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La economa poltica de Europa en una era de
interdependenciaAuthor(s): Peter A. Hall and Leandro WolfsonSource:
Desarrollo Econmico, Vol. 37, No. 145 (Apr. - Jun., 1997), pp.
57-89Published by: Instituto de Desarrollo Econmico y SocialStable
URL: http://www.jstor.org/stable/3467153 .Accessed: 29/06/2013
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Desarrollo Econ6mico, vol. 37, N9 145 (abril-junio 1997) 57
LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE
INTERDEPENDENCIA*
PETER A. HALL**
El estudio de la economla politica comparada se encuentra en una
encrucijada. Los fundamentos conceptuales de este campo de estudios
se establecieron a fines de la d6cada del '60 y comienzos de la del
'70, cuando estaba en su apogeo la "edad de oro" del capitalismo de
la posguerra. Sin embargo, las economias industriales experi-
mentaron cambios dramiticos en las dos Oltimas decadas. ,SeguirAn
siendo adecua- dos para encauzar nuestra comprensi6n de la economia
politica los conceptos en los que nos apoyamos durante tanto
tiempo? ,De que manera deberia amplirselos o revisdrselos a fin de
explicar los procesos econ6micos y politicos que tienen lugar en la
actualidad?
El objetivo de este articulo es ofrecer algunas respuestas
provisionales a estos interrogantes, con particular referencia a
Europa occidental. En la primera secci6n describir6 los marcos
conceptuales representados por la "primera ola" y la "segunda ola"
de los trabajos que sentaron las bases de este campo. A partir de
las ideas que brinda esta literatura, he procurado luego
desarrollar un marco conceptual para analizar los cambios
producidos en las economias politicas contempordneas. En la tercera
secci6n, partiendo de este marco, identificare cuales han sido los
procesos principales de las economias politicas de Europa en las
d6cadas de 1980 y 1990. Por Cltimo, analizar6 en que forma podemos
utilizar dicho marco de referencia para comprender los caminos de
ajuste que estan siguiendo hoy tanto las empresas como los
palses.
* Trabajo preparado para su presentaci6n en la Conferencia sobre
la Politica y la Economia Politica de las
Democracias Capitalistas Avanzadas, Berlin, 26 y 27 de mayo de
1995. El autor desea expresar su agradecimiento a los participantes
en el proyecto sobre "La economia politica europea y el anilisis
institucional", en especial a sus codirectores, David Soskice y
Suzanne Berger, por los provechosos intercambios de ideas que
mantuvieron con 61 sobre estos temas. Las tareas previas a la
redacci6n del presente articulo se Ilevaron a cabo mientras el
autor estaba becado por la Fundaci6n Nacional de Ciencias en el
Centro para Estudios Avanzados sobre las Ciencias de la Conducta.
Se presentaron versiones preliminares en una mesa redonda de la
IPSA, Kioto, marzo de 1994, en la Comisi6n Conjunta sobre Europa
Occidental de la SSRC-ACLS, Lisboa, abril de 1994, y en la
Conferencia sobre la Economia Politica del Capitalismo
Contempordneo, UNC, setiembre de 1994. El autor desea asimismo
agradecer particularmente a Barry Eichengreen, Gosta
Esping-Andersen, Torben Iversen, Robert Keohane, Peter Lange, Catie
Martin, Hideo Otake, Marino Regini y Michael Wallerstein por sus
Otiles comentarios.
** Center for European Studies, Harvard University. [ c Adolfus
Bucg Hall / 27 Kirkland Street at Cabot Way / Cambridge, MA 02138 /
USA / 1 (617) 495-4303 / Fax: (617) 495-8509.1
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58 PETER A. HALL
En general, el campo de la economia politica comparada se centra
en dos cuestiones fundamentales: c6mo explicar las pautas que rigen
el desempeho de la economia y de las politicas pOblicas entre
naciones. La disciplina econ6mica ha aportado desde antiguo a esas
cuestiones una variedad de respuestas, que figuran con creciente
prominencia en la bibliografia sobre economla politica. No
obstante, lo que caracteriza la labor de los especialistas en
economia politica es la insistencia en que dichos resultados no
pueden explicarse sin hacer alusi6n a variables que podrian
considerarse "politicas" en el sentido mAs amplio de la palabra, y
que incluyen las instituciones (ya sean econOmicas, sociales o
politicas), las coaliciones sociopoliticas y, en algunos casos, las
culturas nacionales o subnacionales.
En todos estos anAlisis las variables institucionales han tenido
un papel prominen- te. Ocurre que el ritmo de cambio de las Iltimas
decadas plantea problemas particula- res. Una disciplina que
durante mucho tiempo se centr6 en el modo en que las instituciones
generan regularidades en el comportamiento debe ahora verselas con
los problemas propios del cambio mAs que de la continuidad. En las
Oltimas secciones de este articulo se trata de presentar un tipo de
anlisis que podria servir para ello. Sin embargo, en primer lugar
tendre que ocuparme de la evoluci6n intelectual de esta disciplina,
para lo cual examinar6 los estudios que han tenido conexi6n directa
con Europa occidental'.
I. Los fundamentos: cuatro enfoques conceptuales
Comenzar6 por identificar cuatro enfoques conceptuales que
cobraron relieve en las decadas del '60 y el '70. No se excluyen
entre si; cada uno de ellos influy6 en los demas y diversos
estudiosos contribuyeron a ms de uno. No obstante, cada cual se
diferencia en aspectos importantes, y estas diferencias entre ellos
ponen de manifiesto cu'les han sido las cuestiones que tuvieron
continua vigencia en este campo. Los he denominado,
respectivamente, los enfoques de: 1) los estilos nacionales de
politica piblica; 2) el neocorporativismo; 3) el
neoinstitucionalismo; y 4) la organizaci6n laboral.
1. Analisis basados en los estilos nacionales de politica
pdblica Si bien ya existian andlisis comparativos sobre la economia
politica a comienzos
del siglo XVIII, en su forma contemporAnea dichos andlisis
podrian remontarse a la obra magistral de Andrew Shonfield, El
capitalismo moderno (1969), que refleja la actitud de su 6poca.
Shonfield, que escribia en la culminaci6n de la era keynesiana,
atribula las tasas de crecimiento sin paralelo que a la saz6n
estaban alcanzando los paises industriales al desarrollo de una
"economia mixta" y a las formas activas de administra-
ci6n econ6mica estatal, sintetizadas en la planificaci6n
francesa.
1 En un ensayo de esta extensi6n s6lo puedo ofrecer referencias
muy sint6ticas a la amplia bibliografia en la materia. Un cuadro
completo de este campo de estudios pondria de relieve debates y
lineas de indagaci6n significativos de los que aqui no podemos
ocuparnos. Adembs, otros investigadores tal vez dividirian este
campo de una manera algo diferente. En particular, aqui he prestado
menos atenci6n de lo que exigiria una reseia completa a los avances
intelectuales en economia y en aquellas otras areas de la
disciplina que han sido muy influidas por las metodologias
econ6micas. V6anse al respecto las reserias de Alt y Chrystal
(1965), Alt y Shepsle (1974) y Alesina (1974). Mi objetivo no es
brindar una revisi6n exhaustiva sino una interpretaci6n acerca de
la situaci6n que hemos atravesado, a fin de ver con mis claridad
hacia d6nde podemos encaminarnos.
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
59
Por extrara que hoy pueda parecer esta postura, Shonfield
suministr6 una explica- cidn de las similitudes y diferencias en la
organizaci6n econ6mica y la formulaci6n de politicas de los palses
industriales que sigue siendo una de las mAs sagaces que jamAs se
haya elaborado. Lo considero el progenitor del enfoque de "los
estilos nacionales de politica pcblica", pues su anAlisis asocia
las variaciones en las politicas y el desemperio econ6micos con las
diferencias en la orientaci6n prevaleciente entre los
policy-makers, diferencias ligadas a la historia y la cultura de
cada naci6n2.
Con posterioridad a Shonfield, varios analistas procuraron
explicar asimismo la formulaci6n o concreci6n de las politicas
econ6micas en los palses europeos en funci6n del tipo de estilo
nacional de sus politicas pOblicas (Richardson y Jordan, 1978;
Hayward, 1976; Blank, 1978). Si bien en muchos de estos anAlisis
tiene prominencia la organizaci6n de la economia politica, el
principal factor causal parece ser en ellos las diferencias en las
actitudes u orientaciones de los actores politicos y econ6micos
relevantes, con profunda raigambre en la historia de cada
naci6n.
La gran ventaja de estos andlisis es que pudieron captar una
gama de variables actitudinales, a menudo de indole cultural, que
ejercen efectos particularmente vastos y difusos a trav6s de las
formas que adopta la economia politica. Su fuerza explicativa
proviene de que dan cuenta de las diferencias en materia de acci6n
prActica en funci6n de las cosmovisiones de los actores mismos y el
sentido que asignan a sus actos3. Sus principales limitaciones
derivan del carActer de las variables independientes que utilizan.
En muchos casos, resulta dificil definir las variables causales con
clara indepen- dencia respecto de los resultados que ellas
explican; y la misma complejidad de los estilos nacionales en que
se centran torna dificil clasificar estas orientaciones en
variables identificables y movibles entre paises, cuyos efectos
puedan observarse sistematicamente comparando los distintos marcos
nacionales. En lineas generales, la indole cuasi cultural de estos
analisis tiene tanto ventajas como desventajas.
2. Analisis neocorporativistas El segundo enfoque conceptual que
tuvo gran influencia en la economia politica
europea fue el que gird en torno de la idea de
"neocorporativismo". Asi como Shonfield y otros fueron inspirados
por el fuerte crecimiento economico de la decada del '60, los
analisis neocorporativistas gozaron de popularidad en la del '70,
cuando las economias europeas estaban entrampadas en la lucha
contra el aumento de las tasas de inflaci6n y de desempleo. Una de
las virtudes de este enfoque fue su capacidad para explicar por qu6
algunos paises parecieron mAs eficaces que otros en el control de
la inflaci6n o el desempleo4.
2 Para ser justos con Shonfield, debe serialarse que el
principal objetivo de su libro es describir los distintos tipos de
economias politicas que se aprecian en las naciones industriales y
no explicar los motivos de las diferen- cias entre ellas. Sin
embargo, dio cuenta de las razones por las cuales la economia
britinica no habia tenido un desempeiro tan positivo como muchas de
las economias de Europa continental, y lo atribuy6 en gran medida
al fracaso de los britinicos en adoptar politicas p~blicas
eficaces, to que a su vez estaba asociado segOn 61 a actitu- des de
antigua data prevalecientes en Gran Bretaria con respecto a la
intervenci6n del Estado y a la industria estatal.
