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Las Mejores Fabulas de Todos Los Tiempos

Jul 11, 2015

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FBULASde todos los tiempos

Las mejores

N 863.44 M516

Las mejores fbulas de todos los tiempos / Autores varios / 1a ed. Managua, Amerrisque, 2011. 100 p. ISBN 978-99924-71-59-3 1. Fbulas clsicas. 2. Literatura universal.

Sobre el cuadro en la portada Autor de la Obra: Veronica Jackson Nombre de la Obra: Jungla Pgina Web: www.verokimart.com E-mail: [email protected] Pas: Estados Unidos, Ca. Diseo computarizado Impresin Mauricio E. Valdez Rivas Impresiones y Troqueles S.A. Managua Nicaragua. Telfono: (505) 2268-2382

NDICEIntroduccin ................................................... 5

Esopo, (Fbulas clsicas) .............................. 7 Fbulas de Fedro (Clsicas romanas) ........ 33 Fbulas de Aviano ....................................... 36 Una fbula de Leonardo Da Vinci ............. 40 Fbulas de Jean de La Fontaine................. 42 Fbula de Jean-Pierre Claris de Florian.... 46 Toms de Iriarte (Fbulas literarias) ......... 47 Fbulasa de Flix Mara de Samaniego..... 55 Franois Fnelon (Fbulas Zoolgicas) .... 58 Fbulas de Ramn de Campoamor ............ 62 Fbulas de Juan Eugenio Hartzembuch ... 64 Poema/fbula de Rubn Daro ................... 67 Ivn Andrievich Krylov (Fbulas rusas) . 68 Fbulas de frica......................................... 70 Fbulas Annimas....................................... 86

INTRODUCCIN

es una en verso o tiene una finalidad didctica; es decir que de ella se Lqueuna moraleja onarracin breve, escritanuestra vida.prosa, extrae enseanza aplicable a SueA FBULA

le tener su origen en historias populares que se han ido transmitiendo a lo largo de los siglos. La mayora de sus personajes son animales, que representan los vicios o defectos humanos ms llamativos, aunque, tambin, alguna que otra virtud. A lo largo de la historia de la literatura, han existido muchos fabulistas. Uno de los ms antiguos es el escritor griego Esopo (620560 a.C.), autor de fbulas tan conocidas como La zorra y las uvas. Posteriormente, los rabes trajeron a Europa muchas fbulas de procedencia oriental, que luego aprovecharan autores como el escritor francs del siglo XVII Jean de La Fontaine, y, ya en el XVIII, los espaoles Toms Iriarte y Flix Mara de Samaniego con una sus ms conocida fbula: La cigarra y la hormiga. Las fbulas y los aplogos se utilizaron desde la Antigedad grecorromana por los esclavos pedagogos para ensear conducta tica a los nios que educaban. La moral deducida de estos ejemplos era la del paganismo: es imposible cambiar la condicin natural de las cosas, incluida la condicin humana y el carcter de las personas. Con el tiempo, el Cristianismo sustituy esta concepcin del mundo por otra que presupona en el hombre la posibilidad de cambiar su naturaleza, con un juicio moral incluido. Esopo y Babrio, entre los autores de expresin griega, y Fedro y Aviano entre los romanos, han sido los autores ms clebres de fbulas y han servido de ejemplo a los dems. Con la revitalizacin de la Antigedad clsica en el siglo XVIII y su afn didctico y educador comenzaron a escribirse fbulas; en el siglo XIX, la fbula fue uno de los gneros ms populares, pero empezaron a ampliarse sus temas y se realizaron colecciones especializadas. En el siglo XX el gnero se cultiv ya muy poco. Rubn Daro escribi algunos poemas y cuentos que podra tener una 5

caracterstica de fbula; aunque sin conclusin o moraleja explicita. Hemos incluido adems de lo mejores fabulistas de todos los tiempos un verso de Daro en que rene de forma sencilla y con un afn de cuidar la naturaleza el aseo y la salud un dialogo entre Sopes o Zopilotes. La fbula como gnero literario posee un carcter mixto narrativo y didctico y estas propiedades: P Esencialmente ofrece un contenido moralizante o didctico. P Siempre contiene una moraleja. En las ms antiguas se encuentra escrita al final del texto. P Generalmente es una pieza muy breve y con pocos personajes. P Posee una gran inventiva, riqueza imaginativa y de colorido. P inverosmil. Es P exposicin de vicios y virtudes es maliciosa, irnica. Su En este libro te presentamos fbulas de los ms conocidos autores de todos los tiempos. Esperemos que sea de tu agrado y sepas aprovechar las moralejas o conclusiones que de su lectura se debe obtener; aunque en la mayora de los casos, te las brindan los mismos escritores.Managua, febrero de 2011

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

Esopo Fbulas Clsicas La zorra y los racimos de uvasEstaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca. Mas no pudiendo alcanzarlos, a pesar de sus esfuerzos, se alej dicindose: Ni me agradan, estn tan verdes!Nunca traslades la culpa a los dems de lo que no eres capaz de alcanzar.

La zorra y el espinoUna zorra saltaba sobre unos montculos, y estuvo de pronto a punto de caerse. Y para evitar la cada, se agarr a un espino, pero sus pas le hirieron las patas, y sintiendo el dolor que ellas le producan, le dijo al espino Acud a ti por tu ayuda, y ms bien me has herido! A lo que respondi el espino: T tienes la culpa, amiga, por agarrarte a m, bien sabes lo bueno que soy para enganchar y herir a todo el mundo, y t no eres la excepcin!Nunca pidas ayuda a quien acostumbra a hacer el dao.

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Fbulas de Esopo

La rana gritona y el lenOy una vez un len el croar de una rana, y se volvi hacia donde vena el sonido, pensando que era de algn animal muy importante. Esper y observ con atencin un tiempo, y cuando vio a la rana que sala del pantano, se le acerc y la aplast diciendo: T, tan pequea y lanzando esos tremendos gritos!Quien mucho habla, poco es lo que dice.

El asno que cargaba una imagenUna vez le correspondi a un asno cargar una imagen de un dios por las calles de una ciudad para ser llevada a un templo. Y por donde l pasaba, la multitud se postraba ante la imagen. El asno, pensando que se postraban en respeto hacia l, se ergua orgullosamente, dndose aires y negndose a dar un paso ms. El conductor, viendo su decidida parada, lanz su ltigo sobre sus espaldas y le dijo: Oh, cabeza hueca, todava no ha llegado la hora en que los hombres adoren a los asnos!Nunca tomes como tuyos los mritos ajenos.

El guila y la flechaEstaba asentada un guila en el pico de un peasco esperando por la llegada de las liebres. Mas la vio un cazador, y lanzndole una flecha le atraves su cuerpo. 8

Las mejores fbulas de todos los tiempos

Viendo el guila entonces que la flecha estaba construida con plumas de su propia especie exclam: Qu tristeza, terminar mis das por causa de las plumas de mi especie!Ms profundo es nuestro dolor cuando nos vencen con nuestras propias armas.

La tortuga y el guilaUna tortuga que se recreaba al sol, se quejaba a las aves marinas de su triste destino, y de que nadie le haba querido ensear a volar. Un guila que paseaba a la deriva por ah, oy su lamento y le pregunt con qu le pagaba si ella la alzaba y la llevaba por los aires. Te dar dijo todas las riquezas del Mar Rojo. Entonces te ensear al volar replic el guila. Y tomndola por los pies la llev casi hasta las nubes, y soltndola de pronto, la dej ir, cayendo la pobre tortuga en una soberbia montaa, hacindose aicos su coraza. Al verse moribunda, la tortuga exclam: Renegu de mi suerte natural. Qu tengo yo que ver con vientos y nubes, cuando con dificultad apenas me muevo sobre la tierra?Si fcilmente adquiriramos todo lo que deseamos, fcilmente llegaramos a la desgracia.

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Fbulas de Esopo

La zorra y el cuervo gritnUn cuervo rob a unos pastores un pedazo de carne y se retir a un rbol. Lo vio una zorra, y deseando apoderarse de aquella carne empez a halagar al cuervo, elogiando sus elegantes proporciones y su gran belleza, agregando adems que no haba encontrado a nadie mejor dotado que l para ser el rey de las aves, pero que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz. El cuervo, para demostrarle a la zorra que no le faltaba la voz, solt la carne para lanzar con orgullo fuertes gritos. La zorra, sin perder tiempo, rpidamente cogi la carne y le dijo: Amigo cuervo, si adems de vanidad tuvieras entendimiento, nada ms te faltara realmente para ser el rey de las aves. Cuando te adulen, es cuando con ms razn debes cuidar de tus bienes.Nada bueno esperes de los aduladores.

El len y el ratnDorma tranquilamente un len, cuando un ratn empez a juguetear encima de su cuerpo. Despert el len y rpidamente atrap al ratn; y a punto de ser devorado, le pidi ste que le perdonara, prometindole pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El len ech a rer y lo dej marchar. Pocos das despus unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso rbol. Pas por ah el ratoncillo, quien al or los lamentos del len, corri al lugar y 10

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roy la cuerda, dejndolo libre. Das atrs le dijo, te burlaste de m pensando que nada podra hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeos ratones somos agradecidos y cumplidos.En los cambios de fortuna, los poderosos necesitan la ayuda de los dbiles. Conviene al poderoso para los infelices ser piadoso; tal vez se puede ver necesitado del auxilio de aquel ms desdichado.

El pastor y el loboUn joven pastor, que cuidaba un rebao de ovejas cerca de una villa, alarm a los habitantes tres o cuatro veces gritando El lobo, el lobo! Pero cuando los vecinos llegaban a ayudarle, se rea viendo sus preocupaciones. Mas el lobo, un da de tantos, s lleg de verdad. El joven pastor, ahora alarmado l mismo, gritaba lleno de terror: Por favor, vengan y aydenme; el lobo est matando a las ovejas. Pero ya nadie puso atencin a sus gritos, y mucho menos pensar en acudir a auxiliarlo. Y el lobo, viendo que no haba razn para temer mal alguno, hiri y destroz a su antojo todo el rebao.Al mentiroso nunca se le cree, aun cuando diga la verdad.

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El pescador y el ro revueltoPescaba un pescador en un ro, atravesndolo con su red de una a otra orilla; luego, con una piedra atada al extremo de una cuerda de lino, agitaba el agua para que los peces, aturdidos, cayeran al huir entre las mallas de la red. Lo vio proceder as un vecino y le reproch el revolver el ro, obligndoles a beber el agua turbia; ms l respondi: Si no revuelvo el ro, tendr que morirme de hambre!Igual sucede con las naciones: entre ms discordia siembren los agitadores entre la gente, mayor ser el provecho que obtendrn. Forma siempre tu propia opinin y no vayas a donde te quieran empujar otros sin que lo hayas razonado.

El lobo con piel de ovejaPens un da un lobo cambiar su apariencia para as facilitar la obtencin de su comida. Se meti entonces en una piel de oveja y se fue a pastar con el rebao, despistando totalmente al pastor. Al atardecer, para su proteccin, fue llevado junto con todo el rebao a un encierro, quedando la puerta asegurada. Pero en la noche, buscando el pastor su provisin de carne para el da siguiente, tom al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrific al instante.Segn hagamos el engao, as recibiremos el dao.

