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1 LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA Pontificia Comisión Bíblica
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La Interpretacion de La Biblia en La Iglesia - Pontificia Comision Biblica

Aug 13, 2015

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LA INTERPRETACIN DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA Pontificia Comisin Bblica

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NDICE

PREFACIO AL DOCUMENTO DE LA COMISIN BBLICA INTRODUCCIN A. PROBLEMTICA ACTUAL B. LA FINALIDAD DE ESTE DOCUMENTO

I. MTODOS Y ACERCAMIENTOS PARA LA INTERPRETACIN A. MTODO HISTRICO-CRTICO B. NUEVOS MTODOS DE ANLISIS LITERARIO C. ACERCAMIENTOS BASADOS SOBRE LA TRADICIN D. ACERCAMIENTO POR LAS CIENCIAS HUMANAS E. ACERCAMIENTO CONTEXTUAL F. LECTURA FUNDAMENTALISTA II. CUESTIONES DE HERMENUTICA A. HERMENUTICAS FILOSFICAS B. SENTIDOS DE LA ESCRITURA INSPIRADA III. DIMENSIONES CARACTERSTICAS DE LA INTERPRETACIN CATLICA A. LA INTERPRETACIN EN LA TRADICIN BBLICA B. LA INTERPRETACIN EN LA TRADICIN DE LA IGLESIA C. LA TAREA DEL EXEGETA D. RELACIONES CON LAS OTRAS DISCIPLINAS TEOLGICAS IV. INTERPRETACIN DE LA BIBLIA EN LA VIDA DE LA IGLESIA A. ACTUALIZACIN B. INCULTURACIN C. USO DE LA BIBLIA CONCLUSIN 2

PREFACIO AL DOCUMENTO DE LA COMISIN BBLICA El estudio de la Biblia es, de algn modo, el alma de la teologa, dice el Concilio Vaticano II (Dei Verbum, 24), en conexin con una frase de Len XIII. Tal estudio no est nunca completamente concluido: cada poca tendr que buscar nuevamente, a su modo, la comprensin de los libros sagrados. En la historia de la interpretacin, el surgimiento del mtodo histrico-crtico signific el comienzo de una nueva poca. Con l se abran nuevas posibilidades de comprender la palabra bblica en su sentido original. Como todas las cosas humanas, tambin este mtodo implica riesgos, a pesar de sus positivas posibilidades: la bsqueda del sentido original puede conducir a trasponer completamente la palabra en el pasado, de modo que no se la perciba ya en su dimensin presente. Puede conducir a que solamente la dimensin humana de la palabra aparezca como real, mientras el verdadero autor, Dios, se escapa a la percepcin de un mtodo que ha sido elaborado precisamente para la comprensin de cosas humanas. La aplicacin de un mtodo "profano" a la Biblia deba de suscitar confrontaciones. Todo lo que contribuye a reconocer mejor la verdad, y a disciplinar las propias perspectivas, es una valiosa ayuda para la teologa. En tal sentido era justo que el mtodo tuviera acceso al trabajo de aquella. Todos los lmites de nuestro horizonte, que nos impiden mirar y escuchar ms all de lo meramente humano, deben ser superados. As, el surgimiento del mtodo histrico-crtico ha puesto en movimiento un esfuerzo para determinar sus alcances y su estructura, que de ningn modo