y los crculos de toma de decisiones en Occidente.
Al- Qai dah, o la Base, es un grupo originado en el entorno
delmillonario saud, de origen yemen, Usama bin Laden, y sobre el
que antece-dentes histricos hablan de su presunta fundacin en el ao
1988 en Afga-nistn. El origen del nombre se debe a la manera
informal que los combatien-tes islmicos se referan a los campos de
entrenamiento que posea BinLaden en Afganistn. ste estudi en
Yedahh, Arabia Saudita y se estimaque su proceso de radicalizacin
religiosa y poltica comenz en aquellapoca de estudiante, al unirse
a la Hermandad Islmica y partir como comba-tiente voluntario a
Afganistn en contra de las tropas soviticas de ocu-pacin.
Desde el punto de vista de las ideas surgidas desde este grupo
loms destacable es su recurrente posicin a favor de una guerra
santa encontra de Estados Unidos e Israel, lanzada en 1998 por
primera vez. Ambospases son vistos por al-Qaeda como vallas en el
camino para alcanzar unaUmma o comunidad de creyentes. El grupo
llama a sus partidarios cons-
35 Para algunos estudiosos del terrorismo moderno, como el
filsofo MichaelIgnatieff, al-Qaeda es un ejemplo del nihilismo que
caracterizara al terrorismo moder-no. Vase Ignatieff, Michael: El
Mal Menor: tica Poltica en una Red de Terror,2003. Laqueur y
Hoffmann refutan esta apreciacin. Para el primero, al tener
unaraigambre religiosa islmica, que pretende alcanzar el edn o la
concrecin del edn enla Tierra, el terrorista no tendra espacio para
el nihilismo, an ms, ningn fantico esun nihilista, sostiene
Laqueur; vase entrevista Es Wird Noch Schlimer Komen,2004. Para el
segundo, el terror y la destruccin forman parte de un camino
definidopreviamente y conducente a una situacin esperada. Por lo
tanto si no se marcha haciala nada, no se puede ser nihilista; vase
Hoffmann, Bruce et al.: Trends in OutsideSupport for Insurgent
Movements, 2001.
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Algunas de las principales acciones terroristas adjudicadas
aal-Qaeda y grupos afines figuran hasta marzo de 2004
1993 febrero: Primer atentado con explosivos en el World Trade
Center deNueva York. Seis muertos y cerca de mil heridos.
1995 noviembre: un coche bomba explota en Ryad, capital de
Arabia Saudi-ta. Cinco soldados estadounidenses y dos hindes
mueren.
1996 junio: un camin bomba explota en la entrada de la base
estadounidensede Jobar, cerca de Dharan, Arabia Saudita. 19
muertos, todos norteamericanos, y386 heridos.
1998 agosto: coches bombas estallan casi simultneamente en los
frontis delas embajada de EE.UU. en Kenia (Nairobi) y Tanzania (Dar
Es Salam). En totalmueren 224 personas, 12 de ellos
estadounidenses, y ms de 5000 heridos.
2000 octubre: atentado contra el destructor estadounidense Cole
en Adn,Yemen, donde murieron 17 militares norteamericanos.
2001 septiembre: ataque simultneo con aviones comerciales contra
las To-rres Gemelas en Nueva York, contra el Pentgono en Washington
y contra unobjetivo indeterminado en Pennsylvania. Mueren en total
2.978 personas36.
2002 abril: atentado suicida contra una sinagoga en Yerba
(Tnez). Mueren21 personas, incluidos 14 alemanes.
2002 mayo: un coche bomba explota contra un autobs en el que
viajabanempleado de la Direccin de Construcciones Navales (DCN)
francesa en Pakis-tn. Mueren 14 personas, once de ellas
franceses.
2002 octubre: atentado contra un petrolero francs en las costas
de Yemen,que causa la muerte a uno de los miembros de la
tripulacin.
2002 octubre: atentado con coche bomba contra una discoteca en
la isla deBali, Indonesia. Mueren 202 personas y quedan 300
heridos. Las vctimas sonprincipalmente australianas.
2002 noviembre: atentado suicida contra un hotel en Mombasa, en
la costade Kenia. Mueren 18 personas. Simultneamente dos cohetes
son disparadoscontra un avin comercial israel que despegaba de
Mombasa, sin que alcancen elobjetivo.
2003 mayo: triple atentado suicida contra complejo residencial
habitado porestadounidenses en Ryad, Arabia Saudita. Mueren 35
personas; entre ellos 9terroristas suicidas. 200 heridos.
2003 agosto: atentado suicida con un camin bomba contra un hotel
de lacadena estadounidense Marriott, en el centro de Yakarta,
Indonesia. Mueren 12personas; 150 heridos.
36 Considerado el ataque terrorista ms mortfero de todos los
tiempos. ElComit de Finanzas del Senado estadounidense calcul que
las prdidas totales queprovocaron estos atentados en la economa de
Estados Unidos, sumando las inmediatasy posteriores en todos los
sectores afectados (industria de seguros, turstica, aeroportua-ria,
burstil, construccin, etc.), totalizan US$ 639 mil millones.
Estimaciones de con-sultoras privadas suelen aadir un cero al
contabilizar las prdidas econmicas a nivelmundial. Mor, Iigo: El
11-M No Tendr las Consecuencias del 11-S, 2004.
