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Escudo EDICIÓN 1.031 DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012 MANIZALES - COLOMBIA creación y vida El canasto y el Aleph Camilo Ernesto Lozano Rivera Las Olimpíadas y la Revolución Industrial Daniel Noemi Voionmaa El caos en Bogotá tras la victoria de Boyacá Alfredo Cardona Tobón IMPRE(CI)SIONES Una noche con Ning Feng Camilo Gómez Gaviria Así nació la Academia Caldense de Historia FOTO|CORTESÍA OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ|PAPEL SALMÓN Escudo conmemorativo de los 470 años de Anserma (Caldas), abuela del Departamento y patria chica de la Academia Caldense de Historia. Octavio Hernández Jiménez
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Papel Salmón, 12 de agosto 2012

Mar 09, 2016

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Papel Salmón, 12 de agosto 2012
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Page 1: Papel Salmón, 12 de agosto 2012

Escudo

EDICIÓN 1.031 DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012 MANIzAlES - COlOMbIA

creacióny vida

El canasto y el AlephCamilo Ernesto Lozano Rivera

Las Olimpíadasy la Revolución Industrial Daniel Noemi Voionmaa

El caos en Bogotá tras la victoria de BoyacáAlfredo Cardona Tobón

Impre(cI)sIonesUna noche con Ning Feng Camilo Gómez Gaviria

Así nacióla Academia

Caldensede Historia

Foto|CortEsía

oCtavio HErnándEz JiménEz|PaPEl salmón

Escudo conmemorativo de los 470 años de anserma (Caldas),

abuela del departamento y patria chica de la academia Caldense de

Historia.

Octavio Hernández Jiménez

Page 2: Papel Salmón, 12 de agosto 2012

2 | |3PENSAMIENTOS| DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012 DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012 |PENSAMIENTOS

La naturaleza distinta de cada elemento que compone una cosa fragmentada guarda la cualidad de que separa y compone. En el diálogo comunitario se busca “tejer” del mismo modo que se teje un canasto. En el Aleph está la escritura

Camilo Ernesto Lozano Rivera* Papel Salmón

…no conviene separar previamente los dos términos de una relación para tratar de reu-nirlos luego: la relación es síntesis.

(Sartre, 1997: 35)

Hablaremos primero del frag-mento. Una cosa está frag-mentada cuando se compo-ne de dos o más elementos de naturalezas distintas.

Porque de otro modo estaría rota y, con suerte, remendada. Sin embargo el re-miendo es parte también de la lógica del fragmento, pues algo está fragmentado cuando varias partes lo componen rela-cionadas en función de la proximidad que guardan entre sí, y tal proximidad es la mayoría de las veces un remiendo, una composición. La naturaleza distinta de cada uno de los elementos que com-pone una cosa fragmentada guarda la curiosa cualidad de que separa y com-pone, al mismo tiempo. Pues cada frag-mento es reconocible como unidad pero la cosa fragmentada (compuesta por fragmentos) también. Surge entonces el cuestionamiento: si la totalidad es uni-taria, puesto que lógicamente no puede haber más de una configuración que lo abarque todo ¿cómo pueden coexistir dos totalidades? Con el fin de huir de la redundancia se hace necesario aplicar algún criterio de diferencia que nos sa-que del enredo. Maurice Merleau-Ponty (1957) nos recuerda que las relaciones den-tro de una totalidad completada y explíci-ta son de determinación recíproca; así los fragmentos y la cosa fragmentada se auto-determinan y permiten la salida dialéctica a la que Sartre (1997) nos animara en el epí-grafe de este texto, pues, si bien sus formas elementales son fragmentarias, es la rela-ción entre los fragmentos que componen la cosa fragmentada lo que es síntesis.

El canastoBajamos del viejo bus cerca del me-

diodía. Una montaña escarpada definía

entretejer hebras sIgnIfIcatIvas y converger puntos del espacIo en el tIempo

el canasto y el Aleph

el paisaje a lo lejos y las gotas de rocío sobre la hierba sin cortar comenzaban a secarse. Nos encontramos en un asenta-miento de seis bohíos en la vereda Pue-blo Viejo del municipio de Ráquira, en el departamento de Boyacá, zona centro de Colombia. Aquí habitan, de manera itinerante, mestizos con intereses de rei-vindicación y mantenimiento de las for-mas ancestrales de vida y pensamiento en lo que fuere el territorio Muisca pre-hispánico. Ignacio, el hombre que nos recibió, vestía pantalón y camisa blancos y un gorro tejido del mismo color. Según dice, estos bohíos son como los de la Sie-rra Nevada de Santa Marta, a más de mil kilómetros de distancia hacia el norte, y fueron construidos por él y unos cuan-tos hombres más guiados por un Máma Kogui que viajó hasta aquí para ello. El objetivo, según Ignacio es incorporar en la forma de los bohíos Kogui elementos de la cultura Muisca, en una concreción

que no quedó muy clara en ese momento.Unas horas después, mientras algu-

nos preparábamos el fuego para coci-nar arroz y papas, Ignacio anunció que esa noche nos reuniríamos en el Bohío del diálogo, para mambear. Llegado el momento, y acompañados por la expec-tativa que había crecido entre nosotros durante toda la tarde, mis compañeros de clase del seminario de “Métodos y técnicas de campo en antropología” de la Universidad de Caldas, ingresamos a la construcción circular. El fuego estaba en-cendido en el centro del bohío, justo de-bajo de un agujero construido en el techo para la salida del humo. Ignacio, con las rodillas dobladas pero sin apoyar el tra-sero en el suelo, nos dio la bienvenida y nos pidió que nos sentáramos en círculo frente a él y en torno del fuego. Comen-zó a hablarnos sobre la ceremonia ritual del mambeo la cual consiste básicamente en masticar hojas secas de coca y ambil

(tabaco) durante la resolución dialogal de algún asunto comunitario; la comunión ritual entre la coca y el tabaco así como entre la actividad del mambeo y la pala-bra, apoyan su significación en el diálo-go. Con los cuerpos dispuestos dentro del bohío más o menos de acuerdo con las indicaciones de Ignacio, la ceremonia había comenzado.

