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Pentalogia del Clerigo 2 - En los bosque - R.A. Salvatore.pdf

Feb 03, 2018

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ricardterapeuta
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    REINOS OLVIDADOS

    En los osques

    Silvanos

    PENTALOGA DEL CLRIGO, LIBRO 2

    R. A. Salvatore

    TIMUN MAS

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    Diseo de cubierta: Valerio VianoIlustracin de cubierta: Daren Bader

    Ttulo original:In Sylvan Shadows. The Cleric Quintet, Book TwoTraduccin: Miquel Alonso Huguet

    2002 Wizards of the Coast Inc.All rights reserved

    Derechos exclusivos de la edicin en lengua castellana:Grupo Editorial Ceac, S.A., 2002

    Paseo Manuel Girona, 71 bajos - 08034 Barcelona (Espaa)Timun Mas es marca registrada por Grupo Editorial Ceac, S.A.

    [email protected]

    1a

    ISBN: 84-480-3740-5 (Obra completa)edicin: mayo, 2002

    ISBN: 84-480-3742-1 (Volumen 2)Depsito legal: B. 13.342-2002

    Impreso en Espaa por Hurope, S.L.

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    Prlogo

    Cadderly llev la pluma hacia el tintero, entonces cambi de parecer y la dej enel escritorio. Pos la mirada ms all de la ventana, en la espesura que rodeaba laBiblioteca Edificante, y en Percival, la ardilla blanca, que andaba ocupada con unas

    bellotas por el canaln del primer piso. Era el mes de Eleasias, Altosol, lo ms lgidodel verano, y la estacin haba sido extraordinariamente soleada y clida en las altitudesde las Montaas Copo de Nieve.

    Para Cadderly, todo era como siempre haba sido; al menos, eso era de lo quetrataba de convencerse. Percival jugaba a plena luz del sol; la biblioteca estaba segura yapacible y lo que guardaba del verano prometa ocio y paseos tranquilos.

    Como siempre haba sido.El joven puso la barbilla en la palma de la mano, y luego recorri con el dorso de

    sta su cabello castao. Trat de concentrarse en las apacibles imgenes que sucedanante l en el tranquilo verano de la Montaas Copo de Nieve, pero unos ojos volvieron al desde la profundidad de su mente: los ojos del hombre al que haba matado.

    Nada volvera a ser lo mismo. Los ojos grises de Cadderly ya no mostraban contanta frecuencia la juvenil sonrisa que iluminaba su cara.

    Esta vez, decidido, el joven removi la pluma en el tintero y alis el pergaminoque estaba ante l.

    Entrada nmero diecisietepor Cadderly de CarradoonDocto Letrado, Orden de Deneir

    Cuarto da de Eleasias, 1361 (Ao de las Doncellas)

    Han pasado cinco semanas desde la derrota de Barjin, y an veo sus ojos sin vida.

    Cadderly se detuvo y garabate, acerca del recuerdo, en el pergamino y en sumente. Volvi a posar la mirada ms all de la ventana, dej caer la pluma, y se frot lacara enrgicamente. Esto era importante, se record. No haba escrito una entrada desdehaca ms de una semana, y si fracasaba en su bsqueda anual, las consecuencias para

    toda la regin podran ser devastadoras. De nuevo moj la pluma en el tintero.

    Han pasado cinco semanas desde que vencimos a la maldicin que cay sobre labiblioteca. Las noticias ms angustiosas desde entonces: Ivn y Pikel Rebolludo handejado la biblioteca en busca de las aspiraciones de Pikel de convertirse en druida. Ledeseo lo mejor a Pikel, aunque dudo que los druidas le abran las puertas de su religin aun enano. Los enanos no quisieron decir a dnde iban (creo que ni ellos mismos losaban). Los echo de menos, ya que ellos, Danica, y Newander fueron los verdaderoshroes en la lucha contra el clrigo malvado que se llamaba Barjin; si se era sunombre.

    Hizo un alto durante unos momentos. Darle un nombre al hombre que habamatado no haca las cosas ms fciles para el ingenuo erudito. Le cost algn tiempo

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    antes de poder concentrarse en la informacin necesaria para el encabezamiento, laentrevista que haba tenido con los sacerdotes que preguntaron al espritu de Barjin.

    Los clrigos que llamaron de regreso al espritu del muerto me advirtieron queconsiderara sus hallazgos como probables ms que como hechos. Los testimonios de

    ms all de la muerte son, a menudo, esquivos, explicaron, y el espritu tozudo de Barjindemostr ser un oponente tan difcil como lo fue en vida. Se transcribi una pequeaparte de la informacin, pero los sacerdotes salieron pensando que el clrigo formabaparte de una conspiracin; de conquista, debo suponer, que an amenaza la regin. Cosaque slo incrementa la importancia de mi tarea.

    De nuevo pas un tiempo hasta que Cadderly fue capaz de continuar. Mir la luzdel sol, la ardilla blanca, y apart de su mente los ojos acusadores.

    Barjin pronunci otro nombre, Talona, y eso, desde luego, es un mal presagio parala biblioteca y la regin. La Seora de la Ponzoa, conocida por el nombre de Talona,

    una envilecida deidad del caos, que no tiene las inhibiciones de cualquier cdigo moral.Me veo empujado a anotar una discrepancia: Barjin apenas encajaba en la descripcinde un discpulo de Talona; no se hizo a s mismo cicatrices visibles, como los clrigosque veneraban a la Seora de la Ponzoa hacen normalmente. Aunque el smbolosagrado que llevaba puesto, el tridente con los pequeos viales que remataban las

    puntas, se asemejaba al diseo triangular de las tres lgrimas de Talona.

    Pero tambin esto nos ha conducido por un camino que slo nos lleva a lasuposicin y a la duda razonable. Debemos conseguir informacin ms exacta, y metemo que con urgencia.

    En este da, mi bsqueda ha tomado un cariz distinto. El Prncipe Elbereth deShilmista, un seor de los elfos muy respetado, ha llegado a la biblioteca llevando unosguanteletes que les fueron arrebatados a una partida de bugbears que merodeaban por el

    bosque lfico. La insignia que llevan estos guantes coincide con exactitud con elsmbolo de Barjin; pocas dudas puede haber de que los bugbears y el sacerdote fueronaliados.

    Los maestres todava no han tomado una decisin, ms all de aceptar que alguiendebera acompaar al Prncipe Elbereth de vuelta al bosque. Parece lgico que yo sersu eleccin. Mi bsqueda no puede llegar ms lejos aqu en la biblioteca; ya he ledocon atencin cada una de las fuentes de informacin sobre Talona que estn en nuestro

    poder (nuestro conocimiento no es muy extenso en esta materia). Y, en lo que respectaal elixir mgico que utiliz Barjin, he examinado cada libro importante de alquimia yelixires y he abundado en el tema con Vicero Belago, el alquimista que reside en la

    biblioteca. Se necesitarn estudios adicionales cuando el tiempo lo permita, pero mispesquisas me han llevado a callejones sin salida. Belago cree que descubrir ms cosasdel elixir si consigue tener la redoma, pero los maestres han negado de plano lasolicitud. Las catacumbas se han sellado. A nadie se le permite bajar all, y la botella sequeda donde yo la dej, sumergida en una pila de agua bendita en la habitacin queBarjin utiliz para su altar infame.

    Por lo tanto, las nicas pistas que quedan me conducen a Shilmista. Siempre hequerido visitar el bosque encantado, ser testigo de la danza de los elfos y or sus

    canciones melanclicas. Pero no de este modo.

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    Cadderly dej la pluma y sopl ligeramente sobre el pergamino para ayudar asecar la tinta. La entrada le pareci terriblemente corta, teniendo en cuenta que no habatomado notas desde haca muchos das y que no haba demasiado a lo que agarrarse.Tendra que hacerlo, aunque los pensamientos del chico estaban demasiado confusos

    para que tuviera algn sentido escribirlos.

    Hurfano desde muy pequeo, viva en la Biblioteca Edificante desde susrecuerdos ms tempranos. La biblioteca era una fortaleza, que nunca haba sidoamenazada en tiempos modernos hasta la llegada de Barjin, y, para Cadderly, orcos ygoblins, monstruos no-muertos, y hechiceros malignos eran cosas de los cuentos delibros llenos de polvo.

    De repente se haban vuelto demasiado reales y Cadderly fue empujado hacia lastinieblas de esos cuentos. Los otros clrigos, incluso el Maestre Avery, le llamabanhroe por las acciones que llev a cabo al vencer a Barjin. Aunque Cadderly vea lascosas desde otro punto de vista. La confusin y el caos y un destino ciego facilitaroncada uno de sus movimientos. Incluso matar a Barjin haba sido un accidente; unafortunado accidente?

    Honestamente no lo saba, no comprenda lo que Deneir quera o esperaba de l.Accidente o no, el acto de matar a Barjin persegua al joven erudito. Vea los ojos sinvida de Barjin en sus pensamientos y en sueos, ojos que le miraban de hito en hito, quele acusaban.

    Tena que llevar el manto de hroe, porque otros lo haban situado sobre susespaldas, pero saba con certeza que el peso de ese manto doblara sus hombros hastaque stos se rompieran.

    Ms all de la ventana, Percival bailaba y jugaba por las canalizaciones de aguamientras la clida luz del sol se filtraba a travs de las espesas hojas de los robles y losarces, comunes en la ladera de la montaa. En la lejana, y cerca de la cordillera, elLago Impresk brillaba, tranquilo y sereno, bajo los rayos de la luz veraniega.

    A Cadderly, el hroe, todo le pareca un horrible decorado.

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    1Por sorpresa

    Crepsculo.Cincuenta arqueros elfos permanecan escondidos de un lado a otro de la primera

    cresta; cincuenta ms esperaban tras ellos, encima de la segunda en esta regin deShilmista ondulada con altibajos conocida como los Pequeos Valles.

    El brillo intermitente de las antorchas se vislumbr a mucha distancia por entre losrboles.

    sa no es la fuerza que va en cabeza advirti la doncella elfa Shayleigh, y en

    efecto, pronto divisaron filas de goblins a menos distancia que las antorchas, queviajaban con rapidez y en silencio por la oscuridad. Los ojos violeta de Shayleighcentellearon de impaciencia bajo la luz de las estrellas. Mantuvo la capucha de la capaen alto, al temer que el lustre de su cabello dorado, que no se haba atenuado a pesar dela oscuridad nocturna, traicionara su posicin.

    Los goblins se acercaron. Los largos arcos tensados, las flechas en situacin dedisparo.

    Los expertos elfos mantuvieron los arcos firmes, ninguno de ellos tembl por lagran fuerza de sus poderosas armas. Aunque miraban a su alrededor un tanto nerviososmientras esperaban la orden de Shayleigh, su disciplina fue puesta a prueba a medidaque orcos y goblins y mayores y ms ominosas formas llegaron casi a la base de la

    cresta.Shayleigh se movi deprisa por la lnea.

    A mi orden instruy, usando un cdigo de seales con las manos ysilenciosos murmullos, dos flechas y retirada.

    Los orcos estaban en el altozano, mientras trepaban con tenacidad hacia el risco.Shayleigh an aguantaba la descarga lfica, confiada en que el caos crecientemantendra ocupados a los enemigos.