3 Esta postura estd vinculada bsicamente a los escritos
metodol6gicos de Max Weber. 4 Por supuesto, las primeras
formulaciones sobre el concepto de neocorporativismo son previas a
la
estanflaci6n de la d6cada del '70, y en alguna medida reflejan
los esfuerzoss por describir el papel cada vez mayor de los grupos
de productores en la formulaci6n e instrumentaci6n de la politica
econ6mica luego de la Segunda Guerra Mundial. V6ase, en especial,
Beer (1965), Schmitter (1974) y Winkler (1974).
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60 PETER A. HALL
En general, este enfoque distingue las naciones segu'n que su
economia politica podria describirse como mAs o menos
neocorporativista, con el objeto de evaluar el efecto de los
acuerdos neocorporativos sobre una variedad de resultados
econ6micos y politicos. El neocorporativismo suele definirse como
un proceso de formulaci6n de po- liticas sociales o econ6micas en
el cual se transfiere una influencia considerable sobre el diseho o
implementaci6n de dichas politicas a los representantes organizados
de los grupos socioecon6micos, a menudo mediante negociaciones de
alto nivel sobre las escalas salariales. En su forma clAsica, el
prerrequisito organizativo del neocorporati- vismo es la presencia
de grupos socioecon6micos concentrados y muy centralizados; y los
palses se clasifican como mAs o menos "neocorporativistas" segon
que pre- valezcan dichas negociaciones de alto nivel o que existan
esas organizaciones centra- lizadas5.
Los andlisis neocorporativos realizaron varios aportes
especificos al estudio de la economia politica comparada. En primer
lugar, vincularon determinados resultados econ6micos con variables
organizacionales, en lugar de hacerlo con variables actitudinales,
con lo cual dirigieron la atenci6n a la organizaci6n de la economia
politica. En segundo tbrmino, dieron particular relieve a la
organizaci6n del movimiento obrero. En tercer t6rmino, destacaron
la importancia de las negociaciones en el nivel mais centralizado
de la economia politica. Estas se convirtieron en las principales
variables en la mayoria de los estudios sobre la economia politica
europea de la d6cada del '70 y comienzos de la del '80.
Por otra parte, el enfoque neocorporativo abri6 varias otras
Ilneas de indagaci6n provechosas. Los investigadores que procuraban
entender c6mo se habia originado el neocorporativismo dieron origen
a teorias mas generales, cuya finalidad era dar cuenta de la
organizaci6n de la economia politica (Cameron, 1978; Katzenstein,
1985; Rothstein, 1992). Otros comenzaron a estudiar el papel del
Estado en el mantenimiento de los sistemas neocorporativos (Lange,
1984; Pizzorno, 1978; Panitch, 1980).
Con el paso del tiempo se introdujeron algunas enmiendas
significativas a los postulados basicos del enfoque neocorporativo.
Algunos estudiosos sugirieron que la relacion entre el desempenio
econ6mico y la centralizaci6n del movimiento sindical no es
uniforme; o sea que en ambos extremos -cuando los sindicatos estan
sumamente centralizados o cuando estAn muy fragmentados- el
desemperfo econ6mico puede ser mejor que cuando el grado de
centralizaci6n es moderado (Calmfors y Driffil, 1988; cf. Soskice,
1990). Hubo otros que sostuvieron que los acuerdos neocorporativos
s6lo funcionan bien cuando el poder estA ocupado por partidos
socialdem6cratas. Asi, entonces, el buen desempeho econ6mico estara
garantizado si a un gobierno socialde- m6crata se le suman
sindicatos centralizados o bien si hay en el poder partidos
conservadores en el contexto de un movimiento obrero fragmentado
(Garrett y Lange, 1989; Alvarez et al., 1991). Estos trabajos
destacan que existen importantes efectos interactivos entre el
caracter o los objetivos del partido gobernante por un lado y la
organizaci6n de Ia economia politica por otro (cf. Schmidt, 1982a,
1982b).
5 Se hallarin amplios panoramas sobre esta bibliografia
principalmente en Schmitter y Lehmbruch (1978), Lehmbruch y
Schmitter (1982) y Goldthorpe (1984).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
61
3. Analisis neoinstitucionalistas
A partir de estos estudios surgi6 en la decada del '80 una nueva
corriente. Al igual que el
an.lisis neocorporativo, sehal6 que las variaciones en la
politica y el desempero
econ6micos se ven afectadas por la organizaci6n de la economla
politica, pero ampli6 nuestra concepci6n de las variables
organizacionales pertinentes mAs all de las organizaciones
sindicales, hasta incluir la organizaci6n del Estado y del capital.
Como tales, a muchos de estos estudios se los asocia con el
movimiento mAs general que tuvo lugar en la ciencia politica en
direcci6n a un "neoinstitucionalismo"6.
Quienes adoptaron este enfoque argumentaron que las
instituciones que estructuran el flujo de fondos que recibe la
industria gravitan tanto en el comportamiento de las empresas como
en las opciones que tienen a su disposici6n los responsables de las
politicas pOblicas (Zysman, 1982; Hall, 1986). Ademas, senialaron
que-la estructura del Estado puede afectar el tipo de medidas que
procurarA instrumentar, con efectos consecuentes en el desempefo
econ6mico. Por ejemplo, se sostuvo que el grado rela- tivo de
independencia del banco central puede influir tanto en la politica
monetaria como en el nivel de coordinaci6n de las politicas
monetaria y fiscal y en el caracter de las ne- gociaciones
salariales (Scharpf, 1984, 1987). MAs recientemente surgi6 una
amplia biblio- grafia sobre la independencia del banco central
(Goodman, 1992; Cukierman, 1992).
Los neoinstitucionalistas hicieron tres aportes significativos
al estudio de la econo- mia politica comparada. Primero, ampliaron
nuestra concepci6n de la gama de varia- bles organizacionales que
podrian gravitar en la politica y el desempeho econ6micos. Segundo,
dirigieron la atenci6n al efecto del sistema financiero en el
comportamiento de las empresas y en la politica y desempefo
econ6micos. Tercero, destacaron la impor- tancia de analizar,
mediante modelos, los efectos interactivos de las mOltiples
dimensio- nes institucionales de la economia politica (cf. Scharpf,
1988; Hall, 1994).
4. Anilisis de la organizacidn laboral
En los aros '70 y comienzos del '80 se asisti6 tambi6n al
desarrollo de una cuarta corriente, a la que Ilamare de "analisis
de la organizaci6n laboral" porque en gran parte se inspir6 en
investigaciones a nivel de planta basadas en la sociologia del
trabajo. Lo que tienen en comOn estos estudios es su preponderante
interes por explorar de que manera la organizaci6n laboral
contribuye al desempeho econ6mico y c6mo varia.
El punto de partida de la mayoria de estos analisis es la
afirmacic6n de que el rapido crecimiento de la decada del '60 fue
posible gracias al desarrollo de un sistema fordista de producci6n
basado en el uso de mano de obra semicalificada para producir gran-
des volOmenes de productos estandarizados. Dichos andlisis
sostuvieron que este sistema productivo se sustentaba en dos muy
amplias condiciones sociales, que reducian la incertidumbre de los
productores en gran escala, a saber: medidas keynesianas destinadas
a asegurar un alto nivel de demanda global y un sistema de
relaciones obrero-patronales que garantizaba la paz social merced a
convenios colecti- vos regulados (Aglietta, 1982; Boyer y Mistral,
1986; Noel, 1987; Marglin y Schor, 1990; Howell, 1992).
6 Vanse al respecto los trabajos de March y Olsen (1984), y
Evans et al. (1985).
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62 PETER A. HALL
Sin embargo, lo que en verdad inspir6 el analisis de estos
autores fue la constataci6n de que en la decada del '70 esas dos
condiciones pareclan haberse quebrantado. Muchos de ellos
comprobaron que las empresas capaces de capear mejor el temporal
economico de los anos '70 habian sido aquellas de pequeho tamaro
que utilizaban alta tecnologia y mano de obra calificada para
producir volOjmenes comparativamente reducidos de productos mcs
especializados. A estas formas de producci6n las Ilamaron
"especializaci6n flexible" o "producci6n de calidad diversificada"
(PCD), y descubrieron que un nOmero cada vez mayor de empresas
estaban reorganizando su producci6n para alcanzar dicha
flexibilidad (Piore y Sabel, 1982; Streeck, 1992).
El aporte fundamental de esta bibliografia fue hacernos reparar
en el efecto que tienen la organizaci6n de las empresas, los
vinculos entre estas y la organizaci6n laboral sobre el desempeho
econ6mico. Se trata de un enfoque que postula que los procesos que
tienen lugar en el piano microeconOmico (la relacion de la empresa
con sus proveedores, sus rivales, las autoridades y la fuerza
laboral) son tanto o mAs importantes para el desempero econ6mico
que la variaci6n
de las estructuras macroecon6micas. Por otra parte, muchos de
estos analistas sostuvieron que las condiciones sociales e
institucionales imperantes a nivel regional pueden afectar el
desempeno de una empre- sa tanto o
m.s que las instituciones de nivel nacional.
2. La segunda ola: cuatro enfoques contemporaneos
De un modo u otro, los procesos que se desarrollaron en Europa
durante las d6cadas del '80 y el '90 constituyeron un desafio para
los cuatro enfoques que hemos esbozado, y los estudiosos
reaccionaron tratando de adaptar las ideas de esos enfoques previos
a la situacion emergente. Sus empenos dieron lugar a cuatro lineas
principales de anlisis, que derivan de los enfoques anteriores pero
ponen de manifiesto ciertas perspectivas diferenciadas en lo
tocante a los procesos actuales.
