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2503
Agroecologa y Desarrollo Sostenible del CampoDos miradas
contrapuestas?
Juliana saboGal aGuilar1
IntroduccinLa cuestin ambiental es un tema que en la actualidad
se trata con bastante
frecuencia posiblemente porque se estn haciendo evidentes las
consecuencias de cierta relacin del hombre con la naturaleza; sin
embargo, lo que no es muy perceptible es el trasfondo epistemolgico
que implican las diferentes posturas que sobre el tema tratan, y
que tienen que ver por ejemplo con esas dicotomas tan modernas como
son sujeto vs objeto, progreso vs atraso, civilizacin vs es-tado
salvaje, masculino vs femenino, y la misma del hombre vs la
naturaleza.
En el desarrollo de las polticas agrarias en Colombia por
ejemplo, el ambiente al igual que el conflicto, la tenencia de la
tierra y las relaciones de poder, se han tomado generalmente como
factores secundarios que favorecen u obstaculizan el buen
funcionamiento del sistema econmico imperante. Es decir, si bien el
problema medio ambiental se considera ineludible, en la prctica no
se ha incor-porado a las prioridades del desarrollo rural a pesar
de que se menciona formal-mente en el discurso.
Encontramos pues el concepto de Desarrollo Sostenible como el ms
utilizado en la formulacin poltica, probablemente porque se
caracteriza por lograr una flexibilidad que lo hace compatible con
los lineamientos rectores de las polticas agrarias actuales: el
crecimiento econmico, la productividad y la empresariza-cin del
campo principalmente.
As pues, el presente texto propone un ejercicio reflexivo sobre
dos de los planteamientos conceptuales ms importantes que
relacionan el sector rural con su concepcin ambiental: el
mencionado Desarrollo Sostenible por una parte y el pensamiento
Agroecolgico como alternativa, ubicndolos finalmente en la poltica
nacional de desarrollo rural para determinar su incidencia.
Desarrollo Sostenible: un concepto para todosEl Desarrollo
Sostenible se ha convertido en un concepto articulador de pro-
puestas de distinta naturaleza que tienen en comn la inquietud
por el ambien-te, bien sea desde perspectivas que enfatizan en la
degradacin de los suelos, la contaminacin atmosfrica, el mal uso
del agua y la prdida de biodiversidad en s mismas, o bien desde
miradas que se preocupan ms por las consecuencias de un ambiente
dbil para la sostenibilidad del crecimiento econmico.1 Sociloga
Universidad Nacional de Colombia. Candidata a Magister en Polticas
pblicas y gestin del desarrollo local de la Univer-
sidad Nacional de Crdoba- Argentina. Docente Universidad Incca
de Colombia. [email protected]
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Recordemos que la discusin contempornea sobre la relacin entre
economa y ambiente se remonta a los aos 70s, cuando un grupo de ms
de cien cient-ficos y polticos de aproximadamente 30 pases
denominado el Club de Roma, present un estudio sobre la relacin
entre poblacin y medio ambiente teniendo en cuenta los recursos
naturales, la cuestin nutricional y los factores tecnolgi-cos,
intitulado Los lmites del crecimiento. Segn este informe la nica
forma de revertir el inminente colapso de la tierra era garantizar
un crecimiento cero tanto demogrfico como econmico (Sabogal,
2009).
A raz de estas primeras conclusiones sobre los lmites naturales
del creci-miento econmico, el economista polaco Ignacy Sachs2 acu
el trmino Ecode-sarrollo que implicaba entre otras cosas una crtica
social sobre la distribucin de la produccin, ms que solamente el
inters por la escasez de recursos ma-teriales. En palabras de Luis
Jimnez Herrero,
El ecodesarrollo, definido en sus orgenes como una gua de
orientacin de es-trategias de desarrollo regional, especialmente
adaptado a las reas tropicales rurales, va generalizndose con
rapidez para definir proyectos de desarrollo inte-gral
ecolgicamente racionales. El concepto se ampla para sintetizar un
estilo de desarrollo ms igualitario y menos dependiente que hace
hincapi en una mayor racionalidad socioambiental para el manejo de
los recursos y el espacio, utilizando diseos ecolgicamente viables
en la planificacin del desarrollo econmico, con aplicacin de
tecnologas ambientalmente adecuadas y buscando asimismo un ma-yor
control democrtico y participacin popular en las decisiones sobre
el ambiente fsico y social de los ms directamente afectados
(Riechmann, 1995, p.3).
