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i La política en la propuesta educativa y social del educador Simón Rodríguez Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez Dorado Universidad Pedagógica Nacional Notas de autor Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez Dorado, Facultad de Educación, Universidad Pedagógica Nacional La correspondencia realizada para con esta investigación debe ser dirigida a nombre de Laurie Moreno y Andrés Gutiérrez, Universidad Pedagógica Nacional Contacto: dsi_lmmorenom975@pedagogica. edu.co dsi_agutierrezd628@pedagogica.edu.co
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Nov 11, 2021

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La política en la propuesta educativa y social del educador Simón Rodríguez
Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez Dorado
Universidad Pedagógica Nacional
Notas de autor
Laurie Melissa Moreno Martínez y Andrés Felipe Gutiérrez Dorado, Facultad de
Educación, Universidad Pedagógica Nacional
La correspondencia realizada para con esta investigación debe ser dirigida a nombre
de Laurie Moreno y Andrés Gutiérrez, Universidad Pedagógica Nacional
Contacto: dsi_lmmorenom975@pedagogica. edu.co
dsi_agutierrezd628@pedagogica.edu.co
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Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía,
los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es
demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de
la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y
sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para
siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.
Gabriel García Márquez.
Código: FOR020GIB Versión: 01
1. Información General
Acceso al documento Universidad Pedagógica Nacional. Biblioteca Central
Titulo del documento
La política en la propuesta educativa y social del educador Simón
Rodríguez
Autor(es) Andrés Felipe Gutiérrez Dorado y Laurie Melissa Moreno Martínez
Director Adriana Aponte Rivera
Unidad Patrocinante Universidad Pedagógica Nacional
Palabras Claves Política, educación, sociedad, escuela, pensamiento
latinoamericano
2. Descripción
Los procesos de conquista y colonización en América Latina han derivado en prácticas y
relaciones sociales desiguales de dominación y violencia. Frente a estas dinámicas, diversos
actores sociales, han configurado alternativas contestatarias a las estructuras eurocéntricas. El
educador Simón Rodríguez, se configura como uno de los intelectuales que ha sido pionero de la
corriente de pensamiento latinoamericano caracterizado por la búsqueda de la emancipación
iv
intelectual, política, social y cultural del continente.
La imposición y adopción de las lógicas eurocéntricas han tenido como consecuencia el
distanciamiento de la acción política del hecho educativo, contrario a ello, la corriente de
pensamiento latinoamericano entiende dichos ejercicios como interdependientes en cuanto
comprende al sujeto como ser histórico, crítico y actor social. De acuerdo con lo anterior, la
investigación tuvo como objeto identificar el vínculo política-educación en la obra del educador
Rodríguez. En este sentido, la investigación se propuso responder a los siguientes interrogantes:
¿Qué componentes políticos se encuentran en la propuesta educativa de Simón Rodríguez?,
¿Cuáles son los puntos de convergencia en el pensamiento de los exponentes latinoamericanos?,
¿Qué acontecimientos históricos y movimientos sociales influyeron y contribuyeron a la
conformación del pensamiento educativo, político y social de Rodríguez?, ¿Cuál es la nueva
concepción de hombre que Rodríguez propone? y finalmente, ¿Cómo las reflexiones llevadas a
cabo por dicho educador contribuyen a los debates actuales de las pedagogías emancipadoras?
Finalmente, se da evidencia de los hallazgos investigativos y se exponen diez propuestas políticas
del educador Simón Rodríguez que acogen el campo educativo- escolar y por ende la esfera
social, que aclaran la relación política y educación, por otro lado, se da evidencia de las
influencias intelectuales del educador y el impacto social y cultural en su pensamiento y se
evidencia los aportes del educador a la conformación de las estructuras modernas de la
educación.
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Código: FOR020GIB Versión: 01
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Código: FOR020GIB Versión: 01
3. Fuentes
Corbetta, P. (2007) Metodología y técnicas de investigación social. Recuperado de:
https://diversidadlocal.files.wordpress.com/2012/09/metodologc3ada-y-
tc3a9cnicas-de-investigacic3b3n-social-piergiorgio-corbetta.pdf
https://sociologiayeducacionunam.files.wordpress.com/2014/09/100762578-
educacion-y-sociologia-emile-durkheim.pdf
Hernández, R. Fernández, C, & Baptista, M. (2014). Metodología de la investigación
sexta edición. México. Interamericana Editores S.A. Recuperado de:
https://app.box.com/s/i5hguuugqe8f0t6pbwrf5yzmacpfcmqa
Inventamos o erramos. (2004). Biblioteca Básica de Autores Venezolanos. Monte Ávila
Editores Latinoamericana C,A. Caracas, Venezuela. Recuperado de:
https://reexistencia.files.wordpress.com/2011/07/inventamos-o-erramos.pdf
https://www.ddooss.org/articulos/textos/kant_pedagogia.pdf
Mouffe, C. (2007). En torno a lo político. Traducción de Soledad Laclau. Fondo de
cultura económico de Argentina S.A. Archivo digital.
Pineau, P. (2001).¿POR QUÉ TRIUNFÓ LA ESCUELA? O la modernidad dijo: “esto es
educación”, y la escuela respondió: “yo me ocupo” En Pablo Pineau, Inés Dussel
y Marcelo Caruso (Ed.) La escuela como máquina de educar. Tres escritos sobre
un proyecto de la modernidad. (pp. 27-52) Buenos Aires, Argentina: Paidós.
Código: FOR020GIB Versión: 01
4. Contenidos
De acuerdo con los objetivos que plantea el proyecto de investigación, en este se desarrollan
cuatro temas centrales: Primero, se expone y describe el contexto político, social y cultural de
Europa y América en los siglos XVIII y XIX y en base a ello se realiza la genealogía de Simón
Rodríguez, con el objeto de identificar las razones que dan emergencia a su pensamiento y su
propuesta educativa y social.
Segundo, se exponen los hallazgos que permiten describir la propuesta político-educativa de
Simón Rodríguez, que consta de diez enunciados que dan evidencia del vínculo aquí propuesto
(política-educación). Tercero, se presenta un capítulo que da muestra de los puntos de
convergencia que tienen los intelectuales latinoamericanos y los aportes del educador Rodríguez
para lo que se denomina en la actualidad pedagogía latinoamericana o pensamiento
emancipatorio y finalmente, se lleva a cabo un análisis de la pertinencia del educador Simón
Rodríguez en la actualidad y se discute la vigencia de sus propuestas educativas en el siglo XXI.
5. Metodología
La investigación se incribió en un enfoque hermenéutico, de tipo cualitativo y de diseño
descriptivo exploratio. Se adhiere en un enfoque hermenéutico, con el fin de llevar a cabo una
interpretación de los documentos escritos, para la comprensión del vínculo política y educación a
partir de las obras de Simón Rodríguez. Debido al poco trabajo investigativo y a la falta de
vii
antecedentes respecto a la obra de Simón Rodríguez y con base a las definiciones de Sampieri
(2014), la presente investigación se plantea con alcances de tipo: Primero, exploratorio y
segundo, descriptivo. Exploratorio en tanto se considera que el trabajo realizado contribuirá en
la construcción de un campo de saber relativamente joven en el país como lo son los estudios en
la tradición pedagógica latinoamericana y más exactamente de Simón Rodríguez y su obra, por
otra parte, es de alcance descriptivo en cuanto se concentra en referir el fenómeno, sus variables
y características.
Con el fin de dar cuenta del fenómeno social escogido, se hizo uso del Análisis de Contenido,
como herramienta metodológica cuya finalidad es la investigación de cualidades expresivas de
orden verbal (orales y escritas) y/o expresiones no verbales (gesticulares, musicales, corporales,
pictóricas). La metodología nombrada, se utilizó para el análisis de lo que Corbetta (2007)
denomina documentos institucionales, es decir para los textos pedagógicos de la autoría de
Simón Rodríguez, como fuente primaria y para la interpretación de las entrevistas realizadas. Por
otro, se hizo empleo de fuentes secundarias, con el objetivo de comprender y situar el contexto
social, político, cultural y económico de la época en la que vivió el autor y de esta forma, estudiar
cómo dichos factores contextuales influyen en su obra y su pensamiento y dan cuenta de un
fenómeno social específico. Finalmente, para el proceso de recolección de datos, se hizo uso de
dos instrumentos: Documentos o registros escritos y entrevistas semiestructuradas.
