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1 (From “Manual de dialectología hispánica: géneros y grafíasby Andre Moskowitz in Proceedings of the 51sth Annual Conference of the American Translators Association, Denver, Colorado, U.S.A., October 27-30, 2010. Dorothee Racette, comp. American Translators Association, 2010. CD edition.) MANUAL DE DIALECTOLOGÍA HISPÁNICA: GÉNEROS Y GRAFÍAS Andre Moskowitz * Palabras clave: Variación lingüística, dialectología hispánica, géneros, grafías, pronunciaciones, acento prosódico, acento gráfico u ortográfico. INTRODUCCIÓN Este trabajo da a conocer los resultados de una encuesta lingüística que se realizó en el 2009 y el 2010 sobre 40 temas clásicos de la dialectología hispánica, divididos en dos categorías generales: a) géneros; y b) grafías y pronunciaciones. 1 La temática de la primera parte del trabajo la constituye una serie de palabras que tienen una característica especial: son sustantivos que pueden considerarse de género ambiguo, si se mira el español desde un punto de vista panhispánico, pero resultan ser predominantemente masculinos o femeninos en el lenguaje de determinados países. Ejemplos de este tipo de variación regional son el/la chinche, el/la pus y el/la terminal (de transportes). La meta principal de la primera parte es determinar, para cada país de habla hispana, si en su lenguaje culto predomina el uso de chinche, pus, terminal de transportes, etc., en masculino o en femenino, o si hay fuerte competencia entre ambos géneros de la palabra en cuestión. La segunda parte del trabajo, sobre grafías y pronunciaciones, examina sustantivos que tienen dos o más variantes gráficas y/o fonéticas. Se trata de palabras mellizas, o a veces trillizas, cuyas pronunciaciones y grafías varían en el número de sílabas, en llevar o no llevar tilde (lo cual refleja una diferencia fonética), o en que cambia alguna letra que no sea la última, y que dicha variación obedezca a factores principalmente geográficos. Ejemplos de este tipo de variación son biósfera/biosfera, chasís/chasis y soya/soja. El objetivo primordial de la segunda parte es determinar, en el caso de cada uno de estos “pares mínimos”, cuál es la variante que predomina en el lenguaje culto de cada país de habla hispana, o si ambas compiten en pie de igualdad. El texto va dirigido a todo hispanohablante que tenga interés en conocer los pormenores de la llamada “diversidad dentro de la unidad”, y en adquirir una visión panhispánica de la lengua
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2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

Dec 31, 2015

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Andre Moskowitz

Paper on how the grammatical gender and/or the spelling of certain words vary by Spanish-speaking country.
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(From “Manual de dialectología hispánica: géneros y grafías” by Andre Moskowitz in

Proceedings of the 51sth Annual Conference of the American Translators Association, Denver,

Colorado, U.S.A., October 27-30, 2010. Dorothee Racette, comp. American Translators

Association, 2010. CD edition.)

MANUAL DE DIALECTOLOGÍA HISPÁNICA: GÉNEROS Y GRAFÍAS

Andre Moskowitz*

Palabras clave: Variación lingüística, dialectología hispánica, géneros, grafías, pronunciaciones,

acento prosódico, acento gráfico u ortográfico.

INTRODUCCIÓN

Este trabajo da a conocer los resultados de una encuesta lingüística que se realizó en el 2009 y el

2010 sobre 40 temas clásicos de la dialectología hispánica, divididos en dos categorías generales:

a) géneros; y b) grafías y pronunciaciones.1

La temática de la primera parte del trabajo la constituye una serie de palabras que tienen una

característica especial: son sustantivos que pueden considerarse de género ambiguo, si se mira el

español desde un punto de vista panhispánico, pero resultan ser predominantemente masculinos

o femeninos en el lenguaje de determinados países. Ejemplos de este tipo de variación regional

son el/la chinche, el/la pus y el/la terminal (de transportes). La meta principal de la primera

parte es determinar, para cada país de habla hispana, si en su lenguaje culto predomina el uso de

chinche, pus, terminal de transportes, etc., en masculino o en femenino, o si hay fuerte

competencia entre ambos géneros de la palabra en cuestión.

La segunda parte del trabajo, sobre grafías y pronunciaciones, examina sustantivos que tienen

dos o más variantes gráficas y/o fonéticas. Se trata de palabras mellizas, o a veces trillizas, cuyas

pronunciaciones y grafías varían en el número de sílabas, en llevar o no llevar tilde (lo cual

refleja una diferencia fonética), o en que cambia alguna letra que no sea la última, y que dicha

variación obedezca a factores principalmente geográficos. Ejemplos de este tipo de variación son

biósfera/biosfera, chasís/chasis y soya/soja. El objetivo primordial de la segunda parte es

determinar, en el caso de cada uno de estos “pares mínimos”, cuál es la variante que predomina

en el lenguaje culto de cada país de habla hispana, o si ambas compiten en pie de igualdad.

El texto va dirigido a todo hispanohablante que tenga interés en conocer los pormenores de la

llamada “diversidad dentro de la unidad”, y en adquirir una visión panhispánica de la lengua

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española respecto de los temas tratados. Es decir, está pensado para todos los que escriben o

hablan el español y se dirigen a un público internacional, sean hablantes nativos o no nativos.

Este grupo de personas podría abarcar, entre otros, a periodistas, críticos, literatos, profesores,

locutores, reporteros, políticos, diplomáticos, funcionarios, abogados y científicos, siempre que

estos se desenvuelvan en un ambiente multinacional.

Los temas

Los 40 temas tratados en este estudio son los siguientes:

A) Sustantivos de género variable (19 temas)

Sustantivos que terminan en vocal (12 temas): champaña/champán/champagne, piyama/pijama,

sauna, chance, chinche, hambre, lente, saliente, tilde, bikini, dínamo/dinamo, radio

(‘radiorreceptor’).

Sustantivos que terminan en consonante (7 temas): espiral, terminal (de transportes), caparazón,

maratón, sartén, azúcar, pus.

B) Grafías y pronunciaciones (21 temas)

Aguda versus llana, o aguda versus esdrújula (7 temas): chasís/chasis, chofer/chófer,

coctel/cóctel, básquetbol/basquetbol, béisbol/beisbol, fútbol/futbol, [es-tri(p)-TIS]/[es-TRI(P)-

tis], striptease/estriptís/estriptis.

Esdrújula versus llana, o hiato versus diptongo (8 temas): biósfera/biosfera (y otras voces con el

sufijo -sfera), ícono/icono, Sahara/Sáhara, várices/varices, video/vídeo,

laparoscopía/laparoscopia (y otras voces con el sufijo -scopía/ia), olimpiada/olimpíada,

período/periodo.

Otras diferencias de pronunciación y/o de grafía (6 temas): [DI-sel]/[DIE-sel] y diesel/diésel,

[ga-RA-je]/[ga-RASH] y garaje/garage, soya/soja, de prisa/deprisa,

limosina/limusina/limousina, a-tle-ta/at-le-ta (y la división silábica de otras voces con la

combinación tl).

Obsérvese que hay variación en dos planos distintos en los casos de

champaña/champán/champagne, piyama/pijama y dínamo/dinamo. Por un lado, hay variación en

el género, el piyama frente a la piyama; y, por otro, la hay también en la pronunciación y la

grafía, [pi-YA-ma] y piyama versus [pi-JA-ma] y pijama (aunque sabido es que numerosos

hablantes de Hispanoamérica escriben pijama a pesar de que pronuncien [pi-YA-ma]). Puesto

que estos tres temas muestran variación en dos planos distintos —en el género y en la

pronunciación/grafía— pudieron haberse tratado en la segunda parte del trabajo, sobre grafías y

pronunciaciones, en vez de en la primera, sobre géneros. Pero a fin de que hubiera más equilibrio

entre las dos partes del estudio, se optó por colocar estos tres temas en la primera.

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Si bien es cierto que los temas que integran este estudio constituyen cuestiones clásicas de la

dialectología hispánica, fueron seleccionados al azar, y hay numerosos asuntos de variación en el

género y en la grafía que no se han abordado aquí, tales como: almíbar, armazón, duermevela,

glaucoma, pompi(s), popó, tanga y vodka (variación en el género); y alverja/arveja, bebé/bebe,

frejol/fréjol/frijol/fríjol/frisol, gripa/gripe, hierba/yerba, quizá/quizás,

vól(e)ibol/vol(e)ibol/balonvolea y Amazonia/Amazonía (variación en la pronunciación y/o en la

grafía). Tampoco se han analizado en este trabajo los numerosos casos como banana/banano

(‘cambur, guineo, plátano’), barquilla/barquillo (‘cono o cucurucho para el helado’), o

chupeta/chupete (‘dulce en palito’ o ‘bobo, chupo, chupón, consuelo, pepe, tete, etc. que se da al

bebé en la época de la primera dentición’). En este último tipo de ejemplos no se trata de una

misma palabra cuyo género varía, sino que cambia la forma del vocablo además de su género, y

lo que se tiene son pares de vocablos con el mismo radical, el mismo significado y un cambio de

género.

La metodología y los encuestados

Los datos obtenidos proceden de la introspección de los aproximadamente 500 encuestados o

informantes que participaron en el estudio. Estos eran una mezcla bastante equiparada de

hombres y mujeres, todos hablantes nativos del español y en su mayoría de nivel profesional, por

ejemplo, médicos, abogados, ingenieros, escritores, profesores, traductores e intérpretes. Pero

tenían diversas edades, desde los 25 hasta los 75 años, y, dentro de cada país, no estaban bien

distribuidos geográficamente ya que la mayor parte de ellos provenían de la capital nacional o de

una de las ciudades principales de su respectiva nación.

La encuesta consistía en plantearles preguntas sobre los 40 temas de la encuesta a entre 15 y 20

personas cultas de cada uno de los 20 países en donde el idioma principal u oficial es el español,

es decir, España y los 19 países hispanoamericanos. No se les hizo la encuesta a

hispanohablantes de Guinea Ecuatorial, Ceuta, Melilla, la República Árabe Saharaui

Democrática (o Sahara Occidental), las Filipinas, ni de otras naciones que, de acuerdo con algún

argumento, quizás podrían llamarse países de habla hispana; tampoco se incluyeron a países que

tienen importantes enclaves o grupos minoritarios de habla hispana tales como Belice, Guyana,

Haití, Trinidad o los Estados Unidos. Por lo tanto, los usos en español que se den en dichos

países no forman parte del presente estudio.

No siempre se logró obtener el número deseado de respuestas, de 15 a 20 por país, razón por la

cual el número de datos a veces es inferior a este rango de cifras. A los encuestados de los

diversos países el autor de este estudio les hizo preguntas por diferentes medios sobre los temas

en cuestión: unas veces se las hizo oralmente, otras por cuestionarios escritos o por correo

electrónico. Las respuestas fueron anotadas y compiladas en una serie de “tablas dialectales” que

se presentan posteriormente en este trabajo. También se les preguntó a numerosos informantes

acerca de las opiniones y actitudes que tenían con respecto a las diferentes variantes.

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Este trabajo, hasta donde sabe el autor, es el primer estudio de su tipo que se realiza sobre los

temas en cuestión. Por esta razón, y por las características heterogéneas de los encuestados y las

diversas formas de obtener los datos, la investigación y su análisis no han captado, seguramente,

toda la variación regional que pudiera hallarse en el habla culta de los 20 países de habla hispana,

en relación con los temas del estudio; y menos aún la que hay entre hombres y mujeres, o entre

personas de diferentes edades. En cuanto a los usos de los hispanohablantes de España, por

ejemplo, los 20 encuestados eran peninsulares —ninguno era de las Islas Canarias— y, por

consiguiente, no se puede aducir, a raíz de este estudio, ninguna conclusión respecto de los usos

que predominan en las Canarias. Otros estudios serán necesarios para averiguar si los usos de los

canarios cultos concuerdan con los predominantes en la Península, es decir, si los españoles

insulares utilizan el pijama, la lente, la dinamo, la sartén, chófer y vídeo, etc., variantes que

predominan en la Península, o si los isleños utilizan la piyama, el lente, el dínamo, el sartén,

chofer y/o video, etc., formas frecuentes en Hispanoamérica. Desde luego, todos los resultados

de esta investigación pueden y deben ser cuestionados e, independientemente de las limitaciones

de la misma, será conveniente realizar otros estudios que comparen los resultados y pongan a

prueba las conclusiones sobre la lengua aquí obtenidas.

Los artículos

A cada tema tratado en este trabajo le corresponde un artículo que consta de los elementos que se

detallan a continuación.

Los títulos

El título o lema que encabeza cada artículo consiste en la palabra cuyo género varía

diatópicamente, en el caso de la primera parte, sobre géneros, o en las palabras mellizas (o a

veces trillizas) en el caso de la segunda parte, sobre pronunciaciones y grafías. En la segunda

parte del trabajo, aquella variante que se emplee en el mayor número de países de habla hispana

aparece primero, seguida de la que se utilice en menos países. Así, por ejemplo, en la § B1.1,

chasís aparece en el título antes de chasis porque aquella forma es la que predomina en trece

países y esta, en siete.

Lo mayoritario y lo minoritario

Inmediatamente después del título de cada artículo aparece una sección llamada “Lo mayoritario

y lo minoritario” la que explica cuáles son los usos que se emplean en el habla culta de la

mayoría de los países de habla hispana, y cuáles los que predominan en la de la minoría de ellos.

Cualquier uso que se emplee comúnmente en 11 o más países de habla hispana se considerará un

“uso mayoritario”, y el que se dé habitualmente en nueve países o menos será “uso minoritario”.

En estas secciones de los artículos se indican, de acuerdo con la definición anterior, cuáles son

los usos “mayoritarios” y cuáles los “minoritarios”.

La información sucinta que aparece en “Lo mayoritario y lo minoritario” puede ser

especialmente útil al hispanohablante que no tiene interés en saber los diferentes pormenores de

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la variación —en qué países predomina una variante A y en cuáles una variante B— sino que

simplemente quiere aprender, en cada caso, cuál es la variante que se utiliza en la mayoría de los

países de habla hispana, y cuáles son los usos minoritarios. Al fijarse en una de estas secciones,

por ejemplo, el lector podrá saber de inmediato si su propio uso concuerda con el de la mayoría o

si pertenece al de la minoría, y así podrá cuidar de usar la variante mayoritaria en sus

comunicaciones dirigidas a un público panhispánico. Las informaciones presentadas en “Lo

mayoritario y lo minoritario” pueden tener especial importancia para los hispanohablantes de

España, de los países del Cono Sur, Cuba, y de algunos otros países hispánicos en donde el

porcentaje de usos minoritarios es relativamente alto.

A veces hay dos o tres variantes minoritarias frente a una mayoritaria, como sucede en los

siguientes ejemplos: el piyama/el pijama/la payama (usos minoritarios) frente a la piyama (uso

mayoritario); el dinamo/la dinamo (usos minoritarios) frente a el dínamo (uso mayoritario);

limusina/limousina (grafías minoritarias) frente a limosina (grafía mayoritaria); y [ga-

RASH]/[ga-RACH]/[ga-RA-she] (pronunciaciones minoritarias) frente a [ga-RA-je]

(pronunciación mayoritaria). También hay temas en los que no existe una sola variante

mayoritaria, sino varias mayoritarias y ninguna minoritaria. Así sucede con el/la maratón, el/la

pus, [es-tri(p)-TIS]/[es-TRI(P)-tis] y período/periodo. En estos cuatro casos ninguna variante es

minoritaria porque cada una se usa en más de 10 países.

Lo mayoritario y lo minoritario se calculan en este estudio sobre la base del número de países en

donde predomina cada uso en el habla culta; no están basados en el número de hispanohablantes

que quizás utilicen cada variante. Aunque por lo general los usos que se emplean en más países

probablemente sean también los usados por más hablantes, esto, al menos en teoría, podría ser de

otro modo. Por ejemplo, consideremos los seis países de habla hispana más poblados, los cuales

en el 2010 fueron, según wikipedia.org, México (con 108 millones), España (con 47 millones),

Colombia (con 45 millones), Argentina (con 40 millones), y Perú y Venezuela (con 30 millones

cada uno). Y supongamos que los hablantes cultos de la mayoría de estos seis países

compartieran un mismo uso en relación con un tema determinado de este estudio, y que los

demás países de habla hispana tuvieran otro uso distinto. En ese caso, el uso del grupo más

numeroso de países sería el uso “mayoritario”, tal como está definido para los fines de este

estudio, pero podría ser el utilizado por una minoría de hispanohablantes cultos. Sin embargo,

esta supuesta situación, en la que México, España, Colombia, Argentina, Perú y Venezuela (o la

mayoría de estos países) tengan en común el mismo uso y que este se distinga de un uso

compartido por todos los demás países, no se da en el caso de ninguno de los 40 temas tratados

en este estudio.

Los resúmenes

El resumen de cada artículo consiste en una sinopsis de la distribución de los diferentes usos e

indica los países en que predomina cada variante. Al consultar uno de los resúmenes, el lector

sabrá, a grandes rasgos, cómo está repartido el mundo de habla hispana con respecto al tema

tratado. A veces la variación lingüística que existe en relación con un tema es tan sencilla que el

resumen correspondiente consta de una sola oración escueta, tal como “En Hispanoamérica se

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usa A y en España B”. Esto sucede cuando se trata de una simple oposición continental: España

frente a Hispanoamérica. Pero, como veremos en los artículos individuales, a menudo la

variación lingüística que hay en el ámbito hispánico con respecto a los temas de este estudio es

más compleja y supone importantes divisiones dentro de Hispanoamérica, y a veces dentro de

España también.

Las tablas dialectales

Las tablas dialectales muestran los resultados de las encuestas y consisten en dos columnas: en la

columna izquierda aparecen, en versalita (o mayúsculas pequeñas), los mencionados 20 países de

habla hispana, en un orden más o menos geográfico; y en la derecha figuran los usos que

ofrecieron los encuestados de cada país respectivo. Después de cada uso o variante, hay una

fracción cuyo numerador representa el número de encuestados del país en cuestión que dieron

esa respuesta y cuyo denominador representa el total de los informantes de ese país que

contestaron la pregunta sobre el tema en cuestión. Así, por ejemplo, las primeras dos líneas de la

tabla dialectal sobre chasís/chasis son las siguientes:

ESPAÑA chasis (20/20)

MÉXICO chasís (19/20), chasis (2/20)

El primer renglón de esta tabla dialectal sobre chasís/chasis, el que corresponde a España, nos

dice que de los 20 españoles que indicaron su uso con respecto a este tema, todos señalaron

chasis, la forma llana. La segunda línea nos señala que de los 20 mexicanos que fueron

encuestados sobre el mismo tema, casi todos —19 de 20— dijeron que empleaban chasís, la

forma aguda, y sólo dos ofrecieron chasis; de estos dos, un mexicano sostuvo que usa solamente

chasis, y el otro, que usa ambas formas, chasís y chasis.

Obsérvese que en la tabla dialectal sobre chasís/chasis, al lado de ESPAÑA, aparece el término

chasis en letra negra, “chasis”. Esta variante está escrita en negrilla para señalar que es el uso

minoritario, porque predomina en siete países. Chasís, el primer uso que aparece en el renglón

correspondiente a MÉXICO, en cambio, está escrito en letra normal, “chasís”, por ser el uso

mayoritario, el que prima en 13 países. Además, en el renglón correspondiente a MÉXICO aparece

la variante chasis en letra pequeña, “chasis”, por el hecho de que el porcentaje de mexicanos que

la ofrecieron se considera muy pequeño; se sospecha que el uso de chasis ofrecido por aquellos

dos mexicanos que la dieron probablemente pertenece a un uso idiosincrásico y que es poco

representativo del uso mexicano en general. Cualquier variante que haya sido ofrecida por sólo el

25% o menos de los encuestados de un país, se considerará un uso “no representativo” del habla

culta de dicho país y se escribirá con letra pequeña para así indicarlo.

Nótese también que en el renglón que corresponde a MÉXICO en la tabla dialectal sobre

chasís/chasis, la suma de las fracciones referentes a las respuestas de los encuestados mexicanos,

19/20 (“chasís”) + 2/20 (“chasis”), es superior a uno. La situación en la que la suma de los

quebrados que aparecen en una línea de una tabla dialectal es mayor a la unidad es frecuente en

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este estudio (el caso de chasís/chasis en México, 19/20 + 2/20 > 1, es un ejemplo), ya que a

menudo los encuestados ofrecieron más de una variante o uso para un tema determinado.

Observaciones

Estas secciones amplían la información presentada en los resúmenes y en las tablas dialectales al

incluir comentarios adicionales sobre los usos en cuestión. Entre los temas que se abordan en las

“Observaciones” están los relacionados con la competencia entre las diferentes variantes, su

registro y prestigio relativo, y las actitudes que giran en torno a ellas, tanto en los países

individuales como a nivel panhispánico. A veces se presenta también información sobre

diferencias semánticas o sobre temas adicionales para estudios futuros que en este trabajo no se

han investigado, o que sólo se han estudiado en forma somera.

El Diccionario Panhispánico de Dudas

En estas secciones se citan las entradas que sobre los temas del estudio ofrece el Diccionario

Panhispánico de Dudas (DPD), y luego se hacen reseñas de estas definiciones. Las reseñas se

concentran en las descripciones de la variación regional que ofrece el DPD y en las

contradicciones que surgen entre su enfoque prescriptivista y descriptivista. Se decidió citar y

analizar las entradas de la primera edición de este diccionario, la de 2005, por ser la que

actualmente, en el 2010, está en línea y por ser una fuente que miles —o quizás millones— de

hispanohablantes consultan a diario.

Después de cada reseña aparece una calificación que se ha asignado a la correspondiente entrada

del DPD y que refleja el grado en que dicha entrada pinta un cuadro fidedigno de la distribución

geográfica de los usos en cuestión. Para evaluar las entradas del DPD, se utilizará el siguiente

régimen de calificaciones:

A - Sobresaliente; B - Bueno; C - Regular; D - Inferior; F - Reprobado; Inc. - Incompleto (si el

DPD no trata el tema).

En el caso de las notas “A”, “B”, “C” y “D”, a veces se les agregarán los signos “+” o “-” para

matizarlas. Es importante recalcar que las calificaciones que se asignan a las entradas del DPD

son subjetivas y se hacen sobre la base del grado en que estas aciertan en sus descripciones de la

variación regional: se otorgará una nota alta a la entrada si esta indica correctamente en dónde se

utilizan las diferentes variantes, de tal manera que el lector cuente con información dialectal

acertada. En cambio, cuanto más errónea sea la información dialectal que presente la entrada del

DPD, más baja será la nota que se le asigne. Cabe señalar que las reseñas y las calificaciones

juzgan principalmente la medida en que las entradas del DPD describen el uso y su variación a

nivel panhispánico; no evalúan otros aspectos de las definiciones del DPD tales como las

acepciones correspondientes a las unidades léxicas, las informaciones etimológicas, la estructura

de las entradas, u otros aspectos lexicográficos.

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El Diccionario Panhispánico de Dudas es un excelente recurso lexicográfico, entre otras razones

porque aborda la lengua española desde un punto de vista policéntrico, resuelve muchísimas

dudas sobre el idioma de una manera clara y sucinta, y ejemplifica los usos con citas ilustrativas.

Sin embargo, como veremos en los artículos individuales del presente trabajo, en lo que a

materia dialectal se refiere, las entradas del DPD están pobladas —por no decir plagadas— de

declaraciones infundadas sobre la variación lingüística y de descripciones dialectales que no se

acomodan a la realidad lingüística de los distintos países de habla hispana. Puede argumentarse

que son básicamente dos los motivos por los cuales las descripciones dialectales que han hecho

los lingüistas del DPD, con respecto a los 40 temas de este estudio, suelen ser poco acertadas:

La desidia. Los lingüistas del DPD pretenden describir la variación regional, pero no dan

ninguna muestra de estar dispuestos a excederse en su esfuerzo por investigar rigurosamente los

usos de cada país. Si bien es cierto que el trabajo del lexicógrafo no es hacer investigación

dialectológica, sino decidir la estructura del diccionario, seleccionar las palabras que

encabezarán las entradas, escoger las citas que ejemplifican los usos y redactar las definiciones,

los lexicógrafos del DPD cruzaron un importante umbral al pretender describir la variación

regional. Al atribuirse la función de dialectólogos, deberían haber llevado a cabo una labor

dialectológica, tarea que lamentablemente no abordaron con seriedad. Obviamente, los

dialectólogos que no estudian los dialectos detenidamente no pueden ser efectivos. El hacer

referencia aquí a la “desidia” de los lingüistas del DPD, se refiere, claro está, únicamente a la

investigación que no hicieron sobre los dialectos y la variación. No hay duda de que en los

demás aspectos del diccionario, los cuales son de excelente calidad, sudaron la gota gorda y se

quemaron las pestañas.

El dogmatismo. Los lingüistas del DPD pretenden describir la variación regional siempre y

cuando hacerlo fielmente no implique aceptar un uso que les parezca aborrecible. Por ejemplo,

no están dispuestos a reconocer que los sustantivos hambre y espiral efectivamente se usen en

masculino en el habla culta de ciertos países y, por lo tanto, encubren la existencia de tales usos

al dejar de describirlos. Dicho de otra manera, los autores del DPD no han sabido resistirse a la

tentación de describir, en lo que a la lengua culta se refiere, el mundo con que sueñan y el que les

parece casto y conveniente, en vez de representar al pie de la letra el que realmente existe. Y a

veces parece ser el caso que primero sacan una conclusión acerca de la falta de variación

dialectal y luego buscan las evidencias para respaldar dicha conclusión, en vez de hacerlo al

revés: primero recoger las evidencias a nivel panhispánico y después sacar conclusiones sobre la

base de aquellas. Desde luego, tampoco pueden ser efectivos los dialectólogos que permitan que

sus preferencias o prejuicios lingüísticos determinen cuáles son los usos que van a incluir en un

diccionario “panhispánico”.

Si cualquiera de estos dos males, la desidia o el dogmatismo, aquejara a un equipo de

dialectólogos, los resultados de su investigación dejarían mucho que desear; pero si el grupo que

proporciona información sobre variación lingüística presenta ambos síntomas (como parece ser

el caso de los lingüistas del DPD), la combinación es mortífera y da lugar a descripciones

dialectales que se alejan considerablemente de la realidad. Debido a estas fallas orgánicas, el

Diccionario Panhispánico de Dudas a menudo no resuelve acertadamente las cuestiones

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dialectales ni nos da una imagen tan “panhispánica” de dicha variación como el título de la obra

sugiere que debería suministrarnos. Lamentablemente, su título no es un nombre muy certero,

pues le queda grande a la obra. No obstante, el DPD sí acierta en sus descripciones dialectales en

aquellos casos en que la variación sea una simple división continental: en España, forma A, y en

Hispanoamérica, forma B (como sucede con chófer/chofer, icono/ícono y vídeo/video). Sin

embargo, cuando la variación geográfica es más compleja que una simple dicotomía y existen

marcadas divisiones internas dentro de Hispanoamérica —como ocurre con el/la chance, el/la

caparazón, el/la maratón, chasís/chasis, básquetbol/basquetbol, laparoscopía/laparoscopia y

otros “pares mínimos”—, los lingüistas del DPD no han sabido captar la variación a nivel

panhispánico de una manera que dé cabal cuenta de sus formas y texturas. Y no logran captarla o

bien porque no se han tomado la molestia de investigar sus pormenores, o bien porque caen en la

trampa de hacer caso omiso a la variación, insistiendo en la variante por la cual aboga la

Academia y que suele ser la que se usa en el lenguaje culto de España.

Al autor del presente trabajo le pareció importante realizar un escrutinio de aquellas entradas del

DPD que toquen los temas dialectales en cuestión por dos motivos: primero, por el hecho de que

el DPD es una de las pocas obras, si no la única, que trata, a nivel panhispánico, una gran

variedad de temas relacionados con la dialectología léxica del español, entre los cuales están casi

todos los del presente estudio; y, segundo, debido a la gran difusión del DPD, diccionario en

línea que recibe un sinnúmero de consultas a diario.

Al final de la obra hay cuatro anexos que intentan responder a las siguientes cuatro preguntas

generales con respecto a los temas tratados: ¿dónde están las fronteras lingüísticas? (Anexo I);

¿cuáles son las variedades del español que más se destacan? (Anexo II); ¿cuáles son las

variedades del español que más se asemejan? (Anexo III); y ¿cuáles son las variedades del

español que el DPD mejor capta? (Anexo IV).

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A SUSTANTIVOS DE GÉNERO VARIABLE

A1.0 SUSTANTIVOS QUE TERMINAN EN VOCAL

A1.1 CHAMPAÑA / CHAMPÁN / CHAMPAGNE

A1.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Usos mayoritarios: el champán (uso dominante o competidor en 20 países) y la champaña (uso

dominante o competidor en 17 países).

Usos minoritarios: el champagne (uso dominante en 2 países), el champaña (uso algo frecuente

en 2 países y de uso muy esporádico en algunos otros) y la champagne (uso muy

esporádico en algunos países).

A1.1.2 Resumen

El champán y/o la champaña son los usos dominantes en casi todo el ámbito hispánico con la

excepción de Uruguay y Argentina, países en donde se prefiere la forma francesa, el champagne.

El champaña se ha registrado en forma aislada en España y Chile, y en otros lugares de manera

muy esporádica.

A1.1.3 Tabla dialectal

ESPAÑA el champán (19/20), el champaña (5/20), el champagne (4/20)

MÉXICO la champaña (20/20), el champán (8/20), el champagne (4/20)

GUATEMALA el champán (12/16), la champaña (7/16), el champagne (6/16), el champaña

(1/16) EL SALVADOR el champán (11/17), la champaña (8/17), el champaña (1/17)

HONDURAS la champaña (12/16), el champán (7/16), el champaña (2/16)

NICARAGUA el champán (13/17), la champaña (6/17), el champagne (2/17), la champagne (2/17)

COSTA RICA el champán (11/18), la champaña (11/18), el champagne (5/18)

PANAMÁ la champaña (13/15), el champán (5/15), el champagne (2/15), la champagne (1/15)

CUBA el champán (15/18), la champaña (5/18)

REP. DOMIN. la champaña (15/17), el champán (10/17), el champagne (4/17)

PUERTO RICO el champán (16/19), la champaña (7/19), el champagne (3/19)

VENEZUELA la champaña (18/20), el champán (11/20), el champagne (3/20)

COLOMBIA la champaña (20/20), el champán (6/20)

ECUADOR el champán (13/20), la champaña (8/20), el champagne (6/20)

PERÚ el champán (16/20), la champaña (7/20), el champagne (6/20)

BOLIVIA el champán (11/16), la champaña (8/16), el champagne (4/16)

PARAGUAY el champán (8/14), la champaña (6/14), el champagne (5/14)

URUGUAY el champagne (19/20), el champán (14/20), la champaña (4/20)

Page 11: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

11

ARGENTINA el champagne (19/20), el champán (14/20), la champaña (5/20)

CHILE la champaña (15/18), el champagne (6/18), el champán (6/18), el champaña

(4/18)

A1.1.4 Observaciones

El champagne: Si bien es cierto que la variante champagne se ha registrado en forma esporádica

en la mayoría de los países de habla hispana, es en Uruguay y Argentina donde se utiliza

con alta frecuencia: en estos dos países se prefiere la grafía francesa, la palabra suele

pronunciarse como si se escribiera shampain o shampañ, y se puede decir que en

Argentina y Uruguay champagne constituye el uso estándar dentro del habla culta. Sin

embargo, también hay rioplatenses cultos que prefieren escribirlo champán, pese a que lo

pronuncian como si se escribiera shampain o shampañ. Fuera de los dos países

rioplatenses, el uso de champagne es mucho menos frecuente y tiende a ser tildado de

afectado y/o afrancesado.

El champaña: Hoy en día el empleo de champaña como palabra de género masculino no es muy

frecuente en ninguna parte del ámbito hispánico. Sin embargo, entre los encuestados de

este estudio, el champaña surgió con una cierta frecuencia, aunque no muy alta, en

España y en Chile, y varios de los encuestados españoles que dijeron no usar el

champaña sino el champán indicaron que en su país, los que dicen el champaña tienden a

ser gente un poco cursi, snob o “pija”. Esta última palabra significa, citando la definición

del DRAE, “adj. despect[ivo]. coloq[uial]. Esp[aña]. Dicho de una persona,

especialmente joven: Que en su vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta

afectadamente gustos de una clase social adinerada. U[sado] t[ambién] c[omo]

s[ustantivo]”.

Actitudes hacia champán y champaña: Champán y champaña compiten en forma más o menos

cerrada en la mayor parte de Hispanoamérica. Sin embargo, en muchos países americanos

hay una preferencia hacia champán entre hablantes cultos. Es decir, los que prefieren

champán tienden a pensar que su uso es el “culto” y generalmente tildan a champaña de

ser un uso más “popular”. Los que utilizan champaña, en cambio, no suelen tener un

concepto negativo de champán. Por otra parte, los que utilizan champagne —

principalmente argentinos y uruguayos— tienden a pensar que tanto champán como

champaña son formas populares y que champagne es la forma culta. Habría que

investigar cómo están distribuidas las variantes, en los diferentes países, con respecto a

estrato socioeconómico, edad, etc.

Términos genéricos/registrados: A pesar de los esfuerzos de los fabricantes franceses de la

región de Champaña, Francia, de conseguir que champán, champaña y champagne se

empleen solamente para referirse a aquellos vinos espumosos que se produzcan en esa

región de Francia, estas voces siguen utilizándose en el sentido de cualquier vino

espumoso. Sin embargo, en España, la palabra cava (masculino, el cava), también se usa

en sentido general para referirse a cualquier vino espumoso que se fabrica al estilo de los

de Champaña.

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12

A1.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

champán. Adaptación gráfica de la voz francesa champagne, ‘vino espumoso originario de la

región francesa de Champagne’... Es también válida la adaptación champaña, que, al igual que

champán, se usa en masculino en la mayor parte del mundo hispánico: «Cuando veamos esos

millones, yo pongo el champaña» (Rovinski Herencia [C. Rica 1993]); no obstante, por influjo

de la -a final, en algunos países americanos como México, Colombia y Venezuela, se usa

normalmente en femenino: «Pensé en los maravillosos efectos de la champaña» (Salazar Selva

[Col. 1991]).

Reseña

El DPD alega que champaña “se usa en masculino en la mayor parte del mundo hispánico” y

que “en algunos países americanos como México, Colombia y Venezuela, se usa normalmente

en femenino” (énfasis mío). Estas declaraciones dan una idea muy equivocada de la situación

real ya que sugieren que el uso de la champaña es una cosa anómala, un fenómeno que se

restringe a pocos países, y que champaña se usa con mayor frecuencia en masculino. La realidad

es todo lo contrario: champaña se usa mayormente como voz de género femenino en todos los

países en donde esta variante se utilice con frecuencia, que son la gran mayoría. Es decir, a

excepción de los argentinos y uruguayos, los hispanohablantes por lo general dicen la champaña

y/o el champán y son relativamente contados los que dicen el champaña. En este estudio, el uso

de champaña en masculino sólo surgió con una incidencia algo notable en España y Chile, y aun

en el caso de estos dos países, su frecuencia de uso fue muy baja frente a la de las otras variantes

(ver § A1.1.3). Por lo tanto, cabe preguntarse de dónde habrán obtenido su información los

lingüistas del DPD acerca del género de champaña —¿basándose en qué?—, para afirmar con

tanto aplomo que esta voz se usa en masculino en la mayoría de los países. Es un verdadero

misterio. El DPD tampoco menciona el hecho de que los argentinos y uruguayos suelen usar el

champagne, la forma francesa.

Calificación: D

A1.2 PIYAMA / PIJAMA / PAYAMA

A1.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: la piyama, pronunciado con /y/, pero escrito también pijama (uso dominante o

competidor en 15 países).

Usos minoritarios: el piyama, pronunciado con /y/, pero escrito también pijama (uso dominante

o competidor en 9 países), la payama (uso competidor en 2 países), el pijama,

pronunciado con jota (uso dominante en 1 país) y la pashama (uso competidor en 1

país).

Page 13: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

13

A1.2.2 Resumen

La piyama —a menudo escrito pijama, pero siempre pronunciado piyama—, es el uso que

predomina, con relativamente poca competencia de parte de otros usos, en una amplia zona de

Hispanoamérica, la cual abarca desde México hasta Perú y Bolivia, incluidas las Antillas. Sin

embargo, en Panamá, Cuba, Puerto Rico y Venezuela el piyama y/o la payama le hacen la

competencia a la piyama. Al viajar por el continente suramericano más al sur del Ecuador, la

piyama empieza a ceder ante el piyama y este proceso se concreta en el Cono Sur, región en

donde piyama es voz de género exclusivamente masculino. Aparte del uso mayoritario (la

piyama) y el primer uso minoritario (el piyama), hay otros usos que se dan en áreas geográficas

mucho más circunscritas: el pijama, pronunciado tal como se escribe (con jota, en España), la

pashama (en Guatemala), y la payama (en Cuba y Puerto Rico).

A1.2.3 Tabla dialectal

Nota: En la tabla que está a continuación, la grafía piyama aparece siempre que la pronunciación

ofrecida por los encuestados haya sido [pi-YA-ma]; y la grafía pijama figura sólo cuando la

pronunciación haya sido con jota, [pi-JA-ma]: sólo en España. Sin embargo, muchísimos

hispanoamericanos escriben pijama aunque pronuncien [pi-YA-ma]. Dicho de otra manera,

aparte de indicar el género, la siguiente tabla da cuenta de la pronunciación de los encuestados a

nivel fonológico —/y/ frente a /j/—, pero sin especificar el alófono que se emplea, es decir, si los

encuestados hispanoamericanos pronuncian piyama con [y], con [dy], con [zh], o con [sh], etc.

La variante de España, el pijama, está escrita en letra negra y cursiva porque se distingue del uso

mayoritario, la piyama, en dos planos diferentes: en el género y en la pronunciación.