est concluido an. En este esfuerzo, el Magisterio de la Iglesia catlica ha tomado posicin ms de una vez con importantes documentos. Primeramente Len XIII, con la encclica Providentissimus Deus del 18 de noviembre de 1893, ha sealado algunas marcas en el mapa de la exgesis. En la poca de la aparicin de un liberalismo extremadamente seguro de s mismo y hasta dogmtico, Len XIII se expresaba de manera prevalentemente crtica, sin excluir, sin embargo, lo positivo de las nuevas posibilidades. Cincuenta aos ms tarde, Po XII, en su encclica Divino afflante Spiritu del 30 de setiembre de 1943, y sobre el fundamento del trabajo de grandes exegetas catlicos, animaba positivamente a hacer fructificar los mtodos modernos para la comprensin de la Biblia. La constitucin del Concilio Vaticano II, Dei Verbum, del 18 de noviembre de 1965, sobre la divina revelacin, retom todas estas enseanzas, y nos ha dejado una sntesis entre las perspectivas permanentes de la teologa de los Padres y los nuevos logros metodolgicos de la era moderna, que contina siendo vigente. Entre tanto, el horizonte metodolgico del trabajo exegtico se ha ampliado de un modo tal, como no era previsible hace treinta aos. Nuevos mtodos y nuevos acercamientos se ofrecen, desde el estructuralismo hasta la exgesis materialista, psicoanaltica y liberacionista. Por otra parte, hay tambin nuevos intentos de recuperar los mtodos de la exgesis de los Padres de la Iglesia, y de explotar formas renovadas de una exposicin espiritual de la Escritura. La Pontificia Comisin Bblica ha considerado un deber, cien aos despus de Providentissimus Deus y cincuenta aos despus de Divino afflante Spiritu, procurar definir una posicin de exgesis catlica en la situacin presente. La Pontificia Comisin Bblica no es, conforme a su nueva estructura despus del Concilio Vaticano II, un rgano del Magisterio, sino una comisin de especialistas que, como exegetas creyentes, y conscientes de su responsabilidad cientfica y eclesial, toman posicin frente a problemas esenciales de la interpretacin de la Escritura, apoyados por la confianza que en ellos deposita el Magisterio. De este modo ha surgido el presente documento, que propone una visin de conjunto bien fundada sobre el panorama de los mtodos presentes, y ofrece as orientacin sobre las posibilidades y lmites de estos caminos. Suponiendo todo esto, el documento se pregunta luego cmo se puede reconocer el sentido de la Escritura, ese sentido en el cual se compenetran la palabra humana y la palabra divina, el carcter nico del acontecimiento histrico y el carcter permanente de la palabra eterna, contempornea a todo momento. La palabra bblica viene desde un pasado real, pero no solamente desde el pasado, sino al mismo tiempo desde la eternidad de Dios. Nos conduce hacia la eternidad de Dios, pero, una vez ms, por el camino del tiempo, al cual corresponden pasado, 3