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6. Conclusiones
Las relaciones particulares sobre las que se constituyó América Latina (conquista, colonia,
independencias, entre otras.), fueron insumo para la configuración de una identidad
caracterizada por un dinamismo complejo y difícil de entender bajo los modelos de comprensión
europeos. En la búsqueda de modelos que logren comprender y dar solución a las problemáticas
sociales del continente, han primado los discursos hegemónicos y europeizantes. Sin embargo, a
través del tiempo se ha evidenciado la imposibilidad de entender y responder lo “americano”
bajo los cánones europeos, en respuesta a ello, han emergido alternativas (como la expuesta en
este trabajo) que toman las particularidades locales y ofrecen propuestas y soluciones originales
y contextualizadas a las realidades continentales, que dejan en evidencia la capacidad de
creación que poseen las sociedades americanas.
Un ejemplo de ello es Simón Rodríguez, quien se constituye como el primer pedagogo crítico de
la historia de América Latina, el cual evidencia la necesidad fundamental que tiene el educador
con el compromiso político. Su práctica pedagógica, sin duda muestra el campo de disputa
política en el que se inscribe, que busca interpelar y transformar las prácticas colonialistas. El
vínculo política-educación se ve representado entonces, en las formas de organización social que
Simón Rodríguez propone, de acuerdo con los intereses o ideales específicos que dan muestra de
una postura reflexiva y crítica respecto de las prácticas educativas, escolares y sociales de los
siglos XVIII y XIX. Es decir, el componente político se ve de esta forma, representado en las
propuestas educativas y sociales que el pensador caraqueño señaló y que dan cuenta del campo
ix
de disputa en el que este se inscribe, adoptando una postura radical y diferencial con respecto a
las prácticas e idearios de la época, que le permitió pensar y crear una nueva forma de
organización, donde fuera posible una condición de vida más digna y beneficiaria a nivel
individual y social.
Como se demuestra, el pensamiento de Don Rodríguez tiene una íntima relación con la consigna
independentista y libertaria, el educador se consolidó como un insurgente que aportó a la causa
desde el pensamiento crítico y desde su capacidad inventiva y contextualizada de las necesidades
sociales emergentes de la época. El ideario de Simón Rodríguez según el análisis expuesto da
muestra de un fuerte proyecto político- educativo, que interpela las costumbres, la cultura y la
sociedad americana de la época.
Así, Simón Rodríguez se constituye como uno de los autores latinoamericanos que
históricamente han sido invisibilizados y no reconocidos por los cánones europeos, u olvidados a
través del tiempo y que han intentado con su pensamiento ofrecer alternativas políticas,
sociales, económicas y educativas a las particularidades continentales y quien se considera de
fundamental estudio, en cuanto permite el reconocimiento de la historia americana y posibilita
el reconocimiento y reivindicación de América como lugar de creación y de producción de
conocimiento.
Elaborado por: Andrés Felipe Gutiérrez Dorado y Laurie Melissa Moreno Martínez
Revisado por: Adriana Aponte Rivera
Fecha de elaboración del
Resumen: 07 06 2019
Código: FOR020GIB Versión: 01
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IV.I. Política Pág. 13
IV.II. Educación Pág. 16
IV.III. Escuela Pág. 17
IV.IV. Sociedad Pág. 18
V. Discusión Pág. 23
V.I.I. América Pág. 23
V.I.III. Rodríguez en la historia Pág. 31
V. II La propuesta político-educativa de Simón Rodríguez Pág. 40
V. III. Encuentros teóricos Pág. 57
V. IV. Sus principios en la actualidad Pág. 60
V. IV. I. Un proyecto inacabado Pág. 61
VI. Conclusiones Pág. 64
11
Introducción
Freire en su obra política y educación (1993) le atribuye un valor significativo a la
subjetividad en el acto educativo, pues considera que la experiencia configura a los hombres
como sujetos, pero, aunque la experiencia conlleva condicionamientos, estos no son
determinantes en la constitución del ser humano pues para Freire existe algo en lo humano
que le hace capaz de reflexionar más allá del propio condicionamiento. En este sentido, el ser
humano se constituye no sólo gracias a lo que le es heredado (costumbres, normas, moral)
sino también a lo que adquiere a través de diferentes situaciones de su vida que ponen en
tensión eso que piensa y cree.
La vida de Simón Rodríguez puede ser un claro ejemplo de lo que señala Freire, pues a
pesar de haber crecido y recibido educación en un contexto colonial, encuentra en esta
realidad una oportunidad de reflexión y búsqueda por la resignificación de las prácticas
educativas y sociales de su época. Su apuesta por una práctica educativa como afirmación de
la igualdad es tal vez el principio más novedoso y adelantado de su época. Las reflexiones
educativas de Simón Rodríguez demuestran un trabajo intelectual y una práctica pedagógica
que se caracteriza por la constante búsqueda de una reconfiguración de la sociedad
latinoamericana entonces caracterizada por la dominación, colonización y desigualdad.
Las consideraciones y reflexiones llevadas a cabo por Simón Rodríguez, tales como la
reforma de la escuela de primeras letras de Caracas, la propuesta de instrucción para todos en
América como principio fundamental para la consolidación y construcción de la democracia
y las verdaderas repúblicas, la propuesta de reforma económica y social en América latina, su
principio de igualdad, entre otras cosas, dan evidencia de su ejercicio político como maestro
y su búsqueda incesante por transformar las sociedades latinoamericanas por medio del
ejercicio educativo, en el que se inscriben fundamentos e ideales para su realización. En
consideración de la importancia del trabajo llevado a cabo por el pensador venezolano y los
constantes vínculos que realiza entre el ejercicio político y la educación y el alcance de sus
logros, se considera necesario rastrear dicha relación y analizar cómo el ejercicio de
vinculación de la política y la educación constituyeron el inicio de un pensamiento y
ejercicio de educación emancipadora latinoamericana.
12
En América Latina a lo largo de su historia y de forma no sistematizada o continua,
diferentes pensadores han elaborado formas de entender las sociedades y la educación en
diversos contextos y épocas. En razón de lo anterior, el presente proyecto de investigación
parte de la afirmación, de que existe una corriente o tradición de pensamiento denominada
pedagogía latinoamericana, en la que ha estado siempre presente el vínculo entre política y
educación.
Los vínculos particulares en América Latina entre política y educación, que se dejan
observar por medio del trabajo académico de algunos pensadores pertenecientes a esta parte
del continente, revelan alternativas políticas, al saber y prácticas sociales eurocéntricas 1 , en
las que se reúnen apuestas reflexivas, educativas y/o políticas liberadoras y emancipadoras
reunidas en libros o documentos cortos tales como: Nuestra América de José Martí (1891),
Mi raza (1893), La raza cósmica de José Vasconcelos (1925), La oración de la maestra de
Gabriela Mistral, La educación como práctica de libertad (1967), Pedagogía del oprimido
(1968) de Paulo Freire, entre otras.
La importancia del reconocimiento de lo que se denomina pedagogía latinoamericana,
radica en comprender el conjunto de vínculos y tradiciones teóricas y prácticas sociales que
configuran un modelo latinoamericano de educación que, si bien tiene referentes europeos, se
encuentra enmarcado por prácticas sociales y reconstrucciones teóricas que se particularizan
por las múltiples reivindicaciones comunes que ha realizado, como la expuesta a
continuación.
1 Plantea una forma de ver el mundo que se legitima constantemente a partir de ese supuesto racional, que excluye
o niega la presencia de otras manifestaciones culturales o de saber distintas a las de Europa. Méndez, J (2012).
Eurocentrismo y modernidad. Una mirada desde la filosofía Latinoamericana y el pensamiento Descolonial.
Universidad de Zulia.
13
Problematización
La historia de la educación latinoamericana durante años y hasta la actualidad no ha sido
materia de enseñanza en la formación de maestros y educadores, el desconocimiento sobre dicha
corriente de pensamiento cada vez más se agudiza y en muchas ocasiones se niega o se destacan
sólo pensadores contemporáneos, con muy poca profundidad debido a la ausente sistematización
en el pensamiento latinoamericano. No obstante, la historia deja observar a través de las obras de
educadores pertenecientes a América Latina, las influyentes reflexiones que se llevaron a cabo
sobre esta parte del continente y sobre su educación y los ejercicios y prácticas llevadas a cabo
por ellos con el ideal en su gran mayoría, de alcanzar la liberación, como principal característica.
Por lo descrito, la presente investigación busca identificar y analizar el vínculo entre
política y educación en la obra de Simón Rodríguez, intelectual perteneciente a la corriente de
pensamiento latinoamericano emancipatorio 2 . El autor es escogido, por ser este considerado
como el fundador o pionero de dicho pensamiento, el cual ve y entiende la desigualdad y la
injusticia social como oportunidad de transformación a través de la praxis educativa.
