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  • lhn Kraniauskas: De la ideologa a la cultura:

    aibalternizacin y montaje. Yo el Supremo como librole historia - 313

    \rmando Muyolema: De la "cuestin indgena" a lo

    'indgena " como cuesionamiento. Hacia una crtica del

    'anoamericanismo, el indigenismo y el mestiz(o)aje 327lun Zevallos: Baile, comida y msica en a construccin

    le una identidad cultural subalterna andina en el exilio

    norteamericano 365

    lose Rabasa: Los franciscanos y los dominicos bajo la miradapenetrante de un tlcuilo. Cmo residir en una pluralidad de.

    nundos, segn un cdice pictrico 381

    lavier Sanjins: Tamayo, observador: negociando lo'letrado " con lo visual 405

    )ipesh Chakravarty: Adda: Una historia desocialidad 425lobcrt Can" Estigmas, cmo hacer frente al impacto degnero en los modelos de ostracismo social: Un estudio

    iialilalivo del HIV+ en Jamaica 471

    Vhin'a M. Lpez: Lu solidaridad como evento. El

    oiinnsmo como prctica personal y los desencuentros

    on las polticas del deseo ;..'. 497

    Biografas 517

    La encrucijada de los Estudios Subalternos 5

    La encrucijada de los Estudios Subalternos:Postmarxismo, desconstruccionismo, postcolonialismo y

    m ulticulturalismo

    Ileana Rodrguez

    Este texto rene una serie de trabajos generados por el Grupode Estudios Latinoamericanos del Subalterno y algunos otrosintelectuales identificados como subaltemistas. El grupo de EstudiosLatinoamericanos del Subalterno se organiz en los Estados Unidos en1992, e intent la formacin de grupos intelectuales independientesdentro de la academia norteamericana. En este sentido solamente, elgrupo es una expresin local de la situacin de los intelectuales en lospases centrales de la alta modernidad. La fuente de inspiracin fue elGrupo de Estudios del Subalterno Surasitico, particularmente eltrabajo de Ranajit Guha que haba entrado a circular dentro de laacademia norteamericana gracias a la labor de difusin que realizaraGayatry Spivak, quien co-edit con l un volumen titulado SelectedSubaltern Sudies.1 El artculo seminal de Spivak titulado "Can thcSubaltern Speak?" ahora ya clsico, fue de gran importancia en eldebate cultural de los Estados Unidos durante la dcada de los 80s yabri el camino para la recepcin favorable de las propuestas delgrupo hind.2 El artculo de Spivak se constitua ya en el entrecruceque la nocin del suballcrno va i.manifestar en osle volumen, esto es,en una doble articulacin del concepto, primero como lgica de uncierto sistema de representacin de las sociedades postcoloniales, ysegundo, como la personificacin de dicho concepto en toda situacinde subordinacin. Esto ya lo veremos con ms detalle a continuacin.

    Como grupo de discusin, la vida de nuestra asociacin duren su primera etapa unos 7 u 8 aos. En ella se organizaron 6conferencias en las siguientes universidades: Gcorgc Masn, Ohio

    ' Ranajil Guha and Gayatri Spivak. Selected Suballern Studies. New York: OxfordUP 1988.2 Gayatri Spivak. "Can the Subaltern Speak." Marxism and the Interpretation o]Culture. Cary Nelson and Lawrence Grossberg (eds.) Urbana: Universityof Illinois,P, 1988.

  • 6 Ilcana Rodrguez

    State, Puerto Rico, Rice, William and Mary, y Duke. Los temas dediscusin de las dos primeras pueden encontrarse en el volumen de larevista Disposiio editado por Jos Rabasa, Javier Sanjins, y RobertCarr, tres de los miembros fundadores histricos del grupo, y ladiscusin de la conferencia de Puerto Rico y William and Mary en elvolumen que yo edit titulado The Latn American Subalern SludiesReader.1 La de la ltima sali parcialmente.en el nmero inaugural dela revista Nepantla: Viewsfrom the South,4