ESPAÑA el pijama (20/20)

MÉXICO la piyama (19/20), el piyama (2/20)

GUATEMALA la piyama (15/20), la pashama (12/20)

EL SALVADOR la piyama (17/17)

HONDURAS la piyama (16/17), la payama (2/17), el payama (1/17), el pashama (1/17)

NICARAGUA la piyama (15/15), el piyama (1/15)

COSTA RICA la piyama (18/18), el piyama (2/18)

PANAMÁ la piyama (16/17), el piyama (5/17)

CUBA el piyama (13/20), la piyama (10/20), la payama (9/20), el payama (3/20)

REP. DOMIN. la piyama (15/15)

PUERTO RICO la piyama (11/20), la payama (10/20), el piyama (5/20), el payama (2/20)

VENEZUELA la piyama (16/20), el piyama (10/20)

COLOMBIA la piyama (20/20)

ECUADOR la piyama (19/19), el piyama (1/19)

PERÚ el piyama (15/20), la piyama (11/20)

BOLIVIA el piyama (11/17), la piyama (7/17)

PARAGUAY el piyama (14/15), la piyama (3/15)

URUGUAY el piyama (20/20)

Page 14: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

14

ARGENTINA el piyama (20/20), la piyama (1/20)

CHILE el piyama (16/16), la piyama (1/16)

A1.2.4 Observaciones

Pronunciación y grafía de piyama/pijama: En este estudio, un poco más de la mitad de los

hispanoamericanos indicaron que “se pronuncia piyama, pero se escribe pijama”. Es

decir que hay una discrepancia generalizada entre la grafía y la pronunciación de esta voz

en el caso de los que siguen esta práctica. Sin embargo, independientemente de cómo

escriban la palabra, piyama o pijama, la gran mayoría de los hispanoamericanos

pronuncian [pi-YA-ma], con el alófono de la /y/ que utilicen, es decir, con [y], con [dy],

con [zh], o con [sh], etc. Los españoles peninsulares, en cambio, siempre escriben esta

voz pijama y la pronuncian con la jota que utilicen, o sea, con una vibrante en el centro y

el norte de la Península, y con una simple aspiración en el sur.

Competencia entre el piyama y la piyama: En la mayoría de los países hispanoamericanos,

piyama —también escrito pijama— es voz de género claramente masculino o

patentemente femenino, y en pocos países compiten los dos géneros de la palabra. Sin

embargo, en Cuba, Venezuela, Perú y Bolivia hay seria competencia entre el piyama y la

piyama, y en todos estos cuatro países hay con frecuencia un prejuicio entre los hablantes

cultos a favor del masculino (el piyama) y en contra del femenino (la piyama). Esta

preferencia es más marcada en Cuba, Perú y Bolivia, pero aun en el caso de Venezuela,

país en donde el uso de piyama en masculino es bastante menos frecuente que en

femenino, hay venezolanos cultos que consideran que el piyama es superior a la piyama.

Por lo general, los cubanos, venezolanos, peruanos y bolivianos que utilizan el piyama

tienden a considerar un poco plebeyo el uso de la piyama, mientras que los de estos

cuatro países que utilizan la piyama tienen un concepto neutro acerca del uso de el

piyama.

Payama y pashama: En Guatemala, Cuba, Puerto Rico y Honduras hay personas que utilizan una

variante derivada de pajamas, la forma usada en el inglés estadounidense, en vez de

piyama o pijama, palabras que provienen del inglés británico, pyjamas. Varios

encuestados de Cuba y Puerto Rico indicaron que payama se usa más entre personas

mayores que entre los jóvenes y que estos generalmente dicen piyama. Por otra parte,

algunos guatemaltecos indicaron que pashama se usa más a nivel popular, pero otros

señalaron que pashama se usa más entre “la jai” (o “la high”), y que suena cursi.

También hubo guatemaltecos que indicaron que utilizan pashama en su habla, pero que si

deben escribirlo, utilizan pijama o piyama. Hace falta realizar más investigación en

Guatemala, Cuba, Puerto Rico y Honduras para determinar la distribución —geográfica,

social, etaria, etc.— de las palabras payama/pashama (frente a piyama) y las actitudes

que giran en torno a ellas. ¿Qué porcentaje de la población hondureña dice payama o

pashama? En un estudio anterior, del año 1996, seis de nueve encuestados hondureños

indicaron payama y seis de nueve también indicaron piyama (Moskowitz, 1996: 297),

mientras que en la presente encuesta la proporción de hondureños que ofrecieron payama

fue mucho más pequeña (menos del 25%, ver § A1.2.3), lo cual sugiere que el uso de

payama en el habla culta de Honduras es menguante o tal vez está en vías de extinción.

Page 15: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

15

Pillama: En toda Hispanoamérica hay personas con un menor nivel de escolaridad que escriben

pillama porque desconocen las grafías que pertenecen a la norma culta (piyama y

pijama). Sin embargo, en el Ecuador también surge la grafía pillama por otro motivo: en

el habla de buena parte de la sierra ecuatoriana, incluido Quito, los hablantes suelen

distinguir entre dos fonemas, /y/ y /ll/, representados por las letras y y ll, respectivamente.

El fonema que corresponde a la ll se realiza como fricativa palatoalveolar, [zh], (Lipski:

266), similar a la pronunciación de la s en la palabra inglesa measure. Y en la sierra

ecuatoriana muchas personas pronuncian piyama/pijama con la fricativa palatoalveolar,

[zh]. Por lo tanto, hay cierta tendencia a escribirlo con la letra que corresponde a su

sonido, ll, en vez de con la letra que no le corresponde, y. Se trata de un caso interesante

en que el hacer una distinción fonológica entre la y y la ll puede dar lugar a un error de

ortografía, cuando normalmente sucede lo contrario. Por ejemplo, el hecho de que en un

dialecto determinado se hagan distinciones fonológicas entre pollo y poyo, o entre casa y

caza, suele constituir una ayuda para sus hablantes con respecto a la ortografía, no un

impedimento. Sin embargo, para evitar tanto el uso de la y en piyama (letra que no

corresponde al sonido que muchos quiteños hacen al pronunciar esta palabra), como el de

la letra ll (ya que la grafía pillama no pertenece a la norma ortográfica), numerosos

ecuatorianos, tanto serranos como costeños, optan por escribirlo pijama, grafía también

utilizada por hispanohablantes en todo el ámbito hispánico.

A1.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

pijama... La voz inglesa pyjamas se ha adaptado al español con dos grafías: pijama y piyama. La

más frecuente en el uso de todo el ámbito hispánico es pijama, que en España se pronuncia

[pijáma] y en América [piyáma]: «Se quita el pijama y se pone un camisón malva» (Melgares

Anselmo [Esp. 1985]); «Se levantó, se quitó el pijama y se bañó en la regadera» (María Fábrica

[Méx. 1980]). La grafía piyama, que refleja la pronunciación inglesa etimológica, solo se

documenta en el español de América: «Me dijo que no usaba piyama, que siempre dormía

desnudo» (Puig Beso [Arg. 1976]). Ambas grafías son válidas, pero cada una debe pronunciarse

según la correspondencia entre grafías y sonidos propia del español; así, a pijama le corresponde

la pronunciación [pijáma] y a piyama, la pronunciación [piyáma]... En España y en el Cono Sur

americano, esta palabra se usa siempre en masculino, mientras que en el resto de América se usa

mayoritaria o exclusivamente en femenino: «Voy a ponerles la piyama» (Mastretta Vida [Méx.

1990]).

Reseña

La descripción dialectal del DPD es muy acertada en cuanto a la pronunciación de

pijama/piyama —con jota en España, y con /y/ en Hispanoamérica—, y también con respecto al

género: masculino en España y en el Cono Sur, y generalmente femenino en el resto del ámbito

hispánico. Lo que el DPD deja de mencionar es la competencia que existe entre los dos géneros

de piyama/pijama en ciertos países, como Cuba, Perú y Bolivia. Se trata de una falla, pero no

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16

una muy grave. Más serio es el hecho de que el DPD no señale para nada el uso de payama o

pashama, variantes bastante difundidas en Guatemala, Cuba y Puerto Rico. Este vacío en la

descripción del DPD llama la atención, sobre todo por el hecho de que esta obra hace tanto

hincapié en que cada variante “debe pronunciarse según la correspondencia entre grafías y

sonidos propia del español” (véase la entrada sobre pijama citada antes, en esta misma sección).

Si los editores del DPD realmente se preocuparan de que haya siempre correspondencia entre

grafía y pronunciación —y no sólo cuando lo crean conveniente—, deberían insistir en que

“quien diga [pa-YA-ma] debe escribir payama”, cosa que no hacen. Pero no, sólo insisten en ello

en el caso de piyama y pijama. También es curioso que esta entrada del DPD haga referencia al

“Cono Sur americano”, lo cual parece ser un pleonasmo. ¿Acaso existe, en el ámbito hispánico,

algún Cono Sur europeo, africano o asiático?

Calificación: B

A1.3 SAUNA

A1.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 19 países).

Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 5 países).

A1.3.2 Resumen

Sauna suele ser voz de género masculino en la mayor parte de Hispanoamérica, pero en Cuba

hay competencia entre los dos géneros de la palabra, con cierta preferencia hacia el femenino.

También parece haber cierta competencia entre el sauna y la sauna en Panamá, Perú y Paraguay,

pero con preferencia hacia el masculino. En España, en cambio, sauna es palabra de género

exclusivamente femenino.

A1.3.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (20/20)

MÉXICO masculino (20/20)

GUATEMALA masculino (15/16), femenino (1/16)

EL SALVADOR masculino (14/16), femenino (3/16)

HONDURAS masculino (13/15), femenino (3/15)

NICARAGUA masculino (13/15), femenino (2/15)

COSTA RICA masculino (16/16)

PANAMÁ masculino (12/18), femenino (8/18)

CUBA femenino (12/18), masculino (7/18)

REP. DOMIN. masculino (15/15)

PUERTO RICO masculino (16/18), femenino (2/18)

VENEZUELA masculino (19/20), femenino (2/20)

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17

COLOMBIA masculino (19/20), femenino (2/20)

ECUADOR masculino (17/18), femenino (1/18)

PERÚ masculino (15/20), femenino (9/20)

BOLIVIA masculino (12/15), femenino (3/15)

PARAGUAY masculino (11/15), femenino (5/15)

URUGUAY masculino (20/20), femenino (2/20)

ARGENTINA masculino (20/20), femenino (1/20)

CHILE masculino (16/17), femenino (1/17)

A1.3.4 Observaciones

General: Hasta hace poco, los baños sauna no eran muy comunes en la mayoría de los países de

habla hispana, en parte debido a que son tropicales. Por lo tanto, la cuestión de si sauna

es de género masculino o femenino no ha tenido gran relevancia para el comportamiento

lingüístico de la mayoría de los hispanohablantes. No obstante, los hablantes cultos sí

suelen tener una opinión acerca de si sauna es de género masculino o femenino.

A1.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

sauna... En España se usa siempre en femenino: «Los masajes y la sauna pueden ayudarle a

descargar los músculos» (Mansilla Ciclismo [Esp. 1995]). En el español de América alternan

ambos géneros, aunque con predominio del masculino en la mayoría de los países: «La señora

está en el sauna» (Serrano Vida [Chile 1995]); «Luego de sudar en la sauna, [...] ha entrado al

cuarto de masajes» (Bayly Mujer [Perú 2002]).

Reseña

En términos generales, el DPD acierta al decir que sauna es femenino en España y generalmente

masculino en América. Sin embargo, el DPD afirma que “[e]n el español de América alternan

ambos géneros, aunque con predominio del masculino en la mayoría de los países”. En realidad,

a excepción de Cuba, Panamá, Perú y Paraguay, no parece haber tal alternancia porque, en los

demás países americanos, sauna da muestras de ser de género netamente masculino.

Calificación: A-

A1.4 CHANCE

A1.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 15 países).

Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 5 países).

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18

Otro uso minoritario: No se utiliza la palabra chance (uso dominante en 1 país).

A1.4.2 Resumen

Chance es voz de género masculino en la mayor parte de Hispanoamérica, pero femenino en el

Cono Sur; en Perú hay competencia entre el chance y la chance. En España rara vez se utiliza la

palabra chance.

A1.4.3 Tabla dialectal

ESPAÑA no se usa chance (20/20)

MÉXICO masculino (17/20), femenino (3/20)

GUATEMALA masculino (15/16), femenino (2/16)

EL SALVADOR masculino (17/17)

HONDURAS masculino (15/15)

NICARAGUA masculino (15/15)

COSTA RICA masculino (18/18)

PANAMÁ masculino (15/15)

CUBA masculino (16/16)

REP. DOMIN. masculino (15/15)

PUERTO RICO masculino (16/16)

VENEZUELA masculino (20/20)

COLOMBIA masculino (20/20)

ECUADOR masculino (19/20), femenino (1/20)

PERÚ masculino (10/20), femenino (6/20), no se usa chance (4/20)

BOLIVIA masculino (12/15), femenino (2/15), no se usa chance (1/15)

PARAGUAY femenino (10/14), masculino (3/14), no se usa chance (1/14)

URUGUAY femenino (19/20), no se usa chance (1/20)

ARGENTINA femenino (20/20)

CHILE femenino (14/17), no se usa chance (3/17)

A1.4.4 Observaciones

General: Si bien es cierto que la forma más eficaz de definir la palabra chance es por medio de

posibilidad, oportunidad y ocasión, en realidad aquel vocablo no es equivalente a estos

porque chance se usa en el lenguaje coloquial o informal de Hispanoamérica, mientras

que posibilidad, oportunidad y ocasión pertenecen a un registro neutro.

El género encubierto de chance: Con frecuencia el género de la palabra chance está encubierto

porque aparece sin artículo y sin estar modificado por un calificativo, como en los

siguientes ejemplos: no tiene chance para ese puesto; no me dio chance; ¿hay chance?

Sin embargo, chance también se utiliza en numerosas frases como la siguiente en que su

género sí se ve claramente: Déme un chancecito, es que no he terminado.

México: En este estudio, la gran mayoría de los encuestados mexicanos —17 sobre 20—

indicaron que utilizan chance en masculino. Sin embargo, siete de los 20 encuestados

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19

mexicanos recalcaron que existen otros mexicanos (no ellos) que utilizan la palabra

chanza (en femenino, la chanza, o sin artículo) con el significado de chance, por ejemplo,

en la frase no me dio chanza. Hace falta realizar más investigación para determinar si el

uso de chanza (‘chance’) pertenece al habla popular de México, si es más frecuente en

ciertos estados de México y, en general, cuáles son las características de aquellos

mexicanos que utilicen chanza con este significado.

Otros significados regionales de chance: Aparte de ‘oportunidad’ y ‘posibilidad’, la palabra

chance tiene otros significados en algunos países hispanoamericanos:

(1) En el habla popular y coloquial de Guatemala y Honduras, chance se utiliza

comúnmente en el sentido de ‘trabajo’: Me salió un chance.

(2) En la costa caribeña de Colombia pedir un chance es pedir a alguien que pasa en

un vehículo que le lleve gratis en su automóvil. Es decir, chance, en este caso, es

el equivalente aproximado de lo que en ciertos otros países de habla hispana se

llama aventón, bote, botella, cola, jalada, jalón, pon o raite.

(3) En algunos países hispanoamericanos (Colombia, Costa Rica, ¿y varios otros?), el

chance o los chances se refieren a una clase de lotería: jugar chances.

A1.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

chance... Su uso, esporádico en España, está muy extendido en América, donde se emplea en

ambos géneros: «No le dan la chance de hacerse a un lado» (O’Donnell Escarabajos [Arg.

1975]); «Siempre había querido estudiar en la Nacional, [...] pero la vida nunca le dio el

chance» (Gamboa Páginas [Col. 1998])... Aunque admisible, dada su amplia extensión en

América, se recomienda usar con preferencia las voces españolas oportunidad, ocasión o

posibilidad, perfectamente equivalentes.

Reseña

Si bien es cierto que chance se emplea en ambos géneros, tal como afirma el DPD, esta obra no

da ninguna información acerca de la distribución geográfica de los dos géneros de la palabra. Por

lo tanto, desde el punto de vista dialectal —si el lector desea saber quiénes dicen el chance y

quiénes la chance—, su descripción es poco útil. La entrada del DPD debería precisarnos que

chance se usa mayormente en masculino en toda Hispanoamérica salvo en el Cono Sur, región

en donde se usa en femenino. Además, la aseveración de este diccionario de que “las voces

españolas oportunidad, ocasión o posibilidad” son “perfectamente equivalentes” a chance es

errónea y hace caso omiso a un hecho muy básico: chance pertenece al registro informal

mientras que oportunidad, ocasión y posibilidad pertenecen a un registro neutro. Por lo tanto, no

son voces equivalentes. Aunque los editores del DPD pueden descartar o denigrar el uso de la

palabra chance en el español hispanoamericano por su condición de extranjerismo, o sea, por ser

inmigrante, también es cierto que esta variedad de la lengua cuenta con una diglosia, es decir,

con un recurso —chance, uso coloquial, frente a oportunidad o posibilidad, uso neutro—, que

está ausente en el español peninsular. Y es precisamente esta diglosia, la que hace que, en este

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20

caso, la variedad americana sea más rica y amplia que la peninsular. ¡Que vivan los matices de la

lengua, aunque haya académicos que no saben apreciarlos!

Calificación: D

A1.5 CHINCHE

A1.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 13 ó 14 países).

Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 9 países).

A1.5.2 Resumen

Chinche suele ser voz de género masculino en el lenguaje culto de gran parte de Hispanoamérica,

pero femenino en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba, Uruguay y Argentina.

Chinche también suele usarse en femenino en el lenguaje culto de España.

A1.5.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (16/20), masculino (8/20)

MÉXICO femenino (20/20), masculino (2/20)

GUATEMALA femenino (13/16), masculino (4/16)

EL SALVADOR femenino (15/17), masculino (4/17)

HONDURAS femenino (14/16), masculino (3/16)

NICARAGUA masculino (14/15), femenino (2/15)

COSTA RICA masculino (14/20), femenino (9/20)

PANAMÁ masculino (15/15)

CUBA femenino (15/20), masculino (10/20)

REP. DOMIN. masculino (10/16), femenino (6/16)

PUERTO RICO masculino (14/20), femenino (7/20)

VENEZUELA masculino (19/20), femenino (1/20)

COLOMBIA masculino (20/20), femenino (1/20)

ECUADOR masculino (19/20), femenino (1/20)

PERÚ masculino (20/20), femenino (1/20)

BOLIVIA masculino (15/16), femenino (4/16)

PARAGUAY masculino (12/13), femenino (2/13)

URUGUAY femenino (20/20), masculino (1/20)

ARGENTINA femenino (20/20)

CHILE masculino (17/18), femenino (2/18)

Page 21: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

21

A1.5.4 Observaciones

El prestigio relativo de el chinche y la chinche: Aunque a nivel global el chinche se utiliza más

que la chinche, parece ser el caso que la chinche goza de mayor prestigio que el chinche.

Dicho de otra manera, los que dicen la chinche tienden a considerar incorrecto y señal de

una falta de escolaridad el uso de el chinche, mientras que los que dicen el chinche

tienden a tener un concepto neutro acerca del uso de la chinche. Algunos encuestados

indicaron que en su medio aprendieron a decir el chinche en el lugar donde crecieron,

pero que después, en fuentes escritas, leyeron acerca de la chinche de la cama, de modo

que le asignan el género femenino si tienen que escribirlo y a menudo lo utilizan en

masculino al hablar.

Uso diferenciado en el género de chinche: Una minoría de los encuestados hispanoamericanos

que participaron en este estudio indicaron que utilizan el chinche para el insecto y la

chinche para el utensilio para sujetar papeles (equivalente al inglés thumbtack), o al

revés: la chinche para el parásito y el chinche para el útil de oficina que en España se

llama chincheta y en Hispanoamérica suele llamarse chinche o tachuela, aunque en

Paraguay también se llama pinche, sustantivo masculino (Moskowitz, 2006: 58). Sin

embargo, la mayoría de los encuestados indicaron que utilizan sólo el chinche o la

chinche para ambas cosas, sin hacer una diferenciación semántica entre los dos géneros

de la palabra.

Chincha: En varios países hispanoamericanos —Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico,

Honduras, Costa Rica y tal vez otros—, la variante chincha (femenino, la chincha),

también se da con bastante frecuencia para referirse a ciertos insectos. Habría que

investigar en qué medida chincha pertenece al uso popular o rural en estos países, y hasta

qué punto chincha también se da en el lenguaje culto o urbano. Además, hay indicios de

que en Costa Rica chincha se refiere a otro insecto —no al que suele andar en las

camas—, sino a un tipo de escarabajo que expide un olor hediondo. Hace falta averiguar

en qué países se distingue entre dos insectos, el chinche y la chincha, y a qué especies se

refiere cada término.

A1.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

chinche ‘Insecto de picadura nocturna muy irritante’ y ‘chincheta, clavo pequeño de cabeza

plana y circular’. Aunque el étimo latino es masculino, cambió de género ya en latín vulgar y en

español ha sido siempre femenino en el uso culto mayoritario de todo el ámbito hispánico: «Las

chinches los obligaron a dejar las camas y dormir sobre la mesa de billar» (Fuentes Espejo

[Méx. 1992]); «Deja el póster colgado de una chinche» (Rovner Premio [Arg. 1981]); pero no es

infrecuente su uso en masculino, incluso entre hablantes cultos: «Atormentado por [...] los

zancudos y los chinches» (Allende Eva [Chile 1987]); «Eso me permitió descubrir un papelito

clavado en mi puerta con un chinche» (Bryce Vida [Perú 1981]).

Page 22: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

22

Reseña

Los editores del DPD nos afirman que “en español [chinche] ha sido siempre femenino en el uso

culto mayoritario de todo el ámbito hispánico” (énfasis mío), lo cual es un absurdo. ¡No les crean

ni por un instante, porque en realidad es al revés! Chinche es voz de género masculino en el

habla culta de la mayoría de los países de habla hispana, pues en apenas ocho de los 20 —en

España, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba, Uruguay y Argentina—, chinche se

usa mayormente en femenino. ¡Pero dichos países son las excepciones, no la regla! El que el

DPD no nos haya precisado en dónde se dice el chinche y en dónde la chinche también sugiere

que sus investigadores simplemente no se han tomado la molestia de averiguarlo. Cabe preguntar

por qué se empeñan en hacer declaraciones infundadas, sobre temas que no han estudiado. ¡Qué

necedad!

Calificación: D

A1.6 HAMBRE

A1.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: femenino (género dominante o competidor en 18 países).

Género minoritario: masculino (género dominante o competidor en 5 países).

A1.6.2 Resumen

En la mayoría de las frases el género de hambre permanece encubierto: no se deja ver. Sin

embargo, en aquellos casos en que su género se revele —por ejemplo, en frases como hambre

canina/o, hambre espantosa/o o hambre tremenda/o, etc.—, resulta ser femenino en el habla

culta de la mayor parte del ámbito hispánico. Sólo en Perú y en el Cono Sur aparece hambre en

género masculino —por ejemplo, en la frase ¡tengo un hambre bárbaro!— con una alta

frecuencia entre hablantes cultos.

A1.6.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (17/20), masculino (4/20)

MÉXICO femenino (20/20)

GUATEMALA femenino (11/14), masculino (4/14)

EL SALVADOR femenino (15/17), masculino (2/17)

HONDURAS femenino (14/16), masculino (3/16)

NICARAGUA femenino (14/15), masculino (2/15)

COSTA RICA femenino (14/15), masculino (1/15)

PANAMÁ femenino (11/16), masculino (5/16)

CUBA femenino (14/15), masculino (1/15)

REP. DOMIN. femenino (14/14)

Page 23: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

23

PUERTO RICO femenino (15/15)

VENEZUELA femenino (19/20), masculino (1/20)

COLOMBIA femenino (18/20), masculino (6/20)

ECUADOR femenino (17/19), masculino (2/19)

PERÚ masculino (18/20), femenino (3/20)

BOLIVIA femenino (14/16), masculino (3/16)

PARAGUAY masculino (14/15), femenino (2/15)

URUGUAY femenino (13/20), masculino (11/20)

ARGENTINA masculino (16/20), femenino (7/20)

CHILE femenino (12/18), masculino (8/18)

A1.6.4 Observaciones

Lo encubierto del género de hambre: Por ser hambre un sustantivo que termina en e y comienza

con /a/ tónica, su género no siempre se deja ver fácilmente: a veces a uno le toca estar

espiándolo por largo rato hasta que lo enseñe. Por ejemplo, al escuchar las frases el

hambre, un hambre, algún hambre o ningún hambre, no se sabe si el hablante que las

utiliza considera que hambre es voz de género masculino o femenino, y aun en el caso de

mucha hambre, es posible que la persona diga mucha en vez de mucho por evitar una

cacofonía y no porque en los demás casos necesariamente considere que esta voz sea de

género exclusivamente femenino. En este estudio, la táctica que se usaba para tratar de

determinar el género que el encuestado le asignaba a hambre fue la de preguntarle qué

diría si hacía mucho tiempo que no comía, pero —y es necesario aclararlo— se le

apuntaba las siguientes respuestas: “Tengo...”

a) un hambre espantoso

b) un hambre espantosa

c) una hambre espantosa

Cuando el encuestado contestaba que hambre espantoso/a no era una locución propia de

su país o que no era una que utilizara, se le pedía al informante que cambiara el adjetivo

espantoso/a a otro —bárbaro/a, canino/a, negro/a, angustioso/a, tremendo/a, etc.—, o al

adjetivo que quisiera, ¡con tal de que este fuera un adjetivo que revelara el género de

hambre! Los rioplatenses, por ejemplo, solían preferir las frases hambre bárbaro o

hambre bárbara, y al parecer, estas se utilizan más en esa región que en otros lugares.

Pero con frecuencia el encuestado contestaba hambre horrible, hambre terrible, hambre

bestial, hambre atroz u otras frases tales como tengo un hambre (con mucho énfasis en el

un), o tengo un hambre de ___ (de perro, por ejemplo), frases que no indican nada en

absoluto acerca del género de hambre. Por lo tanto, la estrategia investigativa no siempre

daba resultados y a veces implicaba presionar al encuestado a que utilizara una frase que

no le salía espontáneamente. Por otra parte, algunos encuestados daban respuestas tales

como “En mi país, las personas con mejor nivel educativo no dicen que tienen hambre,

sino que tienen apetito”, con lo cual tampoco aclaraban el tema del género de hambre ni

aportaban ningún dato al estudio.

Page 24: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

24

A1.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

hambre... Es voz femenina: «Me entró de repente mucha hambre» (MtnGaite Nubosidad [Esp.

1992]). Al comenzar por /a/ tónica, exige el uso de la forma el del artículo si entre ambos

elementos no se interpone otra palabra..., pero los adjetivos deben ir en forma femenina: «Luego

vino el hambre, padre, el hambre física» (Mendoza Satanás [Col. 2002]). En cuanto al

indefinido, aunque no se considera incorrecto el uso de la forma plena una, hoy es mayoritario y

preferible el uso de la forma apocopada un...: «En España se padecía un hambre angustiosa»

(Tusell Geografía [Esp. 1995]). Lo mismo ocurre con los indefinidos alguno y ninguno: algún

hambre, ningún hambre. El resto de los adjetivos determinativos debe ir en femenino: esa

hambre, la misma hambre, etc.

Reseña

No nos ha de sorprender que los editores del DPD sean incapaces de aceptar que hambre pueda

ser voz de género masculino, pero se nota que aquí están vistiendo su disfraz de la prescripción y

no el de la descripción. Si tomaran, en este caso, una actitud descriptivista, tendrían que admitir

que (mal que les pese), hambre sí se usa en masculino en el lenguaje culto de varios países

suramericanos, al menos en el habla espontánea. Por ejemplo, si un rioplatense, aunque culto,

realmente tiene mucha hambre, es muy posible que diga “¡tengo un hambre bárbaro!”. Negar

que hambre sea con frecuencia voz de género masculino, hasta en el habla culta, es tratar de

tapar el sol con un dedo, y aquí los editores del DPD nos han pintado el mundo con que sueñan,

no el que tenemos.

Calificación: C-

A1.7 LENTE

A1.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: masculino (género dominante en 19 países).

Género minoritario: femenino (género dominante en 1 país).

A1.7.2 Resumen

En el español hispanoamericano común y corriente, el lente es lo que predomina, pero la lente

surge a veces en el lenguaje técnico. Es decir, con respecto a esta palabra, hay a veces diglosia en

Hispanoamérica, un uso diferenciado entre los dos géneros de la palabra. En España, en cambio,

no hay tal diglosia y lente suele ser de género femenino en todos los niveles de lenguaje.

Page 25: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

25

A1.7.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (20/20)

MÉXICO masculino (20/20), femenino (12/20)

GUATEMALA masculino (14/14), femenino (2/14)

EL SALVADOR masculino (17/17)

HONDURAS masculino (16/18), femenino (3/18)

NICARAGUA masculino (15/15), femenino (1/15)

COSTA RICA masculino (15/17), femenino (4/17)

PANAMÁ masculino (16/16), femenino (2/16)

CUBA masculino (15/15), femenino (2/15)

REP. DOMIN. masculino (15/16), femenino (2/16)

PUERTO RICO masculino (15/16), femenino (1/16)

VENEZUELA masculino (20/20), femenino (8/20)

COLOMBIA masculino (20/20), femenino (6/20)

ECUADOR masculino (19/19), femenino (2/19)

PERÚ masculino (20/20)

BOLIVIA masculino (14/15), femenino (2/15)

PARAGUAY masculino (14/15), femenino (7/15)

URUGUAY masculino (19/20), femenino (10/20)

ARGENTINA masculino (15/20), femenino (13/20)

CHILE masculino (15/17), femenino (3/17)

A1.7.4 Observaciones

Hispanoamérica: En Hispanoamérica los especialistas que trabajan con lentes —los fotógrafos,

camarógrafos, oculistas, astrónomos, técnicos de laboratorio, etc.— con frecuencia

utilizan la lente al referirse a los lentes que utilizan en sus respectivas profesiones. En

cambio, cuando se refieren a los lentes comunes y corrientes (a los de contacto, a los

anteojos o a los lentes individuales de estos), tanto los no especialistas como los

especialistas hispanoamericanos suelen utilizar el masculino, el lente. Es decir, en

Hispanoamérica existe diglosia con respecto al género de lente, siendo el lente el uso

común y habitual, y la lente el uso especializado.

España: En España se utiliza la lente tanto en el lenguaje especializado como en el cotidiano, de

modo que no existe la diglosia que hay en Hispanoamérica (el lente versus la lente, ver

párrafo anterior). En la madre patria2, en cambio, hay diglosia con el término lentes de

contacto (uso no marcado o neutro) frente a lentillas (uso coloquial). Allí lentilla no se

refiere a un(a) lente de tamaño pequeño, sino que ha adquirido el significado específico

de ‘lente de contacto’ —se trata de un “diminutivo lexicalizado”— y es también un

indicio más de que en España lente suele ser palabra de género femenino.

Page 26: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

26

A1.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

lente. Es válido su uso en ambos géneros en cualquiera de sus acepciones, aunque las

preferencias son distintas según las zonas; así, cuando significa ‘pieza transparente que se

emplea en instrumentos ópticos’, en España se usa en femenino, mientras que en América

alternan ambos géneros, con cierta preferencia por el masculino: «La distancia entre el foco y el

centro óptico de la lente se llama distancia focal» (Portillo Energía [Esp. 1985]); «Se acerca al

intruso camarógrafo e intenta tapar el lente de la cámara» (Alberto Eternidad [Cuba 1992]). Lo

mismo cabe decir de la expresión lente de contacto, femenina en España y frecuentemente

masculina en América. Cuando significa ‘juego de dos lentes con armadura para corregir

defectos de visión’, se usa en plural y normalmente en masculino en todo el ámbito hispánico:

«Se quitó la barba postiza y los lentes ahumados» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]). Con este

último sentido hay algún ejemplo esporádico de femenino en España: «Buscó las lentes en el

bolso, se lamentó de lo poco que veía ya» (Delgado Mirada [Esp. 1995]).

Reseña

El DPD afirma que “...en España [lente] se usa en femenino, mientras que en América alternan

ambos géneros, con cierta preferencia por el masculino” (énfasis mío). Debería quitársele el

“cierta” de la frase anterior, pues en realidad la preferencia en Hispanoamérica por usar lente en

masculino es abrumadora: fuera de los contextos técnicos —del tipo de la lente del

microscopio— la palabra lente casi siempre se usa en masculino en el español de América. El

DPD también sostiene que “Lo mismo cabe decir de la expresión lente de contacto, femenina en

España y frecuentemente masculina en América”. De nuevo, convendría quitarle el

“frecuentemente” porque lente de contacto en realidad es casi siempre masculino en el uso

común y corriente hispanoamericano. Finalmente, el DPD nos dice que “Cuando significa ‘juego

de dos lentes con armadura...’, se usa en plural y normalmente en masculino en todo el ámbito

hispánico... [aunque] hay algún ejemplo esporádico de femenino en España”. A pesar de que el

DPD emplee la palabra “esporádico”, la correspondiente cita «Buscó las lentes en el bolso...»,

nos pinta una imagen poco fidedigna de la realidad peninsular, ya que en España lentes no es la

forma más habitual de llamar al objeto en cuestión, sino gafas. En España, el término gafas suele

referirse al aparato que se usa para compensar defectos de visión, mientras que en la mayoría de

los países hispanoamericanos gafas o lentes/anteojos de sol se refieren al aparato con lentes

oscurecidos para proteger a los ojos de los rayos del sol. (Colombia es una excepción; allí gafas

corrigen defectos de visión, al igual que en España). Es decir, a diferencia de lo que sugiere esta

entrada del DPD, un español rara vez diría ni los lentes ni las lentes a lo que la mayoría de los

hispanoamericanos llaman anteojos, lentes o espejuelos, sino que el español les dice las gafas.

Calificación: B

Page 27: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

27

A1.8 SALIENTE (‘la parte que sobresale de algo’)

A1.8.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género casi o relativamente mayoritario: femenino (uso dominante o competidor en al menos 8

países).

Género minoritario: masculino (uso dominante o competidor en 3 países).

Otro uso casi o relativamente mayoritario: el sustantivo saliente rara vez se emplea con el

significado de ‘la parte que sobresale de algo’ (uso dominante o competidor en

posiblemente 9 países).

A1.8.2 Resumen

Cuando saliente se usa con el significado de ‘la parte que sobresale de algo’, es de género

femenino en México y la mayor parte de América del Sur, pero masculino en España, Cuba y

quizás en Venezuela también. Sin embargo, el uso de saliente con este significado parece ser

poco conocido —aun por hablantes cultos— en América Central, Puerto Rico, Bolivia y tal vez

otros países hispanoamericanos.

A1.8.3 Tabla dialectal

ESPAÑA masculino (20/20)

MÉXICO femenino (15/20), saliente rara vez se usa en este sentido (5/20), masculino (3/20)

GUATEMALA saliente rara vez se usa en este sentido (5/13), masculino (4/13), femenino

(3/13) EL SALVADOR saliente rara vez se usa en este sentido (7/11), femenino (3/11), masculino

(3/11)

HONDURAS saliente rara vez se usa en este sentido (9/16), masculino (4/16), femenino (3/16)

NICARAGUA saliente rara vez se usa en este sentido (9/14), masculino (4/14), femenino

(2/14) COSTA RICA saliente rara vez se usa en este sentido (9/16), femenino (4/16), masculino (3/16)

PANAMÁ saliente rara vez se usa en este sentido (12/15), masculino (2/15), femenino (1/15)

CUBA masculino (10/18), saliente rara vez se usa en este sentido (5/18), femenino

(4/18) REP. DOMIN. saliente rara vez se usa en este sentido (8/14), femenino (4/14), masculino

(2/14) PUERTO RICO saliente rara vez se usa en este sentido (14/17), femenino (2/17), masculino (1/17)

VENEZUELA masculino (9/20), saliente rara vez se usa en este sentido (8/20), femenino

(5/20) COLOMBIA femenino (16/20), masculino (3/20), saliente rara vez se usa en este sentido (2/20)

ECUADOR femenino (11/18), saliente rara vez se usa en este sentido (6/18), masculino

(1/18) PERÚ femenino (12/19), saliente rara vez se usa en este sentido (6/19), masculino

(1/19) BOLIVIA saliente rara vez se usa en este sentido (9/14), femenino (3/14), masculino (2/14)

Page 28: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

28

PARAGUAY femenino (11/13), masculino (2/13)

URUGUAY femenino (10/20), saliente rara vez se usa en este sentido (9/20), masculino

(1/20) ARGENTINA femenino (16/20), saliente rara vez se usa en este sentido (3/20), masculino (1/20)

CHILE femenino (12/20), saliente rara vez se usa en este sentido (6/20), masculino

(3/20)

A1.8.4 Observaciones

General: Los datos de este estudio sugieren que en muchos países hispanoamericanos el uso de

saliente (‘la parte que sobresale de algo’) es poco frecuente, hasta en el habla culta. Por lo

tanto, basándose en dichos datos, es difícil sacar conclusiones firmes acerca del género de

saliente cuando se utiliza con este significado en el caso de vastas áreas del mundo de

habla hispana (América Central, la República Dominicana, Puerto Rico y Bolivia). Con

respecto a otras áreas del ámbito hispánico, en cambio, los datos de este estudio sí

permiten aducir el género predominante de saliente (‘la parte que sobresale de algo’):

este es femenino en México y la mayor parte de América del Sur (Venezuela y Bolivia

quizás sean excepciones), y masculino en España y Cuba; hace falta investigar si en

Venezuela se prefiere el masculino, o si en este país compiten los dos géneros. Según

informaron numerosos encuestados de diversos países, más frecuente es el uso del

sustantivo saliente con el significado de ‘persona que sale de su cargo’ —un político o un

funcionario, por ejemplo— y, en ese caso, el sustantivo saliente es común en cuanto al

género, o sea, que depende del sexo de la persona a la que se refiera: el saliente si es

hombre, la saliente si es mujer.