    Un orco enorme, justo a diez pasos del risco, se detuvo de repente y olisque elaire. Aquellos que estaban en lnea tras la bestia tambin se pararon, mirando alrededoren un esfuerzo por percibir lo que su compaero haba notado. La criatura con cara decerdo inclin la cabeza hacia atrs, para tratar de enfocar la forma extraa que estabasituada a unos pocos metros de l.

    Ahora! grit Shayleigh.El orco que estaba al frente no tuvo tiempo para gritar una advertencia antes de

    que la flecha se le hundiera en la cara, la fuerza del impacto levant a la criatura delsuelo y la lanz dando tumbos pendiente abajo. Los monstruos invasores chillaron ycayeron de un lado a otro de la cara norte del altozano, algunos bajo el impacto de dos otres flechas, en un instante.

    Luego, el suelo tembl bajo la carga monstruosa cuando la segunda lneadescubri al enemigo escondido en la cresta. Casi cada una de las flechas de laconsiguiente descarga de los elfos dio en el blanco, pero apenas ralentiz el empuje

    repentino de las formas monstruosas y babeantes.De acuerdo con el plan, Shayleigh y sus tropas huyeron, con goblins, orcos, y gran

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    cantidad de ogros pisndoles los talones.Galladel, el rey elfo de Shilmista que comandaba la segunda lnea, hizo que sus

    arqueros se desperdigaran tan pronto los monstruos aparecieron sobre el borde de laprimera cresta. Una tras otra las flechas dieron en el blanco; cuatro elfos concentraronsu fuego en blancos individuales (ogros enormes) y los grandes monstruos cayeron con

    estrpito.El grupo de la elfa cruz la segunda lnea y se situ detrs de sus compaeros,giraron sus largos arcos y se unieron a la matanza. Con una velocidad espeluznante, elvalle entre las dos crestas se llen de cuerpos y sangre.

    Un ogro se abri paso entre la horda y por poco lleg a la lnea de elfos; inclusotena el garrote levantado para golpear, pero una docena de flechas se hundieron en su

    pecho y le hicieron tambalearse. Shayleigh, intrpida y ceuda, salt por encima delarquero ms cercano y hundi su delicada espada en el corazn del sorprendidomonstruo.

    Tan pronto oy el combate en los Pequeos Valles, el mago Tintagel supo que l

    y sus tres compaeros pronto se veran en apuros ante los monstruos invasores. Slo unadocena de arqueros se reserv para acompaar a los magos, y stos, saba Tintagel,pasaran ms tiempo haciendo reconocimientos en el este y en contacto con la huesteprincipal en el oeste que en el combate. Los cuatro hechiceros lficos haban proyectadosus defensas con cuidado, y confiaban en su astucia. Si la emboscada en los PequeosValles funcionaba, entonces Tintagel y sus compaeros tendran que aguantar la lneaen el este. No podan fallar.

    Un explorador se apresur en direccin a Tintagel, y el mago se apart losmechones densos y oscuros y volvi la mirada hacia el norte mientras entornaba susojos azules.

    Grupo mezclado explic el joven elfo, mientras miraba a sus espaldas. En

    su mayora goblins, pero con un considerable grupo de orcos a su lado.Tintagel se frot las manos y les hizo un gesto a sus tres camaradas magos. Los

    cuatro empezaron sus conjuros casi al mismo tiempo y pronto el aire, al norte de suposicin, se llen de filamentos pegajosos que se sedimentaron para formar espesasredes entre los rboles. El aviso del explorador lleg justo a tiempo, ya que cuando lastelaraas empezaron a tomar forma, varios goblins se abalanzaron sobre ellas y sequedaron trabados sin posibilidad de defenderse.

    Los gritos llegaron de varios lugares al norte. La presin de goblins y orcos,aunque era mucha, no pudo atravesar los conjuros de los magos y muchos de losgoblinoides fueron aplastados entre las redes, para ser silenciados en la sustancia

    pegajosa y morir lentamente asfixiados. Los pocos arqueros que acompaaban a losmagos escogieron sus blancos con cuidado, para no malgastar sus preciadas flechas,disparando nicamente cuando pareca que un monstruo estaba a punto de escapar desus ataduras pegajosas.

    Tintagel saba que an haba ms enemigos, ms all de las redes, que no estabanatascados. Muchos, muchsimos ms, pero al menos los conjuros haban ganado algo detiempo para los elfos que estaban en los Pequeos Valles.

    La segunda cresta ya haba sido tomada, pero no antes de que veintenas deinvasores muertos yacieran apilados a lo largo del valle. La retirada de los elfos fueveloz, colina abajo, por encima de las hojas apiladas en su base, de nuevo colina arriba,y entonces llegaron a las familiares posiciones de la tercera cresta.

    Unos gritos al este le dijeron a Shayleigh que ms monstruos se acercaban por esa

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    direccin, y que cientos de antorchas que brotaron de repente en la noche venan delnorte.

    Cuntos sois? susurr la doncella elfa sin aliento.Como respuesta, la marea negra rod colina abajo por el lado meridional de la

    segunda cresta.

    Los invasores se encontraron una sorpresa esperndolos en el fondo del pequeovalle. Los elfos haban saltado por encima de los montones de hojas, ya que saban delos pozos llenos de estacas que estaban escondidos debajo.

    Con la carga frenada, las lluvias de flechas tuvieron un efecto an ms devastador.Goblin tras goblin iban muriendo; ms resistentes, los ogros grueron ante una docenade impactos, slo para recibir una andanada ms.

    Los elfos dieron un grito de furia salvaje, descargando la muerte sobre losmalvados intrusos, pero la sonrisa no asom en el semblante de Shayleigh. Saba que lahueste principal, que se acercaba sin parar tras estas avanzadillas de carne de can,estara ms organizada y ms controlada.

    Muerte a los enemigos de Shilmista! grit un eufrico elfo, mientras se

    pona en pie de un salto y levantaba el puo en alto. En respuesta, una enorme rocaatraves la oscuridad y alcanz al joven e insensato elfo en la cara, de manera que casilo decapit.

    Gigante! lleg un grito desde varias posiciones a la vez.Otra roca pas zumbando sobre sus cabezas, fallando por escaso margen la cabeza

    embozada de Shayleigh.

    Los magos posiblemente no podran conjurar las telaraas suficientes parabloquear la regin oriental por entero. Saban eso desde el principio y habanseleccionado rboles especficos en los que anclar las redes, a fin de crear un laberintocon el que ralentizar la aproximacin del enemigo. Tintagel y sus tres compaeros se

    hicieron una sea con hosquedad, ocuparon unas posiciones predeterminadas en lasbocas de los tneles de telaraas, y prepararon los siguientes conjuros.

    Han entrado por el segundo canal! grit un explorador.Tintagel cont mentalmente hasta cinco, y dio una palmada. Al sonido de la seal,

    los cuatro magos empezaron sus cantos idnticos. Vieron las formas, sombras yborrosas por los velos de las redes, que se deslizaban a travs del laberinto, y, que enapariencia, haban solventado el rompecabezas. Llegaron los goblins que cargaban,hambrientos de sangre lfica. Los magos mantuvieron la compostura, aunqueconcentrados en sus conjuros y confiando en que haban medido la aproximacin atravs del laberinto correctamente.

    Grupos de goblins llegaron derechos hacia cada uno de ellos, todos en fila entrelas redes que los canalizaban.

    Uno tras otro, los magos lficos sealaron en direccin al enemigo y pronunciaronlas slabas finales. Unos rayos elctricos hendieron la oscuridad, lanzados hacia cadauno de los canales con furia aniquiladora.

    Los goblins ni tuvieron tiempo de gritar antes de caer, cuerpos abrasados en unatumba silvestre.

    Es el momento de irse dijo Galladel a Shayleigh, y la doncella, por una vez,no discuti. Los bosques ms all de la segunda cresta estaban iluminados por tantasantorchas que pareca como si hubiera amanecido, y an haba ms que se internaban enl.

    Shayleigh no poda determinar cuntos gigantes haban ocupado posiciones ms

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    all de la cresta, pero a juzgar por el nmero de rocas que lanzaban en direccin a loselfos, all haba varios como mnimo.

    Cinco flechas ms! grit la apasionada doncella elfa a sus tropas.Pero muchos de los elfos no pudieron obedecer la orden. Tuvieron que abandonar

    los arcos con rapidez y desenvainar las espadas, ya que una hueste de bugbears,

    sigilosos a pesar de su gran tamao, haban conseguido llegar, sin ser detectados, por eloeste.Shayleigh corri hacia la zona para unirse al combate cuerpo a cuerpo. Si los

    bugbears retrasaban la retirada durante un rato, los elfos se veran arrollados. Aunque enel momento en que lleg all, los competentes elfos haban despachado a la mayor partede los bugbears con slo una baja. Tres de los elfos tenan rodeado a uno de losmonstruos que quedaban, otro grupo persegua a dos bugbears en direccin oeste. Noobstante, por un lado, apareci otro bugbear, y slo una elfa, una doncella joven, seaprest al combate.

    Shayleigh se volvi justo hacia all, y reconoci a la elfa, era Cellanie y saba queera demasiado inexperta para manejar monstruos como los bugbears.

    La elfa muri antes de que tuviera tiempo de llegar all, con el crneo partido porel pesado garrote del bugbear. El goblinoide peludo de ms de dos metros se qued all,mientras sonrea abiertamente mostrando sus colmillos amarillentos.

    Shayleigh baj la cabeza y gru ruidosamente, como si fuera a cargar. Elbugbear se afirm en el suelo y asi con fuerza su infame garrote, pero la doncella elfase detuvo de repente y utiliz su impulso hacia delante para lanzar la espada.

    El bugbear se qued helado. Las espadas no estaban diseadas para este tipo deataques! Si la criatura dud de la inteligencia de Shayleigh al lanzar el arma, o de sudestreza ante semejante truco, todo lo que tena que hacer era mirar su pecho, hacia laempuadura de la espada de la elfa que vibraba horriblemente justo a unos quincecentmetros de las costillas del bugbear. La sangre de la criatura sali a borbotones a lolargo de la empuadura y ti el suelo.

    El bugbear baj la vista, la levant en direccin a Shayleigh, y entonces caymuerto.

    Al oeste! grit Shayleigh mientras se abalanzaba sobre la espada pararecuperarla. Como planeamos! Al oeste! Agarr la empuadura ensangrentada ytir con fuerza, pero el arma no se liber. Shayleigh estaba ms preocupada por laretirada de sus tropas que por su posicin vulnerable. Mientras miraba atrs para vigilarla retirada, apoy el pie en el pecho del bugbear y agarr con las dos manos laempuadura de la espada.

    Cuando oy el resuello por encima de ella, reconoci su insensatez. Tena las

    manos en un arma que no poda utilizar, ni para detener ni para atacar.Indefensa, alz la vista para descubrir a otro bugbear y su garrote enorme yclaveteado.

    Los magos, que vinieron para unirse a sus aliados, concentraron sus ataquesmgicos en las antorchas de la hueste enemiga ms all de la segunda cresta. Las llamasrugieron con vida propia bajo la magia pirotcnica. Las pavesas volaron por doquierquemando a cualquier monstruo que se mantuviera demasiado cerca. Otras antorchasecharon un humo espeso, que llen el rea cegando y sofocando a los monstruos yobligndolos a retroceder o a echarse al suelo.

    Con la cobertura mgica que contena a los enemigos, los elfos enseguida

    abandonaron la tercera cresta.

