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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS EN LA REGIÓN NORESTE Fernando Olmos López' * Ing. Agr., Programa Pasturas, INIA Tacuarembó
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Nov 18, 2021

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EFECTOS CLIMÁTICOS

SOBRE LA PRODUCTIVIDAD

DE PASTURAS EN LA REGIÓN

NORESTE

Fernando Olmos López'

*

Ing. Agr., Programa Pasturas, INIA Tacuarembó

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Título: EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE

PASTURAS EN LA REGIÓN NORESTE

Autor: Fernando Olmos López

Boletín de Divulgación N° 64

©1997, INIA

ISBN: 9974-38-080-4

Editado por la Unidad de Difusión e Información Tecnológica del INIA.

Andes 1365, Piso 12. Montevideo Uruguay

Quedan reservados todos los derechos de la presente edición. Este libro no se

podrá reproducir total o parcialmente sin expreso consentimiento del INIA.

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ÍNDICE

Página

1. LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS EN RELACIÓN

A LOS PRINCIPALES PARÁMETROS DEL CLIMA

Introducción 1

Antecedentes 1

Consideraciones prácticas 8

Conclusiones 1 1

Bibliografía 12

2. EFECTO DEL ESTRÉS HIDRICO ESTIVAL EN LA

COMPOSICIÓN BOTÁNICA DE PASTURAS

CONVENCIONALES

Introducción 13

Consideraciones generales 19

Conclusiones 20

Agradecimientos 20

Bibliografía 20

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1. LA PRODUCTIVIDAD DE

PASTURAS EN RELACIÓN A LOS

PRINCIPALES PARÁMETROS

DEL CLIMA

De aquí no me voy, me quedo

te quiero así como sos

con tus inviernos de frío,

y veranos de calor...

Pepe Guerra

INTRODUCCIÓN

Una nueva descripción de la curva de crecimiento de las pasturas no es

necesaria, dada la profusa información técnica disponible, pero quizás nece

sitemos una mejor explicación de la misma, en función de los principales

parámetros que determinan el clima local.

Debemos reconocer la precisión del cantor popular, el cual identifica

claramente los dos períodos críticos para la producción forrajera en la región

noreste, permitiendo por lo tanto analizar la segunda parte de la frase inicial

considerando las peculiaridades de nuestra situación.

Esta imagen es fácilmente reconocida a través del diagrama de la figura 1,

donde se destacan los principales componentes bio-climáticos de nuestro

ecosistema pastoril y resalta la necesidad de profundizar en las diferentes

relaciones, de forma que nos permita alcanzar un mejor ajuste en el momento

de realizar los balances forrajeros prediales.

ANTECEDENTES

Una caracterización agroclimática nacional (Corsi, 1982), identifica regio

nes en el país con diferentes aptitudes agrícolas. En base a la información

local, Olmos y Corsi (1982), determinaron para la región noreste los valores

mensuales de la temperatura del aire, la temperatura del suelo, la evaporación

y las precipitaciones.

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

clima

suelo

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utilización

^producto

Figura 1. Modelo interpretativo del ecosistema pastoril.

La región noreste se destaca por presentar en general temperaturas más

altas que en el sur del país y mayores niveles de precipitaciones anuales, sin

embargo durante el período estival se observa un período de déficit hídrico.

Del mismo modo que en el resto del país en los meses invernales, la

temperatura media desciende marcadamente respecto a los meses de verano

(media de enero 23-25°C, media de julio 11-13°C para el sur y el norte

respectivamente).

Para recordar cuan variable resulta el clima local, es importante mencionar

que el contraste entre la estación fría y la estación cálida existe, pero no

menor es el contraste cuando en un día están presentes «las cuatro estacio

nes».

Esta afirmación es corroborada por los trabajos de síntesis efectuados enla región (IICA-FSB, 1978) que indican un alto coeficiente de variación en los

valores de las precipitaciones; alcanzando muchas veces registros superiores al 100%.

Al analizarse 70 años de información local (Olmos, 1991b), se determinó

que existe una gran variación «histórica» en las precipitaciones en los meses

de verano y otoño. Esta variación confrontada con la demanda atmosférica de

agua promedio (evaporación del tanque «A») (figura 2), indica cuatro «com

binaciones climáticas» posibles entre las dos estaciones, considerándolas

secas o húmedas en relación a la demanda atmosférica promedio (cuadro 1).