Por medio de este diálogo comunita-rio, cuenta Ignacio, se busca “tejer” -en el sentido literal del término- una solución entre todos los asistentes, para reparar el asunto que convoca la reunión. Del mismo modo como se tejiera un canas-to, las palabras son consideradas hebras naturales que se entrelazan, pasando por encima y por debajo de las demás, for-mando con trabajo una cosa terminada, una unidad. Ignacio resalta que un as-pecto muy importante de la ceremonia es que los asistentes no se miren entre ellos. Cada uno debía mirar al suelo o al

fuego y escuchar lo que dice el que habla cuando habla; luego, cuando tenga algo que decir, cuando lance su hebra al teji-do en construcción, recibirá así mismo la escucha atenta de todos los demás. Se busca entonces vaciar el pensamiento a través de la voz poniendo en el medio a la palabra, conjurada a su vez por el sabor acre de la coca y el tabaco para curarla de palabras profanas ajenas a la ceremonia. Se confiere así todo el sentido de autoría a la palabra, porque en la oralidad es im-posible escindir lo que se dice de quién lo dice, a diferencia de la escritura. Coca y tabaco la hacen fluida y dulce, instruc-tiva, no un arma o un escudo, ya que no ataca y no se defiende; más bien describe e ilustra con metáforas, así como con-fronta y expresa.

El alEphBorges lo encontró. Y me pareció de lo

más cordial de su parte (en todo el sen-tido del término cordial) que aclarara al lector que lo que vio en el Aleph no era traducible a la palabra escrita: que el ca-rácter simultáneo de las imágenes no era susceptible de ser vaciado en el orden se-cuencial del lenguaje. Sin embargo, en el Aleph está la escritura, porque no es otro el medio del que disponen sus observa-dores. Argentino Danieri demasiado im-buido en el uso de las reglas, todo él un sinónimo de “rigor”. Y Borges resignado a la imperfección del relato consciente de que el afuera nada más toma sentido en

Foto|tomada

dE HttP://

borgEsyElalEPH.

FilEs.wordPrEss.

Com|PaPEl salmón

imagen del artista holandés m. C. Escher referente al aleph.

relación con la cognición o la mente de quien conoce. Las dos figuras, podría afirmarse, aluden a una pugna interna del mundo que asistimos (¿o que nos asiste?). En las calles céntricas de las ciudades el espacio nos revela, como en el Aleph, un sistema de convergencias simultáneas, cuyo contenido excede, -en el plano del significado-, las dimen-siones de sus formas. Y las paradojas, como es de esperarse en un estado de cosas como este, no se hacen esperar. Sobre los trazos arquitectónicos fun-dacionales –vestigios de nuestra co-lonizada historia latinoamericana- se superponen los trazos repetitivos de lo contemporáneo. El trazo fundacional es hoy el entorno de las secuencias sígni-cas más instantáneas, efímeras y voláti-les del consumo inmediato. Un ejemplo de ello está a la vuelta de la esquina: Catedral enhiesta, asaderos de pollos, chorizos, lechonas, restaurantes chinos; Bolívar Cóndor, librerías de usados, li-coreras, almacenes de ropa de todas las marcas y precios que, al menos yo, puedo imaginar; carritos repletos de chontaduros y mangos verdes, revistas, películas y cd’s de música; urbs1 que almacena almacenes de venta y repara-ción de computadores y accesorios nue-vos y usados, cortinas, monjes krishnas musicales; Palacio Sáenz, recuadro de ciudad, zapatos, relojerías, cafeterías, bares, billares, monjas, beneficencias, collares, pulseras, empanadas, hoteles,

muebles, electrodomésticos, sonidos de limosnas que caen en vasijas. Pero dado que esta coexistencia ha tenido lugar por medio de mecanismos históricos y sociales, encubiertos por tanta repeti-ción evidente, (desconocidos por ser re-conocidos diría Pierre Bourdieu [1986]), estamos lejos de cualquier agitación que apunte a cambiarlo todo.

1 Urbs: disposición matErial dE la ciUdad

Hoy en día sí que es cierto que una cosa nos lleva a la otra. La lógica del hi-pervínculo es la manifestación clara de la fragmentación inherente. Cada uno de los fragmentos de realidad del Aleph coexiste con los demás y a su vez todos los demás con él. En este orden de ideas, y tal como se hace para que el canasto discursivo del ritual pueda tejerse, hay que despojar el cuerpo de la interacción y viajar sobre las pistas virtuales de la gran red, para ser parte del Aleph, ese fulgor redondeado que encierra el universo, o al que el universo encierra. En el canasto, por su parte, la oralidad está restringida por la alternancia de turnos (rasgo evo-lutivo fundamental de la comunicación humana), por el mensaje corporizado que ha pasado por el corazón, pero que al final de todo es al margen del cuerpo que no participa del gesto porque no tie-ne sobre sí ninguna mirada objetivante (los participantes no se miran entre sí), y

de este modo no padece la necesidad de legitimarse con respecto a ninguna re-presentación de cuerpo-ideal (Bourdieu, 1986).

