Unidad 2. Soluciones · 2019-02-09 · Unidad 2: Soluciones 1 Unidad 2. Soluciones En esta unidad… 1. Alimentación ecológica 2. Productos de limpieza e higiene alternativos 3.

Unidad 2: Soluciones 1

Unidad 2. Soluciones

En esta unidad…

1. Alimentación ecológica

2. Productos de limpieza e higiene alternativos

3. Materiales saludables

4. Entorno electromagnético y gas radón

Introducción

A pesar de la gran cantidad de sustancias perjudiciales que puede haber en un hogar, es

posible reducirlas o eliminarlas, a menudo de forma sencilla.

La primera recomendación es leer cuidadosamente las etiquetas de

los productos, en particular, la letra pequeña de los envases. Evitar el

consumo de productos peligrosos es fundamental, tanto para nuestra

propia protección, como para actuar sobre el mercado premiando la

fabricación de sustancias seguras.

Afortunadamente ya es posible adquirir alimentos procedentes de producción ecológica,

productos de limpieza e higiene alternativos o materiales de construcción y decoración

saludables. Todo esto puede facilitarnos propiciar un entorno libre de tóxicos químicos si

sabemos cómo hacerlo.

Por otra parte, como hemos introducido en la unidad anterior, la contaminación

electromagnética y la presencia de gas radón pueden reducirse considerablemente con

algunos cambios en nuestros hogares.

En esta unidad vamos a analizar qué soluciones podemos aplicar con el objetivo de reducir la

presencia de elementos nocivos en nuestro ambiente.

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1. Alimentación ecológica

El consumo de alimentos frescos y de temporada, poco procesados y libres de hormonas,

aditivos o pesticidas es uno de los pasos fundamentales, ya que una cantidad importante de

los tóxicos entran en nuestro organismo por medio de lo que comemos. Hay que tener en

cuenta que algunas sustancias tóxicas tienden a acumularse en las grasas animales, por lo que

es más saludable consumir alimentos libres de ellas. También la conservación y preparación de

los alimentos es fundamental, procurando evitar calentar los envoltorios de plástico o usar

sartenes antiadherentes con recubrimientos del tipo del teflón, por ejemplo. Empecemos por

estudiar cómo debe ser una alimentación sana.

Necesidades nutricionales y dieta saludable Una alimentación equilibrada es aquélla que aporta una cantidad adecuada de energía para

mantener el peso corporal en límites saludables y que tiene un balance energético adecuado.

Hay muchas forma de alimentarse pero una sola de nutrirse, y todas son buenas si aportan al

organismo los nutrientes necesarios. La importancia de la alimentación viene dada porque

satisface una necesidad básica del ser humano para la formación y conservación de la vida.

Recomendaciones para una dieta saludable

Existen alimentos que deben ser ingeridos diariamente, y que se incluyen en la

Pirámide de la Alimentación Saludable, como son los derivados de cereales y patatas,

verduras, hortalizas, frutas, leche y derivados lácteos, y aceite de oliva.

Algunos alimentos, concretamente legumbres, frutos secos, pescados, huevos y carnes

magras, se tomarán alternativamente varias veces a la semana.

Se aconseja moderar el consumo de carnes grasas, pastelería, bollería, azúcares y

bebidas refrescantes.

Es importante mantener una adecuada hidratación

mediante el consumo de agua, infusiones, caldos, etc.

Además, estas recomendaciones se complementan

con el consejo de practicar diariamente ejercicio físico

moderado y ajustar la ingesta de alimentos de acuerdo

al nivel de actividad habitual, para mantener el peso

corporal en niveles deseables.

En el caso de individuos que ingieran bebidas alcohólicas, habitualmente se

recomienda moderar el consumo de alcohol, fomentando el consumo de bebidas

fermentadas de bajo contenido alcohólico como el vino, la cerveza, el cava o la sidra.

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Recomendaciones nutricionales para un adulto sano

1. Variedad en los alimentos que componen la dieta: una dieta nutricionalmente correcta

debe contener todas o casi todas las recomendaciones de ingesta de aquellos

nutrientes para los cuales existe una recomendación dietética. Se debe realizar una

dieta variada ya que ningún alimento nos proporciona todos los nutrientes.