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INIATACUAREMBO EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS

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EF

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Figura 2. Precipitaciones (puntos) y evaporación (punteado) promedio para

el verano (EF, enero-febrero) y el otoño (MAM, marzo-abril-mayo) en

la región noreste (cada punto es un año).

Cuadro 1. Posibilidades de clima en verano y otoño.

Verano Otoñó

seco seco

seco húmedo

húmedo seco

húmedo húmedo

Además de existir esta variabilidad, no es posible detectar un patrón a

través de los años que pueda ayudar a una mejor interpretación o predicción

de las precipitaciones en dichas estaciones (figura 3).

Las curvas de crecimiento estacional de pasturas naturales para la regiónfueron publicadas por primera vez por Rosengurt (1943) y corroboradas por

Allegri y Formoso (1978) y Castro (1979). Las mismas muestran un marcado

descenso en el crecimiento durante el invierno en todos los suelos; en cambio

en verano el crecimiento de las pasturas varía de acuerdo al tipo de suelo, (a

igualdad de precipitaciones).

En la parte superior de la figura 4 (a) se presenta la curva de crecimiento

estacional para pasturas naturales sobre brunosoles y luvisoles (textura

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

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INIATACUAREMBO EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS

arenosa) de la región noreste. En la parte inferior (b), se ubica el diagrama

indicativo del balance hídrico para la misma región, desarrollado por Corsi

(1982).

A partir de la figura 4 se explica casi completamente el crecimiento de las

pasturas. Generalmente se diagrama la estación de crecimiento desde el

otoño y ésto trae confusión al mirar los resultados de los trabajos, ya que está

ligado más a un año «curricular - calendario» que a un año «biológico». No

debemos olvidar que las pasturas naturales de la región están compuestas en

más de un 70% por especies de ciclo estival, por lo tanto la época de

crecimiento no se inicia en otoño sino que en primavera.

Con las puntualizaciones anteriores se hace más comprensible la curva de

crecimiento de las pasturas :

- al comienzo de la primavera hay buena disponibilidad de agua en el suelo

y la temperatura está en aumento, es en este momento que muchos experimentos sobre brunosoles (Olmos, 1 991 a) han mostrado las máximas tasas de

crecimiento (segunda mitad de agosto y setiembre), sin considerar la encañazón

que sucede más tarde al semillar las especies;

-

en verano con una mayor demanda atmosférica de agua (al incrementarse

la evaporación potencial) y con la misma o menor precipitación, se produceuna restricción hídrica para las plantas y por lo tanto su crecimiento es menor

(centro de la figura) en los brunosoles; en los suelos de textura arenosa en

cambio, debido a una mayor disponibilidad de agua (horizonte B arcilloso), el

crecimiento es mayor;

- en otoño comienza a recomponerse un mejor balance hídrico. Algunas

plantas pueden llegar a florecer y comienza a descender la temperatura

incrementando el riesgo de heladas, las cuales detienen marcadamente el

crecimiento; la velocidad de recomposición entonces, depende del déficit

hídrico generado en verano;

-

en invierno en general el suelo se encuentra húmedo pero la temperatura

media es muy baja y las heladas son frecuentes. En cambio las especiesinvernales no son frecuentes, por lo tanto la producción de forraje desciende

abruptamente.

En la medida que el contenido de agua en el suelo es importante el

crecimiento de las plantas depende de la temperatura media del período. En

cambio cuando la cantidad de agua es limitante aún a temperaturas adecua

das para un buen crecimiento (verano seco) el mismo es escaso; el forraje

producido en estas condiciones, es de baja digestibilidad (Olmos, 1992).

La figura 5 (Olmos, 1 992; Olmos, 1 993) muestra el cambio en la producción

de forraje para diferentes tipos de pasturas de acuerdo a variaciones de la

temperatura ambiente. Una mayor temperatura permite mayores tasas de

crecimiento (kg de materia seca /ha/día), mostrando las pasturas cultivadas,

a temperaturas bajas (otoño-invierno-primavera), mayor producción diaria.