    En el presente volumen se discuten tres asuntosfundamentales. El primero es el significado actual de los estudiossubalternos y sus rumbos diversosen este sentido muchos trabajosincluyen agendas para el futuro; el segundo es la relacin entreestudios Latinoamericanos y Surasiticos subalternos; el tercero es elde las relaciones entre estado, cultura y subalternidad. Los aportesque contribuyen a la discusin subaltemista en general son: 1) Mostraren los trabajos del grupo de subalternos cmo las aporas delconocimiento que presenta como agenda terica de trabajo elsubaltcrnismo se ven reproducidas en todos los mbitos: el delconocimiento, el de la teora, el de la poltica, el del estado, el de laglobalizacin; 2) Discutir la dinmica bipolar con la que elpensamiento occidental ha articulado sus saberes y demostrar, en laprctica del anlisis, que la misma lgica que da cuenta de la relacinentre lite y subalterno, ayuda a entender la relacin entre lo local y loglobal, el cslido y la sociedad, el imilliculluralismo y laheterogeneidad; 3) Ensear que la contribucin del subalternismo esdiagnosticar el impasse, el callejn sin salida en que se encuentra elconocimiento humanista en la alta modernidad y sealar que no sepuede contemplar ninguna solucin sin tener en cuenta esta doblearticulacin o imbricamiento de lo uno en lo otro.

    3 Dispositio/n 46. Subalern Sludies in the Americas. Jos Rabasa, Javier Sanjins,and Robert Carr, Guest Editors. Vol xix, No. 46. 1994 published in 1996; The LatnAmerican Subalern Sludies Reader. lleana Rodrguez (ed). Durham: Duke UP, 2001.Los otros miembros fundadores histricos son John Beverley, lleana Rodrguez, yPatricia Seed. En el texto de Florencia Mallon aparece una lista ms extensa. Muchasde las personas que Mallon menciona nunca asistieron a nuestras reuniones y portanto no formaron parte del grupo. En la Segunda reunin en Ohio State entr elsegundo grupo compuesto por Walter Mignolo, Mara Milagros Lpez, y MichaeiClark. Y a la reunin de Puerto Rico se unieron los ltimos miembros del grupo, asaber, Alberto Moreiras, Gareth Williams, John Kraniauskas, Josefna Saldaa, AbdulMustafa, Sara Castro-Klaren y Fernando Coronil.4 Nepanla Vol. I , Issue 1 2000.

    La encrucijada de los Estudios Subalternos 7

    Los trabajos de la primera seccin de este volumen se dedicana examinar concretamente la lgica que articula los estudiossubalternos, tal y como sta opera dentro del campo de los estudiossubalternos en la.India y en Latinoamrica. Los trabajos de la segundaparte discuten y contrastan los estudios subalternos en la India y enLatinoamrica. Los trabajos de la tercera seccin son estudios decampo en referencia a la relacin entre la subalternidad, el estado y lacultura. Una de las definiciones de subaltenidad que se maneja es lade Gyan Prakash que dice:

    debernos entender la subalternidad como una abstraccinusada para identificar lo intratable que emerge dentro de unsistema dominante X, y que significa aquello de lo que eldiscurso dominante no puede apropiarse completamente, unaotredad que resiste ser encasillada. Pero precisamente porquela dominancia fracasa al apropiarse la inconmensurabilidadradical del subalterno, ella slo registra la presenciarecalcitrante de la subalternidad, graba las impresiones deaquello que no puede abarcar; nunca captura la subalternidaden s que puede ser rescatada por el estudioso subaltemista...[L]a subalternidad irrumpe dentro del sistema de dominanciay marca sus lmites desde dentro... [S]u externalidad a lossistemas dominantes del conocimiento y poder emerge dentrodel sistema de dominancia, pero solamente como unaintimidacin, como un trazo de aquello que elude el discursodominante. Es esta existencia parcial, incompleta,distorsionada lo que separa al subalterno de la lite. Estosignifica que el subalterno presenta posibilidadescontrahegemnicas no como una otredad inviolable desde elexterior, sino desde dentro del funcionamiento del poder,forzando contradicciones y dislocaciones en el discursodominante, y proporcionando fuentes para una crticainmanente (trabajo en este volumen).

    Pero hay otras maneras de concebir la subalternidad. Para JuanZevallos la subalternidad es una condicin social dada. Dice:

    Considero que [los] inmigrantes tienen una posicinsubalterna. La subalternidad de los inmigrantes andinosradica en el hecho de que la mayora de ellos carecen o

  • g Ileana Rodrguez

    disfrutan de un nivel mnimo de trabajo, vivienda,alimentacin y escolarizacin para alcanzar un bienestarhumano.

    Para Walter Mignolo la subalternidad es producto del colonialismo delpoder. Subalternidad, dice, es:

    un conectar de diferentes historias locales y estructuras dedominacin del orden mundial que se complica por la dobleestructura de poder existente bajo los regmenes coloniales...la subaltemidad no es slo una cuestin que afecta la relacinentre algunos sectores de la sociedad civil y el estado, sinoque adems est presente en el sistema interestatalestructurado por la colonialidad del poder.

