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5 Educ Control Social

Jul 06, 2018

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Yeison Infante
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  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    1/16

    'VOO

    V O

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    2/16

    La Educación como forma de Control Social 1 Educación como

    control y control

    como

    educación. La Obediencia. La Disciplina.

    IV

    La función reproductora de

    la

    Escuela:

    a

    escolaridad y acceso

    al

    poder. b los

    textos

    escolares: aprender a aceptar.

    e las

    actitudes de

    los maestros y

    la

    estigmatización: de

    la

    escuela a

    la

    cárcel. V La

    Teoría

    Crítica del Control Social: maestros y criminólogos.

    l.

    EDUCACION COMO CONTROL Y CONTROL COMO EDUCA-

    CION:

    Parece ser

    cierto,

    como dice Foucault, que hay una especie de de-

    sinversión por parte del Estado

    en

    el

    ejercicio directo del poder;

    un

    po-

    der que

    no

    puede ya permitirse, ni económica ni socialmente,

    el

    lujo

    de

    ejercer en forma omnipresente. Obligado a economizar ese ejercicio, en

    vez de vigilar directa y constantemente al individuo, organiza las cosas

    para poder intervenir en

    el

    momento que juzgue más importante para la

    defensa de sus intereses básicosl. Si esto es así, entonces la mirada debe

    dirigirse más bien a las instituciones que se encargan de administrar, en

    lugar del Estado, ese poder.

    Este ejercicio del poder,

    sea

    directo o

    indirecto,

    no es fácilmente

    discernible del

    control

    social. El

    control

    social

    no

    es

    otra

    cosa que un

    despliegue de tácticas, estrategias y fuerzas para la construcción de la

    hegemonía, esto es, para la búsqueda de la legitimación o aseguramiento

    del consenso; o, en su defecto, para

    el

    sometimiento forzado de los que

    1 SEMINARIO

    DE

    CRIMINOLOGIA CRITICA. Medellln, 24

    y

    25 de agosto 1g54

    1

    Vid. Foucault, Michel:

    Nuevo

    Orden

    Inter ior

    y Control

    social , en

    El Viejo

    Topo

    Extra

    7.

    s.f.

    se

    produce

    así, según Foucault, una cierta regulación espontánea que va a hacer

    que el

    orden social

    se autoengendre, se

    autocontrole

    el poder

    tendrá

    la posibilidad

    de

    intervenir

    lo

    menos

    posible y de la

    manera

    más discreta . Es ajeno a este

    espacio

    discutir

    si estas instituciones

    son

    o

    no

    parte del mismo

    Estado.

    Althuser,

    como se

    sabe, las

    deno-

    minaba

    Aparatos ideológicos

    del

    Estado .

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    3/16

    no •se integran a la ideología dominante2. Las fronteras con el poder

    mismo, están, pues, muy diluidas.

    El

    control

    así entendido, particularmente el informal,

    es

    una inten-

    sa

    y polifacética manera

    de

    educar a los individuos, y

    de

    este

    modo

    a

    las

    masas desde el nacimiento hasta

    la

    muerte.

    Es

    por lo tanto,

    muy

    difícil

    acceder a ubicar los 1 mites del concepto Educación , los cuales nos

    parecen totalmente convencionales. En realidad, se educa a través

    de

    to -

    dos los órganos del control social informal: la familia, la religión, la

    es-

    cuela, los medios de comunicación y

    de

    información3, la literatura y la

    subliteratura, la ciencia , etc. Estos que, por oposición a la Escuela, se

    han llamado agentes informales de la Educación . Con razón

    se

    dice

    que este

    control

    (que

    es

    educación o socialización ),

    está

    en

    toda

    la

    vida social: tanto en

    las

    leyes, como en las estructuras

    de

    poder, en las

    normas técnicas del tránsito, en los hábitos, en los tipos

    de

    vivienda, en

    los ritos, en lo que se puede y lo que no se puede comprar, en la estruc-

    tura

    clasista de las jerarqu ías4, en los automatismos de la rutina diaria.

    En el plano interno, ese mundo complejo

    de

    condicionamientos,

    tan estrechamente entretejido, configura una reglamentación íntima, lo

    que los psicoanalistas denominarían el Superyo, y los religiosos la con-

    ciencia .

    En su plano externo, la vida social determinada por lo establecido,

    es

    tan profunda e insidiosamente normativa como la Escuela.

    Y,

    como

    en

    la Escuela, hay, en esa menuda vida cotidiana que parece que no en-

    señara nada, conductas esperadas.

    Para su cumplimiento o incumplimiento hay calificaciones. Así, si

    hay integración, la conducta será aprobada . Y reprobada

    si

    aquella

    o se produce. Son los exámenes de

    la

    vida fuera

    de

    la

    escuela, para

    los que la escuela misma también prepara.

    Si no se aprueQa el examen hay, también como en la escuela, el de•

    recho a reparación: para eso están las instituciones correccionales y

    de

    tratamiento,

    que cc¡:m acierto Baratta5 considera el otro extremo del

    contínuo educativo;

    por

    eso, entre todos los términos eufemísticamente

    utilizados (rehabilitación, reintegración, etc.), el de reeducación

    es

    el

    que nos parece más coherente con lo sistemático del Control Social.

    Así, pues, parece posible hablar

    de

    educación como algo que

    se

    2. Vid. AnJyar de

    c.,

    L

    Conocimiento

    y Orden Social: Criminología como Legitimación

    y

    CrlmJnolog{a de la Liberación, Maracalbo,

    Instituto

    de Criminología, 1981, en donde he-

    mos desarrollado este concepto.

    3. Algunos diferencian los primeros de los últimos, considerando que los de Información no

    permiten dialogar,

    como

    serían

    Jos

    Impresos y los audiovisuales.

    Vid. Albornoz,

    Orlando:

    La Familia y la

    Educación

    del Venezolano, Ediciones de la Biblioteca de la

    ucv,

    Cara-

    cas, 1984.

    4.

    Cfr. Albornoz,

    ob. cit.

    p.

    31.

    5. Baratta, Alessandro: Crlmlno\ogla Critica e Critica del Dlrlt to Penale, Bologna, 11 M u

    li-

    no, 1982

    pp.

    173 ss.

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    4/16

    produce

    en

    diversas instancias. Esas instancias son múltiples, y sólo una

    de ellas

    es

    la

    escuela.