En el mundo fragmentado y fragmen-tario, podríamos concluir, cada lugar (ritual o efímero/ esporádico o durade-ro) es a la vez un canasto y un Aleph: en cada uno se entretejen hebras significati-vas y convergen los puntos del espacio en el tiempo (como en el collage que define al centro histórico de Manizales o en el acto ritual de mambear). Por último, di-remos con Sartre que cada fragmento es en relación con los demás. Y esto es así porque cada uno de los fragmentos que compone una unidad fragmentada, guarda en sí la posibilidad de no ser al encontrar sus límites. Y en esto radica su fragilidad

*Antropólogo y docente de la Universidad Nacional de Colombia – Sede Manizales y de la Universidad de Caldas.

Referencias bibliográficas- Borges, J.L. El Aleph. Buenos Aires. Planeta.- Bourdieu, P. “Notas provisionales sobre la percepción social del cuerpo”. En Materiales de Sociología Crítica. Ed. La Piqueta. Madrid.- Merleau-Ponty, M. Fenomenología de la percepción. 1a. ed. México: FCE. 506 p.- Sartre, J.P. El ser y la nada. Barcelona: Altaya. 649 p.

Foto|tomada dE HttP://arsEnio-EntrECulturas.blogsPot.Com|PaPEl salmón

En la cultura Kogui, se busca vaciar el pensamiento a través de la voz poniendo en el medio a la palabra.

Foto|tomada

dE HttP://

FilosoFiaylibros.

FilEs.wordPrEss.

Com|PaPEl salmón

El Aleph de Jorge luis borges

Page 3: Papel Salmón, 12 de agosto 2012

|54|CONMEMOR ACIÓN| | CONMEMOR ACIÓNDOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012 DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012

Se realizó en Anserma y en agosto, en homenaje al primer núcleo urbano levantado, en territorio caldense, con fecha conocida. El sábado 17 de agosto se diligenció en la Notaría Única la constitución legal de la institución. Compromiso.

Octavio Hernández Jiménez* Papel Salmón

En 1911, después de la fundación de la Academia Colombiana de Historia, ésta se empeñó en que en las principales ciudades del país se crearan Centros de

Historia, conformados por personas cuyo empeño era recopilar, salvaguardar, inter-pretar documentos claves para el devenir local, fuera de desmitificar ciertas situa-ciones que muchos interesados habían forjado a la deriva.

José María Restrepo Maya, Emilio Ro-bledo, Jesús María Guingue, Juan Bautista López, Aquilino Villegas, José Tomás He-nao, Ricardo Jaramillo, Alfonso Villegas, Rudesindo Ocampo y otros vecinos de la

creada el 16 de agosto de 2002

así nació la Academia Caldense de Historia

capital del recién creado Departamento de Caldas impulsaron el Centros de Estudios Históricos de Manizales (1911). Esta enti-dad fue el pilar de la revista Archivo Histo-rial, dirigida por el historiador santande-reano Enrique Otero D’Acosta editada con el apoyo de la Asamblea Departamental.

El Centro de Estudios Históricos de-cayó, hasta cuando, en 1963, renovó sus actividades. A los contados años perdió ritmo, y en 1985 se inició la tercera etapa, en la que se ha consolidado, ojalá que en forma definitiva.

Entre finales del siglo XX y comienzos del XXI, funcionó en un pequeño salón fa-cilitado por la Universidad de Caldas, en el edificio en donde estuvo el Seminario Mayor, actual sede de los programas de Derecho, Sociología, Antropología, Tra-bajo Social y Filosofía y Letras. En 2011, se trasteó, con su rica biblioteca, a la sede de la Sociedad de Mejoras Públicas, en el centro de Manizales.

Con el transcurso del tiempo, algunos de los centros de Historia se convirtieron en academias. Es el caso del Centro de Historia de Tunja que es, en la actualidad, Academia Boyacense de Historia dirigida por el caldense Javier Ocampo López.

primEras convErsacionEsCaldas era uno de los pocos depar-

tamentos que carecía de una academia de historia. En el escabroso interregno ocurrieron atropellos como la quema de buena parte del archivo del Depar-tamento y de varios municipios, sin que alguien lo impidiera ni se manifestaran sus dolientes.

El Archivo de Manizales estuvo rele-gado a una bodega húmeda y ciega, en el cuartel del Cuerpo de Bomberos, antes de su traslada a la sede de la Secretaría de Tránsito, en el Parque de los Agustinos, sin que este sea su sitio ideal.

En el año de 2002, el Secretario de Cul-tura de Caldas de ese entonces, Carlos Ar-boleda González se puso en contacto con los tres caldenses que tienen sillón en la Academia Colombiana de Historia, Otto Morales Benítez, Javier Ocampo López y Horacio López Domínguez, con la preten-sión de fundar una academia de Historia, para Caldas.

Así mismo, entabló diálogos con Carlos Arturo Ospina H., profesor universitario, natural de Anserma (Caldas), radicado en Bogotá, y con otras personas inquietas por la historia regional, como Albeiro Va-lencia Llano, Jorge Eliécer Zapata Bonillay otros amigos con los que se dio forma al proyecto.

hacE diEz añosEl 16 de agosto de 2002, en las horas de

la noche, en el Auditorio Santo Domingo Savio del Colegio de Occidente de Anser-ma, se llevó a cabo la sesión inaugural de la Academia Caldense de Historia, con la asistencia de las personas convocadas para tal fin.

La fecha y el lugar no eran fortuitos. Se realizó allí y en esa temporada, en ho-menaje al primer núcleo urbano levan-tado, en territorio caldense, con fecha conocida. El Mariscal Jorge Robledo lo dice: “Esta ciudad de Anserma se po-bló en nombre de S.M., e del marqués D. Francisco Pizarro, el día de Nuestra Se-ñora de Agosto del año de 1539”. O sea, el 15 de agosto, festividad de la Asun-ción de María al cielo.