1. Mecanismos de gobierno de los sectores (Sectoral governance
mechanisms)
El primer conjunto de obras tiene fuertes raices en el
an.lisis
neocorporativo. El puente respecto de esta bibliografia lo
constituy6 una creciente serie de trabajos sobre el
"meso-corporativismo", que empezaron a aparecer en la d6cada del
'80. A medida que los estudiosos inspirados en la teorla
neocorporativa comenzaron a examinar mAs atentamente la forma en
que estaban organizados los productores, a menudo encontra- ron una
variaci6n notable en cuanto al grado de organizaci6n de los
empleadores y los obreros a nivel sectorial. Ademas, hallaron que
existia una activa negociaci6n a nivel sectorial y la delegaci6n de
autoridad o de recursos pOblicos en favor de los represen- tantes
sectoriales. Este fen6meno fue muy pronto denominado
"meso-corporativismo", y varios investigadores trataron de estudiar
sus efectos sobre la conducta de sectores econ6micos (cf. Cawson,
1985; Wilks y Wright, 1987). Yendo mas alla del meso-
corporativismo per se, otros caracterizaron las relaciones entre
las empresas a nivel sectorial en funci6n de "regimenes de
regulacion" (governance regimes) mAs generales, con el objeto de
establecer sus efectos sobre el comportamiento empresarial y el
desemper~io econ6mico (Campbell et al., 1991; Hollingsworth et al.,
1993; Hollingsworth y Boyer, 1993; Fligstein, 1990; Schmitter,
1990).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
63
La literatura sobre los mecanismos de gobierno de los sectores
han hecho diversos aportes al estudio de la economia politica
comparada. Primero, reafirm6 que la relaci6n de las empresas de una
misma rama industrial rara vez puede describirse simplemente en
t6rminos de las ideas corrientes acerca de los mercados
competitivos. No s6lo cada mercado tiene una configuraci6n
institucional muy especifica, sino que la variedad de vinculos que
existen entre las empresas que to integran van mas allA de la
competencia para pasar a adoptar formas de cooperaci6n en
actividades tales como las normas sobre salarios, la capacitaci6n,
el desarrollo de productos y la formaci6n de grupos de presi6n
politica. Segundo, estos estudios seralaron el significativo efecto
que pueden tener las politicas p'blicas, ya sea en el piano
nacional, regional o local, sobre las relaciones obrero-patronales.
Por Ultimo, indicaron que esta red de relaciones, que ligan alas
empresas con otras empresas, con el movimiento obrero y con el
Estado en el nivel sectorial, pueden ejercer gran influencia en la
naturaleza y el exito de las estrate- gias que persiguen las
empresas.
El principal dilema que atn enfrentan quienes adoptan este
enfoque es aclarar con mayor precisi6n cuales son, en tales
relaciones sectoriales, las variables que mas afectan la estrategia
de la empresa y el desempeio econ6mico. Luego de ampliar
provechosamente nuestras ideas acerca de las relaciones entre las
empresas, mas alla de las que han sido tradicionalmente asociadas a
la competencia en el mercado, estos autores ain no han terminado de
refinar su concepci6n, de indole mAs sociol6gica, sobre el vinculo
existente entre las empresas.
2. Coordinaci6n descentralizada (Decentralized coordination)
Una segunda vertiente de la bibliografia actual se funda de modo
directo en los estudios previos sobre la especializaci6n flexible,
pero ha extraldo su inspiraci6n de los cambios en la estrategia y
estructura de las empresas que estan sucediendose hoy en Europa.
Tomando distancia de aquellos enfoques que ponen el acento en el
impacto de las estructuras institucionales en la conducta, asegura
que dichas estructuras son mas flexibles de lo que se piensa.
Segtmn esta corriente, no es la estructura la que determina la
estrategia, sino la estrategia la que en definitiva determina la
estructura. Analogamente, alli donde otros destacan la relevancia
que tienen los marcos institucionales pre- existentes en la
adopci6n de diversos senderos de ajuste seguidos en cada pals, esta
linea de anAlisis insinita que tales marcos en gran medida se estAn
desmoronando; consecuentemente, sus propugnadores subrayan la
radical apertura y variedad de los senderos de ajuste observables
en Europa y otros lugares (Sabel y Zeitlin, 1994).
Asi, ponen de relieve la multiplicidad de experimentos que se
estAn Ilevando a cabo hoy en Europa a nivel de la empresa.
Enfrentados a los nuevos desafios, los hombres de negocios europeos
estan adoptando un amplio repertorio de estrategias que a menudo
discrepan con las practicas preexistentes de su sector o de su
pals. Se supone que de esta mezcla tumultuosa de experimentos
surgiran nuevas modalidades de producci6n y de organizaci6n
econ6mica hasta ahora desconocidas.
El primer tema presente en esta literatura es el de Ia
"descentralizaci6n". Estos analistas aducen que los procesos mas
relevantes para la forma que adoptara en el futuro la economia
europea se estan desplegando en una forma muy descentralizada;
y
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64 PETER A. HALL
esto es deliberado, ya que muchas empresas recurren a
subcontratistas o a unidades mAs pequefias para experimentar con
formas alternativas de gesti6n. El desaffo que enfrentan estas
empresas no consiste simplemente en generar una serie de experimen-
tos sino en encontrar el modo de supervisar con eficacia los
resultados y de aprender sistemiticamente de las pruebas
realizadas. Asi, en la industria europea no hay s6lo
experimentaci6n sino tambien desarrollo de nuevos sistemas de
supervisi6n y aprendi- zaje (Sabel, 1993)7.
El segundo tema de esta literatura es el de la "coordinaci6n".
Sus autores sostie- nen que la tarea esencial de las empresas es
hallar formas fructiferas de coordinar las multiples actividades
indispensables para la producci6n y las ventas, ya que en la actual
coyuntura se estan modificando muchas formas organizativas
tradicionalmente empleadas para estos fines. En el florecimiento de
la subcontrataci6n, de los nuevos tipos de organizaci6n de la
producci6n y las novedosas practicas de gerenciamiento empresario,
estos autores vislumbran cambios radicales en la forma en que las
firmas Ilevan a cabo sus negocios, lo bastante significativos como
para afectar el rendimiento global de las economias europeas
(Sabel, 1994a; Sabel et al., 1993).
Este enfoque tiene muchas virtudes. Mas que cualquier otro, da
cabida a la posibilidad de que las economias de Europa est6n
inmersas en una transformaci6n radical. Al enfocar los procesos que
se dan en las empresas individuales, su anAlisis se mantiene
pr6ximo a algunos de los procesos centrales de la economia; y su
Wnfasis en la capacidad de los gerentes para aprender y modificar
las instituciones en las que operan refleja una adecuada valoraci6n
de las potencialidades del ingenio humano y de los procesos de
"destrucci6n creativa" que, segOn se dice desde hace tiempo,
caracte- rizan al capitalismo (cf. Schumpeter, 1949). Al destacar
la importancia de ta coordina- ci6n para el exito de la empresa,
suministra un elemento heuristico que posee Otiles puntos de
contacto con la bibliografia sobre las relaciones
"principal-agente", la supervi- si6n y la acci6n colectiva.
La principal limitacion de estos trabajos deriva del
indeterminismo radical que esta en el meollo del andlisis. Si bien
reconocen la diversidad caracteristica de la actual fase de
experimentaci6n, brindan pocas predicciones en cuanto al probable
surgimiento de determinadas formas de organizaci6n de las empresas
o entre estas, o sobre el grado en que esto
afectar, el desemperio econ6mico. Nos informan bastante acerca
de la
indole de las corrientes hoy vigentes en Europa pero poco sobre
sus probables desenlaces. No obstante, con el tiempo es posible que
se avance a este respecto; en fin, estos trabajos Ilaman la
atenci6n sobre procesos que no deben ser ignorados.
3. Las variedades del capitalismo
Un tercer enfoque notorio en las investigaciones contemporAneas
se centra en lo que podria denominarse las "variedades del
capitalismo". En este caso la unidad de an'lisis es el Estado
nacional, Io mismo que en los enfoques neocorporativo y
neoinstitucionalista de los que ha surgido. La bibliografia
emergente sobre las varieda- des del capitalismo pone el acento en
la interacci6n entre diversos marcos instituciona- les dentro de la
economia politica de un pals a fin de producir tipos de
resultados
7 Debo agradecer a Charles Sabel las diversas conversaciones que
mantuvo conmigo sobre estos puntos.
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
65
singulares y especificos8. Se afirma que cada "variedad de
capitalismo" se caracteriza por una constelacion distintiva de
estructuras organizativas (Albert, 1992; Soskice, 1990, 1991).
Uno de los mas elaborados analisis de esta clase (Soskice, 1990,
1991, 1993) distingue entre las "economias de mercado coordinadas"
(Alemania, Jap6n, Suecia, Noruega, Suiza, Austria) y las "economias
de mercado liberales" (Gran Bretania, Estados Unidos, Irlanda,
Canada, Australia). En las economias de mercado coordinadas (de
ahora en mas, EMC), los empleadores han establecido una densa red
de asociaciones para coordinar su acci6n comOn en materia de
salarios, programas de capacitaci6n, investigaci6n y otros temas.
Las relaciones de la empresa con la fuerza laboral tienden a
estructurarse en torno de vinculos de empleo de largo plazo, y sus
relaciones con los abastecedores del capital financiero les
permiten contar con fuentes de capital de largo plazo. En contraste
con ello, en las economias de mercado liberales (EML) los emplea-
dores carecen de organizaciones representativas centralizadas y de
poder suficiente como para coordinar su accionar. Las firmas suelen
descansar en contratos de corto plazo que vuelven comparativamente
faciles los despidos, y la estructura de los mercados financieros
es tal que su oferta de capital suele depender de la rentabilidad
inmediata y del flujo de fondos.
El argumento de este enfoque es que constelaciones organizativas
diferenciadas como 6stas promueven ciertos tipos de comportamiento
de las empresas y conspiran contra otros. Por ejemplo, frente a una
apreciaci6n del tipo de cambio que eleve los precios de sus
productos en los mercados externos, es mas probable que las
empresas que integran una EMC bajen los precios y acepten reducir
su margen de beneficios a fin de conservar la participaci6n en el
mercado, en lugar de despedir trabajadores, pues la estructura del
mercado laboral dificulta los despidos y ademas el acceso de las
empresas a capital de largo plazo torna mas viable para ellas una
estrategia de menores beneficios. En cambio, frente a exigencias
mas imperiosas de rentabilidad por parte de los mercados
financieros y debido a que cuentan con la capacidad de despedir
mano de obra facilmente, las empresas que integran una EML
probablemente acepten aumentar los precios y disminuir su
participaci6n en el mercado con el objeto de mantener su margen de
beneficios9.