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Zeus y la tortugaPara celebrar sus bodas, Zeus invit a todos los animales. Slo falt la tortuga. Intrigado por su ausencia, le pregunt al da siguiente: Cmo solamente t entre todos los animales no viniste a mi festn? Hogar familiar, hogar ideal! respondi la tortuga. Zeus, indignado contra ella, la conden a llevar eternamente la casa a cuestas.No nos encerremos en nuestro pequeo mundo. Ampliemos nuestro horizonte compartiendo sanamente con nuestro alrededor.

La zorra y el cuervo hambrientoUn flaco y hambriento cuervo se pos en una higuera, y viendo que los higos an estaban verdes, se qued en el sitio a esperar a que maduraran. Vio una zorra al hambriento cuervo eternizado en la higuera, y le pregunt qu haca. Una vez que lo supo, le dijo: Haces muy mal perdiendo el tiempo confiado a una lejana esperanza; la esperanza se llena de bellas ilusiones, mas no de comida.Si tienes una necesidad inmediata, de nada te servir pensar satisfacerla con cosas inalcanzables.

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Fbulas de Esopo

El guila, el cuervo y el pastorLanzndose desde una cima, un guila arrebat a un corderito. La vio un cuervo y tratando de imitar al guila, se lanz sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al mximo sus alas no logr soltarse. Viendo el pastor lo que suceda, cogi al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llev a sus nios. Le preguntaron sus hijos acerca de que clase de ave era aquella, y l les dijo: Para m, slo es un cuervo; pero l, se cree guila.Pon tu esfuerzo y dedicacin en lo que realmente ests preparado, no en lo que no te corresponde.

El guila, la liebre y el escarabajoEstaba una liebre siendo perseguida por un guila, y vindose perdida pidi ayuda a un escarabajo, suplicndole que le ayudara. Le pidi el escarabajo al guila que perdonara a su amiga. Pero el guila, despreciando la insignificancia del escarabajo, devor a la liebre en su presencia. Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el guila pona sus huevos, y hacindolos rodar, los tiraba a tierra. Vindose el guila echada del lugar a donde quiera que fuera, recurri a Zeus pidindole un lugar seguro para depositar sus huevos. Le ofreci Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la tctica escapatoria, hizo 14

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una bolita de estircol, vol y la dej caer sobre el regazo de Zeus. Se levant entonces Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tir por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso desde entonces, las guilas no ponen huevos en la poca en que salen a volar los escarabajos.Nunca desprecies lo que parece insignificante, pues no hay ser tan dbil que no pueda alcanzarte.

La zorra a la que se le llen su vientreUna zorra hambrienta encontr en el tronco de una encina unos pedazos de carne y de pan que unos pastores haban dejado escondidos en una cavidad. Y entrando en dicha cavidad, se los comi todos. Pero tanto comi y se le agrand tanto el vientre que no pudo salir. Empez a gemir y a lamentarse del problema en que haba cado. Por casualidad pas por all otra zorra, y oyendo sus quejidos se le acerc y le pregunt que le ocurra. Cuando se enter de lo acaecido, le dijo: Pues qudate tranquila hermana hasta que vuelvas a tener la forma en que estabas, entonces de seguro podrs salir fcilmente sin problema!Con paciencia se resuelven muchas dificultades.

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Fbulas de Esopo

Las ranas y el pantano secoVivan dos ranas en un bello pantano, pero lleg el verano y se sec, por lo cual lo abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra: Amiga, bajemos las dos a este pozo. Pero, y si tambin se secara el agua de este pozo, repuso la compaera, Cmo crees que subiremos entonces?Al tratar de emprender una accin, analiza primero las consecuencias de ella.

El len y el mosquitoUn mosquito se acerc a un len y le dijo: No te temo, y adems, no eres ms fuerte que yo. Si crees lo contrario, demustramelo. Que araas con tus garras y muerdes con tus dientes? Eso tambin lo hace una mujer defendindose de un ladrn! Yo soy ms fuerte que t, y si quieres, ahora mismo te desafo a combate. Y haciendo sonar su zumbido, cay el mosquito sobre el len, picndole repetidamente alrededor de la nariz, donde no tiene pelo. El len empez a araarse con sus propias garras, hasta que renunci al combate. El mosquito victorioso hizo sonar de nuevo su zumbido; y sin darse cuenta, de tanta alegra, fue a enredarse en una tela de araa. 16

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Al tiempo que era devorado por la araa, se lamentaba que l, que luchaba contra los ms poderosos vencindolos, fuese a perecer a manos de un insignificante animal, la araa.No importa que tan grandes sean los xitos en tu vida, cuida siempre que la dicha por haber obtenido uno de ellos, no lo arruine todo.

Los lobos reconcilindose con los perrosLlamaron los lobos a los perros y les dijeron: Oigan, siendo ustedes y nosotros tan semejantes, por qu no nos entendemos como hermanos, en vez de pelearnos? Lo nico que tenemos diferente es cmo vivimos. Nosotros somos libres; en cambio ustedes sumisos y sometidos en todo a los hombres: aguantan sus golpes, soportan los collares y les guardan los rebaos. Cuando sus amos comen, a ustedes slo les dejan los huesos. Les proponemos lo siguiente: dennos los rebaos y los pondremos en comn para hartarnos. Creyeron los perros las palabras de los lobos traicionando a sus amos, y los lobos, ingresando en los corrales, lo primero que hicieron fue matar a los perros.Nunca des la espalda o traiciones a quien verdaderamente te brinda ayuda y confa en ti.

El hombre al que mordi un perroUn perro mordi a un hombre, y ste corra por todo lado buscando quien le curara. 17

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Un vecino le dijo que mojara un pedazo de pan con la sangre de su herida y se lo arrojase al perro que lo mordi. Pero el hombre herido respondi: Si as premiara al perro, todos los perros del pueblo vendran a morderme!Grave error es alagar la maldad, pues la incitas a hacer ms dao todava.

El perro, el gallo y la zorraCierta vez un perro y un gallo se unieron en sociedad para recorrer el mundo. Llegada una noche, el gallo subi a un rbol y el perro se recost al pie del tronco. Y como era su costumbre, cant el gallo antes del amanecer. Oy su canto una zorra y corri hacia el sitio, parndose al pie del rbol. Le rog que descendiera, pues deseaba besar a un animal que tena tan exquisita voz. Le replic entonces el gallo que por favor, primero despertara al portero que estaba durmiendo al pie del rbol. Y entonces el perro, cuando la zorra buscaba como establecer conversacin con el portero, le salt encima descuartizndola.Es inteligente actitud, cuando encontramos un enemigo poderoso, encaminarlo a que busque a otros ms fuertes que nosotros.

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Las liebres y los leonesLas liebres arengaban en la asamblea y argan que todos deberan ser iguales. Los leones entonces replicaron: Sus palabras, seoras liebres, son buenas, pero carecen de garras y colmillos como los que tenemos nosotros.Acepta que todos tenemos diferentes cualidades para diferentes circunstancias.

El asno juguetnUn asno se subi al techo de una casa y brincando all arriba, resquebraj el techado. Corri el dueo tras de l y lo baj de inmediato, castigndolo severamente con un leo. Dijo entonces el asno: Por qu me castigan, si yo vi ayer al mono hacer exactamente lo mismo y todos rean felizmente, como si les estuviera dando un gran espectculo?Trabaja siempre para lo que te has preparado, no hagas lo que no es de tu campo.

Los ros y el marSe juntaron los ros para quejarse ante el mar dicindole: Por qu si nosotros te entregamos agua dulce y potable, haces tal trabajo, que conviertes nuestras aguas en saladas e imposibles de beber? 19

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El mar, percibiendo que queran echarle la culpa del asunto, dijo: Por favor, dejen de darme agua y entonces ya no volvern a salarse sus aguas.Antes de culpar a otros, fjate primero si no eres el verdadero culpable.

El asno, el gallo y el lenEstaban un gallo y un asno en un pastizal cuando lleg un hambriento len. Y ya iba el len a tirarse encima del asno, cuando el gallo, cuyo cantar se dice que aterroriza a los leones, grit fuertemente, haciendo salir corriendo al len tan rpido como pudo. El asno al ver el impacto que un simple canto del gallo realizaba, se llen de coraje para atacar al len, y corri tras de l con ese propsito. No haba recorrido mayor distancia cuando el len se volvi, lo atrap y lo seccion en pedazos.Ten siempre presente que las cualidades de tu prjimo no son necesariamente las tuyas.

El pastor y el marUn pastor que cuidaba su rebao en las costas, vea al mar muy calmado y suave, y planeaba con hacer un viaje de comercio. Entonces vendi todo su rebao y lo invirti en un cargamento de dtiles, y se ech a la mar. Pero vino una fuerte tempestad, y estando en peligro de hundirse la nave, tiro por la borda toda la mercanca, y escasamente escap con 20

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vida en la barca vaca. No mucho tiempo despus cuando alguien pasaba y observaba la ordenada calma del mar, l le interrumpa y le deca: De nuevo est el mar deseando dtiles y por eso luce calmado.Nunca generalices conclusiones basndote en un solo suceso.

El adivinoInstalado en la plaza pblica, un adivino se entregaba a su oficio. De repente se le acerc un qudam, anuncindole que las puertas de su casa estaban abiertas y que haban robado todo lo que haba en su interior. Se levant de un salto y corri, desencajado y suspirando, para ver lo que haba sucedido. Uno de los que all se encontraban, vindole correr, le dijo: Oye, amigo: t que te picas de prever lo que ocurrir a los otros, por qu no has previsto lo que te sucedera a ti?Siempre hay personas que pretenden dirigir lo que no les corresponde, pero no pueden manejar sus propios asuntos.

La viuda y las criadasUna viuda muy laboriosa tena unas jvenes criadas a las que despertaba por la noche al canto del gallo para empezar el trabajo. Ellas, extenuadas siempre de fatiga, resolvieron matar el gallo de la casa por ser l a sus ojos 21

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el causante de su desgracia, puesto que despertaba a su seora antes de que abriese el da. Mas ejecutado el propsito se encontraron con que haban agravado su mal, porque su seora, no teniendo el gallo que le indicaba la hora, las haca levantar antes para ir al trabajo.Nunca creas que la causa de tus problemas es lo que primero se atraviesa ante tus ojos. Piensa en qu sucedera si eliminas lo que ests viendo como posible causa.

La vieja y el mdicoUna vieja enferma de la vista llam con la promesa de pagarle, a un mdico. Este se present en su casa, y cada vez que le aplicaba el ungento no dejaba, mientras la vieja tena los ojos cerrados, de robarle los muebles poco a poco. Cuando ya no quedaba nada, termin tambin la cura, y el mdico reclam el salario convenido. Se neg a pagar la vieja, y aqul la llev ante los jueces. La vieja declar que, en efecto, le haba prometido el pago si le curaba la vista, pero que su estado, despus de la cura del mdico haba empeorado. Porque antes dijo vea todos los muebles que haba en mi casa, y ahora no veo ninguno.A los malvados, sus mismos actos los delatan.

La mujer y el marido borrachoTena una mujer un marido borracho. Para librarle de este vicio imagin la siguiente treta. Esperando el momento en que su marido se 22

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quedaba insensible como un muerto a causa de la embriaguez, carg con l sobre sus espaldas, lo llev al cementerio y all lo dej. Cuando juzg que ya se le haba pasado la mona, volvi y llam a la puerta del cementerio. Quin llama ah?dijo el borracho. Soy yo, que traigo la comida a los muertos contest la mujer. No me traigas comida; prefiero que me traigas de beber replic el borracho. Y la mujer, golpendose el pecho, exclam: Qu desdichada soy! Ni siquiera mi treta ha hecho sobre ti el menor efecto, marido mo, pues no slo no te has corregido, sino que te has agravado, convirtindose tu vicio en una segunda naturaleza.No dejes que una conducta equivocada domine tu vida. Pon tu razn sobre la equivocacin.