Claro que en cuanto a esa fecha, nace la primera polémica. Según Fray Pedro Simón, en su obra Noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las Indias Oc-cidentales, obra escrita en 1623, comenta:

“Llegó Robledo a cierta loma donde pro-cediendo todas las ceremonias que suele haber en tales fundaciones, en seis de ju-lio del año de mil quinientos y treinta y ocho, pobló una villa que después se hizo ciudad, como lo es ahora, que llamó Santa Ana de los Caballeros”. Los analistas han terciado a favor de Jorge Robledo, prota-gonista de los acontecimientos.

La instalación de la Academia Calden-se de Historia contó con el gentil apoyo de la Alcaldía de Anserma, “la Abuela de Caldas” y de los funcionarios de entonces.

Anserma asistía a sus Fiestas del Regre-so, con sus casonas engalanadas con la bandera, la más original que se tenga noticias, en Caldas y sus alrededores: un fondo blanco en la parte superior y en la inferior una serie de barras intercaladas amarillas y rojas, de reminiscencia his-pánica.

Firmaron el acta de constitución de la Academia Caldense de Historia, Javier Ocampo, Carlos Arturo Ospina, Carlos Arboleda, Albeiro Valencia, Jorge Eliécer Zapata, Octavio Hernández, Darío Vera, Colombano Betancur, Omar Serna, Pbro. Horacio Gómez, exministro de Justicia Jaime Giraldo, Fabio Vélez, Gustavo Loai-za, Darío Usma, Ofelia Parra, Libardo Fló-rez, Vicente Arango, Alberto Chica, José Miguel Alzate, Tarsicio Muñoz, Oscar Ga-viria, Jesús Antonio Díaz y Luis Gabriel Montoya.

En el acto inaugural, la banda juvenil de música interpretó el himno de Anser-ma que sorprende por su alegría desbor-dante, superior a la vacua solemnidad de la generalidad de los himnos.

Después, Javier Ocampo hizo una di-sertación pedagógica frente al auditorio constituido por un centenar de estudian-tes del Colegio de Occidente y otro cen-tenar de diligentes ansermeños. El tema escogido por el eminente aguadeño fue el nacimiento del Departamento de Caldas que, en 2005, celebraría el primer centena-rio de fundación.

La noche de verano era propicia para el jolgorio con miles de ansermeñas y anser-meños, en la Plaza Jorge Robledo, al com-pás de las chirimías que debutaban en el tablado.

Todos eran conscientes de la importan-cia otorgada a Anserma al escogerla como cuna de la naciente Academia. Se mostra-ron ufanos, diligentes y agradecidos. El

sábado 17 de agosto, en las horas de la ma-ñana, se diligenció en la Notaría Única la constitución legal de la institución.

ExposiciónLa que fuera Capilla de Belén ostenta

mármoles y vitrales, aún completos, a pe-sar de que se ha usado como bodega de café, por temporadas de buena cosecha. Hizo parte del que fuera Colegio de las Betlemitas, (de ahí el nombre de Capilla de Belén). En esa institución, en la década de 1950, infantes ansermeños y de pueblos vecinos cursamos kínder. En los días de la creación de la Academia de Historia, ese venerado espacio servía de sede a las dependencias de la Universidad del Valle.

Allí, organizaron una exposición de viejas fotografías de Anserma y sus gen-tes, como resultado de un proyecto pa-trocinado por la Alcaldía. Sorprendido quedé cuando me encontré cara a cara con una fotografía desconocida que había sido tomada cuando yo tenía seis años. Muchos rostros sonreían desde el papel fotográfico como si sobre ellos no hubie-ran pasado, como una aplanadora, una y mil vidas más.

En los salones del viejo edificio organi-zaron una exposición sobre la incipiente industria de la seda y el proceso, desde el gusano hasta convertir el capullo en pren-das de vestir de incalculable belleza.

Esta nueva industria era muestra pal-pable del fenómeno social y económico por el que atravesaban los viejos cultiva-dores de café y las variantes a las que han tenido que acudir para no naufragar pare-jo con la industria cafetera.

Por otro lado, parte importante de la población del Eje Cafetero ya vivía de los giros que enviaban familiares que habían

emigrado. En Londres se encuentra una de colonias más grandes, compuesta por más de 500 ansermeños.

objEtivos y accionEs dE la acadEmiaEl 2 de septiembre, en el Centro de

Historia de la capital caldense, ante los adustos miembros que copaban las sillas, el académico Albeiro Valencia mostró que los objetivos de la Academia Caldense de Historia no reñían con los del Centro de Historia de Manizales.

Su área de estudio es el Departamento de Caldas y aquellos espacios que tengan que ver con su devenir. Se ha buscado afianzar una identidad regional, imposi-ble de seguir confundiendo con la iden-tidad del vecindario. Se ha inculcado, en líderes y burócratas de los municipios, el

valor inestimable por su patrimonio cul-tural, entre lo que hay que destacar, los archivos.

Se ha gestionado la edición o reedición de obras de historia regional poco difun-didas e indispensables para entender im-portantes procesos, además de los traba-jos, con temas históricos, de los miembros. Se ha insistido en una complementarie-dad indispensable con la Gobernación, las secretarías de Cultura y Educación del Departamento de Caldas, el Centro de Historia de Manizales y las alcaldías de los municipios.

