Top Banner
GPS GUÍA PARA SALIR Viernes 13.08.10 El castro vetón de Ulaca se alza sobre el abulense valle Amblés con una silueta rocosa que en los extremos del día alcanza sus horas mágicas [P2] La ciudad de las piedras :: JAVIER PRIETO GALLEGO
3

100813 Ulaca

Mar 18, 2016

Download

Documents

Amaranto Scout

GUÍA PARA SALIR El castro vetón de Ulaca se alza sobre el abulense valle Amblés con una silueta rocosa que en los extremos del día alcanza sus horas mágicas [P2] Viernes 13.08.10 :: JAVIER PRIETO GALLEGO Paisaje de bolos de granito, con la cumbre del pico Zapatero de fondo. RUTAS CON ENCANTO Viernes 13.08.10 EL NORTE DE CASTILLA JAVIER PRIETO
Welcome message from author
This document is posted to help you gain knowledge. Please leave a comment to let me know what you think about it! Share it to your friends and learn new things together.
Transcript
Page 1: 100813 Ulaca

GPSGUÍA PARA SALIR

Viernes13.08.10

El castro vetón de Ulaca se alza sobreel abulense valle Amblés con unasilueta rocosa que en los extremos deldía alcanza sus horas mágicas [P2]

La ciudadde las piedras

:: JAVIER PRIETO GALLEGO

Page 2: 100813 Ulaca

2 GPS Viernes 13.08.10EL NORTE DE CASTILLAPLANES

Cae la tarde y el aire se llenade un intenso olor a oréganoy salvia. Es la hora en la quese inicia el juego de las pie-dras y las sombras. Es el mo-mento en el que la luz rasan-te del atardecer, además deincendiar las rocas de grani-to con un naranja intensoconvierte cada oquedad enun agujero sin fondo, cada sa-liente en una montaña, cadafilo en el perfil de una cara.Aquí y allá, sobre la ladera pe-dregosa de la montaña emer-gen dinosaurios gigantescos,cabezas sin cuello, verracosa medio tallar, elfos de ore-jas puntiagudas, dioses y de-

monios, el repertorio infini-to de seres imposibles queevoluciona, cambia y setransforma a medida que elreino de las sombras avanzasobre la superficie desnudadel castro celta. Así hasta quela penumbra se adueña de lamontaña y el misterio se ins-tala en la antesala de la no-che. El olor del tomillo se havuelto más intenso y el can-to de los grillos pone músicaa un escenario de luces vio-letas. La inmensidad de la lla-nura, abajo, a los pies de lamontaña, encoje el alma.

Muchas cosas han cambia-do en el mundo desde quehace más de 2.000 años elcastro vetón de Ulaca queda-ra vacío para siempre. Peroese baile de luces y sombraspoco antes de caer la nochese repite desde entoncesexactamente igual. Y pue-de que por eso emocionemás, si cabe, asistir a ese mo-mento mágico en la soledadpedregosa del castro celta deUlaca. Y pensar, si quiera porun instante, que quienes lo

habitaron en el pasado algu-na vez contemplaron las mis-mas rocas redondeadas porel viento y el agua para des-cubrir en ellas el espíritu delos seres mágicos que no pue-den verse a simple vista.

El castro de Ulaca, junto ala localidad abulense de Vi-llaviciosa, alberga los restosde una de las mayores ciuda-des celtas de toda Europa. Enla panza amesetada de unamontaña, a unos 1.500 me-tros de altitud, con vistas a lainmensidad del valle Amblés,las tribus vetonas llegadas delnorte del continente encon-traron aquí el lugar perfectopara encastillarse tras una lar-ga muralla de más de tres ki-lómetros de longitud y de lospoderosos precipicios quecortan a plomo varias de susfaldas. Acotaron así una su-perficie de unas 60 hectáreasen las que sentirse a salvo delos peligros que pudieran lle-gar por tierra. Para los otros,los enviados por los dioses,contaban con la magia y lossacrificios.

Cercaron así un territorioen el que prosperó una ciu-dad que, para hacerse unaidea de las dimensiones, fuemás grande que el acotadopor las murallas de la ciudadde Ávila, visible perfecta-mente en la lejanía desde laspropias laderas del castro.Todo ello sucedía a finales dela II Edad del Hierro, en tor-no a los siglos III y I a. C. Poralguna razón desconocida,aunque seguro que relacio-nada con el afianzamientode la ocupación romana, laciudad fue abandonada pací-ficamente hacia el final de laera y ya no volvió a ser ocu-pada jamás. Esta circunstan-cia y el incómodo acceso queaún hoy sigue teniendo lamontaña ha hecho posibleque el embrujo continúe en-volviendo el yacimiento yque muchas de sus piedrashayan permanecido en idén-tica posición a como fueroncolocadas por el último de sushabitantes.

Merodear estos días entrelos bolos de granito que con-

JAVIERPRIETO

RUTAS CON ENCANTOEL CASTRODE ULACA

Paisaje de bolos de granito, con la cumbre del picoZapatero de fondo.

