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LA MALDICIÓN DE RIGOBERTA MENCHÚ. "Conservo todavía secretos que nadie puede conocer. Ni siquiera los antropólogos y los intelectuales, no importa cuantos libros hayan escrito, pueden descubrir todos nuestros secretos" Rigoberta Menchú De ahí que toda cultura científica deba comenzar, como lo explicaremos ampliamente, por una catarsis intelectual y afectiva. Queda luego la tarea más difícil: poner la cultura científica en estado de movilización permanente, reemplazar el saber cerrado y estático por un conocimiento abierto y dinámico, dialectizar todas las variables experimentales, dar, finalmente a la razón motivos para evolucionar. Gaston Bachelard. "El espíritu científico". "...Los hechos humanos tienen siempre el carácter de estructuras significativas cuya comprensión y explicación solamente pueden ser proporcionadas por un estudio genético..." Lucien Goldman "El Hombre y lo Absoluto" Para Florencia Mallon 1 las narrativas históricas de los estudiosos del Tercer Mundo se han visto atacadas por la realidad política consecuente de los fines del 90. ¿Qué ha de hacer, se pregunta Mallon, el estudioso progresista despues de la crisis de los grandes relatos? Los modelos antes importados de Europa- los marxismos, una fe en el progreso y la modernidad,o la revolucíon progresiva, lineal desarrollista- son cuestinados por un nuevo paradigma, al que por economía de palanras llamaremos posmoderno. Este nuevo discurso pone en juego conceptos centrales como la Modernidad o la revolución, conceptos claves del desarrollo de las Ciencias de la sociedad latinoamericana. Particular interés reviste la configuración en los Estados Unidos del Latín American Subalternal Studies Group” hacia comienzos de los años noventa. Este grupo nació como una alternativa teórico-política al predominio de los "Cultural Studies" en América Latina, y particularmente frente a la línea “socialdemócrata” defendida por Néstor García Canclini, George Yúdice y Beatriz Sarlo. Descontentos con la vinculación de los estudios 1 Mallon Florencia. Promesa y dilemas de los estudios subalternos: perspectivas a partir de la historia latinoamericana. Boletín del instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Raviganni" Tercera serie, numero 12, 2º semestre de 1995.
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La Maldicion de Rigoberta Menchu. Etnohistoria y Estudios Subalternos.

Jan 06, 2023

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Page 1: La Maldicion de Rigoberta Menchu. Etnohistoria y Estudios Subalternos.

LA MALDICIÓN DE RIGOBERTA MENCHÚ. "Conservo todavía secretos que nadie puede conocer. Ni siquiera los antropólogos y los intelectuales,

no importa cuantos libros hayan escrito, pueden descubrir todos nuestros secretos"

Rigoberta Menchú

De ahí que toda cultura científica deba comenzar, como lo explicaremos ampliamente,

por una catarsis intelectual y afectiva. Queda luego la tarea más difícil: poner la cultura científica

en estado de movilización permanente, reemplazar el saber cerrado y estático por un conocimiento

abierto y dinámico, dialectizar todas las variables experimentales, dar, finalmente a la razón motivos para evolucionar.

Gaston Bachelard. "El espíritu científico".

"...Los hechos humanos tienen siempre el carácter de estructuras significativas cuya comprensión y explicación solamente pueden ser

proporcionadas por un estudio genético..." Lucien Goldman "El Hombre y lo Absoluto"

Para Florencia Mallon 1las narrativas históricas de los estudiosos del Tercer Mundo se han visto atacadas por la realidad política consecuente de los fines del 90. ¿Qué ha de hacer, se pregunta Mallon, el estudioso progresista despues de la crisis de los grandes relatos? Los modelos antes importados de Europa- los marxismos, una fe en el progreso y la modernidad,o la revolucíon progresiva, lineal desarrollista- son cuestinados por un nuevo paradigma, al que por economía de palanras llamaremos posmoderno. Este nuevo discurso pone en juego conceptos centrales como la Modernidad o la revolución, conceptos claves del desarrollo de lasCiencias de la sociedad latinoamericana.

Particular interés reviste la configuración en los Estados Unidos del Latín American Subalternal Studies Group” hacia comienzos de los años noventa. Este grupo nació como una alternativa teórico-política al predominio de los "Cultural Studies" en AméricaLatina, y particularmente frente a la línea “socialdemócrata” defendida por Néstor García Canclini, George Yúdice y Beatriz Sarlo. Descontentos con la vinculación de los estudios

1 Mallon Florencia. Promesa y dilemas de los estudios subalternos: perspectivas apartir de la historia latinoamericana. Boletín del instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Raviganni" Tercera serie, numero 12, 2º semestre de 1995.

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culturales a instituciones de la “high culture” (la creación de la“Red Interamericana de Estudios Culturales” financiada por la fundación Rockefeller), los miembros del grupo decidieron buscar nuevas formas de articular una “repolitización de la teoría”. La inspiración les vino de las teorías poscoloniales indias, sobre todo de aquellas sostenidas por el grupo de. historiadores que escribían para “Subaltern Studies”, una publicación fundada y editada por Ranajit Guha. De aquí adoptaron la crítica a los mecanismos mediante los cuales ciertas prácticas neocoloniales’ fueron implementadas al sistema legal, político y educativo de las naciones latinoamericanas durante el siglo XIX. El grupo, conformado inicialmente por John Beverley, Javier Sanjinés, Patricia Seed, Walter Mignolo, Ileana Rodríguez, Michael Clark, José Rabasa y María Milagros López, dio a conocer su programa teórico en un documento titulado Founding Statement, publicado en 1993 por la revista Boundary.

El mismo debate acerca de la postmodernidad parece postergado en Latinoamérica por otras preguntas propias de la emergencia y lopróxima. Se nota en el mundo académico la falta de equilibrio que surge de la oposición "hegemonía" vs. "subdesarrollo/explotación",y es aún más marcada en el campo del debate de la posmodernidad.

Se puede dar como razón que esta discusión en Latinoamérica comenzó tarde y en forma fragmentaria, que hubo un gran rechazo frente a este fenómeno - que se ubicó una vez más en los países "hegemónicos" -, y las tempranas manifestaciones postmodernas latinoamericanas - evidentes en el teatro y en lanovela - no fueran o no eran conocidas en el extranjero y, finalmente, que este fenómeno no nace en Latinoamérica como problema global2

Para Florencia Mallon es la oportunidad de echar anclas en losEstudios Subalternos que unen "intelectuales del Tercer Mundo, anticolonialistas, radicales con metodologías posmodernas.

El objetivo del presente trabajo es indagar el aporte que la etnohistoria o la Antropología histórica pueden aportarle e este proyecto entendiendo sus características cambiantes desde las décadas del 80 hasta nuestros días, teniendo en cuenta su contextoy os dessrrollos actuales de la etnohistoria.