2. Reducción del consumo de grasas, particularmente las grasas saturadas y el colesterol,

ya que, además de proporcionar más calorías que ningún otro componente

alimentario, en la grasa se deposita gran cantidad de tóxicos químicos. Además, la

reducción de la grasa saturada y el colesterol se relaciona con la disminución de la

enfermedad cardiovascular, de algunos tipos de cáncer y de la obesidad.

3. Adecuar la ingesta de calorías al gasto energético y al mantenimiento del peso

corporal. El índice de morbi-mortalidad es mayor en aquellos individuos obesos o mal

nutridos con respecto a aquéllos con peso adecuado. Es importante aumentar el

ejercicio físico y llevar a cabo un control de la ingesta y gasto calórico.

4. Aumento del consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, fibra y

vitaminas, aumentando la ingesta de cereales vegetales, incluidas las legumbres y

frutas, de forma que se incrementa también la ingesta de nutrientes como carotenos,

vitamina C y fibra.

5. Reducción del consumo de sal, cuyo objetivo principal es reducir la prevalencia de

hipertensión arterial y en segundo lugar, su implicación en la hemorragia cerebral. Una

cantidad no excesiva y posiblemente beneficiosa podría ser entre 3 y 6 g. de sal al día.

6. Una ingesta moderada de alcohol, especialmente de vino, se relaciona con una menor

morbimortalidad total y específica cardiovascular. Las recomendaciones generales al

respecto indican que, pare evitar problemas de salud, el consumo diario de alcohol no

debe ser mayor de 30 g, que corresponde a 300 ml de vino.

Buena y mala alimentación

En conclusión, la recomendación actual es una alimentación rica en

hidratos de carbono y fibra, moderada en carne, leche, mantequilla

y queso, con variadas y abundantes frutas, más verduras y en

especial las de hoja verde, más hortalizas frescas y legumbre y una

dieta en la que predomina el pescado y el aceite de oliva.

Una mala alimentación se caracteriza principalmente por un gran uso de alimentos

precocinados, con un elevado contenido en grasas y aditivos (potenciadores del sabor,

colorantes, conservantes, antioxidantes, saborizantes, aromatizantes, edulcorantes,

antiapelmazantes, emulsionantes, estabilizantes, espesantes,…) y también por la escasez de

productos frescos, frutas y verduras. Cabe destacar la enorme importancia que se le está

dando actualmente a la dieta mediterránea, donde la alimentación se diferencia por el amplio

uso de frutas y verduras frescas y donde la principal fuente grasa es el aceite de oliva.

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De aquí el efecto beneficioso de la dieta mediterránea, que se debe especialmente a que

aporta factores de protección, nutrientes y otras sustancias de origen vegetal que actúan

frente al estrés oxidativo.

Ahora que ya tenemos claros los conceptos básicos para una alimentación saludable se nos

plantea la siguiente pregunta: ¿qué sucede cuando, a pesar de mantener unos hábitos

alimentarios correctos, los alimentos que ingerimos contienen sustancias tóxicas como

pesticidas, metales pesados, bisfenol A o ftalatos? En la siguiente sección analizaremos cómo

reducir su efecto nocivo por grupos de alimentos.

Consejos por grupos de alimentos

Frutas

Las frutas y los zumos nos aportan agua, azúcares, vitaminas, minerales y fibra. Es

recomendable un consumo frecuente de frutas enteras, ya que los zumos aportan sólo

vitaminas y minerales y carecen de la mayor parte de la fibra que aporta la fruta entera. Las

frutas desecadas (ciruelas, castañas, pasas, dátiles) se caracterizan principalmente por un

menor contenido de agua, aunque concentran el resto de los nutrientes y aumentan también

el aporte calórico.

La presencia de pesticidas es muy común, por lo que se recomienda

consumir frutas de producción ecológica certificada, lavarla bien antes

de su consumo y pelarla siempre que sea posible, especialmente

cuando los consumidores son niños de corta edad. Algunas frutas como

manzanas, peras, melocotones, fresas y uvas contienen una cantidad

de disruptores endocrinos que puede ser preocupante.

Verduras y hortalizas

Las verduras y hortalizas son una importante fuente de vitaminas, minerales, fibra y

antioxidantes, por lo que es recomendable consumirlas diariamente, aprovechando la gran

variedad de verduras que nos ofrece nuestro entorno mediterráneo.

Al igual que lo que sucede con las frutas, las verduras y

hortalizas presentan el problema de los pesticidas, muchos

de los cuales son disruptores endocrinos. Son

especialmente problemáticos: lechuga, tomate, pepino,

puerros y pepinos. Es preferible optar por la agricultura

ecológica.

