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566

Nuestros Vecinos

Oct 29, 2015

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Rafael Nicolas
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  • Ttulo del libro

    3

    Nuestros vecinos

  • Nombre del autor

    4

    RIL editoresbibliodiversidad

  • Ttulo del libro

    1

  • Ttulo del libro

    5

    Nuestros vecinos

    Mario Artaza RouxelPaz Milet Garcaeditores

  • Nombre del autor

    6

    327.83 Artaza Rouxel, MarioA Nuestros vecinos / Editores: Mario Artaza

    Rouxel y Paz Milet Garca. -- Santiago : RILeditores, 2007.

    568 p. ; 24 cm.ISBN: 956-284-533-5

    1 CHILE-RELACIONES EXTERIORES-ARGENTINA.2 CHILE-RELACIONES EXTERIORES-BOLIVIA.3 CHILE-RELACIONES EXTERIORES-PER.

    Nuestros vecinosPrimera edicin: abril de 2007

    Mario Artaza Rouxel y Paz Milet Garca, editores, 2007

    RIL editores, 2007Alfrez Real 1464

    cp 750-0960 , ProvidenciaSantiago de Chile

    Tel. (56-2) 2238100 Fax [email protected] www.rileditores.com

    Composicin e impresin: RIL editoresDiseo de portada: Cristin Silva Labra

    Diagramacin: Paula Fernndez

    Impreso en Chile Printed in Chile

    ISBN 978-956-284-533-5

    Derechos reservados.

    Las fotografas de los hitos limtrofes que aparecen en la contraportada fueron cedidas gentilmente por la

    Direccin Nacional de Fronteras y lmites del Estado (DIFROL).

    Esta obra no representa ni comprometeuna posicin u opinin oficial delEstado de Chile y sus Organismos,

    y slo recoge la opinin de sus autores.

  • Ttulo del libro

    7

    Este libro y su ttulo estn dedicadosal Sr. Alejandro Magnet Pagueguy,

    jurista, periodista, diplomtico y ex profesor delInstituto de Estudios Internacionales,

    autor de Nuestros vecinos justicialistasy Nuestros vecinos argentinos, entre muchas otras obras,y que con sus comentarios de radio y televisin hizo una

    enorme obra de difusin de los temas internacionales.

  • Nombre del autor

    2

  • Ttulo del libro

    9

    ndice

    A modo de prembulo,Mario Artaza y Paz Milet ........................................................................................ 15

    Argentina

    Poltica exterior regional y las relaciones con Argentina,Ral Bernal Meza .................................................................................................... 19

    Poltica exterior de Chile y Argentina: dos opciones contemporneas de insercinregional,

    Jos A. Morand ...................................................................................................... 33

    Chile y la Argentina: una relacin especial...,Oscar Fuentes Lazo ................................................................................................. 51

    Las gobernabilidad de Argentina en la perspectiva de las relaciones bilaterales,Fernando Thauby Garca ......................................................................................... 61

    Los movimientos migratorios como un nuevo agente de integracin.El caso Chile-Argentina,

    Carolina Stefoni ....................................................................................................... 69

    Propuesta para una poltica cultural conjunta entre Chile y Argentina,Eduardo Devs Valds y Pablo Lacoste Gargantini ................................................. 83

    Resea histrica de los conflictos por el agua entre Chile y Argentina. Causas ymecanismos de resolucin,

    Cristin Faundes Snchez ....................................................................................... 103

    Crisis del gas, Chile-Argentina. Hacia la definicin de una poltica energticacomn?, Solange Ahumada Jorquera ................................................................ 117

    La relacin entre Chile y Argentina. La perspectiva de la seguridad y la defensa,Pedro Orueta Cuevas, Jorge Bittner Scholz, Hctor Villagra Massera ................... 137

  • Nombre del autor

    10

    Bolivia

    Una mirada a las relaciones Bolivia-Chile-Per, Gustavo Fernndez Saavedra ................................................................................. 159

    Las relaciones entre Bolivia y Chile. Situacin y perspectivas,Horst Grebe Lpez ................................................................................................ 177

    Dos siglos de relaciones chileno-bolivianas,Carlos Bustos ......................................................................................................... 193

    Chile y Bolivia,Humberto Mantero Vargas, Ricardo Rojas Sanhueza, Cristin Leyton Salas,

    Rodolfo Martinic Marusic ................................................................................. 239

    El proceso de integracin cultural entre Chile y Bolivia: desde su historia,sus perspectivas y desafos,

    Loreto Correa Vera ................................................................................................ 257

    Una estrategia nacional de largo plazo para Bolivia,Francisca Mller, Susana Iduya, Fernando Thauby ................................................ 283

    La agenda regional y sus posibles efectos en la relacin Bolivia-Chile,Lorena Oyarzn Serrano ....................................................................................... 303

    Desplazamientos humanos hacia pases vecinos: la llegada de bolivianos,Tatiana Rein Venegas ............................................................................................ 319

    Estado de las relaciones econmicas y cmo avanzar en ellas. El caso de BoliviaEnrique Ceppi Di Lecco ........................................................................................ 335

    Las instituciones econmicas del atraso en BoliviaMario Matus G. ..................................................................................................... 353

    Las aguas que nos dividen. Causas y mecanismos de resolucin de los conflictospor el agua dulce entre Chile y Bolivia

    Cristin Faundes Snchez ....................................................................................... 375

  • Ttulo del libro

    11

    Per

    El viaje interior. La dinmica social peruana y el problema chilenoJos Miguel Florez ................................................................................................. 399

    Las relaciones entre Chile y Per: Una vecindad difcilMario Artaza Rouxel ............................................................................................. 417

    El ayer y el maana de la relacin con Per y BoliviaJos Rodrguez Elizondo ........................................................................................ 423

    Chile-Per: las races de una difcil relacinPaz Vernica Milet ................................................................................................. 429

    Una aproximacin al anlisis de la conceptualizacin de la seguridad y defensanacional entre el Per y Chile

    John E. Griffiths Spielman ..................................................................................... 445

    1883-1929: Una mirada crtica a la actuacin de Chile en los aos de postguerraAlejandro Pablo Iturra Gamarra ........................................................................... 467

    Incidencia de los factores de disuasin en las relaciones, las medidas de confianzamutua, y los avances en las relaciones militares entre Chile y Per

    Juan Mac-Lean Vergara ......................................................................................... 473

    Los acuerdos del Pacfico Sur y el lmite martimo entre Chile y PerFrancisca Mller .................................................................................................... 491

    Estado de la relaciones econmicas y cmo avanzar en ellas. El caso de PerEnrique Ceppi di Lecco ......................................................................................... 503

    La movilizacin de 1920Roberto Arancibia Clavel ...................................................................................... 519

    Encuentros y desencuentros en las relaciones chileno-peruanas duranteel siglo XX y XXI

    Ricardo Kompatzki Contreras ................................................................................ 541

    La migracin en la agenda chileno-peruana. Un camino por construirCarolina Stefoni ..................................................................................................... 551

  • Nombre del autor

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  • Ttulo del libro

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    Good fences make good neighbors.

    Robert Frost, Mending Wall

    Good neighbors do not need good fences.

    Annimo

  • Nombre del autor

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  • A modo de prembulo

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    A modo de prembulo

    Este libro es el resultado de un Taller de Trabajo Multidisciplinario que sedesarroll por casi un ao en el Instituto de Estudios Internacionales de la Univer-sidad de Chile, que fue coordinado por el profesor Mario Artaza Rouxel, con lamuy valiosa cooperacin de los profesores Paz Milet, Gilberto Aranda, AndreaLucas Garn y Tatiana Rein. Se invit a participar de este Taller a acadmicos delInstituto, especialistas de otras casas de estudio, funcionarios de diversos ministe-rios, miembros de las Fuerzas Armadas en actividad y retiro, empresarios, ex Em-bajadores y centros de estudio de diversas tendencias polticas, tratando as deobtener una visin lo ms amplia posible de todos los aspectos que inciden en lapoltica vecinal, incluyendo los histricos, polticos, econmicos, comerciales, cul-turales, migratorios, militares y de seguridad.

    Adems, se invit a distinguidos acadmicos de los pases vecinos a que contri-buyeran con captulos en que mostraran su propia perspectiva de las relaciones conChile. Estos trabajos enriquecieron en gran medida nuestro Taller y agradecemosesa valiosa contribucin.

    Al efectuarse el lanzamiento de este Taller en mayo de 2005, se expres quepara el Instituto de Estudios Internacionales resultaba evidente que el cuadro veci-nal es el que nos presenta a diario mayores desafos, de diversa naturaleza. No sonslo las cuestiones limtrofes las que concitan atencin, sino tambin reas comola energa, la inmigracin, la seguridad y la defensa, entre otros.

    El Taller se desarroll por medio de reuniones peridicas, con la mayor libertadacadmica y con una fiel asistencia de alrededor de 45 participantes, divididos entres grupos, dedicados a la vinculacin con Argentina, Bolivia y Per. Sus trabajosfueron presentados y discutidos en estas sesiones, culminando en los textos que seincluyen en este libro. A todos los autores, nuestros agradecimientos. El Tallertambin incluy algunas conferencias pblicas con invitados especiales, entre ellos,nuestros representantes diplomticos en los pases vecinos. Sus intervenciones fue-ron de gran valor para nuestros trabajos.

    Tambin deseamos agradecer el respaldo que prest a este trabajo el ex Minis-tro de Relaciones Exteriores de Chile, Sr. Ignacio Walker Prieto, quien en una cartafechada el 12 de mayo de 2005, declar que este Taller constitua una iniciativade gran inters para el Ministerio de Relaciones Exteriores y que la participacindel mayor nmero de expertos en estas materias es de gran importancia.

    Por ltimo, queramos destacar que esta publicacin sale a la luz en el marco delos 40 aos del Instituto de Estudios Internacionales, reafirmando el compromisode esta institucin con los temas prioritarios para la poltica exterior del pas y conen el desarrollo acadmico multidisciplinario.