La mujer y la gallinaUna mujer viuda tena una gallina que le pona un huevo todos los das. Pens que si le daba ms cebada pondra dos huevos, y aument su racin. Pero la gallina engord y ya no pudo poner ni una vez al da.Si sin control ni sabidura forzas lo que ya te est sirviendo para que te d ms, slo obtendrs que perders lo que ya tienes.

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La esclava fea y AfroditaUna esclava fea y mala gozaba del amor de su amo. Con el dinero que ste le daba, la esclava se embelleca con brillantes adornos, rivalizando con su propia seora. Para agradecer a Afrodita que la hiciera bella, le haca frecuentes sacrificios; pero la diosa se le apareci en sueos y dijo a la esclava: No me agradezcas el hacerte bella, si lo hago es porque estoy furiosa contra ese hombre a quien pareces hermosa.No te ciegues por lo crees tu tesoro, no vaya a ser que slo sea una carencia en tus vecinos.

La brujaUna bruja tena como profesin vender encantamientos y frmulas para aplacar la clera de los dioses; no le faltaban clientes y ganaba de este modo ampliamente la vida. Pero fue acusada por ello de violar la ley, y, llevada ante los jueces, sus acusadores la hicieron condenar a muerte. Vindola salir del tribunal, un observador le dijo: T, bruja, que decas poder desviar la clera de los dioses, cmo no has podido persuadir a los hombres?Nunca creas en los que prometen hacer maravillas en lo que no se ve, pero son incapaces de hacer cosas ordinarias.

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La lmparaBorracha de aceite una lmpara y lanzando una luz poderosa, se jactaba de ser ms brillante que el sol. Pero en eso sopl un fuerte viento y se apag enseguida. Alguien volvi a encenderla y le dijo: Ilumina, lmpara, pero cllate: el resplandor de los astros nunca se eclipsa tan fcilmente como el tuyo.Nunca nos jactemos como si nos perteneciera, de aquello que no depende de nosotros.

El abeto y el espinoDisputaban entre s el abeto y el espino. Se jactaba el abeto diciendo: Soy hermoso, esbelto y alto, y sirvo para construir las naves y los techos de los templos. Cmo tienes la osada de compararte a m? Si recordaras replic el espino las hachas y las sierras que te cortan, preferiras la suerte del espino!Busca siempre la buena reputacin pues es una gran honra, pero sin jactarte por ello, y tambin cudate de los que quieren aprovecharse de ella para su propio provecho.

El nogalUn nogal que haba crecido al pie de un camino y al cual los caminantes heran a pedradas para tomar sus frutos, dijo para s suspirando: Infeliz de m que por mi bondad todos los aos me atraigo injurias y dolores! 25

Hay quienes pagan con mal hasta los mejores bienes recibidos.Seamos siempre agradecidos y no causemos dao.

El castorEl castor es un animal que vive en los pantanos. Ciertas de sus partes sirven, segn dicen, para curar algunas enfermedades. Por eso cuando se ve descubierto y perseguido para cortarle las partes, sabiendo por qu le persiguen, huye hasta alguna distancia, sirvindose de la rapidez de sus pies para conservarse intacto; pero cuando se ve perdido, l mismo corta sus partes, las arroja y salva de este modo su vida.A veces deshacerse de algunas fortunas puede significar evitarse una tragedia.

El tordoUn tordo picoteaba los granos de un bosquecillo de mirlos y, complacido por la dulzura de sus pepitas, no se decida a abandonarlo. Un cazador de pjaros observ que el tordo se acostumbraba al lugar y lo caz con liga. Entonces el tordo, viendo prximo su fin, dijo: Desgraciado! Por el placer de comer me he privado de la vida!Nunca dejes que un momentneo placer te cierre las puertas de por vida.

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La langosta de mar y su madreNo andes atravesada y no roces tus costados contra la roca mojada, deca una langosta marina a su hija. Madre, repuso sta, t, que quieres instruirme, camina derecha y yo te mirar y te imitar.Antes de dar un consejo con tu palabra, primero dalo con tu ejemplo.

El sol y las ranasLleg el verano y se celebraban las bodas del Sol. Se regocijaban todos los animales de aquel acontecimiento, faltando poco para que tambin las ranas fueran de la partida; pero una de ellas exclam: Insensatas! Qu motivo tenis para regocijaros? Ahora que es l solo, seca todos los pantanos; si toma mujer y tiene un hijo como l qu nos quedar por sufrir?Antes de celebrar un acontecimiento, primero ve sus futuras posibles consecuencias.

Los dos escarabajosPaca un toro en una pequea isla, y dos escarabajos se alimentaban de su boiga. Llegado el invierno, uno de ellos dijo al otro que iba a cruzar el mar a fin de que su compaero tuviera suficiente alimento, mientras l pasara el invierno en tierra firme. Agreg que si encontraba comida en abundancia le traera a l tambin. Cuando el escarabajo lleg al continente, en-

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Fbulas de Esopo

contr en l muchas y frescas boigas, por lo que se estableci all y se aliment abundantemente. Pas el invierno y volvi a la isla. Al verle su compaero gordo y saludable, le reproch que no le hubiera llevado nada de lo prometido. No me culpes a m repuso, sino a la naturaleza del lugar, porque se puede encontrar con qu vivir en l, pero es imposible alzar vuelo con tanta carga.Siempre encontrars supuestos amigos muy buenos para adular y prometer, pero no pasan de ah, negndose a la hora real, de hacer un favor.

Los delfines, la ballena y la caballaDelfines y ballenas libraban entre s una batalla. Como la lucha se prolongaba con encarnizamiento, una caballa (que es un pez pequeo) sali a la superficie y quiso reconciliarlos. Pero un delfn tom la palabra y dijo: Nos humilla menos combatirnos y morir los unos por los otros, que tenerte a ti por mediador.Hay personas sin valor alguno, que en pocas de confusin, se llegan a creer grandiosas

La hormigaDice una leyenda que la hormiga actual era en otros tiempos un hombre que, consagrado a los trabajos de la agricultura, no se contentaba con el producto de su propio esfuerzo, sino que miraba con envidia el producto ajeno y robaba los frutos a sus vecinos. Indignado Zeus por la avaricia de este hombre, le transform en hormiga.

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

Pero aunque cambi de forma, no le cambi el carcter, pues an hoy da recorre los campos, recoge el trigo y la cebada ajenas y los guarda para su uso.Aunque a los malvados se les castigue severamente, difcilmente cambian su naturaleza desviada.

La moscaCay una mosca en una olla llena de carne. A punto de ahogarse en la salsa, exclam para s misma: Com, beb y me ba; puede venir la muerte, no me importa ahora.Al irresponsable no le importa el fracaso si su llegada a l le depara buenos momentos.

El atn y el delfnVindose un atn perseguido por un delfn, hua con gran estrpito. A punto de ser cogido, la fuerza de su salto le arroj sin darse cuenta, sobre la orilla. Llevado por el mismo impulso, el delfn tambin termin en el mismo sitio. Se volvi el atn y vio al delfn exhalando el ltimo suspiro. No me importa morir dijo, porque veo morir conmigo al causante de mi muerte.Sufrimos con menos dolor las desgracias que nos hacen padecer, cuando las vemos compartidas con quienes nos las causan. .

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Fbulas de Esopo

El cerdo y los carnerosSe meti un cerdo dentro de un rebao de carneros, y paca con ellos. Pero un da lo captur el pastor y el cerdo se puso a gruir y forcejear. Los carneros lo regaaban por gritn dicindole: A nosotros tambin nos echa mano constantemente y nunca nos quejamos. Ah s replic el cerdo, pero no es con el mismo fin. A ustedes les echan mano por la lana, pero a m es por mi carne.Perder lo recuperable no nos debe preocupar, pero s el perder lo que es irreparable.

La comadreja y la limaSe introdujo una comadreja en el taller de un herrero y se puso a lamer una lima que ah se encontraba. Al cabo de un rato su lengua arrojaba sangre en abundancia, y la comadreja se puso muy feliz pensando que haba arrancado algo al hierro, hasta que acab por perder su propia lengua.Piensa siempre que si haces un dao, tarde o temprano ste regresar contra ti.

Las liebres y las ranasSe reunieron un da las liebres y se lamentaban entre s de llevar una vida tan precaria y temerosa, pues, en efecto, No eran vctimas de los hombres, de los perros, de las guilas, y otros muchos animales? Ms vala morir de una vez que vivir en el terror!

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Tomada esta resolucin, se lanzaron todas al mismo tiempo a un estanque para morir en l ahogadas. Pero las ranas, que estaban sentadas alrededor del estanque, en cuanto oyeron el ruido de su carrera, saltaron asustadas al agua. Entonces una de las liebres, la que pareca ms inteligente que las dems, dijo: Alto compaeras! No hay que apurarse tanto, pues ya veis que an hay otros ms miedosos que nosotras!El consuelo de los desgraciados es encontrar y ver a otros en peores condiciones.

El milano y la culebraRapt un milano a una culebra, elevndose por los aires. La culebra se volvi y le mordi, cayendo ambos desde lo alto a un precipicio, y el milano muri. Dijo entonces la culebra: Insensato! Por qu has querido hacer mal a quien no te lo haca? En justicia has sido castigado por haberme raptado sin razn.Nunca busques daar a tu prjimo, no vaya a ser que sin que lo notes, sea ms fuerte que t, y te haga pagar tus injusticias.

El asno y la perrita falderaUn granjero fue un da a sus establos a revisar sus bestias de carga: entre ellas se encontraba su asno favorito, el cual siempre estaba bien alimentado y era quien cargaba a su amo. Junto con el granjero vena tambin su perrita 31

Fbulas de Esopo

faldera, la cual bailaba a su alrededor, lama su mano y saltaba alegremente lo mejor que poda. El granjero revis su bolso y dio a su perrita un delicioso bocado, y se sent a dar ordenes a sus empleados. La perrita entonces salt al regazo de su amo y se qued ah, parpadeando sus ojos mientras el amo le acariciaba sus orejas. El asno celoso de ver aquello, se solt de su jquima y comenz a pararse en dos patas tratando de imitar el baile de la perrita. El amo no poda aguantar la risa, y el asno arrimndose a l, puso sus patas sobre los hombros del granjero intentando subirse a su regazo. Los empleados del granjero corrieron inmediatamente con palos y horcas, ensendole al asno que las toscas actuaciones no son cosa de broma.No nos dejemos llevar del mal consejo que siempre dan los injustificados celos. Sepamos apreciar los valores de los dems.

Los caracolesEl hijo de un labrador se hallaba tostando unos caracoles. Oyndoles crepitar dijo: Ah miserables animalejos, estn sus casas ardiendo, y an cantan!Hacer las cosas fuera del tiempo o lugar que les corresponde, no es nada inteligente.