En diez años, se han editado cuatro volúmenes del Archivo Historial del Centro de Estudios Históricos de Mani-zales, además de las voluminosas obras: Caldas en las Crónicas de Indias, Viajeros

por el Antiguo Caldas, La región caldense en los conflictos sociales del siglo XIX y La coli-na del viento. Como si fuera poco, en este lapso se han publicado nueve números de la Revista Impronta, órgano de difu-sión de la Academia.

En los meses de septiembre y octubre de 2002, en la casona que ocupa la Secre-taría de Cultura sesionó la Academia para la redacción del Reglamento. Por benevo-lencia de los sucesivos secretarios, la sede habitual de la institución ha sido la Secre-taría de Cultura y las reuniones han sido quincenales.

Después de la constitución solemne en Anserma, se acordó que, antes de termi-nar el 2002, se realizaría una sesión so-lemne, con el Presidente de la Academia Colombiana de Historia, los tres calden-ses que ocupaban sillón de número en di-cha Academia y demás invitados que, por físico miedo a transitar por las carreteras del país, por esas calendas, no asistieron a la cita en Anserma. En esa sesión, se pre-sentaron y aprobaron los estatutos de la institución redactados por los miembros en las primeras sesiones.

Los días 14 y 15 de noviembre de 2002 se llevó a cabo, en el Fondo Cultural del Café, el Seminario “Identidad Cultural entre lo local y lo global”. Como remate, a las siete de la noche del día 15, se hizo la instalación formal de la Academia Cal-dense de Historia. Sobria ceremonia. Ha-bló Javier Ocampo sobre la importancia de las academias y Otto Morales sobre la empresa que debe acometer la Academia Caldense, con una historia sobre la que ha crecido la maleza.

La Academia Caldense de Historia ha trabajado sin descanso, en los primeros diez años. Es una tea encendida en el ca-mino. En este decenio transcurrido, si en sus métodos mira al pasado, en cuanto a los propósitos no deja de otear el futuro. No deslumbran tanto las glorias pretéri-tas como el serio compromiso con las ge-neraciones futuras

*www.espaciosvecinos.com

una de las casonas en el Parque Jorge robledo, en anserma (Caldas).Carrera Quinta y la Capilla de belén, en anserma (Caldas) en cuyos alrededores se llevaron a cabo las ceremonias de la inauguración de la academia Caldense de Historia.

Fotos|CortEsía oCtavio HErnándEz|PaPEl salmón

grupo de la mayoría de los miembros de la academia Caldense de Historia en una de las primeras reuniones a finales de 2002, en la secretaría de Cultura de Caldas, sede habitual de la academia.

Page 4: Papel Salmón, 12 de agosto 2012

|76 | |HISTORIADOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012 DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012OLÍMPICOS|

Ante el desastre, los españoles no intentaron defender la capital, empacaron las cosas de valor y salieron de Santa Fe. El coronel Francisco González organizó una fuerza para impedir los desmanes.

Alfredo Cardona Tobón* Papel Salmón

El comandante de la Tercera Di-visión realista Manuel Martí-nez de Aparicio y el comisario Juan Barrera abandonaron el campo de batalla de Boyacá,

cuando vieron que todo estaba perdido, y en rauda retirada se dirigieron a Santa Fe a dar la alerta al virrey Sámano.

A las nueve de la noche del 8 de agos-to de 1819 el comandante Martínez llegó al Palacio Virreinal; todo estaba tranqui-lo, nadie imaginaba un desastre ante una tropa de andrajosos que hacían frente a lo más lucido de las tropas realistas. Cuando Martínez entró al gran salón, el virrey Sámano jugaba chaquete con el Oidor Chica; Sámano lo recibe cordial-mente con la tranquilidad de quien es-pera las mejores noticias, pero la son-risa pronto se convirtió en una mueca de asombro y después de zozobra y desespero.

Con Martínez y Barrera llegó el te-niente coronel Nicolás López con 200 jinetes que lograron escapar de la perse-cución republicana; la noticia del desas-tre era imposible de ocultar y la buena nueva se regó por la ciudad. Nadie se atrevía a celebrar el triunfo patriota pero cruzando tapias y solares el entusiasmo cundió por todos los rincones.

salEn los EspañolEsLos españoles no intentaron defender

la capital, todos a una empacaron las cosas de valor y salieron de Santa Fe. A la una de la mañana del 9 de agosto, el virrey Sámano retiró dos mil 600 doblo-nes de los caudales reales y encomendó el resto de los valores a los oficiales José Cabeza y José Brill que partieron en me-dio de las sombras con rumbo a Honda y destino Cartagena. “Huyamos antes que nos atrapen esos cobardes” fue la despedida de Sámano, que se vistió con una casaca verde y abandonó las demás pertenencias.

después del 7 de agosto de 1819

El caos en Bogotá tras la victoria de boyacá

A las seis de la mañana del 9 de agos-to un estruendo aterrador sacudió a San-ta Fe; se volvieron añicos las ventanas de vidrio y en el sitio conocido como el Ase-rrío, donde estaba el polvorín realista, se levantó una enorme nube negra con for-ma de hongo.

A las nueve de la mañana los cuar-teles realistas estaban abandonados; el comandante Sebastián de la Calzada y su segundo Basilio García al frente del Batallón Aragón habían salido hacia Po-payán por la vía de Mesitas dejando la ciudad en manos de nadie.

El caos En santa FEEl lumpen de los barrios marginales

sin quién lo contuviera se precipitó al centro de la ciudad e irrumpió como lan-gosta en las casas y en los almacenes abandonados por los realistas; Santa Fe era un caos. Los ladrones dominaban las calles y a su desenfreno se sumaron las partidas de derrotados en Boyacá que llegaban a la ciudad y la recorrían desesperados buscando sus antiguos cuarteles.

