i La política en la propuesta educativa y social del educador Simón Rodríguez Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez Dorado Universidad Pedagógica Nacional Notas de autor Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez Dorado, Facultad de Educación, Universidad Pedagógica Nacional La correspondencia realizada para con esta investigación debe ser dirigida a nombre de Laurie Moreno y Andrés Gutiérrez, Universidad Pedagógica Nacional Contacto: dsi_lmmorenom975@pedagogica. edu.co dsi_agutierrezd628@pedagogica.edu.co
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Transcript
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La política en la propuesta educativa y social del educador Simón
Rodríguez
Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez
Dorado
Universidad Pedagógica Nacional
Notas de autor
Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez Dorado,
Facultad de
Educación, Universidad Pedagógica Nacional
La correspondencia realizada para con esta investigación debe ser
dirigida a nombre
de Laurie Moreno y Andrés Gutiérrez, Universidad Pedagógica
Nacional
Contacto: dsi_lmmorenom975@pedagogica. edu.co
dsi_agutierrezd628@pedagogica.edu.co
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Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo
humano debió de parecer una utopía,
los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el
derecho de creer que todavía no es
demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria.
Una nueva y arrasadora utopía de
la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de
morir, donde de veras sea cierto el amor y
sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien
años de soledad tengan por fin y para
siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.
Gabriel García Márquez.
Código: FOR020GIB Versión: 01
1. Información General
Acceso al documento Universidad Pedagógica Nacional. Biblioteca
Central
Titulo del documento
La política en la propuesta educativa y social del educador
Simón
Rodríguez
Autor(es) Andrés Felipe Gutiérrez Dorado y Laurie Melissa Moreno
Martínez
Director Adriana Aponte Rivera
Unidad Patrocinante Universidad Pedagógica Nacional
Palabras Claves Política, educación, sociedad, escuela,
pensamiento
latinoamericano
2. Descripción
Los procesos de conquista y colonización en América Latina han
derivado en prácticas y
relaciones sociales desiguales de dominación y violencia. Frente a
estas dinámicas, diversos
actores sociales, han configurado alternativas contestatarias a las
estructuras eurocéntricas. El
educador Simón Rodríguez, se configura como uno de los
intelectuales que ha sido pionero de la
corriente de pensamiento latinoamericano caracterizado por la
búsqueda de la emancipación
iv
intelectual, política, social y cultural del continente.
La imposición y adopción de las lógicas eurocéntricas han tenido
como consecuencia el
distanciamiento de la acción política del hecho educativo,
contrario a ello, la corriente de
pensamiento latinoamericano entiende dichos ejercicios como
interdependientes en cuanto
comprende al sujeto como ser histórico, crítico y actor social. De
acuerdo con lo anterior, la
investigación tuvo como objeto identificar el vínculo
política-educación en la obra del educador
Rodríguez. En este sentido, la investigación se propuso responder a
los siguientes interrogantes:
¿Qué componentes políticos se encuentran en la propuesta educativa
de Simón Rodríguez?,
¿Cuáles son los puntos de convergencia en el pensamiento de los
exponentes latinoamericanos?,
¿Qué acontecimientos históricos y movimientos sociales influyeron y
contribuyeron a la
conformación del pensamiento educativo, político y social de
Rodríguez?, ¿Cuál es la nueva
concepción de hombre que Rodríguez propone? y finalmente, ¿Cómo las
reflexiones llevadas a
cabo por dicho educador contribuyen a los debates actuales de las
pedagogías emancipadoras?
Finalmente, se da evidencia de los hallazgos investigativos y se
exponen diez propuestas políticas
del educador Simón Rodríguez que acogen el campo educativo- escolar
y por ende la esfera
social, que aclaran la relación política y educación, por otro
lado, se da evidencia de las
influencias intelectuales del educador y el impacto social y
cultural en su pensamiento y se
evidencia los aportes del educador a la conformación de las
estructuras modernas de la
educación.
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Código: FOR020GIB Versión: 01
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3. Fuentes
Corbetta, P. (2007) Metodología y técnicas de investigación social.
Recuperado de:
https://diversidadlocal.files.wordpress.com/2012/09/metodologc3ada-y-
tc3a9cnicas-de-investigacic3b3n-social-piergiorgio-corbetta.pdf
https://sociologiayeducacionunam.files.wordpress.com/2014/09/100762578-
educacion-y-sociologia-emile-durkheim.pdf
Hernández, R. Fernández, C, & Baptista, M. (2014). Metodología
de la investigación
sexta edición. México. Interamericana Editores S.A. Recuperado
de:
https://app.box.com/s/i5hguuugqe8f0t6pbwrf5yzmacpfcmqa
Inventamos o erramos. (2004). Biblioteca Básica de Autores
Venezolanos. Monte Ávila
Editores Latinoamericana C,A. Caracas, Venezuela. Recuperado
de:
https://reexistencia.files.wordpress.com/2011/07/inventamos-o-erramos.pdf
https://www.ddooss.org/articulos/textos/kant_pedagogia.pdf
Mouffe, C. (2007). En torno a lo político. Traducción de Soledad
Laclau. Fondo de
cultura económico de Argentina S.A. Archivo digital.
Pineau, P. (2001).¿POR QUÉ TRIUNFÓ LA ESCUELA? O la modernidad
dijo: “esto es
educación”, y la escuela respondió: “yo me ocupo” En Pablo Pineau,
Inés Dussel
y Marcelo Caruso (Ed.) La escuela como máquina de educar. Tres
escritos sobre
un proyecto de la modernidad. (pp. 27-52) Buenos Aires, Argentina:
Paidós.
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4. Contenidos
De acuerdo con los objetivos que plantea el proyecto de
investigación, en este se desarrollan
cuatro temas centrales: Primero, se expone y describe el contexto
político, social y cultural de
Europa y América en los siglos XVIII y XIX y en base a ello se
realiza la genealogía de Simón
Rodríguez, con el objeto de identificar las razones que dan
emergencia a su pensamiento y su
propuesta educativa y social.
Segundo, se exponen los hallazgos que permiten describir la
propuesta político-educativa de
Simón Rodríguez, que consta de diez enunciados que dan evidencia
del vínculo aquí propuesto
(política-educación). Tercero, se presenta un capítulo que da
muestra de los puntos de
convergencia que tienen los intelectuales latinoamericanos y los
aportes del educador Rodríguez
para lo que se denomina en la actualidad pedagogía latinoamericana
o pensamiento
emancipatorio y finalmente, se lleva a cabo un análisis de la
pertinencia del educador Simón
Rodríguez en la actualidad y se discute la vigencia de sus
propuestas educativas en el siglo XXI.
5. Metodología
La investigación se incribió en un enfoque hermenéutico, de tipo
cualitativo y de diseño
descriptivo exploratio. Se adhiere en un enfoque hermenéutico, con
el fin de llevar a cabo una
interpretación de los documentos escritos, para la comprensión del
vínculo política y educación a
partir de las obras de Simón Rodríguez. Debido al poco trabajo
investigativo y a la falta de
vii
antecedentes respecto a la obra de Simón Rodríguez y con base a las
definiciones de Sampieri
(2014), la presente investigación se plantea con alcances de tipo:
Primero, exploratorio y
segundo, descriptivo. Exploratorio en tanto se considera que el
trabajo realizado contribuirá en
la construcción de un campo de saber relativamente joven en el país
como lo son los estudios en
la tradición pedagógica latinoamericana y más exactamente de Simón
Rodríguez y su obra, por
otra parte, es de alcance descriptivo en cuanto se concentra en
referir el fenómeno, sus variables
y características.
Con el fin de dar cuenta del fenómeno social escogido, se hizo uso
del Análisis de Contenido,
como herramienta metodológica cuya finalidad es la investigación de
cualidades expresivas de
orden verbal (orales y escritas) y/o expresiones no verbales
(gesticulares, musicales, corporales,
pictóricas). La metodología nombrada, se utilizó para el análisis
de lo que Corbetta (2007)
denomina documentos institucionales, es decir para los textos
pedagógicos de la autoría de
Simón Rodríguez, como fuente primaria y para la interpretación de
las entrevistas realizadas. Por
otro, se hizo empleo de fuentes secundarias, con el objetivo de
comprender y situar el contexto
social, político, cultural y económico de la época en la que vivió
el autor y de esta forma, estudiar
cómo dichos factores contextuales influyen en su obra y su
pensamiento y dan cuenta de un
fenómeno social específico. Finalmente, para el proceso de
recolección de datos, se hizo uso de
dos instrumentos: Documentos o registros escritos y entrevistas
semiestructuradas.