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Leche y derivados

Los lácteos son una importante fuente de proteínas de elevada calidad, lactosa, vitaminas (A,

D, B2 y B12) y una excelente fuente de calcio, necesario para la formación de huesos y dientes,

así como para la prevención de la osteoporosis.

Dado que la mayor parte de las sustancias tóxicas que se acumulan en los organismos lo hacen

en la grasa, es preferible consumir lácteos desnatados o semidesnatados, y si es posible,

procedentes de ganadería ecológica.

Carnes y embutidos

La carne es una fuente importante de proteínas de alto valor biológico, de vitamina B12,

hierro, potasio, fósforo y zinc. Debido a su contenido en grasas saturadas, es muy importante

elegir cortes magros de carne y retirar la grasa visible antes de cocinar el alimento.

Los embutidos grasos deben consumirse ocasionalmente por el mismo motivo que los lácteos:

la acumulación de tóxicos en las grasas. La presencia de hormonas utilizadas para una mayor

producción ganadera supone un riesgo añadido. Además, al encontrarse en un nivel superior

de la cadena alimentaria, los animales cuentan con mayor carga tóxica que los vegetales ya

que, a su vez, pueden haber consumido alimentos expuestos a pesticidas.

Pescados y mariscos

Los pescados son una buena fuente de proteínas de elevada calidad, vitamina D y yodo, y son

muy ricos en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, especialmente los pescados azules. Los

encontramos principalmente en el pescado azul (atún, arenque, sardina, caballa, salmón,

anguila, bonito, etc) y en algunos alimentos enriquecidos. Estos ácidos grasos reducen el

colesterol "malo" (LDL), bajan los niveles de triglicéridos y son precursores de sustancias que

ejercen una importante acción preventiva de la enfermedad cardiovascular. Los mariscos son

una gran fuente de vitaminas (B1, B12) y minerales como fósforo, potasio, hierro, yodo, flúor y

zinc. Tienen un contenido alto en proteínas y bajo en sodio, calorías y grasas saturadas.

El consumo de pescados es especialmente importante en embarazadas, lactantes y durante

periodos de crecimiento, como en la edad infantil. Sin embargo, en lo referente a la toxicidad

debemos tener presente que los pescados y mariscos pueden acumular metales pesados y

otros contaminantes presentes en las aguas. Dicha acumulación es mayor cuando se trata de

pescados de gran tamaño: atún, pez espada, tiburón, caballa gigante o salmón (éste último por

tóxicos acumulados en su grasa), etc. Es aconsejable que embarazadas y niños eviten o

reduzcan el consumo de este tipo de pescados, y que se asesoren sobre vías alternativas para

ingerir los componentes beneficiosos que aportan estos productos.

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Huevos

Son un alimento de gran interés nutricional que nos aporta proteínas de elevada calidad,

vitaminas (A, D y B12) y minerales (fósforo y selenio). Los huevos aportan además nutrientes

esenciales en las etapas de crecimiento y en circunstancias fisiológicas especiales como el

embarazo, la lactancia y la vejez.

Es recomendable consumir huevos procedentes de ganadería ecológica para evitar la posible

presencia de productos tóxicos.

Legumbres y cereales

Las alubias, los guisantes, los garbanzos, las habas y las lentejas nos aportan hidratos de

carbono, fibra, vitaminas y minerales. Son también una buena fuente de proteínas y, si

mezclamos las legumbres con los cereales, se obtiene un aporte de proteínas de mayor

calidad.

Los cereales deben constituir la base fundamental de nuestra

alimentación, ya que ellos nos proveen de una importante fuente de

energía. Los alimentos que los contienen son el pan, las pastas, el

arroz y los cereales. Los alimentos integrales (pasta, arroz, pan,

harinas) son más ricos en fibra, vitaminas y minerales que los

refinados.

Aunque cuentan con menor carga tóxica por pesticidas que las frutas y verduras antes

mencionadas, es conveniente una correcta limpieza antes de su consumo y es muy

recomendable que sean de origen ecológico.