2 PLURALIDAD DE DISCURSOS Comunicación intercultural e interdisciplinaria en la Postmodernidad y Postcolonialidad. Latinoamérica y la diversidad de dicursoshttp://www.uni-leipzig.de/~iafsl/dfg_k_sp.html.

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En La india de mediados del la década del ochenta un grupo de estudiosos dirigidos por Ranahit Guha centran su proyecto en desplazar los presupuestos descriptivos y causales utilizados por los modelos dominantes de la historiografía marxista y nacionalista dominnte para representar la historia colonial sudasiática.

Para Chanadrit Spivack escribe en 1986 El grupo de los Estudios de la Subalternidad está, a mi entender, revisando esta definición general y su correspondiente teorización, al proponer por los menos dos cosas: en primer lugar, que el/los momento/s de cambio sean pluralizados y tramados como confrontaciones, antes que como transición (de esta manera serían percibidos en relación a lashistorias de dominación y explotación, en lugar de ser inscritas en la gran narrativa de los modos de producción) y,en segundo lugar, que tales cambios estén señalados o marcadospor un cambio funcional en los sistemas de signos3..

Ranajit Guha en el artículo inaugural del primer tomo de los Studies abre el camino a un nuevo marxismo definido desde el Tercer Mundo4. 3 Estudios de la Subalternidad: Deconstruyendo Ia Historiografía Gayatri Chakravorty Spivak. Traducción de Ana Rebeca Prada y Silvia Rivera Cusicanqui del artículo "Subaltern Studies: Deconstructing Historiography".En: Subaltern Studies IV: Writings an South Asian History and Society, Ranajit Guha, editor. Delhi: Oxford University Press,1985, pp. 330-363. En: Debates Post Coloniales: Una introducción a los Estudios de la Subaltenidad. Compilación de Silvia Rivera Cusicanqui, Rossana Barragán.Traducciones de Raquel Gutierrez, Alison Speeding, Ana Rebeca Prada y Silvia Rivera Cusicanqui.SEPHIS; Ediciones Aruwiyiri; Editorial Historias. La Paz, Bolivia

4 En la India, en 1970, Ranajit Guha comenzó un análisis de la situación colonial de la India apoyado al principio en el marxismo clásico, pero después, siguiendo a M. Foucault, “comenzó a salirse de los caminos trillados del pasado innovando en cuanto al estudio de la cultura de las masas populares, grupo o clases subalternas, en la India”. Más adelante, se unirán a Guha autores como Gayatri Spivak, Homi Bhabha Gyan Prakash (Universidad de Princeton), Dipesh Chakrabarty (Universidad de Chicago), Jha Prabhakara (Colegio de México), y otros. Todos ellos coinciden en utilizar en su análisis la metodología de Foucault y Lacan, sin prescindir de Marx, situándose como un movimiento intelectual de “compromiso” político junto a los grupos subalternos. Más

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Florencia Mallon define al proyecto de los Estudios Subalternos como apoyados en la coincidencia entre Foucault, Derrida y Gramsci5.

Cuando los autores de los Subalternal Studies comenzaban la aventura de reunir a Gramsci, Derrida y a Foucault con los campesinos, mujeres y desclasados asiáticos en una sola mirada analítica, América Latina se debatía en los umbrales del Consensode Washington6 con las fuerzas conservadoras y las populares buscando una democracia de transición. Los intelectuales progresistas de la época veían en Nicaragua una salida superadora de las contradicciones de la Revolución Cubana, de la caída del gobierno de Salvador Allende, con todos los medios de información disponiendo de la opinión pública7, se criticaba el modelo de Gunder Frank de centro y periferia y las estrategias nacionalistas. Aparecen los post,(estructuralismo, modernismo, marxismo) la enunciación de una superación que aparece de la mano de estudios feministas, estudios negros, estudios chicanos. Como Lawrence Stone había detectado en los Estados Unidos a fines de ladécada del 70 no había ninguna investigación histórica en curso que no se ocupase de los oprimidos o los desheredados.8 Los EstadosUnidos ya era la cuarta o quinta de las naciones hispanoparlantesdel mundo.

Este es precisamente, dice el Manifiesto Inaugural del grupo de estudios subalternos latinoamericanos, el momento en que emergen los estudios culturales en la universidad anglo-americana,impulsados por la conjunción entre el feminismo, la crítica al

adelante se abrieron a problemas de género, de cultura, de política, de crítica del racismo, utilizando nuevos instrumentos teóricos críticos de análisis. Otra obra que supuso un punto de arranque importantísimo fue la de Edward SAID, Orientalism. Western Conceptios of the Orient.En Africa también aparecieron por esos años obras importantes, como las de Fabien Eboussi Boulaga, La crise de Muntu. Authenticité africaine et philosophie y Paulin Hountondji, Sur la “Philosophie Africaine”. Critique de l’etnopohilosophie .

5 Sobre tod el Gramsci de"Notas acerca de la historia Italiana". 6 No es extraño pues queel primer objetivo de los Subalternal Studies versión Latinomericanos, con sede en los Estados Unidos, sean "construir un mundo democrático" en contra de otras perspetivas más radicales de las décadas anteriores.7 Y Las preguntas que intelectuales como Mattelart se empiezan a hacer sobre la teo´ria neutralista de los medios de comunicación de raíz norteamericana.8 A. Momigliano. Lineé per una valutazione della storiografía del quindicenio1961-1976", Rivista storica italiana, LXXXXIX (1977), Citado por Pier PaoloViazzo Viazzo en , Pier Paolo 2003. Introducción a la Antropología Histórica. Lima,Pontificia Universidad Católica del Perú / Instituto Italiano de Cultura

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discurso colonial, las nuevas formas del marxismo y la teoría de la sociedad. Los nombres que empiezan a pronucniarse, Jameson, Lyotard, Mouffe, Laclau. El mismo movimiento de atención a la subalternidad era un fenómeno global que llega a latinoamérica concinco años de retraso, dirá el Manifiesto9.

En Latinoamérica 10se buscaba fundar un proyecto similiar al asiático, buscar nuevas formas de pensar y actuar políticamente. Ycomo los asiáticos el intento era desplazar los presupuestos descriptivosy causales uitlizados por los modelos dominantes de lahistoriografía marxista y nacionalista para presentar la historia colonial. Se cuestionan los macroparadigmas utilizados en las sociedades coloniales y las postscoloniales de fuentes nacionalistas o marxistas.