Este conocimiento pedagógico emancipador latinoamericano tiene su base en el
pensamiento del Maestro Simón Rodríguez (1769-1854) con su proyecto de educación
popular en el contexto de creación de las repúblicas en América Latina, desde su
compromiso por la causa social y por el pensamiento de una educación crítica durante el
siglo XIX y que hoy converge con la realidad de la educación latinoamericana. Así, para
los investigadores (Hurtado y Muñoz, 2015) el pensamiento pedagógico-político del
maestro Simón Rodríguez funda las bases críticas de una educación popular
latinoamericana, en la cual la revolución del pensamiento y el accionar es la expresión de
la dinámica del cambio social (Cossio, 2018, P. 14).
2 Pedagogías emancipatorias: Complejo entramado de tradiciones, enfoques, miradas, debates, proyectos
pedagógicos, lineamientos de políticas educativas y prácticas de la enseñanza que, desde una perspectiva crítica
respecto de los sistemas educativos modernos y su papel en la reproducción de las relaciones sociales, proponen o
despliegan iniciativas pedagógico-didácticas orientadas a incidir desde distintos ámbitos en lo específicamente
educativo con miras a la transformación del orden social vigente (Centro Cultural de la Cooperación FLOREAL
GORINI. IV Encuentro hacia una Pedagogía Emancipatoria en nuestra América. Ciudad de Buenos Aires).
14
Teniendo como referente la vida y obra de Simón Rodríguez educador americano del
siglo XVIII, surge la pregunta por la relación política y educación que se considera
históricamente ha existido, así como el papel político del maestro. No obstante, se sitúa la
pregunta en un período histórico específico y en un trayecto experiencial y académico, como
lo es el de Rodríguez, el cual está marcado por sucesos de gran importancia para el espacio
simbólico 3 y material
4 de América latina.
De acuerdo con los resultados que arrojan los antecedentes, se evidencia el poco
trabajo, conocimiento y enseñanza de la corriente pedagógica latinoamericana y aún más del
educador Simón Rodríguez, este fenómeno se considera problemático, en cuanto aquellos que
se forman y/o están formando para educadores desconocen las producciones,
problematizaciones y propuestas que han realizado exponentes del continente, es decir, estos
con su indiferencia, invisibilizan y banalizan su propia historia y la obra de aquellos que se
han pensado la educación en su continente, como una posibilidad para la transformación de
ese lugar simbólico y material de dependencia y marginalidad.
Si de tal forma se desconoce y no prioriza la enseñanza de la historia y los aportes de
la pedagogía latinoamericana a la educación, por nuestra experiencia es aún es más grande el
desconocimiento y el poco análisis de la obra y vida de Simón Rodríguez como educador en
la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Si bien, en las mallas curriculares de la facultad
de educación de la UPN se encuentran espacios académicos dedicados al estudio de la
educación, la pedagogía y las corrientes pedagógicas, en su desarrollo práctico no se acoge o
es escaso, el estudio de lo concerniente al pensamiento pedagógico latinoamericano y el
reconocimiento de sus exponentes.
La pertinencia de la investigación en la UPN y más específicamente en la Lic.
Psicología y pedagogía, radica en la necesidad de conocer y reivindicar en la universidad y en
las aulas el trabajo intelectual y las reflexiones en torno a la educación que se dieron por
3 Elementos simbólicos asociados a una identidad y una estética particular, (lenguaje, costumbres, representaciones,
creencias, arte). Vergara, E. (2005). Identificación de los elementos simbólicos y materiales que inciden en la
construcción de expresiones de identidad y estética asociados a la extrema pobreza en Chile. Universidad de Chile.
4 Espacio geográfico de América.
15
Simón Rodríguez. Es pertinente, además, en cuanto contribuye con su análisis a inscribir a
Simón Rodríguez y a su obra con mayor apertura al debate de la tradición pedagógica
latinoamericana y/o las pedagogías emancipadoras y permite evidenciar la existencia de otros
intelectuales latinoamericanos de la educación no contemporáneos, que han sido
fundamentales en la corriente del pensamiento emancipatorio y en la historia del continente en
la época de la colonización.
En este sentido, resulta importante la investigación ya que se enfatiza en la relación
indispensable de la educación y el educador con el compromiso político y además devela
cómo la política encargada de la organización de los hombres interviene en la escuela como
institución que educa para el proyecto de sociedad. Por otro lado, tiene implicaciones en lo
real en cuanto visibiliza la historicidad de algunas luchas en América latina que forjaron el
futuro de la misma y el modelo educativo que configuró con propósitos emancipadores, por
medio del diseño de los objetivos de la escuela.
La identificación de la relación (política- educación) en la obra de Rodríguez, es
imprescindible no solo para llevar a cabo un análisis y reflexión histórica de las condiciones
educativas, sino para pensar cómo eso opera hoy. En la actualidad el vínculo política-
educación en múltiples ocasiones se presenta difuso en lo real , pues se olvida el papel social
que cumple el maestro y la escuela en la conformación de las sociedades, sin embargo,
contrario a lo que se puede pensar, el vínculo puede llegar a ser tan íntimo que si se hace una
revisión exhaustiva a los planes estratégicos de las naciones, se puede observar que entre sus
principales preocupaciones se encuentra la educación, pues se han convencido los gobiernos,
de que esta es una de las maneras más efectivas de cumplir con las metas e ideales de
sociedad. 5
En este sentido, la investigación tiene como objetivo:
Analizar los aportes históricos de la obra de Simón Rodríguez a la comprensión de los
vínculos entre política y educación que nutren las reflexiones vigentes en las pedagogías
emancipadoras en América Latina.
Y como objetivos específicos:
Describir el contexto social, político, económico y educativo en el cual emergen
las principales reflexiones del educador Simón Rodríguez.
Abstraer a partir de las principales ideas de Simón Rodríguez, los conceptos de
educación, política y sociedad, que permitirán esbozar las relaciones existentes entre dichos
conceptos.
Evidenciar la relación educación - política en el pensamiento de Simón Rodríguez
y analizar las posibles contribuciones a las reflexiones pedagógicas en América Latina.
Metodología
La presente investigación es de enfoque hermenéutico, de tipo cualitativo y de diseño
descriptivo exploratorio. Se inscribe en un enfoque hermenéutico, con el fin de llevar a cabo
una acción interpretativa de los documentos escritos para la comprensión del vínculo política
y educación a partir de las obras de Simón Rodríguez, debido a que el autor nombrado, no
centra sus escritos en la conceptualización de categorias.
Debido al poco trabajo investigativo y a la falta de antecedentes respecto a la obra de
Simón Rodríguez y con base a las definiciones de Sampieri (2014), la presente investigación
se plantea con alcances de tipo exploratorio y descriptivo. Exploratorio en tanto se considera
que el trabajo realizado contribuirá en la construcción de un campo de saber relativamente
joven en el país como lo son los estudios en la tradición pedagógica latinoamericana y más
exactamente de Simón Rodríguez y su obra, por otra parte, es de alcance descriptivo en
cuanto se concentra en referir el fenómeno, sus variables y características. En específico la
investigación es de este tipo, en cuanto se propone estudiar la obra y los principales aspectos
de la vida de Simón Rodríguez, así como los aspectos fundamentales de su contexto histórico
a través de la lectura de textos dedicados a describir los espacios geográficos y la
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temporalidad requerida aquí y la recolección de información por medio de entrevistas, para
de esta forma relacionarlos y así, poder dar cuenta de la relación existente entre la obra
escogida y el contexto, lo cual da evidencia de las características del fenómeno social objeto
de la investigación.
Con el fin de dar cuenta del fenómeno social escogido, se hizo uso del análisis de
contenido, el cual se concibe como una herramienta metodológica cuya finalidad es la
investigación de cualidades expresivas que acogen no solo las virtualidades verbales orales y
escritas, sino a su vez expresiones gesticulares, pictóricas, musicales, entre otras.
¿Cuál es pues la diferencia entre el AC y esas otras técnicas de análisis textual? En
concreto, ¿en qué consiste ese contenido al que hace referencia la denominación
análisis de contenido? A veces no se enfatiza lo suficiente el hecho de que cuando se
habla del "contenido" de un texto -y, en general, de cualquier realidad expresiva-, a lo
que se está aludiendo en realidad, de forma un tanto paradójica, no es al texto mismo,
sino a algo en relación con lo cual el texto funciona, en cierto modo, corno
instrumento. Desde este punto de vista, el `contenido" de un texto no es algo que
estaría localizado dentro del texto en cuanto tal, sino fuera de él, en un plano distinto
en relación con el cual ese texto define y revela su sentido (Delgado & Gutiérrez,
2002, P. 179)
Lo anterior quiere decir, que el uso de esta metodología en especificidad del
documento de Simón Rodríguez y en relación con el conocimiento contextual de la época,
servirá para comprender el porqué de dichas reivindicaciones del autor se consideran políticas
y como ello da cuenta de un fenómeno social de la historia mundial. De esta forma, la
presente modalidad investigativa, hace posible un proceso intelectual en el cual se interpreta y
se analiza un documento con fines académicos, que permiten la comprensión ya sea de
patrones externos del texto o el análisis conceptual de su contenido.
