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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año XLVI, número 48 (2.392) Ciudad del Vaticano 28 de noviembre de 2014 El Papa en Estrasburgo visita el Parlamento europeo y el Consejo de Europa Cómo devolver la esperanza al futuro Inicia hoy, viernes 28, el viaje apostólico del Papa Francisco a Tur- quía, el sexto interna- cional. Se prolongará hasta el domingo 30 y visitará las ciudades de Ankara y Estam- bul. A las 9.25 despe- gó el avión desde Fiu- micino (en la foto). El sentido de una Unión La reunión de los jefes de dicasterio al día siguiente de las canonizaciones Una ulterior etapa en el camino Proclamados seis nuevos santos en la solemnidad de Cristo Rey Los pastores y los mercenarios PÁGINAS 10 Y 11 Entrevista al cardenal Parolin sobre el viaje a Estrasburgo Proyecto Europa ALESSANDRO DI BUSSOLO EN PÁGINA 2 SIGUE EN LA PÁGINA 2 MARTIN SCHULZ* Han pasado veintiséis años desde el discurso de Juan Pablo II al Parla- mento europeo. Era el 11 de octubre de 1988. La visita del Papa fue un preludio del annus mirabilis de Euro- pa: el 1989. Juan Pablo II y toda la Iglesia tuvieron un papel fundamen- tal en el proceso que puso fin al yu- go soviético, al apoyar la petición de libertad, emancipación e independen- cia de millones de ciudadanos de Eu- ropa centro-oriental. En 1988 Juan Pablo II hablaba a diputados de doce países, elegidos en representación de 330 millones de ciudadanos. El Papa Francisco habla- rá a eurodiputados provenientes de veintiocho países, que representan a más de medio millardo de personas. La esperanza que Juan Pablo II ayu- dó a realizar hoy es una realidad. La Iglesia siempre sostuvo a Europa en su crecimiento, pero contribuyó tam- bién de manera decisiva en su reuni- ficación. ¿Qué misión debe acompañar a Europa en su futuro? La visita del Papa Francisco ayudará a responder a esta pregunta, a impulsar a todos los europeos a interrogarse sobre el sentido más profundo de nuestra unión. ¿Queremos una Europa que sea sólo un mercado único para la li- bre circulación de mercancías y capi- tales? ¿O queremos una Europa que renueve los valores de solidaridad, tolerancia, respeto de la persona e igualdad, que inspiraron a los padres fundadores? La visita del Papa Francisco no es un ataque a la laicidad de las institu- ciones europeas. Laicidad no quiere decir ausencia de diálogo. Laicidad no quiere decir negar el pluralismo sobre el cual se funda Europa. Laici- dad significa autonomía, imparciali- dad, garantía y libertad, no intros- pección. Los objetivos y los valores que nos unen son mucho más fuertes que los elementos de división. A menudo nos olvidamos de esto. Como alcalde, al llevar ayuda a las personas sin techo o al acoger a los inmigrantes, siempre pude contar con la ayuda de mi dió- cesis. Como presidente del Parlamen- to europeo, no puedo dejar de reco- nocer el papel de primer nivel de la Iglesia en limitar los daños, materia- les e inmateriales, de la crisis econó- mica. La presencia del Papa Francisco en Estrasburgo, el Papa que vino del «fin del mundo», puede servir para sacudir a la Unión del preocupante GIOVANNI MARIA VIAN Ha sido un viaje esencial el que llevó al Papa Francisco a Es- trasburgo para visitar las insti- tuciones europeas y encontrar allí a las mujeres y a los hom- bres comprometidos en política. Y para dejar —como pastor, quiso especificar inmediatamen- te el obispo de Roma— un mensaje de esperanza y de aliento para que sean ellos los primeros en ocuparse de las fra- gilidades del continente. Que históricamente se acostumbra definir «viejo» y que signos de envejecimiento, incluso sólo de- mográfico, está mostrando des- de hace tiempo, junto a una sensación de cansancio y de pe- simismo. A los representantes de Euro- pa el Pontífice —de verdad eti- Para curar las fragilidades SIGUE EN LA PÁGINA 8 Del 28 al 30 de noviembre Viaje apostólico a Turquía Ha sido una ulterior etapa en el ca- mino de la reforma de la Curia ro- mana la reunión del Papa Francisco con los jefes de dicasterio que tuvo lugar el lunes 24 de noviembre, por la mañana, en la sala Bolonia, en el Vaticano. Al informar sobre el en- cuentro el director de la Oficina de prensa de la Santa Sede, padre Fe- derico Lombardi, explicó que la reunión, que duró casi tres horas, fue introducida por el obispo Mar- cello Semeraro, secretario del Con- sejo de cardenales, el organismo instituido el año pasado por el Pontífice para ayudarle en el go- bierno de la Iglesia y estudiar un proyecto de revisión de la Pastor bonus.
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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año XLVI, número 48 (2.392) Ciudad del Vaticano 28 de noviembre de 2014

El Papa en Estrasburgo visita el Parlamento europeo y el Consejo de Europa

Cómo devolver la esperanza al futuro

Inicia hoy, viernes 28,el viaje apostólico delPapa Francisco a Tur-quía, el sexto interna-cional. Se prolongaráhasta el domingo 30 yvisitará las ciudadesde Ankara y Estam-bul. A las 9.25 despe-gó el avión desde Fiu-micino (en la foto).

El sentidode una Unión

La reunión de los jefes de dicasterio al día siguiente de las canonizaciones

Una ulterior etapa en el camino

Proclamados seis nuevos santosen la solemnidad de Cristo Rey

Los pastoresy los mercenarios

PÁGINAS 10 Y 11

Entrevista al cardenal Parolinsobre el viaje a Estrasburgo

Proyecto Europa

ALESSANDRO DI BUSSOLOEN PÁGINA 2

SIGUE EN LA PÁGINA 2

MARTIN SCHULZ*

Han pasado veintiséis años desde eldiscurso de Juan Pablo II al Parla-mento europeo. Era el 11 de octubrede 1988. La visita del Papa fue unpreludio del annus mirabilis de Euro-pa: el 1989. Juan Pablo II y toda laIglesia tuvieron un papel fundamen-tal en el proceso que puso fin al yu-go soviético, al apoyar la petición delibertad, emancipación e independen-cia de millones de ciudadanos de Eu-ropa centro-oriental.

En 1988 Juan Pablo II hablaba adiputados de doce países, elegidos enrepresentación de 330 millones deciudadanos. El Papa Francisco habla-rá a eurodiputados provenientes deveintiocho países, que representan amás de medio millardo de personas.La esperanza que Juan Pablo II ayu-dó a realizar hoy es una realidad. LaIglesia siempre sostuvo a Europa ensu crecimiento, pero contribuyó tam-bién de manera decisiva en su reuni-ficación.

¿Qué misión debe acompañar aEuropa en su futuro? La visita delPapa Francisco ayudará a respondera esta pregunta, a impulsar a todoslos europeos a interrogarse sobre elsentido más profundo de nuestraunión. ¿Queremos una Europa quesea sólo un mercado único para la li-bre circulación de mercancías y capi-tales? ¿O queremos una Europa querenueve los valores de solidaridad,tolerancia, respeto de la persona eigualdad, que inspiraron a los padresf u n d a d o re s ?

La visita del Papa Francisco no esun ataque a la laicidad de las institu-ciones europeas. Laicidad no quieredecir ausencia de diálogo. Laicidadno quiere decir negar el pluralismosobre el cual se funda Europa. Laici-dad significa autonomía, imparciali-dad, garantía y libertad, no intros-p ección.

Los objetivos y los valores que nosunen son mucho más fuertes que loselementos de división. A menudo nosolvidamos de esto. Como alcalde, alllevar ayuda a las personas sin techoo al acoger a los inmigrantes, siemprepude contar con la ayuda de mi dió-cesis. Como presidente del Parlamen-to europeo, no puedo dejar de reco-nocer el papel de primer nivel de laIglesia en limitar los daños, materia-les e inmateriales, de la crisis econó-mica.

La presencia del Papa Francisco enEstrasburgo, el Papa que vino del«fin del mundo», puede servir parasacudir a la Unión del preocupante

GI O VA N N I MARIA VIAN

Ha sido un viaje esencial el quellevó al Papa Francisco a Es-trasburgo para visitar las insti-tuciones europeas y encontrarallí a las mujeres y a los hom-bres comprometidos en política.Y para dejar —como pastor,quiso especificar inmediatamen-te el obispo de Roma— unmensaje de esperanza y dealiento para que sean ellos losprimeros en ocuparse de las fra-gilidades del continente. Quehistóricamente se acostumbradefinir «viejo» y que signos deenvejecimiento, incluso sólo de-mográfico, está mostrando des-de hace tiempo, junto a unasensación de cansancio y de pe-simismo.

A los representantes de Euro-pa el Pontífice —de verdad eti-

Para curarlas fragilidades

SIGUE EN LA PÁGINA 8

Del 28 al 30 de noviembre

Viaje apostólico a Turquía

Ha sido una ulterior etapa en el ca-mino de la reforma de la Curia ro-mana la reunión del Papa Franciscocon los jefes de dicasterio que tuvo

lugar el lunes 24 de noviembre, porla mañana, en la sala Bolonia, en elVaticano. Al informar sobre el en-cuentro el director de la Oficina de

prensa de la Santa Sede, padre Fe-derico Lombardi, explicó que lareunión, que duró casi tres horas,fue introducida por el obispo Mar-cello Semeraro, secretario del Con-sejo de cardenales, el organismoinstituido el año pasado por elPontífice para ayudarle en el go-bierno de la Iglesia y estudiar unproyecto de revisión de la Pastorbonus.

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L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Ciudad del Vaticanoe d . e s p a n o l a @ o s s ro m .v a

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de noviembre de 2014, número 48

Entrevista al cardenal secretario de Estado sobre la visita del Pontífice a E s t r a s b u rg o

Proyecto EuropaPublicamos la traducción de la entre-vista al secretario de Estado, cardenalPietro Parolin, realizada por el Centrotelevisivo vaticano con ocasión del viajedel Pontífice a Estrasburgo.

ALESSANDRO DI BUSSOLO

El Papa Francisco visita el Parlamen-to europeo 26 años después de JuanPablo II, que había indicado comocampos de misión para una Europaunida la custodia de la creación, la so-lidaridad hacia los inmigrantes y refu-giados y la reconstitución de una visiónintegral del hombre. ¿Son temas aúnactuales?

Diría que son temas de grandísi-ma actualidad; tal vez podríamosañadir de dramática actualidad. Yaún más hablaría de emergencias, deauténticas emergencias. Como, porlo demás, destacó en más de unaocasión el Papa Francisco mismo, es-tos temas de la custodia de la crea-ción —expresado de forma más laica,de la defensa del medio ambiente— yde la solidaridad hacia la gente quebusca nuevas oportunidades fueradel propio país, con frecuencia estánpresentes en sus discursos. Sobre to-do el de la solidaridad, que no essólo uno de los valores de Europaunida, sino que es el objetivo mismode la existencia de Europa, y cierta-mente una de sus dimensiones fun-

damentales. Y la perspectiva justatambién para afrontar y para tratarestos temas es la de una visión inte-gral del hombre, que es el tercer as-pecto de la visión y de la propuestade Juan Pablo II. Un hombre consi-derado en todas sus dimensiones,por lo tanto incluida también la di-mensión espiritual y la dimensióntrascendente, que está equipado pre-cisamente con este criterio de con-junto para dar una respuesta adecua-da y constructiva a los desafíos quetiene que afrontar.

Los sondeos dicen que sólo el treintapor ciento de los europeos tiene una vi-sión positiva de la Unión, también porel efecto de la crisis económica. La ideade unidad europea ha perdido su es-plendor. ¿Cómo puede Europa redescu-brir el sentido de la propia identidad?

Muchas veces la gente percibe aEuropa como una realidad muy leja-na, una realidad muy distante, unarealidad burocrática que no se inte-resa por los problemas reales que vi-ve la gente cada día. Y por otra par-te se articula esta crisis también enla pérdida de esperanza, una pérdi-da de confianza de que Europa pue-da dar respuesta a los numerososproblemas que el continente está vi-viendo. Sabemos, por ejemplo, quea diferencia de hace algunas decenasde años ha caído precisamente tam-bién este optimismo hacia el futuroy hacia la capacidad de dar respues-tas. Probablemente ya no es un datocomúnmente aceptado el que se dioen el origen de Europa, los valoresque estuvieron en el origen de Euro-pa. Ya no es más un presupuesto co-mún que permita afrontar juntos in-cluso los problemas, las dificultadesy los desafíos. Por ello, creo que esmuy importante realizar una obra deformación y de educación sobre to-do en los jóvenes, para tratar demostrar concretamente la validez delproyecto europeo. Porque el proyec-to europeo, si se vive según el espíri-tu y los valores de los padres funda-dores, que le dieron vida, puede seraún capaz, hoy, de responder a losdesafíos de la Europa actual y dedar respuestas concretas a la gente.Creo que esta es una dimensión fun-damental, juntamente también a estaespiritualidad que identificaría conesta visión integral del hombre noreducido a una sola dimensión sinoconsiderado en el conjunto de susaspectos y de sus dimensiones.

«Europa está cansada. Debemos ayu-darle a rejuvenecer», dijo el Papa

Francisco el 15 de junio a la comuni-dad de San Egidio, al recordar luegoque hay 75 millones de jóvenes europeosque no trabajan y no estudian. ¿Conju-gar la seguridad y la solidaridad pue-de ser el camino justo?

Creo que sí. Este es el camino quese debe recorrer. Hoy, lamentable-mente, el gran problema de Europaes el desempleo, la falta de trabajopor parte, sobre todo, de muchos jó-venes. Por lo que aumenta la exclu-sión social. En cambio una solidari-dad y una atención especial a estacategoría de personas, como a mu-chas otras categorías de personas—pensemos en los inmigrantes, pen-semos en las madres que están solaspara educar a sus hijos, pensemos enlos ancianos, pensemos en los disca-pacitados—, podría ser un caminoseguro para volver a dar vigor alproyecto de Europa. Porque Europanació precisamente para asegurar lapaz y para asegurar una atención es-pecial a las categorías más desfavore-cidas.

Las doce estrellas de la bandera euro-pea remiten a la de la corona de laVirgen María. Estas son las raíces deEuropa, lamentablemente tan cuestio-nadas. ¿Cree que se esté verdaderamen-te pensando en revaluarlo?

Considero que sí. Si miramos eltratado de Lisboa, en el primer artí-culo, me parece, se mencionan unaserie de valores que son fundamen-talmente valores cristianos, que tie-nen su raíz en la historia y en laaportación que nuestro cristianismodio al continente, a partir de la dig-nidad de la persona humana, el te-ma de la libertad, el tema de la de-mocracia, el tema de la igualdad, eltema del estado de derecho, el temadel respeto de los derechos huma-nos. Esto es, son todos valores quenacen del humus del cristianismo yque si se trata de vivirlos y realizar-los yo creo que se está dando vigora las raíces cristianas mismas de Eu-ropa. Sin olvidar la aportación espe-cífica que los cristianos deben dartambién a la construcción europea.Nosotros cristianos, y nosotros cató-licos en particular, debemos estarconvencidos de la bondad y de lavalidez de este proyecto, y dar nues-tra contribución en dos sentidos.Por una parte dar un corazón a Eu-ropa, dar un alma a Europa. Aquelloque a menudo se lamenta es precisa-mente esta falta de alma. Es unaaportación específica que podemosdar nosotros. Y, por otra parte, meremitiría a un concepto muy queridopor el Papa Benedicto, que es el deampliar los espacios de la razón—entre fe y razón no hay oposición—como espacios de encuentro y cola-boración con todos, para la cons-trucción de esta Europa que todosdeseamos y que todos soñamos.

La sede del Parlamento europeo en Estrasburgo

El sentido de una Unión

sentido de desconcierto que, en losúltimos años, llevó a los europeos abuscar culpables en lugar de iden-tificar soluciones. Tenemos unaagenda para compartir y un cami-no común por recorrer. Este cami-no debe llevar a Europa hacia susperiferias, materiales e inmateriales,geográficas y espirituales.

Uno de los primeros actos públi-cos del Papa Francisco fue su visitaa Lampedusa, a esa periferia deEuropa donde la solidaridad, delos europeos y entre los europeos,es duramente probada. No sólo laspalabras, sino la historia misma delPapa Francisco debería recordarnosque, así como hoy Europa es unlugar de inmigración, durante largotiempo fue un continente de emi-gración. Que la solución para elfuturo está, por un lado, en crearun sistema de inmigración legal y,por otro, en aumentar el esfuerzopara que la acogida de quienes pi-den asilo sea una responsabilidadcompartida.

Pero las palabras del Papa nosrecuerdan también las otras «peri-ferias» de nuestra época: los jóve-nes excluidos del mundo del traba-

jo y de la perspectiva de un futurodigno, los ancianos que son aban-donados y considerados como unpeso para las familias y la socie-dad, los desempleados que a la lar-ga son inexorablemente alejadosdel mundo del trabajo, las familiasque son rechazadas a los márgenesde las ciudades sin acceso a los ser-vicios sociales. Nuestras periferiasson complejas, aisladas y poco aco-gedoras. Para transformarlas nece-sitamos energía, tiempo, imagina-ción y unidad.

Hemos abrazado la globaliza-ción, no para dejarnos arrasar porella, sino para hacerla humana, so-cial y sostenible. Hemos abrazadoa Europa, no para defender nues-tras conquistas detrás de un muro,sino para que cada vez más perso-nas puedan gozar de nuestros mis-mos derechos.

Doy las gracias al Papa Francis-co por su visita al Parlamento eu-ropeo y al Consejo de Europa, es-toy seguro de que ayudará a des-pertar a la vieja Europa de su tor-por y hacerla volver entre la gentey a sus p eriferias.

*Presidente del Parlamento europeo

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

En la visita a Estrasburgo el Papa confía al Parlamento europeo la misión de estar atento a la fragilidad de los pueblos y las personas

Entre dignidad y trascendenciaVolver a poner en el centro del proyectopolítico de Europa al hombre—entendido no tanto como«ciudadano» o «sujeto económico»sino como «persona dotada de unadignidad trascendente»— fue lainvitación dirigida por el PapaFrancisco a los miembros delParlamento europeo de Estrasburgodurante la visita que realizó el martes25 de noviembre por la mañana.

Señor presidente, señoras y señoresvicepresidentes, señoras y señoreseurodiputados, trabajadores en losdistintos ámbitos de este hemiciclo,queridos amigos:

Les agradezco que me hayan invi-tado a tomar la palabra ante estainstitución fundamental de la vidade la Unión Europea, y por la opor-tunidad que me ofrecen de dirigir-me, a través de ustedes, a los más dequinientos millones de ciudadanosde los 28 Estados miembros a quie-nes representan. Agradezco particu-larmente a usted, señor presidentedel Parlamento, las cordiales pala-bras de bienvenida que me ha dirigi-do en nombre de todos los miem-bros de la Asamblea.

Mi visita tiene lugar más de uncuarto de siglo después de la del Pa-pa Juan Pablo II. Muchas cosas hancambiado desde entonces, en Europay en todo el mundo. No existen losbloques contrapuestos que antes di-vidían el continente en dos, y se estácumpliendo lentamente el deseo deque «Europa, dándose soberanamen-te instituciones libres, pueda un díaampliarse a las dimensiones que lehan dado la geografía y aún más lahistoria»1.

Junto a una Unión Europea másamplia, existe un mundo más com-plejo y en rápido movimiento. Unmundo cada vez más interconectadoy global, y, por eso, siempre menos«eurocéntrico». Sin embargo, unaUnión más amplia, más influyente,parece ir acompañada de la imagende una Europa un poco envejecida yreducida, que tiende a sentirse me-nos protagonista en un contexto quela contempla a menudo con distan-cia, desconfianza y, tal vez, con sos-p echa.

Al dirigirme hoy a ustedes desdemi vocación de Pastor, deseo enviara todos los ciudadanos europeos unmensaje de esperanza y de aliento.

Un mensaje de esperanza basadoen la confianza de que las dificulta-des puedan convertirse en fuertespromotoras de unidad, para vencer

todos los miedos que Europa —juntoa todo el mundo— está atravesando.Esperanza en el Señor, que transfor-ma el mal en bien y la muerte en vi-da.

Un mensaje de aliento para volvera la firme convicción de los Padresfundadores de la Unión Europea,los cuales deseaban un futuro basa-do en la capacidad de trabajar jun-tos para superar las divisiones, favo-reciendo la paz y la comunión entretodos los pueblos del continente. Enel centro de este ambicioso proyectopolítico se encontraba la confianzaen el hombre, no tanto como ciuda-dano o sujeto económico, sino en elhombre como persona dotada deuna dignidad trascendente.

Quisiera subrayar, ante todo, elestrecho vínculo que existe entre es-tas dos palabras: «dignidad» y«trascendente».

La «dignidad» es una palabra cla-ve que ha caracterizado el procesode recuperación en la segundapostguerra. Nuestra historia recientese distingue por la indudable centra-lidad de la promoción de la digni-dad humana contra las múltiplesviolencias y discriminaciones, que nohan faltado, tampoco en Europa, alo largo de los siglos. La percepciónde la importancia de los derechoshumanos nace precisamente comoresultado de un largo camino, hechotambién de muchos sufrimientos ysacrificios, que ha contribuido a for-

mar la conciencia del valor de cadapersona humana, única e irrepetible.Esta conciencia cultural encuentra sufundamento no sólo en los eventoshistóricos, sino, sobre todo, en elpensamiento europeo, caracterizadopor un rico encuentro, cuyas múlti-ples y lejanas fuentes provienen «deGrecia y Roma, de los ambientesceltas, germánicos y eslavos, y delcristianismo que los marcó profun-damente»2, dando lugar al conceptode «persona».

Hoy, la promoción de los dere-chos humanos desempeña un papelcentral en el compromiso de laUnión Europea, con el fin de favo-recer la dignidad de la persona, tan-to en su seno como en las relacionescon los otros países. Se trata de uncompromiso importante y admirable,pues persisten demasiadas situacio-nes en las que los seres humanos sontratados como objetos, de los cualesse puede programar la concepción,la configuración y la utilidad, y quedespués pueden ser desechadoscuando ya no sirven, por ser débiles,enfermos o ancianos.