Se plantea este movimiento como un apéndice de los Estudios Culturales Latinoamericanos, que siguiendo los lineamientos de losSubalternal Studies, dentro de los Estos intelectuales se encuentran en la misma situación que van a desplegar casi diez años mas tardes e inspirados en Fanon, Césaire y Albert Memmi, losposculturalista: La situación en la que se encontraban ellos suponía un cúmulo de ambigüedades: están en países y universidades del llamado primer mundo, ricas y dotadas de todos los medios necesarios, pero son conscientes de que no son uno más de ese mundo; y, por otro lado, se encuentran entre sus compatriotas inmigrantes, venidos de sus mismos países para conseguir un puesto de trabajo, pero tampoco son como ellos, por su nivel económico y cultural. Por tanto, se ven desde una doble posición hegemónica: frente a sus localidades de origen, por su condición de profesionales que han tenido éxito;y frente a los otros inmigrantes, que están en el mismo país de

9 Manifiesto Inaugural del grupo de estudios subalternos latinoamericanos. Este Manifiesto fue publicado inicialmente por la revista Boundary 2 (vol. 20, número 3) y reimpreso luego en el volúmen The Posmodernism Debate in Latin America (eds: J. Beverley, J. Oviedo, M. Aronna, Duke University Press 1995) con el título "Founding Statement".

10 resulta curioso observar que se da una coincidencia de fechas entre todos estos Estudios Subalternos y la Filosofía de la Liberación latinoamericana, nacida también a finales de los años ’60, siendo por tanto la primera de estas corrientes críticas contra el centro de la modernidad europea. Todos ellos eran estudios críticos, que partían de su propia vida y situación regional, y utilizaban métodos de análisis similares, en torno al marxismo, estructuralismo,psicoanálisis, etc.

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acogida que él, la mayoría de los cuales luchan por sobrevivir y salir adelante11.

Los intelectuales latinoamericanos debian revisar algunas epistemologías previamente establecidas en las ciencias sociales ylas humanidades12..

Los Studies no solo denunciaban las narrativas coloniales y nacionalistasde complicidad colonialista, sino tambien a los discursos de activistas e intelectuales marxistas. De ahí que se buscó en las antípodas de la ortodoxia marxista una nueva base teórica que no podía estar en la Unión Soviética, ni siquiera en el marxismo británico o norteamericano, sino en el amplio marxismoitaliano configurado en torno a la obra de Antonio Gramsci. Por ejemplo para Chanadrit Spivack

La historiografia marxista puede quedar atrapada en la lengua materna de una historia y una cultura que han coronado en el individualismo burgués. Mientras grupos como el colectivo de Estudios de la Subalternidad lntenten abrir los textos de Marxmás allá de su procedencia europea, más allá de un Internacionalismo homogéneo, en la via de un reconocimlento persistente de la heterogeneldad, el propósito mismo de "olvidar su lenguaje original (o "enraizado" -die ihm angestammte Sprache) mientras se usa el nuevo" tiene que ser reinscrito. (...) Desde este punto de vista, sería interesante si, en lugar de hallar su único internacionalismo en la historia europeay la antropología africana (un desglose disciplinario interesante), encontrasen también líneas de contacto, por ejemplo, con la economía política del movimiento campesino independiente de México 29 .

Debían estudiar lo dado, las tradiciones, las iniciativas independientes de los grupos subalternos, de acuerdo con el 11 Críticas a la filosofía de la liberación desde la postmodernidad y la postcolonialidadCarlos Beorlegui) http://www.uca.edu.sv/facultad/chn/c1170/beorlegui2.htm.

12 Presentar en conjunto a las ciencias sociales y a las humanidades obedece a la necesidad de establecer un campo mas amplio de investigación de la que podíanproporcionar la vida acdémica de los ochenta. La necesidad de interdisciplinariedad se configura dentro de una crisis de paradigmas epistemológicos que también presentan la necesidad de una renovación. La historia propiamente dicha empieza a generar sus acercamientos a la antropologíade manera abierta en esa década, despues de sus escarceos con la economía y la demografía. (Cfr. Pier Paolo 2003. Introducción a la Antropología Histórica. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú / Instituto Italiano de Cultura)

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proyecto gramsciano, recuperando prácticas, creencias y acciones subalternas desde materiales inexistentes. Aquí los Studies apportaron una nuenva metodológía que consistía sugún Florencia Mallon la "desconstrucción de los discursos del poder y jerarquía y descentrar los los temas que emergían de los documentos" llevó amuchos miembros del grupo ala semiótica, la crítica literaria y muchas formas de análisis de textos13. En el deabte acerca de las orientaciones posibles de los Studies en 1986 se abrió una brecha entre los que propugnaban una mayor concentración en los análisis de los textos y el énfasis acerrca de la relatividad de todo conocimiento y otro, hacia el análiss de la conciencia y las acciones subalterna con el fin de promover acciones revolucionarias. Según Florencia Mallon esas diferencias eran irreconciliables.

El proyecto del “Latín American Subaltern Studies Group” en general, y de algunos de sus miembros en particular, recibió duras críticas provenientes de diferentes sectores. Una de las más interesantes fue articulada por Florencia Mallón, quien negó categóricamente la operatividad política del proyecto. A su juicio, no bastacon luchar por el control de los signos y las representaciones al interior de la universidad, sino que es necesario “construir la historia” (en lugar de “deconstruirla”) con los subalternos mismos, compartir sus luchas, sus intereses, sus necesidades. Para Mallón, es necesario sacar el proyecto de los estudios subalternos del textualismo derridiano en el que se encuentra atrapado, para avanzar hacia una verdadera “microfísica del poder” en el sentido de Foucault. De igual manera, Mario Cesareo denunció la “pobreza filosófica e imaginativa de la textualización” evidenciada en las tesis de John Beverley, y particularmente en su libro Against Literature. Aquí se reproduce, según Cesareo, “la lógica transnacional y primermundista” de la globalización, en donde los referentes sociales son reemplazados por espacios de inmanencia textual administrados desde instituciones hegemónicas como la universidad. Cuestionar la posibilidad de la representación misma, o reducirla, como

13 Mallon Florencia. Promesa y dilemas de los estudios subalternos: perspectivas a partir de la historia latinoamericana. Boletín del instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Raviganni" Tercera serie, numero 12, 2º semestre de 1995

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Derrida, a un ejercicio de violencia constitutivo al lenguaje y a la escritura, significa eliminar todo intento de mediación entre la teoría y la práctica. DesdeAmérica Latina, la chilena Nelly Richard criticó la formaen que las universidades norteamericanas instrumentalizanla figura del “subalterno” para legitimar la institucionalización de proyectos investigativos, la movilización de recursos financieros y la creación de nuevas cátedras. Para autorreproducirse, el sistema mismode categorizaciones académicas del “centro” necesita apelar a marginalidades, alteridades y subalternidades que son empacadas bajo la etiqueta de lo “poscolonial” y exportadas posteriormente hacia América Latina.

EL OTRO EN LOS ESTUDIOS SUBALTERNOSPara los Stusies y los Estudios, es fundamental encontrar esttrategias para reconocer la acción subalterna en relacíon con la hegemónica. Dice Spivack

la maniobra más interesante [para reconocer los discursos]consiste en examinar la producción de la "evidencia", piedra angular del edificio de la verdad histórica, y diseccionar así la mecánica de construcción del Otro que consolida al Sí mismo: el insurgente y la insurrección.