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Fbulas de Fedro Clsicas romanas El lobo y la cabraEncontr un lobo a una cabra que pastaba a la orilla de un precipicio. Como no poda llegar a donde estaba ella le dijo: Oye amiga, mejor baja pues ah te puedes caer. Adems, mira este prado donde estoy yo, est bien verde y crecido. Pero la cabra le dijo: Bien s que no me invitas a comer a m, sino a t mismo, siendo yo tu plato.Conoce siempre a los malvados, para que no te atrapen con sus engaos.

El lobo y el caballoPasaba un lobo por un sembrado de cebada, pero como no era comida de su gusto, la dej y sigui su camino. Encontr al rato a un caballo y le llev al campo, comentndole la gran cantidad de cebada que haba hallado, pero que en vez de comrsela l, mejor se la haba dejado porque le agradaba ms or el ruido de sus dientes al masticarla. Pero el caballo le repuso: Amigo, si los lobos comieran cebada, no hubieras preferido complacer a tus odos sino a tu estmago!A todo malvado, aunque parezca actuar como bueno, no debe de crersele.

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Fbulas de Fedro

Los perros hambrientosVieron unos perros hambrientos en el fondo de un arroyo unas pieles que estaban puestas para limpiarlas; pero como debido al agua que se interpona no podan alcanzarlas decidieron beberse primero el agua para as llegar fcilmente a las pieles. Pero sucedi que de tanto beber y beber, reventaron antes de llegar a las pieles.Ten siempre cuidado con los caminos rpidos, pues no siempre son los ms seguros.

El caballo y el jabalTodos los das el caballo salvaje saciaba su sed en un ro poco profundo. All tambin acuda un jabal que, al remover el barro del fondo con la trompa y las patas, enturbiaba el agua. El caballo le pidi que tuviera ms cuidado, pero el jabal se ofendi y lo trat de loco. Terminaron mirndose con odio, como los peores enemigos. Entonces el caballo salvaje, lleno de ira, fue a buscar al hombre y le pidi ayuda. Yo enfrentar a esa bestia dijo el hombre pero debes permitirme montar sobre tu lomo. El caballo estuvo de acuerdo y all fueron, en busca del enemigo. Lo encontraron cerca del bosque y, antes de que pudiera ocultarse en la espesura, el hombre lanz su jabalina y le dio muerte. Libre ya del jabal, el caballo enfil hacia el ro para beber en sus aguas claras, seguro de que no volvera a ser molestado. Pero el hombre no pensaba desmontar. Me alegro de haberte ayudado le dijo. No slo mat a esa bestia, sino que captur a un esplndido caballo.

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Y, aunque el animal se resisti, lo oblig a hacer su voluntad y le puso rienda y montura. l, que siempre haba sido libre como el viento, por primera vez en su vida tuvo que obedecer a un amo. Aunque su suerte estaba echada, desde entonces se lament noche y da: Tonto de m! Las molestias que me causaba el jabal no eran nada comparadas con esto! Por magnificar un asunto sin importancia, termin siendo esclavo!A veces, con el afn de castigar el dao que nos hacen, nos aliamos con quien slo tiene inters en dominarnos.

Las dos perrasSuelen envolver una asechanza las caricias de los malos, y para no caer en ella, nos conviene tener muy presente lo que diremos a continuacin. Una perra solicit de otra, permiso para echar en su choza la cra, favor que le fue otorgado sin dificultad; pero es el caso que iba pasando el tiempo, y nunca llegaba el momento de abandonar la choza que tan generosamente se le haba cedido, alegando, como razn de esta demora, que era preciso esperar a que los cachorrillos tuviesen fuerzas para andar por s solos. Como se le hiciesen nuevas instancias, pasado el ltimo plazo que ella misma haba fijado, contest arrogantemente: Me saldr de aqu, si tienes valor para luchar conmigo y con mi turba.Si dais entrada al malo en vuestra casa, os echar de ella.

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Fbulas de Esopo

El perro y el trozo de carneHaba una vez un perro muy glotn que siempre estaba buscando comida entre la basura y los desperdicios. Tambin rondaba los mercados y los restaurantes, meneando el rabo y ladrando a la gente para que le tiraran un hueso o un mendrugo de pan. No sola conseguir gran cosa de esa manera, pero un da se encontr con un hermoso trozo de carne, grande y jugoso. Al principio no dio crdito a sus ojos, pens que se trataba de una visin...Quin poda haber abandonado aquel maravillosos pedazo de carne? Se abalanz por fin sobre el suculento manjar, lo mordi fuertemente notando que era real, que no estaba soando y verdaderamente tena en la boca el ms delicioso de los bocados y, temiendo que alguien se lo fuera a arrebatar, se march corriendo en busca de un lugar solitario donde saborearlo a gusto. Al pasar junto a un estanque, mir de reojo hacia el agua y cul no sera su asombre al ver junto a la superficie, como flotando a pocos centmetros de profundidad, otro trozo de carne ms grande y apetitoso que el que levaba en la boca. No era posible que un mismo da aquel milagro sucediera dos veces seguidas: otro pedazo de carne igual...!No, ms grande y jugoso todava! El perro se qued muy quieto, como hipnotizado, mirando fijamente al agua y cuanto ms miraba ms se convenca que el otro pedazo de carne era mejor que el suyo. Crey ver que otro perro lo llevaba entre sus dientes, del mimo modo que l llevaba su bocado. Y pens entonces que no deba resultar difcil obtener para s aquel trozo de carne que lo incitaba desde el estanque.

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Entonces se dijo a s mismo que deba ser astuto y obrar con inteligencia para llevar a cabo su plan. Fue acercando el morro poco a poco al agua, y cuando estuvo a pocos centmetros de la superficie no pudo aguantar ms y abri la boca para agarrar la carne que vea flotar en el estanque. Naturalmente, al abrir la boca, se le cay al agua el trozo que llevaba y el otro tambin desapareci, pues no era ms que el reflejo en el estanque del trozo de carne jugoso y delicioso que haba encontrado.A veces, por perseguir una ilusin sin fundamento, descuidamos lo que ya tenemos y acabamos quedndonos sin nada. Como dice el refrn: Vale ms pjaro en mano que cien volando

Ilustracin de Vclav Hollar en la Fbulas de Esopo (1673-75)

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Fbulas de Aviano

Fbulas de Aviano El lobo y el cabritoCasualmente un cabrito, corriendo ms rpido, haba escapado de un lobo y se dirigi a unos campos en cuyas proximidades haba unas chozas. Huyendo a toda velocidad desde all hasta el interior de las murallas, se par en medio de un rebao de ovejas. El depredador le sigui infatigablemente hasta el centro de la ciudad e intent seducirle con meditados engaos: No ves, le dice, cmo chilla la vctima en todos estos templos y ensangrenta el suelo con cruel muerte? Si no puedes volverte a tus seguros llanos, ay de m!, tambin t caers con la frente cubierta de vendas. El cabrito responde: Tan slo, te lo suplico, no te inquietes ni temas por m y llvate, malvado, tus ftiles amenazas. Pues ms valdr haber derramado sangre como vctima de los dioses que saciar las fauces de un rabioso lobo.As, cada vez que uno se siente afligido por un doble peligro, lo mejor es optar por una muerte noble.

La cabra y el lenAl pasar cerca un len hambriento, vio a una cabra que paca en lo alto de una roca. l habl primero: Eh!, dijo, abandona esos abruptos y elevados peascos y no busques pasto en esas espinosas cimas. Ramonea en los verdes prados la azafranada flor del citiso, las Verdosas hojas de los sauces y los sabrosos tomillos. 38

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Ella, gimiendo, le respondi: Deja, por favor, de simular falazmente y con dulces engaos que no corro peligro. Aunque tus consejos sean sinceros y trates de evitarme peligros mayores, no vas a lograr, sin embargo, que confe en tus palabras. Pues, a pesar de que tu aviso est fundado y expresado con buenas palabras, la fiereza del consejero me hace sospechar.

Godofredo Daireaux El perro y la canastaUn perro llevaba en una canasta, para la casa de su amo, un buen pedazo de carne. Por el camino encontr a su pariente el cimarrn, quien entabl con l conversacin amistosa. No coma todos los das el pobre, y de buena gana hubiera mascado un poco de lo que llevaba el perro. Haca mil indirectas; ofreca sus servicios para cualquiera oportunidad; propona ciertos cambiazos muy ventajosos, segn l, enumerando con nfasis las varias reses que deca tener guardadas. Dame la canasta deca al perro; te la voy a llevar hasta casa, y all vers cosa buena. Podrs elegir a tu gusto la presa que ms te parezca debe ser del agrado de tu amo, a quien tanto deseo conocer, y as se la ofreces de mi parte. El perro, sin desprender los dientes, medio le contest que no tena tiempo, que dispensara, y para evitar compromisos, se apret el gorro. 39

Fbulas de

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Algo ms lejos, dio con un puma flaco, hecho feroz por el hambre. El perro, en otra ocasin hubiera disparado; pero el deber lo hizo valiente. Puso en el suelo la canasta, ense los colmillos y esper el ataque. El puma se abalanz ms a la canasta que al enemigo, pero antes que la pudiera agarrar, el perro lo caz de la garganta y lo sacudi de tal modo que se volvi el otro para los montes, sin pedir el vuelto. Trotando, segua el perro con la canasta, cuando se vio rodeado, sin saber cmo, por cuatro zorros. Se par; se pararon ellos. Volvi a caminar; se volvieron a mover: pero como se le venan acercando mucho, y que si soltaba la canasta un solo rato, para castigar a alguno de ellos, los otros aprovecharan la bolada, opt por quedarse al pie de un rbol, y esperar con paciencia que le vinieran a ayudar. Pasaban las horas; los zorros no se atrevan a atacarlo, pero, pacientes, espiaban un descuido del fiel guardin. Ni pestae siquiera, y cuando lo atorment el hambre, no se quiso acordar de lo que llevaba, pues era ajeno. Al fin, vino el amo, inquieto, buscndolo. Dispararon los zorros; el perro fue acariciado como bueno. Pues haba sabido tener, para conservar, ms astucia que el astuto para adquirir, ms fuerza que el fuerte, ms paciencia que el paciente. De otro perro cuentan que, tambin llevando carne, se vio de repente atacado por uno mayor que l y ms fuerte. Puso en el suelo la carne, y sin vacilar, pele, como guapo y fiel que era; pero se juntaron otros perros y entre todos, ya lo iban a obligar a ceder y a robarle lo que llevaba. Se le ocurri entonces que, ya que no poda sal-

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var la carne, siquiera l tambin deba tomar su parte de ella: arranc un pedazo y con l se mand mudar, dejando que los dems siguiesen disputndose el resto.Hay hroes que slo son hroes, y hasta el fin; pero son pocos.

El hombre y la ovejaEl hombre dijo a la oveja: Te voy a proteger! Y a la oveja le gust. Apenas dijo el hombre tienes en las espaldas, para resistir al fro, algunas hebras de gruesa lana. Vives en rocas speras, donde tienes que brincar a cada paso, con riesgo de tu vida, para buscar el escaso alimento, el pobre pasto que all crece. Los leones no te dejan en paz. Cras hijos flacos con tu poca leche, y da pena ver en semejante miseria a ti y a toda tu familia. Ven conmigo. Te dar rico velln de lana fina y tupida, perseguir a tus enemigos, curar tus enfermedades, tendrs parques seguros y prados abundantes. Vers, tus corderos, qu gordos sern! Ven, pues; te voy a proteger. Y fue la oveja, balando de gozo. El hombre, primero, la encerr en un corral. Quiso ella salir; un perro le mordi el hocico. Le hirieron en la oreja con un cuchillo y la metieron en un bao, fro, de olor muy feo. Por fin, de compaero, le dieron un carnero que a ella no le gustaba nada. En vano protest. Es para tu bien dijo el hombre: no ves que te estoy protegiendo? 41

Fbula de Leonardo

Poco a poco se fue acostumbrando. Sus formas agrestes cambiaron por completo; sus mechones cerdosos se volvieron lana, y se hinch de orgullo al ver su hermoso velln. Entonces, el hombre la esquil. La oveja tuvo magnficos hijos, rebosantes de salud y redondos de gordura. El hombre se los llev, sin decirle para donde. La oveja quiso saltar el corral para seguirlos, y rompi un listn de madera. El hombre, furioso, asestndole un golpe en la cabeza: Vaya! dijo, mtase uno a proteger ingratos!

