13803606

EspiralISSN: [email protected] de GuadalajaraMxico

Prez, Ana Lid del ngel; Mendoza Briseo, Martn A.; Rebolledo Martnez, AndrsPoblacin y ambiente en Coatepec: valor social de la cubierta vegetal

Espiral, vol. XII, nm. 36, mayo-agosto, 2006, pp. 163-193Universidad de Guadalajara

Guadalajara, Mxico

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Poblacin y ambiente en

Coatepec:valor social de la cubierta vegetal

Se realiz trabajo de campo para conocer el nivel de bienestar que la cubierta vegetal

proporciona a la poblacin en la regin de Coatepec, Veracruz, Mxico. Se aplic

una combinacin de tcnicas de valora-cin contingente y antropolgicas, para

obtener el valor e importancia que para los entrevistados tiene la cubierta vegetal, as como la importancia y disposicin a pagar (DAP) por calidad ambiental. Los resulta-dos muestran que la poblacin considera

que los niveles de bienestar ambiental actuales son buenos y su DAP por la calidad ambiental es positiva en 51% de la muestra. Dentro del grupo con disposicin positiva a pagar, la mayor proporcin correspondi a los varones con altos niveles de educacin

formal e ingresos.

Palabras clave: Disposicin a pagar, bien-estar, sostenibilidad, valoracin contingen-

te, bienes sin mercado.

Introduccin

Uno de los temas de ac-tualidad es la calidad de vida de la poblacin actual y futura a nivel global ante la creciente de problemas ambientales que han pasa-do, de ser locales, a ocupar

una esfera de importancia mayor (Capalbo y Antle, 1989: 458). La na-turaleza, como sustento de activi-dades agropecuarias y econmicas, genera benefi cios y rentabilidades privadas a dueos de predios y medios de produccin; sin embar-go, de la misma manera tambin proporciona una serie de servicios ambientales que cumplen un papel importante para la sociedad y la economa de un pas o de una re-gin en particular, por lo que son de inters pblico. Por lo anterior, el uso de los recursos naturales im-pacta fuertemente a la poblacin, lo cual puede observarse en diversas formas de contaminacin, erosin del suelo y plagas. Los precios de productos slo refl ejan costos econmicos de produccin, mas no incluyen los costos ambientales, es decir, costos sociales que debiesen

Ana Lid del ngel PrezX

Martn A. Mendoza BriseoXX

Andrs Rebolledo MartnezX

Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad Vol. XII No. 36 T Mayo / Agosto de 2006 163

X Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrcolas y Pe-cuarias (Inifap), Veracruz. Mxico.

[email protected]. X X Profesor del Colegio de Posgraduados, campus Veracruz. Mxico.

X X X

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Ana Lid del ngel, Martn A. Mendoza y Andrs Rebolledo

ser cargados al consumidor a fi n de obtener mecanismos de mercado socialmente efi cientes (Whittington, 1996).

La calidad de los servicios ambientales es importante debido a que son indispensables para la proteccin de la economa y la vida social (Zhongmin et al., 2003: 351; Field, 1997: 45 y 67; Kondratyev et al., 1997). La modifi cacin de la calidad de los servicios ambientales no slo es consecuencia de actividades econmicas o antropognicas, sino tambin de alteraciones naturales, y representan el legado para las generaciones futuras (McConnell, 1985: 12). Por lo anterior, los problemas ambientales son de inters general.

La investigacin de Constanza et al. (1997) ha sido la ms connotada de una larga serie de estudios que han puesto una etiqueta de precio al ambiente que disfruta la raza humana; sin embargo, a pesar de que los servicios ambientales son bienes de carcter pblico, consumidos por todos, no existe un mercado relevante donde estos valores puedan ser expre-sados (Driver y Peterson, 1990: 12; Zhongmin et al., 2003), y la ausencia de su valoracin ha llevado a una situacin de asignacin irracional de los costos y benefi cios de su uso.

Normalmente, estudios de este tipo slo suelen ser de inters para investigadores de ciencias biolgicas y econ-micas, pero es claro que siendo un asunto cuya esencia es el comportamiento humano, las ciencias sociales y las humani-dades deben voltear su inters no solamente a la discusin acadmica de estos tpicos, sino tambin a la generacin de propuestas para la solucin de tales problemas. Por ello, el presente trabajo busca capturar las preferencias sociales de la poblacin rural y urbana de la regin respecto a los niveles de bienestar generados por el entorno natural.

Metodologa

Se realiz trabajo de campo antropolgico en el munici-pio de Coatepec, Veracruz, durante los aos 2003 y 2004,

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Poblacin y ambiente en Coatepec: valor social de la cubierta vegetal

combinando herramientas de la etnografa (Nanda, 1999), economa ambiental (Saz et al., 1998: 23; Turpie, 2003: 220), y sociologa, tales como las entrevistas, la observacin directa, cdulas de encuesta, valoracin contingente y uso de informacin secundaria. La combinacin de diferentes mtodos tuvo como objetivo capturar la complejidad de los valores y el paisaje cultural regional (Clark et al., 2002: 55; Pouta et al., 2002).