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

kg MS/ha

1400

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1000

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primavera verano otoño invierno

brunosol

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Evapotranspiración—~"

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Precipitación

I ' ! :; i Exceso de agua

[ . . . . i Agua del suelo utiliza-'"—-—-—^

da

l/ / /\ Deficiencia de agua

f\ "\ \ 1 Recarga de agua

Figura 4. a) Producción estacional de forraje en suelos arenosos y brunosoles de la

región noreste (Olmos, 1990); b) balance hídrico mensual para la regiónnoreste (Corsi, 1982).

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INIATACUAREMBO EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS

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10.7 12 13.1 14.2 15.7 17.1 17.7 19.5 21.4 23.3

temperatura 0 C

Figura 5. Efecto de la temperatura ambiente en el crecimiento de pasturas naturales y

cultivadas en la región noreste (adaptado de Olmos, 1992; Olmos 1993).

El punto señalado en la figura para campo natural corresponde al verano

de 1985 que fue muy seco.

Tan marcado es el efecto del clima sobre las pasturas que éste se traslada

directamente al comportamiento productivo de los animales en pastoreo.Olmos (1 992), ha mostrado como la ganancia de carne por hectárea dependefuertemente de la estación del año en que se determine así como de la

disponibilidad de forraje. Otros autores indican a su vez, que las propiascondiciones climáticas afectan directamente el comportamiento de los anima

les regulando el consumo voluntario (condiciones de estrés por frío o calor lo

afectan negativamente) (Fox, D., 1987).

En la figura 6 se observa que la estación es determinante de la gananciao pérdida de peso vivo animal por hectárea debido a las variaciones en la

producción de forraje. Se observan fluctuaciones entre años mostrando en

muchos casos solapamiento de las «elipses» de datos. Tomando en forma

individual cada caso y considerando los registros climáticos locales, esta

variación es explicada con mayor acierto por la combinación de las variacio

nes en la temperatura y en las precipitaciones. Cuando hace frío o falta aguaen el suelo, el crecimiento de las plantas forrajeras se enlentece o detiene;cuando la temperatura es más cálida y el agua está disponible sin limitacio

nes, el crecimiento se multiplica por varias veces y en el mejor caso se

produce la semillazón generalizada (fines de primavera). A veces incluso,ocurre una segunda floración (fines del verano).

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

40

20

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y

primavera

6 8 10

kg MS verde/kg peso vivo

12 14

Figura 6. Ganancia o pérdida de peso vivo animal en relación a la cantidad de forrajeverde disponible durante el año (adaptado de Olmos, 1992).

En las figuras 7 y 8 (Olmos, 1992) correspondientes a la ganancia animal

en peso vivo por hectárea de primavera e invierno, los puntos están dispersosen cada estación y solapados entre años. Al superponer la información

correspondiente a la temperatura media y las precipitaciones para cada

período (figura 8 y cuadro 4, Olmos, 1 992), se aprecia claramente que cuando

no hay limitantes al crecimiento de las plantas (por el agua disponible), el

mismo depende de la temperatura media y la ganancia de los animales se

corresponde con el forraje disponible.

CONSIDERACIONES PRACTICAS

¿Qué pasa si se dispone de una especie perenne estival como Lotus

corniculatusl

En un brunosol Lotus corniculatus debería llegar al final de la primavera,inicio del verano (noviembre-diciembre) con área foliar que le permita una

mejor sobrevivencia y que sus raíces puedan extraer agua de los horizontes

del suelo más profundos, mecanismo éste que le permite a la especie

presentar una alta resistencia a la sequía estival.

En un suelo arenoso aún en pastoreo continuo moderado podrá sobrevivir,

ya que la mejor disponibilidad de agua en el suelo le permitirá mantenerse

productiva. Se deberán considerar otros aspectos de la competencia con la

pastura natural como el mecanismo de re-siembra natural y las necesidades

de fosfatos de la leguminosa, para alcanzar las mayores tasas de crecimiento.

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aumento

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kg p. vivo animal

Figura 7. Ganancia o pérdida de peso vivo animal/ha en relación

a la cantidad de forraje verde disponible en primavera.

aumento

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p. vivo animal (kg)/ha

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14.6° C

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10.7° C

kg MS verde/

kg p. vivo animal

Figura 8. Ganancia o pérdida de peso vivo animal/ha en relación

a la cantidad de forraje verde disponible en invierno.

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

¿Qué pasa cuando se disponen de especies invernales anuales como

Trifolium subterraneum, Lotus subiflorus, Ornithopus compressus, Trifolium

vesiculosum?

