ANA URIBE Texto Metodologico ENTREVISTA en Dictamen 2011
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La entrevista cualitativa.
Una perspectiva práctica desde la investigación soc ial
Ana B. Uribe1
Introducción
El objetivo de este capítulo es ofrecer a estudiantes investigadores y profesores
en las áreas de ciencias sociales y en general, a los interesados en trabajar
con aplicación de entrevistas en investigación social, estudios de mercados o
en cualquier campo de estudio relacionado a las ciencias sociales, una mirada
a las experiencias de trabajo empírico sobre una de las técnicas de mayor uso
en la investigación, la entrevista y en particular la entrevista cualitativa. Si bien
hay muchos ejes para escribir un texto metodológico en torno de la entrevista
cualitativa, como puede ser la historia de esta técnica, la comparación con
otras técnicas, el proceso de producción y el análisis. Como el objetivo de este
libro en su totalidad, es compartir experiencias prácticas, por ello, la intención
de este escrito en particular se centra en el proceso mismo de la producción de
la entrevista, particularmente en algunos elementos recurrentes en la situación
de la entrevista.
La escritura está fundamentada en mi trabajo docente con la materia de
entrevista cualitativa impartida en al menos cinco periodos escolares, dentro
del Diplomado en Metodología en Ciencias Sociales ofrecido por la Universidad
de Colima, México desde 2005. El objetivo de este módulo es que los
estudiantes conozcan información teórica, metodológica y técnica relacionada
con el desarrollo de la entrevista en ciencias sociales, en particular a la
entrevista cualitativa. Además, que realicen una entrevista cualitativa con un
reporte reflexivo sobre la experiencia empírica.
Mi enseñanza en torno de esta técnica me ha permitido hacer una reflexión
sobre su uso y aplicación; durante mis clases en el Diplomado en Metodología
que ya mencioné, he visto cómo los alumnos mejoran sus formas de preguntar
y producir entrevistas de investigación, aquellos que incluso dijeron no tener 1 Profesora-Investigadora de tiempo completo de la Universidad de Colima, México. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SIN), sus áreas de investigación son: comunicación, cultura y estudios de migración mexicana hacia Estados Unidos. Representante institucional y académica de la oficina de la Universidad de Colima en Los Angeles, California.
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experiencia al inicio del módulo, al finalizar muestran mucho interés y sentido
por el uso de esta técnica. No ha faltado algunos periodistas estudiantes
también del Diplomado en Metodología, quienes han pasado muchos años
aplicando entrevistas propias de su ejercicio informativo, que creen que el
módulo metodológico no les servirá de mucho, porque el ejercicio de entrevistar
a otros es lo que han hecho como profesión durante muchos años. En mi
experiencia docente, estos alumnos han sido mi reto mayor y he aprendido
mucho de ellos, sobre todo transmitir la idea que se requiere estrategia
epistemológica distinta producir entrevistas periodísticas y entrevistas de
investigación; por lo tanto es un oficio que no siempre los periodistas, con toda
su basta y respetada experiencia en el arte de preguntar, han construido, pues
el periodismo sugiere una rapidez en la producción misma de la información, un
discurso acotado y directo, entre otras más diferencias que vamos a exponer
en este texto.
La estructura de este capítulo se compone de cinco partes. En una primera
parte desarrollo los puntos de confluencia entre la entrevista y la perspectiva
cualitativa de análisis social, con ello me interesa rescatar la mirada
epistemológica desde donde se produce esta técnica; asimismo recupero una
mirada histórica de los orígenes de esta técnica y los autores que la han
estudiado. En una segunda parte, expongo la situación de la entrevista
cualitativa en estrecha relación reflexiva con la etnografía, pues el entrevistar
va muy de la mano con el ejercicio de la observación que supone la agudeza
crítica del buen etnógrafo, también discuto la importancia del rapport y los retos
y desafíos para lograrlo. Un tercer apartado es el que desarrollo la importancia
de la generación de preguntas y de la elaboración de un guión, que no se trata
de un protocolo elaborado, sino de una guía general que orienta las temáticas a
desarrollar, entizo en la importancia de estar preparados en la construcción de
preguntas durante el desarrollo de la entrevista, que surgen a partir de lo dicho
por los informantes. En un cuarto apartado destaco algunas recomendaciones
específicas sobre la situación de entrevista que pueden ayudar al mejoramiento
del trabajo de investigación empírico y a también apoyar el oficio de preguntar.
Finalmente incluye unos comentarios del trabajo expuesto.
I. Lo cualitativo y la entrevista: confluencias, ma rcos de estudio
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Si bien los antecedentes de la metodología cualitativa no son fáciles de ubicar y
nombrar en un mapa temporal por la complejidad que involucra el propio origen
del pensamiento humano donde interviene la historia, filosofía, sociología,
antropología y en general todas las perspectivas de estudio de la sociedad. Es
claro que “no existe un único relato histórico que documente estos
antecedentes” como señala Valles (1999:21), los esfuerzos intelectuales por
contextualizarlos hablan del origen en el pensamiento filosófico de Kant
(Hamilton citado en Valles 1999:22-23), incluso la propia filosofía griega. Esta
última es un antecedente significativo en el debate cuantitativo y cualitativo; el
texto de Conde (1994) es sugerente como referencia contextual del debate,
considera el pensamiento de Aristóteles como un pre-cualitativo y Platón un
pre-cuantitativo. Este debate, de acuerdo con el autor, atraviesa las etapas
significativas del pensamiento social como el origen de la ciencia moderna
hasta la sociología contemporánea.
La tipología propuesta por Denzin y Lincoln (1998:13-22) sobre la historia de la
investigación cualitativa refleja que a lo largo de todo el siglo XX, existen
momentos que marcaron las perspectivas de estudio de la investigación
cualitativa, desde la mirada del etnógrafo solitario de inicios de siglo hasta la
posmodernidad. Aunque el trabajo de la Escuela de Chicago (Denzin y Lincoln,
1998:1) en las primeras décadas del siglo pasado, destacó la importancia de la
investigación cualitativa, su objetivo fue analizar la construcción del sentido de
las acciones cotidianas y prácticas sociales desde el punto de vista del sujeto.