    Mario Artaza Rouxel y Paz Milet Garca Santiago, octubre de 2006

  • Mario Artaza y Paz Milet

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  • A modo de prembulo

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    ARGENTINA

  • Mario Artaza y Paz Milet

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  • Poltica exterior regional y las relaciones con Argentina

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    Poltica exterior regionaly las relaciones con Argentina

    Ral Bernal Meza*

    Chile es un pas pequeo. Su potencialidad de insercin en los asuntos mundialeses marginal y depende de su capacidad para forjar alianzas estratgicas y de largoplazo con otros Estados. Al mismo tiempo, por su nivel de apertura, es hoy uno delos pases ms integrados a la economa mundial y su dinmica de crecimiento yexpansin interna estn determinados esencialmente por el dinamismo de la de-manda internacional. Este hecho marca que para el pas, los contextos regional ymundial son claves para su estabilidad econmica, crecimiento y desarrollo. En laperspectiva de un pas cada vez ms integrado a la economa mundial, pero pocorelevante en trminos de recursos de poder, Chile necesita de un entorno interna-cional estable y seguro, donde el multilateralismo permita negociar reglas aplica-bles a todos los Estados y precaverse el unilateralismo de los grandes. Para ello elpas requiere de alianzas estratgicas, de socios permanentes con los cuales cons-truir polticas comunes.

    El principio del cual se parte en este documento es que, en el escenario delsubsistema vecinal y regional, Argentina es un actor esencial para las relacionesinternacionales de Chile. Que ese carcter no es transitorio ni circunstancial, puesse sustenta en el marco geogrfico, histrico y poltico de las relaciones de Chilecon sus otros vecinos, cuyo futuro previsible dadas las dificultades por construiruna agenda positiva con Per y Bolivia dista de parecer bueno, ms all de lavoluntad puesta por el pas en el esfuerzo por transformar dichos vnculos en co-operativos e interdependientes.

    Pero, al mismo tiempo, esa relacin con Argentina no tiene ni puede tener uncarcter puramente instrumental o utilitario. Por el contrario, dados los lazos his-trico-culturales, geogrficos, econmicos, comerciales, financieros y migratorios,ella debe ser independiente de las relaciones con otros vecinos y constituirse en unverdadero objetivo estratgico para una poltica exterior permanente y servir debase para una plataforma poltica comn que fortalezca la presencia internacionalconjunta de ambos pases.

    Chile inicia su cuarto gobierno de la Concertacin. La presidente electa, MichelleBachelet seal durante la campaa que una de sus tres prioridades de la agenda dePoltica Exterior sera la relacin de Chile con sus vecinos. Entre ellos est la Ar-

    * Naci en Valparaso en 1950. Profesor Titular de Relaciones Internacionales de la Universi-dad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires; profesor de la Universidad deBuenos Aires y Coordinador del rea de Relaciones Internacionales de la Maestra en Inte-gracin Econmica-Mercosur de la misma Universidad. Profesor Visitante de las Universida-des de So Paulo y Brasilia.

  • Ral Bernal Meza

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    gentina, con la cual se comparte una de las tres fronteras ms extensas del mundoy que desde la gestin de los gobiernos de Aylwin, Frei Ruiz-Tagle y Lagos fueronresueltos todos los problemas limtrofes que condicionaron durante siglo y mediola profundizacin de las relaciones bilaterales.

    El impacto de estos problemas, que en momentos tanto del siglo XIX como delXX pudieron haber conducido a conflictos militares, generaron a ambos lados dela frontera sentimientos encontrados hacia el vecino percepciones distorsionadasy negativas (como el expansionismo), los que en buena medida tambin fueronalimentados por la cultura nacionalista, las interpretaciones de los historiadores,los textos de geografa y la formacin educativa y militar.

    La atencin prioritaria puesta sobre los vecinos por la presidente electa pone demanifiesto tambin la percepcin de que las cosas en este mbito no se hicieron deltodo bien o, al menos, que comparado con el conjunto de las relaciones interna-cionales chilenas, las bilaterales limtrofes manifiestan importantes dficits a pe-sar de haberse resuelto los problemas limtrofes con Argentina, las diferencias pen-dientes del Tratado de Lima de 1929 e impulsado y concretizado acuerdos decomplementacin econmica y de libre comercio con los tres vecinos, los que hanquedado de manifiesto en las tensiones y conflictos poltico-diplomticos de distin-to origen que han jalonado estas relaciones en los aos recientes.

    No est dems recalcar que el pasado y presente de las relaciones chileno-perua-nas y chileno-bolivianas es difcil y complejo, an cuando las lecturas desde esospases y las perspectivas futuras de las relaciones con Chile tienen matices bastantediferentes. A mi modo de ver, el cambio de la naturaleza de esas relaciones pasa noslo por una reformulacin de las mismas a nivel bilateral, sino tambin por lainfluencia de actores regionales clave, como Brasil y Argentina, hacia donde debe-ran dirigirse esfuerzos en el mismo sentido; modificando sustancialmente en trmi-nos de calidad, concertacin y cooperacin poltica internacional la situacin ac-tual de esos vnculos bilaterales y en el contexto de un nuevo y aggiornado ABC.

    Las relaciones bilaterales limtrofes a la luz de la tendencia que ha venidoprevaleciendo en Per de someter las mismas a espordicos pero constantes puntosde tensin, cuestin que se agrava por la reciente delimitacin martima que demanera unilateral decret el Congreso peruano, mientras las inversiones chilenascomienzan a recibir crecientes crticas y limitaciones1; el escenario que abre la pre-sidencia de Evo Morales frente a la cual es posible que nos encontremos con nuevasdemandas por la reivindicacin martima, asociadas a condicionamientos yrenegociaciones sobre el mercado gasfero de nuestros otros vecinos que igualmen-te nos afectarn, que se agregan a las discusiones sobre la privatizacin de lospuertos utilizados por ese pas en el litoral chileno y el tema de las aguas del Silala;y las relaciones ambivalentes con un presidente argentino que a su discurso ms

    1 Los dos candidatos presidenciales peruanos que encabezan las encuestas han sealado querestringirn las inversiones chilenas en reas consideradas estratgicas, como los puertos.Segn estimaciones, las inversiones chilenas en Per rondan los cuatro mil millones de dlares(cfr. Lourdes Flores: En mi Gobierno no habr inversiones chilenas en puertos peruanos,El Mercurio online, Emol, mircoles 18 de enero de 2006, y http://www.mundohispanico.com/paises/content/gen/ap/America_Latina/AMS_POL_PERU_CHILE_HUMALA.html; 18 deenero de 2006).

  • Poltica exterior regional y las relaciones con Argentina

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    nacionalista que sus predecesores asocia un considerable respaldo y poder internos,junto a un relativo desinters por las relaciones internacionales y la poltica exte-rior de su pas- merecen un anlisis ms profundo y una revisin de la polticaseguida hasta ahora. Este escenario obliga a Chile a evaluar con pragmatismo ladiversidad de enfoques que sus vecinos desean dar a sus relaciones bilaterales conChile pero, al mismo tiempo, le permite establecer lneas de accin que sean favora-bles a sus objetivos de paz, estabilidad, seguridad y cooperacin subregionales.

    En este contexto, las relaciones con Argentina, el vecino con el cual se mantienencomparativamente los mejores vnculos, resultan fundamentales. Como desarro-llaremos a continuacin, la importancia de este vecino es, simplemente, esencial parael presente y el futuro de Chile; una cuestin que tal vez no siempre ha estado presen-te en la lectura de los formuladores de nuestra poltica exterior; importancia quenace de la geografa que no puede restringirse slo a la frontera, sino al uso derecursos naturales compartidos, la proyeccin antrtica, etc. de las migraciones, laeconoma y, de manera particular, del contexto geopoltico en el cual se encuentraninmersos ambos pases, compartiendo el espacio del cono sur americano. Al mismotiempo, Argentina es uno de los pases ms importantes del Mercosur y, junto a losrestantes socios, son lejos el destino principal de los productos chilenos2.

    Al menos cinco elementos tres econmicos y dos polticos deberan consi-derarse claves para sealar la importancia de este vecino para Chile. De los prime-ros, 1) el creciente comercio bilateral, que ronda los 6.000 millones de dlaresanuales, con un dficit permanente para Chile; un comercio que hace de la Argen-tina el principal proveedor de la importaciones chilenas; 2) el volumen de la inver-sin externa chilena en ese pas, que supera los 15 mil millones de dlares y lapresencia all de decenas de empresas chilenas; 3) las necesidades energticas delcrecimiento econmico chileno, frente a las cuales la Argentina sigue siendo el so-cio potencial ms seguro y confiable, evaluacin que se basa en la existencia ypropuestas de interconexiones gasferas, petrolferas y elctricas; de los segundos,4) las complejas relaciones de Chile con Per y Bolivia; pases con los cuales Argen-tina ha mantenido histricos vnculos de cooperacin, en distintas agendas y queejerce sobre ellos una no despreciable influencia poltica; 5) los riesgos de un even-tual aislamiento subregional, motivado por razones de ndole diversa, pero que porlas condiciones de la geografa y la poltica regionales debe hacer meditar entre lasexpectativas de un pas abierto al mar y de un pas arrinconado contra el mar.

    En nuestro entorno vecinal inmediato, la presencia poltica argentina tiene dis-tintas manifestaciones. Baste recordar que entre uno y dos millones de ciudadanosde origen boliviano viven en Argentina3, donde residen tambin cerca de mediomilln de ciudadanos de origen peruano4. Si bien los vnculos argentino-peruanos

    2 Segn reconoci Carlos Furche, director general de Relaciones Econmicas Internacionales,cfr. El Mercurio Online (Emol), 4 de enero de 2006.

    3 No hay datos estadsticos slidos al respecto. La cifra se calcula considerando los migranteslegales y una estimacin sobre la migracin no registrada, que se supone considerablementemayor. La importancia de la cifra hace que el tema sea uno de los elementos que con seguri-dad incluir el gobierno argentino en la agenda de las futuras negociaciones sobre el precio yla provisin del gas boliviano al vecino pas.

    4 Es el mismo caso anterior, aunque otras estimaciones sitan la poblacin peruana en Argen-tina entre quinientos mil y un milln.

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    no tienen hoy la dimensin del pasado, ellos siguen estando polticamente presen-tes; vnculos que no estn influidos por el peso de una agenda poltica negativa nipor problemas limtrofes de una frontera comn que no tienen. Asimismo y pordiferentes razones polticas, econmicas, migratorias, etc. Argentina tiene unasignificativa influencia poltica sobre Bolivia y que se ha manifestado en ocasin delos problemas polticos internos bolivianos ocurridos en los ltimos aos. A pesarde ser limtrofes, Argentina no carga con el peso de una historia negativa en susrelaciones con Bolivia.