Un documento según Corbetta (2007), es un material informativo sobre un fenómeno
social específico, que existe y fue producido de forma independiente de las acciones e
intenciones del investigador, no obstante, puede ser utilizado para fines investigativos. Los
modelos de documento se dividen en dos: Documentos personales (cartas, diarios,
18
comunicación, textos pedagógicos, cuentos, entre otros).
Para efectos de la presente investigación, se hizo uso de lo que Corbetta (2007)
denomina documentos institucionales. Para el análisis, se realizó principalmente lectura de
fuentes primarias, en este caso de los textos pedagógicos, libros publicados de la autoría de
Simón Rodríguez. Además, se hizo empleo de fuentes secundarias, con el objetivo de
comprender y situar el contexto social, político, cultural y económico de la época en la que
vivió el autor y analizar cómo dichos factores contextuales influyen en su obra y su
pensamiento. El uso de las dos fuentes informativas, se utilizan como fuentes indispensables e
interdependientes, ya que los dos tipos de documentos se consideran fuente valiosa de
conocimiento de la sociedad.
De acuerdo con lo anterior, para el proceso de recolección de datos, se hizo uso de dos
instrumentos: Documentos o registros escritos y entrevistas semiestructuradas. Para los
primeros se utilizaron fuentes primarias y secundarias: las primeras son entendidas como
aquellos productos que provienen directamente del autor en cuestión y respecto a las
segundas, son aquellas que contienen los relatos a través de un tercero.
Las fuentes primarias acogidas para la investigación fueron:
- Inventamos o erramos
- Reflexiones sobre los defectos que vician la Escuela de Primeras Letras de Caracas y
medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento (1794)
- El Libertador del Medio día de América y sus compañeros de armas, defendidos por un
amigo de la causa social (1830)
- Luces y virtudes sociales (1840)
- Sociedades Americanas (1842)
- Estracto sucinto de mi obra sobre la Educación Republicana (1848)
19
Finalmente, como segundo instrumento se hizo uso de entrevistas semiestructuradas,
con el fin de captar percepciones, pensamientos, experiencias y emociones de personas que
conocen o estudian a Simón Rodríguez, con el fin de identificar aspectos que sean relevantes
para la investigación y la construcción de significados respecto al fenómeno. Las dos personas
entrevistadas son maestros, el primero de nacionalidad venezolana que por dicha
característica conoce al autor en cuestión, actualmente Director de estudios generales de la
Universidad INCCA de Colombia y el segundo, egresado y docente actual de la Universidad
Pedagógica Nacional.
IV. Política y Educación: una relación interdependiente
Con el objetivo de analizar la relación política- educación en la obra de Simón
Rodríguez, el presente capítulo se propone desarrollar las categorías educación, política,
sociedad y escuela, y evidenciar las fuentes desde las que se comprenden para la investigación
en cuestión.
IV.I Política
Si se pregunta acerca de la política, es decir, si se realiza la pregunta de ¿qué es la
política?, se debe partir del hecho de comprender qué es lo político, para ello, habrá que
pensar en qué constituye a la misma, cuáles son sus conceptos propios y de donde proviene,
es decir ¿cuál es la esencia de la política?
Lo político según Carl Schmitt (1927), se conforma de una determinación y/o
antagonismo amigo-enemigo, es decir, a partir de un antagonismo propio de las sociedades
humanas, que suponen una distinción que esboza el grado de asociación o disociación de una
relación, la cual implica un otro esencialmente distinto, un extraño, como posibilidad para la
confrontación política.
Así al ser lo político, un campo de disputa entre amigo y enemigo, se convierte en
un espacio que implica el debate y la toma de decisiones entre alternativas opuestas y en
conflicto. Por lo mismo, el lugar de lo político implica exclusión, en cuanto demuestra la
20
imposibilidad del consenso y de las decisiones totalmente inclusivas de las demandas e
intereses colectivos humanos.
Lo político, es producto de las dinámicas cotidianas, en cuanto sustrae su dualismo de
las diversas formas de vida humana, de la religión, la economía, la ética u otras cosas en las
que fácilmente los grupos humanos se dividen a causa de diferencias y por las cuales crean
identidades colectivas según sus sentires e intereses, a partir de una diferencia con el Otro. En
el espacio de lo político, es por lo tanto esencial la construcción de una identidad colectiva,
que permita la emergencia de relaciones. Dicha identificación emerge a partir de la diferencia,
como precondición que permite el surgimiento de un yo y un Otro. No obstante, lo
político, como lo entiende Schmitt, implica la destrucción necesaria del enemigo y su
negación absoluta.
Por lo anterior, se retoma como base la conceptualización de Schmitt acerca de lo
político, pero se continúa con la acepción que realiza Mouffe (2007), del mismo concepto.
Mouffe, de esta forma, argumenta cómo lo político tiene la necesidad de llevarse a
cabo como una confrontación política agonista entre adversarios y no entre enemigos, con
un dualismo nosotros ellos y no amigo enemigo de la cual emerge la relación
conflictiva y la idea de destrucción necesaria del otro.
Así, la confrontación agonista permite en lo político, que las partes en disputa
reconozcan que no hay solución racional para el conflicto y sean convincentes de la
imposibilidad de erradicar la dimensión conflictual de la vida social, pero que, sin embargo,
existe la legitimidad de los oponentes y de sus ideales alternativos, lo cual favorece en disenso
de forma pacífica en la política. Dicho sistema agonista, explica Mouffe, es posible por el rol
del sistema parlamentario quien permite la transformación del antagonismo en agonismo y
pone en evidencia la importancia del pluralismo democrático y de los afectos que se
encuentran en el origen de las decisiones colectivas y sus formas de identificación.
La movilización requiere la politización, pero la politización no puede existir sin la
producción de una representación conflictiva del mundo, que incluya campos opuestos
con los cuales la gente se pueda identificar, permitiendo de ese modo que las pasiones
21
se movilicen políticamente dentro del espectro del proceso democrático (Mouffe,
2007. P. 31).
Como se ha descrito, Mouffe comprende la política desde un enfoque agonista, dicho
enfoque está inspirado en la comprensión de la política desde lo real, es decir, desde lo que
sucede, de lo práctico y no de lo filosófico o de lo que debería ser. De esta manera se hace
posible comprender el por qué para ella la política no es consenso y reconciliación, pues el
hombre no debe mirarse de una manera ideal, donde priman la bondad y la razón, sino más
bien hay que verlo como un hombre real, que tiene pasiones y decide a partir de dicha
precondición.
El agonismo político, de esta forma, tiene como objetivo hacer legítimo el pluralismo
en las sociedades, es necesario que el conflicto se exprese, es decir, que emerjan y se
construyan identidades colectivas, en torno a posiciones bien diferenciadas y estas se
respeten, para que la ciudadanía tenga la posibilidad de elegir entre alternativas diversas. Lo
anterior, demuestra que la realidad social y la política implican necesariamente relaciones de
poder. De esta forma, la política democrática no busca erradicar el poder, sino multiplicar los
espacios en que el poder esté presente, para la participación. Así, lo político, es un espacio de
poder, conflicto y antagonismo y de acuerdo a su perspectiva, comprende a la política como
un conjunto de prácticas e instituciones a través de las cuales se crea un determinado orden,
organizando la coexistencia humana en el contexto de la conflictividad derivada de lo
político (Mouffe, 2007, P. 16).
La política de esta forma, tiene como propósito establecer un orden, organizar la
coexistencia humana en condiciones que son siempre conflictivas, pues están atravesadas por
lo político, es por ello que consiste siempre en domesticar la hostilidad y en tratar de
neutralizar el antagonismo potencial que acompaña toda construcción de identidades
colectivas, de esta forma, la política democrática tiene como objetivo movilizar y hacer
visibles las pasiones e identidades colectivas, como dispositivos agonísticos que favorezcan el
pluralismo y la participación.
22
Según Immanuel Kant (1904), la educación es un hecho que solo puede ser atribuido
al hombre, pues es un proceso mediante el cual se busca alcanzar el perfeccionamiento de
este, el cual se logra a través de la acción orientadora de una generación a otra. En este
sentido, la educación se entenderá en la presente investigación, como un hecho formativo, que
requiere la necesaria presencia de una generación adulta que ejerza acciones sobre las
generaciones más jóvenes, las cuales no han alcanzado el grado de madurez y el conjunto de
saberes necesarios para la vida social.