Leonardo Da Vinci El ave extraordinariaHace mucho tiempo, un viajero recorri medio mundo en busca del ave extraordinaria. Aseguraban los sabios que luca el plumaje ms blanco que se pudiera imaginar. Decan adems que sus plumas parecan irradiar luz, y que era tal su luminosidad que nunca nadie haba visto su sombra. Dnde encontrarla? Lo ignoraban. Desconocan hasta su nombre. El viajero recorri el bosque, la costa, la montaa. Un da, junto al lago, distingui un ave inmaculadamente blanca. Se acerc con sigilo, pero ella sinti su presencia y levant vuelo.

Una fbula de

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Su sombra voladora se dibuj sobre las aguas del lago. Es slo un cisne se dijo entonces el viajero, recordando que el ave extraordinaria no tena sombra. Algn tiempo despus, en el jardn de un palacio, vio un ave bellsima. Estaba en una gran jaula de oro y su plumaje resplandeca en el sol. El guardin del jardn adivin lo que pensaba y le advirti: Es slo un faisn blanco, no es lo que buscas. El viajero incansable recorri muchas tierras, pases, continentes... Lleg hasta el Asia y all, en un pueblo, conoci a un anciano que dijo saber dnde se encontraba el ave extraordinaria. Juntos escalaron una montaa. Cerca de la cumbre, vieron al gran pjaro incomparable. Sus plumas, esplendorosamente blancas, irradiaban una luz sin igual. Se llama Lumerpa dijo el anciano. Cuando muere, la luz de su plumaje no se apaga. Y si alguien le quita entonces una pluma, sta pierde al momento su blancura y su brillo. All termin la bsqueda. El viajero volvi a su tierra, feliz, como si una parte de aquel resplandor lo iluminara por dentro. Y asegur que el plumaje de Lumerpa era como la fama bien ganada y el buen nombre y honor... ...que no pueden quitarse a quien los posee y que siguen brillando an despus de la muerte.

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Fbulas de Jean de La Fontaine

Jean de La Fontaine El dragn de muchas cabezas y el de muchas colasUn mensajero del Gran Turco se vanagloriaba, en el palacio del Emperador de Alemania, de que las fuerzas de su soberano eran mayores que las de este imperio. Un alemn le dijo: Nuestro Prncipe tiene vasallos tan poderosos que por s pueden mantener un ejrcito. El mensajero, que era varn sesudo, le contest: Conozco las fuerzas que puede armar cada uno de los Electores, y esto me trae a las mientes una aventura, algo extraa, pero muy verdica. Hallbame en lugar seguro, cuando vi pasar a travs de un seto las cien cabezas de una hidra. La sangre se me helaba, y no haba para menos. Pero todo qued en susto: el monstruo no pudo sacar el cuerpo adelante. En esto, otro dragn, que no tena ms que una cabeza, pero muchas colas, asoma por el seto. No fue menor mi sorpresa, ni tampoco mi espanto! Pas la cabeza, pas el cuerpo, pasaron las colas sin tropiezo: esta es la diferencia que hay entre vuestro Emperador y el nuestro.

Fbulas de

El lobo y el perroEra un Lobo, y estaba tan flaco, que no tena ms que piel y huesos: tan vigilantes andaban los perros de ganado. Encontr a un Mastn, rollizo y lustroso, que se haba extraviado. Acometerlo y destrozarlo, cosa es que hubiese hecho de buen grado el seor Lobo; pero haba que emprender singular batalla, y el enemigo tena trazas de defenderse bien. 44

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El Lobo se le acerca con la mayor cortesa, entabla conversacin con l, y le felicita por sus buenas carnes. No estis tan lcido como yo, porque no queris, contesta el Perro: dejad el bosque; los vuestros, que en l se guarecen, son unos desdichados, muertos siempre de hambre. Ni un bocado seguro! Todo a la ventura! Siempre al atisbo de lo que caiga! Seguidme, y tendris mejor vida. Contest el Lobo: Y qu tendr que hacer? Casi nada, repuso el Perro: acometer a los pordioseros y a los que llevan bastn o garrote; acariciar a los de casa, y complacer al amo. Con tan poco como es esto, tendris por gajes buena pitanza, las sobras de todas las comidas, huesos de pollos y pichones; y algunas caricias, por aadidura. El Lobo, que tal oye, se forja un porvenir de gloria, que le hace llorar de gozo. Camino haciendo, advirti que el perro tena en el cuello una peladura. Qu es eso? preguntle. Nada. Cmo nada! Poca cosa. Algo ser. Ser la seal del collar a que estoy atado. Atado! Exclam el Lobo: pues que? No vais y vens a donde queris? No siempre, pero eso, qu importa? Importa tanto, que renuncio a vuestra pitanza, y renunciara a ese precio el mayor tesoro. Dijo, y ech a correr. An est corriendo. [...]

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Fbulas de Jean de La Fontaine

El gallo y la perlaUn da cierto Gallo, escarbando el suelo, encontr una perla, y se la dio al primer lapidario que hall a mano. Fina me parece, le dijo, al drsela; pero para m vale ms cualquier grano de mijo o avena. Un ignorantn hered un manuscrito, y lo llev en el acto a la librera vecina. Parceme cosa de mrito, le dijo al librero; pero, para m, vale ms cualquier florn o ducado.

El lobo y el corderoLa razn del ms fuerte siempre es la mejor: ahora lo veris. Un Corderillo sediento beba en un arroyuelo. Lleg en esto un Lobo en ayunas, buscando pendencias y atrado por el hambre. Cmo te atreves a enturbiarme el agua? dijo malhumorado al corderillo. Castigar tu temeridad. No se irrite Vuesa Majestad, contest el Cordero; considere que estoy bebiendo en esta corriente veinte pasos ms abajo, y mal puedo enturbiarle el agua. Me la enturbias, grit el feroz animal; y me consta que el ao pasado hablaste mal de m. Cmo haba de hablar mal, si no haba nacido? No estoy destetado todava. Si no eras t, sera tu hermano. No tengo hermanos, seor. Pues sera alguno de los tuyos, porque me tenis mala voluntad a todos vosotros, vuestros pastores y vuestros perros. Lo s de buena tinta, y tengo que vengarme. Dicho esto, el Lobo me lo coge, me lo lleva al fondo de sus bosques y me lo come, sin ms auto ni proceso. [...]

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

El nio y el maestro de la escuelaEn esta fabulita quiero haceros ver cun intempestivas son a veces las reconvenciones de los necios. Un Muchacho cay al agua, jugando a la orilla del Sena. Quiso Dios que creciese all un sauce, cuyas ramas fueron su salvacin. Asido estaba a ellas, cuando pas un Maestro de escuela. Gritole el Nio: Socorro, que muero! El Dmine, oyendo aquellos gritos, volvise hacia l, muy grave y tieso, y de esta manera le adoctrin: Habrse visto pillete como l? Conteplad en qu apuro le ha puesto su atolondramiento. Encargaos despus de calaverillas como ste! Cun desgraciados son los padres que tienen que cuidar de tan malas pcoras! Bien dignos son de lstima! y terminada la filpica, sac al Muchacho a la orilla. Alcanza esta crtica a muchos que no se lo figuran. No hay charlatn, censor, ni pedante, a quien no siente bien el discursillo que he puesto en labios del Dmine. Y de pedantes, censores y charlatanes, es larga la familia. Dios hizo muy fecunda esta raza. Venga o no venga al caso, no piensan en otra cosa que en lucir su oratoria. Amigo mo, scame del apuro y guarda para despus la reprimenda.

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Fbula de Jean-Pierre

Jean-Pierre Claris de Florian El len y el leopardoUn len valeroso, rey de una inmensa llanura, Quera dominar una parte ms grande, Y quiso conquistar un prximo bosque, Herencia de un leopardo. Atacar no era muy difcil para l; Pero el len temi a las panteras y osos, Por lo que el monarca diestro resolvi debidamente la cuestin. Al leopardo joven, bajo el pretexto de honor, le delega a un embajador: Era un zorro viejo, hbil y popular. En primer lugar, del leopardo joven exalta su prudencia, Le alaba en son de paz, su bondad, su dulzura, su justicia y su beneficencia; Entonces, en nombre del len una alianza propone Para limpiar a todo el vecino que no valore su fuerza. El leopardo acepta; y desde el da siguiente, Nuestros dos hroes, en sus fronteras, Comen a los mejores osos y panteras; Fue hecho pronto; pero cuando los reyes amigos, Compartiendo el pas conquistado, fijan sus miradas en sus nuevos lmite, All sobrevinieron algunas rias. El leopardo perjudicado se quej al len; Este mostr su dentadura postiza para demostrar quin mandaba; Para abreviar la historia, fueron varios los golpes. Al final de la aventura lleg la muerte del leopardo: ste aprendi un poco tarde Que contra los leones las verjas ms buenas son los Estados pequeos de osos y panteras.

Fbula de

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

Toms de Iriarte Fbulas literarias La compra del asnoNo sabis, compaeros, que la oruga tambin labra capullos, aunque malos? Laboriosos ingenios perseguidos, Queris un buen consejo? Pues cuidado. Cuando os provoquen ciertos envidiosos, no hagis ms que contarles este caso. Ayer por mi calle pasaba un borrico, el ms adornado que en mi vida he visto. Albarda y cabestro eran nuevecitos con flecos de seda rojos y amarillos. Borlas y penacho llevaba el pollino, lazos, cascabeles, y otros atavos. Y hechos a tijera, con arte prolijo, en pescuezo y anca dibujos muy lindos. Parece que el dueo, que es, segn me han dicho, un chaln gitano de los ms ladinos, vendi aquella alhaja a un hombre sencillo;

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Fbulas de Tmas de Iriarte

y aaden que al pobre le cost un sentido. Volviendo a su casa, mostr a sus vecinos la famosa compra, y uno de ellos dijo: Veamos, compadre, si este animalito tiene tan buen cuerpo como buen vestido. Empez a quitarle todos los alios; y bajo la albarda, al primer registro, le hallaron el lomo asaz malferido, con seis mataduras y tres lobanillos, amn de dos grietas y un tumor antiguo que bajo la cincha estaba escondido. Burro, dijo el hombre, ms que el burro mismo, soy yo, que me pago de adornos postizos! A fe que este lance no echar en olvido; pues viene de molde a un amigo mo, el cual a buen precio ha comprado un libro bien encuadernado, que no vale un pito.Es ser muy necio comprar libros slo por la encuadernacin.