Asimismo, los analistas que siguen estas corrientes afirman que
la organizaci6n de la economia politica vuelve mas concebibles
ciertas clases de acci6n colectiva que de otro modo no serian
factibles. Un ejemplo destacado de ello lo provee la capacitacion
de los recursos humanos. En las EML hay pocas organizaciones
empresariales en condiciones de montar programas eficaces de
capacitaci6n y de asegurar la adhesi6n de los empleadores a ellos,
y las empresas enfrentan desincentivos en cuanto a brindar una
formacion generalizada a su propio personal, ya que bien puede
ocurrir que este luego termine aportando sus calificaciones a otra
firma. En cambio, en las EMC las asociaciones de empleadores suelen
contar con la autoridad y los recursos como para poner en
funcionamiento programas de capacitaci6n con los que sus miembros
deben
8 En tal sentido, esta nueva linea de andlisis parte
directamente de la observaci6n de algunos neoinstitucionalistas
segOn la cual existen claros efectos interactivos entre las
estructuras organizativas de la economia politica.
9 Cf. Michael Knetter (1993). Estoy en deuda con David Soskice
por haberme hecho reparar en este ejemplo.
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PETER A. HALL
colaborar, y pueden poner en practica regimenes de empleo que
tornan poco redituable para un trabajador dejar una empresa a fin
de ofrecer sus calificaciones a otra. El resultado es Io que
Finegold y Soskice (1988) denominan un "equilibrio de bajas
calificaciones" en algunos paises y un "equilibrio de altas
calificaciones" en otros.
Esta es una linea de indagaci6n muy promisoria. En primer lugar,
surgi6 como una versi6n revisada del
an.lisis neocorporativo, basada en la observaci6n de que la
coordinaci6n de los salarios podia ser instrumentada tanto por
las organizaciones de empleadores como por los sindicatos (Soskice,
1990). Sin embargo, nuevos trabajos impulsaron estos analisis mas
lejos a'n, de modo tal que basandose en la teoria de los juegos y
en la nueva economia de las organizaciones, pueden hoy explicar de
qu6 manera diversas caracteristicas de la estructura organizacional
de la economia son capaces de afectar toda una serie de resultados,
incluido el caracter de la innovaci6n tecnica, la formaci6n
profesional y la reforma de las politicas pOblicas, asi como la
coordinacion salarial y los agregados economicos globales (Soskice,
1994).
Empero, el dilema central que enfrentan estos modelos es c6mo
generalizar el andlisis a una amplia gama de naciones. En un
comienzo, estos estudios se fundaron en la comparaci6n entre Jap6n
o Alemania, por un lado, y Gran Bretania o Estados Unidos, por el
otro. Ahora se estAn Ilevando a cabo interesantes trabajos para
explorar las diferencias entre Japon y Alemania, cuyas respectivas
economias politicas parecen cumplir las mismas tareas de un modo
algo diferente10. Sin embargo, hay numerosos casos hibridos,
incluidos los de Francia e Italia, que no pertenecen claramente a
ninguna de las categorias establecidas por los actuales
modelos.
El hecho mismo de que estos modelos pusieran el acento en los
efectos interactivos dificulto aislar los efectos de cada variable
independiente, dado el escaso desarrollo de sistemas de ecuaciones
que modelen todos los efectos y la pequena muestra de paises (de la
OCDE) en los que habitualmente se los pone a prueba 1. En
consecuencia, esta literatura sigue poniendo el acento
implicitamente en unos pocos paises que son tipos ideales, y s61lo
paulatinamente se ha comenzado a extender el anAlisis a una gama
mas vasta de naciones. No obstante, ha generado ya una serie
importante de proposiciones de potencial aplicabilidad general.
4. Las teorias de las coaliciones en un contexto de
interdependencia
Por Ciltimo, un cuarto enfoque orientado fundamentalmente a la
explicaci6n de la politica econ6mica emergi6 con creciente fuerza
en aios recientes. Tomo cuerpo en teorias que ven las medidas
oficiales como una reacci6n ante los intereses y demandas
cambiantes de las coaliciones sociales o politicas. Este enfoque
tiene una venerable historia en la ciencia politica, pero recibi6
nueva vida en la decada del '80, cuando Peter Gourevitch (1986)
sostuvo que las politicas econ6micas son ante todo una respuesta a
ciertas coaliciones que representan a sectores econ6micos
diferenciados y, ademas, que dichas coaliciones se crean o recrean
como consecuencia de los cambios en la economia internacional,
cambios que modifican los intereses subyacentes de sus
10 Vdase Soskice (1994). Tambien Wolfgang Streeck y Ronald Dore
esttn trabajando sobre este problema. 11 Se hallarcin dos intentos
muy promisorios en Franzese (1994) e Iversen (1994).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
67
miembros. El argumento de este autor era que los cambios en la
economia internacional posibilitan la formaci6n de coaliciones
politicas en apoyo de nuevas politicas pOblicas.
En los Oltimos afios, otros estudiosos han comenzado a indagar
mAs a fondo c6mo modifican, exactamente, los cambios en la economia
internacional los intereses de los actores econ6micos claves.
Rogowaski (1990) argumenta que la liberalizaci6n del comercio
altera la ventaja comparativa de una naci6n, segcn los patrones ya
conocidos de Samuelson-Stolper, de modo de favorecer, entre la
tierra, el capital y ia mano de obra, al factor mAs abundante.
Frieden (1991) Ileva mucho mAs allc este
an.lisis aduciendo,
en primer tbrmino, que la liberalizaci6n financiera modifica
asimismo los intereses de determinados sectores econ6micos claves
y, en segundo t6rmino, que la especificidad de los activos de
capital (asset specificity) condiciona la forma en que dichos
cambios afectan los intereses de una firma o sector, al influir en
su capacidad de reaccionar mediante la diversificaci6n de sus
decisiones de inversi6n. La premisa es que los cambios en la
economia internacional modificardn las coaliciones internas,
presionando en favor de una u otra politica econ6mica.
Ha surgido un debate entre este tipo de andlisis, para el cual
los cambios en la economia internacional afectan las medidas
pOblicas y la politica fundamentalmente a traves de la alteraci6n
de los intereses y exigencias de los sectores econ6micos a grupos
de productores, y otros analistas que sostienen que los efectos
politicos de los cambios en la economia internacional sobrevienen
principalmente a traves de su repercusi6n en el electorado en su
conjunto. Estos Oltimos ponen mayor enfasis en las restricciones
que la integraci6n internacional impone a la capacidad de los
gobernantes de expandir la economia y en los efectos de las
fluctuaciones econ6micas provocadas por el contexto internacional
sobre el voto retrospectivo (vease Garrett, 1995).
Hasta la fecha, la mas notoria limitaci6n de tales analisis
radica en la dificultad para aclarar con precisi6n de que modo los
cambios en la constituci6n de los intereses sectoriales se traducen
en cambios en las politicas pOblicas. Cuentan con una s61lida
teoria acerca de la determinaci6n de los intereses, pero su teoria
sobre la actividad politica es relativamente anemica. No obstante,
el gran valor de estos andlisis reside en su capacidad para
explicar el cambio (en oposici6n a la continuidad) en la economia,
sobre todo si ese cambio esta promovido por procesos econ6micos
internacionales. Por Io demas, si bien las instituciones no ocupan
un lugar prominente en estos analisis, tienen posibilidades de
mostrar de que manera puede reunirse la voluntad politica necesaria
para modificar las estructuras institucionales.
3. Hacia un modelo dindmico de la economia politica
Los analisis correspondientes a esta "segunda ola" de trabajos
sobre el tema superan el marco desarrollado por sus antecesores en
algunos aspectos Ilamativos'2.
Primero, los especialistas en economia politica de la decada del
'70 y comienzos de la del '80 centraron gran parte de su atenci6n
en los sindicatos. Por cierto, la organizaci6n del movimiento
obrero continda siendo una variable importante en el
12 Varios de estos puntos son desarrollados con mayor extensi6n
en un fascinante ensayo a modo de resefia de Kathleen Thelen
(1994).
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68 PETER A. HALL
an'lisis de muchos procesos; sin embargo, trabajos m's recientes
han subrayado el papel no menos decisivo de los empleadores y de
sus asociaciones en la economia politica (Swenson, 1989, 1991;
Fulcher, 1991; Soskice, 1988). Algunos de estos trabajos
comprobaron que los empleadores fueron los principales actores en
el establecimiento o desmantelamiento de los esquemas
neocorporativos. Otros sostuvieron que pueden coordinar las
negociaciones salariales o la capacitaci6n profesional con o sin la
cooperaci6n de los sindicatos. Asi, despues de que durante muchos
anos se descuida- ra el papel de las organizaciones empresariales
en la economia politica, ahora se le esta prestando una mayor
atenci6n.
Segundo, gran parte de la reciente bibliografia ubica a la
empresa en el centro del andlisis. En el pasado, la mayoria de los
especialistas en economia politica se ocupaban principalmente en
explicar el comportamiento de los gobiernos o el desempeho econ6-
mico global; las empresas constitulan algo asl como un residuo, a
despecho de su situaci6n central en una economia capitalista13. Hoy
son muchos mas los estudios que ven en el comportamiento de la
empresa una de las variables fundamentales que requiere
explicaci6n. Dado que vivimos en una epoca en que un buen desempeho
econ6mico depende en gran medida de la capacidad de las empresas
para amoldarse a un medio cambiante, este enfoque es sumamente
apropiado.
Tercero, una decada atras la bibliografia sobre economia
politica comparada se hallaba dividida entre los estudios que
destacaban el impacto que tienen en la econo- mia las variables de
nivel nacional y los que consideraban que las variables decisivas
eran las de nivel regional o sectorial. Aunque se sigue polemizando
sobre la importancia relativa de las instituciones de cada uno de
estos niveles14, los estudios recientes trascienden este debate
examinando de que manera interactean las instituciones de nivel
nacional con las regionales o sectoriales. Por ejemplo, algunos han
mostrado que el efecto de los sindicatos nacionales esta
profundamente condicionado por el caracter de las relaciones
laborales en el piano de la empresa (Thelen, 1991, 1995; Locke,
1994). Otros sugieren que el efecto de una medida nacional depende
en gran medida de los acuerdos institucionales que rigen en el
nivel regional (Levy, 1993). Este afan de integrar las variables
nacionales con las regionales o sectoriales en un analisis Unico es
un importante paso adelante15.