FORMATO
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6. Conclusiones
Las relaciones particulares sobre las que se constituyó América
Latina (conquista, colonia,
independencias, entre otras.), fueron insumo para la configuración
de una identidad
caracterizada por un dinamismo complejo y difícil de entender bajo
los modelos de comprensión
europeos. En la búsqueda de modelos que logren comprender y dar
solución a las problemáticas
sociales del continente, han primado los discursos hegemónicos y
europeizantes. Sin embargo, a
través del tiempo se ha evidenciado la imposibilidad de entender y
responder lo “americano”
bajo los cánones europeos, en respuesta a ello, han emergido
alternativas (como la expuesta en
este trabajo) que toman las particularidades locales y ofrecen
propuestas y soluciones originales
y contextualizadas a las realidades continentales, que dejan en
evidencia la capacidad de
creación que poseen las sociedades americanas.
Un ejemplo de ello es Simón Rodríguez, quien se constituye como el
primer pedagogo crítico de
la historia de América Latina, el cual evidencia la necesidad
fundamental que tiene el educador
con el compromiso político. Su práctica pedagógica, sin duda
muestra el campo de disputa
política en el que se inscribe, que busca interpelar y transformar
las prácticas colonialistas. El
vínculo política-educación se ve representado entonces, en las
formas de organización social que
Simón Rodríguez propone, de acuerdo con los intereses o ideales
específicos que dan muestra de
una postura reflexiva y crítica respecto de las prácticas
educativas, escolares y sociales de los
siglos XVIII y XIX. Es decir, el componente político se ve de esta
forma, representado en las
propuestas educativas y sociales que el pensador caraqueño señaló y
que dan cuenta del campo
ix
de disputa en el que este se inscribe, adoptando una postura
radical y diferencial con respecto a
las prácticas e idearios de la época, que le permitió pensar y
crear una nueva forma de
organización, donde fuera posible una condición de vida más digna y
beneficiaria a nivel
individual y social.
Como se demuestra, el pensamiento de Don Rodríguez tiene una íntima
relación con la consigna
independentista y libertaria, el educador se consolidó como un
insurgente que aportó a la causa
desde el pensamiento crítico y desde su capacidad inventiva y
contextualizada de las necesidades
sociales emergentes de la época. El ideario de Simón Rodríguez
según el análisis expuesto da
muestra de un fuerte proyecto político- educativo, que interpela
las costumbres, la cultura y la
sociedad americana de la época.
Así, Simón Rodríguez se constituye como uno de los autores
latinoamericanos que
históricamente han sido invisibilizados y no reconocidos por los
cánones europeos, u olvidados a
través del tiempo y que han intentado con su pensamiento ofrecer
alternativas políticas,
sociales, económicas y educativas a las particularidades
continentales y quien se considera de
fundamental estudio, en cuanto permite el reconocimiento de la
historia americana y posibilita
el reconocimiento y reivindicación de América como lugar de
creación y de producción de
conocimiento.
Elaborado por: Andrés Felipe Gutiérrez Dorado y Laurie Melissa
Moreno Martínez
Revisado por: Adriana Aponte Rivera
Fecha de elaboración del
Resumen: 07 06 2019
Código: FOR020GIB Versión: 01
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IV.I. Política Pág. 13
IV.II. Educación Pág. 16
IV.III. Escuela Pág. 17
IV.IV. Sociedad Pág. 18
V. Discusión Pág. 23
V.I.I. América Pág. 23
V.I.III. Rodríguez en la historia Pág. 31
V. II La propuesta político-educativa de Simón Rodríguez Pág.
40
V. III. Encuentros teóricos Pág. 57
V. IV. Sus principios en la actualidad Pág. 60
V. IV. I. Un proyecto inacabado Pág. 61
VI. Conclusiones Pág. 64
11
Introducción
Freire en su obra política y educación (1993) le atribuye un valor
significativo a la
subjetividad en el acto educativo, pues considera que la
experiencia configura a los hombres
como sujetos, pero, aunque la experiencia conlleva
condicionamientos, estos no son
determinantes en la constitución del ser humano pues para Freire
existe algo en lo humano
que le hace capaz de reflexionar más allá del propio
condicionamiento. En este sentido, el ser
humano se constituye no sólo gracias a lo que le es heredado
(costumbres, normas, moral)
sino también a lo que adquiere a través de diferentes situaciones
de su vida que ponen en
tensión eso que piensa y cree.
La vida de Simón Rodríguez puede ser un claro ejemplo de lo que
señala Freire, pues a
pesar de haber crecido y recibido educación en un contexto
colonial, encuentra en esta
realidad una oportunidad de reflexión y búsqueda por la
resignificación de las prácticas
educativas y sociales de su época. Su apuesta por una práctica
educativa como afirmación de
la igualdad es tal vez el principio más novedoso y adelantado de su
época. Las reflexiones
educativas de Simón Rodríguez demuestran un trabajo intelectual y
una práctica pedagógica
que se caracteriza por la constante búsqueda de una reconfiguración
de la sociedad
latinoamericana entonces caracterizada por la dominación,
colonización y desigualdad.
Las consideraciones y reflexiones llevadas a cabo por Simón
Rodríguez, tales como la
reforma de la escuela de primeras letras de Caracas, la propuesta
de instrucción para todos en
América como principio fundamental para la consolidación y
construcción de la democracia
y las verdaderas repúblicas, la propuesta de reforma económica y
social en América latina, su
principio de igualdad, entre otras cosas, dan evidencia de su
ejercicio político como maestro
y su búsqueda incesante por transformar las sociedades
latinoamericanas por medio del
ejercicio educativo, en el que se inscriben fundamentos e ideales
para su realización. En
consideración de la importancia del trabajo llevado a cabo por el
pensador venezolano y los
constantes vínculos que realiza entre el ejercicio político y la
educación y el alcance de sus
logros, se considera necesario rastrear dicha relación y analizar
cómo el ejercicio de
vinculación de la política y la educación constituyeron el inicio
de un pensamiento y
ejercicio de educación emancipadora latinoamericana.
12
En América Latina a lo largo de su historia y de forma no
sistematizada o continua,
diferentes pensadores han elaborado formas de entender las
sociedades y la educación en
diversos contextos y épocas. En razón de lo anterior, el presente
proyecto de investigación
parte de la afirmación, de que existe una corriente o tradición de
pensamiento denominada
pedagogía latinoamericana, en la que ha estado siempre presente el
vínculo entre política y
educación.
Los vínculos particulares en América Latina entre política y
educación, que se dejan
observar por medio del trabajo académico de algunos pensadores
pertenecientes a esta parte
del continente, revelan alternativas políticas, al saber y
prácticas sociales eurocéntricas 1 , en
las que se reúnen apuestas reflexivas, educativas y/o políticas
liberadoras y emancipadoras
reunidas en libros o documentos cortos tales como: Nuestra América
de José Martí (1891),
Mi raza (1893), La raza cósmica de José Vasconcelos (1925), La
oración de la maestra de
Gabriela Mistral, La educación como práctica de libertad (1967),
Pedagogía del oprimido
(1968) de Paulo Freire, entre otras.
La importancia del reconocimiento de lo que se denomina pedagogía
latinoamericana,
radica en comprender el conjunto de vínculos y tradiciones teóricas
y prácticas sociales que
configuran un modelo latinoamericano de educación que, si bien
tiene referentes europeos, se
encuentra enmarcado por prácticas sociales y reconstrucciones
teóricas que se particularizan
por las múltiples reivindicaciones comunes que ha realizado, como
la expuesta a
continuación.
1 Plantea una forma de ver el mundo que se legitima constantemente
a partir de ese supuesto racional, que excluye
o niega la presencia de otras manifestaciones culturales o de saber
distintas a las de Europa. Méndez, J (2012).
Eurocentrismo y modernidad. Una mirada desde la filosofía
Latinoamericana y el pensamiento Descolonial.
Universidad de Zulia.
13
Problematización
La historia de la educación latinoamericana durante años y hasta la
actualidad no ha sido
materia de enseñanza en la formación de maestros y educadores, el
desconocimiento sobre dicha
corriente de pensamiento cada vez más se agudiza y en muchas
ocasiones se niega o se destacan
sólo pensadores contemporáneos, con muy poca profundidad debido a
la ausente sistematización
en el pensamiento latinoamericano. No obstante, la historia deja
observar a través de las obras de
educadores pertenecientes a América Latina, las influyentes
reflexiones que se llevaron a cabo
sobre esta parte del continente y sobre su educación y los
ejercicios y prácticas llevadas a cabo
por ellos con el ideal en su gran mayoría, de alcanzar la
liberación, como principal característica.
Por lo descrito, la presente investigación busca identificar y
analizar el vínculo entre
política y educación en la obra de Simón Rodríguez, intelectual
perteneciente a la corriente de
pensamiento latinoamericano emancipatorio 2 . El autor es escogido,
por ser este considerado
como el fundador o pionero de dicho pensamiento, el cual ve y
entiende la desigualdad y la
injusticia social como oportunidad de transformación a través de la
praxis educativa.