Como podemos imaginar este concepto se entendi como una
reprobacin directa al sistema y por ello das despus de ser
presentado formalmente en la declaracin de Cocoyoc (1974), fue
desmontado por la diplomacia norteameri-cana alegando una revisin
conceptual y fortaleciendo la idea de la respuesta tecnolgica a los
problemas ambientales institucionalizada en las conclusiones de la
Conferencia de Estocolmo (1972).
As, tanto para los pases centrales industrializados basados en
polticas eco-nmicas neoclsicas, como para los pases perifricos que
entendan las ideas de los lmites del crecimiento como un
impedimento a su propio desarrollo eco-nmico, la propuesta del
concepto de Desarrollo Sostenible planteada en 1987 en la Comisin
Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, tambin conocida como
Comisin Brundtland, result conveniente, incluso para aquellos
consulto-res econmicos ms clsicos que la identificaron con el
trmino de crecimiento autosostenido de Rostow. Retomando al
importante economista colombiano Jorge Luis Garay,2 En ese momento
consultor de las Naciones Unidas sobre temas de medio ambiente y
desarrollo.
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2505
En general, entre los economistas, antes de que surgiera el tema
ambiental, Sostenibilidad se consideraba el ambiente y las
condiciones necesarias para garan-tizar que la economa en s misma
tuviera un patrn de crecimiento dinmico, que pudiera
retroalimentarse a travs del tiempo para garantizar unas tasas de
creci-miento de mediano y largo plazo perdurables. Y en ese
sentido, la sostenibilidad hacia bsicamente referencia al patrn de
acumulacin y de especializacin de la economa que garantizara tasas
de crecimiento sostenibles en el mediano y largo plazo (Garca,
2003, p.199).
Ahora, an si nos referimos al pronunciamiento oficial por
excelencia sobre el Desarrollo Sostenible comprendido en el
Programa 21 el cul fue aprobado en la cumbre de Rio de Janeiro de
1992, podemos develar que las concepciones de la relacin de la
poblacin mundial con los recursos naturales no cambiaron
sustancialmente. El Desarrollo de que aqu se habla est directamente
vinculado al progreso econmico, es decir que los problemas
ambientales, e incluso los problemas sociales de los pases en
desarrollo que tanto se mencionan en el programa, se resolveran
casi como una consecuencia infalible de la liberaliza-cin del
mercado y de la integracin comercial mundial. El Desarrollo pues se
resuelve en la esfera econmica, gracias al crecimiento sostenido de
las econo-mas nacionales y a su posibilidad de expansin.
La reactivacin y la aceleracin del desarrollo requieren un
ambiente econmico internacional dinmico y propicio, as como
polticas decididas a nivel nacional. La ausencia de cualquiera de
esos requisitos frustrara el proceso de desarrollo. Un ambiente
econmico externo propicio ser decisivo. El proceso de desarrollo no
cobrar impulso si la economa mundial carece de dinamismo y
estabilidad y se caracteriza por la incertidumbre. Tampoco cobrar
impulso si los pases en de-sarrollo arrastran el lastre del
endeudamiento externo, si la financiacin para el desarrollo es
insuficiente, si existen barreras que limiten el acceso a los
mercados y si los precios de los productos bsicos siguen siendo
bajos y las relaciones de intercambio de los pases en desarrollo
siguen siendo desfavorables (ONU, 1992, Seccin I, 2.2).
