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El paisaje Geológico contemporáneo es afectado por la inestabilidad política, estructural y geográfica. Así que, ¿cómo es nuestra figura entendida? ¿Cuál es nuestro lugar, si es que tenemos uno al que llamar nuestro? -Así que se preguntarán…. ¿qué es esto? --Esto son dibujos, archivos e historia. -¿Qué historia? --La que veo al recordar instantes que aún no me quieren abandonar. Algunos los llaman memorias.
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--La que veo al recordar instantes que aún no me quieren ...

Jul 16, 2022

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Page 1: --La que veo al recordar instantes que aún no me quieren ...

El paisaje Geológico contemporáneo es afectado por la inestabilidad política, estructural y geográfica. Así que, ¿cómo es nuestra figura entendida? ¿Cuál es nuestro lugar, si es que tenemos uno al que llamar nuestro?

-Así que se preguntarán…. ¿qué es esto?

--Esto son dibujos, archivos e historia.

-¿Qué historia?

--La que veo al recordar instantes que aún no me quieren abandonar. Algunos los llaman memorias.

Page 2: --La que veo al recordar instantes que aún no me quieren ...

La gente piensa que no sirvo para comunicarme, o que para hacerlo se necesitan dos o más interlocutores intercambiando palabras sin parar durante algún tiempo…claramente, estas personas nunca tuvieron un mejor amigo o –aún más triste- no se tomaron el tiempo a conversar consigo mismo.

¿Qué es hablar con uno mismo?

No se trata de entrar en un estado de trance y balbucear palabras sin sentido que nadie entienda, se trata de explorarse, ver en sus memorias y sueños, ¿por qué esta tan desesperado el subconsciente por desterrar al consciente?

Me ha pasado que tal vez por el estudio, lo que vendrá después en la vida, o simplemente por estar viva y tener preocupaciones, he olvidado muchas aventuras y personas con las que he cruzado el camino, a veces no importa si olvidas a alguien o algo que te causa dolor, en teoría debería estar bien, pero otras, debes recordarlo para crecer. Hablamos con nuestros amigos, familia, novio, pareja, perros o hasta los vigilantes del edificio, les exponemos nuestras ideas y concepciones de la vida, nos ven evolucionar, fallar o hasta vencer en lo que hacemos, y aunque cada día que nos organizamos nos vemos al espejo, nunca detallamos la persona que está más allá, lo que nosotros nos queremos contar a nosotros mismos.

¿Hay algo en mí?

¿Es posible que exista una utopía dormida en cada ser? O de hecho ¿es válido pensar en utopía en plena era de la modernidad?

¿Son memorias mías o flashbacks de una vida pasada?

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Mi abuelo fue muchas cosas, pero la que más resaltó fue su pasado militar y gusto por la comida grasosa y gustosa. En sus últimos años, en consecuencia a su fanatismo por la comida calórica su cuerpo presentaba múltiples fallas, poco a poco empezaron los médicos y familiares a reprimirle sus gustos, a lo que un día él respondió:

“Respirar no es sinónimo de vivir”

No sé por qué es lo que más recuerdo y guardo de él, no fue un momento épico de superación personal, lo dijo con un tono autoritario como el militar que aún vivía en él.

Fue, es y será una frase muy sencilla y puntual, sin misticismos ni cuentos a su alrededor, pero ahora, muchos años después yo escribo y recuerdo ese momento no tanto por lo que dijo, sino porque por unos instantes él dejó salir su pasado, se transformó o libero otro que hace mucho se sentía oprimido, atado a una cama y casado a un televisor, fue por un minuto que pudo decir y ser lo que tanto había guardado.

A veces pienso en la vida, qué haré luego de esto, a dónde iré, o incluso, ¿seré capaz de hacer algo alguna vez?

Hubo una época en la que visité muchos doctores, psicólogos y o psiquiatras, incluso la familia intentaba “enviarme su apoyo”. Todos hablaban mucho, sin parar, pero nadie estuvo dispuesto alguna vez a simplemente Ser; dejar el drama, no complicar más lo que ya era difícil e incómodo.

Ahora veo eso en retrospectiva, y la verdad, no logro recordar ni una palabra de lo que tanto me decían, lo único que veo al recapitular son imágenes, instantes congelados que se aferran a mi memoria creando una historia, y esas imágenes me generan sentimientos, que a su vez moldean los personajes y alteran lo que realmente fue.