    El trmino subalterno se presenta as como mltiplementearticulado. Por un lado es un concepto' que se usa como metfora deuna o varias negaciones, lmite o tope de un conocimiento identificadocomo occidental, dominante y hegemnico, aquello de lo que la raznilustrada no puede dar cuenta. Por otra parte, subalterno es unaposicin social que cobra cuerpo y carne en los oprimidos. Y por otraes aqulla condicin que genera la colonialidad del poder a todosniveles y en todas las situaciones coloniales que estructuran el poderintercstatal. As, subalterno es aqul concepto que recorre el campode los estudios subalternos en estas mltiples articulaciones y que sehace palpable en las discusiones internas del grupo as como en sustrabajos particulares.

    La encrucijada siibalternista hoy

    El trabajo de Hamid Dabashi con que abro este volumen, "Nosoy subalternista" es indicativo de la ltima posicin tomada sobre elsubalternismo en una conferencia titulada "Subalternism at Large,"organizada por el mismo Dabashi y Gayatry Spivak en ColumbiaUniversity este ao.5 El artculo de Dabashi discute los tres trabajosque sobre una relectura de Hegel realizara Ranajit Guha en esta

    5 Center for the Studies of Rennaisance. Series of conferences dictated by RanajitGulia titled His/oiy al the Limit of World-Histoiy, December 2000. ColumbiaUniversity

    La encrucijada de los Estudios Subalternos 9

    conferencia y de lo cual hablo a continuacin.6 Pero la razn por lacual yo escojo este trabajo para abrir el volumen es porque suprovocativo ttulo conversa con otras posiciones crticas presentadasaqu, en particular con los artculos de la segunda seccin titulada"Contextos Latinoamericanos." As por ejemplo, si de manera inversaFlorencia Mallon, Ricardo Kaliman, y Walter Mignolo se preguntansobre las condiciones de produccin de los estudios subalternos,particularmente en la Amrica Latina, Dabashi se pregunta por lascondiciones actuales de produccin de los estudios subalternos engeneral.

    A m me interesa relevar la posicin de negatividad del ttulosimplemente porque la leo en reversa. No soy subalternista en estetrabajo significa nicamente una separacin radical con elsubalternismo de Guha, tal y como ste era representado en esas tresconferencias, y una adhesin tctica a lo que fue el subalternismo ensu momento ms radical para as saltar a posiciones estratgicasfuturas y proponer agendas de trabajo. Dabashi marca con precisintres puntos de ruptura. El primero es la desilusin con un proyecto decrtica de Hegel en el cual Guha promete liberarnos de los mandatosde la historia mundial y establecer las condiciones de nuestras propiashistorias locales sin lograrlo. El segundo se refiere al improductivo"judicioso posicionamiento de la maravilla contra la experiencia, de lasociedad civil contra el estado, o para abreviar las poticas de nuestraresistencia contra lo prosaico del poder que enfrentamos." El terceroes el de ms substancia porque en l se rompe con el Guha de esas tresconferencias, quizs no tanto para volver al anterior como paracatapultarse a las agendas de trabajo futuras de lo que sera unsubalternismo en general, que podra convocar por igual ainvestigadores acadmicos y a activistas polticos, a aqullos que,como Dabashi afirma, no quieren simplemente reemplazar "unateocracia categrica por una monarqua conceptual."

    Me detengo slo en uno de esos giros del tercer momentocrtico, cuando Dabashi discrepa con Guha porque saca alMahabharata de su vecindario para hacerlo conversar con Hegel. Y esel propsito mismo de este dilogo junto con la estrategia discursivadel maestro lo que hace a Dabashi pararse en seco y afirmar que l no

    ' Ranajit Guha. Lecture I: "Historicality & the Prose of the World"; Lecture II: "TheProse of History or The Invention of World History"; Lecture III : "Experience,Wonder and the Pathos of Historicality." Columbia University, 2000