Efectivamente, ¿qué dignidadexiste cuando falta la posibilidad deexpresar libremente el propio pensa-miento o de profesar sin constricciónla propia fe religiosa? ¿Qué digni-dad es posible sin un marco jurídicoclaro, que limite el dominio de lafuerza y haga prevalecer la ley sobrela tiranía del poder? ¿Qué dignidadpuede tener un hombre o una mujer

cuando es objeto de todo tipo dediscriminación? ¿Qué dignidad po-drá encontrar una persona que notiene qué comer o el mínimo necesa-rio para vivir o, todavía peor, que notiene el trabajo que le otorga digni-dad?

Promover la dignidad de la perso-na significa reconocer que posee de-rechos inalienables, de los cuales nopuede ser privada arbitrariamentepor nadie y, menos aún, en beneficiode intereses económicos.

Es necesario prestar atención parano caer en algunos errores que pue-den nacer de una mala comprensiónde los derechos humanos y de unparadójico mal uso de los mismos.Existe hoy, en efecto, la tendenciahacia una reivindicación siempremás amplia de los derechos indivi-duales —estoy tentado de decir indi-vidualistas—, que esconde una con-cepción de persona humana desliga-da de todo contexto social y antro-pológico, casi como una «mónada»(μονάς), cada vez más insensible alas otras «mónadas» de su alrededor.Parece que el concepto de derechoya no se asocia al de deber, igual-mente esencial y complementario, demodo que se afirman los derechosdel individuo sin tener en cuentaque cada ser humano está unido aun contexto social, en el cual sus de-rechos y deberes están conectados alos de los demás y al bien común dela sociedad misma.

Considero por esto que es vitalprofundizar hoy en una cultura delos derechos humanos que puedaunir sabiamente la dimensión indivi-dual, o mejor, personal, con la delbien común, con ese «todos nosotros»formado por individuos, familias ygrupos intermedios que se unen encomunidad social3. En efecto, si elderecho de cada uno no está armó-nicamente ordenado al bien másgrande, termina por concebirse sinlimitaciones y, consecuentemente, setransforma en fuente de conflictos yde violencias.

Así, hablar de la dignidad trascen-dente del hombre, significa apelarse asu naturaleza, a su innata capacidadde distinguir el bien del mal, a esa«brújula» inscrita en nuestros cora-zones y que Dios ha impreso en eluniverso creado4; significa sobre to-do mirar al hombre no como un ab-soluto, sino como un ser relacional.Una de las enfermedades que veomás extendidas hoy en Europa es lasoledad, propia de quien no tiene la-

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En los discursos del Pontífice

Una clave para leer la historia europeaUn viaje breve, brevísimo. Cercade cuatro horas en suelo francés.El más breve en la historia de losviajes internacionales de los Pon-tífices. Pocas ceremonias. Todo eltiempo se dedicó a los dos gran-des discursos al Parlamento euro-peo y al Consejo de Europa: unaclave de lectura de nuestra histo-ria de hoy, la ocasión para indicarun camino, para incitar las con-ciencias, para proponer una coo-peración. Habló con fuerza el Pa-pa Francisco a una Europa «heri-da» y «cansada», a la que pidiórecuperar su vigor y volver a serprotagonista del «desarrollo cul-tural» de la humanidad.

El viaje del Pontífice a Estras-burgo, el martes 25 de noviembre,

con la visita al Parlamento euro-peo y al Consejo de Europa, nofue un viaje pastoral: el Papa visi-tará el próximo año a la comuni-dad católica francesa. Su visitafue la visita de una autoridad mo-ral y espiritual invitada para lle-var palabras claras.

El Papa Francisco partió delaeropuerto de Fiumicino a las8.15 y aterrizó en el aeropuerto in-ternacional de Estrasbourg-En-tzheim poco antes de las 10, conalgunos minutos de anticipaciónrespecto al programa.

En automóvil el Pontífice reco-rrió dieciocho kilómetros para lle-gar al Parlamento europeo. Exac-

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página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de noviembre de 2014, número 48

El Pontíficeal Parlamento europeo

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zo alguno. Se ve particularmente enlos ancianos, a menudo abandona-dos a su destino, como también enlos jóvenes sin puntos de referenciay de oportunidades para el futuro;se ve igualmente en los numerosospobres que pueblan nuestras ciuda-des y en los ojos perdidos de los in-migrantes que han venido aquí enbusca de un futuro mejor.

Esta soledad se ha agudizado porla crisis económica, cuyos efectosperduran todavía con consecuenciasdramáticas desde el punto de vistasocial. Se puede constatar que, en elcurso de los últimos años, junto alproceso de ampliación de la UniónEuropea, ha ido creciendo la des-confianza de los ciudadanos respectoa instituciones consideradas distan-tes, dedicadas a establecer reglas quese sienten lejanas de la sensibilidadde cada pueblo, e incluso dañinas.Desde muchas partes se recibe unaimpresión general de cansancio, deenvejecimiento, de una Europa an-ciana que ya no es fértil ni vivaz.Por lo que los grandes ideales quehan inspirado Europa parecen haberperdido fuerza de atracción, en favorde los tecnicismos burocráticos desus instituciones.

A eso se asocian algunos estilosde vida un tanto egoístas, caracteri-zados por una opulencia insostenibley a menudo indiferente respecto almundo circunstante, y sobre todo alos más pobres. Se constata amarga-mente el predominio de las cuestio-nes técnicas y económicas en el cen-tro del debate político, en detrimen-to de una orientación antropológicaauténtica5. El ser humano corre elriesgo de ser reducido a un mero en-granaje de un mecanismo que lo tra-ta como un simple bien de consumopara ser utilizado, de modo que —la-mentablemente lo percibimos a me-nudo—, cuando la vida ya no sirve adicho mecanismo se la descarta sintantos reparos, como en el caso delos enfermos, los enfermos termina-les, de los ancianos abandonados ysin atenciones, o de los niños asesi-nados antes de nacer.

Este es el gran equívoco que seproduce «cuando prevalece la abso-lutización de la técnica»6, que termi-na por causar «una confusión entrelos fines y los medios»7. Es el resul-tado inevitable de la «cultura del des-carte» y del «consumismo exasperado».Al contrario, afirmar la dignidad dela persona significa reconocer el va-lor de la vida humana, que se nosda gratuitamente y, por eso, no pue-de ser objeto de intercambio o decomercio. Ustedes, en su vocaciónde parlamentarios, están llamadostambién a una gran misión, aunquepueda parecer inútil: Preocuparse dela fragilidad, de la fragilidad de lospueblos y de las personas. Cuidar lafragilidad quiere decir fuerza y ter-nura, lucha y fecundidad, en mediode un modelo funcionalista y priva-tista que conduce inexorablemente ala «cultura del descarte». Cuidar dela fragilidad de las personas y de lospueblos significa proteger la memo-ria y la esperanza; significa hacersecargo del presente en su situaciónmás marginal y angustiante, y ser ca-paz de dotarlo de dignidad8.

Por lo tanto, ¿cómo devolver la espe-ranza al futuro, de manera que, par-

tiendo de las jóvenes generaciones, seencuentre la confianza para perseguir elgran ideal de una Europa unida y enpaz, creativa y emprendedora, respetuo-sa de los derechos y consciente de lospropios deberes?

Para responder a esta pregunta,permítanme recurrir a una imagen.Uno de los más célebres frescos deRafael que se encuentra en el Vatica-no representa la Escuela de Atenas.En el centro están Platón y Aristóte-les. El primero con el dedo apuntahacia lo alto, hacia el mundo de lasideas, podríamos decir hacia el cielo;el segundo tiende la mano hacia de-lante, hacia el observador, hacia latierra, la realidad concreta. Me pare-ce una imagen que describe bien aEuropa en su historia, hecha de unpermanente encuentro entre el cieloy la tierra, donde el cielo indica laapertura a lo trascendente, a Dios,que ha caracterizado desde siempreal hombre europeo, y la tierra repre-senta su capacidad práctica y concre-ta de afrontar las situaciones y losp ro b l e m a s .

El futuro de Europa depende delredescubrimiento del nexo vital e in-separable entre estos dos elementos.Una Europa que no es capaz deabrirse a la dimensión trascendentede la vida es una Europa que correel riesgo de perder lentamente lapropia alma y también aquel «espíri-tu humanista» que, sin embargo,ama y defiende.

Precisamente a partir de la necesi-dad de una apertura a la trascenden-cia, deseo afirmar la centralidad dela persona humana, que de otro mo-do estaría en manos de las modas ypoderes del momento. En este senti-do, considero fundamental no sóloel patrimonio que el cristianismo hadejado en el pasado para la forma-ción cultural del continente, sino,sobre todo, la contribución que pre-tende dar hoy y en el futuro para sucrecimiento. Dicha contribución noconstituye un peligro para la laici-dad de los Estados y para la inde-pendencia de las instituciones de laUnión, sino que es un enriqueci-miento. Nos lo indican los idealesque la han formado desde el princi-pio, como son: la paz, la subsidiarie-dad, la solidaridad recíproca y unhumanismo centrado sobre el respe-to de la dignidad de la persona.

Por ello, quisiera renovar la dispo-nibilidad de la Santa Sede y de laIglesia católica, a través de la Comi-sión de las Conferencias episcopaleseuropeas (COMECE), para mantenerun diálogo provechoso, abierto ytrasparente con las instituciones dela Unión Europea. Estoy igualmenteconvencido de que una Europa ca-paz de apreciar las propias raíces re-ligiosas, sabiendo aprovechar su ri-queza y potencialidad, puede sertambién más fácilmente inmune atantos extremismos que se expandenen el mundo actual, también por elgran vacío en el ámbito de los idea-les, como lo vemos en el así llamadoOccidente, porque «es precisamenteeste olvido de Dios, en lugar de suglorificación, lo que engendra la vio-lencia»9.

A este respecto, no podemos olvi-dar aquí las numerosas injusticias ypersecuciones que sufren cotidiana-mente las minorías religiosas, y par-ticularmente cristianas, en diversaspartes del mundo. Comunidades ypersonas que son objeto de cruelesviolencias: expulsadas de sus propiascasas y patrias; vendidas como escla-vas; asesinadas, decapitadas, crucifi-cadas y quemadas vivas, bajo el ver-gonzoso y cómplice silencio de tan-tos.

El lema de la Unión Europea esUnidad en la diversidad, pero la uni-dad no significa uniformidad políti-ca, económica, cultural, o de pensa-miento. En realidad, toda auténticaunidad vive de la riqueza de la di-versidad que la compone: como unafamilia, que está tanto más unidacuanto cada uno de sus miembrospuede ser más plenamente sí mismosin temor. En este sentido, consideroque Europa es una familia de pue-blos, que podrán sentir cercanas lasinstituciones de la Unión si estas sa-ben conjugar sabiamente el anhela-do ideal de la unidad, con la diversi-dad propia de cada uno, valorandotodas las tradiciones; tomando con-ciencia de su historia y de sus raíces;liberándose de tantas manipulacio-nes y fobias. Poner en el centro lapersona humana significa sobre tododejar que muestre libremente el pro-pio rostro y la propia creatividad,sea en el ámbito particular que comopueblo.

Por otra parte, las peculiaridadesde cada uno constituyen una autén-tica riqueza en la medida en que seponen al servicio de todos. Es preci-so recordar siempre la arquitecturapropia de la Unión Europea, cons-truida sobre los principios de solida-ridad y subsidiariedad, de modo queprevalezca la ayuda mutua y se pue-da caminar, animados por la con-fianza recíproca.

En esta dinámica de unidad-parti-cularidad, se les plantea también, se-ñores y señoras eurodiputados, laexigencia de hacerse cargo de man-tener viva la democracia, la demo-cracia de los pueblos de Europa. Nose nos oculta que una concepciónuniformadora de la globalidad dañala vitalidad del sistema democrático,debilitando el contraste rico, fecun-do y constructivo, de las organiza-ciones y de los partidos políticos en-tre sí. De esta manera se corre elriesgo de vivir en el reino de la idea,de la mera palabra, de la imagen,del sofisma... y se termina por con-fundir la realidad de la democraciacon un nuevo nominalismo político.Mantener viva la democracia en Eu-ropa exige evitar tantas «manerasglobalizantes» de diluir la realidad:los purismos angélicos, los totalita-rismos de lo relativo, los fundamen-talismos ahistóricos, los eticismos sinbondad, los intelectualismos sin sa-biduría10.

Mantener viva la realidad de lasdemocracias es un reto de este mo-mento histórico, evitando que sufuerza real —fuerza política expresivade los pueblos— sea desplazada antelas presiones de intereses multinacio-nales no universales, que las hacen

más débiles y las trasforman en siste-mas uniformadores de poder finan-ciero al servicio de imperios desco-nocidos. Este es un reto que hoy lahistoria nos ofrece.

Dar esperanza a Europa no signi-fica sólo reconocer la centralidad dela persona humana, sino que implicatambién favorecer sus cualidades. Setrata por eso de invertir en ella y entodos los ámbitos en los que sus ta-lentos se forman y dan fruto. El pri-mer ámbito es seguramente el de laeducación, a partir de la familia, cé-lula fundamental y elemento precio-so de toda sociedad. La familia uni-da, fértil e indisoluble trae consigolos elementos fundamentales paradar esperanza al futuro. Sin esta so-lidez se acaba construyendo sobrearena, con graves consecuencias so-ciales. Por otra parte, subrayar laimportancia de la familia, no sóloayuda a dar prospectivas y esperanzaa las nuevas generaciones, sino tam-bién a los numerosos ancianos, mu-chas veces obligados a vivir en con-diciones de soledad y de abandonoporque no existe el calor de un ho-gar familiar capaz de acompañarlesy sostenerles.

Junto a la familia están las institu-ciones educativas: las escuelas y uni-versidades. La educación no puedelimitarse a ofrecer un conjunto deconocimientos técnicos, sino que de-be favorecer un proceso más com-plejo de crecimiento de la personahumana en su totalidad. Los jóvenesde hoy piden poder tener una for-mación adecuada y completa paramirar al futuro con esperanza, y nocon desilusión. Numerosas son laspotencialidades creativas de Europaen varios campos de la investigacióncientífica, algunos de los cuales noestán explorados todavía completa-mente. Baste pensar, por ejemplo, enlas fuentes alternativas de energía,cuyo desarrollo contribuiría mucho ala defensa del medio ambiente.

Europa ha estado siempre en pri-mera línea de un loable compromisoen favor de la ecología. En efecto,esta tierra nuestra necesita de conti-nuos cuidados y atenciones, y cadauno tiene una responsabilidad perso-nal en la custodia de la creación,don precioso que Dios ha puesto enlas manos de los hombres. Esto sig-nifica, por una parte, que la natura-leza está a nuestra disposición, po-demos disfrutarla y hacer buen usode ella; por otra parte, significa queno somos los dueños. Custodios, pe-ro no dueños. Por eso la debemosamar y respetar. «Nosotros en cam-bio nos guiamos a menudo por lasoberbia de dominar, de poseer, demanipular, de explotar; no la “custo-diamos”, no la respetamos, no laconsideramos como un don gratuitoque hay que cuidar»11. Respetar elambiente no significa sólo limitarsea evitar estropearlo, sino tambiénutilizarlo para el bien. Pienso sobretodo en el sector agrícola, llamado adar sustento y alimento al hombre.No se puede tolerar que millones depersonas en el mundo mueran dehambre, mientras toneladas de restosde alimentos se desechan cada díade nuestras mesas. Además, el respe-to por la naturaleza nos recuerdaque el hombre mismo es parte fun-damental de ella. Junto a una ecolo-

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

Al Consejo de Europa la invitación a caminar hacia el futuro para reencontrar la juventud de espíritu que hizo grande al continente

Memoria, valor, utopíaPara «caminar hacia el futuro» hacefalta «memoria, valor y una sana yhumana utopía»: lo recordó elPontífice a los miembros del Consejo deEuropa durante la visita del martes25 de noviembre, por la mañana.

Señor secretario general, señora pre-sidenta, excelencias, señoras y seño-re s :

Me alegra poder tomar la palabraen esta Convención que reúne unarepresentación significativa de laAsamblea parlamentaria del Consejode Europa, de representantes de lospaíses miembros, de los jueces delTribunal europeo de los derechoshumanos, así como de las diversasInstituciones que componen el Con-sejo de Europa. En efecto, casi todaEuropa está presente en esta aula,con sus pueblos, sus idiomas, sus ex-presiones culturales y religiosas, queconstituyen la riqueza de este conti-nente. Estoy especialmente agradeci-do al señor secretario general delConsejo de Europa, sr. ThorbjørnJagland, por su amable invitación ylas cordiales palabras de bienvenidaque me ha dirigido. Saludo tambiéna la sra. Anne Brasseur, presidentade la Asamblea parlamentaria. Agra-dezco a todos de corazón su com-promiso y la contribución que ofre-cen a la paz en Europa, a través dela promoción de la democracia, losderechos humanos y el estado de de-re c h o .

En la intención de sus Padres fun-dadores, el Consejo de Europa, queeste año celebra su 65° aniversario,respondía a una tendencia ideal ha-cia la unidad, que ha animado envarias fases la vida del continentedesde la antigüedad. Sin embargo, alo largo de los siglos, han prevaleci-do muchas veces las tendencias par-ticularistas, marcadas por reiteradospropósitos hegemónicos. Baste decirque, diez años antes de aquel 5 demayo de 1949, cuando se firmó enLondres el Tratado que estableció elConsejo de Europa, comenzaba elconflicto más sangriento y cruel querecuerdan estas tierras, cuyas divisio-nes han continuado durante muchosaños después, cuando el llamado Te-lón de Acero dividió en dos el conti-nente, desde el mar Báltico hasta elGolfo de Trieste. El proyecto de losPadres fundadores era reconstruirEuropa con un espíritu de serviciomutuo, que aún hoy, en un mundomás proclive a reivindicar que a ser-vir, debe ser la llave maestra de lamisión del Consejo de Europa, enfavor de la paz, la libertad y la dig-nidad humana.

Por otro lado, el camino privile-giado para la paz —para evitar quese repita lo ocurrido en las dos gue-rras mundiales del siglo pasado— esreconocer en el otro no un enemigoque combatir, sino un hermano aquien acoger. Es un proceso conti-nuo, que nunca puede darse por lo-grado plenamente. Esto es precisa-mente lo que intuyeron los Padresfundadores, que entendieron cómola paz era un bien que se debe con-quistar continuamente, y que exigeuna vigilancia absoluta. Eran cons-cientes de que las guerras se alimen-tan por los intentos de apropiarse

espacios, cristalizar los procesosavanzados y tratar de detenerlos;ellos, por el contrario, buscaban lapaz que sólo puede alcanzarse conla actitud constante de iniciar proce-sos y llevarlos adelante.

Afirmaban de este modo la volun-tad de caminar madurando con eltiempo, porque es precisamente eltiempo lo que gobierna los espacios,los ilumina y los transforma en unacadena de crecimiento continuo, sinvuelta atrás. Por eso, construir lapaz requiere privilegiar las accionesque generan nuevo dinamismo en lasociedad e involucran a otras perso-nas y otros grupos que los desarro-llen, hasta que den fruto en aconte-cimientos históricos importantes1.

Por esta razón dieron vida a esteOrganismo estable. Algunos añosmás tarde, el beato Pablo VI re c o rd óque «las mismas instituciones que enel orden jurídico y en el conciertointernacional tienen la función y elmérito de proclamar y de conservarla paz alcanzan su providencial fina-lidad cuando están continuamenteen acción, cuando en todo momentosaben engendrar la paz, hacer lapaz»2. Es preciso un proceso cons-tante de humanización, y «no bastareprimir las guerras, suspender lasluchas (...); no basta una paz im-puesta, una paz utilitaria y proviso-ria; hay que tender a una paz ama-da, libre, fraterna, es decir, fundadaen la reconciliación de los ánimos»3.Es decir, continuar los procesos sinansiedad, pero ciertamente con con-vicciones claras y con tesón.

Para lograr el bien de la paz esnecesario ante todo educar para ella,abandonando una cultura del con-flicto, que tiende al miedo del otro,a la marginación de quien piensa yvive de manera diferente. Es ciertoque el conflicto no puede ser ignora-do o encubierto, debe ser asumido.Pero si nos quedamos atascados enél, perdemos perspectiva, los hori-zontes se limitan y la realidad mismasigue estando fragmentada. Cuandonos paramos en la situación conflic-tual perdemos el sentido de la uni-dad profunda de la realidad4, dete-nemos la historia y caemos en des-gastes internos y en contradiccionesestériles.

Por desgracia, la paz está todavíademasiado a menudo herida. Lo estáen tantas partes del mundo, dondearrecian furiosos conflictos de diver-sa índole. Lo está aquí, en Europa,donde no cesan las tensiones. Cuán-to dolor y cuántos muertos se pro-ducen todavía en este continente,que anhela la paz, pero que vuelve acaer fácilmente en las tentaciones deotros tiempos. Por eso es importantey prometedora la labor del Consejode Europa en la búsqueda de unasolución política a las crisis actuales.

Pero la paz sufre también porotras formas de conflicto, como elterrorismo religioso e internacional,embebido de un profundo despreciopor la vida humana y que mata in-discriminadamente a víctimas ino-centes. Por desgracia, este fenómenose abastece de un tráfico de armas amenudo impune. La Iglesia conside-ra que «la carrera de armamentos esuna plaga gravísima de la humani-

dad y perjudica a los pobres de mo-do intolerable»5. La paz también sequebranta por el tráfico de seres hu-manos, que es la nueva esclavitud denuestro tiempo, y que convierte a laspersonas en un artículo de mercado,privando a las víctimas de toda dig-nidad. No es difícil constatar cómoestos fenómenos están a menudo re-lacionados entre sí. El Consejo deEuropa, a través de sus Comités yGrupos de expertos, juega un papelimportante y significativo en la lu-cha contra estas formas de inhuma-nidad.

Con todo, la paz no es solamenteausencia de guerra, de conflictos ytensiones. En la visión cristiana, esal mismo tiempo un don de Dios yfruto de la acción libre y racional delhombre, que intenta buscar el biencomún en la verdad y el amor. «Esteorden racional y moral se apoya pre-cisamente en la decisión de la con-ciencia de los seres humanos de bus-car la armonía en sus relaciones mu-tuas, respetando la justicia en to-dos»6.

Entonces, ¿cómo lograr el objetivoambicioso de la paz?

