-
FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LAREFERENCIA*
JAIME NUBIOLA
Through a 'fuzzy' grammar of identity it is possible to link the
causaltheory of reference with bioethics. Some argumente on aborton
den vedfrom the theory of natural kind terms point to a
post-modernism inanalytical philosophy.
La teora causal de la referencia -desarrollada
originariamentepor Sal Kripke, Hilary Putnam y Keith Donellan a
principios delos 70 - ha producido una notable conmocin en la
filosofa anglo-americana. Tiene en su favor tanto su marcado
carcter intuitivocomo una simplicidad expositiva que la hace
especialmente atrac-tiva; al mismo tiempo, es particularmente
eficaz para la resolucinde algunas paradojas semnticas. Pero adems,
el desarrollo deesta nueva semntica ha supuesto la irrupcin del
esencialismo ydel realismo en la filosofa en lengua inglesa.
En la filosofa, como en todo lo dems -indicaba en 1983
HilaryPutnam1-, estamos en el comienzo de un postmodernismo.
Agota-dos ya tanto el modernismo optimista (rechazo de todo
lo'tradicional' y esperanza de que al rechazar la tradicin se
haraposible un futuro utpico para el hombre) como el
modernismoquietista (oposicin al cientismo y al progresismo), se
advierte unanhelo de integracin que otorgue a la reflexin filosfica
el sen-
* Debo gratitud a los Profs. A. d'Ors, A. Dufour, J.M. Martnez
Doral y J.Vicente por sus sugerencias sobre versiones anteriores de
estas pginas-aparentemente deshilvanadas- en las que intento poner
en relacin cuestionestan dispares como la teora de la referencia y
la biotica a travs de una gramtica'borrosa' de la identidad.1 H.
PUTNAM, Realism and Reason: Philosophical Papers III\ Cambridge
University Press, Cambridge, 1983, 302-3.Anuario Filosfico, 1991
(24), 153-163 153
-
JAIME NUB101A
tido que la filosofa analtica, en cuanto filosofa fragmentaria,
eraincapaz de ofrecer.
I
Es bien conocido el primero de los dos dogmas que Quine
iden-tific hace ya cuarenta aos como condicionantes del
empirismomoderno de la tradicin angloamericana: la distincin entre
ver-dades analticas y verdades sintticas. El dogma segundo
-muchomenos citado, pero no menos influyente que el primero- es el
re-duccionismo: "la creencia en que todo enunciado significativo
esequivalente a alguna construccin lgica en trminos que refierena
la experiencia inmediata. Ambos dogmas estn mal fundamenta-dos. Una
consecuencia de abandonarlos es borrar los supuestos l-mites entre
la metafsica especulativa y la ciencia natural"2.
Quine sostena ya en 1951 que la ciencia es una continuacindel
sentido comn: desde un punto de vista epistemolgico, tantolos
objetos fsicos como los dioses homricos o los nmeros sonmitos a un
mismo nivel, ni mejores ni peores, salvo diferencias degrado en su
capacidad de habrselas con las experiencias sensi-bles3. Lo mismo
defenda Quine en nuestro pas en 1987: "No re-conozco ninguna
divisin epistemica entre la ciencia y el sentidocomn, y no concedo
la prioridad ni a aqulla ni a ste"4. El ca-rcter unitario del
saber, de la cultura occidental y de la filosofa yla ciencia mismas
queda bien reflejado en la imagen quineana de lamasa del
conocimiento humano: "La totalidad de nuestro conoci-miento o de
nuestras creencias, desde las cuestiones ms casualesde geografa e
historia hasta las ms profundas leyes de la fsicaatmica o incluso
de la matemtica pura y de la lgica, es unaconstruccin hecha por el
hombre que no est en contacto con laexperiencia ms que a lo largo
de sus bordes". Citando a EmileMeyerson en francs, afirmar Quine
que "l'ontologie fait corpsavec la science elle-mme et nepeut en
tre spare"5.
2 W.V. QUINE, From a logical point of view, Harvard University
Press,
Cambridge, 1953, 20.3 Ibid.,45.
4 "Respuesta a Calvo", en J.J. ACERO (ed.), Symposium Quine,
Universidad
de Granada, 1987, 69.5 E. MEYERSON, dentit et ralit, F. Alean,
Pars, 1908, 41932; W.V.