Como se puede apreciar, este discurso sigue estando fundamentado
en un pensamiento econmico neoclsico pues hace un claro nfasis en
la racionalidad econmica y en la calculabilidad, es decir en toda
una serie de estrategias de sistema garantizadas por los Estados
Nacionales, en aras de asegurar el libre comercio y procurando por
todos los medios la competitividad en el mercado mundial, para
alcanzar un desarrollo ms equitativo en un equilibrio esperable de
los mercados autorregulados.
Por otro lado se establece de entrada la divisin entre pases
desarrollados y pases en desarrollo con esa perspectiva
positivista, lineal, con plena confianza en la racionalidad y
neutralidad tcnica, que tiene una receta precisa que ga-
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2506
rantiza un desarrollo progresivo - indiscutible en su carcter
cientfico- donde la inquietud est en la velocidad del mismo mas no
en su direccin. Se mantiene as la ilusin de igualdad ante el
mercado, pues la teora dicta que si se siguen las reglas todos
podemos lograr el mismo nivel de desarrollo. Por ello,
La consecucin de los objetivos del Programa 21 en lo que se
refiere al desarrollo y al medio ambiente requerir una corriente
substancial de recursos financieros nuevos y adicionales hacia los
pases en desarrollo, a fin de cubrir los gastos suple-mentarios
ocasionados por las medidas que habrn de tomar para hacer frente a
los problemas del medio ambiente mundial y para acelerar el
desarrollo sostenible () se debera prestar atencin especial a las
circunstancias particulares que en-frentan las economas en
transicin (Ibid. Prembulo, 1.4 y 1.5).
Segn esta perspectiva entonces, todos los esfuerzos seran
necesarios para reactivar las economas ms dbiles en aras de que
ingresen al sistema; Los procesos de integracin econmica, que se
han intensificado en los ltimos aos, deberan infundir dinamismo al
comercio mundial y acrecentar las posibilidades de los pases en
desarrollo en las esferas del comercio y el desarrollo. En los
ltimos aos muchos ms pases en desarrollo han adoptado reformas
valien-tes de su poltica que han supuesto una ambiciosa
liberalizacin unilateral de su comercio (Ibid, Seccin I, 2.8),
medidas tcnicas que, seguramente, fueron recomendadas con el mismo
carcter normativo de los famosos planes libro impuestos en
Latinoamrica.
Se foment de esta manera Un sistema comercial multilateral
abierto, equi-tativo, seguro, no discriminatorio y previsible, que
sea compatible con los ob-jetivos del desarrollo sostenible y que
conduzca a la distribucin optima de la produccin mundial sobre la
base de la ventaja comparativa, (redundando) en beneficio de todos
los asociados comerciales ( y permitiendo por tanto,) un mejor
acceso a los mercados de las exportaciones de los pases en
desarrollo (Ibid, Seccin I, 2.5). Las reglas del mercado implicaran
adems una reduc-cin considerable y progresiva del apoyo y la
proteccin del sector agrcola - comprendidos los regmenes internos,
el acceso a los mercados y los subsidios a las exportaciones - as
como de la industria y otros sectores, a fin de no causar grandes
prdidas a los productores ms eficientes, especialmente en los pases
en desarrollo() En consecuencia, para contribuir al desarrollo
sostenible debe-ra liberalizarse el comercio en todos los sectores
econmicos a nivel mundial (Ibid, Seccin I, 2.7).
As, si bien se hicieron consideraciones y recomendaciones
respecto al am-biente muy importantes para la conservacin del
mismo, se dejaron bastante claras las prioridades, pues se rectific
que
las actividades que se realicen para alcanzar los objetivos de
este captulo (Pro-
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2507
teccin de la Atmsfera) deberan coordinarse con el desarrollo
social y econmico en forma integral con el fin de evitar que
tuviesen repercusiones negativas sobre ste, teniendo plenamente en
cuenta las legtimas necesidades prioritarias de los pases en
desarrollo por lo que respecta al logro del crecimiento econmico
soste-nido y la erradicacin de la pobreza (Ibid, 9.3).