El camino elegido por el Consejode Europa es ante todo el de la pro-moción de los derechos humanos,que enlaza con el desarrollo de lademocracia y el estado de derecho.Es una tarea particularmente valiosa,con significativas implicaciones éti-cas y sociales, puesto que de una co-rrecta comprensión de estos términosy una reflexión constante sobre ellos,depende el desarrollo de nuestras so-ciedades, su convivencia pacífica ysu futuro. Este estudio es una de lasgrandes aportaciones que Europa haofrecido y sigue ofreciendo al mun-do entero.

Así pues, en esta sede siento eldeber de señalar la importancia dela contribución y la responsabilidadeuropea en el desarrollo cultural dela humanidad. Quisiera hacerlo a

pierde las raíces, el tronco se vacíalentamente y muere, y las ramas—antes exuberantes y rectas— se plie-gan hacia la tierra y caen. Aquí estátal vez una de las paradojas más in-comprensibles para una mentalidadcientífica aislada: para caminar haciael futuro hace falta el pasado, se ne-cesitan raíces profundas, y tambiénse requiere el valor de no esconderseante el presente y sus desafíos. Hacefalta memoria, valor y una sana yhumana utopía.

Por otro lado —observa Rebora—«el tronco se ahonda donde es másv e rd a d e ro » 8. Las raíces se nutren dela verdad, que es el alimento, la linfavital de toda sociedad que quiera serauténticamente libre, humana y soli-daria. Además, la verdad hace un lla-mamiento a la conciencia, que es irre-ductible a los condicionamientos, ypor tanto capaz de conocer su pro-pia dignidad y estar abierta a lo ab-soluto, convirtiéndose en fuente deopciones fundamentales guiadas porla búsqueda del bien para los demásy para sí mismo, y la sede de una li-bertad responsable9.

También hay que tener en cuentaque, sin esta búsqueda de la verdad,cada uno se convierte en medida desí mismo y de sus actos, abriendo elcamino a una afirmación subjetivade los derechos, por lo que el con-cepto de derecho humano, que tieneen sí mismo un valor universal, que-da sustituido por la idea del derechoindividualista. Esto lleva al sustan-cial descuido de los demás, y a fo-mentar esa globalización de la indife-re n c i a que nace del egoísmo, fruto deuna concepción del hombre incapazde acoger la verdad y vivir una au-téntica dimensión social.

Este individualismo nos hace hu-manamente pobres y culturalmenteestériles, pues cercena de hecho esasraíces fecundas que mantienen la vi-da del árbol. Del individualismo in-

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partir de una imagentomada de un poetaitaliano del siglo XX,Clemente Rebora,que, en uno de suspoemas, describe unálamo, con sus ramastendidas al cielo y mo-vidas por el viento, sutronco sólido y firme,y sus raíces profunda-mente ancladas en latierra7. En cierto senti-do, podemos pensaren Europa a la luz deesta imagen.

A lo largo de suhistoria, siempre hatendido hacia lo alto,hacia nuevas y ambi-ciosas metas, impulsa-da por un deseo insa-ciable de conocimien-tos, desarrollo, progre-so, paz y unidad. Peroel crecimiento delpensamiento, la cultu-ra, los descubrimien-tos científicos son po-sibles por la solidezdel tronco y la profun-didad de las raícesque lo alimentan. Si

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El Papa Franciscoal Consejo de Europa

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diferente nace el culto a la opulencia,que corresponde a la cultura deldescarte en la que estamos inmersos.Efectivamente, tenemos demasiadascosas, que a menudo no sirven, peroya no somos capaces de construirauténticas relaciones humanas, basa-das en la verdad y el respeto mutuo.Así, hoy tenemos ante nuestros ojosla imagen de una Europa herida,por las muchas pruebas del pasado,pero también por la crisis del pre-sente, que ya no parece ser capaz dehacerle frente con la vitalidad y laenergía del pasado. Una Europa unpoco cansada y pesimista, que sesiente asediada por las novedades deotros continentes.

Podemos preguntar a Europa:¿Dónde está tu vigor? ¿Dónde estáesa tensión ideal que ha animado yhecho grande tu historia? ¿Dóndeestá tu espíritu de emprendedor cu-rioso? ¿Dónde está tu sed de verdad,que hasta ahora has comunicado almundo con pasión?

De la respuesta a estas preguntasdependerá el futuro del continente.Por otro lado —volviendo a la ima-gen de Rebora— un tronco sin raícespuede seguir teniendo una aparien-cia vital, pero por dentro se vacía ymuere. Europa debe reflexionar so-bre si su inmenso patrimonio huma-no, artístico, técnico, social, político,económico y religioso es un simpleretazo del pasado para museo, o sitodavía es capaz de inspirar la cultu-ra y abrir sus tesoros a toda la hu-manidad. En la respuesta a este inte-rrogante, el Consejo de Europa y susinstituciones tienen un papel de pri-mera importancia.

Pienso especialmente en el papelde la Corte Europea de los derechoshumanos, que es de alguna manerala «conciencia» de Europa en el res-peto de los derechos humanos. Miesperanza es que dicha concienciamadure cada vez más, no por unmero consenso entre las partes, sinocomo resultado de la tensión haciaesas raíces profundas, que es el pilarsobre los que los Padres fundadoresde la Europa contemporánea deci-dieron edificar.

Junto a las raíces —que se debenbuscar, encontrar y mantener vivascon el ejercicio cotidiano de la me-moria, pues constituyen el patrimo-nio genético de Europa—, están losdesafíos actuales del continente, quenos obligan a una creatividad conti-nua, para que estas raíces sean fruc-tíferas hoy, y se proyecten hacia uto-pías del futuro. Permítanme mencio-nar sólo dos: el reto de la multipola-ridad y el desafío de la t ra n s v e rs a l i -dad.

La historia de Europa puede lle-varnos a concebirla ingenuamentecomo una bipolaridad o, como mu-cho, una tripolaridad (pensemos enla antigua concepción: Roma - Bi-zancio - Moscú), y dentro de este es-quema, fruto de reduccionismos geo-políticos hegemónicos, movernos enla interpretación del presente y en laproyección hacia la utopía del futu-ro .

Hoy las cosas no son así, y pode-mos hablar legítimamente de unaEuropa multipolar. Las tensiones—tanto las que construyen como lasque disgregan— se producen entre

múltiples polos culturales, religiososy políticos. Europa afronta hoy el re-to de «globalizar» de modo originalesta multipolaridad. Las culturas nose identifican necesariamente con lospaíses: algunos de ellos tienen dife-rentes culturas y algunas culturas semanifiestan en diferentes países. Lomismo ocurre con las expresionespolíticas, religiosas y asociativas.

Globalizar de modo original—subrayo esto: de modo original— lamultipolaridad comporta el reto deuna armonía constructiva, libre dehegemonías que, aunque pragmáti-camente parecen facilitar el camino,terminan por destruir la originalidadcultural y religiosa de los pueblos.

Hablar de la multipolaridad euro-pea es hablar de pueblos que nacen,crecen y se proyectan hacia el futu-ro. La tarea de globalizar la multi-

recorrer este camino sin recurrir aldiálogo, también i n t e rg e n e ra c i o n a l . Siquisiéramos definir hoy el continen-te, debemos hablar de una Europadialogante, que sabe poner la trans-versalidad de opiniones y reflexionesal servicio de pueblos armónicamen-te unidos.

Asumir este camino de la comuni-cación transversal no sólo comportaempatía intergeneracional, sino me-todología histórica de crecimiento.En el mundo político actual de Eu-ropa, resulta estéril el diálogo mera-mente en el seno de los organismos(políticos, religiosos, culturales) dela propia pertenencia. La historia pi-de hoy la capacidad de salir de lasestructuras que «contienen» la propiaidentidad, con el fin de hacerla másfuerte y más fructífera en la confron-tación fraterna de la transversalidad.

puede haber un enriquecimientomutuo, en los que la Iglesia católica—especialmente a través del Consejode las Conferencias episcopales deEuropa (CCEE)— puede colaborarcon el Consejo de Europa y ofreceruna contribución fundamental. Enprimer lugar, a la luz de lo que aca-bo de decir, en el ámbito de una re-flexión ética sobre los derechos hu-manos, sobre los que esta Organiza-ción está frecuentemente llamada areflexionar. Pienso particularmenteen las cuestiones relacionadas con laprotección de la vida humana, cues-tiones delicadas que han de ser so-metidas a un examen cuidadoso, quetenga en cuenta la verdad de todo elser humano, sin limitarse a camposespecíficos, médicos, científicos o ju-rídicos.

También hay numerosos retos delmundo contemporáneo que precisanestudio y un compromiso común,comenzando por la acogida de losemigrantes, que necesitan antes quenada lo esencial para vivir, pero, so-bre todo, que se les reconozca sudignidad como personas. Despuéstenemos todo el grave problema deltrabajo, especialmente por los eleva-dos niveles de desempleo juvenil quese produce en muchos países —unaverdadera hipoteca para el futuro—,pero también por la cuestión de ladignidad del trabajo.

Espero ardientemente que se ins-taure una nueva colaboración socialy económica, libre de condiciona-mientos ideológicos, que sepa afron-tar el mundo globalizado, mante-niendo vivo el sentido de la solidari-dad y de la caridad mutua, que tan-to ha caracterizado el rostro de Eu-ropa, gracias a la generosa labor decientos de hombres y mujeres —algu-nos de los cuales la Iglesia católicaconsidera santos— que, a lo largo delos siglos, se han esforzado por de-sarrollar el continente, tanto median-te la actividad empresarial como conobras educativas, asistenciales y depromoción humana. Estas últimas,sobre todo, son un punto de referen-cia importante para tantos pobresque viven en Europa. ¡Cuántos haypor nuestras calles! No sólo pidenpan para el sustento, que es el másbásico de los derechos, sino tambiénredescubrir el valor de la propia vi-da, que la pobreza tiende a hacer ol-vidar, y recuperar la dignidad que eltrabajo confiere.

En fin, entre los temas que requie-ren nuestra reflexión y nuestra cola-boración está la defensa del medioambiente, de nuestra querida Tierra,el gran recurso que Dios nos ha da-do y que está a nuestra disposición,no para ser desfigurada, explotada ydenigrada, sino para que, disfrutan-do de su inmensa belleza, podamosvivir con dignidad.

Señor secretario, señora presiden-ta, excelencias, señoras y señores,

El beato Pablo VI calificó a laIglesia como «experta en humani-dad»10. En el mundo, a imitación deCristo, y no obstante los pecados desus hijos, ella no busca más que ser-vir y dar testimonio de la verdad11.Nada más, sino sólo este espíritu,nos guía en el alentar el camino dela humanidad.

Con esta disposición, la Santa Se-

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Una Europa que dia-logue únicamente den-tro de los grupos ce-rrados de pertenenciase queda a mitad decamino; se necesita elespíritu juvenil queacepte el reto de latransversalidad.

En esta perspectiva,acojo favorablementela voluntad del Conse-jo de Europa de inver-tir en el diálogo inter-cultural, incluyendosu dimensión religiosa,mediante los Encuen-tros sobre la dimensiónreligiosa del diálogo in-t e rc u l t u ra l . Es unaoportunidad prove-chosa para el inter-cambio abierto, respe-tuoso y enriquecedorentre las personas ygrupos de diverso ori-gen, tradición étnica,lingüística y religiosa,

polaridad de Europa no se puedeimaginar con la figura de la esfera—donde todo es igual y ordenado,pero que resulta reductiva puestoque cada punto es equidistante delc e n t ro —, sino más bien con la delp o l i e d ro , donde la unidad armónicadel todo conserva la particularidadde cada una de las partes. Hoy Eu-ropa es multipolar en sus relacionesy tensiones; no se puede pensar niconstruir Europa sin asumir a fondoesta realidad m u l t i p o l a r.

El otro reto que quisiera mencio-nar es la t ra n s v e rs a l i d a d . Comienzocon una experiencia personal: en losencuentros con políticos de diferen-tes países de Europa, he notado quelos jóvenes afrontan la realidad polí-tica desde una perspectiva diferentea la de sus colegas más adultos. Talvez dicen cosas aparentemente seme-jantes, pero el enfoque es diverso.La letra es similar, pero la música esdiferente. Esto ocurre en los jóvenespolíticos de diferentes partidos. Y esun dato que indica una realidad dela Europa actual de la que no sepuede prescindir en el camino de laconsolidación continental y de suproyección de futuro: tener en cuen-ta esta t ra n s v e rs a l i d a d que se percibeen todos los campos. No se puede

en un espíritu de comprensión y res-peto mutuo.

Dichos encuentros parecen parti-cularmente importantes en el am-biente actual multicultural, multipo-lar, en busca de una propia fisiono-mía, para combinar con sabiduría laidentidad europea que se ha forma-do a lo largo de los siglos con lassolicitudes que llegan de otros pue-blos que ahora se asoman al conti-nente.

En esta lógica se incluye la apor-tación que el cristianismo puede ofre-cer hoy al desarrollo cultural y socialeuropeo en el ámbito de una correc-ta relación entre religión y sociedad.En la visión cristiana, razón y fe, re-ligión y sociedad, están llamadas ailuminarse una a otra, apoyándosemutuamente y, si fuera necesario,purificándose recíprocamente de losextremismos ideológicos en que pue-den caer. Toda la sociedad europease beneficiará de una reavivada rela-ción entre los dos ámbitos, tanto pa-ra hacer frente a un fundamentalis-mo religioso, que es sobre todo ene-migo de Dios, como para evitar unarazón «reducida», que no honra alh o m b re .

Estoy convencido de que hay mu-chos temas, y actuales, en los que

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Entre dignidad y trascendenciaVIENE DE LA PÁGINA 4

Memoria, valor, utopía

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gía ambiental, se necesita una eco-logía humana, hecha del respeto dela persona, que hoy he querido re-cordar dirigiéndome a ustedes.

El segundo ámbito en el que flo-recen los talentos de la persona hu-mana es el trabajo. Es hora de favo-recer las políticas de empleo, peroes necesario sobre todo volver a dardignidad al trabajo, garantizandotambién las condiciones adecuadaspara su desarrollo. Esto implica,por un lado, buscar nuevos modospara conjugar la flexibilidad delmercado con la necesaria estabili-dad y seguridad de las perspectivaslaborales, indispensables para el de-sarrollo humano de los trabajado-res; por otro lado, significa favore-cer un adecuado contexto social,que no apunte a la explotación delas personas, sino a garantizar, através del trabajo, la posibilidad deconstruir una familia y de educarlos hijos.

Es igualmente necesario afrontarjuntos la cuestión migratoria. No sepuede tolerar que el mar Mediterrá-neo se convierta en un gran cemen-terio. En las barcazas que llegan co-tidianamente a las costas europeashay hombres y mujeres que necesi-tan acogida y ayuda. La ausencia deun apoyo recíproco dentro de laUnión Europea corre el riesgo deincentivar soluciones particularistasdel problema, que no tienen encuenta la dignidad humana de losinmigrantes, favoreciendo el trabajoesclavo y continuas tensiones socia-les. Europa será capaz de hacerfrente a las problemáticas asociadasa la inmigración si es capaz de pro-poner con claridad su propia identi-dad cultural y poner en práctica le-gislaciones adecuadas que sean ca-paces de tutelar los derechos de losciudadanos europeos y de garanti-zar al mismo tiempo la acogida alos inmigrantes; si es capaz deadoptar políticas correctas, valientesy concretas que ayuden a los paísesde origen en su desarrollo sociopo-lítico y a la superación de sus con-flictos internos —causa principal deeste fenómeno—, en lugar de políti-cas de interés, que aumentan y ali-mentan estos conflictos. Es necesa-rio actuar sobre las causas y no so-lamente sobre los efectos.

Señor presidente, excelencias, señorasy señores diputados:

Ser conscientes de la propia iden-tidad es necesario también para dia-logar en modo propositivo con losEstados que han solicitado entrar aformar parte de la Unión en el fu-turo. Pienso sobre todo en los delárea balcánica, para los que el in-greso en la Unión Europea puederesponder al ideal de paz en una re-gión que ha sufrido mucho por losconflictos del pasado. Por último, laconciencia de la propia identidad esindispensable en las relaciones conlos otros países vecinos, particular-mente con aquellos de la cuencamediterránea, muchos de los cualessufren a causa de conflictos internosy por la presión del fundamentalis-mo religioso y del terrorismo inter-nacional.

A ustedes, legisladores, les corres-ponde la tarea de custodiar y hacercrecer la identidad europea, de mo-

do que los ciudadanos encuentrende nuevo la confianza en las institu-ciones de la Unión y en el proyectode paz y de amistad en el que sefundamentan. Sabiendo que «cuan-to más se acrecienta el poder delhombre, más amplia es su responsa-bilidad individual y colectiva»12. Lesexhorto, pues, a trabajar para queEuropa redescubra su alma buena.

Un autor anónimo del s. II escri-bió que «los cristianos representanen el mundo lo que el alma al cuer-p o»13. La función del alma es la desostener el cuerpo, ser su concienciay la memoria histórica. Y dos milaños de historia unen a Europa y alcristianismo. Una historia en la queno han faltado conflictos y errores,también pecados, pero siempre ani-mada por el deseo de construir parael bien. Lo vemos en la belleza denuestras ciudades, y más aún, en lade múltiples obras de caridad y deedificación humana común queconstelan el continente. Esta histo-ria, en gran parte, debe ser todavíaescrita. Es nuestro presente y tam-bién nuestro futuro. Es nuestraidentidad. Europa tiene una grannecesidad de redescubrir su rostropara crecer, según el espíritu de susPadres fundadores, en la paz y en laconcordia, porque ella misma no es-tá todavía libre de conflictos.

Queridos eurodiputados, ha lle-gado la hora de construir juntos laEuropa que no gire en torno a laeconomía, sino a la sacralidad de lapersona humana, de los valores ina-lienables; la Europa que abrace convalentía su pasado, y mire con con-fianza su futuro para vivir plena-mente y con esperanza su presente.Ha llegado el momento de abando-nar la idea de una Europa atemori-zada y replegada sobre sí misma,para suscitar y promover una Euro-pa protagonista, transmisora deciencia, arte, música, valores huma-nos y también de fe. La Europa quecontempla el cielo y persigue idea-les; la Europa que mira y defiende ytutela al hombre; la Europa que ca-mina sobre la tierra segura y firme,precioso punto de referencia paratoda la humanidad.

Gracias.

1 JUA N PABLO II, Discurso al Parla-mento europeo, 11 de octubre de 1988,5.2 Cf. JUA N PABLO II, Discurso a laAsamblea parlamentaria del Consejode Europa, 8 de octubre de 1988, 3.3 Cf. BENEDICTO XVI, Caritas in ve-ritate, 7; Con. Ecum. Vat. II, const.past. Gaudium et spes, 26.4 Cf. Compendio de la doctrina socialde la Iglesia, 37.5 Cf. Evangelii gaudium, 55.6 BENEDICTO XVI, Caritas in veritate,71.7 Ibíd.8 Cf. Evangelii gaudium, 209.9 BENEDICTO XVI, Discurso a losmiembros del Cuerpo diplomático, 7 deenero de 2013.10 Cf. Evangelii gaudium, 231.11 Audiencia general, 5 de junio de2013.12 Gaudium et spes, 34.13 Carta a Diogneto, 6.

Una clave para leer la historia europeaVIENE DE LA PÁGINA 3

tamente hace cien años en estos lu-gares, en la época territorios del im-perio germánico, ya había comenza-do la guerra.

El Santo Padre está aquí para ha-blar a Europa, a las instituciones ya los pueblos, a los gobernantes y alas personas.

En un momento de su permanen-cia en Estrasburgo saludó a ElmaSchmidt, la mujer alemana —hoycon más de noventa años— que en1986 lo alojó durante su permanen-cia en Franckfurt del Meno.

Tanto en el Parlamento europeocomo en el Consejo de Europa fir-mó el libro de oro de los huéspedesde honor. En el Parlamento escribióde su puño y letra: «Deseo que elParlamento europeo sea cada vezmás la sede donde cada uno de susmiembros concurra para hacer queEuropa, consciente de su pasado,mire con confianza al futuro paravivir con esperanza el presente».

Desde la sede del Parlamento sedirigió en coche al cercano «Palaisde l’Europe», el Consejo de Euro-pa. Allí le mostraron una reproduc-ción de la vidriera de colores de laVirgen de Estrasburgo: la originalestá en la catedral desde que fuedonada en 1956 por el Consejo deEuropa. En su juego de colores seve, sobre la cabeza de la Virgen, lacorona de doce estrellas en un fon-do azul que es también el símbolode la Unión europea.

Para su discurso en el hemiciclo,el museo histórico de Estrasburgoprestó el atril original del Consejode Europa utilizado en 1988 duran-te la visita de Juan Pablo II.

El avión partió a las 14.37, y con-cluyó de este modo el viaje relám-pago del Papa. Apenas cuatro horasy media entre sus interlocutores. Pa-ra ellos comienza ahora el tiempo—mucho más largo— de disponersea trabajar para dar un rostro a laEuropa «de los pueblos y de laspersonas» deseada por el PapaFr a n c i s c o .

de tiene la intención de continuarsu colaboración con el Consejo deEuropa, que hoy desempeña un pa-pel fundamental para forjar la men-talidad de las futuras generacionesde europeos. Se trata de realizarjuntos una reflexión a todo campo,para que se instaure una especie de«nueva agorá», en la que toda ins-tancia civil y religiosa pueda con-frontarse libremente con las otras, sibien en la separación de ámbitos yen la diversidad de posiciones, ani-mada exclusivamente por el deseode v e rd a d y de edificar el bien co-mún. En efecto, la cultura nacesiempre del encuentro mutuo,orientado a estimular la riqueza in-telectual y la creatividad de cuantosparticipan; y esto, además de seruna práctica del bien, esto es belle-za. Mi esperanza es que Europa, re-descubriendo su patrimonio históri-co y la profundidad de sus raíces,asumiendo su acentuada multipolari-dad y el fenómeno de la t ra n s v e rs a l i -dad dialogante, reencuentre esa ju-ventud de espíritu que la ha hechofecunda y grande.

Gracias.