QUINE, From a logical point ofview, 42 y 45.154
-
FILOSOFA DESDE IA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA
Esta concepcin unitaria del saber hunde sus races en el
afngeneralizador y unificador propio del hombre y se advierte
conprecisin en la mediacin universalizadora del lenguaje: los
recur-sos semnticos para adentrarnos en la descripcin de la fisin
nu-clear son grosso modo las mismas palabras que las empleadas
paradefinir la naturaleza de la identidad. Es cierto que en cada
rea es-pecializada de saber hay una jerga profesional, un
idiolecto, quehace ms fcil y cmodo el manejo de unas nociones o la
referen-cia convencional a unas entidades. Se trata de la divisin
lingisticadel trabajo que expuso con maestra Putnam6 y que no
altera lafundamental unidad lingstica y epistemolgica del
conocimientohumano, como no la altera el que yo no sepa usar con
exactitud laspalabras 'olmo' y 'haya', pero s sepan usarlas los
jardineros.
II
Es frecuente -particularmente en el rea de la Antropologa-hallar
descripciones del comportamiento humano, realizadas desdediferentes
perspectivas epistemolgicas, que vienen a ser como unareflexin
calidoscpica -en expresin de Alejandro Llano-. Enesos casos se
observan con detenimiento y escrupulosa atencinunos pocos
elementos; una vez estudiados stos, se da un tercio devuelta al
caleidoscopio y los mismos elementos vuelven a aparecerformando
otra figura. Cada tercio de vuelta puede ser asimilado aun rea
especfica del saber desde la que se estudia el fenmeno encuestin,
pero, en verdad, por muchas vueltas que demos al calei-doscopio,
nuestro conocimiento no habr ganado nada realmentevalioso: es
necesario, primero, destripar el caleidoscopio y estu-diar los
espejos y cristales de colores que contiene en su interior
y,segundo, contextualizar el caleidoscopio, es decir, advertir que
noes ms que un juego infantil y que slo en ese contexto tiene
supleno sentido.
Esta metfora puede ser til para ilustrar la desazn y
perpleji-dad que produce a veces la creciente superespecializacin
de la fi-losofa acadmica, que la hace, en ocasiones, incluso
difcilmenteasequible a quienes no estn implicados directamente en
el rea deinfluencia personal de los autores. El lema en el que
Wittgenstein
6 H. PUTNAM, Mind, language and reality: Philosophical Papers
//, Cambridge
University Press, Cambridge, 1975, 227-9.155
-
JAIME NUBIOLA
aspiraba a resumir el sentido del Tractatus: "lo que puede
decirse,puede decirse con claridad, y sobre lo que no podemos
hablar de-bemos pasar por alto en silencio"7, resulta un estmulo
permanentepara una ganancia en claridad.
En el mbito de la filosofa analtica se sostuvo -quiz con
unanotable dosis de ingenuidad- que la reflexin filosfica sobre
ellenguaje ordinario poda ser la clave teraputica que disolviera
enbuena medida los problemas filosficos. Pero el tiempo ha
mos-trado que el lenguaje no es la solucin, sino, por as decir,
buenaparte del problema, porque nos las habernos con las cosas, con
losdems hombres y con nosotros mismos a travs del lenguaje.
Re-sulta casi tpico recordar una vez ms el carcter instituyeme
dellenguaje8: nos topamos con una realidad conformada
lingstica-mente por la sociedad humana y, en cierta medida, por
cada unode nosotros, y, por supuesto, nuestro lenguaje es a su vez
confor-mado por el mundo, la sociedad y la tradicin.
Frente a los defensores a ultranza del lenguaje ordinario,
Ber-trand Russell, en su vieja polmica con Strawson, aduca que
hastala lgica sujeto-predicado a la que tan acostumbrados estamos
de-pende del hecho de que a las temperaturas usuales en la tierra
haycosas aproximadamente 'permanentes1: "Esto no sera verdadero ala
temperatura del sol y slo es aproximadamente verdadero a
lastemperaturas a las que estamos acostumbrados"9. El argumento
deRussell Hsin duda falaz- es ilustrativo sin embargo de la
posicinaqu defendida en favor de la efectiva interpenetracin de
lenguajey realidad. La herencia kantiana resulta siempre
esclarecedora: elhombre constituye los objetos en cuanto unidades
de conocimientoy les confiere un nombre o cuando menos una conexin
con todoel sistema lingstico.
