- 1. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 1 MAESTRA HELENA WHITEEL
CONFLICTO DE LOS SIGLOS ELENA G. de WHITEPUBLICACIONES
INTERAMERICANASIntroduccin ANTES que el pecado entrara en el mundo,
Adn gozaba de libre trato con suCreador; pero desde que el hombre
se separ de Dios por causa del pecado, aquel granprivilegio le ha
sido negado a la raza humana. No obstante, el plan de redencin abri
elcamino para que los habitantes de la tierra volvieran a
relacionarse con el cielo. Dios secomunic con los hombres mediante
su Espritu y, mediante las revelaciones hechas a sussiervos
escogidos, la luz divina se esparci por el mundo. "Los santos
hombres de Dioshablaron siendo inspirados del Espritu Santo." (2
Pedro 1: 21.) * Durante los veinticinco primeros siglos de la
historia humana no hubo revelacinescrita. Los que eran enseados por
Dios comunicaban sus conocimientos a otros, y estosconocimientos
eran as legados de padres a hijos a travs de varias generaciones.
Laredaccin de la palabra escrita empez en tiempo de Moiss. Los
conocimientos inspiradosfueron entonces compilados en un libro
inspirado. Esa labor continu durante el largo perodode diecisis
siglos, desde Moiss, el historiador de la creacin y el legislador,
hasta Juan, elnarrador de las verdades ms sublimes del Evangelio.La
Biblia nos muestra a Dios como autor de ella; y sin embargo fue
escrita por manoshumanas, y la diversidad de estilo de sus
diferentes libros muestra la individualidad de cadauno de sus
escritores. Las verdades reveladas son todas inspiradas por Dios (2
Timoteo 3:16); y con todo estn expresadas en palabras humanas. Y es
que el Ser supremo e 8 infinitoilumin con su Espritu la
inteligencia y el corazn de sus siervos. Les daba sueos yvisiones y
les mostraba smbolos y figuras; y aquellos a quienes la verdad
fuera as revelada,revestan el pensamiento divino con palabras
humanas.Los diez mandamientos fueron enunciados por el mismo Dios y
escritos con supropia mano. Su redaccin es divina y no humana. Pero
la Biblia, con sus verdades de origendivino expresadas en el idioma
de los hombres, es una unin de lo divino y lo humano. Esta
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL
2. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 2 MAESTRA HELENA WHITEunin exista
en la naturaleza de Cristo, quien era Hijo de Dios e Hijo del
hombre. Se puedepues decir de la Biblia, lo que fue dicho de
Cristo: "Aquel Verbo fue hecho carne, y habitentre nosotros." (S.
Juan 1: 14.)Escritos en pocas diferentes y por hombres que diferan
notablemente en posicinsocial y econmica y en facultades
intelectuales y espirituales, los libros de la Bibliapresentan
contrastes en su estilo, como tambin diversidad en la naturaleza de
los asuntosque desarrollan. Sus diversos escritores se valen de
expresiones diferentes; a menudo lamisma verdad est presentada por
uno de ellos de modo ms patente que por otro. Ahorabien, como
varios de sus autores nos presentan el mismo asunto desde puntos de
vista yaspectos diferentes, puede parecer al lector superficial,
descuidado y prevenido, que haydivergencias o contradicciones, all
donde el lector atento y respetuoso discierne, con mayorpenetracin,
la armona fundamental.Presentada por diversas personalidades, la
verdad aparece en sus variadosaspectos. Un escritor percibe con ms
fuerza cierta parte del asunto; comprende los puntosque armonizan
con su experiencia o con sus facultades de percepcin y apreciacin;
otronota ms bien otro aspecto del mismo asunto; y cada cual, bajo
la direccin del EsprituSanto, presenta lo que ha quedado inculcado
con ms fuerza en su propia mente. De aquque encontremos en cada
cual un aspecto diferente de la 9 verdad, pero perfecta armonaentre
todos ellos. Y las verdades as reveladas se unen en perfecto
conjunto, adecuado parasatisfacer las necesidades de los hombres en
todas las circunstancias de la vida.Dios se ha dignado comunicar la
verdad al mundo por medio de instrumentoshumanos, y l mismo, por su
Santo Espritu, habilit a hombres y los hizo capaces de realizaresta
obra. Gui la inteligencia de ellos en la eleccin de lo que deban
decir y escribir. Eltesoro fue confiado a vasos de barro, pero no
por eso deja de ser del cielo. Aunque llevado atodo viento en el
vehculo imperfecto del idioma humano, no por eso deja de ser el
testimoniode Dios; y el hijo de Dios, obediente y creyente,
contempla en ello la gloria de un poderdivino, lleno de gracia y de
verdad.En su Palabra, Dios comunic a los hombres el conocimiento
necesario para lasalvacin. Las Santas Escrituras deben ser
aceptadas como dotadas de autoridad absoluta ycomo revelacin
infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carcter; nos
revelandoctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia
religiosa. "Toda la Escritura es inspiradapor Dios; y es til para
enseanza, para reprensin, para correccin, para instruccin
enjusticia; a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, estando
cumplidamente instruido paratoda obra buena." (2 Timoteo 3: 16, 17,
V.M.) La circunstancia de haber revelado Dios su voluntad a los
hombres por su Palabra,no anul la necesidad que tienen ellos de la
continua presencia y direccin del EsprituSanto. Por el contrario,
el Salvador prometi que el Espritu facilitara a sus siervos
lawww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 3. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 3 MAESTRA HELENA
WHITEinteligencia de la Palabra; que iluminara y dara aplicacin a
sus enseanzas. Y como elEspritu de Dios fue quien inspir la Biblia,
resulta imposible que las enseanzas del Esprituestn jams en pugna
con las de la Palabra. El Espritu no fue dado -ni puede jams ser
otorgado- para invalidar la Biblia; pueslas Escrituras declaran
explcitamente 10 que la Palabra de Dios es la regla por la cual
todaenseanza y toda manifestacin religiosa debe ser probada. El
apstol Juan dice: "No creisa todo espritu, sino probad los espritus
si son de Dios; porque muchos falsos profetas hansalido por el
mundo." (1 S. Juan 4: 5, V.M.) E Isaas declara: "A la ley y al
testimonio! Si nodijeren conforme a esto, es porque no les ha
amanecido." (Isaas 8: 20.) Muchos cargos se han levantado contra la
obra del Espritu Santo por los errores deuna clase de personas que,
pretendiendo ser iluminadas por ste, aseguran no tener msnecesidad
de ser guiadas por la Palabra de Dios. En realidad estn dominadas
porimpresiones que consideran como voz de Dios en el alma. Pero el
espritu que las dirige noes el Espritu de Dios. El principio que
induce a abandonarse a impresiones y a descuidar lasSantas
Escrituras, slo puede conducir a la confusin, al engao y a la
ruina. Slo sirve parafomentar los designios del maligno. Y como el
ministerio del Espritu Santo es de importanciavital para la iglesia
de Cristo, una de las tretas de Satans consiste precisamente en
arrojaroprobio sobre la obra del Espritu por medio de los errores
de los extremistas y fanticos, yen hacer que el pueblo de Dios
descuide esta fuente de fuerza que nuestro Seor nos haasegurado.
Segn la Palabra de Dios, el Espritu Santo deba continuar su obra
por todo elperodo de la dispensacin cristiana. Durante las pocas en
que las Escrituras tanto delAntiguo como del Nuevo Testamento eran
entregadas a la circulacin, el Espritu Santo nodej de comunicar luz
a individualidades aisladas, amn de las revelaciones que deban
serincorporadas en el Sagrado Canon. La Biblia misma da cuenta de
cmo, por intermedio delEspritu Santo, ciertos hombres recibieron
advertencias, censuras, consejos e instruccin queno se referan en
nada a lo dado en las Escrituras.Tambin habla de profetas que
vivieron en diferentes pocas, pero sin hacer 11mencin alguna de sus
declaraciones. Asimismo, una vez cerrado el canon de las
Escrituras,el Espritu Santo deba llevar adelante su obra de
esclarecimiento, de amonestacin yconsuelo en bien de los hijos de
Dios.Jess prometi a sus discpulos "el Consolador, el Espritu Santo,
al cual el Padreenviar en mi nombre, l os ensear todas las cosas, y
os recordar todas las cosas que oshe dicho." "Cuando viniere aquel
Espritu de verdad, l os guiar a toda verdad; . . . y os harsaber
las cosas que han de venir." (S. Juan 14: 26; 16: 13.) Las Sagradas
Escriturasensean claramente que estas promesas, lejos de limitarse
a los das apostlicos, seextienden a la iglesia de Cristo en todas
las edades. El Salvador asegura a los discpulos:
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 4. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS4 MAESTRA HELENA
WHITE"Estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del mundo."
(S. Mateo 28: 20.) San Pablodeclara que los dones y manifestaciones
del Espritu fueron dados a la iglesia "para elperfeccionamiento de
los santos, para la obra del ministerio, para la edificacin del
cuerpo deCristo: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y
del conocimiento del Hijo de Dios, alestado de hombre perfecto, a
la medida de la estatura de la plenitud de Cristo." (Efesios 4:12,
13, V.M.) En favor de los creyentes de Efeso, el apstol rog as:
"Que el Dios de nuestroSeor Jesucristo, el Padre de la gloria, os
conceda espritu de sabidura y de revelacin en elconocimiento de l;
siendo iluminados los ojos de vuestro entendimiento, para que
conozciscul sea la esperanza de vuestra vocacin, . . . y cul la
soberana grandeza de su poder paracon nosotros que creemos."
(Efesios 1: 17-19, V.M.) Que el ministerio del Espritu
divinoiluminara el entendimiento y revelara a la mente las cosas
profundas de la santa Palabra deDios, tal era la bendicin que San
Pablo peda para la iglesia de Efeso.Despus de la maravillosa
manifestacin del Espritu Santo, el da de Pentecosts,San Pedro
exhort al pueblo al arrepentimiento y a que se bautizara en el
nombre de Cristo,para la 12 remisin de sus pecados; y dijo:
"Recibiris el don del Espritu Santo. Porque paravosotros es la
promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estn lejos;
para cuantosel Seor nuestro Dios llamare." (Hechos 2: 38,39.) El
Seor anunci por boca del profeta Joel que una manifestacin especial
de suEspritu se realizara en el tiempo que precedera inmediatamente
a las escenas del gran dade Dios. (Joel 2: 28.) Esta profeca se
cumpli parcialmente con el derramamiento delEspritu Santo, el da de
Pentecosts; pero alcanzar su cumplimiento completo en
lasmanifestaciones de la gracia divina que han de acompaar la obra
final del Evangelio. El gran conflicto entre el bien y el mal
aumentar en intensidad hasta la consumacinde los tiempos. En todas
las edades la ira de Satans se ha manifestado contra la iglesia
deCristo; y Dios ha derramado su gracia y su Espritu sobre su
pueblo para robustecerlo contrael poder del maligno. Cuando los
apstoles de Cristo estaban por llevar el Evangelio por elmundo
entero y consignarlo por escrito para provecho de todos los siglos
venideros, fuerondotados especialmente con la luz del Espritu. Pero
a medida que la iglesia se va acercandoa su liberacin final, Satans
obrar con mayor poder. Descender "teniendo grande ira,sabiendo que
tiene poco tiempo." (Apocalipsis 12: 12.) Obrar "con grande
potencia, yseales, y milagros mentirosos." (2 Tesalonicenses 2: 9.)