La educación según Kant (1904) se entiende como el resultado de tres procesos: El
cuidado, la disciplina y la instrucción. El primero, comprendido como todo proceso de
manutención que garantice al hombre protección, el segundo, como la fuerza necesaria para
convertir la animalidad en humanidad, por medio de la coacción social que se le impone a
todo individuo a través de la razón y las leyes y la tercera como aquel curso en el que el
hombre adquiere habilidades y desarrolla sus disposiciones naturales, para su
perfeccionamiento. El resultado de estos los tres procesos nombrados por Kant, es lo que
constituye una educación propicia para el bien social y el logro de un estado mejor.
Ahora bien, estas acciones y prácticas ejercidas de una generación a otra se encuentran
enmarcadas en un espacio, lugar y tiempo que determinan las formas de llevarlas a cabo, los
procesos y los fines de estas. Es decir que la educación en una sociedad lugar y temporalidad
determinada, es un conjunto de ideales, reflexiones, prácticas, maneras de proceder,
costumbres y normas que se interrelacionan intencionalmente en razón de responder a las
necesidades y la formación de seres eminentemente sociales.
Las prácticas educacionales no son hechos aislados los unos de los otros, sino que por
una misma sociedad, están ligados en un mismo fin: y éste es el sistema de educación
propio de ese país y de esa época. Cada pueblo tiene el suyo, al igual que tiene su
sistema moral, religioso, económico (Durkheim, 1975, P. 77).
La educación en este sentido es la encargada de formar e introducir a los más jóvenes
a la vida social de forma constante y general, es decir que tiene como fin la socialización del
niño respecto a las costumbres, ideal, reglas, normas y tradiciones de la sociedad particular en
la que se encuentran.
IV.III. Escuela
El siglo XIX y el XX dio emergencia a un fenómeno a escala mundial, en el cual se
expandió la escuela y se consolidó como forma educativa hegemónica, desde entonces la
escuela se proyectó como una institución disciplinadora y hacedora del progreso social,
debido a lo anterior, todos los triunfos o fracasos de la esfera pública, fueron desde entonces
atribuidos a su labor.
De acuerdo con lo descrito, la escuela es considerada una institución producto de la
modernidad, encargada de diferentes efectos sociales. La institución escolar ha tenido
múltiples lecturas o comprensiones, para algunos es un dispositivo de generación de
ciudadanos, de proletarios, de inculcación ideológica o de formación de movimientos para la
liberación, no obstante, pese a la no unánime forma de comprenderla, la escuela se ha
constituido históricamente como un triunfo social, en cuanto desarrolla procesos educativos,
culturales y sociales. Durante el periodo de la hegemonía educativa escolar se alcanzaron
nuevos modelos sociales, se erigieron nuevos sistemas políticos y económicos se impusieron
nuevas jerarquías culturales, y todas estas modificaciones terminaron optando por la escuela
como forma educativa privilegiada (Pineau. 2001, P. 29).
Así, la escuela como producto de la modernidad, se consolidó como institución
privilegiada y de mayor difusión de la cultura, de área privada, con espacios y tiempos
definidos aptos para la enseñanza, poseedora de prácticas educativas calificadas y de saberes
específicos, con agentes educativos inmodificables (educador-educando) con roles
jerarquizados y métodos aptos para la enseñanza.
La escuela, además, es un establecimiento que hace parte de un todo, llamado sistema
educativo, el cual determina las líneas conductoras del proceso educativo y a su vez, la
escuela como entidad individual también regula sus dinámicas, en otras palabras, la escuela es
una institución que se regula a través de directrices externas e internas y que tiene como
objetivo expandir un saber o prácticas reguladas y caracterizadas por un fin social.
Por otro lado, la escuela fue caracterizada por educar específicamente a lo que la
modernidad denominó infancia, con el objetivo de educar a los mismos en función de
24
volverlos adultos. La infancia fue comprendida entonces, como una etapa humana de
incompletud y la escuela como un lugar apto para llevar a cabo la tarea formativa que
perfeccionaría la infancia.
De esta forma, la escuela es una construcción social e histórica, que ha respondido a
unas dinámicas específicas y situadas contextual y temporalmente y que como refiere Hannah
Arendt (2016), es la institución mediadora entre el campo privado del hogar y el mundo, es
decir, es el establecimiento que permite el tránsito de la familia al mundo y le permite al niño
conocer la sociedad, la cultura, etc.
El ilustrado siglo XVIII – sirvan como ejemplos, además de Kant, los planteos de
Locke, Condorcet, Voltaire y Rousseau- avanzó en la construcción de la escuela como
forma educativa moderna por excelencia. Comprendió a la educación como el
fenómeno esencialmente humano piedra de toque del cambio social y de los
procesos de superación o progreso individual y colectivo, y reafirmó a la infancia
como el período etario educativo por antonomasia (Pineau, 2001, P. 42)
De esta forma y como afirma Pineau. (S.F) en su artículo Escolarización y subjetividad
moderna, la escuela fue una construcción moderna, constructora de modernidad, la cual tiene
como objetivo que los sujetos aprendan a actuar sobre el mundo en articulación con las
directrices de otras instituciones como el Estado, la familia, el hospital y la fábrica. (Pineau,
P. 1).
IV.IV. Sociedad
La categoría de sociedad que se va a tomar aquí se retoma desde el pensamiento de
Spencer (2004), el cual reconoce a la sociedad como un conjunto de individuos organizados
de forma permanente y prolongada en el tiempo. La sociedad se va a entender, por lo tanto,
como una entidad formada por unidades, es decir por individuos, que conforman relaciones
necesarias para la constitución de un conjunto concreto. Esto quiere decir, que la sociedad se
compone de un grupo de individualidades que establecen relaciones de permanencia, dicha
permanencia de los vínculos es lo que hace de la sociedad una entidad. Por otro lado, se
considera desde esta perspectiva la sociedad como un organismo creciente de masa.
25
El crecimiento social como característica propia de la sociedades, se prolonga y logra
la emergencia de divisiones; a medida que la población aumenta, las divisiones se convierten
en un factor numeroso y por lo mismo, las subdivisiones, lo que provoca un factor de
diferenciación en el cuerpo social de estructuras de clase y funciones de trabajo, ésta última,
la división del trabajo es lo que constituirá a la sociedad como un conjunto viviente como lo
nombra Spencer (2004), por lo tanto de mutua dependencia de las partes que la componen.
El proceso cooperativo o interdependiente necesario para la vida en sociedad, requiere
de la influencia coherente sobre el cuerpo social a través de un lenguaje emocional o racional
que promueva entre las partes un mutuo acuerdo u organización que los haga sensibles a la
comprensión de la mutua dependencia.
Otra característica de la sociedad tomada aquí es su carácter permanente e inacabable,
pues el ente social como conjunto, demuestra una continuidad de duración que excede el
tiempo de vida de los sujetos que la constituyen y prolonga su integralidad con la emergencia
de nuevos seres sociales.
El carácter permanente de la sociedad se explica desde el razonamiento de Baruch
Spinoza, ya que la sociedad está conformada por el cuerpo íntegro del Estado, en otras
palabras, por los ciudadanos, en este sentido, la sociedad como entidad no es cualquier
conjunto de seres humanos, sino un grupo organizado y consolidado como Estado político. En
consecuencia, la sociedad no es solo un conjunto de hombres en constante relación e
interdependencia, sino una entidad de gobierno organizada. La función de medio, constituye
la sociedad civil, en cuanto gobierno organizado, que ayuda a los hombres todavía sometidos
a las pasiones, a que hagan libremente lo mejor (Spinoza, 1677. P. 16)
IV.V. El vínculo
Una de las principales categorías que acoge la investigación, es la de educación, la
cual, según Émile Durkheim (1979), es un hecho eminentemente social, que se ejerce por las
generaciones adultas sobre las más jóvenes con el fin de conducir a estos a alcanzar la
madurez necesaria para desenvolverse en una vida social determinada, de esta forma, la
educación es un hecho que desarrolla en los niños diferentes capacidades físicas e
intelectuales bajo el flujo de ideales y sentimientos colectivos.
26
cada sociedad se forja un determinado ideal de hombre. Pero es necesariamente ese
ideal <<el que viene a ser el polo de la educación>>. Para cada sociedad, la educación
es <<el medio a través del cual prepara en lo más recóndito de los niños las
condiciones esenciales de su propia existencia>>. (Durkheim, 1975, P. 12)
Así, al ser la educación una socialización, es que se construyen y constituyen tópicos
que hacen a los individuos conformar sociedades o grupos y les permite unirse como una
parte integrante, en tanto los hace compartir creencias, opiniones, prácticas, hábitos,
tradiciones nacionales, entre otras cosas, que se heredan generacionalmente. Todas estas, las
considera Durkheim (1975) entes sociales, los cuales han hecho posible que el hombre sea
hombre y salga de la animalidad.