El estudio se enfoc en determinar el inters pblico, la experiencia y el conocimiento sobre la importancia y valor del ambiente y servicios ambientales, tratando con ello de capturar las preferencias sociales y el nivel de bienestar demandado en funcin de la cubierta del suelo actual en escenarios locales distintos. En este sentido, fue importante relacionar la actual cubierta del suelo, y en especial el dosel vegetal, con lo que sera una condicin deseada del entorno, que en este caso, por simplicidad, se eligi fuese la condicin natural. Por cubierta del suelo se entiende, principalmente, el conjunto de plantas que ocupan un sitio, y que para fi nes de su estudio se agrupan en categoras de acuerdo con el tipo de asociacin fl orstica al que correspondan. Estas co-berturas suelen ser asociaciones naturales, pero tambin se incluyen aquellas producto del cultivo de la tierra (parcelas agropecuarias), y las cubiertas desarrolladas como producto de la actividad humana (como las zonas urbanas).

Se aplicaron cdulas de entrevista directa a 171 personas mayores de diecisis aos, en un muestreo al azar estra-tifi cado, buscando una estructura proporcional similar a las estadsticas del INEGI (2005), en relacin con el gnero, edad, educacin, lugar de residencia e ingresos (cuadro 1) (Turpie, 2003: 211; Mitchell y Carson, 1989). Las estima-ciones del valor econmico obtenidas por este mtodo son contingentes porque los valores estimados se derivan de una situacin hipottica que es presentada a los entrevis-tados.

X X X

166


Se dise un cuestionario con tres secciones. La primera fue de presentacin y datos generales del entrevistado. La segunda capta la valoracin de paisajes contrastantes de las coberturas caractersticas del territorio, haciendo preguntas sobre conocimiento, valor y preferencias con relacin a ambientes conservados y manejados, degradados y naturales; a manera de reiterar y verifi car las respuestas de esta seccin, en este apartado tambin se mostr a los entrevistados una seleccin de nueve fotografas (pueblo, erosin, maz, quinta, ro, bosque, ciudad, caf, pradera), de las cuales se solicit fueran califi cadas en una escala del uno al cinco (psimo, malo, regular, bueno y excelente), habindose explicado antes en qu consista cada uno. La tercera seccin del cuestionario consult la opinin e inters sobre calidad de ambiente como producto de los gastos de gobierno en materia de conservacin natural del territorio; este segmento usa el gasto de gobierno como indicador de

Cuadro 1Estructura de la poblacin muestreada e indicadores INEGI,

Coatepec, Veracruz

Variables Niveles INEGI % Muestra %Poblacin Mayores de 16 aos 63 100Gnero Hombres 47 49

Mujeres 53 51Residencia Rural 14 12

Urbana 86 88Educacin Analfabeta 10 2

Primaria 22 34E. Media 55 53

Superior 13 11Ingreso < 1 Salario mnimo 28 53

1-5 Salarios mnimos 64 42> 5 Salarios mnimos 8 6

Fuente: INEGI, 2005.

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disposicin a pagar, en reemplazo de las medidas usuales que implican juicios sobre situaciones hipotticas, como ocurre en muchos estudios de valoracin contingente. Finalmente, se les solicit en esta misma seccin explicitar sus preferencias respecto al cambio de uso del suelo, para clarifi car con ello la consistencia lgica de las respuestas previas sobre el gasto gubernamental.

Al analizar las estadsticas del INEGI y compararlas con la estructura de la muestra, se logr una validez proporcio-nal (similar a lo recomendado por Turpie, 2003), adecuada para los criterios poblacin, residencia y educacin, aunque ligeramente baja en relacin con la muestra de analfabetas y para el ingreso de la poblacin que recibe de uno a cinco salarios mnimos.

Se trabaj en las siguientes comunidades: Coatepec, Consolapa, Cuauhtmoc, Bella Esperanza, El Grande, Las Fuentes, Laguna, La Libertad, Las Lomas, La Ordua, Los Puentes, Mahuixtln, San Marcos, Tepechapan, Tuzama-pan, Vaqueras y Zimpizahua, tratando de equilibrar el muestreo entre la parte alta del municipio y la ms baja, de acuerdo con la dispersin de la poblacin, debido a que la mayor parte de ella se localiza en la parte baja, cercana a la cabecera municipal. Se eligieron individuos mayores de diecisis aos, asumiendo que son personas enteradas y con un juicio propio e independiente sobre el ambiente, el uso de la tierra y las circunstancias locales. En forma adicional, este grupo de la poblacin es el que aporta la mayor parte de los impuestos y el que tiene mayor capacidad de infl uir directa o indirectamente en las acciones que modifi can la cubierta del suelo.

Dentro de las herramientas analticas se utiliz el mtodo de valoracin contingente (MVC), que sirve para valorar bienes pblicos ambientales, ya que permite cuantifi car recursos naturales que no tienen mercado, o cuyo mercado es irregular, de tal forma que no existe un precio establecido.

X X X

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Pese a los considerables problemas de trabajar con escena-rios imaginarios, MVC sigue siendo una herramienta muy utilizada porque permite manejar valores de uso pasivo, opciones, existencia, valor legado, uso directo e indirecto como los valores recreacionales y ambientales (Tisdell, 1993: 52; Turpie, 2003: 205). En Espaa, la mayora de los estudios de valoracin de bienes pblicos realizados han empleado el MVC y, de forma generalizada, han abordado como objeto de estudio espacios naturales protegidos (Saz et al., 1998).

El MVC permiti cuantifi car preferencias y cambios de bienestar, mediante expresiones de aumentos o dismi-nuciones en la cantidad o calidad global del ambiente en Coatepec. Este mtodo tambin permiti calcular la disponi-bilidad social a pagar (DAP) por la presencia de la vegetacin de la parte alta de la cuenca de Coatepec (Haddad, 2003: 24; Hernndez, 1998).

