MACEDONIA - julio

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macedonia mayo 2012

F I N D E CU R SO E N L O S G R U P O S D E F E

Durante estos días los grupos

de fe, jóvenes dehonianos ma-

yores y laicos dehonianos, han

tenido en las diversas casas de

los scj, las oraciones y encuen-

tros de final de curso. Todos

ellos, han vivido unos momen-

tos de encuentro con Jesús, pre-

sente en el Pan que se parte y

entrega, para darle gracias por

el año pastoral vivido.

I I E N CU E N T R O A R CI -P R E ST A L D E V A L E N CI A

El domingo 17 de junio, los jóvenes de-

honianos de Valencia han participando en

el II Encuentro parroquial. Una jornada de

juegos, almuerzo, preparación y celebra-

ción de la eucaristía. De esta forma ha con-

cluido el curso pastoral, en un ambiente de

alegría, diversión, oración y convivencia.

B o l e t í n d e P a s t o r a l J u v e n i l S C J

A ñ o X V — J u l i o 2 0 1 2

[email protected]

CO M I E N Z A N L A S A CT I V I D A D E S D E V E R A N O

En concreto, el campamento Betel en Venta de Baños, primer y segundo turno del camino de San-

tiago y el campo solidario con ancianos darán el pistoletazo de salida durante el mes de Julio bus-

cando + vida, + experiencia, + amor y + Dios.

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Qué poco cuesta la felicidad

Campo de trabajo con ancianos en Novelda

Cuando decides participar en el

campo de trabajos con ancianos, te

resulta imposible no crearte una

idea preconcebida en tu cabeza.

Suele componerse en general de

tus propios miedos: si me llevaré

bien con los compañeros, si convi-

vir con los ancianos me afectará, si

será triste o no estaré a la altura de

lo que me pidan.

Todas esas ideas se desvanecen en

cuanto llegas. No importaba de

dónde viniésemos: de Novelda, de

Alba, Palencia, Valencia, Madrid… da igual de

dónde vengas, te sientes bienvenido, acogi-

do. Y la verdad, siete días de risas y muy bue-

nos momentos, de confianza y de ganas de

compartir tu vida unen mucho, de forma que

el primer día ya te sientes como si toda tu vi-

da hubieses estado con ellos, los compañeros

de un día se convierten en amigos que pare-

cen que siempre han estado allí, aunque en-

tonces no lo sabías. Amigos excepcionales, a

los que voy a echar muchísimo de menos y

con los que espero no perder el contacto,

porque son algunas de las mejores personas

que conozco.

El primer contacto con los ancianos no fue

nada difícil: habíamos venido a pasar unos días

con y para ellos, a divertirles, a hacerles esta

vida que les ha fatigado con los años un poco

más amena. Lo que te sorprende desde un pri-

mer momento es la dulzura que desprenden,

el cariño con el que te aceptan, como si de re-

pente tuvieses 60 abuelos. Pero no se te ocu-

rra llamarles de usted, porque se sienten muy

jóvenes y con ganas de risas, bailes y de dar

guerra muchos años más. Vas allí con la inten-

ción de enseñarles nuevas manualidades, de

hacerles reír, de disfrutar con ellos y romper

su rutina; y al final eres tú el que aprende co-

sas que jamás pensaste de la vida, de escuchar

al otro, de la necesidad que tenemos todas las

personas de cariño y atención. Son como ver-

daderos niños, una sonrisa suya es capaz de

hacerte reír a carcajadas, el detalle más ton-

torrón con ellos les llena de felicidad para to-

do el día, aprendes que un simple beso, una

sonrisa, una partida de billar o un simple ¡qué

guapa te veo hoy, Antonia!, tienen el poder de

alegrar a un ser humano hasta límites insospe-

chados.

Qué poco cuesta la felicidad, ¿verdad?. Tie-

nen verdaderos puntazos, nunca habrías pen-

sado que, en una residencia al fin y al cabo,

pudieses pasarlo tan bien. Y qué garbo, qué

arte para torear a unos toros con cuernos de

vikingo, para bailar pasodobles y hasta la ma-

carena, para asombrarnos a todos en el domi-

nio del cante y en las triquiñuelas del billar,

qué imaginación para hacer esas manualida-

des tan maravillosas. Te sientes maravillosa-

mente útil durante una semana, ayudando en

todo cuanto puedes, dándote a los demás,

tratando de mejorar su vida y de quitar un po-

co del trabajo titánico que hacen las monjas y

las enfermeras todos los días, que es desde

luego digno de admiración.

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lloso ver cómo te sientes apreciado, cómo son

capaces de agradecerte ese tiempo que has

pasado con ellos, cómo te hacen saber que les

importas mucho. La única pega, que no dure

por lo menos cinco días más. Porque tendríais

que haber visto la carita que ponen el día que

nos vamos a la playa (un día simplemente ex-

cepcional, que se disfruta como una gran fa-

milia) y la ilusión que les hace cuando te ven

de nuevo, la sonrisa que les ilumina y que te

hace comprender por qué has decidido pasar

tu tiempo con ellos, y que te da la medida de

cuánto has ganado por elegirlo.

