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Control Físico para la Lucha
Contra la Malaria.
Catalino Rosales Díaz.
Introducción
El control físico para la lucha antivectorial se constituye en uno de los métodos de control más antiguo y efectivo en la lucha antivectorial. Es naturalista y va dirigido a disminuir o controlar las fuentes de reproducción de los vectores. Sin causar efectos adversos excesivos en la calidad de ambiente donde se desenvuelve el hombre.
Este método comprende la planificación. Organización, ejecución y mantenimiento de obras físicas y acciones domésticas que conllevan a la alteración de factores ambientales con el propósito de prevenir o disminuir al mínimo la propagación de vectores y reducir el contacto hombre-vector y vector-criadero. En su definición más amplia, el control físico comprende acciones de modificación de la habitación y/o comportamiento humano.
Para propositos practicos y de acuerdo a la experiencia adquirida en Honduras se describe en este manual tres estrategia básicas de control fisico para la lucha antivectorial, a saber: Reducción de Fuentes, Uso de Barreras Fisicas y Manejo de la Vivienda y Predomicilio.
Este manual debe ser enriquecido con la experiencia que los equipos locales desarrollen a medida que apliquen las estrategias aquí planteadas, por lo cual es importante hacerle los ajustes periódicos que requiera incorporando todas aquellas innovaciones generales en el campo.
Reducción de Fuentes
Se entiende por “reducción de fuentes” la disminución de criaderos activos o potenciales a través de diferentes procedimientos con el propósito de controlar la población de mosquito.
En este contexto “fuentes” significa criaderos, estos se consideran activos cuando se detecta la presencia de larvas de Anopheles o Aedes y positivos aquellos que aun sin tener larvas reúnen condiciones propicias para la proliferación de las mismas, por lo que en un momento dado se convertirán en activos
La reducción de fuentes se considera una medida complementaria en el control integrado de vectores.
Procedimientos para Reducción de Fuentes de Anopheles.
Los criaderos activos o potenciales de anofelinos están representados por estancamientos de agua naturales o hechos por el hombre, tales como: abrevaderos de ganado, quineles o canales de riego, peceras, plantaciones de arroz por inundación, lagunas remanzo de ríos o riachuelos, cunetas de carretera, etc…
La reducción de estos criaderos se puede realizar básicamente a través de rellenos, limpieza y/o drenaje, lo que ha sido conocido tradicionalmente como control físico larvario.
Para llevar a cabo la actividad se debe obtener el diagnostico del problema que contenga el perfil epidemiológico y establezca la factibilidad de realizarla con equipo pesado o manual, es importante enfatizar que la obra será desarrollada con participación de la comunidad.
Ya sea que la obra se realice con equipo pesado o manual, se deben seguir los siguientes pasos:
1. Realizar un diagnostico del problema, que debe incluir la situación epidemiológica de malaria.
2. Identificación del criadero por parte del equipo local, realizando capturas de especimenes y registro de la densidad larvaria.
3. Solicitar por escrito, a través de los canales respectivos el apoyo técnico del Nivel Central.
4. Reconocimiento del criadero, para ello se requiere de personal tecnico que ejecute el respectivo levantamiento topografico y asi establecer la actividad a realizar (drenaje, limpieza o relleno).
5. Elaboración de croquis, bajo la responsabilidad del equipo local.
6. Elaboración de dibujo, diseño y presupuesto por parte de la Unidad de Ordenamiento de Medio de la DETV en forma coordinada con el equipo de salud.
7. Promoción y obtención de la participación social para financiamiento parcial o total de la actividad, incluyendo mano de obra, aquivo liviano (palas, rastrillos, machetes, azadones, carretillas, etc…) combustible ye lubricante, mantenimiento de equipo pesado y si es necesario viáticos al personal. Cuando se habla de participación social se incluye la coordinación con otras instituciones públicas y/o privadas.
Es importante recalcar la necesidad de brindarle el mantenimiento adecuado a la obra, lo cual solo puede realizarse si el equipo de salud ha trabajado coordinadamente con la comunidad incentivando la participación de la misma.
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