-
Nmero suelto 1,00. Nmero atrasado 2,00
LO S S E RVATOR E ROMANOEDICIN SEMANAL
Unicuique suum
EN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt
Ao XLVI, nmero 50 (2.394) Ciudad del Vaticano 12 de diciembre de
2014
El Pontfice para la prxima Jornada mundial de la paz
No esclavos, sino hermanos
MENSAJE EN PGINAS 8 A 10
Fenmeno abominable
A un congresosobre la trata de seres humanos
Crimen de lesa humanidad
PGINA 10
El anuncio en un comunicado de la Secretara general
Publicados los Lineamenta del Snodo de 2015
PGINA 5
En la fiesta de la Inmaculada Concepcin
Ensanos a dejar espacio a Dios
PGINA 3
En febrero el Papa crear nuevos cardenalesY convoca un
consistorio de todo el colegio
GI O VA N N I MARIA VIAN
Tiene un tono dramtico y abiertoa la confianza el mensaje para
laJornada mundial de la paz que elPapa Francisco quiso dirigir a
cadamujer y hombre, sin distincin defe o de ideas. Dramtico es,
enefecto, el fenmeno abominablesobre el cual el Pontfice eligi
lla-mar la atencin internacional, o seala llaga de la explotacin
del hom-bre por parte del hombre, hasta laesclavitud. Con palabras
olvidadaspero en los acontecimientos presen-te en muchas sociedades
y bajoformas a menudo ocultas o ignora-das.
La mirada del Papa est arraiga-da en la visin bblica pero su
pa-labra se dirige a todos, fundndoseen la expresin del apstol
Pablocontenida en su texto ms breve yconmovedor: la nota dictada a
Fi-lemn para pedirle que vuelva a re-cibir a Onsimo, el esclavo que
ha-ba huido, acogindolo ya no en lacondicin servil sino como
unhermano querido. Y esta es la razde la fraternidad querida por
elcreador desde los orgenes, perodesde los orgenes opacada por
elpecado. Sin embargo, dondeabund el pecado, sobreabund
la gracia responde, tambin consan Pablo, el mensaje papal.
No son imposibles, por lo tanto,relaciones dignas del hombre,
in-cluso si la esclavitud no es slo unfenmeno histrico sino una
dra-mtica y vergonzosa realidad actualsobre la que Bergoglio
siempre seha preocupado y que de nuevo de-nuncia con fuerza como
crimende lesa humanidad en perjuiciode millones de seres humanos:
mu-jeres y hombres, incluso nios, per-sonas obligadas a
prostituirse, ven-didas para la extraccin y el trficode rganos,
mantenidas en esclavi-tud por grupos terroristas, como enregiones
de frica y del Cercano yMedio Oriente.
SIGUE EN LA PGINA 2
Para el 14 y 15 de febrero prximo elPapa convoc un consistorio
para lacreacin de nuevos cardenales, el se-gundo del pontificado.
Lo anunciel director de la Oficina de prensade la Santa Sede, padre
FedericoLombardi, en el briefing del jueves11 de diciembre, sobre
la reunin encurso del Consejo de cardenales, elas llamado C9. El
prximo encuen-tro del organismo se tendr del 9 al11 de febrero y le
seguir, el 12 y 13de febrero, un consistorio con todo
el colegio cardenalicio pa-ra una lectura de conjuntode las
orientaciones y pro-puestas para la reforma dela Curia, en un
itinerariode participacin y verifica-cin.
Respecto a los trabajosde la reunin del Consejode cardenales,
que inici elmartes 9 en Santa Marta yconcluy el jueves por latarde,
el padre Lombardidestac la participacinatenta del Papa en todaslas
sesiones, excepto laque coincida con la au-diencia general. El
conse-jo, con la relacin del obispo secre-tario Marcello Semeraro,
examin loque surgi de la reunin de los jefesde dicasterio del 24 de
noviembrepasado.
En la reunin se profundizaronlas diversas propuestas y
observacio-nes, en la confirmacin de las orien-taciones para la
reorganizacin dealgunos dicasterios en torno a dosncleos: laicos y
familia por unaparte, justicia, paz y caridad porotra. Es un
proceso en curso. No se
tomaron decisiones y se prevntiempos bastante largos.
Otra cuestin se refiere a la Co-misin pontificia para la tutela
delos menores, coordinada por el car-denal Sean Patrick OMalley. En
laplenaria prevista del 6 al 8 de febre-ro deberan participar
tambin losnuevos miembros. La comisin pa-sara de los actuales nueve
a cercade dieciocho componentes, que re-presenten los diversos
continentes ylas diversas situaciones.
-
LOSSERVATORE ROMANOEDICIN SEMANAL
Unicuique suumEN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt
Ciudad del Vaticanoe d . e s p a n o l a @ o s s ro m .v a
w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a
GI O VA N N I MARIA VIANd i re c t o r
Giuseppe Fiorentinosub director
Marta Lagoredactor jefe de la edicin
Redaccinvia del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano
telfono 39 06 698 99410
TIPO GRAFIA VAT I C A N A EDITRICELOS S E R VAT O R E ROMANO
don Sergio Pellini S.D.B.director general
Servicio fotogrficop h o t o @ o s s ro m .v a
Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A.System Comunicazione
Pubblicitaria
Via Monte Rosa 91, 20149 Milanos e g re t e r i a d i re z i o n
e s y s t e m @ i l s o l e 2 4 o re . c o m
Tarifas de suscripcin: Italia - Vaticano: 58.00; Europa (Espaa +
I VA ): 100.00 - $ 148.00; AmricaLatina, frica, Asia: 110.00 - $
160.00; Amrica del Norte, Oceana: 162.00 - $ 240.00.Administracin:
00120 Ciudad del Vaticano, telfono + 39 06 698 99 480, fax + 39 06
698 85 164,e-mail: [email protected] Mxico: Arquidicesis
primada de Mxico. Direccin de Comunicacin Social. San Juan de
Dios,222-C. Col. Villa Lzaro Crdenas. CP 14370. Del. Tlalpan.
Mxico, D.F.; telfono + 52 55 5594 11 25,+ 52 55 5518 40 99; e-mail:
[email protected], or.mexico@ossrom .v a .En Argentina:
Arzobispado de Mercedes-Lujn; calle 24, 735, 6600 Mercedes (B),
Argentina; telfono y fax+ 2324 428 102/432 412; e-mail:
[email protected] Per: Editorial salesiana, Avenida
Brasil 220, Lima 5, Per; telfono + 51 42 357 82; fax + 51 431 67
82;e-mail: [email protected].
pgina 2 LOSSERVATORE ROMANO viernes 12 de diciembre de 2014,
nmero 50
Videomensaje del Papa para los cristianos de Irak
Caas al viento
Un hombre en la ciudad de Aleppo destruida por las bombas
auxilia a una nia (Afp)
La Iglesia es como una caa: cuando viene el viento, la
tempestad, la caase dobla pero no se rompe. Al recordar esta imagen
de santa Teresa del NioJess, el Papa volvi a expresar su
solidaridad a los cristianos, pero tambina los yasides, que son
perseguidos en Oriente Medio. Lo hizo en unvideomensaje que hizo
llegar a travs del cardenal Philippe Barbarin,arzobispo de Lyon,
que el 5 de diciembre inici su segunda visita a Irak.
Dramtico informe sobre los menores vctimas de los conflictos
Guerra a los nios
Fenmeno abominableVIENE DE LA PGINA 1
Queridos hermanos y hermanas:Quisiera saludaros a todos y a
cada uno de vosotros, junto con elcardenal Philippe Barbarin,
que oslleva nuevamente la preocupaciny el amor de toda la Iglesia.
Yotambin quisiera estar all, pero da-do que no puedo viajar, lo
hagoas... pero os estoy muy cercano enestos momentos de prueba. Al
re-gresar de mi viaje a Turqua dije:los cristianos son expulsados
deOriente Medio, con sufrimiento.Os doy las gracias por el
testimo-nio que dais; hay mucho sufrimien-to en vuestro testimonio.
Gracias!Muchas gracias!
Parece que all no quieren queestn los cristianos, pero
vosotrosdais testimonio de Cristo.
Pienso en las llagas, los doloresde las mams con sus nios, de
losancianos y los desplazados, en lasheridas de quien es vctima de
to-do tipo de violencia.
Como record en Ankara, suscitaespecial preocupacin el hecho
deque, sobre todo, a causa de un gru-po extremista y
fundamentalista,comunidades enteras, especialmen-te pero no slo los
cristianos yyasides, han sufrido y todava su-fren violencias
inhumanas a causade su identidad tnica religiosa.Cristianos y
yasides fueron expul-sados por la fuerza de sus casas,tuvieron que
abandonar todo parasalvar su vida y no renegar de lafe. La
violencia afect tambin edi-ficios sagrados, monumentos, sm-bolos
religiosos y patrimonios cul-turales, casi como queriendo elimi-nar
todo rastro, toda memoria delo t ro .
En calidad de jefes religiosos, te-nemos la obligacin de
denunciartodas las violaciones de la dignidady de los derechos
humanos.
Hoy quisiera estar cercano a vo-sotros que soportis este
sufrimien-to, estar cerca de vosotros... Ypienso en santa Teresa
del Nio Je-ss, quien deca que ella y la Igle-sia se senta como una
caa: cuan-do viene el viento, la tempestad, lacaa se dobla, pero no
se rompe.Vosotros sois en este momento esacaa, vosotros os doblis
con do-lor, pero tenis esta fuerza de llevaradelante vuestra fe,
que para noso-tros es testimonio. Vosotros soislas caas de Dios
hoy! Las caasque se abajan con este viento feroz,pero que luego
surgirn.
Quiero agradecer una vez ms.Pido al Espritu que hace nuevastodas
las cosas, que done a cadauno de vosotros fuerza y resisten-cia. Es
un don del Espritu Santo.Y con vosotros pido con fuerza,como ya
hice en Turqua, una ma-yor convergencia internacional pararesolver
los conflictos que ensan-grientan sus tierras de origen,
paracontrarrestar las otras causas queobligan a las personas a
abandonarsu patria y promover las condicio-nes que les permitan
quedarse o re-tornar. Os deseo que regresis, quepodis regresar.
Queridos hermanos y hermanas,estis en mi corazn, en mi oraciny
en los corazones y oraciones detodas las comunidades cristianas
aquienes pedir que oren, de mane-ra especial por vosotros, el da 8
dediciembre, orar a la Virgen paraque os custodie: Ella es madre,
queos proteja.
Hermanos y hermanas, vuestraresistencia es martirio, roco que
fe-cunda. Por favor, os pido que re-cis por m, que el Seor os
bendi-ga, que la Virgen os proteja.
Que os bendiga Dios omnipo-tente, Padre, Hijo y Espritu
Santo.
El ao que est por terminar ha sidoun ao de horror, miedo y
desespe-racin para millones de nios impli-cados en los diversos
conflictos queensangrientan muchas zonas delmundo. Segn un informe
difundi-do por U N I C E F, la agencia de la ONUpara la infancia,
quince millones demenores estn directamente implica-dos en las
guerras en curso slo enIrak, Siria, Ucrania, Repblica
Cen-troafricana y Sudn del Sur. Por nomencionar todas las dems
zonas delmundo en las que se suceden con-flictos a menudo desde
hace muchasdcadas, como el Cuerno de frica ola regin de los Grandes
Lagos, o delos pases, por ejemplo Nigeria, pre-cipitados en los
ltimos aos en unabismo de ferocidad. Todas estas
trgicas situaciones llevan, segn in-formes de U N I C E F, a ms
de doscien-tos treinta millones de nios a verseimplicados en
conflictos armados.
Ha sido un ao devastador,dijo el director de U N I C E F,
AnthonyLake, al presentar el informe. Mu-chos pequeos fueron
asesinadosmientras estaban en la escuela y du-rante el sueo, o
quedaron hurfa-nos, fueron raptados, torturados, re-clutados como
soldados, violentadosy vendidos como esclavos. Nunca enla historia
reciente tantos nios fue-ron sometidos a una tal brutalidad,denunci
tambin Lake.