La disponibilidad a pagar se obtuvo por el puntaje que los individuos otorgaron a escenarios locales reales. Este valor aparece en unidades relativas que no estn linealmente ligadas con el valor econmico, pero que son consistentes y establecen posiciones jerrquicas secuenciales de tipo marginal, equiparables al orden terico del valor econmi-co real de estos recursos (Chiesura y de Groot, 2003: 222; Zhongwei et al., 2001: 348).

Caractersticas del rea de estudio

El municipio de Coatepec se encuentra ubicado en la zona central montaosa del estado de Veracruz, sobre las estribaciones del Cofre de Perote. Se extiende de 19 22 a los 19 34 de latitud norte y de los 96 49 a los 97 9 de longitud oeste, con una superfi cie total de 735 km. La altitud promedio del rea de estudio es de 1,739 msnm. El ambiente de la zona de estudio deriva de su cercana al Cofre

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de Perote (4,206 msnm). Los suelos son fundamentalmente volcnicos, andosoles principalmente. Cerca de 49% del rea total est caracterizada por climas semiclidos hmedos y subhmedos, un 16% por climas semifros y 35% por climas templados hmedos. La precipitacin pluvial es de entre 1,500 y 2,000 mm. El municipio se encuentra regado por cuatro arroyos del caudal permanente: el Pixquiac, los Pintores, el Sordo y el Hueyapan, todos tributarios del ro de los Pescados o La Antigua (Gobierno del estado de Veracruz, 2002).

El uso del suelo comprende bosques y selvas 49%, que incluyen bosques de conferas, bosque mesfi lo, selva me-diana y selva baja. Estos bosques presentan evidencias de perturbacin tanto en riqueza ecolgica como en superfi cie arbolada. Este escenario es producto de los cambios en el uso del suelo, el pastoreo y la corta ilegal de madera; en menor medida han infl uido los incendios forestales. La fragmentacin del bosque afecta una superfi cie de 72,256 hectreas (Gobierno del estado de Veracruz, 2002).

Se tienen tambin pastizales y praderas 25%, suelos destinados a la agricultura 21%, y asentamientos humanos 5%. El municipio cuenta con coberturas transformadas y desarrolladas, donde el bosque se convirti en cafetal, pra-dera cultivada, pastizal y asentamiento humano; parte de lo que es la selva mediana fue convertida en huerta frutal y la selva baja deriv, a su vez, en terrenos dedicados a la agricultura intensiva (principalmente caa de azcar y hortalizas), cultivos anuales (maz), terrenos de agostadero y formacin de pueblos.

De cierta forma, adems del bosque y de las selvas, las estructuras transformadas constituidas por ms de un piso (estructura de la vegetacin) son valiosas para la pro-duccin de servicios ambientales; entre stas destacan los cafetales como agrosistemas que manejan una estructura de vegetacin de varios pisos en los cuales existen especies

X X X

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comestibles, medicinales, ornamentales, combustibles y maderables. Su valor radica en ser la fuente principal de madera, por su contribucin al ciclo hidrolgico, por ser hbitat de fauna silvestre, as como por su valor esttico.

Los asentamientos urbanos ms importantes son: Coate-pec con 73,563 habitantes, y Xalapa con una poblacin de 390,590 habitantes. La cercana ciudad de Xalapa, por ser la capital del estado de Veracruz, as como el mayor centro universitario del estado, es un polo de atraccin. Por una parte, se observa el crecimiento acelerado anual de la pobla-cin fl otante de estudiantes que en muchas circunstancias ya no abandonan la ciudad que, por sus caractersticas, es el principal mercado laboral para los nuevos profesionistas; por otra parte, gente de los poblados regionales, del estado o de otras entidades incrementan la poblacin.

La problemtica del suministro de agua es histrica en Xalapa y municipios aledaos; mucha de la culpa se le atri-buye a la deforestacin del Cofre de Perote y de las selvas ubicadas en las laderas (Ayuntamiento de Xalapa, 2005). Autoridades y opinin pblica piensan que una medida para proteger la provisin de agua en las reas rurales de la regin, es el mantenimiento de la cubierta vegetal, la cual se localiza principalmente en el municipio de Coatepec.

Resultados y discusin

Valoracin de paisajesLa fi gura 1 muestra el modelo de regresin de los valo-

res incrementales de la disposicin a pagar (DAP) por un cambio en el uso del suelo en la poblacin muestreada. La variable dependiente fue el valor marginal otorgado, y la independiente la poblacin, donde el mejor ajuste se obtuvo con un polinomio de tercer orden.

La fi gura 1 muestra que la porcin de la poblacin que ocupa el rea positiva sombreada posee mayor disposicin a

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pagar que la que se ubica en el rea negativa. La media total de los que estn dispuestos a pagar fue de 2,886 (unidades relativas), y la poblacin que califi c con valores menores a la media constituye la mayora del total de la poblacin que se localiza en el rea positiva, es decir, su DAP es menor. Cabe agregar que los entrevistados no hicieron evaluacin monetaria de su disponibilidad a pagar por los benefi cios que ofrece el cambio de uso del suelo, debido a que nica-mente se estaba midiendo la percepcin de existencia de una necesidad de un cambio unitario en su entorno.

Anlisis de opinin y preferencias sobre ambiente,uso del suelo y normatividadUn aspecto de primer orden en la aplicacin de la c-

dula de entrevista fue lograr en los entrevistados un total entendimiento del signifi cado de ambiente y las escalas de valor consideradas, para que las respuestas generaran un acercamiento ms preciso de las preferencias y el nivel de satisfaccin que obtienen del ambiente actual, del uso del

Figura 1Disposicin a pagar por calidad ambiental (DAP) en relacincon la conservacin de la cubierta vegetal, Coatepec, Veracruz

-20000

2000400060008000

100001 18 35 52 69 86 103

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DAP

Med

Valor Y=8834.150-237.823X+2.034X -0.005X R=0.9970

Fuente: elaboracin propia.