A1.8.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

saliente. Como sustantivo (‘parte que sobresale de una cosa’), en España se usa siempre en

masculino, mientras que en gran parte de América alternan ambos géneros: «Aferrándose con

manos, pies y boca a los salientes de la pared» (Rubín Rezagados [Méx. 1991]); «El vestido se

le había enganchado en la saliente de una roca» (Quintero Danza [Ven. 1991]).

Reseña

Con respecto al sustantivo saliente (‘parte que sobresale de una cosa’), el DPD nos señala que

“en España... se usa siempre en masculino”, lo cual es cierto, y que “en gran parte de América

alternan ambos géneros”(énfasis mío), lo cual parece ser poco acertado. Dejando a un lado a

Venezuela y Cuba, países en donde saliente sí surgió como masculino con una frecuencia alta, en

todos los demás países hispanoamericanos en donde los encuestados hayan reconocido el

significado en cuestión —México, Colombia, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay, Argentina y

Chile—, la saliente se ofreció con una gran frecuencia y con una competencia mínima de parte

de el saliente. Con la posible excepción de Venezuela, no se sabe a qué partes de

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29

Hispanoamérica estarán refiriéndose los lingüistas del DPD en donde supuestamente “alternan

ambos géneros” de saliente (‘parte que sobresale de una cosa’). Es un misterio.

Calificación: B-

A1.9 TILDE

A1.9.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: femenino (género dominante o competidor en 19 países).

Género minoritario: masculino (género dominante en 1 país y competidor en 1 ó 2 más).

A1.9.2 Resumen

Se dice mayormente la tilde en el habla culta de casi todo el ámbito hispánico, pero en Uruguay

se dice más el tilde, y en Chile y Argentina hay bastante competencia entre los dos géneros de la

palabra.

A1.9.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (19/20), masculino (1/20)

MÉXICO femenino (19/20), masculino (2/20)

GUATEMALA femenino (17/17)

EL SALVADOR femenino (13/13), masculino (1/13)

HONDURAS femenino (12/17), masculino (6/17)

NICARAGUA femenino (10/15), masculino (5/15)

COSTA RICA femenino (15/15)

PANAMÁ femenino (12/13), masculino (1/13)

CUBA femenino (13/14), masculino (1/14)

REP. DOMIN. femenino (13/15), masculino (2/15)

PUERTO RICO femenino (16/17), masculino (1/17)

VENEZUELA femenino (15/18), masculino (5/18)

COLOMBIA femenino (17/17)

ECUADOR femenino (14/15), masculino (1/15)

PERÚ femenino (16/17), masculino (1/17)

BOLIVIA femenino (10/13), masculino (4/13)

PARAGUAY femenino (11/14), masculino (3/14)

URUGUAY masculino (18/20), femenino (2/20)

ARGENTINA femenino (16/20), masculino (11/20)

CHILE masculino (12/18), femenino (9/18)

Page 30: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

30

A1.9.4 Observaciones

¿Un cambio diacrónico en el género de tilde? Algunos encuestados de diferentes países indicaron

que el uso de tilde en masculino era más común hace una generación y que el tilde

todavía es usado por personas mayores de su país. La entrada correspondiente del DPD

(ver § A1.9.5), también insinúa que en el pasado el uso de el tilde era más frecuente que

hoy en día, a principios del siglo XXI. Si se trata de un cambio diacrónico (el tilde → la

tilde), la alta frecuencia de el tilde en Uruguay, Chile y Argentina podría representar un

remanente de este movimiento hacia su uso en femenino, un “foco de resistencia” o zona

recalcitrante, por así decirlo. Será interesante ver si en el futuro tilde continuará dándose

en masculino en estos tres países con alta frecuencia, o si el uso de el tilde comenzará a

ceder allí ante el de la tilde, de tal forma que los usos uruguayo, chileno y argentino se

ajusten a la norma general, a la del español neutro (la tilde).

Tilde versus acento: Varios encuestados que participaron en este estudio —un número

considerable de los mexicanos pero también algunos de otros países— indicaron que no

utilizan tilde para nada y que sólo emplean la palabra acento para referirse al acento

gráfico. Sería interesante investigar las frecuencias relativas de acento y tilde (‘acento

gráfico’), en los diferentes países de habla hispana.

A1.9.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

tilde1... Se llama tilde tanto al acento gráfico como al rasgo o trazo pequeño que forma parte de

algunas letras, como la ç, la ñ, la t, etc. En ambos casos admite los dos géneros, aunque hoy se

usa casi exclusivamente en femenino: «Funciona entre el alumnado una regla maldita de los

acentos: en la duda, poner la tilde» (Miguel Perversión [Esp. 1994]). También significa ‘tacha o

nota denigrativa’, sentido en el que también admite su uso en ambos géneros: «Ese tilde de

hereje le faltaba a ese Napoleón Malaparte» (FnCaballero Clemencia [Esp. 1852]); «En otras

castas es lícito perdonar ciertos leves errores y algunas tildes» (Ortega Artículos [Esp. 1907]

69). Cuando significa ‘lo más mínimo’, hoy se usa siempre en femenino: «El progreso de

España había sido durante su reinado, sin exagerar una tilde, sensacional» (Laín Descargo

[Esp. 1976]).

Reseña

El DPD afirma que tilde (‘acento gráfico’ o ‘trazo pequeño que forma parte de algunas letras,

como la ç, la ñ, la t’), “hoy se usa casi exclusivamente en femenino” y esto es cierto en la

mayoría de los países. Sin embargo, el DPD no nos describe la variación dialectal que gira en

torno a esta palabra: que tilde es de género femenino en la mayoría de los países, pero

frecuentemente masculino en Uruguay, Chile y Argentina. También es interesante notar que de

las cuatro oraciones con la palabra tilde que el DPD cita en esta entrada, ¡las cuatro son de

España!, lo cual no constituye una muestra muy “panhispánica” que digamos. ¿Acaso sus

editores esperan descubrir y describir la variación dialectal que existe si citan puras frases de un

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solo país? Ni en sueños. También cabe preguntar por qué han incluido dos citas de oraciones con

tilde que datan de los años 1852 y 1907. Si su meta era pintarnos un cuadro del uso actual ¿por

qué no pudieron encontrar ejemplos de tilde que provengan de textos más recientes?

Calificación: C

A1.10 BIKINI

A1.10.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 19 países).

Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 2 países).

A1.10.2 Resumen

Bikini es voz de género masculino en todo el ámbito hispánico con dos excepciones: Argentina y

Paraguay. En Argentina, bikini es mayormente femenino y en Paraguay hay competencia entre el

bikini y la bikini.

A1.10.3 Tabla dialectal

ESPAÑA masculino (18/18)

MÉXICO masculino (20/20)

GUATEMALA masculino (16/16)

EL SALVADOR masculino (16/16)

HONDURAS masculino (15/15)

NICARAGUA masculino (15/15)

COSTA RICA masculino (17/17)

PANAMÁ masculino (15/15)

CUBA masculino (15/15)

REP. DOMIN. masculino (15/15)

PUERTO RICO masculino (17/17)

VENEZUELA masculino (20/20)

COLOMBIA masculino (20/20)

ECUADOR masculino (20/20)

PERÚ masculino (20/20)

BOLIVIA masculino (15/15)

PARAGUAY masculino (12/19), femenino (8/19)

URUGUAY masculino (19/20), femenino (1/20)

ARGENTINA femenino (19/20), masculino (2/20)

CHILE masculino (18/18)

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32

A1.10.4 Observaciones

El género de bikini: Bikini se emplea como voz de género masculino en el español de la vasta

mayoría de los países debido al principio general de que los extranjerismos importados al

español que no terminen en a se incorporan a la lengua como voces de género masculino.

En cambio, el uso de bikini como voz de género femenino en Argentina al parecer se

debe al hecho de que malla —la palabra más comúnmente usada en Argentina para traje

de baño—, es de género femenino. Sin embargo, esta explicación no aclara la razón por

la cual bikini es de género masculino en Uruguay, Bolivia, Perú y otros países en donde

la palabra malla también se usa con el significado de ‘traje de baño’. Y cabe preguntar en

qué aspectos fueron diferentes las condiciones en Uruguay y Bolivia, etc., frente a las de

Argentina, las que hicieron que en este país se aplicara la regla particular (la

incorporación de bikini como femenino por influencia del género de malla), en vez de

aplicarse la regla general (la incorporación de bikini como masculino por ser sustantivo

extranjero que no acaba en a). También sería interesante investigar las siguientes

temáticas:

(1) ¿Se debe el uso de bikini como voz de género femenino en Paraguay a influencia

argentina o no? Tal vez una forma de resolver esta cuestión es investigar si el uso

de la bikini en Paraguay es un fenómeno más reciente que el de el bikini (siendo

este el uso paraguayo más tradicional) o si el uso de la bikini es más antiguo en

dicho país. Si la bikini es más reciente que el bikini en Paraguay, quizás aquel uso

haya sido “importado” de Argentina. ¿Será que el uso ambiguo —el bikini y la

bikini— en Paraguay se debe a dos corrientes o presiones contrapuestas? Es decir,

por un lado, el influjo del uso argentino hace que algunos paraguayos digan la

bikini y, por otro, la presión opuesta del uso general o del español neutro (el

bikini), hace que otros paraguayos le hagan caso omiso al uso argentino y sigan la

corriente del español mayoritario.

(2) ¿Por qué el uso uruguayo —el bikini— no ha seguido los pasos del uso argentino,

ya que a veces los usos de Argentina han influido y se han impuesto sobre los de

sus vecinos más pequeños, Paraguay y Uruguay?

A1.10.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

bikini... Es voz masculina en todo el ámbito hispánico, salvo en la Argentina, donde se usa en

femenino: «Ya no me voy a poder poner un biquini en mi vida» (Grandes Aires [Esp. 2002]);

«Todos los días salía a navegar luciendo diminutas bikinis» (Wornat MenemBolocco [Arg.

2001]).

Reseña

Los lingüistas del DPD alegan en esta entrada que bikini se usa en femenino sólo en la

Argentina, pero cabe preguntarse a cuántos paraguayos les habrán hecho la consulta. Quizás a

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33

ninguno. Ni modo. En este estudio no nos quedamos con los brazos cruzados, pues se les

preguntó a 19 paraguayos sobre el tema de los cuales ocho indicaron que dicen la bikini y 12 que

dicen el bikini; uno de los paraguayos dijo que utiliza ambos géneros (ver § A1.10.3). Esto

sugiere que en Paraguay hay actualmente bastante competencia entre los dos géneros de la

palabra, de manera que es necesario modificar la descripción dialectal del DPD con respecto a

bikini para que indique lo siguiente: “Bikini es voz de género masculino en la mayor parte del

ámbito hispánico, pero femenino en la Argentina y compiten ambos géneros en Paraguay”. Las

cuentas claras y el chocolate espeso.

Calificación: A-

A1.11 DÍNAMO / DINAMO

A1.11.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: el dínamo (uso dominante o competidor en 15 países).

Usos minoritarios: el dinamo (uso dominante o competidor en 9 países), la dinamo (uso

dominante en 1 país) y la dínamo (uso no muy frecuente en ningún país, pero esporádico

en algunos).

A1.11.2 Resumen

El dínamo, la forma esdrújula en masculino, es el uso dominante en la mayor parte del ámbito

hispánico, pero el dinamo, la forma llana, también en masculino, se prefiere en Nicaragua, Cuba

y Venezuela. Hay competencia entre el dínamo y el dinamo en México, Guatemala, El Salvador,

Honduras, Colombia, Perú y tal vez en algunos otros países. La dinamo se da con frecuencia sólo

en España.

A1.11.3 Tabla dialectal

Nota: La variante de España, la dinamo, está escrita en letra negra y cursiva porque se distingue

del uso mayoritario, el dínamo, en dos planos diferentes: en el género y en la

pronunciación/grafía.

ESPAÑA la dinamo (18/20), la dínamo (4/20), el dínamo (2/20), el dinamo (1/20)

MÉXICO el dínamo (12/20), el dinamo (11/20), la dínamo (2/20)

GUATEMALA el dínamo (13/20), el dinamo (7/20)

EL SALVADOR el dínamo (9/16), el dinamo (7/16)

HONDURAS el dinamo (9/17), el dínamo (8/17), la dinamo (1/17)

NICARAGUA el dinamo (12/15), el dínamo (3/15)

COSTA RICA el dínamo (13/16), el dinamo (3/16)

PANAMÁ el dínamo (13/16), el dinamo (3/16)

CUBA el dinamo (19/20), el dínamo (2/20)

Page 34: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

34

REP. DOMIN. el dínamo (12/15), el dinamo (3/15)

PUERTO RICO el dínamo (14/18), el dinamo (3/18), la dínamo (1/18)

VENEZUELA el dinamo (17/20), el dínamo (3/20)

COLOMBIA el dinamo (11/20), el dínamo (11/20)

ECUADOR el dínamo (12/17), el dinamo (5/17)

PERÚ el dínamo (13/20), el dinamo (9/20)

BOLIVIA el dínamo (14/16), el dinamo (2/16)

PARAGUAY el dínamo (12/14), el dinamo (2/14)

URUGUAY el dínamo (19/20), el dinamo (2/20), la dínamo (1/20)

ARGENTINA el dínamo (19/20), la dínamo (2/20)

CHILE el dínamo (16/20), el dinamo (4/20)

A1.11.4 Observaciones

España: En este estudio, la gran mayoría de los españoles sólo ofrecieron la dinamo, si bien hubo

una que otra respuesta de la dínamo, el dínamo y el dinamo. Sin embargo, un encuestado

español señaló que se dice la dinamo o la dínamo para referirse al generador eléctrico,

pero el Dínamo para referirse a los equipos de fútbol (el Dínamo de Bucarest, de Kiev, de

Moscú, etc.). Una búsqueda por Google realizada en el 2010, en cambio, demostró que se

escribe tanto el Dínamo de... como el Dinamo de... cuando se hace referencia a los clubes

deportivos.

A1.11.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

dinamo o dínamo... Ambas acentuaciones son correctas. Este término surge, en la mayoría de

las lenguas europeas, por acortamiento de la expresión (máquina) dinamoeléctrica, origen que

justifica en español la forma llana dinamo. La forma esdrújula dínamo se explica por influjo del

griego dýnamis (‘fuerza’)... Desde su origen se ha usado en ambos géneros: «La dinamo (o el

dinamo) no es otra cosa que un ovillejo de alambres que se mueve rapidísimamente en presencia

de los polos de un imán» (Echegaray Ciencia [Esp. 1870-1905]). En España está hoy

generalizado su uso en femenino, pero en muchas zonas de América sigue siendo frecuente su

empleo en masculino. Se recomienda el femenino, por ser este el género que corresponde tanto al

sustantivo sobrentendido máquina como a la voz griega dýnamis.

Reseña

Con respecto a España, el DPD declara que “En España está hoy generalizado su uso en

femenino”, lo cual es cierto, pero no nos señala que dinamo, la forma llana, es con mucho la más

frecuente en la madre patria. Esta es una falla grave de su descripción de la variación geográfica.

El DPD tampoco suministra ninguna información acerca de la distribución dialectal de dínamo

frente a dinamo en Hispanoamérica, a saber, que dinamo es la forma predominante en Honduras,

Nicaragua, Cuba y Venezuela, y que dínamo es la que prima en la mayoría de los demás países

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35

americanos, aunque en México, Guatemala, El Salvador, Colombia y Perú hay competencia entre

las dos formas. El DPD se pone su careta prescriptiva, pero mal puesta, al afirmar que “en

muchas zonas de América sigue siendo frecuente su empleo en masculino” y que “[s]e

recomienda el femenino, por ser este el género que corresponde tanto al sustantivo sobrentendido

máquina como a la voz griega dýnamis”. Estas declaraciones insinúan que sólo es cuestión de

tiempo para que los hispanoamericanos que dicen el dínamo o el dinamo, que son el 99% de

ellos, recapaciten y se den cuenta de su error, pero no hay ningún indicio de que este cambio esté

próximo a darse. También es notable que el DPD critica el uso en masculino de dínamo/dinamo

en Hispanoamérica en parte porque en griego dýnamis era voz femenina, pero no censura el uso

de dinamo, la forma llana, en España (y que también se da en algunos países americanos), a

pesar de que la voz griega fuera esdrújula; al contrario, el DPD vitorea el uso de dinamo por ser

acortamiento de máquina dinamoeléctrica. Si las características que tenía la palabra

correspondiente en el griego antiguo, dýnamis, realmente fueran importantes para guiar nuestro

comportamiento lingüístico actual en español, el DPD debería criticar tanto el uso en masculino

en Hispanoamérica de cualquiera de las dos formas (porque el masculino discrepa con el género

de dýnamis), como el uso de dinamo en España (ya que discrepa con la pronunciación de

dýnamis en griego). Sin embargo, vemos que sólo critica el uso hispanoamericano. Fijémonos

también en que el DPD censura el uso en masculino de dínamo/dinamo en Hispanoamérica

porque no corresponde al sustantivo sobrentendido máquina, pero no critica el uso en femenino

de sauna en España a pesar de que este uso no corresponde al sustantivo sobrentendido baño (ver

§ A1.3). Es decir, el DPD no ha juzgado estos usos americanos y peninsulares con el mismo

criterio ni los ha medido por el mismo rasero. Del dicho —“panhispánico”— al hecho, hay gran

trecho.

Calificación: C+

A1.12 RADIO (‘radiorreceptor’)

A1.12.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: masculino (género dominante en 13 países).

Género minoritario: femenino (género dominante en 7 países).

A1.12.2 Resumen

Cuando se usa en el sentido de ‘radiorreceptor’, la palabra radio suele ser de género masculino

en la parte norte de Hispanoamérica, —desde México hasta el Ecuador, incluidas las Antillas—,

pero de Perú hacia el sur y también en España, radio (‘radiorreceptor’) suele ser de género

femenino.

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36

A1.12.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (20/20)

MÉXICO masculino (18/20), femenino (3/20)

GUATEMALA masculino (17/17)

EL SALVADOR masculino (15/17), femenino (2/17)

HONDURAS masculino (13/16), femenino (4/16)

NICARAGUA masculino (14/15), femenino (1/15)

COSTA RICA masculino (15/17), femenino (3/17)

PANAMÁ masculino (17/18), femenino (8/18)

CUBA masculino (17/18), femenino (4/18)

REP. DOMIN. masculino (16/18), femenino (2/18)

PUERTO RICO masculino (17/18), femenino (3/18)

VENEZUELA masculino (20/20), femenino (8/20)

COLOMBIA masculino (20/20), femenino (1/20)

ECUADOR masculino (16/20), femenino (8/20)

PERÚ femenino (15/20), masculino (7/20)

BOLIVIA femenino (13/15), masculino (3/15)

PARAGUAY femenino (15/15)

URUGUAY femenino (20/20)

ARGENTINA femenino (19/20), masculino (1/20)

CHILE femenino (16/17), masculino (2/17)

A1.12.4 Observaciones

Otros significados de radio: Nos referimos en este artículo solamente a los significados de

‘radiorreceptor’, ‘radiodifusión’ y ‘radioemisora’, porque las demás acepciones de radio

—el elemento químico, el hueso y el radio del círculo, etc.— no muestran ninguna

variación dialectal: en el caso de todas estas otras acepciones se dice el radio en todos los

países.

Radio (‘radiorreceptor’) versus radio (‘radiodifusión/radioemisora’): En la zona de

Hispanoamérica que abarca desde México hasta el Ecuador, incluidas las Antillas, se

hace una distinción semántica entre los dos géneros de radio, según la cual el radio se

refiere al radiorreceptor y la radio a la difusión y a la emisora. De Perú hacia el sur y en

España, en cambio, no se suele hacer tal distinción y tanto el radiorreceptor como la

difusión y la emisora son la radio. Así los hispanohablantes de la primera zona, entre

México y Ecuador, dirían “salió la noticia en la radio”, refiriéndose a la difusión o a la

emisora, pero “se me dañó el radio” o “voy a comprarme un radio”, refiriéndose al

aparato. Los hispanohablantes de la segunda zona, España e Hispanoamérica de Perú

hacia el sur, en cambio, utilizan la radio para referirse a ambos conceptos.

El prestigio relativo de el radio y la radio: Hay prejuicios que circulan en ambas direcciones. A

los hispanohablantes cultos del grupo de países en donde se le dice la radio al aparato,

suele resultarles una incorrección el uso de el radio por parte de los de la otra zona. Es

decir, los que dicen la radio al aparato tienden a pensar que los que dicen el radio no se

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37

dan cuenta de que radio “debería ser” voz de género femenino a pesar de que termine en

o. En cambio, a los de la zona más grande, en donde se hace la distinción entre el radio

(‘radiorreceptor’) y la radio (‘radiodifusión’), les parece una falta de sutileza el que los

otros no perciban ni hagan tal distinción.

El caso de Perú: Algunos peruanos que participaron en este estudio indicaron que en su país es

frecuente oír el radio (‘radiorreceptor’) —enciende el radio— entre hablantes de baja

condición socioeconómica, pero que se oye menos en los sectores escolarizados. Sin

embargo, otros peruanos cultos insinuaron lo contrario, afirmando que ellos mismos sí

hacen la distinción entre el radio (‘aparato’) y la radio (‘emisora’ o ‘difusión’), ¡y a

mucha honra! Hace falta investigar más para determinar qué características tienen los

peruanos que tienen cada uno de los dos usos esbozados y cuáles son las actitudes en el

Perú que giran en torno a la cuestión el radio/la radio. Tal como sucede con varios temas

dialectales tratados en este estudio (y en otros), Perú a menudo representa una zona

lingüística de transición —un puente, por así decirlo— entre el uso del norte de

Hispanoamérica, por un lado, y el del Cono Sur, por otro. Considérense, por ejemplo, los

casos de el/la piyama (§ A1.2), el/la chance (§ A1.4) y coctel/cóctel (§ B1.3): en cada

uno de ellos, uno de los dos usos en cuestión se utiliza en los países que se encuentran al

norte de Perú (la piyama, el chance y coctel, todos usos mayoritarios), el opuesto se da en

los que quedan al sur de Perú (el piyama, la chance y cóctel, todos usos minoritarios), y

en Perú mismo compiten ambos usos en forma más o menos reñida.

A1.12.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

radio... Cuando, por acortamiento de radiorreceptor, significa ‘aparato con el que se escuchan

los sonidos transmitidos mediante ondas hertzianas’, se usa en ambos géneros, dependiendo de

las zonas; así, en España es siempre femenino, género preferido también en los países del Cono

Sur: «Aragón no pudo soportarlo y apagó la radio» (Clarín [Arg.] 12.2.97); pero en gran parte

de América (México, Centroamérica, las Antillas, el Ecuador, Colombia y Venezuela) se usa

normalmente en masculino: «Encendieron el radio y oyeron la noticia una vez más» (Gamboa

Páginas [Col. 1998]).

Reseña

La descripción dialectal del DPD es muy acertada con respecto al género de radio

(‘radiorreceptor’): femenino en España y el Cono Sur, y masculino en México, América Central,

las Antillas, el Ecuador, Colombia y Venezuela. Muy bien, correcto. Pero ¿qué pasó con Perú y

Bolivia? En la descripción dialectal del DPD sobre radio, estos dos países brillan por su

ausencia, o, dicho de otra manera, a Perú y a Bolivia los invitaron a esta “fiesta panhispánica”,

¡pero a la hora de repartir la torta, no les dieron! En el Perú, como también se observa en otros

casos como el/la piyama, el/la chance y coctel/cóctel (ver § A1.2, A1.4 y B1.3,

respectivamente), el uso oscila entre ambos paradigmas —hay competencia entre los dos géneros

de radio (‘radiorreceptor’)—, aunque con preferencia hacia el femenino. Y en Bolivia, país que

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38

no pertenece geográfica ni culturalmente al Cono Sur, radio (‘radiorreceptor’) se usa casi

siempre en femenino.

Calificación: A-

A2.0 SUSTANTIVOS QUE TERMINAN EN CONSONANTE

A2.1 ESPIRAL

A2.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: una mezcla del género masculino y femenino —el espiral y la espiral, a

menudo con preferencia por el masculino—, o el uso de uno u otro género, según el

contexto (19 países).

Uso minoritario: género exclusivamente femenino, la espiral (1 país).

A2.1.2 Resumen

Entre hablantes cultos de toda Hispanoamérica el género de espiral suele ser tema de discusión,

pero los puristas casi siempre abogan por el femenino de esta voz, acatando la norma impuesta

por la Real Academia (que sólo la admite como femenino). Con frecuencia esta exigencia o

preferencia es sólo de dientes para fuera ya que, en la práctica, la mayoría de los

hispanoamericanos no siguen esta norma: o bien consideran espiral de género masculino, o bien

utilizan ambos géneros —el espiral y la espiral—, según el contexto (ver § A2.1.4). Sólo en

España puede decirse que espiral es voz de género exclusiva o casi exclusivamente femenino

entre hablantes cultos.

A2.1.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (20/20), el espiral (1/20)

MÉXICO femenino (15/20), masculino (11/20)

GUATEMALA masculino (13/15), femenino (5/15)

EL SALVADOR masculino (12/17), femenino (5/17)

HONDURAS masculino (14/17), femenino (5/17)

NICARAGUA masculino (13/15), femenino (6/15)

COSTA RICA femenino (17/20), masculino (5/20)

PANAMÁ masculino (14/18), femenino (5/18)

CUBA masculino (10/16), femenino (9/16)

REP. DOMIN. masculino (11/15), femenino (10/15)

PUERTO RICO masculino (14/19), femenino (8/19)

VENEZUELA masculino (15/20), femenino (8/20)

COLOMBIA femenino (15/20), masculino (13/20)

ECUADOR masculino (13/20), femenino (11/20)

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39

PERÚ masculino (14/20), femenino (6/20)

BOLIVIA masculino (12/16), femenino (7/16)

PARAGUAY masculino (14/15), femenino (1/15)

URUGUAY masculino (16/20), femenino (15/20)

ARGENTINA masculino (17/20), femenino (11/20)

CHILE masculino (11/18), femenino (11/18)

A2.1.4 Observaciones

Hispanoamérica: En el lenguaje culto de Hispanoamérica compiten el espiral y la espiral en la

gran mayoría de los países; Costa Rica tal vez sea una excepción. También cabe señalar

que hay una gran cantidad de hispanoamericanos que utilizan el género masculino para

usos concretos de la palabra (el espiral contra mosquitos, el espiral anticonceptivo, el

espiral del cuaderno, dibujar un espiral, etc.), pero emplean el femenino en contextos

más abstractos o metafóricos (la espiral inflacionaria, una espiral de violencia, etc.).

Hace falta realizar más investigación para determinar las características, en cuanto a

edad, estudios, región, etc., que tienen aquellos hispanoamericanos que siempre digan el

espiral, los que siempre digan la espiral y los que utilicen ambos géneros según el

contexto.

España: El uso diferenciado de los dos géneros de espiral en Hispanoamérica (ver párrafo

anterior) parece estar ausente en España, país en donde espiral se usa exclusivamente en

femenino entre hablantes cultos.

A2.1.4 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

espiral... Aunque ocasionalmente se ve usada en masculino, es voz femenina en el uso culto

mayoritario de todo el ámbito hispánico: «Hizo una espiral con el dedo» (Skármeta Cartero

[Chile 1986]); «Las tribulaciones económicas se ven agravadas por una espiral de violencia»

(Tiempo [Col.] 6.9.96).

Reseña

Con audacia el DPD declara con respecto a espiral que “Aunque ocasionalmente se ve usada en

masculino, es voz femenina en el uso culto mayoritario de todo el ámbito hispánico” (énfasis

mío), lo cual es una patraña de primera categoría. En realidad, el uso de espiral en masculino de

“ocasional” no tiene nada, ¡pues es frecuentísimo en el lenguaje culto de casi toda

Hispanoamérica! El hecho de que las dos fuentes que el DPD ha citado usen espiral en femenino

y su osada afirmación de que es femenino en el uso culto mayoritario de todo el ámbito

hispánico, no hacen que así sea. Bien pudieron haber citado ejemplos que no respaldan su

preferencia. Por ejemplo, he aquí una cita la cual, si bien no es de un texto literario, proviene

nada menos que del ilustre lexicógrafo chileno Félix Morales Pettorino y sus colegas de la

Academia Chilena de la Lengua y demuestra que sus autores consideran que espiral es voz de

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género masculino, al menos en el contexto concreto de la palabra. El Diccionario ejemplificado

de chilenismos y de otros usos diferenciales del español de Chile define cuaderno universitario

de la siguiente forma: “Cuaderno más grande que el ordinario, armado en un espiral metálico o

plástico, que usan los estudiantes...” (énfasis mío, Morales Pettorino: 1465-66). Con respecto al

género de espiral, los editores del DPD simplemente han confundido el mundo tal como es por

el que quisieran encontrar. ¡Que dejen de dorarnos la píldora! Podemos hacerle ¡vivas! o

¡mueras! a el espiral, pero no vamos a ahuyentarlo ni desterrarlo de la lengua culta negando su

existencia. Pónganle la firma.

Calificación: D

A2.2 TERMINAL (DE TRANSPORTES)

A2.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: femenino (género dominante en 14 países).

Género minoritario: masculino (género dominante en 6 países).

A2.2.2 Resumen

Cuando terminal se usa con el significado de ‘conjunto de instalaciones situadas en el extremo

de una línea de transporte’ (por ejemplo, el lugar donde se toma un autobús, bus u ómnibus, etc.),

es de género femenino en la mayor parte de Hispanoamérica y también en España. Sin embargo,

existe un grupo de países hispanoamericanos de número no despreciable —específicamente

Puerto Rico y los cinco países suramericanos que tienen costa caribeña y/o pacífica— donde

terminal, cuando se usa en el sentido señalado, suele ser de género masculino.

A2.2.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (19/20), masculino (1/20)

MÉXICO femenino (20/20)

GUATEMALA femenino (18/18)

EL SALVADOR femenino (17/17)

HONDURAS femenino (16/18), masculino (2/18)

NICARAGUA femenino (15/15)

COSTA RICA femenino (16/16)

PANAMÁ femenino (15/17), masculino (3/17)

CUBA femenino (15/15)

REP. DOMIN. femenino (14/16), masculino (2/16)

PUERTO RICO masculino (16/20), femenino (5/20)

VENEZUELA masculino (20/20), femenino (3/20)

COLOMBIA masculino (18/20), femenino (8/20)

ECUADOR masculino (15/19), femenino (8/19)

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41

PERÚ masculino (16/20), femenino (5/20)

BOLIVIA femenino (16/16)

PARAGUAY femenino (15/15)

URUGUAY femenino (20/20)

ARGENTINA femenino (20/20)

CHILE masculino (17/17), femenino (2/17)

A2.2.4 Observaciones

El terminal versus la terminal: En Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Chile

terminal (‘conjunto de instalaciones situadas en el extremo de una línea de transporte’)

suele usarse en masculino. Sin embargo, no faltan personas de dichos países, quienes,

conscientes de la norma académica, opinan que esto es incorrecto y optan por utilizar la

terminal, sobre todo por escrito o en el habla no espontánea. Sería interesante investigar

en qué medida hay discrepancia en Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y

Chile, entre el uso oficial de los gobiernos, por ejemplo en su documentación y

señalización (¿a veces la terminal?) y el uso no oficial de la gente (el terminal), y hasta

qué punto el uno influye en el otro.

¿Usos diferenciados entre los dos géneros? La vasta mayoría de los encuestados en este estudio

indicaron que no diferencian entre el terminal y la terminal en el contexto de transportes

y que sólo dicen el terminal, sólo la terminal, o que admiten ambos géneros de terminal

(‘conjunto de instalaciones’), pero sin que haya ninguna diferenciación semántica entre

los dos. Sin embargo, unos cuantos colombianos y ecuatorianos —una pequeña minoría

por cierto— precisaron que utilizan el terminal y la terminal en diferentes contextos de

transporte: un ecuatoriano manifestó que dice el terminal terrestre (la estación de

autobuses), pero la terminal aérea (el aeropuerto), y un colombiano costeño sostuvo que

la terminal se refiere al lugar de los buses y a la sección de un aeropuerto, mientras que el

terminal se refiere, en Barranquilla, al puerto marítimo y fluvial. Posiblemente estas

diferenciaciones semánticas sean matizaciones idiosincrásicas, pero sería interesante

investigarlas.

España: En España se dice más estación de autobuses que terminal de autobuses. Sin embargo,

cuando se refiere a la sección de un aeropuerto se dice la terminal o, con más frecuencia,

la T-1, la T-4, etc., por ejemplo, de Barajas.

México: Aparte de terminal de autobuses, hay otros nombres que se utilizan con mayor

frecuencia en México para referirse al lugar donde se toma este tipo de transportes: la

central, la central de autobuses, la central camionera y la estación de autobuses. Varios

encuestados mexicanos indicaron que hay variación interna dentro de México en cuanto

al nombre que se le suele dar al lugar en cuestión y uno también señaló que en algunas

ciudades mexicanas la central es la terminal principal de autobuses, mientras que las

otras son sólo terminales. Hace falta investigar estos temas para saber qué hay de cierto y

cuál es la situación lingüística en relación con el uso de los diferentes términos en

México.

Autobús frente a otros términos: Cabe señalar que en gran parte del mundo de habla hispana,

autobús no es el nombre más común para referirse a esta clase de vehículos, sino que se

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42

utilizan con mayor frecuencia otros vocablos, distribuidos regionalmente: camión

(México), camioneta (Guatemala), guagua (Cuba, la República Dominicana y Puerto

Rico), micro (Chile), ómnibus (Cuba, Perú, Paraguay, Uruguay, Argentina, ¿y otros

países?) y bus (la mayor parte de Hispanoamérica); en Cuba ómnibus se refiere

principalmente al autobús interprovincial y guagua más al urbano, sobre todo en el

lenguaje coloquial. Por lo tanto, el término utilizado para referirse al lugar donde se

toman estos transportes lógicamente suele ajustarse de manera correspondiente: terminal

de bus(es) (en la mayor parte de Hispanoamérica), terminal de guagua(s) (en la

República Dominicana y Puerto Rico), terminal de ómnibus (en Cuba, Paraguay,

Uruguay y Argentina), la central camionera o la central (en México), etc., según sea la

preferencia local para el nombre del vehículo.

A2.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

terminal... Cuando significa ‘conjunto de instalaciones situadas en el extremo de una línea de

transporte o comunicación, o de un oleoducto’, se usa predominantemente en femenino en la

mayor parte del ámbito hispánico: «Al bajarme del autobús en la terminal de Ticomán sentí el

calorón» (Ibargüengoitia Crímenes [Méx. 1979]); pero en algunos países como Chile, Colombia,

el Perú o Venezuela se prefiere claramente el masculino: «Al ingresar en el terminal lo vi

charlando animadamente con el jefe de estación» (Collyer Pájaros [Chile 1995]).

Reseña

El DPD está en lo cierto al afirmar que “Cuando significa ‘conjunto de instalaciones...’, se usa

predominantemente en femenino en la mayor parte del ámbito hispánico”. Sin embargo, son seis

los países en los que terminal (de transportes) se usa en masculino —Puerto Rico, Venezuela,

Colombia, Ecuador, Perú y Chile— no sólo los cuatro que nombra el DPD en su entrada. Falta

afilar un poco más ese cuchillo.

Calificación: A-

A2.3 CAPARAZÓN

A2.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: masculino (género dominante o competidor en 20 países).

Género minoritario: femenino (género dominante o competidor en 9 países).

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43

A2.3.2 Resumen

Caparazón suele ser voz de género masculino en el habla culta de más de la mitad del mundo de

habla hispana. Sin embargo, compiten los dos géneros —el caparazón y la caparazón— en

Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia, Perú, Uruguay, Argentina y Chile.

A2.3.3 Tabla dialectal

ESPAÑA masculino (18/18)

MÉXICO masculino (20/20)

GUATEMALA femenino (12/20), masculino (11/20)

EL SALVADOR femenino (7/14), masculino (7/14)

HONDURAS masculino (11/18), femenino (7/18)

NICARAGUA masculino (11/17), femenino (7/17)

COSTA RICA masculino (16/16)

PANAMÁ masculino (14/16), femenino (2/16)

CUBA masculino (18/18), femenino (2/18)

REP. DOMIN. masculino (14/15), femenino (1/15)

PUERTO RICO masculino (18/18)

VENEZUELA masculino (19/20), femenino (2/20)

COLOMBIA masculino (15/20), femenino (12/20)

ECUADOR masculino (18/20), femenino (2/20)

PERÚ femenino (12/20), masculino (12/20)

BOLIVIA masculino (16/16)

PARAGUAY masculino (12/14), femenino (4/14)

URUGUAY femenino (18/20), masculino (9/20)

ARGENTINA femenino (14/20), masculino (13/20)

CHILE masculino (11/18), femenino (8/18)

A2.3.4 Observaciones

General: Aunque en esta parte del estudio la investigación se centró en determinar el género de

caparazón, en el curso de las encuestas salió a relucir que en varias partes del ámbito

hispánico son otras las palabras que se utilizan con mayor frecuencia que caparazón para

referirse a la cubierta externa y dura de ciertos animales como la tortuga. En este estudio,

fueron dos los nombres alternos que numerosos encuestados de los siguientes países y

zonas indicaron que utilizan con este significado mucho más que la palabra caparazón:

concha (Guatemala, Honduras y Nicaragua) y carapacho (Cuba, la República

Dominicana, Puerto Rico, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Ecuador y la costa caribeña

de Colombia). Es probable que concha y/o carapacho se utilicen aún más a menudo que

caparazón en las hablas populares, rurales y de gente mayor de estos países, y quizás de

otros. La otra variante que ofrecieron algunos encuestados de varias partes del mundo de

habla hispana fue carapazón, palabra formada a partir de caparazón por metátesis

Page 44: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

44

(caparazón → carapazón). Hace falta investigar a qué zonas y a qué estratos

socioeconómicos corresponde el uso, en el sentido definido, de los términos concha,

carapacho, carapazón y otras palabras alternas, distintas a caparazón.