En un brunosol podrán expresar su mejor comportamiento ya que la

«sequía» por textura que en promedio presentan éste tipo de suelos, las

tomará en estado de semilla y habrá muy poco crecimiento de las forrajeras

nativas. En otoño con la ocurrencia de precipitaciones comenzarán a «re

instalarse» a partir del banco de semillas en el suelo.

En un suelo arenoso las leguminosas presentarán un comportamiento

diferente de las especies naturales estivales. Con las lluvias de verano (y el

nitrógeno de las leguminosas) las pasturas naturales se verán favorecidas,

las semillas blandas de las leguminosas germinarán y sus plántulas morirán

más tarde por exceso de temperatura. En otoño las pocas semillas que

queden no tendrán espacio para germinar y la pastura mejorada se perderá.Si no llueve en verano el trébol tiene mayor probabilidad de éxito en el nuevo

año. El manejo que se practique con el pastoreo durante el verano en un año

lluvioso puede ser clave, ya que si hubo adecuada semillazón en la primavera,

aunque se pierdan algunos kg con las lluvias estivales, al crear «espacios»

previo al otoño, la semilla dura residual podrá reinstalar la pastura mejorada.

Con especies anuales invernales no se puede por lo tanto, esperar una

buena disponibilidad de forraje temprano en el otoño. Esto debería buscarse

a través de especies estivales tanto anuales como perennes. En éste sentido,se dispone de información experimental que indica la adaptación para su uso

de: Lotus corniculatus, Setaria anceps, Paspalum dilatatum, Pennisetum

americanum y Pennisetum purpureum. En cuanto a perennes de invierno se

puede utilizar Bromus auleticus, la cual es resistente a sequías estivales y de

excelente producción otoñal.

¿Qué pasa con una especie perenne invernal como trébol blanco?

Sobre un suelo arenoso es necesario establecer que su uso es poco

recomendable ya que luego del primer año se pierde en la medida que no se

aplique encalado y correctas medidas de manejo. En el caso de un brunosol

la «sequía» estival puede afectar considerablemente la sobrevivencia de los

estolones, un pastoreo excesivo en éste período seguramente incrementará

el perjuicio sobre la especie. Si el verano es más lluvioso de lo normal la plantase mantendrá en activo crecimiento, sin embargo su utilización deberá

siempre ser moderada ya que la sequía puede ocurrir nuevamente más tarde

en la estación.

Una forma «biológica» de cubrir este riesgo estival es permitirle a la pasturasemillar lo más frecuentemente posible (todos los años o cada dos años)

generando un banco de semillas en el suelo que ante un clima estival muy

severo permita recuperar el mejoramiento con las lluvias otoñales.

En cuanto a las especies nativas, las más importantes desde el punto de

vista forrajero tienen una «percepción» ambiental que les permite su mejor

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INIATACUAREMBO EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS

instalación en la época del año con mayores probabilidades de éxito: Bromus

auleticus, Poa lanígera, Adesmia bicolor y Stipa setigera (Olmos, 1991b)necesitan humedad y frío para germinar. Precisamente en estas circunstan

cias (principios de junio) es donde se han obtenido las mejores instalaciones

o determinado a campo su ocurrencia; en cambio las especies estivales

necesitan mayor temperatura como es el caso de Coelhorachis selloana

(Olmos, 1991) y Paspalum dilatatum (Coll, 1991), este último presentandoincluso dormancia invernal.

La información presentada marca claramente cuales son algunas de las

principales restricciones ambientales para la producción de forraje. Siguiendo el modelo básico propuesto (figura 1), surge un aspecto muy importantea ser considerado cuando se desea ajusfar un balance forrajero específico,

y éste es la variación en la producción estacional cada año. Por tanto un

criterio de seguridad que contemple el riesgo, sería tener presente el rangode producciones posibles más que manejar el promedio de producciónestacional. De esta forma, considerando los valores mínimos, sería posiblecalcular las necesidades máximas de suplementación ante una crisis extre

ma, permitiendo a su vez considerar el balance económico-financiero del

predio.