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    es un subaltemista. No lo es, en primer lugar, porque entre Occidentey el resto del mundo no hay posibilidad de dilogo. Por tanto, quererdialogar es un gesto vaco en el que en la intencin misma seabandonan las agendas crticas del subaltemisino a las cuales hay quevolver. Se hace necesario entonces dejar esa ruta y volver a la sendade nuestra tarea que es "una remodelacin del mapa del mundo en laque la primaca se concede a las geografas locales, a la polilocalidadde nuestras exigencias histricas, a la polivocalidad de nuestras voces,y la polifocalidad de nuestras visiones." El mtodo a seguir no es dedilogo pero tampoco es el de una confrontacin directa, "de ojometafsico por ojo metafsico," que siempre perderamos, sino el deuna guerra de guerrillas hecha por "bandas ligeras de insurrectos." Yacto seguido Dabashi baja el archivo de la historia y la cultura Persa asu texto para insistir que la discusin tiene que ser con los delvecindario, porque el verdadero reto no viene desde la afirmacin dela maravilla sino desde cruce de fronteras de las translocalidadcsdelos Persas y Parseos a la India y de la India a Latinoamrica. Dabashiarguye contra la idea de las "paradigmticas paralelas," unascorrientes de un lado de la calle y otras del otro, y a favor delreconocimiento de que en las polticas de nuestros vecindarios, "elmonocentrismo de su ley es combatido por el logocentrismo de sufilosofa, y ambos por el homocentrismo de su misticismo, y cuandolas instituciones medievales de Caliphate y Vizierate quieranarrinconar esa polivocalidad en la mezquita, madrasha, khaneqah, o ene! palacio, se tiene el recambio magnifico, lo que se llama el virajeepistmico, de lo verbal por lo visual, de lo literario por lo oral, de loprosaico por lo potico."

    En el artculo de Walter Mignolo encontramos el mismo gestopero desde una matriz diferente. Su propsito es dejar sentado que lasregiones perifricas estn afectadas por la colonialidad del poder y quepor ende tienden a compartir preocupaciones de toda ndole. Mignolono dice que con los Europeos no se puede dialogar, dice que "lageopoltica del conocimiento dificultfa] el dilogo entre las distintasexperiencias de colonialidad." Las teoras y metodologas Europeassirven como pantalla contra el dilogo. De ah la propuesta de cruzarfronteras y poner a conversar a los afnes, quienes, en muchasinstancias, aaden matices a la misma discusin central, tal el caso deGuha con la nocin de subalterno que va ms all de Gramsci porqueve que la subalternidad "est indisolublemente ligada a lacolonialidad," hecho que aqul no poda pensar porque su

    La encrucijada de los Estudios Subalternos 11

    "subalternidad se situaba en el contexto de la jerarqua de claseseuropeas durante el capitalismo industrial." La agenda es pues prestar"ms atencin a las similitudes-en-la-diferencia en las historiassingulares de la modemidad/colonialidad," puesto que los problemasexpresados son similares y palpables. En este punto la convergenciaentre los dos artculos es notable, la diferencia la establecen lasbibliografas y los vecindarios de las agendas de investigacin.Dabashi baja las bibliografas persas, Mignolo las Latinoamericanas.El propsito es abrir el cajn de las riquezas desconocidas de ambospara ambos. El sistema del primero pone el nfasis en la averiguacinde lo local-regional y el del segundo en la averiguacin de lo mundial.Pero en los dos, la intencin es ensanchar el campo a las posibilidadesque ofrece y trazar las agendas pertinentes. Las de Mignolo subrayanla necesidad de estudiar la colonialidad del poder en la formacinmoderna del orden mundial y cmo ste ha interferido en lacomunicacin y produccin de conocimiento continentales. Para esopropone cruzar fronteras y los puntos de debate que pone en la mesade discusin son: a) recuperar las especificidades histricascontinentales; b) reconocer el trabajo de los latinoamericanos enreferencia a la colonialidad del poder; c) poner en escena que lamodernidad no empieza en el siglo XVIII sino en el XVI. Lacolonialidad, escribe Mignolo, "es la mquina que reproduce lasubalteniidad contempornea bajo la forma de colonialidad global enla sociedad tecnolgica."

    Una vez establecidas estas posiciones, el trabajo de Mignolose propone documentar cmo las continentalidades perifricas se danla espalda y mostrar los paralelismos que existen entre laspreocupaciones y trabajos de unas y otros. Estos ejemplos van desdeusos de vocabulariosdesarrollo y dharma, doble significado o dobleconcienciahasta trabajos concretos como son los estudios sobrenaciones, colonialismos internos, interferencias de los piases centrales.Un primer grupo de ejemplos elige los estudios de Anbal Quijano,Emanuel Wallerstein, Enrique Dussel, Orlando Fals Borda, PabloGonzlez Casanova, Ernesto Laclau, Rodolfo Stavenhaben paramostrar que al estudiar asuntos relativos a la colonialidad del poder, elcolonialismo interno, el desarrollo nacional, la formacin de la nacin,la divisin disciplinar enfrentaron conflictos similares a los de lossubalternistas hindes al estudiar la historiografa india. El segundoejemplo es el del Zapatismo en el cual "la nocin misma derepresentacin de la subalternidad adquiere una nueva dimensin."

