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creación y vida enero 4 de 2009 E D I C I Ó N 844 6 Una joya poética 7 Esta es nuestra Feria 8 Estampas del toreo Una ganadería emblema de Manizales 4 4 2 Breve historia de Dosgutiérrez
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PAPEL SALMÓN 4 ENERO

Mar 22, 2016

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1enero 4 de 2009

creación y vida enero 4 de 2009

E

D I C I ÓN

844

6Una joyapoética

7Esta esnuestra Feria

8Estampas del toreo

Una ganadería emblema de Manizales

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2Breve historia de Dosgutiérrez

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TOROS

El Fraile - Papel Salmón Ha sido motivo de regocijo general el

homenaje que a través de Cormanizales le ha hecho la familia taurina maniza-leña a los hermanos Hernán y Ernesto Gutiérrez Arango, por haber llegado Dosgutiérrez, la ganadería por ellos fun-dada, a sus sesenta años de exitosa exis-tencia. El dedicar su Feria anual a estos dos destacados criadores de Toros de Casta es un gesto que agradece no sólo “su gente” sino toda la afición de la “Ciu-dad que hizo la Ferias en Colombia”, ya que Dosgutiérrez dejó, hace años, de ser parte del peculio particular de una fa-milia para convertirse en patrimonio del público de la ciudad que vio nacer a sus fundadores.

Conocedores los directivos del Perió-dico de Casa de mi añeja cercanía no sólo con los ganaderos mayores si no también con sus familias, me encomen-daron recavar “el baúl de los recuerdos” en busca de momentos, anécdotas, vi-vencias, penas, alegrías, triunfos y fra-casos, tanto de esta divisa como de sus fundadores.

Una ganadería con personalidad propia

Más que contar que la afición por los toros de los Gutiérrez Arango venía desde su abuelo, Don Liborio con los re-cordados toros de La Finaria, pasando

Breve historia de

por su padre, don Roberto, quien aún siendo niños los conducía de la mano a presenciar los remedos de corridas que se programaban en los diversos Circos que hubo en la ciudad, o que fundaron la hoy homenajeada dehesa en el año de 1948 con ganados procedentes de Es-tela, Vistahermosa, Clara Sierra y Las Mercedes, o que en el año de mil nove-cientos cincuenta y dos importaron la primera sangre española de Murube, para conservar en solitario ese encaste, vale decir eliminando lo que habían ad-quirido localmente, o que en el año de mil novecientos sesenta y nueve dividie-ron la ganadería, conservando Hernán, el hermano mayor, hierro y divisa e ini-ciando Ernesto la lidia de sus toros con su nombre, lo que pretendo es mostrar cómo la afición a una actividad, como es la taurina, los llevó a crear, mantener y dejar para el futuro de Colombia y su fiesta, unas ganaderías estructuradas, cimentadas, con personalidad propia y por sobre todo generadoras de entrete-nimiento, alegría y pasión para el espec-táculo taurino en general, pero para sus coterráneos en particular.

Ernesto fue quien empezó

Desde muchacho fue Ernesto quien demostró más afición por la Fiesta Bra-va y siendo estudiante en Bogotá asistía a cuanto evento taurino se presentara, Ilamárase capea, corrida, tertulia, tenta-dero o... festín. Hernán, por circunstan-cias de la vida había tenido que hacerse cargo de los negocios familiares, tras la temprana muerte de su padre, dado el hecho que la diferencia de edad entre los dos hermanos situaba al menor como escolar aún y al mayor como profesional del derecho, recién egresado.

Era tal la afición de Ernesto, que en una oportunidad, siendo muy joven aún,

Los hermanos Ernesto y Hernán Gutiérrez Arango (segundo y cuarto de izquierda a derecha) acompañados por el torero Pepe Cáceres y el hoy ganadero, Jorge Gutiérrez Gómez, en uno de los tantos homenajes de la afición. Fotos/Archivo LA PATRIA/Papel Salmón

EN LOS 60 AÑOS DE EXISTENCIA

Dosgutierrez es un patrimonio de la ciudad. Ernesto fue el que demostró más afición por la fiesta brava. La ganadería se asentó en la Hacienda Quimbaya. El amor fraterno y el respeto mutuo les hizo mantener una ganadería sobre la cual nunca tuvieron dife-rencias aunque tenían diferentes gustos sobre los toros.