Dicha sociabilidad de la que se argumenta ha sido adquirida por la unión de los
hombres y se ha mantenido por su razón de ser, la cual, es la educación, pues ésta última se
impone a los individuos de forma irresistible y hace a todos vivir en armonía, es decir, que el
ente educacional constituido es de esta forma regulador y genera resistencia al cambio.
De esta forma, en una sociedad, el acto educativo en un lugar y temporalidad
determinada, es un conjunto de ideales, reflexiones, prácticas, maneras de proceder,
costumbres y normas que se interrelacionan intencionalmente en razón de responder a las
necesidades y la formación de seres sociales, de forma que, las prácticas educacionales de
cualquier especie no se consideran como hechos aislados, sino por el contrario como hechos
orientados a un mismo fin, el cual es el sistema educativo específico de aquel espacio, Cada
pueblo tiene el suyo, al igual que tiene su sistema moral, religioso, económico. (Durkheim,
1975, P. 77).
En razón de lo descrito, es evidente el vínculo inquebrantable que existe entre
sociedad y educación, como ya se ha expuesto anteriormente la educación ha sido a lo largo
del tiempo el medio por excelencia encargado de la formación de los hombres según el ideal
social de la época, en este sentido, la educación ha formado a lo largo de la historia un sujeto
en conformidad con las demandas sociales.
27
No existe en el hombre ninguna predisposición que le incline hacia la vida en sociedad
como lo nombra Émile Durkheim en su obra Educación y sociología y Baruch Spinoza en El
tratado político. Spinoza (1677), argumenta que los hombres por naturaleza están sometidos a
las pasiones o lo que él nombra como afectos y por lo tanto, es la pasión la que guía sus
acciones, no obstante por el fin último de la especie humana, el cual es la conservación, es
que los hombres se unen.
Los hombres están sin excepción, sometidos a los afectos, como lo son el amor, la ira,
la misericordia, el odio, entre otros y por lo mismo desean que todos vivan según su criterio,
oprimiéndose unos a otros, no obstante, teniendo naturalmente todos los hombres la misma
condición, la razón tiene como objeto y particularidad humana primar en dicha mediación con
el fin de moderar los afectos a los que está el sujeto predispuesto, haciendo que los mismos se
unan por costumbres y formen así el cuerpo o Estado político.
En razón de lo descrito, aunque el hombre no está predispuesto a la vida en sociedad,
es un ser social, en cuanto conforma comunidades que de acuerdo con un común sentir
dirigen sus acciones encaminadas a la conservación y a la utilidad de cada uno de sus
integrantes, de acuerdo a ello, conforman leyes, normas, formas de ser y ver el mundo,
anhelos, derechos y deberes, dando a los hombres motivos que impulsan su mismo fin.
Unión de fuerzas en una especie de cuerpo colectivo y pacto o compromiso forme de someter
el apetito a la razón significan el paso del estado natural al estado político (Spinoza, 1677,
P. 26).
Una vez alcanzado el Estado político como lo nombra Spinoza, es que inicia la
constitución del Estado, lo cual se denomina política y por medio de ella los hombres dejan de
vivir según su propio criterio y ceden su voluntad a la voluntad de todos. De esta forma se da
el inicio del Estado político, por medio de lo que Rousseau (1762) denomina, el contrato
social, el cual es un pacto por el cual los individuos trabajan conjuntamente por la
conservación misma y por sus bienes, someten su deseo a la razón y realizan de esa forma un
paso del estado natural al estado político, dicho contrato explican Rousseau (1762) y Spinoza
(1677), de ninguna forma se enuncia formalmente, es un compromiso que emerge como
28
fuerza y que se dirige a todos con igualdad de condiciones, por lo mismo es un contrato
reconocido y admitido por todos.
Como se ha explicado, la política es según Spinoza (1677) la constitución de cualquier
Estado y el cuerpo íntegro del Estado es denominado sociedad. Según el autor, la política nace
entre los hombres, completamente fuera del hombre, ésta surge entre y se establece como
relación, por lo mismo, representa un mecanismo para establecer un orden y constituir un
modelo de hombre, en otras palabras, un ciudadano.
De esta forma, se teje un vínculo interdependiente, de la siguiente forma: Política-
Estado, Estado- sociedad, Sociedad – Educación.
Así la política al intervenir en el cuerpo íntegro del Estado, es decir en la sociedad, con
el fin de establecer un orden y constituir un cuerpo social específico, interviene directamente
en los fines educativos, pues refleja los deseos, necesidades y demandas sociales que esperan
que esta tenga en cuenta para la formación de sujetos, en razón de lo anterior, y por lo mismo
es vigente la relación política y educación.
VII. Discusión
V.I.I América
América tras el proceso de conquista y colonización europea, ha sufrido diversos
cambios a nivel, social, cultural, político y económico, únicos en el mundo.
El descubrimiento de América, o mejor el de los americanos, es sin duda el encuentro
más asombroso de nuestra historia. En el descubrimiento de los demás continentes y
de los demás hombres no existe realmente ese sentimiento de extrañeza radical: Los
europeos nunca ignoraron por completo la existencia de África o de la India, o de
China, su recuerdo esta ya siempre presente desde sus orígenes (Todorov, 1987, P.
14).
29
Dichos cambios en la estructura social, son la causa de una marca cultural perdurable
en el tiempo y significativamente vinculada a la violencia, que ha tenido que vivir América
desde la invasión de la cual fue objeto. Tras la llegada de los colonos provenientes de España
y Portugal, principalmente, en busca de la obtención de territorios americanos, de materia
prima y nuevas rutas comerciales, se produjo un proceso de asentamiento, en el que los
europeos instauraron un poder político en el territorio americano y se denominaron como,
fuerza hegemónica.
Dicho asentamiento, tuvo como resultado en América central y del sur, la explotación
de recursos naturales, comercio de seres humanos, esclavitud, diferenciación y denigración
racial, desplazamiento masivo de poblaciones, expropiación de la cultura, las costumbres, los
hábitos, prohibición de lenguas nativas, imposición de regímenes políticos, económicos,
religiosos y en general la extensión de la cultura Europa, mayoritariamente del imperio
español, a manos de los colonos.
La violencia que marco a América del sur desde entonces, y las formas de
subordinación a las que fueron sometidos los habitantes del continente, fue en razón de su
diferencia cultural y racial principalmente. Dicha diferencia fue marcada desde el lugar del
poder dominante o hegemónico, en el que se instauraron las jerarquías y clasificaciones
sociales, que ubicaron continuamente a los americanos en un lugar de otredad inferior con
respecto a los sectores dominantes.
La formación de relaciones sociales fundadas en dicha idea, produjo en América
identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos y redefinió otras.
Así términos como español y portugués, más tarde europeo, que hasta entonces
indicaban solamente procedencia geográfica o país de origen, desde entonces cobraron
también, en referencia a las nuevas identidades, una connotación racial. Y en la
medida en que las relaciones sociales que estaban configurándose eran relaciones de
dominación, tales identidades fueron asociadas a las jerarquías, lugares y roles sociales
correspondientes, como constitutivas de ellas y, en consecuencia, al patrón de
dominación colonial que se imponía (Quijano, 2000, P. 202).
30
De esta forma, la idea de la raza otorgó a los colonizadores legitimidad y bajo esta
premisa, justificaron la dominación impuesta. Una vez conquistado y colonizado el territorio
americano, se constituyó en Europa una nueva identidad y con ello una perspectiva
eurocéntrica que privilegió como nombra Quijano (2000) la elaboración teórica de la idea de
raza como naturalización de esas relaciones coloniales de dominación entre europeos y no-
europeos y además aportó a la naturalización de las relaciones de superioridad e inferioridad,
entre dominados y dominantes.
Así, características como la raza y la cultura, se convirtieron en criterio fundamental
para la distribución de roles y labores en la nueva estructura social, que se estaba gestando en
América, lo que dio paso a la esclavitud, a la llamada servidumbre, y a todos los trabajos no
asalariados a los que fueron sometidas las razas inferiores y que desembocaron en masacres
de grupos raciales, por la explotación indiscriminada de los referidos colectivos humanos.
Dicha distribución racista del trabajo, como lo demuestra la historia, se mantuvo hasta el final
del período colonial en América, no obstante, esa diferenciación racial en la esfera social se
expandió en el mundo entero.
La sociedad americana constituida entonces, por diferentes grupos raciales, con
diferentes privilegios, ocupación laboral y poder económico, transformó a América en el siglo
XVII y XVIII en un lugar de estratificación social, similar al carácter estamental español,
donde se dividieron los individuos en función de su riqueza, el color o la raza y su fisionomía,
dando así emergencia a las castas en el continente.
Durante el periodo colonial la iglesia católica se constituyó como una institución
poderosa, ya que ésta era responsable de la evangelización de la población en general, es decir
de la educación y la enseñanza y además porque la misma poseía poder territorial y con ello
una fortuna en razón de los terrenos americanos.
