La coreografía del tango Inés Cuello Si admitimos que el tango fue, en sus comienzos, principalmente una danza, no parecería completo un estudio de esta especie que soslayara el tratamiento de su forma coreográfica. Es por ello que, en las páginas siguientes, se analiza este aspecto en particular. Durante la investigación fueron utilizados procedimientos de distinta índole; por un lado, se llevó a cabo una rebusca en archivos y bibliotecas; y, por otro, se obtuvieron datos en entrevistas con bailarines de reconocida trayectoria. No obstante, es preciso advertir que la recreación de la forma de un baile vigente en épo- cas pasadas (aunque el tango haya perdurado, nos propusimos analizar su etapa inicial) presenta ciertos obstáculos inherentes a la naturaleza misma del hecho observado: una danza desaparece en cuanto deja de ser practicada. Lamentablemente, los medios técnicos de representación visual -fotografía, cinematografía - aparecieron tardíamente en nuesto país como para haber sido empleados en la documentación de los comienzos del tango 1 . Además, los testimonios escritos informan parcialmente acerca del aspecto técnico de la danza: en general, se percibe sensiblemente la dificultad que implica traducir con propiedad en el lenguaje escrito, la variada gama de evoluciones y actitudes que fue propia de los bailarines. Por otra parte, las noticias acerca de la práctica del tango en su etapa inicial fueron esporádicas, porque. hacia fines de siglo, las publicaciones porteñas reflejaban preferentemente las actividades de un sector de la población cuyos modelos coreográficos eran europeos y norteamericanos. La ilustración N 0 1 es elocuente al respecto. Ver ilustración nº. 1 "Nuevos bailes de salón", Sección: Para la familia. 1 El primer documento fílmico de que se tiene noticia -no se conserva copia- es un cortometraie producido entre 1900 y 1906 por la Casa Lepage titulado Tango Argentino. El filme, dirigido por Eugenio Py, contenía escenas de tango bailado por El Negro Agapito. Para mayor información, ver: Couselo, Jorge Miguel: “El tango en el cine”, en Buenos Aires Tango, Revista Bimestral. N 0 1. 2 y 3. Buenos Airea, 1970.
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La coreografía del tango
Inés Cuello
Si admitimos que el tango fue, en sus comienzos, principalmente una danza, no parecería
completo un estudio de esta especie que soslayara el tratamiento de su forma coreográfica.
Es por ello que, en las páginas siguientes, se analiza este aspecto en particular.
Durante la investigación fueron utilizados procedimientos de distinta índole; por un lado, se
llevó a cabo una rebusca en archivos y bibliotecas; y, por otro, se obtuvieron datos en
entrevistas con bailarines de reconocida trayectoria.
No obstante, es preciso advertir que la recreación de la forma de un baile vigente en épo-
cas pasadas (aunque el tango haya perdurado, nos propusimos analizar su etapa inicial)
presenta ciertos obstáculos inherentes a la naturaleza misma del hecho observado: una
danza desaparece en cuanto deja de ser practicada. Lamentablemente, los medios técnicos
de representación visual -fotografía, cinematografía - aparecieron tardíamente en nuesto
país como para haber sido empleados en la documentación de los comienzos del tango1.
Además, los testimonios escritos informan parcialmente acerca del aspecto técnico de la
danza: en general, se percibe sensiblemente la dificultad que implica traducir con propiedad
en el lenguaje escrito, la variada gama de evoluciones y actitudes que fue propia de los
bailarines.
Por otra parte, las noticias acerca de la práctica del tango en su etapa inicial fueron
esporádicas, porque. hacia fines de siglo, las publicaciones porteñas reflejaban
preferentemente las actividades de un sector de la población cuyos modelos coreográficos
eran europeos y norteamericanos. La ilustración N0 1 es elocuente al respecto.
Ver ilustración nº. 1 "Nuevos bailes de salón", Sección: Para la familia.
1 El primer documento fílmico de que se tiene noticia -no se conserva copia- es un cortometraie
producido entre 1900 y 1906 por la Casa Lepage titulado Tango Argentino. El filme, dirigido por Eugenio Py,
contenía escenas de tango bailado por El Negro Agapito. Para mayor información, ver: Couselo, Jorge
Miguel: “El tango en el cine”, en Buenos Aires Tango, Revista Bimestral. N01. 2 y 3. Buenos Airea, 1970.