Dosgutiérrez

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TOROS

PS

adquirió un toro procedente de una ga-nadería que tenía en el sur del país don Sixto Guerrero y lo envió a la finca ma-terna de Quimbaya, en la cual pastaría posteriormente la ganadería, en inmedia-ciones de Pereira. A decir del pichón de ganadero, el toro lo tendría “para verlo”, pero fue tan grande su infortunio que el famoso cuadrúpedo falleció a los dos o tres días de llegado, pues las plagas de la caliente zona risaraldense eran desco-nocidas para el pobre bóvido que venía de los lánguidos páramos pastusos. Pero no cejó el menor de los Gutiérrez Arango en su empeño de convertirse en criador de reses de casta, llegando al punto de convencer a su hermano sobre lo impor-tante que sería adquirir un lote de vacas y algunos sementales para crear una ganadería formal. (Fin del primer acto, en donde se demuestra que fue Ernesto, con su afición desmedida, quien llevó a Hernán a meterse en ese “berenjenal”).

Una anécdotaLa ganadería se asentó en la Hacienda

Quimbaya, ya mencionada, propiedad de doña Ernestina Arango, madre de los nuevos criadores y a quien, para decir verdad no le entusiasmaba mucho el asunto, pues la “gente del toro” no resul-taba propiamente de su agrado.

Muchas anécdotas hubo en Quimbaya que hoy deben recordar algunas perso-nas, como la del conocido “Relampagui-to”, quien se había convertido en una especie de asesor ad-hoc de los nóveles ganaderos y quien, como buen español, rehuía a la regadera como cualquier san-to a las puertas del pecado.

Algún día La Chula, como era conoci-da la madre de los Gutiérrez, inquirió al taurófilo, no sin cierto toque de desdén, sobre las razones de su nula afición al baño diario, a lo cual con el mayor des-parpajo contestó Relámpago: “Señora y qué quiere usted, ¿Qué me oxide?”.

La afición de Hernánse despertó

Poco a poco y siendo ya dueño de re-ses de lidia, renació en Hernán una afi-ción por la fiesta que tal vez hibernaba en su espíritu y que no había salido a flote por diversas circunstancias, que a decir verdad desconocemos.

Iniciaron pues su periplo de “ganade-ros” al principio con más descalabros que victorias, trabajando incesantemente en mejorar su explotación, destacándose el hecho que a pesar que cada uno tenía una visión diferente de lo que buscaban en el comportamiento de un animal en el ruedo, lograron, gracias al amor frater-

no y al respeto que mutuamente se pro-fesaban, mantener una ganadería sobre la cual nunca tuvieron las más mínima diferencia, aun cuando socarronamente entre ellos, charlando, se decían que al uno le gustaban los toros mansos y al otro los que le mordían el culo a los to-reros.

Decidieron dividirseComo ya dije, y a pesar de nunca ha-

ber tenido diferencias durante los años que fueron “socios” en la ganadería, de aceptar de buena gana cualquier deci-sión que uno de los dos tomara en deter-minada circunstancia, al hecho que Her-nán era más refunfuñón y belicoso que el siempre culto y comprensivo Ernesto, a que el menor era más dado a la “farán-dula taurina” y el mayor más retrechero en esos temas, resolvieron partir la ga-nadería y manejar cada punta de manera independiente.

Más que la causa que los llevó a tomar esa determinación, lo importante y que demuestra una vez más el respeto y con-fianza que depositaba el uno en el otro, fue la forma como lo hicieron.

Tendría Miguel, o Miguelucho como le decía cariñosamente su tío Hernán y quien desde niño mostró una afición des-medida por el campo en general y por los toros en particular, trece o catorce años y fue a él a quien los hermanos le en-comendaron que hiciese dos grupos de vacas con su correspondientes sementa-les para ellos, posteriormente, determi-nar para quién sería cada lote; en poco ocupó a “los Dosgutiérrez” el método que emplearían para determinar cuál sería la punta de quien y con la sencillez y prac-ticidad que siempre los caracterizó de-cidieron “jugarla a la cara y sello” y así quedaron repartidos sus ganados.

Y la moneda la lanzó al aire el hoy exi-toso ganadero Miguel Gutiérrez, quien entonces no era más que el imberbe y juicioso Miguelucho, sobrino consentido de Hernán.