    Un resultado positivo para Chile en estas reas de la agenda chilena con Argen-tina requiere de un acertado diagnstico sobre las relaciones bilaterales y laprofundizacin de los progresos conseguidos en el perodo 1990-2005. Para esteejercicio es necesaria la identificacin de las dificultades que encuentran al presentedichas relaciones y que surgen, en buena medida, de las percepciones argentinassobre Chile y vice-versa. Algunas de stas tienen su base en antecedentes histricosy otras son resultado de la propia dinmica de las relaciones internacionales chile-nas durante el perodo de las administraciones de la Concertacin. Como sealaPablo Lacoste en libro reciente, la Argentina y Chile mantienen actualmente buenasrelaciones diplomticas y comerciales. Sin embargo cada uno percibe al vecino comoexpansionista, agresivo y oportunista. El pas propio es la vctima ingenua; elotro, el astuto victimario. Estas imgenes mantienen latente el conflicto entreambas naciones por vastos territorios de enorme inters econmico y estratgico5.Coincide este autor con otros tal el caso de Carlos Escud en que estas visionesxenfobas y chauvinistas se fundan en afirmaciones inexactas de las historiografasargentina y chilena respecto de la historia de las fronteras, es decir, de los lmitesinternacionales y de la soberana. Sin embargo, ms all de que esta interpretacintiene fuertes elementos de consistencia, tal vez no alcanzan a explicar en toda sudimensin la problemtica de la rivalidad y competencia que an persiste, cuandolos problemas limtrofes han sido resueltos en condiciones aceptadas por ambospases y se ha avanzado como nunca en la historia en temas de cooperacin enSeguridad y Defensa.

    Dado que el objetivo de este documento es centrarse en la percepcin de laArgentina sobre Chile con el fin de argumentar modificaciones en el mbito de lapoltica exterior y no al revs o de ambas, nos aplicaremos al mismo, sin que elloimplique el no reconocimiento a causas y responsabilidades compartidas por lassociedades polticas de los dos pases.

    El primer elemento a considerar es la persistencia de sentimientos anti-chilenosen diferentes sectores de la sociedad argentina, a pesar de que ella fue muy solidariacon el exilio (poltico y laboral) chileno y que entre 1974 y 1990 ms de 300 milchilenos se radicaron en ese pas, cifra que hoy ronda por la mitad. La Argentina hasido un pas ciertamente generoso con los inmigrantes y culturalmente el ms cos-mopolita de Amrica Latina. No obstante y paradojalmente distintos sectoressociales, polticos, culturales y periodsticos son an predominantemente no favo-rables a una profundizacin de los vnculos de su pas con Chile. An as, es difcil

    5 Pablo Lacoste (2003), La imagen del otro en las relaciones de la Argentina y Chile (1534-2000), Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, en co-edicin con el Instituto de EstudiosAvanzados de la Universidad de Santiago de Chile.

  • Poltica exterior regional y las relaciones con Argentina

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    sealar con exactitud que algn nmero de chilenos residentes en ese pas hayansido discriminados por su nacionalidad.

    A partir de una encuesta de opinin que sostena parte de las argumentacionesde un informe confidencial sobre poltica exterior, encargado a inicios del gobiernodel presidente Menem por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina6,se sealaba entonces que si bien la poltica exterior es una de las reas de gestindel gobierno que menos atencin captaba en la gente, las actitudes hacia la polticaexterior tenan un componente ideolgico muy importante. Chile es un pas quegenera sentimientos encontrados. Para algunas personas es poco confiable, piensanque busca sacar partido constantemente, para otros es un pas ms de Latinoamricacon el que deberamos estrechar vnculos pues comparte nuestra realidad ().La integracin latinoamericana NO es un tema que genere conflictos. El 82% dela poblacin est de acuerdo con que Argentina integre con sus vecinos unMercosur. De los pases de la regin con los que los argentinos prefieren estre-char vnculos, Brasil es quien ocupaba el primer lugar de las preferencias, en tantoChile era el pas con que el mayor porcentaje de la poblacin NO LE GUSTARA queArgentina profundizara sus vnculos7.

    Si bien ha transcurrido ms de una dcada desde aquella evaluacin, hay unageneracin, que hoy ronda los cincuenta aos de edad, que est formada en lashiptesis de conflicto con Chile. Si bien esa visin est abandonada y sepultada porla dirigencia poltica gobernante en Argentina, esa generacin es hoy significativa,por cuanto su porcin etrea le hace estar presente en todos los mbitos de relevan-cia social, econmica, poltica y cultural del pas.

    Consultas recientes realizadas con personas que representan a esos sectores yactores sociales8 sealan que estas percepciones son an dominantes, a pesar de losenormes y reconocidos progresos que ha alcanzado la relacin bilateral estosltimos 15 aos, como la solucin de todos los diferendos limtrofes, la elimina-cin de las hiptesis de conflicto y la significativa profundizacin positiva de to-dos los vnculos bilaterales. Las razones de este sentimiento tienen motivos diver-sos, pero, entre ellos, est la percepcin de Chile como un pas que juega al equili-brio de poder en las relaciones entre Argentina y Brasil; que no busca una integra-cin como el pasado ABC y que su objetivo apunta a crear diferencias en esarelacin bilateral, acercndose Chile hacia uno u otro segn la agenda y sus intere-ses. Domina la impresin de que Chile no quiere la integracin ni su insercin en elMercosur, temas que para la sociedad argentina son relevantes.

    Ms all del discurso y praxis chileno acerca de su alianza estratgica conArgentina se descree de ella y se considera que la agenda chilena se concentra sloen cuestiones econmicas y comerciales, pero no en una agenda poltica que setraduzca en una agenda poltica bilateral ms amplia, vis--vis el sistema regional yel multilateral. Existe la percepcin de que Chile est ms cerca de Estados Unidos,

    6 La encuesta, efectuada por Mora y Araujo, Noguera y asociados, estaba incluida en el Infor-me sobre Poltica Exterior Argentina, presentado al ministro de Relaciones Exteriores Co-mercio Internacional y Culto de la Repblica Argentina en febrero de 1992.

    7 Extractado de la Sntesis del Informe.8 Para el caso, el autor efectu consultas a personalidades reconocidas, en los mbitos acad-

    mico, poltico, diplomtico, periodstico y de sectores sociales y culturales.

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    as como en el pasado lo estuvo del Brasil, que de los intereses argentinos (pocaconvergencia poltica dentro el Mercosur; diferencias respecto del regionalismohemisfrico; el tema de la representacin sudamericana en el Consejo de Seguridadde la ONU, con Chile dando su apoyo a Brasil y desechando la tesis argentina de larotacin, etc.).

    Por ltimo, que hay una creciente soberbia, surgida como consecuencia de loslogros en el crecimiento econmico, que se expresa tambin en el trato que se leconfiere a los argentinos en sus desplazamientos a Chile o a travs de su territorio.Particularmente se toma en cuenta un supuesto escaso inters de las autoridadeschilenas por mejorar los servicios de migraciones, aduanas, agrcola-ganadero, quehacen lento y odioso el trnsito por el nico corredor terrestre que une las regionesdemogrficas y econmicas ms importantes de ambos pases: el sistema CristoRedentor. No se comprende por qu el mismo trmite demora entre cinco y sieteveces ms del lado chileno de la frontera que del lado argentino9. Al mismo tiempo,que las autoridades chilenas incorporan normativas que generan problemas al trans-porte de cargas y no contribuyen a facilitar la fluidez del mismo10, cuando el comer-cio chileno con los pases del Mercosur, que representa un quinto del total, tienecomo casi excluyente ruta terrestre el paso por Los Libertadores. Este mismotipo de reclamos se escucha tambin en la zona del estrecho de Magallanes, en lacomunicacin entre las provincias argentinas de Santa Cruz y Tierra del Fuego. Losfueguinos optan por la va area para evitar las dificultades, pero ello al tiempoque encarece mucho el cruce- queda restringido a quienes tienen los recursos parapagar su costo.

    He aqu una apretada sntesis de las percepciones dominantes en la sociedadargentina actual sobre Chile y las relaciones bilaterales. Es evidente que un esfuerzopor modificar positivamente preconceptos y percepciones negativas no es una tareafcil ni de frutos en el corto plazo; para ello se requiere fomentar una imagen conacciones concretas y proyectadas en el tiempo. Pero esto sera imposible sin quemediaran cambios en el mismo sentido a travs de mensajes de las fuentes queproveen imgenes, como el gobierno, la prensa, la cultura y la educacin, razn quenos lleva a encontrar el origen de esas distorsiones y preconceptos11.

    9 Para darse una idea, el trmite habitual, para el mismo nmero de vehculos de transporte depasajeros, por ejemplo de una fila de cuatro, suele demorar entre media y una hora del ladoargentino y entre dos y media y tres horas en el lado chileno. Por otra parte, a pesar de lasdeclaraciones oficiales de ambos gobiernos y las manifestaciones de voluntad para hacer msexpedita esa importante va de transporte, los ciudadanos de ambos pases son rehenes de lasprcticas y conflictos que se dan entre las agencias y organismos de los dos pases. El trnsitopor sistema Cristo Redentor, con toda la tecnologa incorporada, demora en el lado chilenohoy ms que hace treinta aos.

    10 De manera espordica la Ruta Panamericana, que cruza dicho corredor, es cortada por lasreclamaciones de transportistas de carga argentinos en contra de autoridades aduaneras chi-lenas. La ms reciente de stas ocurri el viernes 6 de enero del corriente ao, cuando camio-neros a los que les fue impedido el ingreso a Chile con acoplados que tuvieran patentesdistintas a las del camin de arrastre, retornaron a Argentina y procedieron a cortar la ruta.El transporte, incluyendo el turstico que deba dirigirse a las playas chilenas, slo recupersu normalidad al da siguiente, cuando Aduanas de Chile levant temporalmente la medida.

    11 Vale la pena destacar que algunos esfuerzos, desde el lado argentino, se han realizado en losltimos aos; cfr. Di Tella, Torcuato S. (comp.), (1997), Argentina-Chile. Desarrollos parale-

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    Existe en la Argentina una cultura de nacionalismo territorial que, comodefini un conocido acadmico e internacionalista argentina, se sostuvo histrica-mente sobre lo que reproducan los textos escolares12. Dice este autor que unrelevamiento provisional de los textos escolares argentinos a lo largo del siglo XXdemuestra que, independientemente del gobierno y rgimen de turno, un mensajepermanentemente presente en la educacin argentina era que el pas haba sidodesposedo de enormes territorios continentales durante el siglo XIX por vecinosexpansionistas o secesionistas, de hermanos ingratos13. Esta visin, que incluye enbuena medida a Chile, ha tendido a ser desplazada en los aos recientes, coinci-diendo con el retorno de la democracia. En efecto, desde 1984 los diferentes gobier-nos han venido contribuyendo a la modificacin de esas percepciones, sin lo cual esinimaginable la cooperacin poltica y la integracin econmica. A este esfuerzotambin ha contribuido la solucin de todos los conflictos limtrofes y la crecienteinterrelacin que se advierte entre ambas sociedades nacionales en todos los aspec-tos. Sin embargo, la misma est an lejos de ser abandonada definitivamente, apesar de que existe un creciente sentimiento de admiracin por los datos que expre-san el crecimiento econmico constante de Chile durante los ltimos cuatro lustros.