Ya he crecido un poco, pero es recurrente que olvide las palabras al punto que ahora pienso que la vida no es lo que pasa a cada día, sino las fotografías mentales que guardamos de ellas, nuestro mundo, la vida se encuentra en el imaginario de cada uno.

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Muchas veces vemos los lugares como sitios que quisiéramos conocer o volver a ellos, pero pocas veces pensamos en nuestro sitio y esto es lo que pretendo con esta exploración, porque más que construir o inventar una ciudad, este proyecto es conocerme y explorarme, qué lugares, climas y criaturas viven en mí. Siendo así, estos dibujos y objetos resultan souvenirs de un viaje a mi memoria.

Mnemósine, según la mitología griega es la personificación de la memoria, madre de las musas y señora de las colinas de Eleuter. También es el nombre del rio opuesto al Leter, el cual borra tus memorias si bebes de él, puesto que Mnemósine es la diosa de la memoria, si bebías de su río, ella te otorgaría el don de recordar tu vida.

Así pues, esto resulta un autorretrato, una forma de exponerme sin mostrar mi rostro, un texto sin palabras donde las imágenes relataran mis vivencias, pues considero que más que un rostro y cuerpo, cada uno de nosotros está construido por momentos, experiencias, historias, traumas, vicios y demás….esto es lo que deseo ilustrar.

Estos dibujos son en parte ciudades-paisajes, fragmentos donde sale a la luz diferentes estados históricos y psicológicos, y es en las relaciones entre estos –entre el ahora y los fantasmas- que se crean los nichos de mi vida, un territorio inexplicable de la imaginación donde el deseo, los recuerdos y la intuición coinciden.

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En sus ojos luz y sinceridad

No hay que abrir la boca para hablar

Más grande en su cabeza que de Edad

Ella lleva en su corazón un Hogar.

Amargados, miren como la luna es bella

La noche caída, ella restaura las heridas

Unas horas; su reflejo en la laguna

Nos hace de todo olvidar

Pocos saben que el mar es más bello en la noche

No tiene color, no tiene olor, solo el sonido

Se escucha fuerte, se escucha calma, se escucha todo

Si cierras los ojos puede ser lo que quiero

Y tú también puedes ser lo que quieres ser

Solo hay que cerrar los ojos…y perder

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Hace mucho Moro habló de Utopía, un lugar majestuoso en el que todo era idóneo, se entendía como un lugar lejano, no solo en términos longitudinales sino por su difícil acceso y costumbres diferentes, acompañado de una sociedad y forma de gobierno que funcionaba por que no estaban ligados a la ambición, las cuales se contrastaban con los males de la sociedad Inglesa; pero eso no es lo que yo deseo hablar acá, sino de la visión de “Utopía” como palabra que desembocó luego de tal escrito.

Si viéramos Utopía como palabra etimológica y lo que esto acarrea, entenderíamos que según sus orígenes griegos esta hace alusión a aquel lugar que no existe; con lo cual si lo mezclamos con la idea de lugar podríamos concluir que se trata de una ideología, simbolismo o representación de una dada civilización imaginaria, inmaterial, sublime, perfecta, fantástica, aludiendo a una ciudad o a un universo paralelo al mundo en que se vive.

Esta idea podría quedarse en filosofía, ideas al aire que deambulan entre charlas, y aunque pienso que estos lugares no tienen posición exacta geográficamente, si considero que aún existen. Así pues, podríamos afirmar según la razón que actualmente al no poder ser medidos, censados o físicamente explorados, estos lugares Utópicos son eso, fantasías de mentes infantiles que sueñan con un mejor mañana o eso nos han dicho a muchos, pero ¿qué hay de cuando éramos pequeños y pintábamos nuestras familias, casas o lo que pasara por nuestras mentes? O ¿Cuándo estamos deprimidos y solo queremos ir a nuestro Lugar Feliz?, ¿no podría ser eso llamado una Utopía?

Si es así, entonces el mito no muere, al contrario nace con cada individuo nuevo pero es alejado con cada momento en el que se nos “lleva a la realidad”. He decidido relacionar el concepto de Utopía con el Ello del psicoanálisis.