La historia de la investigación cualitativa revela la complejidad que envuelve su
estudio, pues aun cuando el objetivo sea estudiar al sujeto social, no hay una
perspectiva única ni acabada para ello, existen tendencias, metodologías y
criterios específicos adaptados en función de sus intereses y la delimitación de
la investigación. La investigación cualitativa lleva a los investigadores a estudiar
objetos desde sus escenarios naturales, busca construir y reconstruir la
realidad a partir del sentido que las personas le otorgan a sus acciones. Utiliza
una variedad de materiales empíricos como fuente de información que van
desde estudios de caso, relatos orales, textos visuales, historias de vida,
historias de vida y por supuesto entrevistas. De esta manera la entrevista
cualitativa es una opción más de todos los materiales de trabajo.
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La palabra entrevista en sí misma, proviene del francés entrevoir, que significa
lo que se entrevé o lo que se vislumbra. Entrever, alude a: ver confusamente
algo, conjeturar, sospecharlo, adivinarlo. Vislumbrar, alude a: ver un objeto
tenue o confusamente por la distancia o falta de luz. (Diccionario de la Lengua
Española, 2010). De acuerdo a estos antecedentes, la entrevista sugiere una
idea de ver o conocer algo, de aproximarse al otro, de conocer al otro o a los
otros. Entrevistar implica poner en común diálogos, significados, interacciones
de ideas, intercambios discursivos; para entrevistar se requiere la presencia de
al menos dos personas.
En el acto de entrevistar, se dan acuerdos mutuos, a veces se hacen
evidentes relaciones asimétricas, donde ponen en juegos el poder de preguntar
y el poder de responder, no siempre todos podemos preguntar cualquier cosa a
otros. Como un medio de producción de datos, la entrevista cualitativa es un
tipo de entrevista abierta, donde entra en juego un proceso de interacción, de
descubrimiento mutuo entre entrevistador y entrevistado. No es una entrevista
estructurada, ni estandarizada, ni un interrogatorio, más bien es una entrevista
abierta, flexible y dinámica, algunas veces se conoce como entrevista en
profundidad, por el grado de diálogo intenso y profundo que se realiza entre
entrevistador y entrevistado2.
Esta técnica tiene mucho en común con la observación participante, con la
diferencia que tienen los escenarios y situaciones donde se desarrolla la
investigación. Al respecto, mencionan Taylor y Bogdan (1996:02), que mientras
que los observadores participantes llevan a cabo sus estudios en situaciones
de campo “naturales”, los entrevistadores realizan los suyos en situaciones
preparadas. El observador participante obtiene una experiencia directa sobre el
mundo social, en cambio entrevistador, trabaja desde la experiencia de
narraciones de los otros.
La entrevista cualitativa es una técnica de investigación que se desenvuelve
como una conversación y permite la expansión narrativa en las respuestas de
2 No tengo inconveniente en afirmar que se puede usar de forma indistinta la expresión entrevista en profundidad y entrevista cualitativa, de hecho en algunos textos académicos se utilizan como sinónimos, pero prefiero utilizar el término entrevista cualitativa, porque lo respalda el propio marco de referencia teórico y conceptual de la investigación cualitativa.
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los sujetos, se encuentra a medio camino entre la conversación cotidiana y la
entrevista formal, es también un sistema de comunicación (Sierra en Galindo –
coord.-, 1998). A diferencia de la técnica de grupos de discusión donde las
respuestas se basan y son analizadas a partir del consenso grupal, la
entrevista valora el punto de vista del actor individual.
La entrevista cualitativa, tiene antecedentes en el terreno de la filosofía, los
textos clásicos como por ejemplo Los Diálogos de Platón y La Mayéutica, como
un antecedente del uso del diálogo; también en el origen de la Iglesia Católica,
con la estrategia del confesionario. Aunque en la idea de la confesión, no sólo
alude al asunto religioso, también, como bien lo menciona Salles (1983),
implica cuestiones de psicoanálisis, policial, judicial, fiscal, hasta las
confesiones cotidianas y diálogos entre personas. Aunque si pensamos en
antecedentes, la historia de la entrevista está ligada a la historia de la
comunicación humana, al propio ejercicio de diálogo entre las personas, pues
siempre hay preguntas que suponen respuestas en una conversación
cotidiana.
Con el origen de los medios de comunicación, la concepción y práctica de la
entrevista se amplía y se presenta como una técnica de acceso a la
información. A partir del segundo tercio del siglo XIX, el periodista de la prensa
amarillista James Gordon Bernett, publica en 1836, una entrevista a Tosine
Towsend, administradora de un burdel en Nueva York, con motivo de su
audiencia judicial. Es en la década de los años treinta cuando la técnica
comienza a ser utilizada en las ciencias sociales en las tareas de investigación.
El proceso de la institucionalización social en Estados Unidos de algunas
disciplinas como la psicología o lo estudios sociológicos serán el marco de
integración de nuevas técnicas (Sierra, en Galindo. –coord-, 1998: 278).
La entrevista cualitativa fortalece el arte de preguntar, escuchar y observar;
estas tres acciones se conjugan para enriquecer la dinámica de la
conversación fluida entre el entrevistador y el entrevistado. La conversación es
un eje importante, aun cuando haya una estructura organizada y dirigida para
fines de investigación, el informante no debe percibirlo como tal, el logro de un
trabajo eficaz y en consecuencia una entrevista es cuando fluye la
conversación libremente sin experimentar un interrogatorio, y al mismo tiempo
se produce información para fines específicos.
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Uno de los elementos centrales en la producción de la entrevista cualitativa es
el tiempo, no podemos producirla en breves minutos o en diálogos escuetos, la
entrevista cualitativa se enriquece del arte de la conversación, del tejer ideas
entre dos con fines específicos. En la entrevista cualitativa importa la narrativa
de aspectos centrales de la vida de las personas, sus historias, experiencias y
sus contextos, sus sentimientos, sus puntos de vista sobre determinados
temas, el sentido que le otorgan a sus argumentos, todo ello nos e puede hacer
en un diálogo breve.