Por espacio de seis mil aos esainteligencia maestra, despus de
haber sido la ms alta entre los ngeles de Dios, no haservido ms que
para el engao y la ruina. Y en el conflicto final se emplearn
contra elpueblo de Dios todos los recursos de la habilidad y
sutileza satnicas, y toda la crueldaddesarrollada en esas luchas
seculares. Durante este tiempo de peligro los discpulos deCristo
tienen que dar al mundo la amonestacin del segundo advenimiento del
Seor; y un www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL
ESOTERICA ESPIRITUAL 5. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS5 MAESTRA HELENA
WHITEpueblo ha de ser preparado "sin mcula, y sin reprensin" para
comparecer ante l a suvenida. (2 Pedro 3: 14.) Entonces el
derramamiento 13 especial de la gracia y el poderdivinos no ser
menos necesario a la iglesia que en los das apostlicos. Mediante la
iluminacin del Espritu Santo, las escenas de la lucha secular entre
elbien y el mal fueron reveladas a quien escribe estas pginas. En
una y otra ocasin se mepermiti contemplar las peripecias de la gran
lucha secular entre Cristo, Prncipe de la vida,Autor de nuestra
salvacin, y Satans, prncipe del mal, autor del pecado y
primertransgresor de la santa ley de Dios. La enemistad de Satans
contra Cristo se ensa en losdiscpulos del Salvador. En toda la
historia puede echarse de ver el mismo odio a losprincipios de la
ley de Dios, la misma poltica de engao, mediante la cual se hace
aparecerel error como si fuese la verdad, se hace que las leyes
humanas substituyan las leyes deDios, y se induce a los hombres a
adorar la criatura antes que al Creador. Los esfuerzos deSatans
para desfigurar el carcter de Dios, para dar a los hombres un
concepto falso delCreador y hacer que le consideren con temor y
odio ms bien que con amor; sus esfuerzospara suprimir la ley de
Dios, y hacer creer al pueblo que no est sujeto a las exigencias
deella; sus persecuciones dirigidas contra los que se atreven a
resistir a sus engaos, hanseguido con rigor implacable. Se pueden
ver en la historia de los patriarcas, de los profetas yapstoles, de
los mrtires y reformadores. En el gran conflicto final, Satans
emplear la misma tctica, manifestar el mismoespritu y trabajar con
el mismo fin que en todas las edades pasadas. Lo que ha sido,volver
a ser, con la circunstancia agravante de que la lucha venidera ser
sealada por unaintensidad terrible, cual el mundo no la vio jams.
Las seducciones de Satans sern mssutiles, sus ataques ms resueltos.
Si posible le fuera, engaara a los escogidos mismos.(S. Marcos
13:22.)Al revelarme el Espritu de Dios las grandes verdades de su
Palabra, y las escenasdel pasado y de lo por venir, se me mand que
diese a conocer a otros lo que se me haba14 mostrado, y que trazase
un bosquejo de la historia de la lucha en las edades pasadas,
yespecialmente que la presentase de tal modo que derramase luz
sobre la lucha futura que seva acercando con tanta rapidez. Con
este fin, he tratado de escoger y reunir acontecimientosde la
historia de la iglesia en forma que quedara bosquejado el
desenvolvimiento de lasgrandes verdades comprobantes que en
diversas pocas han sido dadas al mundo, hanexcitado la ira de
Satans y la enemistad de la iglesia amiga del mundo, y han
sidosostenidas por el testimonio de aquellos que "no amaron sus
vidas, exponindolas hasta lamuerte." En esos anales podemos ver un
anticipo del conflicto que nos espera.Considerndolos a la luz de la
Palabra de Dios, y por la iluminacin de su Espritu, podemos
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 6. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 6 MAESTRA HELENA WHITEver
descubiertos las estratagemas del maligno y los peligros que debern
evitar los quequieran ser hallados "sin mcula" ante el Seor a su
venida.Los grandes acontecimientos que marcaron los pasos de
reforma que se dieron ensiglos pasados, son hechos histricos harto
conocidos y universalmente aceptados, quenadie puede negar. Esa
historia la he presentado brevemente, de acuerdo con el fin y
objetode este libro y con la concisin que necesariamente debe
observarse, condensando loshechos en forma compatible con una clara
inteligencia de las enseanzas consiguientes. Enalgunos casos cuando
he encontrado que un historiador haba reunido los hechos
ypresentado en pocas lneas un claro conjunto del asunto, o agrupado
los detalles en formaconveniente, he reproducido sus palabras, no
tanto para citar a esos escritores comoautoridades, sino porque sus
palabras resuman adecuadamente el asunto. Y al referir loscasos y
puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma
en nuestrotiempo, me he valido en forma similar de las obras que
han publicado. El objeto de este libro no consiste tanto en
presentar nuevas verdades relativas a lasluchas de pasadas edades
como en 15 hacer resaltar hechos y principios que tienen relacincon
acontecimientos futuros. Sin embargo, cuando se considera los tales
hechos y principioscomo formando parte de la lucha empeada entre
las potencias de la luz y las de lastinieblas, todos esos relatos
del pasado cobran nuevo significado; y se desprende de ellosuna luz
que proyecta rayos sobre el porvenir, alumbrando el sendero de los
que, como losreformadores de los siglos pasados, sern llamados, aun
a costa de sacrificar todo bienterrenal, a testificar "de la
Palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo." Desarrollar las
escenas de la gran lucha entre la verdad y el error; descubrir
lastretas de Satans y los medios de resistirle con xito; presentar
una solucin satisfactoria delgran problema del mal, derramando luz
sobre el origen y el fin del pecado en forma tal que lajusticia y
benevolencia de Dios en sus relaciones con sus criaturas queden
plenamentemanifiestas; y hacer patente el carcter sagrado e
inmutable de su ley: tal es el objeto deesta obra. Que por su
influencia muchos se libren del poder de las tinieblas y sean
hechos"aptos para participar de la suerte de los santos en luz,"
para la gloria de Aquel que nos amy se dio a s mismo por nosotros,
tal es la ferviente oracin de la autora.E. G. W. 19CAPTULO 1. El
Destino del Mundo Predicho"OH SI tambin t conocieses, a lo menos en
este tu da, lo que toca a tu paz! masahora est encubierto de tus
ojos. Porque vendrn das sobre ti, que tus enemigos tecercarn con
baluarte, y te pondrn cerco, y de todas partes te pondrn en
estrecho, y tederribarn a tierra, y a tus hijos dentro de ti; y no
dejarn sobre ti piedra sobre piedra; porcuanto no conociste el
tiempo de tu visitacin." (S. Lucas 19: 42 -
44.)www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL
ESOTERICA ESPIRITUAL 7. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS7 MAESTRA HELENA
WHITEDesde lo alto del monte de los Olivos miraba Jess a Jerusaln,
que ofreca a susojos un cuadro de hermosura y de paz. Era tiempo de
Pascua, y de todas las regiones delorbe los hijos de Jacob se haban
reunido para celebrar la gran fiesta nacional. De entreviedos y
jardines como de entre las verdes laderas donde se vean esparcidas
las tiendasde los peregrinos, elevbanse las colinas con sus
terrazas, los airosos palacios y lossoberbios baluartes de la
capital israelita. La hija de Sin pareca decir en su orgullo:
"Estoysentada reina, y . . . nunca ver el duelo!" porque siendo
amada, como lo era, crea estarsegura de merecer an los favores del
cielo como en los tiempos antiguos cuando el poetarey cantaba:
"Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sin, .
. . la ciudaddel gran Rey " (Salmo 48: 2.) Resaltaban a la vista
las construcciones esplndidas deltemplo, cuyos muros de mrmol
blanco como la nieve estaban entonces iluminados por losltimos
rayos del sol poniente que al hundirse en el ocaso haca
resplandecer el oro depuertas, torres y pinculos. Y as destacbase
la gran ciudad, "perfeccin de hermosura,"orgullo de la nacin
judaica. Qu hijo de Israel poda permanecer ante semejanteespectculo
sin sentirse conmovido de gozo y admiracin! Pero eran muy ajenos a
todo20esto los pensamientos que embargaban la mente de Jess. "Como
llego cerca, viendo laciudad, llor sobre ella." (S. Lucas. 19: 41.)
En medio del regocijo que provocara su entradatriunfal, mientras el
gento agitaba palmas, y alegres hosannas repercutan en los montes,
ymil voces le proclamaban Rey, el Redentor del mundo se sinti
abrumado por sbita ymisteriosa tristeza. El, el Hijo de Dios, el
Prometido de Israel, que haba vencido a la muertearrebatndole sus
cautivos, lloraba, no presa de comn abatimiento, sino dominado
porintensa e irreprimible agona.No lloraba por s mismo, por ms que
supiera adnde iba. Getseman, lugar de suprxima y terrible agona,
extendase ante su vista. La puerta de las ovejas divisbasetambin;
por ella haban entrado durante siglos y siglos la vctimas para el
sacrificio, y prontoiba a abrirse para l, cuando "como cordero"
fuera, "llevado al matadero" (Isaas 53: 7) Pocoms all se destacaba
el Calvario, lugar de la crucifixin. Sobre la senda que pronto
letocara recorrer, iban a caer densas y horrorosas tinieblas
mientras l entregaba su alma enexpiacin por el pecado. No era, sin
embargo, la contemplacin de aquellas escenas lo quearrojaba sombras
sobre el Seor en aquellas escenas lo que arrojaba sombras sobre
elSeor en aquella hora de gran regocijo, ni tampoco el
presentimiento de su angustiasobrehumana lo que nublaba su alma
generosa. Lloraba por el fatal destino de los millaresde Jerusaln,
por la ceguedad y por la dureza de corazn de aquellos a quienes l
viniera abendecir y salvar. La historia de ms de mil aos durante
los cuales Dios extendiera su favor especial ysus tiernos cuidados
en beneficio de su pueblo escogido, desarrollbase ante los ojos
deJess. All estaba el monte Moriah, donde el hijo de la promesa,
cual mansa vctima que seentrega sin resistencia, fue atado sobre el
altar como emblema del sacrificio del Hijo de Dios.All fue donde se
lo haban confirmado al padre de los creyentes el pacto de bendicin
y lawww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL
ESOTERICA ESPIRITUAL 8. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 8 MAESTRA HELENA
WHITEgloriosa promesa de un Mesas. (Gnesis 22: 9, 16-18.) All era
donde las llamas del 21sacrificio, al ascender al cielo desde la
era de Ornn, haban desviado la espada del ngelexterminador (1
Crnicas 21), smbolo adecuado del sacrificio de Cristo y de su
mediacinpor los culpables. Jerusaln haba sido honrada por Dios
sobre toda la tierra. El Seor haba"elegido a Sin; desela por
habitacin para s." (Salmo 132:13.) All haban proclamado lossantos
profetas durante siglos y siglos sus mensajes de amonestacin. All
haban mecidolos sacerdotes sus incensarios y haba subido hacia Dios
el humo del incienso, mezclado conlas plegarias de los adoradores.
All haba sido ofrecida da tras da la sangre de los
corderossacrificados, que anunciaban al Cordero de Dios que haba de
venir al mundo. All habamanifestado Jehov su presencia en la nube
de gloria, sobre el propiciatorio. All se habaasentado la base de
la escalera mstica que una el cielo con la tierra (Gnesis 28:12;
S.Juan 1:51), que Jacob viera en sueos y por la cual los ngeles
suban y bajaban, mostrandoas al mundo el camino que conduce al
lugar santsimo. De haberse mantenido Israel comonacin fiel al
Cielo, Jerusaln habra sido para siempre la elegida de Dios.