presente y futuro. Creo que el documento es verdaderamente til para resolver la gran cuestin del camino justo para comprender la Sagrada Escritura, y ofrece elementos que nos hacen avanzar en nuestra comprensin. El documento retoma las lneas de las encclicas de 1893 y 1943 y las prolonga fructuosamente. A los miembros de la Comisin Bblica quisiera agradecer por la tarea, paciente y con frecuencia fatigosa, en la cual el texto ha crecido poco a poco. Auguro una amplia divulgacin al documento, de modo que sea una colaboracin eficiente en la bsqueda de una apropiacin ms profunda de la palabra de Dios en la Sagrada Escritura. Roma, en la fiesta del evangelista san Mateo, 1993. CARD. JOSEPH RATZINGER

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INTRODUCCIN La interpretacin de los textos bblicos contina suscitando en nuestro tiempo un vivo inters y provoca importantes discusiones, que han tomado en los ltimos aos dimensiones nuevas. Dada la importancia fundamental de la Biblia para la fe cristiana, para la vida de la Iglesia y para las relaciones de los cristianos con los fieles de otras religiones, la Pontificia Comisin Bblica ha sido invitada a expresarse sobre este tema. A. PROBLEMTICA ACTUAL El problema de la interpretacin de la Biblia no es una invencin moderna, como a veces se querra hacer creer. La Biblia misma testimonia que su interpretacin presenta dificultades. Al lado de textos lmpidos, tiene tambin pasajes oscuros. Leyendo algunos orculos de Jeremas, Daniel se interrogaba largamente sobre su sentido (Dn. 9, 2). Segn los Hechos de los Apstoles, n etope del primer siglo se encontraba en la misma situacin a propsito de un pasaje del libro de Isaas (Is. 53, 7-8) y reconoca la necesidad de un intrprete (Hech. 8, 30-35). La segunda carta de Pedro declara que "ninguna profeca de la Escritura puede ser interpretada por cuenta propia" (2 Ped. 1, 20), y observa, por otra parte, que las cartas del apstol Pablo contienen "algunos puntos difciles de comprender, que los que carecen de instruccin y firmeza interpretan errneamente, como hacen con el resto de las Escrituras, acarrendose as su propia perdicin" (2 Ped. 3, 16). El problema es pues antiguo, pero se ha acentuado con el paso del tiempo: por lo pronto, para llegar hasta los hechos y las palabras de los cuales habla la Biblia, los lectores deben volver atrs veinte o treinta siglos, lo que no deja de suscitar dificultades. Por otra parte, las cuestiones de interpretacin se han vuelto ms complejas en los tiempos modernos, a causa de los progresos realizados por las ciencias humanas. Los mtodos cientficos para el estudio de textos antiguos se han precisado. Pero, en qu medida estos mtodos son apropiados para la interpretacin de la Sagrada Escritura? A esta pregunta, la prudencia pastoral de la Iglesia ha respondido durante largo tiempo con reticencia, porque con frecuencia los mtodos, a pesar de sus elementos positivos, se encontraban ligados a opciones contrarias a la fe cristiana. Pero se ha producido una evolucin positiva, marcada por toda una serie de documentos pontificios, desde la encclica Providentissimus Deus de Len XIII (18 de noviembre de 1893) hasta la encclica Divino afflante Spiritu de Po XII (30 de setiembre de 1943), y ha sido confirmada por la declaracin de la Pontificia Comisin Bblica Sancta Mater Ecclesia (21 de abril de 1964) y sobre todo por la Constitucin Dogmtica Dei Verbum del Concilio Vaticano II (18 de noviembre de 1965). La fecundidad de esta actitud constructiva se ha manifestado de una manera innegable. Los estudios bblicos han tomado un notable impulso en la Iglesia catlica, y se reconoce cada vez ms su valor cientfico en el mundo de los especialistas y entre los fieles. El dilogo ecumnico se ha facilitado considerablemente, se ha hecho ms profunda la influencia de la Biblia sobre la teologa, contribuyendo as a la renovacin teolgica. El inters por la Biblia entre los catlicos ha aumentado y ha favorecido el progreso de la vida cristiana. Quienes han adquirido una seria formacin en este campo, consideran ya imposible volver a un estado de interpretacin precientfico, que juzgan, no sin razn, claramente insuficiente. Pero en el momento mismo en que el mtodo cientfico ms corriente (el mtodo "histrico-crtico"), es practicado habitualmente en exgesis, y tambin en la exgesis catlica, este mtodo se encuentra sujeto a discusin: por una parte, en el mundo cientfico mismo, por la aparicin de otros mtodos y acercamientos, y por otra parte, por las crticas de numerosos cristianos, que lo juzgan deficiente desde el punto de vista de la fe. Particularmente atento, como su nombre lo indica, a la evolucin histrica de los textos o de las tradiciones a travs del tiempo (a la diacrona), el mtodo histrico-crtico se encuentra actualmente, en algunos ambientes, en competencia con mtodos que insisten en una comprensin sincrnica de los textos, ya se trate de su lenguaje, de su composicin, de su trama narrativa o de su esfuerzo de persuasin. Por lo dems, al cuidado que tienen los mtodos diacrnicos de reconstituir el pasado, se sustituye, frecuentemente, una 5