A2.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

caparazón... En la norma culta de España es siempre masculino: «El caparazón de la tortuga

había sido pintado de carmín» (Mendoza Ciudad [Esp. 1986]); pero en gran parte de América,

especialmente en los países del Cono Sur, el femenino es normal en la lengua culta: «Se llevó al

oído la caparazón del caracol» (Najenson Memorias [Arg. 1991]).

Reseña

Afirmar que “en los países del Cono Sur, el femenino [de caparazón] es normal en la lengua

culta” tergiversa la realidad en dos sentidos. Primero, porque la caparazón no es la norma en

todos los países del Cono Sur —en Paraguay no lo es— y segundo, porque esta descripción no

da cuenta de la considerable competencia que existe entre los dos géneros de caparazón en esta

zona, sobre todo en Uruguay, Argentina y Chile. La entrada del DPD tampoco nos precisa que la

caparazón es frecuente en otras áreas del ámbito hispánico, lejos del Cono Sur, a saber, en

Colombia, en Perú y en varios países centroamericanos (Guatemala, El Salvador, Honduras y

Nicaragua). Se nota que los lingüistas del DPD que trabajaron en esta entrada no investigaron el

tema de caparazón con rigor ni esmero.

Calificación: C

A2.4 MARATÓN

A2.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Géneros mayoritarios: femenino (género dominante o competidor en 14 países) y masculino

(género dominante o competidor en 12 países).

Género minoritario: no hay.

A2.4.2 Resumen

El mundo de habla hispana está dividido en tres partes más o menos iguales: la de el maratón, la

de la maratón y la de competencia entre los dos géneros de la palabra. El maratón se usa más

que la maratón en México, Nicaragua, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico y

Venezuela, y lo contrario sucede en Honduras, Costa Rica y la mayor parte de América del Sur,

donde la maratón se usa más que el maratón. En España, Guatemala, El Salvador, Panamá,

Bolivia y Paraguay hay bastante competencia entre el maratón y la maratón.

Page 45: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

45

A2.4.3 Tabla dialectal

ESPAÑA masculino (12/18), femenino (10/18)

MÉXICO masculino (19/20), femenino (1/20)

GUATEMALA femenino (10/18), masculino (8/18)

EL SALVADOR masculino (12/18), femenino (7/18)

HONDURAS femenino (15/16), masculino (1/16)

NICARAGUA masculino (15/15)

COSTA RICA femenino (15/18), masculino (3/18)

PANAMÁ masculino (11/15), femenino (5/15)

CUBA masculino (14/15), femenino (1/15)

REP. DOMIN. masculino (13/16), femenino (3/16)

PUERTO RICO masculino (17/19), femenino (3/19)

VENEZUELA masculino (16/17), femenino (2/17)

COLOMBIA femenino (15/20), masculino (6/20)

ECUADOR femenino (13/14), masculino (2/14)

PERÚ femenino (16/16)

BOLIVIA femenino (12/17), masculino (6/17)

PARAGUAY femenino (6/11), masculino (6/11)

URUGUAY femenino (18/18), masculino (1/18)

ARGENTINA femenino (19/20), masculino (2/20)

CHILE femenino (13/13), masculino (4/13)

A2.4.4 Observaciones

El maratón → la maratón: La definición del DPD de maratón (ver § A2.4.5) sugiere que, a

través del tiempo y en todo el ámbito hispánico, la maratón ha ido desplazando a el

maratón. ¿Se trata de un cambio diacrónico que experimenta la lengua (el maratón → la

maratón), de una diferencia dialectal (el maratón en unos lugares, la maratón en otros) o

de una mezcla de ambas cosas? Hace falta hacer estudios diacrónicos para resolverlo. Los

resultados de esta investigación —netamente sincrónica, por cierto— sugieren que en

México, Nicaragua, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela el uso de

el maratón es firme, macizo y abrumadoramente mayoritario, y que en estos seis países el

supuesto cambio diacrónico de el maratón a la maratón está lejos de concretarse.

Uso diferenciado en el género de maratón: En este estudio, la vasta mayoría de los encuestados

indicaron que utilizan un solo género para maratón —o bien masculino, o bien femenino,

pero no ambos— tanto para la carrera como para una actividad larga cualquiera. Sin

embargo, algunos informantes señalaron que usan la maratón para referirse a la carrera y

el maratón para el uso figurado, o viceversa: ¿Serán matizaciones que sólo se dan a nivel

idiosincrásico o existirá alguna pauta dialectal al respecto?

Honduras: En San Pedro Sula hay un equipo de fútbol llamado El Marathon, a veces escrito El

Maratón, de modo que en Honduras se distingue entre la maratón (‘tipo de carrera o

competencia’), por un lado, y El Marat(h)ón (‘cierto equipo de fútbol’), por otro. El uso

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46

del masculino para el nombre de este equipo hondureño concuerda con el uso general del

masculino para los clubes deportivos tales como el Barcelona, el Boca, el Bogotá, el

Inter y el Peñarol, etc., si bien existen excepciones como la Juventus, la Roma, etc.

Palabras afines: Sería interesante investigar las voces derivadas de maratón, tales como teletón

(¿y quizás salsatón y reggaetón/reguetón?), para determinar si siguen o no los mismos

patrones regionales que maratón: ¿para quiénes son estas palabras afines de género

masculino, y para quiénes femenino?

A2.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

maratón.... Esta voz comenzó a circular en el primer tercio del siglo xx con género masculino;

posteriormente, por influjo del género de prueba o carrera, se ha ido extendiendo su uso en

femenino, también válido: «Kurtis fue segundo en el maratón de Hong Kong» (Clarín [Arg.]

3.7.87); «Lo vimos de pantalón corto y cintillo corriendo una maratón» (Hoy [Chile] 2-8.6.97).

Reseña

Esta entrada del DPD no suministra ninguna información sobre la distribución dialectal de los

dos géneros de maratón, pues no explica en dónde se usa mayormente en masculino (México,

Nicaragua, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela), en dónde es

principalmente femenino (Honduras, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Argentina

y Chile), ni en dónde hay seria competencia entre ambos géneros (España, Guatemala, El

Salvador, Panamá, Bolivia y Paraguay). En relación con lo dialectal, no nos alumbra el tema para

nada y lo pinta como una cuestión netamente diacrónica o de variación libre. Se ve que los

investigadores de esta entrada no han hecho su tarea con seriedad.

Calificación: D

A2.5 SARTÉN

A2.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: Una fuerte competencia, en el habla culta, entre ambos géneros —el sartén y la

sartén— generalmente con preferencia hacia el masculino en contextos más informales y

hacia el femenino en contextos más formales (uso dominante en 16 países).

Uso minoritario: Exclusiva o mayormente femenino, la sartén (uso dominante en 4 países).

A2.5.2 Resumen

Entre hablantes cultos de la mayor parte de Hispanoamérica hay fuerte competencia entre el

sartén y la sartén, y hay diglosia: el sartén se usa más en el lenguaje llano, informal y hablado,

Page 47: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

47

mientras que la sartén se usa más en contextos formales y por escrito. En España predomina el

uso de la sartén en el habla culta en todos los contextos, y en Perú, Paraguay y Argentina —o al

menos en el lenguaje culto de las capitales de estos tres países— también prima el uso de la

sartén. En España, Perú, Paraguay y Argentina el uso de el sartén queda mayormente relegado a

las hablas populares, regionales o de personas mayores.

A2.5.3 Tabla dialectal

ESPAÑA femenino (20/20), masculino (1/20)

MÉXICO masculino (19/20), femenino (11/20)

GUATEMALA masculino (14/17), femenino (5/17)

EL SALVADOR masculino (15/18), femenino (6/18)

HONDURAS masculino (15/17), femenino (4/17)

NICARAGUA masculino (15/17), femenino (6/17)

COSTA RICA masculino (16/18), femenino (11/18)

PANAMÁ masculino (10/16), femenino (10/16)

CUBA masculino (10/15), femenino (8/15)

REP. DOMIN. masculino (16/20), femenino (12/20)

PUERTO RICO masculino (17/19), femenino (13/19)

VENEZUELA masculino (19/20), femenino (14/20)

COLOMBIA masculino (19/20), femenino (13/20)

ECUADOR masculino (16/19), femenino (15/19)

PERÚ femenino (20/20), masculino (3/20)

BOLIVIA masculino (9/15), femenino (9/15)

PARAGUAY femenino (14/15), masculino (6/15)

URUGUAY masculino (18/20), femenino (14/20)

ARGENTINA femenino (19/20), masculino (7/20)

CHILE masculino (17/18), femenino (11/18)

A2.5.4 Observaciones

Hispanoamérica: En la mayoría de los países hispanoamericanos se tiende a decir el sartén en el

habla espontánea, pero se utiliza la sartén en el habla cuidadosa, en la lengua escrita y en

ciertas expresiones: Así, por ejemplo, es común que un hispanoamericano diga tener la

sartén por el mango, pero pásame (o pasame) el sartén más grande que encuentres (o

que encontrés). También es habitual que los libros de cocina utilicen la sartén aun

cuando se publican en países en donde la vasta mayoría de la gente dice el sartén. Los

siguientes comentarios de encuestados de este estudio ejemplifican la diglosia reinante:

“En la vida diaria se usa en masculino. La sartén se utiliza en libros de cocina o medios

formales” (mexicano); “El sartén se usa en el lenguaje coloquial común, la sartén en el

lenguaje culto” (venezolano); “En lenguaje coloquial se dice el sartén. En clases de

español, en el colegio, aprendimos a usar la sartén que está más extendido en personas

con educación” (chileno); “La sartén se usa en algunos programas de televisión

argentinos y es posible que el género femenino esté entrando también en el uso nuestro”

Page 48: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

48

(uruguayo). Sin embargo, los siguientes ejemplos del Diccionario del español usual en

México y del Diccionario ejemplificado de chilenismos y de otros usos diferenciales del

español de Chile sugieren que también se utiliza el sartén en frases que hacen referencia

al mango: “El patrón siempre tiene el sartén por el mango” (Lara: 807, énfasis mío);

“Pocos esperan encontrar (en Chile) un país matriarcal, donde las mujeres tengan el

sartén por el mango” (Morales Pettorino: 4210-11, énfasis mío). Por otra parte, un

encuestado de Colombia indicó que en su casa el sartén se refería a un utensilio

cuadrado, mientras que la sartén era uno redondo y con tapa. Habría que investigar si, en

algunas zonas de Hispanoamérica donde se usen tanto el sartén como la sartén, existe

una diferenciación semántica generalizada entre los dos géneros o si cualquier matización

de este tipo se limita a diferencias idiosincrásicas.

España: Sólo uno de los 20 españoles cultos que fueron encuestados en este estudio indicó que

utiliza el sartén (dijo usar tanto el sartén como la sartén, ver § A2.5.3), pero varios

señalaron que sartén sí se utiliza en masculino en zonas rurales y en el habla de personas

con bajos niveles de escolaridad. Es decir, si una persona se topa con un español que dice

el sartén, quizás podría sacar una conclusión válida acerca del no muy alto nivel de

escolaridad o de sofisticación de dicho hablante, conclusión que probablemente sería muy

equivocada si se sacara con respecto a un hablante hispanoamericano que dijera lo

mismo.

El Salvador, Honduras, Nicaragua y Paraguay: En estos países hispanoamericanos se emplean

otros términos con mayor frecuencia que sartén para referirse al utensilio en cuestión, a

saber, fridera (Honduras), cacerola (El Salvador) y paila (Nicaragua, Paraguay). En los

países señalados, la tendencia a utilizar estos nombres alternos en lugar de sartén se da

hasta en el habla culta y más todavía en el habla popular, nivel en donde el uso de sartén

quizás sería insólito. Una gran cantidad de encuestados de estos países indicaron

simplemente “la palabra sartén no es muy común en mi país”. Así, se puede argüir que,

en las zonas en donde poco se utiliza la palabra sartén, la cuestión de su género es, en

cierta medida, irrelevante debido a que la gran mayoría de los hablantes allí no

acostumbra a decir ni el sartén ni la sartén sino, en su lugar, la fridera, la cacerola o la

paila, etc. Varios encuestados salvadoreños indicaron que no utilizan el término sartén y

sólo dicen cacerola, mientras que otros dijeron que usan ambos términos para referirse a

un utensilio para freír, pero que para estos el sartén es bastante más grande que la

cacerola. Otros encuestados salvadoreños indicaron que la sartena se usa en el habla

popular. Conviene investigar las frecuencias de uso y las diferencias de significado que

hay entre los distintos términos.

A2.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

sartén... En el habla culta general de España es femenino: «Echó los trocitos de cebolla en la

sartén» (Rojo Matar [Esp. 2002]); su uso en masculino es muy escaso y se restringe al habla

popular de algunas regiones. En América, alternan ambos géneros, con predominio del

Page 49: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

49

masculino: «Fregó el sartén y los platos» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]); «En una sartén

quedaban dos colas de iguanas carbonizadas» (Sepúlveda Viejo [Chile 1989]).

Reseña

Es cierto, como afirma el DPD con respecto a sartén, que “[e]n el habla culta general de España

es femenino”, y que “[e]n América, alternan ambos géneros, con predominio del masculino”. Lo

que esta entrada del DPD no aclara es que en Perú, Paraguay y Argentina —o al menos en las

hablas cultas de las capitales de estos tres países— predomina la sartén, a diferencia de en la

mayoría de los demás países americanos en donde hay competencia entre los dos géneros. La

entrada del DPD tampoco nos habla de la diglosia que hay en la mayor parte de Hispanoamérica:

el sartén se usa más en el lenguaje informal (en el habla espontánea de la cocina, por ejemplo) y

la sartén se usa más en el formal (por ejemplo, en libros de recetas). Habría sido conveniente que

captara esta sutileza.

Calificación: A-

A2.6 AZÚCAR

A2.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Género mayoritario: femenino (género dominante en 17 países).

Género minoritario: masculino (género dominante o competidor en 3 ó 4 países).

A2.6.2 Resumen

Azúcar tiende a ser voz de género femenino —de modo que se diría azúcar blanca o azúcar

morena, etc.— en el lenguaje culto de la mayor parte del ámbito hispánico, pero hay tres

excepciones: En España y Costa Rica azúcar tiende a ser de género masculino —países en donde

en el habla culta se dice más azúcar moreno— y en Colombia hay competencia entre los dos

géneros de azúcar.

A2.6.3 Tabla dialectal

ESPAÑA masculino (18/20), femenino (3/20)

MÉXICO femenino (17/20), masculino (5/20)

GUATEMALA femenino (18/18)

EL SALVADOR femenino (18/18)

HONDURAS femenino (16/18), masculino (2/18)

NICARAGUA femenino (14/15), masculino (1/15)

COSTA RICA masculino (16/20), femenino (5/20)

PANAMÁ femenino (17/18), masculino (1/18)

CUBA femenino (17/17)

Page 50: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

50

REP. DOMIN. femenino (15/15), masculino (1/15)

PUERTO RICO femenino (17/18), masculino (1/18)

VENEZUELA femenino (19/20), masculino (1/20)

COLOMBIA femenino (16/20), masculino (9/20)

ECUADOR femenino (19/20), masculino (1/20)

PERÚ femenino (18/18)

BOLIVIA femenino (13/15), masculino (3/15)

PARAGUAY femenino (13/16), masculino (6/16)

URUGUAY femenino (17/20), masculino (6/20)

ARGENTINA femenino (18/20), masculino (5/20)

CHILE femenino (16/18), masculino (3/18)

A2.6.4 Observaciones

General: Con la excepción de España, Costa Rica y, en medida menor, Colombia, la mayoría de

los hablantes cultos de cualquier parte del ámbito hispánico consideran que azúcar es voz

de género femenino. Sin embargo, en este estudio más del 50% indicaron que utilizan el

artículo definido masculino, el, con azúcar, a pesar de que esta palabra no comience con

/a/ tónica. Es decir, la palabra azúcar no está en la categoría de las que empiezan con /a/

tónica —como agua, águila, ala, álgebra, alma, alta, alza, ansia, área, arma, arpa,

ascua, aspa, asta, habla, hacha, hada y haya— pero, a pesar de ello, los hablantes que

utilizan el artículo masculino tratan a azúcar como si empezara con /a/ tónica. Así, el

género de azúcar en singular suele estar encubierto, a menos que la palabra vaya

modificada por un calificativo como blanca/o, morena/o, etc. El interrogatorio que se les

hizo a los encuestados de este estudio a fin de sonsacarles el género que le asignaban a

azúcar consistía en las siguientes preguntas:

Moskowitz: —¿Dice (o en su país se dice) el azúcar o la azúcar?

Encuestado: —El azúcar

Moskowitz: —¿Y cómo se llama el azúcar que no es de color blanco?

Encuestado: —Azúcar morena (o azúcar moscabada, azúcar negra, azúcar

parda, azúcar prieta, azúcar rubia, etc., o las frases equivalentes

con el calificativo en masculino, azúcar moreno, etc.).

A veces esta estrategia no daba resultados porque los encuestados contestaban

azúcar marrón, azúcar crema u otra respuesta que no aclaraba si consideraban que la

palabra azúcar era de género masculino o femenino, pero en la mayoría de los casos sí

surtía el efecto deseado. Otra táctica de que se valía para conseguir que los informantes

revelaran el género que le asignaban a azúcar era preguntarles si decían los azúcares o

las azúcares. Sin embargo, algunos hablantes señalaron que utilizan un género para

azúcar cuando es en singular y otro cuando es en plural y, en tales casos, se puede decir

que azúcar es de género ambiguo aun a nivel dialectal y/o idiosincrásico. Entre los

hablantes que consideran que azúcar es voz de género femenino —la vasta mayoría—,

hubo muchos comentarios acerca de si lo correcto es decir el azúcar o la azúcar, o si

ambas frases valían, y no se pudo determinar si al respecto existen consensos o

Page 51: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

51

preferencias a nivel dialectal. Al parecer, el azúcar (morena) es un poco más frecuente

que la azúcar (morena) en el habla culta.

España: En este estudio, la gran mayoría de los encuestados de diferentes zonas de España

indicaron que azúcar se usa en masculino —azúcar moreno— y así se llama un dueto

famoso de cantantes españolas. Sin embargo, de Andalucía y la Comunidad Valenciana

hubo encuestados que ofrecieron azúcar morena, lo cual plantea los/las siguientes

interrogantes: ¿Hay tendencias regionales dentro de España en cuanto al género de

azúcar? ¿Femenino en Andalucía, la Comunidad Valenciana (y quizás otras partes del

sur), y generalmente masculino en el resto del país? Hace falta realizar más investigación

para resolver estas cuestiones.

Los nombres del azúcar que no es de color blanco: Los calificativos utilizados para referirse al

azúcar que no es de color blanco también parecen variar un poco dialectalmente, siendo

azúcar morena la frase mayoritaria, la que pertenecería a un español “neutro”. Otros

calificativos más regionalmente “marcados” son azúcar prieta (Cuba, la República

Dominicana), azúcar parda (Cuba, la República Dominicana), azúcar negra (Puerto

Rico, Uruguay, Argentina), azúcar rubia (Perú, Uruguay, Argentina, Chile, término que

se refiere a un azúcar no tan oscura como la morena o la negra, pero más oscura que la

blanca), y azúcar sindicato (Chile, término quizás regional o marcado dentro de Chile).

Cabe notar que en Uruguay y Argentina, el azúcar morena o negra no es tan común, es

decir, no se encuentra tan fácilmente; allí son más comunes la blanca y la rubia.

A2.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

azúcar... Es válido su uso en ambos géneros, aunque, si va sin especificativo, es mayoritario su

empleo en masculino: «Mientras revolvíamos el azúcar, Alfonso tomó la palabra»

(Ibargüengoitia Crímenes [Méx. 1979]); «Se trató sin éxito de facilitar la inmigración de colonos

[...] para fomentar el cultivo de la azúcar» (Silvestrini/LSánchez Puerto Rico [P. Rico 1987]).

Cuando lleva un adjetivo especificativo, este puede ir asimismo en cualquiera de los dos géneros,

aunque suele predominar el femenino: «Les preparaban una exquisita compota acaramelada con

azúcar prieta» (Sarduy Pájaros [Cuba 1993]); «Puedes aromatizar la nata con azúcar

avainillado» (Arguiñano Recetas [Esp. 1996]). En plural, lleve o no especificativo, es claramente

mayoritario el masculino: «Ponga el agua a calentar e incorpore ambos azúcares» (Domingo

Sabor [Esp. 1992])... Este sustantivo tiene, además, la particularidad de admitir su uso con la

forma el del artículo y un adjetivo en forma femenina, a pesar de no comenzar por /a/ tónica: «Se

ponen en una ensaladera las yemas y el azúcar molida» (Ortega Recetas [Esp. 1972]). Se trata

de un resto del antiguo uso de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que

comenzaban por vocal, tanto átona como tónica, algo que era normal en el español medieval.

Reseña

El DPD acierta al decir que es válido el uso de azúcar en ambos géneros. Sin embargo, su

descripción da la idea de que su uso en uno u otro género es cosa arbitraria, y que se da al azar,

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52

independientemente de la procedencia del hablante. La realidad es otra, pues existen claras

preferencias regionales: hacia el masculino en la mayor parte de España, y hacia el femenino en

la mayor parte de América, con la excepción de Costa Rica (donde predomina el masculino en el

lenguaje culto) y de Colombia (donde hay competencia entre azúcar morena y azúcar moreno).

Infelizmente, la descripción del DPD no capta, y ni siquiera menciona, el dialectalismo que gira

en torno al género de azúcar.

Calificación: D

A2.7 PUS

A2.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Géneros mayoritarios: femenino (género dominante o competidor en al menos 16 países) y

masculino (género dominante o competidor en 11 ó 12 países).

Género minoritario: no hay.

A2.7.2 Resumen

Hay una fuerte competencia entre el pus y la pus en el habla culta de aproximadamente la mitad

de los países de habla hispana (en Costa Rica, la República Dominicana, Paraguay, Chile y

quizás en España, Venezuela, Uruguay y Argentina). En la otra mitad, aproximadamente, hay

una preferencia más o menos clara hacia uno u otro género: hacia el femenino (en México, El

Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) y hacia el

masculino (en Guatemala, Cuba, Puerto Rico y quizás en Uruguay, Argentina, España y

Venezuela).

A2.7.3 Tabla dialectal

ESPAÑA masculino (15/20), femenino (7/20)

MÉXICO femenino (19/20), masculino (3/20)

GUATEMALA masculino (12/16), femenino (4/16)

EL SALVADOR femenino (14/18), masculino (5/18)

HONDURAS femenino (16/17), masculino (1/17)

NICARAGUA femenino (15/15), masculino (1/15)

COSTA RICA femenino (11/18), masculino (9/18)

PANAMÁ femenino (12/16), masculino (4/16)

CUBA masculino (15/17), femenino (2/17)

REP. DOMIN. femenino (13/17), masculino (7/17)

PUERTO RICO masculino (16/20), femenino (4/20)

VENEZUELA masculino (15/20), femenino (8/20)

COLOMBIA femenino (16/20), masculino (7/20)

ECUADOR femenino (16/19), masculino (5/19)

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53

PERÚ femenino (17/20), masculino (3/20)

BOLIVIA femenino (14/15), masculino (1/15)

PARAGUAY femenino (10/14), masculino (5/14)

URUGUAY masculino (15/20), femenino (10/20)

ARGENTINA masculino (16/20), femenino (7/20)

CHILE femenino (12/18), masculino (10/18)

A2.7.4 Observaciones

General: En un gran número de frases la palabra pus aparece sin artículo ni calificativo, de modo

que su género no se deja ver: el grano tiene pus, la herida se llenó de pus, le salió pus,

etc. Sin embargo, pus también surge en contextos en los que su género sí se manifiesta,

por ejemplo, en un(a) pus amarillento/a, el/la pus de una herida, etc.

El estigma social de la pus: En aquellos países en los que el pus sea el uso mayoritario entre

hablantes cultos (España, Guatemala, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Uruguay y

Argentina), el uso de la pus tiene un marcado estigma social. En general se puede decir

que los hablantes cultos que dicen el pus tienden a calificar de popular —y hasta de basto

y burdo— el empleo de la pus, del mismo modo que consideran populachero el uso de la

calor, la color, etc. En cambio, los hablantes cultos que utilizan la pus generalmente

tienen un concepto neutro acerca del uso de el pus.

España: Si bien es cierto que en catalán se dice la pus y algunos castellanohablantes de Cataluña

y Valencia dicen la pus por influencia del catalán, no es menos cierto que hay, en España,

hablantes cultos que no hablan catalán y que también dicen la pus. Sería interesante

investigar en qué medida la existencia de pus como sustantivo de género femenino en las

lenguas no castellanas de la Península influye en su uso como femenino en las diferentes

variedades del español peninsular, y en qué medida el uso de la pus en el español de la

madre patria se debe a otros factores.

A2.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

pus... Este sustantivo es masculino en el uso culto de la mayor parte del ámbito hispánico: «El

pus [...] puede ocasionar gran tumefacción y dolor» (Tagarano San Bernardo [Arg. 1987]). Su

empleo en femenino no es propio del habla culta, salvo en México y algunos países del área

centroamericana, donde alternan ambos géneros, y en Chile, donde se usa solo en femenino: «La

pus salía a través de la incisión» (Rosales/Reyes Enfermería [Méx. 1982]); «Eran [...] dos

piernas pudriéndose en vida, [...] reventándose en su propia pus» (Allende Casa [Chile 1982]).

Reseña

Con respecto a pus, el DPD afirma que “[s]u empleo en femenino no es propio del habla culta,

salvo en México y algunos países del área centroamericana, donde alternan ambos géneros, y en

Chile, donde se usa solo en femenino” lo cual dista mucho de pintar un cuadro fidedigno de la

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situación real. La verdad sea dicha, pus se usa en femenino con una alta frecuencia en la mayor

parte del área centroamericana —en todos los países centroamericanos salvo Guatemala—, no

sólo en “algunos” como sostiene el DPD. También se usa en femenino en la República

Dominicana y en la mayor parte de América del Sur, continente en el cual Venezuela, Uruguay y

Argentina —países en donde se utiliza mayormente el pus en el habla culta— son las

excepciones a esta regla. Y a diferencia de lo que afirma el DPD, pus no se usa sólo en femenino

en Chile, sino que en dicho país hay seria competencia entre la pus y el pus. ¡Que los del DPD

vuelvan a hacer su investigación sobre el tema porque, en lo que respecta a pus, no están muy

enterados de lo que pasa!

Calificación: D+

Page 55: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

55

B GRAFÍAS Y PRONUNCIACIONES

B1.0 AGUDA VERSUS LLANA, O AGUDA VERSUS ESDRÚJULA

B1.1 CHASÍS / CHASIS

B1.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: chasís (uso dominante en 13 países).

Uso minoritario: chasis (uso dominante en 7 países).

B1.1.2 Resumen

Chasís, la forma aguda, es la que predomina en la mayor parte de Hispanoamérica, en una zona

que abarca a México, toda América Central y la mayor parte de América del Sur con la

excepción de Venezuela, Uruguay y Argentina. Chasis, la forma llana, se usa en España, las

Antillas, Venezuela, y los dos países rioplatenses. En Nicaragua y Chile hay cierta competencia

entre las dos formas, aunque chasís es bastante más frecuente que chasis en ambos países.

B1.1.3 Tabla dialectal

ESPAÑA chasis (20/20)

MÉXICO chasís (19/20), chasis (2/20)

GUATEMALA chasís (17/17)

EL SALVADOR chasís (18/18)

HONDURAS chasís (12/14), chasis (1/14)

NICARAGUA chasís (13/17), chasis (5/17)

COSTA RICA chasís (16/17), chasis (2/17)

PANAMÁ chasís (17/17), chasis (1/17)

CUBA chasis (16/16)

REP. DOMIN. chasis (15/15)

PUERTO RICO chasis (16/16)

VENEZUELA chasis (20/20), chasís (1/20)

COLOMBIA chasís (19/20), chasis (1/20)

ECUADOR chasís (18/19), chasis (1/19)

PERÚ chasís (16/20), chasis (4/20)

BOLIVIA chasís (13/17), chasis (4/17)

PARAGUAY chasís (13/14), chasis (3/14)

URUGUAY chasis (20/20)

ARGENTINA chasis (20/20)

CHILE chasís (15/20), chasis (6/20)

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56

B1.1.4 Observaciones

General: La repartición dialectal de chasís y chasis es sencilla y aprenderla es simplemente una

cuestión de orientarse geográficamente al observar lo siguiente:

(1) Chasís es la forma predominante tanto en los 11 países de habla hispana que

tienen costa pacífica (México, los de América Central de habla hispana,

Colombia, Ecuador, Perú y Chile), como en los dos que no tienen salida al mar

(Bolivia y Paraguay).

(2) Chasis, en cambio, es la que prima en aquellos siete países de habla hispana que

sólo tengan costa atlántica y/o caribeña: España, los tres países antillanos de habla

hispana, Venezuela, Uruguay y Argentina.

Es decir, con una pequeña dosis de geografía y esta simple regla —chasís si el país tiene

costa pacífica o no tiene salida al mar y chasis si sólo tiene costa atlántica y/o caribeña—

uno se ubica y sabe a qué atenerse con respecto a chasís/chasis.

Competencia entre chasís y chasis: En la gran mayoría de los países hay una clara preferencia

hacia chasís o hacia chasis. Sin embargo, en Nicaragua y Chile existe cierta competencia

entre las dos formas, si bien en el caso de ambos países la variante chasís fue ofrecida por

más de dos veces el número de encuestados que chasis. ¿Cuánta competencia hay en

Nicaragua y Chile entre chasís y chasis, qué características tienen los nicaragüenses y

chilenos que utilizan cada variante y cuáles son las actitudes que giran en torno a cada

una? Son temas sociolingüísticos que merecen investigación adicional.

Chassis: En este estudio, una pequeñísima minoría de los encuestados de diversos países

indicaron que escriben chassis, a la francesa, con dos eses, y en la tabla dialectal de la §

B1.1.3 se anotó chasís siempre que los encuestados pronunciaban [cha-SIS], y chasis

cuando pronunciaban [CHA-sis]. Pero eran tan contados los casos de los encuestados que

abogaron por chassis que esta grafía no pasa de ser idiosincrásica y muy minoritaria:

dista mucho de ser la grafía dominante en ningún país.

B1.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

chasis o chasís... En España y amplias zonas de América se usa la forma llana chasis (pron.

[chásis]); pero en México, el área centroamericana y algunos países de América del Sur, se

emplea la forma aguda chasís, que conserva la acentuación etimológica. La forma chasis

permanece invariable en plural, mientras que el plural de chasís es chasises...: «El piloto

argentino adelantó que probará dos chasis» (Clarín [Arg.] 30.1.97); «Los buses desbaratados

continúan circulando por nuestras calles, porque no hay chasises para reponerlos» (Tiempo

[Col.] 2.1.88).

Reseña

El DPD afirma que en “amplias zonas de América se usa la forma llana chasis... pero en México,

el área centroamericana y algunos países de América del Sur se emplea... chasís” (énfasis mío),

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57

con lo cual pinta un cuadro poco fidedigno del verdadero paisaje lingüístico. Tergiversa la

realidad al darnos a entender que chasis es la forma mayoritaria y chasís una excepción algo

rara, cuando la realidad es todo lo contrario: chasís es la variante mayoritaria, usada en México,

Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú,

Bolivia, Paraguay y Chile, mientras que chasis es la minoritaria, la que sólo predomina en

España, Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Uruguay y Argentina. Es

decir, a diferencia de lo que nos da a entender el DPD, son mucho más “amplias” las zonas

americanas en donde se usa chasís, la forma aguda, y en América del Sur esos “algunos países” a

los que hace referencia el DPD en donde se utiliza chasís resultan ser la mayoría, ¡seis de los

nueve! Cabe preguntarse a cuántos colombianos, ecuatorianos, peruanos, bolivianos, paraguayos

y chilenos han consultado los lingüistas del DPD que redactaron la entrada citada sobre

chasís/chasis. Al parecer, a muy pocos o quizás ninguno. Dialectólogo a tus dialectos.

Calificación: C

B1.2 CHOFER / CHÓFER

B1.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: chofer (uso dominante en 19 países).

Uso minoritario: chófer (uso dominante en 1 país).

B1.2.2 Resumen

En el lenguaje estándar, chofer, la forma aguda, se utiliza en toda Hispanoamérica, mientras que

chófer, la forma llana, se emplea sólo en España. Sin embargo, en varios países

hispanoamericanos chófer se usa en el lenguaje coloquial, humorístico o burlón, y en ellos suele

haber diglosia entre chofer (uso estándar) y chófer (uso marcado).

B1.2.3 Tabla dialectal

ESPAÑA chófer (19/20), chofer (1/20)

MÉXICO chofer (20/20), chófer (1/20)

GUATEMALA chofer (17/17)

EL SALVADOR chofer (18/18)

HONDURAS chofer (15/16), chófer (1/16)

NICARAGUA chofer (15/15)

COSTA RICA chofer (17/17)

PANAMÁ chofer (16/18), chófer (3/18)

CUBA chofer (16/16)

REP. DOMIN. chofer (16/16)

PUERTO RICO chofer (17/17)

VENEZUELA chofer (20/20)

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COLOMBIA chofer (20/20)

ECUADOR chofer (19/19), chófer (1/19)

PERÚ chofer (20/20)

BOLIVIA chofer (14/15), chófer (2/15)

PARAGUAY chofer (14/14)

URUGUAY chofer (20/20)

ARGENTINA chofer (19/20), chófer (1/20)

CHILE chofer (17/17)

B1.2.4 Observaciones

El uso de chófer en Hispanoamérica: Aunque la norma hispanoamericana sea chofer, la variante

chófer aparece en Hispanoamérica en dos contextos diferentes:

(1) En la lengua escrita la variante chófer surge en Hispanoamérica debido a que hay

hispanoamericanos cultos que prefieren escribirlo con la o acentuada a pesar de

que lo pronuncien [cho-FER]. Para justificarlo suelen alegar que así lo exige la

Real Academia (lo cual dejó de ser cierto hace tiempo) o dicen simplemente “en

la escuela (o en el colegio) me enseñaron a escribir chófer”.

(2) Chófer también surge en el habla informal de algunos países hispanoamericanos,

como burla, imitación o remedo a los que usan lenguaje rebuscado para

impresionar, y en las Antillas, América Central y tal vez otros países, chófer se

usa a veces en el lenguaje coloquial, humorístico o burlón. Así, por ejemplo,

algunos dirían chofer en su lenguaje estándar o formal, pero podrían decir “Eh,

chófer, déjeme aquí” en su trato directo e informal con el motorista.

B1.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

chofer o chófer... Ambas acentuaciones son válidas. La forma aguda chofer [chofér] (pl.

choferes) —acorde con la pronunciación del étimo francés chauffeur— es la que se usa en

América: «Un carrazo que manejaba un chofer uniformado de azul» (VLlosa Tía [Perú 1977]).

En España se emplea la forma llana chófer (pl. chóferes): «Alquiló un gran automóvil, con

chófer» (TBallester Filomeno [Esp. 1988]).

Reseña

Aquí el DPD ha dado en el clavo: chofer en América y chófer en España. ¡Bravo! ¡Felicidades!

Calificación: A+

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B1.3 COCTEL / CÓCTEL

B1.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: coctel (uso dominante o competidor en 15 países).

Uso minoritario: cóctel (uso dominante o competidor en 7 países).

B1.3.2 Resumen

Coctel, la forma aguda, se usa en la mayor parte de Hispanoamérica, en una zona que abarca

desde México hasta Ecuador, incluidas las Antillas. Cóctel, la forma llana, se usa en el Cono Sur

y también en España. En América, en medio de estas dos zonas —la de coctel y la de cóctel— se

hallan Perú y Bolivia, países en donde hay fuerte competencia entre ambas variantes.

B1.3.3 Tabla dialectal

ESPAÑA cóctel (19/20), coctel (2/20)

MÉXICO coctel (20/20)

GUATEMALA coctel (14/17), cóctel (3/17)

EL SALVADOR coctel (18/18)

HONDURAS coctel (12/15), cóctel (3/15)

NICARAGUA coctel (13/15), cóctel (2/15)

COSTA RICA coctel (15/16), cóctel (3/16)

PANAMÁ coctel (16/17), cóctel (3/16)

CUBA coctel (15/16), cóctel (1/16)

REP. DOMIN. coctel (12/14), cóctel (2/14)

PUERTO RICO coctel (17/17), cóctel (1/17)

VENEZUELA coctel (16/20), cóctel (4/20)

COLOMBIA coctel (20/20), cóctel (1/20)

ECUADOR coctel (16/18), cóctel (3/18)

PERÚ coctel (12/20), cóctel (11/20)

BOLIVIA coctel (10/15), cóctel (8/15)

PARAGUAY cóctel (11/14), coctel (4/14)

URUGUAY cóctel (20/20)

ARGENTINA cóctel (19/20), coctel (1/20)

CHILE cóctel (17/20), coctel (4/20)

B1.3.4 Observaciones

General: En el habla culta de España y del Cono Sur esta palabra suele pronunciarse [COC-tel] y

escribirse cóctel, de modo que no hay discrepancia entre grafía y pronunciación. En

cambio, en la mayor parte del resto de Hispanoamérica, con la excepción de Perú y

Bolivia (ver el siguiente párrafo), se pronuncia [coc-TEL] y se escribe coctel, y tampoco

hay discrepancia. Sin embargo, hay hispanoamericanos cultos que escriben cóctel a pesar

Page 60: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

60

de que pronuncien [coc-TEL]. Esto se debe en parte a que ellos se creen que cóctel es la

única grafía correcta y aceptada por la Real Academia, cuando en realidad ambas formas

—coctel y cóctel— se admiten.

Perú y Bolivia: En este estudio, Perú y Bolivia fueron los dos países en donde más competencia

hubo entre coctel y cóctel, y varios de los encuestados peruanos y bolivianos indicaron

que cóctel se usa en los niveles socioeconómicos más altos y coctel en los menos altos;

del mismo modo, algunos dijeron que cóctel goza de mayor prestigio que coctel. Sin

embargo, en este estudio más peruanos y bolivianos cultos ofrecieron coctel que cóctel

(ver § B1.3.3). Hace falta investigar más acerca de las actitudes que giran en torno a estas

dos variantes entre peruanos y bolivianos cultos.