En Siria, por ejemplo, ms de sie-te millones de nios fueron
afecta-dos por el conflicto, mientras que unmilln setecientos mil
estn refugia-dos en el extranjero. Segn la agen-cia de las Naciones
Unidad, slo enlos primeros nueve meses del ao2014 se verificaron al
menos treinta ycinco ataques armados contra escue-las sirias en los
cuales se asesinarona 105 nios y otros trecientos fueronheridos, en
la mayor parte de los ca-sos muy graves. En Irak las estima-ciones
hablan de dos millones sete-cientos mil pequeas vctimas, y deal
menos setecientos menores asesi-nados o mutilados, o incluso
quepasaron por la experiencia de las ar-mas.
Lo que aument el panorama deferocidad en los dos pases de
mododeterminante ha sido la accin delas llamado Estado islmico
(EI). Pe-ro responsables de tanta atrocidaden esa como en otros
zonas delmundo son prcticamente todoslos grupos armados de
cualquier ori-gen y, en muchos casos, incluso lastropas de los
ejrcitos gubernamen-tales.
Uno de los aspectos que hizo re-gistrar un brusco aumento en
2014es el reclutamiento forzado de niossoldados, una llaga presente
en cadacontinente. A esta prctica de losgrupos armados y de los
ejrcitos sesuma la prctica similar realizadapor las organizaciones
criminales.
Un fenmeno precisamenteabominable y de dimensionesmundiales,
pero que slo raramen-te logra encontrar espacio en losmedios de
comunicacin interna-cionales. El panorama trazado porel Pontfice es
ntido en sus terri-bles contornos y se completa en elmensaje
aludiendo a las causasque lo provocan, desde la pobrezaa la
corrupcin: dimensiones queoprimen cada vez ms y que pue-den dar
lugar en la vida pblica atramas perversas, como lo est de-mostrando
en Italia la investiga-cin en curso en Roma.
A este panorama desalentadorse suma la impresin denuncia elPapa
Francisco, promotor, tam-bin en el Vaticano, de diversosencuentros
contra la trata de queeste fenmeno de la esclavitudtiene lugar bajo
la indiferenciageneral. E incluso as los signosde esperanza se
multiplican, con-firmando tambin de este modo la
conviccin de san Pablo que don-de abunda el pecado all
sobrea-bunda la gracia: enorme es, enefecto, el trabajo silencioso
quemuchas congregaciones religiosas,especialmente femeninas,
realizandesde hace muchos aos en favorde las vctimas destaca el
Pontfi-ce.
De este modo, son sobre todolas mujeres quienes ayudan a
lasvctimas, en su gran mayora mu-jeres y nias, en la accin de
soco-rro, la rehabilitacin, la reintegra-cin social, a menudo
difcil,mientras que es necesario re p i t eel Papa Francisco que se
reco-nozca tambin el papel de la mu-jer en la sociedad. No es, por
lotanto, una casualidad que el men-saje para la Jornada mundial de
lapaz recuerde a la santa africanaJosefina Bakhita, la esclava
quelleg a ser hija libre de Dios,propuesta hoy a la atencin
demujeres y hombres de buena vo-luntad para un futuro de
esperan-za.
-
nmero 50, viernes 12 de diciembre de 2014 LOSSERVATORE ROMANO
pgina 3
En oracin ante la Virgen en la fiesta de la Inmaculada
Concepcin
Ensanos a dejar espacio a Dios
Una tardemariana
Ser una tarde totalmente dedi-cada a la Virgen. El Papa
Fran-cisco lo haba anunciado el lunes8 de diciembre en el momento
delngelus: la solemnidad de la In-maculada Concepcin mereca
unaatencin particular.
En primer lugar se dirigi a labaslica de Santa Mara la Mayorpara
saludar a la Salus PopuliRomani y luego se traslad alcentro de la
ciudad, donde unagran multitud lo esperaba desdehaca horas para
compartir con lel tradicional homenaje a la Inma-culada. Tras
llegar a la Plaza deEspaa se detuvo a los pies de lacolumna
mariana, luego se recogien silencio mientras los
sediariospontificios acercaban las rosasblancas a la estatua de la
Virgen yel coro de la Capilla Sixtina ento-naba las letanas.
Despus de la bendicin y el sa-ludo a los presentes, el Papa
dedi-c un momento para saludar unoa uno a los numerosos
enfermosacompaados por los voluntariosde Unitalsi. Para las
personas quesufren y para los nios los gestoscon mayor ternura: una
sonrisa,una caricia, un beso, la escucha desus historias. Todo
estos gestos tu-vieron inmediata respuesta con al-gunos regalos que
entregaron alPontfice. Despus de cerca dequince minutos, el Papa
sigui sa-ludando desde el coche a las nu-merossimas personas que lo
espe-raban por las calles y regres alVa t i c a n o .
El Pontfice en el ngelus de la solemnidad de la Inmaculada
La salvacin no se compra
Durante el tradicional acto de veneracin a laInmaculada en la
Plaza de Espaa, el lunes 8 dediciembre, el Papa dirigi a la Virgen
esta oracin.
Oh Mara, Madre nuestra,hoy el pueblo de Dio en fiestate venera
Inmaculada,preservada desde siempre del contagio del
p ecado.Acoge el homenaje que te ofrezco en nombre
de la Iglesia que est en Roma y en todo elmundo.
Saber que T, que eres nuestra Madre, eststotalmente libre del
pecado nos da gran con-suelo.
Saber que sobre ti el mal no tiene poder, nosllena de esperanza
y de fortaleza en la lucha co-tidiana que nosotros debemos mantener
contralas amenazas del maligno.
Pero en esta lucha no estamos solos, no so-mos hurfanos, porque
Jess, antes de morir enla cruz, te entreg a nosotros como
Madre.
Nosotros, por lo tanto, incluso siendo peca-dores, somos tus
hijos, hijos de la Inmaculada,
llamados a esa santidad que resplandece en Tipor gracia de Dios
desde el inicio.
Animados por esta esperanza, hoy invocamostu maternal proteccin
para nosotros, paranuestras familias, para esta ciudad, para todo
elmundo.
Que el poder del amor de Dios, que te pre-serv del pecado
original, por tu intercesin li-bre a la humanidad de toda
esclavitud espiritualy material, y haga vencer, en los corazones y
enlos acontecimientos, el designio de salvacin deD ios.
Haz que tambin en nosotros, tus hijos, lagracia prevalezca sobre
el orgullo y podamosllegar a ser misericordiosos como es
misericor-dioso nuestro Padre celestial.
En este tiempo que nos conduce a la fiestadel Nacimiento de
Jess, ensanos a ir a con-tracorriente: a despojarnos, a abajarnos,
a do-narnos, a escuchar, a hacer silencio, a descen-trarnos de
nosotros mismos, para dejar espacioa la belleza de Dios, fuente de
la verdadera ale-gra.
Oh Madre nuestra Inmaculada, ruega porn o s o t ro s !
SIGUE EN LA PGINA 4
En el ngelus del lunes 8 dediciembre, solemnidad de
laInmaculada, en la plaza de SanPedro, el Papa Francisco explic
quela salvacin es un don gratuito delSeor e, invitando a los
cristianos atener a la madre de Jess comomodelo, record la actitud
de Marade Nazaret que muestra cmo el serest antes del hacer.
Queridos hermanos y hermanas,buenos das! Feliz fiesta!
El mensaje de la fiesta de hoy dela Inmaculada Concepcin de
laVirgen Mara se puede resumir conestas palabras: todo es don
gratuitode Dios, todo es gracia, todo es donde su amor por
nosotros. El ngelGabriel llam a Mara llena degracia (Lc 1, 28): en
ella no habaespacio para el pecado, porque Diosla predestin desde
desde siemprecomo madre de Jess y la preservde la culpa original. Y
Mara corres-pondi a la gracia y se abandondiciendo al ngel: Hgase
en m
segn tu palabra (v. 38). No dice:Yo lo har segn tu palabra:
no!Sino: Hgase en m.... Y el Verbose hizo carne en su seno. Tambin
anosotros se nos pide escuchar aDios que nos habla y acoger su
vo-luntad; segn la lgica evanglicanada es ms activo y fecundo
queescuchar y acoger la Palabra del Se-or, que viene del Evangelio,
de laBiblia. El Seor nos habla siempre.
La actitud de Mara de Nazaretnos muestra que el ser est antes
delh a c e r, y que es necesario dejar hacera Dios para ser
verdaderamente co-mo l nos quiere. Es l quien haceen nosotros
muchas maravillas. Ma-ra fue receptiva, pero no pasiva.Como, a
nivel fsico, recibi el po-der el Espritu Santo para luego darcarne
y sangre al Hijo de Dios quese form en ella, as, a nivel
espiri-tual, acogi la gracia y correspondia la misma con la fe. Por
ello sanAgustn afirma que la Virgen con-cibi primero en su corzn
que ensu seno (D i s c u rs o s , 215, 4). Conci-
bi primero la fe y luego al Seor.Este misterio de la acogida de
lagracia, que en Mara, por un privile-gio nico, no contaba con el
obst-culo del pecado, es una posibilidadpara todos. San Pablo, en
efecto,inicia su Carta a los Efesios con es-tas palabras de
alabanza: Benditosea Dios, Padre de Nuestro SeorJesucristo, que nos
ha bendecido enCristo con toda clase de bendicionesespirituales en
los cielos (1, 3). Co-mo Isabel salud a Mara llamndo-la bendita t
entre las mujeres (Lc1, 42), as tambin nosotros hemossido desde
siempre bendecidos, esdecir amados, y por ello elegidosantes de la
creacin del mundo paraque fusemos santos e intachables(Ef 1, 4).
Mara fue p re - s e r v a d a ,mientras que nosotros fuimos
salva-dos gracias al Bautismo y a la fe. To-dos, tanto ella como
nosotros, pormedio de Cristo, para alabanza dela gloria de su
gracia (v. 6), esagracia de la cual la Inmaculada fue
-
pgina 4 LOSSERVATORE ROMANO viernes 12 de diciembre de 2014,
nmero 50
La invitacin del Pontfice en el segundo domingo de Adviento
Dejaos consolarcolmada en plenitud.
Ante el amor, ante la misericordia,ante la gracia divina
derramada ennuestro corazn, la consecuencia quese impone es una
sola: la g ra t u i d a d .Ninguno de nosotros puede comprarla
salvacin. La salvacin es un dongratuito del Seor, un don gratuitode
Dios que viene a nosotros y viveen nosotros. Como hemos
recibidogratuitamente, as gratuitamente esta-mos llamados a dar
(cf. Mt 10, 8); aimitacin de Mara, que, inmediata-mente despus de
acoger el anunciodel ngel, fue a compartir el don dela fecundidad
con la pariente Isabel.Porque, si todo se nos ha dado, todose debe
devolver. De qu modo?Dejando que el Espritu Santo hagade nosotros
un don para los dems.El Espritu es don para nosotros ynosotros, con
la fuerza del Espritu,debemos ser don para los dems ydejar que el
Espritu Santo nos con-vierta en instrumentos de
acogida,instrumentos de reconciliacin e ins-trumentos de perdn. Si
nuestra exis-tencia se deja transformar por la gra-cia del Seor,
porque la gracia delSeor nos transforma, no podremosconservar para
nosotros la luz queviene de su rostro, sino que la dejare-mos pasar
para que ilumine a los de-ms. Aprendamos de Mara, que tu-vo
constantemente la mirada fija ensu Hijo y su rostro se convirti
enel rostro que ms se asemeja a Cris-to (Dante, P a ra s o , XXXII,
87). Y aella nos dirigimos ahora con la ora-cin que recuerda el
anuncio del n-gel.
Al trmino de la oracin mariana elPontfice pidi a los presentes
que seunieran espiritualmente a laperegrinacin de la tarde con la
cualrendira homenaje a la Virgen en SantaMara la Mayor y en la
Plaza deEspaa.
Queridos hermanos y hermanas:En es esta fiesta de la
Inmaculada
Concepcin la Accin catlica italia-na vive la renovacin de sua
adhe-sin. Dirijo un pensamiento especiala todas sus asociaciones
diocesanas yparroquiales. Que la Virgen Inmacu-lada bendiga a la
Accin catlica y lahaga cada vez ms escuela de santi-dad y de
generoso servicio a la Igle-sia y al mundo.