Aceites y grasas

Las grasas son esenciales para nuestra salud porque intervienen en la composición de las

membranas celulares y de las estructuras nucleares. Aun así, las grasas y aceites deben

consumirse con moderación, debido a su elevado aporte calórico. Son mucho más saludables

las grasas de origen vegetal, sobre todo el aceite de oliva virgen, por lo que deben preferirse

éstas a las grasas de origen animal, que pueden contener productos tóxicos acumulados en el

organismo.

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Agua

El agua es imprescindible para el mantenimiento de la vida, ya que todas las reacciones

químicas de nuestro organismo tienen lugar en un medio acuoso. Además, un consumo

adecuado de agua ayuda a prevenir el estreñimiento y a normalizar el tránsito intestinal.

En la actualidad hay regiones con restricción para el consumo del agua del grifo por presentar

altas concentraciones de arsénico, nitratos o pesticidas. Sin embargo, aun cuando el consumo

de agua esté permitido por no alcanzarse los niveles de riesgo establecidos en la legislación, a

menudo un análisis revela la presencia de residuos de pesticidas o trihalometanos.

Es deseable conocer el material de las conducciones de agua para evitar su contaminación y

sustituirlos por acero inoxidable, gres o arcilla, que suponen menos problemas por toxicidad.

Una solución sencilla al problema de las cañerías en las viviendas es dejar correr el agua.

También podemos instalar purificadores de agua con filtros que reducen la presencia de

contaminantes químicos, informándonos previamente sobre el sistema de filtrado más eficaz y

seguro.

Preparación y conservación de alimentos

Como se mencionará más adelante, muchos alimentos presenta el problema del envasado:

Algunas botellas de plástico expuestas al calor liberan productos químicos que pasan al agua, por lo que es preferible optar por envases de cristal.

Los envases de plástico y film transparente en que se venden frutas, verduras, carnes, embutidos, etc, pueden liberar contaminantes hormonales como bisfenol A o ftalatos, especialmente si se calientan. Es preferible comprarlos a granel o al corte, o extraerlos del envase cuando lleguemos a casa tras hacer la compra.

En lugar de consumir productos enlatados, cuyo recubrimiento interior contiene bisfenol A, podemos optar por conservas en cristal.

También en casa, cuando guardamos algún alimento, solemos protegerlo con film transparente o papel de aluminio, algo que puede suponer un riesgo por la liberación de bisfenol A, ftalatos, aluminio, etc. Se recomienda utilizar otras opciones como el vidrio.

En la preparación de alimentos, debería evitarse el uso de algunas sartenes antiadherentes del tipo del teflón: la alternativa del recubrimiento cerámico es más segura, así como sartenes de hierro colado, por ejemplo. El aluminio y los recubrimientos con plomo del menaje de cocina pueden ser fuente de contaminación por metales, por lo que deberían sustituirse. Debe evitarse el uso de la mayoría de envases de plástico para cocinar en microondas.

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2. Productos de limpieza e higiene alternativos

Productos de limpieza Los productos de limpieza suponen una fuente muy habitual de riesgo. En el mercado hay ya un buen número de artículos ecológicos que evitan sustancias peligrosas y que son muy eficaces. Otra opción es emplear sustancias como el bicarbonato sódico, el vinagre o el limón, todos ellos con alto poder desinfectante y que, en solitario o combinados, son capaces de limpiar superficies, desodorizar, desincrustar suciedad e incluso desatascar cañerías.

Vinagre. Tiene un buen poder desincrustante y anti-cal, a la vez que desinfecta. Se puede utilizar diluido en agua para suelos, cristales, azulejos, etc. Puede mezclarse con una pequeña cantidad de aceite de oliva para limpiar maderas.

Bicarbonato. Desodoriza y desinfecta baños, suelos, cocinas o alfombras. Su mezcla con limón o con vinagre le proporciona mayor efectividad para limpiar tuberías o grasa incrustada.

En caso de que no se desee cambiar de productos de limpieza, es bueno reducir el volumen de ellos que utilizamos. Otro aspecto a contemplar es la reducción del número de diferentes productos de limpieza que se usan con el fin de minimizar el efecto cóctel del que hablábamos en la primera unidad.

Detergentes Los conocidos fosfatos no son el único elemento tóxico perjudicial en los detergentes que utilizamos para lavar la ropa. Para evitar que detergentes y suavizantes impregnen los tejidos con productos tóxicos se recomienda el remojo en agua con bicarbonato.