    Relacionado con el punto siguiente a considerar est la gran diferencia que exis-te, entre una relacin muy prolija y cordial, con crecientes vnculos cooperativos,a nivel gubernamental argentino-chileno y la relacin a nivel de sociedades, dondean hay mucho de irredentismo y subsiste el peso de los sistemas educativos y de lasconcepciones geopolticas. Estas ltimas mantienen todava la visin de un Chileexpansionista, amigo de los ingleses cuestin que se relaciona estrechamente conla Guerra de Malvinas y desinteresado por el Mercosur.

    Un segundo elemento de influencia deriva de la propia dinmica de las relacio-nes internacionales chilenas durante el perodo de las administraciones de laConcertacin.

    Durante la dcada de los noventa, a tono con lo que ocurra en los pases msimportantes de Amrica Latina Mxico, con las administraciones de Salinas deGortari y Zedillo; Brasil de la era Cardoso y la Argentina de Carlos Menem lapoltica exterior chilena adopt de manera predominante un enfoque cercano ala interdependencia, influida por el pacifismo comercial y el institucionalismoneoliberal, este ltimo muy prximo a la visin del idealismo kantiano que en sumomento supo impulsar tan bien William (Bill) Clinton. Desde esa visininstitucionalista neoliberal, era posible avanzar hacia la gobernabilidad mundialy construir un mundo ms multilateral. Este enfoque se proyect a la dcadasiguiente cuando fue abruptamente confrontado por las realidades del poder

    los?, Buenos Aires, ISEN/Nuevohacer, y Lacoste, Pablo (comp.) et al. (2005), Argentina-Chile ysus vecinos (1810-2000), Mendoza, Editorial Caviar Bleu/Universidad Arturo Prat.

    12 El cientista poltico argentino Carlos Escud investig ampliamente el tema, que desarroll endiversas obras, entre ellas: Patologa del nacionalismo: el caso argentino, Buenos Aires, EditorialTesis/Instituto Di Tella, 1987; Nacionalismo territorial argentino, en Rubn Perina y RobertoRussell (comps.), Argentina en el mundo 1973-1987, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoameri-cano, 1988; Argentine Territorial Nationalism, en Journal of Latin American Studies, mayo1988; El fracaso del proyecto argentino: educacin e ideologa, Buenos Aires, Editorial Tesis/Instituto Di Tella, 1990; Realismo Perifrico, Buenos Aires, Editorial Planeta, 1992, etc.

    13 Carlos Escud, Realismo Perifrico, op. cit., p. 182.

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    mundial14, que los recambios presidenciales en Brasil y Argentina percibieron,modificando el derrotero de sus respectivas polticas internacionales. Este fue elinicio de las diferencias que comenzaran a apreciarse en las polticas exterioresde Chile con respecto a las de Argentina y principalmente Brasil.

    Chile proyect ese enfoque interdependiente como marco predominante en susrelaciones vecinales. Los progresos alcanzados en las relaciones bilaterales con Ar-gentina lo justificaban entonces y lo seguirn justificando en el futuro, siendo labase de la cooperacin ms amplia posible y en todos los campos. Pero las respues-tas desde Per estuvieron dominadas como lo han sido histricamente respectode Chile por el realismo. No ha ocurrido, no obstante, lo mismo en Bolivia, ancuando este enfoque ha sido dominante; pero el mismo ha sido matizado en mo-mentos por un pragmatismo comercial, que ejemplificado en el concepto dilogosin condiciones, sin exclusiones, han planteado en su momento los presidentesBanzer, Quiroga y ahora Evo Morales. En este sentido, la posesin de enormesreservados de gas, que necesitan imprescindiblemente salir por el Pacfico para suexportacin, ha llevado a los gobiernos bolivianos a un realismo comercial15.

    La visin de un mundo interdependiente era ciertamente funcional a la estrate-gia de insercin econmica internacional de Chile. Un exitoso proyecto de inser-cin econmica internacional ha llevado a que el PBI de Chile dependa ms del66% del sector externo16. El modelo de apertura, liberalizacin e integracin eco-nmica al mundo registrara un desempeo envidiable en trminos de acuerdos delibre comercio alcanzados y que cubren el segmento de las ms importantes y din-micas economas del mundo. Sin embargo, esta misma dinmica y a pesar de losvnculos del comercio exterior y las inversiones externas ha tendido a aislarlo desus vecinos inmediatos, donde segmentos influyentes de la sociedad y que compar-ten la filosofa del modelo econmico chileno, han evidenciado una especie desana envidia; una condicin exitosa que, al mismo tiempo, ha generado reaccionesadversas y animosidad. El xito en el campo de la economa y la percepcin exter-na de sus excelentes vnculos con Estados Unidos pueden conducir a Chile a trans-formarse en el Israel de Amrica Latina, con la diferencia que si bien las relacio-nes chileno-norteamericanas pasan por uno de los mejores momentos de la histo-ria y el pas se ha transformado en estos aos en un socio clave para las polticashemisfricas de Washington, no tienen el carcter estratgico que tienen aquellasde la potencia con su socio del medio Oriente.

    Mucho se ha hablado de la visin de los formuladores de la poltica exteriorchilena de la Concertacin acerca del regionalismo y las relaciones con Amrica

    14 Cfr. Ral Bernal-Meza, Multilateralismo y unilateralismo en la poltica mundial: AmricaLatina ante el Orden Mundial en transicin, Historia Actual On-Line, 5 (2004), [journal online]. Available from Internet at: y tambin,del autor, Rivalits et diplomatie, en AGIR, Revue Gnrale de Stratgie, Paris, Socit deStratgie, N 16, Dcembre 2003; pp. 131-142.

    15 Expresado en las ideas el gas sera el mejor canciller de Bolivia y negociaciones de gas pormar.

    16 El porcentaje corresponde slo al comercio exterior, segn la Direccin General de Relacio-nes Econmicas Internacionales (Direcon); cfr. El Mercurio Online (Emol), 4 de enero de2005. Considerando los servicios, las inversiones y la cuenta de capitales, la cifra aumentasignificativamente hasta el 80% del PBI.

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    del Sur. Segn algunos, Chile ha optado por una estrategia de insercin indepen-diente, fundamentada en sus esfuerzos de apertura econmica y de bsqueda deacuerdos de libre comercio extra-regionales. Pero, en los aos recientes puedeadvertirse que la visin se ha venido haciendo ms equilibrada, tal vez a la luz delas propias dificultades surgidas en el contexto sub-regional. Como ha sealado elex Canciller y actual Secretario General de la OEA, Jos Miguel Insulza, lo msprobable es que la bsqueda, o la quimera de forjar alianzas estratgicas slidas ypermanentes en otras regiones a expensas de la insercin en la propia, est conde-nada al fracaso, porque por definicin, toda integracin efectiva es regional y con-dicionada geogrficamente17. ste es, consideramos, el camino necesario, a pesar delo que las realidades imaginadas pretendan presentarnos como verdades. En ese sen-tido, cuestiones como la compatibilidad entre las agendas de ALCA y Mercosur, talcomo lo ha sealado la Presidente electa18 requerirn de esfuerzos adicionales porhacer ver compatibilidad donde otros gobiernos ven lo contrario.

    Nuevos enfoques para la polticavecinal y las relaciones con Argentina

    Est claro que los gobiernos de la Concertacin y en particular el de la administra-cin del Presidente Lagos se han diferenciado de las posiciones de otros pases dela regin que parecieran confrontacionales con Estados Unidos. Considerando queBrasil bajo el gobierno de Lula ha optado por el liderazgo sudamericano, el gobier-no de Lagos, a travs de distintas iniciativas y posiciones, se ha ubicado en laoposicin a muchas de las propuestas brasileas, como por ejemplo, aceptar laincorporacin de Cuba al Grupo de Ro y mantener una posicin dura en lasnegociaciones respecto de ALCA. Sin embargo, ha acompaado otras, como lacreacin de la Comunidad Sudamericana de Naciones y la continuidad de vncu-los polticos dentro del Mercosur, cuestiones todas en las que el gobierno argentinono ha mostrado ser ni demasiado entusiasta ni tampoco absolutamente crtico,con excepcin de las negociaciones por ALCA, donde su posicin ha sido clara.

    En el contexto de una poltica vecinal que aborde las relaciones con los tresvecinos, es necesario revisar la visin dominante, especficamente en lo que atae alas relaciones con Per y Bolivia. En este caso, habr que matizar la interdependen-cia con el pragmatismo realista, en la medida que las respuestas provenientes deesos pases sigan siendo una barrera de contencin a las polticas chilenas de vecin-dad interdependiente. Pero sera un error retornar al realismo y la poltica de poderdel pasado en las relaciones con Argentina; idea que tal vez haya sido consideradapor algunos sectores polticos chilenos a raz de las desavenencias y problemasderivados de la crisis del gas.

    17 Cfr. Jos Miguel Insulza, Es posible una visin renovadora para orientar el futuro deAmrica Latina?, en Estudios Internacionales, Santiago, Instituto de Estudios Internaciona-les de la Universidad de Chile, Ao XXXVI, enero-marzo 2003, N 140, pp. 55-65.

    18 Cfr. Clarn.com, Elecciones en Chile: la presidente electa de Chile Michelle Bachelet con laprensa extranjera: Las agendas del Mercosur y del ALCA no son incompatibles, BuenosAires, 17 de enero de 2006.

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    Extrapolar una situacin coyuntural, provocada sa y otras por medidas ydichos gubernamentales de Nstor Kirchner, que son ms respuestas a su propiofrente poltico interno y tcticas destinadas a su estrategia nacional de acumulacinde poder poltico que dirigidas a Chile, puede conducir a desaciertos que contribu-yan a crear distanciamientos que no son buenos para Chile.

    Asociada a la situacin derivada del crecimiento y la expansin econmica chi-lena est el derrotero no siempre coincidente de las respectivas polticas exterio-res. Argentina y Chile no son precisamente ejemplos de pases en los cuales hayaexistido una constante de coincidencias sobre la agenda poltica regional, interna-cional y multilateral.

    A ello se agrega la dificultad que la poltica exterior argentina no ha tenidosiempre lineamientos de continuidad respecto de los temas de la agenda internacio-nal que interesan a Chile, como el regionalismo abierto, las relaciones extra-lati-noamericanas y diversos temas de la agenda multilateral.