(Jeremas 17:21 -25.) Pero la historia de aquel pueblo tan
favorecido era un relato de sus apostasas y susrebeliones. Haba
resistido la gracia del Cielo, abusado de sus prerrogativas
ymenospreciado sus oportunidades.A pesar de que los hijos de Israel
"hacan escarnio de los mensajeros de Dios, ymenospreciaban sus
palabras, burlndose de sus profetas" (2 Crnicas 36: 16), el
Seorhaba seguido manifestndoseles como "Jehov, fuerte,
misericordioso, y piadoso; tardo parala ira, y grande en benignidad
y verdad." (xodo 34: 6.) Y por ms que le rechazaran una yotra vez,
de continuo haba seguido instndoles con bondad inalterable. Ms
grande que laamorosa compasin del padre por su hijo era el solcito
cuidado con que Dios velaba por supueblo envindole "amonestaciones
por mano de sus mensajeros, madrugando paraenvirselas; porque tuvo
compasin 22 de su pueblo y de su morada." (2 Crnicas 36: 15,V.M.) Y
al fin, habiendo fracasado las amonestaciones, las reprensiones y
las splicas, lesenvi el mejor don del cielo; ms an, derram todo el
cielo en ese solo Don. El Hijo de Dios fue enviado para exhortar a
la ciudad rebelde. Era Cristo quien habasacado a Israel como "una
vid de Egipto." (Salmo 80: 8.) Con su propio brazo, haba arrojadoa
los gentiles de delante de ella; la haba plantado "en un recuesto,
lugar frtil;" la habacercado cuidadosamente y haba enviado a sus
siervos para que la cultivasen. "Qu ms sehaba de hacer a mi via
-exclam,- que yo no haya hecho en ella?" A pesar de estoscuidados,
y por ms que, habiendo esperado "que llevase uvas" valiosas, las
haba dado"silvestres" (Isaas 5: 1-4), el Seor compasivo, movido por
su anhelo de obtener fruto, vinoen persona a su via para librarla,
si fuera posible, de la destruccin. La labr con esmero, lapod y la
cuid. Fue incansable en sus esfuerzos para salvar aquella via que l
mismohaba plantado.www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA
VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 9. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS9 MAESTRA
HELENA WHITE Durante tres aos, el Seor de la luz y de la gloria
estuvo yendo y viniendo entre supueblo. "Anduvo haciendo bienes, y
sanando a todos los oprimidos del diablo," curando a losde corazn
quebrantado, poniendo en libertad a los cautivos, dando vista a los
ciegos,haciendo andar a los cojos y or a los sordos, limpiando a
los leprosos, resucitando muertos ypredicando el Evangelio a los
pobres. (Hechos 10: 38; S. Lucas 4: 18; S. Mateo 11: 5.) Atodas las
clases sociales por igual diriga el llamamiento de gracia: "Venid a
m todos los queestis trabajados y cargados, que yo os har
descansar." (S. Mateo 11: 28.)A pesar de recibir por recompensa el
mal por el bien y el odio a cambio de su amor(Salmo 109: 5),
prosigui con firmeza su misin de paz y misericordia. Jams fue
rechazadoninguno de los que se acercaron a l en busca de su gracia.
Errante y sin hogar, sufriendocada da oprobio y penurias, slo vivi
para ayudar a los pobres, aliviar a los agobiados y 23persuadirlos
a todos a que aceptasen el don de vida. Los efluvios de la
misericordia divinaeran rechazados por aquellos corazones
endurecidos y reacios pero volvan sobre ellos conms vigor,
impulsados por la augusta compasin y por la fuerza del amor que
sobrepuja atodo entendimiento. Israel empero se alej de l,
apartndose as de su mejor Amigo y de sunico Auxiliador. Su amor fue
despreciado, rechazados sus dulces consejos y ridiculizadassus
cariosas amonestaciones. La hora de esperanza y de perdn transcurri
rpidamente. La copa de la ira deDios, por tanto tiempo contenida,
estaba casi llena. La nube que haba ido formndose atravs de los
tiempos de apostasa y rebelin, vease ya negra, cargada de
maldiciones,prxima a estallar sobre un pueblo culpable; y el nico
que poda librarle de su suerte fatalinminente haba sido
menospreciado, escarnecido y rechazado, y en breve lo iban
acrucificar.Cuando el Cristo estuviera clavado en la cruz del
Calvario, ya habra transcurridopara Israel su da como nacin
favorecida y saciada de las bendiciones de Dios. La prdidade una
sola alma se considera como una calamidad infinitamente ms grande
que la detodas las ganancias y todos los tesoros de un mundo; pero
mientras Jess fijaba su miradaen Jerusaln, vea la ruina de toda una
ciudad, de todo un pueblo; de aquella ciudad y deaquel pueblo que
haban sido elegidos de Dios, su especial tesoro. Los profetas haban
llorado la apostasa de Israel y lamentado las terriblesdesolaciones
con que fueron castigadas sus culpas. Jeremas deseaba que sus ojos
sevolvieran manantiales de lgrimas para llorar da y noche por los
muertos de la hija de supueblo y por el rebao del Seor que fue
llevado cautivo. (Jeremas 9: 1; 13: 17.) Cul nosera entonces la
angustia de Aquel cuya mirada proftica abarcaba, no unos pocos
aos,sino muchos siglos! Vea al ngel exterminador blandir su espada
sobre la ciudad que portanto tiempo fuera morada de Jehov. Desde la
cumbre del monte de los Olivos, en el lugar24 mismo que ms tarde
iba a ser ocupado por Tito y sus soldados, mir a travs del valle
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 10. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 10 MAESTRA HELENA
WHITElos atrios y prticos sagrados, y con los ojos nublados por las
lgrimas, vio en horrorosoanticipo los muros de la ciudad
circundados por tropas extranjeras; oy el estrpito de laslegiones
que marchaban en son de guerra, y los tristes lamentos de las
madres y de losnios que lloraban por pan en la ciudad sitiada. Vio
el templo santo y hermoso, los palacios ylas torres devorados por
las llamas, dejando en su lugar tan slo un montn de
humeantesruinas. Cruzando los siglos con la mirada, vio al pueblo
del pacto disperso en toda la tierra,"como nufragos en una playa
desierta." En la retribucin temporal que estaba por caersobre sus
hijos, vio como el primer trago de la copa de la ira que en el
juicio final aquelmismo pueblo deber apurar hasta las heces. La
compasin divina y el sublime amor deCristo hallaron su expresin en
estas lgubres palabras: "Jerusalem, Jerusalem, que matasa los
profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! cuntas veces
quise juntar tus hijos,como la gallina junta sus pollos debajo de
las alas, y no quisiste!" (S. Mateo 23: 37.) Oh! sit, nacin
favorecida entre todas, hubieras conocido el tiempo de tu visitacin
y lo que ataea tu paz! Yo detuve al ngel de justicia y te llam al
arrepentimiento, pero en vano. Norechazaste tan slo a los siervos
ni despreciaste tan slo a los enviados y profetas, sino alSanto de
Israel, tu Redentor. Si eres destruda, t sola tienes la culpa. "No
queris venir a m,para que tengis vida." (S. Juan 5: 40.)Cristo vio
en Jerusaln un smbolo del mundo endurecido en la incredulidad
yrebelin que corra presuroso a recibir el pago de la justicia de
Dios. Los lamentos de unaraza cada opriman el alma del Seor, y le
hicieron prorrumpir en esas expresiones de dolor.Vio adems las
profundas huellas del pecado marcadas por la miseria humana con
lgrimasy sangre; su tierno corazn se conmovi de compasin infinita
por las vctimas de lospadecimientos y aflicciones de la tierra;
anhel salvarlos a todos. Pero ni aun su mano podadesviar la 25
corriente del dolor humano que del pecado dimana; pocos buscaran la
nicafuente de salud. El estaba dispuesto a derramar su misma alma
hasta la muerte, y poner asla salvacin al alcance de todos; pero
muy pocos iban a acudir a l para tener vida eterna.Mirad al Rey del
cielo derramando copioso llanto! Ved al Hijo del Dios
infinitoturbado en espritu y doblegado bajo el peso del dolor! Los
cielos se llenaron de asombro alcontemplar semejante escena que
pone tan de manifiesto la culpabilidad enorme del pecado,y que nos
ensea lo que le cuesta, aun al poder infinito, salvar al pecador de
lasconsecuencias que le acarrea la transgresin de la ley de Dios.
Dirigiendo Jess sus miradashasta la ltima generacin vio al mundo
envuelto en un engao semejante al que caus ladestruccin de
Jerusaln. El gran pecado de los judos consisti en que rechazaron a
Cristo;el gran pecado del mundo cristiano iba a consistir en que
rechazara la ley de Dios, que es elfundamento de su gobierno en el
cielo y en la tierra. Los preceptos del Seor iban a
sermenospreciados y anulados. Millones de almas sujetas al pecado,
esclavas de Satans,www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA
VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 11. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 11
MAESTRA HELENA WHITEcondenadas a sufrir la segunda muerte, se
negaran a escuchar las palabras de verdad en elda de su visitacin.
Terrible ceguedad, extraa infatuacin! Dos das antes de la Pascua,
cuando Cristo se haba despedido ya del templo porltima vez, despus
de haber denunciado pblicamente la hipocresa de los prncipes
deIsrael, volvi al monte de los Olivos, acompaado de sus discpulos
y se sent entre ellos enuna ladera cubierta de blando csped,
dominando con la vista la ciudad. Una vez mscontempl sus muros,
torres y palacios. Una vez ms mir el templo que en su
deslumbranteesplendor pareca una diadema de hermosura que coronara
al sagrado monte. Mil aos antes el salmista haba magnificado la
bondad de Dios hacia Israel porquehaba escogido aquel templo como
su morada. "En Salem est su tabernculo, y suhabitacin 26 en Sin."
"Escogi la tribu de Jud, el monte de Sin, al cual am. Y edific
susantuario a manera de eminencia." (Salmos 76: 2; 78: 68, 69.) El
primer templo haba sidoerigido durante la poca de mayor prosperidad
en la historia de Israel. Vastos almacenesfueron construidos para
contener los tesoros que con dicho propsito acumulara el rey
David,y los planos para la edificacin del templo fueron hechos por
inspiracin divina. (1 Crnicas28: 12, 19.) Salomn, el ms sabio de
los monarcas de Israel, complet la obra. Este temploresult ser el
edificio ms soberbio que este mundo haya visto. No obstante, el
Seor declarpor boca del profeta Aggeo, refirindose al segundo
templo: "Mayor ser la gloria postrera deesta Casa que la gloria
anterior." "Sacudir todas las naciones, y vendr el Deseado de
todaslas naciones; y llenar esta Casa de gloria, dice Jehov de los
Ejrcitos." (Aggeo 2: 9, 7,V.M.)Despus de su destruccin por
Nabucodonosor, el templo fue reconstrudo unoscinco siglos antes del
nacimiento de Cristo por un pueblo que tras largo cautiverio
habavuelto a su pas asolado y casi desierto. Haba entonces en
Israel algunos hombres muyancianos que haban visto la gloria del
templo de Salomn y que lloraban al ver el templonuevo que pareca
tan inferior al anterior. El sentimiento que dominaba entre el
pueblo noses fielmente descrito por el profeta cuando dice: "Quin
ha quedado entre vosotros quehaya visto esta casa en su primera
gloria, y cual ahora la veis? No es ella como nadadelante de
vuestros ojos?" (Aggeo 2: 3; Esdras 3: 12.) Entonces fue dada la
promesa de que la gloria del segundo templo sera mayor quela del
primero. Pero el segundo templo no igual al primero en
magnificencia ni fuesantificado por las seales visibles de la
presencia divina con que lo fuera el templo deSalomn, ni hubo
tampoco manifestaciones de poder sobrenatural que dieran realce a
sudedicacin. Ninguna nube de gloria cubri al santuario que acababa
de ser erigido; no hubofuego que descendiera del cielo para
consumir el sacrificio sobre el altar. La 27 manifestacindivina no
se encontraba ya entre los querubines en el lugar santsimo; ya no
estaban all el www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA
VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 12. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS12
MAESTRA HELENA WHITEarca del testimonio, ni el propiciatorio, ni
las tablas de la ley. Ninguna voz del cielo se dejabaor para
revelar la voluntad del Seor al sacerdote que preguntaba por ella.