De esta forma, la sociedad americana se consolidó como desigual y piramidal; las
minorías (españoles y la iglesia católica) se fortalecieron en los cargos más importantes a
nivel social de la administración política y eclesiástica y las mayorías entre los que se
encontraban africanos, indígenas, mestizos, etc, se les atribuyó lugares jerarquizados en la
esfera social más baja. En la estratificación ya nombrada para la época, también emerge otra
31
clase social que se sitúa en el medio de las descritas, ésta es la de los criollos quienes gozaron
de una posición considerable en comparación con los colectivos no españoles y que fueron de
gran utilidad en el desarrollo de la economía.
Así, la jerarquización de la esfera social más baja fue de la siguiente forma: primero
los grupos raciales producto de la mezcla entre españoles e indígenas, españoles y africados y
africanos e indígenas, segundo los indígenas y finalmente el grupo más bajo en la pirámide
social, los esclavos traídos de África.
Según el grupo racial o su denominación, mulatos, mestizos o zambos, los mismos
desempeñaban una labor, como la artesanía o el trabajo doméstico, los indígenas por su lado,
estuvieron sometidos al régimen de la encomienda y los Africanos sometidos a la esclavitud.
Lo descrito, es evidencia de cómo a partir de la expansión de la dominación colonial,
se forma en América una identidad social a partir del pensamiento eurocéntrico, que, si bien
se fundó en el contexto ya nombrado, transcendió sus fronteras y ha marcado a lo largo de la
historia la identidad latinoamericana, con respecto a las relaciones de dominación.
El poder colonial, como se ha descrito ha degradado e intentado borrar desde la
invasión al continente hasta la actualidad, el poder y las estructuras económicas, los
descubrimientos de los nativos, sus saberes, expresiones culturales, sociales y sus rasgos
fenotípicos. Ello es evidencia, de cómo desde la perspectiva europea, se funda una identidad
del continente, en cuanto se trazan rasgos de subordinación.
Europa no solamente tenía el control del mercado mundial, sino que pudo imponer su
dominio colonial sobre todas las regiones y poblaciones del planeta, incorporándolas
al sistema mundo que así se constituía, y a su específico patrón de poder. Para tales
regiones y poblaciones, eso implicó un proceso de re-identificación histórica, pues
desde Europa les fueron atribuidas nuevas identidades geoculturales. De ese modo,
después de América y de Europa, fueron establecidas África, Asia y eventualmente
Oceanía. En la producción de esas nuevas identidades, la colonialidad del nuevo
patrón de poder fue, sin duda, una de las más activas determinaciones (Quijano, 2000,
P. 209).
32
Si bien, existían hombres en América una vez, esta fue descubierta o en otras
palabras invadida, los colonos reconocieron la presencia de los mismos, no obstante,
ignoraron todo acerca de su existencia en el mundo y proyectaron en ellos, los recién
descubiertos, rasgos, costumbres e ideas de otras poblaciones, en conclusión, de los
europeos. Se les forzó a aprender la cultura de los dominadores, en aspectos tales como: La
tecnología, las costumbres y la religiosidad judeocristiana.
De esta forma múltiples y heterogéneas culturas se reunieron en la única idea y orden
de mundo que había sido construida por Europa, así bajo la hegemonía occidental, se insertó
el control en la cultura, el trabajo, el conocimiento y las formas de producción del mismo.
Por lo tanto, los americanos fueron despojados de sus patrones de producción de
sentidos, de orden simbólico, de expresión y de estructuras subjetivas, la cual es considerada
la represión más violenta, en cuanto no solo despojaron a los habitantes de sus formas de
comprender el mundo y actuar sobre él, sino que además se les impuso otra cultura
convirtiéndolos así, en campesinos iletrados, despojados de su herencia intelectual.
En consecuencia, los europeos dominadores, se constituyeron y nombraron a sí
mismos como superiores, blancos y su territorio como centro del nuevo y moderno mundo, en
que emerge la idea del etnocentrismo, la cual fue posible fundamentalmente, por la
clasificación racial que se inició en América y se distribuyó en todo el globo terráqueo, lo que
produjo que los europeos se sintieran naturalmente superiores. En razón de ello, crearon una
perspectiva temporal de la historia y ubicaron a los pueblos colonizados, en el pasado de la
trayectoria histórica, por ser considerados inferiores y por ende anteriores a los europeos.
La modernidad y la racionalidad fueron imaginadas como experiencias y productos
exclusivamente europeos. Desde ese punto de vista, las relaciones intersubjetivas y
culturales entre Europa, es decir Europa Occidental, y el resto del mundo, fueron
codificadas en un juego entero de nuevas categorías: Oriente-Occidente, primitivo-
civilizado, mágico/mítico-científico, irracional-racional, tradicional-moderno. En
suma, Europa y no-Europa. Incluso así, la única categoría con el debido honor de ser
reconocida como el Otro de Europa u Occidente, fue Oriente. No los indios de
33
América, tampoco los negros del África. Estos eran simplemente primitivos
(Quijano, 2000, P. 211)
Ello tuvo como resultado una colonización de las perspectivas cognitivas, de los
modos de producir conocimiento, de las formas de objetivar la experiencia y otorgar sentido a
la subjetividad del mundo, lo que despojó totalmente al resto de la población mundial de la
legitimidad y las formas de producción de saber. Eventualmente, Europa occidental creció y
se desarrolló rápidamente en comparación al resto del mundo, a raíz de la expropiación y
explotación principalmente del continente americano.
V.I.II Europa en los siglos XVIII y XIX
La Europa de este siglo se caracterizó por su poca evolución, las personas daban aún
por sentado (como en el siglo anterior) que eran inevitables las distinciones sociales
profundas, tan solo una poca minoría educada entendía que las sociedades son obra del
hombre y no de Dios.
Este carácter conservador, puede explicarse debido al hecho de que en esta sociedad
estaba dividida en pequeños grupos muy cerrados: parroquias, gremios, comunidades
agrícolas y municipalidades. De esta manera estas pequeñas sociedades poseían un grado de
autonomía considerable respecto a sus esferas de actividad y podían influir directamente en la
vida del hombre común, era tal la incidencia que incluso eran capaces de soportar grandes
cambios políticos sin perder sus tradiciones.
La idea de que todos los ciudadanos de un Estado debían ser iguales ante los ojos de la
ley y que deberían gozar de los mismos derechos y estar sujetos a las mismas
obligaciones seguía siendo una idea extraña y frecuentemente mal acogida en Europa
(Anderson, 1995, P. 77)
Así pues, las pequeñas organizaciones eran la base de la sociedad y aunque la cantidad
de diferencias culturales entre países presentaban particularidades, compartían su carácter de
ser sociedades dominadas por los hombres, también de ser sociedades agrarias y donde la
34
propiedad de tierras confería poder social y político. Por esta razón las ciudades carecieron de
importancia durante la mayor parte de este siglo.
Durante la segunda mitad del siglo, Europa sufre un crecimiento poblacional
considerable, ciudades como Londres y Ámsterdam alcanzaron una taza de población nunca
antes vista y es precisamente en las ciudades donde se empieza a desarrollar la clase media
comercial, industrial y profesional, este crecimiento es tal vez el acontecimiento social más
importante de esta época, pues empiezan a generarse inconformidades en las ciudades frente
al dominio oligárquico.
En 1780 la revolución industrial muestra al continente un nuevo tipo de organización
industrial que dependía del trabajo de obreros estrictamente vigilados y disciplinados a los
que se agrupaba en grandes fábricas, donde se utilizaba maquinaria costosa (Anderson, 1995,
P. 104) Curiosamente el comercio colonial, la banca, las finanzas, las ideas económicas y la
industria solo fueron desarrollos en algunas partes de Europa occidental, pues en la mayoría
de los países, continuaba el predominio agrícola, la poca importancia en las ciudades, la
escases de capital, la pobreza de las comunicaciones y la lenta difusión del conocimiento
técnico.
La estructura social y económica europea fue estable en su transición del siglo XVII al
siglo XVIII e incluso durante el trascurso de este siglo no fue notorio un cambio considerable
en estos aspectos, más bien, se caracterizó por su cambio lento, geográficamente desigual y
resistido por tradiciones poderosas. Sin embargo, las fuerzas de cambio se hicieron cada vez
más poderosas conforme se acercaba el fin del siglo.
En la mayor parte de Europa, todavía vivían los hombres en un mundo económico y
social dominado por el pasado. Estaba cambiando. Pero aun después el cataclismo de
la revolución francesa, los cambios fueron lentos en la mayor parte el continente; antes
de 1789 eran aún más lentos e imperceptible para muchos europeos (Anderson, 1995,
P. 131).
35
Es en el flujo de ideas y en el crecimiento de la vía intelectual donde se puede
evidenciar un rápido desarrollo en la Europa del siglo XVIII. Este crecimiento intelectual
junto con el lento cambio social y económico se aceleró a partir de 1750.