Como los Studies definían al subalterno como a cualquiera que esté subordinado" en términos de clase, casta, edad, género y oficio o de cualquier otro modo"14cuya relación recíproca entre dominador y subordinado transformaban a los dos actores en objeto de estudio. El problema de la identidad del actor significaba desplegar al sujeto histórico desde categorías teóricas, dentro demodelos de sujeto clasistas unitarios.

Un deber de los nuevos estudiosos era liberar a los actores deverse expuesto por una elite intelectual que producía textos teórico-literarios que velaba su disparidad (de negros, indios, chicanos y mujeres, modelos alternativos de sexualidad y de corporalidad, los "lumpen" y los que no habían entrado en pacto con el estado revolucionario).Un trabajo a desarrollar por los

14 1º Número de los Estudios Subalternos, Canberra, 1981.

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Estudios Latinoamericados era definir a ese Otro15, que ya no era ni "campesino", ni "indio" o proletario en un sentido anterior.

Derrida apunta que la historia de Occidente ha sido la historia de ciertas metáforas y metonimias: estructura, episteme, arche o telos, etc, establecidas sobre diferencias. La différance es siempre una diferencia diferida hacia un momento anterior o posterior. Estas tradiciones

han sido desde siempre parasitarias, canibalizantes de la otredad: el bárbaro, el primitivo, el hereje, el buen salvaje,el caníbal, los pueblos ignorados por la historia, aquellos que aún la aguardan, el rostro del Otro en quien Europa vio almismo tiempo su temor más terrible y su esperanza más alentadora16.

Las identidades y la conciencia subalternas siempre estarán un poco fuera de nuestro alcance, según Gayatri Spivack17, resistiendolos intentos de encajarlas dentro de una narrativa lineal. Los historiadores tienen que insistir en recuperar la objetividad subalterna18. La propuesta era ir a buscar esta identidad a los productos culturales, alos atrtefactos culturales de una época o lugar.

Después de la insatalación del grupos de estudios subalternos de latinoamérica, los centros de interés derivaron hacia los

15 por ejemplo un amplio análisis de esa alteridad viene en elpensamiento de Lévinas. El “Otro” de Lévinas era el “dis-tinto”, no el “di-ferente” de J. Derrida, porque la “di-ferencia” se define desde la “Identidad”. Viene a ser el “excluido” y vigilado de los análisis de Foucault sobre las instituciones médicas y carcelarias.

16 "Modernidad, posmodernidad y poscolonialidad:una búsqueda esperanzadora del tiempo" Eduardo Mendieta en Teorías sin disciplina (latinoamericanismo, poscolonialidad y globalización endebate).Edición de Santiago Castro-Gómez y Eduardo Mendieta. México: Miguel Ángel Porrúa, 1998.

17 Spivack, "Subaltern Studies: Decosntructing Historiography" cit por Mallon Florencia. Promesa y dilemas de los estudios subalternos: perspectivas a partir de la historia latinoamericana. Boletín del instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Raviganni" Tercera serie, numero 12, 2º semestre de 1995, p.96. Hay traducciones18 , aunque semeajnte objetivo sea en último término imposible

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análisis textuales19. Una alternativa practicada por los miembros del Grupo de Estudios Subalternos Latinoamericanos era la lectura " against the grain" a contrapelo20 los documentos existentes, que puede, según Mallon, ofrecer interpretaciones alternativas y fascinantes de los proyectos de las elites, o las voces de los subalternizados, en sus obras y en sus obras considerads periféricas.

Para SpivackUn punto adicional en la deconstrucción en contrapunto de la metafísica de la conciencia en estos textos,se revela en el hecho reiterado de que sólo los textos de contra-insurgencia, o la documentación de élite,nos permiten saber algo sobre la conciencia de los subalternos.

Esta técnica alejó a algunos miembros del grupo del trabajo de campo, usando los insumos de antropólogos. De esta manera una masa muy grande desubalternizados quedad ausente del relato, de ladescripción, de la fuente.

Muchas veces desde los centros se lee la acción subalterna y la cultura de una manera reductivista. Esta es la mirada que José Joaquín Brunner llama macondista: la que tiende a leer a América Latina desde sus productos culturales, desprovistos de contexto. La misma pretensión de convertir la literatura en el texto de la historia, en el testimonio de la realidad, permite el desanclaje. Se convierte a su manera en la gran narrativa de "lo latinoamericano" y permite desactivar el lugar y sus temporalidades.

Para Florencia Mallon es necesario ir al archivo y al campo, escenarios de la lucha del poder, para mantener "la honestidad" del trabajo intelectual. Para ella es la dirección que implica la incorporación en el proyecto de la perspectiva derrideana la que oscurece el proyecto original de los Studies apoyado mas bien en Gramsci y en Foucault.

Sin embargo para Spivack, el subalternizado puede reconocerdseme inclinaría cada vez más a leer la recuperación de la conciencia del subalterno comoun diagrama de lo que en el lenguaje post-estructuralista se denominaría el efecto-de-sujeto de la

19 Detecta Florencia Mallon que de los quince firmantes, nueve eran críticos literarios y había solo una historiadora, Patricia Seed.20 En algunos medios periodísticos se lo llama "leer al revés", a la práctica de ver ene ltexto aquello que se "quiso decir", sus condiciones de enunciación "secretas", sus objetivos velados.

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subalternidad 16 . Un efecto-de-sujeto puede ser brevemente esbozadocomo sigue: aquello que parece obrar como sujeto puede ser parte deuna inmensa red discontinua ("texto” en sentido general) de hebras que pueden Ilamarse política, ideología, economía, historia, sexualidad, lenguaje, etc. (Si se aisla cada una de estas hebras, se la puede tamblén percibir como un tejido de varios hilos.) Los diferentes anudamientos y configuracIones de estas hebras, definidos a través de determinaclones heterogéneas -que a su vez dependen de una miríada de circunstancias-, producen el efecto de un sujeto actuante. Sin embargo, una conciencla deliberativa continuista y homogeneizante requiere sintomáticamente de una causacontinua y

homogénea para ese efecto y por to tanto postula la existencia de un sujeto soberano y determinante. Este último sería entonces el efecto de un efecto, y su postulado una metalepsis, o sea, la sustituclón de un efecto por una causa. Así es como, en la siguiente descripción, los textos de la contra-insurgencia identifican una "voluntad" como causa soberana, cuando no es más que un efecto del efecto-de-sujeto subalterno,que se produee como tal por obra de coyunturas particulares, las que a suvez salen a la luz en las crisis meticulosamente descritas por los diversos autores de Subaltern Studies: Es por supuesto cierto que los informes, despachos, minutas, juicios, leyes, cartas, etc., en los que policías, soldados, burócratas, terratenientes, usureros y otros elementos hostiles a la insurrección registran sus sentimientos, son a lavez portadores de su voluntad. Pero estos documentos no adquieren su contenido tan sólo de esta voluntad, ya que ésta se funda a su vez en otra voluntad: la del insurgente. Debería ser posible, por lo tanto, leerla presencia de una conciencta rebelde como un elemento necesario y omnipresente dentro de ese cuerpo de evidencia.¿Puede la etnohistoria responder esta incertidumbre acerca de esteotro que aparte se halla en el pasado?