X X X

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suelo y de la vegetacin. Se parte del hecho de que el valor es un trmino relativo que refl eja el contexto en el cual la valoracin tuvo lugar, y la percepcin que la poblacin asign a los valores establecidos; cada asignacin es una indicacin del valor y la importancia que el bien en cuestin tiene para el entrevistado (Brown, 1984: 244-245).

La informacin del cuadro 2 muestra el valor que para los entrevistados tiene el ambiente que les rodea, en funcin del nivel de satisfaccin. Los valores son dados en porcentaje de entrevistados, y la media expresa los valores promedio en la muestra.

Cuadro 2Opinin sobre calidad del ambiente en Coatepec, Veracruz

Calidad % muestra1. Psimo 32. Malo 113. Regular 84. Bueno 685. Excelente 86. No respondi 1 Media poblacional 3.7


La mayora de los entrevistados consideraron que el ambiente regional mantiene condiciones de regulares a excelentes; slo 14% sealaron que las condiciones son de psimas a malas. En los comentarios destaca la opinin de que ello se debe a un uso intensivo de los recursos, a la contaminacin y la deforestacin. La califi cacin media fue de 3.7, por lo que se puede decir que en forma general la poblacin consider que el ambiente es bueno. Estas opinio-nes e interpretaciones ameritan cautela pues, a diferencia de los bienes y servicios en el mercado, el ambiente es un recurso de uso comn, al que se tiene acceso libre y gratuito, y por tanto el comportamiento general de quien produce y

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de quien usa el ambiente es de mnimo cuidado y esfuerzo, como bien fue explicado por Hardin (1995).

Del anlisis de las opiniones sobre el uso actual de las tie-rras en el municipio, se observ que se mantienen opiniones muy parecidas a las vertidas en el cuadro anterior. El cua-dro 3 indica que la mayora (62%) seala que el uso actual del suelo oscila de bueno a excelente hasta el momento; en contraposicin, 34% dijeron que el uso es de psimo a malo, ya que existe una sobreexplotacin de reas de bosque y un crecimiento urbano acelerado. El valor medio otorgado por la poblacin al uso del suelo fue de 3.2, de una escala de 0 a 5, por lo que la califi cacin se orienta a considerar que el uso del suelo posee una calidad regular. En tal sentido, se observ que los entrevistados que poseen mayor superfi cie de tierras y mayor capacidad para infl uir en el manejo de grandes extensiones de terreno, o bien los que habitan o ocupan las tierras altas de bosque y que son las de mayor peso, dieron respuestas aparentemente sesgadas por fac-tores como seguridad en el uso futuro de sus terrenos. Al respecto, Chiesura y de Groot (2003: 226) sealan que no podemos esperar que el bienestar sea determinado como una respuesta con racionalidad econmica, ya que la gente tiende a buscar su propia seguridad.

Cuadro 3Opinin sobre el uso de tierras en el municipio

de Coatepec, Veracruz

Uso de tierras % muestra1. Psimo 52. Malo 293. Regular 84. Bueno 515. Excelente 36. No respondi 1Media poblacional 3.2


X X X

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El cuadro 4 seala la opinin sobre la importancia de conservar la cubierta de vegetacin como bien pblico, y en benefi cio no nicamente de la poblacin regional, sino de los centros poblacionales, dada la vital importancia para todos de poder disfrutar de agua de calidad. El 86% consideraron que la vegetacin es importante para todos los seres vivos; sin embargo, en los comentarios adicionales no se encon-tr evidencia de conocimiento sobre su valor social, por el papel que desempea en la calidad de vida y la economa por ser un bien pblico. El 13% dijeron que no hay mucho que hacer porque el ambiente an se encuentra en buenas condiciones. En este sentido, el concepto de conservacin de la vegetacin en funcin de calidad de servicios ambientales es entendido de forma inmediata como servicios visibles o bienes generados para mercado, de tal forma que hubo que poner a disposicin de los entrevistados una clara explica-cin de lo que signifi ca servicio ambiental de los ecosiste-mas. Estudios realizados en Suecia por Lewan y Soderquist (2002: 463), sealaron que los entrevistados reconocen ms los servicios visibles de los ecosistemas; esto se vincula con el hecho de que la valoracin de la naturaleza y los servicios que presta son bienes sin mercado, hacindolos invisibles a los sistemas econmicos que la poblacin siempre tiene presente; lo anterior indica que las preferencias humanas estn vinculadas con la calidad del conocimiento e informa-cin por medio de la propaganda, de la que se sirven tanto las instituciones formales como las informales.

Cuadro 4Opinin sobre la importancia de conservacin de la cubierta

forestal como bien pblico, Coatepec, Veracruz

Bien pblico % muestra1. Positiva 862. Negativa 13


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La voluntad pblica es la plataforma para la existencia de algn tipo de regulacin. El cuadro 5 muestra que la mayor parte de los entrevistados consideran que la normatividad debe regirse a nivel municipal (72%); el resto se divide entre los gobiernos federal y estatal. En la segunda columna se observa que aun cuando la mayor parte prefi eren que el gobierno municipal se encargue de la normatividad, sea-laron que slo deber encargarse de 45% de ella, y el resto lo deben ejercer las dems instancias sealadas. Los entre-vistados argumentaron que los gobiernos municipales estn ms sensibilizados con la problemtica que los afecta y su respuesta es ms objetiva; en cambio, los gobiernos estatales y el federal observan menor inters, y el impacto de las pol-ticas se diluye a travs de la tortuosidad burocrtica.