El cambio más obvio fue el de las ciencias físicas y aunque no existió ningún
científico de la talla de Galileo o Newton, el crecimiento del interés por las ciencias físicas
aumentaba rápidamente, el intercambio de ideas y el aumento de especialistas en las ciencias
físicas hacia surgir la idea de que el interés por las ciencias físicas era parte del acervo
intelectual del hombre común.
El desarrollo de la física newtoniana y su capacidad para explicar fenómenos físicos
género una nueva confianza en la capacidad del hombre para entender y dominar su propio
medio ambiente y una nueva fe en el poder de la razón para penetrar en los misterios del
universo.
En contraste con el crecimiento de las ciencias físicas, las demás ciencias no
avanzaron de la misma manera, la biología y la química tuvieron pocos logros y la influencia
indirecta del pensamiento newtoniano afecto las ideas políticas pues se suponía que el mundo
social y político se podían entender de la misma manera que el físico. Es decir, por reglas
generales válidas para todos los lugares y tiempos e inherentes a todas las sociedades
humanas.
A pesar de este contexto los pensadores como Kant y Hume se mostraron escépticos a
esta concepción de los poderes ilimitados de la razón. Montesquieu y su interés por los
problemas prácticos del gobierno fue uno de los intelectuales con más alcance. Rousseau por
su parte, tampoco encajaba en este panorama y como muchos de los pensadores de su época
no solo escribió sobre política, ni era ese su tema principal, todos sus escritos eran producto
de su personalidad, no se interesó en el estudio de la historia y el trabajo de instituciones
existentes, sino en la búsqueda de su utopía y deseo de una sociedad perfecta e igualitaria.
De igual manera, algunos intelectuales empezaron a cuestionar la creencia religiosa y
su fuerte incidencia en la política y la vida social de las personas. Sin embargo, estas ideas no
eran fácilmente aceptadas ni difundidas, las creencias y tradiciones estaban fuertemente
36
arraigadas. Aun así, en este momento empiezan a brotar esas semillas e ideas que luego
cuestionaran con más fuerza e impacto social la vida europea.
Un aspecto curioso es que las universidades, y las sociedades académicas ilustradas no
desempeñaron un papel significativo en la vida intelectual e incluso su carácter conservador
demostraba un fuerte apego a su tradición y el desinterés por la difusión de las nuevas ideas
que empezaban a surgir. Es una época que no produjo historia, debido al desprecio con el que
era vista la edad media.
Para final de este siglo, un acontecimiento estremeció toda Europa: Francia venía
sufriendo desde el reinado de Luis XV un declive económico y financiero, situación que en
1788 y 1789 empeora. Las malas cosechas elevaron el precio del pan, los pobres morían de
hambre, las quejas aumentaban y junto con una tormenta de granizo que acabó con personas,
animales y campos, aumentaba considerablemente la tensión y la inconformidad del pueblo
francés.
Debido a este pesado ambiente social, se llevan a cabo una serie de eventos que tienen
un gran eco a nivel mundial, entre los principales se encuentran: el catorce de julio de 1789 es
tomada la bastilla por el pueblo de París, el cuatro de agosto del mismo año, la asamblea
nacional decreta la abolición del feudalismo y de todos los privilegios que ello contraía y el
veintiséis del mismo mes, se declaran los derechos del hombre y del ciudadano.
La resonancia de estos acontecimientos y su trascendencia a nivel mundial no tienen
que ver con la novedad, ya que, en países como Suiza, Holanda e incluso en el continente
americano se han cuestionado los regímenes monárquicos. Lo verdaderamente trascendental
era su carácter universal, pues no definen los derechos de los nuevos ciudadanos franceses
sino los derechos del hombre y al hacerlo se hacen realidad los deseos de las elites ilustradas
del siglo XVIII: La revolución francesa.
V.II. Simón Rodríguez en la historia
Simón Rodríguez nace el 28 de Mayo de 1771 en la ciudad de Caracas. Para ese
entonces América ha venido sufriendo por años un proceso de colonización sistemático por
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parte de los europeos, este duro proceso de colonización tiene como producto una marcada
estratificación social en América, para efectos del presente trabajo se toma como referencia la
ciudad de Caracas la cual da evidencia de las brechas clasistas y desigualdades vividas en la
época. Según Rumanzo (2006) para mediados de los ochenta del siglo XVIII en Caracas la
población se repartía de la siguiente manera: Blancos peninsulares y canarios y blancos
criollos 20.3%; Pardos, negros libres y manumisos y negros esclavos 61.3% y por último,
negros y marrones, indios tributarios y no tributarios y población indígena marginal 18.4%.
José Gil Fortoul citado por Rumazo afirma que:
Para los venezolanos no había garantías individuales ni derechos políticos. La
esclavitud dominaba el panorama de hondas e irritantes desigualdades; las diferencias
eran tantas que a veces parecía haber aquí una sociedad de castas, otra de estamentos y
otra de clases, todo a la vez. (Rumazo, 2006, P. 9).
Éste es el panorama que se dibuja en la tierra natal de Simón Rodríguez, una Caracas
donde prevalecía la esclavitud y la desigualdad y serán más adelante estas injusticias sociales
fundamento para su práctica pedagógica y su pensamiento.
En caracas para la época de don Simón Rodríguez existían tres escuelas: una adscrita a
la Universidad, la segunda era parte del convento de San Francisco y la Escuela pública,
fundada en la segunda mitad del siglo XVI, en las cuales se enseñaba lo mismo. Lo
interesante acá es que mientras España muestra al mundo europeo la literatura del siglo de
Oro español, en América el criterio educativo era rudimentario, ello con el fin, se especula, de
que en la colonia no se ilustraran con el fin de prever en la edad más maleable del hombre,
alguna causa que lo hiciera salir de su estado de alienación.
En 1778, sucede un acontecimiento que será de gran influencia en los pensadores
americanos pues la Real corona española se ve obligada a decretar una especie de libre
comercio:
Los vasallos del rey -Carlos III entonces- podían en adelante, comerciar sin cortapisas
oficiales con especies varias de mercancías nacionales y extranjeras, exceptuados sólo
los vinos y licores. No se hizo referencia especial a los libros, por hallarse éstos
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severamente censurados en la Península. Y libros -excelente acicate la prohibición-
empezaron a llegar en abundancia (ya habían sido introducidos muchos, desde antes,
como contrabando). No sólo los editados en España, sino también los otros, los
franceses, clandestinos en la propia zona peninsular y circulantes allá en buen número
en forma secreta (Rumazo, 2006, P. 11).
Este acontecimiento tiene como producto el ensanchamiento intelectual de los
americanos 6 pues empiezan a acceder más fácilmente al conocimiento europeo y por supuesto
Simón Rodríguez aprenderá de ellos y he aquí una de sus grandes virtudes: la voluntad, pues
siempre estuvo presente en él su gran pasión por saber y por aprender lo que no le fue
enseñado en la escuela ni por su tío.
Según Rumazo (2006) por deducción, se cree que Simón Rodríguez en sus años de
juventud y pubertad fue admitido como ayudante del educador Guillermo Pelgrón, quien era
maestro de primeras letras, latinidad y elocuencia, por lo anterior, años después el maestro
Pelgrón lo conduciría al cabildo para que le concedieran la dirección de la Escuela Municipal.
Luego, el 23 de Mayo de 1791, el cabildo de Caracas le otorga el título de maestro a Simón
Rodríguez para desempeñarse como maestro de primeras letras, en donde llega a la suma de
ciento catorce niños, en su mayoría pertenecientes a las familias de mayor prestancia de
Caracas.
Un año después, Simón Rodríguez es nombrado por el alférez real de Caracas
Feliciano Palacios Sojo para que se encargue de la educación de Simón Bolívar y se
desempeñe como amanuense, una gran coincidencia que marcará su vida, un gran placer para
Rodríguez en cuanto imprimió en su discípulo su esencia y lo formó casi en totalidad.
Hay que aclarar que Rodríguez no es el único encargado de la educación de Simón
Bolívar, Pérez citado por Rumazo (2006) menciona hombres como: Andrés Bello, Carrasco,
Fernando Vides, el presbítero José Antonio Negrete y Guillermo Pelgrón. Sin embargo, es
6 Hacemos referencia a un “élite intelectual” pues en América el pueblo continuaba en analfabetismo obligatorio.
Rumanzo, A. (2006). Simón Rodríguez maestro de América, biografía breve. Publicación digital
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enfático Rumazo y otros historiadores en aclarar que sólo Rodríguez infundió su yo en el
espíritu del niño Bol