CONCLUSIONES

Se pueden determinar dos períodos climáticos cuyas características son

posibles de predecir y dos períodos más variables o multiestados :

-

por un lado el invierno y la primavera, donde el primero es de esperar quesea húmedo y frío para las plantas, por lo tanto de escaso crecimiento; la

primavera se inicia con el suelo saturado de agua y la temperatura en

aumento favoreciendo el crecimiento de las pasturas (la curva en «S»),

-

por otro lado el verano y el otoño: el verano en general es caliente y con

déficit de agua, habrá poco crecimiento y pasturas de muy baja digestibilidad,

pero si llueve se promoverá un excelente crecimiento que probablementebrinde una nueva floración, pero ¿cuál verano va a ser seco y cuál lluvioso?;el otoño depende de la «historia» de cada verano previo, pudiendo iniciarse

con pasturas encañadas por mucho crecimiento estival que las heladas las

«queman», o con muy baja disponibilidad de forraje si el verano fue seco y por

lo tanto el pastoreo deberá aguardar hasta más entrado el otoño.

La estación más incierta desde el punto de vista climático, por lo tanto, es

el otoño. Esto presenta una clara evidencia de los riesgos asociados al

manejo de pasturas previo al invierno, tanto por la posibilidad de producircomo de confiar en un recurso forrajero para esa época.

Estas situaciones deben considerarse para los dos tipos de suelos más

importantes de la región (brunosoles y luvisoles) y tanto para las especiesnativas (visto anteriormente) como para las cultivadas introducidas.

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

En el caso de las especies cultivadas, es importante diferenciar entre

especies estivales como lotus e invernales como trébol blanco, incluso dentro

de las invernales entre perennes y anuales para tratar de lograr su mejor

sobrevivencia en los campos frente a las condiciones más cambiantes del

clima local.

BIBLIOGRAFÍA

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N°18 p. 83-110.

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COLL, J. 1991- Prducción de semilla de Paspalum dilatatum.\N\A Ser. Tec. N° 4, 20p.

CORSI, W. 1 982 - Regionalización agroclimática de Uruguay para cultivos. CIAAB Mise. N° 40,

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OLMOS, F. 1992-

Aportes para el manejo de campo natural. INIA Ser. Tec. N° 20, 40 p.

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Tacuarembó. Ser. Act. Dif. N° 2 30 p.

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ROSENGURT, B., 1943- Estudios sobre praderas naturales del Uruguay. 3ra Contribución:

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2. EFECTO DEL ESTRÉS HIDRICO

ESTIVAL EN LA COMPOSICIÓN

BOTÁNICA DE PASTURAS

CONVENCIONALES

INTRODUCCIÓN

El crecimiento de las plantas forrajeras en condiciones naturales se ve

afectado por la forma en que son utilizadas cuando se pastorean, así como

por las diversas interacciones que se presentan frente a las variaciones

climáticas locales.

En la región noreste ha sido demostrada la gran adaptación que presentanLotus corniculatus y Trifolium repens ,

dos leguminosas de alto valor forrajero

(Olmos, 1 991 ; Allegri y Formoso, 1 980). Estas especies al ser introducidas en

la región, se ven sometidas a períodos de estrés cuando se alcanzan

situaciones extremas en las principales variables climáticas.

El crecimiento estacional de las pasturas depende fundamentalmente de

la temperatura media y el balance hídrico, debido a la variabilidad en el

volumen de precipitaciones mensuales (IICA-FSB, 1978; Olmos, 1993ab).Una temperatura adecuada no garantiza de por sí un buen crecimiento de las

plantas, ya que éste depende de la disponibilidad de agua en el suelo.

Trifolium repens y Lotus corniculatus son especies originarias de zonas

de clima templado. En nuestras condiciones, ambas se han adaptado a una

amplia gama de situaciones, presentando Lotus un crecimiento más estival

y trébol blanco más invernal.

El norte y noreste del país se caracterizan por tener un clima más cálido

y húmedo, similar en muchos años a situaciones de clima sub-tropical (Corsi,

1982). Esta situación determina que las dos especies encuentren en forma

intermitente, períodos de estrés hídrico, principalmente en los meses de

verano.

Frame y Newbould (1984, 1986) y Thomas y Norris (1981) destacan que

la superficialidad del sistema radicular de trébol blanco lo hace susceptible al

estrés hídrico estival y esto limita su uso potencial, tanto en Gran Bretaña

como en Australia.

En Nueva Zelanda Hay et al., (1989), observaron que las poblaciones de

trébol blanco se ven afectadas por períodos de estrés hídrico al final de la

primavera y verano, con la posibilidad que se vea condicionada su persistencia en la pastura.