Este conocimiento pedagógico emancipador latinoamericano tiene su
base en el
pensamiento del Maestro Simón Rodríguez (1769-1854) con su proyecto
de educación
popular en el contexto de creación de las repúblicas en América
Latina, desde su
compromiso por la causa social y por el pensamiento de una
educación crítica durante el
siglo XIX y que hoy converge con la realidad de la educación
latinoamericana. Así, para
los investigadores (Hurtado y Muñoz, 2015) el pensamiento
pedagógico-político del
maestro Simón Rodríguez funda las bases críticas de una educación
popular
latinoamericana, en la cual la revolución del pensamiento y el
accionar es la expresión de
la dinámica del cambio social (Cossio, 2018, P. 14).
2 Pedagogías emancipatorias: Complejo entramado de tradiciones,
enfoques, miradas, debates, proyectos
pedagógicos, lineamientos de políticas educativas y prácticas de la
enseñanza que, desde una perspectiva crítica
respecto de los sistemas educativos modernos y su papel en la
reproducción de las relaciones sociales, proponen o
despliegan iniciativas pedagógico-didácticas orientadas a incidir
desde distintos ámbitos en lo específicamente
educativo con miras a la transformación del orden social vigente
(Centro Cultural de la Cooperación FLOREAL
GORINI. IV Encuentro hacia una Pedagogía Emancipatoria en nuestra
América. Ciudad de Buenos Aires).
14
Teniendo como referente la vida y obra de Simón Rodríguez educador
americano del
siglo XVIII, surge la pregunta por la relación política y educación
que se considera
históricamente ha existido, así como el papel político del maestro.
No obstante, se sitúa la
pregunta en un período histórico específico y en un trayecto
experiencial y académico, como
lo es el de Rodríguez, el cual está marcado por sucesos de gran
importancia para el espacio
simbólico 3 y material
4 de América latina.
De acuerdo con los resultados que arrojan los antecedentes, se
evidencia el poco
trabajo, conocimiento y enseñanza de la corriente pedagógica
latinoamericana y aún más del
educador Simón Rodríguez, este fenómeno se considera problemático,
en cuanto aquellos que
se forman y/o están formando para educadores desconocen las
producciones,
problematizaciones y propuestas que han realizado exponentes del
continente, es decir, estos
con su indiferencia, invisibilizan y banalizan su propia historia y
la obra de aquellos que se
han pensado la educación en su continente, como una posibilidad
para la transformación de
ese lugar simbólico y material de dependencia y marginalidad.
Si de tal forma se desconoce y no prioriza la enseñanza de la
historia y los aportes de
la pedagogía latinoamericana a la educación, por nuestra
experiencia es aún es más grande el
desconocimiento y el poco análisis de la obra y vida de Simón
Rodríguez como educador en
la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Si bien, en las mallas
curriculares de la facultad
de educación de la UPN se encuentran espacios académicos dedicados
al estudio de la
educación, la pedagogía y las corrientes pedagógicas, en su
desarrollo práctico no se acoge o
es escaso, el estudio de lo concerniente al pensamiento pedagógico
latinoamericano y el
reconocimiento de sus exponentes.
La pertinencia de la investigación en la UPN y más específicamente
en la Lic.
Psicología y pedagogía, radica en la necesidad de conocer y
reivindicar en la universidad y en
las aulas el trabajo intelectual y las reflexiones en torno a la
educación que se dieron por
3 Elementos simbólicos asociados a una identidad y una estética
particular, (lenguaje, costumbres, representaciones,
creencias, arte). Vergara, E. (2005). Identificación de los
elementos simbólicos y materiales que inciden en la
construcción de expresiones de identidad y estética asociados a la
extrema pobreza en Chile. Universidad de Chile.
4 Espacio geográfico de América.
15
Simón Rodríguez. Es pertinente, además, en cuanto contribuye con su
análisis a inscribir a
Simón Rodríguez y a su obra con mayor apertura al debate de la
tradición pedagógica
latinoamericana y/o las pedagogías emancipadoras y permite
evidenciar la existencia de otros
intelectuales latinoamericanos de la educación no contemporáneos,
que han sido
fundamentales en la corriente del pensamiento emancipatorio y en la
historia del continente en
la época de la colonización.
En este sentido, resulta importante la investigación ya que se
enfatiza en la relación
indispensable de la educación y el educador con el compromiso
político y además devela
cómo la política encargada de la organización de los hombres
interviene en la escuela como
institución que educa para el proyecto de sociedad. Por otro lado,
tiene implicaciones en lo
real en cuanto visibiliza la historicidad de algunas luchas en
América latina que forjaron el
futuro de la misma y el modelo educativo que configuró con
propósitos emancipadores, por
medio del diseño de los objetivos de la escuela.
La identificación de la relación (política- educación) en la obra
de Rodríguez, es
imprescindible no solo para llevar a cabo un análisis y reflexión
histórica de las condiciones
educativas, sino para pensar cómo eso opera hoy. En la actualidad
el vínculo política-
educación en múltiples ocasiones se presenta difuso en lo real ,
pues se olvida el papel social
que cumple el maestro y la escuela en la conformación de las
sociedades, sin embargo,
contrario a lo que se puede pensar, el vínculo puede llegar a ser
tan íntimo que si se hace una
revisión exhaustiva a los planes estratégicos de las naciones, se
puede observar que entre sus
principales preocupaciones se encuentra la educación, pues se han
convencido los gobiernos,
de que esta es una de las maneras más efectivas de cumplir con las
metas e ideales de
sociedad. 5
En este sentido, la investigación tiene como objetivo:
Analizar los aportes históricos de la obra de Simón Rodríguez a la
comprensión de los
vínculos entre política y educación que nutren las reflexiones
vigentes en las pedagogías
emancipadoras en América Latina.
Y como objetivos específicos:
Describir el contexto social, político, económico y educativo en el
cual emergen
las principales reflexiones del educador Simón Rodríguez.
Abstraer a partir de las principales ideas de Simón Rodríguez, los
conceptos de
educación, política y sociedad, que permitirán esbozar las
relaciones existentes entre dichos
conceptos.
Evidenciar la relación educación - política en el pensamiento de
Simón Rodríguez
y analizar las posibles contribuciones a las reflexiones
pedagógicas en América Latina.
Metodología
La presente investigación es de enfoque hermenéutico, de tipo
cualitativo y de diseño
descriptivo exploratorio. Se inscribe en un enfoque hermenéutico,
con el fin de llevar a cabo
una acción interpretativa de los documentos escritos para la
comprensión del vínculo política
y educación a partir de las obras de Simón Rodríguez, debido a que
el autor nombrado, no
centra sus escritos en la conceptualización de categorias.
Debido al poco trabajo investigativo y a la falta de antecedentes
respecto a la obra de
Simón Rodríguez y con base a las definiciones de Sampieri (2014),
la presente investigación
se plantea con alcances de tipo exploratorio y descriptivo.
Exploratorio en tanto se considera
que el trabajo realizado contribuirá en la construcción de un campo
de saber relativamente
joven en el país como lo son los estudios en la tradición
pedagógica latinoamericana y más
exactamente de Simón Rodríguez y su obra, por otra parte, es de
alcance descriptivo en
cuanto se concentra en referir el fenómeno, sus variables y
características. En específico la
investigación es de este tipo, en cuanto se propone estudiar la
obra y los principales aspectos
de la vida de Simón Rodríguez, así como los aspectos fundamentales
de su contexto histórico
a través de la lectura de textos dedicados a describir los espacios
geográficos y la
17
temporalidad requerida aquí y la recolección de información por
medio de entrevistas, para
de esta forma relacionarlos y así, poder dar cuenta de la relación
existente entre la obra
escogida y el contexto, lo cual da evidencia de las características
del fenómeno social objeto
de la investigación.
Con el fin de dar cuenta del fenómeno social escogido, se hizo uso
del análisis de
contenido, el cual se concibe como una herramienta metodológica
cuya finalidad es la
investigación de cualidades expresivas que acogen no solo las
virtualidades verbales orales y
escritas, sino a su vez expresiones gesticulares, pictóricas,
musicales, entre otras.
¿Cuál es pues la diferencia entre el AC y esas otras técnicas de
análisis textual? En
concreto, ¿en qué consiste ese contenido al que hace referencia la
denominación
análisis de contenido? A veces no se enfatiza lo suficiente el
hecho de que cuando se
habla del "contenido" de un texto -y, en general, de cualquier
realidad expresiva-, a lo
que se está aludiendo en realidad, de forma un tanto paradójica, no
es al texto mismo,
sino a algo en relación con lo cual el texto funciona, en cierto
modo, corno
instrumento. Desde este punto de vista, el `contenido" de un texto
no es algo que
estaría localizado dentro del texto en cuanto tal, sino fuera de
él, en un plano distinto
en relación con el cual ese texto define y revela su sentido
(Delgado & Gutiérrez,
2002, P. 179)
Lo anterior quiere decir, que el uso de esta metodología en
especificidad del
documento de Simón Rodríguez y en relación con el conocimiento
contextual de la época,
servirá para comprender el porqué de dichas reivindicaciones del
autor se consideran políticas
y como ello da cuenta de un fenómeno social de la historia mundial.