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

El burro flautistaEsta fabulilla, salga bien o mal, me ha ocurrido ahora por casualidad. Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad. Una flauta en ellos hall, que un zagal se dej olvidada por casualidad. Acercose a olerla el dicho animal; y dio un resoplido por casualidad. En la flauta el aire se hubo de colar, y son la flauta por casualidad. Oh! dijo el borrico: Qu bien s tocar! Y dirn que es mala la msica asnal?Sin reglas del arte, el que en algo acierta es por casualidad.

El pollo y los dos gallosUn gallo, presumido de luchador valiente, a un pollo algo crecido no s por qu accidente, tuvieron sus palabras, de manera

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Fbulas de Tmas de Iriarte

que armaron una brava pelotera. Diose el pollo tal maa, que sacudi a mi gallo lindamente, quedando ya por suya la campaa. Y el vencido sultn de aquel serrallo dijo, cuando el contrario no lo oa: Eh! Con el tiempo no ser mal gallo; el pobrecillo es mozo todava... Jams volvi a meterse con el pollo. Mas en otra ocasin, por cierto embrollo, teniendo un choque con un gallo anciano, guerrero veterano, apenas le qued pluma ni cresta; y dijo al retirarse de la fiesta: Si no mirara que es un pobre viejo... Pero chochea, y por piedad le dejo. Quien se meta en contienda, verbigracia, de asunto literario, a los aos no atienda, sino a la habilidad de su adversario.No ha de considerarse en un autor la edad, sino el talento.

El oso, la mona y el cerdoUn oso, con que la vida ganaba un piamonts, la no muy bien aprendida danza, ensayaba en dos pies. Queriendo hacer de persona, dijo a una mona: Qu tal? Era perita la mona, y respondiole: Muy mal. Yo creo, replic el oso, que me haces poco favor. Pues qu! Mi aire no es garboso?

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

No hago el paso con primor? Estaba el cerdo presente, y dijo: Bravo! Bien va! Bailarn ms excelente no se ha visto ni ver. Ech el oso, al or esto, sus cuentas all entre s, y con ademn modesto hubo de exclamar as: Cuando me desaprobaba la mona, llegu a dudar: mas ya que el cerdo me alaba, muy mal debo de bailar. Guarde para su regalo esta sentencia un autor: si el sabio no aprueba, malo; si el necio aplaude, peor.Nunca una obra se acredita tanto de mala, como cuando la aplauden los necios..

El jilguero y el cisneCalla t, pajarillo vocinglero, (dijo el cisne al jilguero). A cantar me provocas, cuando sabes que de mi voz la dulce meloda nunca ha tenido igual entre las aves? El jilguero sus trinos repeta, y el cisne continuaba: Qu insolencia! Miren cmo me insulta el musiquillo! Si con soltar mi canto no le humillo, d muchas gracias a mi gran prudencia. Ojal que cantaras! (Le respondi por fin el pajarillo): Cunto no admiraras con las cadencias raras

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Fbulas de Tmas de Iriarte

que ninguno asegura haberte odo, aunque logran ms fama que las mas!... Quiso el cisne cantar, y dio un graznido. Gran cosa! Ganar crdito sin ciencia, y perderle en llegando a la experiencia.Nada sirve la fama, si no corresponden las obras.

El gusano de seda y la araaTrabajando un gusano su capullo, la araa, que teja a toda prisa, de esta suerte le habl con falsa risa, muy propia de su orgullo: Qu dice de mi tela el seor gusano? Esta maana la empec temprano, y ya estar acabada al medioda. Mire qu sutil es, mire qu bella!... El gusano con sorna responda: Usted tiene razn; as sale ella.Se ha de considerar la calidad de la obra y no el tiempo que se ha tardado en hacerla.

El lobo y el pastorCierto lobo, hablando con cierto pastor, Amigo, le dijo: yo no s por qu me has mirado siempre con odio y horror. Tinesme por malo, no lo soy a fe. Mi piel en invierno que abrigo no da! Achaques humanos cura ms de mil: y otra cosa tiene: que seguro est que la piquen pulgas ni otro insecto vil. Mis uas no trueco por las del tejn, que contra el mal de ojo tienen gran virtud.

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

Mis dientes, ya sabes cun tiles son, y a cuntos con mi unto he dado salud. El pastor responde: Perverso animal, maldgate el cielo, maldgate amn! Despus que ests harto de hacer tanto mal, qu importa que puedas hacer algn bien? Al diablo los doy tantos libros lobos como corren hoy.El libro que de suyo es malo, no dejar de serlo porque tenga tal o cual cosa buena.

El cuervo y el pavoPues como digo, es el caso, y vaya de cuento, que a volar se desafiaron un pavo y un cuervo. Al trmino sealado, cul lleg primero? Considrelo quien de ambos haya visto el vuelo. Aguarda, le dijo el pavo al cuervo de lejos: Sabes lo que estoy pensando? Que eres negro y feo. Escucha: tambin reparo (le grit ms recio), en que eres un pajarraco de muy mal agero. Quita all, que das asco, grandsimo puerco! S, que tienes por regalo comer cuerpos muertos. Todo esto no viene al caso (le responde el cuervo); porque aqu slo tratamos

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Fbulas de Tmas de Iriarte

de ver qu tal vuelo. Cuando en las obras del sabio no encuentra defectos, contra la persona cargos suele hacer el necio.Citando se trata de notar los defectos de una obra, no deben censurarse los personales de su autor.

El asno y su amoSiempre acostumbra hacer el vulgo necio de lo bueno y lo malo igual aprecio: yo le doy lo peor, que es lo que alaba. De este modo sus yerros disculpaba un escritor de farsas indecentes; y un taimado poeta que lo oa, le respondi en los trminos siguientes: al humilde jumento su dueo daba paja, y le deca: Toma, pues que con eso ests contento. Djolo tantas veces, que ya un da se enfad el asno, y replic: Yo tomo lo que me quieras dar: pero, hombre injusto, piensas que slo de la paja gusto? Dame grano, y vers si me lo como. Sepa quien para el pblico trabaja, que tal vez a la plebe culpa en vano; pues si en dndola paja, come paja, siempre que la dan grano, come grano.Quien escribe para el pblico, y no escribe bien, no debe fundar su disculpa en el mal gusto del vulgo.

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

Flix Mara de Samaniego La cigarra y la hormigaCantando la cigarra pas el verano entero, sin hacer provisiones all para el invierno; los fros la obligaron a guardar el silencio y a acogerse al abrigo de su estrecho aposento. Viose desproveida del preciso sustento: sin mosca, sin gusano, sin trigo, sin centeno. Habitaba la hormiga all tabique en medio, y con mil expresiones de atencin y respeto la dijo: Doa Hormiga, pues que en vuestros graneros sobran las provisiones para vuestro alimento, prestad alguna cosa con que viva este invierno esta triste cigarra, que, alegre en otro tiempo, nunca conoci el dao, nunca supo temerlo. No dudis en prestarme; que fielmente prometo pagaros con ganancias por el nombre que tengo. 57

Fbulasa de

Fbulas de Samaniego

La codiciosa hormiga respondi con denuedo, ocultando a la espalda las llaves del granero: Yo prestar lo que gano con un trabajo inmenso! Dime, pues, holgazana, qu has hecho en el buen tiempo? Yo, dijo la cigarra, a todo pasajero cantaba alegremente sin cesar ni un momento. Hola!, con que, cantabas cuando yo andaba al remo? Pues ahora, que yo como, baila, pese a tu cuerpo.

El len envejecidoAl miserable estado de una cercana muerte reducido estaba ya postrado un viejo len del tiempo consumido, tanto ms infeliz y lastimoso, cuanto haba vivido ms dichoso. Los que cuando valiente humildes le rendan vasallaje, al verlo decadente, acuden a tratarlo con ultraje; que como la experiencia nos ensea, de rbol cado todos hacen lea. Cebados a porfa, lo sitiaban sangrientos y feroces. El lobo le morda, tirbale el caballo fuertes coces, luego le daba el toro una cornada, despus el jabal su dentellada.

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

Sufri constantemente estos insultos; pero reparando que hasta el asno insolente iba a ultrajarle, falleci clamando: Esto es doble morir; no hay sufrimiento, porque muero injuriado de un jumento. Si en su mudable vida al hombre la fortuna ha derribado con msera cada desde donde lo haba ella encumbrado, Qu ventura en el mundo se promete, si an de los viles llega a ser juguete?

El cuervo y el zorroEn la rama de un rbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el seor Cuervo. Del olor atrado un zorro muy maestro le dijo estas palabras, a poco ms o menos: Tenga usted buenos das, seor Cuervo, mi dueo; vaya que estis donoso, mono lindo en extremo; yo no gasto lisonjas, y digo lo que siento; que si a tu bella traza corresponde el gorjeo, juro a la diosa Ceres, siendo testigo el cielo, que tu sers el fnix de sus vastos imperios. Al or un discurso tan dulce y halageo,

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Fbulas de Samaniego

de vanidad llevado quiso cantar el cuervo. Abri su negro pico, dej caer el queso; el muy astuto zorro, despus de haberlo preso, le dijo: Seor bobo, pues sin otro alimento quedis con alabanzas tan hinchado y repleto, digerid las lisonjas mientras digiero el queso.

Franois Fnelon Fbulas Zoolgicas La abeja y la moscaCierto da la abeja vio a una mosca encima de su colmena Qu haces t aqu? le dijo ella con tono furioso. Verdaderamente eres atrevido, vil animalejo, mezclndote con las reinas del aire. Tienes mucha razn contest con frialdad la mosca; es hacer un problema aproximarse a una nacin tan fogosa como la tuya. Nadie es ms sabio que nosotras dijo la abeja, nicamente nosotras tenemos leyes y una repblica civilizada; solamente libamos en el cliz de las flores olorosas y no hacemos ms que deliciosa miel comparable al nctar. Lejos de mi presencia, villana mosca importuna, que no haces ms que zumbar y buscarte la vida entre la basura! Vivimos como podemos contest la mosca: la pobreza no es un vicio; pero s lo es,, y muy grande, la clera. Vosotras hacis la miel que es dulce, pero vues-

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

tro corazn es siempre amargo: vosotras sois sabias con vuestras leyes, pero iracundas en vuestra conducta. Vuestra clera, que os hace picar a vuestros enemigos, os causa la muerte, y vuestra loca crueldad os hace as peor dao a vosotras mismas, que a nadie. Es preferible tener unas cualidades menos admirables y un poco ms de moderacin.

Los dos zorrosDos zorros entraron de noche y por sorpresa en un gallinero y estrangularon al gallo, las gallinas y a los polluelos y, despus de la carnicera, apaciguaron su hambre. Uno de ellos, joven y ardiente, quera devorarlo todo; el otro, viejo y avaro, quera guardar alguna provisin para ms adelante. El viejo deca: Hijo mo, la experiencia me ha vuelto sabio: yo he visto muchas cosas desde que estoy en el mundo. No comamos todo esto en un solo da. Hemos tenido fortuna; es un tesoro lo que hemos encontrado y es preciso economizar. El joven contest: Yo quiero comerlo todo ahora que lo tengo y saciarme por ocho das; porque rimonos de lo que pueda suceder; el maana no ser tan bueno: el amo, para vengar la muerte de sus pollos, nos acogotar. Despus de esta conversacin cada cual cogi su parte. El joven comi tanto que revent; apenas pudo llegar a su madriguera para morir. El viejo, que se crey ms sabio moderando su apetito y vivir economizando, al da siguiente, al volver a su presa, fue acogotado por el amo.As, cada edad tiene sus defectos; los jvenes son fogosos e insaciables en sus placeres; los viejos son incorregibles en su avaricia.