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

El mismo estrés estival determina un menor enraizamiento por menor

crecimiento del tallo, y afecta la re-instalación luego de eliminado el estrés al

inicio de la estación de crecimiento (Stevenson y Laidlaw, 1985). Los autores

determinaron a su vez, una reducción en la fijación simbiótica de nitrógeno,cuando las raíces fueron sometidas a estrés hídrico.

Estudiando la dinámica de una pastura mezcla con inclusión de trébol

blanco, Garwood y Tyson (1978) determinaron que el 67 % de la variación

en el rendimiento anual de forraje dependía de las condiciones de humedad

del suelo.

Con la utilización de un modelo matemático que incluye la temperatura, el

sombreado, el IAF (m2 de hoja por superficie de suelo), Hill et al., (1989)

concluyeron que la sobrevivencia de estolones de trébol blanco en períodos

secos, es el factor clave para su persistencia en Queensland, Australia.

En Uruguay, al estudiarla persistencia de pasturas cultivadas García era/.,

(1981), destacan aspectos de manejo que favorecen la utilización de la

pastura en el largo plazo, pero no hay información disponible sobre su

interacción con las variables climáticas.

En condiciones más extremas de verano (dos meses de total falta de agua)en la región noreste, se realizaron observaciones (Olmos, F. datos no pu

blicados) del comportamiento de trébol blanco en 1993-94. El estrés hídrico

no solo eliminó las plantas de trébol blanco, sino que afectó considerable

mente las especies nativas. Posteriormente con las lluvias de otoño, el trébol

blanco se recuperó a partir del banco de semillas presente en el suelo.

En cuanto al género Lotus, diversos trabajos destacan su tolerancia a

situaciones que son adversas para trébol blanco o alfalfa, sea por el tipo de

suelo o su relativa resistencia a la sequía (Seaney y Henson, 1 968; Hoveland,

1994; Blumenthal et al., 1994; Carámbula, 1977; Olmos, 1994).

En la región noreste, Castrillón y Pírez (1987) estudiaron el primer año deinstalación de gramíneas y leguminosas, incluyendo trébol blanco y Lotus. En

verano con déficit de precipitaciones, las plantas de Lotus se mantuvieron en

estado de crecimiento vegetativo, en cambio trébol blanco no. Esto determinó

un mayor aporte forrajero otoñal del primero, aunque a fin del mes de junio,ambas especies realizaron un adecuado aporte al recubrimiento de la vegetación (cuadro 1).

La mayor resistencia al período seco de Lotus se explica por la masa

radicular presente en relación al total de materia seca (0.73) en el otoño la cual

es mayor a la presentada por trébol blanco (0.3).

La única diferencia significativa un año después de la siembra se presentóen el tratamiento con vibrocultivador, seguramente a consecuencia de la

menor cantidad de semilla producida en la primavera previa.

El objetivo del presente trabajo es analizar la variación en la produción de

forraje y la composición botánica de pasturas cultivadas sometidas a diferen-

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INIATACUAREMBO EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS

Cuadro 1. Porcentaje de instalación, sobrevivencia y producción de semilla de

dos leguminosas con tres métodos de siembra (adaptado de Castrillón

y Pírez, 1987).

Tratamiento

previo

% instalación kg sem./ha % recubrimiento

un año después

Blanco Lotus Blanco Lotus Blanco Lotus

disquera-vibro

disquera

vibro

14

13

16

20

16

24

518

612

216

25

57

34

50

45

14

37

28

38

promedio 14 j 27. I

36

,', .mnVí.r-, lí ':■■"■■

34<■■■■*,, m .:

tes períodos de estrés hídrico estival. Para ello se tomaron los resultados

parcelarios de 10 experimentos sembrados entre 1983-1986 en el Campo

Experimental de Cuchilla de Caraguatá ,sobre la unidad de suelos del mismo

nombre. La siembra de los experimentos se efectuó luego de laboreado el

suelo y se consideran 71 tratamientos diferentes en total.

Los tratamientos analizados tuvieron siempre como componente de la

mezcla Trifolium repens cv. Zapicán y Lotus corniculatus cv. San Gabriel

asociados a gramíneas (Olmos, 1991). La metodología aplicada consistió en

considerar el rendimiento de materia seca y la composición botánica, en los

períodos de fin de primavera e inicio de otoño-invierno de las pasturas.