Durante varios siglos los judos se haban esforzado para probar cmo
y dnde sehaba cumplido la promesa que Dios haba dado por Aggeo.
Pero el orgullo y la incredulidadhaban cegado su mente de tal modo
que no comprendan el verdadero significado de laspalabras del
profeta. Al segundo templo no le fue conferido el honor de ser
cubierto con lanube de la gloria de Jehov, pero s fue honrado con
la presencia de Uno en quien habitabacorporalmente la plenitud de
la Divinidad, de Uno que era Dios mismo manifestado en carne.Cuando
el Nazareno ense y realiz curaciones en los atrios sagrados se
cumpli laprofeca gloriosa: l era el "Deseado de todas las naciones"
que entraba en su templo. Por lapresencia de Cristo, y slo por
ella, la gloria del segundo templo super la del primero; peroIsrael
tuvo en poco al anunciado don del cielo; y con el humilde Maestro
que sali aquel dapor la puerta de oro, la gloria haba abandonado el
templo para siempre. As se cumplieronlas palabras del Seor, que
dijo: "He aqu vuestra casa os es dejada desierta." (S. Mateo
23:38.)Los discpulos se haban llenado de asombro y hasta de temor
al or las prediccionesde Cristo respecto de la destruccin del
templo, y deseaban entender de un modo mscompleto el significado de
sus palabras. Durante ms de cuarenta aos se haban
prodigadoriquezas, trabajo y arte arquitectnico para enaltecer los
esplendores y la grandeza de aqueltemplo. Herodes el Grande y hasta
el mismo emperador del mundo contribuyeron con lostesoros de los
judos y con las riquezas romanas a engrandecer la magnificencia
delhermoso edificio. Con este objeto habanse importado de Roma
enormes bloques depreciado mrmol, de tamao casi fabuloso, 28 a los
cuales los discpulos llamaron laatencin del Maestro, dicindole:
"Mira qu piedras, y qu edificios." (S. Marcos 13: 1.)Pero Jess
contest con estas solemnes y sorprendentes palabras: "De cierto
osdigo, que no ser dejada aqu piedra sobre piedra, que no sea
destruda." (S. Mateo 24: 2.)Los discpulos creyeron que la
destruccin de Jerusaln coincidira con los sucesosde la venida
personal de Cristo revestido de gloria temporal para ocupar el
trono de unimperio universal, para castigar a los judos
impenitentes y libertar a la nacin del yugoromano. Cristo les haba
anunciado que volvera, y por eso al orle predecir los juicios
queamenazaban a Jerusaln, se figuraron que ambas cosas sucederan al
mismo tiempo y, alreunirse en derredor del Seor en el monte de los
Olivos, le preguntaron: "Cundo sernestas cosas, y qu seal habr de
tu venida, y del fin del mundo? " (S. Mateo 24: 3.)Lo porvenir les
era misericordiosamente velado a los discpulos. De haber visto
contoda claridad esos dos terribles acontecimientos futuros: los
sufrimientos del Redentor y sumuerte, y la destruccin del templo y
de la ciudad, los discpulos hubieran sido abrumadospor el miedo y
el dolor. Cristo les dio un bosquejo de los sucesos culminantes que
habran de www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL
ESOTERICA ESPIRITUAL 13. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 13 MAESTRA
HELENA WHITEdesarrollarse antes de la consumacin de los tiempos.
Sus palabras no fueron entendidasplenamente entonces, pero su
significado iba a aclararse a medida que su pueblo necesitasela
instruccin contenida en esas palabras. La profeca del Seor entraaba
un doblesignificado: al par que anunciaba la ruina de Jerusaln
presagiaba tambin los horrores delgran da final. Jess declar a los
discpulos los castigos que iban a caer sobre el apstata Israel
yespecialmente los que debera sufrir por haber rechazado y
crucificado al Mesas. Iban aproducirse seales inequvocas,
precursoras del espantoso desenlace. La hora aciagallegara presta y
repentinamente. Y el 29 Salvador advirti a sus discpulos: "Por
tanto,cuando viereis la abominacin del asolamiento, que fue dicha
por Daniel profeta, que estaren el lugar santo (el que lee,
entienda), entonces los que estn en Judea, huyan a losmontes." (S.
Mateo 24: 15, 16; S. Lucas 21: 20.) Tan pronto como los estandartes
del ejrcitoromano idlatra fuesen clavados en el suelo sagrado, que
se extenda varios estadios msall de los muros, los creyentes en
Cristo deban huir a un lugar seguro. Al ver la sealpreventiva,
todos los que quisieran escapar deban hacerlo sin tardar. Tanto en
tierra deJudea como en la propia ciudad de Jerusaln el aviso de la
fuga deba ser aprovechado en elacto. Todo el que se hallase en
aquel instante en el tejado de su casa no deba entrar en ellani
para tomar consigo los ms valiosos tesoros; los que trabajaran en
el campo y en losviedos no deban perder tiempo en volver por las
tnicas que se hubiesen quitado parasobrellevar mejor el calor y la
faena del da. Todos deban marcharse sin tardar si no queranverse
envueltos en la ruina general.Durante el reinado de Herodes, la
ciudad de Jerusaln no slo haba sidonotablemente embellecida, sino
tambin fortalecida. Se erigieron torres, muros y fortalezasque,
unidos a la ventajosa situacin topogrfica del lugar, la hacan
aparentementeinexpugnable. Si en aquellos das alguien hubiese
predicho pblicamente la destruccin de laciudad, sin duda habra sido
considerado cual lo fuera No en su tiempo: como alarmistainsensato.
Pero Cristo haba dicho: "El cielo y la tierra pasarn, mas mis
palabras nopasarn." (S. Mateo 24: 35.) La ira del Seor se haba
declarado contra Jerusaln a causa desus pecados, y su obstinada
incredulidad hizo inevitable su condenacin.El Seor haba dicho por
el profeta Miqueas: "Od ahora esto, cabezas de la casa deJacob, y
capitanes de la casa de Israel, que abominis el juicio, y perverts
todo el derecho;que edificis a Sin con sangre, y a Jerusalem con
injusticia; 30 sus cabezas juzgan porcohecho, y sus sacerdotes
ensean por precio, y sus profetas adivinan por dinero; yapyanse en
Jehov diciendo: No est Jehov entre nosotros? No vendr mal
sobrenosotros." (Miqueas 3: 9-11.)Estas palabras dan una idea cabal
de cun corruptos eran los moradores deJerusaln y de cun justos se
consideraban. A la vez que se decan escrupulosos
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 14. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 14 MAESTRA HELENA
WHITEobservadores de la ley de Dios, quebrantaban todos sus
preceptos. La pureza de Cristo y susantidad hacan resaltar la
iniquidad de ellos; por eso le aborrecan y le sealaban como
elcausante de todas las desgracias que les haban sobrevenido como
consecuencia de sumaldad. Aunque harto saban que Cristo no tena
pecado, declararon que su muerte eranecesaria para la seguridad de
la nacin. Los prncipes de los sacerdotes y los fariseosdecan; "Si
le dejamos as, todos creern en l; y vendrn los romanos y destruirn
nuestrolugar y nuestra nacin." (S. Juan 11: 48, V.M.) Si se
sacrificaba a Cristo, pensaban ellos,podran ser otra vez un pueblo
fuerte y unido. As discurran, y convinieron con el sumosacerdote en
que era mejor que uno muriera y no que la nacin entera se
perdiese.As era cmo los prncipes judos haban edificado "a Sin con
sangre, y a Jerusalemcon iniquidad," y al paso que sentenciaban a
muerte a su Salvador porque les echara en carasus iniquidades, se
atribuan tanta justicia que se consideraban el pueblo favorecido de
Diosy esperaban que el Seor viniese a librarlos de sus
enemigos."Por tanto haba aadido el profeta, - a causa de vosotros
ser Sin arada comocampo, y Jerusalem ser majanos, y el monte de la
casa como cumbres de breal." (Miqueas3: 12.)Dios aplaz sus juicios
sobre la ciudad y la nacin hasta cosa de cuarenta aosdespus que
Cristo hubo anunciado el castigo de Jerusaln. Admirable fue la
paciencia quetuvo Dios con los que rechazaran su Evangelio y
asesinaran a su Hijo. La parbola de lahiguera estril representa el
trato bondadoso de Dios con la nacin juda. Ya haba sido dada31 la
orden: "Crtala, por qu ocupar an la tierra?" (S. Lucas 13: 7), pero
la divinamisericordia la preserv por algn tiempo. Haba todava
muchos judos que ignoraban lo quehaban sido el carcter y la obra de
Cristo. Y los hijos no haban tenido las oportunidades nivisto la
luz que sus padres haban rechazado. Por medio de la predicacin de
los apstoles yde sus compaeros, Dios iba a hacer brillar la luz
sobre ellos para que pudiesen ver cmo sehaban cumplido las
profecas, no nicamente las que se referan al nacimiento y vida
delSalvador sino tambin las que anunciaban su muerte y su gloriosa
resurreccin. Los hijos nofueron condenados por los pecados de sus
padres; pero cuando, conociendo ya plenamentela luz que fuera dada
a sus padres, rechazaron la luz adicional que a ellos mismos les
fueraconcedida, entonces se hicieron cmplices de las culpas de los
padres y colmaron la medidade su iniquidad.La longanimidad de Dios
hacia Jerusaln no hizo sino confirmar a los judos en suterca
impenitencia. Por el odio y la crueldad que manifestaron hacia los
discpulos de Jessrechazaron el ltimo ofrecimiento de misericordia.
Dios les retir entonces su proteccin y diorienda suelta a Satans y
a sus ngeles, y la nacin cay bajo el dominio del caudillo que
ellamisma se haba elegido. Sus hijos menospreciaron la gracia de
Cristo, que los habracapacitado para subyugar sus malos impulsos, y
estos los vencieron. Satans despert las
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 15. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 15MAESTRA HELENA WHITEms
fieras y degradadas pasiones de sus almas. Los hombres ya no
razonaban,completamente dominados por sus impulsos y su ira ciega.
En su crueldad se volvieronsatnicos. Tanto en la familia como en la
nacin, en las clases bajas como en las clasessuperiores del pueblo,
no reinaban ms que la sospecha, la envidia, el odio, el altercado,
larebelin y el asesinato. No haba seguridad en ninguna parte. Los
amigos y parientes sehacan traicin unos a otros. Los padres mataban
a los hijos y stos a sus padres. Los quegobernaban al pueblo no
tenan poder para gobernarse a s mismos: las pasiones ms
32desordenadas los convertan en tiranos. Los judos haban aceptado
falsos testimonios paracondenar al Hijo inocente de Dios; y ahora
las acusaciones ms falsas hacan inseguras suspropias vidas. Con sus
hechos haban expresado desde haca tiempo sus deseos: "Quitadde
delante de nosotros al Santo de Israel!" (Isaas 30: 11, V.M.) y ya
dichos deseos sehaban cumplido. El temor de Dios no les preocupaba
ms; Satans se encontraba ahora alfrente de la nacin y las ms altas
autoridades civiles y religiosas estaban bajo su dominio. Los jefes
de los bandos opuestos hacan a veces causa comn para despojar
ytorturar a sus desgraciadas vctimas, y otras veces esas mismas
facciones peleaban unascon otras y se daban muerte sin
misericordia; ni la santidad del templo poda refrenar suferocidad.