tendencia a interrogar los textos situndolos en las perspectivas filosficas, psicoanalticas, sociolgicas, polticas, etc., del tiempo presente. Este pluralismo de mtodos y acercamientos es apreciado por unos como un ndice de riqueza, pero a otros les da la impresin de una gran confusin. Real o aparente, esta confusin ofrece nuevos argumentos a los adversarios de la exgesis cientfica. El conflicto de las interpretaciones manifiesta, segn ellos, que nada se gana sometiendo los textos bblicos a las exigencias de los mtodos cientficos, sino que, al contrario, mucho se pierde. Subrayan que la exgesis cientfica provoca la perplejidad y la duda sobre innumerables puntos, que eran hasta ahora admitidos pacficamente, empujando a algunos exegetas a tomar posiciones contrarias a la fe de la Iglesia sobre cuestiones tan importantes como la concepcin virginal de Jess y sus milagros, e incluso sobre su resurreccin y divinidad. Aun cuando no llegue a tales negaciones, la exgesis cientfica se caracteriza, segn ellos, por su esterilidad en lo que concierne al progreso de la vida cristiana. En lugar de permitir un acceso ms fcil y ms seguro a las fuentes vivas de la palabra de Dios, hace de la Biblia un libro cerrado, cuya interpretacin siempre problemtica requiere una refinada tcnica, que hace de ella dominio reservado a algunos especialistas. A estos, algunos aplican la frase del evangelio: "Os habis apoderado de la llave de la ciencia. No habis entrado vosotros, y a los que queran entrar se lo habis impedido" (Lc. 11, 52; cfr. Mt. 23, 13). En consecuencia, se considera necesario sustituir el paciente trabajo de la exgesis cientfica con acercamientos ms simples, como tal o cual prctica de lectura sincrnica, que se considera suficiente; o inclusive, renunciando a todo estudio, se favorece una lectura de la Biblia llamada "espiritual". Con este trmino se entiende una lectura guiada nicamente por la inspiracin personal subjetiva y destinada a nutrir esta inspiracin. Algunos buscan en la Biblia sobre todo el Cristo de su visin personal y la satisfaccin de su religiosidad espontnea. Otros pretenden encontrar en ella respuestas directas a todo tipo de cuestiones personales o colectivas. Numerosas sectas proponen como nica interpretacin verdadera aquella de la cual afirman haber tenido la revelacin. B. LA FINALIDAD DE ESTE DOCUMENTO Es, pues, oportuno considerar seriamente los diferentes aspectos de la situacin actual en materia de interpretacin bblica, prestar atencin a las crticas, a las quejas y aspiraciones que se expresan sobre esta cuestin, valorar las posibilidades abiertas por los nuevos mtodos y acercamientos y procurar, en fin, precisar la orientacin que corresponde mejor a la misin de la exgesis en la Iglesia catlica. Tal es la finalidad de este documento. La Pontificia Comisin Bblica desea indicar los caminos que conviene tomar para llegar a una interpretacin de la Biblia tan fiel como sea posible a su carcter a la vez humano y divino. Ella no pretende tomar posicin sobre todas las cuestiones que se presentan a propsito de la Biblia, como, por ejemplo, la teologa de la inspiracin. Lo que desea es examinar los mtodos capaces de contribuir eficazmente a poner de relieve todas las riquezas contenidas en los textos bblicos, a fin de que la palabra de Dios pueda ser siempre y cada vez ms el alimento espiritual de los miembros de su pueblo, la fuente, para ellos, de una vida de fe, de esperanza y de amor, y una luz para toda la humanidad (cfr. Dei Verbum, 21). Para alcanzar esta finalidad, este documento: 1. describir brevemente los diferentes mtodos y acercamientos1, indicando sus posibilidades y sus lmites; 2. examinar algunas cuestiones de hermenutica; 3. propondr una reflexin sobre las dimensiones caractersticas de la interpretacin catlica de la Biblia, y sobre sus relaciones con las otras disciplinas teolgicas; 4. considerar, finalmente, el lugar que tiene la interpretacin de la Biblia en la vida de la Iglesia. 6