La ciudad de las piedrasLa ciudad de las piedras

Page 3: 100813 Ulaca

Viernes 13.08.10EL NORTE DE CASTILLA PLANES 3

El castro vetón deUlaca fue uno de losmayores de Europa

Unos caballos pastan al atardecer en la subida. :: REPORTAJE FOTOGRÁFICO DE J. PRIETO

forman el paisaje natural delcastro exige esperar a que loscalores se sofoquen. A prime-ra hora de la mañana o a úl-tima de la tarde el esfuerzode remontar la ladera para pe-netrar por la doble murallareconstruida es menor. Elpunto de arranque está seña-lizado por un panel y unacancela en el camino de tie-rra que pasa junto a la iglesiade Villaviciosa. El repecho,algo fuerte para quien no estéacostumbrado a trotes mon-tunos, lleva una media horay hay que hacerlo con calza-do de montaña y agua en lamochila. Pero no tiene pér-dida: unos hitos amarillos sal-pican la cuesta.

Para disfrutar el recorridopor el interior del castro esmejor llevar de casa algo deinformación sobre las estruc-turas que pueden curiosear-se en Ulaca. Sobre el terrenose hallan diseminados 14 pa-neles, pero la informaciónque aportan es más bien es-casa y en algunos puntos sondifíciles de encontrar.

El primer punto de contac-to con quienes habitaron estamontaña hace más de dos milaños, aún en plena subida, esel cerco exterior de la doblemuralla con la que rodearonla zona más expuesta. La re-construcción da idea de lasdimensiones y forma deconstruir. Unos metros másarriba queda el segundo cer-co –también reconstruido–y la puerta en esviaje que ex-ponía a los atacantes bajo las

armas de los defensores. Trasesta puerta, el repecho fina-liza y enseguida se accede ala suave ladera septentrionalsobre la que se extendieronla mayor parte de las vivien-das que conformaron la ciu-dad, unas 250 a juzgar por lasestructuras descubiertas.

El reguero de paneles con-duce enseguida hacia el rin-cón principal de Ulaca, el mo-gote rocoso sobre el que loshabitantes de la ciudad talla-ron sus escaleras al cielo, lagran peña sobre la que cince-laron lo que se ha visto comoun altar de sacrificios –hu-manos y animales– . A su ladoaún permanecen en pie par-te de los muros de lo que de-bió de ser un pequeño tem-plo en el que los sacerdotesse entregarían a calmar la irade los dioses o a pedir sus fa-vores. Para algunos sería untemplo solar en el que con laposición de las piedras y ven-tanas los vetones calculabanel paso de las estaciones.

Siempre con vistas al fon-do plano del valle Amblés, el

recorrido lleva hasta los res-tos de una pequeña sauna.Los baños de vapor formabanparte de los ritos iniciáticosque los celtas extendieronpor el norte de Europa y seinterpreta que Ulaca pudocontar con un pequeño re-cinto que los guerreros usa-rían para propiciar la fortu-na en las batallas o inspirarla sabiduría de sus dioses.

Muy cerca se ve la plantareconstruida de una vivien-da. Pero, un poco más arribapueden pasar desapercibidoslos restos de una de las can-teras de las que fue surgien-do la ciudad. Vista desde su

parte superior se aprecia per-fectamente la forma en quelos canteros troceaban la rocapara adecuarla a sus necesi-dades. Y llama la atenciónque esos bloques hayan que-dado ahí casi dispuestos paraser trasladados al sitio para elque fueron tallados. Como sialguien estuviera todavía apunto de recogerlos.

A partir de aquí encontrarel resto de paneles se hacealgo complicado porque nose distinguen en el horizon-te. Hay que remontar la la-dera y luego girar en el sen-tido contrario al reloj por laparte alta para descubrir más

canteras, restos de una mu-ralla que no llegó a construir-se y el cúmulo de piedras queformaron un torreón fortifi-cado.

Y todo ello mientras laimaginación, ya caliente, vaviendo templos donde no loshay, habitaciones talladas enla roca viva, piletas de grani-to en medio de la nada. Ac-ciones del viento, el frío y elagua que, como la luz y lassombras, continúan dandoforma a esta ciudad de pie-dras redondeadas muchotiempo después de que el úl-timo habitante la dejara atrás.� [email protected]

Puerta en esviaje de acceso al castro celta de Ulaca.

Ese baile de luces ysombras poco antesde caer la noche serepite exactamenteigual desde hace másde 2.000 años

�En marcha. El castro cel-ta de Ulaca se encuentra a25 kilómetros de Ávila. Elacceso desde esta capital serealiza por la N-502 en di-rección al Puerto de Mengadesviándose en Solosanchohacia la localidad de Villavi-ciosa. Hay que atravesar estalocalidad para localizar lapista de tierra que, tras pasarjunto a la iglesia, lleva en1.300 metros hasta el lugardonde se deja el vehículo.

�El paseo. Un panel señalael inicio del sendero que, ja-lonado de hitos pintados de

amarillo, asciende en unos20 minutos hasta el núcleodel castro. Se reco-mienda buen cal-zado y, paradisfrutar conla panorámi-ca, prismáti-cos y mapade la zona.Una vez arri-ba el paseopuede demoraruna hora larga

� Información. El castroes de acceso libre. Arriba, unguarda de la Junta de Casti-

lla y León puede facilitaralgo de información, pero lo

mejor es descargarsela guía del yaci-

miento en laweb:

www.cas-trosyverra-cosdeavi-la.com.

�Dormir.Tel. de infor-

mación institu-cional: 902 20 30 30.

Central de Turismo Rural:www.castillayleonesvi-da.com.

LA RUTA

Ulaca

Villaviciosa

AV-P-410

La erosión, las luces y lassombras otorgan personalidad alos bolos de granito en el castro.

redondasredondas