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Fbulas de Franois Fnelon

Los dos ratonesUn ratn, cansado de vivir entre peligros y alarmas por causa de Mitis y de Rodilardo, que solan hacer gran carnicera en la nacin ratonil, llam a la comadre que viva en un agujero de la vecindad. He tenido le dijo una buena idea. Por ciertos libros que he rodo estos pasados das supe que existe un hermoso pas llamado las Indias, donde nuestro pueblo es mejor tratado y goza de ms seguridad que aqu. En aquellos pases lejanos creen los sabios que el alma del ratn fue en otro tiempo el alma de un gran capitn, de un rey o de un fakir maravilloso, pudiendo, despus de la muerte del ratn, entrar en el cuerpo de una bella dama o de un gran sabio. Si no recuerdo mal llamaban a esto metempsicosis. Como tienen esta creencia, tratan a los animales con un cario fraternal, habiendo levantado hospitales de ratones, donde viven en pensin, mantenidos como personas de mrito. Vmonos, pues, hermana ma, y hgase por fin justicia a nuestros mritos La comadre contest: Pero es que en ese hospital no entran los gatos? Porque si entran realizarn muy a prisa la metempsicosis y con un golpe de sus garras o de sus dientes harn un faquir o un rey, y en este caso no creo lo pasemos tan bien como supones. No temis esto contest el ratn; en aquel pas el orden es perfecto y los gatos tiene sus casas, como los nuestros las suyas, y tiene tambin aparte sus hospitales para sus invlidos. Despus de esta conversacin partieron juntos, embarcndose en una navo de gran escala, es-

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

currindose por las cuerdas de las amarras, la vspera de su salida. Los dos ratones ansiaban verse ya en alta mar, lejos de aquellas tierras malditas donde los gatos ejercen una tirana cruel. Por fin parte el buque. La navegacin fue muy feliz; pronto llegaron a Sucrates, no para amasar riquezas como los mercaderes, sino para hacerse tratar bien por los indios. En cuanto entraron en una casa de ratones quisieron ocupar los primeros puestos. El uno pretenda haber sido en otro tiempo un brahmn famoso en las costas de Malabar, y la otra, una bella dama del mismo pas, de largas y hermosas orejas... Tan insolentes se hicieron, que los dems ratones no podan sufrirlos, lo que caus una verdadera guerra civil, no concedindose tregua a los dos europeos que pretendan hacer leyes para los dems, y en lugar de ser estrangulados por los gatos, fueron muertos por sus propios hermanos.Bien est huir lejos del peligro: pero si no se es modesto y sensato, aun lejos, hllase la desgracia; porque cada cual puede hallarla consigo mismo.

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Fbulas de Ramn de Campoamor

Ramn de Campoamor El arquitecto y el andamioInstituciones intiles Quit el andamio Simn despus que una casa hubo hecho, y el andamio con despecho exclam: Qu ingrata accin! A tan necia exclamacin dijo Simn muy formal: Quitarte antes, animal, fuera imprudencia no escasa; mas despus de hecha la casa, hay cosa mas natural?

Fbulas de

El gato y el milanoOficios mutuos Desplumaba a una trtola un milano, y un gato que gruendo lo vea el hocico lamindose, aunque en vano, Ah, verdugo! furioso le deca. Y t qu eres? el ave le contesta. Call el gato, ocultando su deseo; y echndole las garras por respuesta, Qu he de ser, contest, siendo t el reo? Dotado siempre est de ansia inhumana cuanto arrojar al mundo a Dios le plugo verdugos de hoy, reos sern maana, pues el reo de ayer es hoy verdugo.

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

Los dos gorrionesLlgame el comedero, dijo a un Gorrin otro Gorrin muy maula. Pues breme primero contest aqul la puerta de tu jaula. Y si al verte ya libre, en tu embeleso, te vas, sin darme de comer en pago? Y quin me dice a m responde el preso que me abrirs si llenas el monago? Y en conclusin, por si ha de ser primero llegar el comedero o correr el alambre, quedse el enjaulado prisionero, y el hambriento volvise con el hambre. Digno amigo, por Dios, de tal amigo! Y ahora diris y bien como yo digo: Vaya que son en ciertas ocasiones lo mismo que los hombres los gorriones!

Salvar el honor con frasesDijo el Gallo a una Liebre: Huye, cobarde. Cobarde yo?, la Liebre respondi. Pero atisbando a un galgo nada tarde, hasta ms no poder, cobarde hua. Espera dijo el Gallo. Dios te guarde. No llamas a eso huir, seora ma? Y antes que el galgo le acercase el morro la Liebre contest: No huyo, que corro.

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Fbulas de Hartzembuch

Juan Eugenio Hartzembuch La prudencia humanaCay en la red del pescador artero un barbo jovencito. All fue trabajar el prisionero para romper el camo maldito! Chupa, muerde, batalla, deshilacha el torzal, quiebra una malla, y al fin se libra del peligro fiero. Caramba!, prorrumpi, de buena escapo! Vivir en adelante sobre aviso. Quien me pesque otra vez, ya ha de ser guapo, Mas una cosa de comer diviso, que a merced de las olas sobrenada, por un hilo sutil a un palo atada. Es, si no me equivoco, pan, y buena racin; pues me la emboco. Trase al cebo el pez sin ms recelo, y al salir de la red, trag el anzuelo. As, con sus propsitos ufana, se arroja en pos del apetito loco de yerro en yerro la prudencia humana.

Fbulas de

El rabe hambrientoPerdido en un desierto un rabe infeliz, ya medio muerto, de sed, hambre y fatiga, se encontr un envoltorio de vejiga. Lo levant, le sorprendi el sonido, y dijo de placer estremecido: Ostras deben de ser. Mas al verterlas, ay!, exclam, son perlas. 66En ciertas ocasiones no le valen al rico sus millones.

Las mejores fbulas de todos los tiempos

El pjaro y el nioUn pajarillo dieron a Blas, nio travieso, buen perilln. tale un hilo, le echa a volar, y el prisionero quieto se est. Blas le deca: Torpe animal, goza el permiso que hoy se te da. Largo de sobra es el torzal: vuelos bien altos puedes echar. No, dice el ave, que en realidad ese bien luego trnase mal. T de la pata me tirars, siempre que el vuelo quiera yo alzar. No hay servidumbre que aflija ms, que una con visos de libertad. Es muy justo y natural, cuando hace un engao alguno, que encuentre con otro tuno y queden tal para cual. 67

Fbulas de Hartzembuch

El cuadro del burroPint el insigne Don Francisco Goya con tan rara verdad y valenta un burro de la casa en que viva, que el cuadro borrical era una joya. Mister qu s yo quin, ingls muy rico, veinte mil reales por el lienzo daba; Goya, que a la sazn necesitaba un estudio bien hecho de borrico, tenaz a enajenarlo se negaba. Oyendo al fin un da el asno vivo discutir el trato, exclam sollozando de alegra: Mil duros da el ingls por mi retrato! Por el original, qu no dara?

El jumento murmuradorSeor, es fuerza que la sangre corra, dijo al len solcita la zorra. Sin cesar el estpido jumento de ti murmura con furor violento. Bah!, respondi la generosa fiera, djale que rebuzne cuanto quiera. Pecho se necesita bien mezquino para sentir injurias de pollino.

El guila y el caracolVio en la eminente roca donde anida el guila real, que se le llega un torpe caracol de la honda vega, y exclama sorprendida: Cmo, con ese andar tan perezoso, tan arriba subiste a visitarme? Sub, seora, contest el baboso, a fuerza de arrastrarme.

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Poema/fbula de Rubn Daro Los ZopilotesVinieron Sopes de Guatemala, de Costa Rica y El Salvador; y a un Zopilote de Nicaragua le preguntaron: Hola, seor, qu tal de vida? Venimos flacos; en nuestra tierra no hay qu comer: no hay perros muertos, no hay inmundicias, y hay polizontes, qu se ha de hacer! Y el Zopilote de Nicaragua, a sus compinches les contest: Qudense, amigos, en este suelo que otro ms bueno nunca se vio! Aqu tenemos en todas partes marranos muertos y perros mil, que nadie cuida

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Fbula de Rubn Daro

de levantarlos y que en las calles se pudren. S?, dijeron todos los Zopilotes pues nos quedamos, mi buen seor. Y vendrn otros de Guatemala, de Costa Rica y El Salvador.

Ivn Andrievich Krylov fbulas rusas El cisne, el bagre y el cangrejoUn cisne, un bagre y un cangrejo a tirar de un carro se pusieron y los tres juntos se engancharon de l; Se afanan y se afanan mas el carro no marcha! La carga para ellos no habra sido pesada: pero es que el cisne tira hacia las nubes, el cangrejo hacia atrs, y el bagre para el agua. Quin de ellos es culpable, quin no lo es, no nos toca juzgar. Slo que el carro todava est all.Cuando entre socios no hay acuerdosu asunto no ha de marchar bien,y antes saldr de all un padecimiento.

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

El gato y el cocineroCierto Cocinero, inteligente, dej sus ollas y se hizo una corrida a la taberna (era de pas costumbres y ese da conmemoraba a un compadre finado), y a cuidar de las lauchas lo que haba preparado dej al Gato. Pero al volver qu ve? En el suelo restos del pastel; y Vaska el Gato en el rincn, detrs del barrilito del vinagre, ronroneando y gruendo trajina con el pollo. Ay, angurriento, ay, malhechor! le reprocha a Vaska el Cocinero, Y no te da vergenza, aun de estas paredes? (Pero Vaska as y todo se afana con el pollo.) Cmo! Siendo hasta ahora un Gato honrado, te ponan como ejemplo de humildad y mira un poco... ay, qu bochorno! Qu han de decir ahora los vecinos: Vaska es un taimado! Vaska es un ladrn! Y a Vaska no ya a la cocina, no hay que dejar entrar siquiera al patio, como a un lobo cebado a los corrales: es lo peor, es la peste, la llaga de estos lares! (Y Vaska escucha, y come.) Tras darle rienda suelta a sus palabras, mi orador no encontraba final a su sermn. Y bien? Mientras cantaba, el Gato Vaska dio cuenta del asado.Pero yo a algunos cocinerosmandara llevar al parednpor que no gasten labia en vano donde es preciso utilizar la fuerza.

