El pequeo vampiro en la granja
El pequeo vampiro en la granja
Angela Sommer-Bodenburg
EL PEQUEO VAMPIRO EN LA GRANJA
ARGUMENTO
Anton est pasando una semana de vacaciones en la granja. Su
amigo Rdiger consiente en acompaarle. Pero Anton no consigue
encontrar al pequeo vampiro, que se supone que debera estar
esperndole. Al fin, lo descubre en una pocilga, y no parece de muy
buen humor. La amistad entre ambos sufrir una dura prueba
A Anton le gusta leer historias emocionantes y espantosas.
Especialmente le encantan las historias de vampiros, de cuyas
costumbres est totalmente al corriente.
Rdiger, el pequeo vampiro, es vampiro desde hace por lo menos
ciento cincuenta aos. El hecho de que sea tan pequeo tiene una razn
sencilla: se convirti ya de nio en vampiro. Su amistad con Anton
empez estando una vez Anton solo en casa. All estaba de repente el
pequeo vampiro sentado en el poyete de la ventana. Anton temblaba
de miedo, pero el pequeo vampiro le asegur que ya haba comido.
Realmente, Anton se haba imaginado a los vampiros mucho ms
terribles y, despus de que Rdiger le confesara su predileccin por
las historias de vampiros y su temor a la oscuridad, le encontr
verdaderamente simptico. A partir de entonces la vida bastante
montona de Anton se volvi emocionante: el pequeo vampiro trajo
consigo tambin una capa para l, y juntos volaron hacia el
cementerio y la Cripta Schlotterstein. Pronto conoci Anton a otros
miembros de la familia de vampiros.
Anna la Desdentada es la hermana pequea de Rdiger. No le han
salido todava los dientes de vampiro, de forma que ella es la nica
de la familia de vampiros que se alimenta de leche. Pero ya no por
mucho tiempo'., matiza ella. Tambin lee historias
horripilantes.
Lumpi el Fuerte, hermano mayor de Rdiger, es un vampiro muy
irascible. Su voz, a veces alta, a veces chillona, demuestra que l
se encuentra en los aos de crecimiento. Lo nico malo es que no
saldr nunca de este difcil estado, porque se convirti en vampiro
durante la pubertad.
Los padres de Anton no creen en vampiros. La madre de Anton es
maestra; su padre trabaja en una oficina.
Ta Dorotbee es el vampiro ms sanguinario de todos.
Encontrarse con ella despus de ponerse el sol puede resultar
mortalmente peligroso.
El guardin del cementerio, Geiermeier, persigue a los vampiros.
Por eso los vampiros han trasladado sus atades a una cripta
subterrnea. Hasta hoy, Geiermeier no ha conseguido encontrar el
agujero de entrada a la cripta.
A los restantes parientes del pequeo vampiro no llega a
conocerlos Anton personalmente. Vero ha visto una vez sus atades en
la Cripta SchlottersteinAire del campoNo es hermoso esto? exclam la
madre de Anton colocando su maleta en el polvoriento suelo,
exactamente al lado de una boiga de vaca seca, segn pudo advertir
Anton maliciosamente.Muy hermoso! gru mirando de mal talante hacia
la casa de labor.Y l tena que quedarse una semana con sus padres,
en aquella estpida granja que se haban buscado!Vacaciones en la
granja... Qu aburrido sonaba eso! Naturalmente a l no le haban
preguntado si quera pasar sus pocos das de vacaciones entre vacas,
gallinas y cerdos! Tena que pasear y montar en caballos de faena...
y encima respirar el buen aire del campo. El buen aire del campo...
Que no le hicieran rer!Adems les dijo a sus padres, con el buen
aire del campo seguramente os habis debido equivocar. En realidad
apesta.En absoluto repuso su madre. A m el aire me parece
extraordinario. Tan fresco! Completamente diferente al que tenemos
en la ciudad. No te parece? le pregunt al padre.S, sdijo.A pesar de
todo apesta insisti Anton. El aire quiz sea sano, pero apesta.Su
madre le ech una mirada burlona.No saba yo que t tuvieras una nariz
tan sensible. Cuando pienso en tu amigo, ese Rdiger von
SchlottersteinPor qu? Qu pasa con l?Ya no te acuerdas de cmo
apestaba su capa?Anton tuvo que rerse irnicamente.Es porque la capa
tiene ya cien aos dijo orgulloso. Quiz, incluso, ms an.Petulante,
aadi: En el caso de los vampiros pasa eso.El ya saba que sus padres
no crean en vampiros. Todo lo que l contaba sobre su amigo, el
pequeo vampiro, siempre lo tomaban como si fuera pura invencin. Por
eso para Anton lo menos peligroso era decir siempre la verdad en
todo lo que a vampiros se refera, pues eso era lo que menos le
crean sus padres.Y esta vez tambin lo mismo.Vampiros, s, s! dijo de
mal humor la madre. Gracias a Dios ahora estamos en el campo y
descansaremos por fin de tus eternos vampiros..., vampiros en la
televisin, en el cine y en tus terribles libros.Ah! S?Anton se
mordi los labios. Si supieran que el pequeo vampiro viva all, en la
granja, desde la pasada noche...Yo llevar el equipaje dijo
complacido.Cogi su bolso de viaje y dos bolsas y lo llev todo hacia
la puerta de la casa de labor.Qu solcito se ha vuelto Anton de
repente oy decir a su padre.Todo es slo por sus vampiros oy
contestar a su madre. No puede soportar que nadie le d una opinin
al respecto.Pintura rstica
Anton tena una buena opinin de los vampiros. Por lo menos de
Rdiger von Schlotterstein y de su hermana pequea Anna, que vivan
con su familia de vampiros en la Cripta Schlotterstein. Pero viven
realmente los vampiros?, medit Anton. Durante todo el da duermen en
sus atades como muertos. Slo cuando el sol se pone se despiertan y
abandonan sus atades para ir de caza protegidos por la oscuridad...
A la caza de sangre humana!Anton se estremeci. Incluso all, en la
pequea habitacin para invitados, se senta muy extrao al pensar en
el plato favorito de los vampiros... y en los sanguinarios
parientes del pequeo vampiro: Ludwig el Terrible, Hildegard la
Sedienta, Sabine la Horrible... y Ta Dorothee, la peor de todos!En
aquel momento llamaron a la puerta.Sorprendido, Anton se
sobresalt.Sss, s? dijo vacilante.La puerta se abri y entr el padre
de Anton.Ah, eres t... dijo Anton, aliviado.Por un momento haba
credo realmente que haba un vampiro delante de su puerta. Sin
embargo, eso no era posible de ningn modo, pues no eran ms que casi
las once de la maana.La seora Hering nos va a ensear la granja
aclar el padre.Todava tengo que deshacer la maleta rechaz Anton.Te
gusta tu habitacin? pregunt el padre mirando a su alrededor.Sin
esperar la contestacin de Anton afirm:Pues es bonita!Bueno, s...
dijo Anton.El armario decorado con pinturas rsticas, la cama pasada
de moda y las cortinas de florecitas en la ventana no respondan
exactamente a sus gustos.Sabes que la seora Hering ha pintado todo
ella misma?Humm mascull Anton indiferente.Esto tena que haberlo
tenido yo a tu edad... Vacaciones en una granja y adems una
habitacin propia! Sabes cmo pasaba yo las vacaciones?Nnn...Donde
vivamos, en el lago dragado.Ibamos en bicicleta y lo nico que nos
daban eran diez cntimos para un helado.Anton gimi en voz baja.
Cuando su padre empezaba con sus viejas historias lo mejor era no
decir nada, de esta manera pronto volva a callarse.Irse fuera...
Eso no exista en absoluto. Hoy, por el contrario, tiene que ser por
lo menos un balneario, preferiblemente con piscina y
discoteca.Exactamente!, asinti Anton con el pensamiento.Pero
nosotros tambin podemos tener unas vacaciones sencillas. No es
cierto, Anton?Anton gru algo incomprensible.A m tambin me gusta
dijo despus.Cerr la tapa de su maleta y coloc en el armario la
cartera del colegio, en la que haba escondido la segunda capa del
pequeo vampiro.Estoy listo.Anton el sensible
La seora Hering estaba en el patio charlando con la madre de
Anton. Llevaba botas y pantalones de montar, tena el pelo rubio y
corto y, segn le pareci a Anton, no tena en absoluto aspecto de
granjera.Ests contento con tu habitacin? pregunt ella.Que los
adultos tuvieran que preguntar siempre lo mismo...!Anton inclin la
cabeza.S.En realidad es la habitacin de Johanna dijo. Pero cuando
tenemos veraneantes duerme en la habitacin de Hermann... No te
resulta demasiado de nia?En eso Anton no es tan sensible afirm la
madre de Anton. Precisamente al educarle hemos hecho hincapi en que
aprenda a respetar a las nias.Cmo dices? dijo desarmado Anton.De
dnde se sacaba ella eso? En todo lo que se refera a las nias l era
incluso muy sensible!De todas formas, este fin de semana Hermann y
Johanna estn en casa de los abuelos aclar la seora Hering.Qu pena!
dijo el padre de Anton. Anton no tendr entonces nadie con quien
jugar.As tambin puedo entretenerme dijo Anton enojado.Bien poda
prescindir de Hermann, del que saba que slo jugaba con caballeros.
Y Johanna, a la que haba visto brevemente cuando estuvo en la
granja con sus padres para reservar las habitaciones, tampoco era
de su agrado.Tambin sus hijos tienen vacaciones en el colegio?
pregunt la madre de Anton.No, hasta dentro de dos semanas no.Anton
escuch con atencin sorprendido. Entonces al menos por las maanas
podra estar tranquilo!Bueno, ahora les ensear la granja!La seora
Hering abri una puerta de madera pintada de verde.Por aqu se va al
establo de las vacas.Los padres de Anton la siguieron..., alegres y
nerviosos. Como si no hubieran visto nunca una vaca!, pens Anton
despreciativo. Trot lentamente detrs de ellos. Tenan que darse
cuenta de que l era ya demasiado mayor para pasar unas vacaciones
en una granja!
Ganado vacunoEn el establo de las vacas Anton estuvo a punto de
echarse a rer: Apestaba tremendamente a estircol de vaca, pero, sin
embargo, el establo estaba vaco! Slo haba un gato gris limpindose
encima de un madero. Anton mir con cierta malicia a sus
padres.Menudas vacas!Seguro que crees que se estn todo el ao en el
establo dijo la seora Hering.Por qu no? Hay que ordearlas,
no?Ordearlas?La seora Hering empez a rerse.Nosotros slo tenemos
toros. Y ahora estn en el prado.Anton not cmo se pona colorado. Cmo
iba l a saber eso! Y adems..., el ganado vacuno no le interesaba.Y
no tienen otros animales? pregunt enrgicamente.S. La seora Hering
se dirigi a un tabique de madera.Un corderito que criamos con
bibern. Se llama Balduin.Anton casi exclama Qu dulce!, pero an pudo
evitarlo a tiempo. Slo los nios pequeos chillaban al ver cras de
animales!No te gustara acariciarlo? pregunt la seora Hering.Nnn...
gru metindose las manos en los bolsillos del pantaln.Anton se
siente demasiado mayor para hacer eso dijo su padre.De ninguna
manera! repuso Anton. Pero eso es slo para nias.Cmo dices? exclam
indignada la madre. Debes estar completamente chiflado!De repente
se levant toda su rabia contra aquellas malditas vacaciones.Claro
que es cosa de nias! Acariciar animales, montar a caballo... para
nias es estupendo! Pero para m no!Se volvi apresuradamente porque
le suban lgrimas a los ojos. Si ahora sus padres estaban enfadados
con l, le daba absolutamente igual!Hubo un penoso silencio. Luego
oy a su padre que preguntaba:No tiene usted murcilagos? Es que a
Anton le encantan los murcilagos y los vampiros.Murcilagos? Arriba
en el granero hay alguno. Quieren ustedes verlos?Oh, no, eso s que
no! exclam la madre de Anton. Me gustara estar una semana entera
sin tener nada que ver con vampiros ni murcilagos!Anton respir,
pues estaba convencido de que el vampiro habra escondido su atad en
el granero.A Hermann le vuelven loco los caballeros dijo la seora
Hering. Cada nio tendr su mana!Eso no puede compararse! exclam
Anton..., bastante poco precavido, como en seguida not.La seora
Hering pregunt curiosa:Por qu no se puede comparar eso?Porque...
vacil.No poda, de ningn modo, decir algo equivocado.Anton cree en
vampiros dijo el padre en su lugar. Incluso tiene un amigo del que
afirma que es vampiro.La seora Hering se ri.Entonces puedo estar
contenta de que Hermann juegue slo con figuras de juguete!A Anton
le hirvi la sangre. Pero esta vez se domin. Que se rieran de l...,
con eso slo demostraban que no tenan ni idea!