En esta situación el general Hermó-genes Masa y el alférez José María Espi-nosa tomaron algunas armas del cuartel abandonado en la vieja plaza de San Francisco y trataron de alejar a los ene-migos dispersos. En uno de los recorri-dos, Masa vio acercarse al comandante Brito, desastrado tras la larga jornada y con su caballo totalmente agotado, re-cordó los ultrajes del oficial realista en la cárcel de Caracas y de inmediato le tendió el fusil y lo obligó a gritar ¡Viva la Patria! El desgraciado español no alcan-zó a terminar la frase pues Masa disparó el fusil y lo asesinó vilmente.

Ante el desorden criminal, el coronel Francisco González, un viejo soldado de Nariño, hombre de caudal y popular en-tre los santafereños, organizó una fuerza para impedir los desmanes y evitar que las partidas de derrotados hicieran estra-gos en Santa Fe; con voluntarios controló las calles y los parques, puso guardias en la Casa de la Moneda y protegió el Pala-cio Virreinal.

los días dEspUés dE la batallaSeguros del triunfo de las armas pa-

triotas, libres de las tropas realistas y con el control de la ciudad, los notables de Santa Fe se reunieron al mediodía

del 10 de agosto para formar un gobier-no provisional que manejara los asuntos locales hasta que llegara Bolívar; de co-mún acuerdo nombraron a don Tiburcio Echeverría como Jefe Político y de alcal-des de primer voto a don Alejandro Oso-rio y a don Juan N. Contreras; también designaron a don Ignacio de Herrera para presidir el Tribunal de Justicia y a don Manuel Camacho como Comandan-te de Armas.

En las horas de la mañana del 10 de ju-lio entró la vanguardia de las tropas ven-cedoras; Santa Fe los recibió con flores y arcos de triunfo, al igual que lo hizo con el cruel Sámano cuando entró a la ciudad. Para los triunfadores siempre hubo arcos y flores en Bogotá y para la Pola y demás mártires de la Patria ape-nas la curiosidad morbosa de la gente, que no tuvo un ápice de valentía para defenderlos.

Dicen que Bolívar llegó a Santa Fe montado en una mula, que entró solo y Masa casi lo ensarta con su lanza al con-fundirlo con un enemigo; Bolívar ocupó el Palacio Virreinal y desde allí salió ha-cia el Ayuntamiento donde don Tiburcio

Foto|CortEsía alFrEdo Cardona|PaPEl salmón

santa Fe de bogotá en 1819.

Echeverría le dio la bienvenida con un breve y fogoso discurso.

¡Yo os veo libres- contestó el Liberta-dor- y mi gloria ha llegado al colmo!- ¡No quiero diputaciones ni arcos, nada, nada, me basta con vuestra libertad!

El 10 de agosto por la tarde los batallo-nes de infantería de la retaguardia llega-ron a la capital con el coronel José María Barreiro y demás prisioneros españoles; tal vez Barreiro tenía la leve esperanza de que respetaran su vida, pues conta-ba con numerosos amigos que podrían ayudarle y muchas admiradoras por su galantería y fineza con las damas, pero no, los bogotanos estaban acostumbra-dos a las matanzas y los jefes patriotas, al igual que los españoles se habían con-vertido en animales peores que los lobos hambrientos. El 11 de octubre de 1819, José María Barreiro y demás prisio-neros fueron ejecutados por orden del general Santander; fue un sacrificio in-útil, fue otro baldón en la interminable lista de las atrocidades en la capital de virreinato

*http://www.historiayregion.blogspot.com

Cosas del fútbol. Hay una relación entre los Olímpicos fuera de Londres y la Revolución Industrial, se trata de cómo producir fuerza, la potencia. Son una verdadera máquina de vapor, casi 300 años después. Impresiones.

Daniel Noemi Voionmaa* Papel Salmón

En la estación de Eus-ton me quedo mi-rando la publicidad de McDonalds en las grandes pantallas.

No es sorpresa para nadie que el espectáculo sea también una fuente de dinero, de mucho di-nero. Guardias pasan vestidos con chaquetas de amarillo fos-forescente, algunos con perros. En un televisor, en una cafete-ría, alguien arroja una jabalina. Un búlgaro pega patadas y un kazaco (¿o kazakstaní?) corre alguna distancia, mientras una española acaba de ganar una competencia de velas. Londres es un sueño: pero como los sueños, no puede durar para siempre y existe un momento, como el que vivo ahora en Euston, en el cual se tiene la certeza que se tiene que despertar. Pero todavía no. Queda más. Quedan Juegos. Y, para mí me queda fútbol. Todo el mundo habla y describe el am-biente de los Juegos en Londres, mas ¿cómo será fuera de Lon-dres, en aquellas otras ciudades donde también suceden? Los Jue-gos fuera de los Juegos.

rUmbo a manchEstErCon británica puntualidad,

el tren comienza a alejarse de Londres rumbo a Manchester. El tren recorre lo que un via-jero hace unos años hubiese lla-mado la campiña inglesa. Para mí es una seguidilla de fábri-cas, casas, pueblos, carreteras y muy poco de verde: estoy en camino al lugar donde comen-zó la Revolución Industrial. No por nada el lema de Manchester es concilio y labor. Una idea me amenaza: las Olimpiadas son una reescritura de esa revolu-ción. ¿Pero qué sentido puede tener eso?