De esta forma, la
presente modalidad investigativa, hace posible un proceso
intelectual en el cual se interpreta y
se analiza un documento con fines académicos, que permiten la
comprensión ya sea de
patrones externos del texto o el análisis conceptual de su
contenido.
Un documento según Corbetta (2007), es un material informativo
sobre un fenómeno
social específico, que existe y fue producido de forma
independiente de las acciones e
intenciones del investigador, no obstante, puede ser utilizado para
fines investigativos. Los
modelos de documento se dividen en dos: Documentos personales
(cartas, diarios,
18
comunicación, textos pedagógicos, cuentos, entre otros).
Para efectos de la presente investigación, se hizo uso de lo que
Corbetta (2007)
denomina documentos institucionales. Para el análisis, se realizó
principalmente lectura de
fuentes primarias, en este caso de los textos pedagógicos, libros
publicados de la autoría de
Simón Rodríguez. Además, se hizo empleo de fuentes secundarias, con
el objetivo de
comprender y situar el contexto social, político, cultural y
económico de la época en la que
vivió el autor y analizar cómo dichos factores contextuales
influyen en su obra y su
pensamiento. El uso de las dos fuentes informativas, se utilizan
como fuentes indispensables e
interdependientes, ya que los dos tipos de documentos se consideran
fuente valiosa de
conocimiento de la sociedad.
De acuerdo con lo anterior, para el proceso de recolección de
datos, se hizo uso de dos
instrumentos: Documentos o registros escritos y entrevistas
semiestructuradas. Para los
primeros se utilizaron fuentes primarias y secundarias: las
primeras son entendidas como
aquellos productos que provienen directamente del autor en cuestión
y respecto a las
segundas, son aquellas que contienen los relatos a través de un
tercero.
Las fuentes primarias acogidas para la investigación fueron:
- Inventamos o erramos
- Reflexiones sobre los defectos que vician la Escuela de Primeras
Letras de Caracas y
medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento
(1794)
- El Libertador del Medio día de América y sus compañeros de armas,
defendidos por un
amigo de la causa social (1830)
- Luces y virtudes sociales (1840)
- Sociedades Americanas (1842)
- Estracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana
(1848)
19
Finalmente, como segundo instrumento se hizo uso de entrevistas
semiestructuradas,
con el fin de captar percepciones, pensamientos, experiencias y
emociones de personas que
conocen o estudian a Simón Rodríguez, con el fin de identificar
aspectos que sean relevantes
para la investigación y la construcción de significados respecto al
fenómeno. Las dos personas
entrevistadas son maestros, el primero de nacionalidad venezolana
que por dicha
característica conoce al autor en cuestión, actualmente Director de
estudios generales de la
Universidad INCCA de Colombia y el segundo, egresado y docente
actual de la Universidad
Pedagógica Nacional.
IV. Política y Educación: una relación interdependiente
Con el objetivo de analizar la relación política- educación en la
obra de Simón
Rodríguez, el presente capítulo se propone desarrollar las
categorías educación, política,
sociedad y escuela, y evidenciar las fuentes desde las que se
comprenden para la investigación
en cuestión.
IV.I Política
Si se pregunta acerca de la política, es decir, si se realiza la
pregunta de ¿qué es la
política?, se debe partir del hecho de comprender qué es lo
político, para ello, habrá que
pensar en qué constituye a la misma, cuáles son sus conceptos
propios y de donde proviene,
es decir ¿cuál es la esencia de la política?
Lo político según Carl Schmitt (1927), se conforma de una
determinación y/o
antagonismo amigo-enemigo, es decir, a partir de un antagonismo
propio de las sociedades
humanas, que suponen una distinción que esboza el grado de
asociación o disociación de una
relación, la cual implica un otro esencialmente distinto, un
extraño, como posibilidad para la
confrontación política.
Así al ser lo político, un campo de disputa entre amigo y enemigo,
se convierte en
un espacio que implica el debate y la toma de decisiones entre
alternativas opuestas y en
conflicto. Por lo mismo, el lugar de lo político implica exclusión,
en cuanto demuestra la
20
imposibilidad del consenso y de las decisiones totalmente
inclusivas de las demandas e
intereses colectivos humanos.
Lo político, es producto de las dinámicas cotidianas, en cuanto
sustrae su dualismo de
las diversas formas de vida humana, de la religión, la economía, la
ética u otras cosas en las
que fácilmente los grupos humanos se dividen a causa de diferencias
y por las cuales crean
identidades colectivas según sus sentires e intereses, a partir de
una diferencia con el Otro. En
el espacio de lo político, es por lo tanto esencial la construcción
de una identidad colectiva,
que permita la emergencia de relaciones. Dicha identificación
emerge a partir de la diferencia,
como precondición que permite el surgimiento de un yo y un Otro. No
obstante, lo
político, como lo entiende Schmitt, implica la destrucción
necesaria del enemigo y su
negación absoluta.
Por lo anterior, se retoma como base la conceptualización de
Schmitt acerca de lo
político, pero se continúa con la acepción que realiza Mouffe
(2007), del mismo concepto.
Mouffe, de esta forma, argumenta cómo lo político tiene la
necesidad de llevarse a
cabo como una confrontación política agonista entre adversarios y
no entre enemigos, con
un dualismo nosotros ellos y no amigo enemigo de la cual emerge la
relación
conflictiva y la idea de destrucción necesaria del otro.
Así, la confrontación agonista permite en lo político, que las
partes en disputa
reconozcan que no hay solución racional para el conflicto y sean
convincentes de la
imposibilidad de erradicar la dimensión conflictual de la vida
social, pero que, sin embargo,
existe la legitimidad de los oponentes y de sus ideales
alternativos, lo cual favorece en disenso
de forma pacífica en la política. Dicho sistema agonista, explica
Mouffe, es posible por el rol
del sistema parlamentario quien permite la transformación del
antagonismo en agonismo y
pone en evidencia la importancia del pluralismo democrático y de
los afectos que se
encuentran en el origen de las decisiones colectivas y sus formas
de identificación.
La movilización requiere la politización, pero la politización no
puede existir sin la
producción de una representación conflictiva del mundo, que incluya
campos opuestos
con los cuales la gente se pueda identificar, permitiendo de ese
modo que las pasiones
21
se movilicen políticamente dentro del espectro del proceso
democrático (Mouffe,
2007. P. 31).
Como se ha descrito, Mouffe comprende la política desde un enfoque
agonista, dicho
enfoque está inspirado en la comprensión de la política desde lo
real, es decir, desde lo que
sucede, de lo práctico y no de lo filosófico o de lo que debería
ser. De esta manera se hace
posible comprender el por qué para ella la política no es consenso
y reconciliación, pues el
hombre no debe mirarse de una manera ideal, donde priman la bondad
y la razón, sino más
bien hay que verlo como un hombre real, que tiene pasiones y decide
a partir de dicha
precondición.
El agonismo político, de esta forma, tiene como objetivo hacer
legítimo el pluralismo
en las sociedades, es necesario que el conflicto se exprese, es
decir, que emerjan y se
construyan identidades colectivas, en torno a posiciones bien
diferenciadas y estas se
respeten, para que la ciudadanía tenga la posibilidad de elegir
entre alternativas diversas. Lo
anterior, demuestra que la realidad social y la política implican
necesariamente relaciones de
poder. De esta forma, la política democrática no busca erradicar el
poder, sino multiplicar los
espacios en que el poder esté presente, para la participación. Así,
lo político, es un espacio de
poder, conflicto y antagonismo y de acuerdo a su perspectiva,
comprende a la política como
un conjunto de prácticas e instituciones a través de las cuales se
crea un determinado orden,
organizando la coexistencia humana en el contexto de la
conflictividad derivada de lo
político (Mouffe, 2007, P. 16).
La política de esta forma, tiene como propósito establecer un
orden, organizar la
coexistencia humana en condiciones que son siempre conflictivas,
pues están atravesadas por
lo político, es por ello que consiste siempre en domesticar la
hostilidad y en tratar de
neutralizar el antagonismo potencial que acompaña toda construcción
de identidades
colectivas, de esta forma, la política democrática tiene como
objetivo movilizar y hacer
visibles las pasiones e identidades colectivas, como dispositivos
agonísticos que favorezcan el
pluralismo y la participación.
22
Según Immanuel Kant (1904), la educación es un hecho que solo puede
ser atribuido
al hombre, pues es un proceso mediante el cual se busca alcanzar el
perfeccionamiento de
este, el cual se logra a través de la acción orientadora de una
generación a otra. En este
sentido, la educación se entenderá en la presente investigación,
como un hecho formativo, que
requiere la necesaria presencia de una generación adulta que ejerza
acciones sobre las
generaciones más jóvenes, las cuales no han alcanzado el grado de
madurez y el conjunto de
saberes necesarios para la vida social.