Hoy por la tarde ir a Santa Marala Mayor para saludar a la Salus
Po-puli Romani y luego a la Plaza de Es-paa para renovar el
tradicional actode homenaje y de oracin a los piesdel monumento a
la Inmaculada. Se-r una tarde totalmente dedicada a laVirgen. Os
pido que os unis espiri-tualmente a m en esta peregrinacin,que
expresa la devocin filial a nues-tra Madre celestial. Y no os
olvidis:la salvacin es gratuita. Nosotros he-mos recibido esta
gratuidad, esta gra-cia de Dios y debemos darla; hemosrecibido el
don y debemos devolverloa los dems. No olvidar esto.
A todos deseo una feliz fiesta ybuen camino de Adviento con la
guade la Virgen Mara. Por favor, no ol-vidis de rezar por m. Buen
almuer-zo y hasta la vista!
VIENE DE LA PGINA 3
ngelus del 8de diciembre
No podemos ser mensajeros de laconsolacin de Dios si nosotros
noexperimentamos en primer lugar laalegra de ser consolados y
amadospor l. Lo dijo el Papa en elngelus del 7 de diciembre,
segundodomingo de Adviento, en la plaza deSan Pedro.
Queridos hermanos y hermanas,buenos das!
Este domingo marca la segundaetapa del tiempo de Adviento,
unperodo estupendo que despiertaen nosotros la espera del regreso
deCristo y la memoria de su venidahistrica. La liturgia de hoy
nospresenta un mensaje lleno de espe-ranza. Es la invitacin del
Seorexpresado por boca del profetaIsaas: Consolad, consolad a
mipueblo, dice vuestro Dios (40, 1).Con estas palabras se abre el L
i b rode la consolacin, donde el profetadirige al pueblo en exilio
el anun-cio gozoso de la liberacin. Eltiempo de la tribulacin ha
termi-nado; el pueblo de Israel puedemirar con confianza hacia el
futuro:le espera finalmente el regreso a lapatria. Por ello la
invitacin es de-jarse consolar por el Seor.
Isaas se dirige a gente que atra-ves un perodo oscuro, que
sufriuna prueba muy dura; pero ahoralleg el tiempo de la
consolacin.La tristeza y el miedo pueden dejar
espacio a la alegra, porque el Se-or mismo guiar a su pueblo
porla senda de la liberacin y de lasalvacin. De qu modo har
todoesto? Con la solicitud y la ternurade un pastor que se ocupa de
surebao. l, en efecto, dar unidady seguridad al rebao, lo
apacenta-r, reunir en su redil seguro a lasovejas dispersas,
reservar atencinespecial a las ms frgiles y dbiles(cf. v. 11). Esta
es la actitud de Dioshacia nosotros, sus criaturas. Porello el
profeta invita a quien le es-cucha incluidos nosotros, hoy
adifundir entre el pueblo este men-saje de esperanza: que el Seor
nosconsuela. Y dejar espacio a la con-solacin que viene del
Seor.
Pero no podemos ser mensajerosde la consolacin de Dios si
noso-tros no experimentamos en primerlugar la alegra de ser
consolados yamados por l. Esto sucede espe-cialmente cuando
escuchamos suPalabra, el Evangelio, que tenemosque llevar en el
bolsillo: no olvi-dis esto! El Evangelio en el bolsi-llo o en la
cartera, para leerlo con-tinuamente. Y esto nos trae conso-lacin:
cuando permanecemos enoracin silenciosa en su presencia,cuando lo
encontramos en la Euca-rista o en el sacramento del per-dn. Todo
esto nos consuela.
Dejemos ahora que la invitacinde Isaas Consolad, consolad ami
pueblo resuene en nuestrocorazn en este tiempo de Advien-to. Hoy se
necesitan personas quesean testigos de la misericordia yde la
ternura del Seor, que sacudea los resignados, reanima a los
de-sanimados. l enciende el fuego dela esperanza. l enciende el
fuegode la esperanza! No nosotros. Mu-chas situaciones requieren
nuestrotestimonio de consolacin. Ser per-sonas gozosas, que
consuelan.Pienso en quienes estn oprimidospor sufrimientos,
injusticias y abu-sos; en quienes son esclavos del di-nero, del
poder, del xito, de lamundanidad. Pobrecillos! Tienenconsolaciones
maquilladas, no laverdadera consolacin del Seor.Todos estamos
llamados a consolara nuestros hermanos, testimoniandoque slo Dios
puede eliminar lascausas de los dramas existenciales yespirituales.
l puede hacerlo! Esp o deroso!
El mensaje de Isaas, que resuenaen este segundo domingo de
Ad-viento, es un blsamo sobre nues-tras heridas y un estmulo para
pre-parar con compromiso el caminodel Seor. El profeta, en efecto,
ha-bla hoy a nuestro corazn para de-cirnos que Dios olvida nuestros
pe-cados y nos consuela. Si nosotrosnos encomendamos a l con
cora-zn humilde y arrepentido, l de-rrumbar los muros del mal,
llenarlos vacos de nuestras omisiones,allanar las dosis de soberbia
y va-nidad y abrir el camino del en-cuentro con l. Es curioso,
peromuchas veces tenemos miedo a laconsolacin, de ser consolados.
Esms, nos sentimos ms seguros enla tristeza y en la desolacin.
Sa-bis por qu? Porque en la tristezanos sentimos casi
protagonistas. En
Congregacin para las causas de los santos
Promulgacin de decretosEl sbado 6 de diciembre de 2014el Papa
Francisco recibi en au-diencia privada al cardenal Ange-lo Amato,
S.D.B., prefecto de laCongregacin para las causas delos santos.
Durante la audiencia,el Santo Padre autoriz a la Con-gregacin a
promulgar los si-guientes decretos:
un milagro atribuido a la in-tercesin de la beata JUA N A
EMI-LIA DE VILLENEUVE, fundadora dela congregacin de las Hermanasde
la Inmaculada Concepcin deCastres; naci en Toulouse (Fran-cia) el 9
de marzo de 1811 y murien Castres (Francia) el 2 de octu-bre de
1854;
un milagro atribuido a la in-tercesin de la beata MARA
AL-FONSINA DANIL GH AT TA S , funda-dora de la congregacin de
lasHermanas del Santsimo Rosariode Jerusaln; naci en Jerusaln el4
de octubre de 1843 y muri enAin Karem el 25 de marzo de1927;
un milagro atribuido a la in-tercesin de la beata MARA DEJESS
CRUCIFICAD O (en el siglo:Mariam Baouardy), monja profesade la
Orden de las CarmelitasDescalzas; naci en Abellin, Gali-lea, el 5
de enero de 1846 y murien Beln el 26 de agosto de 1878;
las virtudes heroicas de lasierva de Dios CARMELA DE JESS(en el
siglo: Francesca Prestigiaco-mo), fundadora del instituto de
las Religiosas del Sagrado Cora-zn del Verbo Encarnado; nacien
Palermo (Italia) el 15 de octu-bre de 1858 y muri en Roma(Italia)
el 14 de diciembre de1948;
las virtudes heroicas de lasierva de Dios MARA SIQUERGAY ,
fundadora de las Hermanasapostlicas de Cristo Crucificado;naci en
Murcia (Espaa) el 12 deabril de 1891 y muri all el 17 dejulio de
1975;
las virtudes heroicas de lasierva de Dios AD A L B E R TA
(VO-JTCHA) HASMAND OV, superiorageneral de la congregacin de
lasHermanas de la Misericordia deSan Carlos Borromeo; naci
enHutnovice (Repblica Checa) el25 de marzo de 1914 y muri
enZnojmo-Hradit (Repblica Che-ca) el 21 de enero de 1988;
las virtudes heroicas de lasierva de Dios PRXEDES FERNN-DEZ
GARCA, laica y madre de fa-milia, de la Tercera Orden deSanto
Domingo; naci en Puentede la Luisa (Espaa) el 21 de juliode 1886 y
muri en Oviedo (Es-paa) el 6 de octubre de 1936;
las virtudes heroicas de lasierva de Dios EL I S A B E T TA
TASCA,laica y madre de familia; naci enSan Zenone degli Ezzelini
(Italia)el 24 de abril de 1899 y muri enVo di Brendola (Italia) el
3 denoviembre de 1978. SIGUE EN LA PGINA 7
-
nmero 50, viernes 12 de diciembre de 2014 LOSSERVATORE ROMANO
pgina 5
Audiencia del Papa a la Comisin teolgica internacional
Ojos y odos abiertosLa aportacin de las mujeres a la
inteligencia de la fe
Junto con todo el pueblo cristiano, eltelogo abre los ojos y los
odos a lossignos de los tiempos, para que laverdad revelada se
comprenda cada vezms a fondo: lo dijo el PapaFrancisco a los
miembros de laComisin teolgica internacional, aquienes recibi el
viernes 5 de diciembreen la sala del Consistorio. Notandouna mayor
presencia de mujeres en laComisin, el Pontfice destac que, envirtud
de su genio femenino, lastelogas pueden mostrar, en beneficio
detodos, ciertos aspectos inexplorados delinsondable misterio de
Cristo.
Queridos hermanos y hermanas:Me encuentro con vosotros con
agrado, al inicio de un nuevo quin-quenio el noveno de la
Comisinteolgica internacional. Agradezco alcardenal Mller las
palabras que meha dirigido en nombre de todos vo-sotros. Vuestra
Comisin naci pocodespus del Concilio Vaticano II,por una propuesta
del Snodo de losobispos, para que la Santa Sede pu-diera valerse ms
directamente de lareflexin de telogos provenientesde varias partes
del mundo. La mi-sin de la Comisin es, pues, la de
estudiar las cuestiones doctrinalesde especial importancia,
principal-mente aquellas que se presentan co-mo nuevas, para ayudar
al magiste-rio de la Iglesia (Estatutos, art. 1).Los veintisiete
documentos publica-dos hasta ahora son un testimoniode este
compromiso y un punto dereferencia para el debate teolgico.
Vuestra misin es servir a la Igle-sia, lo cual no slo presupone
com-petencias intelectuales, sino tambindisposiciones espirituales.
Entre es-tas ltimas, quiero atraer vuestraatencin hacia la
importancia de laescucha. Hijo de hombre dijo elSeor al profeta
Ezequiel, todas laspalabras que yo te diga, recbelas entu corazn y
escchalas atentamen-te (Ez 3, 10). El telogo es, ante to-do, un
creyente que escucha la pala-bra del Dios vivo y la acoge en
elcorazn y en la mente. Pero el telo-go tambin debe ponerse
humilde-mente a la escucha de lo que el Es-pritu dice a las
Iglesias (Ap 2, 7) atravs de las diversas manifestacio-nes de la fe
vivida por el pueblo deDios. Lo record el reciente docu-mento de la
Comisin sobre El sen-sus fidei en la vida de la Iglesia. Eshermoso,
me ha gustado mucho ese
la composicin cada vez ms diversi-ficada de la Comisin, quiero
desta-car la mayor presencia de mujeresan no tantas son la guinda
delpastel, pero se necesitan ms!, pre-sencia que es invitacin a
reflexionarsobre el papel que las mujeres pue-den y deben desempear
en el cam-po de la teologa. En efecto, laIglesia reconoce el
indispensableaporte de la mujer en la sociedad,con una
sensibilidad, una intuicin yunas capacidades peculiares que sue-len
ser ms propias de las mujeresque de los varones Reconozco congusto
cmo muchas mujeres brin-dan nuevos aportes a la reflexinteolgica
(exhortacin apostlicaEvangelii gaudium, 103). As, en vir-tud de su
genio femenino, las telo-gas pueden mostrar, en beneficio detodos,
ciertos aspectos inexploradosdel insondable misterio de Cristo,en
el cual estn ocultos todos lostesoros de la sabidura y del
conoci-
miento (Col 2, 3). Os invito, pues,a sacar el mayor provecho de
estaaportacin especfica de las mujeresa la inteligencia de la
fe.
Otra caracterstica de vuestra Co-misin es su composicin
internacio-nal, que refleja la catolicidad de laIglesia. La
diversidad de los puntosde vista debe enriquecer la catolici-dad,
sin perjudicar la unidad. Launidad de los telogos catlicos na-ce de
su referencia comn a una solafe en Cristo y se alimenta de la
di-versidad de los dones del EsprituSanto. A partir de este
fundamento,y en un sano pluralismo, distintosenfoques teolgicos,
desarrollados encontextos culturales diferentes, nopueden ignorarse
recprocamente, si-no que deben enriquecerse y corre-girse
mutuamente en el dilogo teo-lgico. El trabajo de vuestra Comi-sin
puede ser un testimonio de di-cho crecimiento, y tambin un
testi-monio del Espritu Santo, porque esl quien siembra esta
variedad de ca-rismas en la Iglesia, diferentes pun-tos de vista, y
ser l quien realice launidad. l es el protagonista, siem-p re .