La alternativa más clara a los detergentes convencionales, aparte de los detergentes ecológicos que se comercializan en eco-tiendas, es el jabón natural, que puede mezclarse con pequeñas cantidades de bórax o limón. Otra opción para personas especialmente sensibles es el uso de bicarbonato sódico, vinagre de manzana y otros jabones ecológicos sin fragancias.

Una mezcla de bicarbonato, vinagre y aceites esenciales puede sustituir perfectamente al suavizante. Para el lavado en tintorerías, puede acudirse a una que emplee procesos de limpieza verdaderamente ecológicos con jabón natural y vapor, por ejemplo.

Como en otros casos, debemos prestar atención a las etiquetas Eco-garantie, Eco-control, Eco-label, etc, que nos indicarán de qué tóxicos químicos están libres esos productos.

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Ambientadores y perfumes El uso de ambientadores en viviendas y oficinas cada vez es más común. En las viviendas se han perdido buenos hábitos como la ventilación natural, y en muchas oficinas ni siquiera existe esta posibilidad al tratarse de edificios “inteligentes”, con medidas de aislamiento y estanqueidad extremas.

Los aromas artificiales pueden sustituirse por plantas aromáticas que presentan menor riesgo tóxico.

Pesticidas

En la vivienda podemos encontrarnos con animales no deseados, fundamentalmente insectos, difíciles de erradicar y contra los que a menudo utilizamos insecticidas altamente tóxicos.

La primera opción es intentar evitar su acceso: tapar agujeros, guardar bien los alimentos, emplear mallados en las ventanas o bolsas para la ropa en los armarios. De esta forma se dificulta la presencia de cucarachas, hormigas, moscas, mosquitos o polillas.

Además, hay sustancias que resultan muy desagradables a estos insectos y otras que pueden acabar con su vida. En el siguiente cuadro tenemos un resumen:

Insecto Para repeler Para eliminar Cucarachas Infusión de hojas de ajenjo, bórax, hojas de

laurel. Tiras pegajosas, trampas de fácil acceso e interior resbaladizo para que no puedan escapar. Bórax con harina y cacao en polvo (cuidado con los niños)

Hormigas Bórax, guindilla molida, cáscara de pepino, menta, cayena, limón, posos de café con aceite de enebro, ruda, limpieza con vinagre.

Bórax con azúcar.

Moscas Cáscaras de cítrico, ruda, poleo, eucalipto, clavo, laurel, cornicabra, lentisco, nogal. Plantas vivas: menta, saúco, albahaca, tomillo, romero.

Tiras pegajosas con algo dulce.

Mosquitos Plantas de albahaca, tomillo o romero. Sobre la piel: romero, espliego, poleo o aceites esenciales (lavanda, limón, geranio o melisa). Incluir ajo en la alimentación de las personas.

Insecticidas basados en sustancias naturales (tiendas ecológicas)

Polillas Mejorana, lavanda, espliego, cedro, cortezas de cítricos, aceites esenciales (clavo, menta, naranja o ciprés).

Lavado con agua caliente, jabón y vinagre. Congelación de productos afectados en una bolsa de plástico durante una semana.

Piojos Lavado habitual del pelo con vinagre. Impregnar la cabeza con vinagre y cubrir con una bolsa, pasando después una lendrera. Productos naturales en tiendas ecológicas.

Roedores Planta de euforbia. Trampas o venenos seguros.

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Aseo personal y cosméticos

Los jabones, cremas y cosméticos que se emplean comúnmente contienen multitud de sustancias de riesgo, incluso aquellos que aparecen bajo la denominación de producto natural o ecológico. Es necesario vigilar los distintivos y optar por los que ofrecen mayores garantías (BDIH, Cosmebio, Ecocert,…) Por ejemplo, el certificado BDIH garantiza que no se han utilizado derivados petroquímicos, fragancias sintéticas o colorantes. Los conservantes suaves se utilizan de forma muy restringida y se usan vegetales procedentes de cultivo ecológico. Además de fijarnos bien en la etiqueta, estos son algunos consejos prácticos:

Evitar desodorantes en spray que puedan ser inhalados. Son más recomendables los de barra o roll-on, además de los de piedras de sales.

Emplear jabones naturales e incluso fabricarlos en casa con aceite de oliva, hierbas aromáticas o limón.

Como cosméticos, utilizar pepino como tónico facial, limón para cerrar los poros, fresa como antiarrugas, aceite de almendras como hidratante, leche para limpiar la piel o aceite de caléndula para las irritaciones.