El hroe del gallinero En su folleto pona que tambin tienen
ustedes cerdos dijo la madre de Anton. S, cebones confirm la seora
Hering. Pero, de todas formas, ahora no puedo enserselos. Tendrn
que esperar hasta que mi marido les ponga el pienso a las
seis.Anton estaba de pie bostezando. Como si le interesaran a l los
cerdos!Pero podemos ir a ver las gallinas dijo la seora
Hering.Dirigiendo la mirada a Anton aadi:Quiz te guste nuestro pavo
real.Quiz dijo aburrido Anton.Pero se impresion cuando vio cmo pona
el pavo real las plumas de su cola en una gran rueda de vistosos
colores. Al tiempo peg un chillido que le penetr hasta los tutanos.
Por suerte el gallinero estaba rodeado por una alta alambrera.Suena
terrible, no es cierto? opin la seora Hering. A veces incluso nos
despiertaTambin chilla por las noches?Anton tuvo que pensar en el
pequeo vampiro, que slo conoca la vida de ciudad. Cmo se asustara
si se oyera por la noche aquel horrible chillido! Quiz se caera del
susto y se rompera una pierna. Tena que prevenir sin falta al
vampiro cuando le viera aquella noche!Adems del pavo real tambin
haba gallinas: treinta o ms.La seora Hering les ech un puado de
grano y se arrojaron sobre l cacareando. Sus padres se rieron.
Anton slo contrajo con desdn las comisuras de los labios: no poda
rerse con las gallinas.Es que no te gustan las gallinas? pregunt la
seora Hering.S dijo Anton. Cuando estn en la sopa s!Anton! exclam
su madre, pero la seora Hering slo se ri.Seal una caseta que haba
en medio del gallinero.Si tanto te entusiasman las gallinas,
tendras que echar un vistazo a la gallina ponedora. Est en la
caseta empollando.Con estas palabras abri la puerta del gallinero e
hizo entrar a Anton. De repente se encontr rodeado por un tropel de
gallinas. Por puro miedo de que le picotearan las piernas saltaba a
la pata coja con un pie y con otro.No te van a hacer nada.Eso nunca
se sabe se defendi Anton.Haba visto una vez en una pelcula cmo los
pjaros se arrojaban sobre las personas. Recordaba an con mucha
claridad las imgenes de los picos dando picotazos.Los vampiros no
le dan miedo, pero las gallinas s! se burl su padre desde el otro
lado de la alambrada.Anton le ech una mirada de rabia.Es que soy
precavido!Lentamente volvi hacia la puerta. Mientras tanto no
quitaba ojo a las gallinas no fuera a ser que les entrara el pnico
como en la pelcula. Pero los animales miraban fijamente la arena y
picoteaban el grano.Cuando haba alcanzado con xito la puerta el
pavo real solt un chillido: tan alto y agudo que Anton se puso
plido como un cadver. Temblando, cerr la puerta tras de s.El hroe
del gallinero! brome su padre.Anton puso una cara sombra. Con
largos pasos fue hacia la barra fija que haba en el csped junto al
gallinero y se coloc encima de ella.Podis reros! exclam.Ya te
acostumbrars a todo opin la seora Hering. Tambin a las gallinas.
Ven, ahora te voy a ensear los caballos.Caballos? dijo malhumorado
Anton. Morita, nuestra yegua de monta, y Tinka, su potrillo.Anton
titube.Pero no quera admitir que tambin tena miedo de los
caballos.Est bien dijo. Pero los caballos ser lo ltimo que
vea.Despus iremos a almorzar contest la seora Hering.El jinete del
caballo blancoAnton salt de la barra fija y camin tras la seora
Hering y sus padres. Se pararon delante de una baja cerca de
madera.La seora Hering exclam:Morita!Para sorpresa de Anton vino
hasta la cerca una yegua blanca. La segua un potrillo
marrn.Mientras la seora Hering saludaba a los caballos Anton estaba
all cerca pensando lo tonto que era hablar con los caballos como si
fueran seres humanos.Despus de un rato la seora Hering sac una
manzana de la bolsa y se la dio a Anton.Toma, puedes drsela a
Morita para que se la coma.Yo?S. Entonces te conocer y te ser ms
fcil montar en ella.Yo no voy a montar de ninguna manera!No vas a
montar? dijo la seora Hering fingiendo sorpresa. Todos nuestros
veraneantes montan! T eres deportista, no?S dijo estirando la
palabra.Pues entonces. Y ahora deberas dar a Morita su manzana; ya
se est impacientando.Anton estir temeroso su mano. La gran cabeza
de la yegua se acerc, abri la boca y Anton vio dos filas de dientes
gigantescos...Su mano tembl involuntariamente, y la manzana se cay
a la hierba.La seora Hering recogi la manzana y se la dio a
Morita.Morita no muerde dijo. Verdad, Morita? aadi dirigindose a la
yegua. Eres el caballo ms paciente y ms valiente de esta
granja.Anton est por vez primera en una granja aclar su madre.Y por
ltima! dijo custico Anton.Anton, por favor! exclam su madre.Era
claro lo penoso que era para ella el comportamiento de Anton.El
primer da es siempre el ms difcil dijo la seora Hering como si tal
cosa. Seguro que maana ya te gusta ms y te habrs acostumbrado al
nuevo ambiente... Bueno y ahora vas a montar y dar un par de
vueltas. Examin la ropa de Anton y asinti satisfecha.Pantalones
vaqueros y botas de goma, justo lo adecuado para montar a
caballo!Anton ech una mirada a su madre buscando ayuda. Al fin y al
cabo, llevaba puestos sus vaqueros nuevos. Pero ella slo dijo:No
has odo?De acuerdo, de acuerdo!Entonces sera culpa de ella si se
caa del caballo y se parta el cuello!Entregado a su destino sigui a
la seora Hering a la dehesa. Ella cogi a Morita del ronzal y sonri
a Anton animndole.Puedes subir.Sin silla de montar?S. As tendrs una
mejor sensacin del caballo.De cerca la yegua pareca an ms
gigantesca!Y cmo voy a llegar ah arriba?Te agarras de las crines y
te impulsas hacia arriba.Y la yegua se quedar quieta mientras
tanto?Naturalmente. Adems, yo sujetar a Morita.Vosotros sois los
responsables! grit Anton a sus padres antes de agarrarse a las
crines y subirse al lomo de la yegua.No era ni mucho menos tan
difcil como l haba pensado. Cuando estuvo sentado arriba no pudo
reprimir una sonrisa de triunfo.Apret con firmeza las piernas en
los flancos de Morita y se puso erguido... tal y como haba visto en
las pelculas de vaqueros. La seora Hering le observ mientras
tanto.No est mal para empezar opin. Si te esfuerzas llegars a ser
un buen jinete.Usted cree? pregunt halagado Anton.Seguro.Poco
despus ya no estaba Anton tan seguro de que aquello fuera cierto,
pues tras un Arre! Morita! de estmulo la yegua se puso en
movimiento. A Anton le cost trabajo no caerse.Cuando despus de un
cuarto de hora volvi a tener suelo firme bajo los pies, volvi a
donde estaban sus padres con las piernas tiesas.Su padre le alab:Te
has mantenido bien!T crees?La seora Hering lleg despus y dijo
ladinamente:Esta tarde le tocar montar a usted.Yo? exclam el
padre.Y su mujer tambin.Las caras perplejas de sus padres le
compensaron a Anton de todo lo que haba tenido que hacer aquella
maana.Pues claro dijo l. Todos los veraneantes montan a caballo. O
es que no habis escuchado antes?Hermann y JohannaDespus de la
comida Anton se fue a su habitacin. Segn dijo a leer...; en
realidad estaba muerto de cansancio, de montar a caballo y de
llevar el atad la noche anterior.Se tir encima de la cama y todava
consigui quitarse las botas. Luego se durmi.Poco despus de las
cuatro llam la madre de Anton a la puerta de la habitacin. Anton
parpade.S? Pap y yo vamos a montar a caballo ahora.Voy murmur
adormilado Anton.Oy cmo se iban por el pasillo.Lo siguiente que oy
fue la voz de su padre.Eh, marmota!Ya..., ya voy.Anton abri los
ojos y vio a su padre junto a la cama.Sabes qu hora es? Las cinco y
media!Tan tarde? pregunt incrdulo Anton.Pens que entonces tena que
haberse vuelto a dormir despus de que su madre llamara. Qu pena!,
pens, pues no haba visto a sus padres montar a caballo. Seguro que
haba sido muy divertido!Te has cado del caballo? pregunt.No.Y
mam?Tampoco.Lstima.El padre slo se ri.Hermann y Johanna acaban de
llegar.Anton pesc sus botas con los pies y se las puso.No querrn
jugar conmigo, verdad?Hermann quiere ensearte el pajar. Me ha
contado que conoce escondites estupendos.Anton se asust. Ni
siquiera se le haba ocurrido que Hermann y Johanna podran descubrir
el atad de Rdiger mientras jugaban en el pajar.De pronto le entr
mucha prisa por llegar al patio.En la puerta de la casa casi
atropella al seor Hering.Queras ver los cerdos? pregunt el seor
Hering.Los cerdos? No, yo...Anton se qued parado. Si se quedaba all
mucho tiempo hablando, quiz encontraran mientras tanto el atad, y
eso tena que impedirlo l como fuera!Ya ver los cerdos maana! exclam
y ech simplemente a correr antes de que el seor Hering pudiera
responder algo.La puerta del pajar slo estaba entornada. Chirri al
abrirla Anton. Dio un par de pasos precavidos y se detuvo.A travs
de dos pequeas ventanas casi ciegas que haba junto a la puerta
entraba solamente una luz escasa. En la penumbra todo pareca extrao
e irreal: las herramientas y el tractor que estaba al lado de la
pared, el viejo carruaje. Una sencilla escalera de madera sin
barandilla conduca hacia arriba. Anton contempl lleno de inquietud
los estrechos peldaos. Parecan viejos y quebradizos y no invitaban,
precisamente, a colocar un solo pie sobre ellos! Adems, all arriba
estaba an ms oscuro y tenebroso que abajo! No debera simplemente
darse la vuelta?Mientras an estaba meditando oy una suave risa
reprimida.Luego exclam una voz clara:Hola, Anton!Sobresaltado, mir
hacia arriba, pero no pudo descubrir a nadie.Dnde estis?
exclam.Bscanos! contest la voz.O tienes miedo? pregunt una segunda
voz.Miedo? Yo no! minti Anton.Con las piernas flojas subi por la
escalera de madera. A cada paso crujan los peldaos como si fueran a
romperse inmediatamente. Sin embargo, lleg arriba sano y salvo.Mir
angustiado a su alrededor. Por todas partes haba pacas de paja
apiladas. Haba tantas y entre ellas tantos escondrijos que no saba
en absoluto por dnde tena que empezar a buscar.Pero tuvo una idea.
Para no descubrirse fue lentamente hacia un pequeo agujero entre la
paja, se meti dentro... y esper.Seguro que no pasara mucho tiempo
antes de que Johanna y Hermann salieran de sus escondites
extrandose de dnde podra l estar!Y efectivamente: despus de un rato
oy unos susurros nerviosos. Inmediatamente despus se arrastr
alguien por la paja y se qued parado cerca de Anton.Le ves? pregunt
una voz.No.Ha vuelto a bajar?No s.Anton se inclin un poco hacia
delante y pudo ver unas botas amarillas de goma, unos pantalones
azules, un jersey azul y cortos cabellos claros- Aqul era
Hermann!Anton se ri furtivamente.Probablemente se ha escondido dijo
Hermann.Le buscamos? pregunt Johanna.S. Vamos!Se oyeron crujidos y
susurros, pasos que iban de un lado a otro, y luego la cabeza de
Johanna asom entre las pacas de paja.Ya le tengo! exclam.Ech a un
lado las pacas de paja.Menudo pcaro ests hecho! Esperar,
simplemente, a que saliramos!Anton se alegr de haber conseguido
engaarles.Esto seguro que no os lo esperabais! dijo ponindose de
pie.Mientras sacuda su jersey mir de soslayo a Johanna. Con sus
vaqueros, sus botas rojas de goma y sus claros cabellos, recogidos
en la nuca, a l realmente le gust bastante. Cuando ella not su
mirada se puso colorada. Tenamos un escondite tan estupendo... dijo
ella rpidamente. Detrs de una caja de madera.Anton se asust. Ojal
no fuera el atad del pequeo vampiro!Dnde?Ella seal una caja que
haba al lado de la pared.All. Detrs de la caja de nuestra
abuela.Ah, vaya dijo aliviado.La gran caja, asegurada con una
cerradura pasada de moda, seguro que no era el atad de Rdiger! Pero
quiz pudiera sonsacarles si saban algo del atad del vampiro! Por
eso pregunt:No tenis ms cajas?Por qu lo preguntas? se interes
Hermann.Porque
Qu es lo que iba a contestar? Como no se le ocurri ninguna
explicacin razonable dijo:Por nada.Por nada! le hizo burla Hermann.