Cocktail: Una pequeña minoría de los encuestados en este estudio indicaron que utilizan la grafía

inglesa, cocktail, y fueron los encuestados del Cono Sur —específicamente los

uruguayos, argentinos y chilenos— los más propensos a ofrecerla. Sin embargo, aun en el

caso de estos tres países, fueron sólo una pequeña minoría los que prefirieron la grafía

inglesa a las formas castellanizadas. En la tabla dialectal de la § B1.3.3, se anotó coctel

siempre que los encuestados pronunciaban [coc-TEL] y cóctel cuando pronunciaban

[COC-tel].

Otras variantes: En el habla popular, existen otras variantes como coptel/cóptel, costel, etc.

B1.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

coctel o cóctel... La voz inglesa cocktail se ha adaptado al español con dos acentuaciones, ambas

válidas. La forma llana cóctel (pl. cócteles), que refleja la pronunciación etimológica, es la única

usada en España y la preferida en los países del Cono Sur: «Lola cogió de una bandeja

circulante un cóctel de champán» (Rossetti Alevosías [Esp. 1991]). En el resto de América esta

forma alterna con la aguda coctel [koktél] (pl. cocteles): «Nos presentaron en un coctel» (Vilalta

Mujer [Méx. 1981]).

Reseña

El DPD declara que “[e]n el resto de América [exceptuando el Cono sur] esta forma [cóctel]

alterna con la aguda coctel” (énfasis mío). Sin embargo, en realidad Perú y Bolivia son los

únicos países en donde hay un alto grado de competencia entre cóctel y coctel, porque en el resto

de América, es decir, en todos los países que quedan al norte del Perú, no hay tal alternancia; allí

coctel es lo usual, y cóctel surge con una frecuencia mínima. ¿En qué se han basado los del DPD

para afirmar que en América, con la excepción del Cono Sur, coctel alterna con cóctel? Es un

verdadero misterio.

Calificación: C

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61

B1.4 BÁSQUETBOL / BASQUETBOL

B1.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: básquetbol (uso dominante o competidor en 20 países).

Uso casi o relativamente minoritario: basquetbol (uso dominante o competidor en 10 países).

B1.4.2 Resumen

Básquetbol, la forma esdrújula, es la que predomina en la mayor parte del ámbito hispánico.

Basquetbol, la forma aguda, se da con alta frecuencia en México, la mayor parte de América

Central, Cuba, la República Dominicana, Venezuela y Colombia, si bien compiten ambas formas

en todos estos países. En España se utiliza generalmente baloncesto; básquetbol mucho menos; y

basquetbol no se usa para nada. En los países en donde se oye más [bas-que(t)-BOL] que [BAS-

que(t)-bol], hay personas cultas que lo escriben básquetbol (con el fin de ceñirse a la norma

internacional), lo cual crea una discrepancia entre grafía y pronunciación. En el lenguaje

informal de casi todos los países también se usa el acortamiento básquet.

B1.4.3 Tabla dialectal

Nota: Las formas y los datos que aparecen en la siguiente tabla, se refieren a la pronunciación,

no a la grafía; a veces los que pronuncian [bas-quet-BOL] lo escriben básquetbol.

ESPAÑA básquetbol (5/5) (la mayoría indicó sólo baloncesto)

MÉXICO basquetbol (16/20), básquetbol (7/20)

GUATEMALA básquetbol (10/12), basquetbol (4/12)

EL SALVADOR basquetbol (8/16), básquetbol (8/16)

HONDURAS básquetbol (9/15), basquetbol (6/15)

NICARAGUA basquetbol (9/16), básquetbol (7/16)

COSTA RICA básquetbol (11/17), basquetbol (7/17)

PANAMÁ basquetbol (12/17), básquetbol (5/17)

CUBA basquetbol (11/17), básquetbol (6/17)

REP. DOMIN. basquetbol (9/15), básquetbol (6/15)

PUERTO RICO básquetbol (7/7) (la mayoría indicó baloncesto, básquet o, por escrito, basketball)

VENEZUELA basquetbol (11/16), básquetbol (5/16)

COLOMBIA basquetbol (11/20), básquetbol (9/20)

ECUADOR básquetbol (14/16), basquetbol (2/16)

PERÚ básquetbol (16/16)

BOLIVIA básquetbol (12/15), basquetbol (3/15)

PARAGUAY básquetbol (10/12), basquetbol (2/12)

URUGUAY básquetbol (20/20)

ARGENTINA básquetbol (20/20)

CHILE básquetbol (17/18), basquetbol (1/18)

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62

B1.4.4 Observaciones

Hispanoamérica excepto Puerto Rico: En Hispanoamérica baloncesto se usa a veces en contextos

formales, por ejemplo, para referirse al evento olímpico, pero en el lenguaje de todos los

días básquetbol o basquetbol —según la zona— se utiliza con mucha mayor frecuencia

que baloncesto. Y en el lenguaje de la mayoría de los hispanoamericanos cultos (bueno,

de aquellos que toquen el tema de este deporte), existe triglosia: baloncesto (uso muy

formal), básquetbol o basquetbol (registro neutro), y básquet (uso coloquial o informal).

España y Puerto Rico: En España y Puerto Rico, baloncesto se usa con más frecuencia que

básquetbol/basquetbol, hasta en el habla informal, y no suele haber la triglosia que existe

en la mayor parte de Hispanoamérica con respecto a este tema (ver párrafo anterior). Los

españoles típicamente utilizan un solo término (baloncesto), independientemente de la

situación en que se encuentren. En Puerto Rico, en cambio, hay diglosia: baloncesto

(formal) y básquet (informal), y se suele prescindir del paso intermedio, básquetbol o

basquetbol, del que se vale en el resto de Hispanoamérica.

Otras grafías: En todos los países en donde se usen básquetbol y/o basquetbol, no son

infrecuentes las grafías con k en vez de qu, es decir, basketbol y básketbol, además del

extranjerismo crudo, basketball.

B1.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

básquetbol o basquetbol. La voz inglesa basketball (‘baloncesto’) se ha adaptado gráficamente

en el español americano con dos acentuaciones, ambas válidas. La forma esdrújula básquetbol

mantiene la pronunciación etimológica y es la más extendida en el uso: «Tiene extraordinarias

condiciones para triunfar en el básquetbol» (Abc [Par.] 16.10.00); pero también se emplea,

especialmente en México, la forma aguda basquetbol [basquetból]: «Por puro aburrimiento

practicaba mucho basquetbol» (Proceso [Méx.] 20.10.96). El acortamiento básquet, igualmente

válido, ha de escribirse con tilde por ser palabra llana acabada en consonante distinta de -n o -s...

La adaptación gráfica del anglicismo convive en América con el calco baloncesto..., única forma

usada en España.

Reseña

El uso de la forma aguda, basquetbol, es bastante más extendido de lo que da a entender esta

entrada del DPD, que menciona expresamente sólo a México como país en donde se utiliza esta

variante. De hecho, basquetbol se ha mostrado frecuente en casi todos los países americanos que

se sitúan entre Colombia y México, incluidas las Antillas, lo cual significa que se da en

aproximadamente la mitad de las naciones de habla hispana.

Calificación: C

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63

B1.5 BÉISBOL / BEISBOL

B1.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: béisbol (uso dominante o competidor en 20 países).

Uso casi o relativamente minoritario: beisbol (uso dominante o competidor en 11 países).

B1.5.2 Resumen

Este deporte no es popular en España ni en ningún país suramericano que quede al sur de

Colombia. Pero independientemente de que se juegue o no, en la mayor parte del ámbito

hispánico béisbol, la forma llana, es la que predomina. Sólo en México, América Central, las

Antillas, Venezuela y la costa atlántica de Colombia se oye más beisbol, la forma aguda, aunque

en todas estas áreas hay competencia entre las dos formas. En los países en donde [beis-BOL] es

la pronunciación más frecuente, hay personas cultas que lo escriben béisbol (con el fin de ceñirse

a la norma internacional), lo cual crea una discrepancia entre grafía y pronunciación.

B1.5.3 Tabla dialectal

Nota: Las formas y los datos que aparecen en la siguiente tabla, se refieren a la pronunciación,

no a la grafía: a veces los que pronuncian [beis-BOL] lo escriben béisbol.

ESPAÑA béisbol (20/20)

MÉXICO beisbol (13/20), béisbol (7/20)

GUATEMALA béisbol (9/14), beisbol (7/14)

EL SALVADOR béisbol (10/16), beisbol (6/16)

HONDURAS béisbol (9/14), beisbol (5/14)

NICARAGUA beisbol (11/17), béisbol (7/17)

COSTA RICA béisbol (11/17), beisbol (7/17)

PANAMÁ beisbol (11/17), béisbol (6/17)

CUBA béisbol (9/16), beisbol (7/16)

REP. DOMIN. beisbol (10/18), béisbol (8/18)

PUERTO RICO beisbol (9/18), béisbol (9/18)

VENEZUELA beisbol (12/20), béisbol (8/20)

COLOMBIA béisbol (16/20), beisbol (5/20)

ECUADOR béisbol (16/18), beisbol (2/18)

PERÚ béisbol (17/17)

BOLIVIA béisbol (11/12), beisbol (1/12)

PARAGUAY béisbol (12/12)

URUGUAY béisbol (20/20)

ARGENTINA béisbol (20/20)

CHILE béisbol (16/18), beisbol (2/18)

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B1.5.4 Observaciones

Béisbol/beisbol como deporte popular: Es interesante notar que en todos aquellos lugares del

ámbito hispánico en donde béisbol/beisbol sea un deporte popular —en México,

Nicaragua, Panamá, los tres países antillanos, Venezuela y la costa caribeña de

Colombia— la pronunciación [beis-BOL] es más frecuente que [BEIS-bol], o las dos

compiten. Sin embargo, a pesar de que muchos hablantes cultos de estas zonas

pronuncian [beis-BOL], a veces lo escriben béisbol para ceñirse a la norma internacional;

así, suele haber una discrepancia entre grafía y pronunciación. En el habla de todos los

días de las Antillas y de Venezuela hay un término que se utiliza mucho más que beisbol

y béisbol juntos: pelota. Allí, pelota es el nombre realmente popular para el deporte en

cuestión.

B1.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

béisbol o beisbol... La voz inglesa baseball se ha adaptado al español con dos acentuaciones,

ambas válidas. La forma béisbol, que conserva la acentuación llana etimológica, es la usada en

España y gran parte de América, mientras que en países como México, Guatemala, Colombia,

Venezuela, Cuba y la República Dominicana se prefiere la forma aguda beisbol [beisból]. Existe

también el calco pelota base, que en varios países de América, especialmente en el área caribeña,

se usa reducido a pelota: «Desistió de sus deseos de actuar en la pelota venezolana» (Nacional

[Ven.] 5.10.00).

Reseña

Aquí los lingüistas del DPD han acertado más que en el caso de básquetbol/basquetbol, ya que

especifican varios países —México, Guatemala, Colombia, Venezuela, Cuba y la República

Dominicana— en donde alegan que beisbol es más frecuente que béisbol, aunque no está claro si

esto es cierto en todos estos casos (ver § B1.5.3). Sin embargo, esta entrada del DPD no hace

referencia a Puerto Rico, Nicaragua y Panamá, países en donde beisbol también es de uso

frecuente. Tampoco menciona el hecho curioso de que beisbol es frecuente precisamente en

aquellos países en donde este deporte sea popular. Además, cabe cuestionar si es cierta la

afirmación del DPD de que pelota (‘béisbol/beisbol’) sea realmente un acortamiento de pelota

base ya que pelota también suele referirse al ‘fútbol/futbol’ en las áreas en donde este deporte

sea popular. Por consiguiente, es más probable que el uso de pelota (‘béisbol/beisbol’) en el área

caribeña sea simplemente por metonimia —jugar pelota por jugar un deporte en el cual se usa

una pelota— y por ser béisbol/beisbol el deporte que más se juega en esa zona.

Calificación: B

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65

B1.6 FÚTBOL / FUTBOL

B1.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: fútbol (uso dominante o competidor en 19 países).

Uso minoritario: futbol (uso dominante o competidor en 8 países).

B1.6.2 Resumen

Fútbol, la forma llana, es la que predomina en la mayor parte del ámbito hispánico, tanto en el

lenguaje oral como en el escrito. En cambio, futbol, la forma aguda, es la que más se oye y la que

más se lee en México. En América Central compiten ambas formas, pero generalmente con

preferencia, al menos en la lengua hablada, hacia futbol. En los países en donde se oye más [fut-

BOL] que [FUT-bol], hay personas cultas que lo escriben fútbol (con el fin de ceñirse a la norma

internacional), lo cual crea una discrepancia entre grafía y pronunciación.

B1.6.3 Tabla dialectal

Nota: Las formas y los datos que aparecen en la siguiente tabla, se refieren a la pronunciación,

no a la grafía: a veces los que pronuncian [fut-BOL] lo escriben fútbol.

ESPAÑA fútbol (20/20)

MÉXICO futbol (18/20), fútbol (2/20)

GUATEMALA futbol (10/16), fútbol (7/16)

EL SALVADOR futbol (13/17), fútbol (6/17)

HONDURAS fútbol (11/18), futbol (7/18)

NICARAGUA futbol (10/16), fútbol (6/16)

COSTA RICA futbol (9/17), fútbol (9/17)

PANAMÁ fútbol (9/16), futbol (8/16)

CUBA fútbol (13/16), futbol (3/16)

REP. DOMIN. fútbol (9/15), futbol (6/15)

PUERTO RICO fútbol (13/18), futbol (7/18)

VENEZUELA fútbol (18/20), futbol (2/20)

COLOMBIA fútbol (18/20), futbol (2/20)

ECUADOR fútbol (17/19), futbol (2/19)

PERÚ fútbol (19/19)

BOLIVIA fútbol (14/14)

PARAGUAY fútbol (15/15)

URUGUAY fútbol (20/20)

ARGENTINA fútbol (20/20)

CHILE fútbol (17/18), futbol (1/18)

Page 66: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

66

B1.6.4 Observaciones

México y América Central: Si bien es cierto que en esta zona la pronunciación [fut-BOL] es más

frecuente que la de [FUT-bol], hay personas cultas de estos siete países que escriben

fútbol aunque lo pronuncien [fut-BOL]. Es decir, en México y América Central la grafía

futbol, aunque frecuente, es menos frecuente que la pronunciación [fut-BOL], y hay a

menudo una discrepancia entre la grafía y la pronunciación de esta palabra: personas

cultas que pronuncian [fut-BOL] pero que escriben fútbol. Algo similar, aunque no

idéntico, sucede con béisbol/beisbol y básquetbol/basquetbol (ver § B1.4 y B1.5,

respectivamente). Habría que investigar qué otros factores influyen en la variante que

utilizan los hablantes de estos países. Por ejemplo, a raíz del presente estudio, hay ciertos

indicios de que aquellos mexicanos y centroamericanos que practiquen o sean

aficionados a este deporte tienden a utilizar futbol ([fut-BOL]) con más frecuencia que

los que no.

Las Antillas: Es interesante notar que el porcentaje de encuestados de Cuba, la República

Dominicana y Puerto Rico que ofrecieron futbol es más bajo que el de los cubanos,

dominicanos y puertorriqueños que indicaron basquetbol y beisbol (ver § B1.4.3, B1.5.3

y B1.6.3). Esto tal vez se explica por el hecho de que el balompié tiene tan poca acogida

en los tres países antillanos de habla hispana. Es decir, la tendencia de los antillanos es

poner el acento hablado en el -bol en los nombres de los deportes que lo tienen, y por eso

suelen decir basquetbol y beisbol en vez de básquetbol y béisbol, pero como no juegan

casi al balompié, y poco tocan el tema de este deporte, en caso de hacerlo, tienden a

utilizar el término “importado”, fútbol, proveniente de la norma internacional. Por otra

parte, Puerto Rico quizás sea el único país de habla hispana en donde el fútbol/futbol

americano tiene más acogida que el balompié. Algunos encuestados puertorriqueños

indicaron que en Puerto Rico futbol se refiere a “American football” (futbol/fútbol

americano) y fútbol al balompié; otros indicaron que no, que futbol o fútbol se refiere al

“American football” y que al balompié le dicen soccer ([SO-quer]). Habría que

investigarlo para saber cuáles de estas afirmaciones son ciertas y en qué medida.

B1.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

fútbol o futbol... La voz inglesa football se ha adaptado al español con dos acentuaciones, ambas

válidas. La forma fútbol, que conserva la acentuación llana etimológica, es la de uso mayoritario

en España y en la mayor parte de América. En México y el área centroamericana se usa la aguda

futbol [futból]... Existe también el calco balompié, que no ha gozado de mucha aceptación entre

los hablantes y suele emplearse casi siempre por razones estilísticas, para evitar repeticiones en

el discurso: «En dos décadas de fútbol, [...] consiguió lo que ningún otro jugador logró en el

balompié nacional» (Hoy [Chile] 19-25.1.83).

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67

Reseña

Aquí el DPD sí ha acertado al decir que “En México y el área centroamericana se usa la aguda

futbol” con lo cual básicamente ha captado la situación dialectal. Aunque la forma futbol también

se da en la República Dominicana y en Puerto Rico, países que no se mencionan en esta entrada

del DPD, las Antillas realmente constituyen una zona en donde el deporte de fútbol/futbol tiene

poca acogida y, por lo tanto, se puede argüir que la forma en que lo dirían los antillanos de habla

hispana no tiene mayor importancia porque se trata de un deporte que poco juegan y, por lo

tanto, de un tema que poco tocan.

Calificación: A

B1.7 [es-tri(p)-TIS] / [es-TRI(P)-tis] y STRIPTEASE / ESTRIPTÍS / ESTRIPTIS

B1.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Pronunciaciones mayoritarias: [es-tri(p)-TIS] (pronunciación dominante o competidora en 19

países) y [es-TRI(P)-tis] (pronunciación dominante o competidora en 11 países).

Pronunciación minoritaria: no hay.

Grafía mayoritaria: striptease (grafía dominante o competidora en 20 países).

Grafías minoritarias: estriptís y estriptis (grafías competidoras en al menos 7 u 8 países).

B1.7.2 Resumen

En cuanto a la pronunciación, la forma aguda, [es-tri(p)-TIS], es la que predomina en Nicaragua,

Panamá, Cuba y en la mayor parte de América del Sur, con la excepción de Colombia. La forma

llana, [es-TRI(P)-tis], en cambio, es la que prima en España. Compiten ambas pronunciaciones

en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, la República Dominicana, Puerto

Rico y Colombia. Con respecto a las formas escritas, en casi todo el ámbito hispánico la grafía

inglesa, striptease, es más frecuente que las castellanizadas, estriptís y estriptis, si bien el uso de

uno u otro tipo probablemente es una decisión personal más que una tendencia dialectal.

B1.7.3 Tabla dialectal

Nota: En la tabla que aparece a continuación se presentan primero los datos referentes a la

pronunciación y luego, tras un punto y coma, los referentes a la grafía.

ESPAÑA [es-TRI(P)-tis] (17/20), [es-tri(p)-TIS] (6/20); striptease (18/20), estriptis

(4/20), estriptís (1/20) MÉXICO [es-tri(p)-TIS] (11/20), [es-TRI(P)-tis] (9/20); striptease (18/20), estriptis

(4/20), estriptís (1/20) GUATEMALA [es-tri(p)-TIS] (10/18), [es-TRI(P)-tis] (8/18); striptease (12/18), estriptís

(6/18)

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68

EL SALVADOR [es-tri(p)-TIS] (10/15), [es-TRI(P)-tis] (5/15); striptease (11/13), estriptis

(1/13), estriptís (1/13) HONDURAS [es-tri(p)-TIS] (9/17), [es-TRI(P)-tis] (8/17); estriptís (7/16), striptease

(6/16), estriptis (3/16)

NICARAGUA [es-tri(p)-TIS] (10/13), [es-TRI(P)-tis] (3/13); striptease (8/13), estriptís (5/13)

COSTA RICA [es-tri(p)-TIS] (9/17), [es-TRI(P)-tis] (8/17); striptease (13/16), estriptis

(2/16), estriptís (1/16) PANAMÁ [es-tri(p)-TIS] (14/18), [es-TRI(P)-tis] (4/18); striptease (11/14), estriptís

(4/14)

CUBA [es-tri(p)-TIS] (12/15), [es-TRI(P)-tis] (3/15); estriptís (7/15), striptease

(6/15), estriptis (2/15)

REP. DOMIN. [es-tri(p)-TIS] (9/15), [es-TRI(P)-tis] (6/15); striptease (6/14), estriptís

(6/14), estriptis (2/13)

PUERTO RICO [es-tri(p)-TIS] (10/16), [es-TRI(P)-tis] (6/16); striptease (14/17), estriptís

(2/17), estriptis (1/17) VENEZUELA [es-tri(p)-TIS] (18/20), [es-TRI(P)-tis] (2/20); striptease (16/20), estriptís (4/20),

estriptis (1/20) COLOMBIA [es-TRI(P)-tis] (13/20), [es-tri(p)-TIS] (9/20); striptease (14/20), estriptis

(6/20)

ECUADOR [es-tri(p)-TIS] (10/16), [es-TRI(P)-tis] (6/16); striptease (7/15), estriptís

(4/15), estriptis (4/15)

PERÚ [es-tri(p)-TIS] (19/20), [es-TRI(P)-tis] (1/20); striptease (15/20), estriptís

(6/20)

BOLIVIA [es-tri(p)-TIS] (9/14), [es-TRI(P)-tis] (5/14); striptease (9/13), estriptís (2/13),

estriptis (2/13) PARAGUAY [es-tri(p)-TIS] (13/15), [es-TRI(P)-tis] (2/15); striptease (9/15), estriptís

(5/15), estriptis (1/15)

URUGUAY [es-tri(p)-TIS] (19/20), [es-TRI(P)-tis] (1/20); striptease (19/20), estriptís (1/20)

ARGENTINA [es-tri(p)-TIS] (18/20), [es-TRI(P)-tis] (2/20); striptease (18/20), estriptís (2/20)

CHILE [es-tri(p)-TIS] (17/20), [es-TRI(P)-tis] (3/20); striptease (20/20), estriptís (1/20)

B1.7.4 Observaciones

Pronunciación: Los resultados de este estudio apuntan a las siguientes conclusiones:

(1) Hay una preferencia sólida hacia [es-TRI(P)-tis] en España.

(2) Hay una preferencia sólida hacia [es-tri(p)-TIS] en Nicaragua, Panamá, Cuba,

Venezuela, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile.

(3) En los demás países hay considerable competencia entre ambas pronunciaciones,

a saber, en México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, la República

Dominicana, Puerto Rico, Colombia y Ecuador.

Sin embargo, sería interesante investigar en qué medida la variación entre la

forma llana, [es-TRI(P)-tis] y la aguda, [es-tri(p)-TIS], se debe a factores dialectales y

hasta qué punto obedece a motivos más idiosincrásicos como, por ejemplo, la manera en

que cada hispanohablante percibe, o se imagina, que esta voz se pronuncia en inglés o en

francés.

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69

Grafía: Obsérvese que las preferencias dialectales que, al parecer, existen con respecto a la

pronunciación —[es-tri(p)-TIS] versus [es-TRI(P)-tis], ver § B1.7.3 y el párrafo

anterior— no se manifiestan en las preferencias correspondientes de las grafías —

estriptís versus estriptis— por una razón sencilla: striptease es, hoy por hoy, la grafía

abrumadoramente mayoritaria en casi todo el ámbito hispánico. Es decir, los

hispanohablantes no suelen mostrar su forma de pronunciar la palabra mediante la grafía

que utilizan, sino que el uso del extranjerismo no adaptado, striptease, tapa y oscurece la

pronunciación subyacente, [es-tri(p)-TIS] o [es-TRI(P)-tis]. Los únicos dos países de

donde la mayoría de los encuestados indicaron una forma castellanizada (estriptís) fueron

Cuba y Honduras. La siguiente declaración sobre el tema, hecha por un español que

participó en el proyecto, capta bastante bien la preferencia, en casi todo el ámbito

hispánico, hacia la grafía inglesa: “Aún no está suficientemente afianzada la grafía

adaptada estriptis y no creo que se pueda afirmar que se usa habitualmente. Aún resulta

mucho más común striptease”.

B1.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

estriptis o estriptís... Para adaptar gráficamente al español la voz inglesa striptease..., se

proponen las formas estriptis y estriptís: «A lo mejor luego te hace hacer estriptis» (Pedrero

Invierno [Esp. 1989]); «Lo que quería era hacer un estriptís» (Gamboa Páginas [Col. 1998]). La

forma llana estriptis (pron. [estríptis]) refleja la pronunciación inglesa etimológica y es

invariable en plural... los estriptis. La forma aguda estriptís se debe al influjo de la pronunciación

francesa del anglicismo, y su plural es estriptises.

Reseña

En esta entrada, los lingüistas del DPD no nos suministran ninguna información dialectal sobre

la distribución de las pronunciaciones [es-tri(p)-TIS] y [es-TRI(P)-tis]. Básicamente se limitan a

desaconsejar la grafía inglesa, striptease, abogar por las castellanizadas, estriptis y estriptís, y

explicarnos el origen de cada una de estas: que estriptis surge porque guarda más relación con la

pronunciación inglesa y estriptís por asemejarse a la francesa. Pero al proponer sólo las grafías

castellanizadas y citar exclusivamente oraciones que las contengan, los del DPD pretenden

escondernos un hecho fundamental: en español la grafía inglesa, striptease, es la que se usa en

forma abrumadoramente mayoritaria. ¿Por qué andar con tapujos y tratar de negarlo? Está bien

que indiquen su preferencia hacia las formas castellanizadas, pero pierden credibilidad si no

reconocen la existencia —en español— de striptease. Lo cierto es que la grafía inglesa ha

resistido, con mucho éxito, todos los intentos de castellanizarla y probablemente es por una razón

muy sencilla: mal que a algunos académicos les pese, la grafía striptease tiene más caché que

estriptís o estriptis, del mismo modo que la grafía sexy es más sexy que sexi, forma

“castellanizada” que el DPD también ha intentado imponernos y, de igual modo, con resultados

patéticos. Están arremetiendo contra los molinos de viento, pues el sentir de la población

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70

hispanohablante en general es que, escribir la palabra striptease en forma castellanizada —

estriptis o estriptís—, sería restarle gran parte de su seducción y erotismo.

Calificación: D

B2.0 ESDRÚJULA VERSUS LLANA, O HIATO VERSUS DIPTONGO

B2.1 BIÓSFERA / BIOSFERA (y otras voces con el sufijo -sfera)

B2.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: biósfera, estratósfera e hidrósfera, etc. (uso dominante o competidor en 19

países).

Uso minoritario: biosfera, estratosfera e hidrosfera, etc. (uso dominante en 1 país y competidor

en 6 países).

B2.2.2 Resumen

Biósfera es la forma más frecuente en la mayor parte de Hispanoamérica. Sin embargo, en Costa

Rica, Panamá, Cuba y Venezuela hay competencia entre biósfera y biosfera, con preferencia

hacia la forma esdrújula. En Puerto Rico y Colombia también hay competencia, pero con

preferencia hacia biosfera, la forma llana. En España, en cambio, se utiliza casi exclusivamente

biosfera. Las demás palabras afines, tales como estratósfera/estratosfera e hidrósfera/hidrosfera,

etc. tienen la misma distribución geográfica que la de biósfera/biosfera, la cual aparece a

continuación en la § B2.1.3 como ejemplo de esta clase de palabras acabadas en -sfera.

B2.1.3 Tabla dialectal

ESPAÑA biosfera (20/20)

MÉXICO biósfera (18/20), biosfera (4/20)

GUATEMALA biósfera (16/17), biosfera (1/17)

EL SALVADOR biósfera (15/16), biosfera (1/16)

HONDURAS biósfera (14/14), biosfera (2/14)

NICARAGUA biósfera (13/14), biosfera (2/14)

COSTA RICA biósfera (10/18), biosfera (10/18)

PANAMÁ biósfera (11/16), biosfera (7/16)

CUBA biósfera (11/16), biosfera (8/16)

REP. DOMIN. biósfera (12/15), biosfera (3/15)

PUERTO RICO biosfera (15/20), biósfera (9/20)

VENEZUELA biósfera (14/20), biosfera (7/20)

COLOMBIA biosfera (15/20), biósfera (10/20)

ECUADOR biósfera (18/19), biosfera (1/19)

PERÚ biósfera (20/20), biosfera (1/20)

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71

BOLIVIA biósfera (16/16)

PARAGUAY biósfera (13/14), biosfera (3/14)

URUGUAY biósfera (19/20), biosfera (1/20)

ARGENTINA biósfera (20/20), biosfera (2/20)

CHILE biósfera (15/17), biosfera (2/17)

B2.1.4 Observaciones

General: Fueron tres pares de vocablos sobre los que se indagó en esta parte del estudio:

biósfera/biosfera, estratósfera/estratosfera e hidrósfera/hidrosfera, tomados como

ejemplos de la clase de palabras que terminan en -sfera. En los tres casos, los encuestados

casi siempre daban respuestas uniformes y homogéneas, es decir, indicaban o bien

biósfera, estratósfera e hidrósfera, o bien biosfera, estratosfera e hidrosfera. Pero en

menos del 2% de las ocasiones los encuestados dieron respuestas heterogéneas, o sea, que

indicaron una mezcla de formas según la palabra de que se tratara, señalando, por

ejemplo, que decían biosfera e hidrosfera pero estratósfera.

Otras palabras afines: No se hicieron encuestas sobre otros pares de palabras de la misma clase,

tales como astenósfera/astenosfera, cromósfera/cromosfera, endósfera/endosfera,

exósfera/exosfera, litósfera/litosfera, mesósfera/mesosfera y tropósfera/troposfera, etc.

Sin embargo, es probable que todas estas palabras sigan los mismos patrones que los

señalados en la § B2.1.3 para biósfera/biosfera, con la salvedad de que voces como

astenósfera/astenosfera y cromósfera/cromosfera, etc. son más técnicas y menos

comunes que las tres de este estudio y, por lo tanto, es probable que un alto porcentaje de

los encuestados no hubieran estado familiarizados con ellas. También es posible que, en

el caso de los términos más técnicos y menos comunes, se utilicen las formas llanas

(astenosfera, cromosfera, etc.), con mayor frecuencia que en el de los términos más

habituales como biósfera/biosfera y estratósfera/estratosfera. Habría que investigar esto

y también el uso y la distribución de las palabras que terminan en -isfera o -ísfera tales

como barisfera/barísfera, batisfera/batísfera, etc. Desde luego, cuanto menos común sea

una palabra, más difícil será sacar conclusiones acerca de su variación dialectal.

El uso de biosfera en Hispanoamérica: ¿Está aumentando en Hispanoamérica el uso de biosfera a

expensas de biósfera? Algunos hispanoamericanos que participaron en este estudio

manifestaron que sí, indicando que a las nuevas generaciones se les está enseñando a

decir biosfera, estratosfera, etc. en vez de biósfera, estratósfera, etc., pero para saber si

esto es cierto, habría que estudiar el asunto mediante una investigación diacrónica.

B2.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

-sfera. Elemento compositivo sufijo... En el español de América, por analogía con atmósfera...,

se prefiere la acentuación esdrújula en todas las palabras que lo contienen: biósfera, estratósfera,

hidrósfera, etc. En el español de España, por el contrario, todas las palabras formadas con este

elemento compositivo, salvo atmósfera, son llanas: biosfera, estratosfera, hidrosfera, etc.

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Reseña

Si los lingüistas del DPD realmente hubieran hecho su debida investigación, no se atreverían a

decir, a secas, “[e]n el español de América... se prefiere la acentuación esdrújula en todas las

palabras que lo contienen [que contienen el sufijo -sfera]”, ¡porque esto no es del todo cierto!. En

Puerto Rico y Colombia se prefieren efectivamente biosfera, estratosfera, etc., y en Costa Rica,

Panamá, Cuba y Venezuela hay competencia entre ambas formas. Si se hubieran tomado la

molestia de investigarlo con rigor, se habrían dado cuenta de que la situación es más compleja

que una simple dicotomía —en España, biosfera y en Hispanoamérica, biósfera— y no la

habrían embarrado.

Calificación: C

B2.2 ÍCONO / ICONO

B2.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: ícono (uso dominante en 19 países).

Uso minoritario: icono (uso dominante en 1 país).

B2.2.2 Resumen

Ícono, la forma esdrújula, se usa en Hispanoamérica, e icono, la forma llana, en España.

B2.2.3 Tabla dialectal

ESPAÑA icono (20/20), ícono (1/20)

MÉXICO ícono (19/20), icono (6/20)

GUATEMALA ícono (12/13), icono (1/13)

EL SALVADOR ícono (13/14), icono (1/14)

HONDURAS ícono (14/15), icono (1/15)

NICARAGUA ícono (13/15), icono (2/15)

COSTA RICA ícono (16/16)

PANAMÁ ícono (15/15)

CUBA ícono (16/16), icono (1/16)

REP. DOMIN. ícono (15/16), icono (1/16)

PUERTO RICO ícono (16/20), icono (6/20)

VENEZUELA ícono (20/20), icono (2/20)

COLOMBIA ícono (17/20), icono (4/20)

ECUADOR ícono (18/18)

PERÚ ícono (18/20), icono (2/20)

BOLIVIA ícono (14/16), icono (2/16)

Page 73: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

73

PARAGUAY ícono (13/14), icono (2/14)

URUGUAY ícono (19/20), icono (1/20)

ARGENTINA ícono (19/20), icono (2/20)

CHILE ícono (17/18), icono (3/18)

B2.2.4 Observaciones

El uso de icono en Hispanoamérica: Si bien es cierto que en el español americano ícono se utiliza

con muchísima más frecuencia que icono, no faltan hispanoamericanos cultos que abogan

por el uso de icono, y para respaldar su posición suelen alegar que icono es la única

forma aceptada por la Real Academia sin darse cuenta de que esta institución admite

ambas variantes desde hace tiempo. Hace falta investigar si el uso de icono está

aumentando en Hispanoamérica, a expensas de ícono. Si así fuera, habría que averiguar

en qué medida dicho aumento se debe al deseo de algunos hispanoamericanos de usar

icono por considerar esta forma la preferida por la Real Academia (independientemente

de que sea así), hasta que punto se debe al hecho de que Microsoft, en su software y

publicaciones, utiliza exclusivamente la variante icono y en qué medida se debe a otros

factores.

B2.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

icono o ícono... Tiene dos acentuaciones válidas: la llana icono (pron. [ikóno]) es la más

próxima a la etimología (del gr. bizantino eikón, -ónos, a través del fr. icône) y la de uso

mayoritario en España; en América, en cambio, se usa más la esdrújula ícono.

Reseña

El DPD ha dado en el clavo: en España, icono; en América, ícono (mayormente).

Calificación: A+

B2.3 SAHARA / SÁHARA

B2.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: Sahara (uso dominante en 19 países).

Uso minoritario: Sáhara (uso dominante en 1 país).

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B2.3.2 Resumen

Sahara, la forma llana, se usa en toda Hispanoamérica. Sáhara, la forma esdrújula, que se

pronuncia como si se escribiera Sájara, se da con frecuencia sólo en España.

B2.3.3 Tabla dialectal

ESPAÑA Sáhara (19/20), Sahara (1/20)

MÉXICO Sahara (19/20), Sáhara (1/20)

GUATEMALA Sahara (12/12)

EL SALVADOR Sahara (10/10)

HONDURAS Sahara (13/16), Sáhara (3/16)

NICARAGUA Sahara (14/14)

COSTA RICA Sahara (14/16), Sáhara (2/16)

PANAMÁ Sahara (15/17), Sáhara (3/17)

CUBA Sahara (15/16), Sáhara (1/16)

REP. DOMIN. Sahara (14/14)

PUERTO RICO Sahara (19/19)

VENEZUELA Sahara (19/20), Sáhara (1/20)

COLOMBIA Sahara (20/20)

ECUADOR Sahara (18/19), Sáhara (1/19)

PERÚ Sahara (20/20)

BOLIVIA Sahara (15/15)

PARAGUAY Sahara (15/15)

URUGUAY Sahara (20/20)

ARGENTINA Sahara (20/20)

CHILE Sahara (17/17)

B2.3.4 Observaciones

España: En España se escribe Sáhara, pero se pronuncia [SA-ja-ra] en vez de [SA-a-ra]. Es

decir, hay una discrepancia en España entre la grafía, Sáhara, y la pronunciación [SA-ja-

ra]: la grafía correspondiente a esta pronunciación sería Sájara.

¿El uso de Sáhara en América? El DPD afirma que la grafía Sáhara se va imponiendo en el

español actual, sin especificar variedades (ver § B2.3.5). Habrá que investigar, mediante

un estudio diacrónico, en qué medida, si es que en alguna, el uso de Sahara va cediendo

en Hispanoamérica ante el de Sáhara. En este estudio basado en la introspección, la

incidencia de Sáhara en Hispanoamérica fue insignificante.

Page 75: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

75

B2.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

Sáhara o Sahara... Ambas grafías son igualmente válidas, si bien a cada una le corresponde una

pronunciación. La grafía más tradicional en español es Sahara, que corresponde a la

pronunciación llana [saára]: «En esta parte del Sahara abundan los pozos» (Leguineche Camino

[Esp. 1995]). La grafía Sáhara, que se va imponiendo en el español actual, corresponde a la

pronunciación esdrújula [sáhara], con aspiración de la h por influjo de la pronunciación de este

nombre en árabe...: «Cruzaría el estrecho de Gibraltar y tal vez el desierto del Sáhara» (Marsé

Embrujo [Esp. 1993]).