De El Tigre a Cundinamarca

Una vez “encartado” cada uno de ellos con su ganadería, Hernán llevó su punta para la Hacienda El Tigre y buscó en su hijo Jorge ayuda en el manejo del hato bravo. No hubo buenos resultados en esas tierras, pues como es bien sabido hay zonas geográficas que “dan” toros

bravos y otras que no y el área de Perei-ra produjo animales ásperos y violentos, aspectos que añadidos al gusto del gana-dero mayor de criar toros encastados y fieros, produjo un cocktail bastante ale-jado del gusto de los toreros de la épo-ca, razón por la cual hubieron de buscar tierras altas y las encontraron en Pacho, Cundinamarca, cercanas a Bogotá en donde residían los dos, a donde se tras-ladó la ganadería hace ya treinta y seis años, influyendo el medio en atemperar la aspereza inicial, pero siempre conser-vando la línea de trapío, bravura y emo-ción que pedía Hemán a sus toros.

El corolario que los actuales regen-tes de los dos hierros, bajo los cuales se lidian hoy en día los ganados de los hermanos Gutiérrez Arango, me solicita-ron que incluyera en esta nota, es que no importa en qué zona del país se haya fundado esta ganadería, en cuántas ra-mas está actualmente dividida ni quién de la familia las regente, ni dónde pasten sus toros, los Dosgutiérrez siempre han sido, son y seguirán siendo los toros de Manizales y las ganaderías que con su misma procedencia hoy conviven segui-rán siendo hermanadas e inseparables, como lo fueron sus fundadores.

Reciban un abrazo de su amigo. El Fraile Hernán Gutiérrez Arango, el torero español Julio Robles y Ernesto Gutiérrez Arango.

Ernesto Gutiérrez Arango en su juventud.

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TOROS

PS

Jaime Pinzón Medina*- Papel Salmón

Hernán escribió esta poesía en Manizales. La primera versión es del 4 de octubre de 1999 y

la segunda es del 16 de noviembre del mismo año. Aquí la transcribo después de examinar las variantes para escoger la forma que me parece óptima.

Agradezco al poeta, artista y amigo que me honró en gran manera al dedi-carme estos versos, los cuales entran a hacer parte de la antología de las más bellas descripciones del caballo.

El papa Pablo VI dijo en una ocasión que el caballo es el más hermoso de los animales de la creación. Pues bien, los caballos de raza andaluza son de los más bonitos entre todos los equinos y por sus cualidades se prefieren a los demás para el toreo a la jineta.

Hagamos a continuación un sencillo

UnaLA JACA TORERA

Hernán Jaramillo Jaramillo (“Toto”)

Mostrando su fina estampa y con un porte altanero, dilatados los ollares,un corcel irrumpe al ruedo.

Los ijares temblorosos, la grupa de terciopelo y su crin una divisaque peina el aire torero.

La jaca cascos de plata con su galope señero,al compás de un pasodoble marca su ritmo en el suelo.

Y al burlar la acometidade un toro en muerte berrendo, deja grabada su sombra dibujo de un sol moreno.

Un monumento a la gracia, eternizado en el tiempo.

comentario del título del poema y de cada uno de los versos.

- La jaca torera. Entre las acepcio-nes que los diccionarios dan del vocablo “jaca”, se cuentan las siguientes:

1a. Caballo cuya alzada no llega a sie-te cuartas. 2a. Yegua. 3a. En Andalucía, caballo castrado de poca o mediana al-zada.

En nuestro poema hay que descartar el primer significado porque más adelan-te se dice que “un corcel irrumpe al rue-do” y el corcel es un caballo de mucha alzada. El segundo significado tampoco cuadra porque si “un corcel irrumpe al ruedo” es evidente que no puede ser una yegua. Podría caber el tercer significado, pero no es muy probable dadas la alza-da y la belleza del caballo, esta última propia de un animal entero, es decir, no castrado. De todo lo cual se deduce que la voz “jaca”, en el mundo del arte de Ma-rialba, se aplica al caballo de rejoneo.

- Mostrando su fina estampa. Este primer verso confirma las apreciaciones anteriores, según las cuales el caballo de la poesía es un semental andaluz, un “cartujano” como los que Don Ángel y Don Rafael Peralta trajeron a Manizales por allá en 1964, de crespas crines y que “campaneaban” al caminar.

- Y con un porte altanero. Ante todo un porte elegante que se vuelve altane-ro en cuanto desafía al toro que saldrá a embestir.

- Dilatados los ollares. Porque el ca-ballo aguza su olfato para mejor advertir el peligro y porque aspira el aire que le permitirá correr para defenderse.