Caras y Caretas, Buenos Aires, 15 dic. 1900.
En diciembre de 1900, los "doctores en la ciencia coreográfica" presentan a los lectores
de Caras y Caretas "Nuevos bailes de salón" propuestos en un certamen realizado en
Boston... Entretanto, el tango argentino -que se convertiría años más tarde en modelo
ineludible para esa misma elite porteña- imponía su notable innovación coreográfica en los
sitios de baile populares.
Ahora bien, toda danza social para solaz o entretenimiento, es susceptible de ser
ejecutada de distintas maneras según cada individuo, y especialmente en relación con las
circunstancias. El tango no fue ajeno a este principio.
Es probable que, en los comienzos de su gestación, el tango tuviera una mayor homoge-
neidad en su expresión, por cuanto todos sus ejecutantes -aun perteneciendo a distintas
clases sociales- habrían estado consustanciados con esa nueva y particular forma de bailar.
Al propagarse paulatinamente a otros niveles de la sociedad, fueron surgiendo diferentes
versiones particulares, adaptadas a cada ambiente por medio de algunas modificaciones
estilísticas. Y para que las versiones resultantes hayan conformado lo que habitualmente
denominados un estilo determinado, debió haber habido coincidencia de algunos rasgos
decisivos en la coreografía y una cierta difusión de esos mismos caracteres comunes. Si
esos rasgos existieron, es lógico suponer que los cronistas fueron sensibles a ellos. Así
ocurrió, tal como se observó a través de los testimonios: determinados estilos prepon-
deraron durante lapsos significativos. Remitiéndonos a estos datos y para brindar una visión
conjunta del proceso, elaboramos una periodización de la coreografía del tango en tres
etapas. Estas surgieron principalmente en funcion de la evolución formal de la coreografía,
pero también se consideraron aspectos relacionados, como los cambios en el repertorio de
los bailes de sociedad y los distintos ambientes sociales de los practicantes. Las fechas
propuestas son aproximadas, y se parte de la época que documenta la especie constituida
como danza social, si bien es aceptable suponer que las características del primer período
podrían haber correspondido al tango vigente con anterioridad.
1er. período: Manifestación c. 1898 a 1904
2do período: Adaptación 1905 a 1910
3er. período: Codificación 1911 a 1916
Cuando el tango aparece, otras danzas constituyen el repertorio de los bailes de salón.
Enumeramos las principales agrupadas por sus formas análogas que describimos más
adelante-: cuadrillas y lanceros; vals, polca, mazurca, Schottisch y boston; habanera; y el
último grupo integrado por polca militar, skating, roman dance y pas de quatre.
En el período denominado Manifestación, comienzan a incorporarse en las descripciones
de los bailes de Carnaval nóticias acerca del novedoso baile, que es practicado por el
elemento entonces reconocido como criollo2 Expondremos sintéticamente sus
características, empleando términos extraídos de las crónicas de la época.
El tango fue una danza dificultosa: requería cuerpo "flexible" y piernas "prodigiosas"; era
necesaria una invención continua de nuevas figuras, de "movimientos no conocidos", que
exigían gran contracción. Tanta, que "ni siquiera se habla, por no perder el compás", según
los comeritarios.
Los observadores lo calificaron con una amplia gama de vocablos, quebrallón,
compadrón, dislocador, onduloso, mimoso, voluptuoso, de vaivén marcadísimo, baile triste,
cadencioso como sensitivo, etc. También nos dicen que se bailaba con quebrada, taconeo,
balanceo, paradas y pasos cruzados, y nombran ciertas figuras, como "carrerita" o "corrida",
"corte", "media luna" y "vuelta"; si no se presentaba un nombre específico, entonces la figura
era un "firulete". Además la pareja podía "dormirse en un movimiento cadencioso durante un
compás o dos", y cuando bailaban ambos compañeros flanco con flanco, se producía un
2 Ver párrafo: El tango como hecho popularizado, en II El tango como especie constituida
"refiloneo", como puede verse en las ilustraciones que siguen.
Ver ilustración nº. 2 y Nº. 3 El Maco Tango criollo. Música de M. J. Toinquist.
Edición Medina. Caras y Caretas, Buenos Aires, 15 ago. 1903.
