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24 PginasAo: 12 Nmero 285 18 de Julio 2012bserve la foto de la
portada. Uno de los voceadores, el de camisa anaranjada, se llama
Marvin Orlando Moscoso
Guerra, pero de apodo le dicen, el Canche. Este joven,
originario de San Luis Rey de Francia nunca se ha permitido un
minuto para lamentarse por la falta de oportunidades, en un pueblo
donde hay cero fuentes de trabajo. En medio de esas circunstancias
adversas, mi amigo, el Canche, ha creado sus propias oportunidades
y alcanzado su propia gloria. Al Canche lo conoc en el lugar donde
le tom la foto de esta portada, a veinte pasos de la iglesia
colonial y bajo la sombra de una ceiba de tronco y fronda colosal.
En ese momento, el protagonista de esta historia tena 16 aos y
posea una actitud sencilla, humilde, ganadora. Estaba por empezar a
estudiar la carrera de magisterio. No tena ahorros en el banco,
tampoco padres acomodados para costearle sus estudios, ni se haba
encontrado un tesoro en el fondo del mar. Eso s, en sus ojos
brillaba un sol de determinacin y sobre sus piernas, un paquete de
peridicos para ofrecer. A mi pregunta de cmo le iba voceando
Nuestro Diario, me contest:-Gano Q60.00 al da. Un campesino arando
la tierra gana Q45.00 y por eso prefiero dedicarme a vender La
conversacin qued inconclusa, pues la misa haba terminado y mis
amigos voceadores haban salido corriendo a ofrecer la prensa a los
felices feligreses de San Luis. Cuatro aos despus de esa
conversacin bajo la sombra de la ceiba de mi pueblo, mi amigo el
Canche est a pocos meses de graduarse y viaja de su aldea al pueblo
en una moto nueva de 10,000 quetzales, comprada con sus propios
ahorros.
-Cmo lograste completar esa cantidad?-, le pregunt esta
vez.-Primero, no me conform con ofrecer el peridico aqu bajo esta
ceiba. Sal a las calles y, sin vergenza o temor, voceaba las
noticias con todas mis fuerzas. Empec a ganar clientes ms estables
y en un mes estaba ganando 100 quetzales al da. No solo eso, los
sbados y domingos, despus de vocear las noticias, lustraba
(boleaba) zapatos en el parque central. Tambin, durante el feriado
de agosto, me pasada esos das de fiesta trabajando en las
refresqueras. Era trabajo duro, pues me desvelaba mucho. Mi amigo
el Canche, contina.-All no termina todo. Un da, se me ocurri buscar
un nuevo trabajo. Empec a vender helados. Empujaba mi
carretilla
de aldea en aldea hasta llegar a Ipala.-Caminabas como veinte
kilmetros!-Don Oscar, no me importaba caminar ese trecho, pues me
iba mejor. Trabaja ms, pero tambin ganaba ms. Vendiendo helados
pude ahorrar un poco ms y completar 6 mil quetzales. Mi to
Benedicto, prroco catlico, me aconsej no comprar una moto. Un da de
estos, por andar manejando, te vas a matar, me dijo. Al ver mi cara
de tristeza cedi. Como eres un buen muchacho te voy a ayudar con
los cuatro mil restantes.-Cmo te va con el gasto de la gasolina?-,
pregunto.-Mire, lo hago as. Todos los das saco de mis ahorros cinco
quetzales. Para mi merienda, me digo. No quiero mentirle,
don Oscar, pero los uso para comprar gasolina.-Y, cundo tienes
tiempo para la novia?-No me pregunt eso don Oscar! Fjese, un da fui
a Ipala, conoc a una muchacha y fuimos novios por seis meses. Un
domingo ella vino a San Luis, para visitar a un pariente. Cuando
cruz por el parque me vio lustrando calzado. No quiero tener un
novio lustrador de zapatos, me dijo. No la volv a ver ms. Frente a
este joven hroe, me dije: Bien dice la gente. Uno es pobre, solo si
no hace nada al respecto. Por eso, es de celebrar la valenta de
Marvin, el Canche. No le parece a usted querido lector?
Por: Oscar Argueta
O
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El Heraldo Hispano Pgina 3 18 de Julio de 2012
e un amigo muy cercano a mi corazn, escuch lo siguiente: Mis dos
hijos nacieron en este pas.
Nunca les falt nada. Terminaron su High School, saben ingls,
pero viven como si hubieran nacido en el pas ms pobre de la tierra.
Roberto, el mayor, pudiera tener un carro y ser ms eficiente en su
trabajo como vendedor. Montado sobre una bicicleta vieja no le va
causar a sus clientes una buena impresin. A ese muchacho nunca le
ha faltado trabajo. Al contrario, l ha faltado a los trabajos y por
eso nunca ha podido pasar de zope a gaviln. Ahora, Antonio, el
segundo, vive con una mujer que
tiene cinco hijos y para colmo de males la llev a vivir a la
casa de su mam, o sea, a la casa de mi ex-mujer. Ese muchacho es
tambin un caso perdido. Ayer
cumpli 22 aos y ya estuvo preso una vez, por robo. Ahora tiene
un buen trabajo, pero es como si no tuviera nada. Todo se le va en
pagar multas por manejar en estado de ebriedad, por no tener
asegurado su carro y por esto y, lo otro y por mil cosas ms. A esos
dos muchachos no
les sirve de nada haber nacido en este pas. Aqu, lo pudieran
tener todo y sin embargo, no tienen nada. Cunta gente en nuestros
pases deseara tener esa suerte. All, uno es pobre por falta de
oportunidades, pero aqu, estos, mis dos hijos son pobres por no
aprovechar las oportunidades. Ah, malaya! Si yo hubiera nacido aqu,
otro gallo me cantara! Este pas es bueno, solo si uno quiere y est
dispuesto a trabajar. A mis hijos, en vez de hacerles un bien, este
pas, les hizo un mal. A mi hijo siempre le dimos todo, me dice otro
amigo. El nio, le decamos con cario, aun cuando ya tena quince
aos. Para todo era el nio aqu y el nio all. Dorma hasta medioda
cuando no haba escuela. Lo complacamos con comida chatarra, y lo
dejbamos ir al mall con sus amigos. Es nio y necesita divertirse.
Al tenerlo solo encerrado se enojaba mucho, decamos. Cuando cumpli
diecisis el nio recibi de regalo de cumpleaos, un carro nuevo. Una
semana despus, el auto rojo era un montn de basura. Lo haba chocado
por correrlo como un auto de carrera. Gracias a esa mala decisin
lleva aos sin poder tener una licencia de conducir. Hace dos meses
se divorci de la esposa y ahora est pagando el famoso Child
Support. Ah, los Estados Unidos les ha hecho dao a nuestros hijos!
Mejor hubieran crecido all en nuestra tierra, mejor hubiera
aguantado hambre all y hasta pedido limosna. As, pudiera apreciar
ms la vida y portarse mejor. Esta tierra arruina a nuestros hijos,
don Oscar. Ah, don Oscar! Si usted supiera cunto hemos sufrido con
mi hija mayor Esto me lo deca el otro da una amiga ma.
Cuando tena quince aos se escap de la casa y se fue a un baile.