Muchas cualidades de los objetos, de las cosas y de los
hombressuelen admitir ms o menos, se dan en la realidad
gradualmente.As ser (o estar) caliente, culpable, desordenado,
distante, diver-tido, enterado, esquizofrnico, evidente, firme,
fluido, frgil,grande, honesto, hmedo, inflamable, irrelevante,
justo, libre,objetivo, oscuro, pesado, pobre, profundo, rgido,
sabio, secreto,txico, tranquilo, transparente, urbano, etc., etc.
-todos ellos sonejemplos que aporta Rayme Engel en su reciente
defensa de la7 L. WlTTGENSTEIN, Tractatus logico-philosophicus,
Preface.
8 F. MONTERO, Objetos y Palabras, F. Torres, Valencia, 1976.
9 B. RUSSELL, "Mr. Strawson on referring", My philosophical
development,
Alien & Unwin, London, 1959, 243.156
-
FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA
gradualidad10- son propiedades que se refieren a materias
suscep-tibles de gradacin o modulacin. En algunos de estos casos,
sloes posible distinguir con nitidez diferentes grados en
aquelloscampos para los que poseemos medidores cuantitativos, como
es elcaso de la temperatura, el tamao o la humedad, pero es
clarotambin que un gas puede ser ms o menos inflamable, un chistems
o menos divertido y una accin ms o menos libre. Con fre-cuencia, la
reflexin lgico-filosfica ha pasado por alto esta ca-racterstica
prcticamente ubicua de la gradualidad, quiz porqueesas diferencias
de grado se revelan slo muy tenue y aproxima-damente en las
intuiciones semnticas. "Tomarse en serio los gra-dos -enfatiza
Engel u - proporcionara una perspectiva ms equi-librada, que
invitara menos a falsas dicotomas o a dualismos
in-sostenibles".
III
"La verdad, toda la verdad y nada ms que la verdad" es unideal
ilusorio -argumentaba John Austin12-, es una abstraccinprovocada
por la falacia descriptiva denunciada enrgicamente enHow to do
things with words. El principio lgico de que "todaproposicin debe
ser verdadera o falsa" ha operado habitualmentecomo la forma ms
simple y persuasiva de esta falacia que otorgala primaca al modelo
enunciativo para interpretar el lenguaje. Porel contrario, "en la
vida real, en cuanto opuesta a las situacionessimples previstas en
teora lgica, no puede responderse siemprede un modo simple si (un
enunciado) es verdadero o falso". Este esel caso de 'Francia es
hexagonal' o 'Napolen gan la batalla deWaterloo1: el anlisis de
enunciados como stos muestra que'verdadero' o 'falso' no designan
algo simple, sino que "sloapuntan a una dimensin general de
evaluacin de lo que es co-rrecto o apropiado decir en determinadas
circunstancias, a unadeterminada audiencia, con unos propsitos o
intenciones determi-
10 R.E. ENGEL, "On degrees", Journal ofPhilosophy, 1989 (86),
23-37.
H Ibid., 29.12
J. AUSTIN, "Truth", Philosophical Papers, Oxford University
Press, 21970,130.
157
-
JAIME NUBIOIA
nados"13. Incluso puede haber mejores trminos que 'verdadero1
o'falso' para evaluar enunciados: un enunciado puede ser ms omenos
preciso, impreciso, aproximado, exacto, vlido para de-terminados
propsitos, etc. "A lo largo de los aos se han aducidorazones (para
atacar la dicotoma clsica verdadero-falso) que vandesde algunas
nada interesantes -explicaba Quine en 1970- hastaotras mejores. La
peor de todas es la que proclama que las cosasno se limitan a ser
blancas o negras, sino que hay gradaciones"14.El ataque ms
furibundo lanzado tradicionalmente en esta direc-cin consiste
-seala festivamente Benson Mates15- en culpar a lafrmula 'p o no/?'
de implicar "que toda cosa es o blanca o negra,mientras que de
hecho (como cualquier no lgico sabe) algunascosas son grises".
De modo semejante, la concepcin de la identidad en boga en
lalgica contempornea puede ser acusada de abstraccin. Al pare-cer
fue Frege quien consider por vez primera a la identidadcomo una
nocin lgica, adoptando en la Begriffsschrift el signo'=' como
smbolo primitivo de la lgica cuantificacional, y desdeentonces ha
sido tratada habitualmente como una constante l-gica16. Como es
bien conocido, el propio Frege sostuvo inicial-mente que la
identidad era una relacin entre nombres, mientrasque en Uber Sinn
und Bedeutung pas a mantener -al menos en miinterpretacin- que la
relacin que representa el signo '=' no esuna conexin entre diversos
nombres, sino que primariamente re-presenta la mismidad ontolgica
del objeto designado17.