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    Un fogonazo eman a un lado de la cara de Shayleigh, quemndolo y cegndolo.Al principio pens que era el impacto del garrote del bugbear, pero cuando el juicio y lavista volvieron a ella, an estaba sobre el bugbear que haba matado, agarrando laespada atorada.

    Finalmente descubri al otro bugbear, con la espalda apoyada en un rbol y un

    agujero al rojo vivo en el abdomen. El pelo de la criatura se mova a diestro y siniestro,cargado de electricidad, comprendi, debido al rayo de un mago.Tintagel estaba a su lado.

    Ven dijo, mientras la ayudaba a liberar la espada del monstruo muerto.Hemos retrasado la carga del enemigo, pero la gran fuerza oscura no podr ser detenida.Adems, nuestros mensajeros avanzados han encontrado resistencia en el oeste.

    Shayleigh trat de responder, pero descubri que la mandbula no se movera confacilidad.

    El mago se volvi hacia los dos arqueros que cubran sus espaldas.Recoged a la pobre Cellanie dijo en tono sombro. No debemos dejar a los

    muertos para que nuestro enemigo se divierta con ellos! Tintagel tom el brazo de

    Shayleigh y se dirigi tras el resto de la hueste de elfos que se retiraba.Chillidos y gritos monstruosos brotaron a todo su alrededor, pero los elfos no

    sucumbieron al pnico. Continuaron con su plan diseado cuidadosamente y loejecutaron a la perfeccin. Encontraron bolsas de resistencia en el oeste, pero el terrenoaccidentado trabaj a su favor contra los monstruos ms lentos y menos giles, y enespecial porque los elfos podan disparar flechas con una precisin endiablada, incluso ala carrera. Todos los grupos de monstruos fueron aplastados y los elfos continuaron sucamino sin tener una sola baja.

    El cielo, al este, ya se haba vuelto rosado con el incipiente amanecer antes de quese reagruparan y pudieran descansar un poco. Shayleigh no vio ms combates durante lanoche, afortunadamente, ya que le dola la cabeza de tan mala manera que no podrahaber mantenido la compostura sin la ayuda de Tintagel. El mago estuvo a su ladodurante todo el rato, habra muerto a su lado y de buen grado si el enemigo les hubieraatrapado.

    Debo pedirte perdn dijo Tintagel despus de que el nuevo campamentoestuvo dispuesto, al sur de los Pequeos Valles. El bugbear estaba demasiado cerca, ytuve que empezar el conjuro muy prximo a ti.

    Te disculpas por salvarme la vida? pregunt Shayleigh. Cada palabra quedijo doli a la valiente doncella.

    Tu cara brilla con el color rojo de una quemadura dijo Tintagel, acariciandosuavemente la mejilla mientras ella daba un respingo y se lo agradeca.

    Se curar contest Shayleigh, arreglndoselas para mostrar una dbilsonrisa. Mejor de lo que lo hara mi cabeza si ese bugbear me hubiese aporreado elcrneo. Aunque apenas pudo sonrer ante su afirmacin, y no por el dolor, si no por elrecuerdo de Cellanie, que cay al suelo muerta.

    Cuntos perdimos? pregunt Shayleigh lgubremente.Tres respondi Tintagel en un tono similar.Slo tres les lleg la voz del Rey Galladel, que se acerc a ellos desde un

    lado. Slo tres! Y la sangre de cientos de goblins y sus aliados mancha el suelo. Porlo que dicen, incluso un gigante ha cado esta noche. Galladel se sobresalt cuandodescubri la cara enrojecida de Shayleigh.

    No es nada dijo la doncella elfa con los ojos muy abiertos, mientras haca un

    gesto con la mano en direccin al rey.Galladel desvi la mirada, avergonzado.

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    Estamos en deuda contigo dijo, mientras la sonrisa le volva a la cara, yaque gracias a tu ingenioso plan, esta noche hemos conseguido una gran victoria. Elrey elfo asinti, le dio unas palmadas en la espalda a Shayleigh y se march. Tena otrosintereses a los que atender.

    La mueca de Shayleigh le dijo a Tintagel que la doncella no comparta la buena

    opinin por el combate.Ganamos le record el mago. El resultado podra haber sido peor, muchopeor.

    Por el tono sombro empleado por el mago, Shayleigh supo que no tena queexplicar sus temores. Haban atacado al enemigo por sorpresa, en un campo de batallaque haban preparado antes y que su enemigo no conoca. Slo haban perdido tres, eraverdad, pero a Shayleigh le pareca que esos tres elfos tenan ms valor para su causaque los cientos de goblinoides muertos para las, aparentemente, incontables masas queinvadan la frontera septentrional de Shilmista.

    Y a pesar de toda la sorpresa y toda la matanza, fueron los elfos y no los invasoreslos que haban sido forzados a retirarse.

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    2Un libro que vale la pena leer

    Te has reunido con el Prncipe Elbereth? pregunt el Maestre Avery Schella Cadderly tan pronto ste entr en la oficina del Decano Thobicus. El enorme maestrese pas un pauelo por la cara, resoplando y jadeando casi constantemente mientras sucuerpo trataba de aspirar suficiente aire. Incluso antes de la llegada de la Maldicin delCaos, Avery fue un hombre rotundo. Ahora era obeso, al caer en una bacanalalimenticia junto a varios de los tragaldabas ms prominentes de la BibliotecaEdificante. En las ansias que produca la Maldicin del Caos, algunos de aquellos

    clrigos haban comido, literalmente, hasta reventar.Tienes que alargar los paseos matutinos apunt la Maestre Pertelopeacicalada con esmero. Una mujer con el cabello canoso y ojos color avellana que anmantena el gusto por engalanarse propio de una mujer joven. Cadderly evalu concuidado a la mujer, que, con soltura, continuaba de pie al lado de Avery. Pertelope era lainstructora favorita del joven, una melanclica y a menudo irreverente mujer ms

    preocupada por el sentido comn que por las reglas fijas. Observ la tnica de mangalarga que le llegaba a los tobillos, atada cerca del cuello con firmeza, y los guantes quellevaba cada vez que la haba visto desde la maldicin del caos. Pertelope nunca anteshaba sido tan modesta, si era modestia lo que la mantena tan tapada. Aunque nohablara sobre ello, con l o con cualquier otro; no hablara de nada de lo que le haba

    ocurrido durante la Maldicin del Caos. Sin embargo, Cadderly no estaba demasiadopreocupado, ni siquiera por las nuevas vestimentas; Pertelope pareca la pcara desiempre. Incluso mientras Cadderly miraba, agarr la carne que colgaba de la cintura deAvery y le dio una traviesa sacudida ante las miradas de incredulidad de Avery y delDecano Thobicus, el delgado y arrugado lder de la biblioteca.

    Una risa sofocada surgi de los labios de Cadderly antes de que ste pudieracontenerla. Las miradas eran serias cuando se volvieron en su direccin, pero Pertelopele gui el ojo para reconfortarlo.

    A pesar de todo, el Prncipe Elbereth, alto y penosamente delgado, con el cabellodel color de las alas de un cuervo y los ojos con el color de los rayos de la luna en un roimpetuoso, no mostr ninguna emocin. Enhiesto como una estatua junto al escritoriode roble del Decano Thobicus, atrap los ojos de Cadderly con su mirada penetrante ymantuvo la atencin del joven erudito con firmeza.

    Cadderly estaba completamente aturdido y ni se dio cuenta de que el tiempopasaba.

    Y bien? apremi Avery.Cadderly al principio no le entendi, por lo que Avery se encamin en direccin al

    prncipe lfico.No respondi Cadderly con presteza. No he tenido el honor de una

    presentacin formal, aunque he odo muchas cosas del Prncipe Elbereth desde sullegada hace tres das. La juvenil sonrisa apareci en sus facciones, mientras los

    extremos de sus ojos se elevaban para corresponder a la amplia sonrisa. Se apart losmechones de color castao claro de la cara y se dirigi hacia Elbereth con la mano

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    extendida. Bien hallado!Elbereth observ la mano que le ofrecan durante algn tiempo antes de extender

    la suya en respuesta. Asinti con gravedad, e hizo que el joven se sintiera un poco msque avergonzado e incmodo respecto a la sonrisa que mostraba su cara. De nuevo,Cadderly se not fuera de su elemento, ms all de su experiencia. Elbereth haba

    venido con unas noticias catastrficas en potencia, y Cadderly, enclaustrado durantetoda su vida, sencillamente no saba cmo reaccionar ante este tipo de situaciones.ste es el erudito del que os hemos hablado explic Avery al elfo.

    Cadderly de Carradoon, un muchacho asombroso.El apretn de manos de Elbereth era increblemente fuerte para un ser tan delgado,

    y cuando, de improviso, el elfo gir la mano del chico, ste slo ofreci una resistenciatestimonial.

    Elbereth examin la palma de la mano de Cadderly, frotando el pulgar por la basede los dedos.

    stas no son las manos de un guerrero dijo el elfo poco impresionado.Nunca proclam ser un guerrero replic Cadderly antes de que Avery o

    Thobicus pudieran explicarse. El decano y el maestre se volvieron hacia el chico conojos acusadores, esta vez, incluso la tolerante Pertelope no le ofreci ningn apoyo.

    De nuevo, el tiempo pas.El Maestre Avery se aclar la garganta ruidosamente para romper la tensin.

    Por supuesto que Cadderly es un guerrero explic el robusto maestre. Fuel quien venci a Barjin y a sus ms abominables muertos vivientes. Incluso unamomia se levant contra el muchacho y fue abatida sin tardanza!

    El relato no hizo que Cadderly se hinchara de orgullo. La sola mencin del clrigomuerto hizo que lo viera de nuevo, apoyado contra el muro, en la improvisadahabitacin del altar en las catacumbas, con el maldito agujero en el pecho y sus ojos sinvida mirando acusatoriamente a su asesino.

    Ms que eso continu Avery, mientras se acercaba para poner un brazopesado y sudoroso sobre los hombros del joven. Cadderly es un guerrero cuya mejorarma es el conocimiento. Tenemos un enigma, Prncipe Elbereth, uno muy peligroso,me temo. Y Cadderly, os lo digo ahora, es el hombre que lo resolver.

    La proclama de Avery aadi ms peso sobre las espaldas del joven que el yanotable peso del brazo del maestre. El joven no estaba del todo seguro, pero crea que legustaba ms Avery antes de los sucesos de la Maldicin del Caos. En aquella poca, elmaestre a menudo se desviaba de su camino para conseguir que la vida de Cadderlyfuera miserable. Bajo las influencias de la maldicin embriagadora, Avery habaadmitido su amor casi paternal por el muchacho, y ahora la amistad del maestre era para

    Cadderly incluso ms miserable que sus antiguos y muy estrictos procederes.Basta ya de chanzas dijo el Decano Thobicus en su voz temblorosa, quesonaba a menudo como un lloriqueo ms que como el habla normal. Hemos escogidoa Cadderly nuestro representante en esta materia. La decisin la tomaremos slonosotros. El Prncipe Elbereth le tratar en consecuencia.

    El prncipe se volvi hacia el decano, que estaba sentado, y baj la cabeza en unareverencia precisa y lacnica.