Los valores climáticos se tomaron de la estación más cercana de la

Dirección Nacional de Meteorología y los promedios de temperatura y

balance hídrico relativo (precipitación/evaporación), se realizaron para los

períodos setiembre-octubre-noviembre (SON), diciembre-enero-febrero (DEF),

marzo-abril-mayo (MAM), junio-julio-agosto (JJA) de los años 1983-84-85 y

1986.

El balance hídrico relativo varió de acuerdo al año analizado y las diferen

tes estaciones (cuadro 2); en general fue positivo para el período invernal,

variando marcadamente en los meses de verano (DEF) y en forma intermedia

en los meses de primavera (SON) y otoño (MAM).

Estos resultados demuestran que el período invernal es efectivamente

donde se produce la "recarga de agua" en el suelo (Corsi, 1982), siendo

utilizada luego paulatinamente por la vegetación hasta llegar a períodos de

estrés hídrico en verano (Olmos, 1993a) que afectan el crecimiento de las

pasturas.

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CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

Cuadro 2. Balance hídrico relativo estacional (precipitación/evaporación).

Año

83-84

84-85

85-86

JJA

2.59

2.81

2.24

SON

.93

.85

1.00

DEF

.24

.41

MAM

1.38

1.08

2.32

Esta tendencia presenta variaciones en el período analizado, ya que la

precipitación es una proporción variable de la evaporación (0.24, 0.41, 0.81)

(figural), (DEF).

Esta variación se combina con la estación siguiente (MAM) determinando

que frente a niveles de estrés relativamente similares (84-85, 85-86) en

verano, el balance hídrico otoñal sea muy diferente, presentando situaciones

de equilibrio (84-85) y de exceso de precipitaciones (85-86). Por otra parte,

la temperatura media estacional fue más estable que las precipitaciones

(cuadro 3), resultados que corroboran el diferente rango de variación que

presentan los principales parámetros climáticos, con valores más extremos

para el caso del balance hídrico relativo.

La variación en los valores de los parámetros climáticos afecta directamen

te la composición botánica de praderas convencionales que incluyenTrifolium

repens y Lotus corniculatus (cuadro 4).

2.5 rBalance hídrico relativo

1.5

0.5

^— 83-84

• • • 84-85

— —85-86

• N

•..%.//

SON DEF MAM

Períodos

Figura 1. Balance hídrico relativo de tres estaciones en tres anos.

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INIATACUAREMBO EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS

Cuadro 3. Temperatura media estacional en el período 1983-1986.

Estación 83-84

""■■■■ ■■■■■■■

84-851

85-86

JJA 11 11 13

SON 17 17 18

DEF 24 22 23

MAM 18 18 17

Cuadro 4. Composición botánica de la pastura en primavera y otoño.

Año

Diciembre Otoño-Invierno

Blanco Lotus Blanco Lotus

83-84 52 39 64 25

84-85 66 16 11 48

85-86 26 19 5 48

Con un buen balance hídrico en verano las dos leguminosas mantienen

una alta proporción de la pastura al otoño siguiente (83-84), en cambio

cuando el verano es más seco (84-85, 85-86) la proporción de las leguminosas varía marcadamente; el trébol blanco disminuyó a un 20% de la compo

sición botánica de la primavera previa, sin embargo Lotus constituyó prácti

camente la mitad de la mezcla (figura 2).

Castrillón y Pírez (1987) determinaron que Lotus, en suelos similares,

presenta una mayor tolerancia a sequías estivales y esto determina un aporte

de forraje en el otoño siguiente, superior al trébol blanco. Olmos (1991,

1993a) ha efectuado un análisis de la curva de producción estacional de

forraje concluyendo que el tipo de suelo, la temperatura media y el balance

hídrico, son las principales variables que afectan su crecimiento. Para los

trabajos analizados, los resultados indican que en primavera se produce una

mejor combinación de las variables y se logran rendimientos de forraje más

altos (figura 3).

Esta mayor producción esta determinada por una mayor tasa de crecimien

to diario de la pastura (42 vs. 21 kg MS/ha/día) en primavera que en otoño

(cuadro 5).