Reseña

El DPD no hace ninguna mención de que haya una diferencia dialectal entre España (Sáhara) e

Hispanoamérica (Sahara), y presenta el tema del nombre de este desierto como si fuera una

cuestión netamente diacrónica: según el DPD, antes se decía Sahara en todo el ámbito hispánico

y ahora (y cada vez más en el futuro) Sáhara es el término que se va a usar. Los editores del

DPD no mencionan para nada el hecho de que este cambio lingüístico está lejos de haberse

concretado en Hispanoamérica. Y en vista de que las únicas dos oraciones con Sahara/Sáhara

que sus lexicógrafos citan provienen de textos de España, no está claro de dónde sacan la

conclusión de que la forma Sáhara se va imponiendo en el español actual en todas sus

variedades. ¡Es un verdadero misterio! Quizás dan por sentado que, estando este desierto más

cerca de España que de América, el nuevo nombre peninsular (Sáhara) necesariamente tendrá

que imponerse en el uso americano, lo cual a estas alturas parece ser una suposición falsa: en el

presente estudio la frecuencia de Sahara fue abrumadoramente alta para todos los países

hispanoamericanos y la de Sáhara fue ínfima. Los lingüistas del DPD no parecen haber hecho

ningún estudio multidialectal. Por otra parte, es interesante notar que no censuran la discrepancia

entre la pronunciación peninsular, [SA-ja-ra], y su grafía, Sáhara, y no intentan exhortarnos a

mantener la concordancia, diciéndonos que “quien diga [SA-ja-ra] debe escribir Sájara”.

Seguramente no lo han hecho porque saben que, de proponer tal cosa, se convertirían en el

hazmerreír del público que lea su obra, pero al no hacerlo también dan a entender que están

dispuestos a descartar su sagrado principio de concordancia entre grafía y pronunciación cuando

les conviene.

Calificación: D

B2.4 VÁRICES / VARICES

B2.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: várices (uso dominante o competidor en 19 países).

Uso minoritario: varices (uso dominante en 1 país).

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76

B2.4.2 Resumen

Las formas de plural son mucho más frecuentes en español, en todo el ámbito hispánico, que las

de singular. Várices (cuyo singular es várice) se usa en Hispanoamérica, y varices (cuyo singular

es variz) en España.

B2.4.3 Tabla dialectal

Nota: En la tabla que aparece a continuación se indican sólo las formas de plural por ser las más

frecuentes.

ESPAÑA varices (19/20), várices (1/20)

MÉXICO várices (20/20)

GUATEMALA várices (11/11)

EL SALVADOR várices (14/15), varices (1/15)

HONDURAS várices (13/14), varices (1/14)

NICARAGUA várices (13/15), varices (2/15)

COSTA RICA várices (15/15)

PANAMÁ várices (12/12)

CUBA várices (12/14), varices (2/14)

REP. DOMIN. várices (14/15), varices (1/15)

PUERTO RICO várices (13/16), varices (3/16)

VENEZUELA várices (17/17)

COLOMBIA várices (17/17), varices (1/17)

ECUADOR várices (12/13), varices (1/13)

PERÚ várices (16/16)

BOLIVIA várices (12/13), varices (1/13)

PARAGUAY várices (10/10)

URUGUAY várices (18/18)

ARGENTINA várices (20/20)

CHILE várices (15/15), varices (1/15)

B2.4.4 Observaciones

General: En Hispanoamérica, el singular de várices es várice y en España el singular de varices

es variz. Sin embargo, en todo el ámbito hispánico las formas en plural —várices y

varices, respectivamente—, son mucho más frecuentes que las formas en singular.

También hay hispanohablantes que no utilizan ni várices ni varices sino venas varicosas.

Page 77: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

77

B2.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

várice o varice. ‘Dilatación permanente de una vena’. Es voz propia del español de América,

pues en España se emplea la variante variz (pl. varices). La forma várice (pl. várices) es la que

conserva la acentuación etimológica y la preferida en el uso americano, donde también se

emplea, aunque menos, la variante llana varice (pl. varices). Aunque en latín se usó con ambos

géneros, en el español culto actual se usa siempre en femenino.

Reseña

Aquí el DPD ha acertado al dar la idea de que en España se dice varices y en América,

mayormente, várices.

Calificación: A+

B2.5 VIDEO / VÍDEO

B2.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: video (uso dominante en 19 países).

Uso minoritario: vídeo (uso dominante en 1 país).

B2.5.2 Resumen

Video, la forma llana, se usa en toda Hispanoamérica, mientras que vídeo, la forma esdrújula, es

la que se usa en España.

B2.5.3 Tabla dialectal

ESPAÑA vídeo (19/20), video (1/20)

MÉXICO video (20/20)

GUATEMALA video (15/16), vídeo (1/16)

EL SALVADOR video (17/17)

HONDURAS video (15/16), vídeo (1/16)

NICARAGUA video (15/16), vídeo (2/16)

COSTA RICA video (16/17), vídeo (2/17)

PANAMÁ video (16/17), vídeo (1/17)

CUBA video (17/17)

REP. DOMIN. video (14/16), vídeo (2/16)

PUERTO RICO video (16/16), vídeo (1/16)

VENEZUELA video (20/20), vídeo (1/20)

Page 78: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

78

COLOMBIA video (20/20), vídeo (2/20)

ECUADOR video (17/19), vídeo (4/19)

PERÚ video (18/20), vídeo (3/20)

BOLIVIA video (15/15)

PARAGUAY video (16/16), vídeo (1/16)

URUGUAY video (20/20)

ARGENTINA video (20/20), vídeo (1/20)

CHILE video (16/17), vídeo (2/17)

B2.5.4 Observaciones

General: Si bien es cierto que en Hispanoamérica se dice video, la forma llana, y en España

vídeo, la forma esdrújula, hay algunos hispanoamericanos que prefieren escribirlo vídeo,

aunque lo pronuncien [vi-DE-o], porque así se les enseñó a escribirlo en la escuela o

porque se creen que así lo exige la Real Academia, etc. Desde luego, el hecho de que el

DPD y otras autoridades lingüísticas censuren este tipo de discrepancias entre grafía y

pronunciación les tiene muy sin cuidado.

B2.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

video o vídeo... se ha adaptado al español con dos acentuaciones, ambas válidas: la forma

esdrújula vídeo [bídeo], que conserva la acentuación etimológica, es la única usada en España; en

América, en cambio, se usa mayoritariamente la forma llana video [bidéo].

Reseña

Nuevamente el DPD ha dado en el clavo en el caso de esta división sencilla: video en América, y

vídeo en España. ¡Hurra!

Calificación: A+

B2.6 LAPAROSCOPÍA / LAPAROSCOPIA (y otras voces con el sufijo -scopía/ia)

B2.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: laparoscopía, endoscopía, espectroscopía, etc. (uso dominante en 17 países).

Uso minoritario: laparoscopia, endoscopia, espectroscopia, etc. (uso dominante en 3 países).

Page 79: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

79

B2.6.2 Resumen

Laparoscopía, la forma con hiato y seis sílabas, es la que se usa con mayor frecuencia en casi

todo el ámbito hispánico. Sólo en España, Colombia y Venezuela se prefiere laparoscopia, la

forma con diptongo y cinco sílabas. Las demás palabras afines, tales como

endoscopía/endoscopia y espectroscopía/espectroscopia, etc., tienen la misma distribución

geográfica que la de laparoscopía/laparoscopia, la cual aparece a continuación en la § B2.6.3

como ejemplo de esta clase de palabras acabadas en -scopía o -scopia.

B2.6.3 Tabla dialectal

ESPAÑA laparoscopia (20/20), laparoscopía (1/20)

MÉXICO laparoscopía (20/20), laparoscopia (2/20)

GUATEMALA laparoscopía (14/15), laparoscopia (2/15)

EL SALVADOR laparoscopía (15/15), laparoscopia (1/15)

HONDURAS laparoscopía (12/16), laparoscopia (4/16)

NICARAGUA laparoscopía (13/15), laparoscopia (2/15)

COSTA RICA laparoscopía (15/15)

PANAMÁ laparoscopía (14/15), laparoscopia (1/15)

CUBA laparoscopía (15/15)

REP. DOMIN. laparoscopía (14/15), laparoscopia (1/15)

PUERTO RICO laparoscopía (15/19), laparoscopia (4/19)

VENEZUELA laparoscopia (19/20), laparoscopía (1/20)

COLOMBIA laparoscopia (20/20), laparoscopia (1/20)

ECUADOR laparoscopía (18/19), laparoscopia (1/19)

PERÚ laparoscopía (17/20), laparoscopia (3/20)

BOLIVIA laparoscopía (13/15), laparoscopia (2/15)

PARAGUAY laparoscopía (14/14), laparoscopia (1/14)

URUGUAY laparoscopía (20/20), laparoscopia (1/20)

ARGENTINA laparoscopía (19/20), laparoscopia (1/20)

CHILE laparoscopía (15/17), laparoscopia (2/17)

B2.6.4 Observaciones

General: Fueron tres pares de vocablos sobre los que se indagó en esta parte del estudio:

endoscopía/endoscopia, espectroscopía/espectroscopia y laparoscopía/laparoscopia.

Estos tres casos fueron tomados como ejemplos de la clase de palabras que tienen el

sufijo -scopía o -scopia. Aunque no se hicieron encuestas sobre otros pares de palabras

de la misma clase, tales como artroscopía/ia, colonoscopía/ia, laringoscopía/ia y

microscopía/ia, etc., se piensa que todas estas voces deben de seguir los mismos patrones

dialectales de distribución geográfica que las indicadas en la § B2.6.3 para

laparoscopía/laparoscopia.

Page 80: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

80

B2.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

-scopia o -scopía. Elemento compositivo sufijo (del gr. -skopía ‘acción de observar o examinar’)

que forma sustantivos femeninos que designan, por lo general, procedimientos de exploración

visual o técnicas de diagnóstico mediante exploración visual: artroscopia o artroscopía,

laringoscopia o laringoscopía, microscopia o microscopía, etc. Ambas acentuaciones son

válidas. Las formas con hiato (-ía), acordes con la pronunciación etimológica griega, suelen ser

las preferidas en el español americano; las formas con diptongo (-ia), acordes con la

pronunciación latina, son las preferidas en España.

Reseña

De nuevo vemos que los lingüistas del DPD no han llevado a cabo su debida investigación

porque de haberla hecho con rigor probablemente no se atreverían a decir, a secas, “[l]as formas

con hiato (-ía)... suelen ser las preferidas en el español americano”. Esta declaración no es del

todo cierto, pues en Colombia y Venezuela se usan laparoscopia, endoscopia, espectroscopia,

etc. y no laparoscopía, endoscopía, espectroscopia, etc. Su descripción dialectal necesita

subsanarse al indicar lo siguiente:

“Las formas con hiato (-ía), acordes con la pronunciación etimológica griega,

suelen ser las preferidas en casi todos los países del ámbito hispánico, pero las

formas con diptongo (-ia), acordes con la pronunciación latina, son las preferidas

en Colombia, España y Venezuela”.

Los del DPD tendrían que haberse puesto a investigar este tema con más esmero antes que hacer

generalizaciones sin fundamento.

Calificación: B-

B2.7 OLIMPIADA / OLIMPÍADA

B2.7.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: olimpiada (uso dominante o competidor en 18 países).

Uso minoritario: olimpíada (uso dominante o competidor en 7 países).

B2.7.2 Resumen

Olimpiada, con diptongo y cuatro sílabas, es la variante más frecuente en todos los niveles de

lenguaje en la mayor parte del ámbito hispánico. Pero olimpíada, con hiato y cinco sílabas, es la

más frecuente en el lenguaje culto de Uruguay y Argentina. En el nivel culto de El Salvador, la

República Dominicana, Venezuela, Colombia y Chile hay competencia entre las dos formas.

Page 81: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

81

B2.7.3 Tabla dialectal

ESPAÑA olimpiada (19/20), olimpíada (3/20)

MÉXICO olimpiada (19/20), olimpíada (4/20)

GUATEMALA olimpiada (15/16), olimpíada (2/16)

EL SALVADOR olimpiada (10/15), olimpíada (7/15)

HONDURAS olimpiada (16/17), olimpíada (4/17)

NICARAGUA olimpiada (13/16), olimpíada (4/16)

COSTA RICA olimpiada (16/17), olimpíada (2/17)

PANAMÁ olimpiada (15/15), olimpíada (2/15)

CUBA olimpiada (13/15), olimpíada (3/15)

REP. DOMIN. olimpíada (12/17), olimpiada (10/17)

PUERTO RICO olimpiada (20/20), olimpíada (1/20)

VENEZUELA olimpiada (15/20), olimpíada (14/20)

COLOMBIA olimpiada (15/20), olimpíada (8/20)

ECUADOR olimpiada (17/20), olimpíada (5/20)

PERÚ olimpiada (18/20), olimpíada (5/20)

BOLIVIA olimpiada (15/15)

PARAGUAY olimpiada (14/15), olimpíada (1/15)

URUGUAY olimpíada (20/20), olimpiada (1/19)

ARGENTINA olimpíada (20/20), olimpiada (6/20)

CHILE olimpíada (14/20), olimpiada (12/20)

B2.7.4 Observaciones

Olimpiada versus olimpíada: Son dos los países de habla hispana en donde hay una clara

preferencia hacia olimpíada en el lenguaje culto: Uruguay y Argentina. En estos dos

países, y tal vez en El Salvador, la República Dominicana, Venezuela, Colombia y Chile

(donde compiten ambas formas), hay hablantes que consideran que olimpíada es superior

a olimpiada. Entre los hablantes que usan olimpiada, que son la gran mayoría, la forma

con hiato, olimpíada, probablemente se considere libresca, altisonante o quizás sólo una

mera curiosidad.

B2.7.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

olimpiada u olimpíada... Tiene dos acentuaciones válidas: la llana olimpiada [o - lim - piá - da],

con diptongo entre las vocales en contacto, y la esdrújula olimpíada [o - lim - pí a - da], con hiato

en lugar de diptongo. En el español de España es mayoritaria la acentuación llana, mientras que

en América se usan indistintamente ambas formas.

Page 82: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

82

Reseña

La afirmación de que “en América se usan indistintamente ambas formas [olimpiada y

olimpíada]” no es cierta. En realidad son contados los países americanos en los que “se usan

indistintamente ambas formas”, pues en la gran mayoría de ellos hay una clara preferencia, por

lo general hacia olimpiada. Los países en donde ambas variantes quizás se usan

“indistintamente” son sólo El Salvador, la República Dominicana, Venezuela, Colombia y Chile.

En Uruguay y Argentina, al menos en su habla culta, se usa, con frecuencia abrumadora,

olimpíada, y en todos los demás países de habla hispana se usa mayormente olimpiada.

Nuevamente vemos que el equipo del DPD hace declaraciones sobre variación lingüística sin

haber investigado los dialectos o habiéndolos investigado mal.

Calificación: D+

B2.8 PERÍODO / PERIODO

B2.8.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Usos mayoritarios: período (uso dominante o competidor en 20 países, probablemente) y periodo

(uso dominante o competidor en al menos 17 países).

Uso minoritario: no hay.

B2.8.2 Resumen

En la mayoría de los países hay una competencia seria entre período, la forma con hiato y cuatro

sílabas, y periodo, la forma con diptongo y tres sílabas, de modo que las dos variantes se usan

indistintamente, al menos con el significado principal de ‘tiempo, lapso’. Sólo en Uruguay,

Argentina y Chile es período mucho más frecuente que periodo en el habla culta. En cambio, en

México, varios países centroamericanos, Bolivia y Paraguay, periodo es más común que período.

Algunos hispanohablantes cultos hacen una distinción entre período (‘tiempo, lapso’) y periodo

(‘menstruación’) —e insisten en ella—, pero tales personas constituyen una minoría y su llamado

no parece ser acogido por la población culta en general.

B2.8.3 Tabla dialectal

ESPAÑA periodo (18/20), período (12/20)

MÉXICO periodo (18/20), período (10/20)

GUATEMALA período (10/16), periodo (8/16)

EL SALVADOR período (10/16), periodo (9/16)

HONDURAS periodo (9/16), período (9/16)

NICARAGUA período (13/15), periodo (6/15)

COSTA RICA período (13/17), periodo (9/17)

PANAMÁ periodo (11/15), período (7/15)

Page 83: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

83

CUBA período (12/15), periodo (9/15)

REP. DOMIN. periodo (12/18), período (12/18)

PUERTO RICO periodo (19/20), período (15/20)

VENEZUELA período (19/20), periodo (10/20)

COLOMBIA período (18/20), periodo (12/20)

ECUADOR período (16/19), periodo (10/19)

PERÚ período (17/20), periodo (14/20)

BOLIVIA periodo (13/15), período (5/15)

PARAGUAY periodo (14/15), período (3/15)

URUGUAY período (20/20), periodo (1/20)

ARGENTINA período (20/20), periodo (5/20)

CHILE período (14/16), periodo (4/16)

B2.8.4 Observaciones

Período versus periodo: Algunos hablantes cultos consideran incorrecto y señal de una falta de

escolaridad el uso de periodo (‘lapso, tiempo’), mientras que los que efectivamente

utilizan esta variante suelen tener un concepto neutro o hasta positivo, acerca del uso de

período; sin embargo, también hay algunos que consideran libresca la forma con hiato. El

prejuicio en contra de periodo se da mucho más en aquellos países suramericanos en

donde el uso de esta forma sea poco común en el habla culta (Uruguay, Argentina y

Chile), pero aun en los países en donde periodo es muy frecuente en el habla culta, hay

partidarios de período que consideran su uso superior al de periodo. También existen

hispanohablantes —una pequeña minoría, por cierto—, que se enorgullecen de hacer una

distinción semántica entre período (‘tiempo, lapso’) y periodo (‘menstruación’), y

lógicamente tienden a mirar con malos ojos a todo aquel que no la haga. En realidad, el

hacer o no hacer dicha distinción semántica no es una cuestión de que la mayoría de los

hispanohablantes tengan que ocuparse porque para referirse a lo de las mujeres suelen

utilizar regla o menstruación en el registro neutro y otros términos metafóricos en el

lenguaje coloquial, humorístico, jergal, etc.

B2.8.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

período o periodo. ‘Espacio de tiempo’. Ambas acentuaciones son correctas: la esdrújula

período [pe - rí - o - do], con hiato entre las vocales contiguas, que es la forma etimológica; y la

llana, periodo [pe - rió - do], con diptongo en lugar de hiato. La preferencia de una u otra en la

escritura debe adecuarse a la pronunciación: quien diga [período] debe escribir período, y quien

diga [periódo] debe escribir periodo. Con el significado de ‘menstruación’, se usa solo la llana

periodo.

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84

Reseña

Si bien es cierto que en Uruguay, Argentina y Chile los hablantes cultos tienden a rehuir el uso

de periodo, el DPD tal vez acierta al no hacer comentarios dialectales en esta entrada debido a

que hay mucha competencia entre las dos formas en la mayoría de los países de habla hispana, y

aun en Uruguay, Argentina y Chile, periodo, al parecer, se da con alguna frecuencia, aunque

baja.

Calificación: A+

B3.0 OTRAS DIFERENCIAS DE PRONUNCIACIÓN Y/O DE GRAFÍA

B3.1 [DI-sel] / [DIE-sel] y DIESEL / DIÉSEL

B3.1.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Pronunciación mayoritaria: [DI-sel] (pronunciación dominante o competidora en 16 países).

Pronunciación minoritaria: [DIE-sel] (pronunciación dominante o competidora en 5 países).

Grafía mayoritaria: diesel (grafía dominante o competidora en 20 países).

Grafía minoritaria: diésel (grafía competidora en 4 países).

B3.1.2 Resumen

En la gran mayoría de los países del ámbito hispánico este término suele pronunciarse [DI-sel] y

escribirse diesel, sin acento. Sólo en España, Cuba, Bolivia, Paraguay y Argentina con frecuencia

se pronuncia [DIE-sel] y/o se escribe diésel.

B3.1.3 Tabla dialectal

Nota: En la tabla que aparece a continuación se presentan primero los datos referentes a la

pronunciación y luego, tras un punto y coma, los referentes a la grafía.

ESPAÑA [DIE-sel] (20/20); diésel (11/20), diesel (9/20)

MÉXICO [DI-sel] (20/20); diesel (19/20), diésel (1/20)

GUATEMALA [DI-sel] (17/17); diesel (16/17), diésel (1/17)

EL SALVADOR [DI-sel] (18/18); diesel (16/18), diésel (1/18), dísel (1/18)

HONDURAS [DI-sel] (15/15); diesel (10/15), diésel (5/15)

NICARAGUA [DI-sel] (16/17), [DIE-sel] (1/17); diesel (15/16), diésel (1/16)

COSTA RICA [DI-sel] (17/17); diesel (15/16), diésel (1/16)

PANAMÁ [DI-sel] (15/16), [DIE-sel] (2/16); diesel (14/16), diésel (3/16)

CUBA [DIE-sel] (13/15), [DI-sel] (2/15); diésel (9/15), diesel (7/15)

REP. DOMIN. [DI-sel] (17/17); diesel (16/17), diésel (1/17)

PUERTO RICO [DI-sel] (14/16), [DIE-sel] (2/16); diesel (16/16)

Page 85: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

85

VENEZUELA [DI-sel] (20/20); diesel (17/20), diésel (3/20)

COLOMBIA [DI-sel] (19/20), [DIE-sel] (1/20); diesel (16/19), diésel (3/19)

ECUADOR [DI-sel] (13/16), [DIE-sel] (3/16); diesel (13/16), diésel (3/16)

PERÚ [DI-sel] (20/20); diesel (16/19), diésel (3/19)

BOLIVIA [DIE-sel] (15/16), [DI-sel] (2/16); diesel (12/15), diésel (3/15)

PARAGUAY [DIE-sel] (13/18), [DI-sel] (7/18); diesel (10/15), diésel (5/15)

URUGUAY [DI-sel] (16/20), [DIE-sel] (4/20); diesel (18/20), diésel (2/20)

ARGENTINA [DI-sel] (14/20), [DIE-sel] (12/20); diesel (14/20), diésel (13/20)

CHILE [DI-sel] (17/20), [DIE-sel] (5/20); diesel (17/20), diésel (3/20)

B3.1.4 Observaciones

General: Si se considera el ámbito hispánico en su conjunto, los resultados de este estudio

permiten sacar las siguientes conclusiones generales con respecto a [DI-sel]/[DIE-sel] y

diesel/diésel:

(1) La mayoría de los hispanohablantes cultos pronuncian [DI-sel] y escriben diesel:

los de España, Cuba, Bolivia, Paraguay y, en medida menor, Argentina,

constituyen excepciones a esta regla o práctica general.

(2) Hay numerosos hispanohablantes cultos que pronuncian [DI-sel] y escriben

diésel.

(3) Los hay también que pronuncian [DIE-sel] y escriben diesel, sobre todo en

España, Cuba, Bolivia, Paraguay y Argentina.

(4) En el caso de cualquiera de las combinaciones fonético-gráficas esbozadas en los

anteriores puntos uno, dos y tres, hay una desconcordancia entre la pronunciación

y la grafía de esta voz.

(5) Lo que apenas existen son hispanohablantes cultos que pronuncien [DI-sel] y que

escriban dísel, grafía que sí concordaría con la pronunciación.

(6) Sólo en España, Cuba, Bolivia, Paraguay y Argentina hay un porcentaje alto de

hablantes cultos que pronuncien [DIE-sel] y que escriban diésel, lo cual supone

una concordancia entre grafía y pronunciación; se trata de una práctica minoritaria

frente a la de [DI-sel]/diesel, el uso mayoritario.

Competencia entre [DI-sel]/diesel y [DIE-sel]/diésel: Entre los países en los que compiten las

dos pronunciaciones, [DI-sel] y [DIE-sel], es Argentina el lugar en donde dicha

competencia es más recia, al punto que allí las dos variantes parecen luchar la una contra

la otra en condiciones casi de igualdad: en este estudio, aproximadamente la mitad de los

argentinos cultos indicaron que dicen y escriben [DI-sel]/diesel, y la otra mitad, poco más

o menos, [DIE-sel]/diésel. En Paraguay (donde predomina [DIE-sel]) y en Chile (donde

prima [DI-sel]), también hay cierto nivel de competencia entre las dos pronunciaciones,

aunque en menor grado que la que existe en la Argentina (ver § B3.1.3).

Cuba: En Cuba, donde mayormente se utiliza la variante [DIE-sel] (escrito diésel o diesel),

también se usa petróleo con frecuencia en el sentido de ‘diesel/diésel’. Es decir, en Cuba

petróleo no sólo se usa en el sentido general de ‘líquido natural oleaginoso e inflamable,

constituido por una mezcla de hidrocarburos, que se extrae de lechos geológicos

Page 86: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

86

continentales o marítimos’, sino que puede tener un significado mucho más específico, el

de ‘diesel/diésel’.

Colombia: En Colombia, donde mayormente se utiliza la variante [DI-sel]/diesel, la sigla

A.C.P.M. (aceite combustible para motores), se usa con frecuencia en el sentido de

‘diesel/diésel’.

Bolivia y Paraguay: Con la excepción de Bolivia y Paraguay, en todos los demás países en donde

la pronunciación [DIE-sel] es frecuente (España, Cuba y Argentina), los encuestados a

menudo ofrecieron la grafía diésel. ¿Por qué será que de Bolivia más del 80% de ellos

ofreció la pronunciación [DIE-sel], pero menos del 25% indicó la grafía diésel? En el

caso de Paraguay, sólo la tercera parte ofreció la grafía diésel, a pesar de que la

pronunciación mayoritaria de este país también es [DIE-sel] (ver § B3.1.3). El autor del

presente estudio opina que no es convincente decir que simplemente los encuestados

bolivianos y paraguayos no sabían deletrear: primero, porque la grafía diesel se usa con

frecuencia por hispanohablantes cultos de otros países y se considera correcta (aun en

aquellos donde predomina la pronunciación [DIE-sel]); y, segundo, porque los

encuestados bolivianos y paraguayos sí demostraron que sabían deletrear, de acuerdo con

la norma académica, en otras preguntas de este estudio. Por lo tanto, debe haber otro

factor en juego que pueda explicarlo. Quizás sea sólo porque la mayoría de los bolivianos

y paraguayos consideran que diesel es palabra extranjera y por lo tanto no necesita llevar

tilde, del mismo modo que los de la mayoría de los países en donde se pronuncia [DI-sel]

consideran que diesel es palabra extranjera y, por consiguiente, no es necesario escribirla

dísel.

Gasoil, gasóleo y gasolero: Gasoil parece usarse como sinónimo de diesel/diésel (‘combustible’)

con más frecuencia en España y en los países rioplatenses que en otras partes del mundo

de habla hispana. También hubo encuestados de varios países que indicaron que gasoil se

usa más entre la gente mayor y diesel o diésel más entre personas jóvenes; habría que

investigarlo a fondo para saber si esto es cierto y en dónde. Gasóleo parece usarse a

menudo solamente en España, pero con mucha menos frecuencia que gasoil. En los

países rioplatenses se usa gasolero, palabra derivada de gasoil, para referirse a vehículos

y motores que consumen diesel y, en sentido figurado, para referirse a personas que

gastan poco, particularmente durante las vacaciones: turistas gasoleros (Academia

Argentina de Letras: 360).

B3.1.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Para bien o para mal, no hay ninguna entrada en el DPD que aborde la cuestión dialectal de [DI-

sel]/diesel versus [DIE-sel]/diésel. Tampoco la trata la entrada correspondiente del Diccionario

de la Real Academia (DRAE), pues sólo incluye la grafía con é, diésel, y sin ninguna referencia a

la variación dialectal que existe con respecto a [DI-sel]/diesel y [DIE-sel]/diésel. La única

autoridad que el autor del presente trabajo ha encontrado que toque el tema en cuestión fue la

sección de “consultas” de elcastellano.org., fuente en la que se proporciona la siguiente

información en forma de pregunta y respuesta:

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P[regunta]: Desde la Ciudad de Guatemala les cuento que muchas veces he leído en medios de

prensa nacionales e internacionales que la palabra diesel la tildan en la primera e, así: “diésel”.

Esta palabra, es una adaptación a nuestro idioma de Diesel, apellido del ingeniero alemán Rudolf

Diesel. Sin embargo en el diccionario este vocablo no aparece tildado. [¿]Es apropiado tildarla[?]

R[espuesta]: En el Diccionario de la Real Academia, así como en otros diccionarios generales

de la lengua española, aparece tildada: diésel. La razón radica en la forma en que se pronuncia el

término en castellano: /dié-sel/; si no se colocara la tilde, el acento recaería en la última sílaba

‘sel’, que no parece ser la pronunciación mayoritaria en nuestro idioma. En alemán se pronuncia

/díh-sel/, la ‘e’ es muda, denota únicamente que la ‘i’ es larga (indicado aquí por la ‘h’) y la tilde

sobre la ‘i’ se colocó para indicar la letra en la que el hablante alemán carga la voz, ya que en

alemán no existen tildes.

Reseña (de la consulta sobre diesel/diésel de elcastellano.org)

Vemos que la citada consulta-respuesta de elcastellano.org no aborda el tema dialectal en

cuestión, es decir, no nos indica quiénes dicen [DI-sel] y quiénes [DIE-sel] ni quiénes escriben

diesel y quiénes diésel. El asesor de elcastellano.org está en lo cierto al afirmar que [die-SEL] no

es la pronunciación mayoritaria en español, de hecho casi nadie la usa, ¡pero tampoco lo es [DIE-

sel]!. La pronunciación mayoritaria es [DI-sel] y la grafía que suele representarla es diesel, hecho

que no mencionan ni elcastellano.org ni la primera edición del DPD (la de 2005), ni la vigésima

segunda del DRAE (la de 2001). Esta combinación de [DI-sel]/diesel, la que supone una

discrepancia entre grafía y pronunciación, es la variante que se da con mayor frecuencia en todos

los países de habla hispana con la excepción de España, Cuba, Bolivia y Paraguay; en Argentina

hay recia competencia entre diésel/[DIE-sel] y diesel/[DI-sel]. Si los expertos en el idioma —los

de elcastellano.org, los académicos del DRAE, los del DPD o los que sean— van a insistir en que

haya concordancia entre grafía y pronunciación, deberían proponer que los que digamos [DI-sel]

lo escribamos dísel. Sin embargo, no tienen el descaro de proponérnoslo porque le temen al

tomatazo podrido que recibirían en respuesta. ¿Entonces qué hacen? Pues, nada. Soslayan el

asunto: se limitan a comentar sobre la virtud del uso minoritario, [DIE-sel]/diésel, que sólo es

frecuente en España y en cuatro países americanos, ¡y se callan la boca con respecto a [DI-

sel]/diesel, la variante mayoritaria!. Pero al hacer esta payasada, o bien se mantienen fieles a su

sagrado principio —¡concordancia entre grafía y pronunciación a ultranza!— o bien muestran su

desconocimiento respecto del uso de [DI-sel]/diesel en la mayor parte del ámbito hispánico: no

está claro cuál de los dos pecados, el engaño o la ignorancia, sería el peor. Lo cierto es que no

dicen nada polémico, pero tampoco nos echan luz sobre el asunto. ¡Que vivan los buenos

académicos!

Calificación (de elcastellano.org y del DRAE): F

Calificación (del DPD): Inc. (incompleto, el DPD no tiene ninguna entrada que corresponda al

tema).

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88

B3.2 [ga-RA-je] / [ga-RASH] y GARAJE / GARAGE

B3.2.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Pronunciación mayoritaria: [ga-RA-je] (pronunciación dominante en 15 países).

Pronunciaciones minoritarias: [ga-RASH] (pronunciación dominante o competidora en 7 países),

[ga-RACH] (pronunciación competidora en 1 país) y [ga-RA-she] (pronunciación

competidora en 1 país).

Grafías mayoritarias: garaje (grafía dominante o competidora en 20 países) y garage (grafía

dominante o competidora en al menos 15 países).

Grafía minoritaria: no hay.

B3.2.2 Resumen

En la mayor parte del ámbito hispánico se pronuncia [ga-RA-je], con tres sílabas, pero en

México, Guatemala y el Cono Sur, es más frecuente la pronunciación [ga-RASH], con dos

sílabas; en El Salvador hay seria competencia entre ambas pronunciaciones. Con respecto a la

grafía, tanto garaje como garage son frecuentes entre hablantes cultos de la mayor parte del

ámbito hispánico —España, Cuba, Puerto Rico, Colombia y algunos otros países quizás sean

excepciones—, pero donde garage se da más a menudo y donde cuenta con mayor aceptación es

precisamente en aquellos países en donde [ga-RASH] sea la pronunciación más frecuente, es

decir, en México, Guatemala y el Cono Sur.

B3.2.3 Tabla dialectal

Nota: En la tabla que aparece a continuación se presentan primero los datos referentes a la

pronunciación y luego, tras un punto y coma, los referentes a la grafía.

ESPAÑA [ga-RA-je] (20/20); garaje (19/20), garage (2/20)

MÉXICO [ga-RASH] (15/20), [ga-RA-je] (5/20); garage (15/20), garaje (9/20)

GUATEMALA [ga-RASH] (16/17), [ga-RA-je] (1/17); garage (10/14), garaje (4/14)

EL SALVADOR [ga-RASH] (9/18), [ga-RA-je] (9/18); garage (10/15), garaje (5/15)

HONDURAS [ga-RA-je] (14/15), [ga-RASH] (2/15); garaje (8/15), garage (7/15)

NICARAGUA [ga-RA-je] (15/15), [ga-RASH] (1/15); garaje (10/15), garage (5/15)

COSTA RICA [ga-RA-je] (14/17), [ga-RASH] (4/17); garaje (14/17), garage (4/17)

PANAMÁ [ga-RA-je] (16/16), [ga-RASH] (2/16); garaje (10/15), garage (5/15)

CUBA [ga-RA-je] (15/15); garaje (14/15), garage (1/15)

REP. DOMIN. [ga-RA-je] (16/16); garaje (11/16), garage (5/16)

PUERTO RICO [ga-RA-je] (20/20), [ga-RASH] (1/20); garaje (17/20), garage (4/20)

VENEZUELA [ga-RA-je] (19/20), [ga-RASH] (1/20); garaje (15/20), garage (7/20)

COLOMBIA [ga-RA-je] (20/20); garaje (16/20), garage (4/20)

ECUADOR [ga-RA-je] (17/19), [ga-RASH] (2/19); garaje (13/19), garage (8/19)

PERÚ [ga-RA-je] (19/19), [ga-RASH] (2/19); garaje (15/19), garage (7/19)

BOLIVIA [ga-RA-je] (15/15); garage (8/15), garaje (7/15)

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89

PARAGUAY [ga-RASH] (11/15), [ga-RA-je] (3/15), [ga-RA-she] (1/15); garage (10/14), garaje

(6/14)

URUGUAY [ga-RASH] (12/20), [ga-RA-she] (11/20), [ga-RA-je] (2/20); garaje (13/20),

garage (12/20)

ARGENTINA [ga-RASH] (17/20), [ga-RA-je] (5/20), [ga-RA-she] (3/20); garage (16/20), garaje

(8/20)

CHILE [ga-RA-je] (10/20), [ga-RASH] (9/20), [ga-RACH] (7/20); garage

(17/20), garaje (8/20)

B3.2.4 Observaciones

El prestigio relativo de garaje y garage: Sin lugar a dudas, a nivel internacional, la grafía garaje

goza de mayor prestigio que la de garage debido a que existen hispanohablantes cultos de

todas partes del ámbito hispánico que consideran incorrecta la forma con dos ges; aun en

México, Guatemala y el Cono Sur hay personas que miran con malos ojos la grafía

garage. Dicho de otra manera, los que escriben garaje tienden a considerar incorrecto y

señal de una falta de escolaridad el uso de garage, mientras que los que escriben garage

suelen tener un concepto neutro acerca del uso de garaje. Los resultados de este estudio

demuestran que en aquellos países en donde sea común la pronunciación [ga-RASH] es

mucho más aceptada la grafía garage que en los otros en donde se usa casi

exclusivamente la pronunciación [ga-RA-je]. A pesar de ello, hay hispanohablantes

cultos de México, Guatemala, El Salvador y el Cono Sur que pronuncian [ga-RASH]

pero que escriben garaje (para ceñirse a la preferencia internacional), y, desde luego, en

todo el ámbito hispánico los hay también que pronuncian [ga-RA-je] y que escriben

garage.

¿Un cambio diacrónico? En México, Guatemala, El Salvador y el Cono Sur, zonas en donde son

frecuentes tanto la pronunciación de dos sílabas, [ga-RASH], como la grafía con dos ges,

garage, hay indicios, a juzgar por los comentarios de varios encuestados, de que en el

lenguaje culto la grafía garaje y la pronunciación con tres sílabas, [ga-RA-je], comienzan

a ganar terreno a expensas de [ga-RASH] y garage. Hace falta realizar un estudio

diacrónico para determinar en qué medida esto puede ser cierto en cada uno de estos

países.

Diferencias semánticas: Hay que investigar las frecuencias de uso y las distinciones semánticas

que se hacen en diferentes países con respecto a las siguientes palabras afines, y otras:

garaje/garage, cochera, estacionamiento, parqueo, parqueadero, playa (de

estacionamiento), aparcamiento y marquesina.

B3.2.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

garaje... Es adaptación gráfica de la voz francesa garage. Aunque en amplias zonas de América

se emplea a menudo el extranjerismo crudo, con su grafía y pronunciación originarias (garage,

pron. garásh]), no hay razón para que esta palabra quede excluida del proceso de adaptación

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90

seguido por las voces francesas terminadas en -age que se han incorporado al español, y que se

han adaptado siempre con la terminación -aje (pron. [áje]): bagaje, brebaje, menaje, etc.