AnAlogamente, la literatura sobre las "variedades del
capitalismo", en particular, ha contribuido a Ilamar la atenci6n
acerca de los efectos interactivos entre un cierto nOmero de
variables institucionales claves en la economia politica. Los
estudios previos solian atribuir los resultados econ6micos a una
Onica variable institucional, como el
13 La notable excepci6n fueron los trabajos que he vinculado con
el enfoque de la regulaci6n, en los que a menudo la estrategia y
estructura de la empresa eran decisivos (cf. Piore y Sabel, 1984;
Streeck, 1992).
'4 Cada uno de ellos tiene sus partidarios. Algunos aducen que
son las condiciones sociales e institucionales imperantes en el
piano regional las que mcs afectan el comportamiento de la empresa
y su desemperlo econ6mico (Piore y Sabel, 1984; Sabel, 1989); otros
sostienen que las instituciones ms relevantes y la mayor variaci6n
en los resultados se encuentran en el piano sectorial (Schmitter,
1990; Campbell et al., 1991); por 61timo, para otros las variables
de nivel nacional son las fundamentales en los resultados
econ6micos (Alvarez et al., 1991; Soskice, 1990).
15 Muchos de los que insisten en la importancia de las
condiciones institucionales en el nivel regional o sectorial
reconocen cada vez mas que el comportamiento de la empresa y su
desempehio econ6mico dependen tambi6n de instituciones de alcance
nacional (Hollingsworth et al., 1993, y Hollingsworth y Boyer,
1993). A la inversa, algunos de los que destacan la importancia del
marco institucional nacional estan incorporando a sus anAlisis las
variables de nivel local (Soskice, 1993).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
69
grado de centralizaci6n del movimiento sindical o la
independencia del banco central. Sin embargo, trabajos mAs
recientes muestran que a menudo el efecto combinado de dichas
instituciones es mas importante que sus efectos independientes. Por
ejemplo, hay quienes sostienen que determinados resultados
macroecon6micos estAn condicio- nados por la forma en que la
independencia del banco central interactOa con la organizaci6n del
mercado de trabajo (Franzese, 1994; Iversen, 1994; Hall, 1994).
Tambien se ha puesto de relieve de que manera ciertas dimensiones
del comportamien- to de la empresa se rigen no por la organizaci6n
del mercado de trabajo o del mercado financiero en si mismos, sino
por la interacci6n de ambos (Soskice, 1991, 1993).
?Que rumbo tomarA este campo de estudios a partir de aqul? Una
manera de responder a la pregunta consistiria en poner el acento en
los debates explicitos o implicitos entre los partidarios de cada
enfoque de esta segunda ola. Estas controver- sias son muy
instructivas, y volvere a ocuparme de ellas en la Ultima secci6n de
este articulo. Sin embargo, tambien podemos aprovechar todas estas
ideas para construir un modelo mAs general de la economia politica,
que represente un avance significativo respecto de muchas antiguas
concepciones. Un modelo tal es indispensable si quere- mos explicar
las diferencias en el desempeno econ6mico y en las politicas
pOblicas de las diversas naciones; y en la actual coyuntura, hay
particular necesidad de modelos capaces de explicar los procesos de
cambio (asi como la continuidad) que se aprecian en las economias
politicas del mundo industrializado actual.
.Que aspecto tendria un
modelo basado en la literatura reciente? Para empezar, podemos
trazar un modelo de dos niveles, insertos uno en el otro.
La literatura reciente sugiere que en el primer nivel seria Otil
emplear un modelo de economia politica centrado en el
comportamiento de la empresa. A ello debe agregarse la variedad de
relaciones institucionales que importan para dicho comportamiento.
Entre las mAs importantes cabe mencionar las asociadas con la
estructura del sistema financiero, el sistema de relaciones
obrero-patronales, el sistema de capacitacidn profesional y las
relaciones entre las empresas. Por anadidura, puede decirse que la
propia organizaci6n de la empresa afecta su conducta, la cual, a su
vez, tiene un efecto significativo en el desempeno economico.
En la figura 1 se presenta un diagrama de las relaciones
institucionales relevantes. Esta implicita en ella la idea de que,
en general, influyen en la empresa varias de esas relaciones; rara
vez su accionar es afectado por una sola.
Adoptar esta postura implica, a todas luces, alinearse con los
neoinstitucionalistas y con los propugnadores de las "variedades de
capitalismo", quienes sostienen que la conducta de la empresa esta
profundamente condicionada por su marco institucional. Es ma's
frecuente que la "estrategia" de la empresa este determinada por
las "estructu- ras" institucionales de su medio, y no al reves;
aunque no se excluye la posibilidad de que, con el correr del
tiempo, las iniciativas gerenciales puedan alterar al menos algunas
de las estructuras institucionales pertinentes16. Esta premisa se
basa en el supuesto de que el exito de muchas de las iniciativas de
una empresa dependera de las medidas que adopten otros actores de
la economia, como ocurre en un juego clasico de
16 Si se desea consultar perspectivas bien fundadas que tienden
a invertir este orden causal, v6ase Sabel (1991), Sabel y Zeitlin
(en prensa) y Chandler (1962, 1974).
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70 PETER A. HALL
FIGURA 1 Principales relaciones institucionales en la economia
polftica
SISTEMA FINANCIERO ESTRUCTURA (tolerancia del capital) f
(difusi6n del riesgo)
DEL
ORGANIZACION DE VINCULOS LA EMPRESA _ COMPORTAMIENTO CON OTRAS
ESTADO - estructura gerencial DE LA EMPRESAS - organizaci6n de la
EMPRESA (clientes/abastece- producci6n dores/competidores) Y
DEL
f SISTEMA DE RELACIONES SISTEMA DE SISTEMA OBRERO-PATRONALES
CAPACITACION (organizaci6n de los sindicatos) (equilibrio de bajas
(normas sobre negociaciones calificaciones/de POLITICO colectivas)
altas calificaciones)
coordinaci6n, y que dichas medidas depender.n
en grado significativo del marco institucional en que estAn
inmersos dichos actores. El analisis destaca que el funciona-
miento de una empresa y la actividad econ6mica en general entrafan
importantes problemas de coordinacion, para los cuales las
instituciones brindan las soluciones mediante su capacidad de
supervisi6n, aplicaci6n y senalamiento17
Esta red de relaciones institucionales que rodean a la empresa
da cuenta de muchas de las continuidades que vemos a lo largo del
tiempo en las economias politicas. No obstante, tales relaciones no
son siempre estables, como lo demuestran bien a las claras hechos
recientes de Europa. Su estabilidad depende en grado significativo
de un segundo conjunto de factores, representados aqui por el
segundo nivel del modelo, tal como se lo presenta en la figura 2.
En particular, 6ste refleja el grado en que las estructuras
institucionales de la economia dependen de factores de indole
principalmente politica.
Tres factores, en particular, parecen importantes para la
estabilidad global de la economia politica. El primero es el
carActer de las politicas pOlblicas. Por ejemplo, la operaci6n de
un determinado sistema financiero o de relaciones obrero-patronales
puede sustentarse en una variedad de acuerdos juridicos que son
esenciales a su funcionamiento (cf. Streeck, 1992). El poder de un
sindicato o las capacidades de una red de empleadores tal vez
dependan de la vigencia de ciertas politicas sociales o
industriales claves. La viabilidad de una negociacion
neocorporativa quiza exija medi- das econ6micas especificas (cf.
Scharpf, 1988; Lange, 1984). Aunque adn tenemos mucho que aprender
acerca de cual es la dependencia mutua concreta de los arreglos
institucionales y de las politicas pOblicas, suele haber entre
ambos una relaci6n estrecha (cf. Iversen y Lange, 1994; Iversen,
1994).
17 Se hallarin formulaciones clisicas de este enfoque en Soskice
(1991, 1993).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
71
FIGURA 2 Relaciones de segundo nivel en la economia politica
- internacionales - electorales CONDICIONES COALICIONES
SOCIOECONOMICAS - electorales - de productores
- internacionales - internacionales INSTITUCIONES ( SISTEMA
POLITICO
- internas - internas
DESEMPENO ECONOMICO
El segundo factor consiste en que tanto las medidas econ6micas
como los arreglos institucionales de un pals por lo comQn dependen
de que haya coaliciones de grupos sociales dispuestos a apoyarlos.
Esta ha sido desde hace tiempo una de las ideas centrales de la
literatura sobre las coaliciones. Por ejemplo, muchos sostienen que
una negociacion salarial centralizada depende de la presencia de
coaliciones interclasistas que vinculen a los empleadores del
sector exportador con los de los sectores protegidos (cf. Swenson,
1989). Aqui importan dos grandes tipos de coalicio- nes: las
electorales, que influyen en el gobierno a traves de las urnas, y
las de los productores, que a menudo (aunque no exclusivamente)
operan fuera de la politica electoral. AdemAs, la relaci6n entre
las politicas pOblicas y las coaliciones tambien suele ser
reciproca; o sea, la existencia de determinadas politicas (o
arreglos institucionales) puede ser crucial para que una coalici6n
continOe movilizada. Se ha dicho, a prop6sito, que hay una variedad
de politicas sociales que son instrumentales para mantener una
coalici6n interclasista que respalde a un gobierno socialdemocrata
(cf. Martin, 1979; Esping-Andersen, 1985; Rothstein, 1992).
Por Oltimo, mas allA de su flexibilidad interna, las
instituciones, al igual que las coaliciones sociales y las
politicas econ6micas, dependen asimismo de la existencia de
determinadas condiciones socioecon6micas que pueden cambiar
ex6genamente como consecuencia de procesos internos o
internacionales'8. Asi, la prolongada estanflaci6n de la d6cada del
'70 someti6 a una fuerte prueba a las f6rmulas institucionales de
algunas naciones y Ilevo a otras a experimentar con nuevas
politicas e instituciones (cf. Lindberg y Maier, 1985; Hall, 1986).
En Europa, la intensificaci6n de la integraci6n internacional
durante la decada del '80 impuso una tension ulterior a las normas
institucionales de muchos paises (Hall, 1994; Berger y Dore, en
prensa).
Lo fundamental aqui es que existen en realidad dos niveles de
determinaci6n de la economia politica. En el primero, indicado en
la figura 1, un cierto conjunto de institucio- nes nacionales,
regionales o sectoriales tienden a crear formas de comportamiento
em- presarial de equilibrio. Lo hacen mediante una serie de
sanciones y de incentivos que Ilevan a las empresas a adoptar
ciertas estrategias y apartarse de otras, lo cual tiene
18 Pontusson (1994) argumenta vigorosamente que los enfoques
institucionalistas deben incorporar una estimaci6n de las
cambiantes condiciones econ6micas.