1 Cf. Evangelii gaudium, 223.2 PABLO VI, Mensaje para la celebra-ción de la VIII Jornada mundial dela paz, 8 de diciembre de 1974.3 Ibíd.4 Cf. Evangelii gaudium, 226.5 Catecismo de la Iglesia católica,2329; Gaudium et spes, 81.6 JUA N PABLO II, Mensaje para la ce-lebración de la XV Jornada mundialde la paz, 8 de diciembre de 1981, 4.7 «Vibra en el viento con todas sushojas / el álamo severo; / sufre elaire con todos sus dolores / con elansia del pensamiento: / del troncoen ramas se expresa en follaje / to-das al cielo tendidas en cimas reco-gidas: / firme permanece el troncodel misterio, / y el tronco se hundedonde es más verdadero»: Il piop-po, en Canti dell’Infermità, ed. Van-ni Scheiwiller, Milán 1957, 32.8 Ibíd.9 Cf. JUA N PABLO II, Discurso a laAsamblea parlamentaria del Consejoe u ro p e o , Estrasburgo, 8 de octubrede 1988, 4.10 Carta enc. Populorum progressio,13.11 Cf. Ibíd.

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página 8 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de noviembre de 2014, número 48

Encuentro con los periodistas en el vuelo de regreso de Estrasburgo

Europa necesita dialogar«No me atrevo calificarme de una o de otra parte»: el Papa lleva el Evangelio

Publicamos la traducción del colo-quio del Papa Francisco con los pe-riodistas a bordo del avión que par-tió el martes 25 de noviembre, por latarde, del aeropuerto de Estrasburgohacia Roma, al término del quintoviaje internacional del pontificado.El padre Lombardi introdujo y guióel encuentro.

Bernard Renaud: Esta mañana, anteel Parlamento europeo, Usted tuvo undiscurso con palabras pastorales perocon palabras que se pueden oír comopalabras políticas, y que se puedenaproximar —según mi parecer— a unsentimiento socialdemócrata. Puedo to-mar un ejemplo breve, cuando Usteddice que se debe evitar que la fuerzareal expresiva de los pueblos sea des-plazada ante los poderes multinaciona-les. ¿Podemos decir que Usted podríaser un Papa socialdemócrata?

Esto es reductivo. Allí me sientoen una colección de insectos: «Estees un insecto socialdemócrata...».No, yo diría que no. No sé si soy unPapa socialdemócrata o no... Yo nome atrevo calificarme de una o deotra parte. Lo que me atrevo decir esque esto viene del Evangelio: este esel mensaje del Evangelio, asumidopor la doctrina social de la Iglesia.En esto, en concreto, y en otras co-sas —sociales o políticas— que he di-cho, no me he separado de la doctri-na social de la Iglesia. La doctrinasocial de la Iglesia viene del Evange-lio y de la tradición cristiana. Estoque dije —la identidad de los pue-blos— es un valor evangélico, ¿no?En este sentido lo digo. Me has he-cho reír, ¡gracias!

Jean-Marie Guénois: No había casinadie esta mañana por las calles deEstrasburgo. La gente se sentía decep-

cionada. ¿Se arrepiente de no haber idoa la catedral de Estrasburgo, que esteaño festeja el milenario? ¿Y cuándorealizará su primer viaje a Francia? ¿Aqué lugar? ¿Tal vez a Lisieux?

No, no está programado todavía,pero ciertamente hay que ir a París,¿no? Hay una propuesta para ir aLourdes... Yo pedí una ciudad a laque no haya ido ningún Papa, parasaludar a los ciudadanos. Pero elproyecto no se ha hecho. Y en cuan-to a Estrasburgo, la cuestión se pen-só, pero ir a la catedral habría signi-ficado ya una visita a Francia. Y estefue el problema.

Giacomo Galeazzi: Me impresionó enel discurso al Consejo de Europa elconcepto de transversalidad, al que Us-ted hizo referencia, y en especial se refi-rió a los encuentros que tuvo con jóve-nes políticos de diversos países. En con-creto habló también de la necesidad deuna especie de pacto entre las genera-ciones, de acuerdo intergeneracional almargen de esta transversalidad. Luego,si me lo permite, una curiosidad perso-

nal: ¿es verdad que Usted es devoto desan José, y que en su habitación tieneuna estatua?

¡Sí! Siempre, cuando he pedidoalgo a san José, me lo ha dado. Elhecho de la «transversalidad» es im-portante. He visto en los diálogoscon los jóvenes políticos, en el Vati-cano, sobre todo de diversos parti-dos y naciones, que ellos hablan conuna música distinta que se orienta ala transversalidad: ¡es un valor! Ellosno tienen miedo de salir de la pro-pia pertenencia, sin negarla, sino sa-lir para dialogar. ¡Y son valientes!Creo que esto tenemos que imitarlo;y también el diálogo intergeneracio-nal. Este salir para encontrar perso-nas de otras realidades y dialogar:Europa hoy necesita esto.

Javier María Alonso Martínez : Ensu segundo discurso, el que dirigió alConsejo de Europa, Usted habló de lospecados de los hijos de la Iglesia. Qui-siera saber cómo recibió las noticias so-bre este caso de Granada, que Usted,en cierta manera, hizo salir a la luz...

Yo la recibí, me la envió a mí; laleí, llamé a la persona y dije: «Túmañana vas a ver al obispo»; y escri-bí al obispo para que comenzara eltrabajo, hacer la investigación y se-guir adelante. ¿Cómo la recibí? Congran dolor, con grandísimo dolor.Pero la verdad es la verdad, y no de-bemos esconderla.

Andreas Englisch: Usted ha habladoa menudo, en los discursos ahora enEstrasburgo, tanto de la amenaza te-rrorista como de la amenaza de la es-clavitud: estas son actitudes típicastambién del Estado islámico, que ame-naza a gran parte del Mediterráneo,amenazan incluso a Roma y también aUsted, a su persona. ¿Piensa que tam-bién con estos extremistas se pueda te-ner un diálogo, o cree que esto es unacuestión perdida?

Yo nunca doy por perdida ningu-na cuestión, nunca. Tal vez no sepueda mantener un diálogo, peronunca cerrar una puerta. Es difícil,puedes decir «casi imposible», perola puerta siempre abierta. Usted hausado dos veces la palabra «amena-za»: es verdad, el terrorismo es unarealidad que amenaza... Pero la es-clavitud es una realidad introducidaen el tejido social de hoy, ¡desde ha-ce tiempo! El trabajo esclavo, la tra-ta personas, el comercio de niños...¡es un drama! No cerremos los ojosante todo esto! La esclavitud, hoy, esuna realidad, la explotación de laspersonas... Y luego está la amenazade estos terroristas. Pero tambiénotra amenaza es el terrorismo de Es-tado. Cuando las cosas crecen, cre-cen, crecen, y cada Estado por sucuenta se siente con el derecho demasacrar a los terroristas, y con losterroristas caen muchos que son ino-centes. Esto es una anarquía de altonivel que es muy peligrosa. Con elterrorismo se debe luchar, pero repi-to lo que dije en el viaje anterior:cuando se debe detener al agresorinjusto, se debe hacer con el consen-timiento internacional.

Caroline Pigozzi: Quería saber sicuando Usted viaja a Estrasburgo via-ja, en su corazón, como sucesor de Pe-dro, como obispo de Roma, o como ar-zobispo de Buenos Aires... Es una pre-gunta de mujer...

Caroline es muy sutil... No lo sé,de verdad no lo sé. Pero... viajo,creo, con las tres cosas, porque nun-ca me he planteado esta pregunta.Usted me obliga a pensar un poco.No, pero de verdad... La memoria esde arzobispo de Buenos Aires, peroesto ya no existe. Ahora soy obispode Roma y sucesor de Pedro, y creoque viajo con esa memoria pero conesta realidad: viajo con estas cosas.En este momento, Europa me preo-cupa; es un bien para ayudar que yosiga adelante, y esto como obispo deRoma y sucesor de Pedro: allí soyro m a n o .

Muchas gracias por vuestro traba-jo. Ha sido verdaderamente un díaintenso. Gracias, muchas gracias. Noos olvidéis de rezar por mí. ¡Buenalmuerzo!

Para curar las fragilidadesVIENE DE LA PÁGINA 1

mológicamente un «constructor de puentes», que no secansa de repetir la necesidad del encuentro, es más, deuna cultura del encuentro —dejó, en efecto, dos discur-sos arduos, que miran lejos. Con palabras meditadas yatentas para dar, sobre todo, confianza al «viejo conti-nente», heredero y depositario de un patrimonio idealinmenso. Precisamente por esto, ante el mundo, su res-ponsabilidad exige mucho de cada uno.

Ha pasado más de un cuarto de siglo desde la pri-mera visita de un Papa a las instituciones europeas, unaño antes de la caída del Muro de Berlín que dio ini-cio a una época de cambios profundos, no sólo en elescenario continental. Desde entonces el orden mun-dial se hizo menos eurocéntrico, mientras que resultamás clara la conciencia de la multipolaridad. Junto aeste desafío el Papa presentó el de la transversalidad,que dijo haber encontrado —y lo recordó también a losperiodistas en el vuelo de regreso— en los políticos másjóvenes, que representan una esperanza para Europa.

El Papa Francisco, hombre de escucha y de diálogo,es consciente de las dificultades, agravadas hoy poruna crisis económica gravosa y persistente, pero sabeque estas deben llevar a la unidad para vencer miedosy angustias. Detrás de la historia europea de hoy hayun siglo marcado por dos guerras tremendas que en-sangrentaron el continente, mientras que todo el mun-do debe hacer frente a intolerancias y fundamentalis-

mos terroristas que encubren detrás motivos religiosos,pero ofenden a Dios y pisotean al ser humano.

Precisamente la persona humana está en el centro delos dos discursos que el Papa Francisco pronunció ydeja a Europa. Con palabras claras —y apoyadas porrepetidos aplausos— que recordaron a los padres funda-dores y alentaron a retomar los ideales, pero tambiéndenunciaron debilidades y derivas, cierto no sólo euro-peas: desde el individualismo enfermo de soledad a unconsumismo cada vez más insensato, desde el dominiooscuro del poder financiero a los tráficos infames dearmas y de seres humanos. He aquí las fragilidades queen primer lugar todos los parlamentarios, pero luegotodos los habitantes, están llamados a atender.

De aquí también el papel y las responsabilidades dela política en la construcción de la democracia: para«generar la paz», camino a lo largo del cual la Iglesia,«experta en humanidad», quiere ofrecer su aportación,según dos expresiones de Pablo VI, que su sucesor citórecordando también el antiguo texto que describe a loscristianos en el mundo a través de la imagen del almaen el cuerpo. Y «ha llegado la hora —dijo el PapaFr a n c i s c o — de construir juntos la Europa que no gireen torno a la economía, sino a la sacralidad de la per-sona humana», abandonando finalmente «la idea deuna Europa atemorizada y replegada sobre sí misma,para suscitar y promover una Europa protagonista»,que al defender a la persona sea un «precioso puntode referencia» para toda la familia humana.

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 9

El Papa Francisco invita a construir sociedades inclusivas, creativas y respetuosas de la dignidad de todos

Nadie es extranjeroLa Iglesia, lugar de esperanza entre el desarraigo y la integración

«La Iglesia, además de ser unacomunidad de fieles que reconoce aJesucristo en el rostro del prójimo, esmadre sin confines y sin fronteras»: enella «nadie es extranjero y, por lotanto, todos merecen acogida y apoyo».Lo dijo el Papa Francisco el viernes 21de noviembre al recibir en audiencia, enla sala Clementina, a los participantesen el VII Congreso mundial de lapastoral de las emigraciones.

Señores cardenales, queridos herma-nos obispos y sacerdotes, queridoshermanos y hermanas:

Os acojo con agrado al final deeste Congreso. Saludo al presidente,cardenal Vegliò, y le agradezco lasamables palabras de introducción.Doy una fraternal bienvenida a losdelegados de las otras Iglesias y Co-munidades. A cada uno deseo expre-sarle mis sinceros sentimientos deaprecio y gratitud por el compromi-so y la solicitud hacia los hombres ymujeres que también hoy emprendenel «viaje de la esperanza» por loscaminos de la emigración. Graciaspor lo que hacéis. Os aseguro micercanía espiritual a vosotros y a to-dos aquellos a quienes tratáis dea y u d a r.

El Documento final de vuestroCongreso anterior, hace cinco años,afirmaba que «la emigración… estambién una invitación a imaginarun futuro diferente que persiga eldesarrollo del género humano en sutotalidad, incluyendo a cada ser hu-mano con su potencial espiritual ycultural y su contribución a un mun-do más equitativo, marcado por lasolidaridad mundial y el pleno res-peto de la dignidad humana y de lavida» (n. 3). Hoy, a pesar del desa-rrollo logrado y de las situaciones, aveces penosas e incluso dramáticasque se han verificado, la emigraciónsigue siendo aún una aspiración a laesperanza. Sobre todo en las zonasdeprimidas del planeta, en las que lafalta de trabajo impide la realizaciónde una existencia digna a las perso-nas y a sus familias, es fuerte el im-pulso a buscar un futuro mejor enotro lugar, incluso con el riesgo dedesilusiones y fracasos, provocadosen gran parte por la crisis económicaque, en diferente medida, afecta atodos los países del mundo.

Vuestro Congreso ha enfocado lasdinámicas de la cooperación y deldesarrollo en la pastoral de las emi-graciones. Habéis analizado, ante to-do, los factores que causan las emi-graciones, en particular las desigual-dades, la pobreza, el incremento de-mográfico, la necesidad creciente deempleo en algunos sectores del mer-cado del trabajo, las calamidadescausadas por el cambio climático, lasguerras y la persecuciones, el deseode las nuevas generaciones de mo-verse para buscar nuevas oportuni-dades. Además, el nexo entre coope-ración y desarrollo evidencia, por unlado, los diferentes intereses de losEstados y de los emigrantes, y, porotro, las oportunidades que podríanderivar para unos y otros. En efecto,los países que acogen sacan ventajadel empleo de los inmigrantes para

las necesidades de la producción ydel bienestar nacional, a menudo li-mitando también el vacío producidopor la crisis demográfica. A su vez,los países de los cuales parten losemigrantes registran una cierta ate-nuación del problema de la escasezde empleo y, sobre todo, se benefi-cian de las remesas que ayudan a lasnecesidades de las familias que per-manecen en la patria. En fin, losemigrantes pueden realizar el deseode un futuro mejor para sí mismos ypara sus propias familias. Sabemosque a los beneficios mencionadostambién se suman algunos proble-mas. En los países de provenienciade los emigrantes se verifican, entreotras cosas, el empobrecimiento de-bido a la pérdida de las mejores «in-teligencias», la fragilidad de niños ymuchachos que crecen sin uno o sinambos padres, y el riesgo de rupturade los matrimonios por la ausenciaprolongada. En las naciones que losacogen, como contrapartida, vemosdificultades de inserción en tejidosurbanos ya problemáticos, así comodificultades de integración y de res-peto de las convenciones sociales yculturales que encuentran allí. Alrespecto, los agentes pastorales de-sempeñan un papel valioso de invi-tación al diálogo, a la acogida y a lalegalidad, de mediación con las per-sonas del lugar de llegada. En cam-bio, en los países de origen la cerca-nía a las familias y a los jóvenes conpadres emigrantes puede atenuar lasconsecuencias negativas de su ausen-cia.

Pero vuestra reflexión ha queridoir más allá para captar las implica-ciones de la solicitud pastoral de laIglesia en el encuentro entre coope-ración, desarrollo y emigración. Porlo demás, precisamente aquí la Igle-sia tiene una palabra fuerte que de-cir. En efecto, la comunidad cristia-na está continuamente comprometi-da en la acogida de los emigrantes y

aquí la Iglesia trata de ser lugar deesperanza: elabora programas de for-mación y sensibilización; habla endefensa de los derechos de los emi-grantes; ofrece asistencia, inclusomaterial, sin exclusión, para que ca-da uno sea tratado como hijo deDios. En el encuentro con los emi-grantes, es importante adoptar unaperspectiva integral, capaz de valo-rar sus potencialidades en vez deconsiderarlos sólo un problema quehay que afrontar y resolver. El au-téntico derecho al desarrollo concier-ne a cada hombre y a todos loshombres, con una visión integral.Esto requiere que se establezcan, pa-ra todos, niveles mínimos de partici-pación en la vida de la comunidadhumana. Es muy necesario que estose verifique en la comunidad cristia-na, en la que nadie es extranjero y,

por consiguiente, todos merecenacogida y apoyo.

La Iglesia, además de ser una co-munidad de fieles que reconoce a Je-sucristo en el rostro del prójimo, esmadre sin confines y sin fronteras.Es madre de todos y se esfuerza poralimentar la cultura de la acogida yde la solidaridad, en la que nadie esinútil, está fuera de lugar o hay quedescartar. Lo recordé en el Mensajepara la Jornada mundial del emi-grante y del refugiado de este año:«El fundamento de la dignidad dela persona no está en los criterios deeficiencia, de productividad, de clasesocial, de pertenencia a una etnia ogrupo religioso, sino en el ser crea-dos a imagen y semejanza de Dios(cf. Gn 1, 26-27) y, más aún, en el serhijos de Dios; cada ser humano eshijo de Dios. En él está impresa laimagen de Cristo». Él es Cristo. Poreso los emigrantes, con su mismahumanidad, aun antes que con susvalores culturales, ensanchan el sen-tido de la fraternidad humana. Almismo tiempo, su presencia es unllamamiento a la necesidad de erra-dicar las desigualdades, las injusti-cias y los abusos. De este modo, losemigrantes pueden convertirse encompañeros en la construcción deuna identidad más rica para las co-munidades que los hospedan, así co-mo para las personas que los aco-gen, estimulando el desarrollo de so-ciedades inclusivas, creativas y respe-tuosas de la dignidad de todos.

Queridos hermanos y hermanas:Os expreso de nuevo mi gratitudpor el servicio que prestáis a la Igle-sia, a vuestras comunidades y a lassociedades de las que formáis parte.Invoco sobre vosotros la protecciónde la Madre de Dios y de san José,que experimentaron la dureza delexilio en Egipto. Asegurándoos mioración, os pido por favor que recéispor mí, y de corazón os bendigo.Gracias.

Cumple cien añosel uniforme de la Guardia Suiza

Hace cien años, el 22 de noviembrede 1914, el comandante de la Guar-dia Suiza Pontificia, Jules Repond,anunciaba a sus alabarderos queBenedicto XV había dado la apro-bación a la propuesta de que eluniforme de los Guardias fueranuevamente realizado según el asíllamado «modelo del siglo XVI». Eluniforme que se remonta a 1506, dehecho, con el paso del tiempo ha-bía sido objeto de intervenciones ycambios que habían modificado suforma original. Fue así que en 1914el comandante Repond, tras un es-tudio profundo, presentó al Pontí-fice la propuesta de volver al uni-forme renacentista. Se necesitaronmeses para preparar los nuevosuniformes, que se usaron en públi-co por vez primera el 6 de mayode 1915.

en compartir con elloslos dones de Dios, enparticular el don de lafe. Promueve proyec-tos de evangelizacióny acompañamiento delos emigrantes durantetodo su viaje, partien-do del país de origen,a través de los paísesde tránsito, hasta elpaís de acogida, conparticular atención enresponder a sus exi-gencias espiritualesmediante la cateque-sis, la liturgia y la ce-lebración de los Sacra-mentos.

Por desgracia, losemigrantes viven amenudo situaciones dedesilusión, de desáni-mo y de solitud y,añadiría, de margina-ción. En efecto, el tra-bajador emigrante seencuentra en tensiónentre el desarraigo y laintegración. También

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 10/11

En la solemnidad de Cristo Rey el Papa proclama seis nuevos santos y explica cómo se realiza el reino de Jesús

Los pastores y los mercenarios

preparado para vosotros desde la crea-ción del mundo. Porque tuve hambre yme disteis de comer, tuve sed y me dis-teis de beber, fui forastero y me hospe-dasteis, estuve desnudo y me vestisteis,enfermo y me visitasteis, en la cárcel yvinisteis a verme» (25, 34-36). Los jus-tos contestarán: ¿cuándo hemos hechotodo esto? Y Él responderá: «En ver-dad os digo que cada vez que lo hicis-teis con uno de estos, mis hermanosmás pequeños, conmigo lo hicisteis»(Mt 25, 40).

La salvación no comienza con laconfesión de la realeza de Cristo, sinocon la imitación de sus obras de miseri-cordia a través de las cuales Él realizóel reino. Quien las realiza demuestrahaber acogido la realeza de Jesús, por-que hizo espacio en su corazón a la ca-ridad de Dios. Al atardecer de la vidaseremos juzgados en el amor, en la pro-ximidad y en la ternura hacia los her-manos. De esto dependerá nuestro in-greso o no en el reino de Dios, nuestraubicación en una o en otra parte. Jesús,con su victoria, nos abrió su reino, peroestá en cada uno de nosotros la deci-sión de entrar en él, ya a partir de estavida —el reino comienza ahora— hacién-donos concretamente próximo al her-mano que pide pan, vestido, acogida,solidaridad, catequesis. Y si amaremosde verdad a ese hermano o a esa her-

En el Ángelus

Concordia y reconciliaciónpara el bien común

Preludio del año de la vida consagrada

Dos fuertes deseos expresó el Papa a la hora del Ángelus: «que el ejemplo de los cuatrosantos italianos ayude al querido pueblo italiano a reavivar el espíritu de c o l a b o ra c i ó ny de concordia para el bien común y a mirar con esperanza al futuro, en unidad», dijoen primer lugar. Y luego, al referirse a los santos de la India, pidió que: «ins p i rá n d o s een su ejemplo de concordia y de reconciliación, los cristianos de la India continúen en elcamino de la solidaridad y de la convivencia fraterna».

Queridos hermanos y hermanas:

Al término de esta celebración deseosaludar a todos vosotros que habéis ve-nido a rendir homenaje a los nuevossantos, de modo especial a las delega-ciones oficiales de Italia y de la India.

Que el ejemplo de los cuatro santositalianos, nacidos en las provincias deVicenza, Nápoles, Cosenza y Rímini,ayude al querido pueblo italiano a rea-vivar el espíritu de colaboración y deconcordia para el bien común y a mirarcon esperanza al futuro, en unidad,confiando en la cercanía de Dios quejamás abandona, incluso en los mo-mentos difíciles.

Que por la intercesión de los dossantos de la India, provenientes de Ke-rala, gran tierra de fe y de vocacionessacerdotales y religiosas, el Señor con-ceda un nuevo impulso misionero a laIglesia que está en la India —¡que estan buena!— a fin de que, inspirándoseen su ejemplo de concordia y de recon-ciliación, los cristianos de la India con-tinúen en el camino de la solidaridad yde la convivencia fraterna.

Saludo con afecto a los cardenales,obispos y sacerdotes, así como a las fa-milias, los grupos parroquiales, las aso-ciaciones y las escuelas presentes. Conamor filial nos dirigimos ahora a la Vir-gen María, madre de la Iglesia, reinade los santos y modelo de todos loscristianos.