    Thobicus se la devolvi.Habladle a Cadderly de los guanteletes, y de cmo os apropiasteis de ellos.Elbereth introdujo la mano en su capa de viaje (una accin que apart la prenda y

    dio a Cadderly la oportunidad de echar un vistazo a la armadura magnfica del prncipe

    elfo, anillos de oro y plata engarzados con precisin) y sac varios guantes, cada unoclaramente marcado con unos bordados que mostraban el mismo diseo del tridente y

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    las botellas que Barjin llevaba en sus vestimentas clericales. Elbereth orden el enredopara liberar un guante, y se lo tendi al joven.

    Las malvolas alimaas pocas veces encuentran la entrada a Shilmista dijo elelfo orgulloso, pero siempre estamos alerta ante sus intrusiones. Una partida de

    bugbears se introdujo en el bosque. Ninguno de ellos escap con vida.

    Desde luego, nada de lo dicho era nuevo para Cadderly; los rumores circulabanpor toda la Biblioteca Edificante desde la llegada del prncipe. Cadderly asinti yexamin el guante.

    Es el mismo que el de Barjin afirm de inmediato, mientras sealaba eldiseo de las tres botellas sobre el tridente.

    Pero qu significa? pregunt Avery impaciente.Una adaptacin del smbolo de Talona explic Cadderly, mientras se encoga

    de hombros para significar que no estaba del todo seguro de su razonamiento.Los bugbears llevaban dagas envenenadas remarc Elbereth. Cosa que

    estara en concordancia con las normas de la Seora de la Ponzoa.Sabis algo de Talona? pregunt Cadderly.

    Los ojos de Elbereth relampaguearon, como un rayo de luna sobre la cresta de unaola, y, con sarcasmo, mir a Cadderly de reojo.

    He visto el nacimiento y la muerte de tres siglos, joven humano. An ser jovencuando mueras, aunque vivieras ms aos que todos los de tu raza.

    Cadderly se guard la respuesta, al saber que encontrara poco apoyo llevndole lacontraria al elfo.

    No subestimes lo que yo, Prncipe de Shilmista, puedo saber prosiguiElbereth con arrogancia. No somos gente tonta que malgasta los aos danzando bajolas estrellas, como muchos quieren creer.

    Cadderly empez a replicar con aspereza, pero Pertelope, siempre con su influjotranquilizador, se situ entre los dos y cogi el guante, mientras le haca otro guio ycon sutileza le pisaba el pie al joven.

    Nunca pensaramos as de nuestros amigos de Shilmista objet la maestre.A menudo la Biblioteca Edificante ha necesitado de la sabidura del anciano Galladel,vuestro padre y rey.

    Aparentemente calmado, Elbereth hizo una reverencia rpida.Si desde luego es una secta de Talona, entonces qu conclusin podemos

    sacar? pregunt el Decano Thobicus.Cadderly se encogi de hombros con impotencia.

    Poco contest. Desde la cada de los dioses han cambiado muchas cosas.An no sabemos las intenciones y los mtodos de las diversas sectas, pero dudo de la

    coincidencia que trajo a Barjin a la biblioteca y a los bugbears a Shilmista, y en especialdado que no llevaban el smbolo comn de Talona, sino un diseo propio. Parecera unasecta renegada, pero innegablemente coordinada en sus ataques.

    Vendrs a Shilmista dijo Elbereth a Cadderly. El muchacho pens por unmomento que el elfo le estaba preguntando, pero entonces se dio cuenta ante la miradafija e inflexible del elfo, de que era una orden y no una peticin. Impotente, dirigi lamirada a sus maestres y al decano, pero ellos, incluso Pertelope, asintieron dando elvisto bueno.

    Cuando? pregunt Cadderly al Decano Thobicus, mirandointencionadamente ms all de los ojos cautivantes de Elbereth.

    Pocos das puede ser demasiado para tiempo para mi gente dijo Elbereth en

    un tono montono mientras atravesaba con la mirada a Cadderly.Nos moveremos tan rpido como podamos fue lo mejor que pudo ofrecer

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    Thobicus. Hemos pasado por una experiencia terrible. Un emisario de la Iglesia deIlmater est en camino para hacer una investigacin concerniente a un grupo de susclrigos que fueron hallados muertos en su habitacin. Pedir un examen minucioso yeso requerir una audiencia con Cadderly.

    Entonces Cadderly le dejar una declaracin contest Elbereth. O el

    emisario esperar hasta que Cadderly vuelva de Shilmista. Estoy preocupado por losvivos, Decano Thobicus, no por los muertos.Ante el asombro de Cadderly, Thobicus no replic.Entonces aplazaron la reunin, ante la sugerencia del Maestre Avery, ya que ese

    da haba un acontecimiento programado en la Biblioteca Edificante que muchosqueran presenciar; y que Cadderly de ningn modo, quera perderse.

    Venid con nosotros, Prncipe Elbereth propuso el corpulento maestremientras se acercaba a Cadderly. ste cruz una mirada un tanto cida, no muy segurode querer al elfo arrogante a su lado. Una de las sacerdotisas de visita, DanicaMaupoissant, de Westgate, realizar una proeza muy poco comn.

    Elbereth le ech un vistazo a Cadderly (era obvio que el chico no le quera junto a

    l), sonri, y acept. Cadderly descubri, para su asombro, que Elbereth disfrutaba delhecho, ya que saba que al aceptar la invitacin de Avery molestara al joven.

    Llegaron al gran saln en el primer piso de la biblioteca, una habitacin enorme yornamentada, con gruesos pilares, cubierta de tapices esplndidos que representaban lasglorias de Deneir y Oghma, las deidades de las religiones anfitrionas del edificio.Muchos de los clrigos de la biblioteca, de ambas rdenes, se haban presentado, casi uncentenar de hombres y mujeres reunidos en un crculo ancho alrededor de un bloque de

    piedra que se apoyaba en caballetes de patas cruzadas.Danica estaba de rodillas en una estera a pocos pasos de la piedra, con los ojos

    castaos cerrados y los brazos, a su espalda, cruzados a la altura de las muecas. Erauna mujer diminuta, apenas meda metro y medio, an pareca ms pequea mientrasestaba arrodillada ante la formidable roca. Cadderly resisti el afn de acercarse a ella,al darse cuenta de que estaba en un estado de meditacin profundo.

    Es sa la sacerdotisa? pregunt Elbereth, con un matiz de emocin en lavoz. Cadderly volvi la cabeza y observ al elfo con curiosidad, notando el destello delos ojos plateados de Elbereth.

    sa es Danica contest Avery. Es guapa, o no? Por supuesto Danica loera, con unos rasgos perfectos y delicados, y unos mechones de pelo rubio y pelirrojoque bailaban sobre sus hombros. No permitis que esa belleza os engae, prncipe

    prosigui Avery orgulloso, como si Danica fuera su propia hija. Danica es uno de losguerreros ms formidables que he visto nunca. Sus manos desnudas son mortales, y su

    disciplina y dedicacin no tienen lmites.El brillo en los ojos de Elbereth no disminuy. Esos puntos brillantes eran comopequeas lanzas en el corazn de Cadderly.

    Preparada o no, Cadderly pens que era el momento de ir a ver a su Danica.Atraves el crculo de espectadores, se arrodill tras ella, y alarg el brazo para tocarcon delicadeza su pelo largo.

    Ella no se movi.Danica dijo Cadderly con suavidad, y cogi la engaosamente suave mano.La chica abri los ojos, esos exticos orbes castaos que enviaban escalofros a la

    columna de Cadderly cada vez que posaba la mirada en ellos. Su ancha sonrisa le dijoque no estaba enfadada por su interrupcin.

    Me tem que no vendras susurr.Ni un millar de ogros podran haberme apartado de este lugar. Cadderly mir

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    por encima del hombro, hacia el bloque de piedra. Pareca demasiado grande y slido, yDanica muy delicada. Ests segura? pregunt.

    Estoy lista contest la chica ceuda. Acaso dudas de m?Cadderly pens en los primeros das de la maldicin, el horrible da en que entr

    en la habitacin de Danica y se la encontr apenas consciente, en el suelo, despus de

    haber golpeado repetidamente con su cabeza una piedra similar. Las heridas hacatiempo que haban desaparecido, curadas por los ungentos y la magia de los clrigosms poderosos de la biblioteca, pero nunca olvidara lo cerca que ella haba estado de lamuerte, ni los sentimientos terribles de vaco cuando temi que poda perderla.

    Entonces estaba bajo la influencia de la maldicin explic Danica, al leer confacilidad sus pensamientos. La niebla me impidi alcanzar el nivel debido deconcentracin. He estudiado los pergaminos del Gran Maestro Penpahg D'Ahn...

    Lo s asegur Cadderly, mientras acariciaba su delicada mano. Y s queests preparada. Perdona mis temores. No provienen de ninguna duda acerca de ti, tudedicacin o sabidura. Su sonrisa era sincera, aunque tensa. Se acerc, como si laquisiera besar, pero se apart de repente y mir alrededor.

    No quisiera perturbar tu concentracin balbuce.Danica saba de qu hablaba, saba que Cadderly haba recordado la reunin sobre

    l y que su rubor lo haba apartado de ella. Solt una carcajada, encantada, comosiempre, por su inocencia.

    No lo encuentras fascinante? pregunt con falso sarcasmo para reconfortaral nervioso joven.

    Oh, s respondi el chico. Siempre he deseado estar enamorado de alguienque atraviesa las rocas con la cabeza. Esta vez, compartieron las risas.

    Entonces Danica descubri a Elbereth y sbitamente dej de rer. El prncipe elfola observaba con sus ojos penetrantes, pareca que vea a travs de ella. Se arrop consus vestimentas holgadas, sintindose desnuda ante esa mirada fija, pero no apart losojos.

    se es el Prncipe Elbereth? pregunt con el poco aire del que pudo haceracopio.

    Cadderly la observ durante un largo rato, luego se volvi para mirar a Elbereth.Maldita sea la reunin, pens, se acuclill y bes a Danica con fuerza, para obligarla aapartar la vista del elfo.

    Esta vez, Danica, y no Cadderly, fue la que se azor, y el joven no pudo estarseguro de si su vergenza provena del beso que le haba dado o de que la haba cogidomirando al elfo demasiado intencionadamente.

    Vuelve a tu meditacin propuso Cadderly, asustado ante lo que el creciente

    nmero de distracciones podran afectar al intento de Danica. Se sinti inmaduro deverdad al dejarse llevar por las emociones en un momento tan importante. La bes denuevo, un beso suave en la mejilla. S que lo logrars afirm, y se fue.

    Danica respir hondo varias veces para concentrarse y purificar su mente. Primeromir la piedra, el obstculo que estaba en el camino para llegar a ser una de lasdiscpulas ms importantes de Penpahg D'Ahn. Se concentr en la piedra, y la mir conlos ojos con los que observara a un enemigo. Luego la apart de su mente, y volvi suatencin a la gran sala que la rodeaba, las distracciones de las que se tena quedesembarazar.

    Primero se centr en Elbereth. Vio al prncipe elfo, con sus extraos ojos que anla contemplaban, y entonces desapareci, quedando un agujero negro donde l haba

    estado. Avery desapareci despus, y despus aquellos que estaban al lado delcorpulento maestre. La mirada de Danica se desvi y se centr en una de las muchas

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    arcadas que aguantaban el gran saln. ste tambin desapareci en la oscuridad.Phien denifi camurmur Danica cuando otro grupo de gente desapareci.

    Slo son imgenes. Toda la habitacin fue rpidamente engullida por la oscuridad.Slo permanecan el bloque y Cadderly. Danica haba guardado a Cadderly para el final.l era su seguidor ms fiel, l era tanto su fuerza interior como su propia disciplina.