Un antecedente importante en reflexión de la entrevista cualitativa, es el trabajo
de Merton, Fiske y Kendall (1956) que hace referencia al uso de las
“entrevistas focalizadas” para detectar problemas emergentes de comunicación
y propaganda política durante la segunda guerra mundial. Si bien la entrevista
en ciencias sociales y en particular la entrevista cualitativa, ha merecido una
diversidad de publicaciones, desde mi punto de vista, es posible ubicar alguna
de esta bibliografía desde dos perspectivas. Primera: Teórica y metodológica,
es decir una reflexión en torno de los principios reflexivos y epistemológicos
que la definen, una especie de norma que indica cómo, cuándo y bajo qué
circunstancias es recomendable entrevistar, qué principios debemos respetar,
para poner en práctica esta técnica. Por ejemplo: Merton (1956), Spradley
(1979), Desiauriers (1991), Gocde y Hatt (1991), Taylor y Bogdan (1996),
Galindo (1987), Sierra en Galindo (1998), Denzin y Lincoln (1998), Valles
(1999) y Jaber y Holstein (2002). Segunda perspectiva que refiere a la mirada
cualitativa de la técnica, es decir su lugar dentro de la investigación y las
prácticas cualitativas, donde se incluyen también narrativas de experiencias
desde el investigador y los procesos metodológicos. Por ejemplo: Howard
Schwartz y Jerry Jacobs (1984), Fraser (1990), Alonso (1994), Rodríguez Sutil
(1994), Guerrero (2011), Conde (1994), Fontana y Frey (1998), Galindo (1998)
y Cisneros, Faux y Mey (2004), Quinto (2005) y Uribe (2010a).
2. Producción de entrevista: la agudeza etnográfica y el rapport
Producir una entrevista cualitativa, implica trabajar en estrecha relación con la
etnografía, de hecho, es imposible realizar aquella, sin considerar esta. El texto
de Galindo (1987), es revelador al respecto, él menciona incluso la entrevista
como el centro del trabajo etnográfico: “La entrevista puede considerarse como
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un centro organizador del trabajo de campo etnográfico, el contacto con el otro
llega finalmente a un contagio, a una relación de interacción través de medios
sociales. El centro de la vida social es el actor social, conocerlo es el objetivo
etnográfico, la entrevista es el medio mas eficaz para ello” (Galindo, 1987:157).
En el mismo sentido, el trabajo de Valles (1999) lo expresa, y agrega además
la importancia de la entrevista biográfica: “Tanto los modos de indagación
etnográficos como los biográficos, han formado parte consustancial de la
naturaleza de las entrevistas cualitativas desde el principio. En otras palabras,
las entrevistas en profundidad no se entienden sin los modelos de entrevista
etnográfica (esto es, las formas de conversación ligadas al estudio de casos
etnográfico, al trabajo de campo cualitativo) y de entrevista biográfica (las
formas de estudio relacionadas con el estudio de casos biográfico, las historias
de vida, los relatos biográficos de todo tipo” (Valles, 1991: 29).
La etnografía, como metodología cualitativa de lo social involucra una
rigurosidad en la observación, en la disciplina del registro y en la construcción y
formalización de categorías de la visa social. La etnografía, es un oficio de
“mirada y sentido” a largo plazo (Galindo, 1998), esa agudeza observadora es
lo que esta metodología puede influir en la entrevista de investigación social de
carácter cualitativa. Pues un buen entrevistador, debe ser también un buen
observador de lo que pasa con el entrevistado, de lo que dice, de cómo y
cuándo lo dice, del por qué lo dicen, influyen incluso formas de comunicación
verbal y no verbal. Eso es uno de los riesgos, por ejemplo, cuando se utiliza la
grabadora, de perder un diálogo fluido con el entrevistado y dejar de percibir
una mirada etnográfica de la situación.
Como bien dice Galindo a propósito de la relación con al etnografía: “…El
investigador es una combinación de frió y caliente, mientras una parte de él se
entrega a la situación, otra observa y evalúa. Preguntar, escuchar y observar.
El investigador actúa en una combinación de instinto y oficio. Las tres
actividades apuntadas deben ser manejadas a la perfección. En este ejercicio
intervienen el alma y la razón del investigador” (Galindo, 1987:179).
Inclusive, los propios silencios que significan y mucho. De igual manera las
expresiones corporales o modalidades verbales que no necesariamente se
registran siempre en las transcripciones. Se pueden considerar por ejemplo los
elementos prosódicos como algunas variaciones en tono e intensidad de voz,
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los kinésicos como pueden ser los movimientos y gestos corporales de los
asistentes, y la proxémica, es decir las distancias físicas que pueden darse
entre las personas. Estos elementos físicos son observados sólo en la
dinámica e interacción entre entrevistador y entrevistado.
Una sugerente recomendación de la forma de observar al entrevistado, es la
que menciona Jesús Ibañez (1992:495), sobre el rol del moderador o preceptor
a propósito de la producción de los grupos de discusión, llama la atención en
su manera de mirar al entrevistado, de tomar posición, de distanciarse cuando
sea necesario, todo es bastante recomendado para los interesados el oficio de
la producción de entrevistas cualitativas. Dice Ibañez que el preceptor no debe
ser ni cómplice ni represor, sino un observador “de pantalla”. De acuerdo a su
perspectiva, ser cómplice implica valorar afirmativamente lo que dice el
entrevistado, sonreir amistosamente, hacer gestos de aprobación como señal
de reafirmación de lo dicho; Ser represor, sugiere corregir algunos errores
evidentes en el discurso, hacer gestos de desaprobación o enfrentarse con los
entrevistados. Pero, un observador “de pantalla” es el estado sugerido para un
buen entrevistador, ni juzgar ni reprimir, pero sí mirar todo y escuchar todo, en
panorámica.
La mirada etnográfica debe estar presente en todo el proceso de producción y
situación de la entrevista, la reflexión del proceso de producción implica una
permanente vigilancia que influye en el llamado rapport. Dice Galindo que el
rapport es el elemento más importante en la producción de entrevista, implica
el efecto positivo del entrevistado sobre el entrevistador (Galindo, 1987:178);
Spradley (1979:44-45), argumenta que el rapport se refiere a una armoniosa
relación entre etnógrafo e informante, misma que favorece el logro fluido del
desarrollo de la entrevista, a pesar de las posiciones desiguales del
entrevistador (el que investiga) como el entrevistado (el investigado). Cada
entrevista cualitativa en lo particular es única, el rapport, se define por cada
objeto de estudio, inclusive por cada cultura.