Para mantener una piel sana hay que descansar lo suficiente, practicar ejercicio físico, no fumar y alimentarse de forma saludable. A menudo estos factores tienen más peso que el uso de cosméticos.

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3. Materiales saludables

En esta sección vamos a estudiar con qué materiales debemos tener especial cuidado y de qué alternativas disponemos para reducir su uso.

Reducción del uso de plásticos La presencia de plásticos en mobiliario, envases, juguetes o electrodomésticos es muy común

hoy en día. Es necesario conocer la presencia de sustancias como ftalatos, retardantes de

llama o bisfenol A y reducir su uso al máximo. Existe un código para la identificación del tipo de

plástico que fue ideado para facilitar el reciclaje. Se trata de un número que aparece rodeado

por un triángulo de flechas de reciclaje. A continuación presentamos una leyenda con el

significado de este código.

1. PET o PETE: Polietileno teraftalato 2. HDPE: Polietileno de alta densidad 3. V o PVC: Policloruro de vinilo 4. LDPE: Polietileno de baja densidad 5. PP: Polipropileno 6. PS: Poliestireno 7. Otros: Policarbonato (con Bisfenol A) y otros

no clasificados

En general, es deseable evitar los números 3, 6 y 7. Los plásticos son especialmente peligrosos

cuando se someten a altas temperaturas. Por este motivo se desaconseja calentar la comida

en envases de plástico o dejar botellas de agua al sol. Los biberones más seguros son los de

vidrio.

Materiales de construcción y decoración Algunos de los nuevos materiales de construcción y decoración liberan productos tóxicos volátiles que pueden ser inhalados fácilmente. También las pinturas, barnices y productos para tratar la madera suponen un riesgo. Es recomendable asesorarse bien antes de adquirir estos materiales y procurar que sean ecológicos. Para los aislamientos un material muy recomendable es el corcho, siempre que no esté revestido con plásticos. Para su aplicación puede usarse como adhesivo la cola de lignina. Actualmente ya encontramos en el mercado alternativas como el barro, el biocemento, la lana o la arcilla.

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Para evitar otros tratamientos tóxicos, con la madera pueden emplearse barnices naturales, aceite de linaza, bórax o cera de abeja. Cuando se trata de tableros de madera conglomerada hay que prestar atención a la cola empleada en su fabricación. Actualmente hay algunas empresas que garantizan el uso de colas de base vegetal o de magnesita, en lugar de colas con formaldehidos. En caso de que ya estén presentes en nuestras viviendas y oficinas, existen productos para recubrirlos que pueden minimizar la exposición. En nuestros días existe un mercado incipiente de pinturas ecológicas libres de disolventes o metales pesados, que emplean químicos vegetales (aceite de linaza o ricino, colofonia) o base mineral, mezcladas con pigmentos inorgánicos. Sin embargo, debemos prestar mucha atención a determinadas pinturas que se autodenominan “ecológicas” y que contienen sustancias de riesgo. Algunas marcas como PNZ, Livos o Naturhaus se toman muy en serio la protección de la salud y son bastante fiables.

Textiles Otro ámbito interesante es el de los textiles. Algunos tipos de tejidos con tratamientos antimanchas, antiarrugas o hidrófugos pueden contener productos tóxicos. La limpieza en seco también supone un problema, por lo que es preferible realizar el lavado con productos ecológicos sin fragancias. El material preferible para alfombras y moquetas es el algodón o la lana libres de tratamientos con sustancias peligrosas que pueden persistir tras los lavados. El pegado de las moquetas puede hacerse con adhesivos naturales. Tengamos presente que muchos textiles procedentes de fuera de Europa no cuentan con las mismas medidas de control que los europeos, y que tampoco la legislación de la Unión Europea es lo suficientemente estricta. Podemos encontrar algunas certificaciones que nos informan sobre la restricción en el uso de determinadas sustancias: GOTS, Öko-Tex, Ecoetiqueta Europea o Made in Green.

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4. Entorno electromagnético

La legislación para la regulación de la exposición a radiaciones no ionizantes en España data de

2001, año en que se emitió el Real Decreto 1066/2001 basado en las recomendaciones de la

Unión Europea y el ICNIRP (Comisión Internacional para la Protección frente a Radiaciones no

Ionizantes). Sin embargo, los valores de referencia contemplados en este real decreto están

muy por encima de lo que recomiendan los científicos independientes.