    Pero entonces l tambin desapareci.Danica se levant y despacio se aproxim a la piedra enemiga.No puedes resistir, gritaron sus pensamientos a la piedra. Yo soy ms fuerte.Sus manos hicieron unos gestos lentos ante ella, formando una intrincada danza, y

    continu con el asalto mental a la piedra, la trat como si fuera una cosa sensible,asegurndose a s misma que la convenca de que no podra ganar. sta era la tcnica dePenpahg D'Ahn, y Penpahg D'Ahn rompi la piedra.

    Danica mir ms all de la piedra, imagin que su cabeza chocaba contra la piedray la atravesaba por el otro lado. Estudi la profundidad del bloque, y luego con la mentela redujo al grosor de un pergamino.

    T eres pergamino, y yo soy ms fuerte, le dijo mentalmente a la piedra.

    Esto continu durante algn rato, el baile de los brazos, los pies de Danicadesplazndose, siempre en un equilibrio perfecto, y despus se puso a cantar en vozqueda, de una manera rtmica y meldica, buscando la armona completa del cuerpo y elespritu.

    Fue tan repentino que el gento apenas tuvo tiempo de quedarse sin aliento.Danica cay hacia delante con dos pasos rpidos. Cada msculo, en su estructura

    pequea y templada con precisin, pareci chasquear hacia delante y abajo dirigiendosu frente contra la piedra.

    Danica ni vio ni oy nada durante un largo instante. All estaba, en la oscuridad dela sala desaparecida por la meditacin, que poco a poco fue apareciendo en imgenesque la joven luchadora reconoci.

    Mir a su alrededor, sorprendida de ver el bloque tirado en el suelo en dos trozosen apariencia iguales.

    Un brazo la rodeaba; saba que era Cadderly.Ahora eres el discpulo de ms alto rango del Gran Maestro Penpahg D'Ahn

    le murmur Cadderly al odo, y ella le oy con claridad, aunque la reunin habairrumpido en un alocado estallido de alborozo.

    Danica se volvi y le dio un slido abrazo a Cadderly, pero esto no la ayud aapartar la mirada de Elbereth. El serio prncipe elfo no estaba alegre, sin embargoaplauda y la observaba con una clara aprobacin en sus chispeantes ojos.

    La Maestre Pertelope oy el alboroto desde su habitacin situada encima del gransaln y supo que Danica haba partido con xito la piedra. No estaba sorprendida ya quehaba visto la prueba en un sueo y supo que era proftico. Estaba encantada con loscontinuos xitos de la chica y su fuerza creciente, y encantada, tambin, de que Danica

    permanecera al lado de Cadderly en los prximos das.Pertelope sufra por el joven erudito, ya que slo ella de entre todos los clrigos de

    la biblioteca entenda las pruebas a las que pronto se enfrentara.Pertelope saba que era uno de los elegidos.

    Ser suficiente? pregunt la maestre en voz queda, mientras abrazaba elTomo de la Armona Universal, el libro ms sagrado de Deneir. Sobrevivirs,querido Cadderly, como yo he sobrevivido, o la llamada de Deneir te devorar y te

    convertir en una carcasa vaca?Entonces, casi para rerse de sus pretensiones de supervivencia, la maestre se

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    apercibi que su afilada piel, de nuevo, haba hecho varios cortes en la larga manga desu tnica.

    Pertelope sacudi la cabeza y abraz con fuerza el libro contra su cuerpototalmente cubierto. El potencial para la inteligencia y el conocimiento era virtualmenteilimitado, pero tambin as era el potencial para el desastre.

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    3Intriga

    La maga Dorigen, indecisa, alarg la mano hacia el pomo de la puerta de losaposentos de Aballister. Sorprendida de su vacilacin para encontrarse con el hombreque consideraba su mentor y que en el pasado le haba llamado amante, Dorigen muyenfadada agarr el pomo y entr.

    Aballister estaba sentado en su confortable silla, con la mirada perdida en lasLlanuras Brillantes y en la nueva construccin que haba ordenado empezar en elCastillo de la Trada. Ahora, a Dorigen le pareca un ser miserable, apenas el mago

    enrgico y poderoso que tanto la haba fascinado y que haba incitado sus pasiones.Aballister an era poderoso, pero su fuerza resida en la magia y no en el cuerpo. Supelo negro estaba enmaraado, sus ojos, antes oscuros, ahora parecan pozos vacos, quese hundan profundamente en sus afiladas facciones. Dorigen se pregunt cmo algunavez lo pudo encontrar atractivo, cmo pudo acostarse con el saco de huesos de pielflcida que vea ante s.

    Apart sus pensamientos y se record que gracias a las clases de Aballister habaconseguido un poder considerable, y que al fin y al cabo haba valido la pena.

    El travieso compaero de Aballister, una criatura con alas de murcilago llamadaDruzil, estaba sentado en el escritorio al que el mago daba la espalda, en una postura

    parecida a la estatua de una grgola. Un orco de apariencia nerviosa estaba ante el

    mueble, ignorante de que la criatura que estaba unos palmos ms all estaba viva.Dorigen apenas mir al orco, se centr ms en Druzil, un individuo vil en el que

    como mnimo no confiaba. Druzil estuvo con Barjin cuando el sacerdote fue vencido enla Biblioteca Edificante. La nica razn para que todo el mundo del Castillo de la Tradano cuchicheara sobre el papel que haba jugado el imp en la cada de Barjin, era que

    pocos ms aparte de Aballister, Dorigen y el tercer mago del castillo, Bogo Rath, nisiquiera saban que Druzil exista. Aballister afirm que presentara a Druzil a laguarnicin del castillo, pero Dorigen se las arregl para hacerlo cambiar de opinin; almenos por el momento.

    Dorigen volvi la mirada hacia la cara enjuta del mago y casi se burl ante sunueva inclinacin repentina y peligrosa a la arrogancia. Antes, Aballister habaescondido con cuidado a Druzil como su secreto personal, yDorigen no estaba segurade si poda confiar en el cambio tan drstico que haba sufrido el mago.

    Aballister, este hombre delgado que de alguna manera canje fuerza fsica porpoder mgico, se haba vuelto bastante confiado en las ltimas semanas. Barjin, comolder de la orden sacerdotal del Castillo de la Trada, haba sido el principal rival deAballister por el control del triunvirato gobernante. Ahora Barjin ya no estaba.

    Druzil se las arregl para hacerle un guio malicioso a Dorigen sin que eldistrado orco lo notara.

    Dorigen frunci el ceo y se volvi hacia Aballister.Requeriste mi presencia? pregunt tajante y al grano.

    Lo hice respondi el mago despreocupado, sin molestarse en mirar endireccin a Dorigen. Aballister murmur para s, y luego Bonaduce. Calcul

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    cada palabra por un momento, y se gir hacia Dorigen con una ancha sonrisa. OAballister Bonaduce quiz? Tienes alguna preferencia, o debo usar los dos nombrescuando reclame el control de la regin?

    Esa pretensin sera prematura le record Dorigen. Nuestra nicaexpedicin hasta ahora, fall del todo. Estudi al soldado orco, sin duda uno de los

    servidores personales de Ragnor, luego de nuevo mir a Aballister, sorprendida de queel mago fuera tan temerario como para que los esbirros de su nuevo rival estuvierandelante.

    Paciencia dijo Aballister, mientras agitaba las manos con mofa. Ragnorest en la frontera de Shilmista. Cuando decida avanzar, los elfos dejarn de existir.

    Los elfos slo son una parte de nuestro enemigo dijo Dorigen, mirando denuevo hacia el orco tembloroso. Aballister esper unos momentos, al parecer paradisfrutar de la incomodidad de Dorigen, y luego despidi a la desdichada criatura.

    Llvale un mensaje a Ragnor dicindole que tiene nuestras bendiciones y las deTalona dijo Aballister. Y que tenga una buena batalla! El orco gir sobre sustalones, se precipit fuera de la habitacin, y cerr la puerta tras l.

    Aballister dio una palmada con regocijo.Bienvenida Doa Magia dijo Druzil con sarcasmo utilizando el

    acostumbrado ttulo que le daba a la maga. Abri las alas coriceas y se desperez ahoraque el orco se haba ido. Cmo est tu nariz hoy?

    Dorigen se estremeci ante el comentario. Era una mujer hermosa (un pocodemasiado rolliza para su gusto), con unos rasgos bellos aunque un poco ordinarios, yunos pequeos pero notables ojos brillantes de color mbar. Sin embargo la nariz era sunica deformidad, el nico punto dbil en la vanidad de la hechicera. En sus primerosdas de prctica de la magia, Dorigen efectu un salto en el aire incrementadomgicamente. Su aterrizaje fue algo menos que perfecto, ya que se desequilibr en eldescenso y golpe con la cara en el suelo de piedra rompindose la nariz que, desdeentonces, se qued medio doblada sobre una mejilla.

    Saludos a ti, imp replic Dorigen.Se fue derecha al escritorio y empez a tamborilear con la mano sobre el mueble,

    al tiempo que mostraba de forma perceptible un anillo de nice. Druzil saba lo que eseanillo podra hacer, y se arrop con las alas como si esperara que Dorigen le fuera asoltar la magia ardiente all mismo.

    No necesito luchas entre mis aliados dijo Aballister, por lo visto divertido porlo que suceda. Tengo ante m decisiones importantes. Cmo debo llamarme cuandohaya reclamado mi ttulo?

    Dorigen no acept el exceso de confianza de Aballister.

    An queda Carradoon y la Biblioteca Edificante dijo con desagrado. Pensque haba visto dar un respingo a Aballister ante la mencin de la biblioteca, pero nopoda estar segura, ya que el mago esconda bien sus emociones en los hundidos rasgosde su gastada cara.

    Los hombres de Carradoon se rendirn sin luchar concluy Aballister. Sonpescadores y granjeros, no guerreros. Ya ves, querida Dorigen, debemos empezar lospreparativos para lo que nos aguarda despus de la conquista. Riatavin no est muylejos, ni Westgate. Debemos cimentar nuestra apariencia en la de gobernantesorganizados y justos si queremos ser aceptados por los reinos vecinos.

    Aballister el diplomtico? pregunt Dorigen. Organizados y justos?Talona no estar complacida.

    Fui yo el que se encontr la encarnacin de la diosa le record Aballister conaspereza.

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    Dorigen apenas necesitaba el recordatorio. Fue el encuentro que cambi tanto almago, convirti sus ambiciones comunes de sobresalir en su arte en algo ms horrible,ms agotador. No fue una coincidencia que Dorigen rompiera la relacin con Aballisterno mucho despus del tiempo del Advenimiento.

    Barjin est muerto y nuestros clrigos confusos continu Aballister. No

    podemos saber lo debilitado que quedar Ragnor por su avance. Desearas empezaruna guerra mayor con los reinos vecinos justo despus de que la conquista secompletara?

    La primera conquista an no ha empezado se atrevi a decir Dorigen.Aballister pareca estar a punto de estallar, pero se calm pronto.

    Desde luego convino, y en ese instante le record a su antigua personalidad,ms paciente. Ragnor est en la frontera de Shilmista, hasta ahora ha hechoincursiones en el bosque lfico.