La Virgen inmaculada, testigo pri-vilegiada de los grandes
aconteci-mientos de la historia de la salva-cin, conservaba todas
estas cosas,meditndolas en su corazn (Lc 2,19): mujer de la
escucha, mujer de lacontemplacin, mujer de la cercanaa los
problemas de la Iglesia y de lagente. Bajo la gua del Espritu
San-to y con todos los recursos de su ge-nio femenino, no dej de
penetrarcada vez ms la verdad completa(cf. Jn 16, 13). As, Mara es
el iconode la Iglesia, que, en la espera impa-ciente de su Seor,
progresa da ada en la inteligencia de la fe, tam-bin gracias al
trabajo paciente delos telogos y las telogas. Que laVirgen, maestra
de la autntica teo-loga, nos conceda con su oracinmaterna que
nuestra caridad sigacreciendo cada vez ms en conoci-miento perfecto
y todo discernimien-to (Flp 1, 9). En este camino osacompao con mi
bendicin y os pi-do por favor que recis por m. Re-zad
teolgicamente, gracias.
Miguel ngel, El profeta Ezequiel (Capilla Sixtina)
El anuncio en un comunicado de la Secretara general
Publicados los Lineamenta del Snodo de 2015Se publicaron el
martes 9 de diciembre los Lineamentade la XIV Asamblea general
ordinaria del Snodo de losobispos que, como ya se anunci, tendr
lugar del 4 al25 de octubre de 2015, sobre el tema: La vocacin y
lamisin de la familia en la Iglesia y en el mundo con-temp
orneo.
Los Lineamenta es decir el primero de los docu-mentos para la
cita del prximo ao, como lo indicel Papa Francisco en el discurso
conclusivo de la asam-blea extraordinaria que tuvo lugar el pasado
mes deoctubre, lo constituye esencialmente la Relatio
synodiredactada por la asamblea misma. As, pues, para faci-litar su
recepcin y la profundizacin de los temas queall se tratan, la
Relatio va acompaada por una seriede preguntas que ayudarn a seguir
el camino sinodalya iniciado y a preparar el sucesivo Instrumentum
labo-ris de la prxima asamblea.
El documento as formado del cual en la fecha an-tes indicada se
publica el original en lengua italiana enel sitio web de la Santa
Sede (w2.vatican.va) y en el deLOsservatore Romano
(www.osservatoreromano.va)se enva a las Conferencias episcopales, a
los Snodosde las Iglesias orientales catlicas sui iuris, a la
Uninde los superiores religiosos y a los dicasterios de la Cu-ria
romana. Tales organismos eclesiales, que en los pr-
ximos das recibirn el documento traducido en las res-pectivas
lenguas de uso ms comn, podrn elegir lasmodalidades adecuadas para
verificar la recepcin y laprofundizacin de la Relatio synodi,
implicando a losdiversos componentes de las Iglesias particulares e
ins-tituciones acadmicas, organizaciones, asociaciones lai-cales y
otras realidades eclesiales, con el fin de promo-ver una amplia
consulta sobre la familia segn la orien-tacin y el espritu del
proceso sinodal.
Los resultados de la consultacin se debern enviar ala secretara
general del Snodo de los obispos antesdel 15 de abril de 2015, para
poder ser estudiados yconsiderados en la preparacin del
Instrumentum laborisque deber ser publicado antes del verano.
Las Conferencias episcopales y las dems realidadeseclesiales
estn invitadas a acompaar el camino sino-dal con oportunos momentos
de oracin y de celebra-ciones por la familia y la preparacin de la
prximaasamblea. Esto podr tener lugar, en especial, con oca-sin de
la prxima fiesta litrgica de la Sagrada Fami-lia, el 28 de
diciembre. Adems se invita a rezar fre-cuentemente la oracin del
Papa por el Snodo de lafamilia, cuyo texto se encuentra en
w2.vatican.va/con-tent/francesco/it.
documento, felicita-ciones! En efecto, jun-to con todo el
pueblocristiano, el telogoabre los ojos y los o-dos a los signos
delos tiempos. Est lla-mado a auscultar,discernir e interpretarlas
mltiples voces denuestro tiempo y valo-rarlas a la luz de lapalabra
divina es laque juzga, la palabrade Dios, a fin de quela Verdad
reveladapueda ser mejor perci-bida, mejor entendiday expresada en
formams adecuada (Con-cilio Vaticano II, cons-titucin Gaudium
etspes, 44).
A la luz de esto, en
-
pgina 6 LOSSERVATORE ROMANO viernes 12 de diciembre de 2014,
nmero 50
Carta papal a la plenaria del Consejo pontificio para la unidad
de los cristianos
Oxgeno ecumnicoLa bsqueda de la plena unidad delos cristianos es
una prioridad de laIglesia y una de las principalespreocupaciones
del Papa Francisco,que relanz en una carta entregada alos
participantes en la plenaria deldicasterio vaticano para el
ecumenismoque comenz el jueves 20 de noviembre.
Seores cardenales, queridoshermanos obispos y
sacerdotes,queridos hermanos y hermanas:Os saludo cordialmente a
todos y
os agradezco este encuentro, quecoincide con el quincuagsimo
ani-versario de la promulgacin del de-creto del Concilio Vaticano
II s o b reel ecumenismo Unitatis redintegratio.Aquel 21 de
noviembre de 1964 tam-bin se promulgaron la constitucindogmtica
sobre la Iglesia Lumengentium y el decreto sobre las Igle-sias
orientales catlicas OrientaliumEcclesiarum. El conjunto de
estostres documentos, tan profundamenteunidos uno con otro, permite
unavisin de la eclesiologa catlica talcomo la propuso el Concilio
Vatica-no II. Por eso habis querido dedi-car vuestros trabajos a
reflexionarsobre cmo la Unitatis redintegratiopuede seguir
inspirando el compro-miso ecumnico de la Iglesia en elescenario de
hoy, que ha cambiado.
Ante todo, podemos alegrarnos deque la enseanza del Concilio se
ha-ya recibido ampliamente. Duranteestos aos, a partir de
motivacionesteolgicas radicadas en la Escritura yen la Tradicin de
la Iglesia, ha idocambiando nuestra actitud como ca-tlicos respecto
a los cristianos deotras Iglesias y Comunidades ecle-siales. Ya
forman parte del pasado lahostilidad y la indiferencia que ha-ban
planteado obstculos aparente-mente insalvables y producido heri-das
profundas, al mismo tiempo queha comenzado un proceso de sana-cin
que permite acoger al otro co-mo hermano y hermana en la uni-dad
profunda que nace del Bautis-mo.
Este cambio de mentalidad, reali-zado gracias a la Unitatis
redintegra-tio y a la accin ecumnica que deri-v de ella, puede y
debe penetrarcada vez ms a fondo la enseanzateolgica y la praxis
pastoral de lasdicesis, de los institutos de vidaconsagrada, de las
asociaciones y delos movimientos eclesiales. Todos losfieles deben
mantener siempre vivala conciencia del compromiso quecomporta la
voluntad de Jess ex-presada en su oracin al Padre lavspera de su
Pasin: Que todossean uno (Jn 17, 21).
Este aniversario nos invita a dargracias a Dios por los
abundantesfrutos que se han recogido duranteeste medio siglo. En
particular, se harealizado lo que el Concilio habarecomendado, o
sea, el aprecio detodo lo que es bueno y verdadero enla vida de los
cristianos de cada co-munidad.
Todo esto ha permitido profundi-zar los contactos con muchas
Igle-sias y Comunidades eclesiales y de-sarrollar nuevas formas de
colabora-cin. Al respecto, han sido muy im-portantes las
traducciones ecumni-cas de la Sagrada Escritura. Cristia-
nos de diversas Iglesias y Comuni-dades eclesiales trabajan
juntos alservicio de la humanidad sufriente ynecesitada, para la
defensa de la vi-da humana y de su dignidad inalie-nable, para la
salvaguardia de lacreacin y contra las injusticias queafligen a
tantos hombres y pueblos.
Como obispo de la Iglesia quepreside en la caridad universal,
de-seo expresar mi gratitud a todos losque durante estos cincuenta
aos sehan prodigado de diferentes modosal servicio de la
reconciliacin y dela comunin entre todos los creyen-tes en Cristo,
en particular, a cuan-tos han trabajado en el Secretariadopara la
unin de los cristianos y enel Consejo pontificio para la promo-cin
de la unidad de los cristianos.
Mientras damos gracias, debemosreconocer que los cristianos an
es-tamos divididos, y que divergenciassobre nuevos temas
antropolgicos yticos complican ms nuestro cami-no hacia la unidad.
Sin embargo, nopodemos ceder al desaliento y a laresignacin, sino
seguir confiando enDios que pone en el corazn de loscristianos
semillas de amor y de uni-dad para afrontar con renovado im-
pulso los desafos ecumnicos dehoy: para cultivar el ecumenismo
es-piritual, para valorar el ecumenismode la sangre, para caminar
juntospor el camino del Evangelio.
El ecumenismo espiritual, que tie-ne su momento culminante en la
Se-mana de oracin por la unidad delos cristianos, vive y se
desarrolla atravs de innumerables canales, queverdaderamente slo el
Seor ve, pe-ro que a menudo tambin nosotrostenemos la alegra de
conocer: esuna red mundial de momentos deoracin que, desde el nivel
parro-quial y el internacional, difunden enel cuerpo de la Iglesia
el oxgenodel genuino espritu ecumnico; unared de gestos, que nos
unen traba-jando juntos en tantas obras de cari-dad; y es tambin
una comunin deoraciones, de meditaciones y deotros textos que
circulan en la web ypueden contribuir a aumentar el co-nocimiento,
el respeto y la estima re-cpro cos.
Respecto al ecumenismo de lasangre, precisamente la Unitatis
re-d i n t e g ra t i o invitaba a valorarlo, reco-nociendo en los
hermanos y en lashermanas de otras Iglesias y Comu-nidades
cristianas la capacidad do-nada por Dios de dar testimoniode Cristo
hasta el sacrificio de la vi-da (cf. n. 4). Dicho testimonio noha
faltado jams durante estos cin-cuenta aos y sigue tambin ennuestros
das. Nos corresponde anosotros acogerlo con fe y dejar quesu fuerza
nos impulse a convertirnosen una fraternidad cada vez ms ple-na.
Quienes persiguen a Cristo ensus fieles no hacen diferencia
entrelas confesiones: los persiguen sim-plemente porque son
cristianos.
Durante estos meses, encontrn-dome con tantos cristianos no
catli-cos, o leyendo sus cartas, he podidover que existe, a pesar
de cuestionesabiertas que an nos separan, un de-seo generalizado y
fuerte de caminarjuntos, de rezar, de conocer y amaral Seor, de
colaborar en el servicioy en la solidaridad con los dbiles ylos que
sufren. Estoy convencido deesto: en un camino comn, con lagua del
Espritu Santo y aprendien-do unos de otros, podemos crecer enla
comunin que ya nos une.
Queridos hermanos y hermanas:Cincuenta aos despus de la
Unita-tis redintegratio, la bsqueda de laplena unidad de los
cristianos siguesiendo una prioridad para la Iglesiacatlica y, por
tanto, para m es unade las principales preocupacionesdiarias. La
unidad es, ante todo, donde Dios y obra del Espritu Santo,pero
todos estamos llamados a cola-borar siempre y en toda
circunstan-cia. Por tanto, os agradezco todovuestro trabajo y, al
encomendaros ala intercesin maternal de la biena-venturada Virgen
Mara, os pido,por favor, que recis por m y pormi ministerio, y de
corazn os ben-digo.