A la casa regres, pero con ganancia. La cuidamos tanto, don Oscar,
pero nos pag mal esa mi hija. All no termino todo. Cuando nuestro
nieto cumpli un ao, el pap vino para llevrselos a los dos. Mi
esposo y yo estbamos trabajando. Mejor no le cuento el resto de la
historia. No tiene nada de agradable. Con esa mi hija, hemos vivido
de un sufrimiento a otro. No ganamos mucho trayndola a este pas. Un
amigo la pas por la frontera cuando tena cinco aos. La visti de
varn y la pas con el pasaporte de su hijo. Mire usted, cuantos
riesgos y sacrificios hacemos los padres por los hijos. Y todo por
traerlos aqu, a gozar de una vida mejor. Yo, don Oscar, le echo la
culpa a este pas. Estas historias tienen un punto en comn. Este pas
les ha hecho un gran mal a nuestros hijos. Yo no estoy de acuerdo
con esa manera de pensar. Y, usted querido lector, considera justo
culpar a este gran pas de los errores y mala conducta de los retoos
de nuestro corazn?
Por:OscarArgueta(Guatemala)
EDITORIAL
D
Esta noche cenaremos amor.Juntos pondremos mesa y pan,al centro
una vela encendida.
Dos copas: una aqu y otra all.
T, vestida de rojo encendido;descubierto tu cuello de seda,firme
tu cintura, bello tu porte;en tus ojos, feliz, titila el amor.
Yo he venido vestido de negro,cabello lustroso, frente limpia.En
mi ojos traigo llamas y sol;en mi corazn hambre de amar.
Un bocado de pan, otro de amor;un sorbo de placer, un
suspiro.Por la ventana nos mira la lunay nos suplica invitarla a
cenar.
Esta noche cenaremos amor.Despus lavaremos los platosy por
educacin yo no me ir
pronto, sino hasta el amanecer.
Para sazonar a su gusto el amoruse: ajo, laurel, cebolla y
limn.
Por: Oscar Argueta
XXXVIII
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El Heraldo Hispano Pgina 5 18 de Julio de 2012El Heraldo Hispano
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Los mitos, son por definicin, historias o creencias que se
escuchan y pasan de boca en boca, en las que la gente cree, sin
tener prueba alguna que sean ciertas. En los aos que llevo
ejerciendo derecho de inmigracin he hablado con cientos de personas
que llegan a m buscando consejo legal, y no cesa de sorprenderme el
alto nmero de gente que ha vivido mucho tiempo aqu y sin embargo,
tiene ideas erradas sobre la manera en la que pueden obtener o
perder residencia permanente, beneficios de inmigracin o ciudadana.
En este breve artculo menciono algunos de los mitos ms comunes:
Uno Puede Arreglar Por el tiempo
El solo hecho de vivir en los Estados Unidos por mucho tiempo no
le confiere ningn derecho, a menos que haya usted estado viviendo
ac desde inicios de los aos setenta, ininterrumpidamente, y
califique para un beneficio llamado registry. De otra manera, tal
como lo mencionara en artculos anteriores, el vivir muchos aos en
USA, sin haber cometido crmenes solo le da derecho a solicitar un
beneficio llamado cancelacin de la deportacin, siempre y cuando est
en proceso de deportacin, tenga al menos 10 aos de estada en USA,
tenga hijos, esposo/a o padres ciudadanos o residentes, y que su
abogado demuestre que dicho/s familiar/es van a sufrir dificultades
excepcionalmente duras si lo deportan. Aparte de estos dos
beneficios: registry y cancelacin de la deportacin no hay manera de
arreglar por el tiempo.
Una mujer embarazada o con hijos pequeos no puede ser
deportada Hace poco tuve a una seora en mi oficina, quien tena
una cita con el juez de
inmigracin en pocas semanas. Ella haba entrado ilegalmente a USA
hace relativamente poco tiempo (2 aos), y vino a verme con su
novio, cuidadano norteamericano. Ella me mir con gran incredulidad
cuando le dije que igual tena que regresar a su tierra. Me dijo
pero estoy embarazada, cmo voy a tener a mi hijo en Mxico?.
Desafortunadamente, el estar embarazada de un ciudadano
norteamericano no le da derecho a uno a dar a luz ac, ni a un
tratamiento legal diferente en lo referente a inmigracin.
De igual manera, solo el tener hijos nacidos ac no le extiende
el derecho a los padres de quedarse a criarlos en este pas, a menos
que califiquen para la cancelacin de la deportacin. Los hijos
ciudadanos no pueden pedir por los padres hasta los 21 aos.
Si me encuentran culpable de un crimen que no es
una felona, no voy a tener problemas para arreglar o
puedo conservar mi residencia. Este es uno de los mitos ms
arraigados en la comunidad. El manejar en estado de ebriedad, tener
un problema (pegarle) a su cnyuge o hijo, llevarse algo de una
tienda sin pagar, que lo encuentren con un poco de marihuana; todas
estas acciones que ciertas personas no consideran graves, pueden
ser la base para que le nieguen o para que pierda beneficios
de inmigracin. Si Usted no es ciudadano norteamericano, NUNCA
deje de consultar con un abogado de inmigracin antes de declararse
culpable o de ir a un juicio.
Si me detiene la polica, pero firmo papeles declarndome
culpable y no paso tiempo en la crcel, no pasar nada.
As usted no pase un solo da en la crcel, su sentencia puede ser
de varios meses o hasta aos, sin que se d cuenta, porque puede que
el juez haya ordenado que la sentencia sea temporalmente suspendida
o postergada; ms para efectos de inmigracin, la sentencia a cumplir
cierto tiempo de crcel no es la que realmente pase encerrado, es la
que le imponga el juez, as la sentencia sea suspendida o
postergada. Esto es muy importante, porque muchas veces, para
determinar si puede obtener beneficios de inmigracin o evitar ser
deportado, depende del tiempo de crcel que le imponga el juez por
determinados delitos.
Mis padres tienen una mica pero solo vienen a visitar por un mes
cada ao, no hay problema
no? Las personas que son residentes legales de Estados Unidos
tienen la obligacin de vivir en este pas por la mitad del ao ms un
da. Si se van a ausentar por un perodo prolongado, pueden pedir un
documento a fin de no perder la residencia por una ausencia
prolongada. Tuve un cliente que solo vena cada cierto tiempo a
visitar a sus hijos. La ltima vez que entr a Estados Unidos lo
pusieron en proceso de deportacin por haber estado tanto tiempo
(como 18 meses) fuera, sin haber obtenido permiso para ausentarse.
En el prximo nmero continuamos con la segunda parte de Los Mitos
Comunes Sobre Inimgracin.
MITOS COMUNES SOBRE INMIGRACION
(PRIMERA PARTE)
...El estar embarazada de un ciudadano
norteamericano no le da derecho a uno a dar a luz
ac...