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72 PETER A. HALL
consecuencias sistemticas sobre su desempefio econ6mico19. Dado
su caracter de normas y entendimientos colectivos, estos acuerdos
institucionales tienden a persistir, pues ninguna empresa cuenta
con incentivos o con medios para modificarlos por si misma20
Empero, como indica la figura 2, la perduraci6n y el
funcionamiento adecuado de estas instituciones depende tambien de
una amplia serie de factores, entre ellos la existencia de
determinadas politicas pOblicas, coaliciones sociales y condiciones
socioecon6micas. En este segundo nivel de determinaci6n, mas
politico, vemos operar efectos interactivos, ya que los procesos de
una cualquiera de esas esferas provocan o refuerzan cambios en las
demas21
Por supuesto, este modelo sigue siendo muy general. En rigor,
esta conformado por una serie de hipotesis, muchas de las cuales
aun no han sido verificadas. Tiene como principal finalidad ordenar
tales hip6tesis y presentar una serie de nexos causales que pueden
luego especificarse mejor y someterse a pruebas empiricas. Como
tal, es un punto de partida para nuevas indagaciones, mas que un
punto de Ilegada.
4. Las cambiantes economias politicas europeas
Una de las ventajas del modelo esbozado en la seccion precedente
es que nos permite organizar mejor nuestra comprensi6n de los
cambios que se han venido produciendo en las economias politicas de
Europa en las dos Oltimas d6cadas. Han sido dos decenios de cambios
sustanciales y con frecuencia desconcertantes, cuyos lineamientos
centrales s6lo ahora se estan aclarando. En lo que sigue,
bosquejare los principales procesos sucedidos en este lapso tal
como yo los veo, utilizando las categorias de este modelo. Asi se
podra apreciar c6mo van teniendo lugar algunas de las interacciones
que establece el modelo.
A. Procesos socioecon6dmicos El punto de partida de este
andlisis es la "edad de oro", de aproximadamente
treinta aros, que se extendi6 entre las decadas del '50 y el
'70, en las cuales Europa occidental experiment6 un crecimiento
econ6mico virtualmente continuo. En este perio- do se asisti6 al
desarrollo de instituciones y esquemas de politicas pciblicas
relativamen- te estables en la mayoria de las naciones europeas
(Marglin y Schor, 1990; Armstrong et al., 1991; Graham y Seldon,
1990; Hall, 1986). Sin embargo, desde 1974 estas pautas fueron
sacudidas por obra de cinco procesos.
En primer lugar, en la decada del '70 los indices de inflaci6n
comenzaron a acelerarse hasta niveles sin precedentes desde la
Segunda Guerra Mundial. Al mismo
19 Finegold y Soskice (1988), por ejemplo, han sehalado que un
conjunto particular de instituciones de capacitaci6n y del mercado
de trabajo tienden a engendrar pautas de comportamiento
persistentes, que a ninguna empresa le resulta fbcil quebrar en
ausencia de acuerdos institucionales que aseguren un comportamiento
acorde por parte de las dems empresas y de los trabajadores.
20 Ni siquiera en este nivel esos acuerdos son inmutables; en
algunos casos, los actores relevantes pueden unirse y acordar
cambios estrat6gicos. Sin embargo, una acci6n colectiva de esta
indole suele ser dificil de emprender. Es mss probable que se dd
s6lo si existen instituciones que brindan dicha "capacidad
estrat6gica".
21 Anclisis estimulantes que examinan los efectos interactivos
en este nivel son los de Eichengreen (1993) e Iversen y Lange
(1994).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
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tiempo, las tasas de crecimiento econ6mico cayeron en forma
notoria y permanecieron bajas desde entonces. Como corolario, ha
habido niveles de desempleo altos en comparaci6n con los de los
treinta aFios anteriores. Esta "estanflaci6n" provey6 el tel6n de
fondo de gran parte de lo que sobrevino luego22.
En segundo lugar, el volumen del comercio internacional aument6
espectacular- mente en estos veinte argos, tanto en tdrminos
absolutos como respecto del aumento del PBI. La proporci6n de las
importaciones con relacion al PBI real, que en general oscil6 en el
mundo industrializado entre un 10 y un 16 % luego de 1914, se elev6
a casi un 22 % en el periodo 1973-87. Entre 1972 y 1991 las
importaciones crecieron a un ritmo un 65 % mayor que la demanda
interna (McKeown, 1991; Milner y Keohane, 1994, pdg. 28). Como
consecuencia, la mayoria de las economias europeas pasaron a
depender mucho mAs del comercio y se tornaron mAs sensibles que
antes a las fluctuaciones econ6micas internacionales.
En tercer lugar, la integraci6n de los mercados financieros a
nivel internacional se aceler6 muchisimo en las d6cadas del '70 y
el '80. El volumen de fondos en circulaci6n en los mercados
internacionales de capital aument6 de alrededor de 20.000 millones
de d61ares en 1972 a 450.000 millones en 1986 (Cosh et al., 1994,
pAg. 23). El monto de la deuda internacional, que en 1973 era en
las naciones industriales el 5 % del PBI, alcanz6 el 25 % en 1989
(Frieden, 1991, pAg. 428). La capacidad de las empresas para reunir
y transferir fondos al exterior creci6 en forma exponencial.
En cuarto lugar, el caracter y composici6n sectorial del empleo
vari6 de modo considerable en los 0ltimos anos. Por un lado,
declin6 el nivel de empleo en los sectores tradicionales de la
agricultura y la industria manufacturera, en tanto que aument6 en
el sector piblico y en los servicios en la mayoria de los paises
(Esping-Andersen, 1994). Por otro lado, la intensificaci6n de la
competencia proveniente del mundo en vias de desarrollo comenz6 a
desplazar la demanda de mano de obra de las tareas poco calificadas
hacia las que exigen un grado sustancial de capacitaci6n (Wood,
1994). El resultado fue una recomposici6n fundamental en la indole
del empleo, la estructura salarial y la afiliaci6n a los
sindicatos.
En quinto lugar, en los 6ltimos veinte argos se asisti6 a una
revoluci6n mundial en la organizaci6n laboral y de los regimenes de
producci6n, inspirada sobre todo por dos procesos: las innovaciones
tecnol6gicas, que incorporaron los microprocesadores a un creciente
nOmero de ambientes laborales, y la popularidad de los modelos de
produc- ci6n japoneses. Estos procesos, asi como la necesidad mAs
general de amoldarse a los cambiantes mercados mundiales, hicieron
que una cantidad cada vez mayor de empresas reorganizaran sus
estructuras corporativas, sus relaciones de producci6n y sus
vinculos con los clientes o abastecedores, a fin de asegurarse una
mayor flexibili- dad en la producci6n, un mejor control de calidad,
menores costos y un mejor aprove- chamiento del aprendizaje
practico. Una vez iniciadas, estas innovaciones se difundie- ron
velozmente por la presi6n de la competencia en los mercados
mundiales (Streeck y Matzner, 1992; Sabel, 1993; Regini, 1994).
22 Sin duda alguna, el aumento de los precios de los productos
bgsicos y los shocks petroleros de esa d6cada desemperiaron un
papel en estos procesos, como tambi~n quiza el aumento en la oferta
monetaria global y el colapso de los acuerdos de Bretton Woods.
Estos efectos probablemente se vieron intensificados por la
declinaci6n previa de los indices de ganancias y el subsiguiente
aumento en las tasas de inter6s mundiales (cf. Salant, 1977;
Marglin y Schorr, 1990).
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74 PETER A. HALL
Uno de los retos principales que hoy enfrenta este campo de
estudios es c6mo entender la influencia de estos cinco tipos de
procesos en las economias politicas nacionales23. A continuaci6n
veremos algunos de sus efectos en las politicas p'blicas y en las
coaliciones sociales.
B. Politica econ6mica Los esquemas estables de politica
econ6mica, evidentes en todas las naciones
europeas durante la "edad de oro", se desintegraron en las
d6cadas de 1980 y 1990. Me centrar6 en los cambios mas generales
que tuvieron lugar en este lapso entre los palses, muchos de ellos
inspirados en los procesos socioecon6micos ya enumerados. Sin
embargo, otros cambios aceleraron de hecho dichos procesos.
Comenzar6 por la politica macroecon6mica y luego me ocupar6 de la
politica industrial.
Despues de la Segunda Guerra Mundial y durante treinta arios,
muchos gobiernos de Europa confiaron en la politica fiscal, signada
por la expansi6n del deficit del sector pOblico, para moderar el
nivel de desocupaci6n. Al hacerlo se atenian a una conocida
prescripci6n keynesiana. No obstante, en la decada del '80 se
apartaron de esta linea por varios motivos. En primer lugar, los
mayores flujos comerciales redujeron el incentivo econ6mico que el
deficit podia producir, debido a que una parte importante del gasto
pOblico que motorizaba tendia a diluirse en mayores importaciones.
Ademas, los mayores niveles de inflaci6n Ilevaron a los gobiernos a
temer que los estimulos fiscales podrian acelerar la inflaciOn al
depreciar el tipo de cambio; este temor estaba ciertamen- te
justificado, ya que los mayores flujos financieros internacionales
aumentaron la presi6n especulativa sobre los tipos de cambio. Por
Oltimo, y esto es quizA lo mgs importante, en la segunda mitad de
la d6cada del '70 los esfuerzos fiscales por promover las economias
nacionales no consiguieron, en general, asegurar mayores indices de
crecimiento a mediano plazo. En estas circunstancias, el consenso
keynesiano se diluy6.
En su lugar, la mayor parte de los paises europeos adoptaron una
postura fiscal mas deflacionaria. La politica monetaria y fiscal,
antes orientada a mejorar el desempleo, se encamino ahora
primordialmente a detener la inflaci6n, lo cual exigia una politica
fiscal menos activa y una politica monetaria tendiente al
mantenimiento de un tipo de cambio relativamente alto. En la
esperanza de sostener tipos de cambio estables y relativamente
altos, en 1979 varias naciones europeas se unieron en el Sistema
Moneta- rio Europeo con el proposito de fijar su paridad cambiaria
(Ludlow, 1985). Este regimen monetario gener6 medidas de corte
deflacionario, ya que los gobiernos procuraron defender su paridad
frente a una masa creciente de capital de gran movilidad interna-
cional (Blanchard y Muet, 1993).