Es decir, en ltimas que la proteccin del medio ambiente no debe
interferir en el crecimiento econmico como prioridad legtima de los
pases en desarrollo para erradicar la pobreza y la prioridad
legtima de los dems pases de mante-ner el crecimiento sostenido que
merecen.
De la misma forma el paradigma de la articulacin armnica entre
crecimiento y sostenibilidad ambiental se legitim incluso en los
crculos ms crticos, como por ejemplo el del mismo Meadows que en
1971 particip en el informe del Club de Roma sobre los lmites del
crecimiento, quien present un nuevo informe en 1992 titulado Ms all
de los lmites donde reevala las condiciones bajo las cuales el
crecimiento sostenido, un medio ambiente limpio e ingresos
equitativos pueden ser organizados (Naredo, 1996, p.4).
Es as como, segn estudiosos del tema como Jos Manuel Naredo, una
de las responsabilidades principales de la indefinicin existente
respecto al concepto de Desarrollo Sostenible est en la esencia del
trmino que trata de conciliar dos ideas que se refieren a niveles
de abstraccin diferentes: Las nociones de crecimiento (y de
desarrollo) econmico que encuentran su definicin en los agregados
monetarios homogneos de produccin, (y) la preocupacin por la
sostenibilidad (que) recae sobre procesos fsicos singulares y
heterogneos (Ibid, p. 5).
La cuestin epistemolgica por lo tanto no se precisa en una
definicin expl-cita, no obstante ser necesaria en una discusin
conceptual, sino que depende principalmente del trasfondo del
paradigma desde el cual nos acerquemos a los asuntos econmicos en
ese sentido amplio que tiene que ver con las diferentes relaciones
sociales que se han instituido histricamente alrededor de la
subsis-tencia material humana. Como Augusto ngel Maya pone de
manifiesto,
El pensamiento ambiental es un planteamiento en formacin que,
para consoli-darse, encuentra en su camino muchos obstculos
epistemolgicos. Ello se debe fundamentalmente a la formacin del
pensamiento moderno. La ciencia domina-da por el positivismo ha
impulsado la especializacin como estrategia bsica en el desarrollo
del conocimiento. Se trata de una ciencia aplicada directamente al
manejo tecnolgico del mundo. Ello exige la especializacin, que
parte tanto de presupuestos del racionalismo cartesiano, como de
los postulados del empirismo. La consecuencia ha sido la
incapacidad de la ciencia moderna para entender y manejar sistemas
y por supuesto para ubicar al hombre dentro del sistema de la
naturaleza (Garca, 2003, p.202).En conclusin entonces, hablar de
Desarrollo Sostenible en el mbito rural no
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2508
implica un acuerdo respecto al tema ambiental pues as como se
invoca desde una perspectiva localizada centrada en las condiciones
ambientales de regiones particulares y las relaciones
socioculturales que giran en torno a ellas, se alega tambin desde
la perspectiva global institucionalizada del apoyo mutuo entre el
comercio y el medio ambiente que, como veremos, es la que prima en
el discur-so poltico nacional.
Y la apuesta Agroecolgica, en qu consiste?Comencemos por
establecer que la Agroecologa se est construyendo como
una ciencia transdisciplinaria cuyo objeto es la relacin entre
los ecosistemas y la cultura tratados de una manera amplia e
integral, que si bien se centra en los mbitos rurales locales, los
comprende en una vinculacin directa con los esce-narios globales
tanto desde el punto de vista biolgico y energtico, como desde la
perspectiva poltica, social, econmica y ambiental.