- Un corcel irrumpe al ruedo. El Dic-cionario de la Real Academia -DRAE-define al corcel como “caballo ligero, de mucha alzada, que servía para los tor-neos y batallas”. Que sea de gran alzada no es condición para el caballo de rejo-nes. Ha de ser ligero, esto es, ágil y rela-

tivamente veloz, sin que precise de la ra-pidez del Quarter Horse o del árabe. Su ligereza no implica que sea liviano o de poco peso; el caballo andaluz -y más si es un “cojudo”- debe ostentar cierto vo-lumen. En estas condiciones puede com-petir en el torneo de la corrida y librar la batalla de la tauromaquia.

- Los ijares temblorosos. Por el mie-do que siente la jaca, por el temor que le infunde su enemigo.

- La grupa de terciopelo. Suave y se-dosa, brillante, asentada. Se trata, evi-dentemente, de la grupa del caballo. Hay otra grupa, llamada también “gurupera” o baticola, que es una especie de correa que asegura la silla pasando por debajo del maslo de la cola del animal para que la montura no se corra hacia adelante. La grupa o baticola colombiana es de lo más feo que pueda verse en una bestia ensillada; menos mal que la andaluza es discreta.

- Y su crin, una divisa. El toro lleva una cinta o banderita de color, divisa de su ganadería. La divisa del caballo es su crin.

- Que peina el aire torero. En el toreo a caballo la crin de la jaca no es peina-da con un peine material ni la peina un mozo de cuadra sino que, en la función misma, la peina “el aire torero” por el movimiento del caballo.

- La jaca cascos de plata. El color y el brillo de los cascos denotan la finura del animal.

- Con su galope señero. Es un aire único, sin par, galope corto y elegante, no largo ni mucho menos tendido. Una de las versiones reza: “con su gracia y su salero”; se prefiere la otra porque la pá-labra gracia aparecerá al final y porque el galope marca el ritmo del pasodoble, como se dice enseguida.

- Al compás de un pasodoble. El pa-sodoble es por antonomasia la música de las corridas de toros.

- Marca su ritmo en el suelo. El caba-llo, al galopar, marca el ritmo de su pro-pio movimiento y el ritmo del pasodoble mediante sus cascos, que suenan como

castañuelas o como el zapateado de los “bailaores”.

- Y al burlar la acometida. Otro hu-biera dicho “y al esquivar la embestida”, pero Hernán construyó este verso con mayor elegancia.

- De un toro en muerte berrendo. La expresión “un toro en muerte” suena muy castiza; quiere decir un toro lidiado a muerte. Berrendo, como adjetivo, se usa para indicar que la res tiene man-chas de color distinto del de la capa.

- Deja grabada su sombra. Es la som-bra de la jaca, no la del toro. Aunque este último proyecte también su sombra, la que interesa aquí es la del sujeto del poe-ma, el caballo torero.

- Dibujo de un sol moreno. El sol moreno, moruno o morisco es el sol de los moros, el sol ibérico. La estrofa que termina con este verso es, a mi parecer, la más poética e inspirada. La acometida del toro forma un paralelo con la sombra de la jaca, y al toro berrendo correspon-de el sol moreno; el grabado y el dibujo van de la mano.

- Un monumento a la gracia. Gracia es “garbo, donaire y despejo en la ejecu-ción de una cosa” (DRAE). Se puede pen-sar que el monumento a la gracia es la sombra de la jaca, grabada en la arena del circo; todo monumento es obra de un artífice, que en este caso es el sol more-no; el monumento es pictórico, un dibu-jo; el modelo, es el caballo. No obstante, se da una segunda posibilidad: el artista es el caballo, el instrumento es el sol,, el monumento es la sombra. La tercera posibilidad es el caso supremo: el monu-mento es la Jaca y el artista es Dios.

- Eternizado en el tiempo. La jaca to-rera es un ser de tan extremada belleza que alcanza a pisar los umbrales de la eternidad. Esta es propia de Dios, como el tiempo lo es de las criaturas. Todo monumento como que llega a rozar la eternidad, en la medida en que perma-nece a través del tiempo. El caballo es un monumento vivo, una criatura temporal cuya belleza es un reflejo de la Belleza Eterna

*Presbítero

Bella descripción de un caballo

joya poética

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TOROS

PS

José Orrego Peralta* - Papel Salmón

Crear un evento de importancia, cranearlo, dirigirlo y terminarlo con éxito, es tarea difícil.