Cuadro 5Normatividad para el uso del suelo, e instancias que deben

ocuparse, Coatepec, Veracruz

Instancia % entrevistados* Valores medios y nivel / instancia en %

Municipal 72 45Estatal 50 22Federal 44 22Internacional 8 1Otros 4 -Ninguno 6 -

* La sumatoria excede el 100% porque cada entrevistado pudo seleccionar una o ms opciones.


Se presentaron a los entrevistados diversos instrumentos de poltica como vas posibles para lograr tal objetivo, y se pidi que seleccionaran uno o ms. La mayor parte de los entrevistados indicaron que los programas de concienti-zacin (60%) son importantes, y sealaron como principal

X X X

176


va para ello los programas educativos en escuelas y en los medios masivos de comunicacin, remarcando el signifi cado e importancia de los servicios ambientales para la sociedad en general. La concientizacin obtuvo un valor medio de 30%, siguiendo en un lejano orden de importancia los sub-sidios para estimular la conservacin, los castigos a quienes daen la naturaleza y el ambiente, el transferir los costos de los daos ambientales al productor o a los dueos de predios, y el cargar los costos al consumidor, as como la posibilidad de expropiar los terrenos para conservarlos (cuadro 6). Por otra parte, es claro que la mayora de los entrevistados opinaron en favor de las polticas que no comprometan lo individual, o donde ellos no se vean impactados en forma directa, como es el caso de los subsidios al productor, los cuales se supone deben correr a cargo del gobierno.

Cuadro 6Instrumentos de poltica para cuidar el buen estado

de la naturaleza, Coatepec, Veracruz

Instrumento de poltica % entrevistados* Valores en % (media)Concientizar poblacin 60 30Subsidios a productores 52 23Castigos o multas 49 18Costos al productor 30 11Costos al consumidor 23 8Expropiar terrenos 17 7Ninguno 2 -

* La sumatoria excede el 100% porque cada entrevistado pudo seleccionar una o ms opciones.


Sadoulet y de Janvry (1999: 64 y 73) sealan que las acciones de las personas y las empresas pueden responder en forma amplia a polticas gubernamentales de liderazgo y de riesgo compartido en intentos para redisear productos,

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procesos de produccin y consumo, para evitar o para redu-cir los efectos negativos que se desea controlar. Desde luego, las acciones de liderazgo moral y los subsidios no son exclu-yentes, toda vez que en diversos lugares del mundo se han constituido canastas de instrumentos de poltica ambiental que actan concurrentemente, representando tambin una posibilidad para el futuro cercano de Mxico.

Los entrevistados argumentaron que las instancias de gobierno son las que deben ejecutar las acciones para con-servar la naturaleza y que la sociedad no debe desembolsar dinero de forma directa, ya que los recursos pblicos pro-vienen del pueblo.

El cuadro 7 muestra las opiniones respecto al actual gasto pblico en materia de conservacin. La mayor parte de los individuos en la muestra consideraron que slo se deben reasignar partidas del gasto pblico, tomando recursos de otras partidas del gobierno y reorientndolos a la conser-vacin de la naturaleza. Otro porcentaje importante opin que el gasto debe seguir igual. Solamente 15% sealaron la importancia de aumentar el gasto pblico en materia ambiental, sabiendo de antemano que esto implicara incrementar impuestos en forma directa o gravamen en mercancas.

Cuadro 7Opinin de la poblacin sobre modifi cacin del gasto pblico para

conservar la naturaleza, Coatepec, Veracruz

Gasto pblico %Igual gasto 33Reasignar partidas 42Aumentar gasto 15Nada 10


X X X

178


0

10

20

30

40

50

60

Bosq-Mz Bosq-Caf Mz-Bosq Caf-Bosq Ninguno

Kinder Elem. Media Licenc.

%

Infl uencia de factores educacin, ingresos y gnero en opiniones y preferencias por escenarios y en la disposicina pagar (DAP)Algunos autores consideran que factores como la edu-

cacin, el nivel de ingresos y el gnero, infl uyen en las opiniones y en la disposicin a pagar por la conservacin de un bien o por su calidad.

Para fi nes de anlisis, la fraccin poblacional que no sabe leer o escribir, se agrup junto con aquella que slo posee educacin formal a nivel de pre-escolar. En la fi gura 2 se observa que la educacin formal impacta en la decisin de las personas para la seleccin de los escenarios. La mayor parte de los entrevistados cuyo nivel educativo es inferior al profesional, no estuvo de acuerdo en efectuar cambios en ningn escenario. Es interesante notar que otra parte de este mismo grupo, por el contrario, estuvo de acuerdo en el posible paso de bosque a cultivo de maz o a huertas de caf, y en cambio unos pocos de este grupo favorecieron el convertir los cafetales en bosque.

Figura 2Disposicin a pagar por calidad ambiental en relacin con cambios

en el uso actual del suelo segn grado de educacin, Coatepec, Veracruz


Pre-escolar Elemental LicenciaturaMedia

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Tambin se aprecia que en el grupo de entrevistados que tienen educacin profesional una alta proporcin mostraron preferencia por la reconversin de los cafetales y los cultivos de maz a bosque, aunque una gran proporcin consider tambin que no se debe realizar modifi cacin alguna. En trminos generales, la mayor parte de la poblacin con menor educacin, no desean efectuar cambios y los que as lo sealaron muestran preferencias orientadas a un uso del suelo que genere ingresos o rentabilidad privada a los due-os de predios, ms que a una mejora del ambiente. En el caso de los que tienen educacin profesional, stos muestran una orientacin hacia escenarios con dosel arbolado.