Los fieles eran derribados al pie de los altares, y el santuario
era mancillado porlos cadveres de aquellas carniceras. No obstante,
en su necia y abominable presuncin,los instigadores de la obra
infernal declaraban pblicamente que no teman que Jerusalnfuese
destruda, pues era la ciudad de Dios; y, con el propsito de
afianzar su satnicopoder, sobornaban a falsos profetas para que
proclamaran que el pueblo deba esperar lasalvacin de Dios, aunque
ya el templo estaba sitiado por las legiones romanas. Hasta el
finlas multitudes creyeron firmemente que el Todopoderoso
intervendra para derrotar a susadversarios. Pero Israel haba
despreciado la proteccin de Dios, y no haba ya defensaalguna para
l. Desdichada Jerusaln! Mientras la desgarraban las contiendas
intestinas y lasangre de sus hijos, derramada por sus propias
manos, tea sus calles de carmes, losejrcitos enemigos echaban a
tierra sus fortalezas y mataban a sus guerreros! Todas las
predicciones de Cristo acerca de la destruccin de Jerusaln
secumplieron al pie de la letra; los judos palparon la verdad de
aquellas palabras deadvertencia del Seor: "Con la medida que meds,
se os medir." (S. Mateo 7: 2, V.M.) Aparecieron muchas seales y
maravillas como sntomas 33 precursores deldesastre y de la
condenacin. A la media noche una luz extraa brillaba sobre el
templo y elaltar. En las nubes, a la puesta del sol, se vean como
carros y hombres de guerra que sereunan para la batalla.Los
sacerdotes que ministraban de noche en el santuario eran
aterrorizados porruidos misteriosos; temblaba la tierra y se oan
voces que gritaban: "Salgamos de aqu!" Lagran puerta del oriente,
que por su enorme peso era difcil de cerrar entre veinte hombres y
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 16. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 16MAESTRA HELENA WHITEque
estaba asegurada con formidables barras de hierro afirmadas en el
duro pavimento depiedras de gran tamao, se abri a la media noche de
una manera misteriosa. - Milman,History of the Jews, libro
13.Durante siete aos un hombre recorri continuamente las calles de
Jerusalnanunciando las calamidades que iban a caer sobre la ciudad.
De da y de noche entonaba lafrentica endecha: "Voz del oriente, voz
del occidente, voz de los cuatro vientos, voz contraJerusaln y
contra el templo, voz contra el esposo y la esposa, voz contra todo
el pueblo." -Ibid., libro 13.Este extrao personaje fue encarcelado
y azotado sin que exhalase una queja. A losinsultos que le dirigan
y a las burlas que le hacan, no contestaba sino con estas
palabras:"Ay de Jerusaln! Ay, ay de sus moradores!" y sus tristes
presagios no dejaron de orsesino cuando encontr la muerte en el
sitio que l haba predicho. Ni un solo cristiano pereci en la
destruccin de Jerusaln. Cristo haba prevenido asus discpulos, y
todos los que creyeron sus palabras esperaron atentamente las
sealesprometidas. "Cuando viereis a Jerusalem cercada de ejrcitos -
haba dicho Jess, - sabedentonces que su destruccin ha llegado.
Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a losmontes; y los que
en medio de ella, vyanse." (S. Lucas 21: 20, 21.) Despus que
lossoldados romanos, al mando del general Cestio Galo, hubieron
rodeado la ciudad,abandonaron de pronto el sitio de una manera
inesperada y eso cuando todo parecafavorecer un asalto inmediato.
Perdida ya la esperanza 34 de poder resistir el ataque, lossitiados
estaban a punto de rendirse, cuando el general romano retir sus
fuerzas sin motivoaparente para ello. Empero la previsora
misericordia de Dios haba dispuesto losacontecimientos para bien de
los suyos. Ya estaba dada la seal a los cristianos queaguardaban el
cumplimiento de las palabras de Jess, y en aquel momento se les
ofrecauna oportunidad que deban aprovechar para huir, conforme a
las indicaciones dadas por elMaestro. Los sucesos se desarrollaron
de modo tal que ni los judos ni los romanos hubieranpodido evitar
la huda de los creyentes. Habindose retirado Cestio, los judos
hicieron unasalida para perseguirle y entre tanto que ambas fuerzas
estaban as empeadas, loscristianos pudieron salir de la ciudad,
aprovechando la circunstancia de estar los alrededorestotalmente
despejados de enemigos que hubieran podido cerrarles el paso. En la
poca delsitio, los judos haban acudido numerosos a Jerusaln para
celebrar la fiesta de lostabernculos y as fue como los cristianos
esparcidos por todo el pas pudieron escapar sindificultad.
Inmediatamente se encaminaron hacia un lugar seguro, la ciudad de
Pella, entierra de Perea, allende el Jordn.Las fuerzas judaicas
perseguan de cerca a Cestio y a su ejrcito y cayeron sobre
laretaguardia con tal furia que amenazaban destruirla totalmente.
Slo a duras penas pudieronlas huestes romanas cumplir su retirada.
Los judos no sufrieron ms que pocas bajas, y con
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 17. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 17MAESTRA HELENA WHITElos
despojos que obtuvieron volvieron en triunfo a Jerusaln. Pero este
xito aparente no lesacarre sino perjuicios, pues despert en ellos
un espritu de necia resistencia contra losromanos, que no tard en
traer males incalculables a la desdichada ciudad. Espantosas fueron
las calamidades que sufri Jerusaln cuando el sitio se reanudbajo el
mando de Tito. La ciudad fue sitiada en el momento de la Pascua,
cuando millones dejudos se hallaban reunidos dentro de sus muros.
Los depsitos de provisiones que, de habersido conservados, hubieran
podido abastecer a toda la poblacin por varios aos, habansido 35
destrudos a consecuencia de la rivalidad y de las represalias de
las facciones enlucha, y pronto los vecinos de Jerusaln empezaron a
sucumbir a los horrores del hambre.Una medida de trigo se venda por
un talento. Tan atroz era el hambre, que los hombresroan el cuero
de sus cintos, sus sandalias y las cubiertas de sus escudos. Muchos
salan durante la noche para recoger las plantas silvestres que
crecan fuerade los muros, a pesar de que muchos de ellos eran
aprehendidos y muertos por cruelestorturas, y a menudo los que
lograban escapar eran despojados de aquello que habanconseguido aun
con riesgo de la vida. Los que estaban en el poder imponan los
castigosms infamantes para obligar a los necesitados a entregar los
ltimos restos de provisionesque guardaban escondidos; y tamaas
atrocidades eran perpetradas muchas veces porgente bien alimentada
que slo deseaba almacenar provisiones para ms tarde.Millares
murieron a consecuencia del hambre y la pestilencia. Los afectos
naturalesparecan haber desaparecido: los esposos se arrebataban
unos a otros los alimentos; loshijos quitaban a sus ancianos padres
la comida que se llevaban a la boca, y la pregunta delprofeta: "Se
olvidar acaso la mujer de su nio mamante?" recibi respuesta en el
interiorde los muros de la desgraciada ciudad, tal como la diera la
Santa Escritura: "Lasmisericordiosas manos de las mujeres cuecen a
sus mismos hijos! stos les sirven decomida en el quebranto de la
hija de mi pueblo!" (Isaas 49: 15; Lamentaciones 4: 10, V.M.)Una
vez ms se cumpla la profeca pronunciada catorce siglos antes, y que
dice: "Lamujer tierna y delicada en medio de ti, que nunca prob a
asentar en tierra la planta de supie, de pura delicadeza y ternura,
su ojo ser avariento para con el marido de su seno, y paracon su
hijo y su hija, as respecto de su nio recin nacido como respecto de
sus dems hijosque hubiere parido; porque ella sola los comer
ocultamente en la falta de todo, en lapremura y en la estrechez con
que te 36 estrecharn tus enemigos dentro de tus
ciudades."(Deuteronomio 28: 56, 57, V.M.)Los jefes romanos
procuraron aterrorizar a los judos para que se rindiesen. A losque
eran apresados resistiendo, los azotaban, los atormentaban y los
crucificaban frente alos muros de la ciudad. Centenares de ellos
eran as ejecutados cada da, y el horrendoproceder continu hasta que
a lo largo del valle de Josafat y en el Calvario se erigierontantas
cruces que apenas dejaban espacio para pasar entre ellas. As fue
castigada aquellawww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA
VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 18. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 18
MAESTRA HELENA WHITEtemeraria imprecacin que lanzara el pueblo en
el tribunal de Pilato, al exclamar: "Recaigasu sangre sobre
nosotros, y sobre nuestros hijos!" (S. Mateo 27: 25, V.M.) De buen
grado hubiera Tito hecho cesar tan terribles escenas y ahorrado a
Jerusalnla plena medida de su condenacin. Le horrorizaba ver los
montones de cadveres en losvalles. Como obsesionado, miraba desde
lo alto del monte de los Olivos el magnfico temploy dio la orden de
que no se tocara una sola de sus piedras. Antes de hacer la
tentativa deapoderarse de esa fortaleza, dirigi un fervoroso
llamamiento a los jefes judos para que nole obligasen a profanar
con sangre el lugar sagrado. Si queran salir a pelear en
cualquierotro sitio, ningn romano violara la santidad del templo.
Josefo mismo, en elocuentsimodiscurso, les rog que se entregasen,
para salvarse a s mismos, a su ciudad y su lugar deculto. Pero
respondieron a sus palabras con maldiciones, y arrojaron dardos a
su ltimomediador humano mientras alegaba con ellos. Los judos haban
rechazado las splicas delHijo de Dios, y ahora cualquier otra
instancia o amonestacin no poda obtener otro resultadoque
inducirlos a resistir hasta el fin. Vanos fueron los esfuerzos de
Tito para salvar el templo.Uno mayor que l haba declarado que no
quedara piedra sobre piedra que no fuesederribada. La ciega
obstinacin de los jefes judos y los odiosos crmenes perpetrados en
elinterior de la ciudad sitiada excitaron el horror y la indignacin
de los romanos, y finalmenteTito 37 dispuso tomar el templo por
asalto. Resolvi, sin embargo, que si era posible evitarasu
destruccin. Pero sus rdenes no fueron obedecidas. A la noche,
cuando se habaretirado a su tienda para descansar, los judos
hicieron una salida desde el templo y atacarona los soldados que
estaban afuera. Durante la lucha, un soldado romano arroj al prtico
poruna abertura un leo encendido, e inmediatamente ardieron los
aposentos enmaderados decedro que rodeaban el edificio santo. Tito
acudi apresuradamente, seguido por susgenerales y legionarios, y
orden a los soldados que apagasen las llamas. Sus palabras nofueron
escuchadas. Furiosos, los soldados arrojaban teas encendidas en las
cmarascontiguas al templo y con sus espadas degollaron a gran nmero
de los que haban buscadorefugio all. La sangre corra como agua por
las gradas del templo. Miles y miles de judosperecieron. Por sobre
el ruido de la batalla, se oan voces que gritaban: "Ichabod!" -la
gloriase alej. "Tito vio que era imposible contener el furor de los
soldados enardecidos por la lucha;y con sus oficiales se puso a
contemplar el interior del sagrado edificio. Su esplendor los
dejmaravillados, y como l notase que el fuego no haba llegado an al
lugar santo, hizo unpostrer esfuerzo para salvarlo saliendo
precipitadamente y exhortando con energa a lossoldados para que se
empeasen en contener la propagacin del incendio. El
centurinLiberalis hizo cuanto pudo con su insignia de mando para
conseguir la obediencia de lossoldados, pero ni siquiera el respeto
al emperador bastaba ya para apaciguar la furia de lasoldadesca
contra los judos y su ansia insaciable de saqueo. Todo lo que los
soldados veanwww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL
ESOTERICA ESPIRITUAL 19. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 19 MAESTRA
HELENA WHITEen torno suyo estaba revestido de oro y resplandeca a
la luz siniestra de las llamas, lo cualles induca a suponer que
habra en el santuario tesoros de incalculable valor. Un
soldadoromano, sin ser visto, arroj una tea encendida entre los
goznes de la puerta y en brevesinstantes todo el edificio era presa
de las llamas. Los oficiales se vieron obligados aretroceder 38
ante el fuego y el humo que los cegaba, y el noble edificio qued
entregado asu fatal destino. "Aquel espectculo llenaba de espanto a
los romanos; qu sera para los judos?Toda la cumbre del monte que
dominaba la ciudad despeda fulgores como el crter de unvolcn en
plena actividad. Los edificios iban cayendo a tierra uno tras otro,
en medio de unestrpito tremendo y desaparecan en el abismo
ardiente. Las techumbres de cedro erancomo sbanas de fuego, los
dorados capiteles de las columnas relucan como espigas de luzrojiza
y los torreones inflamados despedan espesas columnas de humo y
lenguas de fuego.Las colinas vecinas estaban iluminadas y dejaban
ver grupos de gentes que se agolpabanpor todas partes siguiendo con
la vista, en medio de horrible inquietud, el avance de la
obradestructora; los muros y las alturas de la ciudad estaban
llenos de curiosos que ansiososcontemplaban la escena, algunos con
rostros plidos por hallarse presa de la ms atrozdesesperacin, otros
encendidos por la ira al ver su impotencia para vengarse. El
tumulto delas legiones romanas que desbandadas corran de ac para
all, y los agudos lamentos delos infelices judos que moran entre
las llamas, se mezclaban con el chisporroteo delincendio y con el
estrpito de los derrumbes. En los montes repercutan los gritos de
espantoy los ayes de la gente que se hallaba en las alturas; a lo
largo de los muros se oan gritos ygemidos y aun los que moran de
hambre hacan un supremo esfuerzo para lanzar unlamento de angustia
y desesperacin. "Dentro de los muros la carnicera era an ms
horrorosa que el cuadro que secontemplaba desde afuera; hombres y
mujeres, jvenes y viejos, soldados y sacerdotes, losque peleaban y
los que pedan misericordia, todos eran degollados en
desordenadamatanza. Super el nmero de los asesinados al de los
asesinos. Para seguir matando, loslegionarios tenan que pisar sobre
montones de cadveres."- Milman, History of the Jews,libro 16.