La ecologa por un lado, en un proceso ininterrumpido desde el
siglo XVIII, ha forjado prcticamente un imperio terico de
explicaciones sobre el funciona-miento de los ecosistemas
entendidos como tramas complejas de intercambios de materia y
flujos de energa reguladas tanto por la influencia de leyes
ter-modinmicas, como por leyes ecosistmicas de equilibrio dinmico
espacial y temporal. La cultura por su parte, explica los procesos
adaptativos del hombre a los lmites impuestos por los ecosistemas y
estudia las causas y efectos de la intervencin de los grupos
humanos sobre los mismos, y se entiende aqu como un sistema
parabiolgico de adaptacin que incluye las construcciones tericas de
tipo simblico, la tecnologa y las formas de organizacin poltica y
socioeco-nmica (Len, 2009, p.46).
La agricultura por supuesto es uno de los procesos ms directos
de transfor-macin y adaptacin a los ecosistemas y constituye un
elemento primordial del sustento biofsico de los seres humanos. No
obstante, desde este punto de vista econmico amplio entonces, la
agricultura est atravesada por decisiones po-lticas que determinan
qu se debe producir, cundo, en qu proporcin, a qu ritmo, con qu
tecnologa y para qu clase de consumidores.
Este tipo de decisiones se han tomado histricamente de acuerdo a
disposi-ciones estatales o corporativas -legtimas o simplemente
poderosas- que desde la Revolucin Verde han fomentado un desarrollo
rural bajo la perspectiva neoli-beral que no por dems ha impedido
identificar las diferencias cualitativas entre distintos tipos de
productores y propietarios de tierra rural, y en general las
re-laciones de poder, dada la homogeneidad ficticia que supone
respecto a actores, intereses y oportunidades:
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2509
La principal crtica que puede hacerse al neoliberalismo en el
sector agropecuario es la ingenuidad de suponer que el mercado
resuelve por si solo las fallas que se presentan en la asignacin de
recursos en un sector caracterizado por seculares desequilibrios
estructurales, y donde el manejo de recursos, en especial la
tierra, est en manos de especuladores y rentistas que no la tienen
como bien productivo sino como bien de acumulacin y valoracin de
rentas institucionales (Machado, 2003, p. 279).
La Agroecologa surge pues como una respuesta al enfoque
imperante que supone que el sector rural debe pensarse en trminos
de productividad; por el contrario considera que la idea de
desarrollo es subsidiaria de la cuestin am-biental, pues no es esta
una externalidad que se resuelve con optimismo tecno-lgico ni
siquiera suficientemente con propuestas de agricultura alternativa
que siguen enfatizando en la supresin de los factores limitantes o
de los sntomas que enmascaran un sistema productivo enfermo, (pues)
la filosofa prevalecien-te es que las plagas, las deficiencias de
nutrientes u otros factores son la causa de la baja productividad,
posibles de solucionar mediante nuevas tecnologas o agregando los
insumos que faltan, sean insecticidas botnicos, microbiales, etc.
(Altieri, 2009 ,p.71).
La apuesta de la Agroecologa propende por el equilibrio
ecosistmico apun-talado en sistemas agrcolas biodiversos que sean
manejados por las propias comunidades que habitan estos territorios
y les dan sentido. As, en trminos generales la propuesta consiste
en enriquecer los sistemas campesinos existen-tes con elementos
apropiados de la etnociencia y de la ciencia agrcola moderna,
mediante procesos altamente participativos:
Tal vez uno de los rasgos que ha caracterizado a la agroecologa
en su bsqueda de nuevos tipos de desarrollo agrcola y estrategias
de manejo de recursos es que el conocimiento de los agricultores
locales sobre el ambiente, las plantas, suelos y los procesos
ecolgicos, recupera una importancia sin precedentes dentro de este
nuevo paradigma (Ibid, p.81).
Teniendo en cuenta adems los numerosos estudios que retoman los
lmites del crecimiento econmico en un planeta finito, y
considerando que las relacio-nes socioeconmicas imperantes
indudablemente tienen serias dificultades para sostener las
necesidades alimentarias nacionales, e incluso para sostener a los
propios productores campesinos en condiciones de vida digna, la
Agroecologa constituye una alternativa en trminos de buen vivir ms
que de progreso o de-sarrollo rural.