UN ANÁLIS LATINOAMERICANISTA DESDE LOS ESTUDIOS SUBALTERNOS: GILBERT JOSEPH

En América Latina el primero en mencionar los Studies es GilbertJoseph en 199021

Gilbert M. Joseph en su artículo, escrito como crítica a los recientes (para 1991) libros sobre el bandolerismo latinoamericano, busca ampliar los marcos teóricos de su analisis.

21 (On the trail of Latin American bandits: a Reexamination of Peasant Resistance. Gilbert M. Joseph.. L.A.RR Nº 25.nº3. 1990)

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[p.34] Él se pregunta con Knight22 ¿que rol debemos asignarle al bandolerismo en episodios de insurgencia rural? [p.7] Con ese motivo incorpora al debate historiográfico los desarrollo de la antropología y los estudios subalternos como horizontes metodológicos para los latinoamericanistas.

Empieza el artículo con una crítica al modelo del bandido socialde Hobsbawm desarrollado desde 1959 hasta los ochenta. Este modelosegún Joseph tuvo una gran difusión entre los estudios sociales del mundo debido a su imagen simbólica de lucha contra la injusticia social, que se reproduce en todas las sociedades. [p.9]

Para Joseph el modelo de Hobsbawm entre los latinoamericanistas de la década de los 90 restringe el campo impidiendo debates mas amplios sobre la acción campesina y la mentalidad. [p.7 y 18] Estapostura es compartida por los Studies

El grupo contrasta firmemente esta teoria de la emergente conciencia del subalterno con aquella tendencia del marxismo occidental que le niega conciencia-de-clase al subalterno pre-capitalista, especialmente en los escenarios del Imperialismo. Su gesto confronta así la noción de E.J. Hobsbawm de lo "pre-político", tanto como los argumentos funcionalistas que ven la "reciprocidad y economía moral" entre "jornaleros" y "propietarios campesinos", como "un intento de negar la relevancia de las identidades de clase y del conflicto de clase para las relaciones agrarias en Asia hasta fecha muy reciente"23

Así se suma a la crítica al modelo de Hobsbawm, que empieza en los primeros años de la década de los 70, desde la nueva historia social. En 1972 el historiador holandés Anton Blok24, que es seguida por una nueva generación de historiadores sociales25 que empiezan a recurrir a los archivos oficiales enfatizando el aspecto criminal del bandidismo y a utilizar metodología etnohistórica en la exploración de las fuentes folklóricas. Con eltiempo, según Joseph, el bandidismo para estos revisionistas pierde su papel como protesta social.

En el modelo que surge de los "estudios subalternos", que descubre formas comunes de la mentalidad campesina, señala que el 22 Knight, Alan. "The Mexican Revolution", 2 vol. (Cambridge: Cambridge University Press, 1986), 1: 353-54. Citado Por Joseph23 Estudios de la Subalternidad: Deconstruyendo Ia Historiografía Gayatri Chakravorty Spivak24 Cfr. Hobsbawn,E.J. Bandidos, Barcelona, Crítica. [1ª edición en inglés: 1969]Epílogo. 25 En la nota 41 [p.48] Joseph critica la simplificación y exageración que los revisionistas hacen del modelo de Hobsbawm. "On the trail of Latin American bandits: a Reexamination of Peasant Resistance. Gilbert M. Joseph.. L.A.RR Nº 25.nº3. 1990

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poder político, al que las acciones campesinas se oponen, no es absoluto y tiene fracturas que pueden ser explotadas por la protesta. Ranajit Guha, principal exponente de esta corriente, incorpora al bandidismo en el campo político mas amplio de la protesta campesina.

Joseph cita las conclusiones de Guha sobre la "función inversiva" y la "fase crepuscular" de los movimientos campesinos. [p.21] El interés que presentan para Joseph es que permiten acercarse el asunto del bandidismodesde la definición misma del fenómeno y no desde las taxonomías, sobre todo de la percepción que distintos sectores hacen del mismo fenómeno. Una serie de estudios antropológicos y lingüísticos dan cuenta de ese proceso de nominación ("theory of labeling") que permite estudiar a los rotuladores.

Joseph llama la atención a los estudios de bandidos sostenidossolo en fuentes oficiales. Para él los bandidólogos cuando caracterizan a los bandidos de acuerdo con esas fuentes. indirectamente consienten la postura oficial [p.22] Para él el término "bandidismo" sufre la misma metamorfosis que el concepto terrorismo en la actualidad.

El trabajo de Guha puede ser aplicado al estudio latinoamericano, aunque su foco está puesto en la realidad de la India. Nota Joseph la realidad diferencial de ambas sociedades agrícolas, donde las prácticas de protesta cotidianas son posiblesde modos diversos. [p.22-23]

También concede que el modelo de Guha se puede criticar por notener en cuenta la diversidad de segmentaciones que se encuentran en las sociedades agrícolas y trabajadores rurales, o que exageranla tendencia campesina a la rebelión. Pero pasra él es innegable que la mirada de los subalternistas rompió con la mirada mecanicista y abstracta de los estudios agrarios tradicionales. [p.23]

En el apartado "Mas alla del modelo: formas cotidianas de resistencia campesina", Joseph cita a los creadores del concepto "Resistencia Campesina", los asianistas James Scott y Michael Adasentre otros, para ampliar la conceptualización del bandidismo latinomericano. [p.25-26]. Ellos identifican un continuo en las protestas campesinas desde las ínfimas a las mayores. Su interés se centra en analizar primero el estado de las mentalidades para entender o decodificar la acción resistente.[p.26]

Joseph cita el caso particular del robo, estudiado por Scott, que es un componente crucial en su esquema de resistencia cotidiana. El robo agrario es raramente informado por los

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registros oficiales, ya que se encuentra muchas veces muy alejado del control estatal. [p.27] Para Scott solo se vuelve una forma deprotesta cuando lo lo que se cuestiona es el derecho de propiedad mismo. Sin embargo advierte que esa interpretación del fenómeno debe ser hecha conociendo a fondo las relaciones cotidianas entre las clases. [p.28].