    Has reflexionado sobre las implicaciones de su ocasional avance? preguntDorigen. En el escritorio, Druzil suspir y asinti, en armona con la maga, como si elimp hubiera tenido la esperanza de que alguien le sealara los potenciales problemas al

    cada vez ms arrogante mago.Ragnor es poderoso comenz Dorigen, y el ogrilln no demuestra mucho

    respeto por los que usan la magia.Podemos vencerle concluy Aballister.Quiz dijo Dorigen, mientras asenta, pero qu le costara semejante

    conflicto al Castillo de la Trada? S que no has derramado lgrimas por Barjin, y notengo nada que objetar aadi al ver a Aballister fruncir el ceo. Pero la derrota delclrigo nos ha salido muy cara. Si l y la maldicin hubieran conquistado la BibliotecaEdificante, entonces podramos avanzar sobre Carradoon incluso si Ragnor empieza elasalto a Shilmista. Sin embargo, no podemos, no con los sacerdotes de la bibliotecavelando por el pueblo. Si Ragnor vence en el bosque de los elfos sin perder muchas desus fuerzas, ganar prestigio entre la chusma. Ahora se estar preguntando cmo

    podran pactar los reinos vecinos con un rey ogrilln.Las contundentes palabras abofetearon a Aballister como si Dorigen le hubiese

    golpeado con una maza. Se sent muy quieto en la silla, mirando fijamente adelantedurante un rato muy largo.

    Era consciente de esta amenaza desde el principio, dijo un mensaje inesperado enla mente de Dorigen. La mujer ech una mirada a Druzil, que se asom entre sus alas demurcilago.

    Ha rechazado admitirlo, aadi el imp, ya que est demasiado inmerso en sudebate sobre si llamarse Aballister el Benefactor o Bonaduce el Conquistador.

    Dorigen no tena dudas de que el imp era sincero en su sarcasmo, pero apenaspoda creer que Druzil pudiera ser tan temerario con su amo, que estaba sentado ante l.Atinadamente, Dorigen no respondi. Intencionadamente, apart su mirada del imp y la

    pos sobre el mago sentado.No tengo ninguna duda de que controlas el Castillo de la Trada dijo

    Dorigen, pero debemos proseguir con cautela, ya que la estabilidad del gobierno hasido precaria. Qu nuevo clrigo ascender al puesto de Barjin para dirigir la orden?Qu poder llegar a tener Ragnor?

    Y qu hay de Boygo Rath? pregunt Aballister con malicia, refirindose altercer mago y adepto menor del Castillo de la Trada, al cual Aballister y Dorigenconsideraban un advenedizo. El verdadero nombre del mago era Bogo Rath, pero los

    dos se referan a l como Boygo, incluso ante l. Y qu hay de ti? aadi.No dudes de mi lealtad asegur Dorigen. Al ausentarte, desde luego habra

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    tenido intenciones de gobernar el triunvirato, pero conozco mis virtudes y tengo mspaciencia de la que t te crees. En cuanto a Boygo... Dej que las palabras sequedaran en el aire y sonri, como si la idea del joven advenedizo desafiando a los queson como Aballister Bonaduce fuera demasiado ridculo como para pensar en ello.

    La risotada de Aballister demostr que estaba totalmente de acuerdo

    Entonces los clrigos y Ragnor dijo el mago, y ninguno de ellos deberaser una amenaza muy seria si somos cautelosos y estamos atentos.Ragnor est muy lejos de aqu le record Dorigen, insinundole una

    invitacin.Aballister la mir con cautela por un instante, como si tratara de discernir su

    programa.Ragnor no aceptar tu presencia en el campamento con facilidad remarc el

    mago.No le temo contest Dorigen. Dio tres palmadas repentinas. La puerta de

    Aballister se abri de nuevo, y un hombre de ms de dos metros entr a grandes pasos,con unos msculos enormes que se adivinaban a travs de las delicadas ropas de seda.

    El cabello, rubio y espeso, le colgaba trenzado sobre los hombros, y sus ojos azul plidomiraban hacia delante con una intensidad increble. Aballister apenas le hubierareconocido, de no ser por la piel bronceada y el curioso tatuaje, un gusano polar, quellevaba en la frente.

    Seguro que no es... empez el mago.Tiennek confirm Dorigen, el brbaro que arranqu de las sombras del

    Gran Glaciar en la lejana Vaasa.Querida Dorigen dijo Aballister con un lamento, un tono que revelaba

    verdadero asombro, pero, adems, desdn. Lo has civilizado!Tiennek gru.

    Quiz un poco replic Dorigen, pero no destruira el espritu de Tiennek.Eso no servira ni a mis propsitos ni a mis placeres en lo que respecta a mantenerlo ami lado.

    La mandbula de Aballister se tens ante el comentario. La imagen de su antiguaamante en los brazos de este enorme hombre no le sentaba bien, en modo alguno.

    Impresionante admiti, pero estate alerta si piensas que es rival paraRagnor.

    De nuevo Tiennek gru quedamente.No te lo tomes a mal aadi Aballister con rapidez. El mago nunca se haba

    sentido cmodo ante la peligrosa mascota de Dorigen. Bajo el borde de su granescritorio toquete una varita que destruira al brbaro si insinuaba un ataque.

    Tu compaero Tiennek es poderoso sin duda alguna, quiz el humano msfuerte que he visto nunca continu el mago, mientras miraba a Dorigen una vezms, pero dudo que ningn humano sea capaz de vencer en combate a Ragnor. Elogrilln lo matar, y entonces tendrs que volver sobre tus pasos, de camino hasta elGran Glaciar, para coger t misma a otro.

    Yo tampoco he visto al poderoso Ragnor superado admiti Dorigen. Quiztu estimacin sea correcta, pero Tiennek demostrar no ser un contrincante fcil. Bajosu pecho late el corazn de un guerrero del Gusano Blanco, y yo le he dado mucho msque eso. Lo he disciplinado tanto que puede usar mejor esos poderes salvajes. Ragnor sever en apuros para vencerlo, y mucho ms conmigo apoyando a Tiennek. De nuevotamborile con los dedos, al tiempo que mostraba el anillo mortal.

    Aballister pas mucho tiempo evaluando las pretensiones de Dorigen, y sta pudover las dudas que planeaban sobre su cara plida y arrugada. En verdad, dudaba que

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    Tiennek pudiera aguantar ante Ragnor tan bien como ella haba dicho (o que, a pesar detodas sus gestas mgicas, le pudiera ofrecer mucha ayuda si Ragnor decida acabar conlos dos) pero ir a Shilmista era sencillamente demasiado importante para el xito de lacampaa para que Dorigen aceptara tales posibilidades.

    Ragnor podra volverse demasiado poderoso para poder controlarlo

    remarc. Por el momento, l tiene a cinco mil bajo su mando.Nosotros tenemos tres mil respondi Aballister, una fuerte posicindefensiva, y contamos a nuestro favor con tres magos!

    Deseas semejante batalla? pregunt Dorigen. Qu ttulo ganars alluchar contra Ragnor y sus soldados?

    Aballister asinti con el ceo fruncido y puso la barbilla puntiaguda sobre suhuesuda mano.

    Entonces, ve hasta l dijo el mago al final. Ve a Shilmista a ayudar anuestro querido Ragnor. Despus de todo debera tener un mago a su lado si esperatratar con los elfos. Observar a los clrigos y preparar el prximo paso de nuestraconquista.

    Dorigen no esper en la habitacin para ver si Aballister se retractaba. Hizo unareverencia y empez a encaminarse hacia la puerta.

    Dorigen la llam Aballister a sus espaldas. Ella se detuvo y crisp la mano enun puo, de alguna manera saba que el astuto mago pondra un nuevo obstculo en sucamino.

    Llvate a Druzil contigo dijo Aballister mientras ella se daba la vuelta.Con el imp a tu lado, nos podremos comunicar de vez en cuando. No me gusta que medejen fuera de un tema tan importante como los avances de Ragnor.

    Las sospechas concernientes al papel de Druzil en la muerte de Barjin cruzaron lamente de Dorigen, y en ningn momento dud que Aballister enviaba al imp a su lado

    para vigilarlos, tanto a ella como a Ragnor. Pero cmo poda negarse? La jerarqua enel Castillo de la Trada era especfica, y Aballister rega a los magos del triunvirato.

    Una sabia decisin dijo.Ms de lo que t te crees, dijo otra de las intrusiones de Druzil. Dorigen disimul

    su sorpresa.Aballister se volvi hacia el ventanuco y murmur alternativamente sus nombres

    para ver cul le hara mejor servicio cuando fuera rey.Menos de una hora ms tarde, Dorigen sali del Castillo de la Trada con Tiennek

    a su lado y el imp de alas de murcilago aleteando con lentitud tras ellos, invisiblegracias a su magia innata. Dorigen trat de esconder su desprecio mientras pasaba juntoa los soldados que estaban construyendo los nuevos muros del castillo, al temer que

    Druzil ya podra estar informando a su amo.Dorigen no estaba de acuerdo con la construccin y pens que Aballister era unmentecato al ordenar su inicio. Gracias al secreto del enclave, no pareca ms que unafloramiento natural de rocas, el Castillo de la Trada haba sobrevivido tranquilo, en la

    por otra parte civilizada regin, durante varios aos. Los viajeros haban cruzado elcastillo escondido en las vertientes septentrionales de las Montaas Copo de Nieve sinni siquiera imaginarse que un asombroso complejo de tneles y cmaras se extenda

    bajo sus pies.Pero, como con el casi revelado secreto de Druzil a los soldados del castillo,

    Aballister se senta, en apariencia, invulnerable. Necesitaran los nuevos muros, habaargumentado, si las batallas finales llegaban a sus puertas. Dorigen estaba a favor del

    secreto, prefera que la lucha nunca llegara tan al norte. Tambin se imagin lasmotivaciones reales de Aballister. De nuevo el mago ms importante pensaba en el

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    futuro, ms all de la conquista. Realmente no esperaba ser atacado en el castillo, perosaba que una fortaleza impresionante podra ayudarle en sus encuentros diplomticoscon los reinos vecinos.

    Comparto tus ideas, dijo un mensaje teleptico no tan inesperado de Druzil.Dorigen se volvi de improviso hacia el imp, y unos aleteos frenticos le indicaron que

    haba volado rpidamente hacia un lado.Aparentemente lo haces gru la maga, ya que estaba pensando en volarteen pedazos desde el cielo!

    Mil perdones dijo el imp en voz alta, mientras se posaba en el suelo trasDorigen, se volva visible y realizaba una profunda reverencia. Perdona mi intrusin,

    pero tus emociones eran obvias. Ni te gustan los planes de Aballister ni su manera decomportarse desde la defuncin de Barjin.

    Dorigen no contest, pero, a propsito, continu con una expresin implacable enla cara.

    Llegars a aprender que yo no soy un enemigo prometi el imp.Dorigen esper que dijera la verdad, pero no le crey ni por un instante.

    Cadderly supo que su tiempo se haba terminado tan pronto Elbereth y el MaestreAvery entraron en su habitacin, ninguno de los dos sonrea.

    Hoy nos vamos hacia Shilmista dijo Elbereth.Adis ironiz Cadderly.Elbereth no estaba para bromas.

    Hars el equipaje orden el prncipe elfo. Poca cosa. Iremos a un ritmorpido y los senderos de las montaas no son fciles.

    Cadderly frunci el ceo. Iba a contestar, pero Avery, al ver la tensin crecienteentre los dos, cambi de tema.