    Que los agentes informales

    de

    la educación sean

    más

    eficientes que

    la

    escuela,

    es

    discutible. Si bien

    es

    cierto que aquellos actúan en

    mayor

    número, más veces, por más tiempo6 también

    es

    cierto que

    la

    escuela

    tiene un impacto especial por tratarse de emisión de mensajes que

    de-

      enaprenderse, a los que se vuelve repetidas

    veces

    para memorizar. A

    su

    vez, este aprendizaje se recicla

    en

    los maestros y

    en

    los padres, produ

    ciéndose un efecto de retroalimentación que consolida el mensaje7. La

    periodicidad,

    la

    programación, y la continuidad que la caracterizan, y

    podríamos agregar,

    su

    estereotipia, ya que

    es

    de contenido casi invaria

    ble en

    el

    tiempo

    le dan una potencialidad efectiva especial. Por otra

    parte, el espacio vital que absorbe

    es

    muy grande. En Venezuela, de un

    total

    de 105 horas semanales de vigilia,

    el

    niño está 30 horas sometido

    al efecto del sistema escolar, durante 32 de

    las 52 semanas

    del añoS. El

    resto del

    tiempo estará sometido al impacto de los otros agentes del

    control.

    Si

    algo

    ha

    sido demostrado

    es

    que

    la

    interacción

    de

    los órganos del

    control social

    es casi

    perfecta.

    Las

    contradicciones entre lo que transmi

    te

    esa

    unidad esencial ísima de la educación que

    es

    la familia, o la iglesia,

    o la Televisión, o la literatura infantil etc., y por supuesto, las institu-

    ciones de tratamiento son prácticamente inexistentes. La sistematiza

    ción es, pues, muy grande. Sobre esto insistiremos

    más

    adelante.

    Si no bastara demostrar la sistematización ideológica de esta edu

    cación-control-consenso, sería suficiente analizar cómo funciona

    la sis-

    tematización orgánica de las instituciones del orden disciplinario

    en

    to-

    dos

    sus

    niveles: la escuela,

    el

    ejército,

    las

    cárceles, los hospitales,

    la

    re

    creación, el transporte, el espacio para habitar. Por ejemplo, así como

    hay escuelas privadas para ricos y escuelas masivas para pobres, hay hos

    pitales selectos para ricos y hospitales masivos para pobres, transporte

    masivo para pobres e individualizado para ricos, recreación masiva para

    pobres y recreación individualizada para ricos9. Esto

    en

    lo que se refiere

    a las instituciones no compulsivas. En cuanto a las compulsivas cárceles

    y ejército) estas son sólo para los pobres, y por lo tanto son masivas.

    Lo

    mismo sucede con

    el

    espacio habitable: en Venezuela, hay un

    promedio de 7m2 por persona de habitación, para las

    clases

    marginales,

    y 35 m2 por persona para las más favorecidas.

    6. Cfr. Albornoz ob. cit. p 28

    7.

    Cfr. Calero

    Mercedes,

    Díaz

    Jes Js y

    otros: Los Textos

    Escolares en

    Primaria.

    Cuadernos

    de

    Educación 16

    junio

    1974

    Ed. del

    Laboratorio Educativo

    Caracas.

    8.

    Vid. Albornoz

    ob. cit. p 28.

    9.

    Vid. Albornoz OD

    cit. p

    31

    SS

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    5/16

    11 LA OBEDIENCIA:

    Este universo tan bien organizado

    se

    construye en

    torno

    a un con

    cepto central:

    la

    obediencia,

    Control

    Social y producción de obediencia

    son la misma cosa.

    La obediencia tiene una historia bastante larga y, en ella, está vin·

    culada a justificaciones y argumentos tan irracionales como los que pro·

    vee

    la religión.

    Sabemos que en la antiguedad el hombre introyectaba las leyes co·

    mo parte

    de

    su propia existencia, la cual era desvinculable

    de

    la esencia

    misma de la ciudad o polis. La obediencia, entonces, se autojustificaba.

    Normas, ciudad e

    individuo

    eran

    la

    misma cosa.

    Es el

    momento

    del

    POS griego.

    La aparición del cristianismo marca la distinción entre

    el

    poder

    mismo y el origen del poder, atribuyendo este último a la divinidad. La

    docilidad y

    el

    acatamiento son, a partir de entonces,

    el

    eje de una razón

    extraterrena: "Someteos todos a las autoridades que os gobiernan.

    Pues

    no hay autoridad que no proceda de Dios

    estipulaba San

    Pablo en

    Romanos XlllO.

    El que obedece,

    es

    decir,

    el

    que obra bien, no debe temer a

    la

    auto·

    ridad.

    Se

    produce así una confusión entre

    l

    obedienci y el bien que

    nunca más desaparecerá. Para Lutero, también

    el

    poder había sido dis•

    puesto por Dios para hacer frente a la amenaza del mal. Dios aparece,

    de este modo, justificando

    al

    juez,

    al

    policía y al verdugo

    11

    .

    Durante

    el

    Iluminismo,

    en

    cambio, las teorías del contrato social

    sustituyen a Dios; y ratifican la necesidad

    de

    una obediencia que sería

    anterior

    a

    la

    misma existencia de

    las

    leyes civiles, ya que los hombres

    se

    obligarían a obedecer aún antes de conocer la ley. La obediencia

    es

    pues, ex nte y no cuestionadora.

    Esa

    obediencia va a ser ratificada en la época contemporánea

    po1r

    todos los mensajes de un control social mucho más sofisticado: aquellos

    que

    no

    se presentan como mandatos (como sería el caso de

    las

    leyes) si·

    no como algo que emana "casi naturalmente de la naturaleza misma de

    las

    cosas". En los

    textos

    escolares esto

    es

    paradigmático. En ellos encon

    tramos que ser obediente es la primera virtud. El mensaje

    se

    refuerza

    mediante la atribución de roles muy concretos y de apariencia natural .

    Así, de estos

    textos se

    desprende,

    como lo

    demostró una investigación

    venezolana, que los hijos deben obedecer, los alumnos aprender, los

    padres alimentar y educar {nótese la correspondencia

    de

    ambas funcio-

    10. Cit.

    por

    Lynch, Enrique: Obedientes en el VIejo Topo Extra¡7, Madrid, Barcelona, s.

    f.