    Cmo se pueden enfrentar los desafos que impone conseguir un cambio enesas percepciones negativas que subsisten en la sociedad argentina acerca de Chile?

    En primer lugar hay que considerar que por las caractersticas institucionales ypolticas de la Argentina, su federalismo y otras, las provincias tienen un fuertepoder, tanto a nivel del Senado (tres senadores por cada una), como a nivel polti-co gubernamental. Esto ltimo se advierte al considerar que de los tres ltimospresidentes que han cumplido (o estn por cumplir) sus perodos de gobierno, dosprovienen de provincias, de las menos pobladas y ms perifricas en trminos de suparticipacin en el PBI global nacional19.

    Objetivos polticos de la futura agenda con Argentina

    A mi modo de ver, el destino futuro de las relaciones pasa por la capacidad deconstituirse en un socio estratgico para la Argentina, ms all de los intereseseconmicos, comerciales y energticos y de la naturaleza poltica del discurso di-plomtico. Para ello es imprescindible el diseo de una agenda poltica que, porcierto, debe tomar en consideracin la poltica exterior y las relaciones regionales einternacionales de ambos pases como su teln de fondo. Tal objetivo es clave paraChile, tanto en un escenario de mejoramiento de las relaciones con sus otros veci-nos y con mayor razn en un escenario en el cual persistan las percepciones deconflicto tanto con Per como con Bolivia. Estos factores, dadas las caractersticasde los vnculos histricos de Argentina con esos vecinos de Chile hacen que ese paspuede jugar un papel de relevancia en las complejas relaciones entre Chile y Per yChile y Bolivia.

    En segundo lugar, es fundamental promover y fortalecer la idea de que Chile espara Argentina un amigo y un socio confiable y que para Chile la Argentina es suprincipal socio latinoamericano. Esto requiere de una revisin profunda de la agen-da, objetivos e intereses de la poltica exterior argentina y de un anlisis compara-

    19 Se trata del ex presidente Carlos Menem, ex gobernador de la provincia de La Rioja y delactual presidente, Nstor Kirchner, ex gobernador de la provincia de Santa Cruz.

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    tivo que seale y fortalezca los temas y puntos de convergencia, tanto a nivel de lapoltica multilateral como de la regional.

    Por ltimo, fortalecer la percepcin de que Chile es y ser un pas polticamentelatinoamericano y comprometido con el destino y las agendas sudamericanas queno interfieran con sus objetivos de polticas pblicas ms generales. Hay que elimi-nar la idea, en los socios y vecinos sudamericanos en especial del Mercosur deque Chile no tiene inters en acercarse a ellos polticamente.

    Es paradjico que aquello que los sectores de opinin informada le cuestionan,tanto en Argentina como en Brasil, sea su excluyente preocupacin sobre los temascomerciales. Llama la atencin el hecho que el cuestionamiento que se hace a Chilees justamente su condicin de asociado para no comprometerse con el arancelexterno comn, cuestin que justamente toca al tema comercial. Sin embargo,Chile ha reiterado su inters en que el Mercosur avance en temas polticos einstitucionales, expresando su compromiso en este sentido. Esta paradoja sealaque la posicin de Chile es lgicamente coincidente con esa visin crtica que otrassociedades nacionales tienen sobre el Mercosur, lo que debera contribuir a acercarposiciones para avanzar en los temas polticos y de cooperacin; sin embargo, loque sucede es lo inverso.

    Contribuira a este objetivo establecer una unidad operacional, a nivel de rea uoficina, que se ocupara de Mercosur, pero que no se confunda con lo que constitu-ye especficamente la representacin ante ALADI ni temticamente con cuestionesarancelarias y comerciales; que fuera adscripta a la embajada en Buenos Aires. Supreocupacin sustancial debera ser el seguimiento y acompaamiento de las pol-ticas exteriores de los pases miembros en sus relaciones con el bloque y las relacio-nes internacionales del Mercosur en su conjunto, que van mucho ms all de loque los pases en especfico hacen en sus relaciones bilaterales y multilaterales. Estopodra ser visto como un compromiso de trabajar unitariamente con el bloque, altiempo que contribuira con un acercamiento permanente que tuviera una visinde conjunto sobre esas relaciones internacionales.

    Las caractersticas sui generis del federalismo argentino indican que el Embaja-dor chileno no debe ser Embajador en Buenos Aires, sino en todo el pas, lo quese debe acompaar de una ms relevante insercin de los Consulados (en particu-lar los Generales) en la vida de sus respectivas jurisdicciones. Es sorprendente alrespecto que en muchas de stas la poblacin argentina desconoce que haya unarepresentacin consular. Las iniciativas en este sentido deberan comprender la pre-sencia e impulso de actividades de promocin e informacin, con un involucramientorelevante en la vida socio-econmica, cultural y cientfica de las jurisdicciones. Sedebe comprender que la sociedad argentina es ms diversa y socialmente ms flexi-ble, por lo cual la actuacin diplomtica no necesariamente debe reflejar el com-portamiento socio-cultural al que se es habitual dentro de la sociedad chilena. De-bera entonces impulsarse una gran cooperacin que involucre a sectores influyen-tes de la sociedad argentina que se caracterizan por su nivel de informacin, forma-cin profesional y actuacin en organizaciones e instituciones, porque ellos incidenen la poltica gubernamental e influyen sobre la opinin pblica y ambas sobre elmundo poltico general.

    Hay que promover un mayor conocimiento sobre Chile, su poltica exterior, su

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    20 Una importante literatura reciente, sobre la base de estudios y trabajos empricos, ha puestode manifiesto este relevante progreso. La sntesis es que las sociedades de Argentina y Brasilnunca estuvieron tan cercanas como a partir del perodo que se abri en 1986. Para sealaralgunas obras: Amado Cervo y Wolgang Dopcke (comps.), (1994), Relaes Internacionaisdo Pases Americanos. Vertentes da Histria, Brasilia, Linha Grfica Editoria; Amado LuizCervo y Mario Rapoport, (orgs.) (1998), Histria do Cone Sul, Rio de Janeiro, EditoraRevan y Braslia, Editora da Universidade de Brasilia; Samuel Pinheiro Guimaraes (2000),Argentina: Vises Brasileiras, Braslia, Instituto Brasileiro de Relaes Internacionais; AmadoCervo y Mario Rapoport (eds.) (2001), El Cono Sur. Una historia comn, Buenos Aires,Fondo de Cultura Econmica; Alejandro Frigerio y Gustavo Lins Ribeiro (organizadores)(2002), Argentinos e brasileiros. Encontros, imagens e esteretipos, Petrpolis (R.J.), EditoraVozes; Ral Bernal-Meza (2005), Amrica Latina en el mundo. El pensamiento latinoameri-cano y la teora de relaciones internacionales, Buenos Aires, Nuevohacer/Grupo Editor Lati-noamericano.

    cultura y su compromiso con la integracin sudamericana; con programas de co-operacin e intercambios culturales, cientficos y tecnolgicos; invitacin para vi-sitas de estudiantes (a distintos niveles) y de acadmicos. En este sentido vale lapena revisar lo que ha sido la experiencia brasileo-argentina, donde a partir de losacuerdos Sarney-Alfonsn, que fueron el inicio de lo que hoy es el Mercosur, sepudo revertir una historia de recelos, desconfianzas e, incluso de desinters mu-tuo20. Asimismo, impulsar actividades comunes en reas como periodismo, arte ycultura, empresas y comercio, ms all de las zonas tradicionales de Buenos Aires yMendoza, y hacia el exterior.

    El buen desempeo de la poltica exterior y de las relaciones internacionales deChile en otros escenarios geogrficos, reflejado en una agenda que presenta losxitos del comercio exterior y que ponen al pas en condiciones de asociacincomercial con las principales y ms dinmicas economas del mundo como su ma-yor performance resultarn empaados en un escenario subregional en el cual elpas se encuentre relativamente aislado.

    Si Chile quiere construir esa relacin con Argentina ser a todas luces contra-producente desconsiderar al Mercosur o intentar competir por el liderazgo regio-nal con Brasil o jugar al balance de poder entre ambos; temas que para la Argen-tina son muy importantes. En el primer caso, no es necesario replantearse la pol-tica comercial de apertura para acercarse a un arancel externo comn cada vez msdistanciado, porque ello excede largamente el contexto de las relaciones bilateraleso subregionales, ya que implica la revisin del modelo de desarrollo econmico einsercin internacional, sino construir y avanzar en los aspectos polticos einstitucionales de un compromiso chileno con el bloque; en los temas de la coopera-cin cientfico-tecnolgica, cultural y educativa y en las posibilidades de una anno imaginada agenda econmica que va ms all de las cuestiones comerciales yarancelarias. En el segundo caso, porque no hay poltica exterior regional viableque no se asiente sobre las realidades objetivas del poder y las capabilities quehacen del Brasil un gigante en ascenso dentro de la pirmide del poder mundial, concapacidades autnomas incomparables con el resto de pases sudamericanos, cues-tin que para la Argentina es tema de especial inters.

    El problema que presenta el relacionamiento ms estrecho de Chile con elMercosur es su creciente multilateralismo comercial, su modelo de regionalismo

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    abierto y el nivel de progresos alcanzados en la negociacin de acuerdos de LibreComercio con pases y regiones que son las economas ms dinmicas, ricas e im-portantes del mundo, temas todos que estn en la base del crecimiento y del mode-lo de desarrollo por el que ha optado Chile.

    Resolver y compatibilizar estas cuestiones requiere de una visin renovada delas relaciones bilaterales y subregionales, que debe partir de una correcta lectura delo que sus socios y vecinos creen errneamente de los chilenos, para modificarlassobre la base de una amplia agenda que se sostenga sobre los progresos alcanzadosy evite la continuidad de las falencias. Pero, al mismo tiempo, que los vecinos per-ciban lo positivo a extraer de esa situacin internacional de relativo privilegio delpas, en una cooperacin y asociacin de largo plazo con Chile.

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    Poltica exterior de Chile y Argentina:dos opciones contemporneasde insercin regional

    Jos A. Morand*

    Aproximaciones y perspectivas

    La estructura del sistema internacional como asimismo las grandes tendencias de lapoltica mundial, han tenido importantes repercusiones en la poltica exterior deArgentina y Chile en las ltimas dcadas. En efecto, tanto la Guerra Fra y su des-enlace como la globalizacin creciente de la economa y sociedad mundial repre-sentan contextos histricos de gran dinamismo, cuyos escenarios cambiantes indu-cen al diseo e implementacin de renovadas estrategias de insercin internacionalde ambos pases. En virtud de estas condicionantes sistmicas, una constante de lasorientaciones externas de los dos estados sudamericanos ha sido la bsqueda per-manente de espacios crecientes de autonoma nacional a travs de estrategias eco-nmicas y socio-polticas que apuntan al crecimiento y desarrollo de sus respecti-vas sociedades.