En sntesis las apuestas agroecolgicas que se centran en:
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2510
Mejorar la produccin de los alimentos bsicos a nivel del predio
agrcola para aumentar el consumo nutricional familiar, incluyendo
la valorizacin de produc-tos alimentarios tradicionales y la
conservacin del germoplasma de cultivos nativos.
Rescatar y re-evaluar el conocimiento y las tecnolgicas de los
campesinos; Promover la utilizacin eficiente de los recursos
locales (por ejemplo tierra,
trabajo, subproductos agrcolas, etc.). Aumentar la diversidad y
variedad de animales y cultivos para minimizar los
riesgos. Mejorar la base de recursos naturales mediante la
regeneracin y conservacin
del agua y suelo, poniendo nfasis en el control de la erosin,
cosecha de agua, reforestacin, etc.
Disminuir el uso de insumos externos para reducir la
dependencia, pero mante-niendo rendimientos aceptables con
tecnologas apropiadas incluyendo tcnicas de agricultura orgnica y
otras tcnicas de bajo-insumo;
Garantizar que los sistemas alternativos tengan efecto benfico
no slo en las familias individuales, sino tambin en la comunidad
total (Ibid, p.80).
As como en apoyar un campesinado con la seguridad alimentaria,
la organi-zacin social, la identidad cultural y la autonoma poltica
necesarias para decidir en qu medida y condiciones quieren
insertarse al mercado, participar en redes alternativas de comercio
justo o autosustentarse, construyen nuevos escenarios
cualitativamente diferentes que permiten relaciones socioeconmicas,
polticas y ambientales ms equitativas en nuestros ecosistemas
rurales.
Colombia y el Ambiente RuralRecordemos que durante la segunda
mitad del siglo XX se desarrollaron dos
tendencias fundamentales en poltica agraria en el pas, en
concordancia con los grandes paradigmas tanto del Estado de
Bienestar como del Neoliberalismo. Por un lado la que tuvo que ver
con el modelo de sustitucin de importaciones y en oposicin a ella
la que correspondi al modelo de apertura econmica.
A finales de los aos 50s el pas se debata entre el
fortalecimiento del sector agropecuario vs. el fomento de la
urbanizacin como va de desarrollo, siempre con una fuerte
intervencin estatal. Aconteci que dentro del contexto de
sus-titucin de importaciones las dos ideas tuvieron su espacio. En
la dcada del 60 se impuso, debido al escenario socio-poltico y a la
voluntad de los dirigentes de la poca, una poltica de reforma
agraria basada en grandes entidades estatales como el Incora y la
Caja Agraria aunque posteriormente ya entrando a los 70s se
fortaleci el enfoque urbanizador apuntalado en el fomento
productivo del campo, proceso que se apoyaba en medidas de crdito
como el UPAC, de sub-
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2511
sidio a materias primas propicias para la naciente
agroindustria, y de asistencia tcnica para la produccin rural.
A partir de los aos 90s sin embargo, la tendencia cambi
drsticamente hacia la apertura econmica y an hoy se mantiene. Segn
este modelo como hemos visto, la clave principal del desarrollo est
en el mercado internacional, por lo que los esfuerzos deben
concentrarse en las exportaciones; ya no importa si son bienes
transformados o commodities, lo que cuenta es la competitividad en
un contexto de libre mercado con un Estado en el papel de
regulador.
La poltica agropecuaria en Colombia se ha concentrado pues
especialmente en un enfoque funcional de la agricultura3 a la que
se le atribuyen los papeles de productora de alimentos y materias
primas, generadora de empleo y divisas, y demandante de productos
industriales, todo ello con el fin de apoyar la indus-trializacin
urbana como motor del desarrollo deseable.
Actualmente no obstante, est logrando cierta incidencia un
enfoque ms amplio denominado multifuncional que considera la
seguridad alimentaria, las contribuciones ambientales, la produccin
econmica tanto primaria como de servicios y la funcin social
referida a la viabilidad de las comunidades rurales de acuerdo a
sus formas organizativas y valores culturales (FAO, 1999, p.