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El Heraldo Hispano Pgina 7 18 de Julio de 2012
Vivimos en un tiempo que todo aquello que sea diferente a
nosotros se percibe como una amenaza. Cada da se nos ensea a ser ms
desconfiados y a cruzar al otro lado de la calle cuando vemos un
grupo de personas de un color de piel distinta a la nuestra y
hablando en otro idioma. Si tenemos que viajar miramos a los dems
pasajeros como potenciales sospechosos. Esta paranoia colectiva nos
lleva a aislarnos y estar en un constante estrs pensando que algo
malo nos puede suceder. El miedo al otro, al distinto o al que no
queremos en nuestra burbuja personal, nos lleva a discriminar. Segn
la definicin de la Real Academia Espaola (RAE) discriminar es:
Seleccionar excluyendo. Dar trato de inferioridad a una persona o
colectividad por motivos raciales, religiosos, polticos, etc. La
discriminacin es el comportamiento derivado del prejuicio. Y los
prejuicios son creencias con una orientacin y evaluacin negativa,
en relacin, a una categora social. En Iowa Now, se public una nota
realizada por Heather Spangler, que ilustra lo que se pueda hacer
cuando se est dispuesto a romper los estereotipos y construir
conexiones como dice su ttulo (Breaking stereotypes, building
connections). Rossina Liu, una estudiante que se gradu de la
Universidad de Iowa (Nonfiction Wrinting Program) y que est
cursando un doctorado en dicha institucin, form un grupo de
escritura en el otoo de 2010 en la ciudad de Iowa para un refugio
(Shelter House), una organizacin
sin fines de lucro que provee servicios para las personas sin
hogares. Casi cincuenta personas han tomado parte en el grupo, que
se rene semanalmente por una hora y media para analizar las
lecturas, los escritos, y proveer retroalimentacin en los escritos
que cada uno lleve al grupo para ser ledo. Hay cierto sentido de
legitimidad, de valoracin que se obtiene de leer y compartir sus
historias enfrente de una audiencia... cada uno de ellos me ha
enseado tanto acerca de lo que significa ser una
escritora, un maestra, y lo ms importante, un miembro de la
comunidad, Liu dijo. Hay varios participantes que hablan de cmo
estas clases le han permitido sacar lo que tenan adentro y ponerlo
en palabras, vencer adicciones, no sentirse deprimidos y sentirse
parte de la comunidad y que hay alguien que le importa lo que
tienen que decir.
Chris Deck, 35 aos, que se uni al grupo en la primavera valora
como Liu interactua con el grupo. Ella no nos juzga, dice. Una
mujer comenta que cuando Rossina la ve frustrada o abrumada le
dice: Escribe sobre eso, Patti. El grupo puede compartir sus
talentos en una forma muy variada. No solo en la forma tradicional
de escribir una historia tambin pueden contarla a travs de la
msica, fotografa, graffiti artstico, hasta madera tallada. Como
dijo el poeta uruguayo Mario Benedetti: La
palabra pregunta y se contesta...tiene alas... En un mundo donde
hay tantos postergados o personas que eligen vivir de una forma
diferente, este programa que lleva casi dos aos bendiciendo la
comunidad de la ciudad de Iowa, es una oportunidad de construir
lazos y dejar de lados nuestros miedos y prejuicios. De entender
que todos tenemos algo para decir y tenemos el derecho de ser
escuchados, tengamos un direccin fija o no, sin importar el color
de la piel, el idioma en que nos expresamos, nuestra religin o
nuestra condicin social. En una poca de fuertes vientos
polticos y promesas electores, es bueno tener un faro que brille
para mostrarnos el camino que podemos transitar como individuos,
como familias y como parte de una comunidad comprometida con el
otro. Experiencias como estas son dignas de imitar de acuerdo a
nuestros recursos y posibilidades.
ROMPIENDO ESTEREOTIPOS
En un mundo donde hay tantos postergados o personas que
eligen
vivir de una forma diferente, este programa
que lleva casi dos aos bendiciendo la comunidad de la
ciudad de Iowa, es una oportunidad de construir lazos y dejar de
lados
nuestros miedos y prejuicios...
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El Heraldo Hispano Pgina 9 18 de Julio de 2012
El 1 de julio de 2012 se llevaron a cabo las elecciones
generales en Mxico. Los resultados del Instituto Federal de
Elecciones (IFE) son contundentes: Enrique Pea Nieto, del PRI
37,97%; Andrs Manuel Lpez Obrador, del PRD 31,37%; y Josefina
Vsquez Mota, del PAN 25.46%. Aparentemente se trata de un asunto
sencillo. Los candidatos se presentaron al balotaje, los electores
acudieron a las urnas, todos expresaron su decisin en las urnas y
Pea Nieto gan las elecciones y todos felices. Lamentablemente no es
as. El asunto es tan complejo, que incluso la BBC de Londres tuvo
que publicar un glosario de trminos, para que quienes no fueran
mexicanos pudieran entender las noticias que se publicaban a diario
sobre AMLO, EPN o JVM. Si tan solo con un glosario de trminos se
pudiera aclarar el confuso panorama electoral en Mxico, entonces
tampoco pasaramos a mayores, pero no es as. Una vez que se
conocieron los resultados oficiales de las elecciones, el candidato
de las izquierdas, Manuel Lpez Obrador, puso un grito al cielo y
anunci que impugnara las elecciones, acusando al PRI de comprar
aproximadamente 5 millones de votos, mediante la distribucin de
tarjetas de compras de la tienda Soriana.A rengln seguido, el
presidente del PAN, Gustavo Madero, aclar que su partido no
acompaar a Lpez Obrador en su pedido de impugnacin, pero denunci el
presunto uso de recursos ilcitos va tarjetas de banco Menex- en
favor del PRI. Madero Muoz asegur que el PAN identific varias
irregularidades como el manejo de recursos ilcitos, el manejo de
las encuestas y supuestos acuerdos de los medios de comunicacin, as
como la participacin de algunos gobernadores con recursos y
programas sociales en apoyo de algn candidato. Incluso, el actual
presidente de Mxico, Felipe Caldern, se sum al coro de reclamos,
calificando como inaceptable la supuesta compra de votos y pidi que
se realice una
profunda investigacin para aclarar estas denuncias. El tema de
las tarjetas regalo, las cuentas y todo lo que lo rodea, es una
cuestin que no s si ser suficiente para revocar unas elecciones que
han tenido estos mrgenes, pero debera ser resuelto, sostuvo el
mandatario mexicano. Hasta aqu lo que est sucediendo no difiere
mucho de lo sucedido en las elecciones del 2006, cuando Felipe
Caldern fue declarado vencedor de las elecciones, mientras que
Manuel Lpez Obrador alzaba la voz gritando: Fraude! Fraude! Pero,
los reclamos no se limitan solamente al mbito poltico o a los
polticos, sino tambin a los ciudadanos comunes y corrientes. El
Instituto Federal de Elecciones habilit una pgina web para
receptar las denuncias de los ciudadanos comunes y corrientes,
acerca de irregularidades en el proceso electoral. El ciudadano
Omar Romn Cisneros dice: en mi casilla no me permitieron votar para
presidente y si para las elecciones locales y se aparezco en la
lista nominal para ambos casos. Mi clave de elector es
RMCSOM74030609H200,SEC 1310, LOC 0001. No soy el nico caso que as
se present. Gracias. Tambin el ciudadano Adn Prez, dice: Estamos ms
de 2,000 personas en la casilla especial de Pistolas Meneses
Chihuahua, Chihuahua y no se nos permite votar. Esto no pueden
quedarse as! Y la larga lista sigue y sigue A todo esto, el
candidato ganador de las elecciones, Enrique Pea Nieto, asegur que
ningn actor poltico tiene derecho a poner en riesgo la unidad y a
polarizar a la sociedad. Mxico quiere vivir en paz, asever
agregando que sera respetuoso de los tiempos que la ley establece,
pero, recalc que lo que es claro de este triunfo es un respaldo
mayoritario. El clima poltico en Mxico est caldeado. Miles de
personas salen a las calles para protestar contra Pea Nieto y eso
que ni siquiera es el presidente en funciones-. No se trata
solamente de los jvenes estudiantes del movimiento Yo Soy #132,
sino tambin de personas comunes y corrientes, de madres, padres,
campesinos, trabajadores Piden, exigen que se aclaren las
denuncias, que se aclaren los entuertos y se legitime el resultado
de las elecciones presidenciales.