Vaticano, 20 de noviembre de 2014
El Papa Juan XXIII recibe a los observadoresde Iglesias y
comunidades cristianaspresentes en el Concilio Vaticano II(13 de
octubre de 1962)
Para el ao de la vida consagrada
Monasterios contemplativos en accinComenz el lunes 8 de
diciembre,solemnidad de la InmaculadaConcepcin, la cadena mundialde
oracin en los monasterios. Esla primera iniciativa del Ao de lavida
consagrada tras la aperturadel domingo 30 de noviembre.De este modo
se implican a lascomunidades contemplativas detodo el mundo,
llamadas a ofre-cer su aportacin para este tiem-po especial. La
Congregacin pa-ra los institutos de vida consagra-da y las
sociedades de vida apos-tlica eligi seis monasterios dediversas
rdenes como estacionesde inicio de la cadena mundial.
En Italia fueron las clarisas delprotomonasterio de Santa
Clarade Ass quienes iniciaron la ora-cin. En Estados Unidos, las
be-nedictinas de la congregacin hel-vtica-americana de Mount
Angelabbey de Saint Benedict. En Eri-trea, los cistercienses de la
con-gregacin de Casamari del mo-nasterio de la Asuncin de Asma-ra.
En India, los camaldulenses
de Asharam de Shantivanam. EnPer, las dominicas del monaste-rio
de Santa Catalina de Arequi-pa. En Espaa, las carmelitas des-calzas
del monasterio de la Encar-nacin de vila. Seis comunida-des unidas
para ofrecer oracionesy sacrificios por los consagrados.
-
nmero 50, viernes 12 de diciembre de 2014 LOSSERVATORE ROMANO
pgina 7
La Iglesia crece por atraccin y no por proselitismo
Valenta para hablar, humildad para escucharEL I S A B E T TA
PIQU
La cita tuvo lugar a las 16,30 del jue-ves 4 de diciembre en
Santa Marta.El tiempo vuela. La entrevista con elPapa Francisco dur
cincuenta mi-nutos, luego hubo tiempo para ha-blar e incluso para
filmar con el m-vil un breve video con un saludo yuna bendicin para
los primeros di-plomados del colegio de Alfarcito, laescuela
secundaria creada por el pa-dre Chifri en la provincia de
Salta.Cuando ya nos bamos, Francisconos sorprendi con una gran
bolsablanca. Dentro haba algunos rega-los para nuestros hijos, Juan
Pablo yCarolina, para que jueguen.
Para Amrica Latina es fuente de or-gullo tener al primer Papa no
europeo.Qu espera usted de la regin?
Amrica Latina viene recorriendoun camino desde hace tiempo,
desdela primera reunin del Consejo epis-copal latinoamericano
[CELAM], des-de la creacin del CELAM. MonseorLarran, el primer
presidente del CE-LAM, le dio un gran impulso. Fue laconferencia de
Ro, despus Mede-lln, despus Puebla, Santo Domin-go y Aparecida. Son
hitos que elepiscopado latinoamericano fue ha-
gen de la sangra porque es unaimagen muy ligada al
proselitismo.No me gusta usar trminos ligadosal proselitismo porque
no es la ver-dad. Me gusta usar la imagen dehospital de campaa: hay
gente muyherida que est esperando que vaya-mos a curarle las
heridas, heridaspor mil motivos. Y hay que salir acurar
heridas.
Esa es la estrategia entonces para re-cuperar a los que se
van?
No me gusta la palabra estrate-gia, sino que hablara del
llamadopastoral del Seor, porque si no, pa-rece todo una ONG... Es
el llamadodel Seor, lo que hoy le pide a laIglesia, no como
estrategia, porquela Iglesia no hace proselitismo. LaIglesia no
quiere hacer proselitismoporque la Iglesia no crece por
prose-litismo, sino por atraccin, comodijo Benedicto. La Iglesia
tiene queser un hospital de campaa y salir acurar heridas, como el
buen samari-tano. Hay gente herida por desaten-cin, por abandono de
la Iglesiamisma, gente que est sufriendo ho-r ro re s . . .
Usted es un Papa que suele hablar demanera directa, lo que le
ayuda a de-jar en claro el rumbo de su pontificado.Por qu cree que
hay sectores que es-tn desorientados, que dicen que labarca est sin
timn, sobre todo des-pus del reciente Snodo sobre la fami-lia?
Me extraan esas expresiones. Nome consta que las hayan dicho.
Enlos medios, aparece como que lashubieran dicho. Pero, hasta que
nole pregunte al interesado: Ustedha dicho esto?, mantengo la
dudafraternal. Pero, generalmente, es por-que no leen las cosas.
Uno s medijo una vez: S, claro, esto del dis-cernimiento qu bien
que hace, peronecesitamos cosas ms claras. Y yole dije: Mire, yo
escrib una enccli-ca, es verdad, a cuatro manos, y unaexhortacin
apostlica. Continua-mente estoy haciendo declaraciones,dando
homilas y eso es magisterio.Eso que est ah es lo que yo pienso,no
lo que los medios dicen que yopienso. Vaya ah y lo va a encontrary
est bien claro; Evangelii gau-dium es muy clara.
En los medios, algunos hablaron del
fin de la luna de miel por la divi-sin que sali a la luz en el
Snodo...
No fue una divisin tipo estrellacontra el Papa; o sea, al Papa
de re-ferente no lo tenan. Porque ah elPapa procur abrir el juego y
escu-char a todos. El hecho de que, al fi-nal, mi discurso haya
sido aceptadotan entusiastamente por los padressinodales indica que
el problema noera con el Papa, sino que era entrediversas posturas
pastorales.
Siempre que hay un cambio de statuquo, como signific su llegada
al Vati-cano, es normal que haya resistencias.Despus de poco ms de
20 meses, estaresistencia, silenciosa al principio, pare-ce ser ms
evidente...
La palabra la dijo usted. Las resis-tencias ahora se evidencian,
pero pa-ra m es un buen signo, que las ven-tilen, que no las digan
a escondidascuando uno no est de acuerdo. Essano ventilar las
cosas; es muy sano.
La resistencia tiene que ver con lalimpieza que usted est
haciendo, conla reestructuracin interna de la curiaro m a n a ?
Considero a las resistencias comopuntos de vista distintos, no
comocosa sucia. Tiene que ver con deci-siones que por ah tomo, eso
s. Cla-ro, hay decisiones que tocan algunascosas econmicas, otras
ms pastora-les...
Est preocupado?No, no estoy preocupado, me pa-
rece todo normal, porque sera anor-mal que no existieran puntos
diver-gentes. Sera anormal que no salieranada.
Termin el trabajo de limpieza o si-gue?
No me gusta hablar de limpie-za. Dira de hacer marchar la
Curiaen la direccin que las congregacio-nes generales [las
reuniones que an-teceden al cnclave] pidieron. No,para eso falta
mucho todava. Falta,falta. Porque, en las congregacionesgenerales
precnclave, los cardenalespedimos muchas cosas y hay que se-guir
adelante en todo eso...
Lo que se encontr haciendo limpiezaes peor de lo que se
esperaba?
Primero, no me esperaba nada.Esperaba volverme a Buenos
Aires[risas]. Y despus creo que, no s,Dios en eso es bueno conmigo,
meda una sana dosis de inconsciencia.Voy haciendo lo que tengo que
ha-c e r.
Pero cmo anda el trabajo en curso?Bueno, es todo pblico, se
sabe.
El IOR [Instituto para las Obras dereligin] est funcionando
fenmenoy se hizo bastante bien eso. Lo de laeconoma est yendo bien.
Y la re-forma espiritual es lo que en estemomento me preocupa ms,
la refor-ma del corazn. Estoy preparando laalocucin de Navidad para
losmiembros de la Curia; voy a tener
Dejaos consolarVIENE DE LA PGINA 4
cambio en la consolacin es elEspritu Santo el protagonista. Esl
quien nos consuela, es lquien nos da la valenta de salirde nosotros
mismos. Es l quiennos conduce a la fuente de todaconsolacin
autntica, es decir, alPadre. Y esto es la conversin.Por favor,
dejaos consolar por elSeor. Dejaos consolar por el Se-or!
La Virgen Mara es la sendaque Dios mismo se prepar paravenir al
mundo. Confiamos a ellala esperanza de salvacin y depaz de todos
los hombres y lasmujeres de nuestro tiempo.
Al saludar a los fieles presentes, trasla oracin mariana, el
Pontfice
repiti: Dejaos consolar por elSeor.
Queridos hermanos y hermanas:Os saludo a todos vosotros,
fie-
les de Roma y peregrinos llega-dos de Italia y de diversos
pases:familias, grupos parroquiales, aso-ciaciones. En especial,
saludo alos misioneros y las misionerasIdentes, que son tan buenos
y quehacen tanto bien.
A todos vosotros deseo un felizdomingo. Por favor, dejaos
con-solar por el Seor. Entendido?Dejaos consolar por el Seor! Yno
olvidis de rezar por m.Buen almuerzo y hasta la vista!Y para maana
feliz da de la In-maculada. Que el Seor os ben-diga. SIGUE EN LA
PGINA 14
llamado hoy al catlico, a sa-lir y hacernos prximos de lagente,
de sus problemas, desus realidades. El clericalis-mo, se lo dije a
los obisposdel CELAM en Ro de Janeiro,fren la madurez laical
enAmrica Latina. Donde loslaicos son ms maduros enAmrica Latina es
precisa-mente en la expresin de lapiedad popular. Pero
organi-zaciones laicales siempre es-tuvieron con el problema
delclericalismo. Yo habl de estoen la Evangelii gaudium[la primera
exhortacin apos-tlica del Papa].
La renovacin de la Iglesia ala que usted llama apuntatambin a
buscar a estas ove-jas perdidas y a frenar esasangra de fieles?
No me gusta usar esa ima-
La NacinPresentamos la entrevistapublicada en el diarioargentino
La Nacindel 7 de diciembre.
ciendo, colegialmente, con metodo-logas distintas, primero
tmidamen-te. Pero este camino de 50 aos nose puede ignorar porque
es un cami-no de toma de conciencia de unaIglesia en Amrica Latina
y de ma-duracin en la fe. Junto con este ca-mino, se despleg tambin
una graninquietud por estudiar el mensajeguadalupano. La cantidad
de estu-dios sobre la Virgen de Guadalupe,sobre la imagen, sobre el
mestizaje,sobre el NicanMopoua, es impresio-nante, es una teologa
de fondo. Poreso al celebrar el Da de la Virgen deGuadalupe,
patrona de Amrica, el12 de diciembre, y los 50 aos de laMisa
criolla, estamos conmemoran-do un camino de la Iglesia
latinoa-mericana.
Un reciente sondeo en la regin certificque, ms all del efecto
Francisco,hay catlicos que siguen abandonandola Iglesia.
Conozco la estadstica que dieronen Aparecida, es el nico dato
quetengo. Evidentemente, hay variosfactores que intervienen en eso,
ex-ternos a la Iglesia. Por ejemplo, lateologa de la prosperidad
inspiramuchas propuestas religiosas queatraen gente. Pero luego la
gentequeda a mitad de camino. Pero de-jando afuera lo externo a la
Iglesia,me pregunto: cules son las cosasnuestras, dentro de la
Iglesia, quehacen que los fieles no se sientan sa-tisfechos? Y es
la falta de cercana yel clericalismo. La proximidad es el
-
nmero 50, viernes 12 de diciembre de 2014 LOSSERVATORE ROMANO
pginas 8/9
No esclavos, sino hermanos1. Al comienzo de un nuevo ao,
querecibimos como una gracia y un don deDios a la humanidad, deseo
dirigir acada hombre y mujer, as como a lospueblos y naciones del
mundo, a los je-fes de Estado y de Gobierno, y a los l-deres de las
diferentes religiones, mismejores deseos de paz, que acompaocon mis
oraciones por el fin de las gue-rras, los conflictos y los muchos
sufri-mientos causados por el hombre o porantiguas y nuevas
epidemias, as comopor los devastadores efectos de los de-sastres
naturales. Rezo de modo espe-cial para que, respondiendo a
nuestracomn vocacin de colaborar con Diosy con todos los hombres de
buena vo-luntad en la promocin de la concordiay la paz en el mundo,
resistamos a latentacin de comportarnos de un modoindigno de
nuestra humanidad.