7).
Ahora bien, para pensar la poltica debemos tener presente adems
de sus antecedentes, la estructura productiva existente en el agro
colombiano para identificar a quin va dirigida. As, encontramos
tres formas bsicas a saber: la empresa agropecuaria capitalista, el
latifundio ganadero especulativo y la pro-duccin familiar o
comunitaria. Como sabemos la organizacin empresarial se basa en la
obtencin sistemtica de utilidades, el latifundio en la renta
inmobilia-ria y el dominio territorial principalmente, y las
unidades de agricultura familiar4 en la produccin para autoconsumo
y para generar ingresos en el intercambio mercantil (Forero,
2003).
Segn el economista Jaime Forero lvarez, experto en temas
rurales, hasta 1990 la produccin campesina vena en aumento aunque
siempre al margen de la produccin capitalista que creca mucho ms
rpidamente. Debido a la apertu-ra econmica sin embargo, y como
consecuencia del desmonte de los subsidios y del sistema estatal de
apoyo y de servicios, los productos capitalistas como el caf, el
algodn, la soya y el sorgo se vieron fuertemente golpeados incluso
por la competencia de las importaciones contrario a los productos
propios de la pro-duccin campesina como son la papa, yuca, ame,
maz, panela, pltano, frjol, tabaco, fique, cacao, hortalizas y caf
tradicional (Ibid).
Las polticas estn pues tratando de subsanar esas condiciones
inconvenien-tes que ha debido enfrentar el sector empresarial por
medio de lineamientos fa-vorables que propenden por la eficiencia,
la eficacia, la efectividad competitiva,
3 Con base en lo que Bruce Johnston y John Mellor desarrollaron
en un artculo de la American Economic Review, vol. 51, 1961, pgs
566-593 intitulado The Role of Agriculture in Economic
Development.
4 Entendidas como unidades familiares o comunitarias dedicadas a
la produccin agropecuaria en s, o a la actividad forestal o
pesquera, que actualmente llegan a ser aproximadamente el 68% de la
poblacin rural.
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2512
la asociatividad entre grandes y pequeos productores, subsidios
a los sectores afectados por el escenario actual de apertura
econmica y la equidad entendida como el apoyo a pequeos productores
que se integren a la lgica empresarial en el campo.
As, en Plan Nacional de Desarrollo Prosperidad para todos:
2010-2014 se desarrolla la poltica dentro del captulo III de
Crecimiento Sostenible y Compe-titividad, especficamente en el
apartado de las Locomotoras para el Crecimiento y la Generacin de
Empleo, junto con: nuevos sectores basados en la innova-cin,
vivienda y ciudades amables, desarrollo minero y expansin
energtica, e infraestructura de transporte.
De acuerdo con esta lnea el sector agropecuario se concibe como
una loco-motora de crecimiento econmico sostenido generadora de
empleo formal y de capital, mediante encadenamientos productivos
con otros sectores e insercin en diversos mercados, bajo una lgica
de desarrollo sostenible:
La competitividad es el determinante fundamental del modelo de
crecimiento y desarrollo del sector, en la medida en que es la
condicin de viabilidad de los productos en el mercado. Los niveles
de competitividad en ltimas dependen de lograr una produccin de
calidad a costos que garanticen la rentabilidad de las ac-tividades
productivas, para lo cual el mejoramiento de la productividad y la
reduc-cin de los costos de produccin y comercializacin constituyen
el eje de la poltica agropecuaria. Adicionalmente, es necesario
involucrar a los pequeos productores en esquemas asociativos y de
economa solidaria que faciliten su incorporacin en procesos de
empresarizacin y articulacin con inversionistas privados (negocios
inclusivos), que mejoren su productividad y capacidad de
negociacin, y de esta manera faciliten su insercin en los mercados
(pues en) un contexto de precios internacionales de las materias
primas al alza, es fundamental que el sector pro-ductivo colombiano
sea ms dinmico para que pueda aprovechar estas oportuni-dades (PND,
2010, cap 4 p. 136).