Al considerar la identidad como una nocin lgica -"no
entitywithout identity", dice uno de los lemas quineanos-, parece
conce-birse la identidad como el recurso prctico que acredita a los
entesadmisibles en el discurso cientfico y que ahuyenta a los entes
po-sibles no actualizados. Los venerables enigmas del barco de
Teseo,del ro de Herclito o el ms moderno de la identidad personal
"nodependen de la naturaleza de la identidad, sino de lo que
decida-
13 J. AUSTIN,//dm> to do things with words, Oxford University
Press, 1962,
142; J. NUBIOLA, "J.L. Austin: Anlisis y verdad", Anuario
Filosfico, 1977(10), 211-4.14
W.V. QUINE, Philosophy of Logic, Prentice Hall, Englewood
Cliffs, NewJersey, 1970, 85.15
B. MATES, Elementary Logic, Oxford University Press, 21972,
151-2.16
M. DUMMETT, Frege. Philosophy ofLanguage, Duckworth, London,
1973,542.17
J. NUBIOLA, El compromiso esencialista de la lgica modal,
Eunsa,Pamplona, 1984, 196-205.158
-
FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA
mos considerar como un barco, un ro o una persona. Las
palabrasson instrumentos y su vaguedad es tolerable mientras no
perjudi-que su utilidad"18.
Lo que aqu quiere afirmarse -rememorando a Aristteles ytambin al
Diccionario de la lengua espaola- no es slo que'identidad' e
'idntico' son trminos vagos, sino que la identidadno es
primariamente una nocin de la lgica o una nocin lgica:es analgica.
En castellano, el sentido no filosfico de 'idntico' esprecisamente
el de 'muy parecido': as, suele decirse que dos her-manos son
idnticos cuando se parecen mucho -incluso aunque nosean gemelos-, o
de dos coches que son idnticos cuando son delmismo modelo y
color19. En el campo semntico d la identidadnos las habernos con
los problemas filosficamente enmaraadosde la identificacin, la
mismidad, la igualdad, la coincidencia, lacontinuidad
espacio-temporal, as como con la distincin originalaristotlica
entre identidad numrica, genrica y especfica y lamultiplicidad de
sentidos en los que puede decirse de algo que 'eslo mismo
que...'20. Mientras que la identidad de la lgica es la re-lacin
reflexiva de un objeto consigo mismo, es una relacin in-terna21, la
teora analgica de la identidad se construye sobre laconstatacin de
que hay grados de identidad que se reflejan -a ve-ces toscamente-
en nuestro abigarrado lenguaje sobre la semejanzay la mismidad.
En la filosofa analtica ms reciente, esta cuestin de la
vague-dad de la identidad es un tpico de la mxima atencin.
Analysisha dedicado su volumen de junio de 1989 a la discusin de
los ob-jetos vagos y su identidad. Considero con Sainsbury22 que al
ha-blar de vaguedad en los objetos lo que se tiene en mente es la
va-guedad en su individuacin y esto explica que se piense que la
va-guedad de los objetos implica la vaguedad de su identidad.
1 8 W.V. QUINE, "Identity", Quiddities, Harvard University
Press, Cambridge,
1987, 91.1 9
En ingls hay un uso similar. Ibid., 89.2 0
M.L, COUTO-SOARES, "Aristteles. De la identidad absoluta a la
relativa (delos Tpicos a la Metafsica)"
% Anlise, (en prensa).2 1
S. KRIPKE, Naming and necesity, Blackwell, Oxford, 1980, 3.2
2
R.M. SAINSBURY, "What is a vague object?", Analysis, 1989
(49,2o) , 101.159
-
JAIME NUBIOLA
IV
Fue en 1977 cuando por primera vez se puso en relacin la teo-ra
causal de la referencia con la discusin tica, jurdica y, en l-tima
instancia, genuinamente filosfica acerca de la legitimidadmoral del
aborto. Lloyd Reinhardt en la reunin anual de la Ame-rican
Philosophical Association (Eastern Divisin) present untrabajo con
el ttulo Naming and Aborting en el que arribaba a laconclusin de
que si la semntica de Kripke y Putnam es correcta,entonces el feto
debe considerarse un ser humano desde suconcepcin: "si las tesis
acerca de los nombres de clases naturales(natural-kind words) que
tienen su origen en el trabajo de SalKripke y Hilary Putnam son
verdaderas, de ah se sigue clara-mente que el aborto es, en la
mayor parte de los casos, la destruc-cin deliberada de un ser
humano por la propia conveniencia"23.Frente a Lawrence Becker
-quien haba presentado un argumentoen 1975 contra la tesis de que
'x es un ser humano1 pueda aplicarseverdaderamente a un embrin o a
un zigoto24-, Reinhardt defendaque 'ser humano1 es nombre y, por
tanto, debe aplicarse rgida-mente a esas entidades, si la teora
causal de la referencia es co-rrecta.