Los gobiernos europeos, que ya no podian recurrir a instrumentos
macroecon6mi- cos para reducir el desempleo o no estaban dispuestos
a hacerlo, se volcaron a tal fin hacia politicas "del lado de la
oferta" (supply side policies) (cf. Boix, 1994), tambi6n en este
caso su arsenal de instrumentos se agot6. Las politicas
industriales en las que muchos de ellos habian confiado
tradicionalmente perdieron eficacia a raiz de los
23 Se hallara
un interesante anlisis paralelo, que hace hincapi6 en los
procesos internacionales y pone mrs el acento en su carcter
ex6geno, en Milner y Keohane (1994).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
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procesos socioecon6micos. En primer termino, la politica
industrial resultaba demasia- do cara en una 6poca en que el
crecimiento econ6mico era lento y los gobiernos procuraban defender
su tipo de cambio. Los lentos indices de crecimiento implicaban
menor recaudaci6n fiscal y la defensa del tipo de cambio exigia una
reducci6n del deficit fiscal. Cuando en la d6cada del '70 los
cuantiosos subsidios industriales compli- caron ia recaudaci6n
fiscal sin mejorar las tasas de crecimiento, muchos palses
empezaron a reducirlos (Berger, 1981) y a cuestionar tambi6n la
justificaci6n de las industrias pOblicas, cuya capitalizaci6n se
habia tornado cada vez mas onerosa.
En busca de una alternativa, muchos gobiernos comenzaron a poner
el acento en otras tres clases de programas: la politica de
recursos humanos, la politica tecnol6gica y la desregulaci6n. La
politica de recursos humanos fue una reacci6n directa ante el
desempleo y ante las demandas de empresas que necesitaban una
fuerza laboral mAs calificada frente a la creciente competencia
internacional (Boix, 1994). La politica tecnol6gica fue un medio de
fortalecer alas empresas que teniah mayores posibilidades de 6xito
en los mercados internacionales. En la d6cada del '80 se duplic6 en
los paises de la Comunidad Europea el gasto pUblico en
investigaci6n y desarrollo. Sin embargo, tanto en esa d6cada como
en la siguiente el principal nfasis de la politica "del lado de la
oferta" estuvo puesto en la desregulaci6n y la privatizaci6n,
medidas que reflejaban un repliegue general respecto del
intervencionismo del Estado y una mayor valoraci6n de los
mecanismos del mercado, y que se inspiraban en un complejo conjunto
de procesos.
En t6rminos politicos, gobiernos que se habian atribuido el
crecimiento econ6mico logrado en las decadas del '60 y el '70
acogieron ahora con beneplAcito la idea de trasladar al mercado la
responsabilidad por los sacrificios econ6micos que implicaba la
reestructuraci6n y la recesi6n de la d6cada del '80. En t6rminos
econ6micos, las medidas mAs intervencionistas de la d6cada de 1970
fueron en gran parte infructuosas, y las politicas orientadas al
mercado ofrecian una opci6n. MAs concretamente, la privatizaci6n de
las empresas pCblicas tambien resultaba atractiva porque reduciria
el gasto peblico y aumentaria la recaudaci6n fiscal (Vickers y
Wright, 1989). La desregula- ci6n de los mercados financieros fue,
entretanto, la respuesta 16gica al aumento de las corrientes
internacionales de capital. Una vez que las empresas tuvieron
acceso seguro al capital internacional, ni siquiera los gobiernos
que pretendian influir en el comporta- miento de las empresas por
via de normas oficiales o de los flujos financieros internos
estuvieron en condiciones de lograrlo; y muchos supusieron que la
remoci6n de los controles cambiarios y la desregulaci6n de los
mercados internos de capital aumenta- rnan el acceso de sus
empresas al financiamiento. Numerosas firmas apoyaron dichas
reformas. Asi pues, la privatizaci6n de las empresas pCblicas y la
desregulaci6n de los mercados financieros fueron las iniciativas
centrales que signaron la adhesi6n al mercado en el frente interno
europeo.
El reflejo internacional de este "movimiento en pro del mercado"
fue la iniciativa en favor de un mercado Cinico adoptada por la
Comunidad Europea en 1985. Aunque sus factores determinantes fueron
complejos, la impuls6 el entusiasmo general surgido a la saz6n por
los mecanismos del mercado; al fortalecer la autoridad de las
instituciones de la Comunidad Europea para exigir la desregulaci6n,
esta medida robusteci6 mucho la presi6n interna en favor de esta.
Mas concretamente, alent6 a que muchas empresas
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76 PETER A. HALL
vieran con buenos ojos la expansi6n internacional y la
desregulaci6n de las corrientes financieras. A su vez, a varios
gobiernos les dio un justificativo para flexibilizar las normas
vinculadas con el mercado de trabajo a fin de atraer inversiones. A
la Comuni- dad en su conjunto le brind6 una palanca para tratar de
implantar la desregulacidn en muchos sectores, incluidos los de
telecomunicaciones y servicios financieros. Transfiri6 la
responsabilidad por gran parte de la politica industrial a la
Comunidad, bloqueando asi el retorno a las politicas industriales
de caracter nacional. Todo ello intensific6 al mismo tiempo la
magnitud y las repercusiones de la integraci6n econ6mica de Europa
al resto del mundo.
C. Las coaliciones sociales
Los procesos socioecon6micos de las decadas del '80 y el '90
conmovieron asimismo a muchas de las coaliciones sociales que
tradicionalmente sustentaron en Europa las politicas econ6micas e
institucionales. A este respecto, se aprecian cambios
significativos en varios niveles.
En el nivel mas general, el acuerdo de clases implicito entre el
capital y el trabajo que habia sido entronizado en muchas de las
instituciones creadas en la posguerra fue amenazado por varios
factores que desplazaron el equilibrio del poder del trabajo hacia
el capital, alentando de este modo una "ofensiva de los patrones"
tendiente a desman- telar algunas de esas instituciones, y
engendrando, a su turno, el espectro de una "contraofensiva obrera"
que podria dar por resultado el aumento de los conflictos sociales
(cf. Lipset, 1964; Korpi, 1978; Stephens, 1979; Kesselman y
Krieger, 1986).
Tres factores convergieron a comienzos de la decada del '80 para
intensificar el poder de los empleadores y de sus asociaciones a
expensas de las organizaciones obreras. Primero, los altos y
persistentes niveles de desempleo debilitaron la posici6n
negociadora de los obreros ante sus patrones en muchos paises.
Segundo, el alto grado de comercio internacional y de integraci6n
financiera implic6 que los empleadores pudiesen amenazar con Ilevar
las fuentes de trabajo al exterior en caso de que los obreros no
accedieran a aceptar menores salarios o condiciones de trabajo mas
flexibles. Finalmente, el funcionamiento de la Comunidad Europea en
1992 puso en marcha un proceso de desregulaci6n competitiva, por el
cual las naciones miembros se vieron presionadas a moderar sus
politicas sociales y desregular sus mercados de trabajo en
beneficio de los empleadores (Streeck, 1989; Lange, 1993).
A ello hay que agregar que los trabajadores quedaron ademas
debilitados a raiz de las politicas econ6micas implantadas en esa
decada. Las medidas macroecon6micas deflacionarias y la fijaci6n
del tipo de cambio tendieron a quitar fuerza a los sindicatos al
elevar las tasas de desempleo. La desregulaci6n y la privatizaci6n
de las empresas pOblicas aceleraron el quiebre de antiguos y
poderosos enclaves obreros en ciertos sectores industriales
tradicionales. La abrupta declinaci6n en la cantidad de miembros de
los sindicatos, sobre todo en el sector privado, que tuvo lugar en
muchas naciones durante la d6cada del '80 fue una evidencia de este
desplazamiento en la balanza del poder de clase.
Pero esto iltimo no fue la Unica consecuencia de los procesos
econ6micos de dicha decada; ademas
se intensificaron los conflictos de intereses entre
determinados
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
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subgrupos de cada clase. La mAs prominente de estas divisiones
es la que se produjo entre los empleadores y obreros del sector de
bienes transables y los del sector protegido.
Los mayores niveles de comercio internacional y de integraci6n
financiera agu- dizaron esta escisi6n de varias maneras. Primero,
la integraci6n internacional aument6 la envergadura del sector de
bienes transables y su peso en muchas negociaciones. Segundo, la
mas intensa competencia internacional Ilev6 a muchos productores de
bienes transables (ya fuera para exportaci6n o para competir con
las importaciones) a promover despidos, reducciones salariales y la
reorganizaci6n de la producci6n. Tercero, increment6 su tendencia a
amenazar con trasladar sus plantas de producci6n al extranjero.
Frente a los trabajadores del sector de bienes transables se
ubic6 en una relaci6n conflictiva la masa creciente de trabajadores
de los servicios no transables y del sector p'blico. En las
tIltimas decadas el conflicto aument6 por la expansi6n de los
servicios y del sector pCOblico, cuyos empleados representan hoy
una proporci6n cada vez mayor de los trabajadores sindicalizados;
en verdad una porci6n sustancial de la poblaci6n deriva buena parte
de sus ingresos de los fondos pdblicos mas que de la producci6n
transable.
Estos grupos estAn en pugna en torno de muchas cuestiones. Ante
la competencia internacional, los trabajadores de los sectores
transables se ven mas presionados a moderar sus pedidos de aumentos
de salarios y a reorganizar la producci6n, en tanto que los de los
sectores protegidos perseveran en su resistencia combativa. De modo
similar, los empresarios del primer sector suelen verse mas
acicateados a mejorar la calificaci6n de la mano de obra y a
reordenar los sistemas de trabajo con esquemas que generan
diferencias salariales considerables, mientras que los del sector
protegido se acomodan mejor a f6rmulas de nivelaci6n salarial. Como
ha demostrado Frieden (1991), es probable que estos dos grupos
adopten asimismo posturas opuestas respecto de dos de los temas mas
urticantes de la politica econ6mica: el nivel del tipo de cambio y
la indole del r6gimen cambiario24.