En Manchester el ambiente es distinto. En el centro, en las cercanías del Town House en la plaza que lleva el nombre del marido de la reina Victoria, hay unos puestos donde los niños (y

fútbol entre brasIl y corea del sur, 7 agosto de 2012

Las Olimpíadas y la revolución Industrial

los no tanto) pueden patear un balón y calcular su velocidad o intentar meterlo en un agujero. Todo ornamentado con colores olímpicos. También hay una pantalla gigante donde desde la mañana a la noche proyectan la trasmisión de los eventos de la BBC (de un insoportable, aunque entendible, chauvin-ismo). Cuando no llueve, o sea, no mucho, la gente puede sentarse en unas escalas y to-mar una Ale mientras ve a los ciclistas dar infinitas vueltas a un óvalo amarillo. Cuando una inglesa gana hay gritos, pero la mayoría parece pensar que es mejor permanecer en los pubs y ver ahí, sin temor a la lluvia, el deporte de turno. O conversar sobre los turistas que están in-

vadiendo el país, sobre la sonda que ha llegado a Marte, sobre cómo los días de partido el trá-fico es insoportable, o sobre la señora de la esquina que acaba de comprarse un vestido nuevo. La noche cae, como todo, sobre la ciudad. Visito un par de pubs, se escuchan los idiomas del par-tido de mañana: brasileños y coreanos. No son una marea, no repletan todo, pero sí provocan un cambio en la atmósfera. Dos chicos cariocas intentan decirle a dos chicas coreanas que ellas son lo más hermoso que han visto en sus vidas. Ellas parecen no entender o quizás no quieren entender, porque se trata de ga-nar, en el partido y en la vida.

Despierto a media mañana. Llueve. Recuerdo un poema de

Pezoa Véliz (pero prefiero no murmurarlo). Me echo el rain-coat encima y salgo a caminar. La ciudad es demasiado gris a esta hora. Sin embargo a lo lejos en el cielo se ve un espacio de esperanza. Un grupo de brasile-ños pasa gritando. Algunos se dan vuelta para mirarlos, la mayoría los ignora. Después de varios cafés ha dejado de llover y sale el sol. Los edificios viejos se hermosean con los rayos. Los restos de agua reverberan en las calles. Miro el reloj. Hora de comer algo y luego al estadio. Old Trafford.

ya En El EstadioSentado arribísima en el es-

tadio tengo una excelente visión panorámica (como lejana de la

cancha también). Hay grupos repartidos de hinchas de ambos países, pero la mayoría parecen locales. Llegar ahí fue bastante expedito y la algarabía del fút-bol se hacía sentir, pero en una dosis mucho más suave que la que se veía, por ejemplo, en los partidos de la Copa del Mundo, o en la de los partidos del Man-chester United, me comenta un amigo que me ha acompañado. Sí, esta es la casa de uno de los equipos más importantes (de los más ricos también) del mun-do y ahora lo presta para estos Juegos. La estatua de la Trini-dad Unida frente a la entrada principal simboliza bien lo que el estadio representa: una igle-sia donde se va a venerar a los dioses.

Dos minutos antes del ini-cio noto que las galerías es-tán prácticamente llenas. Un grupo de brasileños a mi lado grita cánticos anti-argentinos. Unos coreanos más lejos dicen algo que no logro entender. Comienza el partido y por un rato parece que los coreanos tienen alguna posibilidad. Los espectadores se entretienen con las olas, subiendo y bajando, y entonces me doy cuenta que ahí hay una relación entre es-tos Juegos de Londres fuera de Londres y la Revolución Indus-trial aquí nacida: todo se trata de cómo producir fuerza, la potencia. Los Juegos Olímpicos, como espectáculo, como sueño, como mercancía y como espe-ranza, son también un intento -exitoso- por producir, en otros ámbitos aunque extrañamente cercanos, esa energía y potencia que otrora comenzara a hacer mover el mundo de otra manera y a transformar el sentido de nuestro tiempo y de nuestro espacio. Como las Olimpiadas hoy que son capaces de crear un maremágnum y que traen a la gente de todo el mundo unida, llorando con el triunfo de un esforzado atleta, con el puño de una hermosa cubana, o re-unidos, también, en torno a un BigMac. Sí, los Juegos son una verdadera máquina de vapor, casi trescientos años después.

Abajo, en la cancha, Brasil acaba de marcar un gol. La gente aplaude. Yo también, aunque mi mente esté a siglos de distancia

*PhD Yale University. Profesor asociado de Literatura y Cultura latinoamericanas en Northeastern University, Boston. Crítico y ensayista.

Foto|daniEl noEmi voionmaa|PaPEl salmón

al final, el equipo de fútbol de brasil le ganó al de Corea del sur 3-0. Este marcador le permitó al país suramericano llegar a la final del campeonato de los Juegos olímpicos londres 2012, en la que se enfrentó a méxico.

Page 5: Papel Salmón, 12 de agosto 2012

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DOMINGO 12 DE AGOSTO DE 2012PUBLICACIONES|

convocatorIaImpre(CI)sIones

recomendado

arqUEología

Camilo Gómez Gaviria* Papel Salmón

Siempre es necesario cerrar con broche de oro. Sin embargo, la apertura de un festival es igual de importante que el cierre. En este caso, no se equivocó el pasado Festival Sinfónico Internacio-

nal en programar al violinista chino Ning Feng para que abriera su cuarta edición en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá.

El 27 de julio hubo emoción en el Teatro Mayor, con un público que se puso de pie a aplaudir, tras escuchar el Concierto para violín y orquesta en Re mayor (Opus 35) de Tchaikovsky. Además del so-lista, a la batuta se encontraba el maestro búlgaro Rossen Milanov, director invitado, quien dirigía la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.