En la perspectiva de la nueva semntica puede entenderse
quetrminos de clases naturales como 'perro', 'tigre', 'olmo'
u'hombre' (en su acepcin de 'ser humano') son nombres que de-signan
rgidamente no a individuos, sino a la clase a la que el in-dividuo
pertenezca. La efectiva pertenencia de un individuo de-terminado a
una clase estriba en que dicho individuo posea -encomn con los
otros miembros de la clase- la naturaleza o esenciade esa clase25.
Un trmino como 'hombre' no designa un conjuntode propiedades
descriptivas (de cuya conjuncin 'hombre' fuerauna abreviacin), sino
que expresa que los objetos de los que sepredica son hombres. Decir
que a es un hombre es, por tanto,afirmar que a posee lo que
constituya la esencia humana. Descu-brir qu sea esa esencia es una
tarea cientfica, competencia de los'expertos en humanidad'. La
teora causal de la referencia y la
2 3 LL. REINHARDT, "Naming and Aborting", (Abstract), Journal
of
Philosophy, 1977 (74), 636.2 4
L. BECKER, "Human Being: The boundaries of the concept",
Philosophy andPublic Affairs 1975 (4), 334-59.2 5
J.A. NELSON, Abortion and the causal theory of ames, Ph. D.
1980,University Microfilms International, 53.160
-
FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA
tradicin aristotlica coinciden tanto en esta caracterizacin
delconocimiento cientfico en cuanto dilucidacin de la
naturalezaesencial de los objetos, como en la consideracin de que
el uso delos trminos para especies naturales alude a la esencia o
estructurabsica de los individuos de cada especie. "La filosofa y
la ciencia-explica Quine26 en un contexto bien diverso- constituyen
uncampo con dos polos, uno terico y uno emprico. La teora es
unartefacto humano moldeado bajo restricciones impuestas por
losdatos empricos".
El inters de esta perspectiva para las cuestiones otitolgicas
quesubyacen en el debate acerca del aborto es evidente. Toda
concep-cin desarrollista acerca del feto -esto es, que sostenga que
el fetose convierte en un ser humano a partir de un cierto estadio
de sudesarrollo embrionario (Becker, Brody)- no ser consistente
conla teora causal. Si 'hombre' designa rgidamente a la clase de
loshombres en todo mundo posible, no puede haber un momento dela
historia de dichas entidades en que, siendo ellas mismas,
nopertenezcan a esa clase, esto es, no posean la naturaleza
humana."Si la nueva semntica proporciona una explicacin precisa de
lareferencia de los nombres de clases naturales, entonces la
concep-cin -concluye Nelson27-, es el punto de entrada en la
especie hu-mana". De hecho, el segundo ejemplo de propiedad
esencial queSal Kripke aporta en Naming and necessity es,
precisamente, eltener un origen determinado. Tomando pie de una
discusin deSprigge a propsito de las propiedades esenciales de la
Reina deInglaterra, Kripke concluye que es imposible imaginar que
IsabelII fuera esa misma mujer si procediera de unos gametos
masculinoy femenino distintos de los que de hecho procede28.
Es claro que una argumentacin semntica no puede ser enten-dida
como un argumento definitivo sobre el aborto. Siguiendo lasugestiva
argumentacin de Don Marquis, el camino ms certeropara explicar la
malicia del aborto arranca de la misma razn porla que es malo matar
a un adulto. Con toda radicalidad, por ques malo matar a un hombre?
Su malicia radica en su efecto en lavctima: la prdida de la vida es
la mayor que puede sufrirse, por-que priva al individuo de todas
sus experiencias, actividades yproyectos que habran constituido su
valioso futuro. "Como esta
2 6 W.V. QUINE, "Respuesta a Julin Garrido", Symposium Quine,
83.