ECOS DE LAS ELECCIONES EN
MEXICO
Pero, los reclamos no se limitan solamente al
mbito poltico o a los polticos,
sino tambin a los ciudadanos comunes
y corrientes.
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En muchas de mis notas he hablado de pequeos milagros. Pequeas
situaciones que nos han sorprendido y que nos han llenado de
esperanza y fe. Como muchos de ustedes, pasamos bastante tiempo en
los Estados Unidos buscando el sueo Americano y a decir verdad,
creo que estbamos en el camino. Pero ahora que me encuentro en
Chile, tan lejos geogrficamente, me parece que fue tan solo un sueo
del que ahora estamos despertando. Seguramente muchos alguna vez
fuimos despojados de nuestros sueos, cuando se nos va un integrante
de la familia, cuando nuestra empresa se presenta en bancarrota o
perdemos nuestra casa. Personalmente, esta experiencia nos est
enseando muchas cosas, solo debemos saber descifrarla. Nosotros,
nos sentimos realmente acompaados en este nuevo comienzo, no solo
por la familia y los amigos, si no principalmente por Dios.
Seguramente muchos creen es su existencia, otros no. Pero ya sea de
una u otra manera, no poda dejar de mencionarlo en mis artculos,
como la fuente de nuestras bendiciones. A veces buscamos grandes
milagros: la sanacin de un enfermo o que las aguas del mar se abran
ante nosotros. Pero ahora estamos aprendiendo que el solo hecho de
tener un nuevo da de vida, el ver que nuevamente sale el sol y todo
sigue su marcha, eso ya es un gran milagro.
Pensemos en esto por un momento: la creacin de los aviones es
algo increble. Esas pesadas mquinas nos transportan de un lado al
otro, casi sin darnos cuenta. Sin pretender minimizar los increbles
milagros de Jesucristo durante su ministerio en la tierra, Hay
acaso mayor milagro que esta creacin? Hay mayor milagro que nuestro
cuerpo funcionando por aos como un prefecto motor, sin que haya que
apagarlo? Las cosas en nuestra vida estn cambiando ltimamente para
mejor. Cada da encontramos nuevos clientes, las cosas para vivir no
nos faltan, familiares, amigos, conocidos y an completos extraos se
han cruzado en nuestra vida para ayudarnos. En ocasiones estn por
aos a nuestro lado, en otras oportunidades nos ha pasado que
alguien nos ha ayudado de una u otra manera en nuestra vida y solo
estuvieron ah por unos das. Ya no buscamos grandiosos milagros como
los que podemos leer en la Biblia. Los pequeos milagros nos ayudan
a entender que no estamos solos, pero el mayor de ellos es cuando
vemos cmo esta fabulosa creacin sigue funcionando a la perfeccin.
En el prximo artculo les contar sobre nuestro futuro viaje. Creo
que nunca hubiese pensado que sera parte de esto, pero de una u
otra manera hemos sido invitados a participar en esta, una escena
ms de la gran pelcula de la vida.
MILAGROS
Otra vez da de lavar. No es nada divertido, sobre todo si no
eres ordenado con la ropa sucia. A ver, Porque si tenemos un lugar
para la ropa sucia siempre est por todas partes? Lo ms cmodo es
tener lavadora y secadora en tu casa, bueno, al menos aqu muchas
personas tienen, no que all en el rancho, a lavar en el tallador y
la batea o el bao de aluminio. Me acuerdo cuando tena como 10 aos,
siempre los domingos era da de lavar, (hasta la fecha mi mam lava
los domingos porque es su da de descanso), y entonces empezaba la
revolucin de ropa. Eran como las 11 de la maana, ya habamos
almorzado taquitos de barbacoa que mi pap guisaba (y le quedaba mmm
buensimos!) y veamos la televisin o perdamos el tiempo de aqu para
all. Mi mami ya haba lavado los platos, guardado si haba quedado
algo de barbacoa y frijoles y gritaba:-Mija! Ve a abrirle a la
llave y pon a llenar la lavadora! Y entonces sabamos que haba
llegado el momento, no ms tele y estar acostado en el silln con las
piernas hacia arriba y la cabeza colgando. Y aunque mi mamacita no
es de esas seoras que se quejan por el quehacer de la casa, no le
gusta que ests ah nomas mirando, Si te ponas listo y eras rpido
antes de que terminara de llenar la lavadora te salas corriendo por
la pelota, la bicicleta o le pedias permiso para ir a hacer la
tarea a casa de tu amiga. Y empezaba mi madre adorada con las
tareas del hogar, si no nos vea estaba bien, pero si nos vea muy
sin qu hacer, empezaba: levanta eso, agarra el
peridico y limpia la mesita de centro (pausa para decirles que
el vidrio queda muy limpio con peridico, digo, para el que no
saba), ndale mijo guarda los trastes, mijita has abierto muchas
veces el refrigerador y ni una pasadita con el trapito le has dado,
total mi mam se las ingeniaba para darnos quehacer. Bueno, total
que el da de quehacer de la jefa de la casa, era da de quehacer
para todos, lo bueno era que ya como a las 3 o 4 de la tarde que
pasaban las nieves, o los raspados o los elotes nos compraba uno a
cada quien y ya ramos los ms felices. Nos sentbamos afuera de la
casa, en la banqueta de enfrente viendo a los vecinos y a los otros
nios mientras nos terminbamos nuestros antojos domingueros. Ya a
las 8 o 9 de la noche, despus de que mi mam haba llenado y vaciado
4 veces o ms la lavadora, haba colgado y quitado ropa del
tendedero, el aire fresco de la noche dejaba entrar el olor a
suavizante de ropa, la casa ola muy rico y el piso de cemento
estaba tan fresco que se te antojaba andar descalzo. Entrabamos
contentos de haber jugado, corrido y comido chucheras. Ahora la
ropa ya estaba seca, suave y con olor a sol fresco. Era el momento
de prepararte para meterte a baar, arreglar tus libros para la
escuela, irte a la cama y dormir. Bueno fingir que estabas cansado
y quedarte dormido era lo mejor en esos casos, porque si no, te
tocaba la hora de: mija! ven a destender y a doblar la ropa. Pero
bueno esa es otra historia, y me retiro porque ahora me toca a m
llenar la lavadora.
A LLENAR LA LAVADORA
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LA TIERRA LLAMA Este fin de semana, me encontr parada bajo el
cielo inmenso de Saskatchewan, Canad, al lado de un campo amarillo
de canola, donde antes estaba la granja donde se crio mi abuela. El
sol brillaba, la pradera estiraba en todas direcciones hacia el
horizonte sin interrupcin por ningn valle o cero. El silencio que
solo se encuentra en el campo me abrazaba, mientras la brisa hizo
que los campos parecan un mar lleno de olas. En ese momento yo casi
pude tocar la niez de mi abuela. Mi abuela naci en 1908 en las
afueras de un pueblito y se crio en una granja; el trabajo duro y
el sol radiante eran el pan de cada da. En 1940 mi abuela dej Canad
atrs para acompaar a su esposo en una nueva vida y solo volvi a su
tierra natal un par de veces en breve visitas. Aos despus, ella se
encontraba viviendo en el estado de Nuevo Mxico; ya era una
anciana. Mi ta le llev a una cita con el doctor y mientras esperaba
en la sala, mi abuela miraba una y otra vez una fotografa en la
pared. Despus de un tiempo, ella declar: Es la pradera. Cuando
preguntaron de que era la foto, mi ta fue sorprendido a descubrir
que fue sacado en la misma zona de donde era mi abuela: en verdad
era su pradera. De alguna forma, los lugares donde pasamos las
experiencias de nuestras vidas llegan a ser
parte de nosotros y parece que an la tierra misma tiene una
conexin con nosotros. Nos llama, aunque estemos separados de ella
por eleccin o necesidad. Y sigue llamando tras las generaciones
hasta que alguien responde a su invitacin insistente y hace la
jornada de volver. En este tipo de jornada siempre se abren las
puertas para entender el presente y prepararse para el futuro.