Es el caso de la Feria de Manizales, cuando por idea y más que eso pálpito del arquitecto señor José María Gómez Mejía, quien acompañado de su dignísi-ma esposa Mariela López, se dio el gran paso, y los resultados no tardaron en lle-gar, siendo así que, en nuestros días, se sigue marcando la pauta de lo que qui-

sieron hacer sus iniciadores.

Y, efectivamente, por esas calendas, se conformó un grupo selecto de ciudada-nos entre quienes se encontraban Óscar Hoyos Botero, Mario Vélez Escobar, Car-los Arturo Jaramillo, José Manuel Ho-yos, Roberto Cardona Arias, pionero éste que fue de las narraciones taurinas en Colombia, Arturo Arango Uribe, Gabriel Pineda González y otros tantos, siendo ellos, que, quitándole horas preciosas a sus labores cotidianas, despejando du-das y haciendo los contactos necesarios con los grandes empresarios del mundo, tanto en el aspecto taurino, como en el artístico, lograron dar inicio al mejor evento ferial de América.

Y para no ir muy lejos, hablando de la Feria de Manizales, es bueno decir que fuera de España y desde México, hasta nuestros lares, pasando a su vez por el Perú o por el propio Ecuador, la feria nuestra tiene un aire distinto, un mejor colorido, una alegría más intensa, gracias a la bondad y al señorío de sus gentes.,

Muchos la imitan, pero ha sido difícil a su vez superarla.

Y por ello hay que decir que, algunos dentro de su estilo periodístico, han equivocado los términos respecto a las normas precisas de nuestro certamen. Unos al principio creyeron que la feria era un carnaval, donde iba la Colombina del brazo de su Pierrot enamorado... Sin embargo todo aquí es diferente.

Y qué bueno agregar que, la Feria ha tenido aire y sabor español, quedando demostrado ello en su magnífico desfile de las Carretas del Rocío, así como en su famosa y tradicional Procesión de La Macarena o en la misma temporada tau-rina que recoge a los mejores artistas del ruedo y la cual figura dentro del calen-

dario de los grandes centros donde se oficia con el dios Tauro.

Precisamente, el espectáculo del toro lo ha descrito bellamente el fino escri-tor manizaleño Carlos Ariel Gutiérrez, colaborador que fuera del diario LA PA-TRIA y residenciado por mucho tiempo en México, cuando dijo:

La faena taurina, bajo el símbolo de “oro, sangre y sol”, tal como se anuncia en los grandes carteles murales, es de una trágica y deslumbrante belleza; un juego de vida o de muerte en la tarde morena, cuando la plaza es un inmenso corazón que vibra, palpita y tiembla”.

“Toreo grande, toreo chico, toreo pre-ciosista, toreo rondeño, todo esto es una fiesta para los ojos... La fina, estilizada y peligrosa geometría del toreo al natural, cuando la muleta se extiende y se curva grácil, airosa, mientras el cuerpo perma-nece inmóvil, y, la mano corre lenta como si solo la muñeca tuviera articulación;

Feria Una Feria con sabor y aire español

La creación de la Feria fue un pál-pito de José María Gómez Mejía. Nuestra Feria tiene un aire dis-tinto, un mejor colorido que otras ferias del continente. Las fiestas recogen a los mejores artistas del ruedo. Marco.

Esta es nuestra

todas las suertes, hasta el mismo esce-nario abigarrado y colorido, nos pueblan las pupilas de maravilla y emoción”.

Todo esto nos sirve de marco para de-cir que, Manizales con su Feria se llena de alegría sin par. Aquí no se presume la sonrisa. Ella ilumina el rostro de cada uno de sus habitantes, como preámbu-lo de la pureza de su raza... límpida y sencilla. El encanto de sus mujeres es trasunto riel de la inmensa blancura de su nevado. Ellas complementan con la gracia de su señorial porte y de su belle-za inigualable, el diáfano e irrenunciable atractivo de esta ciudad de rancia estirpe que siempre ha mirado segura su afortu-nado porvenir

*Periodista.