    Este

    autor Informa

    ampliamente sobre los

    orígenes

    históricos

    de la

    obediencia.

    11 lbld.

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    6/16

    nes), los maestros enseñar y las autoridades hacer cumplir la ley y

    el

    or-

    den 12. Obediencia, educación : alimentación, y coacción, pues, son la

    misma cosa. De esos textos igualmente

    se

    deduce que la normatividad es

    el mundo

    real y que la máxima felicidad y

    el

    sumo bien están en acomo-

    darse a

    las

    normas establecidas, que

    se

    suponen perfectas. Salirse de este

    cuadro mental y social, como demuestran los investigadores citados,

    equivale a ser delincuentes. Así,

    la

    mujer que trabaja

    es

    alguien

    que

    abandona a

    sus

    hijos ;

    el

    niño que no

    va

    a la escuela es un delincuente

    en

    potencia , y la huelga es un sabotaje , la rebelión frente a los roles

    es inaceptable.

    111

    LA DISCIPLINA:

    La disciplina es la gimnasia necesaria para la obediencia. Por Fou-

    cault, Melossi y Pavarini conocemos la extensión del universo disciplina-

    riol3. No

    es

    necesario, pues, extendernos en ello.

    La

    Escuela es tal vez

    el más

    insidioso agente disciplinario. En nuestras escuelas

    se

    califica,

    normalmente, al lado

    de la Aplicación

    o el Aprovechamiento ,

    la

    Disciplina

    o Buena

    Conducta ,

    como un elemento esencial

    de

    la

    for-

    mación del alumno.

    El

    niño disciplinado

    es

    el

    mejor de

    los niños.

    La misma Escuela está disciplinada.

    Como

    dice

    Trilla,

    lo

    que

    en la

    escuela puede hacerse queda perfectamente definido por leyes, órdenes,

    decretos y resoluciones sobre

    objetivos contenidos programas méto-

    dos horarios calendarios niveles lugares edificios y dimensiones ins-

    trumentos y libros de texto títulos requisitos para pasar de un nivel a

    otros normativas sobre acceso a docencia planes de estudio asignatu-

    ras actividades recreativas sistemas de evafuación

    y

    exámenes recuRe-

    raciones gestión administración y dirección supervisión e inspecctón

    cuotas becas subvenciones

    .

    Su

    función

    es

    controlar

    el

    cuerpo,

    el

    gesto y la actividad del que debe aprender ; ocupar, rentabilizar y sec-

    cionar un tiempo para aprender , adjudicar y controlar un espacio pa-

    ra

    aprender ; programar lo que

    se

    debe aprender y cómo

    se

    debe

    aprender

    controlar

    la

    institución

    para que

    esta

    controle a

    sus

    usua-

    rios. Que a unos

    se

    les enseñe con control a

    ser

    controlados y a otros a

    controlar l4.

    El examen mismo sería un instrumento de esta disciplina,

    porque jerarquiza, compara, clasifica y excluye; en definitiva, establece

    un sistema de juicios y sanciones,

    el

    cual, como dice Barthes, es un es-

    quema de poder15.

    12. VId.

    Calero, y

    otros, ob. cit.

    13. Foucault,

    M.: VIgilar y Castigar,

    México,

    Siglo XXI,

    1976;

    Melossl, D. y Pavarlnl, M.:

    Cárcel y

    Fábrica, México, Siglo XXI, 1981.

    14. Trilla, Jaume: El aprendizaje

    de la

    Disciplina

    en la Escuela

    Disciplinada ,

    en el

    VIejo

    Topo, Ob Cit.

    15.

    lbld.

    Barthes,

    Roland, cit. por Trilla.

    4

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    7/16

    Así, pues, la escuela controla el tiempo y el espacio, custodia y su-

    pervisa, administrando de esta manera la infancia y la adolescencia. L.a

    disciplina, que

    se

    aprende en la postura, las filas, el orden de las tareas,

    los márgenes en los cuadernos,

    la

    respuesta a los timbres u otras señales,

    tiene jerarquía

    en

    el

    sistema escolar venezolano. Hay, además, un

    jue IJo

    de castigos y premios que condiciona

    las

    motivaciones y determina tam-

    bién

    las

    exclusiones.

    IV. LA FUNCION REPRODUCTORA

    DE

    LA ESCUELA:

    a

    Escolaridad

    y

    acceso al poder

    La Escuela reproduce el sistema de

    clases

    de

    las

    más variadas for-

    mas. La

    más

    significativa tal vez,

    en

    América Latina,

    es

    la cantidad de

    personas en edad escolar que no tienen acceso a ella. En Venezuela,

    de unos 15.000.000 de habitantes) 1.000.000 aproximadamente no

    accede a la escuela.

    Si se considera que en nuestro continente el nivel de escolarización

    es el que determina

    las

    posibilidades de movilidad social vertical, nos en-

    contramos, pues, con un círculo vicioso: tener recursos es igual a eleva-

    dos niveles de instrucción e información, igual a posibilidades ocupacio-

    nales, igual a oportunidades de acceder a cargos directivos, igual a tener

    recursos. Esto se produce especialmente en los países con régimen de-

    mocrático representativo en los cuales las personas que administran.el

    poder poi ítico y gerencian los intereses del poder económico son reclu-

    tados entre los más ilustrados. En Venezuela, una Encuesta de la Ofici-

    na

    Central de Estadística e Informática hecha sobre unos 8 millones de

    personas16, arroja un resultado de 1 millón de analfabetas, 4 millones

    de

    personas con educación primaria y sólo

    428.585

    con educación

    su-

    perior. Dos millones y medio de hogares tenían medio millón de jefes

    de familia analfabetos, 1

    millón

    con escuela primaria y 150.000 con

    educación superior.

    Para

    1978/79 había 2.378.601 alumnos en edu( :a-

    ción primaria, 787.032

    en

    educación media, y 282.074 en la educación

    superiorl

    7 Es fácil pronosticar los diferentes roles que en la estratifica-

    ción social juegan las personas con los diversos niveles de escolaridad.

    Otra muestra de la selectividad del sistema escolar la tenemos en

    las

    cifras siguientes:

    Para 1977-78 Venezuela tenía 17.905 planteles escolares oficial:es

    y 1.818 colegios privados. De los 4.043.200 alumnos, 513.233 estaban

    16.