T debes ser buscador de tesoros, no?Por qu no le dices que tienes
otra caja? pregunt Johanna rindose entre dientes. Hermann le ech
una mirada colrica.Eso a Anton no le importa en absoluto. Y a ti
tampoco!Qu tipo de caja? pregunt preocupado Anton.Una caja para sus
monstruos de goma!Monstruos de goma?Esos fofos animales de goma. Mi
madre los quera tirar. Entonces los ha escondido aqu arriba.
Y qu? gru Hermann.Evidentemente el asunto le resultaba incmodo,
pues rpidamente desvi la atencin:Juegas al ping-pong?No muy bien
dijo Anton.Hermann tampoco dijo Johanna. Pero yo soy bastante
buena.Ja, ja dijo Hermann yendo hacia la escalera.Yo soy mejor que
t! exclam Johanna.Anton baj los peldaos detrs de Hermann. Por una
parte estaba contento y aliviado de que el vampiro no hubiera
escondido su atad en el pajar..., por otra parte segua sin saber
todava dnde iba a juntarse con l aquella noche.Inquietantes
moradoresAnton acababa de ganarle a Hermann el partido de ping-pong
cuando la seora Hering les llam para cenar.Jugamos luego en mi
habitacin? pregunt Hermann. Te dar un par de caballeros.Ya veremos
dijo esquivo Anton. Quiz me vaya a dormir dijo despus y bostez, a
pesar de que no tena nada de sueo.Ya tan pronto?Bueno, el aire del
campo...Hermann puso cara de decepcin.A ti te falta un
tornillo!Normalmente Anton no se hubiera dejado insultar as, pero
ahora slo se ri burlonamente.Entonces jugar con Johanna! dijo
colrico Hermann.A Anton le pareci de perlas! As, por lo menos,
podra seguir buscando el atad sin que le molestaran. Quiz pudiera
encontrarlo antes de que el pequeo vampiro echara a volar!Pero al
parecer Rdiger von Schlotterstein haba escondido muy bien su atad.
Anton no encontr rastro de l por ningn sitio cuando mir por la
granja despus de la cena. Finalmente se qued parado delante de un
edificio plano. No tena ventanas y pareca un garaje. Con precaucin
abri la puerta de hierro... y retrocedi de espanto, pues en el
mismo momento se levant un gritero ensordecedor.Cerr la puerta
horrorizado y regres corriendo a la casa. En la puerta de la casa
se atrevi por primera vez a volverse. Se sorprendi de que no le
hubiera seguido ninguno de aquellos horribles seres. Temblando
todava subi las escaleras hasta su habitacin. Se sent en la cama e
intent reflexionar. Eran... animales aquello? Pero qu animales
vivan en absoluta oscuridad y podan gritar tan horriblemente?Tendra
el pequeo vampiro algo que ver con aquello? Pero un vampiro no
soltara nunca un gritero as..., los vampiros se movan en silencio y
con precaucin.Entonces le vino de repente una idea terrible: si el
vampiro hubiera abierto tambin aquella puerta mientras buscaba un
escondite y aquellos atroces seres le hubieran cogido y le hubieran
metido para dentro...Entonces quiz estara an all dentro esperando
confuso que Anton le liberara?Anton decidi ir abajo y preguntarle a
Johanna qu era lo que pasaba con aquel edificio plano y sus
inquietantes moradores!Johanna estaba sentada en la sala de estar
viendo la televisin: una pelcula de animales, como comprob Anton
arrugando la nariz con desagrado.Tengo que preguntarte una cosa
dijo l.Ahora no contest ella. Cuando termine la pelcula.Anton gimi
en voz baja. La pelcula seguro que duraba todava media hora, y eso
quiz fuera ya demasiado tiempo si quera poder llegar an a ayudar al
vampiro!Pero yo tengo que saber cmo sea qu es lo que hay en el
edificio plano! dijo apremiante. Antes, cuando abr la puerta...Has
abierto la puerta?Johanna se ri en voz baja.Entonces puedo
imaginarme qu es lo que ha pasado!Qu es lo que hay all dentro
entonces?No lo sabes? se ri ella entre dientes. No has odo sus
gruidos?Gruidos?De pronto empez a comprender.Eran acaso...
cerdos?S!Anton not cmo se pona colorado. Se haba asustado de unos
cerdos! Pero luego razon que all haba algo que no encajaba: ninguna
pocilga tena aquel aspecto! Y los cerdos tampoco vivan en la
oscuridad!No me lo creo dijo resuelto. Las pocilgas tienen
ventanas!Tampoco es una pocilga normal aclar Johanna. Nosotros
tenemos cebones.Y sos viven en la oscuridad?S. Slo ven la luz
cuando mi padre va y les echa el pienso. Por eso chillan tanto
cuando se abre la puerta.Eso es maltratar a los animales se indign
Anton.Johanna se encogi de hombros.Por lo menos ahora mi padre no
tiene que sacar el estircol. Va todo automtico.A pesar de todo eso
es maltratar a los animales.En la vieja pocilga tampoco lo tenan
mucho mejor. Puedes echarle una ojeada. Adems, est llena de
trastos.Anton escuch con atencin. Una vieja pocilga llena de
trastos... No la habra elegido como escondite el pequeo vampiro?Y
dnde est la vieja pocilga?Detrs del establo de las vacas... Y ahora
quiero por fin ver mi pelcula!Ya me voy dijo complacido
Anton.Estaba muy satisfecho con lo que haba descubierto!Dientes de
vampiroFuera, entretanto, se haba hecho de noche. En casa, en la
ciudad, nunca est tan oscuro!, pens Anton estremecindose. La luna
haba desaparecido detrs de las nubes, y a travs de los altos rboles
que haba al borde de la calle, titilaba slo muy dbilmente la luz de
las farolas.Qu bien hubiera podido utilizar l ahora su linterna!
Pero sin duda con el jaleo de hacer la maleta la haba
olvidado!Cuando finalmente alcanz la parte trasera del establo de
las vacas respir aliviado, a pesar del penetrante mal olor, pues
detrs del estercolero vio el tejado de un cobertizo. Aquello tena
que ser la vieja pocilga!Al acercarse vio que la pocilga estaba
construida con ladrillos y tena pequeas ventanas y una puerta de
madera. Y aquella puerta..., estaba medio abierta...!Anton se qued
parado. Su corazn lata como loco. No haba en la ventana un reflejo
de luz? Y no vagaba por la puerta una extraa sombra?Sinti cmo le
entraban escalofros. Y si no fuera el pequeo vampiro el que viva en
la vieja pocilga, sino... Ta Dorothee! U otro vampiro, uno de
aqu...Y en el silencio que reinaba a su alrededor oy de repente un
ruido: era el claro clic-clac que hacan al golpear unos contra
otros los dientes afilados como cuchillos!Dientes de
vampiro...!Anton retrocedi un par de pasos instintivamente... y se
qued con una bota metida en el suelo embarrado.Mierda! maldijo en
voz baja con los labios apretados.Por mucho que tiraba y sacuda...
la bota no se movi! Y eso tena que pasarle precisamente ahora que
quiz estuviera acechndole un vampiro all en la pocilga!Rgido por el
miedo, Anton vio cmo sala una figura de la oscuridad de la puerta y
vena hacia l escurridiza y sin hacer ruido. La capa, que llegaba
hasta el suelo, se hinchaba de tal forma que pareca un gigantesco
murcilago negro.En aquel momento la luna sali de detrs de las nubes
y Anton dirigi su mirada al rostro, plido como el de un muerto, del
pequeo vampiro!Rdiger! exclam temblndole la voz de alegra y
excitacin.Hola, Anton dijo ronco el vampiro.Anton vio sus ojos
inyectados en sangre y la gran boca con los colmillos muy salientes
y agudos como agujas. Al ver los dientes del vampiro le corri un
escalofro por la espalda...Yo..., yo slo quera visitarte dijo
rpidamente.Visitarme?El vampiro se ri con voz ronca.Buena idea! Si
supieras lo hambriento que estoy!i Yo no pensaba eso!Qu entonces?
dijo el vampiro dando un paso hacia Anton.Anton quiso retroceder,
pero su bota segua estando firmemente metida en el cieno. El
vampiro no tena que notar que tena miedo!Quera saber dnde est tu
atad dijo con valenta.Mi atad?El rostro del vampiro cobr una
expresin de desconfianza.Y por qu?A eso slo poda haber una
respuesta!Somos amigos, no?! dijo Anton poniendo todo su poder de
conviccin en aquellas palabras. El vampiro contrajo la boca y
gru:Amigos!... Ahora tengo hambre!
Al decir estas palabras mir de reojo al cuello de Anton.No te he
ayudado acaso a traer aqu tu pesado atad? exclam Anton.S gru el
vampiro.Y hasta he pagado los billetes del tren con el dinero de
mis propinas!El vampiro ech a Anton una mirada furiosa.Lo dices
como si lo hubieras hecho todo solamente por m!Acaso no? exclam
Anton.T slo queras traerme aqu porque si no te ibas a aburrir
demasiado en la granja! Por eso me convenciste de que viniera!Anton
tuvo que rerse irnicamente. Eso era cierto..., pero, al fin y al
cabo, el vampiro tambin haba tenido sus motivos para abandonar por
unos cuantos das la cripta donde viva!Y qu pasaba con Jrg el
Colrico? exclam. Es que acaso Lumpi no le haba invitado a vuestra
cripta? Y no tenas t que desaparecer por culpa suya?S... dijo el
vampiro estirando la palabra. Pero yo seguro que no hubiera venido
a esta piojosa granja! aadi enrgicamente. Aqu no hay nada razonable
de comer para m. Ayer estuve fuera media noche y slo captur un
ratn!Es que todava no conoces bien esto dijo Anton. Me apuesto lo
que quieras a que ni siquiera sabes dnde estn los toros!Toros... Si
eso es todo...! dijo desabrido el vampiro.Y gallinas prosigui
Anton. Puedo ensearte dnde est el gallinero. Y s dnde hay un
c...Corderito, iba a decir Anton, pero cuando pens en el ovillito
blanco y lanudo se contuvo.Qu c...? buf el vampiro.Pero Anton haba
decidido no descubrirle nada del corderito.Una clueca!Una clueca!
repiti como un eco el vampiro. Djame en paz con tus bichos!Anton
aspir profundamente y tir una vez ms de su bota... y esta vez
consigui sacarla.Tomando aliento dijo:Puedo ahora mirar
dentro?Cmo... mirar dentro? pregunt receloso el vampiro.Dentro de
la pocilga. O es que no vives ah?S... Pero slo un momento! Como ya
sabes, tengo un hambre tremendaEl escondite del pequeo vampiroAnton
se col detrs del pequeo vampiro por la puerta de la pocilga. Fueron
a dar a una antecmara que estaba abarrotada de muebles viejos. En
la pared haba un alto armario con un gran espejo.Con el resplandor
que sala de la pocilga Anton vio su propia imagen reflejada en el
espejo... Slo por donde iba el vampiro estaba el espejo vaco!Volvi
la cabeza... y vio delante al vampiro en persona, sus desgreados
cabellos que le llegaban hasta los hombros y la sucia capa con
agujeros hechos por la polilla. Anton trag saliva. Naturalmente,
saba que los vampiros no se reflejaban en los espejos. Pero entre
leerlo en un libro y comprobarlo tan de cerca haba una gran
diferencia!Pero despus casi tuvo que rerse: No era ningn vampiro
cualquiera, sino Rdiger von Schlotterstein, su mejor amigo! De l no
tena por qu asustarse... O s?A pesar de todo se sinti algo temeroso
cuando el vampiro sigui hasta la pocilga.Era una habitacin alargada
con jaulas para los cerdos con muros hasta media altura. Por todas
partes haba tablones, estacas, puertas viejas, muebles,
herramientas, rollos de alambre y barras de hierro. La gruesa capa
de polvo que haba en los muebles demostraba que casi nunca se
dejaba caer nadie por all.Adems, apestaba terriblemente a estircol
de cerdo y a moho. Anton se estremeci. Pero para el vampiro era
justo la guarida adecuada.Su pequeo atad negro, que haba colocado
detrs, en una esquina, entre una cmoda carcomida y un gran cofre,
no hubiera llamado en absoluto la atencin... de no haber una vela
encendida en el borde del atad.El vampiro, eso lo saba Anton,
necesitaba la vela para leer siempre un poco despus de despertarse:
Naturalmente, historias de vampiros!Un escondite fabuloso! dijo
elogioso.El vampiro sonri halagado.No es cierto? Cmo has podido
encontrarme?Anton dio a entender con un movimiento que era una
larga historia.No ibas a ensearme dnde puedo encontrar algo de
comer?Primero te he buscado en el pajar y donde los cebones. Y
luego me ha contadoJohanna que haba tambin una vieja
pocilga.Johanna? pregunt de mal humor el vampiro. Quin es sa? Sabe
ella algo? Anton carraspe apocado.Vive en la granja. Pero no tiene
ni idea de que ests t aqu. Y, adems, no cree en vampiros aadi
aunque eso no lo saba en absoluto. O sea, que ests completamente
seguro!Esto pareci tranquilizar al vampiro. Fue a su atad, sac un
sombrero y se lo puso. Anton se mordi los labios para no echarse a
rer, era el sombrero tirols que le haba prestado al vampiro para el
viaje en tren. Con el sombrero, en el que se balanceaba de un lado
a otro con cada movimiento una larga pluma, el vampiro pareca un
personaje de chiste!Pero Rdiger, por lo visto, se encontraba muy
guapo, pues sonrea satisfecho de s mismo.Nos vamos? dijo.Adnde?
pregunt sorprendido Anton.