En el mensaje para el 1 de enero pa-sado, seal que del deseo de
una vi-da plena... forma parte un anhelo inde-leble de fraternidad,
que nos invita a lacomunin con los otros, en los que en-contramos
no enemigos o contrincan-tes, sino hermanos a los que acoger yq u e
re r 1. Siendo el hombre un ser rela-cional, destinado a realizarse
en uncontexto de relaciones interpersonalesinspiradas por la
justicia y la caridad,es esencial que para su desarrollo se
re-conozca y respete su dignidad, libertady autonoma. Por
desgracia, el flagelocada vez ms generalizado de la explo-tacin del
hombre por parte del hom-bre daa seriamente la vida de comu-nin y
la llamada a estrechar relacionesinterpersonales marcadas por el
respe-to, la justicia y la caridad. Este fenme-no abominable, que
pisotea los dere-chos fundamentales de los dems y ani-quila su
libertad y dignidad, adquieremltiples formas sobre las que
deseohacer una breve reflexin, de modoque, a la luz de la Palabra
de Dios,consideremos a todos los hombres noesclavos, sino
hermanos.
A la escucha del proyecto deDios sobre la humanidad
2. El tema que he elegido para estemensaje recuerda la carta de
san Pablo
a Filemn, en la que le pide que recibaa Onsimo, antiguo esclavo
de Filemny que despus se hizo cristiano, mere-ciendo por eso, segn
Pablo, que seaconsiderado como un hermano. As es-cribe el Apstol de
las gentes: Quizse apart de ti por breve tiempo paraque lo recobres
ahora para siempre; yno como esclavo, sino como algo mejorque un
esclavo, como un hermano que-rido (Flm 15-16). Onsimo se convirtien
hermano de Filemn al hacerse cris-tiano. As, la conversin a Cristo,
el co-mienzo de una vida de discipulado enCristo, constituye un
nuevo nacimiento(cf. 2 Co 5, 17; 1 P 1, 3) que regenera laf ra t e
r n i d a d como vnculo fundante de lavida familiar y base de la
vida social.
En el libro del Gnesis, leemos queDios cre al hombre, varn y
hembra, ylos bendijo, para que crecieran y semultiplicaran (cf. 1,
27-28): Hizo queAdn y Eva fueran padres, los cuales,cumpliendo la
bendicin de Dios deser fecundos y multiplicarse, concibie-ron la
primera f ra t e r n i d a d , la de Can yAbel. Can y Abel eran
hermanos, por-que vienen del mismo vientre, y por lotanto tienen el
mismo origen, naturale-za y dignidad de sus padres, creados aimagen
y semejanza de Dios.
Pero la f ra t e r n i d a d expresa tambin lamultiplicidad y
diferencia que hay entrelos hermanos, si bien unidos por el
na-cimiento y por la misma naturaleza ydignidad. Como hermanos y
hermanas,
quienes estn dispuestos a hacer cual-quier cosa para
enriquecerse. En efecto,la esclavitud y la trata de personas
hu-manas requieren una complicidad quecon mucha frecuencia pasa a
travs dela corrupcin de los intermediarios, dealgunos miembros de
las fuerzas del or-den o de otros agentes estatales, o dediferentes
instituciones, civiles y milita-res. Esto sucede cuando al centro
deun sistema econmico est el dios dine-ro y no el hombre, la
persona humana.S, en el centro de todo sistema social oeconmico,
tiene que estar la persona,imagen de Dios, creada para que fuerael
dominador del universo. Cuando lapersona es desplazada y viene el
diosdinero sucede esta trastocacin de valo-re s 5.
Otras causas de la esclavitud son losconflictos armados, la
violencia, el crimeny el t e r ro r i s m o . Muchas personas son
se-cuestradas para ser vendidas o recluta-das como combatientes o
explotadassexualmente, mientras que otras se venobligadas a
emigrar, dejando todo loque poseen: tierra, hogar, propiedades,e
incluso la familia. stas ltimas seven empujadas a buscar una
alternativaa esas terribles condiciones aun a costade su propia
dignidad y supervivencia,con el riesgo de entrar de ese modo enese
crculo vicioso que las convierte envctimas de la miseria, la
corrupcin ysus consecuencias perniciosas.
Compromiso comnpara derrotar la esclavitud5. Con frecuencia,
cuando observa-
mos el fenmeno de la trata de perso-nas, del trfico ilegal de
los emigrantesy de otras formas conocidas y descono-cidas de la
esclavitud, tenemos la im-presin de que todo esto tiene lugar
bajo la indiferencia general.Aunque por desgracia esto es
cierto en gran parte, quisiera men-cionar el gran trabajo
silencioso
que muchas congregaciones reli-giosas, especialmente
femeninas,realizan desde hace muchosaos en favor de las
vctimas.Estos institutos trabajan encontextos difciles, a veces
do-minados por la violencia, tra-tando de romper las
cadenasinvisibles que tienen encadena-das a las vctimas a sus
trafican-tes y explotadores; cadenas cu-yos eslabones estn hechos
desutiles mecanismos psicolgi-cos, que convierten a las vcti-mas en
dependientes de susverdugos, a travs del chantaje
primognito entre muchos hermanos(Rm 8, 29), se encuentra la
realidad ne-gativa del pecado, que muchas vecesinterrumpe la
fraternidad creatural ydeforma continuamente la belleza y no-bleza
del ser hermanos y hermanas de lamisma familia humana. Can, ademsde
no soportar a su hermano Abel, lomata por envidia cometiendo el
primerfratricidio. El asesinato de Abel porparte de Can deja
constancia trgica-mente del rechazo radical de la voca-cin a ser
hermanos. Su historia (cf. Gn4, 1-16) pone en evidencia la
dificultadde la tarea a la que estn llamados to-dos los hombres,
vivir unidos, preocu-pndose los unos de los otros2.
Tambin en la historia de la familiade No y sus hijos (cf. Gn 9,
18-27), lamaldad de Cam contra su padre es loque empuja a No a
maldecir al hijoirreverente y bendecir a los dems, ques lo
honraban, dando lugar a una desi-gualdad entre hermanos nacidos
delmismo vientre.
En la historia de los orgenes de lafamilia humana, el pecado de
la separa-cin de Dios, de la figura del padre ydel hermano, se
convierte en una ex-presin del rechazo de la comunin tra-ducindose
en la cultura de la esclavi-tud (cf. Gn 9, 25-27), con las
conse-cuencias que ello conlleva y que se per-petan de generacin en
generacin:rechazo del otro, maltrato de las perso-nas, violacin de
la dignidad y los de-
tanto, hijo adoptivo de su Padre (cf. Ef1, 5).
No se llega a ser cristiano, hijo delPadre y hermano en Cristo,
por unadisposicin divina autoritativa, sin elconcurso de la
libertad personal, es de-cir, sin convertirse l i b re m e n t e a
Cristo.El ser hijo de Dios responde al impera-tivo de la conversin:
Convertos y seabautizado cada uno de vosotros en elnombre de Jess,
el Mesas, para per-dn de vuestros pecados, y recibiris eldon del
Espritu Santo (Hch 2, 38).Todos los que respondieron con la fe yla
vida a esta predicacin de Pedro en-traron en la f ra t e r n i d a
d de la primeracomunidad cristiana (cf. 1 P 2, 17; Hch1, 15.16; 6,
3; 15, 23): judos y griegos,esclavos y hombres libres (cf. 1 Co
12,13; Ga 3, 28), cuya diversidad de origeny condicin social no
disminuye la dig-nidad de cada uno, ni excluye a nadiede la
pertenencia al Pueblo de Dios.Por ello, la comunidad cristiana es
ellugar de la comunin vivida en el amorentre los hermanos (cf. Rm
12, 10; 1 Ts4, 9; Hb 13, 1; 1 P 1, 22; 2 P 1, 7).
Todo esto demuestra cmo la BuenaNueva de Jesucristo, por la que
Dioshace nuevas todas las cosas (Ap 21,5)3, tambin es capaz de
redimir las re-laciones entre los hombres, incluidaaquella entre un
esclavo y su amo, des-tacando lo que ambos tienen en co-mn: la
filiacin adoptiva y el vnculode fraternidad en Cristo. El mismo
Je-ss dijo a sus discpulos: Ya no os lla-mo siervos, porque el
siervo no sabe loque hace su seor; a vosotros os llamoamigos,
porque todo lo que he odo ami Padre os lo he dado a conocer (Jn15,
15).
Mltiples rostrosde la esclavitud
de entonces y de ahora3. Desde tiempos inmemoriales, las
diferentes sociedades humanas conocenel fenmeno del sometimiento
del hom-bre por parte del hombre. Ha habidoperodos en la historia
humana en quela institucin de la esclavitud estaba ge-neralmente
aceptada y regulada por elderecho. ste estableca quin naca li-bre,
y quin, en cambio, naca esclavo,y en qu condiciones la persona
nacidalibre poda perder su libertad u obte-nerla de nuevo. En otras
palabras, elmismo derecho admita que algunaspersonas podan o deban
ser conside-radas propiedad de otra persona, lacual poda disponer
libremente deellas; el esclavo poda ser vendido ycomprado, cedido y
adquirido comouna mercanca.
Hoy, como resultado de un desarro-llo positivo de la conciencia
de la hu-
Mensaje del Papa Francisco para la prxima Jornada mundial de la
paz de 2015
No esclavos, sino hermanos
SIGUE EN LA PGINA 10
La explotacin del hombre por parte del hombre constituye una
llaga y unfenmeno abominable que pisotea los derechos fundamentales
de los dems yaniquila su libertad y dignidad. Lo escribe el Papa
Francisco en el mensaje para laJornada mundial de la paz de 2015
dedicado al tema No esclavos, sinohermanos invitando a vencer la
indiferencia y a realizar gestos de fraternidad conlos que se
encuentran en un estado de sometimiento. En especial el Pontfice
lanzaun llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena
voluntad, y a todoslos que, de lejos o de cerca, incluso en los ms
altos niveles de las instituciones, sontestigos del flagelo de la
esclavitud contempornea, exhortndoles a que no seancmplices de este
mal y a que no aparten los ojos del sufrimiento de sus
hermanos.
Can y Abel (1084, panel de marfil de la catedral de Salerno,
Italia)
sus objetivos, la accin para derrotar aeste fenmeno requiere un
esfuerzoconjunto y tambin global por parte delos diferentes agentes
que conforman laso ciedad.
Los Estados deben vigilar para quesu legislacin nacional en
materia demigracin, trabajo, adopciones, deslo-calizacin de
empresas y comercializa-cin de los productos elaborados me-diante
la explotacin del trabajo, respe-te la dignidad de la persona. Se
necesi-tan leyes justas, centradas en la personahumana, que
defiendan sus derechosfundamentales y los restablezcan cuan-do son
pisoteados, rehabilitando a lavctima y garantizando su
integridad,as como mecanismos de seguridad efi-caces para controlar
la aplicacin co-rrecta de estas normas, que no dejen es-pacio a la
corrupcin y la impunidad.Es preciso que se reconozca tambin elpapel
de la mujer en la sociedad, traba-jando tambin en el plano cultural
y dela comunicacin para obtener los resul-tados deseados.
Las organizaciones intergubernamenta-les, de acuerdo con el
principio de sub-sidiariedad, estn llamadas a implemen-tar
iniciativas coordinadas para lucharcontra las redes transnacionales
del cri-men organizado que gestionan la tratade personas y el
trfico ilegal de emi-grantes. Es necesaria una cooperacinen
diferentes niveles, que incluya a lasinstituciones nacionales e
internaciona-les, as como a las organizaciones de lasociedad civil
y del mundo empresarial.
Las e m p re s a s 6, en efecto, tienen el de-ber de garantizar
a sus empleados con-diciones de trabajo dignas y salariosadecuados,
pero tambin han de vigilarpara que no se produzcan en las cade-nas
de distribucin formas de servi-dumbre o trata de personas. A la
res-ponsabilidad social de la empresa hayque unir la
responsabilidad social del con-s u m i d o r. Pues cada persona
debe serconsciente de que comprar es siempreun acto moral, adems de
econmico7.
Las organizaciones de la sociedad civil,por su parte, tienen la
tarea de sensibi-lizar y estimular las conciencias acercade las
medidas necesarias para combatiry erradicar la cultura de la
esclavitud.