La educación según Kant (1904) se entiende como el resultado de
tres procesos: El
cuidado, la disciplina y la instrucción. El primero, comprendido
como todo proceso de
manutención que garantice al hombre protección, el segundo, como la
fuerza necesaria para
convertir la animalidad en humanidad, por medio de la coacción
social que se le impone a
todo individuo a través de la razón y las leyes y la tercera como
aquel curso en el que el
hombre adquiere habilidades y desarrolla sus disposiciones
naturales, para su
perfeccionamiento. El resultado de estos los tres procesos
nombrados por Kant, es lo que
constituye una educación propicia para el bien social y el logro de
un estado mejor.
Ahora bien, estas acciones y prácticas ejercidas de una generación
a otra se encuentran
enmarcadas en un espacio, lugar y tiempo que determinan las formas
de llevarlas a cabo, los
procesos y los fines de estas. Es decir que la educación en una
sociedad lugar y temporalidad
determinada, es un conjunto de ideales, reflexiones, prácticas,
maneras de proceder,
costumbres y normas que se interrelacionan intencionalmente en
razón de responder a las
necesidades y la formación de seres eminentemente sociales.
Las prácticas educacionales no son hechos aislados los unos de los
otros, sino que por
una misma sociedad, están ligados en un mismo fin: y éste es el
sistema de educación
propio de ese país y de esa época. Cada pueblo tiene el suyo, al
igual que tiene su
sistema moral, religioso, económico (Durkheim, 1975, P. 77).
La educación en este sentido es la encargada de formar e introducir
a los más jóvenes
a la vida social de forma constante y general, es decir que tiene
como fin la socialización del
niño respecto a las costumbres, ideal, reglas, normas y tradiciones
de la sociedad particular en
la que se encuentran.
IV.III. Escuela
El siglo XIX y el XX dio emergencia a un fenómeno a escala mundial,
en el cual se
expandió la escuela y se consolidó como forma educativa hegemónica,
desde entonces la
escuela se proyectó como una institución disciplinadora y hacedora
del progreso social,
debido a lo anterior, todos los triunfos o fracasos de la esfera
pública, fueron desde entonces
atribuidos a su labor.
De acuerdo con lo descrito, la escuela es considerada una
institución producto de la
modernidad, encargada de diferentes efectos sociales. La
institución escolar ha tenido
múltiples lecturas o comprensiones, para algunos es un dispositivo
de generación de
ciudadanos, de proletarios, de inculcación ideológica o de
formación de movimientos para la
liberación, no obstante, pese a la no unánime forma de
comprenderla, la escuela se ha
constituido históricamente como un triunfo social, en cuanto
desarrolla procesos educativos,
culturales y sociales. Durante el periodo de la hegemonía educativa
escolar se alcanzaron
nuevos modelos sociales, se erigieron nuevos sistemas políticos y
económicos se impusieron
nuevas jerarquías culturales, y todas estas modificaciones
terminaron optando por la escuela
como forma educativa privilegiada (Pineau. 2001, P. 29).
Así, la escuela como producto de la modernidad, se consolidó como
institución
privilegiada y de mayor difusión de la cultura, de área privada,
con espacios y tiempos
definidos aptos para la enseñanza, poseedora de prácticas
educativas calificadas y de saberes
específicos, con agentes educativos inmodificables
(educador-educando) con roles
jerarquizados y métodos aptos para la enseñanza.
La escuela, además, es un establecimiento que hace parte de un
todo, llamado sistema
educativo, el cual determina las líneas conductoras del proceso
educativo y a su vez, la
escuela como entidad individual también regula sus dinámicas, en
otras palabras, la escuela es
una institución que se regula a través de directrices externas e
internas y que tiene como
objetivo expandir un saber o prácticas reguladas y caracterizadas
por un fin social.
Por otro lado, la escuela fue caracterizada por educar
específicamente a lo que la
modernidad denominó infancia, con el objetivo de educar a los
mismos en función de
24
volverlos adultos. La infancia fue comprendida entonces, como una
etapa humana de
incompletud y la escuela como un lugar apto para llevar a cabo la
tarea formativa que
perfeccionaría la infancia.
De esta forma, la escuela es una construcción social e histórica,
que ha respondido a
unas dinámicas específicas y situadas contextual y temporalmente y
que como refiere Hannah
Arendt (2016), es la institución mediadora entre el campo privado
del hogar y el mundo, es
decir, es el establecimiento que permite el tránsito de la familia
al mundo y le permite al niño
conocer la sociedad, la cultura, etc.
El ilustrado siglo XVIII – sirvan como ejemplos, además de Kant,
los planteos de
Locke, Condorcet, Voltaire y Rousseau- avanzó en la construcción de
la escuela como
forma educativa moderna por excelencia. Comprendió a la educación
como el
fenómeno esencialmente humano piedra de toque del cambio social y
de los
procesos de superación o progreso individual y colectivo, y
reafirmó a la infancia
como el período etario educativo por antonomasia (Pineau, 2001, P.
42)
De esta forma y como afirma Pineau. (S.F) en su artículo
Escolarización y subjetividad
moderna, la escuela fue una construcción moderna, constructora de
modernidad, la cual tiene
como objetivo que los sujetos aprendan a actuar sobre el mundo en
articulación con las
directrices de otras instituciones como el Estado, la familia, el
hospital y la fábrica. (Pineau,
P. 1).
IV.IV. Sociedad
La categoría de sociedad que se va a tomar aquí se retoma desde el
pensamiento de
Spencer (2004), el cual reconoce a la sociedad como un conjunto de
individuos organizados
de forma permanente y prolongada en el tiempo. La sociedad se va a
entender, por lo tanto,
como una entidad formada por unidades, es decir por individuos, que
conforman relaciones
necesarias para la constitución de un conjunto concreto. Esto
quiere decir, que la sociedad se
compone de un grupo de individualidades que establecen relaciones
de permanencia, dicha
permanencia de los vínculos es lo que hace de la sociedad una
entidad. Por otro lado, se
considera desde esta perspectiva la sociedad como un organismo
creciente de masa.
25
El crecimiento social como característica propia de la sociedades,
se prolonga y logra
la emergencia de divisiones; a medida que la población aumenta, las
divisiones se convierten
en un factor numeroso y por lo mismo, las subdivisiones, lo que
provoca un factor de
diferenciación en el cuerpo social de estructuras de clase y
funciones de trabajo, ésta última,
la división del trabajo es lo que constituirá a la sociedad como un
conjunto viviente como lo
nombra Spencer (2004), por lo tanto de mutua dependencia de las
partes que la componen.
El proceso cooperativo o interdependiente necesario para la vida en
sociedad, requiere
de la influencia coherente sobre el cuerpo social a través de un
lenguaje emocional o racional
que promueva entre las partes un mutuo acuerdo u organización que
los haga sensibles a la
comprensión de la mutua dependencia.
Otra característica de la sociedad tomada aquí es su carácter
permanente e inacabable,
pues el ente social como conjunto, demuestra una continuidad de
duración que excede el
tiempo de vida de los sujetos que la constituyen y prolonga su
integralidad con la emergencia
de nuevos seres sociales.
El carácter permanente de la sociedad se explica desde el
razonamiento de Baruch
Spinoza, ya que la sociedad está conformada por el cuerpo íntegro
del Estado, en otras
palabras, por los ciudadanos, en este sentido, la sociedad como
entidad no es cualquier
conjunto de seres humanos, sino un grupo organizado y consolidado
como Estado político. En
consecuencia, la sociedad no es solo un conjunto de hombres en
constante relación e
interdependencia, sino una entidad de gobierno organizada. La
función de medio, constituye
la sociedad civil, en cuanto gobierno organizado, que ayuda a los
hombres todavía sometidos
a las pasiones, a que hagan libremente lo mejor (Spinoza, 1677. P.
16)
IV.V. El vínculo
Una de las principales categorías que acoge la investigación, es la
de educación, la
cual, según Émile Durkheim (1979), es un hecho eminentemente
social, que se ejerce por las
generaciones adultas sobre las más jóvenes con el fin de conducir a
estos a alcanzar la
madurez necesaria para desenvolverse en una vida social
determinada, de esta forma, la
educación es un hecho que desarrolla en los niños diferentes
capacidades físicas e
intelectuales bajo el flujo de ideales y sentimientos
colectivos.
26
cada sociedad se forja un determinado ideal de hombre. Pero es
necesariamente ese
ideal <<el que viene a ser el polo de la educación>>.
Para cada sociedad, la educación
es <<el medio a través del cual prepara en lo más recóndito
de los niños las
condiciones esenciales de su propia existencia>>. (Durkheim,
1975, P. 12)
Así, al ser la educación una socialización, es que se construyen y
constituyen tópicos
que hacen a los individuos conformar sociedades o grupos y les
permite unirse como una
parte integrante, en tanto los hace compartir creencias, opiniones,
prácticas, hábitos,
tradiciones nacionales, entre otras cosas, que se heredan
generacionalmente. Todas estas, las
considera Durkheim (1975) entes sociales, los cuales han hecho
posible que el hombre sea
hombre y salga de la animalidad.