    Una aventura esplndida para ti, muchacho! dijo el corpulento maestre

    mientras se diriga hacia l y posaba sus manos en los hombros del joven. Elmomento de ver algo de la tierra que est ms all de las puertas de la biblioteca.

    Y vos qu empaquetis? pregunt Cadderly con inexorable sarcasmo.Sus palabras impactaron a Avery ms de lo que se haba imaginado.

    Quera ir respondi el maestre mosqueado, mientras se pasaba un pauelopor la cara. Le rogu al Decano Thobicus que me dejara acompaarte.

    El Decano Thobicus rehus? Cadderly no pudo creer que el plcido decanorechazara una peticin de uno de sus maestres.

    Yo rehus explic Elbereth.Cadderly, escptico, le mir fijamente por encima del hombro de Avery.

    Soy el Prncipe de Shilmista le record el elfo. Nadie puede entrar en misdominios sin mi permiso.

    Por qu rechazarais al Maestre Avery? se atrevi a preguntar Cadderly,ante un Avery silencioso y ms bien desesperado, signos que le dijeron que era mejorolvidar el tema.

    Como te dije replic el elfo, iremos a buen ritmo. Los caballos no nospueden llevar a travs de todos los pasos de las montaas, y me temo que el maestre nopodr mantener la marcha. No retrasar mi vuelta, y no quiero dejar a un hombreexhausto en un lugar perdido para que muera.

    Cadderly no pudo refutarlo, y la expresin avergonzada de Avery le rog noseguir adelante.

    Slo vos y yo? pregunt Cadderly al elfo, con un tono que revelaba que noestaba contento con la idea.

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    No respondi Avery. Otro ha accedido a acompaaros, ante la peticin delPrncipe Elbereth.

    La Maestre Pertelope?Lady Maupoissant.Danica! El nombre impact como la coz de una mula en la cara de Cadderly. Se

    enderez, con los ojos muy abiertos, y trat de descubrir cundo Elbereth habaencontrado la oportunidad de invitar a Danica al viaje. Su Danica! Y ella habaaceptado! Se pregunt si Danica, antes de acceder a irse, saba que tambin l seaventurara en el bosque.

    Por qu te sorprende tanto? pregunt Elbereth, con un ligero tono desarcasmo en su voz. Dudas de...?

    No dudo de nada cuando Danica est interesada respondi Cadderly conrapidez. Su semblante, con el ceo fruncido, se transform en una expresin dedesconcierto al darse cuenta de las muchas implicaciones de su afirmacin.

    Tranquilo muchacho dijo Avery, agarrndolo con firmeza. Danica accedia ir slo cuando descubri que t acompaaras al Prncipe Elbereth.

    Como queris aadi Elbereth con malicia, y Avery se uni a Cadderly en lamirada ceuda; ambos saban que el comentario que haba hecho el elfo era parasembrar la duda en Cadderly.

    Deberamos marcharnos en una hora dijo Elbereth, impasible, con una calmatotal. El pelo negro y los ojos plateados brillaron en la luz matutina que se filtraba por laventana de la habitacin de Cadderly. Entonces vendrs con lo que hayas empacado y

    padecers en silencio cualquier adversidad que sufras como resultado de lo que te hayasdejado. El alto y orgulloso elfo se volvi y se fue sin decir nada ms.

    Me est empezando a caer mal admiti Cadderly mientras se apartaba deAvery.

    Teme por su hogar explic el maestre.Es arrogante.La mayora de los elfos lo son dijo Avery. Es porque viven tanto tiempo.

    Les hace creer que han experimentado mucho ms que cualquier otro, y que por lotanto, son ms sabios que los dems.

    Han experimentado y son ms sabios? pregunt Cadderly, mientras bajabaun poco los hombros. No haba considerado este hecho respecto al Prncipe Elbereth,que el elfo haba visto ms en su vida de lo que Cadderly vera nunca, y probablementevivira ms despus de que su cuerpo no fuera ms que un montn de polvo.

    Algunos s, y desde luego son ms sabios, supongo respondi Avery, perono la mayora. Los elfos se han vuelto cada vez ms desconfiados y racistas. Se

    encierran en s mismos y en sus tierras, y saben poco de ms all de sus fronteras. Mereun con el Prncipe Elbereth hace tres dcadas y creo que he aprendido mucho msque l en este tiempo. Es igual que era entonces en apariencia y actitud.

    Bien prosigui Avery, al tiempo que se encaminaba hacia la puerta. Tedejar para que hagas los preparativos. Elbereth dijo una hora, y no contara con queesperara un momento ms!

    No me importa si ha vivido durante siglos remarc Cadderly justo cuando elmaestre sala de la habitacin. Pero entonces continu el joven cuando Avery le diola espalda, no estoy seguro de que yo haya empezado a vivir del todo.

    Avery escrut a Cadderly durante un largo rato, cogido con la guardia baja por lasinesperadas palabras. Haba notado un cambio en Cadderly desde su incidente con

    Barjin, pero esto era la evidencia ms dramtica de que algo angustiaba profundamenteal chico. Avery esper unos instantes ms, y entonces, al ver que Cadderly no tena nada

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    ms que decir, se encogi de hombros y cerr la puerta.Cadderly se sent en la cama con los ojos muy abiertos. El mundo iba demasiado

    rpido para l. Por qu Elbereth le haba pedido a Danica que les acompaara? Porqu tena que haber matado a Barjin? El mundo iba demasiado rpido.

    Y l iba demasiado lento, entendi de pronto. Encontrara suficiente tiempo para

    la introspeccin en el camino; ahora mismo se tena que preparar para el viaje, antes deque Elbereth lo alejara de la biblioteca con lo que llevaba puesto.Embuti la bolsa con ropas adicionales y los tiles de escritura, luego meti el

    tubo de luz mgica, un aparato estrecho y cilndrico el cual, cuando se le sacaba la tapa,emita un rayo de luz que Cadderly poda ensanchar o estrechar con un simple giro de lamueca.

    Satisfecho con el equipaje, el joven erudito se visti con la capa de viaje de sedaazul y el sombrero de ala ancha con una cinta roja adornada con el smbolo sagrado deDeneir del ojo sobre la vela. Recogi su bastn con la cabeza de un carnero y seencamin hacia el saln.

    En la puerta, se volvi, paralizado por los gritos de su conciencia.

    Baj la mirada al anillo emplumado, como si eso le pudiera dar algn consuelosobre lo que saba que tena que hacer. La base del anillo era circular y hueca, contenaun vial diminuto con veneno de estilo drow que Cadderly haba preparado. La punta deldardo era la ua de un gato y, una vez encajado en el hueco del bastn de paseo deCadderly, se transformaba en un arma poderosa.

    Pero Cadderly no confiaba demasiado en ello. Usar la cerbatana requera tiempopara preparar el dardo, y ni siquiera estaba seguro de su eficacia. El veneno drow nodura demasiado en el mundo exterior, y aunque Cadderly se haba tomado muchasmolestias para proteger su inversin guardando los viales sellados en una caja resistenteencantada con un conjuro de oscuridad, haban pasado ya muchas semanas desde sufabricacin.

    Con desgana el joven erudito volvi al armario y puso las manos sobre el pomo dela puerta. Mir a su alrededor impotente, como si buscara una manera de escapar deaquella trampa.

    No deba fallar en su investigacin de un ao.Cadderly abri la puerta del armario ropero, escogi una correa ancha de entre

    docenas de correajes de cuero que colgaban de la barra, y se la at a la cintura. Lucauna funda de poca profundidad en un costado, que contena una ballesta de mano dediseo drow. Despus cogi una bandolera, y encontr algn alivio en el hecho de queslo quedaran tres dardos explosivos. Tena casi cuarenta dardos (estaba fabricada paracontener cincuenta) pero sus centros estaban ahuecados y vacos, todava sin los viales

    diminutos de Aceite de Impacto que conferan, a los tres que estaban cargados, un airemaligno.A pesar de sus sentimientos encontrados, no pudo resistir deshacer el nudo y sacar

    la ballesta. Era un objeto bello, labrado a la perfeccin por Ivn y Pikel, pero esa bellezapalideca al lado de los ojos sin vida de Barjin, ya que sa era el arma que Cadderlyhaba utilizado en ese aciago da. Haba disparado contra la momia para tratar dedestruir al monstruo no-muerto cuando ste intentaba matar a Barjin. Un disparoatraves las escasas vendas de la momia e impact en el pecho del desarmado Barjinmientras ste yaca recostado contra el muro.

    Cadderly record con claridad el sonido del dardo cuando se rompi el vialmgico y explot, un eco penetrante que le persegua da y noche.

    Belago me dijo que te trajera esto dijo una voz desde la puerta. Cadderly sevolvi y se sorprendi al ver a Kierkan Rufo, alto y anguloso, inclinado en la entrada.

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    Aunque una vez fueron amigos, Rufo haba evitado muchas veces a Cadderly en las dosltimas semanas.

    Cadderly se sobresalt cuando Rufo le ofreci una vasija pequea de cermica, yaque saba lo que contena. La tienda de alquimia de Belago estall durante la confusinde la Maldicin del Caos, y el alquimista pens que la frmula del Aceite de Impacto se

    haba quemado en el incendio. Sin lamentar la prdida, Cadderly minti y le dijo aBelago, que no recordaba dnde haba encontrado la receta, pero el alquimista, decididoa premiar al joven por sus heroicidades contra el clrigo de Talona, haba prometidorecuperarla.

    La misma expresin de resignacin que haba mostrado cuando recogi la ballestacruz por la cara de Cadderly cuando cogi el frasco. El contenedor era pesado;Cadderly presumi que con esa cantidad quiz podra llenar veinte dardos ms. Buscalgn tipo de salida para la situacin; pens en dejar que la vasija se le cayera al suelo,fingiendo un accidente, pero reconsider la opcin inmediatamente, al recordar las

    potenciales consecuencias catastrficas.Te sorprende verme dijo Kierkan Rufo con su voz montona. El cabello

    negro se le pegaba a la cabeza y sus ojos oscuros centellearon como puntitos de brillantenegrura.

    ltimamente no has estado mucho por aqu replic Cadderly, al subir losojos para mirar al joven ms alto a la cara. Ests enfadado conmigo?

    Yo... tartamude Rufo, mientras mostraba una expresin de incomodidad.Pas una mano por su enmaraado pelo negro. La maldicin me afect

    profundamente explic.Olvida la maldicin aconsej Cadderly, sintiendo algo de compasin, aunque

    no demasiada, ya que los hechos de Rufo durante la maldicin no haban estado bajosospecha. El joven incluso le haba hecho insinuaciones a Danica, que sta prontodesalent golpeando a Rufo con dureza.

    Hablaremos del tema cuando vuelva dijo Cadderly. Ahora no tengotiempo...

    Fui yo quien te empuj escaleras abajo proclam Rufo de buenas a primeras.Cadderly se qued con la rplica en los labios y con la boca abierta. Haba sospechadode Rufo, pero nunca esper que lo admitiera.

    Muchos actuaron como necios durante la maldicin se las arregl para decirCadderly despus de un largo silencio.

    Esto fue antes de la maldicin le record Rufo. De hecho, la accindesencaden los acontecimientos que llevaron a la maldicin.

