La casa británica de los frailes franciscanos 4 LA CONTRA / El Convento abrirá sus puertas este sábado POR MARÍA JESÚS CORRALES/F OTOS: MARCOS MORENO/THE CONVENT 3 e-mail: [email protected]/ [email protected] REDACCIÓN Y PUBLICIDAD: C/. SEVILLLA, 43 ENTREPLANTA C (A LGECIRAS) Y PLAZA DE LA IGLESIA, EDIF INMACULADA, 4 (LA LÍNEA) TELÉFONOS: ALGECIRAS 856.221.416 - 856.220.844 FAX: 856.221.355 - LA LÍNEA: 856.126.991 - 856.125.800 FAX: 856.126.987 E ste sábado, día 27, El Convento abrirá sus puertas al público. Ubicado en la plaza que lleva el mismo nombre y frente a la sede del Gobierno del Peñón, El Conven- to ofrece cada año a los gibraltareños la oportunidad de conocer y disfrutar de sus instalaciones, desde la entrada al salón de baile, el claustro y también sus espectaculares jardines interiores. La jornada comenzará con una ac- tuación del coro de Christian Santos en el salón de baile, continuará con otra de los estudiantes de Susan Avellano y también se podrá disfrutar de una exhi- bición de la Sección Canina de la Policía de Defensa (GDP), así como de la tradi- cional exposición artística de la Socie- dad de Bellas Artes, que en esta ocasión expondrá en el claustro superior. En los jardines exteriores de El Convento po- drá verse la colección de bonsáis de Ra- ymond Moonilall, que se instalará ese día para el disfrute del público. Comi- da, té, café, pasteles y actividades de- portivas completarán una jornada que cada año interesa a numerosos vecinos. La oportunidad de visitar El Con- vento obedece a la responsabilidad del Gobierno británico no solo de vivir y custodiar esta joya del patrimonio his- tórico gibraltareño, sino además de fo- mentar la difusión de este patrimonio entre los ciudadanos del Peñón. La historia de El Convento se remon- ta a 1480, cuando frailes franciscanos se instalaron en cabañas y estructuras similares en los actuales jardines del recinto. Unos años antes, en 1462, la en- trada del ejército cristiano en el Peñón había acabado con siete siglos y medio de dominación árabe. Hacia 1528 los monjes lograron hacer una construcción más estable, que probablemente incluía la mayor parte del espacio cuadrado que actualmente ocupa el claustro. La primera estructura permanente construida por los franciscanos a prin- cipios del siglo XVI fue probablemente la actual zona en la que se encuentra la oficina del gobernador. En 1531, una ge- nerosa donación de tierra, fondos y pie- dra cortada permitió a los frailes cons- truir una capilla mucho más grande de la que habrían esperado. El benefactor además proporcionó sumas muy úti- les para la estructura permanente, in- cluyendo un atractivo claustro. Sin em- bargo, el ataque de los piratas en 1540, comunes en el Mediterráneo en aquella época, provocó que, tras el asalto, los frailes tuvieran que llevar a cabo una importante reparación del recinto. Los acontecimientos históricos de 1704 cambiaron el futuro de El Conven- to. Gibraltar había sufrido el asalto y captura de los ejércitos angloalemanes y el posterior contraataque de las fuer- zas leales a Felipe de Anjou, Felipe V, ese mismo año. Los frailes franciscanos permanecieron en El Convento en pri- mera instancia, probablemente pensan- do que las cosas volverían a la norma- lidad relativamente pronto. Pero hacia 1711 parecía claro que Gibraltar se iba a convertir en una posesión británica de manera permanente, situación que con- firmó el Tratado de Utrecht en 1713. Así, en 1711 el entonces gobernador decidió requisar El Convento como su palacio y cuartel general. Entre 1714 y 1727, du- rante el reinado del Rey Jorge I, la ca- pilla adjunta al edificio fue denominada Capilla del Rey, lugar que acaba de reci- bir una condecoración del Imperio. El Gran Asedio, entre 1779 y 1783, provocó grandes daños en el edificio, que tardaron en ser reparados más de 18 años. Cuando el Duque de Kent fue gobernador en 1802, se había prepara- do una sala de banquetes usando parte de la capilla. La mitad occidental de la nave de la capilla se había traspasado, reduciendo así el presupuesto para re- sarcir los daños de la atractiva capilla. Las historias que alberga El Conven- to son curiosas. Entre ellas, el propio nombre, que se ha usado durante siglos a pesar de que en el edificio nunca ha- bitaron monjas, solo frailes, por lo que debería haber sido llamado El Monas- terio. La traducción literal del español, que puede denominar convento a una congregación tanto de monjas como de frailes, ha hecho que este nombre per- sista durante siglos. En 1908, a raíz de un incidente diplomático por una con- fusión con el nombre, el Gobierno bri- tánico envió una carta a Gibraltar para que el edificio fuera denominado Casa del Gobierno. Pero el nombre duró has- ta la visita del rey Jorge VI en 1943 con motivo de la II Guerra Mundial. A su vuelta a las islas británicas, el rey ex- presó su deseo de que el edificio recupe- rase su nombre histórico, El Convento. Las obras acometidas en 1863-64 por el teniente general Sir William Co- drington cambiaron totalmente el ca- rácter del antiguo edificio, pero algu- nas de las estancias más atractivas han sobrevivido hasta hoy. La fachada de ladrillo que da a la calle Real se cons- truyó sobre esa época, así como la lar- ga escalera de madera de la entrada. En 1879 se añadió un nuevo ala hacia el oeste. El periodo entre 1850 y 1880 po- dría denominarse como los años dora- dos de El Convento como palacio del go- bernador. En este periodo las reformas se realizaron tras una planificación. En abril de 1951, el estallido del bar- co de munición SS Bedenham mientras descargaba su mercancía en el puerto, apenas a 300 metros de El Conveto, cau- só un importante daño al edificio y la capilla, además de a todo Gibraltar. La onda expansiva llegó a Algeciras. Se hi- cieron importantes obras de reparación, especialmente cuando se esperaba que la reina Isabel II visitara Gibraltar. Pero las arcas estaban muy restringidas por las importantes reparaciones necesa- rias por todo Gibraltar tras la explosión del Bedenham y algunas de las repara- ciones en El Convento no se hicieron. Como ocurre con muchos edificios antiguos, El Convento alberga la leyen- da de que una monja española que fue llevada al edificio para ser ejecutada de una forma bastante extraña en el siglo XVI, convirtiéndose así en el fantasma residente en El Convento. Por otro lado, entre los residentes ilustres que se han alojado en este palacio estuvo, por ejem- plo, el presidente de los Estados Unidos Eisenhower, que se quedó durante va- rios días en noviembre de 1942. Planeó los movimientos finales de la Operación Torch desde dentro del Peñón, opera- ción que contribuyó a cambiar el rumbo de la II Guerra Mundial. Arriba, fotografía reciente de la fachada de la s ede del Gobierno bri tánico en Gibraltar , ‘The Convent’ .