    Encuesta

    de Hogares por

    Muestreo

    cit. por Albornoz Orlando ob. cit.

    p.

    35

    de quiien

    hemos

    tomado esta Información.

    17. VId.

    Actas de Nutrición del Instituto Nacional de

    Nutrición

    Venezuela

    1983

    que repro·

    duce

    un

    cuadro del Anuario Estadístico

    1979

    Tomo 8

    OCEI:

    SegCm

    esta fuente el por·

    centaje de desnutrición en el área rural para varones de 1·4 anos

    es

    del 16.11 por

    ciento

    y

    para las

    hembras

    del

    14.53

    por

    ciento. En

    el área

    urbana

    de

    8 92

    por ciento

    para varones

    y del

    10.09 por ciento

    para hembras.

    42

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    8/16

    en colegios privados. Esto es importante porque sólo una minoría de los

    que provienen de colegios públicos accede a l escuela media. Los de co

    legios privados,

    en cambio, van a la escuela media en su totalidadl8.

    Si

    a esto se agrega la diferencia de calidad de la enseñanza entre ambos ti-

    pos de escuela,

    se

    entenderá de dónde proviene la mayoría

    de

    los que

    ingresarán a la Universidad, y también de los que egresarán, pues la Uni

    versidad misma es

    otro filtro,

    especialmente si se toma en cuenta la nue

    va

    tendencia a seleccionar a sus aspirantes entre

    los

    más aptos , me

    diante una Prueba Nacional de

    Aptitud

    Académica, que, por cierto,

    ha

    sido ásperamente cuestionada en

    su

    estructuración por parte de especia

    listas.

    Pero el asunto no es sólo

    de

    calidad

    de la

    enseñanza o

    de

    condicio

    nes

    materiales de la escuela, que por

    lo

    demás son bastante precarias

    en

    Venezuela.

    Se

    sabe que la desnutrición y

    las

    condiciones sociales en

    ge-

    neral (estimulación, medio de crecimiento, salud, etc.) determinan dife·

    rencias de desarrollo mental y de lenguaje, y son

    causa

    de fracaso y

    de-

    serción escolar. La escuela en América Latina, es pues, con mayor in

    tensidad que

    en

    otras partes,

    el

    verdadero lugar donde se inician los pro

    cesos

    de exclusión, y los de distribución de la llamada conducta desvia·

    da19. En la época de la mayor riqueza

    en

    Venezuela,

    más

    del 50% de

    sus habitantes ingería menos

    de

    2.450 calorías diarias, 25 gramos

    de

    grasa

    al día (en tanto que en Chile se ingerían 34, en Colombia

    5 ~

    en

    Paraguay 35 y

    en

    Ecuador 26. El consumo promedio en América Latina

    es de 61 gramos mientras el de los Estados Unidos de 131). Consumían

    también menos de 67 gr. de proteínas (mientras en Europa el promedio

    es

    de 88 y

    en

    Estados Unidos de 93)20. El índice

    de

    retardo mental

    es

    de

    300.000

    individuos. Cada año nacen en Venezuela entre 18 y .20.000

    nií'los con deficiencias mentales

    graves

    e irreversibles por desnutrición

    fetal21.

    La no-escuela,

    pues

    es también reproductora:

    Los que no

    van

    a

    la

    Universidad irán a las Escuelas Técnicas. Los

    ricos seguirán siendo los conductores, gracias a la meritocracia creada

    por

    nuestro sistema escolar. Los pobres, por insuficiencia personal o

    por

    carencia de recursos, seguirán siendo obreros, artesanos o desempleados.

    Se

    perpetúan así los estratos dominados.

    Los ideólogos

    más

    iluminados de América Latina tenían algunas

    cosas de

    estas

    bastante claras, en uno y otro sentido. Así, Bol var decía

    18.

    Albornoz,

    ob. cit.

    19. Vid. Baratta,

    Alessandro,

    ob. cit.

    y

    Foucault,

    Michel,

    Vigilar

    y

    Castigar, México, Siglo

    XXI 1976 pp.

    277.

    20. Cit por Córdova, Tito: Violencia Colectiva

    de

    lndole

    Criminológica, Public. del

    Insti tuto

    de

    Criminología

    de

    la Universidad

    del

    Zulla,

    Maracalbo, 1983.

    21.

    Aguilera,

    J.A.:

    La Población

    en

    Venezuela,

    dinámica

    sociológica

    y

    geográfica,

    Caracas,

    Edic.

    UCV,

    1975.

    4

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    9/16

    que el hombre sin instrucción

    es un ser

    incompleto , cuando todavía

    no se había elaborado el concepto de marginalidad , el cual, en reali

    dad, es

    la

    mayor definición de incompletez que pueda darse.

    Sarmiento, padre de

    la

    escuela argentina, decía, sin embargo, cosa1s

    sorprendentes:

    La

    instrucción primaria debe abarcar

    la

    instrucción

    mo-

    ral y religiosa, lectura, escritura, rudimentos

    de

    aritmética y del idioma

    nacional. Esto creo que basta para las necesidades de aquella

    masa

    del

    pueblo que se dedica

    al

    trabajo corporal. Quererla recargar con otros es-

    tudios sería hacerle perder

    el

    tiempo y sería hacerle aspirar a estudios

    que no le corresponden 22.

    Por otra parte,

    la

    cuestión escuela pública-escuela privada tiene

    re-

    percusiones importantes, no sólo porque una vive del sector público y

    la

    otra de la riqueza privada, sino porque tiende a organizar ghettos de una

    sola clase social. Entre otras

    cosas la

    ghettización representa una micro

    sociedad que aparentemente prefigura

    la

    sociedad exterior pero que no

    se corresponde con

    la

    realidad, creando un contexto social falso.

    b Los

    t xtos

    escolares aprender a aceptar

    La unidimensionalidad de los textos escolares y

    de

    los programas,

    de

    aprobación centralizada

    en el

    Ministerio de Educación, define

    la

    uni-

    dimensionalidad de los valores. Ciertamente, no hay margen para una

    educación alternativa. Los

    textos se

    caracterizan por

    su

    ahistoricidad y

    por

    lo

    que Paulo Freire denomina

    transitividad

    ingenua , es decir, sim

    plismo

    en

    la interpretación de los problemas.