De acuerdo con las fuentes consultadas, se infiere la vigencia durante este primer
período de un estilo coreográfico del tango caracterizado en primer término por una
improvisación constante y, además, por los siguientes rasgos:
gran flexibilidad en el enlace de los bailarines; inclusión de variadas figuras o "cortes";
suspensión momentánea del desplazamiento; marcadas "quebradas" o movimientos
laterales de caderas; presencia de taconeos, pasos cruzados y movimientos de vaiven o
balanceos; y por último, una estrecha vinculación entre la danza y la musica.
Sobre este punto, es imprescindible poner en claro que la determinación de un estilo me-
diante la enumeración de una serie de rasgos concretos constituye una formulación técnica,
por cierto muy distinta de cada una de las realizaciones particulares.
En el período denominado Adaptación, el tango era practicado por la mayor parte del
cuerpo social, exceptuando a los integrantes de la elite porteña, quienes no abrían sus
salones sino a las danzas anteriormente citadas -por entonces, con algunas deserciones,
como la habanera- que tenían la aprobación de los centros sociales más prestigiosos del
extranjero.3
Entre las clases populares, el afianzamiento del tango produjo la paulatina desaparición
de la mayoría de las especies bailables, salvo el vals.
En este segundo período conviven dos estilos como resultado de la adaptación del tango
a circunstancias distintas. Su coreografía sufre una doble modificación: se complica y se
simplifica. Por un lado, al imponerse la costumbre de realizar concursos de baile, se
3 Ver párrafo: El tango como hecho corriente, en II El tango como especie constituida.
favorece la práctica de elaboradas formas para la competición, y sus figuras se tornan
entonces cada vez más difíciles y complicadas: también se conocen nuevos nombres como
"cuatro" y "sentada". Y, por otro lado, como consecuencia de su difusión más amplia, se
dejan de lado complejos desplazamientos y comienza a bailarse "tango liso", es decir con
figuras simples y sin elásticos contoneos, más apropiado para las aptitudes físicas del
bailarín común, no dotado naturalmente.
El tercer período lo denominamos Codificación porque, como consecuencia de su acep-
tación en París4, la coreografía del tango es sometida a una minuciosa revisión. Habitual-
mente se produce un desfasaje entre la plasmacion popular y su sistematización; además,
en el caso del tango, las primeras teorías fueron concebidas sobre versiones deformadas
del original, por entonces en boga en los music-halls europeos. Esas presentaciones
espectaculares poco conservaron de las formas primitivas del tango criollo; más bien
exageraron sus gestos y actitudes sobre la base de movimientos y posiciones de baile
académico. Como puede observarse en las siguientes reproducciones.
Ver ilustraciones nº. 4, 5 y 6 El tango en París, Texto firmado por Antonio G. Linares. Fotos Manuel
Elegancias, Paris, may. 1913.
Es conveniente advertir que la intención de fijar la coreografía de un baile mediante un
determinado sistema de signos responde a una actitud premeditada, individual, siempre
posterior a la espontánea práctica del mismo por la colectividad de bailarines natos; entre
éstos, el conocimiento de obras de esa naturaleza no provoca modificaciones sustanciales.
Por lo general, las metodizaciones están dirigidas a un público diferente que, de hecho
reconoce una falta de conocimiento en la materia, o bien a individuos con menor capacidad
creadora para la danza.
El desarrollo del baile en el viejo continente -tema que no se trata aquí con detenimiento,
debido en parte, a la imposibilidad de consultar fuentes directas, pero también, al enfoque
de la obra, centrado en el área rioplatense- fue, ahora sí, reflejado abundantemente en las
4 Ver párrafo: El tango en París, en II El tango como especie constituida
publicaciones periódicas de Buenos Aires. Según estas fuentes, los profesionales europeos
dedicados a la enseñanza de bailes de salón, ávidos por introducir novedades a su
expectante clientela, encontraron en la nueva danza americana elementos suficientes para
reelaborarla y exponerla con brillante acogida. Durante esos años abundaron las teorías, las
academias de tango, los plesbiscitos y los congresos.