En los ltimos aos, la Santa Sede,acogiendo el grito de dolor de
las vcti-mas de la trata de personas y la voz delas congregaciones
religiosas que lasacompaan hacia su liberacin, ha mul-tiplicado los
llamamientos a la comuni-dad internacional para que los
diversosactores unan sus esfuerzos y cooperenpara poner fin a esta
plaga8. Adems,se han organizado algunos encuentroscon el fin de dar
visibilidad al fenme-no de la trata de personas y facilitar
lacolaboracin entre los diferentes agen-tes, incluidos expertos del
mundo aca-dmico y de las organizaciones interna-cionales,
organismos policiales de losdiferentes pases de origen, trnsito
ydestino de los migrantes, as como re-presentantes de grupos
eclesiales quetrabajan por las vctimas. Espero queestos esfuerzos
continen y se redoblenen los prximos aos.
Globalizar la fraternidad,no la esclavitudni la indiferencia
6. En su tarea de anuncio de la ver-dad del amor de Cristo en la
socie-dad9, la Iglesia se esfuerza constante-
todas las personas estn por naturalezarelacionadas con las dems,
de las quese diferencian pero con las que compar-ten el mismo
origen, naturaleza y dig-nidad. Gracias a ello la f ra t e r n i d
a d c re ala red de relaciones fundamentales parala construccin de
la familia humanacreada por Dios.
Por desgracia, entre la primera crea-cin que narra el libro del
Gnesis y elnuevo nacimiento en Cristo, que hace delos creyentes
hermanos y hermanas del
rechos fundamentales, la institucionali-zacin de la desigualdad.
De ah la ne-cesidad de convertirse continuamente ala Alianza,
consumada por la oblacinde Cristo en la cruz, seguros de quedonde
abund el pecado, sobreabun-d la gracia... por Jesucristo (Rm
5,20.21). l, el Hijo amado (cf. Mt 3, 17),vino a revelar el amor
del Padre por lahumanidad. El que escucha el evange-lio, y responde
a la llamada a la con-versin, llega a ser en Jess hermano yhermana,
y madre (Mt 12, 50) y, por
manidad, la esclavitud, crimen de lesahumanidad4, est
oficialmente abolidaen el mundo. El derecho de toda per-sona a no
ser sometida a esclavitud ni aservidumbre est reconocido en el
dere-cho internacional como norma indero-gable.
Sin embargo, a pesar de que la co-munidad internacional ha
adoptado di-versos acuerdos para poner fin a la es-clavitud en
todas sus formas, y ha dis-puesto varias estrategias para
combatireste fenmeno, todava hay millones depersonas nios, hombres
y mujeres detodas las edades privados de su liber-tad y obligados a
vivir en condicionessimilares a la esclavitud.
Me refiero a tantos trabajadores y tra-bajadoras, incluso
menores, oprimidos demanera formal o informal en todos lossectores,
desde el trabajo domstico alde la agricultura, de la industria
manu-facturera a la minera, tanto en los pa-ses donde la legislacin
laboral nocumple con las mnimas normas y es-tndares
internacionales, como, aunquede manera ilegal, en aquellos cuya
le-gislacin protege a los trabajadores.
Pienso tambin en las condicionesde vida de muchos emigrantes
que, ensu dramtico viaje, sufren el hambre,se ven privados de la
libertad, despoja-dos de sus bienes o de los que se abusafsica y
sexualmente. En aquellos que,una vez llegados a su destino despusde
un viaje dursimo y con miedo e in-seguridad, son detenidos en
condicio-nes a veces inhumanas. Pienso en losque se ven obligados a
la clandestini-dad por diferentes motivos sociales,polticos y
econmicos, y en aque-llos que, con el fin de permanecerdentro de la
ley, aceptan vivir ytrabajar en condiciones inad-misibles, sobre
todo cuandolas legislaciones nacionalescrean o permiten una
depen-dencia estructural del trabaja-dor emigrado con respecto
alempleador, como por ejemplocuando se condiciona la lega-lidad de
la estancia al contra-to de trabajo... S, pienso enel trabajo
esclavo.
Pienso en las personas obli-gadas a ejercer la prostitucin,entre
las que hay muchos me-nores, y en los esclavos y escla-
santa Josefina Bakhita
y la amenaza, a ellos y a sus seres que-ridos, pero tambin a
travs de mediosmateriales, como la confiscacin de do-cumentos de
identidad y la violencia f-sica. La actividad de las
congregacionesreligiosas se estructura principalmenteen torno a
tres acciones: la asistencia alas vctimas, su rehabilitacin bajo
elaspecto psicolgico y formativo, y sureinsercin en la sociedad de
destino ode origen.
Este inmenso trabajo, que requierecoraje, paciencia y
perseverancia, mere-ce el aprecio de toda la Iglesia y de
lasociedad. Pero, naturalmente, por s so-lo no es suficiente para
poner fin al fla-gelo de la explotacin de la personahumana. Se
requiere tambin un triplecompromiso a nivel institucional de
pre-vencin, proteccin de las vctimas yaccin judicial contra los
responsables.Adems, como las organizaciones crimi-nales utilizan
redes globales para lograr
vas sexuales; en las mujeres obligadas acasarse, en aquellas que
son vendidascon vistas al matrimonio o en las entre-gadas en
sucesin, a un familiar des-pus de la muerte de su marido, sin
te-ner el derecho de dar o no su consenti-miento.
No puedo dejar de pensar en los ni-os y adultos que son vctimas
del t r f i c oy comercializacin para la extraccin de rg a n o s ,
para ser reclutados como solda-dos, para la mendicidad, para
actividadesilegales como la produccin o venta ded ro g a s , o para
formas encubiertas deadopcin internacional.
Pienso finalmente en todos los se-cuestrados y encerrados en
cautividadpor grupos terroristas, puestos a su ser-vicio como
combatientes o, sobre todolas nias y mujeres, como esclavas
se-xuales. Muchos de ellos desaparecen,otros son vendidos varias
veces, tortura-dos, mutilados o asesinados.
Junto a esta causa ontolgica re -chazo de la humanidad del otro
hayotras que ayudan a explicar las formascontemporneas de la
esclavitud. Merefiero en primer lugar a la p o b re z a ,
alsubdesarrollo y a la exclusin, especial-mente cuando se combinan
con la faltade acceso a la educacin o con una reali-dad
caracterizada por las escasas, por nodecir inexistentes,
oportunidades de traba-jo. Con frecuencia, las vctimas de latrata y
de la esclavitud son personasque han buscado una manera de salirde
un estado de pobreza extrema, cre-yendo a menudo en falsas promesas
detrabajo, para caer despus en manos deredes criminales que
trafican con los se-res humanos. Estas redes utilizan hbil-mente
las modernas tecnologas infor-mticas para embaucar a jvenes y ni-os
en todas las partes del mundo.
Entre las causas de la esclavitud hayque incluir tambin la
corrupcin de
Algunas causas profundas dela esclavitud
4. Hoy como ayer, en la raz de laesclavitud se encuentra una
concepcinde la persona humana que admite elque pueda ser tratada
como un objeto.Cuando el pecado corrompe el coraznhumano, y lo
aleja de su Creador y desus semejantes, stos ya no se ven comoseres
de la misma dignidad, como her-manos y hermanas en la humanidad,
si-no como objetos. La persona humana,creada a imagen y semejanza
de Dios,queda privada de la libertad, mercanti-lizada, reducida a
ser propiedad deotro, con la fuerza, el engao o la cons-triccin
fsica o psicolgica; es tratadacomo un medio y no como un fin.
-
pgina 10 LOSSERVATORE ROMANO viernes 12 de diciembre de 2014,
nmero 50
Mensaje para la prximaJornada mundial de la paz
VIENE DE LA PGINA 9
El Papa denuncia las diversas formas de esclavitud moderna
Crimen de lesa humanidad
Trabajaremos juntos para erradicarel terrible flagelo de la
esclavitudmoderna en todas sus formas: elPapa Francisco se uni a
otros lderesreligiosos con ocasin del congresoorganizado por el
Global FreedomNetwork el martes 2 de diciembre enla Casina Po IV en
el Vaticano. Latrata de personas, el trabajo forzado,la
prostitucin, el trfico de rganos,dijo el Pontfice en espaol, sonun
crimen de lesa humanidad.
Seoras y seores:Agradezco a todos los lderes reli-
giosos aqu reunidos por su com-promiso en favor de los
sobrevivien-tes de la trata de personas, y a to-dos los presentes
por su intensaparticipacin en este acto de frater-nidad
especialmente para con losms sufridos de nuestros
hermanos.Inspirados por nuestras confesionesde fe, hoy nos hemos
reunido conmotivo de una iniciativa histrica yde una accin
concreta: declararque trabajaremos juntos para erradi-car el
terrible flagelo de la esclavi-tud moderna en todas sus formas.
La explotacin fsica, econmica,sexual y psicolgica de
hombres,mujeres y nios y nias actualmenteencadena a decenas de
millones depersonas a la deshumanizacin y ala humillacin. Cada ser
humano,hombre, mujer, nio, nia es ima-gen de Dios. Dios es amor y
liber-tad que se dona en relaciones inter-personales, as cada ser
humano esuna persona libre destinada a existirpara el bien de otros
en igualdad yfraternidad. Cada una y todas laspersonas son iguales
y se les debereconocer la misma libertad y lamisma dignidad.
Cualquier relacindiscriminante que no respete la con-viccin
fundamental que el otro escomo uno mismo constituye un de-lito, y
tantas veces un delito abe-rrante.
Por eso, declaramos en nombrede todos y de cada uno de
nuestroscredos que la esclavitud moderna,en trmino de trata de
personas,trabajo forzado, prostitucin, explo-tacin de rganos, es un
crimen delesa humanidad. Sus vctimas sonde toda condicin, pero las
ms ve-ces se hayan entre los ms pobres yvulnerables de nuestros
hermanos yhermanas.
En nombre de ellos y ellas, queestn llamando a la accin a
nues-tras comunidades de fe, y sin excep-cin rechazan completamente
todaprivacin sistemtica de la libertadindividual con fines de
explotacinpersonal o comercial, en nombre deellos hacemos esta
declaracin.
A pesar de los grandes esfuerzosde muchos, la esclavitud
modernasigue siendo un flagelo atroz queest presente a gran escala
en todoel mundo, incluso como turismo.Este crimen de lesa humanidad
seenmascara en aparentes costumbresaceptadas, pero en realidad hace
susvctimas en la prostitucin, la tratade personas, el trabajo
forzado, eltrabajo esclavo, la mutilacin, laventa de rganos, el mal
uso de ladroga, el trabajo de nios. Se ocul-ta tras puertas
cerradas, en domici-lios particulares, en las calles, enautomviles,
en fbricas, en cam-pos, en barcos pesqueros y en mu-chas otras
partes. Y esto ocurre tan-to en ciudades como en aldeas, enlas
villas de emergencia de las na-ciones ms ricas y ms pobres
delmundo. Y lo peor, es que tal situa-cin, desgraciadamente, se
agravacada da ms.
Llamamos a la accin a todas laspersonas de fe y a sus lderes, a
losGobiernos, y a las empresas, a to-dos los hombres y mujeres de
bue-na voluntad, para que brinden suapoyo frreo y se sumen al
movi-miento contra de la esclavitud mo-derna, en todas sus
formas.
Sostenidos por los ideales denuestras confesiones de fe y
nues-tros valores humanos compartidos,todos podemos y debemos
levantarel estandarte de los valores espiri-tuales, el esfuerzo
mancomunado, lavisin liberadora de manera de erra-dicar la
esclavitud de nuestro plane-ta.
Pido al Seor nos conceda hoy lagracia de convertirnos nosotros
mis-mos en el prjimo de cada persona,sin excepcin, y de brindarle
ayudaactivamente siempre que se cruce ennuestro camino, se trate ya
de unanciano abandonado por todos, untrabajador injustamente
esclavizadoy despreciado, una refugiada o refu-giado atrapado por
los lazos de lamala vida, un joven o una jovenque camine por las
calles del mun-do vctima del comercio sexual, unhombre o una mujer
prostituida conengaos por gente sin temor deDios, un nio o una nia
mutiladade sus rganos, que llaman nuestrasconciencias haciendo eco
de la vozdel Seor: Les aseguro que cadavez que lo hicieron con uno
de mishermanos, lo hicieron conmigo.
Queridos amigos, gracias por estareunin, gracias por este
compromi-so transversal que nos comprometea todos. Todos somos
reflejo de laimagen de Dios y estamos conven-cidos que no podemos
tolerar quela imagen del Dios vivo sea someti-da a la trata ms
aberrante.