    La investigación que hemos citado antes23 señala los siguientes

    elementos

    en

    los textos de la escuela primaria:

    l . La conformación de estereotipos y modelos que no

    se

    corres

    ponden con

    el

    entorno mayoritario

    nacional.

    Así

    el

    individuo

    ideal es un hombre blanco, instruido, de profesión liberal y

    cristiano, que, además, es amante del orden y respetuoso

    de

    las

    normas. La familia ideal

    está

    compuesta

    por

    padre, madre,

    pocos hijos, y vive

    en la

    ciudad, generalmente

    en

    una

    casa-

    quinta

    o apartamento. (La realidad es que

    en

    una gran canti

    dad de hogares no está presente

    el

    padre, hay muchos hijos, y

    se alojan

    en

    lugares que tienen poco que ver con

    casas

    o apar

    tamentos). La sociedad ideal

    es

    una participativa, democráti

    ca, sin conflictos, donde todos acatan el orden. El país ideal

    es uno económicamente desarrollado y muy tecnificado.

    2

    Según los textos, y esto es importante, el cambio social se pro-

    22. Cit.

    por Niggestlch, Kajo, Desarrollo del

    Sistema escolar

    argentino y tendencias naciona-

    listas en

    los l ibros de

    texto

    de

    la

    Escuela Pública , Buenos Aires,

    Noviembre,

    1972, en

    multígrafo.

    23

    Para

    mayores

    detalles,

    Vid.

    Calero,

    Díaz

    y

    otros, ob. cit., cuyos

    resultados

    exponemOIS

    sumariamente en el texto del trabajo.

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    10/16

    ducirá como efecto de la acción individual y

    no

    de movimien-

    tos colectivos.

    3. El mejor ejemplo para demostrar

    lo

    que

    es

    la moral

    es

    el

    robo. En Nociones Elementales No. 3 (p. 416 podemos

    leer:

    un

    caballo

    no

    sabe

    si

    robar

    es

    bueno o

    malo,

    por lo

    tan

    to

    el

    caballo no es un ser moral. El niño sí sabe que robar

    es

    malo: por consiguiente,

    es un

    ser moral 24.

    Nociones

    Ele

    mentales

    2

    (p. 276 dice: Debemos hacer obras buenas:

    cumplir

    los deberes de la clase, decir la verdad, respetar las

    cosas

    del prójimo . El respeto al orden y a la propiedad, son

    pues, los valores.

    No, otros como, por

    ejemplo,

    la

    solidari

    dad25.

    4.

    Los sistemas de

    dominación no

    aparecen sino

    en la

    historia

    pasada. Podemos ver párrafos

    como

    este: Figurémosnos la

    sociedad venezolana a mediados del siglo

    XVI.

    Perfectamente

    delineadas estaban tres castas: la una, dominante, que enton-

    ces sí se podí ll m r opresor

    26.

    Tan reproductores

    como

    los

    textos

    de educación primaria,

    pero en el nivel internacional,

    es

    decir, el de la colonización,

    aparecen los

    textos oficialmente

    aprobados para aprender in

    glés 7.

    En estos

    libros el mundo es

    un

    mundo

    sin tensiones, sin

    hambre, sin dolor un himno al meric n w y

    oflife . La

    vida

    se

    organiza al modo norteamericano: desayuno fuerte,

    comidas favoritas los domingos, problemas de tráfico para ir

    al trabajo, pero fines de semana fuera de la ciudad y hacer

    viajes largos

    en

    vacaciones 28. Los niños festejan

    sus

    cumple

    años con piñatas, regalitos,

    globitos.

    Juan

    va

    al

    colegio en

    carro. El no va en autobús 29. Los alumnos gastan a menu

    do 50

    bolívares

    en

    el restaurant o

    20 en

    los cines, tocan el

    piano, hacen

    sus

    compras en las boutiques de Sabana Grande,

    se

    hospedan

    en

    los mejores

    hoteles . Se

    habla

    mucho

    de dine

    ro: El gana mucha plata con

    su

    trabajo, puede comprar todo

    lo que quiere 30. Otros ejemplos: En Londres,

    un

    niño pre-

    24. ob. cit.

    p.

    58.

    25. En otro de estos textos,

    Nociones

    Elementales 2 , p. 268 se explica que

    una

    de las

    funciones

    fundamentales

    de la

    autoridad

    es defender la

    propiedad ,

    y que

    el policía

    es

    un

    funcionario público que cuida

    del hombre,

    atiende

    al

    tráfico

    y

    persigue

    a

    los

    ladrones .

    26. Belloso Rossell, 6o., p. 250, Vid. ob. cit.

    27. Vid. Javier

    Dupla,

    José Lasarte

    y

    Antonio

    Pérez Esclarín:

    Los textos de

    Inglés, vehículos

    de colonización,

    Caracas,

    Cuadernos de

    Educación

    39, nov. 1976, investigación de la cual

    tomamos

    los

    datos y las citas

    aquí expuestos.

    28.

    El papá

    dice:

    Iremos

    a

    Dysneyworld, no

    porque

    han pasado

    (los exámenes), sino

    por·

    que quiero sentirme

    niño

    otra

    vez

    English for you 3, p. 221.

    29. Engllsh Second Year,

    First

    Lesson.

    30. English For

    You 3,

    p. 190.

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    11/16

    gunta: lpuedo pagar con dólares?. La respuesta es: Si tie

    nes dólares puedes comprar todo lo que quieras 31, Una niña

    es

    fool

    porque usa un vestido rosa que no le

    cae

    bien, no

    parece limpia, nunca

    va al

    salón de belleza 32. Personas que

    aparecen nacidas

    en

    Venezuela

    se

    llaman

    Betty,

    Bob, Richard,

    Tom,

    etc.

    Si

    son

    de

    pocos recursos económicos tienen apelli

    dos latinos: Alvarez, Rodríguez. Los

    ranchos

    marginales de

    Caracas aparecen como una parte estética del paisaje. Se

    les

    llama small houses ,

    de las

    cuales

    hay

    muchas

    en

    las

    coli

    nas .

    Para

    acentuar la ambiguedad, se dice más adelante:

    La

    casa de Juan

    está

    sobre una colina. Hay un gran jardín en-

    frente. Juan

    va

    al Colegio

    en

    carro, él no

    va en

    autobús 33 ·

    lDónde

    se

    reconocen,

    en

    estos textos, los morenos alumnos

    que viven

    en

    los cerros, en familias que sobreviven en el

    de-

    sempleo, o por

    el

    subempleo, como

    en

    una vacación forzosa

    casi todo el

    año?.