Hubo preocupación por establecer con precisión tanto la cantidad como los tipos
diferentes de figuras y pasos; a las que designaron con algunos nombres ya consagrados,
como corte, media luna y ocho; o bien los describieron con términos técnicos como paso
cruzado, paso cortado, paseo, rueda o cruzado cortado. A través de la información obtenida,
es difícil recónocer algunas similitud entre esos pasos y figuras y las formas espontáneas
vigentes en los bailes populares de ambas márgenes del Río de la Plata. Las ilustraciones
números 7 y 8 son ejemplos de una de esas teorías europeas en que un maestro de baile
describe varias figuras mediante un complcado sistema gráfico.5
Ver ilustraciones nº. 7 y 8 Giovannini, F.: Balli d'Oggi. Con 70 figure demostrative, grafici e
brani musicali. E uno studio critico sulle danza nuovissime di Giovanni Fraceschini. Milano,
Ullrico Hoepeli, 1914. p.103 y 104.
En la práctica social, el tango -o los tangos, pues al decir de un cronista, "hay tantos
tangos como profesores de baile"- fue sometido a tales prescripciones que se convirtió en
una danza muy sensual, como consecuencia de la proximidad del enlace, con sus pasos y
figuras estrictamente determinados en su desplazamiento y en la cantidad de compases. La
música perdió su carácter de estímulo para la creación por parte de los bailarines, pues lo
practicaban como una "marcha de movimientos flexibles y muy marcados por la música",
"muy lento, muy rítmico, pero muy ágil, con una ligera inflexión de rodilla que marca la
cadencia".
En el área rioplatense, algunos manuales de danza incluyeron la coreografía del tango
con posterioridad a la aparición en Europa de las metodizaciones realizadas por los
5 Giovannini, F.: Balli d'Oggi. Con 70 figure demostrative, grafici e brani musicali. E
uno studio critico sulle danza nuovissime di Giovanni Fraceschini. Milano, Ullrico Hoepeli,
1914.
especialistas en bailes de salón. Así lo advierte uno de sus autores en nota a pie de página:
"Las teorías de los bailes anteriores son extraídas de las revistas que recibimos
periódicamente de Europa y N. América y los bailes los enseñamos con extricto (sic) rigor a
dichas teorías." 6
ParaleIamente, en sus academias de enseñanza, otros profesores de baile habían
iniciado un movimiento de adecentamiento deI tango para hacer frente a las acusaciones
acerca de su inmoralidad. Puede verse en la ilustración Nº. 9, de Caras y Caretas del 9 de
agosto de 1913, al profesor Carlos Herrera, que dirigía uno de esos institutos, durante una
lección.
En esa corriente de dignificación de su coreografía, se desarrolió un aspecto normativo
que no se había presentado hasta entonces: la sistematización de los diversos pasos y
figuras, con intención de organizar un método para su aprendizaje.
El resultado más importante se produce en 1916, cuando aparece en nuestro medio una
obra denominada El tango argentino de salón. Método de baile teórico y páctico, en la que
su autor, Nicanor Lima, se propone "difundir el conocimiento perfecto del tango y sobre todo
reglamentarlo"7. La ilustracion número 9 reproduce su portada.
Ver ilustración nº. 9.
El mérito de esta obra consiste en que, a diferencia de otras teorías europeas, no ofrece
fórmulas fijas sino posibilidades de desplazamientos y hace hincapié en las múltiples combi-
naciones posibles de pasos y figuras.
Durante este período, en el mundo aristocrático y elegante porteño, los integrantes de la
buena sociedad aceptan poco a poco la práctica del tango en sus salones -el resto de la
población lo hacía corrientemente-, luego de oponer, sin duda, sostenida resistencia. De
6 Vignali Marcelo. El baile contemporáneo (1900 a 1918). Suplemento a la 3ra. edición
de la obra Salón de Baile. Montevideo. Vita Hnos y Cia, (1918?) p. 57.
7 Lima, Nicanor M. El tango argentino de salón. Método de baile teórico y práctico. Buenos Aires, (1916?).
todos modos, el baile sufrió considerables reajustes para ser aprobado. El nuevo estilo tomó
la denominación de "tango de salón", y se caracterizó en términos generales, por la fijación
de su coreografía en esquemas invariables y la expresión mesurada de los mismos.
En el aspecto técnico, aumenta considerablemente la lista de términos con los que se
describen los momentos del baile. A los citados en los períodos anteriores se suman
aquéllos acuñados por los profesionales europeos y otros, mencionados en distintas