    Por qu me ests diciendo esto? pregunt Cadderly entrecerrando los ojos

    debido al enojo. Y por qu lo hiciste?Rufo se encogi de hombros y apart la mirada.El clrigo malvado, supongo murmur. Me atrap en la bodega cuando t

    fisgabas por la escalera que acabbamos de descubrir.Entonces olvida el incidente dijo Cadderly de la manera ms suave que

    pudo, y no te culpes. Barjin era un enemigo poderoso, con trucos y encantamientosms all de nuestra comprensin.

    No puedo olvidarlo respondi Rufo.Entonces, por qu vienes? restall Cadderly. Debo perdonarte? De

    acuerdo, lo hago. Te perdono. Libero tu conciencia. Cadderly lo apart, para dirigirseal saln.

    Rufo le agarr por el hombro y le hizo dar media vuelta.No te pido que me perdones hasta que yo me haya perdonado explic, y su

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    expresin lastimera impresion a Cadderly.Todos tenemos algo que perdonarnos remarc Cadderly, mientras miraba el

    frasco que tena en las manos. Su mirada traicion sus pensamientos obsesivos sobre lamuerte de Barjin.

    Deseo ir contigo dijo Rufo.

    Cadderly no pudo responder hasta al cabo de un rato; aquel da Rufo estaba llenode sorpresas!Debo recuperar mi dignidad explic el joven anguloso. Como t, debo

    localizar la amenaza, o lo que sea, hasta el final. Solamente entonces podr perdonarmelas cosas que hice cinco semanas atrs. Cadderly se dispuso a dirigirse al saln, peroRufo lo detuvo con determinacin.

    Los hermanos Rebolludo se han ido le record ste. Y el druida Newandermuri. Puedes necesitar ayuda.

    Le preguntas a la persona equivocada respondi Cadderly. El DecanoThobicus...

    El Decano Thobicus dej la eleccin al Maestre Avery interrumpi Rufo,

    y Avery te la dej a ti. Puedo ir con tu permiso, segn dicen ellos, y el Prncipe Elberethtambin est de acuerdo.

    Cadderly titube y lo pens durante un instante. Despus de todo lo que habapasado, no estaba seguro de poder confiar en Rufo, pero no poda ignorar la mirada desplica en los ojos oscuros del delgado joven.

    Tienes menos de media hora para preparar tu equipaje dijo. La cara oscura deRufo se ilumin.

    Ya estoy preparado.Por alguna razn, Cadderly no se sorprendi.Elbereth y Danica estaban esperando a Cadderly ante las ornamentadas puertas

    principales de la biblioteca. All tambin esperaban Avery, Pertelope, y dos caballos derepuesto; aparentemente los maestres confiaban en que Cadderly dejara que Rufo losacompaara.

    Danica sonri de oreja a oreja cuando vio a Cadderly, pero esa expresin se disipinmediatamente y frunci la boca con desagrado cuando vio a Rufo salir por las puertasdetrs de Cadderly.

    Cadderly slo ofreci un encogimiento de hombros como explicacin mientrasmontaba el caballo que estaba junto al de Danica.

    La cara de la luchadora se suaviz cuando vio la torpeza de Rufo al montar acaballo. El chico era muy desmaado, y Danica tuvo compasin. Hizo un gesto endireccin a Cadderly; ella tambin estaba decidida a dejar el pasado atrs y concentrarse

    en el camino que tenan por delante.Vers muchas cosas a lo largo del camino y en el bosque lfico dijoPertelope a Cadderly acercndose a su caballo. Cadderly trat de no fijarse en el vestido

    poco apropiado y remilgado, pero las mangas largas parecan fuera de lugar,especialmente en un caluroso da veraniego.

    Maravillosos espectculos continu Pertelope. S que aprenders ms en tucorto tiempo fuera de la biblioteca que en todos los aos que has estado aqu.

    Cadderly la mir con curiosidad, sin saber cmo tomarse sus extraas palabras.Comprenders explic Pertelope, mientras trataba de contener una risa

    sofocada, para no rerse del joven erudito. Hay ms cosas en la vida que las aventurasde otros, y ms en las vivencias que en leer libros.

    Pero cuando tengas algn tiempo libre all fuera... prosigui, y sac un granlibro de debajo de su tnica. Cadderly identific el libro tan pronto se lo pas, ya que l,

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    como todos los clrigos de su religin, haba estudiado la obra desde sus primeros dasen la biblioteca, el Tomo de la Armona Universal, el libro ms sagrado de Deneir.

    Para que me d buena suerte? pregunt, an confundido.Para leer respondi Pertelope tajante.Pero...

    Estoy segura de que has memorizado la obra interrumpi Pertelope, perodudo que jams lo hayas ledo fielmente.Cadderly se pregunt si pareca tan estpido como se senta. Conscientemente se

    forz a cerrar la boca.Las palabras pueden ser ledas de muchas formas dijo Pertelope, y se puso de

    puntillas para darle un pellizco en la mejilla. Eso era para darte buena suerte explic la maestre, lanzando un guio en direccin a Danica.

    Deseara ir con vosotros! lament el Maestre Avery de pronto. Oh, verShilmista de nuevo! Se pas un pauelo por los ojos y a continuacin por la cararechoncha.

    No puedes dijo Elbereth con frialdad, cansado de la larga despedida. Toc las

    riendas de Temmerisa, su semental blanco, y el poderoso caballo trot, con el sonido deun millar de campanas acompaando cada paso. Kierkan Rufo sigui al elfo y Danicatambin empez a alejarse.

    Cadderly apart la mirada del Tomo de la Armona Universal, la pos en laMaestre Pertelope y sonri.

    Tu manera de ver el mundo cambiar a menudo mientras madures dijoPertelope en voz baja para que los otros no lo pudieran or. Y aunque las palabras dellibro siempre son las mismas, la lectura de ellas no. El corazn de Deneir es el coraznde un poeta, y el corazn de un poeta deriva con las sombras de las nubes.

    Cadderly aguant el recio libro con ambas manos. Su comprensin del mundo, dela tica, haba cambiado. Haba matado a un hombre, y de alguna manera encontr su

    primera aventura ms all de los miles sobre las que haba ledo en los libros deleyendas.

    Lelo dijo Pertelope seria. Se volvi hacia la biblioteca, cogi a Avery delbrazo, y se lo llev a rastras.

    La montura de Cadderly dio su primer paso, y el joven clrigo se puso en camino.

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    4Incertidumbre

    Felkin mir alrededor, a sus ocho camaradas, y se sinti terriblemente inseguro apesar de la compaa. Se haban internado en las profundidades de Shilmista bajo lasrdenes de Ragnor, el brutal e implacable ogrilln. Felkin en modo alguno haba puestoen duda las rdenes, ni siquiera ante sus semejantes, pensando que cualquier peligro queles aguardara en el bosque lfico no podra competir con el indudable destino de la irade Ragnor.

    Ahora Felkin no estaba tan seguro. No haban visto ni odo nada, pero los nueve

    miembros de la partida de exploracin goblin notaban que no estaban solos.Qu ha sido eso? grazn un goblin, mientras se agazapaba en una posturadefensiva y trataba de seguir una figura, esquiva y veloz, a travs de las sombrascrecientes. Todos los del grupo se movieron nerviosos, sintindose vulnerables.

    Quietos! les rega Felkin, al temer ms al sonido que a los supuestosespas.

    Qu ha...? trat de repetir el goblin, pero sus palabras se interrumpieroncuando una flecha se le hundi en el cuello.

    Los ocho goblins que quedaban gatearon en busca de una cobertura, hundindosebajo los helechos y arrastrndose hacia los olmos. Felkin oy un sonido parecido alchasquido de una rama, y el goblin ms cercano ascendi en el aire, entre pataleos y

    jadeos, al cerrarse sobre su cuello un dogal de enredadera.Esto fue demasiado para otros dos. Saltaron y rompieron a correr hacia los

    rboles. Ninguno de los dos dio ms que unos pocos pasos antes de que las flechas losderribaran.

    Dnde estaban? pregunt Felkin a sus compaeros.Izquierda! grit un goblin.Derecha! chill otro.Cay una rfaga de flechas, que atravesaron los helechos y se clavaron en los

    rboles, y luego todo qued en silencio. El goblin que estaba colgado detuvo su forcejeoy empez a girar con lentitud a causa del viento.

    Felkin avanz a rastras hacia uno de sus compaeros, que estaba quieto entre loshelechos.

    Quedamos cincos razon Felkin. Cuando el otro no respondi, le dio lavuelta.

    El asta de una flecha sala de uno de los ojos del goblin. El otro ojo miraba alfrente inexpresivo.

    Felkin dej caer el cuerpo y se revolvi alejndose a lo loco, lo que provocvarios flechazos. A un lado, otro goblin trat de correr y fue liquidado con una eficacia

    brutal.Vaya, slo quedan cuatro de vosotros dijo una voz melodiosa en lengua

    goblin, pero con el inconfundible acento de una elfa. Quiz slo tres. Queris salir y

    luchar conmigo en buena lid?Conmigo? repiti Felkin en voz baja. Solamente un elfo? Toda su

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    partida haba sido esquilmada por un elfo? Con audacia, el goblin levant la cabeza porencima de los helechos y vio a la guerrera elfa, espada en mano, en pie junto a un olmocon el arco, al alcance de la mano, apoyado en el rbol.

    Felkin mir su tosca lanza, mientras se preguntaba si podra arrojarla. Uno de suscompaeros al parecer abrig la misma idea, ya que el goblin salt de los helechos y

    arroj la lanza.La elfa, prevenida, cay de rodillas, y la lanza vol inofensivamente alta. Msrpida de lo que Felkin poda ver, cogi el arco y dispar dos veces. El insensato goblinno tuvo la oportunidad de agazaparse para cubrirse con los helechos. La primera flechase clav con un ruido sordo en el pecho y la segunda alcanz al goblin en el cuello.

    Felkin mir de nuevo la lanza, contento de que uno de los otros le demostrara sunecedad. Por lo que pareca, slo quedaban l y otro; todava dos contra uno si podanacercarse a la guerrera elfa.

    Felkin! oy que le llamaban, y reconoci la voz de Rake, un buenguerrero. Cuntos nosotros?

    Doses! respondi, luego se dirigi al elfo. Somos doses, elfo. Dejars tu

    sucio arco y luchars con honradez?La elfa volvi a dejar el arco apoyado contra el rbol y sac la espada.

    Entonces venid dijo. El da se acaba y me espera la cena!Ests listo Rake? grit Felkin.Listo repiti el otro goblin con entusiasmo.Felkin se pas la lengua por los labios agrietados y afirm sus pies blandos para

    una buena salida. Haba mandado a Rake contra la elfa y aprovechar la distraccin parahuir hacia el bosque.

    Listo! le asegur Rake.Carga! grit Felkin, y oy el susurro de las hojas cuando Rake, lejos, a su

    derecha, salt de entre los helechos. Felkin, tambin brinc, pero escap hacia laizquierda, alejndose de la elfa. Mir a sus espaldas una vez, pensando que era mslisto, y vio que Rake se haba retirado del mismo modo hacia la derecha. La elfa quesonrea divertida, cogi el arco.

    Felkin baj la cabeza y corri a toda velocidad hacia las sombras, tan rpido comosus larguiruchas piernas de goblin le permitan. Le lleg la vibracin de la cuerda de unarco y unas maldiciones. Felkin se hizo ilusiones al saber que la elfa haba seguido a sucompaero.

    Oy un grito de agona y supo que estaba solo. Continu, sin atreverse a reducir lavelocidad. nicamente unos minutos ms tarde, pens que se oa un susurro a suse