2 7 J.A. NELSON, Abortion and the causal theory of ames, 54.
2 8 S. KRIPKE, Naming and necessity, 110-3.
161
-
JAIME NUBIOLA
razn, que es suficiente para explicar por qu es malo matar
sereshumanos despus de su nacimiento, es una razn que tambin
seaplica a los fetos, se sigue que el aborto es prima facie
seriamentemalo moralmente"29.
Esta argumentacin -advierte Marquis- no descansa en la
infe-rencia invlida de que, como es malo matar personas, tambin
esmalo matar personas potenciales. Quienes argumentan que los
fe-tos tienen derecho a la vida y, por ello, les llaman 'personas1
utili-zan la categora de persona para establecer la conclusin en
vez deproporcionar la argumentacin de su anlisis. En este
contexto,Graeme Forbes ha identificado los predicados 'persona1
o'portador del derecho a la vida' como casos de predicados que
seaplican claramente a los adolescentes y que claramente no se
apli-can a los embriones; su aplicacin -sostiene Forbes-
requierecierta 'tolerancia', pues pequeos grados de desarrollo
biolgico opsicolgico no pueden constituir la diferencia entre un
caso en elque ambos predicados se apliquen y otro en el que no se
apliquen:slo grandes grados de desarrollo han de constituir tales
diferen-cias30. En contraste, resulta cuando menos reconfortante
advertirque, desde una aproximacin jurdica en la que se admita la
dudaacerca de la condicin humana del embrin, bastara esa duda"para
excluir toda intervencin destructiva o instrumentalizante-nunca se
debe admitir y autorizar el riesgo de matar a un hom-bre-, del
mismo modo que uno debe abstenerse de golpear o dedisparar en la
oscuridad a una figura que no se distingue bien,pero que pudiera
ser un hombre"31.
El revuelo originado en los medios de comunicacin social araz de
los xitos de la fecundacin humana in vitro, ha involu-crado
argumentos cientficos y religiosos, pero no ha removidorealmente
las aguas de la discusin filosfica. Que el nacimiento apartir de
1978 de varios miles de nios-probeta no haya suscitado
2 9 D. MARQUIS, "Why abortion is immoral", Journal of
Philosophy, 1989
(86), 192.3 0
G. FORBES, The metaphysics ofmodality, Clarcndon Press, Oxford,
1985,167.31
F. SANCHO REBULLIDA, "Informe sobre aspectos jurdicos de la
fecundacinin vitro...", Cizur Mayor, 1985, 9.162
-
FILOSOFA DESDE LA TEORA CAUSAL DE LA REFERENCIA
la pblica reflexin de los filsofos quiz pone de manifiesto
lamiseria del academicismo: una escasa sensibilidad ante la
investi-gacin mdica que afecta a la vida de embriones humanos pone
encuestin la afirmacin de que la filosofa de nuestros das,
trascen-diendo el dogma del reduccionismo epistemolgico en boga en
lasltimas dcadas, se ha abierto a los problemas reales de los
hom-bres.
La discusin en torno a la legitimidad tica de la fecundacin
invitro podra haber sido un caso ms en ese proceso de apertura.Pero
no ha sido as por ahora, a pesar de constituir una cuestinnuclear
que afecta al propio concepto que la especie humana tienedel modo
de su reproduccin y del status de sus especmenes. Enesta
perspectiva, es fcil advertir la extraordinaria capacidad
su-gestiva de la personal versin del realismo metafsico
defendidapor Hilary Putnam32: "Lo que me pareca seductor del
realismometafsico es la idea de que el modo de resolver problemas
filos-ficos es construir una mejor imagen cientfica del mundo
(...)Todo lo que el filsofo ha de hacer es, en esencia, ser un buen
fu-turista, anticiparnos cmo la ciencia resolver nuestros
problemasfilosficos". La teora causal de la referencia es el marco
semn-tico que proporciona actualmente, desde un punto de vista
filos-fico, la mejor imagen de la interpenetracin de lenguaje y
mundoen la que encuentra su raz esta filosofa futurista: la
reflexin so-bre las dimensiones ticas de la investigacin mdica es
campoprivilegiado para su ejercicio.
Prof. Dr. JAIME NUBIOLADpto. de Lgica y Filosofa del
LenguajeUniversidad de NavarraPamplona (Espaa)
3 2 H. PUTNAM, Representation and reality, The MU Press,
Cambridge, 1988,
107.163