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

% de leguminosas Balance hídrico relativo

i i i i i i i i i i i i i i 1 1 r

Dic. 83 Otoño 84 Dic. 84 Otoño 85 Dic. 85 Otoño 86

Períodos

1 1 T. blanco Fffffl Lotus — B. hídrico DEF

Figura 2. Evolución de la composición botánica de mezclas forrajeras en tres veranos

diferentes.

//

4,5

4

3,5

3

2,5

2 .

;00.:" 00

- '■•'■■-.-'"' .-'" ':/: Wí(5-86

/84-85

t i i 1 1 V 1 1 _//83-84

Fin primavera Primer corte otoño

Período

Figura 3. Producción de forraje (kg MS/ha) a fin de primavera e inicio de otoño en

praderas convencionales.

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INIATACUAREMBO EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS

Cuadro 5.Tasa de crecimiento (kg MS/ha/día) de praderasconvencionales.

Año Ultimo corte

de primavera

1er. corte

de otoño

83-84 v 51.6 18.6

84-85 38.1 18.5

85-86 36.5 26.5

El mejor balance hídrico del año 85-86 determinó una mayor tasa de

crecimiento (26 vs. 18 kg MS/ha/día), pero la respuesta se basa en la

proporción de Lotus corniculatus fundamentalmente (cuadro 4), ya que el

trébol blanco demora mucho más en recuperarse a partir del estrés hídrico

estival.

El impacto del estrés hídrico se manifiesta en pasturas tanto de 1er. como

de 2d0 año (cuadro 6), determinando en ambos casos un incremento en la

proporción de Lotus corniculatus en la pastura el siguiente otoño.

Cuadro 6. Composición botánica (%) de pasturas sembradas en diferentes años

en respuesta a un verano con estrés hídrico.

Año siembra

Composición botánica

Primavera Otoño

Blanco Lotus Blanco Lotus

83 62 23 8 58

84 69 10 15 37

48'':'':

promedio 66 16 11

CONSIDERACIONES GENERALES

La variación en la composición botánica de mezclas forrajeras al inicio del

otoño establece la necesidad de planificar adecuadamente su utilización con

animales en pastoreo; el forraje disponible en los meses de invierno será

afectado directamente por el manejo otoñal de la pastura. Ha sido demostrado

previamente (Allegri y Formoso, 1980), que variaciones en la proporción

relativa de especies en la mezcla, modifican la oferta estacional de forraje.

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EFECTOS CLIMÁTICOS SOBRE LA PRODUCTIVIDAD DE PASTURAS INIATACUAREMBO

Olmos (1993a) analizando 70 años de información pluviométrica local,

establece que es muy difícil detectar un patrón de precipitaciones estacionales,

pero éstas afectan marcadamente la producción de forraje y por tanto la

producción anual de terneros (Olmos, 1993b).

El balance hídrico es una de las variables más importantes en nuestro

ecosistema ya que determina importantes cambios en las pasturas cultivadas

y naturales. En el caso de las primeras, afectando su proporción relativa o

incluso su propia supervivencia y en el caso de las segundas, favoreciendo

la presencia de especies de ciclo invernal (C3), cuando las probabilidades de

sequía en el suelo son mayores como en la zona basáltica (Berretta et al.,

1990) o las de ciclo estival (C4) en suelos arenosos donde el balance hídrico

es más favorable en los meses de verano para el crecimiento vegetal (Castro,

1979; Olmos y Godron, 1990).

En el caso de trébol subterráneo también ha sido destacada la importanciadel balance hídrico y la temperatura media de verano, ya que determinan la

presencia de la leguminosas en el otoño temprano, cuando se utilizan

cultivares adaptados (Olmos, 1992c).

CONCLUSIONES

El estrés hídrico estival tiene un marcado efecto en la composiciónbotánica de pasturas cultivadas en el otoño siguiente; determinando que

Trifolium repens disminuya su proporción en la mezcla y que incremente la de

Lotus corniculatus.

La variación observada implica un mayor cuidado en el manejo estacional

de praderas convencionales.

Los déficits hídricos estivales son esperables pero aleatorios e impredeci-bles, lo cual dificulta la planificación del balance forrajero si no se considera

la conservación del forraje producido en los momentos de máximo crecimien

to como lo es la primavera (SON).

AGRADECIMIENTOS

A los Ings. Agrs. Marcia del Campo y Diego Risso por los aportes realizados

y la revisión de los manuscritos.

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Impreso en los Talleres Gráficos de

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