Dicha sociabilidad de la que se argumenta ha sido adquirida por la
unión de los
hombres y se ha mantenido por su razón de ser, la cual, es la
educación, pues ésta última se
impone a los individuos de forma irresistible y hace a todos vivir
en armonía, es decir, que el
ente educacional constituido es de esta forma regulador y genera
resistencia al cambio.
De esta forma, en una sociedad, el acto educativo en un lugar y
temporalidad
determinada, es un conjunto de ideales, reflexiones, prácticas,
maneras de proceder,
costumbres y normas que se interrelacionan intencionalmente en
razón de responder a las
necesidades y la formación de seres sociales, de forma que, las
prácticas educacionales de
cualquier especie no se consideran como hechos aislados, sino por
el contrario como hechos
orientados a un mismo fin, el cual es el sistema educativo
específico de aquel espacio, Cada
pueblo tiene el suyo, al igual que tiene su sistema moral,
religioso, económico. (Durkheim,
1975, P. 77).
En razón de lo descrito, es evidente el vínculo inquebrantable que
existe entre
sociedad y educación, como ya se ha expuesto anteriormente la
educación ha sido a lo largo
del tiempo el medio por excelencia encargado de la formación de los
hombres según el ideal
social de la época, en este sentido, la educación ha formado a lo
largo de la historia un sujeto
en conformidad con las demandas sociales.
27
No existe en el hombre ninguna predisposición que le incline hacia
la vida en sociedad
como lo nombra Émile Durkheim en su obra Educación y sociología y
Baruch Spinoza en El
tratado político. Spinoza (1677), argumenta que los hombres por
naturaleza están sometidos a
las pasiones o lo que él nombra como afectos y por lo tanto, es la
pasión la que guía sus
acciones, no obstante por el fin último de la especie humana, el
cual es la conservación, es
que los hombres se unen.
Los hombres están sin excepción, sometidos a los afectos, como lo
son el amor, la ira,
la misericordia, el odio, entre otros y por lo mismo desean que
todos vivan según su criterio,
oprimiéndose unos a otros, no obstante, teniendo naturalmente todos
los hombres la misma
condición, la razón tiene como objeto y particularidad humana
primar en dicha mediación con
el fin de moderar los afectos a los que está el sujeto
predispuesto, haciendo que los mismos se
unan por costumbres y formen así el cuerpo o Estado político.
En razón de lo descrito, aunque el hombre no está predispuesto a la
vida en sociedad,
es un ser social, en cuanto conforma comunidades que de acuerdo con
un común sentir
dirigen sus acciones encaminadas a la conservación y a la utilidad
de cada uno de sus
integrantes, de acuerdo a ello, conforman leyes, normas, formas de
ser y ver el mundo,
anhelos, derechos y deberes, dando a los hombres motivos que
impulsan su mismo fin.
Unión de fuerzas en una especie de cuerpo colectivo y pacto o
compromiso forme de someter
el apetito a la razón significan el paso del estado natural al
estado político (Spinoza, 1677,
P. 26).
Una vez alcanzado el Estado político como lo nombra Spinoza, es que
inicia la
constitución del Estado, lo cual se denomina política y por medio
de ella los hombres dejan de
vivir según su propio criterio y ceden su voluntad a la voluntad de
todos. De esta forma se da
el inicio del Estado político, por medio de lo que Rousseau (1762)
denomina, el contrato
social, el cual es un pacto por el cual los individuos trabajan
conjuntamente por la
conservación misma y por sus bienes, someten su deseo a la razón y
realizan de esa forma un
paso del estado natural al estado político, dicho contrato explican
Rousseau (1762) y Spinoza
(1677), de ninguna forma se enuncia formalmente, es un compromiso
que emerge como
28
fuerza y que se dirige a todos con igualdad de condiciones, por lo
mismo es un contrato
reconocido y admitido por todos.
Como se ha explicado, la política es según Spinoza (1677) la
constitución de cualquier
Estado y el cuerpo íntegro del Estado es denominado sociedad. Según
el autor, la política nace
entre los hombres, completamente fuera del hombre, ésta surge entre
y se establece como
relación, por lo mismo, representa un mecanismo para establecer un
orden y constituir un
modelo de hombre, en otras palabras, un ciudadano.
De esta forma, se teje un vínculo interdependiente, de la siguiente
forma: Política-
Estado, Estado- sociedad, Sociedad – Educación.
Así la política al intervenir en el cuerpo íntegro del Estado, es
decir en la sociedad, con
el fin de establecer un orden y constituir un cuerpo social
específico, interviene directamente
en los fines educativos, pues refleja los deseos, necesidades y
demandas sociales que esperan
que esta tenga en cuenta para la formación de sujetos, en razón de
lo anterior, y por lo mismo
es vigente la relación política y educación.
VII. Discusión
V.I.I América
América tras el proceso de conquista y colonización europea, ha
sufrido diversos
cambios a nivel, social, cultural, político y económico, únicos en
el mundo.
El descubrimiento de América, o mejor el de los americanos, es sin
duda el encuentro
más asombroso de nuestra historia. En el descubrimiento de los
demás continentes y
de los demás hombres no existe realmente ese sentimiento de
extrañeza radical: Los
europeos nunca ignoraron por completo la existencia de África o de
la India, o de
China, su recuerdo esta ya siempre presente desde sus orígenes
(Todorov, 1987, P.
14).
29
Dichos cambios en la estructura social, son la causa de una marca
cultural perdurable
en el tiempo y significativamente vinculada a la violencia, que ha
tenido que vivir América
desde la invasión de la cual fue objeto. Tras la llegada de los
colonos provenientes de España
y Portugal, principalmente, en busca de la obtención de territorios
americanos, de materia
prima y nuevas rutas comerciales, se produjo un proceso de
asentamiento, en el que los
europeos instauraron un poder político en el territorio americano y
se denominaron como,
fuerza hegemónica.
Dicho asentamiento, tuvo como resultado en América central y del
sur, la explotación
de recursos naturales, comercio de seres humanos, esclavitud,
diferenciación y denigración
racial, desplazamiento masivo de poblaciones, expropiación de la
cultura, las costumbres, los
hábitos, prohibición de lenguas nativas, imposición de regímenes
políticos, económicos,
religiosos y en general la extensión de la cultura Europa,
mayoritariamente del imperio
español, a manos de los colonos.
La violencia que marco a América del sur desde entonces, y las
formas de
subordinación a las que fueron sometidos los habitantes del
continente, fue en razón de su
diferencia cultural y racial principalmente. Dicha diferencia fue
marcada desde el lugar del
poder dominante o hegemónico, en el que se instauraron las
jerarquías y clasificaciones
sociales, que ubicaron continuamente a los americanos en un lugar
de otredad inferior con
respecto a los sectores dominantes.
La formación de relaciones sociales fundadas en dicha idea, produjo
en América
identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y
mestizos y redefinió otras.
Así términos como español y portugués, más tarde europeo, que hasta
entonces
indicaban solamente procedencia geográfica o país de origen, desde
entonces cobraron
también, en referencia a las nuevas identidades, una connotación
racial. Y en la
medida en que las relaciones sociales que estaban configurándose
eran relaciones de
dominación, tales identidades fueron asociadas a las jerarquías,
lugares y roles sociales
correspondientes, como constitutivas de ellas y, en consecuencia,
al patrón de
dominación colonial que se imponía (Quijano, 2000, P. 202).
30
De esta forma, la idea de la raza otorgó a los colonizadores
legitimidad y bajo esta
premisa, justificaron la dominación impuesta. Una vez conquistado y
colonizado el territorio
americano, se constituyó en Europa una nueva identidad y con ello
una perspectiva
eurocéntrica que privilegió como nombra Quijano (2000) la
elaboración teórica de la idea de
raza como naturalización de esas relaciones coloniales de
dominación entre europeos y no-
europeos y además aportó a la naturalización de las relaciones de
superioridad e inferioridad,
entre dominados y dominantes.
Así, características como la raza y la cultura, se convirtieron en
criterio fundamental
para la distribución de roles y labores en la nueva estructura
social, que se estaba gestando en
América, lo que dio paso a la esclavitud, a la llamada servidumbre,
y a todos los trabajos no
asalariados a los que fueron sometidas las razas inferiores y que
desembocaron en masacres
de grupos raciales, por la explotación indiscriminada de los
referidos colectivos humanos.
Dicha distribución racista del trabajo, como lo demuestra la
historia, se mantuvo hasta el final
del período colonial en América, no obstante, esa diferenciación
racial en la esfera social se
expandió en el mundo entero.
La sociedad americana constituida entonces, por diferentes grupos
raciales, con
diferentes privilegios, ocupación laboral y poder económico,
transformó a América en el siglo
XVII y XVIII en un lugar de estratificación social, similar al
carácter estamental español,
donde se dividieron los individuos en función de su riqueza, el
color o la raza y su fisionomía,
dando así emergencia a las castas en el continente.
Durante el periodo colonial la iglesia católica se constituyó como
una institución
poderosa, ya que ésta era responsable de la evangelización de la
población en general, es decir
de la educación y la enseñanza y además porque la misma poseía
poder territorial y con ello
una fortuna en razón de los terrenos americanos.