Para Scott las formas rutinarias de protesta basan su efectividad en apariencia de conformidad, en el secreto y en las formas de la rutina: de ahí su dificultad para inferrir su intencionalidad [p.29] Entre los seguidores de Scott hay debates acerca de las formas de reconocer resistencia cotidiana de actos de pura supervivencia debidas a la gran diversidad de las demandasde los actores campesinos. [p.30]. Quizas sea metodologicamente mas útil, dicen los seguidores y algunos contradictores de Scott, describir y delimitar las formas capilarizadas de control social, siguiendo el espíritu de la microfísica del poder de Foucault, para encontrar la microfísica de la resistencia y la capilaridad de la lucha. [p.31]

Joseph rescata de Scott su cuestionamiento a la superioridad de los movimientos políticos organizados sobre los espontáneos. Lapolítica organizada siempre queda en manos de las elites, las clases dominadoras son quienes que terminan definiendo, segun Scott, formas de protesta legítimas o ilegítimas. [p.29]. La mayoragregación de las respuestas políticas no asegura su representatividad. Existe en los cientistas sociales, dice Joseph,una idea jerarquica de las acciones mas agregadas contra las mas individuales privilegiando la mayor organización[p.30].

Joseph se pregunta como se pueden vincular el bandidismo con las revueltas agrarias en el caso latinomericano desde las perspectivas historiográficas actuales. Los nuevos análisis responden con un nuevo esquema evolutivo, donde las formas mas "segura" o limitadas de protesta y resistencia, en algunos casos pueden evolucionar a formas mas amplias e insurreccionales. Siempre las formas que aseguran los mecanismos de la reproducción social aparecen mas propicias para los campesinos que las riesgosas de perfil mas revolucionario[p.32].

Joseph apunta, en el tramo final de su artículo, a la utilidadde los estudios sobre bandidos para revelar la historia social rural latinoamericana.26 Para Joseph es necesario contruir en América Latina un desarrollo integrado de conocimientos que

26 Joseph señala que debe separase de los modelos europeos- el autor cita el casode Hobsbawm y su mirada del mundo rural desdde la perspectiva mediterraánea-[p.34]

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permitan describir la economía moral, la racionalidad y las subculturas de resisitencia propiamente americana. [p.35] Si la resistencia campesina puede ser inferida del contexto social, es necesario describir el marco de la economía moral del campesino latinoamericano, sin forzar el caso y no sobreestimar el fenómeno,para demostrar si son en efecto actos de protesta. Un alerta importante es la de tener en cuenta la clase media en los conflictos entre los actores obreros y los grandes propietarios. [p.34]

Tambien es fundamental estudiar los sistemas legales, fuera delas visiones simplistas de ley como control social contra bdelito como protesta social, atendidendo a a no caer en las generalizaciones integranado la historia de la protesta, de la resisitencia a las historias del poder y los intereses.

Para Florencia Mallon, el grupo de los estudios subalternos latinoamericanos abordó los esfuerzos de Joseph por repreiorizar la acción subalterna.

LA POSTCOLONIALIDAD Y LA SUABLTERNIDAD EN AMÉRICA LATINAPero, a contrapelo de lo esperado por Florencia Mallon en los añosnoventa se inicia en Latinoamérica la influencia de una corriente de pensamiento que continúa y profundiza los llamados Subaltern Studies, que, referidos en un primer momento a la situación de post-colonialidad de las naciones pertenecientes a la influencia británica, se contagia después a otros ámbitos culturales, y en concreto también a la situación latinoamericana. . Es, por tanto, una nueva teoría interpretativa de las relaciones entre el centro y la periferia, que surge en la década de los ’90, que surge de lamano de profesores universitarios, provenientes de varias ex –colonias inglesas y emigrados a universidades de los USA, y también europeas.eflejan de modo muy expreso y directo la situación en la que estos intelectuales se encuentran. Los tres que se consideran originadores de esta forma de pensar, y que acuñan el término “postcolonial”, son Edward Said, Homi Bhabba y Gayatri Spivak .Las teorías poscoloniales gozaron de gran popularidad en los Estados Unidos, sobre todo en medios académicos tradicionalmente ocupados en el estudio de las llamadas “foreign cultures": antropología, etnología, historia y literatura. El acceso a las cátedras universitarias de inmigrantes provenientes de América Latina o de las antiguas colonias del imperio británico, así como las discusiones de los noventa en torno al posmodernismo, la deconstrucción, los estudios culturales y la teoría feminista,

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contribuyeron a la institucionalización académica del poscolonialismo.En lugar de ir a l acampo se quedan el el archivo para revisar el papel que las narrativas anticolonialistas y tercermundistas habían asignado al intelectual crítico. Sin embargo se plantean buscar nuevas formas de concebir la relación entre teoría y praxis27.

las llamadas “teorías poscoloniales" surgidas durante los años ochenta en Inglaterra y los Estados Unidos. Las pautas centrales de estas teorías fueron definidas por el palestinense Edward Said,quien en su libro Orientalism (1978) inició una genealogía de los saberes europeos sobre el “otro”, mostrando los vínculos entre ciencias humanas e imperialismo. Este camino fue seguido rápidamente por académicos indios (G. Spivak, H. Bhabha, R. Guha),

27 Los contenidos fundamentales de esta teoría serían los siguientes:· La situación en la que se encuentran los países del llamado Tercer Mundo, y el mundo en general, obliga a cambiar de paradigma, de esquema teórico, con el que interpretar la realidad de esos países considerados periféricos, explotados, colonizados, para adoptar otros modos de pensar y de actuar. · Esos cambios se refieren a lo que ellos llaman el paradigma del “colonialismo”, ante el que ellos se ven más allá (post-). El colonialismo fue la teoría central que predominó en los años sesenta y setenta, estimulada por los procesos de “liberación nacional” (sobre todo, los vividos en Asia y Africa, dentro del Imperio inglés). Esa teoría giraba en torno a dos ejes principales: El Estado metropolitano, por un lado, y el estado nacional-popular, por otro. Este estado nacional-popular era considerado como el agente de liberación y de descolonización en el tercer mundo.

· Ellos consideran que esta forma de pensar ya no sirve para la actualidad. En el momento actual, estaríamos en un mundo globalizado, atravesado por redes globales (a las que ya hemos hecho referencia al hablar de la postmodernidad), que los unen tanto a la metrópoli como a la periferia. Así como a exclusiones de tipo económico, racial y sexual, que operan más allá y más acá de la nación.

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surafricanos (B. Parry), árabes (A. Aijaz) y latinoamericanos (W. Mignolo).

Característica central de estas teorías es su enfoque posbinaristay posromántico de las relaciones coloniales. A diferencia de las narrativas anticolonialistas de los años sesenta, que establecían oposiciones binarias entre los colonizadores y los colonizados, reservando a estos últimos un lugar de “exterioridad” moral, cultural, e incluso metafísica respecto a sus dominadores, los teóricos poscoloniales entienden el colonialismo como una relaciónde fuerzas en donde no caben exterioridades de ningún tipo.