Por ejemplo, cuando he entrevistado a mujeres brasileñas y a sus familias
dentro de sus hogares en la periferia de Sao Paulo, Brasil, sobre el impacto de
la televisión en español en español, encontré mucha familiaridad para abrir el
diálogo. Mi posición como extranjera en la mayoría de los casos fue favorable,
porque a las personas les llamaba la atención mi acento hispano, encontraban
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“gracioso”, mi acento lingüístico al hablar portugués como mexicana cuando los
entrevistaba, eso me favoreció y en consecuencia favoreció el rapport. Por el
contrario, cuando dialogaba también sobre el mismo tema con mujeres
mexicanas en Los Angeles California ocho años después, la situación fue
diferente y desventajosa aun cuando hablamos el mismo idioma, con el mismo
acento y con una perspectiva de migrantes mexicanos en el mimo país, porque
yo también era migrante. En algunos casos percibí cierta desconfianza no sólo
por las mujeres, sino sus los esposos, quienes temían que la información
pudiera ser filtrada por el departamento de migración de Estados Unidos y que
fuera a ser perjudicial; hubo incluso un caso, donde el esposo suspendió la
entrevista y me pidió retirarme de su casa.
Son experiencias diferentes, en la segunda es particular, pues aun cuando
estuve tratando con personas que hablaban el mismo idioma y acento que yo,
éste no fue factor de aproximación segura, el elemento de la ilegalidad jugó un
papel importante más que el idioma, pues entrevisté a familias en su mayoría
sin documentos de residencia legal en Estados Unidos. Con estos ejemplos
quiero destacar que no existe una receta única que garantice completamente el
desarrollo fluido del trabajo. La recomendación aquí sería concentrar buenas
dosis de paciencia (no desesperarse es fundamental) y agudizar la mirada
etnográfica y en consecuencia la vigilancia epistemológica durante los
episodios de la entrevista.
Comparto la propuesta de Spradley (1979) sobre los cuatro momentos que
pueden evidenciarse en la producción del rapport de la entrevista: tensión,
exploración, cooperación y participación. Tomaré como base estos momentos
apoyando mi propia experiencia de investigación.
Tensión. Tal como menciona Spradley (1979) Las entrevistas etnográficas
comienzan con un sentido de incertidumbre por lo desconocido, tanto para los
investigadores consagrados como para los principiantes, como para los
entrevistadores como para los entrevistados; hay desconfianza en ambos, los
entrevistados temen no cumplir con las expectativas. Una forma de eliminar la
tensión al menos en los investigadores, es ceder la palabra al entrevistado en
los primeros momentos, y comenzar la conversación con preguntas
descriptivas,
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Durante el desarrollo de mis clases en el módulo de entrevista del Diplomado
en Metodología que ya referí, cuando sugiero a los estudiantes redactar sus
preguntas para el entrevistado; he observado que la mayoría de los alumnos,
sobre todo los que no tienen mucha experiencia de investigación y oficio en
esta técnica de entrevista, comienzan redactando un guión de preguntas muy
amplio, con datos personales de los entrevistados (edad, ocupación, estado
civil, hasta dirección). Ese es uno de los errores que comenten muchas
personas que quieren realizar entrevistas, iniciar con preguntas de orientación
socioeconómica del entrevistado y una guía amplia de cuestiones. Una
sugerencia es comenzar la entrevista con una pregunta detonante o preguntas
detonantes que involucren: cuestiones de tiempo presente, que sean
importantes para los entrevistados, más que para el entrevistador (como el
caso de los datos socioeconómicos, por ejemplo), se sugiere una pregunta
descriptiva o narrativa que sugiera una conversación larga, preguntas
generales no directivas y de confrontación.
El “romper el hielo” para iniciar el diálogo, es un impulso que ciertamente
genera tensión, pero si matizamos el inicio, hay más probabilidades de que se
desarrolle una conversación fluida y un rapport armonioso. Desde luego que las
preguntas híncales y todas en general, se pueden y deben ligar con los objetos
de estudio. A manera de ejemplos, estas son algunas preguntas con las que se
puede comenzar a dialogar:
Me puede comentar un poco sobre la rutina del día, por ejemplo:
¿Cómo es una rutina de trabajo diario, hace desde que se levanta, hasta que
se duerme?. Últimamente la gente ha migrado mucho a USA, ¿qué piensa?,
¿Ha cambiado mucho el clima en estos días, ha podido realizar sus actividades
normalmente?, ¿Cómo ve a los jóvenes de las nuevas generaciones?, ¿Vio las
noticias el día de hoy?. De venida hasta su casa había mucho tráfico, ¿es así
siempre?.
Es tal el grado de importancia de algunas preguntas detonantes que veces,
esta pregunta puede generar un discurso que se adelante a responder
cuestiones que tenemos considerados en el guión. Aquí se sugiere aprovechar
ese impulso y dejar que fluya la conversación, y poco a poco tomar el timón sin
que afecte el desarrollo del diálogo.
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Exploración :
La exploración es un paso más, refiere a un proceso de descubrimiento de lo
que entrevistador y entrevistado desean, es un tiempo para comenzar a
escuchar, probar y observar; búsqueda de indicios para revelar dudas. Aquí se
comienza a experimentar un sentido de compartir, existe buena voluntad por
explorar un territorio nuevo, por dialogar. Dice Spradley (1979) que tres
importantes principios influyen en esta fase: 1. Repetir: aunque parezca
redundante, recordarle al entrevistado qué queremos saber de él, repetir
constantemente nuestra foco central; 2 reafirmar lo que dice el informante para
entender su propio lenguaje; 3 no preguntar por significados sino por uso,
Cooperación :
Etnógrafo e informante ya conocen un poco más de lo que esperan uno de
otro, hay conocimiento recíproco y expectativas comunes, existe un cierto
grado de gozo e interés por el diálogo, los informantes pueden incluso hasta
corregir al entrevistado en alguna contradicción en sus preguntas.
Participación :
Tanto entrevistado como entrevistador conocen los roles que juegan en el
diálogo, la participación indica un grado de avance mayúsculo en el diálogo, los
informantes colaboran en las preguntas que les hace el investigador, la
información que proporcionan en este nivel, como una especie de “hallazgos”
que sirve mucho al investigador para el análisis. Cuando se realizan más de
una vez la entrevista con la misma persona, se notará un diálogo sin menor
tensión.