La verdad es que estamos conectados con el pasado. Cada familia
tiene una historia en la cual cada generacin tiene su parte para
realizar y entre los captulos tejidos, juntos sale un patrn cclico
de comportamientos, actitudes, y situaciones. Cuando aprendemos las
historias de aquellos que vinieron antes de nosotros, nuestra
propia historia empieza tener sentido. Y en qu consiste nuestra
propia historia? Es la coleccin
de nuestras experiencias y decisiones que nos llevan a donde
terminamos y nos hacen a quienes llegamos a ser. Aunque nos influye
lo que otros han hecho, hacemos nuestras propias decisiones de cmo
reaccionar a lo que nos da la vida. Por ejemplo, durante la reunin
de familia que acabo de asistir, escuch una conversacin entre dos
personas en la cual hablaron del hecho que sus padres usaron
palabrotas. Una persona dijo: T dices que usas profanidades
porque tu padre lo hizo. Yo digo que yo NO uso malas palabras
porque mi padre lo hizo. Nuestro pasado no determina quines somos,
pero, s, provee el cimiento para entender por qu somos como somos.
Yo haba recibido noticia de esta reunin de familia con casi un ao
de anticipacin. Sin embargo, nunca pude comprometerme a asistir por
una razn u otro. Una maana, hace dos semanas, me despert con el
mensaje muy fuerte en mi mente: Necesitas
ir. Entonces hice caso a esta llamada de mi tierra ancestral y
fui. Ahora que mi historia incluye la experiencia de volver a donde
naci mi abuela y ver la pradera inmensa bajo el cielo celeste yo
entiendo mejor las palabras del poeta T. S. Eliot:Nunca dejaremos
de explorarY el final de nuestra exploracinSer llegar en donde
empezbamosY conocer el lugar por la primera vez.
Cada familia tiene una historia en la cual cada generacin tiene
su parte para realizar y entre los captulos tejidos, juntos sale un
patrn cclico de comportamientos,
actitudes, y situaciones.
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LA CHAYO Y LOS PIOJOS Ay vos! Ese pleito que tengo Bueno, que
tena con la Chayo mi hermana creo que ya se termin, porque ahora s
me siento vengado. Sobre todo porque ni la abuelita que parece
detective, pudo saber que fui yo quien hizo lo que le pas. Te
recordars que por haberle trenzado los pelos, la abuelita me hizo
barrer la acera de nuestra casa y la de las dos vecinas. Claro que
los dos centavos que me regal doa Ofelia ya me los gast pero, ni el
helado que me compr me hizo olvidar la regaadona (1) que me dio la
abuelita por la cscara de banano que la Chayo tir a la calle.
Luego, cuando cumpla el castigo de acompaarla al mercado y cargar
la canasta, hasta se me olvid lo que pesa por las cosas que ech en
ella, porque pensaba en cmo vengarme claro, sin sufrir las
consecuencias. Cuando pasamos frente a una vendedora, la hijita de
la seora se rascaba la cabeza, y aunque venda barato, la abuelita
no le quiso comprar. -Esa nia est llena de piojos, y no los quiero
llevar a la casa; dijo la abuelita que sin darse cuenta se rasc la
cabeza. Ese mismo da al jntame con mi amigo el Rochoy le vi el pelo
algo raro y los ojos como si hubiera llorado. Cuando le pregunt por
qu, me dijo que su mam le haba echado Gamezn (2) para matarle los
piojos y como se lo ech todo, ya no alcanz para sus hermanas que
tienen el pelo largo. Por eso tena el pelo as y como sinti ahogarse
con ese polvo, tena los ojos llorosos. -Vos! le dije para que tus
pobrecitas hermanas no sufran, si quers se los quitamos con un
peine fino. -No, respondi; -porque siempre quedan, y mi mam dice
que el tal Gamezn s los mata de verdad. Y adems, no tengo un peine
de esos, termin de decir. -Ah pero ya no les van a echar tanto! le
respond. -Y mir, si quers vamos a comprar un peine fino y las
peinamos. Sent que me quitaban un pedazo de vida, cuando gast la
nica moneda de 5 centavos que tena, pero era necesario para comprar
el tal peine. Convencer a la hermanita
del Rochoy de pasarle el peine fino en los cabellos enredados no
fue difcil, porque, ante la promesa de que le echaran poco gamezn
se qued quietecita, mientras la peinaba. Le hubieras visto la cara
al Rochoy, cuando me vio sacar el frasquito en donde ech los piojos
que haba tenido el cuidado de que cayeran en las hojas de papel
blanco que llev, pero le dije que una seora los necesitaba para un
remedio. Cuando regres a la casa, guard el frasquito con piojos en
un rincn debajo de mi cama, esperando que no murieran de hambre
hasta esa noche cuando tendran bastante que comer. Esa noche no s
si era mi impaciencia pero sent que la Chayo no se iba a dormir
porque, despus que lo hiciera,
tendra que esperar a que se durmiera, pues el dormido podra ser
yo. Cuando ya no se oa ningn ruido, me levant sin encender la luz,
gateando me met debajo de la cama y a tientas, encontr el frasco
con mi tesoro y descalzo, para no hacer ruido, sigiloso llegu al
cuarto de la Chayo y hasta all encend una candela para poder ver.
Como ella para dormir extiende su pelo hacia atrs, no se me
dificult colocar muy cerca de su cabeza el frasco al que le di
golpecitos para que salieran los piojos. Hubiera querido acercar la
candela para ver si empezaban a comer pero, pensando que se lo
podra quemar, o que le cayera una gota de cera, prefer regresara mi
cuarto. Al da siguiente, me cost levantarme, pues hasta que la
abuelita me amenaz con echarme una guacalada de agua, lo hice,
porque tena que ir a la
escuela. Yo creo que esos piojos estaban a dieta para no
engordar vos, porque imagin que al regresar, la Chayo estara
rascndose con las dos manos el pelo pero nanay! (3). Lo bueno fue
que ese da no se lav el pelo, porque disimuladamente me acerqu a
ella para asegurarme que no le oa a jabn de coche (4). Pods
creerlo? Los tales piojos hasta se me olvidaron, porque no la vi en
ningn momento rascarse la cabeza como a la nia del mercado, y pens
que tal como lo pens, los piojos se haban muerto de hambre, o que
la Chayo tena la cabeza envenenada, y los pobres ya eran difuntos
porque ni a palos se la rascaba! Ay vos, hubieras visto! Una tarde,
como a la una cuando regres de la escuela, no haba cerrado la
puerta cuando o los gritos de la abuelita, y el llanto de la Chayo.