    Por otra parte, la convergencia en los planos econmicos economas de merca-do y necesidad de integracin y polticos en torno a las democracias liberales apartir de fines de los ochenta, generaron las condiciones necesarias para unainteraccin bilateral creciente y una insercin internacional funcional y congruentecon las tendencias prevalecientes en la poltica mundial y hemisfrica. De esta for-ma es posible identificar ms de treinta compromisos internacionales entre ambasnaciones a partir de los aos noventa. Estos se refieren a convenios de cooperacin,acuerdos, protocolos y tratados bilaterales en diferentes materias como turismo,educacin, trnsito de personas y vehculos en puestos fronterizos, proteccin delmedio ambiente antrtico, cooperacin policial, promocin y proteccin recprocade inversiones, cooperacin cientfica y tecnolgica, coproduccin cinematogrfi-ca, integracin y complementacin minera, coproduccin de unidades navales, in-tercambio energtico, cooperacin en salud, etc.

    Entre los acuerdos ms importantes en la relacin bilateral destaca el Acuerdode Complementacin Econmica de 1991 con sus respectivos Protocolos sobre sa-nidad vegetal, interconexin gasfera, interconexin elctrica, cooperacin mineray transporte terrestre, martimo y areo. Este Acuerdo de Complementacin Eco-nmica ha Estado muy presente en las relaciones bilaterales entre los dos pases yconstituye en la actualidad el eje de articulacin integradora entre ambas econo-

    * Cientista poltico, Master of Arts, University of Denver. Director del Instituto de EstudiosInternacionales, Universidad de Chile. Este artculo forma parte del proyecto Fondecyt 1050627.Ha publicado, entre otros libros, Globalizacin y visiones religiosas, junto a Claude Pomerleau.

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    mas. Es a partir de estas materias de la agenda bilateral que se presentan los con-flictos y las oportunidades de integracin econmica entre Argentina y Chile. Otraexpresin indita de cooperacin bilateral son las Medidas de Confianza Mutua enel campo de la defensa. Estas incluyen ejercicios combinados de las Fuerzas Arma-das, intercambio de personal militar, cooperacin cientfico-tcnica y ms reciente-mente el desarrollo de metodologas estandarizadas comunes, bajo el diseo deCEPAL, para medir y transparentar los gastos de defensa. Por ltimo y tambin enel mbito de la vinculacin y cooperacin militar, cabe sealar la participacinconjunta de destacamentos militares en Misiones de Paz de las Naciones Unidas,como en Chipre y Hait.

    Los avances y logros anteriores que ocurren en la relacin bilateral entre Argen-tina y Chile se explican en el contexto de las grandes transformaciones del sistemainternacional y su impacto en nuestros pases. As, el ao 1989 marca un punto departida sugerente en esta lnea de transformaciones polticas y econmicas, de mo-mento en que cae el Muro de Berln y se inicia la desintegracin de los gobiernoscomunistas de Europa Oriental y posteriormente de la ex Unin Sovitica. Delmismo modo, el rgimen financiero internacional y las economas desarrolladasdictaminan durante el ltimo ao de la dcada de los ochenta, el plan estratgicoconocido como Consenso de Washington1.

    A travs de este instrumento se establecen los lineamientos generales y polticasmacroeconmicas especficas para orientar a los organismos econmicos interna-cionales como el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco Intera-mericano de Desarrollo y a las cuales deben ceirse los pases en vas de desarrollo,en particular, las economas latinoamericanas que a la fecha se debatan para salirde la crisis de endeudamiento externo. A nivel de los procesos polticos de Argen-tina y Chile, el ao 1989 coincide con el advenimiento de la administracin delPresidente Menem con sus reformas econmicas neoliberales y su opcin interna-cional de alineamiento estricto con los Estados Unidos y los pases occidentales.Por su parte, Chile, durante ese mismo ao, junto con reafirmar su modelo econ-mico de liberalizacin y apertura a la economa mundial, inicia una transicinpoltica hacia la democracia, despus de la derrota electoral del rgimen militar enel Plebiscito de octubre de 1988.

    No obstante las coincidencias y prioridades estratgicas aludidas a partir de eseperodo, existen diferencias entre las polticas exteriores de Chile y Argentina y ensu proyeccin internacional, determinadas tanto por los condicionamientos y elimpacto de variables estructurales del sistema internacional como por la influenciade factores domsticos que dicen relacin con caractersticas institucionales, rasgosculturales e idiosincrticos de sus sociedades y liderazgo poltico. La comparaciny contextualizacin de las formas y estilos de poltica exterior de ambos Estados,ms las continuidades y cambios de sus estrategias de insercin internacional, des-de fines del siglo XX hasta el presente, constituyen entonces, los objetivos centralesde este ensayo.

    1 Las formulaciones del Consenso de Washington se fundamentaron en diez puntos, desde ladisciplina presupuestaria, prioridades del gasto pblico, reforma fiscal, liberalizacin comer-cial, poltica de privatizaciones a derechos de propiedad. A este respecto, vase Ramn CasildaBjar en Poltica Exterior, Vol. XVI, Num. 86 - marzo/abril 2002, pgs. 111 a 115.

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    A partir de lo anterior y en consideracin a las tendencias ideolgicas prevale-cientes en la poltica mundial desde fines del siglo XX cuyos valores ms sobresa-lientes apuntan a promover la democracia y el libre mercado, es posible afirmar, amodo de hiptesis de trabajo que desde fines de los ochenta hasta el presente, lainsercin internacional de Chile responde a una estrategia estable con una lgicaprimariamente de mercado y sustentada con polticas de Estado afines. En cam-bio, la insercin internacional de Argentina de la poca a la actualidad correspon-de a una estrategia de alcance funcional a una lgica de Estado y con polticas demercado ajustables a los vaivenes internacionales y a las demandas y presionespolticas de sus instituciones domsticas y actores de la sociedad civil.

    Los fundamentos conceptuales que sustentan ambas estrategias de insercin in-ternacional las encontramos parcialmente en algunas perspectivas que aportan lasRelaciones Internacionales y la Economa Poltica al anlisis de Poltica Exterior.En efecto, tanto la visin realista como de la sociedad global e interdependenciacompleja entregan antecedentes acerca de conductas estatales en contextos interna-cionales estables y cambiantes.

    En el realismo contemporneo, la visin estatista de la poltica exterior de StephenD. Krasner ofrece una perspectiva renovada y sugerente acerca del papel del Estadoen el escenario transnacional de la poltica mundial2. Es el Estado quien asignavalores en la sociedad y, por consiguiente, sus objetivos van en beneficio de lacomunidad o el inters general de la nacin. En el trayecto del Estado por alcanzarsus objetivos o inters nacional (materiales generales o ideolgicos), los Estadospueden encontrar resistencia interna y externa. En consecuencia, los decidores prin-cipales y que tienen la responsabilidad de llevar adelante los propsitos superioresdel Estado, debern sobreponerse a ambas resistencias a partir de mecanismos decontrol e influencia que puedan ejercer tanto en el mbito interno como internacio-nal. Para el anlisis mismo de la poltica exterior de un Estado, la perspectiva rea-lista de Krasner propone identificar los objetivos de los decidores principales y sucapacidad de lograr dichos propsitos. En su aplicacin a las relaciones trans-nacionales de hoy, la versin estatista e institucional de Krasner apunta a conside-rar tambin como unidades de anlisis a las estructuras institucionales del Estado.De esta forma, al concebirse a ste tambin como un grupo de relaciones institu-cionalizadas, se transforma en el actor internacional ms fuerte y poderoso, demomento en que los dems actores de la sociedad internacional estn supeditadosa la misma estructura estatal. En el mbito de las polticas exteriores de Argentinay Chile, no obstante las transformaciones internacionales y los cambios estratgi-cos domsticos que se aprecian a fines de los ochenta, existen ciertas continuidadesen el rol estatal y que son posibles de identificar en la conducta exterior de ambospases. As, en el mbito regional y particularmente en el Cono Sur, encontramosmanifestaciones de poltica exterior que descansan en premisas realistas, como laaccin racional detrs de la lgica del inters nacional. De esta forma, junto conapelar continuamente a este objetivo estatal, ambos pases incorporan como pre-

    2 Una discusin preliminar acerca de los aportes conceptuales de Krasner al papel renovado delestado en la poltica exterior se aborda en Jos A. Morand, Notas y alcances sobre elEstado-Nacin en la poltica mundial del presente: una reflexin desde las Relaciones Interna-cionales, en Estudios Internacionales, N 145, abril/junio de 2004, pgs. 61 a 65.

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    ocupaciones manifiestas y latentes dentro de esta categora, el fomento de los fac-tores de seguridad y capacidades de diferente naturaleza que apuntan a la supervi-vencia nacional y al desarrollo de liderazgos relativos y a equilibrios de poderregionales.

    Desde la perspectiva de la sociedad global e interdependencia compleja, la com-prensin y explicacin de los cambios en el sistema internacional y de la conductade los actores estatales y no gubernamentales es ms amplia3. No slo es posibledesagregar al Estado como agente unitario y coherente en su accionar externo,sino que tambin pone en evidencia la variada participacin e interaccin quegeneran en los gobiernos y sociedad civil en general, los procesos polticos y econ-micos del sistema internacional contemporneo. De esta manera, encontramosentre otros motivaciones crecientes acerca de los temas de bienestar, moderniza-cin, derechos humanos y medio ambiente en las actuales agendas exteriores deChile y Argentina. Las preocupaciones y alcances de los problemas de la sociedadglobal, sobrepasan las capacidades estatales para abordarlos eficazmente. Es ms,las nuevas necesidades de la poblacin a nivel internacional y domstico la hacenms vulnerable e interdependiente, generando variadas redes de cooperacin entreestados y actores de la sociedad civil internacional. En consecuencia, la mayorsensibilidad de los modelos de la sociedad global e interdependencia compleja porlas polticas comerciales, monetarias, inmigracin, salud, medio ambiente, etc., losconvierten en marcos de anlisis apropiados en la descripcin y explicacin de lasagendas multilaterales y bilaterales de los gobiernos chileno y argentino.