En mi experiencia como entrevistadora, realizando diversas entrevistas a lo
largo de los años, he observado que estas fases no siempre son iguales, como
ya comenté, cada entrevista es única, lo importante aquí es lograr un máximo
grado de participación y pasar rápidamente los momentos de tensión para
alcanzar una participación y diálogo fluido. Cuando me ha tocado entrevistar a
mujeres migrantes para que me narren sus experiencias con la recepción de
las telenovelas mexicanas en sus contextos trasnacionales, con algunas
excepciones, siempre he conseguido un rapport eficaz, la tensión ha
disminuido lentamente, aquí creo que el propio tema ha facilitado el diálogo,
pues hablar de un tema televisivo, como lo son las telenovelas mexicanas, tan
conocido entre la comunidad migrante, inevitablemente genera siempre puntos
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de vista y temas para discutir, más aún si las entrevistadas son mujeres,
seguidoras fieles de los dramas televisivos (Uribe, 2010a). De igual manera,
cuando me ha tocado entrevistar a migrantes adultos, la mayoría ancianos de
más de 60 años, todos trabajadores agrícolas que fueron a trabajar a Estados
Unidos en sus momentos de juventud (Uribe, 2010b) con este sector, he
encontrado un algo grado de gozo por conversar, es común en las personas
mayores, la necesidad de ser escuchados, sobre todo por sus narrativas de
juventud desafiante y vigorosa que soportaba cualquier desafío en los campos
agrícolas estadounidenses, así con las personas mayores se puede pasar
rápido al nivel de participación en el discurso. Quizás con el grupo poblacional
que he tenido mayor dificultad para lograr el rapport, han sido con algunos
líderes (en su mayoría varones) de clubes de migrantes en California (Uribe,
2005), pues algunos vienen de una herencia cultural muy masculina y hasta
machista, donde las mujeres no destacan mucho, tampoco es fácil que mujeres
profesionistas conversen con ellos, los he percibido desconfiados al inicio, eso
ha permitido que el nivel de exploración del que habla Spradley (1979), y sobre
todo de exploración, sean más largos que la fase de exploración.
Es importante mencionar que para algunos investigadores, como es mi caso,
cerrar una entrevista, pude ser más difícil que comenzarla, pues una vez que
se está dialogando con eficacia, no es fácil parar, acabar el diálogo. He visto
cómo varios de mis entrevistados se sienten un poco frustrados cuando ha
llegado el momento de suspender la sesión de entrevista. Cuando ya ha
pasado más de una hora, es importante ir acercándonos al final, pues una
entrevista no debe durar más de eso. Si la estrategia del objeto de estudio
demanda continuar esa entrevista en otro momento, entonces ese es un buen
pretexto para cerrar el proceso, con el ánimo de continuarlo posteriormente. Ha
habido momentos cuando los propios informantes llegan a sentir gratitud por la
entrevista, por haber expresado ideas que en otro momento o en ningún
momento sería posible. Eso es evidente cuando se acerca el final del diálogo y
estamos ya dando señales de que se terminará la sesión. Esto sucede porque
la mayoría de las personas desea ser escuchada y sobre todo sentir que sus
experiencias de vida son importantes para alguien.
3. Lo construido y lo construible en la guía de ent revista
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Si bien todo tipo de entrevista en ciencias sociales requiere un guión que
oriente las preguntas para la producción de la sesión, en el caso de la
entrevista cualitativa, se trata de una guía general de ideas va muy de la mano
con el objeto de estudio en la investigación. La guía de entrevista no se trata de
un protocolo estructurado ni un cuestionario que deba seguirse al pie de la
letra, más bien es una sugerencia de temas y áreas que sirven al investigador
para explorar el diálogo con sus informantes. Es importante tener una cierta
información básica, elemental de los entrevistados antes de establecer diálogo
con ellos (qué hacen, qué les gusta o qué les molesta, por ejemplo) eso
ayudará a orientar y redactar mejor sus cuestionamientos; esta información
pueden obtenerla, si se puede a través de terceras personas. No es una regla
que se deba cumplir, pero ayuda mucho en el diseño de nuestra guía de temas
a conversar. También es importante mantener este guía de temas en la
memoria, pues eso ayudará a agilizar el diálogo con el entrevistado. Sugiero
los siguientes puntos a considerar en la organización del guión:
a) Definir lo que quiero saber. Es decir un objetivo y/o pregunta general de
entrevista. Pues en función de lo que quiero saber, dependerá lo qué quiero,
puedo y debo preguntar. Toda investigación, involucra un objetivo, es muy
importante tenerlo presente en el momento de diseñar el guión de entrevista
cualitativa.
b) Diseñar ejes temáticos. Una vez que tengamos claro el objetivo, es
importante enlistar los ejes temáticos que lo involucran, para efectos del diseño
de la guía de entrevista cualitativa, es sugerente contar al menos con 3, 5 o 7
ejes temáticos. Por ejemplo, si mi objetivo es conocer la cultura juvenil, puedo
incluir como ejes temáticos lo siguiente: 1. Jóvenes y la educación, 2. jóvenes y
familia, 3. Jóvenes y los amigos, 4 Jóvenes y las drogas, 5, Jóvenes y la
sexualidad.
c) Diseñar preguntas abiertas . En función de los ejes temáticos escritos, hay
que construir un listado de preguntas particulares previas, que sean lo
suficientemente abiertas para que den libertad al entrevistador de construir
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respuestas argumentativas, narrativas y descriptivas. El arte de preguntar, y
sobre todo el arte de escuchar son una de las cualidades de un buen
entrevistador, ello dependerá del tipo de cuestiones y detonantes de diálogo
que genere. Las preguntas sencillas, que busquen rescatar el punto de vista
del entrevistado son siempre una garantía de una conversación fluida. Ayuda
siempre utilizar el formato del: qué, cómo, cuándo, dónde y por qué. Las
preguntas cerradas que sugieran una respuesta de si o no, de verdad o falso,
deben evitarse, pues eso no permite construir un diálogo argumentado, aunque
es cierto que algunas veces son necesarias, pero sólo para aclarar datos
básicos del perfil de informante. Las preguntas estandarizadas servirán para
efectos de completar información del solicitante o para aclarar punto
específicos que no hayan quedado claros en algún momento.
d) Las preguntas a posteriori
Si bien cuando iniciamos una entrevista, tenemos un objetivo, una guía de
preguntas, es importante tomar en cuenta que no siempre nuestras preguntas
pueden contestarse completamente, pues estamos ante un informante que no
conocemos mucho y nos gustaría descubrir más sobre su vida, sobre lo que
piensa de tal o cual tema, pues uno de los principios básicos de toda entrevista
(Desiauriers, 1991), es dejar hablar al entrevistado, que exprese lo que piense
sin que su respuesta sea premeditada, presionada o condicionada.