De la misma manera, la muestra fue analizada para el ingreso familiar percibido, efectuando agrupaciones por salario mnimo regional (El contribuyente, 2003). El ingreso percibido por los hogares de los entrevistados muestra una tendencia a asociarse con las preferencias por la modifi ca-cin del medio. La mayor parte de los entrevistados con los ingresos ms bajos no desean ningn cambio, y aquellos que sealaron que s, se orientan a cambios que representan un detrimento en el dosel forestal, es decir, a sustituir reas naturales por reas cultivadas. En cambio, los que perciben mayores ingresos indicaron una preferencia por el cambio de escenarios cultivados a reas naturales. Slo una porcin inferior a 20% mencionaron preferir un ambiente cultivado (fi gura 3). El estudio sugiere que la DAP local para protec-cin de la cubierta forestal se incrementa o se reduce de acuerdo con los niveles de ingreso; una situacin similar fue encontrada por Turpie (2003) en Sudfrica, en relacin con la proteccin de la biodiversidad. A su vez, Spash (2000: 199) seal la importancia de los procesos sociales en la valoracin ambiental, ya que la disposicin a pagar se ve fuertemente infl uida por los niveles de ingreso, y las personas concedern valor o precio a productos o servicios de acuerdo con lo que ellos mismos consideren que no disminuir su nivel de vida

X X X

180


0

10

20

30

40

50

60

Bosq-Mz Bosq-Caf Mz-Bosq Caf-Bosq Ninguno%

actual. De la misma forma, la disposicin negativa a pagar por un bien o servicio puede obedecer a niveles de ingreso bajos; en este sentido, si las preferencias no son intercambia-bles por su actual nivel de vida, aparece la seleccin de un escenario. Lo anterior puede clasifi carse como un proceso de decisin no compensatoria, lo cual implica que existen bienes cuyo nivel de bienestar no es intercambiable, dentro de los cuales aparece en forma inmediata el nivel de vida.

Figura 3Disposicin a pagar por calidad ambiental en relacin

con cambios en el uso actual del suelo segn el nivel de ingresos, Coatepec, Veracruz


Mainwaring (2001: 400) consider que las preferencias sociales ejercen un fuerte peso en la disposicin a pagar, son de ndole moral, y deben ser analizadas como externa-lidades. En este caso, seala que las preferencias entre los individuos con posiciones diferentes difi eren no slo por los niveles de ingreso, sino tambin por los de consumo. Una persona con bajo nivel de ingreso puede sealar una disposicin alta a pagar, pero no es comparable con la una persona con ingresos altos, ya que sus niveles de consumo son indistintos y su percepcin de valor tambin.

< 2 Sal.min 3-6 Sal.min >7Sal.min

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En la fi gura 4 se observa el porcentaje de poblacin entre-vistada por gnero y su preferencia por el mejor escenario para un posible cambio en el uso del suelo. El primer esce-nario considera la tala de bosque para la siembra de maz, el segundo fue el paso de bosque a cafetales, el tercero la sustitucin de maz por huertas de caf, y el cuarto la recon-versin de huertas de caf a bosque. Con cada escenario se present una cantidad arbitraria que representaba el costo por sustitucin, la cual sin constituir el valor real, permiti mostrar a la gente que la sustitucin de escenarios tiene un precio econmico variable. Las dos ltimas columnas muestran que gran parte de las mujeres y de los hombres no estn de acuerdo en que se haga alguna modifi cacin y consideran que el paisaje actual es el mejor. Sin embargo, las selecciones apuntan a preferencias por la sustitucin de reas naturales por paisajes cultivados. En los comentarios anexos, se encontr que los conceptos de ingreso y de pro-duccin estaban implcitos en la seleccin y en su utilidad en trminos econmicos.

Figura 4Disposicin a pagar por calidad ambiental en relacin con cambios

en el uso actual del suelo segn gnero, Coatepec, Veracruz

01020304050

%Bosq-mz Bosq-caf Mz-bosq Caf-bosq Ninguno


Mujeres Hombres

X X X

182


En funcin del gnero, la grfi ca muestra cmo aproxi-madamente la mitad de los mujeres y de los hombres no desean ningn cambio en el uso actual del suelo. Se obtuvo la disposicin a pagar, la cual aparece en la fi gura 5, as como el modelo de ajuste polinomial de las lneas para cada gnero. Aproximadamente 50% de la poblacin de mujeres y hombres ocupan el rea positiva, es decir, tienen disposi-cin positiva a pagar, pero obsrvese que cerca de la misma proporcin tienen una disposicin negativa; los resultados de la grfi ca corroboran los de la fi gura 4. El rea positiva sombreada ocupada por los varones, es ligeramente mayor que la de mujeres; de la misma forma, la media marginal es mayor en los varones entrevistados.

-2000

0

2000

4000

6000

8000

10000

1 7 13 19 25 31 37 43 49 55 61 67 73 79 85

Mujeres Hombres

media mujeres

media hombres

Valor marginal

DAP

Figura 5Disposicin a pagar por calidad ambiental segn gnero,

Coatepec, Veracruz


Por lo anterior, existe una diferencia en la disposicin a pagar por un escenario que considere un ambiente de cali-dad por gnero. En cierta forma, la diferencia cuantifi cada entre hombres y mujeres se debe a que en el grupo de hom-

Mujeres Y=4247.39-220.79X+3.61X-0.019XR=0.994Hombres Y=5183.76-266.31X+4.33X-0.0231XR=0.998

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bres entrevistados se pudo observar que existe ms seguri-dad debido a que cuentan con ingresos y pueden disponer de los mismos, mientras que muchas de las entrevistadas dependen de un esposo, padre u otro familiar, por lo que fueron ms cautas en su disposicin a pagar.