    Un efecto de

    la

    ahistoricidad de los textos, y de la exaltación

    de

    la

    cultura de la dominación es

    el

    de generar una autodeva

    luación nacional, y, a la vez, una cultura del silencio 34.

    c.

    Las actitudes de los maestros

    y

    l estigmatización: de

    l

    escuela a

    l

    cárcel

    Es

    tradicional que los maestros

    sean

    conservadores. Como dice Al

    bornoz,

    no

    podríamos contar con ellos para

    el

    cambio35, Como agentes

    del orden y de

    la

    disciplina son, a

    su vez

    ejemplo vivo de los estereoti

    pos valorativos de

    la

    sociedad establecida. Los maestros tienden a eti

    quetar a los marginales y no comprenden

    sus

    dificultades originarias.

    Hay, pues, excluidos de una segunda etapa. Son aquellos que supe

    raron el filtro de

    la

    desescolarización pero que, dentro de la escuela se-

    rán también empujados a los márgenes de

    la

    vida

    en

    comunidad. Una in

    vestigación hecha por Córdova en el Instituto de Criminología de

    la

    Universidad del Zulia36, sobre jóvenes (entre

    14

    y 20 años) recluidos

    en

    la Casa

    de Observación para Menores del Consejo Venezolano del Niño,

    y en

    la

    Cárcel Nacional de Maracaibo, -estos últimos habían comet ido

    los delitos siendo adolescentes-, viene a dar cuenta, como hilo conduc

    tor,

    de las relaciones entre mucho de lo que hemos

    dicho

    hasta ahora y

    la

    conducta definida como irregular o delictiva.

    31.

    Engllsh For

    You 3, 213, 214, 218.

    32.

    Engllsh

    For

    You 5, p.

    299.

    33. Engllsh Second Year, Flrst

    Lesson.

    34. VId. Entrevista

    a

    Paulo

    Frelre,

    cuadernos

    de

    Educación No.

    11, caracas,

    Laboratorio

    Educativo,

    s.f.

    35. ob.

    cit.

    p. 73.

    36. .Córdova, Tito:

    VIolencia Colectiva

    de

    lndole Criminológica,

    ob.

    cit.

    pp. 52

    ss.

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    12/16

    La muestra seleccionada presentaba un 16,6% de analfabetas

    un

    16,6% que sólo sabía leer escribi r, lo que viene a

    ser

    prácticamente lo

    mismo.

    Un 61% provenía de

    las

    clases marginales

    y

    un 22% de la zona

    rural. El ingreso familiar del 72% de ellos no superaba los 1.800 bolíva

    res al

    mes.

    Un

    50% de las causas de la detención eran

    el

    hurto

    o

    el

    robo.

    El rendimiento académico era significativo: un 66.7% acusaba un rendi

    miento malo o regular . Los muchachos reportan sanciones discipli-

    narias de los maestros que representaban formas de exclusión: (golpear

    con la regla, pararlos en un rincón,

    torcerle las

    orejas (33%

    ). Expulsión

    del aula: (27,8% ), amenazas o similares (33,3% ), bajar

    las

    notas (22,

    02% ), citar

    al

    representante (22,2% ), aislamiento o privación de privi-

    legios, tales

    como no

    incluirlos en actividades del Colegio, deportes, vi

    gilancia escolar, actos culturales, paseos (22,2% ).

    Las respuestas pasivas a la exclusión fueron: fugas escolares (44,

    4 ), deserción (38,9% ) fobia escolar (16,7% ). Las activas: riñas con

    los compañeros (44% ), deserción (38,9% ), agresiones verbales o físicas

    al

    maestro (11,1% ). daños a la

    institución

    (5,6%). pequeños

    hurtos

    (27 ,8%

    ).

    Estos niños eran etiquetados

    por sus

    maestros

    como

    poco in

    teligentes , díscolos , incapaces ,

    por sus

    problemas

    en el

    aprendiza

    je

    de

    la

    lecto-escritura. Además, muchos de ellos

    tenjan

    apodos que re-

    presentaban etiquetas negativas (43% )3 7 las cuales implicaban violen

    cia, marginación o desviación38.

    La marginalidad, las carencias intelectuales, la estigmatización

    son, pues, cír-culos concéntricos que se protegen recíprocamente, pero

    con una fuerte potencialidad

    centrífuga

    que desplaza

    al

    individuo de

    la

    escolaridad a la cárcel. Allí, en principio, comenzaría la reeducación.

    Pero este es otro discurso.

    V. MAESTROS Y CRIMINOLOGOS:

    La criminología tradicional ha construido, por su parte, una educa

    CIOn de relevo. Los criminólogos han sido maestros de segunda mano,

    como ellos, guardianes del orden, costureros remendones del fracaso de

    la escuela.

    Como soportes ideológicos del sistema,

    tanto

    la educación prima

    ria

    como

    la reeducación son compulsivas, aunque la primera

    se

    presenta

    a los ciudadanos

    como

    un derecho la segunda generalmente

    como

    un

    deber.

    Sólo

    la más moderna

    criminología

    entiende la reeducación

    como

    un derecho

    al

    cual

    se

    puede renunciar .

    37. C6rdova, ob. cit. p.

    105.

    38.

    Investigaciones similares han sido hechas

    también

    en

    Europa

    por Hohn y Rosenthal y

    Jacobson,

    según

    cita A. Baratta

    en

    Criminología

    crítica,

    ob. cit.,

    p.

    176.

    Véanse

    tam·

    bién

    las relaciones

    entre

    sistema

    discriminatorio

    escolar sistema

    discriminatorio

    penal,

    explicadas

    por Baratta,

    ob.

    cit., pp. 181, 182, 183

    y

    184.

    7

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    13/16

    Sin duda la educación ha evidenciado

    ser más

    eficaz que

    la

    reedu-

    cación. Sus fracasos son mínimos, en

    tanto

    que los de esta

    última

    son

    múltiples. Y es que aquella se vierte en niños sin resistencia ni capacidad

    crítica, en la edad en que

    todo lo que

    se aprende se entiende como real

    y verdadero, y sin traumas

    se

    incorpora

    a la personalidad

    como

    parte

    del proceso global de conocimiento (formas, sensaciones, colores, voca-

    bulario,

    valores).