Bioinitiative Report, un documento que recoge los resultados de cientos de estudios

científicos abordando este problema, recomienda no superar 0,1 μW/cm2, mientras que

nuestra legislación admite 450 μW/cm2 (densidad de potencia, una unidad que se emplea para

cuantificar la inmisión de radiaciones electromagnéticas de alta frecuencia). Algunos grupos ya

reclaman la cifra máxima de 0,001 μW/cm2 para proteger a la población frente a posibles

efectos nocivos a largo plazo. A la vista de todos los indicios y los hallazgos de las últimas

investigaciones se considera imprescindible la aplicación del principio de precaución y la

revisión de las legislaciones comunitarias y nacionales.

Con el fin de evitar los riesgos y proteger a las personas que ya están afectadas, hay una serie

de medidas que se pueden adoptar para minimizar la exposición a campos electromagnéticos

de diversa índole.

Campos de radiofrecuencia Dado que la intensidad de los campos electromagnéticos disminuye rápidamente al aumentar

la distancia, la primera medida a adoptar es el alejamiento: evitar el uso prolongado de los

dispositivos de telecomunicaciones cerca del cuerpo, especialmente la cabeza y el aparato

reproductor, o desconectarlos cuando no se utilicen.

Existen grupos de riesgo que son más sensibles, como niños,

mujeres embarazadas o enfermos. Estas personas deberían

restringir al máximo el uso de teléfonos móviles, teléfonos

inalámbricos DECT, equipos con tecnología wifi, aparatos de

vigilancia de bebés, etc.

Hay en el mercado productos que ofrecen una alternativa a las

tecnologías habituales. Un buen ejemplo son los auriculares de tubo

de aire para móviles o la fibra óptica para la conexión a internet en

lugar de wifi. Además, existen materiales de protección como tejidos

apantallantes (cortinas, camisetas, mantas…) o pinturas que

disminuyen en más de un 95% la radiación recibida.

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Como se puede ver, los efectos de los campos de radiofrecuencia pueden reducirse fácilmente

cambiando hábitos de uso de las nuevas tecnologías o aplicando apantallamientos en caso

necesario.

Campos estáticos y de baja frecuencia Cuando hablamos de baja frecuencia, corriente continua o campos estáticos, abordaremos el problema según se trate de la componente eléctrica o magnética, que como ya se ha indicado se presentan de forma separada. La parte eléctrica no representa un problema: el campo prácticamente desaparece cuando encuentra obstáculos como materiales conductores, vegetación, tierra, etc. Podemos impedir la acumulación de electricidad estática manteniendo una humedad relativa superior al 50% y evitando ciertos materiales propensos a generar problemas de estática. Para eliminar los campos eléctricos de baja frecuencia se pueden aplicar las medidas ya mencionadas para alta frecuencia: tejidos, pinturas, etc.

Por el contrario, la componente magnética supone más dificultades. Es posible apantallarla por medio de materiales de alta permeabilidad magnética, como el mumetal u otras aleaciones metálicas, que obligan al campo magnético a circular a su través, dejando libre el espacio vacío que encierran. Sin embargo, esta opción

tiene un coste muy elevado y es inasumible para un particular interesado en proteger su vivienda. Sigue siendo más viable alejar las zonas de descanso de la casa en caso de que haya en las proximidades líneas de transporte eléctrico o transformadores. Y, por supuesto, no situar ningún aparato que cuente con transformadores o baterías en los dormitorios: despertadores conectados a la red eléctrica, lámparas halógenas, móviles en recarga… También debe revisarse la instalación eléctrica que genera campos eléctricos y magnéticos, comprobando que la toma de tierra está en buen estado y evitando cableados por detrás de la cabecera de la cama o formando bucles. Una buena idea es la instalación de un bioswitch, un dispositivo que desconecta aquellos sectores de la vivienda en que no hay demanda de energía eléctrica.

Evitando la acumulación de radón Al tratarse de un gas incoloro, inodoro e insípido, los seres humanos son incapaces de detectar

cuándo hay grandes cantidades de radón en el ambiente. Esto, unido a que los efectos en la

salud se registran a medio y largo plazo, incrementa su peligrosidad. Afortunadamente, existen

mecanismos de prevención y protección que dan buenos resultados si se aplican

adecuadamente.