-Cochina, quin sabe con qu gente te ests juntando, patoja sucia!
gritaba la abuela, que quin sabe en dnde encontr el peine fino que
sin duda olvid tirar. La Chayo, como si no quisiera orla tena las
manos tapndose la cabeza, pero yo creo que lo haca para no sentir
el dolor, porque la abuelita no pareca peinarla, sino que se estaba
vengando de algo. Lo que pas despus fue horrible, horrible! Tanto
que me arrepent de haberlo hecho, porque pobre la Chayito, vos.
Pero, como ya se me cans la mano, te lo cuento en otra carta. Dice
mi mam que no te olvids de mandarle el Money Order. Hay te acords
de mandarme mis lenes porque con eso del peine fino que compr, me
gast los que tena. En la casa todos te mandan saludes, vos.
El Carlos
(1)En nuestro lenguaje coloquial, los chapines no aplicamos
adecuadamente los superlativos. Lo correcto es:
regaadota.(2)Insecticida en polvo de color blanco, que provoca
sensacin de asfixia al ser inhalado. (3)En lenguaje coloquial
chapn: Nada.(4)Jabn artesanal de color negro, en cuya confeccin se
utiliza grasa de marrano. De ah su nombre.
Le hubieras visto la cara al
Rochoy, cuando me vio sacar
el frasquito en donde ech los
piojos...
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DIARIO DE UN INMIGRANTE
LOS TOMATES MAS CAROSPor: David Surez Moreno Uno, dos, tres,
cuatro diez tomates! Una sonrisa espontnea se dibuja en mi rostro.
Nunca me imagin que algo tan sencillo pudiera ocasionar tanta
alegra. Nuevamente paso revista a las tres plantas de tomate, para
asegurarme que los tomates crezcan sin ningn tropiezo. Uno de los
tos de mi esposa me dijo alguna vez, que la forma ms barata y cmoda
de obtener tomates era ir a Walmart, tomar de los estantes los que
necesitara y pagara por ellos. No dudo que tenga razn. Esa sin duda
es la forma ms cmoda y sencilla de hacerlo. Pero, nuestro to pas
por alto lo que yo llamo: el valor agregado. Hace varias semanas,
mi esposa y yo fuimos a una de las super tiendas de Burlington.
Recorrimos juntos los estantes llenos de plantas de todo tipo.
Luego de una revisin minuciosa escogimos tres piecitos de tomate,
uno de pimiento, sanda y meln. Esa maana fue muy divertida, porque
luego llegamos a la casa, preparamos el terreno y sembramos las
plantas. Pasamos muchas horas juntos, conversamos acerca de las
plantas, nos ensuciamos las manos e hicimos ms cercana y fuerte
nuestra relacin. Con el paso de los das, las plantas recin
sembradas y su favorable evolucin fueron nuestro tema favorito de
conversacin. Como si se tratara de nuestros hijos ms pequeos, les
prodigamos cuidados, abundante agua y mucho amor. El pequeo huerto
se convirti en una econmica terapia anti estrs. Luego de salir del
trabajo cada uno, por separado o como pareja, acudamos a nuestro
patio trasero para observar el progreso de cada planta. Nos dimos
cuenta que el desarrollo de cada una difera del de las otras de
forma notable. La primera de todas era la ms grande y saludable; la
del medio creca ms lento; la tercera estaba un poco ms pequea que
la segunda y presentaba, en la parte baja del tronco, unos pequeos
tumores vegetales, que nos indicaban que la planta no estaba
totalmente sana. A todas las cuidamos con el mismo esmero y
dedicacin hasta que el da menos pensado Zas! Aparecieron de la
nada. Dos hermosos tomates en nuestra campeona: la planta nmero
uno del huerto. Mi esposa y yo salimos muchas veces al patio
para observarlos crecer vigorosos, uno al lado del otro y asidos
firmemente a la rama. Cul no sera nuestra sorpresa al contemplar a
la maana siguiente la aparicin de dos nuevos retoos en la misma
planta; y luego dos ms. Estbamos tan concentrados en observar el
progreso de nuestra planta campeona, que no nos dimos cuenta que la
segunda tambin comenz a producir sus propios frutos. Uno, dos,
tres, cuatro diez tomates! No lo podamos creer. Ambos estbamos
felices. Quiz nuestra felicidad se deba, en parte, a que mi esposa
y yo somos demasiado urbanos y la experiencia nos resulta nueva y
gratificante. Cuando yo viva en el Ecuador, por ejemplo, solo
disfrut del cuidado del jardn de mi madre, cuando an era
un nio. En mi etapa de adolescente y mi adultez, siempre viv en
casas en cementadas hasta el ltimo centmetro disponible. Incluso en
alguna ocasin me aventur a tratar de sembrar plantas de huerto en
las delgadas cejas reservadas para las flores o en cajones de
madera, llenos con tierra de sembrado pero no es lo mismo. Los
tomates continuarn creciendo y estamos seguros
que aparecern muchos ms en los prximos das. Si, cuando llegue el
da de la cosecha, hacemos un clculo matemtico fro del tiempo y el
dinero invertidos en nuestro pequeo huerto, quiz lleguemos a la
conclusin que nuestro to tena razn. Los tomates salen ms baratos
comprndolos en Walmart. Pero, si dentro de ese clculo le asignamos
un valor nominal a la alegra de trabajar junto a mi esposa por
varias horas, a las conversaciones juntos; y al gozo de ver crecer
un fruto plantado con nuestras propias manos, estoy seguro que todo
ese valor agregado nos convencer no solo de que vali la pena el
esfuerzo, sino que debemos repetirlo el prximo ao y el ao que le
sigue. La felicidad se encuentra en las cosas sencillas de la vida.
No se usted amigo lector, pero hoy , yo he encontrado la ma en
compartir con mi esposa la experiencia de ver crecer nuestros
tomates.
Uno de los tos de mi esposa me dijo alguna vez, que la forma ms
barata y cmoda de obtener
tomates era ir a Walmart, tomar de
los estantes los que necesitara y pagara
por ellos...
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El Heraldo Hispano Pgina 21 18 de Julio de 2012
Mientras los polticos an discuten la ejecucin de la reforma de
la salud, existimos familias que nos hemos endeudado por no tener
seguro de asistencia mdica. Precisamente hace unos das recib la
factura de un pago por consulta de emergencia. Mi mami estuvo de
vacaciones, se enferm y la pobre termin en la sala de emergencias.
El susto cre haberlo tenido cuando la va con oxgeno y todo eso,
pero a decir verdad el susto ms grande fue haber recibido esa
cuenta que debe ser pagada dentro de pocos das. Que diferente
hubiera sido si yo hubiera tenido un seguro de salud para ella.
Investigu con mi aseguradora y solo cubra a mi familia primaria. De
haber querido o podido asegurar a mi mami, durante su estada, aqu
me hubiera salido ms caro que la cuenta del hospital. De acuerdo a
como yo entiendo la reforma de la salud propuesta por el actual
presidente, nosotros tendremos ms y mejores oportunidades para
escoger a las aseguradoras que nos convengan. Podremos tambin
asegurar a todos los miembros de nuestras familias. Las pequeas
empresas podrn brindarles a sus empleados seguros de salud que se
ajusten a sus posibilidades econmicas. Al final de cuentas, habr
menos privatizacin de la salud, ms injerencia del gobierno en la
bsqueda de
diferentes aseguradoras y ms garantas de que todos estaremos
cubiertos por un seguro mdico. Yo prefiero esto a no tener nada.