    En el campo de la Economa Poltica las perspectivas del nacionalismo econmi-co y liberal tambin aportan a la relacin en el comportamiento del Estado ymercado en poltica exterior, en especial para identificar y explicar los rasgos yfundamentos de los intentos autonmicos de la insercin internacional de ambospases, va estrategias de crecimiento y desarrollo econmico durante extensos pe-rodos del siglo XX hasta el presente. En forma resumida, los planteamientos delnacionalismo econmico asumen y defienden la primaca de la poltica sobre laeconoma. Bsicamente, su planteamiento central es que las actividades econmi-cas estn y deberan estar subordinadas al objetivo de construccin del Estado, entanto que el mercado debera estar subordinado a los propsitos de los interesesdel Estado. La perspectiva liberal, en cambio, asume que la poltica y la economaexisten autnomamente y que el mercado, en el inters de la eficiencia, crecimientoy decisin de los consumidores, debe estar libre de la interferencia poltica4. Siatendemos a las tendencias histricas y ms recientes de Argentina y Chile en tr-minos de su insercin internacional, los aportes conceptuales que entregan estas

    3 Holsti desarrolla a nivel sistmico de las relaciones internacionales y como variantes delrealismo poltico en la explicacin de la poltica exterior de los estados, los modelos de laSociedad Global y de la Interdependencia Compleja. Vase Ole R. Holsti, Models of Interna-cional Relations and Foreign Policy, en G. John Ikenberry, American Foreign Policy:Theoretical Essays, New York, N.Y., Harper CollinsCollege Publishers, 2nd Edition, 1996,pgs. 72 a 74.

    4 Robert Gilpin, The Political Economy of International Relations, Princeton, New Jersey,Princeton University Press, 1987; pgs. 26 a 34. Ver tambin Barry Clark, Political Economy:A Comparative Approach, Westport, Connecticut, Praeger Publishers, 1991.

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    visiones de la Economa Poltica son tiles en la compresin de las lgicas prevale-cientes en sus propuestas de desarrollo y alcances internacionales de las mismas.

    Desde un punto de vista ms analtico y siguiendo algunas categoras clsicas, laproyeccin internacional de Chile y Argentina en el perodo propuesto se abordar atravs de una categorizacin simple de niveles de anlisis en poltica exterior, focalizadaen los mbitos del liderazgo individual, del Estado y del sistema internacional5. Engeneral, la categora individual apunta a resaltar la importancia analtica de la idio-sincrasia y personalidad del lder que toma las decisiones en poltica exterior, en elmarco de una cultura poltica. En lo que respecta al Estado, esta categora resalta elpapel desempeado por las instituciones polticas domsticas y organizaciones de lasociedad civil en la formulacin de la poltica exterior. Por ltimo, el nivel sistmicode anlisis se refiere a las macro-variables del sistema internacional, a saber la estruc-tura del sistema global, valores y normas dominantes del sistema internacional (de-mocracia y neoliberalismo econmico en la actualidad) que configuran los factoresdeterminantes de la poltica exterior, conflictos interestatales, y el papel de actoresinternacionales gubernamentales y no gubernamentales que operan a travs demecanismos multilaterales y redes transnacionales.

    En un intento por entender las dinmicas que configuran y dan significado a lapolticas exteriores de Chile y Argentina durante el perodo bajo estudio y aten-diendo a los objetivos e hiptesis de trabajo planteados anteriormente, el presenteensayo se centrar en los tres niveles de anlisis sugeridos ms arriba. Consideran-do la importancia que revisten tanto el sistema internacional como las institucionesque operan desde el Estado en nuestro objeto de estudio, tambin no es menosimportante incorporar al anlisis elementos del nivel idiosincrsico y el papel quedesempean factores de liderazgo personal en los cambios de poltica exterior deArgentina y Chile en dcadas recientes. En este mismo nivel, se considerar la natu-raleza presidencial de los sistemas polticos de los dos pases y que sitan funda-mentalmente al proceso de decisiones de poltica exterior en el Ejecutivo, principal-mente en las figuras de los Presidentes de la Repblica y sus respectivos Ministrosde Relaciones Exteriores. De esta forma se podr evaluar tambin el potencial ex-plicativo y capacidad comparativa que cada nivel de anlisis representa en los as-pectos comunes y en las particularidades de insercin internacional de los casosseleccionados en el estudio.

    El sistema internacional y la poltica exterior.Entre el alineamiento y la autonoma

    Por variadas razones, sean histricas, geoestratgicas, polticas, econmicas y cul-turales, entre otras, el sistema internacional ha sido un referente significativo en laorientacin y conducta externa de Chile y Argentina. En ambos casos, desde lamitad del siglo XX hasta hoy, el contexto de la Guerra Fra primeramente y ms

    5 Ver Jeanne A. K. Hey y Frank O. Mora, The Theoretical Challenge to Latin American andCaribbean Foreign Policy Studies (Introduction) en, Frank O. Mora y Jeanne A.K. Hey(eds.), Latin American and Caribbean Foreign Policy, Lanham, MD: Rowman & LittlefieldPublishers, Inc., 2003; pgs. 5 a 6.

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    reciente, la globalizacin del escenario internacional, han constituido factores decondicionamiento e influencia en la dinmica poltica domstica e internacional delos dos pases. Es en este amplio contexto sistmico y bajo las tendencias ideolgi-cas imperantes en las dimensiones de la poltica y economa mundial en el cual losdos pases han procurado desarrollar sus respectivas estrategias de insercin inter-nacional. En consecuencia, en este perodo encontraremos en las conductas exter-nas de Argentina y Chile polticas que apuntan a intentos de identificacin interna-cional y regional a travs de la conjugacin de elementos autonmicos con la di-mensin multilateral y colectiva.

    En el caso de Chile, durante gran parte de la Guerra Fra su estrategia interna-cional fue de alineamiento con Estados Unidos a partir de una lgica poltica decontencin del comunismo, particularmente a nivel de la seguridad hemisfrica6.En el plano econmico, los mrgenes de autonoma poltica fueron ms amplios, demomento en que Chile hasta mediados de la dcada de los setenta y los propiospases de la regin hasta fines de los ochenta, postularon e implementaron estrate-gias de desarrollo nacional y regional a partir de modelos econmicos mixtos conparticipacin e intervencin variada del estado en los mercados locales y latinoa-mericanos. De este modo, en los intentos de proteccin e industrializacin de laproduccin domstica fue posible justificar los intercambios comerciales con laseconomas socialistas a las cuales tuvo acceso el mercado chileno.

    No obstante las limitaciones de opciones de poltica exterior que el alineamientoestratgico con Estados Unidos representaba para Chile en la regin, el tradicionalapego a los principios soberanos de no intervencin en los asuntos internos de losEstados esgrimidos por la poltica internacional latinoamericana, permiti mrge-nes de maniobra a la diplomacia chilena para poder desenvolverse con cierta auto-noma en situaciones conflictivas. Tal fue el caso de la abstencin chilena en la OEArespecto de la poltica de marginacin del rgimen de Fidel Castro y la expulsin deCuba del Sistema Interamericano propiciada por Estados Unidos y aprobada amediados de los aos sesenta.

    En el mbito del sistema latinoamericano, la insercin internacional chilenaen particular a nivel vecinal ha debido enfrentar controversias que se derivan deproblemas de delimitacin de fronteras que se arrastran desde el siglo XIX. Aunquelas crisis en este mbito son recurrentes, las tensiones mayores en las ltimas dca-das han estado centradas en las relaciones de Chile con Bolivia y Per, de momentoque las disputas con Argentina en este plano se han ido zanjando desde mediadosde los ochenta, con la firma y aplicacin de los instrumentos jurdicos y polticosdel Tratado de Paz y Amistad entre los dos Estados.

    A pesar de la continuidad observable en la dinmica de los factores hemisfricosy regionales que han tenido un impacto estructural en la proyeccin internacionalde Chile, la transformacin del sistema internacional post Guerra Fra en los as-

    6 Para una aproximacin de la poltica exterior de Chile a partir de los niveles de anlisissistmico, de estado y de liderazgo individual ver Jos A. Morand, Chile. The InvisibleHand and Contemporary Foreign Policy, en Frank O. Mora y Jeanne A. K. Hey (eds.), LatinAmerican and Caribbean Foreign Policy, op. cit., pgs. 243-264. Ver tambin Jos Morand,Poltica Exterior: Tras convertirnos en ciudadanos del mundo, Anuario de Chile 2003-2004, Santiago, Universidad de Chile, 2004, pgs. 26-32.

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    pectos de seguridad como de los alcances a escala global de su dimensin econmi-ca, ha sido un factor determinante en los grados de autonoma y diversidad quemuestra hoy la poltica exterior de Chile. En efecto, a partir de las modificacionesmundiales aludidas, la proyeccin exterior chilena ha sido posible sustentarla atravs del diseo e implementacin de una poltica internacional ms amplia yparticipativa en lo que respecta a su diversidad econmica y poltica. A modo deejemplo, basta con verificar la expansin del intercambio comercial de Chile avarias regiones del mundo, facilitado por una poltica de apertura y acuerdos co-merciales bilaterales y regionales con economas de diversos grados de desarrollo alo largo de la dcada de los noventa hasta la actualidad. Una muestra de estaexpansin y diversificacin comercial se puede apreciar en el grfico 1 a travs delcual se indican los mercados ms gravitantes y atractivos del comercio chileno,concentrndose fundamentalmente en Asia, la Unin Europea, Estados Unidos yAmrica Latina.

    Grfico 1Exportaciones Chile 2004

    UE26%

    Japn13%

    China11%

    Resto de Asia12%

    Resto del Mundo9%

    Comunidad Andina5%

    MCC1%

    Caricom0%

    Otros13%

    Mercosur7%

    EEUU16%

    EEUU UE Japn ChinaResto de Asia Resto del Mundo Mercosur Comunidad AndinaMCC Caricom

    Fuente: Elaboracin propia en base a datos CEPAL 2005

    Por otra parte, la creciente interdependencia econmica y globalizacin de lasociedad civil internacional ha permitido incrementar el desarrollo delmultilateralismo y sus respectivas expresiones polticas y econmicas. Bajo estaperspectiva, la poltica exterior chilena ha llenado espacios a travs de esfuerzos deintegracin con diferentes referentes regionales como acuerdos polticos y/o econ-micos como Unin Europea, APEC, OCDE y Mercosur. Del mismo modo, la parti-cipacin y compromiso activo de Chile en organismos internacionales y hemisfricoscomo Naciones Unidas y OEA como asimismo en expresiones de coordinacinpoltica regional, a saber el Grupo de Ro y otras instancias colectivas de AmricaLatina, ha venido a reafirmar esta tendencia del nuevo rol chileno en el plano

    (Mercado Comn Centroamericano)

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    multilateral. De esta forma, los cambios en el sistema internacional de post GuerraFra han sido muy funcionales a los intentos chilenos de ampliar, diversificar yprofundizar los espacios disponibles para su insercin internacional.