Ojos de galloDelante de la pocilga pregunt el vampiro:Y dnde
estn los toros?Los to... toros?El propio Anton no saba exactamente
dnde estaba el prado de los toros.No querras ir primero al
gallinero? intent desviar la atencin del vampiro.Gallinas! dijo con
censura el vampiro. Si slo tienen plumas y huesos... As no me voy a
hartar.Pero hay muchas arguy Anton.Brrr! hizo solamente el
vampiro.Es que los toros son muy salvajes! afirm Anton.Salvajes?La
voz del vampiro son de pronto ya no tan segura de s.T crees que
podran hacerme algo?Bueno...Entonces..., entonces s que ir antes al
gallinero! dijo apresurado el vampiro.Anton se ri irnicamente para
sus adentros. El pequeo vampiro finga siempre ser particularmente
valiente y arrojado... Pero tena tantsimo miedo como Anton!Se
asustara tambin de las gallinas? En cualquier caso, Anton haba
decidido no volver a entrar en el gallinero. Se quedara delante de
la alambrada mirando cmo le pellizcaban al pequeo vampiro sus
agujereados leotardos! Ante la idea de que el vampiro corriera de
un lado a otro con la capa revoloteando entre picotazos, se ech a
rer en voz baja.Pero su alegra se esfum rpidamente y es que en el
gallinero no se vea ni una sola gallina.Y dnde estn tus gallinas?
gru el vampiro con clara decepcin.S, o sea... empez Anton.Haba
esperado encontrarlas en el patio cacareando en alto.Ya es... estn
durmiendo.Y dnde? pregunt el vampiro rechinando los dientes.Anton,
naturalmente, no poda admitir que no lo saba. Seal la caseta donde
empollaba la clueca.Ah dentro.Todas? -pregunt incrdulo el vampiro.
No decas que haba muchas?Algunas tambin duermen en los
rboles.Gallinas? En los rboles?Anda! Tambin son pjaros.Los vampiros
no es que entendamos mucho de animales declar el vampiro, pero
nunca haba odo que las gallinas durmieran en los rboles!Yo
tampoco!, asinti Anton en secreto. En voz alta dijo:No ves los ojos
de gallo?El vampiro, evidentemente, no saba lo que eran ojos de
gallo, pues se puso muy serio y examin las copas de los rboles con
sus agudos ojos que podan ver en la oscuridad mucho mejor que los
de Anton.All arriba hay realmente algo! dijo. No puedo reconocer
ningunos ojos, pero s una sombra que se mueve!Una sombra que se
mueve? exclam sorprendido Anton.Al fin y al cabo el asunto de las
gallinas que dorman en los rboles slo se lo haba inventado!Es un
animal? pregunt angustiado.A lo mejor es un vampiro! dijo Rdiger
rindose burlonamente.Un vampiro? dijo Anton con voz
temblorosa.Rdiger le mir divertido de soslayo.Desde cundo te
asustas t de los vampiros?Yo..., tambin podra ser Ta Dorothee.Ta
Dorothee es mucho ms gorda.O Sabine la Horrible. Mi abuela no
acecha en los rboles repuso muy digno el vampiro. Pero podra ser
Anna!Anna? Es que iba a venir? Ella siempre quiere estar donde
tests!Anton not cmo se pona colorado.Y es ella?El vampiro se ri
entre dientes. Luego recit:Anna la enamoradasentada en un rbol
piabay Anton, su enamorado querido,quisiera estar con Anna, su
gorrioncillo!Muy gracioso! dijo colrico Anton.Para vengarse observ
insidioso:Sospecho que es Geiermeier!Conoca el miedo que el vampiro
tena a Geiermeier, el guardin del cementerio, que iba siempre
husmeando y que haba jurado destruirles a todos. Theodor, el to de
Rdiger, ya haba sido vctima de l.Pero el pequeo vampiro dijo con
toda la tranquilidad del mundo: Desde cundo sabe volar
Geiermeier?
Ahora vio tambin Anton a aquel ser volando lenta y algo
pesadamente desde los rboles hasta el gallinero. Cuando se pos en
la alambrada y solt un grito agudo y penetrante Anton supo de
pronto quin era aquel ser...Pero era demasiado tarde para decrselo
al pequeo vampiro, pues ste en el mismo momento haba echado a
correr precipitadamente.Claro, se dijo Anton mientras regresaba a
la granja, l me ha hecho enfadar con la poesa y se me ha olvidado
prevenirle del pavo real... La gente del campoLa maana siguiente
los padres de Anton decidieron que les acompaara en su paseo... A
pesar de que l no tena ninguna gana!Si no, te quedars en tu
habitacin afirm la madre.O te aburrirs en el patio complet el
padre.Pasear tampoco es precisamente muy emocionante repuso
Anton.Claro que s dijo el padre. Ya vers cmo aqu hay un montn de
cosas interesantes que ver.Anton seal un par de sacos de basura que
haba en el borde de la calle.Te refieres a eso?T ya has entendido a
qu se refiere pap! dijo la madre.Anton se call enfadado. Ellos
siempre queran determinar qu es lo que era bueno para l!Fue tras
ellos contrariado intentando enterarse lo menos posible de su
conversacin sobre casas de labor, cristales abombados y visillos
rsticos..., lo cual no era demasiado fcil, pues ellos se reclamaban
uno al otro en voz alta la atencin sobre los supuestos
monumentos.
Como turistas!, pens despreciativamente.Despus se entusiasmaron
con un molino de viento de unos treinta centmetros que haba en un
jardn frontal y los habitantes de la casa se les quedaron mirando
con curiosidad; se puso completamente rojo.No podrais hablar ms
bajo? sise.Pero sus padres, sin inmutarse, empezaron a preguntarle
a aquella gente sobre su casa, l molino de viento y dems monumentos
de Pequeo-Oldenbttel.Anton se alej e hizo como si l no tuviera nada
que ver con ellos.Al tiempo iba contando en voz baja. Si llegaba a
cuarenta y ellos no volvan, regresara l solo.Pero cuando lleg a
veinticinco, sus padres fueron a su encuentro.Qu abierta y amable
es la gente del campo! dijo soadora la madre.Al contrario que
Anton! aadi el padre despus de echar una mirada al hosco semblante
de Anton.En casa tampoco os dirigs a cualquiera y os ponis a hablar
con l gru Anton. Sois autnticos turistas!
Su madre slo se ri.Y ahora, como autnticos turistas, vamos a
echar un vistazo a la iglesia.Lo que faltaba! dijo Anton.Entonces
se dio cuenta de que junto a una iglesia tena que haber tambin un
cementerio... y aquella idea le hizo ser ms condescendiente.Pero
era un cementerio moderno, como pudo comprobar Anton, rodeado por
un muro de piedra a media altura, con caminos pulcramente
rastrillados y tirados a cordel y slo unos pocos arbustos y rboles.
Las lpidas estaban tan ordenadamente alineadas y las tumbas tan
cuidadosamente llenas de plantas que tuvo que bostezar. En aquel
cementerio seguro que no haba ninguna tumba de vampiro... O acaso
s? En la ltima fila descubri el siguiente epitafio:Lo que
guardaesta caja,es el traje terrenal.Lo que amamos,ha quedado,queda
para la eternidad.Pero estaba demasiado cuidada para ser una tumba
de vampiro! Las tumbas de los vampiros, tal como las conoca Anton,
tenan viejas y desmoronadas lpidas y estaban cubiertas por la
maleza.
Qu, has descubierto una tumba de vampiro? pregunt su padre
cuando volvieron a reunirse delante de la iglesia.
Claro! dijo Anton, al que molestaba el tono irnico de su padre.
Todo el cementerio est lleno de ellas. Y hay un vampiro que corre
por ah con una carretilla y una pala y ahora, precisamente, va a
levantar una tumba. Si te das prisa todava podrs verle. Lleva una
gorra azul y fuma en pipa.Y yo que siempre haba credo que los
vampiros slo salan de noche... observ divertido el padre. Qu chico
ms listo.No podis hablar ya de una vez de otra cosa? dijo agitada
la madre. De las viejas casas, por ejemplo.Las casas son realmente
preciosas! dijo inmediatamente el padre de Anton. Mira aquella casa
de all con el mirador...Etctera, etctera!, pens Anton mientras les
segua malhumorado.Su mal humor slo mejor cuando, de vuelta, se
pararon delante de una tienda sobre la que pona GRANDES ALMACENES
GERTRUDE GRAPSCH. La tienda no tiene precisamente pinta de grandes
almacenes!, pens Anton. En los dos escaparates no haba nada puesto
ni montado..., simplemente tenan pegado hasta la mitad un papel
para armarios de colorines.Menudos grandes almacenes! se ri
irnicamente.Es que en el campo son as contest su madre.Ven, vamos a
entrar.Oh, s dijo Anton.Si era una tienda de pueblo..., seguro que
habra galletas y chocolate, Y hoy slo haba comido medio
panecillo.Pero apenas haban entrado en la tienda, su madre, al ver
un largo estante lleno de golosinas, dijo:Pero no vamos a comprar
golosinas!Por qu no?Porque no has desayunado como es debido.Eso es
una guarrada! gru.All estaba su chocolate favorito... Se le haca la
boca agua.Es que se me van a hacer agujeros en los dientes!Su madre
sacudi la cabeza.No.Pero yo quiero algo dulce! dijo obstinado
Anton.Te regalo una piruleta declar entonces la mujer de la caja.La
madre de Anton abri la boca para protestar..., pero no dijo nada.
Probablemente no quera parecer descorts! Anton, sin embargo,
reconoci por las arrugas de su frente que estaba colrica porque la
cajera se hubiera entrometido en su educacin.Rindose irnicamente
cogi la piruleta y se la meti rpidamente en la boca. Tenas razn le
dijo a su madre, la gente del campo es realmente simptica!Luego
recorri complacido la tienda, en la que se poda comprar casi todo:
desde mangos de escoba hasta morcillas.Encontr hasta libros. Pero
no haba ninguno que le interesara. Su madre, por el contrario,
estaba encantadsima. Mira, Anton, qu libros tan estupendos: libros
de animales! De construcciones! De aventuras! Cuentos, leyendas...