    Todo

    se integra casi simultáneamente. En cambio, la

    reeducación significa un desgarramiento de actitudes y valores consoli·

    dados

    en

    sus motivaciones, racionalizaciones y

    condicionamientos

    a

    tra.

    vés

    del proceso

    vital.

    Por eso,

    sus escasos

    resultados

    en

    los países que

    lo

    intentan,

    pueden entenderse

    más como

    efecto de una estrategia vital si·

    muladora que de la

    introyección

    real de

    sus

    mensajes.

    De

    todos

    modos, hay pocas razones en Venezuela para

    discutir

    so·

    bre reeducación. Este

    es

    un

    concepto

    solamente recogido por la legisla·

    ción,

    los textos convencionales de

    criminología,

    y

    el

    discurso

    oficial,

    na·

    da de

    lo

    cual se corresponde con actividades reales organizadas. Así,

    proponer reeducación, decir que se hace cuando no

    se

    hace, y darle

    ese

    apelativo que

    remite

    el sagrado

    derecho"

    a la educación, son también

    formas de pura ideología.

    Y como ideología debe ser enfocado por

    la Criminología

    de la Libe•

    ración, cuya tarea central

    es

    rescatar la transparencia del discurso sobre

    el Control Social.

    Ambos

    conceptos deben

    ser

    tratados globalmente, en

    la medida

    en

    que, tanto educación

    como

    reeducación, son elementos de

    la Planificación General del sistema.

    Una teoría Crítica del Control Social tendría las siguientes tareas

    en

    este

    terreno:

    l .

    Destruir

    el

    muro

    del silencio

    que

    se

    ha levantado en los

    textos

    escolares sobre nuestra realidad social e histórica.

    2. Contribuir a destruir el monolitismo

    valorativo

    del sistema es-

    colar que impide una conciencia para sí de la clase dominada.

    3.

    Indicar

    la función

    reproductora

    de la desescolarización; de la

    obediencia

    y

    de la disciplina; de la escuela para pobres

    y

    de la

    estigmatización precoz.

    4. Reconocer la función legitimadora de la escuela y su integra-

    ción

    a

    todo

    el sistema de

    control

    social;

    y, por lo tanto,

    5. Reconocer en ella el embrión del discurso ideológico de la

    cri-

    minología.

    Esto puede demostrarse entre otras cosas, hacien-

    do

    un

    estudio paralelo de los valores, mensajes, estilos y con-

    dicionamientos

    que

    se

    producen

    en

    ambas áreas. Y,

    6.

    Entender

    la coherencia y la integración de

    todos

    los elemen-

    tos del

    control

    social,

    el

    cual debe ser visto,

    por

    lo

    tanto,

    co-

    mo un

    sistema, a

    su

    vez integrado

    dentro

    del sistema socio-

    económico

    y poi ítico general.

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    14/16

    VI. UNA REFLEXION CONCLUSIVA

    SOBRE

    LA CRIMINOLOGIA

    ALTERNATIVA Y EL CONTROL SOCIAL:

    La constatación de lo sistemático del control nos lleva a una con

    clusión que nos parece trascendente para

    la

    criminología crítica,

    porque

    cuestiona no solamente algunas afirmaciones conclusivas y programáti

    cas hechas

    en

    Europa sino de paso

    también

    el Manifiesto

    Latinoameri-

    cano que

    se discutió en

    la reunión de

    México

    1981); incluida nuestra

    propia contribución a

    esa

    reunión

    en

    la cual proponíamos,

    como

    fuera

    recogido

    en

    el Manifiesto, que la

    criminología

    latinoamericana

    se

    cen

    trara

    en

    la

    construcción

    de una Teoría

    Crítica

    del

    Control

    Social39.

    La experiencia vivida

    al

    tratar de estudiar la educación como for-

    ma de control social con la

    intención

    de hacer desde la criminología,

    una Teoría Crítica del Control Social

    problematizó

    desde diversos án

    gulos cuestiones teóricas asumidas previamente. Dos elementos de esa

    experiencia

    fueron

    definitivos:

    l Como criminólogos, con una

    formación

    más o menos especí

    fica si bien

    en

    todo caso poco ortodoxa, la incursión

    en

    el

    campo de la educación fue limitante. Debimos acudir a inves

    tigaciones hechas

    por

    educadores con

    un

    manejo

    muy

    supe

    rior al nuestro de la problemática total educativa. Fuimos

    pues

    muy

    poco creativos restringiéndonos por una parte a

    extraer lo que de interés

    común

    había a los efectos de la

    pro-

    ducción

    de ideología de consolidación de hegemonía de es-

    tereotipia

    y estigmatización y por lo tanto de marginante

    tanto

    en

    el

    terreno

    educacional

    como en el

    criminológico.

    Y,

    por la otra, a ubicar su

    interconexión como

    elementos del con

    trol,

    que emergen para ser

    utilizados

    en dos

    momentos distin-

    tos de la historia individual. Y aún cuando todo esto tiene

    una fuerte incidencia

    en

    los procesos de

    criminalización, lo

    cierto

    es

    que estábamos escamoteando frutos de

    un

    terreno

    ajeno.

    2. En esta experiencia encontramos que como

    se

    dijo,

    la imbri-

    cación del binomio educación-reeducación

    en un complejo

    sistémico mayor era

    muy

    fuerte. Aunque esto lo sabíamos

    de antemano fue

    el

    transitar como criminólogo

    predios nue

    vos y percibir la complejidad del mundo general del control

    social a su vez inserta en la complejidad del sistema socioeco

    nómico y político total,

    lo

    que nos hizo vislumbrar claramen

    te la desmesurada pretensión de consignar l criminologí la

    tarea de hacer la Teoría

    Crítica

    del Control Social. La

    crim i

    nología convencional es ciertamente como lo reconocimos

    39

    Baratta

    entre

    otros

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    15/16

    en México, una forma de control social. Por lo tanto, una

    Teoría Crítica del Control Social debe abarcarla. Pero una

    Teoría del Control Social, dicha en toda la amplitud del tér-

    mino, no es ni puede

    ser

    tarea de una criminología alternati-

    va

    la

    cual,

    en

    fin

    de cuentas, está

    en

    condiciones de hacer,

    con propiedad, solamente una Teoría Crítica del Control So-

    cial Formal, esto es únicamente la de una parte del control

    social global.