39Destrudo el templo, no tard la ciudad entera en caer en poder de
los romanos. Loscaudillos judos abandonaron las torres que
consideraban inexpugnables y Tito las encontrvacas. Contempllas
asombrado y declar que Dios mismo las haba entregado en susmanos,
pues ninguna mquina de guerra, por poderosa que fuera, hubiera
logrado hacerledueo de tan formidables baluartes. La ciudad y el
templo fueron arrasados hasta suscimientos. El solar sobre el cual
se irguiera el santuario fue arado "como campo." (Jeremas26: 18.)
En el sitio y en la mortandad que le sigui perecieron ms de un
milln de judos; losque sobrevivieron fueron llevados cautivos,
vendidos como esclavos, conducidos a Roma
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 20. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 20MAESTRA HELENA
WHITEpara enaltecer el triunfo del conquistador, arrojados a las
fieras del circo o desterrados yesparcidos por toda la tierra. Los
judos haban forjado sus propias cadenas; haban colmado la copa de
lavenganza. En la destruccin absoluta de que fueron vctimas como
nacin y en todas lasdesgracias que les persiguieron en la
dispersin, no hacan sino cosechar lo que habansembrado con sus
propias manos. Dice el profeta: "Es tu destruccin, oh Israel, el
que estscontra m; . . . porque has cado por tu iniquidad!" (Oseas
13: 9; 14: 1, V.M.) Lospadecimientos de los judos son muchas veces
representados como castigo que cay sobreellos por decreto del
Altsimo. As es como el gran engaador procura ocultar su propia
obra.Por la tenacidad con que rechazaron el amor y la misericordia
de Dios, los judos le hicieronretirar su proteccin, y Satans pudo
regirlos como quiso. Las horrorosas crueldadesperpetradas durante
la destruccin de Jerusaln demuestran el poder con que se
ensaaSatans sobre aquellos que ceden a su influencia.No podemos
saber cunto debemos a Cristo por la paz y la proteccin de
quedisfrutamos. Es el poder restrictivo de Dios lo que impide que
el hombre caigacompletamente bajo el dominio de Satans. Los
desobedientes e ingratos deberan hallar unpoderoso motivo de
agradecimiento a Dios en el 40 hecho de que su misericordia
yclemencia hayan coartado el poder malfico del diablo. Pero cuando
el hombre traspasa loslmites de la paciencia divina, ya no cuenta
con aquella proteccin que le libraba del mal.Dios no asume nunca
para con el pecador la actitud de un verdugo que ejecuta la
sentenciacontra la transgresin; sino que abandona a su propia
suerte a los que rechazan sumisericordia, para que recojan los
frutos de lo que sembraron sus propias manos. Todo rayode luz que
se desprecia, toda admonicin que se desoye y rechaza, toda pasin
malsanaque se abriga, toda transgresin de la ley de Dios, son
semillas que darn infaliblemente sucosecha. Cuando se le resiste
tenazmente, el Espritu de Dios concluye por apartarse delpecador, y
ste queda sin fuerza para dominar las malas pasiones de su alma y
sinproteccin alguna contra la malicia y perfidia de Satans. La
destruccin de Jerusaln es unaadvertencia terrible y solemne para
todos aquellos que menosprecian los dones de la graciadivina y que
resisten a las instancias de la misericordia divina. Nunca se dio
un testimonioms decisivo de cunto aborrece Dios el pecado y de cun
inevitable es el castigo que sobres atraen los culpables.La profeca
del Salvador referente al juicio que iba a caer sobre Jerusaln va a
tenerotro cumplimiento, y la terrible desolacin del primero no fue
ms que un plido reflejo de loque ser el segundo. En lo que acaeci a
la ciudad escogida, podemos ver anunciada lacondenacin de un mundo
que rechaz la misericordia de Dios y pisote su ley. Lbregosson los
anales de la humana miseria que ha conocido la tierra a travs de
siglos decrmenes. Al contemplarlos, el corazn desfallece y la mente
se abruma de estupor;horrendas han sido las consecuencias de haber
rechazado la autoridad del Cielo; pero una
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 21. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 21 MAESTRA HELENA
WHITEescena aun ms sombra nos anuncian las revelaciones de lo
porvenir. La historia de lopasado, la interminable serie de
alborotos, conflictos y contiendas, "toda la armadura delguerrero
en el tumulto de batalla, y los vestidos revolcados en sangre"
(Isaas 9: 5, V.M.),qu son y qu valen en 41 comparacin con los
horrores de aquel da, cuando el Espritu deDios se aparte del todo
de los impos y los deje abandonados a sus fieras pasiones y amerced
de la saa satnica? Entonces el mundo ver, como nunca los vio, los
resultados delgobierno de Satans.Pero en aquel da, as como sucedi
en tiempo de la destruccin de Jerusaln, elpueblo de Dios ser
librado, porque sern salvos todos aquellos cuyo nombre est
"inscritopara la vida." (Isaas 4: 3, V.M.) Nuestro Seor Jesucristo
anunci que vendr la segunda vezpara llevarse a los suyos: "Entonces
se mostrar la seal del Hijo del hombre en el cielo; yentonces
lamentarn todas las tribus de la tierra, y vern al Hijo del hombre
que vendrsobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. Y
enviar sus ngeles con gran voz detrompeta, y juntarn sus escogidos
de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro."(S.
Mateo 24: 30, 31.) Entonces los que no obedezcan al Evangelio sern
muertos con elaliento de su boca y destrudos con el resplandor de
su venida. (2 Tesalonicenses 2:8.) Ascomo le sucedi antiguamente a
Israel, los malvados se destruirn a s mismos, y perecernvctimas de
su iniquidad. Debido a su vida pecaminosa los hombres se han
apartado tantodel Seor y tanto ha degenerado su naturaleza con el
mal, que la manifestacin de la gloriadel Seor es para ellos un
fuego consumidor. Deben guardarse los hombres de no menospreciar el
aviso de Cristo respecto a susegunda venida; porque como anunci a
los discpulos la destruccin de Jerusaln y les diouna seal para
cuando se acercara la ruina, as tambin previno al mundo del da de
ladestruccin final y nos dio seales de la proximidad de sta para
que todos los que quieranpuedan huir de la ira que vendr. Dijo
Jess: " Y habr seales en el sol, y en la luna, y enlas estrellas; y
sobre la tierra angustia de naciones." (S. Lucas 21: 25, V.M.;S.
Mateo 24: 29;Apocalipsis 6: 12 - 17.) "Cuando viereis todas estas
cosas, sabed que est cercano, a laspuertas." (S. Mateo 24: 33.) "
Velad pues " (S.Marcos 13: 35), 42 es la amonestacin delSeor. Los
que le presten atencin no sern dejados en tinieblas ni sorprendidos
por aquelda. Pero los que no quieran velar sern sorprendidos,
porque "el da del Seor vendr ascomo ladrn de noche." (1
Tesalonicenses 5: 1-5.) El mundo no est hoy ms dispuesto a creer el
mensaje dado para este tiempo de loque estaba en los das de los
judos para recibir el aviso del Salvador respecto a la ruina
deJerusaln. Venga cuando venga, el da de Dios caer repentinamente
sobre los imposdesprevenidos. El da menos pensado, en medio del
curso rutinario de la vida, absortos loshombres en los placeres de
la vida, en los negocios, en la caza al dinero, cuando los
guasreligiosos ensalcen el progreso y la ilustracin del mundo, y
los moradores de la tierra sedejen arrullar por una falsa
seguridad, - entonces, como ladrn que a media noche penetra
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 22. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 22MAESTRA HELENA WHITEen
una morada sin custodia, as caer la inesperada destruccin sobre los
desprevenidos "yno escaparn." (Vers. 3.) 43CAPTULO 2. La Fe de los
MrtiresCUANDO Jess revel a sus discpulos la suerte de Jerusaln y
los acontecimientosde la segunda venida, predijo tambin lo que
habra de experimentar su pueblo desde elmomento en que l sera
quitado de en medio de ellos, hasta el de su segunda venida enpoder
y gloria para libertarlos. Desde el monte de los Olivos vio el
Salvador las tempestadesque iban a azotar a la iglesia apostlica y,
penetrando an mas en lo porvenir, su ojovislumbro las fieras y
desoladoras tormentas que se desataran sobre sus discpulos en
lostiempos de obscuridad y de persecucin que haban de venir. En
unas cuantas declaracionesbreves, de terrible significado, predijo
la medida de afliccin que los gobernantes del mundoimpondran a la
iglesia de Dios. (S. Mateo 24: 9, 21, 22.) Los discpulos de Cristo
habran derecorrer la misma senda de humillacin, escarnio y
sufrimientos que a l le tocaba pisar. Laenemistad que contra el
Redentor se despertara, iba a manifestarse contra todos los
quecreyesen en su nombre. La historia de la iglesia primitiva
atestigua que se cumplieron las palabras delSalvador. Los poderes
de la tierra y del infierno se coligaron para atacar a Cristo en
lapersona de sus discpulos. El paganismo previ que de triunfar el
Evangelio, sus templos ysus altares seran derribados, y reuni sus
fuerzas para destruir el cristianismo. Encendiseel fuego de la
persecucin. Los cristianos fueron despojados de sus posesiones y
expulsadosde sus hogares. Todos ellos sufrieron "gran combate de
aflicciones." "Experimentaronvituperios y azotes; y a ms de esto
prisiones y crceles." (Hebreos 10: 32; 11: 36.) Muchossellaron su
testimonio con su sangre. Nobles y esclavos, ricos y pobres, sabios
e ignorantes,todos eran muertos sin misericordia. 44 Estas
persecuciones que empezaron bajo el imperio de Nern, cerca del
tiempo delmartirio de S. Pablo, continuaron con mayor o menor furia
por varios siglos. Los cristianoseran inculpados calumniosamente de
los ms espantosos crmenes y eran sealados comola causa de las
mayores calamidades: hambres, pestes y terremotos. Como eran objeto
delos odios y sospechas del pueblo, no faltaban los delatores que
por vil inters estaban listospara vender a los inocentes. Se los
condenaba como rebeldes contra el imperio, enemigosde la religin y
azotes de la sociedad. Muchos eran arrojados a las fieras o
quemados vivosen los anfiteatros. Algunos eran crucificados; a
otros los cubran con pieles de animalessalvajes y los echaban a la
arena para ser despedazados por los perros. Estos
supliciosconstituan a menudo la principal diversin en las fiestas
populares. Grandes muchedumbressolan reunirse para gozar de
semejantes espectculos y saludaban la agona de losmoribundos con
risotadas y aplausos. www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN
BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 23. EL CONFLICTO DE LOS
SIGLOS 23MAESTRA HELENA WHITE Doquiera fuesen los discpulos de
Cristo en busca de refugio, se les persegua comoa animales de
rapia. Se vieron pues obligados a buscar escondite en lugares
desolados ysolitarios. Anduvieron "destitudos, afligidos,
maltratados (de los cuales el mundo no eradigno), andando
descaminados por los desiertos y por las montaas, y en las cuevas y
en lascavernas de la tierra." (Hebreos 11: 37, 38, V.M.) Las
catacumbas ofrecieron refugio amillares de cristianos. Debajo de
los cerros, en las afueras de la ciudad de Roma, se habancavado a
travs de tierra y piedra largas galeras subterrneas, cuya obscura e
intrincada redse extenda leguas ms all de los muros de la ciudad.