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    Cmo revolucin terica, el Zapasmo no difiere mucho de lapropuesta universitaria subalternista, salvo en el locus de laenunciacinambos introducen una nueva dimensin en lageopoltica del conocimiento. El tercer ejemplo es el de Silvia RiveraCusicanqui quien traduce el trabajo de los surasiticos justamente porreconocer la interseccin o confluencia entre su propio trabajo sobrecolonialidad y colonialismo interno y el de ellos sobre la modernidadcolonial.

    El anlisis de Mallon se proyecta ms hacia lo poltico y susobservaciones son de mtodo. Si Mignolo parte de una definicin delsubalternismo como aquello que va ms all de la clase para subrayaruna situacin de postcolonialidad, que es ms abarcante, y si ve en lateora de la dependencia un antecedente de la discusin delsubalternismo, Mallon parte de la derrota de los movimientosinsurgentes de la Amrica Latina y se pregunta qu es lo que debehacer un estudioso progresista en esta coyuntura de descontento ydesorientacin. Apunta, paralelamente con Mignolo y Dabashi, quelos modelos Europeos son insatisfactorios y que por esa razn elmodelo brindado por el Grupo de Estudios Subalternos puede ser unasolucin. Pero al mismo tiempo advierte sobre la peligrosidad de losprstamos, "el ms grave problema relativo al tipo de prstamoconceptual y metodolgico [es que] una o ambas partes puedenopacarse, simplificarse, tergiversarse." Su preocupacin aparente esms bien de mtodo. En vista a que algunos intelectualeslatinoamericanos han dicho que no al posestructuralismo y alposmodcrnismo, el encanto do los Estudios Subalternos es su origenpoltico social, el que sea una propuesta que viene "de intelectualesbasados en el "Tercer Mundo," anticolonialistas y polticamenteradicales." De los tres exmenes que propone en su artculo, el de losantecedentes del Grupo de Estudios Subalternos como totalidad, el decmo los enfoques del grupo han sido recibidos y elaborados en labibliografa latinoamericana, y el de sus propias reflexiones pararepensar los conflictos internos del grupo y proponer algunassugerencias de trabajos y dilogos futuros, quiero prestarle atencin alprimero y al ltimo y entrelazarlo al de Dabashi con el que abro estevolumen. Como Dabashi Mallon propone esta convergencia deestudios como una posibilidad de dilogo transregional, no jerrquico.Pero con Mignolo advierte que hay que prestarle atencin a loscontextos especficos, a las "similitudes-en-la-diferencia."

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    En la primera parte de su artculo, Mallon recupera la agendacrtica del subalternismo temprano. Lo radical del programa de Guhaera su nfasis en escuchar al subalterno y entenderlo en sucomplejidad contradictoria y su sealamiento del descuido de lahistoriografa india de este componente indispensable. De ah eldictum de Guha sobre la complicidad entre la historiografa y lacontrainsurgencia; de ah que el colonialismo no pudiese apropiarse dela historia del subalterno; de ah que fallase la idea de la nacin en surepresentacin de la comunidad.7 Lo radical consista en ese entoncesen ese rebase del que no daba cuenta ni la historia local, ni la teoramarxista, entonces hegemnica, pero si la poltica y la cultura. Ycomo en Latinoamrica, la idea era que este desborde era el resultadode la incapacidad de pensar los diferentes movimientos sociales yculturas locales dentro de las categoras tradicionales del marxismoortodoxo impuesto por los partidos comunistaspor ejemplo, lasclases sociales. Ni los movimientos sociales, ni la manera de pensarsus protagonistas satisfizo a una juventud que desencantada con losplanteamientos de los partidos comunistas ortodoxos de orientacinsovitica, acudieron al maosmo en busca de un sujeto popular msparecido al de sus propias circunstancias locales.

    Pero la recuperacin del subalterno o su centralidad a laagenda de investigaciones tambin hacia necesario al grupo originaluna reflexin sobre los mismos campos disciplinarios y susdocumentos y es ah donde empiezan otras historias. Segn Mallon, yen esto se nota la sombra de Europa como pantalla de dilogo queseala Mignolo, de ah viene tambin el uso de mtodos y la miradahacia el desconstruccionismo como arma para reescribir las historiassubalternas. Ella lo escribe de la siguiente manera: "No obstante, alestimular la deconstruccin de los textos en trminos de poder yjerarqua/y al descentrar todos los temas que emergan en losdocumentos, estas tcnicas han cuestionado en ltimo trmino dossuposiciones centrales para el propsito poltico del grupo: que lasprcticas subalternas tuvieran cierta autonoma respecto de la culturade lites y que la poltica subalterna tuviera una unidad y solidaridadpropias." El mtodo, el formato que ahora Dabashi puntualiza,siempre ha sido la raz de las tensiones que el grupo experimenta. Tal

    '/Ranajit Guha. Elementary Aspects of Peasant Insurgency in Colonial India. Delhi:Oxford University Press, 1992; Ranajit Guha, "Dominance withoul Hegemony and itsHistoriography," Subaltern Studies VI. (Delhi, London: Oxford UP, 1989) 210-309.