Quieres que te compre uno?No, gracias.Pero as podrs leer esta
tarde! Puedo hacerlo de todas maneras!, pens Anton. En voz alta
dijo:Esos son slo para nios de pueblo.Qu es lo que te gustara leer
entonces? quiso saber la cajera.Anton, para enfadar a su madre,
dijo:Historias de vampiros!Para sorpresa suya la mujer no se ri de
su respuesta, sino que sali de detrs de la caja, se subi a una
pequea escalera y sac algunos libros del estante... Libros con la
cubierta negra, como pudo comprobar Anton con alegra.Toma dijo
tendiendo a Anton tres libros. Te gustan ms stos?Eran... historias
de vampiros!Dos de los libros, de todas formas, ya los conoca
Anton, pero no el tercero, que tena el prometedor ttulo de Tu roja
sangre, Katharina!Se volvi hacia su madre y pregunt:Me compras
ste?De ninguna manera! contest enfadada.Aqu nos gusta leer estos
libros dijo la mujer.Lo ves?! dijo triunfante Anton. La gente del
campo sabe lo que es bueno!La cajera sonri halagada..., pero por
desgracia eso no le hizo regalarle a Anton el libro, que era lo que
l esperaba.As es que tuvo que pagar el libro con su dinero. Pero
eso tampoco estaba tan mal, ahora tena un buen libro ms y saba de
antemano cmo iba a pasar la tarde!El pequeo vampiro y los
monstruosCuando Anton entr por la noche en la vieja pocilga el
vampiro estaba todava en el atad. La vela estaba encendida, pero el
vampiro no estaba leyendo como era su costumbre.Se haba subido su
agujereada manta negra hasta la barbilla y mir a Anton con ojos
enrojecidos.No te encuentras bien? pregunt Anton.El vampiro apart
la manta para que Anton pudiera ver un araazo que tena en el
cuello.Estoy herido!Anton estuvo a punto de echarse a rer.
Realmente tan grave no le pareca el araazo!Con un gesto de dolor
dijo el vampiro:Seguro que me entra una intoxicacin de sangre.
Lumpi la tuvo una vez. Le falt un pelo para morirse!Pero si los
vampiros ya estn muertos opin Anton.El vampiro le ech una mirada
colrica..., como siempre que Anton descubra que exageraba
excesivamente.Y qu? sise. A pesar de ello podemos tener una
intoxicacin de sangre.Se palp con precaucin el araazo.Es muy
profunda?No! asegur Anton.Si al menos pudiera verla! En el espejo
tampoco puedo mirar... Tengo ya una franja roja en el cuello? Lumpi
dice que con las intoxicaciones de sangre sale una franja
roja!Anton tuvo que rerse burlonamente. El vampiro slo tena una
franja negra en el cuello..., una franja de suciedad. Pero sera
mejor no decirlo en alto!Tienes un aspecto completamente normal
declar.Eso tambin era cierto. El vampiro estaba tan plido y
despeinado como siempre. Slo las sombras de debajo de los ojos eran
quiz algo ms profundas que otras veces.Normal! gru el vampiro.
Despus de una noche as no puedo tener un aspecto normal!Anton
pregunt curioso:Qu es lo que ha pasado?El vampiro mir a Anton con
ojos relucientes.La granja est atestada de
monstruos!Monstruos?Anton intent permanecer serio. Ya poda
imaginarse con qu monstruos se haba tropezado el vampiro!Si te
refieres al ser que chill de esa manera...Pero antes de que Anton
pudiera contar que slo haban visto un pavo real le interrumpi el
vampiro.Eso fue lo ms inofensivo! exclam. Pero cuando iba corriendo
por el prado vino corriendo hacia m un monstruo tan alto como una
casa y me golpe!
Anton se llev rpidamente la mano a la boca. Slo poda haber sido
uno de los caballos!
De eso tienes el araazo?El qu? pregunt dolido el vampiro.T...,
ejem..., herida del cuello se corrigi Anton. Te la hizo el
monstruo?No dijo el vampiro con voz de ultratumba. Despus vino
corriendo un segundo monstruo. Entonces salt con mis ltimas fuerzas
a un matorral.Y al hacerlo te araaste el cuello con las espinas?El
vampiro cerr los ojos como si acordarse de ello le produjera un
gran tormento.No dijo lentamente. En el matorral haba un tercer
monstruo.Anton trag saliva para no rerse.Otro ms?S. Deba estar ya
all acechando, pues cay en seguida sobre m y me mordi en el cuello.
Yo me desmay.Qu horrible! dijo Anton.Lo mejor, seguro, era fingir
que se crea la historia del monstruo del matorral! En realidad
estaba convencido de que el vampiro slo se haba araado con las
espinas.Remarcadamente serio dijo:Entonces seguro que era un
vampiro!Por qu?Porque te mordi en el cuello!El pequeo vampiro puso
una cara indignada.Los vampiros no se muerden unos a otros! No, era
un monstruo!Anton tuvo que rerse cuando el vampiro dijo monstruo
lleno de horror. El nico monstruo que haba all en la granja era...
el propio pequeo vampiro!Pero ya me enterar de qu clase de monstruo
era!Con estas palabras el vampiro se levant y sali del atad.Ahora?
exclam alegre Anton.Ir con Rdiger en busca del monstruo poda
resultar emocionante!No. Primero tengo que comer algo!Como siempre
a Anton le corri un escalofro al pensar en la alimentacin del
vampiro.A pesar de ello pregunt con valenta:Vamos juntos?Podra
mirar a otro lado cuando el vampiro se estuviera alimentando!Yo
tambin soy muy silencioso!El vampiro sacudi la cabeza.No. Lo nico
que hars ser estorbarme.Seguro que no! afirm apasionado Anton.Por
qu quieres venirte por todos los medios? pregunt malhumorado el
vampiro.Por qu?Anton tom aire profundamente.Si supieras lo que me
he aburrido hoy! Todo el da nada ms que pasear, leer, comer...El
vampiro mir a Anton compasivo.Me he alegrado tanto porque iba a
estar por la noche contigo! aadi apremiante Anton.Y qu pasa si
quiero volar? gru el vampiro.Anton haba estado esperando aquella
pregunta. Con una radiante sonrisa sac de debajo de su jersey la
segunda capa.Mira! Naturalmente haba pensado en ello!Eso pareci
convencer al vampiro, pues contrajo su boca en una mueca de
reconocimiento. Est bien dijo, puedes venir conmigo. Pero no te
entrometas en mis..., ejem..., asuntos!Seguro que no! prometi Anton
muy contento.Dnde est realmente tu sombrero? pregunt fuera.No
est.Anton se asust. A l le daba igual lo que ocurriera con el
sombrero tirols... Pero a sus padres no! Y cmo ha ocurrido?Lo perd
cuando vino el primer monstruo.Entonces quiz est todava en el prado
dijo Anton. Vamos a buscarlo.
El vampiro grit horrorizado.Voy a ir con el estmago vaco donde
est el monstruo? Nunca!Y como si temiera que a pesar de todo Anton
pudiera convencerle se elev rpidamente en el aire.Espera! exclam
Anton.Apresuradamente se puso la capa por la cabeza, que ola a aire
de atad estancado y mohoso. La capa era de tela negra, ya bastante
gastada y llena de agujeros de polillas. Latindole el corazn, Anton
extendi los brazos y los movi cautelosamente arriba y abajo..., e
inmediatamente empez a flotar. Dio un par de brazadas potentes... y
vol!Pronto vio la granja debajo de l, tan pequea como una muestra
de una tienda de juguetes. Anton pens en sus padres, en Johanna y
Hermann, en la seora Hering y en su marido, que estaban en la casa
y no tenan ni idea de que l estaba all fuera volando en medio de la
noche... y de repente tuvo que rerse en alto.Te has vuelto loco?
sise colrico el vampiro. Es que quieres que llamemos la atencin de
todo el mundo?Pero si aqu arriba no nos oye nadie se defendi
Anton.T crees? dijo custico el vampiro. Y qu ocurrir si pasa
volando por aqu Ta Dorothee?Anton se qued helado.El vampiro
valienteHacia dnde volamos? pregunt Anton.El vampiro seal la punta
de la torre de una iglesia, que pareca una cebolla.A Cebolla-City
dijo, y aadi:Ojal no haya monstruos all!Monstruos seguro que no!,
pens Anton.Pero personas s!Con eso pegaba la cancin que se haba
inventado aquella tarde. Mientras navegaban el uno junto al otro a
travs de la noche canturre en voz baja:Rdiger tena un siglo y
entonces le dio su abuela una negra capa de hilo para que as volar
pueda como un vampiro.Qu ests cantando? pregunt el vampiro, que
haba aguzado el odo. Acaso con eso te refieres a m?Anton se ri
burlonamente.Quiz.Cntalo otra vez! exigi el vampiro.Pero slo si no
te pones furioso dijo Anton y empez a cantar mientras el vampiro
escuchaba con atencin:Rdiger tena un siglo y entonces le dio su
abuela una negra capa de hilo para que as volar pueda como un
vampiro.Desde la cripta vol y por los aires flot.En el aire haca
froy marcharse al bosque quiso.Pero all haba un oso.Se llev un
susto espantoso.Se fue raudo a la ciudad, mas no tuvo suerte all.La
ciudad estaba clara; miles de luces brillaban.Muchos le vieron
volando e intentaron atraparlo.S, con redes y con palos iban,
pobre, a capturarlo.
Miedoso, fue a un agujero y hoy todava est dentro.No est mal
opin el vampiro cuando Anton termin. Pero bastante alejado de la
realidad.Por qu? pregunt indignado Anton.A l le pareca que en su
cancin haba representado al vampiro exactamente como era en
realidad.Porque ningn vampiro se metera en un agujero afirm el
pequeo vampiro. Y los vampiros tampoco son miedosos! Yo cantara
as:Se li a pegar mordiscos y as se qued tranquilo! Se ri con voz
ronca como si graznara.Anton slo contrajo burln la boca. En seguida
se demostrara lo valiente que era en realidad el vampiro, pues
delante de ellos aparecan las primeras casas de la pequea
ciudad.Rindose irnicamente Anton seal una casa claramente iluminada
cuya puerta de entrada estaba abierta de par en par. En aquel
momento entraban varias personas vestidas para una fiesta.Si tan
valiente eres dijo, tienes la ocasin propicia!Qu ocasin?All abajo
parece haber esta noche una fiesta de pueblo.Pero yo no quiero
bailar.Es que tampoco tienes que hacerlo!Anton intent permanecer
serio.Pero piensa en todas las personas que hay! Esta es tu
oportunidad!Par un taxi delante de la casa y se apearon dos
hombres.Ves? dijo Anton. Y all detrs, por la calle, tambin vienen
unos cuantos!Irnicamente aadi:No eres tan valiente...?Tampoco soy
taaan valiente dijo quejumbroso el vampiro.Al ver tanta gente se
haba vuelto ms plido an que de costumbre.Yo..., prefiero buscarme
un sitio ms tranquilo murmur, se dio la vuelta y sali de all
volando.Anton le sigui. Mientras tanto canturre a media voz para
s:Valiente, fue a un agujero y hoy todava est dentro.Visionario Al
principio Anton pens que el pequeo vampiro iba a volar de regreso a
la granja, porque tom el mismo camino por el que haban venido. Pero
luego torci a la derecha a la altura de un cartel que pona
Nuevo-Motten. 4 Km.Cuando apareci a la vista una casa de labor
cubierta de caa, retard su vuelo y se volvi hacia Anton. Con una
inclinacin de cabeza indic hacia la casa.Estaba oculta entre altos
rboles. Por encima de la puerta de entrada, pintada de azul, estaba
encendida una lmpara pasada de moda, y haba dos ventanas iluminadas
en la planta baja.Justo lo ms apropiado para m dijo el vampiro con
voz ronca. Calculo que ah vivir un matrimonio viejo con sus seis
nietos. Los nios ya estn durmiendo, y los abuelos tambin se irn a
la cama en seguida... Los padres de los nios seguro que perdieron
la vida en un accidente de avin aadi susurrando.Anton se asombr de
la imaginacin calenturienta del vampiro.En el establo tienen vacas
y caballos y corderos...Al enumerar los animales la voz del vampiro
cobr un tono tan ansioso y voraz que a Anton le entraron
escalofros.Seguro que han cerrado la puerta de entrada prosigui
excitado el vampiro. Los ancianos son precavidos. Pero me apuesto
lo que sea a que se han olvidado de cerrar la puerta trasera. Los
ancianos son olvidadizos.Solt una carcajada como un graznido y
aterriz en la sombra de un gran rbol.Ven, Anton!No prefieres ir
solo? T mismo has dicho que lo nico que yo hara sera estorbarte!No!
T eres ms experto que yo en casas de seres humanos!Pero en casas de
labor no soy nada experto.T slo quieres escabullirte.De ninguna
manera! repuso Anton.Tanto mejor! se ri irnicamente el vampiro.