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8enero 4 de 2009

Director: Nicolás Restrepo EscobarEditora: Gloria Luz Ángel EcheverriCoordinadora: Victoria Eugenia Salazar VelásquezDiseño: Virgilio López ArceCircula con LA PATRIA todos los domingosCra 20 No.46-35. Tel 878 1700Impresión: Editorial LA PATRIA S.AE-mail: [email protected]: Afarolado de Juan Belmonte. Pintura de Roberto Domingo.Foto/Tomada de Enciclopedia Los Toros Cossio /Papel Salmón

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TOROS

en estanteria Estampas del toreo

Colección de cromos taurinos que venían en cajas de cigarrillos a principios de 1900.Foto/Archivo particular

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TOROS

PS

Jorge Raad Aljure.* Papel Salmón

“…y sólo así viéndolos nacer y vivir para morir,pueden adivinarse cuántas horas de afición, de pasión, amor y entrega quedan latentes en elganadero….”

Alvaro Domeq y Díez

La plaza está llena de espectadores en un impresionante multicolor. A diferencia, antaño predominaban en Manizales las

tonalidades oscuras. Los trajes informales son la generalidad. En las gradas hay desde niños has-ta ancianos, hay de todos los sexos. Hay asisten-tes de todas las tendencias políticas y religiosas así como de todos los rincones del país y de la ciudad y unos más del exterior, sin exclusión de ubicación social o económica. Hay pocos doctos en la tauromaquia. Otros, la mayoría, son afi-cionados de toda clase de connotaciones: unos toristas, otros toreristas y otros más a quienes los atrae el espectáculo simplemente.

Sin embargo, la esperanza está presente en todos y cada quien desea ver y oír lo de su agra-do: paseíllo, toreros y cuadrillas, monosabios, pasodobles, faenas, triunfos y uno que otro des-humanizado deseará presenciar una tragedia.

Hay temor e ilusión. Hay optimismo y confian-za. Hay deseo y expectación. Todos en la plaza tienen sentimientos que se volverán realidades o terminarán en una apabullante decepción. Hay de todo pero cualquiera que sea el final no será concluyente ni en la vida ni en la actividad de los actores ni de los asistentes. Sólo para el toro se-rán los últimos minutos de su vida para lo cual ha sido destinado desde su fecundación. Para-fraseando, habrá que decir: Ha muerto el toro viva el toro, o por el contrario excepcionalmente: El toro seguirá vivo, viva el toro.

Desde El PalcoLa corrida va a comenzar y los ganaderos o

sus representantes están allí. Ha pasado el tiem-po de la incertidumbre, desde al menos 16 años antes, de la contratación de sus reses como tam-bién ha finalizado la época de la cría. Ya no hay espacio para la selección, los novillos o toros, ellos están en los chiqueros. La Junta Técnica aprobó los animales para ser corridos, ya el sor-teo definió cual para quien. El ganadero respon-sable, como casi todos, tiene la inmensa preocu-pación por lo que se va a presentar en el ruedo. Cada veinte minutos en promedio se desgrana-rán angustia o sosiego, seriedad o sonrisas, verá y oirá aplausos o gritos inconformes, saludará desde el tercio o querrá guardarse en la esquina trasera, al final entenderá todo y deseará volver para refrendar el éxito o para reivindicarse. Ni el doctor Ernesto ni sus hijos: Miguel y Julián, han sido la excepción al encontrarse en el pe-destal de la gloria o en el patíbulo del ganadero, conservando su dignidad.

La tradiciónAhora no hay festejo taurino más esperado en

Manizales que aquel en donde se presente ahora la ganadería de Ernesto Gutiérrez, rama de la tradicional Dosgutiérrez, la cual dio lugar a dos empresas independientes pero ancestralmente unidas por los lazos de hermandad y de intere-ses de Ernesto y Hernán. Pero, la razón por la cual los aficionados tienen más seguridad en el desempeño de los toros de la característica divi-sa luto y oro no es reciente, hace casi 100 años (1910-1912), fueron lidiadas reses que pasta-ban en la finca La Finaria, al otro lado del río Guacaica, de propiedad de Liborio Gutiérrez y aunque la simiente era diferente el apellido Gu-tiérrez ha sido desde entonces sinónimo de hon-radez y afición en la crianza del toro.

Por ello, Hernán y Ernesto juntos; luego Er-nesto solo; después Miguel junto con Marcelo, hijo y nieto, de un lado y, Hernán sólo y final-mente Jorge, hijo y en la distancia María Fran-cisca, nieta, han desempeñado papeles impor-tantes en la historia taurina de Manizales, de otras partes del país y del exterior donde sus hierros son toreados con éxitos.