I MTODOS Y ACERCAMIENTOS PARA LA INTERPRETACIN A. MTODO HISTRICO-CRTICO El mtodo histrico-crtico es el mtodo indispensable para el estudio cientfico del sentido de los textos antiguos. Puesto que la Sagrada Escritura, en cuanto "palabra de Dios en lenguaje humano", ha sido compuesta por autores humanos en todas sus partes y todas sus fuentes, su justa comprensin no solamente admite como legtima, sino que requiere la utilizacin de este mtodo. 1. Historia del mtodo Para apreciar correctamente este mtodo en su estadio actual, conviene echar una mirada sobre su historia. Algunos elementos de este mtodo de interpretacin son muy antiguos. Han sido utilizados en la antigedad por los comentaristas griegos de la literatura clsica, y ms tarde, en el perodo patrstico, por autores como Orgenes, Jernimo y Agustn. El mtodo estaba entonces menos elaborado. Sus formas modernas son el resultado de perfeccionamientos, aportados sobre todo a partir de los humanistas del Renacimiento y su recursus ad fontes. Mientras la crtica textual del Nuevo Testamento no pudo desarrollarse como disciplina cientfica sino a partir de 1800, despus de producirse el distanciamiento del Textus receptus, los comienzos de la crtica literaria se remontan al siglo XVII, con la obra de Richard Simon, que llam la atencin sobre los duplicados, las divergencias en el contenido y las diferencias de estilo observables en el Pentateuco; constataciones difcilmente conciliables con la atribucin de todo el texto a un autor nico, Moiss. En el siglo XVIII, Jean Astruc se contentaba an con la explicacin de que Moiss se haba servido de diferentes fuentes (sobre todo de dos fuentes principales) para componer el libro del Gnesis. Despus, la crtica rechaz cada vez ms decididamente la atribucin a Moiss de la composicin del Pentateuco. La crtica literaria se identific largo tiempo con el esfuerzo por discernir en los textos fuentes diferentes. Se desarroll as, en el siglo XIX, la hiptesis de los "documentos", que procura explicar la redaccin del Pentateuco. Cuatro documentos, en parte paralelos entre ellos, pero que provienen de pocas diferentes, se habran fusionado: el yavista (Y), el elohista (E), el deuteronomista (D) y el sacerdotal (P: del alemn "Priester", "sacerdotes"). De este ltimo se habra servido el redactor final para estructurar el conjunto. De modo anlogo, para explicar las convergencias y las divergencias constatadas entre los tres evangelios sinpticos, se recurri a la hiptesis de las "dos fuentes", segn la cual los evangelios de Mateo y Lucas habran sido compuestos a partir de dos fuentes principales: el evangelio de Marcos, y una coleccin de palabras de Jess (llamada Q, del alemn "Quelle", "fuente"). En lo esencial, estas dos hiptesis tienen an vigencia en la exgesis cientfica, aunque sean objeto de contestacin. En el deseo de establecer la cronologa de los textos bblicos, este gnero de crtica literaria se limitaba a un trabajo de distincin y estratificacin para distinguir las diferentes fuentes, y no otorgaba suficiente atencin a la estructura final del texto bblico y al mensaje que expresa en su estadio actual (se mostraba as poca estima por las obras de los redactores). Por esto, la exgesis histrico-ctica poda aparecer como disolvente y destructiva, tanto ms, que algunos exegetas, bajo la influencia de la historia comparada de las religiones, tal como se practicaba entonces, o partiendo de concepciones filosficas, emitan juicios negativos sobre la Biblia. Hermann Gunkel liber el mtodo del ghetto de la crtica literaria comprendida de este modo. Aunque continuaba considerando los libros del Pentateuco como compilaciones, dedic su atencin a la textura particular de las diferentes unidades. Procur definir el gnero de cada una (por ejemplo, "leyenda" o "himno") y su ambiente de origen o "Sitz im Leben" (por ejemplo, situacin jurdica, litrgica, etc.). Con esta investigacin de los gneros literarios est emparentado el "estudio crtico de las formas" ('Formgeschichte"), inaugurado en la exgesis de los sinpticos por Martn Dibelius y Rudolph Bultmann. Este ltimo integr en los estudios de la "Formgeschichte" una hermenutica bblica inspirada por la filosofa existencialista de Martn Heidegger. El resultado fue que la Formgeschichte suscit frecuentemente serias reservas. Pero este mtodo, en s mismo, ha dado como resultado manifestar ms claramente que la tradicin neotestamentaria tiene su origen y ha tomado su forma en la primera 7