Os deseo un feliz domingo, en paz,con la alegría de estos nuevos santos.Os ruego, por favor, que recéis por mí.¡Buen almuerzo y hasta la vista!

A los fieles llegados para la canonización de dos religiosos de la India

Una lección del Evangelio

Queridos hermanos y hermanas:

Me complace unirme a vuestra ac-ción de gracias al Señor por la cano-nización de dos nuevos santos de laIndia, provenientes de Kerala. Y

vo y contemplativo que entregó su vi-da generosamente por la Iglesia siro-malabar, trabajando bajo el lema«santificación de sí mismo y salvaciónde los demás». Mientras que la her-mana Eufrasia vivió en profunda

aprovecho la ocasión pa-ra agradecer a la Iglesiaen India, y para agrade-cer a la Iglesia en Keralatoda la fuerza apostólica,el testimonio de fe quetenéis. ¡Muchas gracias!¡Continuad así! Kerala esuna tierra muy fértil devocaciones consagradas ysacerdotales. Adelanteasí, trabajando con vues-tro testimonio. Doy lasgracias al cardenal Geor-ge Alencherry, a los obis-pos, sacerdotes y perso-nas consagradas y a to-dos vosotros, queridosfieles de rito siro-mala-bar. Agradezco tambiénla presencia del cardenaldel rito siro-malankar:¡gracias! ¿Sabéis quevuestro cardenal siro-ma-lankar es el más jovendel Colegio cardenalicio?

Vosotros habéis acudi-do a Roma tan numero-sos por esta especial cir-cunstancia y habéis podi-do vivir jornadas de fe yde comunión eclesial, re-zando también ante las tumbas de losApóstoles. Que estos momentos defiesta e intensa espiritualidad puedanayudaros a contemplar las obras mara-villosas que realiza el Señor a travésde la vida y obra de los nuevos san-tos.

El padre Kuriakose Elías Chavara yla hermana Eufrasia Eluvathingal, re-ligiosa en el instituto femenino queella fundó, recuerdan a cada uno denosotros que el amor a Dios es lafuente, la meta y el apoyo de todasantidad, mientras que el amor al pró-jimo es la más límpida manifestacióndel amor al Señor. En efecto, el padreKuriakose Elías fue un religioso acti-

unión con Dios, de tal manera que suvida de santidad sirvió de ejemplo yestimulo a la gente, que le dio el so-brenombre de «madre orante». Paralas religiosas esto: ¡que sean hermanasorantes!

Queridos hermanos y hermanas,que estos nuevos santos os ayuden atomar en consideración su lección devida evangélica. Seguid sus huellas eimitadles, especialmente, el amor a Je-sús Eucaristía y a la Iglesia, para pro-gresar siempre por la senda de la san-tidad. Con este deseo, que acompañocon la oración, renuevo a todos voso-tros y a vuestros seres queridos labendición apostólica. ¡Gracias!

La «lección de vida evangélica» que ofrecen Kuriakose Elías Chavara y EufrasiaEluvathingal fue propuesta nuevamente por el Papa Francisco a los fieles de laIndia llegados a Roma para la ceremonia de canonización. El Pontífice les recibióel lunes 24 de noviembre, por la mañana, en la basílica vaticana,donde participaron en la misa de acción de gracias por los dos nuevos santos.

mana, seremos impulsados a compartircon él o con ella lo más valioso que te-nemos, es decir, a Jesús y su Evangelio.

Hoy la Iglesia nos presenta comomodelos a los nuevos santos que, preci-samente mediante las obras de una ge-nerosa entrega a Dios y a los hermanos,sirvieron, cada uno en el propio ámbi-to, al reino de Dios y se convirtieron ensus herederos. Cada uno de ellos res-pondió con extraordinaria creatividadal mandamiento del amor a Dios y alprójimo. Se dedicaron sin reservas alservicio de los últimos, asistiendo a losindigentes, enfermos, ancianos y pere-grinos. Su predilección por los peque-ños y los pobres era el reflejo y la me-dida del amor incondicional a Dios. Enefecto, buscaron y descubrieron la cari-dad en la relación fuerte y personal conDios, de la que brota el verdaderoamor por el prójimo. Por ello, en la ho-ra del juicio, escucharon esta dulce in-vitación: «Venid, benditos de mi Padre;heredad el reino preparado para voso-tros desde la creación del mundo» (Mt25, 34).

Con el rito de canonización, hemosconfesado una vez más el misterio del

reino de Dios y honrado a Cristo Rey,pastor lleno de amor por su rebaño.Que los nuevos santos, con su ejemploy su intercesión, hagan crecer en noso-tros la alegría de caminar por la sendadel Evangelio, la decisión de asumirlocomo la brújula de nuestra vida. Siga-mos sus huellas, imitemos su fe y su ca-ridad, para que también nuestra espe-ranza se revista de inmortalidad. Nonos dejemos distraer por otros interesesterrenos y pasajeros. Y que la Madre,María, reina de todos los santos, nosguíe en el camino hacia el reino de loscielos.

La liturgia de hoy nos invita a fijar lamirada en Jesús como Rey del Univer-so. La hermosa oración del Prefacionos recuerda que su reino es «reino deverdad y de vida, reino de santidad yde gracia, reino de justicia, de amor yde paz». Las lecturas que hemos escu-

chado nos muestran cómo realizó Jesússu reino; cómo lo realiza en el devenirde la historia; y qué nos pide a noso-t ro s .

Ante todo, cómo realizó Jesús su reino:lo hizo con la cercanía y la ternura ha-cia nosotros. Él es el pastor, de quien

Después de su victoria, es decir, trassu Resurrección, ¿cómo lleva adelanteJesús su reino? El apóstol Pablo, en laPrimera Carta a los Corintios, dice:«Cristo tiene que reinar hasta que pon-ga a todos sus enemigos bajo sus pies»(15, 25). Es el Padre quien poco a pocosomete todo al Hijo, y al mismo tiem-po el Hijo somete todo al Padre, y alfinal incluso a sí mismo. Jesús no es unrey al estilo de este mundo: para Él rei-nar no es mandar, sino obedecer al Pa-dre, entregarse a Él, para que se realicesu designio de amor y de salvación. Asíhay plena reciprocidad entre el Padre yel Hijo. Por lo tanto, el tiempo del rei-no de Cristo es el largo tiempo del so-metimiento de todo al Hijo y de la en-trega de todo al Padre. «El último ene-migo en ser destruido será la muerte»(1 Cor 15, 26). Y al final, cuando todosea sometido bajo la realeza de Jesús, ytodo, incluso Jesús mismo, sea someti-do al Padre, Dios será todo en todos(cf. 1 Cor 15, 28).

El Evangelio nos dice qué nos pide elreino de Jesús a nosotros: nos recuerdaque la cercanía y la ternura son la nor-ma de vida también para nosotros, y apartir de esto seremos juzgados. Esteserá el protocolo de nuestro juicio. Esla gran parábola del juicio final de Ma -teo 25. El Rey dice: «Venid vosotros,benditos de mi Padre; heredad el reino

«Quienes estamos llamados en la Iglesia a ser pastores, no podemos distanciarnos» delmodelo indicado por Jesús «si no queremos convertirnos en mercenarios»: lo recordó elPapa Francisco en la plaza de San Pedro el domingo 23 de noviembre, por la mañana,solemnidad de Cristo Rey, durante la misa celebrada para la canonización de JuanAntonio Farina, Kuriakose Elías Chavara de la Sagrada Familia, Ludovico deCasoria, Nicolás de Longobardi, Eufrasia Eluvathingal del Sagrado Corazón y AmadoRonconi. «Su predilección por los pequeños y los pobres —dijo el Pontífice en lahomilía— era el reflejo y la medida del amor incondicional a Dios».

habló el profeta Eze-quiel en la primeralectura (cf. 34, 11 - 12.15-17). Todo este pasa-je está entrelazado porverbos que indican lapremura y el amor delpastor hacia su reba-ño: buscar, cuidar,reunir a los dispersos,conducir al apacenta-miento, hacer descan-sar, buscar a la ovejaperdida, recoger a ladescarriada, vendar ala herida, fortalecer ala enferma, atender,apacentar. Todos estasactitudes se hicieronrealidad en Jesucristo:Él es verdaderamenteel «gran pastor de lasovejas y guardián denuestras almas» (cf.Hb 13, 20; 1 P 2, 25).

Y quienes estamosllamados en la Iglesiaa ser pastores, no po-demos distanciarnosde este modelo, si noqueremos convertirnosen mercenarios. Alrespecto, el pueblo deDios posee un olfatoinfalible al reconocer alos buenos pastores ydistinguirlos de losm e rc e n a r i o s .

No hubiese podido tener mejor preludio el Año de la vi-da consagrada convocado por el Papa Francisco, que ini-cia con el primer domingo de Adviento. Los seis nuevossantos proclamados por el Pontífice fueron fundadores omiembros de congregaciones religiosas. Juan Antonio Fa-rina, Kuriakose Elías Chavara y Ludovico de Casoria fue-ron fundadores, mientras que pertenecían a tres familiasreligiosas Nicolás de Longobardi, la originaria de la IndiaEufrasia Eluvathingal del Sagrado Corazón y AmadoRonconi, quien abrió un hospital para peregrinos pobresen Saludecio.

Fue una gran fiesta para miles de fieles italianos, perotambién para los casi ocho mil peregrinos de la India, lamayor parte perteneciente a la Iglesia siro-malabar, prove-nientes de Kerala.

Antes del canto de las letanías de los santos, el cardenalAngelo Amato, prefecto de la Congregación para las cau-sas de los santos, dirigió al Papa la petitio para solicitarque procediera a la canonización de los seis beatos. ElPontífice respondió con la fórmula de canonización que

leyó en latín. Luego las reliquias se llevaron en procesióny se colocaron junto al altar, mientras el coro de la Capi-lla Sixtina entonaba Iubilate Deo.

En la oración de los fieles las intenciones se leyeron enmalayalam por la Iglesia, en español por la humanidad,en ucranio por los pecadores y quienes obran el mal, enportugués por los afligidos y los pobres, en chino paraque el Señor envíe numerosos obreros a su mies.

Concelebraron con el Papa Francisco veintitrés cardena-les, cerca de treinta prelados y cuarenta presbíteros. Entrelos concelebrantes principales, el cardenal arzobispo deNápoles; los arzobispos de Cosenza-Bisignano, de laeparquía de Changanacherry y de la eparquía de Trichur;los obispos de Rímini y de Vicenza.

Las delegaciones oficiales estaban encabezadas por elministro italiano del medio ambiente y la tutela del mar ypor el presidente del Parlamento nacional de la India.

Al término de la celebración, el Papa rezó el Ángelus eimpartió la bendición conclusiva.

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El 23 de noviembre proclamados seis nuevos santos

Juan Antonio Farina

Juan Antonio Farina nació en Gam-bellara (Vicenza, Italia) el 11 de ene-ro de 1803. Recibió la primera for-mación de su tío, un celoso sacerdo-te que fue su maestro en la ciencia yen el espíritu. Con 15 años entró enel seminario diocesano de Vicenza yse distinguió por su piedad y su de-dicación al estudio, hasta el puntode recibir cuando todavía era estu-diante de teología el encargo de en-señar a los alumnos más pequeños.El 14 de enero de 1927 fue ordenadosacerdote. Continuó enseñando en elseminario y desempeñó varios encar-gos: capellán en la parroquia de SanPedro en Vicenza y director de la es-cuela pública primaria y superior deVicenza. En 1836 fundó el institutode las Hermanas Maestras de SantaDorotea Hijas de los Sagrados Cora-zones, para la educación de niñaspobres, sordomudas, ciegas, y parala asistencia de los enfermos y ancia-nos. En 1839 obtuvo del Papa Gre-gorio XVI el decreto de alabanza pa-ra el instituto, consiguiendo salvarlode las leyes italianas de supresión de1866.

En 1850, cuando fue nombradoobispo de Treviso, fue definido «elhombre de la caridad». Rigió la dió-cesis durante un decenio y en 1860fue trasladado a Vicenza, donde per-maneció 28 años, hasta su muerte.En ambas diócesis impulsó un vastoprograma de renovación a través dela visita pastoral, el sínodo diocesa-no, las asociaciones parroquiales pa-ra la atención a los indigentes, hastael punto de ser llamado «el obispode los pobres». Cuidó de forma es-pecial la formación del clero, reorga-nizó las escuelas de doctrina cristia-na, promovió la prensa católica yapoyó el desarrollo del Movimientocatólico. En 1869 participó en elConcilio Vaticano I, en el que sostu-vo la infalibilidad pontificia, suscri-biendo las peticiones de definicióndel dogma.

Los últimos años de su vida estu-vieron marcados por los públicos re-conocimientos a su labor apostólicay su caridad, pero también por fuer-tes sufrimientos e injustas acusacio-nes frente a las cuales él reaccionócon el silencio y el perdón. Murió el

4 de marzo de 1888, dejando unaprofunda huella en la diócesis porsu celo pastoral y la caridad realiza-da a través de las religiosas del insti-tuto por él fundado. Fue beatificadopor Juan Pablo II el 4 de noviembrede 2001.

Kuriakose Elías Chavarade la Sagrada Familia

Kuriakose Elías Chavara de la Sa-grada Familia, hijo de Kuriakose yMariam nació en Kainakary, Kerala(India) el 10 de febrero de 1805. Suvida se podría resumir con la pala-bra «pionero», dado que contribuyóde modo significativo en el caminode la sociedad y de la Iglesia siro-malabar. Su piadosa madre influyódecisivamente en su formación espi-ritual, especialmente en lo que res-pecta a la devoción a la Sagrada Fa-milia. Ingresó en el seminario en1818 y fue ordenado sacerdote el 29de noviembre de 1829. Fue fundadorde dos congregaciones: en 1831 fun-dó la rama masculina de los «Car-melitas de María Inmaculada y en1866, junto con el padre LeopoldoBeccaro, O CD, la rama femenina (laprimera indígena), «Tercera Ordende Carmelitas Descalzas» para laeducación y el afianzamiento del de-sarrollo de la vitalidad femenina y suatención espiritual. Emitió la profe-sión religiosa de los consejos evangé-licos el 8 de diciembre de 1855, yguió a la congregación como supe-rior general hasta su muerte.

Su vida estuvo dedicada al servi-cio de la Iglesia siro-malabar. Fue elprimer vicario general para dichaIglesia en la entonces diócesis deVerápolis, y luchó por salvarla de uncisma que la amenazaba. Con variasiniciativas preparó a los religiosos,sacerdotes y laicos para la reforma

«santificación de sí mismo y salva-ción de los demás». Chavara fue unreligioso activo y contemplativo. Ala edad de 66 años, el 3 de enero de1871, se durmió en el Señor y fue se-pultado en Koonammavu; después,el 4 de mayo de 1889, sus restosmortales fueron trasladados y nueva-mente sepultados en la capilla delmonasterio de San José, la casa ma-dre en Mannanam. Fue beatificadopor Juan Pablo II el 8 de febrero de1986.

de 1814. Con el nombre de Luis, vis-tió el hábito franciscano en 1832.Fue ordenado sacerdote en 1837, y sededicó al estudio y a la enseñanza.En 1847, después de una profundaexperiencia mística, que definió co-mo «baño», se consagró por com-pleto al servicio de los últimos. Susatenciones se centraron inicialmenteen los religiosos enfermos, para losque instituyó la enfermería de «LaPalma». En 1854 puso en marcha «laObra de los Moritos» para el rescatey la formación cristiana de los niñosafricanos vendidos como esclavos,con el deseo de suscitar vocacionesmisioneras para aquel continente, se-gún el lema «África convertirá Áfri-ca». Análogo proyecto concibió paralas niñas de color, confiadas al cui-dado de las hermanas estigmatinas.Para sostener las obras de caridadque había puesto en marcha, fundódos congregaciones: los Hermanosde la Caridad, llamados Bigi (grises)(1859), actualmente extinguidos, ylas Hermanas Franciscanas Elisabeti-nas, llamadas Bigie (grises) (1862),que hoy prolongan en la Iglesia sucarisma.

El celo por la evangelización deÁfrica lo impulsó a solicitar la mi-sión de Scellal, donde llegó junto asus religiosos el 6 de enero de 1866.Cuando regresó a su patria, dio vidaa diversas obras asistenciales: laObra de los Accattoncelli, para la re-

cuperación de los «scugnizzi» (niñosde la calle) napolitanos, varias resi-dencias de ancianos, internados, es-cuelas, colonias agrícolas, hospiciospara niños, montes de piedad, im-prentas, bandas musicales, etc. En1871 abrió en Asís una casa para cie-gos y sordomudos, y en Florencia,en 1877, edificó una iglesia en honordel Sagrado Corazón de Jesús. Seinteresó también por la cultura, con-siderándola un camino para llegar ala fe y un medio de promoción hu-mana.

Rodeado de una gran fama desantidad, murió en el hospicio mari-no de Posillipo (Nápoles), el 30 demarzo de 1885. Fue beatificado porJuan Pablo II el 18 de abril de 1993.

Nicolás de Longobardi

Nicolás de Longobardi (en el siglo:Giovanni Battista Clemente Saggio)nació el 6 de enero de 1650 en Lon-gobardi, un pequeño municipio cer-cano a Cosenza, en Italia, del matri-monio formado por los esposos Ful-vio Saggio, agricultor, y Aurelia Piz-zini, hilandera, de los cuales recibióuna recta educación humana y cris-tiana. Desde niño trabajó en loscampos con su padre y hermanos.En 1668 se agregó a la rama secularde los Frailes Mínimos de San Fran-cisco de Paula y, algunos años des-pués, siguiendo su vocación, entróen el protoconvento de Paula, en ca-lidad de religioso oblato. El 29 deseptiembre de 1671 emitió los votosde los Mínimos. Desde ese momentoGiovanni Battista Clemente será lla-mado fray Nicolás.

Vivió en varias comunidades, enlas que realizó, con dedicación y edi-ficando a todos, las tareas más hu-mildes: sacristán, hortelano, despen-sero, cocinero y portero. Era, sin em-bargo, capaz de dar lecciones de ca-

tecismo, muy apreciadas por los ni-ños y los padres. Tuvo una especialpredilección por los pobres y los en-fermos, socorriéndoles tanto en susnecesidades espirituales como mate-

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Ludovico de Casoria

Ludovico de Casoria (en el siglo:Arcangelo Palmentieri) nació en Ca-soria (Nápoles, Italia) el 11 de marzo

espiritual de la Iglesia y de la socie-dad.

Fue un gran autor de muchasobras espirituales, litúrgicas y poéti-cas. Su obra «El Testamento de unPadre amoroso» lo convirtió en elpatrono de la familia. Su lema era:

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 13

VIENE DE LA PÁGINA 12

riales, convencido de que en ellos seoculta y está presente el Señor Jesús.En 1683 fue en peregrinación desdeRoma a Loreto, para pedir la graciade la liberación de Viena y de la Eu-ropa cristiana del asedio de las tro-pas otomanas. Sus experiencias mís-ticas fueron frecuentes. En enero de1709 se ofreció víctima por la Iglesiay para evitar que se produjese unnuevo e inminente saqueo de la ciu-dad de Roma.

El 3 de febrero de 1709, despuésde haber recibido los últimos sacra-mentos, besó el crucifijo y se durmióen el Señor. La fama de santidad loacompañó a lo largo de los siglos.Fue beatificado por el Papa Pío VI el17 de septiembre de 1786.

Seis nuevos santospara la Iglesia universal

Eufrasia Eluvathingaldel Sagrado Corazón

Eufrasia Eluvathingal del SagradoCorazón (en el siglo: Rose Eluva-thingal) nació del matrimonio deAntonio y Kunjethy el 17 de octubrede 1877 en el seno de la familia aris-tocrática de Cherpukaran Eluvathin-gal, en Kattoor, en la diócesis unidade Trichur, Kerala (India), y fuebautizada con el nombre de Rose.

Tras recibir una buena formaciónen la familia, sobre todo por obra desu madre, Rose entregó su virgini-dad a Dios a la edad de 9 años porindicación de la Virgen María. Inicióel postulantado el 10 de mayo de1897, a la edad de 20 años, y recibióel nombre de Eufrasia del SagradoCorazón de Jesús. Después de la to-ma de hábito en 1898, el 24 de mayode 1900 sor Eufrasia profesó sus vo-tos religiosos en la congregación de

las Hermanas de la Madre del Car-melo, fundada por san KuriakoseElías Chavara junto con el misionerocarmelita italiano Leopoldo Beccaro,O CD, en 1866, en Koonammavu, Ke-rala (India).

Las cartas espirituales que Rosehabía escrito a su director espiritual,el obispo John Menacherry, sonnuestra principal fuente de conoci-miento de su santidad, profunda es-piritualidad y unión con Dios, ade-más de sus extraordinarias experien-cias místicas. Desempeñó con cari-dad el cargo de maestra de noviciasy de superiora del convento, siguien-do las huellas del gran Maestro, Je-sús. Llevando una austera vida desantidad, se convirtió en modelo pa-ra todos. Fue muy devota del Sagra-

do Corazón de Jesús, del SantísimoSacramento, del Salvador Crucifica-do y de la Virgen María. La gentede Ollur, viéndola rezar siempre cer-ca del santuario, le dio el sobrenom-bre de «Madre orante». Observandola paz y la serenidad de su rostro,las hermanas solían llamarla «sagra-rio móvil». A los 75 años, el 29 deagosto de 1952, se durmió en el Se-ñor. Sus restos mortales se encuen-tran en la nave central de la capilladel convento de Santa María enOllur. Fue beatificada el 3 de di-ciembre de 2006.

Amado Ronconi

Amado Ronconi nació en Saludecioen 1226; era el segundo hijo de Feli-ce, de la casa de los Ronconi, y desu esposa Santa. Muy pronto sequedó huérfano y pasó su juventudcon la familia de su hermano. Desdejoven, Amado decidió vivir según elEvangelio en la genuina espirituali-dad franciscana. Frecuentó un pe-queño cenobio fundado por sanFrancisco, situado en el Monte For-mosino, entre Castello di Montegri-dolfo y Mondaino. Francisco de Asísse convirtió en el inspirador de suvida penitente y caritativa y, para se-guirlo más de cerca, optó por formarparte de la Tercera Orden Francisca-na. Vivió con su hermana Clara enla casa de Monte Orciaro que suhermano mayor, Girolamo, les habíaconcedido como parte de la herenciapaterna. La casa, situada en el cami-no que desde Rímini, pasando porUrbino, llevaba a Roma, fue trans-

formada en albergue para los nume-rosos peregrinos que pedían hospita-lidad. Amado los acogía y los aten-día. Trabajó en el campo de dondesacaba lo necesario para sostener elalbergue y atender a los pobres. To-davía hoy, esta institución, converti-da en residencia de ancianos, conti-núa cumpliendo el espíritu de cari-dad del hermano Amado para conlos pobres y peregrinos. Amado rea-lizó también largas peregrinaciones:fue a Roma y cuatro veces a Santia-go de Compostela.