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2003 noviembre: atentado suicida con coche bomba en un complejo
residen-cial habitado por ciudadanos occidentales en un suburbio de
Ryad. Mueren 17personas; 100 heridos.
2003 noviembre: atentado con camin bomba contra una base militar
italianaen Nasiriya al sur de Irak. Mueren 28 personas, de los
cuales 19 son italianos.
2003 noviembre: ataques suicidas simultneos contra una sinagoga,
una logiamasnica juda, el consulado del Reino Unido y una sucursal
del banco britnicoHBSC en Estambul. Mueren en total 60
personas.
2004 febrero: ataques suicidas contra sedes de partidos
nacionalistas kurdosen Erbil, Irak. Mueren ms de 100 personas,
incluyendo decenas de dirigentes deesos partidos.
2004 marzo: atentados simultneos contra trenes urbanos en
Madrid, Espa-a. Mueren 192 personas; 1500 heridos.
tantemente a mantenerse limpios de influencias forneas,
especialmentelas occidentales, y a observar cnones valricos
estrictos como condicinsine qua non para construir una verdadera
sociedad islmica. Haizam AmiraFernndez considera que al-Qaeda ha
emitido dos documentos polticos derelevancia poltico-terica. Ambos
de diciembre de 2003 y que se puedenrecoger de la blog del
investigador israel Reuven Paz: El Irak del Yihad:Esperanzas y
Riesgos y Mensaje al Pueblo Espaol37.
Desde el punto de vista operacional, los atentados de al-Qaeda
sonanlogos en medios (explosivos y detonantes convencionales), en
mtodos(bombazos o ataques en serie, de forma coordinada y, salvo
excepciones,con suicidas), as como en organizacin (fuerte apoyo
logstico). Su formade operar, por medio de clulas prcticamente
autnomas, tambin es relati-vamente novedosa. Por ello, pese a que
los servicios policiales de diversospases han capturado despus del
11 de septiembre de 2001 a cerca de 3.000presuntos miembros, de los
cuales 30 ejercan algn tipo de liderazgo, ellono ha impedido que en
90 pases del orbe se hayan registrado mensajes oactividades de este
grupo; estimndose que en aproximadamente 60 hubo ohabra campos de
entrenamiento38. Es probablemente el grupo que ms di-nero ha
dispuesto en toda la historia del terrorismo. Segn informes
delDepartamento de Estado, las incautaciones de dinero fresco, de
cuentas yde depsitos de diversa ndole que aparentemente han
afectado las finanzasdel grupo suman US$ 125 millones.
37 El autor analiza los efectos directos sobre Espaa.38 Sobre el
nuevo modelo de terrorismo desarrollado por al-Qaeda, vase
Smith,
Paul: Transnational Terrorism and the al-Qaeda Model:
Confronting New Realities,2002, y Henzel, Christopher: The Origins
of al-Qaedas Ideology: Implications for USStrategy, 2005.
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Otro rasgo es la capacidad de realizar actividades de
outsourcingterrorista con grupos creados con fines especficos. En
esta relacin desta-can el grupo pakistan Harkat al-Ansar, el grupo
Jemaah Islamayiah, la clu-la de Imad Mughniyed39 y Abu Hafs, sobre
el que existen presuncionespoliciales de estar detrs del gigantesco
apagn que afect al nororestenorteamericano en agosto de 2003 y del
intento de asesinato del Papa JuanPablo II durante su visita a
Filipinas en 1994. Para los servicios de inteligen-cia britnica y
espaola, Abu Hafs es la principal lnea de investigacin
paraesclarecer los ataques ferroviarios en Madrid. Otro tanto
ocurre con YamaaIslamiya, el principal grupo terrorista indonesio
(de fuerte rasgo anticristia-no), el cual habra perpetrado dos
ataques a pedido de al-Qaeda (el de Bali yotro contra el hotel
Marriot de Jakarta), as como con el grupo filipino deAbu Sayyaf,
especializado en el secuestro de turistas estadounidenses. Va-rios
de los ms activos grupos de la resistencia iraqu (especialmente
enFalluya y Mosul) tambin estaran operando por esta va con
al-Qaeda.
En sntesis, el neoterrorismo, con sus especificidades (alta
letalidad,operaciones en escala global, uso frecuente de atacantes
suicidas, leitmotivmarcado por un profundo antioccidentalismo, y
fuerte sustento religioso) esparte gravitante del movimiento
tectnico que vive el sistema internacionaltras el fin de la Guerra
Fra. Las variantes suicidas de las conductas terroris-tas y la
eventualidad del uso de armas biolgicas, qumicas o radiolgicas,han
demostrado cun vulnerables son las ciudades hoy da y cun profun-do
y complejo es el denominado dilema democrtico respecto al
desafoterrorista. Lo primero guarda relacin con una dimensin
prctica, o sea conla seguridad del individuo, del territorio y de
la infraestructura. Lo segundocon la aprehensin terica de un
fenmeno lleno de especificidades, que nose muestra dispuesto a
desarrollar mrgenes razonables de cohabitabilidadcon el proyecto
civilizacional que encarna Occidente.
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