La creciente prominencia de esta division ha comenzado a
"desmontar" alianzas de antigua data y a erosionar los acuerdos
tradicionales en muchos campos, desde aquellos que tienen que ver
con la coordinacion de las negociaciones salariales o la
capacitaci6n profesional hasta aquellos sobre los que se basa la
movilizacion de las coaliciones electorales. Un resultado de todo
esto ha sido el aumento de las tensiones y cierta reconfiguraci6n
de los arreglos institucionales bAsicos en torno de los cuales
estan organizadas las economias politicas europeas.
Hasta ahora, estos procesos ejercieron sus efectos mas evidentes
en los sistemas de negociaci6n colectiva. Dentro de las
confederaciones nacionales de empleadores y de trabajadores
europeos se observa la creciente tensi6n entre los representantes
de
24 Dicho en forma resumida, los que venden su producci6n en los
mercados internacionales prefieren un r6gimen de tipo de cambio
fijo por las extensas transacciones internacionales que deben
realizar, en tanto que los que producen fundamentalmente para el
mercado interno desean que el Estado conserve la capacidad de
expandir la economia, capacidad que se ve obstaculizada con un tipo
de cambio fijo. Quienes producen bienes transables quieren un tipo
de cambio bajo, que reduzca sus precios con relaci6n a los de sus
competidores, mientras que los financistas internacionales y los
productores de bienes no transables lo prefieren alto, para reducir
el costo de las importaciones y prevenir la inflaci6n. Cf. Frieden
(1991).
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78 PETER A. HALL
los sectores de bienes transables y los sectores protegidos. En
Suecia, verbigracia, se quebr6 la negociaci6n salarial solidaria a
raiz de una rebeli6n de los trabajadores metalOrgicos del sector
exportador, quienes pretendian mayores diferencias salariales de
las que estaban dispuestos a conceder los sectores protegidos de la
economia (Pontusson y Swenson, 1994; Iversen, 1993). Tiranteces
similares surgieron en el sistema de relaciones obrero-patronales
de Alemania (Franzese, 1994). En muchos paises, los altos Indices
de desempleo y la agudeza de estas divisiones hicieron que las
negociaciones colectivas se desplazaran del mAximo nivel nacional
hacia los sectores y empresas, lo cual estuvo asociado a menudo a
nuevas formas de microcorporativismo (Streeck, 1984; Howell, 1992;
Lange et al., 1995).
En suma, en las dos 01timas decadas hemos asistido a grandes
cambios, pre- cisamente en el tipo de variables de las que depende
la estabilidad de las instituciones fundantes de la economia
politica. En muchas ocasiones, los cambios en las politicas
pcblicas se produjeron como reacci6n ante los procesos
socioecon6micos y los reforzaron. A estos cambios se les agregaron
otros en las coaliciones de los grupos productivos y en el terreno
electoral. Han sido d6cadas de una transici6n que esta lejos de
haber concluido. Ahora pasarb a ocuparme de la manera de analizar
esta transici6n.
5. Interpretando los distintos senderos de ajuste
Mas alla de la evoluci6n registrada en el campo de la economia
politica compara- da, se observa asimismo un cambio en los desafios
econ6micos que debieron enfrentar las naciones industriales. En
muchos aspectos, el desarrollo intelectual de este campo constituye
el apropiado reflejo de dichos desafios.
En las d6cadas del '50 y el '60 confluyeron una variedad de
factores que les permitieron a las economias industrializadas
lograr altas tasas de crecimiento y de empleo con relativa
facilidad25. Muchos creyeron que el problema primordial que
enfrentaban estas economias consistia en mantener altos niveles de
demanda y encon- trar el modo de asignar los recursos escasos de
capital entre los diversos sectores a fin de asegurar una oferta
adecuada. Las politicas macroecon6micas keynesianas, asi como
diversas formas de planificaci6n industrial, estaban destinadas a
resolver este tipo de problemas. No sorprende, entonces, que los
especialistas en economia politica del momento se concentraran en
tales politicas y cuestiones, como indica el estudio de Shonfield
(1969).
En la d6cada del '70 el principal desafio de las naciones
industrializadas se modific6. La atenci6n pas6 a centrarse ahora en
la tasa de inflaci6n, que en ese lapso creci6 en forma abrupta, y a
la cual las politicas de ingresos y los acuerdos neocorporativos
pretendieron dar una respuesta. Estas fueron las cuestiones de que
se ocuparon los especialistas en economia politica que escribieron
en ese periodo.
Hoy parece haberse modificado nuevamente el reto central al que
se confrontan los paises industrializados. La forma como se lo
defina puede tener corolarios sustancia-
25 Entre esos factores cabe mencionar la expansi6n de la demanda
interna, el pasaje de la agricultura a la industria, la extensi6n
de la producci6n en masa y el aumento del comercio internacional
(cf. Denison, 1967; Boltho, 1982).
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LA ECONOMIA POLITICA DE EUROPA EN UNA ERA DE INTERDEPENDENCIA
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les tanto para el mundo econ6mico como para el campo de la
economla polltica comparada.
Quisiera sugerir que la mejor manera de definir este gran reto
econ6mico de la era actual es considerarlo como un problema de
ajuste. Por cierto, algunos de los inconve- nientes asociados al
ajuste son omnipresentes. Para expresarnos con claridad, pode- mos
pensar en tres tipos de problemas de ajuste. Al primero cabria
describirlo como un "ajuste ciclico", o sea, el ajuste de la
economia al tipo de shocks ex6genos que se reiteran con
regularidad. El segundo entrana un "ajuste sectorial", por Io cual
quiero decir la transferencia de recursos de sectores menos viables
o competitivos a otros en que puede aprovecharse la ventaja
comparativa. Las economlas industrializadas vie- nen afrontando
estos problemas desde hace muchos aros, si bien en nuestros dias la
creciente integraci6n internacional los ha exacerbado. El tercer
tipo de ajuste es menos corriente y cobra hoy particular
notoriedad. Me refiero al problema del "ajuste estructu- ral", vale
decir, el ajuste a nuevas modalidades de organizaci6n de la
actividad productiva tendientes a aprovechar la innovaci6n
tecnol6gica y adoptar formas mas flexibles de organizar el trabajo
y las transacciones econ6micas26. Todo pais afronta estos problemas
de tanto en tanto, pero hubo tres procesos que volvieron
especialmen- te agudo en nuestros dias el problema del ajuste
estructural.
Primero, una especie de "cuarta revoluci6n industrial" ha
generado avances tecnol6gicos en las telecomunicaciones y los
microprocesadores que posibilitan nue- vas clases de practicas
comerciales y amenazan con tornar obsoletas a las empresas que no
adopten rapidamente tales adelantos tecnicos. Segundo, en conexi6n
con lo anterior, asistimos a una revoluci6n en la organizaci6n
productiva, basada en los m6todos de producci6n en equipo, manejos
de inventario "justo al tiempo" (just-in-time inventory systems)*
nuevas formas de subcontrataci6n, etcetera, que implican numero-
sas alteraciones en las relaciones dentro de las empresas y entre
6stas. Tambien aqui las empresas que no logren amoldarse corren el
riesgo de ser desplazadas por sus rivales. En tercer lugar, y no
menos importante, tenemos la aceleraci6n de la integraci6n
econ6mica internacional. Por un lado, la presi6n del mercado
internacional es una fuerza poderosa en favor del cambio, que
incrementa enormemente la presi6n competi- tiva de las empresas que
las Ileva a reaccionar ante esos otros procesos. Por el otro lado,
la apertura del mercado nacional altera la ventaja comparativa de
un pals y de sus empresas, de un modo que exige un ajuste
estructural. En la medida en que la ventaja comparativa no esta
dada simplemente por la dotaci6n de factores sino que es creada por
los marcos institucionales que cultivan el capital humano, proveen
la infraestructura social y organizan la producci6n, el reto del
ajuste se vuelve politico y nacional: la cuesti6n radica en c6mo
gestar instituciones nacionales y sectoriales que maximicen la
ventaja comparativa del pals (Rogowski, 1990; Zysman y Tyson, 1983;
Zysman, 1993).
Estos procesos sugieren que Io que mAs debe interesar en la
actualidad a los especialistas en economia politica son las
capacidades para el ajuste y los senderos de
26 N6tese que esta definici6n del t6rmino no concuerda con su
empleo convencional por parte de la OCDE y otros organismos.
* "Just-in-time" inventory systems: se refiere a los manejos de
inventario industrial en los cuales los proveedores envian su
mercaderia poco antes de que el fabricante tenga necesidad de ella,
a fin de reducir los costos de inventario. [N. del T]
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PETER A. HALL
ajuste recorridos por diversos sectores, empresas y palses.
Hasta el presente, la mayoria de los estudios de economia politica
comparada han procurado explicar las diferencias entre los paises a
partir de su desempeio econ6mico, tal como es medido por variables
del tipo del indice de crecimiento, la inflaci6n o el desempleo.
Estos contindan siendo objetos de estudio importantes, pero a ellos
debemos a-adir un nuevo conjunto de variables dependientes
destinadas a describir los senderos de ajuste y la capacidad de
ajuste.
Por ahora no contamos con muchos procedimientos para
especificarlos o medir- los. En el piano econ6mico, tenemos que
dedicar mas atenci6n a los indicadores que miden comparativamente
entre los paises los ritmos de cambio y las relaciones asocia- das
con el ajuste, como la elasticidad-ingreso del empleo a nivel
nacional o el indice de variaci6n a lo largo del tiempo de la
participaci6n en el mercado mundial de determina- dos productos
claves. Indicadores semejantes en el piano sectorial o de la
empresa podrian ofrecernos una valiosa percepci6n del modo en que
distintos sectores o empresas se adaptan a shocks similares27. En
una epoca de ajuste, esas medidas podrian ser mejores indicadores
del desempeho econ6mico a largo plazo que los agregados econ6micos
convencionales.
Sin embargo, no es forzoso pensar en los caminos de ajuste en
terminos puramen- te econ6micos. Como respuesta a los multiples
desafios, las naciones de Europa estan ajustando tambien poco a
poco sus politicas econ6micas o sociales y las estructuras
institucionales de sus economias politicas. En consecuencia, cabe
afirmar que
est.n siguiendo determinados "senderos de politica pOblica"
(policy paths) y "senderos de ajuste institucional" (institutional
adjustment paths). En muchas situaciones, se trata de un proceso
francamente politico y que por ende constituye un tema de estudio
primor- dial para los especialistas en economia politica
comparada.
El modelo que he esbozado tiene varios corolarios en cuanto al
aspecto que podrian adoptar estos senderos de ajuste y c6mo debe
comprenderselos. El m