Puesto que el Ello es considerado la parte más primitiva o más pura de la personalidad, un “lugar” innato en la mente de cada uno que alberga nuestros más sinceros instintos y deseos, un lugar en el cual me gustaría pensar nacen los sueños. En el Ello es donde se albergan los impulsos del placer inmediato, la espontaneidad diría yo, una parte que no está mediada ni limitada como el Yo por el miedo a las consecuencias, o el Superyó ya adoctrinado por las normas sociales.

El Ello es libre, puro, casi que comparte la misma definición de Utopía expuesta anteriormente. El Ello es automático, una parte psíquica que según Freud está en constante batalla con las otras dos, pero es en Ello donde se construye este trabajo, al lugar que apelo mediante la ayuda de la memoria.

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Me he dado cuenta que mis dibujos son fragmentos y que entre más pienso menos recuerdo. A veces es bueno que la mano hable, se suelte y es entonces cuando se crea un dialogo entre el pasado, la memoria y cómo ves las cosas ahora.

Considero que esto está en relación con la escritura automática, en este caso no se trata totalmente de la escritura entendida como un conjunto de letras y palabras con o sin sentido, sino de dibujos aparentemente adrede pero que todos vienen de un mismo lugar. Veo la mano como una metáfora que se refiere al conjunto de pensamientos y actos que he llevado a cabo para lograr esta exploración. Por ende “soltar la mano” es liberarse de las presiones, los pensamientos sobre cómo o qué se debe dibujar y sobre qué material.

Los surrealistas hablaban de la escritura automática como un proceso mediante el cual transmitías tus ideas prácticamente sin filtro, sin adecuarlas a los estándares de lo que debe ser una idea y digerida para que el público la entienda, se decía que era una manera mediante la cual el que hablaba era el subconsciente más que el sujeto atado a las normas pre establecidas. Todo esto estaba justificado en que el sueño o subconsciente tenía su propia realidad y este a su vez era el que influenciaba el consciente.

Se decía que la escritura automática era “un dictado del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón y fuera de toda preocupación estética o moral”, pero esto ha sido debatido por muchas personas, las cuales aseguran que esto es imposible. Lograr la desconexión del subconsciente y la razón no es posible, en esto entra mi opinión, la cual se alimenta de ambas partes.

Para mi si es posible la escritura automática, lo hice mediante dibujos, y lo que aparentemente parecen ser imágenes que solo provienen de un parte remota de mi mente o imaginación, resultan ser recuerdos. Cada vez que me enfrente al papel en blanco y tenía planeado hacer un dibujo estaba pensando tanto, cada detalle, el fondo, la forma y el color, que el resultado era la frustración y tristeza porque no lograba realizar lo que estaba preconcebido en mi mente. En cambio, cuando decidí simplemente hacer lo que fuera hablando mi mano, al terminar cada uno de estos fragmentos me di cuenta que no estaba dibujando cosas ajenas; en su momento parecían dibujos desconectados de mí, no entendía como podían salir imágenes con estos temas de mi cabeza, me decía a mí misma “se ven tristes y tú no eres así” luego, cuando los termine me di cuenta que de hecho no son tristes, ni felices, simplemente el dibujo es una imagen que me remite a lugares y circunstancias, es mi pasado mostrándose a través de imágenes.

Por esto pienso que se debería entender lo automático desde ambos puntos de vista, lo consciente si se alimenta y está influido por el subconsciente, puesto que es este último el que tiene acceso a los recuerdos y con estos los sentimientos ligados. Lo veo como un loop, si quieres volver a tus memorias debes entrar al subconsciente y encontrarlas, des empolvarlas, pero está en el consciente la capacidad de darles un sentido, un horizonte y entenderlas.

Claro no todo tiene ni debe ser entendido o racionalizado siempre, pero en casos como este, que donde se busca es una exploración y entendimiento se necesitan de ambas partes para lograrlo.

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Y cómo olvidarla si ya está en mí, cómo dejarla si ya poco reconozco mi reflejo, he vivido tanto con ella que no imagino como sería en su ausencia, ya no me recuerdo.

Guardo pasajes y momentos, pero los tengo en vano, porque cada vez que vuelvo atrás pienso en cómo ella me hubiera ayudado en aquel entonces. He tratado muchas cosas, charlas, ideas, e incluso ahogado su presencia, pero parece que con cada intento vuelve más fuerte.