Claro est que la salud no ser gratis, ni es gratis en ninguna parte
del mundo (aunque digan lo contrario). La fuerte discusin del
momento es la penalizacin de quienes no se aseguren para el 2014.
Al parecer, tendrn que pagar una pena/multa en diferentes pagos
hasta el 2016. Qu familia pobre va a preferir pagar una multa a
tener seguro de salud? Me resulta difcil creerlo sobre todo con las
llamadas que recibo de personas buscando asistencia mdica gratuita
o a bajo costo. Si a los ricos no les importa estar asegurados,
porque de igual forma les da pagar $50,000 de una sola vez o en un
ao, est bien que paguen la multa. El problema que yo veo en esto es
la percepcin que tenemos de la salud. Para muchos estar saludables
es prevenir o controlar las enfermedades, pero la reforma de la
salud tiene otro significado, promover la salud en toda su
magnitud. Aun cuando los candidatos presidenciales estn tirndose la
pelota con la reforma de la salud, prefiero escuchar el tema y
saber que algo bueno obtendremos a nuestro favor cuando nosotros
mismos votemos por el candidato que nos garantice una vida ms digna
y saludable.
ELLOS JUEGAN; NOSOTROS PAGAMOS
Doctor CoraznEstimado Doctor Corazon: Tengo 10 aos de casado y
durante ese tiempo mi esposo nunca me ha sido fiel. A los dos meses
de casados, le encontr una foto de una mujer en su billetera. En
ese momento sent rabia y quise dejarlo, pero me detuve porque ya
estaba embarazada con mi primer beb. Con esa primer amante, mi
esposo vivi un ao y durante ese tiempo, engaador y engaada, vivimos
como gatos en brama correteando por el tejado de las casas. Ahora,
tena una hija en mis brazos y ser madre me daba fuerzas, para
luchar por nuestro matrimonio. Cuando estaba esperando a mi segunda
hija, nuestra relacin, en vez de mejorar, empeor. Esta vez, no tena
una, sino dos amantes. Al verse descubierto abandon la casa, pero
un mes despus regres y yo lo volv a recibir. Lo hago por mis hijas,
me repeta. Esos primeros cinco aos de matrimonios fueron un
infierno. Me senta feliz viviendo con o sin mi marido. Al fin, me
di por vencida, o mejor dicho decid vivir el resto de mi vida
contenta con mi situacin. Yo necesito un marido, pero mis hijas
necesitan ms a un pap. Esa razn doy a quienes me aconsejan
divorciarme. Al final, eso de maridos infieles no es un asunto
nuevo en mi familia. Mi mam, terminaba de amigas con las amantes de
mi pap, y mi abuela comparta a mi abuelo, con dos o tres de sus
comadres. En mi pueblo, hay como doscientas personas con el
apellido Martnez. Aunque algunos lo nieguen, todos estamos
emparentados. Mi abuelo le deca to y ta a un montn de gente. Los de
este y de aquel barrio eran sus parientes. De seguro, mis
bisabuelos tambin cometan travesuras semejantes. Yo tengo tres
hijas, y ellas deben
aprender a ser sufridas, a aguantar a sus maridos, como yo lo
hago. Uno, de mujer, quizs ya naci para vivir bajo ese yugo. No
quiero vivir como mi ta Blanca: sola y amargada. Hace cinco aos
encontr a su marido en el hecho, en su propia casa. Desde ese da,
aborreci a su marido y, hasta el da de hoy no lo perdona. El marido
sigue igual de sinvergenza y ella, amargada hasta la hiel. Me
gustara escuchar cul es su consejo sobre esta asunto. Sufrida.
Querida Sufrida: Hasta ahora, nadie ha nacido para ser infeliz.
Tampoco, para ser abusado, menospreciado o esclavizado. Un error es
un error aun cuando lo cometa la persona ms buena de la tierra. Un
abuso es un abuso, aun cuando sea tolerado, aceptado y celebrado
por medio mundo. El respeto es respeto aun cuando toda una
generacin piense lo contrario. Lo ms triste para un esclavo sera
acostumbrarse a ser un esclavo. Y, sera an ms triste, cuando
pudiendo ser libre, le tuviera miedo a la libertad. Vivir esclavo
de alguien o de algo, es una manera equivocada de vivir. Aun cuando
un esclavo tuviera su nombre, su pan y su techo seguro, sera mejor,
para ese esclavo ser el dueo de su propio destino, el responsable
de sus propios golpes, el responsable de su propia felicidad. Por
ahora, t eres una esclava, no una esposa y tus hijas podran seguir
por el mismo camino. Por lo tanto, tu miedo mayor debera ser morir
esclava de tu situacin actual. Ahora si t lo deseas, puedes
permanecer siendo una mueca de trapo en los brazos de tu marido o
recuperar tu dignidad y labrar tu propio destino. Eso nadie lo
puede decidir por ti. Tu Doctor Corazn.
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Pgina 22 18 de Julio de 2012 EL Heraldo Hispano
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El Heraldo Hispano Pgina 23 18 de Julio de 2012
na tarde mientras cumpla con mi oficio de leador me top con tres
iguanas
rechonchas. Las tres dorman sobre un colchn de arena hmeda a
orillas del ro Motagua. Mi encuentro con esos reptiles dio inicio a
una extraa, pero sincera amistad. Para mi dicha, continan viviendo
robustas y lozanas deslizndose en el ondulado arenal de mis ms
ricas y queridas memorias. All, amparadas por mi fantasa y
resguardadas bajo las sombras mgicas del denso bosque de mi
imaginacin discurren contentas y satisfechas. Adornadas con sus
verdes copetes, mostrando orgullosas sus panzas colmadas de huevos
y moviendo sus colas largas y grises en seal de triunfo, levantan
las cortinas de mis recuerdos, y con una mirada burlona me
dicen:-Ah, Jos Gabriel, t sigues siendo el mismo despistado de
siempre y vives tu vida en una dimensin, con otra luna y con otro
sol. Insistiendo siempre en tocar tu realidad, no con tus manos,
sino con tu corazn. Repito, esa tarde, yo no paseaba por la orilla
del ro, ni haba llegado hasta la rivera para disfrutar de la
frescura brindada por los sauces humildes, o del hondo y fresco
caudal. Andaba por all para cumplir con mi tarea de leador, una
tarea muy pesada para un chavalito flaco, con una inclinacin
enfermiza de quedarse viendo de fijo hacia cielo y su inmensidad.
La hora se antojaba normal, ordinaria, plida de entusiasmo y de
curiosidad; y, hubiera terminado del mismo color, de no haber sido
porque me tropec contra un viejo troncn ensartado en la arena.