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    las documenta Mallon al hablar de la reunin de 1986. En palabras deDavid Hardiman, "[u]n camino lleva hacia una mayor concentracinen el anlisis de textos y un nfasis acerca de la relatividad de todoconocimiento; otro, hacia el estudio de la conciencia y accinsubalternas a fin de promover la lucha por una sociedad socialista."Los ecos de esta divisin todava resuenan en el mbito de dichosestudios hindes o/y latinoamericanos y se une a un asunto que apuntarriba y que queda por dirimir: es el subalterno slo una metfora delas negaciones y lmites del conocimiento hegemnico y/o unacondicin de subordinacin que tiende a cobrar cuerpo y carne en losoprimidos? El trabajo de Ricardo Kaliman, del cual hablaremosenseguida, se sita en esta coyuntura al preguntarse si la concienciadel subalterno es recuperable.

    Mas, la crtica fundamental que hace Mallon a lossubalternistas latinoamericanos no es tanto al manifiesto de trabajoque publicamos en Boundaiy 2, sino ms bien a la carencia de unaagenda de trabajo colectiva dentro del grupo que fuese contestandociertas preguntas importantes al campo, algunas de las cuales haceella: en primer lugar, cmo se resuelve la tensin entre concienciasubalterna y categoras tericas, o cmo se forjan los proyectosintelectuales polticamente comprometidos; qu alternativasproponemos para reemplazar las "paradigmticas paralelas" vigentesen lo poltico y lo acadmico; cules son las estrategias y mtodos denuestro proyecto y de qu manera podemos ir ms all de lasconvocatorias tericas a la ingerencia poltica en la vida pblica. Yms an, debido a que la mayora ramos estudiantes de la cultura,era lo cultural suficiente para lograr el giro poltico aunque slo fueseen el nivel universitario? Las preguntas que hace Mallon son buenascomo agendas de trabajo a seguir. Sus consejos son de mtodo: (1)"mantener la tensin...pero apoyarse ms...en Foucault [queen]...Derrida; (2) retornar en forma ms exclusiva a Gramsci...; y(3)...utilizar tcnicas analticas discursivas-textuales-lingsticas paraanalizar las prcticas, los debates y los discursos subalternosmismos...como escenarios controvertidos y construidos de la lucha de

    poder." Este volumen da respuesta a alguna de sus inquietudes y semueve en direccin del trabajo que hacer. Lo que me pareceproductivo del artculo de Mallon son sus observaciones sobre lastensiones productivas al seno del grupo original.

    Ricardo Kaliman hace lo mismo pero su preocupacin no sonlos subalternistas hindes sino los latinoamericanos. En su artculo

    La encrucijada de los Esludios Subalternos 15

    hace una serie de propuestas concernientes en primer lugar a 1) lamediacin metropolitana de cualquier propuesta intelectual generadaen la periferia; 2) la falta de reconocimiento que tienen muchostrabajos hechos dentro del mismo campo latinoamericanista deorientacin subalternista y que no han pasado por el filtro aprobatoriode la metrpolis y, por tanto, permanecen en la oscuridad; y 3) losdominios, genealogas y los parmetros tcnicos para "recuperar" laconciencia del subalterno. De estas tres observaciones quiero recogerla segunda y la tercera porque ilustran su sentido de lo que son losestudios subalternos.