De esta forma, la sociedad americana se consolidó como desigual y
piramidal; las
minorías (españoles y la iglesia católica) se fortalecieron en los
cargos más importantes a
nivel social de la administración política y eclesiástica y las
mayorías entre los que se
encontraban africanos, indígenas, mestizos, etc, se les atribuyó
lugares jerarquizados en la
esfera social más baja. En la estratificación ya nombrada para la
época, también emerge otra
31
clase social que se sitúa en el medio de las descritas, ésta es la
de los criollos quienes gozaron
de una posición considerable en comparación con los colectivos no
españoles y que fueron de
gran utilidad en el desarrollo de la economía.
Así, la jerarquización de la esfera social más baja fue de la
siguiente forma: primero
los grupos raciales producto de la mezcla entre españoles e
indígenas, españoles y africados y
africanos e indígenas, segundo los indígenas y finalmente el grupo
más bajo en la pirámide
social, los esclavos traídos de África.
Según el grupo racial o su denominación, mulatos, mestizos o
zambos, los mismos
desempeñaban una labor, como la artesanía o el trabajo doméstico,
los indígenas por su lado,
estuvieron sometidos al régimen de la encomienda y los Africanos
sometidos a la esclavitud.
Lo descrito, es evidencia de cómo a partir de la expansión de la
dominación colonial,
se forma en América una identidad social a partir del pensamiento
eurocéntrico, que, si bien
se fundó en el contexto ya nombrado, transcendió sus fronteras y ha
marcado a lo largo de la
historia la identidad latinoamericana, con respecto a las
relaciones de dominación.
El poder colonial, como se ha descrito ha degradado e intentado
borrar desde la
invasión al continente hasta la actualidad, el poder y las
estructuras económicas, los
descubrimientos de los nativos, sus saberes, expresiones
culturales, sociales y sus rasgos
fenotípicos. Ello es evidencia, de cómo desde la perspectiva
europea, se funda una identidad
del continente, en cuanto se trazan rasgos de subordinación.
Europa no solamente tenía el control del mercado mundial, sino que
pudo imponer su
dominio colonial sobre todas las regiones y poblaciones del
planeta, incorporándolas
al sistema mundo que así se constituía, y a su específico patrón de
poder. Para tales
regiones y poblaciones, eso implicó un proceso de re-identificación
histórica, pues
desde Europa les fueron atribuidas nuevas identidades
geoculturales. De ese modo,
después de América y de Europa, fueron establecidas África, Asia y
eventualmente
Oceanía. En la producción de esas nuevas identidades, la
colonialidad del nuevo
patrón de poder fue, sin duda, una de las más activas
determinaciones (Quijano, 2000,
P. 209).
32
Si bien, existían hombres en América una vez, esta fue descubierta
o en otras
palabras invadida, los colonos reconocieron la presencia de los
mismos, no obstante,
ignoraron todo acerca de su existencia en el mundo y proyectaron en
ellos, los recién
descubiertos, rasgos, costumbres e ideas de otras poblaciones, en
conclusión, de los
europeos. Se les forzó a aprender la cultura de los dominadores, en
aspectos tales como: La
tecnología, las costumbres y la religiosidad judeocristiana.
De esta forma múltiples y heterogéneas culturas se reunieron en la
única idea y orden
de mundo que había sido construida por Europa, así bajo la
hegemonía occidental, se insertó
el control en la cultura, el trabajo, el conocimiento y las formas
de producción del mismo.
Por lo tanto, los americanos fueron despojados de sus patrones de
producción de
sentidos, de orden simbólico, de expresión y de estructuras
subjetivas, la cual es considerada
la represión más violenta, en cuanto no solo despojaron a los
habitantes de sus formas de
comprender el mundo y actuar sobre él, sino que además se les
impuso otra cultura
convirtiéndolos así, en campesinos iletrados, despojados de su
herencia intelectual.
En consecuencia, los europeos dominadores, se constituyeron y
nombraron a sí
mismos como superiores, blancos y su territorio como centro del
nuevo y moderno mundo, en
que emerge la idea del etnocentrismo, la cual fue posible
fundamentalmente, por la
clasificación racial que se inició en América y se distribuyó en
todo el globo terráqueo, lo que
produjo que los europeos se sintieran naturalmente superiores. En
razón de ello, crearon una
perspectiva temporal de la historia y ubicaron a los pueblos
colonizados, en el pasado de la
trayectoria histórica, por ser considerados inferiores y por ende
anteriores a los europeos.
La modernidad y la racionalidad fueron imaginadas como experiencias
y productos
exclusivamente europeos. Desde ese punto de vista, las relaciones
intersubjetivas y
culturales entre Europa, es decir Europa Occidental, y el resto del
mundo, fueron
codificadas en un juego entero de nuevas categorías:
Oriente-Occidente, primitivo-
civilizado, mágico/mítico-científico, irracional-racional,
tradicional-moderno. En
suma, Europa y no-Europa. Incluso así, la única categoría con el
debido honor de ser
reconocida como el Otro de Europa u Occidente, fue Oriente. No los
indios de
33
América, tampoco los negros del África. Estos eran simplemente
primitivos
(Quijano, 2000, P. 211)
Ello tuvo como resultado una colonización de las perspectivas
cognitivas, de los
modos de producir conocimiento, de las formas de objetivar la
experiencia y otorgar sentido a
la subjetividad del mundo, lo que despojó totalmente al resto de la
población mundial de la
legitimidad y las formas de producción de saber. Eventualmente,
Europa occidental creció y
se desarrolló rápidamente en comparación al resto del mundo, a raíz
de la expropiación y
explotación principalmente del continente americano.
V.I.II Europa en los siglos XVIII y XIX
La Europa de este siglo se caracterizó por su poca evolución, las
personas daban aún
por sentado (como en el siglo anterior) que eran inevitables las
distinciones sociales
profundas, tan solo una poca minoría educada entendía que las
sociedades son obra del
hombre y no de Dios.
Este carácter conservador, puede explicarse debido al hecho de que
en esta sociedad
estaba dividida en pequeños grupos muy cerrados: parroquias,
gremios, comunidades
agrícolas y municipalidades. De esta manera estas pequeñas
sociedades poseían un grado de
autonomía considerable respecto a sus esferas de actividad y podían
influir directamente en la
vida del hombre común, era tal la incidencia que incluso eran
capaces de soportar grandes
cambios políticos sin perder sus tradiciones.
La idea de que todos los ciudadanos de un Estado debían ser iguales
ante los ojos de la
ley y que deberían gozar de los mismos derechos y estar sujetos a
las mismas
obligaciones seguía siendo una idea extraña y frecuentemente mal
acogida en Europa
(Anderson, 1995, P. 77)
Así pues, las pequeñas organizaciones eran la base de la sociedad y
aunque la cantidad
de diferencias culturales entre países presentaban
particularidades, compartían su carácter de
ser sociedades dominadas por los hombres, también de ser sociedades
agrarias y donde la
34
propiedad de tierras confería poder social y político. Por esta
razón las ciudades carecieron de
importancia durante la mayor parte de este siglo.
Durante la segunda mitad del siglo, Europa sufre un crecimiento
poblacional
considerable, ciudades como Londres y Ámsterdam alcanzaron una taza
de población nunca
antes vista y es precisamente en las ciudades donde se empieza a
desarrollar la clase media
comercial, industrial y profesional, este crecimiento es tal vez el
acontecimiento social más
importante de esta época, pues empiezan a generarse inconformidades
en las ciudades frente
al dominio oligárquico.
En 1780 la revolución industrial muestra al continente un nuevo
tipo de organización
industrial que dependía del trabajo de obreros estrictamente
vigilados y disciplinados a los
que se agrupaba en grandes fábricas, donde se utilizaba maquinaria
costosa (Anderson, 1995,
P. 104) Curiosamente el comercio colonial, la banca, las finanzas,
las ideas económicas y la
industria solo fueron desarrollos en algunas partes de Europa
occidental, pues en la mayoría
de los países, continuaba el predominio agrícola, la poca
importancia en las ciudades, la
escases de capital, la pobreza de las comunicaciones y la lenta
difusión del conocimiento
técnico.
La estructura social y económica europea fue estable en su
transición del siglo XVII al
siglo XVIII e incluso durante el trascurso de este siglo no fue
notorio un cambio considerable
en estos aspectos, más bien, se caracterizó por su cambio lento,
geográficamente desigual y
resistido por tradiciones poderosas. Sin embargo, las fuerzas de
cambio se hicieron cada vez
más poderosas conforme se acercaba el fin del siglo.
En la mayor parte de Europa, todavía vivían los hombres en un mundo
económico y
social dominado por el pasado. Estaba cambiando. Pero aun después
el cataclismo de
la revolución francesa, los cambios fueron lentos en la mayor parte
el continente; antes
de 1789 eran aún más lentos e imperceptible para muchos europeos
(Anderson, 1995,
P. 131).
35
Es en el flujo de ideas y en el crecimiento de la vía intelectual
donde se puede
evidenciar un rápido desarrollo en la Europa del siglo XVIII. Este
crecimiento intelectual
junto con el lento cambio social y económico se aceleró a partir de
1750.