Por su parte desde el Viceministerio de Ambiente se ha elaborado
una poltica de Produccin y Consumo Sostenible que si bien no se
encuentra articulada de forma sustantiva con la poltica
agropecuaria, se pronuncia formalmente sobre los problemas de
contaminacin y sobre el uso sostenible de la biodiversidad, siempre
en relacin con la competitividad empresarial pues pretende evitar
ex-ternalidades y avaluar correctamente todos los bienes y
servicios ambientales. Es as como segn el programa,
Si bien un aumento en las tasas de crecimiento del consumo es
algo bueno, la tasa de uso de los recursos naturales est superando
la capacidad de adaptacin de los ecosistemas trayendo como
consecuencia un deterioro continuo del medio ambiente y un riesgo
concreto y severo para el planeta y la humanidad. Y aunque
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2513
este desarrollo tambin ha incrementado la eficiencia con la que
se utilizan los recursos naturales, esta mejora no es suficiente
para compensar el aumento en trminos absolutos del consumo de agua
y energa y la generacin de residuos, etc., a lo cual se suma el
hecho de que una parte considerable del sector empre-sarial
colombiano no tiene actualmente la posibilidad de acceder a
tecnologas ms eficientes y menos contaminantes, debido en parte a
obstculos de tipo econmico y financiero que restringen la inversin
en materia ambiental y a la falta de pro-gramas de crdito blando
efectivos (MAVDT, 2010, p.16).
La poltica ambiental en el sector rural est finalmente
subordinada por com-pleto a las condiciones impuestas por los
lineamientos de desarrollo econmico as se pretenda cierta
sostenibilidad y de forma explcita en la intencin de usar el
elemento ecolgico como una estrategia empresarial desde pequeos
produc-tores, hasta grandes empresarios del comercio internacional
como por ejemplo quienes se dedican a los biocombustibles.
ConclusionesEl concepto de desarrollo es en esencia resultado
del paradigma moderno de
progreso fundamentado en la ciencia y la tecnologa, bien se
entienda como crecimiento de la produccin y del ingreso, bien como
desarrollo sostenible en un apoyo mutuo entre el comercio y el
medio ambiente -donde un sistema de comercio abierto permite
asignar y utilizar ms eficientemente los recursos au-mentando la
produccin y disminuyendo las presiones sobre la naturaleza y el
medio ambiente apropiado proporciona los recursos ecolgicos
necesarios para sustentar una expansin constante del comercio-, o
bien como desarrollo huma-no con la oferta de oportunidades de
acceso a todos los bienes y servicios que requieren los hombres y
mujeres para una vida plena.
Una perspectiva alternativa por lo tanto implica poner en duda
la necesidad de progreso infinito y requiere construir procesos
contextualizados que favorezcan el bien vivir conforme a las
condiciones ecosistmicas de una localidad as como de acuerdo con
sus organizaciones sociopolticas y pensamiento propios.
La Agroecologa por ejemplo plantea un anlisis complejo del
sector rural y de los sistemas alimentarios teniendo en cuenta todo
el conjunto de relaciones que se establecen entre los diferentes
agentes (gremiales, gubernamentales y comunitarias) e instituciones
(pautas alimentarias, relaciones de poder, patro-nes de consumo,
relaciones de mercado y transacciones domsticas mediadas por el
parentesco y la vecindad) que intervienen en el proceso de
produccin, transformacin, comercializacin y consumo de
alimentos.
Para el campo colombiano por consiguiente, esta propuesta puede
constituir-se en una herramienta muy til para comprender la
complejidad de un sector histricamente atravesado por el conflicto
armado, la ausencia del Estado, la
-
2514
concentracin de la tierra y la imposicin de modelos econmicos no
siempre apropiados.
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