Ahora entonces miraremos a ver si est abierta la puerta
trasera.Anton ech un vistazo a la casa. Con las cortinas claras,
las macetas delante de las ventanas y la puerta azul no tena
realmente un aspecto amenazador..., sino ms bien como si vivieran
all personas simpticas e inofensivas.Est bien dijo, si vas t
delante...Por m... gru el vampiro.Se dirigi hacia la casa lenta y
cautelosamente y abri la pequea puerta de hierro forjado que
conduca al jardn.Ven le sise a Anton.Anton le sigui de puntillas,
pero no poda moverse tan sigilosamente como el pequeo vampiro entre
los macizos y arbustos del jardn: una y otra vez crujan ramas,
rechinaba la gravilla bajo sus pies..., o echaba a volar con
aterrorizados aleteos un pjaro que l no haba visto. A cada ruido el
vampiro volva la cabeza y miraba furioso a Anton.Por suerte dentro
de la casa nadie pareci advertir su presencia, pues las ventanas
que daban al jardn permanecieron a oscuras.Finalmente llegaron a
una terraza en la que haba una mesa redonda, cuatro sillas y una
barbacoa.Vete all y comprueba si la puerta de la terraza est
abierta! orden el pequeo vampiro.Por qu yo? protest Anton.Porque yo
con mi buena vista tengo que quedarme aqu haciendo guardia repuso
el vampiro.No es muy convincente, pens Anton.A pesar de ello fue
hacia la puerta temblndole las rodillas y apret temeroso el
manillar hacia abajo.La puerta estaba cerrada!El vampiro hizo
crujir nervioso los dedos.Entonces tendremos que intentarlo por
delante dijo.Y dndose importancia aadi:Calculo que los viejos han
confundido las puertas. Seguro que se han olvidado de cerrar la
puerta delantera!Tenas que hacerte visionario dijo mordaz
Anton.Pero en lugar de sentirse ofendido el vampiro slo sonri.Con
voz inusualmente amable dijo:Yo no! T s que vas a ser visionario!Qu
quieres decir con eso? pregunt desconfiado Anton.El vampiro dijo
burlonamente:T vas a ir ahora a la puerta delantera, la vas a abrir
y vas a mirar donde hay luz.Durante unos segundos Anton se qued sin
habla.Luego exclam lleno de indignacin:Eso es lo que t quisieras!
Siempre me mandas a m! Y slo porque t eres un vago!Qu es lo que
soy? Un vago?La voz del vampiro solt un gallo por la furia.Esa es
la calumnia ms insolente que nunca he...No sigui ms adelante, pues
en aquel momento se encendi la luz de la habitacin que daba a la
terraza. Abrieron la puerta de la terraza y sali una mujer joven
con un largo vestido verde.Al fin estis aqu! exclam ella, y su voz
son alegre y emocionada.Dos berlinesesAnton y el pequeo vampiro
estaban tan anonadados que se quedaron parados como si les hubiera
cado un rayo..., incluso despus tambin, cuando apareci detrs de la
mujer un hombre alto y ancho de hombros con un albornoz
azul.Nuestros nios veraneantes estn aqu! le grit la mujer. Bruno y
Rudi, de Berln!Eso s que es una sorpresa exclam l con voz
estruendosa. Es que habis perdido el tren?Anton reflexion con la
rapidez del rayo. La mujer y el hombre, al parecer, esperaban a dos
nios berlineses que iban a pasar las vacaciones en su casa y por
algn motivo se haban retrasado. Evidentemente haban tomado a Anton
y a Rdiger por aquellos nios veraneantes!Aquella confusin era una
suerte para el pequeo vampiro y para l! Slo tendran que hacer como
si fueran los nios veraneantes... y esperar a que se presentara la
ocasin propicia para huir!Con valenta dijo:Miramos mal y nos
metimos en un tren equivocado.En un tren equivocado? pregunt la
mujer. Es que entonces no os dej vuestra madre en el tren?S dijo
Anton, pero no en el tren que era.Rindose burlonamente aadi:No
llevaba las gafas puestas, sabe usted?La mujer sacudi incrdula la
cabeza. Y cundo os disteis cuenta de ello?De que no llevaba puestas
las gafas?De que ibais en un tren equivocado!Antes de que Anton
pudiera pensar alguna respuesta dijo el hombre:Bueno, eso ahora no
es tan importante. Sea como sea, nos alegramos de que estis aqu y
esperamos que descansis en estas cuatro semanas en nuestra
granja.Cuatro semanas? grit el vampiro lleno de espanto.El hombre
se ri.Para ti, con lo plido que ests, cuatro semanas an sern poco
tiempo!Mi amigo todava tiene que acostumbrarse al aire del campo
dijo rpidamente Anton. Es que es un autntico berlins!Tu amigo?
pregunt sorprendida la mujer. En la carta de la Fundacin para el
Descanso de los Jvenes pona que erais hermanos!Medio hermanos dijo
Anton.Tena la sensacin de que aquello, poco a poco, ola a
chamusquina. Adems, el vampiro pona una cara como si se fuera a ir
de all corriendo inmediatamente. Y con ello se echara todo a
perder, pues entonces seguro que sospecharan la mujer y el hombre.
Y Anton prefera no imaginarse qu era lo que pasara
entonces!Apresuradamente dijo:Ahora tenemos que recoger nuestro
equipaje! Vamos, Rudi!El vampiro mir a Anton sin comprender.Qu
equipaje? gru.Anton intent permanecer tranquilo aunque su corazn
lata como loco.Nuestras maletas. Ya sabes!Al decir esto mir con
suspicacia al vampiro. Al fin pareca que Rdiger se enteraba del
asunto.Ah, s asinti, nuestras maletas.Anton respir
profundamente.Vuestras maletas? se maravill el hombre. No estn en
la consigna?Es... estn ah detrs dijo Anton sealando en la direccin
por donde haban venido. Las hemos dejado en el suelo por el
camino... Ahora vamos, Rudi! apremi al vampiro.Un momento exclam el
hombre. Naturalmente, yo ir con vosotros. Slo tengo que ponerme
rpidamente algo de ropa.Dicho esto entr en la casa.Anton tom aire
profundamente: aqulla era la ocasin que l haba esperado!Nosotros
vamos delante le dijo a la mujer.Luego hizo una sea al vampiro y
desaparecieron entre los arbustos y los matorrales. Cuando llegaron
a la distancia suficiente para no ser vistos, extendieron sus capas
y salieron volando.Arriba, en los aires, a Anton su aventura le
pareci ms bien divertida y dijo:Maana pondr en el peridico de
Nuevo-Motten: Dos berlineses desaparecidos de la tierra sin dejar
rastro. Se supone que alguien se los ha comido. *Pero el vampiro no
estaba para bromas. Con una mueca sombra vol hasta el cartel que
pona Nuevo-Motten. 4 Km. All declar:Ahora seguir volando yo solo.
Por qu? pregunt sorprendido Anton.* Juego de palabras: berlins,
natural de Berln, y berlinesa, bollo relleno de crema. (N. del
A.)Contigo slo tengo mala suerte! dijo el vampiro.Cmo dices? exclam
indignado Anton. Te olvidas de que casi te acabo de salvar la
vida!Bah...El vampiro resopl desdeoso.T me has enredado primero
para que me metiera en esa casa de labor!Que yo te he enredado?
dijo anonadado Anton. Y quin ha dicho: Justo lo ms apropiado para
m?Con voz de ultratumba el vampiro contest:T!Yo?Anton se haba
quedado sin habla.Naturalmente! exclam el vampiro. Y si no me
hubieras contado el cuento de los ancianos que siempre se olvidan
de cerrar la puerta trasera, yo hubiera seguido volando.Anton tom
aliento.T slo sabes echar siempre la culpa a los dems! grit. T...,
t..., egosta!El rostro del vampiro se ilumin.Egosta..., eso suena
bien! Es algo malo?Anton no respondi.Seguro que es algo malo se
alegr el vampiro. Le contar a Lumpi y a Ta Dorothee que alguien me
ha llamado egosta.Entonces puedes contarles tambin que eres el tipo
ms guarro y ms informal con el que me he tropezado nunca! exclam
Anton. Y con un tipo as yo no quiero volver a saber nada!Dio un
fuerte giro en el aire. Al macharse volando todava pudo ver cmo el
vampiro se agazapaba sobre el cartel sonriendo con
orgullo.Vampiros? No, gracias!La maana siguiente Anton la pas en la
cama. A sus padres les dijo que tena dolor de tripa. Eso realmente
no era cierto, pero despus de la bronca con el vampiro y el vuelo
de regreso en solitario tena que tranquilizarse.Sac las Historias
de Vampiros para Avanzados del armario donde lo haba escondido
debajo de su jersey, y abri el libro por una de sus historias
favoritas: Los Murcilagos, de David Grant. Trataba de un joven que
guarda murcilagos en un viejo cobertizo. Intenta domesticarlos. La
forma de hacerlo la delatan dos pequeas incisiones en su
cuello...Otras veces al leer aquella historia a Anton le venan
agradables escalofros. Pero hoy sinti de repente una fuerte repulsa
contra los murcilagos, que le sorprendi a l mismo. Sera debido a su
ira contra el pequeo vampiro?Cerr malhumorado el libro y lo volvi a
colocar en el armario. Luego ley los ttulos de los libros que haba
en la pequea estantera encima de la cama de Johanna: Mi poney y yo,
Aventuras en la granja del poney, El viejo y el poney, El libro de
oro del poney.Despus de titubear brevemente cogi Aventuras en la
granja del poney. En la contraportada pona que la historia trataba
del robo de un poney. Volvi a echarse en la cama y empez a
leer.Cuando por la tarde se encontr a Johanna y a Hermann delante
del pajar le dijo a Johanna:Tus libros no estn nada mal.T crees?
dijo ella alegre.Las Aventuras en la granja del poney incluso estn
muy interesantes.Yo crea que t slo te interesabas por los libros de
vampiros.Anton hizo un ademn de rechazo.Vampiros? No, gracias! dijo
tan alto que hasta el pequeo vampiro podra haberle odo desde su
atad.Pero no tienes t un amigo que es vampiro?Quin ha dicho
eso?Nuestra madre.Ella sabr dijo irnico Anton.Es que no es verdad?
pregunt curioso Hermann.Crees t en vampiros? repuso Anton.No.Lo
ves?Johanna segua obstinada:Tienes un amigo que es vampiro o no?No
tengo ningn amigo que sea vampiro contest Anton, y eso corresponda
bastante a la verdad, pues Rdiger von Schlotterstein segua siendo
un vampiro, pero ya no era su amigo!Si ya no quieres saber nada de
vampiros podramos jugar con mis caballeros dijo Hermann.Y por qu
no?, pens Anton.Quiz jugar con caballeros no fuera tan aburrido
como l crea. Adems se haba propuesto firmemente apartarse en el
futuro del vampiro, que tan engredo, vanidoso y desagradecido era.
Rdiger von Schlotterstein vera cmo se las apaaba bien sin l!Vale
dijo Anton.Y despus de la cena tambin podemos jugar juntos aadi. No
tengo planeado nada en especial!El asunto de los huevosLa maana
siguiente Anton estaba el primero en la mesa para desayunar.Ya ests
despierto? se sorprendi su padre cuando lleg abajo diez minutos
despus.Bueno... dijo apocado Anton, eso le puede pasar a
cualquiera.Naturalmente no le descubrira a su padre que se haba
peleado con el pequeo vampiro y por eso se haba ido a la cama a las
nueve, despus de haberse aburrido durante dos horas con Hermann y
sus caballeros. Y es que los caballeros no eran vampiros!No se ha
despertado mam todava?pregunt.No. Esta noche apenas ha podido
dormir.En aquel momento entraron las dos mujeres que tambin
veraneaban en la granja. Hasta entonces Anton haba procurado
prudentemente no encontrarse con ellas..., pues las dos mujeres
haban viajado en el mismo tren que el pequeo vampiro y l!Las observ
temeroso con atencin, pero ellas no se fijaban en absoluto en l.La
ms baja de las dos se dirigi excitada al padre de Anton:Su mujer
tampoco ha podido dormir? Nosotras llevamos aqu desde el sbado y an
no hemos dormido ni una noche como es debido!Por los ruidos! dijo
la ms alta.Qu ruidos? pregunt el padre de Anton.Gritos terribles!