    Kaliman propone que los trabajos de investigacin de gentecomo Antonio Cornejo Polar, ngel Rama, Martn Lienhardt sonsubalternistas, y basa su propuesta en que estos acadmicos analizan"un vasto y diverso conjunto de textos en los que es posible rastrearlas versiones silenciadas" del subalterno. En algunas instancias, comoes el caso de Lienhardt, en la recuperacin de la conciencia subalternase "avanza una taxonoma sobre las distintas modalidades en las queesta emergencia se ha producido, lo cual permite acercarse a los textoscon las debidas precauciones con respecto a la "representatividad" dela subaltemidad que se les puede atribuir." Es en la representacin,recuperacin, conciencia subalterna, voces silenciadas, modos deproduccin econmica y de signos donde para l reside el debate. Ysu pregunta real es si acaso existe una conciencia "pura" nocontaminada por lo hegemnico. Cuando hable del trabajo deArmando Muyolema voy a contestar esta pregunta con la agenda detrabajo que l propone. Mientras tanto, paso a la tercera observacinque s entronca de lleno con aspectos de la polmica que encabezaDabashi. Esta observacin se refiere a la relacin interna del grupohind respecto a la diferencia de lo que en Kaliman se lee como unalectura marxista en contraposicin a una postestructuralista oclaramente derrideana. Y aqu queda planteada, desde Latinoamrica,como estoy segura a l le gustara entrar en este volumen, una manerade argumentar lo subalterno y de pensar la subalternidad.

    La misma idea de hablar de "la conciencia del subalterno" traeecos de otras eras y resuena dentro de los mbitos de pensamientomarxista a que Kaliman especficamente refiere. Se puede acasohablar de conciencia del subalterno sin hablar de modos deproduccin, o de lo que hoy por hoy se ha venido a llamar, en corto,"determinacin en ltima instancia." Y es la conciencia delsubalterno lo mismo que la perspectiva del subalterno? Aqu hago un

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    breve parntesis para indicar que el trabajo de Mara Milagros Lpezhabla contra estos asuntos con ms fuerza y detalle. Lo que interesa aKaliman es bsicamente saber si los estudios subalternos se preocupantodava por las condiciones materiales de la existencia o sisimplemente se interesan por recuperar el trazo del subalterno en"trminos de sistemas de signos." Esta pregunta refiere a la mismatensin interna que sealaba Mallon pero que en Kaliman est msbien encarnada en la divisin entre los crticos culturales,particularmente Spivak, y los historiadores dentro del grupoGuha.Su inquietud es "la impresin de que la tradicin pertinente dentro delos estudios en Latinoamrica... parece ms emparentada con el modode aproximacin inicial de los historiadores de la India que con la deSpivak." Kaliman contribuye con su trabajo a plantear una disyuntiva:estudios de discurso o estudios basados en ciertas realidadesmateriales y modos de produccin, o lo que es lo mismo, puede elsubaltemismo ser marxista y desconstruccionista? Recogemos estainquietud enseguida.

    Convivenciapacfica o detente? Postmarxistas deconstruccionislas

    El volumen se organiza entre medio de estas posicionescrticas en dos series, una terica y otra de prcticas de campo. En laterica, la preocupacin es la de la recuperacin del subalterno como"una abstraccin usada para identificar lo intratable que emerge dentrode un sistema dominante X." En los trabajos de prcticas de campo, lapreocupacin es la recuperacin del subalterno como "un sujetoagente de carne y hueso." Voy a aprovechar la oportunidad paraplantear a travs de mi lectura de estos trabajos el problema real de laconvivencia entre Postmarxistas, desconstructivistas, postcolonialistasy multiculturalistas dentro de los estudios subalternos. Son stasacaso "paradigmticas paralelas," una a un lado de la calle y la otradel otro? Puesto de otra manera, el problema es cmo se articulan loscampos hermenuticos con los polticos y cul es la relacinsubalterno, nacin, estado. La pregunta de si conviven o no estasaproximaciones todava est por verse y parte del planteamiento deagendas en este volumen es precisamente el intento de que convivan.Veamos los diferentes modo de aproximacin al asunto.

    El artculo de John Bcverley "Puede ser gay la nacin?:Subalternidad/Modernidad/Multiculturalismo" se presta a variasreflexiones de fondo que ataen los intereses de los estudios de la