El 10 de enero de 1292, el herma-no Amado se despojó de todas suspertenencias, y se las entregó a losmonjes de San Benito para que con-tinuaran su obra. Murió en su celdael 8 de mayo de 1292. Fue beatifica-do por Pío VI el 17 de marzo de1776.

A los scouts adultos católicos italianos el Papa indica como prioridad la familia, la creación y la ciudad

Abrir camino«Nuestra época no puede desoír lacuestión ecológica, que es vital para lasupervivencia del hombre». Lo dijo elPapa al hablar, el sábado 8 denoviembre, a los más de siete milmiembros del Movimiento adultosscouts católicos italianos (MASCI), aquienes recibió en el aula Pablo VI enel sexagésimo aniversario de fundación.

Queridos hermanos y hermanas:Os acojo con alegría, con ocasión

del sexagésimo aniversario de funda-ción del Movimiento adultos scoutscatólicos italianos. Dirijo a cada unomi saludo cordial, comenzando porla presidenta nacional, a quien agra-dezco sus palabras, y por el concilia-rio, a quien también doy las gracias;y agradezco también el signo. Osdoy las gracias por el trabajo querealizáis en la Iglesia y en la socie-dad, testimoniando el Evangelio se-gún el estilo propio del escultismo.Es importante destacar la dimensióneclesial de vuestra realidad asociati-va, que reúne a laicos bien conscien-tes de los compromisos derivados delos sacramentos del Bautismo y laConfirmación. Movidos por estaconvicción, en estos años de com-promiso apostólico os habéis esfor-zado por testimoniar los valores de

lealtad, fraternidad y amor a Dios yal prójimo, sirviendo generosamentea la comunidad eclesial y a la comu-nidad civil.

La terminología típica del escultis-mo usa mucho la palabra «camino»,como valor significativo para la vidade los adolescentes, jóvenes y adul-tos. Quisiera alentaros, entonces, acontinuar vuestra senda que os llamaa hacer camino en familia; hacer ca-mino en la creación; hacer caminoen la ciudad. Caminar haciendo ca-mino: ¡caminantes, no errantes, y noinmóviles! Caminar siempre, perohaciendo camino.

Hacer camino en familia. La fami-lia sigue siendo siempre la célula dela sociedad, y el lugar primario de laeducación. Es la comunidad deamor y de vida en la que cada per-sona aprende a relacionarse con losdemás y con el mundo; y gracias alas bases adquiridas en la familia escapaz de proyectarse en la sociedad,de asistir positivamente a otros am-bientes formativos, como la escuela,la parroquia, las asociaciones... Así,en esta integración entre las basesasimiladas en la familia y las expe-riencias «externas» aprendemos aencontrar nuestro camino en elmundo.

Todas las vocaciones dan los pri-meros pasos en la familia, y de ellallevan su marca durante toda la vi-da. Para un movimiento como elvuestro, basado en la educación per-manente y en la opción educativa, esimportante reafirmar que la educa-ción en la familia constituye una op-ción prioritaria. Para vosotros padrescristianos la misión educativa en-cuentra su fuente específica en el sa-cramento del matrimonio, por locual la tarea de criar a los hijosconstituye un auténtico ministerio enla Iglesia. Pero no sólo los padreshacia los hijos, sino también loshijos hacia los hermanos y hacia lospadres mismos tienen una cierta ta-

rea educativa, la de la ayuda mutuaen la fe y en el bien. Sucede a vecesque un niño con su afecto, con susencillez, es capaz de reanimar a to-da una familia. El diálogo entre loscónyuges, la escucha y la confronta-ción recíproca son elementos esen-ciales para que una familia puedaser serena y fecunda.

Hacer camino en la creación. Nues-tra época no puede desoír la cues-tión ecológica, que es vital para lasupervivencia del hombre, ni redu-cirla a una cuestión meramente polí-tica: ella, en efecto, tiene una dimen-sión moral que toca a todos, de

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página 14 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de noviembre de 2014, número 48

COMUNICACIONES

EL SANTO PADREHA RECIBID O EN AU D I E N C I A :

Viernes 21 de noviembre

—Al cardenal Gerhard LudwigMüller, prefecto de la Congrega-ción para la doctrina de la fe.

—A monseñor Enrico Dal Co-volo, S.D.B., obispo titular de Era-clea, rector magnífico de la Pon-tificia Universidad Lateranense

—A monseñor Anthony SablanApuron, O.F.M.C A P., arzobispo deAgaña (Guam).

Sábado, día 22

—Al cardenal Marc Oullet,P.S.S., prefecto de la Congrega-ción para los obispos.

Lunes, día 24

—Al presidente de la RepúblicaÁrabe de Egipto, Abdelfatah alSisi, con el séquito.

—Al director general de la Or-ganización islámica para la edu-cación, la ciencia y la cultura,Abdulaziz Othman Altwaijri, conel séquito.

Colegio episcopal

Audiencias pontificias

Curia romana

Lutos en el episcopado

El Santo Padre ha nombrado pre-fecto de la Congregación para elculto divino y la disciplina de lossacramentos al cardenal ROBERTSARAH, hasta ahora presidente delConsejo pontificio «Cor unum».

Robert Sarah nació en Urus, ar-chidiócesis de Conakry (Guinea),el 15 de junio de 1945. Recibió laordenación sacerdotal el 20 de ju-lio de 1969. Juan Pablo II le nom-bró arzobispo de Conakry el 13 deagosto de 1979; recibió la ordena-ción episcopal el 8 de diciembrede dicho año. El mismo Papa lenombró secretario de la Congrega-ción para la evangelización de lospueblos el 1 de octubre de 2001.Benedicto XVI le nombró presiden-te del Consejo pontificio «Corunum» el 7 de octubre de 2010; yle creó cardenal, de la diaconía deSan Juan Bosco en vía Tusculana,en el consistorio del 20 de no-viembre del mismo año.

El Santo Padre ha nombrado con-sejero de la Penitenciaría apostóli-ca a monseñor GIACOMO INCITTI,del clero de la diócesis de Frosino-ne-Veroli-Ferentino, profesor ordi-nario de derecho canónico en laPontificia Universidad Urbanianade Roma.

El Papa ha nombrado miembro dela Congregación para los obisposa monseñor JUA N JOSÉ OMELLAOMELLA, obispo de Calahorra y laCalzada-Logroño (España).

El Santo Padre ha nombradomiembros de la Administracióndel patrimonio de la Sede apostó-lica a los cardenales: DONALDWILLIAM WUERL, arzobispo deWashington (Estados Unidos);RUBÉN SALAZAR GÓMEZ, arzobis-po de Bogotá (Colombia); GIU-SEPPE BE R T E L L O, presidente de laComisión pontificia para el Estadode la Ciudad del Vaticano y presi-dente de la Gobernación del Esta-do de la Ciudad del Vaticano.

El Santo Padre ha nombrado en-viado especial suyo para las cele-braciones del XXV aniversario dela libertad recuperada de la Igle-sia greco-católica ucraniana, quetendrá lugar en Kiev el 10 de di-ciembre de 2014, al cardenalCHRISTOPH SCHÖNBORN, O.P., ar-zobispo de Viena (Austria).

Enviado especial

Monseñor Moisés Carlos Atisha Contreras, obispo de San Marcos de Arica (Chile)Monseñor Ariel Lascarro Tapia, obispo de Magangué (Colombia)

Monseñor Jorge Martín Torres Carbonell, auxiliar de Lomas de Zamora (Argentina)

RENUNCIAS:

El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la diócesis deLugazi (Uganda) que monseñorMAT T H I A S SS E KA M A N YA le habíapresentado en conformidad con elcanon 401 § 1 del Código de dere-cho canónico.

Matthias Ssekamanya nació enKasolo, diócesis de Kasana-Luwee-ro, el 15 de octubre de 1936. Recibióla ordenación sacerdotal el 19 de di-ciembre de 1965. Juan Pablo II lenombró obispo titular de Iziriana yauxiliar de Kampala el 9 de marzode 1985; recibió la ordenación epis-copal el 2 de junio del mismo año.

El Santo Padre le nombró obispo deLugazi el 30 de noviembre de 1996.

El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la diócesis deBoise City (Estados Unidos) quemonseñor MICHAEL PAT R I C K DRIS-COLL le había presentado en confor-midad con el canon 401 § 1 del Có-digo de derecho canónico.

Michael Patrick Driscoll nació enLong Beach, archidiócesis de LosÁngeles, el 8 de agosto de 1939. Re-cibió la ordenación sacerdotal el 1de mayo de 1965. Juan Pablo II lenombró obispo titular de Massita yauxiliar de Orange en California el9 de diciembre de 1989; recibió laordenación episcopal el 6 de marzode 1990. El Papa le nombró obispode Boise City el 19 de enero de1999.

El Papa ha aceptado la renuncia a lafunción de auxiliar de la arquidióce-sis de La Serena (Chile) que monse-ñor LUIS CARLOS GLEISNER WOBBE,obispo titular de Mididi, le habíapresentado en conformidad con loscánones 411 y 401 § 1 del Código dederecho canónico.

Luis Carlos Gleisner Wobbe, delclero de la Prelatura personal delOpus Dei, nació en Iquique el 22de febrero de 1936. Recibió la orde-nación sacerdotal el 11 de agosto de1963. Juan Pablo II le nombró obis-po titular de Mididi y auxiliar de laarquidiócesis de La Serena el 3 dejulio de 1991; recibió la ordenaciónepiscopal el 15 de agosto sucesivo.

EL PA PA HA NOMBRAD O:

—Arzobispo de Yaundé (Camerún) amonseñor JEAN MBARGA, hasta aho-ra obispo de Ebolowa y administra-dor apostólico de dicha sede.

Jean Mbarga nació en Ebolmed-zo, archidiócesis de Yaundé, el 18 demayo de 1956. Recibió la ordenaciónsacerdotal el 5 de diciembre de 1981.Juan Pablo II le nombró obispo deEbolowa el 15 de octubre de 2004;recibió la ordenación episcopal el 5de diciembre sucesivo. En el últimoperíodo era también administradorapostólico «sede vacante et ad nu-tum Sanctae Sedis» de Yaundé.

—Obispo de Lugazi (Uganda) amonseñor CHRISTOPHER KAKO OZA,hasta ahora obispo titular de Casede Numidia y auxiliar de Kampala.

Christopher Kakooza nació enLusaze, archidiócesis de Kampala, el15 de noviembre de 1952. Recibió laordenación sacerdotal el 3 de juniode 1983. Juan Pablo II le nombróobispo titular de Case de Numidia y

auxiliar de Kampala el 2 de enerode 1999; recibió la ordenación epis-copal el 17 de abril del mismo año.

—Obispo de Boise City (EstadosUnidos) a monseñor PETER F.CHRISTENSEN, hasta ahora obispode Superior.

Peter F. Christensen nació en Pa-sadena, California, el 24 de diciem-bre de 1952. Recibió la ordenaciónsacerdotal el 25 de mayo de 1985, in-cardinado en la archidiócesis de SanPablo y Mineápolis. Benedicto XVIle nombró obispo de Superior el 28de junio de 2007; recibió la ordena-ción episcopal el 14 de septiembredel mismo año.

—Obispo de San Marcos de Arica(Chile) al presbítero MOISÉS CAR-LOS ATISHA CO N T R E R A S.

Moisés Carlos Atisha Contreras,nació en Santiago de Chile el 27 defebrero de 1969. Ingresó en la Or-den de los clérigos regulares pobresde la Madre de Dios de las EscuelasPías (escolapios), donde recibió laordenación sacerdotal el 14 de di-ciembre de 1994; y en 2002 se incar-dinó en la arquidiócesis de Santiagode Chile. Como escolapio trabajó enámbito educativo y como directorespiritual de un colegio. En la arqui-diócesis de Santiago ha sido vicarioparroquial y párroco en diversas pa-rroquias; y en la Conferencia episco-pal chilena desempeñó el cargo desecretario de la Comisión nacionalpara la pastoral juvenil.

—Obispo de Magangué (Colombia)al presbítero ARIEL LASCARRO TA-PIA .

Ariel Lascarro Tapia, nació enCarmen de Bolivar, arquidiócesis deCartagena, el 3 de noviembre de

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—Monseñor PETER BAPTIST TADA-MARO ISHIGAMI, O.F.M.C A P., obispoemérito de Naha (Japón), fallecióel 25 de octubre. Había nacido enKasari, diócesis de Kagoshima (Ja-pón), el 1 de diciembre de 1920.Era sacerdote desde el 6 de sep-tiembre de 1952. Pablo VI tras erigirla diócesis de Naha, nombró amonseñor Ishigami primer obispode la nueva sede el 18 de diciembrede 1972; recibió la ordenación epis-copal el 11 de febrero de 1973. JuanPablo II aceptó su renuncia al go-bierno pastoral de dicha circuns-cripción el 24 de enero de 1997.

—Monseñor ALBERTO J. FÖ R S T,O.CARM., obispo emérito de Doura-dos (Brasil), falleció el 1 de no-viembre. Había nacido en Gunzen-dorf-Buttenheim, archidiócesis deBamberg (Alemania), el 26 de no-viembre de 1926. Era sacerdote des-de el 29 de junio de 1952. Juan Pa-blo II le nombró obispo coadjutorde Dourados el 6 de julio de 1988;recibió la ordenación episcopal el 7de septiembre sucesivo. Pasó a serobispo de la diócesis el 12 de mayode 1990. El Papa aceptó su renun-cia al gobierno pastoral de dichasede 5 de diciembre de 2001.

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 15

Misa del Pontífice en Santa MartaMiedoa las sorpresas

También hoy Jesús llora «muchasveces» por su Iglesia, como lo hizoante las puertas cerradas de Jerusa-lén. En la celebración de la misa deljueves 20 de noviembre, en SantaMarta, el Papa Francisco hizo refe-rencia al pasaje evangélico de la li-turgia —tomado del capítulo 19 desan Lucas (41-44)— para recordarque los cristianos siguen cerrandolas puertas al Señor por miedo a sus«sorpresas» que mueve certezas y se-guridades consolidadas. En realidad,explicó, «tenemos miedo a la con-versión, porque convertirse significadejar que el Señor nos conduzca».

La reflexión del Pontífice partióprecisamente de la imagen de Jesúsque lloraba en las puertas de Jerusa-lén. Él «lloró sobre la ciudad: llora-ba por su cerrazón. El motivo delllanto de Jesús era precisamente lacerrazón de la ciudad al recibirlo»,así como —destacó el Papa— estabacerrado el libro «sellado con siete se-llos» que hizo llorar al apóstol Juanen el relato del Apocalipsis (5, 1-10)propuesto en la primera lectura.

«La cerrazón —remarcó el Papa—hace llorar a Jesús; la cerrazón delcorazón de su elegida, de la ciudadelegida, del pueblo elegido», que«no tenía tiempo para abrirle lapuerta» porque «estaba demasiadoocupada, demasiado satisfecha de símisma». Y aún hoy «Jesús sigue lla-mando a la puerta, como llamó a lapuerta del corazón de Jerusalén: a lapuerta de sus hermanos, de sus her-manas; a nuestra puerta, a la puertade nuestro corazón, a la puerta desu Iglesia».

En realidad, explicó el Pontífice,«Jerusalén se sentía contenta, tran-quila con su vida y no necesitaba alSeñor» y su salvación. Por eso había«cerrado su corazón al Señor. Y elSeñor lloró sobre Jerusalén. Comolloró también sobre el sepulcro ce-rrado de su amigo Lázaro. Jerusalénestaba muerta».

El llanto de Jesús «sobre su ciu-dad elegida» es también el llanto«sobre su Iglesia» y «sobre noso-tros». Pero ¿por qué —se preguntó elPa p a — «Jerusalén no había recibidoal Señor? Porque estaba tranquilacon lo que tenía, no quería proble-mas». Por eso Jesús, ante sus puer-tas, exclamó: «Si reconocieras tútambién en este día lo que conducea la paz... No reconociste el tiempode tu visita». La ciudad, en efecto,«tenía miedo a la visita del Señor;tenía miedo a la gratuidad de la visi-ta del Señor. Estaba segura en lascosas que ella podía gestionar».

Se trata de una actitud que tam-bién hoy se ve entre los cristianos.«Nosotros —destacó el Papa Francis-co— estamos seguros en las cosasque podemos gestionar. Pero la visi-ta del Señor, sus sorpresas, no pode-mos gestionarlas. Y Jerusalén teníamiedo de esto: ser salvada por el ca-mino de las sorpresas del Señor. Te-nía miedo del Señor, de su esposo,de su amado». Porque «cuando elSeñor visita a su pueblo nos trae laalegría, nos trae la conversión. Y to-dos nosotros tenemos miedo»: no«de la alegría», destacó el Pontífice,

sino más bien «de la alegría que traeel Señor, porque no podemos con-t ro l a r l a » .

El Papa recordó al respecto «laslamentaciones» que el coro canta elViernes santo en la liturgia de laadoración de la cruz. E hizo referen-cia al diálogo del Señor con la ciu-dad —«¿Qué te he hecho, en qué tehe ofendido? Respóndeme»— paradestacar que «el precio de ese recha-zo» es la cruz: es «el precio para ha-cernos ver el amor de Jesús, lo quelo llevó a llorar, a llorar tambiénhoy, muchas veces, por su Iglesia».

En tiempos de Jesús, en efecto,Jerusalén «estaba tranquila, conten-ta; el templo funcionaba. Los sacer-dotes ofrecían los sacrificios, la genteiba en peregrinación, los doctores dela ley lo habían acomodado todo»:estaba «todo claro, todos los manda-mientos claros». Pero a pesar de esto—indicó el Pontífice— «tenía la puer-ta cerrada». De aquí la invitación a

hacer un examen de conciencia, par-tiendo de la pregunta: «Hoy, noso-tros cristianos, que conocemos la fe,el catecismo, que vamos a misa to-dos los domingos, nosotros cristia-nos, nosotros pastores, ¿estamoscontentos de nosotros mismos?».

El riesgo es ya sentirse satisfechosporque «tenemos todo acomodado yno necesitamos nuevas visitas del Se-ñor». Pero Jesús, precisó el Papa,«sigue llamando a la puerta de cadauno de nosotros y de su Iglesia, delos pastores de la Iglesia». Y si «lapuerta de nuestro corazón, de laIglesia, de los pastores no se abre, elSeñor llora, también hoy», como lohizo sobre Jerusalén. Jesús contem-pla la ciudad y «llora porque noabre la puerta, porque tiene miedo asus sorpresas, porque está demasiadosatisfecha de sí misma». De aquí lainvitación conclusiva del Papa:«Pensemos en nosotros: ¿cómo esta-mos en este momento ante Dios?».

El Greco, «Jesús expulsa a los mercaderes» (1600)

Quien escandalizaal pueblo

Párrocos y laicos que tienen respon-sabilidades pastorales deben «man-tener limpio el templo» y «acoger acada persona como si fuera María»,

y cuando era profanado, tenía queser purificado».

Así, pues, «Jesús, en ese momen-to, hace una ceremonia de purifica-ción» afirmó el Papa, confesando:«hoy pensaba cuánta diferencia en-tre este Jesús, celoso de la gloria deDios, con látigo en mano, y ese Je-sús de doce años, que hablaba conlos doctores: ¡cuánto tiempo pasó ycómo cambiaron las cosas!». Enefecto, «Jesús, movido por el celo dela gloria del Padre, realiza este ges-to, esta ceremonia de purificación: eltemplo había sido profanado». Pero«no sólo el templo: con el templo, elpueblo de Dios profanado con elpecado tan grave del escándalo».

Al hacer nuevamente referencia alpasaje evangélico, el Pontífice desta-có que «la gente era buena, iba altemplo, no miraba estas cosas: bus-caba a Dios, oraba». Sin embargo,«tenía que cambiar las monedas pa-ra realizar la ofrenda, y lo hacíaallí». Es precisamente para buscar aDios que «el pueblo de Dios iba altemplo; no por esos que vendían».La gente «iba al templo por Dios».Y «allí estaba la corrupción que es-candalizaba al pueblo».

Al respecto, el Papa recordó «unaescena de la Biblia muy hermosa»que tiene también relación con lafiesta de la presentación de María:«Cuando la mamá de Samuel fue altemplo, oraba para obtener la graciade un hijo. Y murmuraba en silencio

sus oraciones. El sacerdote, anciano,pobrecito, pero muy corrupto» ledijo «que era una borracha». En esemomento «sus dos hijos sacerdotesexplotaban a la gente, explotaban alos peregrinos, escandalizaban alpueblo: el pecado del escándalo».Pero la mujer, «con mucha humil-dad, en vez de decirle alguna queotra palabra fuerte a este sacerdote,le explicó su angustia». Así, «en me-dio de la corrupción, en ese momen-to» estaba «la santidad y la humil-dad del pueblo de Dios».

Pensemos, prosiguió el obispo deRoma, en «cuánta gente miraba aJesús que limpiaba el templo con ellátigo». Escribe san Lucas: «Todo eltemplo estaba pendiente de Él, escu-chándolo». Precisamente a la luz delgesto de Jesús, «pienso en el escán-dalo —afirmó el Papa— que podemosdar a la gente con nuestra actitud,con nuestras costumbres no sacerdo-tales en el templo: el escándalo delcomercio, el escándalo de las mun-danidades». En efecto «cuántas ve-ces vemos que al entrar en una igle-sia, aun hoy, está la lista de los pre-cios: bautismo, tanto; bendición,tanto; intenciones de misa, tanto...».Y «el pueblo se escandaliza».