Inspirados en la genealogía de Foucault, en el deconstructivismo de Derrida o en el psicoanálisis de Lacan, someten a critica el papel de las humanidades en la consolidación del dominio colonial (R. Guha, G. Viswanathan), el nacionalismo tercermundista (A. Aijaz), la retórica imperial del marxismo (R. Young), el esencialismo de los discursos anticolonialistas (G. Spivak), así como el carácter narcisista de las representaciones europeas sobreel “otro” (H. Bhabha) y sus implicaciones patriarcales (A. McClintock, Ch. Mohanty).En el ámbito de los estudios latinoamericanos, el debate poscolonial se concentró inicialmente en la cuestión de su aplicabilidad heurística.

La historiadora Rolena Adorno sostuvo que el paradigma poscolonialno puede ser utilizado para un estudio de las situaciones coloniales en Hispanoamérica durante los siglos XVI y XVII. Adornóse apoya en las tesis avanzadas por el antropólogo Jorge Klor de Alva, para quien las teorías poscoloniales son construcciones aplicables únicamente al contexto mercantilista de las herencias coloniales británicas en los siglos XVIII y XIX, pero jamás a un mundo de la vida “descapitalizado”, por así decirlo, como era el de las herencias coloniales españolas antes del ascenso de los borbones. Desde este punto de vista, Adorno critica la adopción demetodologías posmodernas o deconstruccionistas en el ámbito de la historiografía colonial hispanoamericana. Trasladar el modelo del “discurso colonial” a escritores como Guamán Poma de Ayala, Garcilaso de la Vega o Sor Juana Inés de la Cruz es, a su juicio, una proyección inaceptable y arbitraria. De manera similar, aunquedesde otra perspectiva, el chileno Hernán Vidal afirma que los conceptos de discurso colonial y poscolonial son producto de un

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“tecnocratismo académico” que se renueva por incitaciones de la novedad teórica en los centros de poder (Foucault, Derrida, Lacan,etcétera), desconectándose por completo de las “necesidades sociales” latinoamericanas. Según Vidal, el uso de conceptualizaciones posmodernas desconoce imperialmente aquellas metodologías de análisis firmemente asentadas por más de dos décadas en el pensamiento latinoamericano, que nacieron como respuesta a condiciones sociales especificas: los conceptos de “dependencia económica” y “crítica de las ideologías”.Una posición diferente fue adoptada por la historiadora Patricia Seed, quien procuró mostrar las ventajas hermenéuticas del posestructuralismo para un análisis del período colonial en América Latina. La crítica al humanismo tradicional y a su héroe, el sujeto soberano, conlleva un desplazamiento de nociones que habían funcionado durante años como fundamentos del análisis literario: la “intención” del autor, el “significado original” deltexto y la autoridad de la cultura “letrada”. Esto permite a los investigadores abordar el problema de las formas de recepción y apropiación de los signos coloniales por parte de las comunidades colonizadas, superando de este modo la divinización de los sabereshumanísticos. De lo que se trata, según Seed, es de mostrar cuálesfueron las formas discursivas de autorrepresentación de los subalternos, atendiendo a una experiencia socio-política diferentede aquélla que pretendieron los autores del texto o sus intérpretes ortodoxos de la cultura letrada. En esta misma línea se sitúan las reflexiones de Peter Hulme, quien critica, sin embargo, la falta de atención prestada por Edward Said y otros teóricos poscoloniales hacia Latinoamérica. Hulme destaca el hechode que fueron autores latinoamericanos, y específicamente caribeños, los verdaderos precursores de la teoría poscolonial: Franz Fanon, Aimé Césaire, Edouard Glissant, Fernando Ortiz y Roberto Fernández Retamar. El Caribe fue la única región de Latinoamérica en donde hubo un exterminio completo de la poblaciónnativa, lo cual favoreció el surgimiento de narrativas anticolonialistas que no acentuaban la defensa del autoctonismo, sino las zonas de contacto, las identidades transversas y los espacios híbridos. No en vano surgieron allí los conceptos de “transculturación”, “contrapunteo” y “Calibán”, que deslegitimabanla pureza, teleología y unidimensionalidad de las representacioneseuropeas.John Beverley, verdadero iniciador y animador de este proyecto, concibe la actividad del grupo como un intento de subvertir las representaciones coloniales de “Latinoamérica”, reproducidas por

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los programas académicos en las universidades norteamericanas. Influenciado por el deconstruccionismo de Jacques Derrida y por elpsicoanálisis de Lacan, Beverley defiende la tesis de que no existe un “afuera-de-la-universidad”, pues por la institución universitaria pasan casi todas las luchas hegemónicas y contrahegemónicas de la sociedad. Por esta razón, la lucha teórico-política por el control de los signos al interior de la “Teaching Machine” (Spivak) adquiere para él un significado primordial. Tal lucha inmanente consiste en una deconstrucción de la idea, muy popular en algunos círculos académicos, de que la literatura es el discurso formador de la identidad latinoamericana. En concordancia con Guha, Viswanathan y otros autores indios, Beverley afirma que la literatura fue una prácticahumanística indispensable para la formación de las elites que llevaron a cabo el proyecto neocolonialista de “construcción de lanación” en el siglo XIX. Intelectuales humanistas como Sarmiento, Bilbao y Martí hablaron desde una posición hegemónica, asegurada por la autoridad de la cultura letrada, que les permitía articularlo que Spivak llamase una “política de la representación”. Los saberes humanísticos se convierten así en el espacio desde el cualse “produce” discursivamente al subalterno, se representan sus intereses, se le ilustra respecto al sendero “correcto” por el quedeben dirigirse sus reivindicaciones políticas.El teórico más conocido del “Latín American Subaltern Studies Group” fue, sin lugar a dudas, el semiólogo argentino Walter Mignolo. A diferencia de los otros miembros del grupo, y en concordancia con las tesis de Jorge Klor de Alva, Mignolo piensa que el modelo indio de teorización poscolonial no debería ser utilizado para un análisis de situaciones coloniales en América Latina, pues corresponde a un “locus muy específico, anclado en las herencias coloniales británicas. Lo que debe preguntarse es si, análogamentea lo realizado por los poscoloniales indios, también en Latinoamérica existieron teorías capaces de subvertir las reglas del discurso colonial desde las herencias coloniales ibéricas. Mignolo está convencido de que a partir de 1950, una vez quebrantado el antiguo orden colonialista europeo, surge en América Latina una serie de teorías que desplazan el "locus enuntiationis" del primero hacia el tercer mundo, rompiendo de este modo con los paradigmas universalizantes definidos por la modernidad. Ampliando las tesis de Peter Hulme, quien reducía el poscolonialismo latinoamericano a ciertos discursos surgidos en el área del Caribe, Mignolo se refiere al “giro epistemológico” realizado por teóricos como Raúl Prebisch, Darcy Ribeiro, Leopoldo

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Zea, Rodolfo Kusch, Enrique Dussel y Gustavo Gutiérrez. Los discursos de estos autores son poscoloniales "avant la lettre", porque acaban con el concepto eurocéntrico de que solamente los países del primer mundo son capaces de producir conocimientos. Según Mignolo, la producción de discursos teóricos para América Latina, sobre América Latina y desde América Latina, consigue ipso facto deslegitimar el proyecto colonialista de la modernidad.