Milanov demostró que conocía bien esta orques-ta. No en vano ha trabajado con ella en varias oca-siones. Durante el concierto, el público pudo sentir la complicidad entre el director y los intérpretes en la música que hacían emanar de sus instrumentos. Al mismo tiempo, Ning Feng, violinista de grandes méritos -que aún tiene una larga carrera por de-lante- demostró no sólo su habilidad técnica con el instrumento, sino una gran sensibilidad interpre-tativa. Juntos, la orquesta -dirigida por Milanov- y el solista, lograron hacer de esa, una noche especial para todos los presentes.

El concierto de Tchaikovsky es el único para violín compuesto por el compositor ruso. Por la manera en que explota las posibilidades inter-pretativas del instrumento, así como por sus intrínsecas cualidades estéticas y románticas (en todo el sentido de la palabra) se presta para que solistas talentosos como Ning Feng tengan la oportunidad de lucirse ante el auditorio.

El concierto fue escrito por el compositor du-rante una estadía en Suiza, luego de su turbu-lento y fallido matrimonio. Como después de la tormenta llega la calma, las notas musicales de este concierto y el optimismo que éste expresa, no reflejan el estado anímico en que debió encon-trarse Tchaikovsky durante los sucesos que pre-cedieron el nacimiento de la obra.

Luego del concierto para violín, Ning Feng vol-vió a escena para ofrecerle un bis al público. Así, interpretó Der Erlkönig (Schubert) en la versión que escribió Heinrich Wilhelm Ernst para violín solo. Como sucede con los ventrílocuos, de no haber te-nido los ojos abiertos, me hubiera costado creer que oía a una sola persona tocando en escena.

P.D. La segunda mitad de esa noche estuvo compuesta por la Sinfonía No. 10 en Mi menor (Opus 93) de Shostakovich. Una obra de carácter profundo que presentó un interesante contraste junto a la primera del programa

*[email protected]

La Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacio-nales del Banco de la República lanza la Convocatoria para Proyecto de Arqueología “Luis Duque Gómez”, dirigida hacia proyectos de arqueología interdisciplinarios, cuya duración no sea mayor a dos años y sean un aporte sus-tancial a la investigación en los parques arqueológicos de

Colombia. Esta convocatoria se cerrará el próximo 30 de agosto y los proyectos deben ser enviados a nombre de la Fundación a la Carrera 5 No. 11- 68, Bogotá. Los proyectos no deben sobrepasar 15 páginas incluyendo las referencias bibliográficas. Informes en la página http://www.banrep-cultural.org/fian

cenIza Inconclusa

ensayos sobre arte y literaturaJuan Carlos Acevedo Ramos* Papel Salmón

Gabriel Arturo Castro es recordado por muchos lectores que crecieron con el Magazín Domini-cal. Escribió sobre arte y literatura en muchas de sus ediciones. Otros lectores más lo recuer-dan de las páginas del Boletín Bibliográfico del

Banco de la República, allí ejerce una dura tarea de crítico de libros. Es implacable en sus comentarios. Es antropólo-go de la Universidad Nacional de Colombia, docente en la Universidad del Tolima y poeta; muchos otros lectores en el país lo recuerdan por sus libros de poemas como Tras los de Job (Premio Nacional de Poesía Porfirio Barba Jacob) o Alquimia de la media luna (UNAM México). Ahora nos pre-senta un libro que maduró con los años, el libro de ensayos Ceniza Inconclusa, a mi juicio el libro sobre arte y literatura mejor escrito en lo que va del 2012.

Al ensayo más que demostración, prueba y análisis le interesa la duda, desmitificar un sistema de creencias impuestas, es de-cir, la confrontación, la interiorización de mitologías arraigadas y asumidas o interiorizadas desde tiempo atrás, dice el autor en uno de los 62 textos que dan forma a Ceniza Inconclusa, un libro de 255 páginas llenas de poesía, imagen, lenguaje, historia, arte y creación.

Desde que inicié la lectura del libro de Gabriel Arturo Castro me repetía: cada libro nos permite acercarnos a otros autores. En este caso Ceniza Inconclusa de cierta for-ma permite un acercamiento a Jorge Luis Borges y su libro Otras inquisiciones, y a Octavio Paz con El signo y el garabato, porque creo leer entre líneas que el libro de Castro cuenta con tal suerte de lucidez, de prosa ágil y de profundos co-nocimientos sobre arte y literatura. Sobre todo, pienso que sus estudios de antropología le ayudan de manera concreta con su oficio de ensayista.

Pocas veces la reflexión, la síntesis de pensamiento, la paradoja, el diálogo, la tesis, el poema, el profundo conoci-miento de un lector agudo y la crítica implacable se dejan ver en la voz de un escritor. Este libro contiene todas esas voces y sin miedos propone al lector temas tabúes alrede-dor del oficio con la palabra, del arte de la lectura y del uso del pensamiento en su mayor nivel. Exige una lectura deta-llada porque cada uno de los temas que toca sobre poética, construcción del texto, el tiempo, la muerte o la tauroma-quia son vistos por Castro como un pozo donde el lector debe caer para salir de allí con un pensamiento maduro.

Acostumbrados a la literatura basura que impulsan las

grandes editoriales, a escritores de uno o dos libros, o a es-critores que se creen saber de todo y abusan de los medios donde publican, entre toda esa maraña uno encuentra un libro y un autor a los que volverá una y otra vez con la idea de saberse lleno de conocimiento y de dudas.

No es grandilocuencia esta reseña, ni mucho menos un club del mutuo elogio, Gabriel Arturo Castro es un escritor respetado, admirado y odiado y con esta publicación deja ver su capacidad de pensamiento y de análisis en medio de un mundo donde toda parce tan banal. Recomendado

*Escritor.CASTRO Gabriel Arturo. Ceniza Inconclusa. Universidad del Tolima. Ibagué. 2012. Pp. 255.

una noche con Ning Feng