Una de las dudas recurrentes que surgen de muchos estudiantes, de
investigadores que inician, incluso de investigadores consagrados, es la
cantidad de preguntas a realizar en una entrevista, así como la cantidad de
personas que hay que entrevistar en una investigación. El asunto de las
cantidades siempre preocupa en la investigación social, esta respuesta no es
fácil, sobre todo si nos interesa la investigación cualitativa, depende siempre
del tipo de objeto de estudio que tenemos enfrente, del perfil del informante.
Vayamos por partes.
En la investigación cualitativa hablamos de diseños flexibles, no siempre el
número se tiene definido completamente, con el desarrollo de la investigación
va aclarando y eso no debe generar estrés en nuestro trabajo, más bien se
debe ver como un parte del proceso creativo; se trata de entrevistar al mayor
número posible de entrevistados relacionados con el tema, pero cada
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entrevista irá proporcionando información del objeto que en un momento dado,
los hallazgos determinarán el momento del corte en función de la intensidad de
los resultados. Este complejo proceso selectivo de informantes algunos
investigadores llaman este proceso, muestreo teórico (Glasser y Strauss 1967).
En el caso de la cantidad de preguntas a realizar, puedo decir por mi propia
experiencia de investigación y por la lectura de trabajos de otros colegas, que
una guía de preguntas abiertas para un solo informante no debe exceder más
allá de diez cuestiones, veinte son demasiadas. Estoy mencionando esto con
sumo cuidado, pensando en la producción de entrevistas cualitativas, donde
más que la cantidad de preguntas o la lista de ellas, nos debe interesar la
producción y narración de un discurso del entrevistado, donde podamos verlo a
él, su lenguaje, su ideología, su punto de vista, su cultura. Por ello, las acción
de preguntar es más bien una acción que detone un discurso que nos permita
escuchar y en consecuencia seguir dialogando. En ese sentido, es importante
mantener una guía de preguntas memorizada.
En todo caso, debemos estar más atentos del cómo vamos a reaccionar
durante la producción de la entrevista, de cómo vamos a construir preguntas
inmediatamente a partir de lo que el entrevistado nos diga. Ese asunto es lo
que he visto menos desarrollado en varios de los textos que hablan de la
producción de la entrevista, como ya lo mencioné en las páginas iniciales. Eso
es otro reto, pues hacer investigación cualitativa implica siempre tener presente
un margen por lo desconocido y lo imprevisible.
En la medida que tengamos un guión con menos cantidad de preguntas,
escritas previamente, podemos estar más preparados para construir preguntas
a posteriori, durante el diálogo con el entrevistado, pues tendremos la mente
dispuesta a escuchar y pensar más en el entrevistado, en lo que nos dice, en la
forma de narrar, en las anécdotas que cuenta, en los personajes que refiere, en
los acontecimientos y fechas que trae a colación, es decir en toda su narrativa
oral. En función de lo que escuchemos y veamos como buenos etnógrafos,
vamos a seguir preguntando. Ese es uno de los retos mayores de una
entrevista cualitativa, la construcción de un diálogo a partir de la situación
lograda a posteriori con el rapport. Por lo tanto el guión de entrevista que
tuvimos inicialmente, se puede duplicar, por ello, si tenemos al menos diez
16
cuestiones a manera de guía temática, para indagar es más que suficiente para
fomentar un diálogo, pues seguramente surgirán más preguntas en el camino.
4. Vigilando la situación de entrevista Hacer investigación social, implica reflexionar sobre el proceso creativo que
hacemos, implica una mirada al propio trabajo y ejercicio de producción de lo
que hacemos, además de encontrar resultados o tomar decisiones sobre
hallazgos, también implica una auto observación del proceso de construcción
epistemológica del quehacer. Durante mi experiencia de investigación empírica,
he observado algunas actitudes y comportamientos recurrentes en la situación
de entrevista que me gustaría compartir, con el ánimo de mejorar nuestro oficio
de entrevistadores cualitativos, sobre todo la forma de observar nuestro
proceso de producción de conocimiento. De igual manera, algunas de estas
recomendaciones las comparten académicos citados en la bibliografía en torno
del tema (Spradley, 1979; Desiauriers 1991; Taylor y Bogdan 1996; Galindo
1987; Sierra 1998).
Barreras del lenguaje: el no decir
Es importante cuidar la forma de hablar y de hacer preguntas, por ello la forma
de expresarnos es importante, un primer llamado es a no utilizar frases
demasiado largas que impidan la comprensión del interlocutor, o utilizar
lenguajes especializados, sobre todo para el caso de quienes se ejercen en
oficios de médicos, abogados o figuras en el ejercicio de la política, por
ejemplo.
De igual manera, hay que estar atentos a las palabras y gestos sin conexión de
nuestro entrevistados, pues algunas veces los rostros se contradicen con lo
que expresan las palabras, en ese sentido ayuda mucho el arte de la
observación. Las barreras del lenguaje son bastante comunes durante la
situación de entrevista, particularmente cuando los entrevistados quieren
expresar ideas y no lo pueden hacer ya sea por nerviosismo, porque no hay
suficiente rapport aún o porte no encuentran las palabras adecuadas para
hacerlo. Y podemos encontrar frases pausadas, sin conclusión, que quizás se
puedan comprender más por las expresiones del rostro, los movimientos del la
cabeza o movimientos de manos de los informantes, que por lo que realmente
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dice su discurso. Por ejemplo: Uhhh…, no sé…, usted me entiende…., cómo le
digo..., no sé cómo decirlo, pues….. esas cosas….).
Aquí es importante no perder la paciencia, darle confianza al entrevistado para
que hable libremente, y si aún no está listo, no presionarlo. Se sugiere sobre
todo una re-semantización (retroalimentación) y aclaración constante a través
del diálogo, para saber si lo dicho, evidenciado y lo comprendido entre ambos
es correcto.