Reseña

El DPD sostiene que no hay razón para que la palabra garage quede excluida del proceso de

adaptación seguido por las voces francesas terminadas en -age que se han incorporado al español

tales como bagaje, brebaje y menaje. Pero lo cierto es que, en algunas zonas que el DPD no

considera conveniente especificar, garage sí ha resistido, hasta ahora, dicho proceso, y lo ha

hecho con tenacidad. Mucho más útil sería que el DPD aceptara el uso de garage/[ga-RASH] y

que nos indicara en cuáles países su empleo es frecuente, a saber, en México, Guatemala, El

Salvador y el Cono Sur. También cabe notar que, según una búsqueda por Google de textos en

español realizada en el 2010, el extranjerismo crudo ménage a trois (con 289.000 entradas o

“hits”), es más frecuente que tanto la forma traducida, menaje a tres (con 1.540 entradas), como

la híbrida, menaje a trois (con 24.500 entradas), de modo que este proceso de adaptación —del

sufijo -age a -aje— no es tan uniforme como el DPD quisiera hacernos creer. Y hay otros

ejemplos de palabras francesas, tales como collage, décalage, entourage, frottage, surmenage y

vernissage, las cuales, si bien quedan un poco al margen de la lengua española y algunos las

tildan de innecesarias, se han mantenido con sus pronunciaciones y grafías no adaptadas. La

razón por la que garage no haya quedado íntegramente incluida en el proceso de adaptación

seguido por las voces francesas terminadas en -age que se han incorporado al español es muy

sencilla: ¡Porque millones de hispanohablantes han preferido pronunciarla con dos sílabas y/o

escribirlo garage! ¡No se precisa más razón que esa! Además, el hecho de que para los lingüistas

del DPD sea ilógico que haya hispanohablantes que sigan usando esta forma les tiene muy sin

cuidado a los que la usan.

Calificación: D

B3.3 SOYA / SOJA

B3.3.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Uso mayoritario: soya (uso dominante o competidor en 17 países).

Uso minoritario: soja (uso dominante o competidor en 4 países).

B3.3.2 Resumen

Soya es la variante que se usa en la mayor parte del ámbito hispánico. Soja se utiliza con

frecuencia sólo en España, Paraguay, Argentina y Uruguay, y en este último país hay

competencia entre las dos formas.

Page 91: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

91

B3.3.3 Tabla dialectal

ESPAÑA soja (20/20)

MÉXICO soya (20/20), soja (1/20)

GUATEMALA soya (15/15)

EL SALVADOR soya (16/16)

HONDURAS soya (16/16)

NICARAGUA soya (15/15)

COSTA RICA soya (17/17), soja (1/17)

PANAMÁ soya (16/16)

CUBA soya (16/16)

REP. DOMIN. soya (15/15)

PUERTO RICO soya (16/17), soja (2/17)

VENEZUELA soya (17/18), soja (2/18)

COLOMBIA soya (18/19), soja (3/19)

ECUADOR soya (18/18)

PERÚ soya (19/19)

BOLIVIA soya (14/14)

PARAGUAY soja (15/15)

URUGUAY soja (15/20), soya (9/20)

ARGENTINA soja (19/20), soya (1/20)

CHILE soya (17/17)

B3.3.4 Observaciones

Uruguay: En este estudio, Uruguay fue el único país en donde se encontró seria competencia

entre las dos formas, soja y soya. La gran mayoría de los uruguayos encuestados dijeron

que sólo utilizan soya, sólo soja, o que usan ambas variantes pero sin que exista ninguna

diferencia contextual. Sin embargo, algunos encuestados uruguayos que ofrecieron

ambos términos indicaron que utilizan soya para referirse a la salsa de soya o al aceite de

soya, pero soja para referirse a los cultivos o la producción, etc. Hace falta realizar

investigación para determinar cuáles son los uruguayos que tienden a decir soja y cuáles

soya, y en qué contextos utilizan cada forma los que usan ambas.

Salsa de soya, salsa de soja, salsa china: Un tema dialectológico relacionado con el de soya

versus soja es cómo se llama la salsa hecha a base de soya/soja que se emplea en la

preparación de muchos platos asiáticos: ¿salsa de soya, salsa de soja, salsa china, u otros

términos? ¿En dónde prima cada variante?

B3.3.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

soya. La voz japonesa shoyu (‘planta leguminosa procedente de Asia’ y ‘fruto comestible de esta

planta’) se introdujo en Europa a través del neerlandés con dos grafías, soya y soja, usadas

Page 92: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

92

ambas en español e igualmente válidas. En casi toda América se usa preferente o exclusivamente

la forma soya: «La producción de soya en Guatemala atraviesa problemas» (Hora [Guat.]

28.2.97); mientras que en España y en el área del Río de la Plata se ha generalizado la forma soja

(pron. [sója]): «La cotización de la soja pegó ayer un nuevo salto» (Clarín [Arg.] 2.4.97).

Reseña

Los del DPD están en lo cierto al afirmar que se emplea soja en España y en el área del Río de la

Plata. Sin embargo, esta última zona normalmente no abarca a Paraguay, país en donde también

se utiliza soja. Por otra parte, convendría precisar que en Uruguay hay competencia entre ambas

formas.

Calificación: A-

B3.4 DE PRISA / DEPRISA

B3.4.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Grafía mayoritaria: de prisa (grafía dominante o competidora en 19 países).

Grafía minoritaria: deprisa (grafía dominante en 1 país).

B3.4.2 Resumen

Se trata de una diferencia exclusivamente gráfica ya que el hecho de escribir de prisa o deprisa

en nada afecta la pronunciación. En Hispanoamérica, donde esta locución es menos común, suele

escribirse separado, de prisa, mientras que en España, donde deprisa sí es de uso habitual, se

escribe en una sola palabra.

B3.4.3 Tabla dialectal

ESPAÑA deprisa (20/20)

MÉXICO de prisa (14/20), deprisa (7/20), casi no se usa (2/20)

GUATEMALA de prisa (8/16), deprisa (5/16), casi no se usa (4/16)

EL SALVADOR de prisa (8/12), casi no se usa (2/12), deprisa (2/12)

HONDURAS de prisa (7/14), deprisa (5/14), casi no se usa (4/14)

NICARAGUA de prisa (8/15), casi no se usa (4/15), deprisa (3/15)

COSTA RICA de prisa (11/20), deprisa (8/20), casi no se usa (1/20)

PANAMÁ de prisa (13/16), deprisa (2/16), casi no se usa (1/16)

CUBA de prisa (12/19), deprisa (6/19), casi no se usa (2/19)

REP. DOMIN. de prisa (9/17), casi no se usa (4/17), deprisa (4/17)

PUERTO RICO de prisa (16/18), deprisa (1/18), casi no se usa (1/18)

VENEZUELA de prisa (11/20), casi no se usa (5/20), deprisa (4/20)

COLOMBIA de prisa (16/20), deprisa (4/20), casi no se usa (2/20)

Page 93: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

93

ECUADOR de prisa (10/19), casi no se usa (7/19), deprisa (2/19)

PERÚ de prisa (15/20), casi no se usa (4/20), deprisa (3/20)

BOLIVIA de prisa (12/16), deprisa (3/16), casi no se usa (2/16)

PARAGUAY de prisa (7/14), deprisa (5/14), casi no se usa (2/14)

URUGUAY de prisa (8/20), casi no se usa (8/20), deprisa (5/20)

ARGENTINA de prisa (15/20), casi no se usa (5/20), deprisa (3/20)

CHILE de prisa (12/18), casi no se usa (4/18), deprisa (2/18)

B3.4.4 Observaciones

España: En España deprisa forma parte del lenguaje habitual y se escribe con una sola palabra.

Incluso cabe argüir que tiene más sentido preguntar cómo se escribe —de prisa o

deprisa— en España que en Hispanoamérica puesto que sólo se usa frecuentemente en la

madre patria.

Hispanoamérica: En el español común y corriente de Hispanoamérica esta palabra o modismo se

usa poco —mucho más frecuentes son palabras como rápido y ligero, etc.—, pero si se

escribe, se pone de prisa, separado, mucho más frecuentemente (cuatro veces más) que

deprisa, una sola palabra. Quizás haya excepciones a esta regla, en Cuba, Paraguay y tal

vez otros países hispanoamericanos, donde hay competencia entre de prisa y deprisa.

B3.4.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

deprisa. ‘Rápidamente, con celeridad’: «Qué deprisa lees» (FnGómez Viaje [Esp. 1985]).

Aunque se recomienda su escritura en una sola palabra, también es admisible la grafía en dos

palabras: «Se puso de prisa el sombrero» (Zaldívar Capablanca [C. Rica 1995]).

Reseña

El DPD no suministra ninguna información sobre la distribución dialectal de de prisa versus

deprisa, y se limita simplemente a recomendar el uso de esta última grafía, sin aducir razones. Si

el DPD diera algún motivo por el que recomienda deprisa, —por ejemplo, porque en España,

donde más se emplea, se escribe en una sola palabra o por mantener coherencia con aprisa, que

siempre se escribe como una sola palabra—, tal vez su recomendación a favor de deprisa nos

sería más fácil de tragar. Pero tal como está escrita la entrada, nos huele simplemente a una

recomendación hecha por un español, o españolizante, que desconoce el hecho de que de prisa,

escrito separado, es la forma más frecuente en todos los 19 países hispanoamericanos. Si desean

persuadirnos de la conveniencia de escribir deprisa en lugar de de prisa, tendrán que inventarse

una historia más convincente que esa.

Calificación: D

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94

B3.5 LIMOSINA / LIMUSINA / LIMOUSINA

B3.5.1 Lo mayoritario y lo minoritario

Grafía mayoritaria: limosina (grafía dominante o competidora en 16 países).

Grafías minoritarias: limusina (grafía dominante o competidora en 7 países) y limousina (grafía

competidora en quizás 1 país y sólo esporádica en varios otros).

B3.5.2 Resumen

Se trata de una diferencia mayormente gráfica ya que en el habla espontánea limosina y limusina

se pronuncian de igual manera. Limosina es la grafía que predomina en la mayor parte del

ámbito hispánico, pero limusina es la que se usa más en España, Uruguay, Argentina y Chile. Al

parecer, ambas formas compiten en México, Cuba y Perú. Limousina también se da en varios

países con alguna frecuencia, pero en forma siempre minoritaria.

B3.5.3 Tabla dialectal

ESPAÑA limusina (19/20), limousina (1/20)

MÉXICO limosina (11/20), limusina (10/20), limousina (2/20)

GUATEMALA limosina (13/13)

EL SALVADOR limosina (13/13)

HONDURAS limosina (15/15)

NICARAGUA limosina (15/15)

COSTA RICA limosina (14/18), limusina (5/18)

PANAMÁ limosina (12/12), limousina (1/12)

CUBA limosina (13/18), limusina (5/18)

REP. DOMIN. limosina (16/16)

PUERTO RICO limosina (19/19), limusina (1/19)

VENEZUELA limosina (19/20), limusina (6/20)

COLOMBIA limosina (15/19), limusina (5/19)

ECUADOR limosina (17/19), limusina (1/19), limousina (1/19)

PERÚ limosina (13/20), limusina (7/20)

BOLIVIA limosina (12/15), limousina (2/15), limusina (2/15)

PARAGUAY limosina (8/15), limousina (5/15), limusina (3/15)

URUGUAY limusina (16/20), limosina (4/20), limousina (3/20)

ARGENTINA limusina (15/20), limousina (6/20), limosina (1/20)

CHILE limusina (15/20), limosina (6/20), limousina (2/20)

B3.5.4 Observaciones

General: Cuando se pronuncian las variantes limosina y limusina detenidamente, sílaba por

sílaba, li-mo-si-na y li-mu-si-na, se oye claramente la diferencia entre ellas. En el habla

espontánea, en cambio, no se percibe realmente una diferencia auditoria entre las dos

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95

formas debido a que la segunda sílaba, mo o mu, no es tónica, y por los puntos de

articulación de la m y la s. Por lo tanto, se puede decir que la distinción entre limosina y

limusina en cierto modo se limita a la lengua escrita.

Limusina versus limosina: Limosina es la forma que predomina en el lenguaje culto de 15 de los

19 países hispanoamericanos (ver § B3.5.3). Sin embargo, hay indicios de que la grafía

limusina goza de mayor prestigio que la de limosina: los que escriben limusina tienden a

considerar incorrecto y señal de una falta de escolaridad el uso de la grafía limosina,

mientras que los que escriben limosina suelen tener un concepto neutro acerca del uso de

limusina.

B3.5.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Definición del DPD

limusina. Adaptación gráfica de la voz francesa limousine, ‘automóvil lujoso de gran tamaño’:

«Fleminga esperaba al volante de la limusina» (GaHortelano Gramática [Esp. 1982]). En el

español americano se usa también, aunque menos que limusina, la variante limosina: «Guiaba

una gran limosina» (Alonso Imperio [Méx. 2003]). Debe evitarse la forma híbrida limousina,

que no es ni francesa ni española.

Reseña

El DPD nos señala que “[e]n el español americano se usa también, aunque menos que limusina,

la variante limosina”. ¡No le crean, pues es al revés! La variante limosina se usa con mayor

frecuencia que limusina en la mayoría de los países hispanoamericanos. Sólo en España,

Uruguay, Argentina y Chile es limusina la forma más frecuente. En todos los demás países o

bien limosina se usa más que limusina, o bien las dos variantes se usan con más o menos igual

frecuencia (como en México). El DPD describe el uso de limosina como si fuera la variante

minoritaria cuando en realidad es la mayoritaria.

Calificación: C

B3.6 A-TLE-TA / AT-LE-TA (y la división de otras voces con la combinación tl)

B3.6.1 Lo mayoritario y lo minoritario

División silábica mayoritaria: a-tle-ta, a-tlas, A-tlán-ti-co, etc. (división dominante en 18 países).

División silábica minoritaria: at-le-ta, at-las, At-lán-ti-co, etc. (división dominante en 2 países).

B3.6.2 Resumen

A-tle-ta, a-tlas y A-tlán-ti-co, etc., constituyen la forma de dividir, silábicamente, esta clase de

palabras en la mayor parte del ámbito hispánico en donde la t y la l se mantienen unidas dentro

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96

de la misma sílaba. At-le-ta, at-las y At-lán-ti-co, etc., división en la que la t y la l se separan en

sílabas distintas, se da con frecuencia sólo en España y Puerto Rico.

B3.6.3 Tabla dialectal

Nota: En esta tabla dialectal, atleta aparece como ejemplo de la clase de palabras que contienen

tl.

ESPAÑA at-le-ta (15/20), a-tle-ta (11/20)

MÉXICO a-tle-ta (20/20)

GUATEMALA a-tle-ta (12/12)

EL SALVADOR a-tle-ta (12/12)

HONDURAS a-tle-ta (14/15), at-le-ta (1/15)

NICARAGUA a-tle-ta (14/14)

COSTA RICA a-tle-ta (14/15), at-le-ta (1/15)

PANAMÁ a-tle-ta (13/14), at-le-ta (1/14)

CUBA a-tle-ta (14/15), at-le-ta (1/15)

REP. DOMIN. a-tle-ta (14/16), at-le-ta (2/16)

PUERTO RICO at-le-ta (16/20), a-tle-ta (4/20)

VENEZUELA a-tle-ta (19/20), at-le-ta (2/20)

COLOMBIA a-tle-ta (19/20), at-le-ta (1/20)

ECUADOR a-tle-ta (18/19), at-le-ta (1/19)

PERÚ a-tle-ta (18/20), at-le-ta (2/20)

BOLIVIA a-tle-ta (14/14)

PARAGUAY a-tle-ta (12/12)

URUGUAY a-tle-ta (20/20)

ARGENTINA a-tle-ta (20/20)

CHILE a-tle-ta (17/17)

B3.6.4 Observaciones

General: Aunque en teoría existen dos formas de dividir silábicamente palabras como atleta,

atlas y Atlántico —manteniendo juntas la t y la l en una, y separándolas en la otra—, en

la práctica la oportunidad de poner estas dos normas a prueba no surge muy a menudo ya

que, por lo general, cuando se llega al final del renglón, no se dividen palabras como

atleta, atlas y Atlántico entre la primera y la segunda sílaba. Esto se debe a que las

palabras con sólo dos sílabas como atlas no se dividen entre renglones con frecuencia y

una más larga como Atlántico probablemente se dividiría Atlán-tico (dos sílabas en una

línea y dos en la siguiente), en vez de At-lántico o A-tlántico. Sin embargo, las divisiones

at-las y At-lántico son posibles en España y Puerto Rico, mientras que las de a-tlas y A-

tlántico no son permitidas en los demás países debido a la regla que impide que una vocal

se quede sola a final de línea: amis- / tad y no a- / mistad (ver DPD, la entrada sobre

guion, párrafo 2.3). Tampoco se percibe en el habla espontánea la diferencia entre at-las

y a-tlas; sólo se notaría si se recalcara cada sílaba por separado. Ya que la diferencia

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97

auditoria entre at-las/at-le-ta y a-tlas/a-tle-ta rara vez surge en el habla y, puesto que la

diferencia gráfica tampoco se manifiesta muy a menudo en la lengua escrita, se puede

decir que se trata de una distinción mayormente teórica.

España: En España, existen dos esquemas competidores para la división silábica de esta clase de

palabras —at-le-ta y a-tle-ta—, y una importante cuestión lingüística es quiénes son los

españoles que utilizan el primer esquema y quiénes los que emplean el segundo. ¿De qué

depende? ¿De la región? ¿De la edad? ¿De otras características? ¿O es completamente al

azar? En este estudio varios andaluces indicaron que usan la división a-tle-ta, lo cual

quizás plantea otro ejemplo de la famosa pero polémica conexión entre el español

andaluz y el americano. Sin embargo, también ofrecieron a-tle-ta españoles de otras

regiones, incluso del norte de España y sobre todo del país vasco, lo cual mina la idea del

referido nexo entre lo americano y lo andaluz en el caso de la división silábica de esta

clase de palabras. En definitiva, hace falta realizar más investigación para resolver la

cuestión de at-le-ta versus a-tle-ta en España.

Puerto Rico: En Puerto Rico parece haber una clara preferencia hacia el esquema at-le-ta para la

división silábica de esta clase de palabras, ya que en este estudio cuatro veces más

encuestados puertorriqueños señalaron at-le-ta de los que optaron por a-tle-ta. Si la

preferencia puertorriqueña hacia el esquema at-le-ta es abrumadora, una pregunta que

surge es si dicha tendencia se debe a influencia peninsular o si es un acontecimiento

independiente, nacido en la más pequeña de las Antillas Mayores, en Borinquén. Si la

preferencia de los boricuas hacia at-le-ta ha surgido debido a su deseo de remedar a los

españoles, parecería que aquellos han rebasado a estos con creces. Es decir, los

puertorriqueños, en este caso, han logrado ser “más papistas que el Papa” ya que la

incidencia de a-tle-ta es mucho más alta en España que en Puerto Rico y los españoles

demuestran una conducta “mixta” en este aspecto (una mezcla de at-le-ta y a-tle-ta),

mientras que los puertorriqueños muestran un comportamiento lingüístico más uniforme

(casi puro at-le-ta). Si el uso de at-le-ta y at-las, etc., en Puerto Rico es un fenómeno

independiente de su uso en España, habría que buscar otra explicación de su empleo en

Borinquén. Parece más probable que la preferencia por at-le-ta en Puerto Rico se deba a

influencia española.

B3.6.5 El Diccionario Panhispánico de Dudas

Sección del DPD sobre “guion o guión”, párrafo 2.6c

La secuencia de consonantes tl tiende a pronunciarse en sílabas distintas en la mayor parte de la

España peninsular y en Puerto Rico: at - las, at - le - ta; en el resto de Hispanoamérica —

especialmente en México y en los territorios donde se emplean con cierta frecuencia voces de

origen náhuatl, en las que este grupo es inseparable (tla - co - te, cen - zon - tle)—, en Canarias y

en algunas áreas españolas peninsulares, ambas consonantes se pronuncian dentro de la misma

sílaba: a - tlas, a - tle - ta. Teniendo en cuenta estas diferencias, el grupo tl podrá separarse o no

con guion de final de línea dependiendo de si las consonantes que lo componen se articulan en

sílabas distintas o dentro de la misma sílaba: at- / leta, atle- / ta.

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98

Reseña

En el párrafo citado de la sección del DPD sobre guiones, la descripción dialectal es acertada: at-

le-ta en Puerto Rico y la mayor parte de España, y a-tle-ta en los demás países. Sólo faltararía

que el DPD nos aclarara con más precisión la situación de España: ¿En qué regiones de España

las personas cultas dividen at-le-ta, y en qué partes a-tle-ta, o de qué depende? Pero el DPD

también introduce información innecesaria en el párrafo citado al indicar que ambas consonantes

se pronuncian dentro de la misma sílaba “...especialmente en México y en los territorios donde se

emplean con cierta frecuencia voces de origen náhuatl, en las que este grupo es inseparable (tla -

co - te, cen - zon - tle)...” En realidad, la t y la l son igualmente inseparables en todos los países

hispanoamericanos con la excepción de Puerto Rico, e independientemente de que en ellos se

utilicen palabras de origen náhuatl o no. Es decir, atleta se divide silábicamente a-tle-ta tanto en

México, donde se emplean bastantes voces de origen náhuatl con tl inseparable —chahuistle,

huauzontle, teocintle, tlacuache, tlalcoyote, tlapalería, tlaxcalteca, etc.—, como en los países

hispanoamericanos donde este tipo de voces no se emplean.

Calificación: A-

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99

NOTAS

*Andre Moskowitz es traductor e intérprete de español e inglés desde 1985, y forma parte del

plantel de intérpretes del Tribunal de Inmigración de San Francisco, California, Estados Unidos

desde 1997. Ha sido certificado como traductor por la American Translators Association en tres

combinaciones lingüísticas, español-inglés, inglés-español y portugués-inglés, y como intérprete

de español/inglés por los tribunales federales de los EE. UU., y por los estatales de California. En

1988 recibió el título de maestría en traducción (español e inglés) de la City University of New

York Graduate Center (Nueva York, EE. UU.) y en 1995 obtuvo su segunda maestría, en español

(rama de lingüística), de la University of Florida (Gainesville, Florida, EE. UU.). Sus áreas de

interés son la lexicografía hispánica, la dialectología léxica del español y la relación entre estas y

la traducción y la interpretación del español. Sobre estos campos versan la mayoría de sus

publicaciones.

1Quiero agradecer a Javier Labrador, Clary Loisel, Libushe Moskowitz, Yilda Ruiz-Monroy,

Rafael Saavedra y Débora Simcovich por haber leído y comentado borradores de este trabajo.

Sus anotaciones, correcciones y sugerencias mejoraron el texto, enriquecieron su contenido, e

hicieron que el trabajo estuviera más pulido, coherente y completo. Desde luego, soy el único

responsable de cualquier error, imprecisión o exageración que esta obra contenga. También

quiero darles las gracias a todos los encuestados que con paciencia y gentileza me brindaron su

tiempo y conocimientos sobre la lengua. Se han publicado dos diferentes versiones de este

trabajo. Por limitaciones de espacio, la versión impresa de los Proceedings of the 51st Annual

Conference of the American Translators Association sólo incluye los títulos y las secciones

llamadas “Lo mayoritario y lo minoritario”, “Resumen” y “Tabla dialectal”. El texto completo se

encuentra en la versión en CD-ROM de la misma publicación y abarca, además, las

“Observaciones”, “El Diccionario Panhispánico de Dudas” y los cuatro “Anexos”.

2Empleo la frase la madre patria como sinónimo de España en primer lugar para reducir las

repeticiones en el discurso. Desde luego, podría haber utilizado con el mismo fin el país de

Unamuno u otras locuciones similares pero me suenan medio tiradas de los pelos (como dicen

los argentinos). También digo la madre patria porque considero que España lo es en un sentido

cultural-histórico, dado que Cervantes, Lope de Vega, Nebrija y otros son los próceres de la

lengua: a ellos nos remontamos los que escribimos en español o sobre el español porque, aunque

no hayamos leído a estos autores, hemos leído a otros que sí los han leído y así se produce una

cadena ininterrumpida. Las quejas o críticas postcolonialistas y postmodernistas que pueda

recibir por usar la madre patria en este sentido me tienen muy sin cuidado o, diciéndolo en buen

mexicano, me valen gorro, pues si lo dijera en mexicano malsonante lo que me valdría sería otra

palabra que empieza con m (una con cinco letras) y que supondría otra repetición en el discurso.

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BIBLIOGRAFÍA

Academia Argentina de Letras. 2008. Diccionario del habla de los argentinos. 2.a edición.

Buenos Aires, Argentina: Emecé Editores S.A.

Lara, Luis Fernando. 1996. Diccionario del español usual en México. 1.a edición. México,

México: El Colegio de México.

Lipski, John M. 2002. El español de América. 2.a edición. Madrid, España: Ediciones Cátedra

(Grupo Anaya, S.A.).

Morales Pettorino, Félix, Óscar Quiroz Mejías y Juan José Peña Álvarez. 1984. Diccionario

ejemplificado de chilenismos y de otros usos diferenciales del español de Chile. 4 tomos.

Santiago, Chile: Academia Superior de Ciencias Pedagógicas de Valparaíso. Editorial

Universitaria.

Moskowitz, Andre. 1996. “Clothing terminology in the Spanish-speaking world: regional

variation”. Proceedings of the 37th Annual Conference of the American Translators

Association, Colorado Springs, Colorado, EE. UU., 30 de octubre a 3 de noviembre de

1996. Muriel M. Jérôme-O’Keeffe, comp. American Translators Association. 287-308.

—. 2006. “Topics in Spanish lexical dialectology: Back to School / Back at the Office”.

Proceedings of the 47th Annual Conference of the American Translators Association,

edición CD-ROM. Nueva Orleáns, EE. UU., noviembre 1 al 4 de 2006. Jiri Stejskal,

comp. American Translators Association.

Real Academia Española. 2001. Diccionario de la lengua española. (DRAE) 22.a edición.

Madrid, España: Editorial Espasa-Calpe, S.A.

Real Academia Española. 2005. Diccionario panhispánico de dudas. (DPD) 1.a edición. Versión

en línea. Madrid, España: Santillana Ediciones.

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101

ANEXO I: ¿Dónde están las fronteras lingüísticas?

Al desplazarse dentro del ámbito hispánico a veces se atraviesa una frontera geolingüística, es

decir, se sale de una zona en la que la mayoría de las personas utilizan una variante A y se

ingresa a otra en donde usan mayormente una variante B. El Anexo I da cuenta de estas fronteras

en relación con los temas del estudio.

La frontera lingüística más multifacética es la que se halla entre España e Hispanoamérica, es

decir, el Océano Atlántico. Sin embargo, es una “frontera marítima” y el enfoque principal de

este anexo son las “fronteras terrestres”, las que existen entre países contiguos, que pueden

cruzarse a pie o en automóvil. Imaginémonos un viaje terrestre por la Carretera Panamericana

desde Guayaquil, Ecuador hasta Lima, Perú. Si el viajero tuviera trato con las personas que

encontrase y prestara atención, probablemente comenzaría a darse cuenta de que en algún

momento la mayoría había dejado de decir el radio (‘radiorreceptor’), para empezar a decir la

radio (‘radiorreceptor’). No se sabe en dónde se produciría este cambio, si en la misma frontera

entre los dos países (al cruzar el puente internacional sobre el río Zarumilla, entre Huaquillas,

Ecuador y Aguas Verdes, Perú), si el cambio lingüístico ocurriría en territorio ecuatoriano o

peruano, o si sería muy gradual y abarcaría ambos países. Pero, ya sea en forma abrupta o

paulatina, este cambio parece ocurrir tiempo después de salir de Guayaquil pero mucho antes de

llegar a Lima.

Las fronteras geolingüísticas marítimas son más tenues y menos dramáticas que las terrestres,

pero se incluyen por dos motivos: primero, porque la que existe entre España e Hispanoamérica

es la más importante de todas, y omitirla sería un despropósito; y, por otra parte, se incluyen unas

pocas fronteras marítimas a fin de que Cuba, la República Dominicana y Puerto Rico no queden

excluidos de este ejercicio. Para incluirlos, se hará de cuenta que la República Dominicana es

país contiguo a Cuba (hacia el oeste), y a Puerto Rico (hacia el este), pese a que ninguno de estos

países insulares tiene frontera terrestre con un país de habla hispana. También cabe señalar que

Perú y Colombia comparten una frontera geopolítica, pero quizás no haya entre estos dos países

ninguna verdadera frontera geolingüística debido a que sus regiones aledañas son zonas

amazónicas con relativamente poca población de habla hispana. Algo similar sucede en las

fronteras entre Panamá y Colombia, y entre Bolivia y Paraguay, ya que constituyen zonas

selváticas con escasos hispanohablantes.

En el caso de algunos temas de este estudio, no hay una clara frontera lingüística —una línea que

marque una ruptura entre un uso A y un uso B—, sino que en forma gradual se pasa de una zona

en la que se utilizan A y B (pero más A), a otra en la que se emplean A y B (pero más B). Esto se

ve, por ejemplo, en Hispanoamérica con las variantes el dínamo → el dinamo, la tilde → el tilde

y el caparazón → la caparazón.

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Tabla 1A: Las fronteras lingüísticas (géneros).

Tema Fronteras lingüísticas Núm.

champán

champaña No hay claras fronteras lingüísticas ya que en casi todos los países hispánicos se utilizan

varias formas —el champán, la champaña, el champaña y/o el champagne— si bien

estas variantes se usan con distintas frecuencias en los diferentes países (ver § A1.1.3).

0

piyama

pijama 1) [pi-JA-ma] → [pi-YA-ma]: entre España e Hispanoamérica.

2) La piyama → el piyama: entre Ecuador y Perú. 2

sauna La sauna → el sauna: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica. 1

chance 1) No se usa chance → sí se usa chance: entre España e Hispanoamérica.

2) El chance → la chance: entre Bolivia y Paraguay, entre Bolivia y Chile, y tal vez

entre Perú y Chile.

3-4

chinche El chinche → la chinche: entre Nicaragua y Honduras, entre Bolivia y Argentina, entre

Paraguay y Argentina, y entre Chile y Argentina. 4

hambre Hambre en femenino → hambre en masculino: entre Ecuador y Perú, entre Colombia y

Perú (?), entre Bolivia y Perú, entre Bolivia y Paraguay, y entre Bolivia y Argentina. 5

lente La lente → el lente (en el lenguaje cotidiano): entre España e Hispanoamérica. 1

saliente El saliente → la saliente: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, y quizás

entre Venezuela y Colombia. 1-2

tilde No hay claras fronteras lingüísticas. Sin embargo, al pasar de Perú o de Bolivia a Chile

se va de una zona en la que se usa exclusivamente la tilde (Perú y Bolivia), a una en la

que tilde se usa en ambos géneros (Chile).

0

bikini 1) El bikini → la bikini: entre Uruguay y Argentina, entre Chile y Argentina, y entre

Bolivia y Argentina.

2) Entre Paraguay y sus países vecinos también hay una especie de cambio, pero sin que

haya precisamente “fronteras lingüísticas”, pues se va de una zona mixta (Paraguay, el/la

bikini) a zonas homogéneas (Bolivia, el bikini y Argentina, la bikini).

3

dínamo/dinamo 1) La dinamo → el dínamo y/o el dinamo: entre España e Hispanoamérica.

2) El dínamo → el dinamo: entre Costa Rica y Nicaragua, y entre la República

Dominicana y Cuba (a menos que los cubanos del Oriente digan dínamo; en ese caso la

frontera podría hallarse dentro de Cuba).

3

radio

(‘radiorreceptor’) El radio → la radio: entre Ecuador y Perú, y entre Colombia y Perú. 2

espiral No hay claras fronteras lingüísticas ya que en casi todos los países hispanoamericanos se

utiliza una mezcla de el espiral y la espiral. Sin embargo, al trasladarse de España a

Hispanoamérica se va de una zona en donde se usa casi exclusivamente la espiral en el

lenguaje culto (España) a una en donde generalmente se da una mezcla de el espiral y la

espiral (en el lenguaje culto de la mayor parte de Hispanoamérica).

1?

terminal

(de transportes) El terminal → la terminal: entre Puerto Rico y la República Dominicana, entre Perú y

Bolivia, entre Chile y Bolivia, y entre Chile y Argentina. 4

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caparazón No hay claras fronteras lingüísticas ya que no existe ningún país en donde se use

exclusivamente la caparazón: lo que hay en Hispanoamérica son países en donde sólo se

utiliza el caparazón en el lenguaje culto y otros en donde se da una mezcla de el

caparazón y la caparazón.

0

maratón La maratón → el maratón: entre Honduras y Nicaragua, entre Costa Rica y Nicaragua, y

entre Colombia y Venezuela (?). 3

sartén No hay claras fronteras lingüísticas ya que en la mayor parte de Hispanoamérica se

mezcla el sartén y la sartén con diglosia (ver § A2.5). Sin embargo, cuando se pasa de

España a la mayoría de los países hispanoamericanos se sale de una zona en donde la

sartén aparece casi exclusivamente en el lenguaje culto (España) y se entra a una en la

que hay competencia entre el sartén y la sartén (la mayor parte de Hispanoamérica).

0

azúcar Azúcar moreno → azúcar morena: entre Costa Rica y Nicaragua, y entre Costa Rica y

Panamá.

También puede haber fronteras lingüísticas, aunque no internacionales, dentro de

España: entre provincias o comunidades autónomas en donde predomina azúcar en

masculino y otras donde prima azúcar en femenino.

2

pus La pus → el pus: entre México y Guatemala, entre El Salvador y Guatemala, quizás

entre Colombia y Venezuela, y quizás entre Bolivia y Argentina. 2-4

Tabla 1B: Las fronteras lingüísticas (grafías y pronunciaciones).

Tema Fronteras lingüísticas Núm.

chasís/chasis Chasís → chasis: entre Colombia y Venezuela, entre Bolivia y Argentina, entre Paraguay

y Argentina, y entre Chile y Argentina. 4

chofer/chófer Chófer → chofer: entre España e Hispanoamérica. 1

coctel/cóctel No hay claras fronteras lingüísticas internacionales ya que en medio del Cono Sur, donde

predomina cóctel, y la mayoría de los países hispanoamericanos, donde prima coctel, están

Perú y Bolivia, países en donde se da una mezcla de coctel y cóctel (ver § B1.3). Sin

embargo, entre Ecuador y Perú, hay una suerte de cambio en el sentido de que Perú es el

primer país al sur del Ecuador en el que surge cóctel con una frecuencia notable.

0

básquetbol

basquetbol Baloncesto (mayor o exclusivamente) → básquetbol y/o basquetbol: entre España e

Hispanoamérica.

Aparte de esta diferencia, no hay claras fronteras lingüísticas internacionales ya que en

todos aquellos países hispanoamericanos en donde se use la variante basquetbol, también

se da, en menor o mayor medida, la de básquetbol. Sin embargo, entre Colombia y

Ecuador, hay una especie de cambio ya que en un viaje de norte a sur por Hispanoamérica,

Colombia es el último país en el que aparece basquetbol con una frecuencia notable; de

Ecuador para el sur, ya no.

1

béisbol

beisbol

No hay claras fronteras lingüísticas internacionales puesto que en todos aquellos países en

donde béisbol/beisbol sea un deporte popular se da una mezcla de ambas variantes. 0

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fútbol

futbol No hay claras fronteras lingüísticas internacionales puesto que en todos aquellos países en

donde se use la variante futbol también se utiliza, en alguna medida, la de fútbol. 0

[es-tri(p)-TIS]

[es-TRI(P)-tis] No hay claras fronteras lingüísticas internacionales. En todos los países

hispanoamericanos o bien se usa [es-tri(p)-TIS], o bien una mezcla de [es-tri(p)-TIS] y

[es-TRI(P)-tis]. En España se usa mayormente [es-TRI(P)-tis]. Tampoco hay fronteras con

respecto a las grafías striptease, estriptis y estriptís (ver § B1.7.3).

0

biósfera/biosfera Biosfera → biósfera: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica. 1

ícono/icono Icono → ícono: entre España e Hispanoamérica. 1

Sahara/Sáhara Sáhara → Sahara: entre España e Hispanoamérica. 1

várices/varices Varices → várices: entre España e Hispanoamérica. 1

video/vídeo Vídeo → video: entre España e Hispanoamérica. 1

laparoscopía

laparoscopia Laparoscopia → laparoscopía: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, entre

Colombia y Ecuador, y entre Colombia y Perú (?). 3

olimpiada

olimpíada Olimpiada → olimpíada: entre Bolivia y Argentina, y entre Paraguay y Argentina. 2

período/periodo No hay claras fronteras lingüísticas internacionales ya que en casi todos los países se usa

una mezcla de período y periodo. Quizás periodo → período entre Bolivia y Argentina, y

entre Paraguay y Argentina, constituyen fronteras lingüísticas (ver § B2.8).

2?

[DI-sel]

[DIE-sel] [DIE-sel] → [DI-sel]: entre España e Hispanoamérica, entre Cuba y la República

Dominicana, entre Bolivia y Perú, y entre Bolivia y Chile. No hay fronteras con respecto a

las grafías diesel y diésel ya que ambas variantes se utilizan con alguna frecuencia en

todos los países (ver § B3.1.3).

4

[ga-RA-je]

[ga-RASH] [ga-RASH] → [ga-RA-je]: entre Guatemala y Honduras, entre Paraguay y Bolivia y entre

Argentina y Bolivia. No hay fronteras con respecto a las grafías garaje y garage ya que

ambas variantes se utilizan con alguna frecuencia en todos los países (ver § B3.2.3).

3

soya/soja Soja → soya: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, entre Paraguay y

Bolivia, entre Argentina y Bolivia, y entre Argentina y Chile. 4

de prisa/deprisa Deprisa → de prisa: entre España e Hispanoamérica. 1

limosina

limusina No hay fronteras lingüísticas muy claras debido a la competencia que existe en varios

países donde estarían las fronteras. Sin embargo, hay una suerte de fronteras entre las

siguientes zonas:

Limusina → limosina: entre España y (la mayor parte de) Hispanoamérica, entre Chile y

Perú, entre Chile y Bolivia, entre Argentina y Bolivia, y entre Argentina y Paraguay.

5?

a-tle-ta/at-le-ta at-le-ta → a-tle-ta: dentro de España (¿varias fronteras lingüísticas? ¿dónde se trazan?), y

entre Puerto Rico y la República Dominicana. 2?

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Tabla 1C: El número de fronteras geolingüísticas entre países/zonas.