    La encrucijada de los Estudios Subalternos 17

    subalternidad en general. Aqu muestro unas cuantas. En primerlugar, Bcverley recoge la preocupacin terica de Gyan Prakash arribamencionada y hace pasear el concepto de subalterno a travs de variasarticulaciones tericas mostrando sus dificultades. La primeraarticulacin es la relacin entre capitalismo y socialismo en relacincon la modernidaddonde argumenta, como Mignolo, que sta esproductora de subalternidades. La segunda es la de la "heterogeneidadradical," de Dipesh Chakravarty, que contrapone a la "razn" delestado moderno o razn comunicativa de Habermasdondeargumenta la imposibilidad de pensar al subalterno dentro de lasociedad civil. La tercera sita la subalternidad dentro de la nocin dehegemona de Gramsci para as poder pensar la posibilidad de que elsubalterno acceda al poderdonde argumenta que la nocin dehegemona partidista se topa de nuevo con la lgica del capital y lamodernidad que producen subalternidades. La cuarta y ltimaposicin es repensar al subalterno dentro de la discusin de lamulticulturalidaddonde de nuevo se topa con los lmites de laintegracin y dialogalidad transculturada. En su estrategia dearticulacin, el gran aporte de este estudio es el de mostrar,convincentemente, que desde ninguna posicin de poder se puedepensar al subalterno: no se lo puede pensar como subalterno; no se lepuede pensar como pueblo; no se le puede pensar como sujetomulticultural. Una de las agendas precisas del subaltemismo secumple, a saber, mostrar que el subalterno es un sujeto evanescenteque se escabulle en cuanto se quiere apresar en una representacin y,en este sentido, subalterno es un aparato heurstico que sirve paramostrar las apodas del pensamiento hegemnico. La heterogeneidadradical, el multiculturalismo, el populismo y hasta la clase socialexpresan todas de manera distinta diferentes ngulos del carcteresencialmente inaprensible de este sujeto y son por tanto insuficientesdesde el punto de vista del subaltemismo radical.

    Una segunda cuestin que el artculo trae a colacin es la delas tensiones entre teora y prctica que, en mi opinin, elsubaltemismo hered del marxismo que lo origin. Tal lo vemosplanteado en el artculo en cuestin cuando Beverley examina elconcepto de hegemona en Gramsci o el de multiculturalismo enTaylor. En Gramsci porque la idea del partido es la condicinnecesaria para que el subalterno acceda al poder. Y lo es porque,escribe Beverley, el subalterno "carece de la capacidad de lo queGramsci llama el 'liderazgo consciente' necesario para la tarea de

  • l llcana Rodrigue/

    revolucionar las relaciones sociales-culturales que lo constituyencomo subalterno en primera instancia." O sea que en la formulacindel partido opera una nocin derogatoria del sujeto popular (carece dela capacidad de pensar) y, consecuentemente, la distincin entredirigentes y masas lleva implcita una divisin del trabajo polticoterico y prctico. Por tanto, la articulacin de "una concepcin'nacional' popular a la cual pueden subscribirse distintas clases ogrupos sociales," aqu la nocin de frente es preferible a la de partido,es una "identidad heurstica por hacer." Voy a retomar esta cuestinen todo el detalle que merece cuando discuta el artculo de Saldaa eneste volumen porque l presenta un ejemplo ntido de esta mismasituacin en la prctica revolucionaria. En Taylor se observa la mismadisyuntiva porque, como dice Bhabha, escribe Beverley, elmulticulturalismo no es "un principio abstracto tico o epistemolgicode reciprocidad o reconocimiento... [no es ni una coexistenciapacfica ni una pluralidad liberal]. Es ms bien el carcterhistricamente especfico de las relaciones de subalternidad,marginalizacin, y explotacin producidas por la hegemona" de lasculturas lites lo que lo causa. O sea que el multiculturalismo no esuna cuestin de pensamiento solamente sino que es tambin unaprctica social concreta. Y en este sentido, aunque Beverley no seocupa de eso, Taylor si lo hace al discutir el tema dentro del campo dela legislacin de los estados liberales, en la que el multiculturalismomuestra su carcter prctico en los comportamientos cvicos y en laprctica de los derechos de gentes o derechos civiles, sobre los cualesel trabajo ce Carlos Vilas tiene mucho que decir.

    Una tercera reflexin que provoca el artculo gira en torno alos puntos de partida de las agendas subaltemistas. Para Beverley, elpunto de partida es la historia moderna y no la historia colonial y supreocupacin fundamental no es la colonialidad del poder sino ladistincin entre capitalismo y socialismo, derecha e izquierda de unpensamiento polarizado cuyo punto de convergencia inusitado esquerer organizar o alcanzar la modernidad. Incluso las teoras crticasal capitalismo, tal como la teora de la dependencia, son, en el fondo,modernistas y desarrollistas, o sea, estn situadas dentro de la lgicadel capital y del Mercado. En este sentido no se puede hablar de unsocialismo separado de la modernidad y por tanto cualquier idea decultura es aculturadora o transculturadora. Por lo pronto tenemos a lavista que esta posicin parte las aguas de la discusin no tanto en lo deuna periodizacin sino ms bien en la discusin ideolgica que

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    La encrucijada de los listudios Subalternos i

    involucra directamente el campo poltico y el trabajo mismo de lointelectuales. Vale la pena preguntarse si se trata en este caso de haceun corte epistmico entre modernidades tempranas o tardas, o d


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