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Por un lado tenemos las medidas de protección para la población en conjunto: campañas de

medición de suelos, interiores y materiales de construcción; elaboración de mapas de

radiación como los del proyecto MARNA para poder adoptar medidas en función de la

distribución geográfica; medidas de prevención para viviendas nuevas limitando las

concentraciones de radón y seguimiento en todas las viviendas.

La radiactividad en el interior de los inmuebles procede principalmente de los terrenos y de

determinados materiales de construcción o de decoración, como basaltos o granitos, algunas

cerámicas y hormigones y ciertos tipos de gres. Si nos centramos en el origen geológico, en

España existen zonas con claro riesgo por elevadas concentraciones de gas radón en las

edificaciones. La Comunidades Autónomas de Galicia, Asturias, Castilla y León, Extremadura y

Madrid presentan zonas de riesgo en las que las viviendas deberían contar con medidas de

control.

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Como ejemplo, en Noruega se realizan inspecciones anuales en las viviendas para garantizar

que no hay riesgo por exceso de radón (en este país se registran unos 90 Bq/m3 de media en

inmuebles, al igual que en España). En Estados Unidos el hecho de que una vivienda disponga

de sistemas de protección frente a radón es muy tenido en cuenta por las inmobiliarias,

influyendo en el precio de los inmuebles.

En cuanto a las medidas que cada uno

puede adoptar en su propia vivienda

tenemos como principal acción la

ventilación, ya sea natural o forzada. Sin

embargo, debido a las especiales

características del radón, más pesado que

el aire atmosférico, es necesaria una forma

de ventilación específica que disminuya las

concentraciones elevadas a ras de suelo.

Las zonas bajas y poco ventiladas de la

vivienda suelen ser las más afectadas:

sótanos, bodegas o garajes.

Una posibilidad es facilitar una vía de escape a este gas distinta del interior de la vivienda por

medio de una arqueta de la que parta un conducto de ventilación. Esta arqueta se puede situar

al lado de la vivienda o bajo ella para realizar la extracción aprovechando el gradiente de

presiones. También se puede proteger la vivienda mediante mecanismos de estanqueidad o

barrera que aíslen totalmente la edificación para que el gas no penetre en ella.

Un ejemplo práctico: imaginemos una vivienda en la que sólo se aplican mecanismos de

ventilación natural lateral y se alcanzan los 16000 Bq/m3 en el sótano. Si realizamos ventilación

lateral forzada esta cantidad se puede reducir a 1300 Bq/m3. Si la ventilación forzada es central

llegamos a los 400, y si usamos métodos de presurización, a los 300 Bq/m3, con lo que ya

estamos dentro de los límites aconsejados por la UE.

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En resumen…

Tras conocer dónde se encontraban las fuentes de exposición, en esta unidad hemos podido

explorar las posibles soluciones: productos alternativos al alcance de nuestras manos y

soluciones que no son tan difíciles de aplicar como podría pensarse en un principio. Hemos

hablado de alimentación ecológica, de productos de limpieza y de materiales seguros que,

incluso desde el punto de vista económico, pueden resultar muy positivos.

En la siguiente unidad pasaremos a estudiar qué acciones podemos emprender, como

ciudadanos, para evitar la proliferación de sustancias tóxicas en nuestro ambiente.

Recursos adicionales

Para profundizar más os sugerimos que visitéis los siguientes enlaces:

Guía “Químicos disruptores endocrinos en la comida de la Unión Europea”: http://www.vivosano.org/es_ES/%C3%81reas/AmbienteSano/Mientorno/Disruptoresendocrinos.aspx

Documento sobre ecoetiquetado del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco: http://www.ambientum.com/pdf/ecoetiquetado_ihobe.pdf

Documento sobre sustitución de sustancias tóxicas de ISTAS-CCOO: http://www.istas.ccoo.es/descargas/informe%20alternativas%20sustitucion%20-%20esp.pdf

Guía “Mercurio en el pescado”: http://www.vivosano.org/Portals/13/rs/doc/pescado_mercurio.pdf

Fundación Vivo Sano: www.vivosano.org Fundación para la Salud Geoambiental: www.saludgeoambiental.org

Los contenidos de esta unidad han sido elaborados en base a las referencias científicas publicadas en www.hogarsintoxicos.org. Si deseas formarte con un nivel más avanzado en alguna de estas áreas temáticas consulta todas las opciones de formación que te ofrece la Fundación Vivo Sano.

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