Muchas gracias.
mente en las acciones de carctercaritativo partiendo de la
verdad so-bre el hombre. Tiene la misin demostrar a todos el camino
de laconversin, que lleve a cambiar elmodo de ver al prjimo, a
recono-cer en el otro, sea quien sea, a unhermano y a una hermana
en la hu-manidad; reconocer su dignidad in-trnseca en la verdad y
libertad, co-mo nos lo muestra la historia de Jo-sefina Bakhita, la
santa provenientede la regin de Darfur, en Sudn,secuestrada cuando
tena nueveaos por traficantes de esclavos yvendida a dueos feroces.
A travsde sucesos dolorosos lleg a serhija libre de Dios, mediante
la fevivida en la consagracin religiosa yen el servicio a los dems,
especial-mente a los pequeos y dbiles. Es-ta santa, que vivi entre
los siglosXIX y XX, es hoy un testigo ejemplarde esperanza10 para
las numerosasvctimas de la esclavitud y un apoyoen los esfuerzos de
todos aquellosque se dedican a luchar contra estallaga en el cuerpo
de la humani-dad contempornea, una herida enla carne de
Cristo11.
En esta perspectiva, deseo invitara cada uno, segn su puesto y
res-ponsabilidades, a realizar gestos defraternidad con los que se
encuen-tran en un estado de sometimiento.Preguntmonos, tanto
comunitariacomo personalmente, cmo nos sen-timos interpelados
cuando encon-tramos o tratamos en la vida coti-diana con vctimas de
la trata depersonas, o cuando tenemos queelegir productos que con
probabili-dad podran haber sido realizadosmediante la explotacin de
otraspersonas. Algunos hacen la vistagorda, ya sea por
indiferencia, oporque se desentienden de las preo-cupaciones
diarias, o por razoneseconmicas. Otros, sin embargo,optan por hacer
algo positivo, parti-cipando en asociaciones civiles ohaciendo
pequeos gestos cotidia-
nos que son tan valiosos, comodecir una palabra, un saludo,
unbuenos das o una sonrisa, queno nos cuestan nada, pero que
pue-den dar esperanza, abrir caminos,cambiar la vida de una persona
quevive en la invisibilidad, e inclusocambiar nuestras vidas en
relacincon esta realidad.
Debemos reconocer que estamosfrente a un fenmeno mundial
quesobrepasa las competencias de unasola comunidad o nacin. Para
de-rrotarlo, se necesita una moviliza-cin de una dimensin
comparablea la del mismo fenmeno. Por estarazn, hago un llamamiento
urgen-te a todos los hombres y mujeres debuena voluntad, y a todos
los que,de lejos o de cerca, incluso en losms altos niveles de las
institucio-nes, son testigos del flagelo de laesclavitud
contempornea, para queno sean cmplices de este mal, paraque no
aparten los ojos del sufri-miento de sus hermanos y hermanasen
humanidad, privados de libertady dignidad, sino que tengan el
valorde tocar la carne sufriente de Cris-to12, que se hace visible
a travs delos numerosos rostros de los que lmismo llama mis
hermanos mspequeos (Mt 25, 40.45).
Sabemos que Dios nos pedir acada uno de nosotros: Qu has he-cho
con tu hermano? (cf. Gn 4, 9-10). La globalizacin de la
indife-rencia, que ahora afecta a la vida detantos hermanos y
hermanas, nospide que seamos artfices de unaglobalizacin de la
solidaridad y dela fraternidad, que les d esperanzay los haga
reanudar con nimo elcamino, a travs de los problemasde nuestro
tiempo y las nuevasperspectivas que trae consigo, y queDios pone en
nuestras manos.
Vaticano, 8 de diciembre de 2014
1 N. 1.2 Mensaje para la Jornada mundial de la paz de 2014, 2.3
Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 11.4 Cf. Discurso a la Asociacin
internacional de derecho penal, 23 de octu-bre de 2014:
LOsservatore Romano, ed. lengua espaola, 31 de octubre de2014, p.
8.5 Discurso a los participantes en el encuentro mundial de los
movimientospopulares, 28 de octubre de 2014: LOsservatore Romano,
ed. lengua espa-ola, 31 de octubre de 2014, p. 3.6 Cf. PONTIFICIO
CONSEJO JUSTICIA Y PA Z , La vocazione del leader di m p re s a
.Una riflessione, Miln y Roma, 2013.7 BENEDICTO XVI, Cart. enc.
Caritas in veritate, 66.8 Cf. Mensaje al sr. Guy Ryder, Director
general de la Organizacin inter-nacional del trabajo, con motivo de
la sesin 103 de la Conferencia de laO I T, 22 de mayo de 2014:
LOsservatore Romano, ed. lengua espaola, 6 dejunio de 2014, p. 3.9
BENEDICTO XVI, Carta. enc. Caritas in veritate, 5.10 A travs del
conocimiento de esta esperanza ella fue re d i m i d a , ya nose
senta esclava, sino hija libre de Dios. Entendi lo que Pablo quera
de-cir cuando record a los Efesios que antes estaban en el mundo
sin espe-ranza y sin Dios (BENEDICTO XVI, carta. enc. Spe salvi,
3).11 Discurso a los participantes en la II Conferencia
internacional sobre laTrata de personas: Church and Law Enforcement
in partnership, 10 deabril de 2014: LOsservatore Romano, ed. lengua
espaola, 11 de abril de2014, p. 9; cf. Exhort. ap. Evangelii
gaudium, 270.12 Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24; 270.
-
nmero 50, viernes 12 de diciembre de 2014 LOSSERVATORE ROMANO
pgina 11
Misa del Pontfice en Santa MartaSin maquillajesobre la roca
De la tentacin de mucha gentebuena a ser cristiano slo de
apa-riencia, llevando encima el maqui-llaje que se cae con la
primera llu-via, alert el Papa Francisco en lamisa que celebr el
jueves 4 de di-ciembre en la capilla de la Casa San-ta Marta. Y
volvi a proponer el tes-timonio de muchos cristianos confundamento,
que construyen su vi-da sobre la roca de Jess y vivenla santidad
oculta, da tras da.
Hoy en ambas lecturas tomadasdel libro de Isaas (26, 1-6) y
delEvangelio de san Mateo (7, 21.24-27) la Iglesia, observ
inmediata-mente el Papa Francisco, habla dela fuerza de un
cristiano y de la de-bilidad; de roca y de arena. Enefecto, el
cristiano es fuerte cuandono slo dice que lo es, sino cuandovive su
vida como cristiano, cuandopone en prctica la doctrina cristia-na,
las palabras de Dios, los manda-mientos, las bienaventuranzas.
Elpunto central es, de hecho, poneren prctica.
En cambio, destac el Papa,existen cristianos de apariencia
so-lamente: personas que se maquillande cristianos y en el momento
de laprueba tienen solamente el maquilla-je. Y sabemos qu sucede a
unamujer maquillada cuando va por lacalle y comienza a llover y no
tieneparaguas: todo se cae, las aparien-cias caen por los suelos.
La del ma-quillaje, por lo dems, es una ten-tacin reconoci el Papa
Francisco.Por ello no es suficiente decir soycristiano, Seor, para
serlo verda-deramente. Es Jess mismo quiendice que no basta repetir
Seor!Seor! para entrar en su reino. Senecesita cumplir la voluntad
delPadre y poner en prctica la Pala-bra. He aqu, por lo tanto, la
dife-rencia entre el cristiano coherentey el cristiano slo de
apariencia.
Por lo dems, explic el Pontfice,es claro cmo nos ama el
Seor.Ante todo, un cristiano de vida es-t fundado sobre la roca.
Por lodems, Pablo lo dice claramentecuando habla del agua que sala
dela roca en el desierto: la roca eraCristo, la roca es Cristo. Por
lotanto, lo nico que cuenta es estarfundado solamente en la persona
deJess, en el seguimiento de Jess,por el camino de Jess. El
PapaFrancisco confes que encontrmuchas veces gente no mala,
gentebuena, pero que es vctima de estamana de la cristiandad de las
apa-riencias. Gente que de s mismadice soy de una familia muy
catli-ca; soy miembro de esa asociacin ytambin bienhechor de
aquellaotra. Pero, segn el Papa, la verda-dera pregunta que hay que
planteara estas personas es: dime, tu vidaest fundada en Jess? Dnde
esttu esperanza? en esa roca o en estasp ertenencias?.
Por eso la importancia de estarfundado sobre la roca. Por lo
de-ms, hemos visto a muchos cristia-nos de apariencias que caen
ante laprimera tentacin, o sea, ante la llu-via. En efecto, cuando
los ros sedesbordan, cuando los vientos so-
plan las tentaciones y las pruebasde la vida un cristiano de
aparien-cia cae, porque all no hay funda-mento, no hay roca, no est
Cristo.Por otro lado, en cambio, estn losnumerosos santos que
tenemos enel pueblo de Dios no necesaria-mente canonizados, pero
santosmuchos hombres y mujeres que rea-lizan su vida en Cristo, que
ponenen prctica los mandamientos, po-nen en prctica el amor de
Jess.Muchos!.
El Papa quiso recordar el testimo-nio de ellos. Pensemos dijo
enlos ms pequeos; los enfermos queofrecen sus sufrimientos por la
Igle-sia, por los dems. Y, tambin,pensemos en tantos ancianos
solosque rezan y ofrecen. Pensemos entantas mams y padres de
familiaque llevan adelante con mucho tra-bajo su familia, la
educacin de loshijos, el trabajo cotidiano, los pro-blemas, pero
siempre con la esperan-za en Jess y que no se pavonean,sino que
hacen lo que pueden.
En verdad, afirm el Papa Fran-cisco, existen santos de la vida
coti-
llados. Dice de nuevo Isaas: Haabatido a la ciudad elevada, la
haabatido hasta el suelo, hasta tocar elpolvo. Precisamente as
terminanlos cristianos de apariencia destacel Papa volviendo a
proponer laimagen de Isaas: por una parte lasruinas de una ciudad y
despus laotra ciudad, la otra casa, firme, ro-busta porque est
fundada sobre ro-ca.
El pasaje de Isaas sugiri al PapaFrancisco otra reflexin. Los
lti-mos dos versculos de la primera lec-tura me hicieron pensar
dijo. Lareferencia es a esta ciudad que ca-y, esta ciudad vanidosa,
esta ciudadque no estaba fundada sobre la rocade Cristo. Se lee en
efecto: La pi-sarn los pies, los pies del oprimido,los pasos de los
pobres. Es una ex-presin, afirm, que tiene olor avenganza. S,
parece una vengan-za, pero no es venganza.
Tambin la Virgen, en su canto,lo haba dicho: l ha derribado
deltrono a los poderosos, ha humilladoa los soberbios. Y los pobres
se-rn los que triunfarn, los pobres de
lo somos. As, cuando alguno deestos cristianos comete algn
pecadograve luego se arrepiente, pide per-dn: y esto es grande.
Significatener la capacidad de pedir perdn;de no confundir pecado
con virtud;de saber bien dnde est la virtud ydnde est el pecado.
Tambin deesto se entiende que son cristianosfundados sobre la roca
y la roca esCristo: siguen el camino de Jess, lesiguen a l.
En la primera lectura, explic elPontfice, Isaas habla de una
ciu-dad fuerte que tiene salvacin, quesigue a Dios, que es justa:
un pue-blo fuerte. La ciudad es un pueblo.Un pueblo fuerte. Su
voluntad esfirme y Dios le asegura la paz: pazpara quien confa en
l. Y luegoaade: Confiad en el Seor siem-pre, porque el Seor es la
roca per-petua, porque l dobleg a los habi-tantes de la altura. Y,
por eso, co-ment el Papa Francisco, los sober-bios, los vanidosos,
los cristianos deapariencia sern doblegados, humi-
espritu, los que ante Dios se sienteninsignificantes, los
humildes quellevan adelante la salvacin ponien-do en prctica la
Palabra del Se-or. En cambio, repiti el PapaFrancisco, todo lo dems
es apa-riencia: hoy estamos, maana ya noestaremos. Y cit a san
Bernardo:piensa, hombre, qu ser de ti, co-mida de gusanos. Porque
nos co-mern los gusanos a todos y si notenemos esta roca,
acabarem