Isa Almorós (Madrid)

También creces como persona y en tu fe, si

lo deseas. Nadie va a imponerte nada. Las re-

flexiones en grupo te hacen apreciar en su

medida el valor del amor y del servicio a los

demás, de la confianza que en ti depositan los

compañeros, y te ofrecen la posibilidad de

confiarte a ellos. Es desde luego una expe-

riencia enriquecedora, que deja muy buenos

recuerdos, mucha alegría, muchas ganas de

superarse a uno mismo. Es increíble el cariño

que puedes coger a los ancianos en una se-

mana, cómo te aprendes todos sus nombres,

sus manías, cómo recopilas las historias que

te cuentan con plena confianza. Y es maravi-

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Su nieto, que vive con ella, se ve envuelto en

un terrible acontecimiento (que no desvelo para

no estropear la película). Este hecho la obliga a

asomarse al lado más sórdido y oscuro del ser

humano, cuando tiene que formar parte de un tra-

picheo para ocultar el asunto y que no trascienda.

La película va transcurriendo con un ritmo sos-

tenido, imprevisible y deliciosamente lento, hasta

un final absolutamente imprevisible y lleno de

humanidad.

La poesía puede que no sirva para comprender

el mundo. Por lo menos, no éste, tan lleno de in-

justicia y de dolor. NO este que convierte a los ni-

ños en asesinos, a los enfermos en prepotentes y a

los adultos en maestros del engaño.

Sin embargo, siempre hay personas que ante el

absurdo, optan por el sentido, por la belleza y la

autenticidad. Y entonces sí, se produce el milagro,

de repente viene la inspiración para, en un último

instante, hacer brotar la poesía y colmar de senti-

do una vida absolutamente hermosa.

Ver Poetry te devuelve al confianza en la belle-

za, sobre todo la que atesoran algunas personas

en sus actitudes, en su modo de pasar por el mun-

do sin mancharlo. Esas personas que siembran el

mundo de poesía por el solo hecho de existir.

Javier Luengo, scj.

Poetry Hay cine que enamora por su belleza vi-

sual, por el impacto de sus fotogramas o

la elegancia de sus movimientos de

cámara. Hay cine que atrapa por la belle-

za literaria, por la fuerza de su guión, la

convicción de su argumento. Hay otro

cine que se llama a sí mismo cine de ac-

tor, donde los protagonistas se pueden

lucir y deslumbran por su técnica inter-

pretativa. Hay otro cine que simplemen-

te es belleza pura. No suele ser un cine

complejo sino que huye de los artificios,

del exceso de ruido y efectos. Es simple-

mente cine.

Este es el caso de “Poetry”, sexta cinta

del Coreano Lee Chang-Dong, que ya nos

sorprendió con “Oasis” y “Seret Suns-

hine”. Es una película esencialmente her-

mosa a pesar de contar una historia que

está a caballo entre el lirismo y el drama-

tismo más cruel.

Quizá mucha culpa de tanta belleza con-

centrada esté en el personaje. Hacía

tiempo que no me atrapaba un persona-

je tan puro, hermoso, fascinante y con-

tradictorio como esta abuela “Mija” que

es la imagen viva de la dignidad.

Mija es una anciana que a pesar de ser

bastante pobre, viste y vive con una elegancia

llamativa. Con un incipiente alzhéimer, se apunta

a unas clases de poesía. “¿Qué es poesía?”, se

atreve a preguntar a su profesor con una timidez

casi infantil. “Poesía es saber ver la belleza en las

pequeñas cosas”, le responde el profesor. Y ella

se lanza a percibir con una mirada nueva la belle-

za en un árbol, en una manzana, en un río, en los

niños que juegan o en el canto de un pájaro. Perci-

bir se le da bien, porque es experta en flores y la

que estas influencia que estas tienen sobre las

personas. Pero la inspiración se le resiste, se vuel-

ve cruel contra ella, negándole el regalo de las

musas. Igual que la vida. Poco a poco se da cuen-

ta que la vida no es como la poesía, es dura, cruel

y desconcertante.

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Presencia de Dios Lectio Divina

Respira, Serena y Profundamente.

Atiende a tu inspiración y espiración. Deja

que tu propia respiración te vaya tranquilizan-

do. Imagina el aire como el océano... cargado

del poder y la presencia de Dios. Está sumergi-

do en Él, y todo Él te envuelve.

Cuando introduces el aire en tus pulmones,

Dios entra en ellos. Es la energía de Dios que

penetra dentro de tí, manteniéndote vivo. Res-

pirar es vivir.....La presencia de Dios mantiene

viva a la persona.

No digas nada, no pienses nada...suspira,

aspira, hazte consciente de esa presencia que

va entrando dentro de ti, Y llénate....Esa presen-

cia que te va inundando no puede convivir con

el desorden, que solamente tú conoces. Y se

realiza una auténtica purificación.

Repite en tu corazón una de estas frases:

“El Reino de Dios está dentro de vosotros”

Lc 10,9.

“Sois templo del Espíritu Santo”

1 Cor 3,16.

“Vendremos a él y haremos morada en él”

Jn 14,23.

Y ahora, al espirar vas lanzando todo

lo que no quieres tener, tus dudas, tus

egoísmos, tu amor propio....Sin expre-

sión alguna. Es una profunda comunica-

ción no verbal con Dios. Y cuando quie-

ras, alaba, adora, da gracias....quédate

en silencio, pide...Surgirá en ti una

energía que transforma la vida casi sin

darte cuenta.

No dejes que pase el día sin reco-

ger los sentimientos que hayan deja-

do en ti.

Puedes terminar si quieres con esta

oración del Hermano Roger de Taize.

Jesús, nuestra alegría,

tú quieres para nosotros

un corazón muy sencillo,

como una primavera del corazón.

Entonces,

las cosas complicadas de la existencia

nos paralizan menos.

Tú nos dices: no te preocupes,

incluso si tu fe es muy pequeña,

yo, Cristo, permanezco siempre contigo.

Javier Molina, scj. (Novelda)