    Por su parte, en Argentina el sistema internacional tambin ha jugado un papelreferencial importante en su poltica exterior, aunque con variantes respecto delcaso anterior. En efecto, en funcin de las capacidades nacionales y congruente conlas aspiraciones histricas de autonoma soberana del Estado argentino, su inser-cin externa ha sido cambiante y acorde a los desafos de distribucin de poderinternacional, expresndose frente a estas transformaciones en forma combinada ymltiple de nacionalismo e internacionalismo, afirmacin soberana y subordina-cin, aspiraciones hegemnicas y pragmatismo, como as tambin neutralismo yalineacin7.

    En virtud de lo anterior, no es fcil encontrar una poltica de Estado argentinaque seale una estrategia estable de insercin internacional en el tiempo. Si obser-vamos el comportamiento externo de Argentina durante la Guerra Fra sta eserrtica e inconsistente con las tendencias hemisfricas de alineamiento con Esta-dos Unidos y las potencias occidentales de la poca. En otras palabras, en los inten-tos de autonoma argentina diversos gobiernos, civiles y militares y de variadastendencias abrazaron causas nacionalistas y de no alineamiento con Estados Uni-dos hasta polticas de acercamiento estrecho a los Estados Unidos en su luchaanticomunista y pro valores occidentales. Entre las tendencias nacionalistas desta-c la visin populista de Pern, cuya manifestacin internacional qued inscrita ensu llamada doctrina de la Tercera Posicin y donde buscaba una poltica de noalineamiento y de oposicin a la hegemona estadounidense en Amrica Latina. Sinembargo, las propias exigencias internacionales y restricciones de la economa ypoltica domstica argentina contribuyeron a que la estrategia peronista ms tardese adecuara a conductas ms pragmticas y de apego econmico a Estados Unidosy a los organismos financieros internacionales. Las tendencias nacionalistas ylatinoamericanistas de la Tercera Posicin tuvieron una reaparicin parcial con elretorno del peronismo al poder en 1973 despus de diferentes experimentos depoltica exterior donde no estuvieron ausentes el pragmatismo internacional, elanticomunismo en la regin, nacionalismo econmico y liberalismo ideolgico, to-dos estos con mayor o menor acercamiento segn el gobierno de turno, frente alalineamiento estadounidense de la Guerra Fra. La tendencia internacional de lapoltica exterior argentina desde 1973 hasta la instauracin del rgimen militar en1976 apunt entonces a una tendencia tercer mundista con la incorporacin delpas trasandino al Movimiento de Pases No-Alineados y la implementacin deuna diplomacia econmica de apertura al mundo socialista.

    La insercin internacional de Argentina durante el autoritarismo militar desde1976 al advenimiento de la democracia en 1983 junto con una alineacin inicial-mente muy proclive y fuertemente aliada a la poltica anticomunista estadouniden-se en el hemisferio, mantiene tambin sus rasgos nacionalistas de potenciamiento yproyeccin en la regin y no abandona el pragmatismo comercial y econmico con

    7 Aldo C. Vacs, Argentina. Between Confrontation and Alignment, en: Frank O. Mora yJeanne A. K. Hey. (Editores), op. cit., pgs 288-308.

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    las economas socialistas. Sin embargo, las condiciones internacionales generadas apartir de la guerra de las Malvinas con Gran Bretaa en 1982 repercuten directa-mente en el transitorio aislamiento argentino respecto del mundo occidental y suvuelco hacia el apoyo poltico de Amrica Latina y del Tercer Mundo. Esta polticalatinoamericanista y tercermundista, aun en el contexto de Guerra Fra, se profun-dizar con un nuevo sesgo democrtico y multilateral a partir del gobierno de RalAlfonsn (1983-1989). En efecto, la transicin hacia la democracia en Argentinainiciada bajo el gobierno de Alfonsn signific para la Argentina un reconocimientoy relegitimacin poltica en la comunidad internacional, en particular respecto delos pases democrticos y de los organismos internacionales.

    En el escenario latinoamericano, el nuevo gobierno democrtico privilegi ladimensin poltica contribuyendo a la creacin del Grupo de Ro como mecanismode articulacin de polticas regionales en especial como un espacio multilateral decarcter latinoamericano y empeado en contribuir como mecanismo latinoameri-cano a la paz y democratizacin de la regin, particularmente en la crisis centro-americana de los ochenta. De la misma manera, la dimensin regional tiene unainfluencia renovada en la insercin internacional argentina, de momento en queBrasil y Argentina acuerdan en 1985, en la Declaracin de Iguaz, inaugurar unanueva etapa en las relaciones bilaterales y en su proyeccin regional, dejando atrsviejas rivalidades que derivaban en permanentes disputas y conflictos de competen-cia geopoltica. Este mismo acuerdo dio origen a polticas bilaterales conjuntas entemas de desmilitarizacin y renuncia a la competencia del desarrollo nuclear, conla suscripcin y ratificacin de ambos pases del Tratado de Tlatelolco. A su vez,desde una perspectiva econmica, los condicionamientos sistmicos de la economainternacional, en particular el tratamiento y negociacin de la deuda externa, indu-jo al gobierno argentino a impulsar la cooperacin e integracin regional a partirde un modelo econmico proteccionista de la industria local y que no renunciaba ala lgica de intervencin y regulacin del Estado en el mercado.

    El sistema internacional de post Guerra Fra, coincidente con el inicio de laadministracin Menem en 1989, fue un marco propicio para el desarrollo eimplementacin de una nueva estrategia internacional de Argentina. En efecto, lapoltica exterior trasandina bajo Menem asume cambios estructurales, abandonan-do los elementos nacionalistas y de no alineacin con los Estados Unidos de lasadministraciones previas y se inserta en el mundo y a la economa global a travs delos fundamentos del liberalismo econmico y poltico emergentes en la polticamundial de fines de los ochenta. La liberalizacin econmica a partir de lineamientosde mercado y en particular acogiendo la filosofa y condiciones del plan identifica-do como Consenso de Washington permite la renegociacin de su deuda externay una poltica monetaria y cambiaria muy cercana a la economa capitalista global,como parte de una estrategia ms amplia de insercin plena en el mundo occiden-tal. De la misma manera, el entorno regional tambin constituy un referente im-portante y prioritario para la administracin Menem y sus sucesores. En este mbi-to basta recordar la gestacin y desarrollo de Mercosur como resultante del acerca-miento previo con Brasil y el apoyo entusiasta de Uruguay y Paraguay. Su polticalatinoamericana tambin privilegi el acercamiento con Chile para superar en for-ma definitiva y de acuerdo al derecho internacional, los tradicionales desencuentros

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    en el campo de la delimitacin fronteriza, apostando fuertemente a la creacin depolticas de confianza mutua y acentuando la cooperacin e integracin de las doseconomas. Desde un punto de vista poltico, la gestin Menem tambin revolucio-n la poltica exterior argentina por su deliberado y coincidente acercamiento incon-dicional a Washington y a su estrategia mundial y hemisfrica, la poltica de seduc-cin y reconciliacin con Gran Bretaa, la renuncia al tercer mundismo y al Movi-miento de los No Alineados, a los nacionalismos y tercera posicin tradicional ar-gentina y la bsqueda de un status de aliado especial en Amrica Latina inspirado enlos mismos valores occidentales de la potencia del Norte8.

    El realismo y pragmatismo de las administraciones de las administraciones Dela Ra y Duhalde entre 1999 y 2003 mantuvieron con algunos matices la estrategiaeconmica y poltica de insercin internacional iniciada por Menem. Es ms, apesar de la severa crisis econmica que debi enfrentar Argentina en las postrime-ras del siglo XX e inicio del siglo actual, los intentos estabilizadores de su liderazgose cieron estrictamente a los lineamientos democrticos y conforme a las reco-mendaciones y exigencias del rgimen internacional financiero en el manejo econ-mico de la crisis. De esta manera es posible advertir, al igual que en el caso chileno,una diversidad de mercados para los productos de exportacin nacionales. Sinembargo, a diferencia de la economa de Chile, la estructura comercial argentina hamantenido la tradicin de una opcin sudamericana, particularmente con Mercosur.A este respecto, el grfico 2 nos muestra que actualmente la orientacin de lasexportaciones trasandinas sigue fuertemente orientada al mercado latinoamerica-no, representando esta tendencia preferencial una congruencia con los plantea-mientos y opciones prioritarios de la administracin del presidente Kirchner. (Vergrfico 2, en la pgina siguiente).

    Los esfuerzos econmicos y costos sociales de la transformacin poltica argen-tina y del manejo de su crisis financiera, conforme a la adscripcin de los modelosneoliberales de la estrategia de insercin internacional menemista, tuvo como des-enlace una reevaluacin de sta por el actual gobierno de Nstor Kirchner. En laprctica, la poltica exterior trasandina ha experimentado desde el ao 2003como fruto de una situacin econmica extremadamente difcil y con un proble-ma serio de legitimidad poltica del nuevo gobierno una regresin parcial a lospredicamentos nacionalistas de no alineamiento automtico con Estados Unidos,identificando sus intereses principalmente con la regin y con la integracin lati-noamericana. De otra parte, la globalizacin de la economa mundial y sus efectosen la economa argentina ha sido sindicada como generadora de la situacin decrisis social, razn por la cual el gobierno de Kirchner ha retomado las visiones yprcticas estatistas de regulacin e intervencin del mercado, alterando con ello latendencia de coherencia y continuidad de una poltica exterior que permaneci porms de una dcada inalterable en los fundamentos y orientaciones neo liberales.

    8 Ramn Alberto Aranda, La poltica exterior argentina: De Menem a Kirchner, en Relacio-nes Internacionales, N 27, junio-noviembre 2004, pgs. 39-58. Vase tambin AnabellaBusso, Las relaciones argentino-americanas a finales del gobierno de Menem y en los iniciosde la gestin De la Ra, en Centro de Estudios en Relaciones Internacionales de Rosario-CERIR (ed.), La poltica exterior argentina 1998-2001. El cambio de gobierno: impacto oirrelevancia?, Rosario, Argentina, Ediciones CERIR, 2001; pgs 17 a 91.

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    En el concierto regional, la insercin externa del gobierno de Kirchner ha privi-legiado su acercamiento a Brasil y Venezuela en un afn de pragmatismo realista ylatinoamericanista con el fin de contrarrestar la influencia de Estados Unidos yjustificar la bsqueda de una apuesta poltica domstica y regional coincidente conuna lgica ms nacionalista y de estado.

    La insercin internacional desde el Estado

    La bsqueda permanente de niveles ma