Los triunfos están preñados de incomprensio-nes y envidias, por eso no todos llegan a todas

partes. La indiferencia o las restricciones de las empresas para con todos los ganaderos están por fuera del público, pero a nadie se le ocurri-ría organizar una temporada taurina de primera categoría en Manizales sin la presencia preferen-cial de las dos ganaderías que hacen parte de la tradición taurina manizaleña. No por capricho o simple querencia es que analizando la historia de Manizales y más propiamente en lo taurino, sesenta años de existencia pesan mucho pero en la balanza están muchas cosas que complemen-tan el motivo de la querencia por Ernesto Gutié-rrez Arango y su ganadería.

La calidad, en primer lugar; el número de los éxitos; el significado del ganadero -en lo per-sonal y profesional- junto con sus obras; la fa-milia: esposa, hijos, nietos y biznietos con sus atributos y, la consideración del manizaleño rai-zal. Ni el ganadero académico ni el gremial ni el político ni el gobernante ni el mártir ni el padre, explican independientemente cada atributo, el carisma por un hombre, de carácter, multifacé-tico como el ganadero Ernesto Gutiérrez Aran-go, quien proyectó, construyó y desarrolló la im-prescindible ganadería en Manizales.

InicioPuede decirse que los hermanos Gutiérrez

Arango, tenían en sus íntimos patrones de idea-les la generación de empresa ganadera de bravo. Ellos definieron no sólo por los ancestros que manejaron la cría de reses sino porque el mis-mo Ernesto era un aficionado práctico, lo que demostraba su querencia hacía la fiesta del toro. De las ideas, la asociación y la decisión de for-mar un nuevo hierro, 1946, lo que se hizo rea-lidad en 1948, cuando adquirieron ganados de Pepe Estela, Francisco García y Sixto Guerrero. Luego se importaron en 1952 las primeras 16 reses que llegaron por la vía aérea, aterrizando en el aeropuerto de Matecaña en Pereira, anti-guo Caldas, llegaron los sementales Empotrado y Millonario junto a 14 becerras, Murube, pro-cedentes de la ganadería de Antonio Urquijo de Federico. Ernesto y su esposa, Berta Botero, ha-bían viajado a España y Portugal un año antes y tuvieron la oportunidad de observar y estudiar diferentes reatas, y decidieron que el casi cen-tenario encaste Murube, de la reconocida línea Saavedra, se adaptaba perfectamente a sus tie-rras. Lo de Urquijo gozaba en esa época de un

gran prestigio. Lo entusiasmó el galope de las reses, recibiendo también asesoría de Andrés Gago, que se criaban en la finca Juan Gómez. Hoy, la cornamenta se le debe a los ancestros de Murube.

Dos años después de la primera importación llegaron treinta vacas del mismo Urquijo. Pos-teriormente, en 1962, de Joaquín Buendía lle-garon los sementales Avellano y Tabernero del encaste del Conde de Santa Coloma, para así efectuar la mezcla genética de la Ganadería. No-bleza y bravura es proveniente de este encaste. Más recientemente, 1995, de nuevo Murube, vía Pedro Gutiérrez Moya, trajeron a Canastito

Rumbo a la tierra fríaLa historia pública de la ganadería tronco,

Dosgutiérrez, se remonta ahora a casi 56 años, que se cumplirán el próximo 22 de enero, de ha-ber lidiado la primera corrida en Palmira y pa-sados 55 de presentar el primer novillo en Ma-nizales en un festejo en el cual el doctor Ernesto dio la primera vuelta, de las incontables a través de su vida de ganadero, al ruedo junto a Pepe Cáceres, dos manizaleños, uno raizal y otro por adopción.

Desde El Tigre en Quimbaya, hoy Quindío, la ganadería llegó en 1957 a la Florida en la vecin-dad de Manizales.

La partición del hierro madre Dosgutiérrez aconteció en 1968 y los ganados separados co-rrespondientes a Ernesto Gutiérrez Arango, trasladados en secuencia desde el Tigre a La Flo-rida y luego a La Esperanza en las cercanías de Letras, dieron su fruto con el nacimiento de la primera becerra en septiembre de 1969.

Indudablemente, como lo certifica el ganadero Miguel Gutiérrez Botero, líder del actual hierro emblema de Manizales, el frío, el agua abundan-te, la altura y la topografía tienen que ver en una pequeña parte con la bondad demostrada reite-radamente por los toros de Ernesto Gutiérrez.