Los sentimientos de escasez econmica fueron mayormen-te manifestados por las mujeres y sealaron que aunque ellas desearan pagar, creen que su situacin econmica familiar no les permitira hacerlo.

De manera similar a lo mencionado en la discusin del cuadro 6, como parte de la valoracin se present a los entre-vistados nueve fotografas con los principales ambientes de la regin: pueblo, erosin, maz, quinta, ro, bosque, ciudad, caf y pradera (fi gura 6). Se les pidi que sealaran cules de estos ambientes consideraban: a) manejados; b) conservados; c) degradados, y d) naturales, mediante la califi cacin de cada uno en una escala de uno al cinco (psimo, malo, regular, bueno y excelente). Antes de aplicar la cdula se explic a los participantes en qu consista cada escenario.

La fi gura 7 muestra la califi cacin otorgada por gnero a cada una de los nueve paisajes en los cuatro ambientes valorados. Se observa que en los cuatro ambientes los entrevistados le dieron un valor entre malo y psimo a la fotografa que mostraba un paisaje erosionado, siendo an ms drstica la valoracin dada por los hombres, lo que indica que un ambiente erosionado causa un impacto negativo entre la poblacin.

En el resto de los paisajes en los cuatro ambientes, los entrevistados dieron una califi cacin entre regular y bue-na para cada uno de ellos. Los mejores escenarios en los que la poblacin orient sus preferencias fueron el urbano: quinta y ciudad, el cultivado: pradera y caf, y el natural: ro. Curiosamente, el bosque no tuvo el valor esperado al situarse en el mismo grupo que el maz y el pueblo con una califi cacin como regular. Esta situacin indica que

X X X

184


Ciu

dad

Pueb

loQ

uint

a

Bos

que

Ro

Ma

zPr

ader

a

Caf

Eros

in

Figura 6Comparacin de preferencias por gnero en diferentes escenarios regionales,

naturales y transformados de Coatepec

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Figura 7Comparacin de preferencias por gnero en diferentes escenarios regionales

Paisaje

Maiz Ciudad Pueblo Quinta Ro Bosque Erosin Caf Pradera

Y D

ata

0

1

2

3

4

5MujeresHombres

X Data

BosqueErosin Maz Quinta Ro Pueblo Ciudad Caf Pradera

Y D

ata

0

1

2

3

4

5 MujeresHombres

Escenarios

Maz ErosinPueblo Quinta Ro BosqueCiudad Caf Pradera

Am

bien

te

0

1

2

3

4

5 MujeresHombres

Paisaje

BosqueErosin Maz Pueblo Ro Quinta Ciudad Caf Pradera

Am

bien

te

0

1

2

3

4

5MujeresHombres

A) Manejado

C) Degradado

B) Conservado

D) Natural

A) Manejado B) Conservado

D) NaturalC) Degradado

Los valores en el eje Y representan la valoracin del ambiente segn escala1. Psimo; 2. Malo; 3. Regular; 4. Bueno, y 5. Excelente

X X X

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la poblacin entrevistada consider que en estos cuatro ambientes en estudio no existen diferencias notorias en cuanto a su valoracin y conserv la misma tendencia en sus respuestas para los ambientes manejados, conservados, degradados y naturales.

En ambientes manejados (fi gura 7, inciso a), los entre-vistados consideraron que caf, ciudad, quinta y pradera presentan un paisaje mejor manejado (bueno), mientras que el erosionado refl eja un valor psimo como paisaje manejado. De acuerdo con los entrevistados, bosque y pue-blo, maz y ro, son paisajes que resultaron regularmente manejados. En este mismo ambiente manejado, en maz, erosin y pueblo se encontraron diferencias notables de opinin entre hombres y mujeres; en maz y erosin las mujeres manifestaron haber observado un ambiente mejor manejado en relacin con la opinin de los hombres, ocu-rriendo lo contrario con el paisaje pueblo. Estas diferencias en percepcin podran indicar que la mujer tiene mayor sensibilidad en ambientes cultivados, lo que se refuerza al observar la misma tendencia con el caf. En cambio, en pradera no se manifest la misma respuesta que en los de-ms paisajes cultivados, ya que al igual que en los paisajes de quinta, ro, bosque y ciudad, la opinin entre gnero fue prcticamente la misma.

El ambiente conservado (fi gura 7, inciso b) mantiene la misma tendencia que el manejado, con puntuaciones muy aproximadas a lo bueno para quinta, ciudad, caf, pradera y ro; en este caso particular, erosin tuvo un valor de malo, lo que confi rma que en un paisaje con rasgos erosionados, la poblacin lo considera como de mala calidad. Bosque, pueblo y ciudad tuvieron una califi cacin regular bajo un ambiente de conservacin. Las diferencias de opinin entre hombres y mujeres mostraron una tendencia para bosque, ciudad y para quinta, en donde el grupo femenino manifest que dentro de la conservacin, esos paisajes deben de ser

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ms valorados, en contraste con lo opinado por el grupo de sexo masculino; as, se nota que la mujer sigue siendo ms sensible que el hombre para diferenciar detalles en un paisaje boscoso o en una ciudad o quinta.