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Fbulas de frica

FBulas de frica Sudan La zorra y el lenUn da los habitantes del valle se reunieron en consejo para una decisin muy importante. Haba que solucionar un urgente problema. Habris advertido empez el buitre que hay frecuentes peleas entre los habitantes de nuestro valle y nuestros vecinos. No sera mejor que encargsemos a algunos de nosotros para apoyar nuestras razones y defender nuestros derechos? ptima idea es la tuya! coment el conejo-. As podremos dedicarnos a la labores domsticas con paz y tranquilidad, sin tener que mirar quin hay a nuestras espaldas. Y empezaron las discusiones. Uno quera elegir al gato, porque tiene el paso tan silencioso que puede acercarse a cualquiera sin que lo vean. Otro prefera al ratn, porque puede meterse por todas las rendijas y prevenir las jugadas del enemigo. Haba que optar por el elefante, porque con sus bramidos se impondra ciertamente a los dems. Os equivoicis dijo la mona, yo opino que debemos elegir al que sea ms astuto y ms fuerte. Todos estuvieron de acuerdo, pero cuando se trat de decidir quin era el ms astuto y ms fuerte, empezaron las contiendas. Yo concluy finalmente la gallina conozco un animal como no existe otro en la jungla. Y con esto se disolvi la asamblea. Durante la noche la zorra fue a ver al len. 72 Mira, amigo,- le dijo- es sabido que yo soy la

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ms astuta de todos los animales y que ninguno te iguala en fuerza. Qu te parece si trabajamos juntos? Lo que no se ha encontrado nunca en un animal solo, se encuentra centuplicado en nosotros dos. Todava no se haban apagado los gritos de alegra por la eleccin de la zorra y del len como delegados del pueblo, y ya estaba la gallina en las fauces de la zorra. Pero deca la infeliz- te hemos elegido para defendernos. As nos pagas? Bien ves que mis ocupaciones no me permiten ir a cazar. Adems, necesito un alimento abundante y sustancioso. T, s valiente y sacrifcate por el pueblo como me sacrifico yo. Djame, por favor!, que yo soy tambin pueblo- gimoteaba la gallina-; no me obligues a llamar al len. Pero, aunque lo hubiera llamado, ste no hubiera acudido porque estaba ocupado en deshacerse del gato. Me parece que nuestros representantes se divierten a nuestra costa- se atrevi a decir una noche el conejo. Es verdad- susurr la gacela-, pero callmonos, por favor, si no queremos acabar como la gallina y el gato. Al da siguiente la gacela y el conejo perecieron, no se sabe cmo, vctimas de un accidente, y acabaron en el plato de sus representantes. Pronto se extendi el terror por toda la selva; hasta la crtica ms pequea al rgimen era oda por la zorra y castigada por el len. De modo que, uno tras otro, los animales se vieron obligados a irse del valle y pedir asilo poltico a sus amigo de los alrededores. Y mientras los pobres

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Fbulas de frica

exiliados se alejaban silenciosamente, el buitre desde lo alto de una roca silbaba una cancin que comenzaba as: Si entre desdichas mil no deseas vivir, a violentos y astutos cuida de no unir.

La repblica de los animales (Fbula kikuyu, Kenia)Qu vida tan tonta nos toca vivir! dijo un da el conejo estirando las patas de atrs. Tienes razn dijo el pequeo zorro-; hace infinidad de aos que no ocurre en la selva nada de extraordinario, distinto de lo corriente. Y, por aadidura, mi padre, antes de dormirse sigui diciendo el leoncito, me aburre con las acostumbradas historias de sus tiempos... Cuando las selva sufra unos perodos largusimos de sequa, entonces s que haba que sudar de lo lindo para procurarse comida! Ahora en cambio los perodos de lluvia y de buen tiempo se suceden con regularidad matemtica y todo crece debajo de tus pies sin esfuerzo alguno. Vosotros los jvenes no sabis lo que significa estar cansados. No te creas que tu padre es el nico que te hace esos sermones repuso el conejo. El mo, por ejemplo, nos sigue diciendo: Haced economas, hijitos; guardad algo ahora que hay abundancia., porque las cosas pueden cambiar. Yo he tenido que andar un da entero para encontrar un puado de hierba seca. Es realmen-

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Las mejores fbulas de todos los tiempos

te un tormento tener que vivir con estos viejos que slo saben refunfuar. Un cuervo, que desde lo alto de un rbol lo haba odo todo, grazn: Amigos, qu os parece si dejamos a nuestros viejos con sus lamentaciones y nos vamos a un pas en el que slo haya jvenes? Eso s que es hablar bien! sentenci el pequeo zorro.No es justo que desperdiciemos nuestra juventud! Y, diciendo esto, se marcharon alegremente. Cuando el sol se ocult tras las montes, los cuatro amigos pensaron detenerse en una gruta para comer. Hay alguien que haya trado algo de comer? pregunt el zorro. Qu mala sombra! Nos hemos olvidado. Pero no temis, yo me ocupo de eso dijo el cuervo. Saltando de rama en rama lleg a lo ms alto de un rbol y luego se fue. Esperemos que nos traiga algo bueno comentaron los dems. Tenemos mala suerte, amigos dijo el cuervo regresando poco despus con el pico seco-. Pero me he enterado que ms all de esos montes del fondo hay un valle muy frtil. Y los cuatro amigos reanudaron su marcha con un hambre feroz que les roa el estmago. Nuestros viejos refunfuaban, dijo el leoncito, pero nos daban de comer. Los otros se callaron, porque pensaban lo mismo. Anduvieron muchsimo. El sol se alz en el cielo mientras los cuatro avanzaban lentamente con la lengua colgando y la cabeza dndoles vueltas por el cansancio.

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Fbulas de frica

Vamos a pararnos aqu! orden el len. Todos se recostaron en unas matas y se durmieron. Pero el zorro se despert en medio de la noche. Madre ma, qu hambre! se lament tocndose el estmago. Luego, viendo al cuervo que dorma a su lado, le dijo: T nos has metido en esta estpida aventura! Y con un profundo sentimiento de desprecio se le ech encima comindoselo con plumas y todo. Dnde est el cuervo? preguntaron los dems a la maana siguiente. Ese vil traidor habr huido durante la nochecontest el zorro procurando no sonrojarse por la vergenza. Al anochecer el tercer da, el conejo no quiso seguir adelante. Te aseguro que el valle de los jvenes est muy cerca- rugi el len. Pues yo digo que no ando ms dijo el conejo. Entonces vamos a pararnos, puesto que t quieres tener siempre razn concluy el zorro, que ya se relama pensando en las tiernas carnes del joven roedor. A la maana siguiente, en efecto, se encontraron solamente el len y el zorro. Dnde habr ido el conejo? pregunt el len. Est claro. Anoche quiso detenerse y habr acabado como el cuervo. Los amigos, que ya eran slo dos, reanudaron el camino jurndose mutua fidelidad. Hubo un momento en que dijo el len:

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Me asombra lo ligero que andas, sin dar signos de cansancio. Qu quieres , compadre len? Nosotros los zorros somos resistentes. Pues temo que te has comido al cuervo y al conejo. Qu cosas se te ocurren! Llevamos ya cuatro das andando, yo, que soy un len, me estoy muriendo de hambre y t, miserable zorro, ests vigoroso como uno que va de paseo. As es que djate de historias. O yo me muero de hambre o... El zorro se encogi todo lo que pudo, pero el len consigui ponerle una pata en la cabeza y se lo comi en dos bocados. Sin embargo, poco despus, al superar el montecillo, el rey de la selva se encontr en el frtil valle entrevisto a lo lejos por el cuervo. Qu malo he sido deshacindome del nico compaero que me quedaba! Ahora podramos vivir los dos felices y contentos gimi. No haba acabado de secarse las lgrimas, cuando oy a unos cazadores que decan: Mira qu ejemplar tan magnfico! Procuremos no estropearle la piel. El infeliz animal mir en torno aterrorizado, pero era ya demasiado tarde: una lanza le hiri en la garganta, matndolo. Precisamente en eso momento, a lo lejos, los ancianos padres del conejo, el cuervo, el zorro y el len inventaban el proverbio que dice: El que quiera a toda costa su vida entera cambiar perder siempre la barca y terminar en el mar.

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Fbulas de frica

El avaro castigadoHaba una vez un hombre muy rico: tena muchas mujeres, un gento de servidumbre, un palacio con prticos de mrmol y jardines donde el agua jugaba en fuentecillas revestidas de mosaicos de oro. Este hombre, absorbido de la administracin de sus bienes, era inteligente y tenaz en el trabajo. Desgraciadamente tena un solo ideal: el dinero. Cuando un mendigo se presentaba a su puerta, lo echaba de mala manera dicindole: trabaja, y sers rico como yo, su avaricia era tal que tambin prohiba a sus familiares cualquier gesto de generosidad. Ms tambin para l lleg el da en que, como acontece a cada mortal tuvo que morir. En espera del juicio, las lamas de los muertos quedan cerradas en una habitacin de la que pueden mirar por una ventanilla hacia el paraso o el infierno, objetos de su esperanza o destruccin. En aquellas celdas se encuentran un poco de provisiones. Sin embargo nuestro hombre, fue cerrado en la celdilla sin ventana y en la que no haba ni una escudilla de agua. Desdeado, empez a protestar y a gritar en contra del trato inhumano reservado a l, as que Sidma, el guardin, fue a preguntarle la causa de sus protestas. Me han encerrado en una habitacin oscura y sin provisiones! grit el pobre No lo sabas? respondi sorprendido el guardin si t hubieses pensado en prepararte alguna provisin cuando estabas en la tierra, ahora la encontraras aqu. Nuestro avaro puesto en aprietos delante a la prueba evidente de su negligencia para la vida

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futura, suplic a Sidma de obtenerle de Dios el permiso de regresar un mes a la tierra para enmendarle. El guardin le consigui dos meses de tiempo y lo reenvi a la tierra, con el pacto de que no revelase a nadie el privilegio excepcional. Retornado entre los suyos, que pensaron que se haba curado en el ltimo instante de la enfermedad, se puso a comprar cantidades de harina, aceite, miel, almendras, azcar y otros productos. Moviliz a todas las mujeres del pueblo a preparar galletas, bizcochos crujientes, tortas y supremo objeto de su gula una gran cantidad de kak, pequeas rosquillas tan buenas de comer con el t. Haba tomado a su servicio un panadero que, con ayuda de algunos ayudantes trabajaban da y noche cocinando dulces. Se vieron bien pronto colgar por los muros y por las vigas del palacio largos collares de rosquillas kak, mientras las mesas se llenaban de tortas y bizcochos. Mirando crecer las provisiones de da en da, nuestro hombre se llenaba las manos pensando que tena para comer por toda la eternidad. Lleg finalmente el da de la licencia, y sucedi que la ltima horneada de bizcochos kak, tal vez por el cansancio del hornero, se quem. Propiamente, en aquel instante un mendigo toc a la puerta. El avaro, esta vez consinti en darle un dulce, pero escogi para el mendigo, el ms quemado entre los que se haban quemado en la ltima horneada, un pequeo kak negro y hundido como un pedazo de carbn. Despus de algn instante lleg Sidma que lo volvi a llevar a la celda de espera. El hombre crey que encontrara la montaa de provisiones que se haba preparado en la tierra. Con desesperada sorpresa lo que encontr fue el

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Fbulas de frica

dulce quemado que ofreci al mendigo. Entonces entendi... era muy tarde!

Ben said y el mochuelo(Lechuza Ciega)

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Ben Said era un buen zapatero y un musulmn devoto y practicante. Un da, antes del atardecer, entr en la mezquita a orar como era la costumbre. Sentado en los talones, en un ngulo tranquilo se preparaba a invocar a Allah, cuando sus ojos miraron una lechuza viejita que se estaba encaramando en una altura del muro y pareca ignorar al hombre delante de ella a tan corta distancia. Ben Said la mir un largo rato despertndole curiosidad. Al da siguiente, a la misma hora, regres a la mezquita, y el pjaro estaba all, como encantado en el muro. El tercer da la vio todava en el mismo lugar: no se haba movido. Cada tarde Ben Said encontraba al pjaro inmvil abrigado en el mismo sitio. Decidi acercarse y se dio cuenta que el mochuelo era ciego Sh, he aqu! dijo entre s Ben Said he aqu porque la pobre bestia no abandona su escondite. Es ciego! C