Sólo en 1974 Ernesto presentó por prime-ra vez sus toros y obtuvo el primer indulto que luego se multiplicarían, unos justos y otros no. Durante los años previos luego de la partición, por decisión conjunta de ambos ganaderos pre-sentaron unidos sus novillos y toros. El inicio del nuevo hierro fue un augurio de éxito.

Madres e hijosLas madres en el toro bravo son famosas por

sus hijos pero están lejos de los espectadores de una corrida, quizá por el nombre del toro en la arena que lleva el nombre de su progenitora rom-perá la frontera del historial taurino. Un ejemplo de inmenso y grato recuerdo fue Debutante, de madre Debutante y abuela La Tiznada, toreado por José Ortega Cano en una tarde imborrable. ¿Quién que haya visto a Flor de Café, hijo de Flor de Café y nieto de Flor de Nardo, o escu-chado o leído sobre su hazaña, lo podrá olvidar? Y, por supuesto, Tornillo, Patas Agrias o Barba-cana, jamás se olvidarán.

La divisaLos colores y proporciones seleccionados por

sus dueños representan mucho más que una simple rosa o banderín, es el anuncio de la pro-cedencia y la ratificación de la presencia de bra-vos criados para ser muertos en plaza. Por eso luto y oro expresan Ernesto Gutiérrez, lo mismo que una G con una E adentro, ello es indicati-vo de un bravo de elevada clase. En Manizales basta con eso para que 15 mil espectadores que

segundo tras segundo esperan que aparezca el toro noble para aplaudir, millones de veces, al arrastre o pedir el indulto aunque llegue el si-lencio por reconocimiento en los instantes difíci-les más no la bronca por respeto.

AprendizajePara que Manizales cuente permanentemente

con una ganadería de primera clase es necesario, como en la realidad sucede con los herederos de Gutiérrez Arango, que sus directores estén al tanto de las nuevas tecnologías en la cría del bravo. La genética, la inseminación, el pastoreo, los biológicos, los productos farmacológicos, los tiempos de cría y el cuidado mismo de las reses bajo las usanzas habituales y mejoramiento de lo tradicional.

Del negocio a lo altruista

Nadie puede negar que una ganadería de bra-vo sea negocio, rentable o no es una considera-ción que solo concierne a sus propietarios. Sin embargo la calidad de los productos es del inte-rés público por cuanto son parte esencial de un espectáculo. La ganadería de Ernesto Gutiérrez, es de bandera por lo que ha presentado en Mani-zales y otras plazas, en sus temporadas taurinas, a pesar de los duros reproches que aparecen de tarde en tarde. De otro lado, las obras altruistas en bien de la fiesta, del aficionado, del maletilla, del novillero y de algunas instituciones, son una marca indeleble y callada en la ganadería de Er-nesto Gutiérrez.

PresenciaLos ganaderos descendientes de la casa de

Ernesto Gutiérrez Arango han querido prolon-gar en el tiempo las enseñanzas del benemérito fundador del hierro. Se identifica una profunda consideración por su nombre y sus cosas. Desde el reconocido sombrero aguadeño hasta la for-ma de realizar y calificar las tientas, con una dureza que raya la incomprensión para el aficio-nado común, pero testifica la honradez de la se-lección y la proyección de la ganadería con ele-vadas notas para satisfacción de la descendencia y lealtad con el público que los solicita, vitorea y comprende sobretodo en los momentos críticos como el fin de Feria del 2008.

Corolario

Hay que destacar la entereza de los ganade-ros para presentar lo mejor de su dehesa con la seguridad de que lo escogido se hace pensando en el éxito de la corrida y en el disfrute de la afi-ción. Eso de por sí vale todo un reconocimiento legítimo

EN EL HOMENAJE TAURINO FERIAL

Una ganadería emblema de ManizalesSesenta años de existencia. De muchos triunfos y pocos pesares. De honesti-dad y afición sin límite. De verdad y promesas. De estudio y resultados. De ensayo y rectificación. De presencia y apoyo a las obras de la ciudad.

El ganadero Miguel Gutiérrez Botero.Foto/Álbum familiar/Papel Salmón

Miguel Gutiérrez Botero, Ernesto Gutiérrez Arango y Marcelo Gutiérrez Botero, tres generaciones.Foto/Álbum familiar/Papel Salmón

*Aficionado.