El Papa Francisco contó tambiénun hecho que vivió de cerca: «Unavez, recién ordenado sacerdote, esta-ba con un grupo de universitarios yuna pareja de novios que quería ca-sarse. Habían ido a una parroquia,querían hacerlo con la misa. Y ahí,el secretario parroquial dijo: No, no:no se puede —¿Por qué no se puedecon la misa? ¿Si el concilio reco-mienda hacerlo siempre con la misa?—No, no se puede, porque más deveinte minutos no se puede —¿Porqué? —Porque hay otros turnos—¡Pero nosotros queremos la misa!—Pero pagáis dos turnos». Así que«para casarse con la misa tuvieronque pagar dos turnos». Esto, destacóel Papa, «es pecado de escándalo».Y «sabemos lo que Jesús dice a losque son causa de escándalo: mejorser arrojados al fondo del mar».

Es un hecho: «cuando los que es-tán en el templo —sean sacerdotes,laicos, secretarios que tienen quegestionar en el templo la pastoraldel templo— se convierten en espe-culadores, el pueblo se escandaliza».Y «nosotros somos responsables deesto, también los laicos: todos». Por-que, explicó, «si veo que en mi pa-rroquia se hace esto, debo tener elvalor de decirlo en la cara al párro-co», de lo contrario «la gente sufreese escándalo». Y «es curioso», aña-dió el Papa, que «el pueblo de Diossabe perdonar a sus sacerdotes,cuando tiene una debilidad, caen enun pecado». Pero «hay dos cosasque el pueblo de Dios no puedeperdonar: un sacerdote apegado aldinero y un sacerdote que maltrata ala gente. No logran perdonar» el es-cándalo de la «casa de Dios» que seconvierte en una «casa de nego-cios». Precisamente como ocurrió a«ese matrimonio: se alquilaba laiglesia» para «un turno, dos tur-nos...».

En el Evangelio, san Lucas no di-ce que «Jesús está enfadado». Jesúsmás bien «es el celo por la casa deDios, aquí: es más que el enfado».Pero, se preguntó el Pontífice, «¿porqué actúa Jesús así? Él lo había di-

cuidando de no «dar escándalo alpueblo de Dios» y evitando trans-formar a la iglesia en un intercambiode dinero, «porque la salvación esgratuita». Es esta la recomendaciónque dio el Papa Francisco el viernes,21 de noviembre, fiesta de la presen-tación de la bienaventurada VirgenMaría en el templo, durante la misaen Santa Marta.

«El gesto de Jesús en el templo»—que como escribe san Lucas en suEvangelio (19, 45-48) «se puso aechar a los vendedores»— según elPapa «es precisamente una ceremo-nia de purificación del templo». Elpueblo de Israel «conocía estas cere-monias: muchas veces tuvo que puri-ficar el templo al ser profanado».Basta pensar, recordó, «en los tiem-pos de Nehemías en la reconstruc-ción del templo». Estaba «siempreese celo por la casa de Dios, porqueel templo para ellos era precisamentela morada de Dios, era lo “sagrado”,

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página 16 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de noviembre de 2014, número 48

Colegio episcopal

Tenía 98 años

Ha fallecido el cardenal Fiorenzo Angelini

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Pésame del PapaEl Santo Padre al recibir la noticia de la muerte del purpurado romanoFiorenzo Angelini, presidente emérito del Consejo pontificio para la pasto ra lde la salud, el sábado 22 de noviembre, expresó su pésame en un telegramaque envió al sobrino Vinicio Angelini.

Al recibir la noticia de la muerte del venerable cardenal Fiorenzo Angeli-ni, deseo expresar mis sentimientos de profundo pésame a los familiares,a la comunidad diocesana de Roma de la que fue un noble hijo, y de ma-nera especial, a las religiosas Reparadoras de la Santa Faz de Nuestro Se-ñor Jesucristo.

Pienso con afecto en este querido y estimado pastor que realizó su lar-go e intenso ministerio en la edificación de la Iglesia en Roma, en Italiay en el mundo. Primero en el ámbito de la Acción católica, después conencomiable ardor apostólico en los hospitales y en las clínicas de Roma y,por último, como presidente del Consejo pontificio para la pastoral de lasalud. Elevo al Señor fervientes oraciones para que, por intercesión de labienaventurada Virgen María Salus Populi Romani, acoja a este generososervidor suyo e insigne hombre de Iglesia en el gozo y en la paz eterna, yde corazón imparto a quienes lloran su muerte la consoladora bendiciónap ostólica.

Audienciaal presidenteNap olitano

El viernes 21 de noviembre, por latarde, se llevó a cabo en un ambien-te de gran cordialidad y que durómás de una hora, la audiencia delPapa Francisco al presidente de laRepública italiana Giorgio Napolita-no en la residencia de Santa Marta.Lo dio a conocer el director de laOficina de prensa de la Santa Sede,padre Federico Lombardi, y una no-ta del Quirinal destacó que el en-cuentro, estrictamente privado, tuvolugar en un ambiente que confirmóla intensidad y la afabilidad de la re-lación personal entre el Pontífice yel jefe de Estado.

Falleció el viernes 21 de noviembre, porla noche, en Roma el cardenal FiorenzoAngelini, presidente emérito del Consejopontificio para la pastoral de la salud.Único cardenal romano. El funeral secelebró el lunes 24 de noviembre en labasílica vaticana, presidido por el car-denal decano Angelo Sodano. Al térmi-no, el Papa Francisco presidió el ritode la ultima commendatio y de lavaledictio.

Nació el 1 de agosto de 1916 en Ro-ma. Sacerdote romano, nacido enplena primera guerra mundial, Fio-renzo Angelini dedicó su vida almundo del sufrimiento. Artífice deuna obra pionera en muchas facetas,fue protagonista y al mismo tiempotestigo del compromiso de la Iglesiahacia los enfermos, trabajando du-rante muchos años con pasión y es-píritu de entrega al servicio de la Se-de apostólica. De personalidad sen-cilla y polifacética, cultivó múltiplesintereses confrontándose con espíritude apertura con los ambientes laicos,especialmente culturales y políticos.

Hijo de un emigrado a los Esta-dos Unidos que, al volver a Italia,vivió en condiciones muy modestas.La familia era originaria de PoggioCinolfo, en la región de Abruzzo.

Ingresó en el Pontificio seminarioromano menor, donde realizó los es-tudios secundarios y universitarios.Obtuvo el bachillerato en filosofíaen la Pontificia Universidad latera-nense y la licenciatura en teologíacon especialización en mariología enla Pontificia Facultad teológica«Marianum». Recibió la ordenaciónsacerdotal el 3 de febrero de 1940, ycomenzó a desempeñar su ministeriocomo colaborador pastoral en la pa-rroquia de San Miguel Arcángel, enla zona de Pietralata. Luego en laparroquia de la Natividad vivió casitodo el tiempo de la guerra. Comovicario parroquial se prodigó en darhospitalidad a los fugitivos, refugia-dos y judíos. Organizó igualmenteun pequeño comedor que distribuíahasta dos mil comidas al día.

Figura central de su experienciasacerdotal juvenil fue Pío XII, dequien recibió el encargo de crear unaobra de pastoral sanitaria en Roma.De esta manera comenzó su trabajo

junto a los pobres y los que sufren.Y cuando el Papa Pacelli, en el vera-no de 1943, visitó las ruinas de laciudad bombardeada para llevarconsuelo y esperanza, el joven sacer-dote se encontraba en medio de lagente.

El 15 de septiembre de 1955, conBreve apostólico, Pío XII le nombrócomendador de «Santo Spirito» —tí-tulo honorífico vinculado con laasistencia de los enfermos en Ro-ma— y el 27 de junio de 1956 lenombró obispo titular de Messene;recibió la ordenación episcopal el 29de julio sucesivo. El 6 de enero de1977 fue nombrado obispo auxiliarpara la pastoral de la salud de ladiócesis de Roma.

El 16 de febrero de 1985 Juan Pa-blo II le nombró arzobispo y primer

pro-presidente de la Comisión ponti-ficia para la pastoral de la salud. El1 de marzo de 1989, al entrar en vi-gor la constitución apostólica PastorBonus, se convirtió en presidente delConsejo pontificio para la pastoralde la salud, función que desempeñóhasta su renuncia el 31 de diciembrede 1996.

El mismo Papa le creó cardenal dela diaconía de «Santo Spirito in Sas-sia», en el consistorio del 28 de ju-nio de 1991 y en 2002 dicha diaconíafue elevada pro hac vice a título pres-biteral.

El 2 de junio de 1992 el PapaWo j t y ła le encomendó preparar tam-bién el proyecto de la futura Acade-mia pontificia creada en 1994.

Como jefe del dicasterio para lapastoral de la salud trabajó teniendo

siempre presente la necesidad de«poner al hombre que sufre en elcentro de la sanidad», y favorecien-do el diálogo con el mundo científi-co y académico. En esta misión seencargó de la organización de gran-des conferencias internacionales queanualmente, desde 1986, afrontarontemáticas fundamentales en el cam-po de la medicina y de la enferme-dad.

Fue idea suya la institución de lasJornadas mundiales del enfermo,acogida por Juan Pablo II el 13 demayo de 1992. En los doce años quedirigió el dicasterio visitó 64 paísesen los cinco continentes. Pero tam-bién, como presidente emérito, llevóadelante iniciativas caritativas y espi-rituales.

1967. Recibió la ordenación sacer-dotal el 22 de octubre de 1994. Ensu ministerio ha sido, entre otrascosas, vicario parroquial y párrocoen diversas parroquias; responsablearquidiocesano para la pastoral vo-cacional y vicario de la arquidióce-sis para la pastoral.

—Obispo-prelado de la prelatura te-rritorial de Infanta (Filipinas) amonseñor BERNARDINO C. CORTEZ,hasta ahora obispo titular de Bladiay auxiliar de Manila.

Bernardino C. Cortez nació enBaclaran, diócesis de Parañaque, el3 de julio de 1949. Recibió la orde-nación sacerdotal el 23 de junio de1974, incardinado en San Pablo.Juan Pablo II le nombró obispo ti-tular de Bladia y auxiliar de Manilael 31 de mayo de 2004; recibió laordenación episcopal el 20 de agos-to sucesivo.

—Obispo coadjutor de Santo Ama-ro (Brasil) a monseñor JOSÉ NEGRI,P.I.M.E., hasta ahora obispo de Blu-menau.

José Negri P.I.M.E., nació en Mi-lán (Italia), el 18 de septiembre de1959. Ingresó en el Pontificio Insti-tuto de Misiones Extranjeras, don-de recibió la ordenación sacerdotalel 7 de junio de 1986. Benedicto XVIle nombró obispo titular de Puppiy auxiliar de Florianópolis el 14 dediciembre de 2005; recibió la orde-nación episcopal el 5 de marzo de2006. El mismo Papa le nombróobispo de Blumenau el 18 de febre-ro de 2009.

—Obispo coadjutor de Aracaju(Brasil) a monseñor JOÃO JOSÉ DACO S TA , O.CARM., hasta ahora obis-po de Iguatu.

João José da Costa, O.CARM., na-ció en Lagarto, diócesis de Estân-cia, el 24 de junio de 1958. Ingresóen la Orden Carmelita, donde reci-bió la ordenación sacerdotal el 12de diciembre de 1992. BenedictoXVI le nombró obispo de Iguatu el7 de enero de 2009; recibió la orde-nación episcopal el 19 de marzo delmismo año.

—Obispo titular de Acque di Biza-cena y auxiliar de Lomas de Zamo-

ra (Argentina) al presbítero JORGEMARTÍN TORRES CARBONELL.

Jorge Martín Torres Carbonellnació en Buenos Aires el 22 deabril de 1954. Recibió la ordenaciónsacerdotal el 18 de noviembre de1983. En su ministerio ha sido vica-rio parroquial, párroco en diversasparroquias, decano y miembro delConsejo presbiteral, responsable dela pastoral juvenil diocesana y vica-rio episcopal para las villas dee m e rg e n c i a .

—Abad Ordinario de la abadía te-rritorial de Montecassino (Italia) adom DO N AT O OGLIARI, O.S.B.

Donato Ogliari, O.S.B., nació enErba, Como, el 10 de diciembre de1956. Recibió la ordenación sacer-dotal el 3 de julio de 1982. Se doc-toró en teología en la Universidadcatólica de Lovaina (Bélgica). Hasido director de una revista, maes-tro de novicios, ecónomo, conseje-ro, vicepresidente de la Conferenciamonástica italiana, presidente de laComisión para la formación, visita-dor de los monasterios italianos y,en el último período, abad del mo-nasterio de Noci.

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 17

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cho y lo repite de otra manera aquí:no se puede servir a dos señores. Odas culto a Dios o das culto al dine-ro». Y «aquí la casa del Dios vivo esuna casa de negocios: se daba preci-samente culto al dinero». Jesús, encambio, dice : «Está escrito: mi casaserá casa de oración; pero vosotrosla habéis hecho una cueva de bandi-dos». De este modo, «distingue cla-ramente las dos cosas».

Así que «no se puede servir a dosseñores: Dios es absoluto». Pero hayotra cuestión: «¿Por qué Jesús semolesta con el dinero?». Porque—respondió el Pontífice— «la reden-ción es gratuita: la gratuidad deDios». Jesús, en efecto, «vino atraernos la gratuidad total del amorde Dios». Por ello «cuando la Igle-sia o las iglesias se convierten en ne-gocios, se dice que la salvación no estan gratuita». Y es justo «por esoque Jesús toma el látigo en la manopara hacer este rito de purificaciónen el templo».

La fiesta litúrgica de la presenta-ción de María en el templo sugirióal Pontífice una oración. Al recordarque la Virgen entra en el templo co-mo «mujer sencilla», el Papa Fran-cisco deseó que esto «nos enseñe atodos nosotros —a todos los párro-cos, a todos los que tenemos respon-sabilidades pastorales— a mantenerlimpio el templo» y «a recibir conamor a los que llegan, como si cadauno de ellos fuera la Virgen».

¿De dóndeviene la luz?

En la viuda que entrega sus dos mo-neditas al tesoro del templo pode-mos ver la «imagen de la Iglesia»que debe ser pobre, humilde y fiel.Parte del Evangelio del día, tomadodel capítulo 21 de san Lucas (1-4), lareflexión del Papa Francisco durantela misa del lunes 24 de noviembre.En la homilía hizo referencia al pa-saje donde Jesús, «tras largas discu-siones» con los saduceos y los discí-pulos en relación a los escribas y alos fariseos que «se complacían enocupar los primeros puestos, los pri-meros asientos en las sinagogas, enlos banquetes, en ser saludados», al-zando los ojos «vio a una viuda». El«contraste» es inmediato y «fuerte»respecto a los «ricos que echabansus donativos en el tesoro del tem-plo». Precisamente la viuda es «lapersona más fuerte aquí, en este pa-saje».

De la viuda, explicó el Pontífice,«se dice dos veces que era pobre:dos veces. Y pasaba necesidad». Escomo si el Señor hubiese queridodestacar a los doctores de la ley:«Tenéis muchas riquezas de vanidad,de apariencia o incluso de soberbia.Esta es pobre...». Pero «en la Bibliael huérfano y la viuda son las figurasde los más marginados» así comotambién los leprosos, y «por ello haymuchos mandamientos para ayudar,

para ocuparse de las viudas, de loshuérfanos». Y Jesús «mira a estamujer sola, vestida con sencillez» y«que echa todo lo que tenía para vi-vir: dos moneditas». El pensamientovuela también a otra viuda, la de Sa-repta, «que había recibido al profetaElías y había dado todo lo que teníaantes de morir: un poco de harina yaceite...».

El Pontífice volvió a componer laescena narrada por el Evangelio:«Una mujer pobre en medio de lospoderosos, en medio de los docto-res, de los sacerdotes, de los escri-bas... también en medio de los ricosque echaban sus donativos, e inclusoalgunos para hacerse ver». A ellosles dijo Jesús: «Este es el camino,este es el ejemplo. Esta es la sendapor la que vosotros tenéis que ir».Surge fuerte el «gesto de esta mujerque le pertenecía totalmente a Dios,como la viuda Ana que recibió a Je-sús en el Templo: toda para Dios.Su esperanza estaba sólo en el Se-ñor».

«El Señor puso de relieve la per-sona de la viuda», dijo el PapaFrancisco, y continuó: «Me gustaver aquí, en esta mujer, una imagende la Iglesia». Sobre todo la «Igle-sia pobre, porque la Iglesia no debetener otras riquezas más que su Es-poso»; luego la «Iglesia humilde,como lo eran las viudas de ese tiem-po, porque en esa época no existíala pensión, no existían las ayudassociales, nada». En cierto sentido laIglesia «es un poco viuda, porqueespera a su Esposo que volverá».Cierto, «tiene a su Esposo en la Eu-caristía, en la Palabra de Dios, enlos pobres: pero espera que regre-se».

¿Qué es lo que impulsa al Papa a«ver en esta mujer la figura de laIglesia»? El hecho de que «no eraimportante: el nombre de esta viudano aparecía en los periódicos, nadiela conocía, no tenía títulos... nada.Nada. No brillaba con luces pro-pias». Y la «gran virtud de la Igle-sia» debe ser precisamente la «de nobrillar con luz propia», sino reflejar«la luz que viene de su Esposo».Tanto más que «a lo largo de los si-glos, cuando la Iglesia quiso tenerluz propia, se equivocó». Lo decíanincluso «los primeros Padres», laIglesia es «un misterio como el de laluna. La llamaban mysterium lunae:la luna no tiene luz propia; la recibesiempre del sol».

Cierto, especificó el Papa, «es ver-dad que algunas veces el Señor pue-

de pedir a su Iglesia que tenga, queprocure un poco de luz propia», co-mo cuando pidió «a la viuda Juditque se quitara las vestiduras de viu-da y se pusiera vestidos de fiesta pa-ra cumplir una misión». Pero, dijo,«permanece siempre la actitud de laIglesia hacia su Esposo, hacia el Se-ñor». La Iglesia «recibe la luz deallá, del Señor» y «todos los servi-cios que realizamos» le sirven a ellapara «recibir esa luz». Cuando a unservicio le falta esta luz «no esábien», porque «hace que la Iglesiase haga rica, o poderosa, o que bus-que el poder, o que se equivoque decamino, como sucedió muchas vecesen la historia, y como sucede ennuestra vida cuando queremos tenerotra luz, que no es precisamente ladel Señor: una luz propia».

El Evangelio, destacó el Papa,presenta la imagen de la viuda preci-samente en el momento en el que«Jesús comienza a sentir las resisten-cias de la clase dirigente de su pue-blo: los saduceos, los fariseos, los es-cribas, los doctores de la ley». Y escomo si Él dijera: «Sucede todo es-to, pero mirad allí», hacia esa viuda.La confrontación es fundamental pa-ra reconocer la verdadera realidad dela Iglesia que «cuando es fiel a la es-peranza y a su Esposo, se alegra derecibir la luz que viene de Él, de ser—en este sentido— viuda: esperandoese sol que vendrá».

Por lo demás, «no por casualidadla primera confrontación fuerte queJesús tuvo en Nazaret, después de laque tuvo con Satanás, fue por nom-brar a una viuda y por nombrar aun leproso: dos marginados». Había«muchas viudas en Israel, en esetiempo, pero sólo Elías fue invitadopor la viuda de Sarepta. Y ellos seenfadaron y querían matarlo».

Cuando la Iglesia, concluyó el Pa-pa Francisco, es «humilde» y «po-bre», y también cuando «confiesasus miserias —que, además, todos lastenemos— la Iglesia es fiel». Es co-mo si ella dijera: «Yo soy oscura, pe-ro la luz me viene de allí». Y esto,añadió el Pontífice, «nos hace mu-cho bien». Entonces «recemos a estaviuda que está en el cielo, seguro», afin de que «nos enseñe a ser Iglesiade ese modo», renunciando a «todolo que tenemos» y a no tener «nadapara nosotros» sino «todo para elSeñor y para el prójimo». Siempre«humildes» y «sin gloriarnos de te-ner luz propia», sino «buscandosiempre la luce que viene del Se-ñor».

Misa en Santa Marta

El Pontífice recibe al presidentede la República Árabe de Egipto

El lunes 24 de noviembre, al iniciode la tarde, el Papa recibió en au-diencia a Abdelfatah al Sisi, presi-dente de la República Árabe deEgipto, quien sucesivamente sereunió con el cardenal Pietro Paro-lin, secretario de Estado.

En el curso de las cordiales con-versaciones se trató la situación delpaís, destacando la cercanía y la so-lidaridad de la Iglesia hacia todo elpueblo egipcio durante el períodode transición política. Al mismotiempo, se manifestó el deseo que,en el marco de las garantías ratifi-cadas por la nueva Constitución enel ámbito de la tutela de los dere-chos humanos y de la libertad reli-

giosa, se pueda fortalecer la coexis-tencia pacífica entre todos los com-ponentes de la sociedad y conti-nuar en el camino del diálogo in-t e r re l i g i o s o .

Sucesivamente, se examinaronalgunos temas de interés común,con especial referenica al papel delpaís en la promoción de la paz y laestabilidad en Oriente Medio y enel Norte de África. Al respecto, sereafirmó que la senda del diálogo yla negociación es la única opciónpara poner fin a los conflictos yviolencias que ponen en peligro alas poblaciones indefensas y quecausan la pérdida de vidas huma-nas.

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página 18 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de noviembre de 2014, número 48

Solicitada por el Papa Francisco para las personas autistas

Una red de apoyo y serviciosAbrir camino

VIENE DE LA PÁGINA 13

modo que nadie puede desintere-sarse de ello. Como discípulos deCristo, tenemos un motivo máspara unirnos a todos los hombresde buena voluntad para la conser-vación y la defensa de la naturale-za y del medio ambiente. La crea-ción, en efecto, es un don confia-do a nosotros por las manos delCreador. Toda la naturaleza quenos rodea es creación como noso-tros, creación juntamente con no-sotros, y en el destino común tien-de a encontrar en Dios mismo surealización y finalidad última —laBiblia dice «cielos nuevos y tierranueva» (cf. Is 65, 17; 2 P 3, 13; Ap21, 1). Esta doctrina de nuestra fees para nosotros un estímulo aúnmás fuerte con vistas a una rela-ción responsable y respetuosa conla creación: en la naturaleza inani-mada, en las plantas y en los ani-males reconocemos la huella delCreador, y en nuestros semejantessu imagen.

Vivir en estrecho contacto conla naturaleza, como lo hacéis voso-tros, implica no sólo el respeto dela misma, sino también el compro-miso de contribuir concretamentepara eliminar los derroches de unasociedad que tiende cada vez mása descartar bienes que aún se pue-den utilizar y que se pueden do-nar a quienes pasan necesidad.