No está siempre, claro, es como una amiga que viene y va, pero cuando decide quedarse se trae todo consigo, me inunda y aparta de mi misma, me sumerge en su historia y me recuerda la mía, me hace pensar en un futuro y mi lado ingenuo le cree, me trago tanto su cuento que cometo los más horribles errores, afortunadamente aún no me absorbe por completo, ahí es cuando ese pequeño porcentaje de mi sale y grita, me salvo por instantes y recupero el aire. Sé que está mal, pero cómo resistirse a sus encantos, cómo me convence de un futuro, cuando bien sé que con ella no lo habrá.

Unos creerían que no tiene cuerpo, que es solo una idea, yo solía pensar eso también; que tan solo era como un virus que se te pegaba como la gripa y hasta que te dejaba en la cama agonizando, ya llevamos varios años juntas, la gente no la ve, pero yo la veo en todo, siempre aparece, es solo cuestión de tiempo y circunstancias adecuadas…..para ella obvio.

A veces me despierta dulcemente y otras me impide dormir por días, solo pienso en qué haremos el siguiente día. Es como una droga, pero es ella quien me consume.

Aunque me enferme es quien me impulsa, lo sé, suena patético e incluso ingenuo, pero ella me lleva a ver nuevos mundos, nuevas caras e incluso inventarlos, porque es lo que hace, te pone una manta y oculta la verdad construida por la sociedad, te lleva a su realidad, un mini mundo que solo las dos podemos entrar, ella tiene la llave y de vez en cuando me la presta.

Recuerdo el día que la conocí, fue por un artículo que alguien escribió, un encuentro fugaz al cual no le preste atención. Con los días pasando su imagen retumbaba en mi cabeza, y como si fuera un demonio me cazaba y rondaba en mi cabeza todo el tiempo, hasta que un día, cedi a sus propuestas. De ahí en adelante todo se fue en picada, los días eran más cortos y mi energía disminuía cada vez que me reunía con ella, al final era tan poco de mi lo que quedaba que ya mi reflejo no me reconocía.

Fue así, no un amor, sino como una carga, pero tan liviana que parece no tener importancia ni presencia. Pero ella me supo llenar, me dio respuestas, causo problemas y justo cuando estábamos a punto de ser Uno, la borré –o eso me gusta pensar–.

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Primero lo primero, pero esta vez, al final.

Escribir, vaya tarea difícil. Me resulta curioso cómo se ponen las ideas en letras, se sintetizan e incrustan en un papel que seguramente perderé. Entonces, ¿si pierdo el papel pierdo la idea? O tal vez no, pero suena coherente, o bueno, yo si podría contar varias veces que me ha sucedido esto.

Mis abuelos y en general la gente mayor solían contarme –cada vez que me quejaba por el internet o algún dispositivo electrónico– que en su época estos dichosos computadores o Smartphone no existían, así que tenían que escribir todo a mano, válgame dios!

No me malinterpreten, me encanta escribir, soy fan de cambiar la caligrafía cada día y probar nuevos lapiceros, pero lamentablemente soy de memoria corta, si no lo escribo lo olvido –y no siempre tengo una libreta a la mano para escribir cuanto pensamiento tengo– así que, ya se imaginarán una persona como yo cuantas ideas, fechas, compromisos y datos olvida al día, ni yo lo sé.

Afortunadamente –para mentes que divagan como la mía– el cerebro guarda esta información como si se tratara de una nube personal e innata, no en su totalidad y tampoco somos muy conscientes de ello, pero lo hace –al menos lo que considera relevante–.

Ha sido gracias a esta parte subconsciente e incluso inconsciente que he podido recuperar parte de estas memorias, pasajes que ignoraba e incluso personas que tildaba como pasajeras. Recuerdos, vivencias, experiencias e incluso formas de dibujar –los músculos tienen memoria, tal vez mejor que la nuestra– y tras este proceso he logrado realizar estos dibujos.

Dibujos más, dibujos menos, han sacado a luz partes de mí que ni yo recordaba, así pues, Bienvenidos.

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Catalina Peña Marulanda.

Universidad de Los Andes.

Proyecto de Grado Arte.

Mnemósine.

Asesor Juan Mejía.

2017-2