El ambiente degradado (fi gura 7, inciso c) present resul-tados similares que en el ambiente conservado, aunque aqu con valores ms altos, es decir, la poblacin entrevistada mostr preferencias por los paisajes quinta, ciudad, caf, pradera y ro, al califi carlos de buena calidad; esto hace notar que cuando se presenta un ambiente degradado, la poblacin puede captar esta degradacin, ya que separa a maz, pueblo y erosin del resto de los paisajes; es importan-te resaltar a bosque, al que consideran dentro de un grupo degradado. Por otra parte, la diferencia de opinin entre los diferentes sexos es signifi cativa para bosque, erosin, maz, pueblo y ciudad; los hombres opinaron que el bosque est dentro de un ambiente menos degradado en relacin con lo que dijeron las mujeres. Las mujeres consideraron que un paisaje de maz es menos degradado, lo que se explica en razn de que los varones estn ms familiarizados con el trabajo agrcola y opinaron que las condiciones de manejo actuales representan mayor degradacin del ambiente. En el paisaje del pueblo y de la ciudad, esto es opuesto a lo que ocurre con maz, donde las mujeres sealaron que las condiciones del lugar donde vive la poblacin estn menos degradadas y en consecuencia ms apropiadas; en este caso, los varones tuvieron una percepcin diferente y exhibieron ms exigencia por su hbitat. El paisaje erosionado muestra una menor degradacin, de acuerdo con la opinin de las mujeres en relacin con lo expresado por los hombres.

En el ambiente natural, las fotografas mostradas con el paisaje de caf, quinta, ro, ciudad y pradera, tuvieron mayor preferencia por la poblacin entrevistada, pues fueron califi cadas como buenas. La poblacin considera a maz, pueblo y erosin como escenarios regulares dentro de

X X X

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la naturaleza, e incluso slo orienta regularmente sus preferencias hacia la consideracin de un bosque como natural. Las diferencias de opinin entre mu-jeres y hombres fueron signifi cativas en los paisajes de maz, ciudad y pueblo; la mujer le da un valor ms alto en cuanto a naturalidad al cultivo de maz y al pueblo, lo cual denota su sensibilidad para los ambientes naturales, ya que numricamente tam-bin dio mayor valor que los hombres a los paisajes de ro y caf.

Los comentarios al margen indican que la pobla-cin tiende a favorecer los ambientes que han conoci-do siempre y en los que han vivido por muchos aos, como el caf, las reas urbanas (pueblos y ciudad; Coatepec y Xalapa) y las praderas. De cierta manera, las vivencias parecen infl uir en las preferencias y, en el caso de los hombres, se manifest el apego por aquellos ambientes que acostumbran manejar como fuente de ingresos, tales como los cafetales y las praderas. Dos aspectos importantes como la erosin que siempre obtuvo la ms baja califi cacin y el bosque, sobresalen como los menos deseables, y per-miten considerar que las opiniones detectadas en el cuestionario sealan que los escenarios actuales y co-nocidos como aprovechables en el sentido econmico son los deseables, manifestndose una prevalencia de lo individual. Soderqvist (2003: 114), de manera similar, encontr que la disposicin a pagar de los agricultores suecos por un programa de conservacin de zonas de humedales y de vega de ro que afectara parte de sus terrenos, es mayor cuando se enfatizan las ventajas personales o individuales, ms que las ventajas sociales. Los hallazgos de este estudio concuerdan con los resultados de Spash (2000) res-pecto a la importancia de la seleccin lexicogrfi ca

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donde el mbito sociocultural no puede ser considerado en forma utilitaria, y que muestra la existencia e importancia de las decisiones no compensatorias relativas a bienes que proporcionan bienestar que no es intercambiable o no tiene sustitucin.

Conclusiones

El nivel de bienestar que la actual cubierta vegetal del suelo proporciona a los entrevistados es satisfactorio en su mayor parte, y lo perciben en funcin de bienes utilitarios ms que de servicios ambientales, de tal forma que las opiniones se orientan a la continuidad de los escenarios actuales. Por lo anterior, el valor social es positivo, es de-cir, la sociedad est conforme con la situacin actual de la regin y est dispuesta a mantenerla.

La disposicin positiva a pagar por calidad de cubierta vegetal en 51% de los entrevistados, est infl uida por los niveles de ingreso y la educacin formal que poseen, encon-trndose diferencias de opinin en estos segmentos.

La disposicin a pagar por mantener la cubierta vegetal es favorecida cuando las personas consideran que no tendrn que hacer un desembolso en efectivo, sino indirectamente, como sera el caso del gasto gubernamental en el rubro ambiente y conservacin natural. La disposicin a pagar tambin es mayor cuando se habla de ambientes interveni-dos, es decir reas sembradas y con valor econmico.

La seleccin de preferencias consider aspectos subjeti-vos individuales donde sobresalen los marcos de referencia vinculados con las vivencias y los aspectos utilitarios.

Las preferencias refl ejaron una predileccin por ambien-tes manejados o cultivados y urbanos. En este sentido, las opiniones muestran la inclinacin a favorecer a los cafetales y un modo de vida urbano.

X X X

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La generacin de normatividad o polticas en torno al pago por servicios ambientales y la aceptacin de costos de manejo, debern considerar la difusin del signifi cado de los mismos, pues se observ que la mayor parte de la poblacin con bajos niveles educativos e ingresos desconocan el signifi cado e importancia de los servicios ambientales.

Fecha de recepcin: 13 de septiembre de 2005Fecha de aceptacin: 08 de diciembre de 2005

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