Como si le estuvieran retorciendo el cuello a alguien! contest la
ms alta.Y luego revolotean alrededor de la casa mariposas tan
gigantescas... prosigui la ms baja. Ayer, como no podamos dormir,
quisimos abrir una ventana y vimos una mariposa tan grande como un
nio! Estaba acurrucada en el poyete de la ventana y nos mir
fijamente. Ay, no podr olvidar en mi vida sus terribles ojos
rojos!El padre de Anton sonri satisfecho.Lstima que no lo viera mi
hijo.Yo por qu? exclam Anton indignado porque su padre hubiera
concentrado hacia l la atencin de las mujeres.Eso suena como si
fuera un vampiro, o no?Las dos mujeres cambiaron una mirada.Hay
vampiros aqu? pregunt la ms baja.Seguro! dijo el padre. Estos
viejos cobertizos y establos estn como hechos a su medida!Anton mir
asustado a su padre: sabra algo del escondite del pequeo vampiro?
Por la divertida expresin de su cara, sin embargo, se dio cuenta de
que slo se trataba de una broma.Pero si los vampiros no existen!
afirm.Su padre se hizo el sorprendido.Y qu hay de tu amigo?De qu
amigo?Ese..., Rdiger von Leichenfels! *Ese no es mi amigo dijo
molesto Anton.Precisamente ahora tenan que ponerse a hablar todos
de Rdiger von Schlotterstein!Amigo o no..., no has afirmado siempre
que era un vampiro? pregunt el padre.* Leichenfels: juego de
palabras con Schlotter-stein. Stein literalmente significa piedra,
y Fels, roca. Por lo dems, Leiche significa cadver.Afortunadamente
en aquel momento entr la seora Hering con la bandeja del desayuno,
de modo que Anton se ahorr la respuesta.Coloc la bandeja encima de
la mesa y dijo: Probablemente ha sido una chiquillada opin ella.
Pero muy pesada, creo yo!La expresin chiquillada enfureci a
Anton.Muy bien podra haber sido tambin un adulto repuso.Ah, s?
pregunt la seora Hering dudando. T crees que a un adulto se le
ocurrira agujerear todos los huevos y bebrselos? Sac del bolsillo
de la chaqueta un pequeo huevo marrn y se lo ofreci al padre de
Anton.Tenga, mrelo usted!Completamente vaco dijo sacudiendo la
cabeza.Anton se esforz por parecer lo ms desinteresado posible.
Pero arda en deseos de examinar con ms exactitud los dos agujeros
del huevo, que eran tan grandes como la punta de un lapicero y
estaban separados entre s aproximadamente dos centmetros.Quiz haya
sido un vagabundo dijo la ms baja de las mujeres.O un zorro opin la
ms alta.Un zorro de dos piernas! dijo la seora Hering mirando a
Anton.Not cmo se pona colorado con su inquisitiva mirada. Seguro
que crea que haba sido l! Y l siempre se pona colorado cuando
alguien le miraba fijamente.Yo..., yo no tengo nada que ver! exclam
apresuradamente. Yo a las nueve estaba en la cama!La seora Hering
slo sonri incrdula.Seguramente no sabremos nunca quin ha sido
realmente dijo. Pero el que haya sido probablemente no ser tan
tonto como para volver a intentarlo. Porque la prxima vez no saldr
tan bien librado!Por qu el que haya sido? protest Anton. Tambin
podra haber sido una mujer, o una nia!Pero pareca que para la seora
Hering el tema se haba acabado.T ya me has entendido! dijo
lacnica.Luego puso la mesa y volvi a la cocina.Ha sido una
ocurrencia bastante tonta por tu parte dijo el padre de Anton
cuando ella se haba marchado.El qu? pregunt Anton sin comprender.El
asunto de los huevos,Pero si yo no he sido!El padre de Anton dijo
sin inmutarse:Quiero que vayas ahora y te disculpes con la seora
Hering.Cmo dices?Anton jade.Voy a disculparme no habiendo hecho
nada?Peg un salto.Bscaos otra vctima propiciatoria! exclam, y sali
corriendo.En su habitacin se arroj furioso a la cama.Qu guarrada!,
pens. Haba asegurado firmemente su inocencia! Pero los adultos eran
tercos e inaccesibles... Y tontos! Pues slo haba que mirar bien
para darse cuenta de que los dos agujeros eran las huellas de un
mordisco de vampiro!Si Anton quisiera, podra ensearles quin haba
hecho los agujeros. Slo tena que llevarlos hasta la vieja
pocilga...No! Eso no lo hara nunca! Al fin y al cabo, el pequeo
vampiro haba sido su mejor amigo..., o lo segua siendo an? Anton
not que su furia contra Rdiger von Schlotterstein ya casi se haba
esfumado.Ahora estaba mucho ms indignado por la desfachatez con que
la seora Hering y su padre intentaban cargarle con el muerto.Esta
noche, decidi, ira junto al pequeo vampiro y se reconciliara con
l..., y le aconsejara que en el futuro no pasara por el
gallinero!De repente Anton tena ganas de terminar de leer la
historia de los murcilagos.Hay que hacer algo contra el
aburrimientoFaltaba poco para la comida y Anton estaba haciendo
ejercicios en la barra fija cuando vio venir a su madre desde la
casa. Daba unos pasos tan grandes y firmes que l se sent rpidamente
encima de la barra.Ella se qued de pie delante de la barra
fija.Bajas? dijo.Y por qu?Quiero hablar contigo.Si no hay ms
remedio... dijo con fingida indiferencia.Seguro que su padre y la
seora Hering la haban informado de lo de los huevos bebidos, y
ahora intentara conseguir, como madre, sonsacarle una confesin.
Pero no tendra xito alguno!Con acentuada lentitud Anton se desliz
de la barra de hierro.Y de qu queras hablar? dijo fingiendo
ignorancia.Pap me lo ha contado todo empez ella.Esto no le extra a
Anton lo ms mnimo.Bueno, pensamos que..., te hemos convencido para
que hicieras este viaje...Convencido? Me han obligado!, pens
Anton.Quiz seas realmente demasiado mayor para pasar unas
vacaciones en una granja.Hizo una pausa.Y por eso te aburres aqu en
la granja y se te ocurren ideas disparatadas.Cmo dices? exclam
indignado Anton. A qu ideas disparatadas te refieres?Esquiva,
dijo:Ya sabes cules.No! dijo firmemente Anton..., aunque,
naturalmente, saba de qu iba el tema. Pero con eso, maldita sea, no
tena nada que hacer!Si t crees que yo he estropeado los huevos te
equivocas!Pero ella slo sonri. Al parecer haba decidido tratar el
asunto con tacto.Y hay que hacer algo contra el aburrimiento
prosigui ella imperturbable. Por eso esta noche vamos a hacer
contigo una excursin nocturna.Le mir expectante y pareca esperar
que l se alegrara. Normalmente tambin se hubiera alegrado... Pero
hoy no!No podra ser maana?No. Maana pap y yo queremos hacer contigo
caza con papelillos.Vaya! Anton suspir en voz baja. Si pudiera
encontrar una excusa!Me..., me duele la pierna!De repente?S. Me la
he torcido.Ya, ya. Pero hasta esta noche seguro que se te volver a
recuperar. No saldremos hasta despus de la cena.No podramos por lo
menos irnos antes de la cena?Por qu bamos a hacer eso?Porque
entonces no estar tan oscuro.El propio Anton se dio cuenta de lo
ridculo que sonaba que l dijera eso, precisamente l, con lo que le
entusiasmaban los vampiros, las historias de miedo y las pelculas
de terror.Su madre slo le dirigi una mirada burlona. Luego se dio
la vuelta y regres a la casa.Pero yo slo podr andar media hora! le
grit Anton. Como mucho!Pero naturalmente la excursin nocturna dur
mucho ms: no llegaron de regreso a la granja hasta las diez y
media!Anton estaba completamente agotado. Se haban equivocado de
camino tres veces y al final, intentando saltar un arroyo, se haba
cado al agua fra. Despus le dolan incluso las dos piernas.En el
cuarto de la calefaccin, que estaba junto a la cocina, se quit sus
empapadas zapatillas de deporte. Los vaqueros, que se haban mojado
hasta las caderas, los colg en la cuerda de tender.Pones una cara
como de tres das de tiempo lluvioso brome su padre.Me duele la
garganta gru furioso Anton.Realmente tena la garganta
irritada.Acaso te has acatarrado? pregunt su madre.Seguro dijo con
oculta malicia.Que se preocuparan por l! Al fin y al cabo eran
ellos los que se haban inventado aquella estpida excursin
nocturna!Entonces debes tomar en seguida leche caliente con miel!
Ojal est an despierta la seora Hering.En la sala de estar haba luz
observ Anton tosiendo fuertemente en voz alta.Su madre se encogi de
hombros.Vete a la cama rpidamente!Y la leche?Yo te la llevar.Anton
se ri satisfecho irnicamente. Le gustaba tomar leche caliente con
miel, sobre todo en la cama!De todas formas, esta vez tuvo que
esperar mucho ms de lo normal su leche con miel. Ya casi se haba
dormido cuando su madre, al fin, apareci con un gran vaso de
leche.Con precaucin, bebi un trago.Pero si est helada! exclam
indignado.S? De veras?S! Otras veces est siempre tan caliente que
apenas puedo bebera!Entonces ha debido volver a enfriarse opin su
madre. La seora Hering tena muchas cosas que contarme, sabes?Anton
escuch atentamente.El qu?Ha vuelto a ir alguien al gallinero y se
ha bebido los huevos.Anton se levant precipitadamente.Le ha visto
la seora Hering?A quin?Al...Le falt un pelo para decir al pequeo
vampiro.No. Cuando la seora Hering entr en el gallinero a las diez
ya haba ocurrido. Y todos los huevos tienen los mismos agujeros que
ayer.Ahora ya no podis sospechar de m! exclam Anton.No, t no puedes
haber sido dijo sonriente su madre y..., un poco apocada, segn
comprob satisfecho Anton.Pero pronto sabremos quin merodea por el
gallinero declar ella.Por qu?La seora Hering ha avisado a un
vecino. Vendr maana por la noche y se traer su perro.Oh, no! se le
escap a Anton.El pobre Rdiger von Schlotterstein!Por qu te asustas
tanto? se maravill la madre. Es que ahora te dan miedo los
perros?No, los perros no dijo Anton, pero s los vecinos...
El coleccionista de mariposasLa tarde siguiente, al encontrarse
con Johanna en el patio, Anton supo cunta razn haba tenido.Quin es
realmente ese vecino que va a venir esta noche? pregunt.Ah, se dijo
Johanna con ligereza-. Es el antiguo mdico del pueblo.Anton
respir..., pero slo por un momento, pues inmediatamente despus ella
dijo:Por cierto, tiene el mismo hobby que t!Cul? pregunt
receloso.Ella se ri solapadamente:Vampiros!Anton se qued helado.Se
llama Stobermann prosigui ella despreocupada. Ernst Albert
Stbermann. Le pega el nombre, porque siempre est husmeando! *Ella
se ri, pero Anton no se encontraba nada divertido.A qu te refieres
con lo de los vampiros? pregunt.Tendras que entrar en su casa! dijo
Johanna. Tiene todos los libros que hay sobre vampiros y
murcilagos. Y en su sala de estar hay una vitrina... Adivina lo que
hay dentro!No lo s dijo Anton, que ya intua que no poda ser nada
bueno lo que guardara el seor Stbermann dentro de la
vitrina.Johanna dijo susurrando:Mariposas nocturnas
clavadas!Mariposas nocturnas clavadas? pregunt asustado Anton.S!
Imagnate, les ha atravesado el cuerpo con una cerilla afilada!Anton
trag saliva.Son..., ejem..., grandes las mariposas nocturnas?No.