    No hay razones ni metodológicas ni lógicas para dar a una

    parte la atribución de construir el todo. Insistir en esto es

    des-

    conocer la función insoslayable de la interdisciplina.

    Es

    pre-

    tender sustituirnos en

    la

    tarea de la Teología de

    la

    Liberación,

    de la Filosofía de

    la

    Liberación, de

    la

    Pedagogía de la Libera-

    ción, en

    sus

    respectivos campos de aplicación y estudio.

    En realidad,

    como

    militantes de la Criminología tercermun-

    dista de la Liberación, nuestra

    función

    debe centrarse sólo en

    la parte del Control Social que conduce directamente a los

    procesos de criminalización. La Iglesia,

    la

    familia, la Escuela,

    la

    ciencia,

    todos

    los cuerpos genéradores de actitudes y valo-

    res

    inciden

    en esos

    procesos de criminalización. Por

    eso

    nos

    interesa lo que se produzca en los enfoques

    críticos

    respecti-

    vos. La Teoría Crítica del Control Social es una prioridad, pe-

    ro como ella es

    el

    estudio, t ut court de la dominación, debe

    ser acometida

    por

    una confederación de especialistas dispues-

    tos a

    la

    tarea emancipatoria. La iniciativa de este llamado

    puede

    ser

    asumida por la Criminología de la Liberación por

    cuanto ella debela

    las

    formas

    más

    brutales y netas de domina-

    ción. Este

    es

    tal vez

    el

    momento

    de proponerlo.

    Es

    tal vez también

    el

    momento de proponer de nuevo la dis-

    cusión sobre el objeto de estudio de la criminología, sobre su

    especificidad. Quede claro que no hacemos referencia a la vie-

    ja discusión sobre

    su autonomía ,

    ya que este concepto no

    es válido para disciplina alguna. Nos referimos a la concreción

    de un objeto para la criminología negativa, lo que no impide

    la

    utilización

    de aportes provenientes de otros espacios afines

    del pensamiento.

    Los que no queremos ser criminólogos de la dominación, los que

    no estamos dispuestos a mirar atrás, los que queremos salvarnos de la

    mala

    conciencia que apunta Pavarini40 pero que no podemos aban-

    donar

    el

    campo fecundo de la crimiríalización

    al

    enemigo, tenemos que

    reformular, mejor aún, precisar, nuestro objeto. En 1981, fecha de

    nuestro Manifiesto de México, nosotros mismos dijimos: Como todo

    40. Pavarlnl, Masslmo: Control

    y

    Dominación,

    México,

    Siglo

    XXI,

    1983,

    p.

    171.

  • 8/17/2019 5 Educ Control Social

    16/16

    ello

    conduce, o no conduce, y esto

    es lo importante,

    a la criminaliza

    ción de conductas, clases sociales, intereses e individuos, la criminaliza

    ción será, en definitiva

    el

    objeto central de la Teoría Crítica del Control

    Socia1 41. Ahora nos parece que esta afirmación es enormemente vul

    nerable.

    Lo importante

    para el criminólogo

    aunque no

    lo único,

    debi

    mos decir,

    es ra criminalización

    de conductas,

    clases

    sociales, intereses e

    individuos. Pero la criminalización no

    es,

    ni puede ser,

    el

    objeto central

    de la Teoría Crítica del Control Social, entendido este en

    sus

    vertientes

    formales e informales. Si

    el

    Control Social es la dominación, el objeto

    central de una· Teoría Crítica del Control Social no puede ser sino la li

    beración. La liberación, insistimos, en

    su

    sentido ideológico-cultural y

    en las funciones potenciales de práctica-teórica que posee y que

    en

    otra

    parte del texto citado anal izamos.

    Aceptar

    que

    es

    errado el camino de pretender ser los enciclopedis

    tas de la

    dominación

    y de la liberación implica revisar el punto 6 del

    Manifiesto, en

    el cual los signatarios del

    Grupo

    se proponen aquel obje

    tivo. Las propuestas que Bergalli hacía

    en esa

    misma época y que apare

    cen integradas al mismo objetivo42 hacen, razonadamente, mención de

    las relaciones científicas necesarias para poder afrontar una teoría críti

    ca

    del

    control

    social para

    el

    subcontinente.

    Allí

    las

    aspiraciones iban ha

    cia la búsqueda de: a una metodología para

    el

    análisis del discurso fi

    losófico-poi ítico, b) una revisión histórico-epistemológica de la filoso

    fía

    de la liberación, e una revisión de la problemática general de la fi

    losofía latinoamericana, d) una filosofía para

    el

    Tercer Mundo, e un

    historicismo combinado con marxismo, f) una

    teoría

    poi ítica y g una

    teoría social que comprendiera la interacción entre el momento y la

    totalidad43. Solamente pasar revista de ellas demuestra

    el

    tamaño des-

    mesurado de la tarea y

    ratifica,

    a

    la

    vez,

    la

    única posibilidad de

    acudir

    a

    la interdisciplina para reconstruir el

    momento,

    permítasenos la paráfra

    sis, de la totalidad.

    El destino del buen

    criminólogo

    y de

    su

    mala

    conciencia , no

    es el

    abandono del campo de batalla,

    como

    dice desesperanzadamente

    Pavarini44;

    no es

    hacer

    tampoco

    ciencia burguesa. Superada la antítesis,

    eso que hizo de nosotros, frente a la criminología positivista, criminólo

    gos negativos, o

    críticos,

    o alternativas, hay que intentar la síntesis, es-

    pecialmente porque no es cierto que no tengamos un nuevo Prínci

    pe 45 a quien servir. Ese es

    el

    compromiso moral que asumimos en Mé

    xico hace tres años.

    41. Aniyar

    de C., Lela:

    Conocimiento

    y Orden Social:

    Criminología como

    Legitimación

    Y

    Criminología de

    la

    Liberación, ob.

    cit. p. 48.

    42. VId.

    Bergalli, Roberto: Hacia una

    CriminologJa

    de

    la Liberación

    para América Latina ,

    en Capítulo Criminológico 9/10, Maracalbo, 1981/82,

    p. 21 ss.

    43.

    lbid.

    p. 30-33.

    44. Pavarini,

    ob.

    cit.

    45,

    lbid.