En estos retiros los discpulos deCristo sepultaban a sus muertos y
hallaban hogar cuando se sospechaba de ellos y se losproscriba.
Cuando el Dispensador de la vida despierte a los que pelearon la
buena batalla,muchos mrtires de la fe de Cristo se levantarn de
entre aquellas cavernas tenebrosas.En las persecuciones ms
encarnizadas, estos testigos de 45 Jess conservaron sufe sin
mancha. A pesar de verse privados de toda comodidad y aun de la luz
del sol mientrasmoraban en el obscuro pero benigno seno de la
tierra, no profirieron quejas. Con palabras defe, paciencia y
esperanza, se animaban unos a otros para soportar la privacin y
ladesgracia. La prdida de todas las bendiciones temporales no pudo
obligarlos a renunciar asu fe en Cristo. Las pruebas y la
persecucin no eran sino peldaos que los acercaban msal descanso y a
la recompensa. Como los siervos de Dios en los tiempos antiguos,
muchos "fueron muertos a palos,no admitiendo la libertad, para
alcanzar otra resurreccin mejor." (Vers. 35, V.M.)Recordaban que su
Maestro haba dicho que cuando fuesen perseguidos por causa de
Cristodeban regocijarse mucho, pues grande sera su galardn en los
cielos; porque as fueronperseguidos los profetas antes que ellos.
Se alegraban de que se los hallara dignos de sufrirpor la verdad, y
entonaban cnticos de triunfo en medio de las crepitantes hogueras.
Mirandohacia arriba por la fe, vean a Cristo y a los ngeles que
desde las almenas del cielo losobservaban con el mayor inters y
apreciaban y aprobaban su entereza. Descenda del tronode Dios hasta
ellos una voz que deca: "S fiel hasta la muerte, y yo te dar la
corona de lavida." (Apocalipsis 2: 10.) Vanos eran los esfuerzos de
Satans para destruir la iglesia de Cristo por medio dela violencia.
La gran lucha en que los discpulos de Jess entregaban la vida, no
cesabacuando estos fieles portaestandartes caan en su puesto.
Triunfaban por su derrota. Lossiervos de Dios eran sacrificados,
pero su obra segua siempre adelante.El Evangelio cunda ms y ms, y
el nmero de sus adherentes iba en aumento.Alcanz hasta las regiones
inaccesibles para las guilas de Roma. Dijo un
cristiano,reconviniendo a los jefes paganos que atizaban la
persecucin: "Atormentadnos,condenadnos, desmenuzadnos, que vuestra
maldad es la prueba de nuestra inocencia. . . Denada os vale . . .
vuestra crueldad." No era ms 46 que una instigacin ms poderosa para
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 24. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS24 MAESTRA HELENA
WHITEtraer a otros a su fe. "Ms somos cuanto derramis ms sangre;
que la sangre de loscristianos es semilla." - Tertuliano, Apologa,
prr. 50. Miles de cristianos eran encarcelados y muertos, pero
otros los reemplazaban. Y losque sufran el martirio por su fe
quedaban asegurados para Cristo y tenidos por l comoconquistadores.
Haban peleado la buena batalla y recibiran la corona de gloria
cuandoCristo viniese. Los padecimientos unan a los cristianos unos
con otros y con su Redentor. Elejemplo que daban en vida y su
testimonio al morir eran una constante atestacin de laverdad; y
donde menos se esperaba, los sbditos de Satans abandonaban su
servicio y sealistaban bajo el estandarte de Cristo. En vista de
esto Satans se propuso oponerse con ms xito al gobierno de
Diosimplantando su bandera en la iglesia cristiana. Si poda engaar
a los discpulos de Cristo einducirlos a ofender a Dios, decaeran su
resistencia, su fuerza y su estabilidad y ellosmismos vendran a ser
presa fcil. El gran adversario se esforz entonces por obtener con
artificios lo que noconsiguiera por la violencia. Ces la persecucin
y la reemplazaron las peligrosasseducciones de la prosperidad
temporal y del honor mundano. Los idlatras fueron inducidosa
aceptar parte de la fe cristiana, al par que rechazaban otras
verdades esenciales.Profesaban aceptar a Jess como Hijo de Dios y
creer en su muerte y en suresurreccin, pero no eran convencidos de
pecado ni sentan necesidad de arrepentirse o decambiar su corazn.
Habiendo hecho algunas concesiones, propusieron que los
cristianoshicieran las suyas para que todos pudiesen unirse en el
terreno comn de la fe en Cristo. La iglesia se vio entonces en
gravsimo peligro, y en comparacin con l, la crcel,las torturas, el
fuego y la espada, eran bendiciones. Algunos cristianos
permanecieron firmes,declarando que no podan transigir. Otros se
declararon dispuestos a ceder o a modificar enalgunos puntos su
confesin 47 de fe y a unirse con los que haban aceptado parte
delcristianismo, insistiendo en que ello podra llevarlos a una
conversin completa. Fue untiempo de profunda angustia para los
verdaderos discpulos de Cristo. Bajo el manto de uncristianismo
falso, Satans se introduca en la iglesia para corromper la fe de
los creyentes yapartarlos de la Palabra de verdad. La mayora de los
cristianos consintieron al fin en arriar su bandera, y se realiz
launin del cristianismo con el paganismo. Aunque los adoradores de
los dolos profesabanhaberse convertido y unido con la iglesia,
seguan aferrndose a su idolatra, y slo habancambiado los objetos de
su culto por imgenes de Jess y hasta de Mara y de los santos.
Lalevadura de la idolatra, introducida de ese modo en la iglesia,
prosigui su funesta obra.Doctrinas falsas, ritos supersticiosos y
ceremonias idoltricas se incorporaron en la fe y en elculto
cristiano. Al unirse los discpulos de Cristo con los idlatras, la
religin cristiana sewww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA
VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 25. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 25
MAESTRA HELENA WHITEcorrompi y la iglesia perdi su pureza y su
fuerza. Hubo sin embargo creyentes que no sedejaron extraviar por
esos engaos y adorando slo a Dios, se mantuvieron fieles al Autor
dela verdad.Entre los que profesan el cristianismo ha habido
siempre dos categoras depersonas: la de los que estudian la vida
del Salvador y se afanan por corregir sus defectos yasemejarse al
que es nuestro modelo; y la de aquellos que rehuyen las verdades
sencillas yprcticas que ponen de manifiesto sus errores. Aun en sus
mejores tiempos la iglesia nocont exclusivamente con fieles
verdaderos, puros y sinceros. Nuestro Salvador ense queno se debe
recibir en la iglesia a los que pecan voluntariamente; no obstante,
uni consigomismo a hombres de carcter defectuoso y les concedi el
beneficio de sus enseanzas y desu ejemplo, para que tuviesen
oportunidad de ver sus faltas y enmendarlas. Entre los doceapstoles
hubo un traidor. Judas fue aceptado no a causa de los defectos de
su carcter,sino a pesar de ellos. Estuvo unido con los discpulos
para que, por la instruccin y elejemplo de Cristo, 48 aprendiese lo
que constituye el carcter cristiano y as pudiese ver suserrores,
arrepentirse y, con la ayuda de la gracia divina, purificar su alma
obedeciendo "a laverdad." Pero Judas no anduvo en aquella luz que
tan misericordiosamente le ilumin; antesbien, abandonndose al
pecado atrajo las tentaciones de Satans. Los malos rasgos de
sucarcter llegaron a predominar; entreg su mente al dominio de las
potestades tenebrosas;se air cuando sus faltas fueron reprendidas,
y fue inducido a cometer el espantoso crimende vender a su Maestro.
As tambin obran todos los que acarician el mal mientras
hacenprofesin de piedad y aborrecen a quienes les perturban la paz
condenando su vida depecado. Como Judas, en cuanto se les presente
la oportunidad, traicionarn a los que parasu bien les han
amonestado. Los apstoles se opusieron a los miembros de la iglesia
que, mientras profesabantener piedad, daban secretamente cabida a
la iniquidad. Ananas y Safira fueronengaadores que pretendan hacer
un sacrificio completo delante de Dios, cuando enrealidad guardaban
para s con avaricia parte de la ofrenda. El Espritu de verdad revel
a losapstoles el carcter verdadero de aquellos engaadores, y el
juicio de Dios libr a la iglesiade aquella inmunda mancha que
empaaba su pureza. Esta seal evidente deldiscernimiento del Espritu
de Cristo en los asuntos de la iglesia, llen de terror a
loshipcritas y a los obradores de maldad. No podan stos seguir
unidos a los que eran, enhbitos y en disposicin, fieles
representantes de Cristo; y cuando las pruebas y lapersecucin
vinieron sobre stos, slo los que estaban resueltos a abandonarlo
todo poramor a la verdad, quisieron ser discpulos de Cristo. De
modo que mientras continu lapersecucin la iglesia permaneci
relativamente pura; pero al cesar aqulla se adhirieron asta
conversos menos sinceros y consagrados, y qued preparado el terreno
para lapenetracin de Satans. www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN
BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 26. EL CONFLICTO DE LOS
SIGLOS26 MAESTRA HELENA WHITEPero no hay unin entre el Prncipe de
luz y el prncipe de las tinieblas, ni puedehaberla entre los
adherentes del uno 49y los del otro. Cuando los cristianos
consintieron enunirse con los paganos que slo se haban convertido a
medias, entraron por una senda queles apart ms y ms de la verdad.