LAS RESPUESTAS DE LA ETNOLOGÍAPara Abélès28 la etnología que nació de la fascinación a otras

culturas y la dificultad de comprender a los seres humanos con losque no se compartía ni el lenguaje, ni sus códigos ni la forma de vivir o de pensar, se desarrolló29 estudiando intensivamente de un microcosmos social del cual se pretende conocer sus diferentes dimensiones y "penetrar" mediante el estudio de campo, "lenta y prograsivamente en universos que le parecen radicalmente extraños". Leví-Straus puso a punto el método comparativo que completa el proyecto antropológico. Desde el reconocimiento de la alteridad, la observación participante y el análisis comparativo se arma el discurso de la etnología. Incluso sobre objetivos de lapropia sociedad, universos más cercanos, con fines exotizantes al principio - donde la alteridad ya no es un punto a considerar- el metodo etnológico desarrolló un aprte a las ciencias sociales., sumándole el postulado de la entifgicación del objeto como limitado enicamente y geográficamente.( las sociedades de reconocimiento mutuo [ sociétés d´interconnaisance]). Este aporte se completaría para Abélès, que sigue en este punto a Leví-Strauss, con una ciencia social del observado, incorporando el punto de vista del indígena mismo, y si se trata de su misma sociedad, buscar que sea independiente del observador y su objeto.

En efecto los estudios etnológicos desembocaron en la sociedadindustrial, desde las perifereias urbanas intentando, manteniendo el paradigma de la eintercomunicación, acerrcarse a los centros.

Esta perspectiva posible de componer explicaciones desde los dos niveles, que Abélès llama antropología exotica o de "verdaderos" salvajes o "gran" antropología, que se diferencian deuna antropología en alpargata (en sabots, en zuecos, calzado

28 Abélès, Marc. Conclusion."Le point de vue ethnologique". en Jours tranquiles en 89. Ethnologie poplitique dún departement fran}aise. Paris, Editions Odile, 1989, pp335-347.(Trd. al castellano de p. Palomino)29 Desde L.H. Morgan, Franz Boas o Bronislaw Malinowsky, citados como referentes de la construcción deeste método.

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campesino), o, siguiendo a Marc Augé, etnología "cercana" a la queno puede imitar o trasponer.

Es neceario captar una diferencia de niveles en la explicación.

Para evitar en esta mirada distante de la realidad cercana Abélès propoone una heurística antropológico culturalista del tipode la desplegada por Geertz, o una inspirada en una matriz semilógica como la que representa Roland Barthés. En ambos casos, y siguiendo la "escrito-fobia" del etnólogo Levi-Strauss, propone leer y dar cuenta de lo "no escrito", eso" que se prodría llamar filosofía pública, aquella que alimenta la moral cotidiana, las ceremonias civiles, los ritos profanos, las normas no escritas de la vida relacional de la sociedad burguesa. A diferencia de Barthés, la lectura no debe hacerse desde las comunidades sino desde los individuos. para dar cuenta del " la naturaleza del espacio político y de la lógica de las representaciones asociadas al territorio" en forma de estrategia de bricolage entre un yo investigador y los otros, objetos. Partir del individuo, revelar sus relaciones, despelegar sus significaciones, dice Abélès de su propio trabajo.La trama, que revela la investigación etnológica es siguiendo ea Paul Veyne, "es una mezcla muy humana y muyu poco "cinetífica" de causas materiales, de fines y azares, un episodio de vida, en una palabra, que el historiador recorta a su capricho y en los cuales tiene sus enlaces objetivos y su importancia relativa".

El individuo para Abélès y para Augé30 es un excelente vector " el etnólogo de la sociedad industrial y mediáticamientras va descubriendo progresivamente que cada uno de sus interlocutores espor sí solo un mundo de relaciones imaginarias y simbólicas, tienela oportunidad de poner en evidencia niveles de organización en los cuales en sentido individual ya no se deje separa del sentido social, y donde la narración produzca sentido por sí misma"LA MIRADA DE LA ETNOHISTORIA La etnohistoria31 se fue consolidando como un nuevo espacio interdisiplinario que trataba de superar las faltas que historia yantropología tenían para concer el pasado de los llamados "pueblossin historia" que muchas veces eran caracterizados como miembros del atraso tradicionalista, primitivos, salvajes, mientras que 30 Marc Augé, "Quí est láutre? Un intineraiere anthropologique, " L´Homme, 103, 1987, p.25.31Seguimos aquí a Avila Molero, Javier s/f. Entre archivos y trabajo de campo: La etnohistoria en el Perú. En: C.I. Degregori (ed.) No hay país más diverso. Compendio de Antropología Peruna. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú / Universidad del Pacífico / Instituto de Estudios Peruanos

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quien investigaba venía de la civilización o la modernidad. Con larenovaciñón meyodológica que trajeron los miembros del grupo Annales, apareció una revaloización de los métodos antropológicos en la historia con un fuerte relativización de la centralidad delos textos escritos.De ser un método de complemento de los estudios prehistóricos, confuentes coloniales, un grupo de iintelectuales (John Murra, John Rowe y Tom Zuidema) centran su interés en las gentes ordinarias que eran agentes activos del proceso histórico, víctimas y testigos silenciosos del mismo.John Murra renovó los estudios andino completando los atos de la arrqueología con fuentes altamente investigadas, a los que se sumaba la ventaja de los estudios comprativos etnológica. L a aparicón de nuevas fuentes - y de nuevas formas de explotrals -tuvieron un efecto revolucionario.Los contactops con el pensamiento marxista, habitual en las Ciencias Sociales del siglo XX, debieron matizarse y experimentarcríticas y contracríticas para acompañar teóricamente este desarrrollo. Va a ser la experiencia de los historiadores de la Suabalternidad odnde se encontrarán las dos perspectivas en un proyecto: estudiar la cultur como un conjunto pocesual, históricamente construído, coma un conjunto flexible de identidades, estrategias y símbolos, permitiendo la integracíon deotras dsiciplinas, escapando del período pre- hispánico y colonial.La Etnohistoria se ha fragmentado, diceJavier ávila Molero, en áreas, temas y métodos de investigación delos más diversos, incorporando la crítica literaria, la historia del arte y de la cultura, la teo´ria crñitica de los discursos los estudios culturales y los subalternos "/o" poscoloniales, posmodernismo y el posestructuralismo, con el fin de deconstruir el discurso colonialeista y conocer lo originario.