Slo son mariposas contest ella.Ah, bueno dijo Anton aliviado.En un
primer momento haba temido que tambin pudieran ser pequeos vampiros
clavados... A pesar de ello el seor Stbermann le haba ido
resultando cada vez menos simptico! Y la situacin para Rdiger von
Schlotterstein se haca cada vez ms amenazadora!Sabes tambin cundo
va a venir? pregunt Anton.Despus de la cena dijo Johanna.*
Literalmente, Stber significa perro zarcero.El seor StbermannDe
cena haba patatas asadas, pero Anton apenas pudo probar bocado. Se
deslizaba intranquilo de ac para all en su silla mirando una y otra
vez hacia fuera. Cuando un coche entr en el patio y se par se le
sali el corazn por la boca. Pero el que se ape era solamente el
seor Hering.Creo que tienes fiebre! opin su madre, que le haba
estado observando.No, seguro que no! se apresur a asegurar.Ella no
poda pensar de ningn modo que estaba enfermo. Entonces le enviara
inmediatamente a la cama!Y tu dolor de garganta? pregunt ella.Ya no
tengo minti.S? dijo dubitativa. Pues tus ojos brillan como si
tuvieras mucha fiebre.No, me encuentro de maravilla! afirm.Quiz
ella hasta tena razn, quiz estuviera enfermo... Pero eso ahora no
vena al caso! Ahora slo haba una cosa importante: tena que prevenir
al pequeo vampiro antes de que apareciera el seor Stbermann con su
perro!Puedo salir? pregunt intentando que sus padres no advirtieran
lo nervioso que estaba.De verdad que no quieres comer nada ms?
pregunt su madre.Yo... Me llevar una manzana! dijo rpidamente
Anton.Con fruta y verdura poda causar siempre una buena impresin a
sus padres.Tambin esta vez pareci tener xito, pues su madre dijo
con voz amable:Est bien... Pero cuando oscurezca te vuelves
adentro.S prometi, y con el pensamiento aadi que de todas formas
cuando fuera totalmente de noche ya no podra hacer nada, porque
para entonces presumiblemente ya hara mucho tiempo que el vampiro
habra salido volando de all. No, Anton tena que verle mientras
estuviera todava en el atad.En el momento en que sala por la puerta
de la casa lleg a la entrada una pequea camioneta de reparto lacada
en negro.Parece un coche de la funeraria!, pens Anton detenindose
asustado.Se ape un hombre que llevaba una chaqueta oscura.Aqul tena
que ser el seor Stbermann!Era de estatura mediana y tena el pelo
blanco y peinado hacia atrs. Las pobladas cejas negras y la larga
nariz ganchuda daban a su rostro una expresin sombra y amenazadora,
segn le pareci a Anton, e instintivamente retrocedi un par de
pasos.Pero el seor Stbermann no le prest en absoluto atencin. Fue
al furgn de su coche y lo abri. De all salt un enorme perro
negro.
Anton se qued inmvil, mirando fijamente al perro, como si
hubiera echado races. Tena el tamao de un dogo pero su pelo era
largo e hirsuto. En su cara slo se reconocan sus dientes... Y eran
tan largos y afilados que a Anton se le puso carne de gallina!El
perro deba estar bien amaestrado porque cuando su amo dijo a mis
pies anduvo junto a l hacia la puerta sin la correa.Al pasar, el
seor Stobermann mir a Anton de refiln, luego inclin brevemente la
cabeza y desapareci en el interior de la casa. Despus de que
hubiera cerrado la puerta tras s y el perro, Anton tom aliento
profundamente.Aquel perro no era un perro..., sino una bestia!Por
suerte aquella bestia estaba ahora todava en la casa. Y el seor
Stobermann seguro que hablara an un par de minutos con la seora
Hering...Ese breve tiempo tena que bastar para convencer al pequeo
vampiro de que no poda quedarse ni un momento ms en la granja!Ojal,
al menos, est ya despierto el vampiro!, pens Anton mientras rodeaba
el pajar para ir corriendo a la vieja pocilga.Visita femeninaAnton
corri con precaucin el viejo y oxidado cerrojo que cerraba la
puerta de la pocilga. Era un cerrojo que se poda abrir desde fuera
y desde dentro. La puerta se abri lentamente con un chirrido...El
fuerte olor a moho que le vino le delat a Anton que el pequeo
vampiro estaba en casa. Y tena que estar despierto, pues de la
habitacin trasera surga un dbil resplandor.Anton cerr tras de s la
puerta y exclam:Rdiger? Soy yo, Anton.Respondi una risita muy
clara.Anton se qued confundido... Sonaba as la voz del pequeo
vampiro?Rdiger? volvi a exclamar. Soy yo!Entra! dijo una voz
ronca... La voz del pequeo vampiro!Ests solo? pregunt Anton
preocupado.Volvi a or una risita clara.Luego dijo el vampiro:Te est
esperando una dama!Una dama? pregunt Anton asustado. Acaso es. . Ta
Dorothee?Mejor mralo t mismo contest el vampiro con una risa como
un graznido.A Anton le tranquiliz que l se riera. Entonces seguro
que no era Ta Dorothee!Es Anna? pregunt con voz opaca.La respuesta
fue una fuerte risita.O sea, que s era Anna!Anton respir. Entr en
la pocilga sintiendo palpitaciones.Anna estaba sentada en el
extremo de los pies del atad. Su pequea cara redonda pareca brillar
a la luz de la vela. Sus grandes ojos le miraban con tanta ternura
que le entraron sudores.Buenas noches, Anton dijo sonriendo.Hola,
Anna contest ponindose colorado.Tena que verte como fuera dijo ella
ponindose colorada tambin.A... a m?No se le ocurri una respuesta
mejor.Crees acaso que me echaba de menos a mil grazn el vampiro
desde su atad.Me he trado una cosa dijo Anna sacando un libro rojo
de debajo de su capa de vampiro. Mi lbum de poesas!Llena de orgullo
se lo ense.T vas a ser el primer ser humano que escriba en l!Ya hay
tambin dentro una poesa ma anunci el vampiro. Quieres orla?Y sin
esperar la respuesta exclam con voz enftica:
Sangre dentro, bien me encuentro. Si es champn, me va mal.Anna
le mir de soslayo y dijo con agudeza:Yo en tu lugar no presumira
tanto de ello.Por qu? exclam el vampiro con ojos
centelleantes.Porque no es una poesa correcta. Champn no rima bien
con mal!Y qu? gru el vampiro. Para eso riman dentro y encuentro!En
una poesa correcta tienen que rimar bien todos los versos repuso
Anna.El pequeo vampiro se encogi de hombros.Entonces cambiar la
poesa:Sangre dentro, bien me encuentro. Si es champn, me va
man.Bah! dijo desdeosa Anna. Eso no es buen castellano!El pequeo
vampiro contrajo la boca ofendido y se call.Me escribes algo? le
dijo Anna a Anton mirndole suplicantemente.Pero Anton no dio
ninguna respuesta. Se haba quedado de repente plido como la tiza.Te
pasa algo? pregunt ella.Fuera hay alguien dijo con voz
temblorosa.El pequeo vampiro, asustado, se levant
precipitadamente.Fuera delante de la pocilga?S. Y tambin s quin es:
el seor Stbermann! Ha venido a propsito esta noche para averiguar
quin se bebe los huevos del gallinero.Y por qu no lo has dicho
hasta ahora? grit el vampiro.Porque... empez Anton, pero se
cort.Deba admitir que Anna le haba dejado confundido por completo?
Que se haba olvidado de todo lo dems cuando ella le miraba de
aquella manera con sus grandes ojos?Pero el vampiro no pareca
esperar ninguna respuesta. Salt del atad y le grit a su
hermana:Tenemos que huir!Tampoco llegarais muy lejos repuso sombro
Anton. El seor Stbermann tiene un perro, una bestia, tan grande
como un ternero!Entonces tenemos que atrancar la puerta! grit el
vampiro tirando violentamente de la gran caja que haba junto a su
atad. Ayudadme!Anna no se movi. Tranquilamente dijo:Tengo una idea
mucho mejor..., en caso de que Anton colabore aadi con una efusiva
mirada a Anton.Qu idea? pregunt receloso Anton. Ahora sales fuera y
hablas con el tal seor Stbermann!Yo? exclam Anton. Pero
yo......Tengo miedo de l!, iba a protestar. Pero luego se lo pens
mejor, pues no quera ponerse en ridculo.Y sobre qu voy a hablar con
l? dijo en lugar de eso con precaucin.Da igual! Slo tienes que
llevarle fuera de aqu!Anton titube. La idea no era mala... y,
probablemente, para los vampiros era la nica posibilidad de huir. Y
a pesar de ello...Siempre tengo que hacer yo todo murmur.Anna sonri
dulcemente.Para eso eres un ser humano! Y vosotros, los seres
humanos, lo tenis casi todo mucho ms fcil que nosotros.Eso s que es
verdad! corrobor el pequeo vampiro.Anton suspir..., resignado a su
suerte.Est bien dijo, ir. El gran desconocidoApenas haba cerrado la
puerta de la pocilga vino directamente hacia l una cosa negra ..,
que se qued sentada a un par de pasos de l despus de una voz. Era
el perro del seor Stobermann!Anton no se atrevi a moverse. Tena la
sensacin de que la bestia iba a destrozarle en cuanto l moviera un
solo dedo!Cuando apareci el seor Stbermann hasta sinti alivio.Es...
estaba buscando una cosa murmur Anton.El qu?Una..., ejem..., una
hoja con un nmero de telfono.La has perdido precisamente aqu?S, aqu
por alguna parte. .En el cobertizo de ah detrs ya has mirado
tambin!El seor Stobermann seal la vieja pocilga.Es que he odo cmo
andabas por all dentro.Anton intent permanecer completamente
tranquilo.Es cierto dijo. Pero all tampoco estaba la hoja.Has visto
algo sospechoso en el cobertizo?Algo sospechoso? No, nada en
absoluto! asegur Anton.El seor Stobermann mir indeciso hacia la
pocilga.En este momento iba a mirar qu pasa en el cobertizo aclar.
Pero si dices que no has notado nada sospechoso All seguro que no
hay ms que trastos, no es as?S! Slo trastos!Entonces puedo
ahorrarme el viaje.Eso creo yo! confirm Anton teniendo que reprimir
la risa.Dime. Sabes t quin es el que se bebe aqu los huevos?De
repente la voz del seor Stobermann son confidencial, casi amistosa.
Al parecer Anton haba logrado ganarse su confianza!Puedo imaginarme
quin lo hace dijo Anton.S? Quin?Un hombre que llevaba un abrigo
negro.El seor Stobermann escuch con atencin.Un hombre que llevaba
un abrigo negro? El abrigo era muy largo y muy ancho?Anton intuy
adonde quera ir a parar y disfrut ponindoselo delante de la
nariz.S, llegaba hasta el suelo. Tampoco era un autntico abrigo,
sino ms bien una capa.De veras?El seor Stobermann silb entre
dientes en voz baja.Y qu aspecto tena el hombre? : Estaba muy plido
y tena el pelo largo y despeinado.Ola a moho?Ahora el seor
Stobermann estaba realmente excitado.Casi tuve que taparme la nariz
contest Anton.Bueno! dijo el seor Stobermann. Y dnde has visto a
ese hombre?En el pajar. Observ por casualidad cmo desapareca entre
las pacas de paja.Tuvo que contenerse para no echarse a rer: Al
parecer el seor Stobermann le crea palabra por palabra!Y a qu hora
del da le has visto?Por la noche.Aqulla era, naturalmente, la nica
respuesta correcta... si quera hacer creer al seor Stbermann que lo
que l haba visto era un vampiro!Puedes ensearme el lugar por donde
desapareci? pregunt el seor Stbermann con excitacin mal
reprimida.Naturalmente!Antes de avanzar Anton volvi la vista otra
vez hacia la vieja pocilga.Si no me tuvieran a m!, pens.Poesa para
vampirosEl seor Stbermann, naturalmente, no encontr ningn hombre en
el pajar. Su perro slo rastre un par de gatos pequeos que estaban
en una caja de cartn maullando quejumbrosos.Anton estaba ahora en
la cama pensando placenteramente en ello cuando alguien llam
suavemente a la ventana.Corri hacia la ventana y apart las
cortinas.Fuera estaba Anna!Abri asustado la ventana.No puedes
quedarte aqu! exclam. Mi madre va a venir en seguida!Slo quera
traerte mi lbum de poesas repuso ella sonriendo y dndole el libro
rojo. Vas a escribir algo en l?Sdijo apocado.Entonces llamaron a la
puerta.Inmediatamente despus oy la voz horrorizada de su
madre:Anton. Quieres coger una pulmona?Yo..., tena tanto calor...
balbuci Anton metiendo el lbum de poesas en la cintura de su
pantaln del pijama.Tienes calor porque tienes fiebre! le reproch su
madre cerrando la ventana tan apresuradamente que no se dio cuenta
de la pequea sombra que se apretaba contra una esquina de la
ventana.Te has puesto el termmetro?S asinti Anton volviendo
lentamente a la cama.Ojal no se me caiga el libro de los
pantalones!, pens.Afortunadamente su madre estaba ocupada con el
termmetro.38,1! exclam.Anton haba llegado a su cama y se dej hundir
en el blando colchn.Eso es mucho? dijo fingiendo ignorancia.Maana
tendrs que quedarte en la cama declar ella. Y ahora apagas la luz y
te duermes.S, mam dijo apretando el interruptor de la luz.Pero no
cuando todava estoy en la habitacin! dijo furiosa tanteando en la
oscuridad en direccin a la puerta.Entonces puedo volver a encender?
pregunt rindose burlonamente.Ella, sin decir una palabra, sali
dando un portazo.Anton esper hasta que hubier