Frontera Cambios Núm.

España-Hispanoamérica

(entre España y la mayor

parte de Hispanoamérica).

Sección A (8 puntos): [pi-JA-ma] → [pi-YA-ma], la sauna → el sauna, no

se usa chance → sí se usa chance, la lente → el lente, o a una

mezcla de el lente (más) y la lente (menos), el saliente → la

saliente, la dinamo → el dínamo y/o el dinamo, la espiral → una

mezcla de el espiral y la espiral, la sartén → una mezcla de el

sartén y la sartén.

Sección B (12 puntos): chófer → chofer, baloncesto (mayor o

exclusivamente) → básquetbol y/o basquetbol, biosfera →

biósfera, icono → ícono, Sáhara → Sahara, varices → várices,

vídeo → video, laparoscopia → laparoscopía, [DIE-sel] → [DI-

sel], soja → soya, deprisa → de prisa, limusina → limosina.

20

Bolivia-Argentina Sección A (3-4 puntos): el chinche → la chinche, hambre en femenino →

hambre en masculino, el bikini → la bikini, la pus → el pus (?).

Sección B (4-6 puntos): chasís → chasis, olimpiada → olimpíada, periodo

→ período (?), [ga-RA-je] → [ga-RASH], soya → soja, limosina

→ limusina (?).

7-10

Chile-Argentina Sección A (3 puntos): el chinche → la chinche, el bikini → la bikini, el

terminal → la terminal.

Sección B (2 puntos): chasís → chasis, soya → soja.

5

Paraguay-Argentina Sección A (1 punto): el chinche → la chinche.

Sección B (3-4 puntos): chasís → chasis, olimpiada → olimpíada, periodo

→ período (?), limosina → limusina.

4-5

Bolivia-Chile Sección A (2 puntos): el chance → la chance, la terminal → el terminal.

Sección B (2 puntos): [DIE-sel] → [DI-sel], limosina → limusina. 4

Bolivia-Paraguay Sección A (2 puntos): el chance → la chance, hambre en femenino →

hambre en masculino.

Sección B (2 puntos): [ga-RA-je] → [ga-RASH], soya → soja.

4

Colombia-Perú Sección A (3 puntos): la piyama → el piyama, hambre en femenino →

hambre en masculino, el radio → la radio.

Sección B (1 punto): laparoscopia → laparoscopía.

4

Bolivia-Perú Sección A (2 puntos): hambre en femenino → hambre en masculino, la

terminal → el terminal.

Sección B (1 punto): [DIE-sel] → [DI-sel].

3

Ecuador- Perú Sección A (2 puntos): la piyama → el piyama, hambre en femenino →

hambre en masculino, el radio → la radio.

Sección B (0 puntos): ninguno.

3

Venezuela-Colombia Sección A (1-3 puntos): el saliente → la saliente (?), el maratón → la

maratón (?), el pus → la pus (?).

Sección B (1 punto): Chasis → chasís.

1-4

Honduras-Nicaragua Sección A (2 puntos): la chinche → el chinche, la maratón → el maratón.

Sección B (0 puntos): ninguno. 2

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106

Costa Rica-Nicaragua Sección A (2 puntos): el dínamo → el dinamo, la maratón → el maratón.

Sección B (0 puntos): ninguno. 2

Cuba-La Rep. Domin. Sección A (1 punto): el dinamo → el dínamo.

Sección B (1 punto): [DIE-sel] → [DI-sel]. 2

La Rep. Domin.-Puerto

Rico Sección A (1 punto): la terminal → el terminal.

Sección B (1 punto): a-tle-ta → at-le-ta. 2

México-Guatemala Sección A (1 punto): la pus → el pus.

Sección B (0 puntos): ninguno. 1

El Salvador-Guatemala Sección A (1 punto): la pus → el pus.

Sección B (0 puntos): ninguno. 1

Honduras-Guatemala Sección A (0 puntos): ninguno.

Sección B (1 punto): [ga-RA-je] → [ga-RASH]. 1

Colombia-Ecuador Sección A (0 puntos): ninguno.

Sección B (1 punto): Laparoscopia → laparoscopía. 1

Perú-Chile Sección A (1 punto): el chance → la chance (?).

Sección B (0 puntos): limosima → limusina (?). 0-2

Dentro de España Sección A (1 punto): azúcar en masculino → azúcar en femenino

(¿cuántas fronteras internas?).

Sección B (1 punto): at-le-ta → a-tle-ta (?).

?

Observaciones

Se pueden hacer las siguientes observaciones sobre las fronteras lingüísticas en relación con los

temas de este estudio:

Tal como se esperaría, la “frontera” a través de la cual hay mayores cambios lingüísticos con

respecto a los temas de este estudio (20 cambios) es el océano atlántico que separa a España de

Hispanoamérica, lo cual concuerda con el hecho de que España tenga el mayor número de usos

minoritarios (25, ver Anexo II). Así, al trasladarse de España a Hispanoamérica con frecuencia

se pasa de una zona en donde predomina un uso minoritario a otra en donda prima un uso

mayoritario. Se puede decir que entre todos los muros lingüísticos que existen en el ámbito

hispánico el que se yergue entre Hispanoamérica y España es como la Gran Muralla China,

frente a la cual casi todos los demás muros dentro de Hispanoamérica son pequeños murillos.

La segunda frontera lingüística que conlleva más cambios es la que existe entre Bolivia y

Argentina (con 7-10 cambios). Luego siguen Chile-Argentina, Paraguay-Argentina, Bolivia-

Chile y Bolivia-Paraguay con 4-5 cambios que surgen al cruzar cada frontera. En general se

puede decir que el Cono Sur y los países aledaños a esta zona (Bolivia y Perú) constituyen una

zona en donde hay una cantidad notoria de cambios lingüísticos en relación con los temas de este

estudio. Hay más cambios entre cada uno de los países del Cono Sur y entre estos y los dos

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107

países aledaños que los que hay, por ejemplo, entre los países contiguos del centro y del norte de

la América del Sur hispánica (de Perú hasta Venezuela), entre México y Guatemala, entre los

países contiguos de América Central, entre Cuba y la República Dominicana, o entre este y

Puerto Rico. Es decir, fuera del Cono Sur y los dos países aledaños a esta región hay, con

respecto a los 40 temas del estudio, bastante menos cambios lingüísticos entre países contiguos.

Se podría hacer este mismo tipo de análisis con otros temas dialectales que no fueron abordados

en este estudio. De hecho, sería conveniente analizar el mayor número posible de temas

dialectales en una amplia gama de campos semánticos para ver si hay más fronteras geoléxicas

entre España y la mayor parte de Hispanoamérica que entre países aledaños de Hispanoamérica.

También habría que analizar si dentro del Cono Sur y entre el Cono Sur y los países aledaños a

esta región hay más de estas fronteras que entre los países contiguos del resto de

Hispanoamérica.

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ANEXO II: ¿Cuáles son las variedades del español que más se destacan?

Una manera de determinar cuáles son los dialectos del español que más se destacan de los

demás, con respecto a los 40 temas de este estudio, es comparar la cantidad de “usos

minoritarios” que cada variedad tiene. Recordemos que “uso minoritario” se refiere, en este

trabajo, a un uso que se emplea habitualmente en menos de 10 países de habla hispana, y que

cualquier uso que se emplee comúnmente en 11 o más países de habla hispana se considerará un

“uso mayoritario”. Así, por ejemplo, la chance (es decir, chance en femenino) es el uso

minoritario —se emplea en cinco países de habla hispana—, mientras que el chance es el uso

mayoritario ya que se usa en 15 países de habla hispana.

En la siguiente tabla se hace el cotejo del número de usos minoritarios que tiene cada país de

habla hispana en relación con los 40 temas de este estudio. En la columna izquierda aparecen los

países de habla hispana, en la columna central figuran los usos minoritarios de cada país que

surgieron en este estudio, y en la derecha el número de dichos usos minoritarios. Cuando dos

usos compiten en un país, uno mayoritario y otro minoritario, al minoritario se le asigna medio

punto en vez de uno entero. También cabe señalar que en el caso de el/la maratón, el/la pus, [es-

TRI(P)-tis]/[es-tri(p)-TIS] y periódo/periodo, no existe una variante minoritaria; así, 36 puntos

(no 40) sería el puntaje máximo que un país habría podido sacar.

Tabla 2: Los usos minoritarios por país.

PAÍS Usos minoritarios Núm.

España Sección A (11 puntos): el pijama, la sauna, no se usa chance, la chinche, la lente, el

saliente, la dinamo, la radio (‘radiorreceptor’), la espiral, la sartén, azúcar en

masculino (por ejemplo azúcar moreno).

Sección B (14½ puntos): chasis, chófer, cóctel, sólo baloncesto, biosfera, icono, Sáhara,

varices, vídeo, laparoscopia (y demás voces afines), [DIE-sel], soja, deprisa,

limusina, at-le-ta (y otras voces con tl) (½ punto).

25½

Argentina Sección A (8½ puntos): el champagne, el piyama, la chance, la chinche, hambre en

masculino (por ejemplo hambre bárbaro), el tilde (½ punto), la bikini, la radio

(‘radiorreceptor’), la caparazón (½ punto), la sartén (½ punto).

Sección B (6½ puntos): chasis, cóctel, olimpíada, [DIE-sel] (½ punto), [ga-RASH],

soja, limusina.

15

Uruguay Sección A (7½ puntos): el champagne, el piyama, la chance, la chinche, hambre en

masculino (½ punto), el tilde, la radio (‘radiorreceptor’), la caparazón.

Sección B (5½ puntos): chasis, cóctel, olimpíada, [ga-RASH], soja (½ punto), limusina.

13

Paraguay Sección A (6 puntos): el piyama, la sauna (½ punto), la chance, hambre en masculino,

la bikini (½ punto), la radio (‘radiorreceptor’), la sartén.

Sección B (4½ puntos): cóctel, [DIE-sel] (½ punto), [ga-RASH], soja, deprisa (½

punto), limousina (½ punto).

10½

Page 109: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

109

Cuba Sección A (4½ puntos): el piyama/la payama, la sauna (½ punto), la chinche, el

saliente, el dinamo.

Sección B (4½ puntos): chasis, basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), biosfera (½

punto), [DIE-sel], deprisa (½ punto), limusina (½ punto).

9

Chile Sección A (5½ puntos): el piyama, la chance, hambre en masculino (½ punto), el tilde

(½ punto), la radio (‘radiorreceptor’), el terminal (de transportes), la

caparazón (½ punto).

Sección B (3 puntos): cóctel, olimpíada (½ punto), [ga-RASH]/[ga-RACH] (½ punto),

limusina.

Perú Sección A (6½ puntos): el piyama (½ punto), la sauna (½ punto), la chance (½ punto),

hambre en masculino, el dinamo (½ punto), la radio (‘radiorreceptor’), el

terminal (de transportes), la caparazón (½ punto), la sartén.

Sección B (1 punto): cóctel (½ punto), limusina (½ punto).

Venezuela Sección A (3 puntos): el piyama (½ punto), el saliente (½ punto), el dinamo, el terminal

(de transportes).

Sección B (4½ puntos): chasis, basquetbol, beisbol, laparoscopia (y demás voces

afines), olimpíada (½ punto).

México Sección A (1½ puntos): la chinche, el dinamo (½ punto).

Sección B (4½ puntos): basquetbol, beisbol (½ punto), futbol, [ga-RASH], deprisa (½

punto), limusina (½ punto).

6

Costa Rica Sección A (3 puntos): la chinche, la espiral, el azúcar en masculino (por ejemplo azúcar

moreno).

Sección B (2½ puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto),

biosfera (½ punto), deprisa (½ punto).

Guatemala Sección A (3 puntos): la pashama (½ punto), la chinche, el saliente (½ punto), el

dinamo (½ punto), la caparazón (½ punto).

Sección B (2½ puntos): beisbol (½ punto), futbol (½ punto), [ga-RASH], deprisa (½

punto).

El

Salvador

Sección A (2 puntos): la chinche, el dinamo (½ punto), la caparazón (½ punto).

Sección B (3 puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol, olimpíada (½

punto), [ga-RASH] (½ punto).

5

Puerto

Rico

Sección A (1½ puntos): la payama (½ punto), el terminal (de transportes).

Sección B (3½ puntos): chasis, beisbol (½ punto), biosfera, at-le-ta (y otras voces con

tl).

5

Honduras Sección A (2½ puntos): la chinche, el dinamo, la caparazón (½ punto).

Sección B (2 puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto),

deprisa? (½ punto).

Colombia Sección A (2 puntos): el dinamo (½ punto), el terminal (de transportes) (½ punto), la

caparazón (½ punto), azúcar en masculino (½ punto).

Sección B (2½ puntos): basquetbol (½ punto), biosfera, laparoscopia (y demás voces

afines).

Rep.

Domin.

Sección A (0 puntos): ninguno.

Sección B (3½ puntos): chasis, basquetbol, beisbol (½ punto), futbol (½ punto),

olimpíada (½ punto).

Page 110: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

110

Bolivia Sección A (1½ puntos): el piyama (½ punto), la radio (‘radiorreceptor’).

Sección B (1½ puntos): cóctel (½ punto), [DIE-sel]. 3

Panamá Sección A (1 punto): la sauna (½ punto), la radio (½ punto).

Sección B (2 puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto),

biosfera (½ punto).

3

Nicaragua Sección A (1½ puntos): la caparazón (½ punto), el dinamo.

Sección B (1½ puntos): basquetbol (½ punto), beisbol (½ punto), futbol (½ punto). 3

Ecuador Sección A (1 punto): el terminal (de transportes).

Sección B (0 puntos): ninguno. 1

Observaciones

Se pueden hacer las siguientes observaciones sobre usos minoritarios en relación con los temas

de este estudio:

• España, con un índice de 25 puntos, tiene muchísimos más usos minoritarios (entre los 40

temas de este estudio) que cualquier otro país hispánico: el número más alto de usos

minoritarios alcanzado por un país hispanoamericano fue Argentina con 15 puntos.

• Después de España, son Argentina, Uruguay y Paraguay los países con índices más altos

de usos minoritarios (sus puntajes se ubican entre 10 y 15).

• Frente a la mayoría de los países hispanoamericanos, Cuba y Perú también tienen índices

bastante altos de usos minoritarios (Cuba con 9 y Perú con 7½). Esto quizás se explica

por el hecho de que estos dos países históricamente tienen nexos relativamente fuertes

con España: la independencia de Cuba sucedió en forma más tardía, y Lima fue la sede

del Virreinato más rico (Lipski: 336).

• Los países hispanoamericanos con índices más bajos de usos minoritarios tienden a ser

aquellos que se hallan hacia el centro de Hispanoamérica, tales como Panamá y Ecuador,

no los que están hacia los extremos del continente americano, como México y Argentina,

los cuales tienen más usos minoritarios. Si se considera que Cuba y Perú se encuentran

hacia el “centro geográfico” de Hispanoamérica, estos países tal vez sean excepciones

por las razones indicadas en el punto anterior.

Se podría hacer el mismo tipo de análisis con otros temas dialectales que no fueron abordados en

este estudio. Por ejemplo, al cotejar el número de usos minoritarios que tiene cada país de habla

hispana con respecto al campo semántico de los útiles escolares o de oficina, se sacaría el cálculo

del número de países en donde se usa el término mayoritario, marcador, y en cuáles los

minoritarios, plumón o rotulador, etc., en qué países se usan los términos “comayoritarios”,

grapadora y engrapadora, y en cuáles los minoritarios, abrochadora, cosedora,

engrampador(a), engrapador y presilladora, etc. Del mismo modo, en el campo semántico de

Page 111: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

111

las comidas y las cosas relacionadas con comidas, se compararía en qué países se dice

mayormente toronja, uso mayoritario, y en cuáles pomelo y greifrut, usos minoritarios; en cuáles

se dice maní, uso mayoritario, frente a cacahuate y cacahuete, usos minoritarios; y en cuáles se

utiliza bandeja, uso mayoritario, frente a azafate, charol y charola, usos minoritarios, etc.

Al hacer este tipo de cotejo con el mayor número posible de temas dialectales y en una amplia

gama de campos semánticos, se podría determinar si las observaciones de este anexo sobre los

temas aquí estudiados son o no son igualmente ciertas en cuanto a la dialectología léxica en

general, o en qué medida lo son. Es decir, se puede preguntar lo siguiente con respecto a la

dialectología léxica en general: ¿Es España la reina de los usos minoritarios, a la que le siguen

los países del Cono Sur y Cuba, o no? Sería muy interesante entender el comportamiento léxico

dialectal de los diferentes países en forma global, para ver si surgen patrones globales similares a

los encontrados con los temas de este estudio, si los patrones varían según el campo semántico

que se analice, o si, por regla general, no existen patrones claros.

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112

ANEXO III: ¿Cuáles son las variedades del español que más se asemejan?

Una manera de determinar cuáles son los dialectos del español que más similitud tienen con

otros, con respecto a los temas de este estudio, es comparar la cantidad de usos que cada par de

variedades tiene en común. En la tabla que aparece a continuación se registran algunas de estas

coincidencias, comparando España con cada país hispanoamericano. Cuando dos usos compiten

en uno de los países que se comparan o en ambos, y los dos países tienen en común uno de los

usos en cuestión, se le asigna medio punto en vez de uno entero. Por ejemplo, en España se usa

una mezcla de el maratón y la maratón, mientras que en México se utiliza casi exclusivamente el

maratón. Por consiguiente, en la comparación de los usos españoles y mexicanos se asigna

medio punto al uso parcialmente compartido, el maratón (ver Tabla 3A).

Tabla 3A: La comparación de los países hispanoamericanos con España.

Países

comparados

Usos que los países comparados tienen en común Núm.

Esp.-Méx. Sección A (6½ puntos): la chinche, hambre en femenino, la tilde, el bikini, la

terminal, el caparazón, el maratón (½ punto).

Sección B (3½ puntos): [es-TRI(P)-tis] (½ punto), olimpiada, periodo/período,

limusina (½ punto), a-tle-ta (½ punto).

10

Esp.-Guat. Sección A (8 puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino, la

tilde, el bikini, la terminal, el caparazón (½ punto), el/la maratón, el pus.

Sección B (4½ puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis] (½

punto), olimpiada, periodo/período, deprisa (½ punto), a-tle-ta (½ punto).

12½

Esp.-El Sal. Sección A (7 puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino, la

tilde, el bikini, la terminal, el caparazón (½ punto), el/la maratón.

Sección B (3 puntos): béisbol (½ punto), olimpiada (½ punto), periodo/período,

[ga-RA-je] (½ punto), a-tle-ta (½ punto).

10

Esp.-Hon. Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino, la

tilde, el bikini, la terminal, el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto).

Sección B (5 puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis] (½

punto), olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-ta (½ punto).

11½

Esp.-Nic. Sección A (6 puntos): el champán, hambre en femenino, la tilde, el bikini, la

terminal, el caparazón (½ punto), el maratón (½ punto).

Sección B (3½ puntos): olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-ta (½

punto).

Esp.-C. Rica Sección A (9 puntos): el champán (½ punto), la chinche (½ punto), hambre en

femenino, la tilde, el bikini, la espiral, la terminal, el caparazón, el

maratón (½ punto), azúcar en masculino, el pus (½ punto).

Sección B (5½ puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis] (½

punto), biosfera (½ punto), olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-

ta (½ punto).

14½

Page 113: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

113

Esp.-Pan. Sección A (6 puntos): hambre en femenino, la tilde, el bikini, la terminal, el

caparazón, el/la maratón.

Sección B (5 puntos): béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), biosfera (½ punto),

olimpiada, periodo/período, [ga-RA-je], a-tle-ta (½ punto).

11

Esp.-Cuba Sección A (10 puntos): el champán, la sauna (½ punto), la chinche (?), hambre en

femenino, el saliente, la tilde, el bikini, la terminal, el caparazón, el

maratón (½ punto), el pus.

Sección B (8 puntos): chasis, béisbol (½ punto), fútbol, biosfera (½ punto),

olimpiada, periodo/período, [DIE-sel], [ga-RA-je], deprisa (½ punto), a-

tle-ta (½ punto).

18

Esp.-Rep.

Domin.

Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, la tilde, el

bikini, la terminal, el caparazón, el maratón (½ punto), el pus (½ punto).

Sección B (6 puntos): chasis, béisbol (½ punto), fútbol (½ punto), [es-TRI(P)-tis]

(½ punto), biosfera (½ punto), olimpiada (½ punto), periodo/período,

[ga-RA-je], a-tle-ta (½ punto).

12½

Esp.-P. Rico Sección A (6½ puntos): el champán, hambre en femenino, la tilde, el bikini, el

caparazón, el maratón (½ punto), el pus.

Sección B (8 puntos): chasis, baloncesto (mayormente), béisbol (½ punto), fútbol,

[es-TRI(P)-tis] (½ punto), biosfera (½ punto), olimpiada,

periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta (½ punto).

14½

Esp.-Ven. Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, el saliente (½

punto), la tilde, el bikini, el caparazón, el maratón (½ punto), el pus.

Sección B (6½ puntos): chasis, béisbol (½ punto), fútbol, laparoscopia (y demás

voces afines), olimpiada (½ punto), periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta

(½ punto).

13

Esp.-Col. Sección A (5½ puntos): hambre en femenino, la tilde, el bikini, el caparazón (½

punto), la maratón (½ punto), azúcar en masculino (½ punto), el pus.

Sección B (7½ puntos): béisbol, fútbol, [es-TRI(P)-tis] (½ punto), biosfera,

laparoscopia (y demás voces afines), olimpiada (½ punto),

periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta (½ punto).

13

Esp.-Ecuad. Sección A (6 puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, la tilde, el

bikini, el caparazón, la maratón (½ punto), el pus.

Sección B (6 puntos): béisbol, fútbol, [es-TRI(P)-tis] (½ punto), olimpiada,

periodo/período, [ga-RA-je], at-le-ta (½ punto).

12

Esp.-Perú Sección A (6½ puntos): el champán, la sauna (½ punto), la tilde, el bikini, la radio,

el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto), la sartén.

Sección B (6½ puntos): cóctel (½ punto), béisbol, fútbol, olimpiada,

periodo/período, [ga-RA-je], limusina (½ punto), at-le-ta (½ punto).

13

Esp.-Bol. Sección A (7 puntos): el champán (½ punto), hambre en femenino, la tilde, el

bikini, la radio, la terminal, el caparazón, la maratón (½ punto).

Sección B (7½ puntos): cóctel (½ punto), béisbol, fútbol, [es-TRI(P)-tis] (½

punto), olimpiada, periodo/período, [DIE-sel], [ga-RA-je], at-le-ta (½

punto).

14½

Page 114: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

114

Esp.-Par. Sección A (7½ puntos): el champán (½ punto), la tilde, el bikini (½ punto), la

radio, la terminal, el caparazón, el/la maratón, la sartén, el pus (½ punto).

Sección B (7½ puntos): cóctel, béisbol, fútbol, olimpiada, periodo (½ punto),

[DIE-sel], soja, deprisa (½ punto), at-le-ta (½ punto).

15

Esp.-Ur. Sección A (6½ puntos): el champán (½ punto), la chinche, hambre en femenino (½

punto), el bikini, la radio, la terminal, la maratón, el pus (½ punto).

Sección B (7 puntos): chasis, cóctel, béisbol, fútbol, período (½ punto), soja (½

punto), deprisa (½ punto), limusina, at-le-ta (½ punto).

13½

Esp.-Arg. Sección A (7 puntos): el champán (½ punto), la chinche, la tilde (½ punto), la

radio, la terminal, el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto), la

sartén, el pus.

Sección B (7½ puntos): chasis, cóctel, béisbol, fútbol, período (½ punto), [DIE-

sel] (½ punto), soja, limusina, at-le-ta (½ punto).

14½

Esp.-Ch. Sección A (4½ puntos): hambre en femenino (½ punto), la tilde (½ punto), el

bikini, la radio, el caparazón (½ punto), la maratón (½ punto), el pus (½

punto).

Sección B (6 puntos): cóctel, béisbol, fútbol, olimpiada (½ punto), período (½

punto), [ga-RA-je] (½ punto), limusina, at-le-ta (½ punto).

10½

Cercanía con España en relación con los temas tratados en este estudio (de mayor a menor

cercanía):

Cuba (18), Paraguay (15), Argentina, Bolivia, Costa Rica y Puerto Rico (14½), Uruguay

(13½), Venezuela, Colombia y Perú (13), Guatemala y la República Dominicana (12½),

Ecuador (12), Honduras (11½), Panamá (11), Chile (10½), México y El Salvador (10),

Nicaragua (9½).

Observaciones

Cuba, una nación con fuertes nexos históricos y culturales con España, es el país cuyos usos

regionales (en relación con los temas de este estudio) se asemejan más a los de la madre patria. A

Cuba le siguen varios países del Cono Sur y también Bolivia, Costa Rica y Puerto Rico.

En total, se pueden hacer 190 comparaciones entre los 20 países de habla hispana: 19 + 18 + 17

+ 16 + 15 + 14 + 13 + 12 + 11 + 10 + 9 + 8 + 7 + 6 + 5 + 4 + 3 + 2 + 1 = 190.

En matemáticas, esto se puede representar de la siguiente forma: 20! ÷ 2! 18! = 190.

(“20!” es el factorial de 20, es decir, 20 x 19 x 18 ... 3 x 2 x 1).

En el caso de algunos de estos pares de países el número de coincidencias es sumamente alto,

mientras que en otros es más bajo.

Page 115: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

115

Por ejemplo, en la tabla que aparece a continuación se comparan las coincidencias entre El

Salvador y Honduras, entre Argentina y Uruguay, entre México y Argentina, y entre El Salvador

y Argentina.

Tabla 3B: La comparación de El Salvador con Honduras, Argentina con Uruguay, México

con Argentina, y El Salvador con Argentina.

Países

comparados

Usos en común Núm.

El Sal.-Hon. Sección A (18½ puntos): el champán/la champaña, la piyama, el sauna, el chance, la

chinche, hambre en femenino, el lente, saliente rara vez se usa en el

sentido del estudio (?), la tilde, el bikini, el dínamo/el dinamo, el radio,

el/la espiral (?), la terminal, el/la caparazón, la maratón (½ punto), el

sartén, azúcar (en femenino), la pus.

Sección B (19½ puntos): chasís, chofer, coctel, básquetbol/basquetbol,

béisbol/beisbol, futbol/fútbol (?), [es-tri(p)-TIS] / [es-TRI(P)-tis], biósfera,

ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía, olimpiada (½ punto) (?),

periodo/período, [DI-sel], [ga-RA-je] (½ punto), soya, de prisa (½ punto)

(?), limosina, a-tle-ta.

38

Ur.-Arg. Sección A (17½ puntos): el champagne/el champán, el piyama, el sauna, la chance,

la chinche, hambre (en masculino y femenino), el lente, la saliente, el tilde

(½ punto), el dínamo, la radio, el/la espiral, la terminal, el/la caparazón, la

maratón, el/la sartén (?), azúcar (en femenino), el/la pus (?).

Sección B (19 puntos): chasis, chofer, cóctel, básquetbol. béisbol, fútbol, [es-tri(p)-

TIS], biósfera, ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía, olimpíada,

período, [DI-sel] (½ punto), [ga-RASH] (½ punto), soja (½ punto), de

prisa (½ punto) (?), limusina, a-tle-ta.

36½

Méx.-Arg. Sección A (8½ puntos): el sauna, la chinche, el lente, la saliente, la tilde (½ punto),

el dínamo (½ punto), el/la espiral, la terminal, el caparazón (½ punto),

azúcar (en femenino).

Sección B (12½ puntos): chofer, béisbol (½ punto), [es-tri(p)-TIS] (½ punto),

biósfera, ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía, período (½ punto),

[DI-sel] (½ punto), [ga-RASH], de prisa (?), limusina (½ punto), a-tle-ta.

21

El Sal.-Arg. Sección A (9 puntos): el champán (½ punto), el sauna, la chinche, el lente, la tilde

(½ punto), el dínamo (½ punto), el/la espiral, la terminal, el/la caparazón,

la maratón (½ punto), azúcar (en femenino).

Sección B (12½ puntos): chofer, básquetbol (½ punto), béisbol (½ punto), [es-tri(p)-

TIS] (½ punto), biósfera, ícono, Sahara, várices, video, laparoscopía,

olimpíada (½ punto), período (½ punto), [DI-sel] (½ punto), [ga-RASH]

(½ punto), de prisa (?), a-tle-ta.

21½

Como podemos observar en cada uno de los pares de países aledaños, hay una muy alta

coincidencia de usos: El Salvador y Honduras comparten 38 de los 40 usos, y Argentina y

Uruguay, más de 36 de los 40. Es decir, entre El Salvador y Honduras, y entre Argentina y

Uruguay, casi todos los usos en relación con los 40 temas de este estudio son compartidos y

apenas hay una que otra discrepancia. Puesto que se trata de pares de países contiguos, entre cada

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116

uno de los cuales hay muchísimas similitudes históricas, culturales y lingüísticas, no nos ha de

sorprender que coincidan en un gran número de los usos lingüísticos aquí estudiados.

Entre los pares de países alejados como México y Argentina, o El Salvador y Argentina, en

cambio, hay bastante menos coincidencias: alrededor de 21 puntos en cada caso, de los 40 puntos

posibles. Esto tampoco debería sorprendernos puesto que las diferencias histórico-culturales

entre el extremo norte de Hispanoamérica (países como México y El Salvador) y el área

rioplatense también son grandes.

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117

ANEXO IV: ¿Cuáles son las variedades del español que el DPD mejor capta?

En este anexo se examinan los usos de cada país que el Diccionario Panhispánico de Dudas ha

captado en relación con los 40 temas del estudio. La siguiente tabla indica cuáles son los usos de

cada país que el DPD describe correctamente, es decir, proporcionando información dialectal

precisa.

Tabla 4: Los usos de cada país que el DPD ha captado.

PAÍS Usos adecuadamente captados por el DPD Núm.

España Sección A (17 puntos): el pijama, la sauna, poco se usa chance, la chinche, hambre en

femenino, la lente, el saliente, la tilde, el bikini, la radio (‘radiorreceptor’), la

espiral, la terminal, el caparazón, el/la maratón, la sartén, azúcar en masculino

o femenino (?), el pus.

Sección B (17 puntos): chasis, chófer, cóctel, sólo baloncesto, béisbol, fútbol, biosfera,

icono, varices, vídeo, laparoscopia (y demás voces afines), olimpiada,

período/periodo, garaje, soja, limusina, at-le-ta (y otras voces con tl).

34

México Sección A (11 puntos): la piyama, el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente, la

tilde, el bikini, el radio, la terminal, el caparazón, el/la sartén.

Sección B (13 puntos): chasís, chofer, basquetbol, beisbol, futbol, biósfera, ícono,

várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-

tle-ta (y otras voces con tl).

24

Rep.

Domin.

Sección A (11 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente

(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el caparazón, el/la sartén.

Sección B (13 puntos): chasis, chofer, beisbol, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,

laparoscopía (y demás voces afines), olimpiada/olimpíada, período/periodo,

soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).

24

Argentina Sección A (8 puntos): el piyama, el sauna, la chinche, el lente, la bikini, la radio

(‘radiorreceptor’), la terminal, el pus (?).

Sección B (15 puntos): chasis, chofer, cóctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,

várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo (?), soja,

limusina, a-tle-ta (y otras voces con tl).

23

Bolivia Sección A (10 puntos): el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente (?), la tilde,

el bikini, la terminal, el caparazón, el/la maratón, el/la sartén.

Sección B (13 puntos): chofer, cóctel/coctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,

várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-

tle-ta (y otras voces con tl).

23

El

Salvador

Sección A (12 puntos): la piyama, el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente,

el/la saliente (?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el/la maratón, el sartén.

Sección B (11 puntos): chasís, chofer, futbol, biósfera, ícono, várices, video,

laparoscopía (y demás voces afines), olimpiada/olimpíada, período/periodo,

soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).

23

Page 118: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

118

Guatemala Sección A (11 puntos): el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente, el/la saliente

(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el/la maratón, el/la sartén.

Sección B (12 puntos): chasís, chofer, básquetbol, futbol, biósfera, ícono, várices, video,

laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras

voces con tl).

23

Uruguay Sección A (8 puntos): el piyama, el sauna, la chinche, el lente, el bikini, la radio

(‘radiorreceptor’), la terminal, el/la sartén.

Sección B (15 puntos): chasis, chofer, cóctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,

várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo (?), soja,

limusina, a-tle-ta (y otras voces con tl).

23

Venezuela Sección A (11 puntos): el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente, la tilde, el

bikini, el radio, el terminal (de transportes), el caparazón, el/la sartén, el pus.

Sección B (12 puntos): chasis, chofer, beisbol, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,

olimpiada/olimpíada, período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).

23

Cuba Sección A (10 puntos): la chinche, hambre en femenino, el lente, la tilde, el bikini, el

radio, la terminal, el caparazón, el/la sartén, el pus.

Sección B (11 puntos): chasis, chofer, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,

laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras

voces con tl).

22

Chile Sección A (7 puntos): el piyama, el sauna, el lente, el bikini, la radio (‘radiorreceptor’),

el terminal (de transportes), el/la sartén.

Sección B (15 puntos): chofer, cóctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,

várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), olimpiada/olimpíada,

período/periodo (?), soya, limusina, a-tle-ta (y otras voces con tl).

22

Puerto

Rico

Sección A (10 puntos): el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente (?), la tilde,

el bikini, el radio, el caparazón, el/la sartén, el pus.

Sección B (12 puntos): chasis, chofer, básquetbol/baloncesto, beisbol, fútbol, ícono,

várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, at-

le-ta (y otras voces con tl).

22

Costa Rica Sección A (12 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente

(?), la tilde, el bikini, el radio, la espiral, la terminal, el caparazón, el/la sartén.

Sección B (9 puntos): chasís, chofer, ícono, várices, video, laparoscopía (y demás voces

afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).

21

Ecuador Sección A (9 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, la tilde, el

bikini, el radio, el caparazón, el/la sartén.

Sección B (12 puntos): chofer, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono, várices,

video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y

otras voces con tl).

21

Nicaragua Sección A (10 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente

(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el sartén.

Sección B (11 puntos): chasís, chofer, futbol, biósfera, ícono, várices, video,

laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras

voces con tl).

21

Page 119: 2010_ATA Conf Proceedings_Generos y Grafias_Moskowitz

119

Panamá Sección A (12 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, el/la saliente

(?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el caparazón, el/la maratón, el/la

sartén.

Sección B (9 puntos): chasís, chofer, ícono, várices, video, laparoscopía (y demás voces

afines), período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).

21

Honduras Sección A (11 puntos): la piyama, el sauna, la chinche, hambre en femenino, el lente,

el/la saliente (?), la tilde, el bikini, el radio, la terminal, el sartén.

Sección B (9 puntos): chasís, chofer, biósfera, ícono, várices, video, laparoscopía (y

demás voces afines), período/periodo, soya.

20

Colombia Sección A (10 puntos): la piyama, el sauna, hambre en femenino, el lente, la tilde, el

bikini, el radio, el terminal (de transportes), el/la sartén, azúcar en masculino o

femenino.

Sección B (9 puntos): chofer, fútbol, ícono, várices, video, olimpiada/olimpíada,

período/periodo, soya, a-tle-ta (y otras voces con tl).

19

Paraguay Sección A (7 puntos): el piyama, el sauna, el lente, la tilde, la radio (‘radiorreceptor’), la

terminal, el/la maratón.

Sección B (11 puntos): chofer, cóctel, básquetbol, fútbol, biósfera, ícono, várices, video,

laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, a-tle-ta (y otras voces

con tl).

18

Perú Sección A (5 puntos): el sauna-la sauna, el lente, la tilde, el bikini, (‘radiorreceptor’), el

terminal (de transportes).

Sección B (13 puntos): chofer, cóctel/coctel, básquetbol, béisbol, fútbol, biósfera, ícono,

várices, video, laparoscopía (y demás voces afines), período/periodo, soya, a-

tle-ta (y otras voces con tl).

18

Observaciones

Se pueden hacer las siguientes observaciones sobre la cobertura del DPD en relación con los 40

temas dialectales de este estudio:

• El índice de España, con 34 puntos sobre un máximo posible de 40 puntos, significa que

el DPD acertó, con respecto a España, en el 85% de los usos investigados en este estudio.

Este índice es mucho más alto que el de cualquiera de los países hispanoamericanos, lo

cual significa que el DPD ha logrado describir los usos peninsulares que fueron

investigados en este estudio de forma mucho más precisa que los usos de los países

hispanoamericanos.

• Los índices de los 19 países hispanoamericanos oscilan entre los 24 y los 18 puntos —

hubo poca variación entre ellos— y el promedio es de 21,63 puntos. Esto significa que en

el caso de los países hispanoamericanos, el DPD acertó en sólo el 54% de los usos

investigados en este estudio. Este índice promedio para los países hispanoamericanos es

mucho más bajo que el de España (85%) y significa que el DPD ha descrito los usos

hispanoamericanos de este estudio de una forma mucho menos precisa que los

peninsulares.

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• Con respecto a la cobertura del DPD de los temas tratados en este estudio, nuevamente

vemos que del dicho —“panhispánico”— al hecho, hay gran trecho, ya que el DPD

tendría que representar los usos de los países hispanoamericanos de manera mucho más

fidedigna para poder llamarse “panhispánico”, propiamente dicho.

Se podría hacer el mismo tipo de análisis lexicográfico con otros temas dialectales que no fueron

abordados en este estudio, tanto con respecto al DPD como en relación con otros diccionarios

que pretenden ser “panhispánicos” tales como el DRAE. Y sería muy interesante ver, al analizar

el mayor número posible de temas dialectales en una amplia gama de campos semánticos, si los

diccionarios cubren los usos regionales de España más que los de los países hispanoamericanos.

Se sospecha que es así, pero, para saberlo, habría que hacer la investigación y los cotejos

correspondientes.