Barreras del lenguaje: el decir de más y el desahog o
Así como en ocasiones no hay forma de expresión válida o escasean las
palabras, también tenemos el otro extremo, el hablar de más. Muchas veces
encontramos personas que caen en la redundancia de las palabras como una
forma de evadir la problemática exacta de lo que se les pregunta, ciertamente
algunas veces no se dan cuenta, pero es importante detectar cuando los
informantes están utilizando metalenguajes para evadir la respuesta. En otros
momentos, los entrevistados expanden su confianza y comienzan a abrir sus
experiencias, sentimientos que inclusive han mantenido ocultos por mucho
tiempo, cuando se dan cuenta algunas veces siente incomodidad, otras veces
desahogo. Aquí es importante transmitir confianza y sobre todo ahorrar los
juicios, hay que buscar la forma de aceptar lo que dicen con todo el respeto
En mis entrevistas con braceros migrantes (Uribe, 2010b), ellos recordaron los
momentos que fueron revisados su cuerpo desnudo al entrar a la frontera, una
revisión que sin duda los llenó de indignación y de pudor, muchas veces su
familia ni siquiera sabía por las que pasaron, así me contó un bracero de
nombre Jaime, de 80 años: “… Cuando llegábamos ahí, a la frontera con
Mexicali, había que entrar, ya los gringos nos recibían y lo primerito nos
desnudaban y nos rociaban con un polvo amarillo como fumigante, luego pa’
los piojos y ya de ahí entrábamos a los rayos x, desde los rayos x ya veían
desde la vista, la boca, brazos, piquetes, todo”.
Recapitular y vincular, no interrumpir
En el mismo sentido de lo que mencionamos en el apartado anterior, cuando
los entrevistados comienzan a hablar por un lago rato, incluso hasta perderse
del tema principal. Desde luego que el eje importante es que los entrevistados
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digan sus puntos de vista sobre un determinado tema, pero también hay que
cuidar que ese tema no se salga de control a tal grado que se convierta en un
monólogo. Aquí debemos buscar la forma más adecuada y sutil de recuperar el
diálogo y la centralidad del tema, la sugerencia es una intervención que diga.
Por ejemplo: A propósito de lo que ha venido comentado, qué piensa acerca de
la migración del campo …. Como usted bien lo dijo al inicio, esa experiencia ha
sido muy importante en su vida…. Se trata pues de traer a colación el mismo
tema central en el todo que el mismo informante introdujo, sin hacer alusión al
momento en que se perdió la conversación y comenzaron divagaciones. Todo
esto se logra con una atención permanente en lo que el informante dice.
Reafirmar/repetir
Es bastante útil recurrir a la repetición de las ideas de lo que dijo el informante
sobre todo para reafirmar sus argumentos. Como bien menciona Spradley
(1979), la repetición, lejos de parecer redundante, ayuda a recordarle al
entrevistado qué es lo que nos interesa saber de él, además, refuerza también
lo que estamos nosotros investigando como tema de investigación, desde su
propia voz. La sugerencia es mostrar interés y preguntarle en función de lo que
él mismo ha dicho. Por ejemplo: Lo que menciona, su experiencia de vida en el
campo agrícola, es de singular importancia porque… reafirma que sus
problemas de salud, son consecuencia de todo el trabajo duro que ha estado
trabajando por años.
Aclarar/ejemplificar
Una forma sencilla de aclarar contradicciones o discursos vagos, es pedirle
directamente al informante que lo aclare él mismo, si tenemos alguna duda
sobre lo qué él quiso decir, es mejora aclararlo en el transcurso de la entrevista,
y entre más pronto mejor, pero siempre evitar emitir juicios Si el informante ha
hablado de más y no ha quedado claro lo que en realidad quiere decir, se
puede intervenir de la forma siguiente: Me parece muy interesante lo que
menciona, pero cómo se puede hacer evidente en su experiencia. Al pedirle
que lo narre de acuerdo a su experiencia propia, ayudará a la explicación
sencilla. Spradley (1979) llama la atención en preguntarle al entrevistado por
los usos, más que por significados, es decir, enfatizarle que aplique lo que está
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diciendo en casos particulares, en experiencias de vida, eso ayudará que el
entrevistado no se sienta presionado en lo que tiene que decir. Poner ejemplos
y describir situaciones etnográficas (donde intervengan tiempos, espacios,
personas, situaciones), ayuda a aclarar las dudas. De igual manera, señala
también la importancia de las llamadas “preguntas de ejemplificación” sobre lo
que hubiera hecho el en una situación particular.
Confrontar/Contradecir
La contradicción es evidente en los discursos, muchas veces nos
contradecimos en lo que pensamos y decimos, y no nos damos cuenta hasta
que otra persona lo dice. En las entrevistas es importante permanecer atentos
a la presencia de las contradicciones del informante. Algunas veces al inicio de
la entrevista, las personas tienen una posición y un punto de vista sobre el
tema en cuestión, pero a la mitad de la entrevista, cuando avanzó el rapport,
ese punto de vista da un giro completo y aparecen nuevos argumentos o
inclusive hasta contrarios. Si hay evidencias de ideas de conflicto de ideas, es
importante pedirle al informante que lo aclare. Expresarlo en los siguientes
términos, por ejemplo. Hace unos momentos no estaba de acuerdo con la
forma desenfrenada como los jóvenes consumen drogas y que por eso debe ir
a la cárcel sin compasión, pero ahora dice que es importante la comunicación
con los padres para evitar su penares, cómo está eso?
Juego de roles Algunas veces para evitar expresar sus verdaderos sentimientos, los
entrevistados hablan en tercera persona, narran situaciones donde aparecen
personajes con historias singulares, algunas veces dolorosas, pero por la forma
de narrarlo, pareciera que es el mismo entrevistado quien es el protagonista;
pero aún no hay suficiente confianza para expresarlo desde la experiencia
propia. Muchas veces para evitar decir algo doloroso o vergonzoso transfieren
el rol y habla desde una narrativa en tercera persona como si otros hayan
vivido esas historias. En estas situaciones, hay que estar atentos a los modos
de expresión de su cuerpo, su cara, sus silencios, y preguntarle directamente
qué hubiera hecho él en esta situación que narra como si fuera de una tercera
persona. Con ello podemos perfectamente saber qué es lo que está pensando,
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pues aun cuando lo narre en tercera persona, recuperaremos los puntos de
vista del informante.