El cambio más obvio fue el de las ciencias físicas y aunque no
existió ningún
científico de la talla de Galileo o Newton, el crecimiento del
interés por las ciencias físicas
aumentaba rápidamente, el intercambio de ideas y el aumento de
especialistas en las ciencias
físicas hacia surgir la idea de que el interés por las ciencias
físicas era parte del acervo
intelectual del hombre común.
El desarrollo de la física newtoniana y su capacidad para explicar
fenómenos físicos
género una nueva confianza en la capacidad del hombre para entender
y dominar su propio
medio ambiente y una nueva fe en el poder de la razón para penetrar
en los misterios del
universo.
En contraste con el crecimiento de las ciencias físicas, las demás
ciencias no
avanzaron de la misma manera, la biología y la química tuvieron
pocos logros y la influencia
indirecta del pensamiento newtoniano afecto las ideas políticas
pues se suponía que el mundo
social y político se podían entender de la misma manera que el
físico. Es decir, por reglas
generales válidas para todos los lugares y tiempos e inherentes a
todas las sociedades
humanas.
A pesar de este contexto los pensadores como Kant y Hume se
mostraron escépticos a
esta concepción de los poderes ilimitados de la razón. Montesquieu
y su interés por los
problemas prácticos del gobierno fue uno de los intelectuales con
más alcance. Rousseau por
su parte, tampoco encajaba en este panorama y como muchos de los
pensadores de su época
no solo escribió sobre política, ni era ese su tema principal,
todos sus escritos eran producto
de su personalidad, no se interesó en el estudio de la historia y
el trabajo de instituciones
existentes, sino en la búsqueda de su utopía y deseo de una
sociedad perfecta e igualitaria.
De igual manera, algunos intelectuales empezaron a cuestionar la
creencia religiosa y
su fuerte incidencia en la política y la vida social de las
personas. Sin embargo, estas ideas no
eran fácilmente aceptadas ni difundidas, las creencias y
tradiciones estaban fuertemente
36
arraigadas. Aun así, en este momento empiezan a brotar esas
semillas e ideas que luego
cuestionaran con más fuerza e impacto social la vida europea.
Un aspecto curioso es que las universidades, y las sociedades
académicas ilustradas no
desempeñaron un papel significativo en la vida intelectual e
incluso su carácter conservador
demostraba un fuerte apego a su tradición y el desinterés por la
difusión de las nuevas ideas
que empezaban a surgir. Es una época que no produjo historia,
debido al desprecio con el que
era vista la edad media.
Para final de este siglo, un acontecimiento estremeció toda Europa:
Francia venía
sufriendo desde el reinado de Luis XV un declive económico y
financiero, situación que en
1788 y 1789 empeora. Las malas cosechas elevaron el precio del pan,
los pobres morían de
hambre, las quejas aumentaban y junto con una tormenta de granizo
que acabó con personas,
animales y campos, aumentaba considerablemente la tensión y la
inconformidad del pueblo
francés.
Debido a este pesado ambiente social, se llevan a cabo una serie de
eventos que tienen
un gran eco a nivel mundial, entre los principales se encuentran:
el catorce de julio de 1789 es
tomada la bastilla por el pueblo de París, el cuatro de agosto del
mismo año, la asamblea
nacional decreta la abolición del feudalismo y de todos los
privilegios que ello contraía y el
veintiséis del mismo mes, se declaran los derechos del hombre y del
ciudadano.
La resonancia de estos acontecimientos y su trascendencia a nivel
mundial no tienen
que ver con la novedad, ya que, en países como Suiza, Holanda e
incluso en el continente
americano se han cuestionado los regímenes monárquicos. Lo
verdaderamente trascendental
era su carácter universal, pues no definen los derechos de los
nuevos ciudadanos franceses
sino los derechos del hombre y al hacerlo se hacen realidad los
deseos de las elites ilustradas
del siglo XVIII: La revolución francesa.
V.II. Simón Rodríguez en la historia
Simón Rodríguez nace el 28 de Mayo de 1771 en la ciudad de Caracas.
Para ese
entonces América ha venido sufriendo por años un proceso de
colonización sistemático por
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parte de los europeos, este duro proceso de colonización tiene como
producto una marcada
estratificación social en América, para efectos del presente
trabajo se toma como referencia la
ciudad de Caracas la cual da evidencia de las brechas clasistas y
desigualdades vividas en la
época. Según Rumanzo (2006) para mediados de los ochenta del siglo
XVIII en Caracas la
población se repartía de la siguiente manera: Blancos peninsulares
y canarios y blancos
criollos 20.3%; Pardos, negros libres y manumisos y negros esclavos
61.3% y por último,
negros y marrones, indios tributarios y no tributarios y población
indígena marginal 18.4%.
José Gil Fortoul citado por Rumazo afirma que:
Para los venezolanos no había garantías individuales ni derechos
políticos. La
esclavitud dominaba el panorama de hondas e irritantes
desigualdades; las diferencias
eran tantas que a veces parecía haber aquí una sociedad de castas,
otra de estamentos y
otra de clases, todo a la vez. (Rumazo, 2006, P. 9).
Éste es el panorama que se dibuja en la tierra natal de Simón
Rodríguez, una Caracas
donde prevalecía la esclavitud y la desigualdad y serán más
adelante estas injusticias sociales
fundamento para su práctica pedagógica y su pensamiento.
En caracas para la época de don Simón Rodríguez existían tres
escuelas: una adscrita a
la Universidad, la segunda era parte del convento de San Francisco
y la Escuela pública,
fundada en la segunda mitad del siglo XVI, en las cuales se
enseñaba lo mismo. Lo
interesante acá es que mientras España muestra al mundo europeo la
literatura del siglo de
Oro español, en América el criterio educativo era rudimentario,
ello con el fin, se especula, de
que en la colonia no se ilustraran con el fin de prever en la edad
más maleable del hombre,
alguna causa que lo hiciera salir de su estado de alienación.
En 1778, sucede un acontecimiento que será de gran influencia en
los pensadores
americanos pues la Real corona española se ve obligada a decretar
una especie de libre
comercio:
Los vasallos del rey -Carlos III entonces- podían en adelante,
comerciar sin cortapisas
oficiales con especies varias de mercancías nacionales y
extranjeras, exceptuados sólo
los vinos y licores. No se hizo referencia especial a los libros,
por hallarse éstos
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severamente censurados en la Península. Y libros -excelente acicate
la prohibición-
empezaron a llegar en abundancia (ya habían sido introducidos
muchos, desde antes,
como contrabando). No sólo los editados en España, sino también los
otros, los
franceses, clandestinos en la propia zona peninsular y circulantes
allá en buen número
en forma secreta (Rumazo, 2006, P. 11).
Este acontecimiento tiene como producto el ensanchamiento
intelectual de los
americanos 6 pues empiezan a acceder más fácilmente al conocimiento
europeo y por supuesto
Simón Rodríguez aprenderá de ellos y he aquí una de sus grandes
virtudes: la voluntad, pues
siempre estuvo presente en él su gran pasión por saber y por
aprender lo que no le fue
enseñado en la escuela ni por su tío.
Según Rumazo (2006) por deducción, se cree que Simón Rodríguez en
sus años de
juventud y pubertad fue admitido como ayudante del educador
Guillermo Pelgrón, quien era
maestro de primeras letras, latinidad y elocuencia, por lo
anterior, años después el maestro
Pelgrón lo conduciría al cabildo para que le concedieran la
dirección de la Escuela Municipal.
Luego, el 23 de Mayo de 1791, el cabildo de Caracas le otorga el
título de maestro a Simón
Rodríguez para desempeñarse como maestro de primeras letras, en
donde llega a la suma de
ciento catorce niños, en su mayoría pertenecientes a las familias
de mayor prestancia de
Caracas.
Un año después, Simón Rodríguez es nombrado por el alférez real de
Caracas
Feliciano Palacios Sojo para que se encargue de la educación de
Simón Bolívar y se
desempeñe como amanuense, una gran coincidencia que marcará su
vida, un gran placer para
Rodríguez en cuanto imprimió en su discípulo su esencia y lo formó
casi en totalidad.
Hay que aclarar que Rodríguez no es el único encargado de la
educación de Simón
Bolívar, Pérez citado por Rumazo (2006) menciona hombres como:
Andrés Bello, Carrasco,
Fernando Vides, el presbítero José Antonio Negrete y Guillermo
Pelgrón. Sin embargo, es
6 Hacemos referencia a un “élite intelectual” pues en América el
pueblo continuaba en analfabetismo obligatorio.
Rumanzo, A. (2006). Simón Rodríguez maestro de América, biografía
breve. Publicación digital
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enfático Rumazo y otros historiadores en aclarar que sólo Rodríguez
infundió su yo en el
espíritu del niño Bol