Primero trastrabill, luego di con la cara en el suelo arenoso. Al
caer, haba quedado frente a frente con esas criaturas de pestaas
verdes y mirada gris. All, estaba mi cuerpo tirado en el
suelo, con la boca escupiendo arena, pagando caro el precio de
mi descuido, o de mi actitud ausente de lnguido soador. Para llegar
hasta la rivera del ro poblada de rboles de sauce y de iguanas
gordas y tristes, mis pies me haban llevado por un sendero hmedo
infestado de culebras, araas y otras criaturas salvajes acechando
para picar y morder. Al dejar atrs los campos bananeros haba
seguido por un trecho de selva poblada de monos aulladores y pjaros
de increble canto y color. Justo, despus de pasar por ese peligroso
laberinto verde oscuro, haba divisado el ro caudaloso y una
interminable hilera de sauces de sedosa cabellera, mostrando su
semblante de refinada bondad. Ahora, he de agregar, haban otros
campos ms amigables a donde ir para cumplir, sin tanto calvario ni
zozobra innecesaria, con mi tarea de leador; pero no, mi abuela
Valentina insista siempre en mandarme por los caminos donde yo
encontrara ms peligro, realizara ms esfuerzo, y probara mi poca o
mucha determinacin. Nunca se me hizo fcil y nunca dej de temblar de
la cabeza a los pies al cruzar por aquellos cerrados y altsimos
montes. En oposicin a toda esa agresividad, las iguanas de mis
recuerdos no se lanzaron a atacarme, sino permanecieron impvidas
como si yo haba cado del cielo, con paz en mis alas, y anglica
voluntad en mis entraas. Al impacto de mi cada pudieron haber
salido en desparpajo a buscar refugio, pero en vez de huir,
continuaron all vindome de fijo a los ojos, como ofrecindome su paz
y su compasin. Agarrado del hilo de mi vergenza me levant y contine
mi trabajo de leador. Con machete en mano contine cortando las
ramas secas de los rboles de sauce y, de cuando en cuando,
volvindome para ver a mis amigas, las iguanas de elegante copetes y
de colas verde azul. Al verlas echadas
sobre el colchn suave de arena hmeda y mostrando una actitud tan
solemne yo me preguntaba cmo poda alguien sentir deseos de hacerles
dao, de enjaularlas o de matarlas con la fuerza de un machete o un
pual. Al menos en mi corazn no haba cupo para hacerles semejante
mal. Ojal mi abuela Valentina hubiera pensado de la misma manera.
Ojal yo nunca le hubiera contado de mi encuentro con tres iguanas
rechonchas, de solemne actitud. Aqu esta la lea abuela Valentina,
anunci. Al escucharme, sonri. De haberme preguntado si todo me haba
salido bien, yo le hubiera dicho. Abuelita es muy pesado cargar un
manojo de lea sobre este mi pobre hombro huesudo. Es como cargar
una cruz de metal. Mire, como tengo mi hombro derecho, lo tengo muy
lacerado. La pesada carga me hizo llorar y as llorando he venido
por todo el camino. Esta tarea agobia y solo de pensar de hacerla
todos los das me agobia hasta morir. Yo solo quisiera pasarme la
vida leyendo y escribiendo y viendo hacia el cielo. El silbo de las
culebras me retuercen los nervios. Un da de estos me va a comer un
tigre o me va a sacar los ojos un mono. Por favor, no me mande ms
por esos lugares donde me aprieta el miedo hasta morir. En vez de
compartir mis quejas, decid conversar con alguien mis fantasas.
Para eso, me acerqu a la seora de mirar intenso y le
susurr.-Abuela, mientras cortaba lea all por el ro, me ca y por
poco caigo sobre unas iguanas panzonas, de elegante y altivo
copete. Le digo algo ms, no me asust para nada al tenerlas tan
cerca de m. Ellas tampoco salieron huyendo al montarral. La
respuesta a mi comentario, fue un grito:-No he conocido este mundo
a alguien tan tonto, ni tan sencillo como Jos Gabriel! Ahora mismo,
te me regresas y me traes a una de esas iguanas para cocinarlas
para la cena. Corre, porque te puede entrar la noche
y en lo oscuro no vas a poder salir de en medio de todos esos
montes y soledades de Satans.-S abuela-, dije con mis labios, pero
en mi interior me sent desfallecer. Senta como si las palabras de
ese mandato me hubieran arrastrado hasta los ms alto de una cima y
de all me hubiera empujado hacia el fondo de un precipicio oscuro y
sin fin. Desobedecer a tal terrible mandato no era una opcin.
Contra mi miedo, contra mi vida misma, dije:-S abuelita. Voy a ir
corriendo para regresar antes de la puesta del sol. Al alejarme la
escuch decir:-Voy a empezar a moler la pepita de ayote, poner al
fuego tomates, ajo, cebollas y chiles secos. Voy a mantener
encendido el carbn para asar los huevos sobre el rescoldo y tambin
para despellejar al animal El resto de las palabras ya no las pude
escuchar, pero me las iba imaginando. Hijo, las iguanas enhuevadas
se cocinan de esta y de aquella manera No lo niego, cuando ya
ninguna persona me pudo ver, empec a llorar y llorando llegu hasta
las playas del ro. Haba corrido y llegado a mi destino en media
hora. El sol se estaba empezando a ocultar. Debo aclarar. No
lloraba por m. Lloraba por las copetonas de mirada gris. A una de
ellas le esperaba la muerte y yo mismo comera una cena de iguana en
pinol. No obstante sentir tanto dolor, iba dispuesto a regresarme
cargando una iguana sobre mi espalda. Para evitar ser atacado por
el reptil cautivo le atara con un cordel las fauces y garras de
filo fatal. Ahora, haba arribado a la rivera del ro. El caudal
regalaba a manos llenas su rumor, los sauces se dejaban mecer por
una brisa fresca, el cielo haba empezado a pintarse de anaranjado,
los grillos haban despertado y ahora silbaban su felicidad. En
medio del espectacular paisaje, me sent pequeo, con una
terrible
misin por cumplir. Mi frente lloraba miles de gotas de sudor. El
pecho lo senta apretado y el corazn a punto de salrseme por la
boca. Decid tomar un minuto para respirar, mojar mis pies en el
agua fresca del ro y luego proceder a obedecer el mandato de mi
abuela Valentina. Mi esperanza era encontrar a las tres iguanas en
el mismo lugar y durmiendo. De esa manera me sera ms fcil proceder
con mi trabajo. Actuaria rpido para no darles lugar a escapar. Por
ahora ese era mi plan. Al acercarme al lugar donde, segn yo, me
estaran esperando las iguanas, mi corazn empez a protestar. Ests
seguro de poder hacer esto?, era su constante pregunta. S!, le
respondo. De otra manera mi abuela Valentina me va a despellejar a
m y cocinarme mis pobres huesos en un perol. Con la misma, mi alma
peg un grito. No, no voy a poder tratar mal a ninguna iguana ni a
otra criatura terrenal! No puedo, no puedo! Me lamentaba, entre uno
y otro llanto. All iba yo, al lugar donde hace un par de horas me
haba encontrado con tres iguanas de alto copete y cola verde azul.
Ya no estaban all. Busqu por todos los alrededores y nada. Recorr
con mi mirada ramas y troncos y nada. Contine buscndolas por arriba
por abajo, por todos lados y sintindome exhausto de tanto buscar
baj los hombros y me di por vencido. Al verme llegar sin iguana, mi
abuela Valentina me lanz una mirada de furia sin fin. En seguida,
me tom de una mano y, con la otra, me asest como cuarenta
latigazos. El resto del da lo pas adolorido del cuerpo y del alma.
En este momento, tengo visita. Las tres iguanas de esta historia
estn aqu para saludarme, han levantado la cortina de mis recuerdos
y por esta razn debo cesar de escribir.
SECCION NOSTALGIA
UHABA UNA VEZ TRES IGUANAS DE MIRADA SOLEMNE
por: Oscar Argueta
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Pgina 24 18 de Julio de 2012 EL Heraldo Hispano
1-877-212-3474 IOWA Y QUAD CITIES(515) 440-2881 DES MOINES
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