Satans se alegr mucho de haber logrado engaar a tancrecido nmero de
discpulos de Cristo; luego ejerci aun ms su poder sobre ellos y
losindujo a perseguir a los que permanecan fieles a Dios. Los que
haban sido una vezdefensores de la fe cristiana eran los que mejor
saban cmo combatirla, y estos cristianosapstatas, junto con sus
compaeros semipaganos, dirigieron sus ataques contra los puntosms
esenciales de las doctrinas de Cristo. Fue necesario sostener una
lucha desesperada por parte de los que deseaban serfieles y firmes,
contra los engaos y las abominaciones que, envueltos en las
vestidurassacerdotales, se introducan en la iglesia. La Biblia no
fue aceptada como regla de fe. A ladoctrina de la libertad
religiosa se la llam hereja, y sus sostenedores fueron aborrecidos
yproscritos.Tras largo y tenaz conflicto, los pocos que permanecan
fieles resolvieron rompertoda unin con la iglesia apstata si sta
rehusaba an desechar la falsedad y la idolatra. Yes que vieron que
dicho rompimiento era de todo punto necesario si queran obedecer
laPalabra de Dios. No se atrevan a tolerar errores fatales para sus
propias almas y dar as unejemplo que pona en peligro la fe de sus
hijos y la de los hijos de sus hijos. Para asegurar lapaz y la
unidad estaban dispuestos a cualquier concesin que no contrariase
su fidelidad aDios, pero les pareca que sacrificar un principio por
amor a la paz era pagar un preciodemasiado alto. Si no se poda
asegurar la unidad sin comprometer la verdad y la justicia,ms vala
que siguiesen las diferencias y aun la guerra. Bueno sera para la
iglesia y para el mundo que los principios que aquellas
almasvigorosas sostuvieron revivieran hoy en los corazones de los
profesos hijos de Dios. Ntasehoy una alarmante indiferencia
respecto de las doctrinas que son como las columnas de la
fecristiana. Est ganando ms y 50 ms terreno la opinin de que, al
fin y al cabo, dichasdoctrinas no son de vital importancia.
Semejante degeneracin del pensamiento fortalece lasmanos de los
agentes de Satans, de modo que las falsas teoras y los fatales
engaos queen otros tiempos eran rebatidos por los fieles que
exponan la vida para resistirlos,encuentran ahora aceptacin por
parte de miles y miles que declaran ser discpulos deCristo. No hay
duda de que los cristianos primitivos fueron un pueblo peculiar. Su
conductaintachable y su fe inquebrantable constituan un reproche
continuo que turbaba la paz delpecador. Aunque pocos en nmero,
escasos de bienes, sin posicin ni ttulos honorficos,aterrorizaban a
los obradores de maldad dondequiera que fueran conocidos su carcter
y susdoctrinas. Por eso los odiaban los impos, como Abel fue
aborrecido por el impo Can. Por
elwww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 27. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS27 MAESTRA HELENA
WHITEmismo motivo que tuvo Can para matar a Abel, los que
procuraban librarse de la influenciarefrenadora del Espritu Santo
daban muerte a los hijos de Dios. Por ese mismo motivo losjudos
haban rechazado y crucificado al Salvador, es a saber, porque la
pureza y la santidaddel carcter de ste constituan una reprensin
constante para su egosmo y corrupcin.Desde el tiempo de Cristo
hasta hoy, sus verdaderos discpulos han despertado el odio y
laoposicin de los que siguen con deleite los senderos del mal. Cmo
pues, puede llamarse el Evangelio un mensaje de paz? Cuando
Isaaspredijo el nacimiento del Mesas, le confiri el ttulo de
"Prncipe de Paz." Cuando los ngelesanunciaron a los pastores que
Cristo haba nacido, cantaron sobre los valles de Beln:"Gloria en
las alturas a Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con los
hombres." (S.Lucas 2: 14.) Hay contradiccin aparente entre estas
declaraciones profticas y las palabrasde Cristo: "No vine a traer
paz, sino espada." (S. Mateo 10: 34. V.M.) Pero si se las
entiendecorrectamente, se nota armona perfecta entre ellas. El
Evangelio es un mensaje de paz. Elcristianismo es un sistema que,
51 de ser recibido y practicado, derramara paz, armona ydicha por
toda la tierra. La religin de Cristo unir en estrecha fraternidad a
todos los queacepten sus enseanzas. La misin de Jess consisti en
reconciliar a los hombres conDios, y as a unos con otros; pero el
mundo en su mayora se halla bajo el dominio deSatans, el enemigo ms
encarnizado de Cristo. El Evangelio presenta a los
hombresprincipios de vida que contrastan por completo con sus
hbitos y deseos, y por esto serebelan contra l. Aborrecen la pureza
que pone de manifiesto y condena sus pecados, ypersiguen y dan
muerte a quienes los instan a reconocer sus sagrados y
justosrequerimientos. Por esto, es decir, por los odios y
disensiones que despiertan las verdadesque trae consigo, el
Evangelio se llama una espada. La providencia misteriosa que
permite que los justos sufran persecucin por parte delos malvados,
ha sido causa de gran perplejidad para muchos que son dbiles en la
fe. Hastalos hay que se sienten tentados a abandonar su confianza
en Dios porque l permite que loshombres ms viles prosperen,
mientras que los mejores y los ms puros sean afligidos
yatormentados por el cruel podero de aqullos. Cmo es posible, dicen
ellos, que Uno quees todo justicia y misericordia y cuyo poder es
infinito tolere tanta injusticia y opresin? Esuna cuestin que no
nos incumbe. Dios nos ha dado suficientes evidencias de su amor, y
nodebemos dudar de su bondad porque no entendamos los actos de su
providencia. Previendolas dudas que asaltaran a sus discpulos en
das de pruebas y obscuridad, el Salvador lesdijo: "Acordaos de la
palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su seor. Si a
mme han perseguido, tambin a vosotros perseguirn." (S. Juan 15:
20.) Jess sufri pornosotros ms de lo que cualquiera de sus
discpulos pueda sufrir al ser vctima de la crueldadde los
malvados.Los que son llamados a sufrir la tortura y el martirio, no
hacen ms que seguir lashuellas del amado Hijo de Dios. 52 "El Seor
no tarda su promesa." (2 Pedro 3: 9.) El no
sewww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 28. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 28 MAESTRA HELENA
WHITEolvida de sus hijos ni los abandona, pero permite a los
malvados que pongan de manifiestosu verdadero carcter para que
ninguno de los que quieran hacer la voluntad de Dios seaengaado con
respecto a ellos. Adems, los rectos pasan por el horno de la
afliccin paraser purificados y para que por su ejemplo otros queden
convencidos de que la fe y lasantidad son realidades, y finalmente
para que su conducta intachable condene a los imposy a los
incrdulos.Dios permite que los malvados prosperen y manifiesten su
enemistad contra l, paraque cuando hayan llenado la medida de su
iniquidad, todos puedan ver la justicia y lamisericordia de Dios en
la completa destruccin de aqullos. Pronto llega el da de lavenganza
del Seor, cuando todos los que hayan transgredido su ley y oprimido
a su pueblorecibirn la justa recompensa de sus actos; cuando todo
acto de crueldad o de injusticiacontra los fieles de Dios ser
castigado como si hubiera sido hecho contra Cristo mismo. Otro
asunto hay de ms importancia an, que debera llamar la atencin de
lasiglesias en el da de hoy. El apstol Pablo declara que "todos los
que quieren vivir pamenteen Cristo Jess, padecern persecucin." (2
Timoteo 3: 12.) Por qu, entonces, pareceadormecida la persecucin en
nuestros das? El nico motivo es que la iglesia se haconformado a
las reglas del mundo y por lo tanto no despierta oposicin. La
religin que seprofesa hoy no tiene el carcter puro y santo que
distinguiera a la fe cristiana en los das deCristo y sus apstoles.
Si el cristianismo es aparentemente tan popular en el mundo, ello
sedebe tan slo al espritu de transigencia con el pecado, a que las
grandes verdades de laPalabra de Dios son miradas con indiferencia,
y a la poca piedad vital que hay en la iglesia.Revivan la fe y el
poder de la iglesia primitiva, y el espritu de persecucin revivir
tambin yel fuego de la persecucin volver a encenderse. 53CAPTULO 3.
Una Era de Tinieblas EspiritualesEL apstol Pablo, en su segunda
carta a los Tesalonicenses, predijo la granapostasa que haba de
resultar en el establecimiento del poder papal. Declar, respecto
alda de Cristo: "Ese da no puede venir, sin que venga primero la
apostasa, y sea revelado elhombre de pecado, el hijo de perdicin;
el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo loque se llama
Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo
de Dios,ostentando que l es Dios." (2 Tesalonicenses 2: 3, 4, V.M.)
Y adems el apstol advierte asus hermanos que "el misterio de
iniquidad est ya obrando." (Vers. 7.) Ya en aquella pocavea l que
se introducan en la iglesia errores que prepararan el camino para
el desarrollodel papado.Poco a poco, primero solapadamente y a
hurtadillas, y despus con ms desembozo,conforme iba cobrando fuerza
y dominio sobre los espritus de los hombres, "el misterio
deiniquidad" hizo progresar su obra engaosa y blasfema. De un modo
casi imperceptible lascostumbres del paganismo penetraron en la
iglesia cristiana. El espritu de avenencia y de
www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA
ESPIRITUAL 29. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 29 MAESTRA HELENA
WHITEtransaccin fue coartado por algn tiempo por las terribles
persecuciones que sufriera laiglesia bajo el rgimen del paganismo.
Mas habiendo cesado la persecucin y habiendopenetrado el
cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dej a un lado la
humildesencillez de Cristo y de sus apstoles por la pompa y el
orgullo de los sacerdotes ygobernantes paganos, y substituy los
requerimientos de Dios por las teoras y tradiciones delos hombres.
La conversin nominal de Constantino, a principios del siglo cuarto,
caus granregocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se
introdujo en la iglesia. Desdeentonces la obra de corrupcin progres
rpidamente. 54 El paganismo que pareca habersido vencido, vino a
ser el vencedor. Su espritu domin a la iglesia. Sus
doctrinas,ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y al
culto de los que profesaban serdiscpulos de Cristo.Esta avenencia
entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el
desarrollodel "hombre de pecado" predicho en la profeca como
oponindose a Dios y ensalzndose as mismo sobre Dios. Ese gigantesco
sistema de falsa religin es obra maestra del poder deSatans, un
monumento de sus esfuerzos para sentarse l en el trono y reinar
sobre la tierrasegn su voluntad. Satans se haba esforzado una vez
por hacer transigir a Cristo. Vino adonde estabael Hijo de Dios en
el desierto para tentarle, y mostrndole todos los reinos del mundo
y sugloria, ofreci entregrselo todo con tal que reconociera la
supremaca del prncipe de lastinieblas. Cristo reprendi al
presuntuoso tentador y le oblig a marcharse. Pero al presentarlas
mismas tentaciones a los hombres, Satans obtiene ms xito. A fin de
asegurarsehonores y ganancias mundanas, la iglesia fue inducida a
buscar el favor y el apoyo de losgrandes de la tierra, y habiendo
rechazado de esa manera a Cristo, tuvo que someterse
alrepresentante de Satans, el obispo de Roma. Una de las
principales doctrinas del romanismo ensea que el papa es cabeza
visiblede la iglesia universal de Cristo, y que fue investido de
suprema autoridad sobre los obisposy los pastores de todas las
partes del mundo. Aun ms, al papa se le han dado los ttulospropios
de la divinidad. Se le ha titulado "Seor Dios el Papa" (vase el
Apndice), y se le hadeclarado infalible. Exige que todos los
hombres le rindan homenaje. La misma pretensinque sostuvo Satans
cuando tent a Cristo en el desierto, la sostiene an por medio de
laiglesia de Roma, y muchos son los que estn dispuestos a rendirle
homenaje