Una narrativa al respecto: …Ellos al cruzar al otro lado…, iban con una mujer
joven en el carro, luego llegó la migra y la muchacha salió corriendo del carro…
el oficial la alcanzó y luego se quiso pasar con ella… Me contó mi amigo que
todos se quedaron callados con lo de la muchacha… luego los deportaron.
En esta historia, el entrevistado era el que vivió las circunstancias, pero no
hubo el rapport suficiente para asumir que fue él quien presencio una violencia
a una mujer en contextos de migración. Más bien habla de una experiencia
que un amigo le contó, pero en el contexto de la entrevista, es posible deducir
que él mismo vivió esa historia.
El trabajo de Taylor y Bogdan (1996:125-126), alude a una de los problemas de
las entrevistas cualitativas es que las personas tienden a exagerar éxitos y a
negar sus fracasos. Esa tendencia sale a colación en los diálogos con los
informantes. Esa es una situación compleja, porque no siempre es fácil para un
investigador percibir esto, aquí se sugiere analizar la coherencia en el discurso,
el contexto de la entrevista, o bien en la totalidad de entrevistas (en caso de
que sean varias). El autor llama de utilizar “controles cruzados” para percibir el
discurso de “verdad”, se trata de observar lo dicho en diversos momentos de la
entrevista.
Conflicto ideológico o de intereses
En algunas entrevistas es bastante común percibir que el entrevistado no se
atreve a decir su punto de vista real sobre algún tema, porque su compromiso
institucional, laboral o político no se lo permiten, pero más allá de su discurso,
su expresión corporal o facial puede dar señales inesperadas que lo delatan.
Eso se ve reforzado por ejemplo cuando se entrevista a personas en sus
contextos laborales, acción desde luego nada recomendada para una
entrevista cualitativa, pues el contexto es un reforzamiento real y simbólico que
no siempre otorga libertad y confianza para expresar puntos de vista. La
sugerencia aquí, es buscar siempre lugares neutrales donde tanto el
entrevistador como el entrevistado se sientan cómodos. Aquí tenemos un relato
al respecto:
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…Esta empresa es muy equitativa y nos cuida nuestra salud… pero… (en otro
momento de la entrevista) a veces siento que me asfixio en esta cabina y se les
ha pasado la mano con ciertos químicos, los costos son altos, luego ni les dan
seguridad médica. … Pero no quiero ser injusto con esta compañía que me ha
dado tanto, hasta he ascendido y me han premiado con vacaciones…
No es fácil analizar este discurso donde por un lado se defiende a una
compañía y por otro se critica todas las consecuencias a la salud que viven los
trabajadores. Desde luego, la forma más común de buscar el discurso real y el
punto de vista del entrevistado, es preguntarle en el momento sobre esta
contradicción, hacerle evidente que aún no ha quedado claro cuál es su
posición y punto de vista, si en verdad, por ello es importante el diálogo fluido.
En ese sentido, el uso de la grabadora aunque bastante útil para el registro del
discurso, algunas veces orilla a los investigadores a depositar la confianza en
la grabación y olvidad mirar el contexto inmediato y lo que los informantes
realmente están diciendo.
5. Comentario final a manera de conclusiones
A lo largo de este trabajo he abordado cuestiones relacionadas a la entrevista
cualitativa, particularmente destaco lo siguiente:
1.La entrevista como ejercicio de diálogo que tiene antecedentes en la historia
misma del conocimiento humano y la filosofía; la entrevista cualitativa va de la
mano con el pensamiento de las ciencias sociales, la comunicación y de la
complejidad que envuelve la investigación cualitativa.
2. La entrevista cualitativa es un tipo de entrevista abierta, flexible donde entra
en juego un proceso de interacción, de descubrimiento mutuo entre
entrevistador y entrevistado, lo más importante es la construcción de la realidad
a partir del sentido que las personas le otorgan a sus acciones.
3. Existe una amplia bibliografía en torno de la entrevista cualitativa que nos
ofrece guías, sugerencias y orientaciones de cómo perfeccionar nuestro oficio
de investigadores y especialistas en la técnica.
4. Entrevistar cualitativamente no sugiere un trabajo inmediato, sencillo y
rápido, al contrario implica un proceso paulatino de encuentro desigual entre
investigador y entrevistado, donde el aprendizaje se alimenta de: el arte de
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escuchar, el arte de observar y el arte de conversar, éstas acciones interactúan
constantemente produciendo significados y conocimiento social.
5. El rapport es uno de los elementos centrales en la entrevista cualitativa,
envuelve varios momentos que inician con la tensión y exploración, sigue la
cooperación para alcanzar la llamada participación donde se evidencia un
diálogo fluido entre entrevistador y entrevistado.
6. El guión de entrevista más que un cuestionario es una orientación temática
que ayuda a la memoria a la producción de información, además de los temas
a discutir por escrito, particularmente hay que prestar atención a las preguntas
que seamos capaces de generar en el momento mismo de la producción de la
entrevista
7. Existe una diversidad de barreras de comunicación y del uso del lenguaje en
la producción de la entrevista, en este trabajo mencionamos al menos nueve,
pero que si las conocemos y aplicamos, podemos optimizar nuestro ejercicio de
entrevistadores.
La entrevista cualitativa tiene muchas facetas, varios momentos, inclusive
variadas tipologías. Aquí sólo retomamos algunos elementos que pensamos
podrían ser útiles para la práctica en investigación social, no fue nuestra
intención desarrollar una propuesta exhaustiva en torno de la técnica, pues de
hecho la bibliografía referida alude a ello; más bien mi interés fue atender
algunas cuestiones prácticas que he visto en mi experiencia de investigación y
docente, sobre todo las preocupaciones constantes que observo en los
estudiantes interesados en aplicarse en el oficio de entrevistadores.
Si bien no todos tenemos las cualidades para ser buenos entrevistadores en
investigación cualitativa, sobre todo para aquellos que: les gusta hablar de
más, no tienen paciencia para escuchar puntos de vista de otros y les cuesta
trabajo asumir humildad en el conocimiento de otros, por decir algo. Pero, sí es
bien cierto que todos podemos desarrollar ciertas afinidades y perfeccionar el
oficio, la investigación se construye y se logra con el trabajo intenso del día a
día, nadie nace siendo investigador, pero si hay gusto y pasión por el
conocimiento, todas las técnicas de investigación podemos desarrollarlas y
podemos ser aprendices del oficio.
23
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