Hacer camino en la ciudad. Alvivir en los barrios y en las ciuda-des, estáis llamados a ser como le-vadura que fermenta la masa, ofre-ciendo vuestra sincera aportaciónpara la realización del bien co-mún. Es importante saber propo-ner con alegría los valores evangé-licos, en una confrontación leal yabierta con las diversas instanciasculturales y sociales. En una socie-dad compleja y multicultural, vo-sotros podéis testimoniar con sen-cillez y humildad el amor de Jesúspor cada persona, experimentandotambién nuevos caminos de evan-gelización, fieles a Cristo y fielesal hombre, que en la ciudad a me-nudo vive situaciones agobiantes,y a veces corre el riesgo de extra-viarse, de perder la capacidad dever el horizonte, de sentir la pre-sencia de Dios. Entonces, la ver-dadera brújula que se puede ofre-cer a estos hermanos y hermanases un corazón cercano, un corazón«orientado», es decir, con el senti-do de Dios.

Queridos hermanos y hermanas,seguid trazando vuestro caminocon esperanza en el futuro. Vues-tra formación escultista es unbuen entrenamiento. Recordemosa san Pablo (cf. 1 Cor 9, 24-27): élhabla de atletas que se entrenanpara la carrera a través de una dis-ciplina severa para una recompen-sa efímera; el cristiano, en cambio,se entrena para ser un buen discí-pulo misionero del Señor Jesús,escuchando asiduamente su Pala-bra, confiando siempre en Él, quenunca defrauda, entreteniéndosecon Él en la oración y tratando deser piedra viva en la comunidadeclesial.

Gracias, queridos amigos, poreste encuentro. Rezo por vosotros,y vosotros, por favor, rezad pormí.

Entrega del premio Ratzinger 2014

Fe y rigor científico

Una «red de apoyo y de servicios»para «la asistencia a las personas quepadecen trastornos del espectroautista». Lo expresó el Papa Franciscoal recibir, el sábado 22 de noviembre,en el aula Pablo VI, a losparticipantes en la vigésimo novenaconferencia internacional promovidapor el C0nsejo pontificio para lapastoral de la salud.

Queridos hermanos y hermanas,¡gracias por vuestra acogida!

Os recibo de buen grado al térmi-no de vuestra XXIX Conferencia in-ternacional y os doy las gracias porhaber querido realizar una iniciativatan meritoria y actual, dedicada aun tema complejo como lo es el au-tismo.

Os saludo con afecto a todos vo-sotros que habéis venido para parti-cipar en este encuentro, centrado enla oración y en el testimonio, juntoa las personas que padecen trastor-nos del espectro autista, sus familiasy las asociaciones del sector.

Tales trastornos constituyen unade las fragilidades que afectan a nu-merosos niños y, como consecuencia,a sus familias. Ellos representan unode esos ámbitos que interpelan di-rectamente las responsabilidades delos gobiernos y de las instituciones,sin olvidar, ciertamente, la de las co-munidades cristianas.

Es necesario el compromiso de to-dos para promover la acogida, el en-cuentro, la solidaridad, en una obraconcreta de apoyo y de renovadapromoción de la esperanza, contri-buyendo de este modo a romper elaislamiento y, en muchos casos, tam-bién el estigma que pesa sobre laspersonas que padecen trastornos delespectro autista, como con frecuen-cia también sobre sus familias.

Se trata de un acompañamientono anónimo ni impersonal, sino que

quiere, ante todo, escuchar las exi-gencias profundas que brotan delfondo de una patología, que muchasveces cuesta no sólo ser diagnostica-da, sino —sobre todo para las fami-lias— ser acogida sin vergüenza o re-plegándose en la soledad. Es unac ru z .

En la asistencia a las personas quepadecen trastornos del espectro au-tista se desea, por lo tanto, crear, enel territorio, una red de apoyo y deservicios, completa y accesible, queimplique, además de los padres,también a los abuelos, amigos, tera-peutas, educadores y agentes pasto-rales. Estas figuras pueden ayudar alas familias a superar la sensación,que algunas veces puede surgir, de

inadecuación, ineficacia y frustra-ción.

Agradezco, por ello, el trabajorealizado cada día por las familias,los grupos parroquiales y las diver-sas asociaciones que hoy están aquírepresentadas y de las que hemos es-cuchado significativos y conmovedo-res testimonios. A todos ellos dirijomi reconocimiento personal y el detoda la Iglesia.

Aliento, además, el arduo trabajode los estudiosos e investigadores, afin de que se descubran lo antes po-sible terapias e instrumentos de apo-yo y de ayuda para curar y, sobre to-do, para prevenir la manifestaciónde estos trastornos. Todo esto con ladebida atención a los derechos de

los enfermos, a sus necesi-dades y sus potencialida-des, salvaguardando siem-pre la dignidad de cadap ersona.

Queridos hermanos yhermanas, os encomiendo atodos a la protección de laVirgen, y os agradezco decorazón vuestras oraciones.Ahora, todos juntos, rece-mos a la bienaventuradaVirgen María por todos losagentes sanitarios, por losenfermos, y luego recibi-mos la bendición. [Avema-ría... Bendición...].

También ahora, todosjuntos, haremos una ora-ción por el alma del carde-nal Angelini, que fue elfundador de este Consejopara la salud, quien inicióesta obra de servicio de laIglesia y que el Señor lla-mó esta noche a estar conÉl. [Padrenuestro... Avema-ría... Gloria Patri... Re-quiem aeternam...].

El sábado 22 de noviembre, por la mañana, en la saladel Consistorio del Palacio apostólico en el Vaticano,tuvo lugar la ceremonia de entrega de la cuarta edicióndel Premio Ratzinger, atribuido este año a la profesorafrancesa Anne-Marie Pelletier, estudiosa de hermenéuti-ca y de exégesis bíblica, y a monseñor Waldemar Chros-towski, redactor general de la revista de teología polaca«Collectanea Theologica» y director de la Asociación debiblistas polacos.

La profesora Pelletier, primera mujer que recibe el re-conocimiento, se ha dedicado también a la cuestión dela mujer en el cristianismo y en la Iglesia, escribiendodos libros sobre el tema, Le christianisme et les femmes.Vingt siècles d’h i s t o i re , en 2001, traducido en español porla BAC con el título El cristianismo y las mujeres, y Le sig-ne de la femme, en 2007. En el número de noviembre delmensual italiano «donne chiesa mondo» se publicó unescrito suyo intitulado Palabras que leen dentro. Masculi-no y femenino desde el Génesis hasta el Nuevo Testamento.

El profesor Chrostowski, por su parte, es un infatiga-ble divulgador del conocimiento de la Biblia, por mediode cursos de formación, ejercicios espirituales y peregri-naciones. Además, está comprometido en el diálogo ju-dío-católico. Al rigor científico se suma también la pa-sión por la Palabra de Dios, el servicio a la Iglesia y lasolicitud por el diálogo interreligioso.

Con motivo de los numerosos compromisos de la ma-ñana, el Papa Francisco pidió al cardenal Gerhard Lud-wig Müller, prefecto de la Congregación para la doctri-na de la fe, representarlo con ocasión de la ceremoniade entrega del premio y pronunciar el discurso. En suintervención, el cardenal Müller recordó que «la Con-gregación para la doctrina de la fe está especialmenteunida a Joseph Ratzinger, no sólo por el hecho de queguió el dicasterio durante más de veintitrés años, sinotambién porque esta Congregación tiene la tarea de pro-mover y tutelar la doctrina de la fe, y la riquísima teolo-gía del Papa emérito ha sido de gran importancia al res-pecto, haciendo brillar con toda su fuerza y belleza ladoctrina cristiana.

No por casualidad, prosiguió, suscitando el aplausode los presentes, «Joseph Ratzinger - Benedicto XVI hasido definido el “Mozart de la teología”». El cardenalexpresó, así, «la profunda gratitud de la Iglesia a Bene-dicto XVI por su incansable compromiso de estudioso ymaestro de la ciencia de Dios».

Al concluir, el prefecto del dicasterio citó las palabrasque el Papa dijo con ocasión de la entrega del PremioRatzinger 2013: con sus obras, Benedicto XVI «hizo undon a la Iglesia, y a todos los hombres, de lo más pre-cioso que tenía: su conocimiento de Jesús, fruto de añosy años de estudio, de confrontación teológica y de ora-ción. Porque Benedicto XVI hacía teología de rodillas».

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número 48, viernes 28 de noviembre de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 19

El Pontífice invita a movimientos y nuevas comunidades a no enjaular al Espíritu

El camino de la paciencia

«La educación cristiana requiere unacompañamiento paciente que sabeesperar los tiempos de cada uno».Lo dijo el Papa Francisco a losparticipantes en el III C o n g re s omundial de los movimientos eclesialesy las nuevas comunidades, a quienesrecibió en audiencia el sábado 22de noviembre, por la mañana,en la sala Clementina.

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

Os acojo con agrado, con ocasióndel Congreso que estáis celebrandocon el apoyo del Consejo pontificiopara los laicos. Doy las gracias alcardenal Ryłko por sus palabras, y amonseñor Clemens. En el centro devuestra atención durante estos díashay dos elementos esenciales de lavida cristiana: la c o n v e rs i ó n y la mi-sión. Están íntimamente unidos. Enefecto, sin una auténtica conversióndel corazón y de la mente no seanuncia el Evangelio, pero si no nosabrimos a la misión no es posible laconversión, y la fe se hace estéril.Los movimientos y las nuevas comu-nidades que representáis ya estánproyectados a la fase de madurezeclesial que requiere una actitud vi-gilante de conversión permanente,para hacer cada vez más vivo y fe-cundo el impulso evangelizador. Portanto, deseo haceros algunas suge-rencias para vuestro camino de fe yde vida eclesial.

Ante todo, es necesario preservarla lozanía del carisma: ¡que no searruine esa lozanía! ¡Lozanía del ca-risma! Renovando siempre el «pri-mer amor» (cf. Ap 2, 4). En efecto,con el tiempo aumenta la tentaciónde contentarse, de paralizarse en es-quemas tranquilizadores, pero estéri-les. La tentación de enjaular al Espí-ritu: esta es una tentación. Sin em-bargo, «la realidad es más importan-te que la idea» (cf. Exhortaciónapostólica Evangelii gaudium, 231-233); aunque cierta institucionaliza-ción del carisma es necesaria para sumisma supervivencia, no hay que

ilusionarse con que las estructurasexternas puedan garantizar la accióndel Espíritu Santo. La novedad devuestras experiencias no consiste enlos métodos y en las formas, por im-portantes que sean, sino en la dispo-sición a responder con renovado en-tusiasmo a la llamada del Señor: esesta valentía evangélica la que per-mitió el nacimiento de vuestros mo-vimientos y nuevas comunidades. Sise defienden las formas y los méto-dos por sí mismos, se convierten enideológicos, alejados de la realidadque está en continua evolución; ce-rrados a la novedad del Espíritu, ter-minarán por sofocar el carisma mis-mo que los ha generado. Es precisovolver siempre a las fuentes de loscarismas, y reencontraréis el impulsopara afrontar los desafíos. Vosotrosno habéis hecho una escuela de espi-ritualidad así; no habéis hecho unainstitución de espiritualidad así; notenéis un grupito… ¡No! ¡Movi-miento! Siempre en la calle, siempreen movimiento, siempre abierto a lassorpresas de Dios, que están en sin-tonía con la primera llamada delmovimiento, el carisma fundamental.

Otra cuestión se refiere al modo deacoger y acompañar a los hombres denuestro tiempo, en particular a losjóvenes (cf. Exhortación apostólicaEvangelii gaudium, 105-106). Forma-mos parte de una humanidad herida—¡debemos decirnos esto!—, en laque todas las agencias educativas,especialmente la más importante, la

familia, tienen graves dificultadespor doquier en el mundo. El hom-bre de hoy vive serios problemas deidentidad y tiene dificultades parahacer sus propias elecciones; por esotiene una predisposición a dejarsecondicionar, a delegar en otros lasdecisiones importantes de la vida. Esnecesario resistir a la tentación desustituir la libertad de las personas ydirigirlas sin esperar que madurenrealmente. Cada persona tiene sutiempo, camina a su modo, y debe-mos acompañar este camino. Unprogreso moral o espiritual logradoaprovechando la inmadurez de lagente es un éxito aparente, destina-do a naufragar. Mejor pocos, perocaminando siempre sin buscar el es-pectáculo. La educación cristiana, alcontrario, requiere un acompaña-miento paciente que sabe esperar lostiempos de cada uno, como hace elSeñor con cada uno de nosotros: ¡elSeñor nos tiene paciencia! La pa-ciencia es el único camino para amarde verdad y llevar a las personas auna relación sincera con el Señor.

Otra indicación es la de no olvi-dar que el bien más valioso, el sellodel Espíritu Santo, es la comunión.Se trata de la gracia suprema que Je-sús obtuvo en la cruz para nosotros,la gracia que como Resucitado pideincesantemente para nosotros, mos-trando sus llagas gloriosas al Padre:«Como tú, Padre, en mí, y yo en ti,que ellos también sean uno en noso-tros, para que el mundo crea que túme has enviado» (Jn 17, 21). Paraque el mundo crea que Jesús es elSeñor tiene que ver la comunión en-tre los cristianos, pero si se ven divi-siones, rivalidad y maledicencia, elterrorismo de las habladurías, porfavor… si se ven estas cosas, cual-quiera que sea su causa, ¿cómo sepuede evangelizar? Recordad esteotro principio: «La unidad prevalecesobre el conflicto» (cf. Exhortaciónapostólica Evangelii gaudium, 226-230), porque el hermano vale muchomás que nuestras posiciones perso-nales: por él Cristo derramó su san-gre (cf. 1 P 1, 18-19), por mis ideas,¡no derramó nada! La verdadera co-munión, además, no puede existir enun movimiento o en una nueva co-munidad si no se integra en la co-munión más grande que es nuestrasanta madre Iglesia jerárquica. El to-do es superior a la parte (cf. Exhor-tación apostólica Evangelii gaudium,

234-237), y la parte tiene sentido enrelación con el todo. Además, la co-munión consiste también en afrontarjuntos y unidos las cuestiones másimportantes, como la vida, la fami-lia, la paz, la lucha contra la pobre-za en todas sus formas, la libertadreligiosa y de educación. En particu-lar, los movimientos y las comunida-des están llamados a colaborar paracontribuir a sanar las heridas produ-cidas por una mentalidad globaliza-da, que pone en el centro el consu-mo, olvidando a Dios y los valoresesenciales de la existencia.

Así pues, para alcanzar la madu-rez eclesial mantened —lo repito— lalozanía del carisma, respetad la liber-tad de las personas y buscad siemprela comunión. Pero no olvidéis que,para alcanzar esta meta, la conver-sión debe ser misionera: la fuerza desuperar tentaciones y carencias vienede la alegría profunda del anunciodel Evangelio, que está en la base detodos vuestros carismas. En efecto,«cuando la Iglesia convoca a la ta-rea evangelizadora, no hace más queindicar a los cristianos el verdaderodinamismo de la realización perso-nal» (Exhortación apostólica Evan-gelii gaudium, 10), la verdadera moti-vación para renovar su propia vida,porque la misión es participación enla misión de Cristo, que nos precedesiempre y nos acompaña siempre enla evangelización.

Queridos hermanos y hermanas:Ya habéis dado muchos frutos a laIglesia y a todo el mundo, pero da-réis otros aún más grandes con laayuda del Espíritu Santo, que siem-pre suscita y renueva dones y caris-mas, y con la intercesión de María,que no deja de socorrer y acompa-ñar a sus hijos. Seguid adelante:siempre en movimiento… ¡No os de-tengáis nunca! ¡Siempre en movi-miento! Os aseguro mi oración y ospido que recéis por mí —en verdadlo necesito—, mientras os bendigo decorazón.

[Aplausos…]. Ahora os pido, to-dos juntos, que recéis a la Virgen,que vivió esta experiencia de conser-var siempre la lozanía de su primerencuentro con Dios, de seguir ade-lante con humildad, pero siempre encamino, respetando el tiempo de laspersonas. Y, además, no cansarsenunca de tener este corazón misione-ro. [Dios te salve, María… Bendi-ción].

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El Pontífice habla de la comunión entre la Iglesia celestial y la que está en camino en la tierra

Esta es la meta

Al final de la audiencia la petición del Papa

Rezad por el viaje a TurquíaAl saludar a los diversos grupos presentes en la audiencia general el Pontíficerecordó el viaje a Turquía del 28 al 30 de noviembre.

Como sabéis, desde el viernes próximo hasta el domingo visitaré Turquíaen viaje apostólico. Invito a todos a rezar para que esta visita de Pedro alhermano Andrés traiga frutos de paz, sincero diálogo entre las religionesy concordia en la nación turca.

«La Iglesia no es una realidad estática, inmóvil, con un fin en sí misma, sinoque está continuamente en camino en la historia, hacia la meta última ymaravillosa que es el Reino de los cielos»: en la audiencia general del miércoles26 de noviembre el Papa Francisco concluyó sus reflexiones sobre la naturaleza dela Iglesia recordando a los fieles presentes en la plaza de San Pedro que elelemento «verdaderamente decisivo para nuestra salvación y para nuestrafelicidad» ya no es la distinción «entre quien ya está muerto y quien no lo estátodavía, sino entre quien está en Cristo y quien no lo está».

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

Un mal día, pero vosotros sois va-lientes, ¡felicitaciones! Esperamospoder rezar juntos hoy.

El Concilio Vaticano II, al presen-tar la Iglesia a los hombres de nues-tro tiempo, tenía bien presente unaverdad fundamental, que jamás hayque olvidar: la Iglesia no es una rea-lidad estática, inmóvil, con un fin ensí misma, sino que está continua-mente en camino en la historia, ha-

pasa, pero se nos enseña que Diosha preparado una nueva morada yuna nueva tierra en la que habita lajusticia y cuya bienaventuranza lle-nará y superará todos los deseos depaz que se levantan en los corazonesde los hombres» (n. 39). Esta es lameta a la que tiende la Iglesia: es,como dice la Biblia, la «Jerusalénnueva», el «Paraíso». Más que deun lugar, se trata de un «estado» delalma donde nuestras expectativasmás profundas se realizarán de mo-do superabundante y nuestro ser, co-

porque en la perspectiva cristiana ladistinción ya no es entre quien estámuerto y quien no lo está aún, sinoentre quien está en Cristo y quienno lo está. Este es el elemento deter-minante, verdaderamente decisivo,para nuestra salvación y para nuestrafelicidad.

Al mismo tiempo, la Sagrada Es-critura nos enseña que la realizaciónde este designio maravilloso no pue-de dejar de afectar incluso a todo loque nos rodea y que salió del pensa-miento y del corazón de Dios. Elapóstol Pablo lo afirma de modo ex-

Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,desde siempre quiere realizar y estáre a l i z a n d o .

Queridos amigos, cuando pensa-mos en estas realidades estupendasque nos esperan, nos damos cuentade que pertenecer a la Iglesia es ver-daderamente un don maravilloso,que lleva grabada una vocación altí-sima. Pidamos entonces a la VirgenMaría, Madre de la Iglesia, que vigi-le siempre nuestro camino y que nosayude a ser, como ella, signo gozosode confianza y de esperanza en me-dio de nuestros hermanos.

Los tuits en@Pontifex_es

22 NOV [8.22 AM] Cuando vemos que al-guien pasa realmente necesidad ¿reconoce-mos en él el rostro de Dios?

27 NOV [9.27 AM] El amor es la medida dela fe

Y surgen espontáneas en nosotrosalgunas preguntas: ¿cuándo tendrálugar este pasaje final? ¿Cómo serála nueva dimensión en la que entrarála Iglesia? ¿Qué será entonces de lahumanidad? ¿Y de la creación quenos rodea? Pero estas preguntas noson nuevas, ya las habían hecho losdiscípulos a Jesús en su tiempo:«¿Cuándo sucederá esto? ¿Cuándoserá el triunfo del Espíritu sobre lacreación, sobre lo creado, sobre to-do...». Son preguntas humanas, pre-guntas antiguas. También nosotroshacemos estas preguntas.

La constitución conciliar Gaudiumet spes, ante estos interrogantes queresuenan desde siempre en el cora-zón del hombre, afirma: «Ignoramosel momento de la consumación de latierra y de la humanidad, y no sabe-mos cómo se transformará el univer-so. Ciertamente, la figura de estemundo, deformada por el pecado,

plícito, cuando diceque «la creación mis-ma será liberada de laesclavitud de la co-rrupción, para entraren la gloriosa libertadde los hijos de Dios»(Rm 8, 21). Otros tex-tos usan la imagen de«cielo nuevo» y «tie-rra nueva» (cf. 2 P 3,13; Ap 21, 1), en el sen-tido de que todo eluniverso será renova-do y liberado una vezpara siempre de todoindicio de mal y de lamuerte misma. Lo quese anuncia, como rea-lización de una trans-formación que en rea-lidad ya está en acto apartir de la muerte yresurrección de Cristo,es, por lo tanto, unanueva creación; no unaniquilamiento delcosmos y de todo loque nos rodea, sinoun llevar cada cosa asu plenitud de ser, deverdad, de belleza. Es-te es el designio que

cia la meta última y ma-ravillosa que es el Reinode los cielos, del cual laIglesia en la tierra es elgermen y el inicio (cf.Conc. ecum. Vat. II,const. dogm. sobre laIglesia Lumen gentium, 5).Cuando nos dirigimoshacia este horizonte, nosdamos cuenta de quenuestra imaginación sedetiene, revelándose ape-nas capaz de intuir el es-plendor del misterio quesupera nuestros sentidos.

mo criaturas y como hijos de Dios,llegará a la plena maduración. Al fi-nal seremos revestidos por la alegría,la paz y el amor de Dios de modocompleto, sin límite alguno, y estare-mos cara a cara con Él (cf. 1 Cor 13,12). Es hermoso pensar esto, pensaren el cielo. Todos nosotros nos en-contraremos allá arriba, todos. Eshermoso, da fuerza al alma.

En esta perspectiva, es hermosopercibir cómo hay una continuidady una comunión de fondo entre laIglesia que está en el cielo y la queáun está en camino en la tierra.Quienes ya viven junto a Dios pue-den, en efecto, sostenernos e interce-der por nosotros, rezar por nosotros.Por otro lado, también nosotros es-tamos siempre invitados a ofrecerobras buenas, oraciones y la Eucaris-tía misma para aliviar la tribulaciónde las almas que están todavía espe-rando la bienaventuranza final. Sí,