comunidad cristiana, pasando de la predicacin de Jess mismo a la predicacin que proclama que Jess es el Cristo. A la "Formgeschichte" se ha aadido la "Redaktionsgeschichte", "estudio crtico de la redaccin". Este procura poner en claro la contribucin personal de cada evangelista, y las orientaciones teolgicas que han guiado su trabajo de redaccin. Con la utilizacin de este ltimo mtodo, la serie de diferentes etapas del mtodo histrico-crtico ha quedado ms completa: de la crtica textual se pasa a una crtica literaria que descompone (bsqueda de las fuentes), luego a un estudio crtico de las formas; por ltimo a un anlisis de la redaccin, atenta al texto en su composicin. Es as posible una comprensin ms precisa de la intencin de los autores y redactores de la Biblia, as como del mensaje que han dirigido a los primeros destinatarios. El mtodo histrico-crtico ha adquirido de este modo una importancia de primer orden. 2. Principios Los principios fundamentales del mtodo histrico-crtico en su forma clsica son los siguientes: Es un mtodo histrico, no solamente porque se aplica a textos antiguos (en este caso los de la Biblia) y porque se estudia su alcance histrico, sino tambin y sobre todo, porque procura dilucidar los procesos histricos de produccin del texto bblico, procesos diacrnicos a veces complicados y de larga duracin. En las diferentes etapas de su produccin, los textos de la Biblia se dirigen a diferentes categoras de oyentes o de lectores, que se encontraban en situaciones espacio-temporales diferentes. Es un mtodo crtico, porque opera con la ayuda de criterios cientficos tan objetivos como sea posible en cada uno de sus pasos (de la crtica textual al estudio crtico de la redaccin), para hacer accesible al lector moderno el sentido de los textos bblicos, con frecuencia difcil de captar. Es un mtodo analtico que estudia el texto bblico del mismo modo que todo otro texto de la antigedad, y lo comenta como lenguaje humano. Sin embargo, permite al exegeta, sobre todo en el estudio crtico de la redaccin de los textos, captar mejor el contenido de la revelacin divina. 3. Descripcin En el estadio actual de su desarrollo, el mtodo histrico-crtico recorre las etapas siguientes: La crtica textual, practicada desde hace mucho tiempo, abre la serie de operaciones cientficas. Apoyndose sobre el testimonio de los manuscritos ms antiguos y mejores, as como sobre el de los papiros, de las traducciones antiguas y de la patrstica, procura, segn reglas determinadas, establecer un texto bblico tan prximo al texto original como sea posible. El texto es sometido entonces a un anlisis lingstico (morfologa y sintaxis) y semntico, que utiliza los conocimientos obtenidos gracias a los estudios de filologa histrica. La crtica literaria se esfuerza luego por discernir el comienzo y el final de las unidades textuales, grandes y pequeas, y de verificar la coherencia interna de los textos. La existencia de duplicados, de divergencias irreconciliables y de otros indicios manifiesta el carcter compuesto de algunos textos, que se dividen entonces en pequeas unidades, de las cuales se estudia su posible pertenencia a fuentes diferentes. La crtica de los gneros procura determinar los gneros literarios, su ambiente de origen, sus rasgos especficos y su evolucin. La crtica de las tradiciones sita los textos en las corrientes de tradicin, de las cuales procura precisar la evolucin en el curso de la historia. Finalmente, la crtica de la redaccin estudia las modificaciones que los textos han sufrido antes de quedar fijados en su estadio final y analiza ese estadio final, esforzndose por discernir las orientaciones que le son propias. Mientras las etapas precedentes han procurado explicar el texto por su gnesis, en una perspectiva diacrnica, esta ltima etapa se concluye con un estudio sincrnico: se explica all el texto en s mismo, gracias a las relaciones mutuas de sus diversos elementos, considerndolos bajo su aspecto de mensaje comunicado por el autor a sus contemporneos. La funcin pragmtica del texto puede ser tomada entonces en consideracin. Cuando los textos pertenecen a un gnero literario histrico o estn en relacin con acontecimientos de la historia, la crtica histrica completa la crtica literaria, para precisar el alcance histrico, en el sentido moderno de la ex8

presin, de los textos estudiados. De este modo quedan en claro las diferentes etapas del concreto desarrollo de la revelacin bblica. 4. Evaluacin Qu valor se debe acordar al mtodo histrico-crtico, en particular en el actual estadio de su evolucin? Es un mtodo que, utilizado de modo objetivo, no implica de por s ningn a priori. Si su uso se acompaa de tales a priori no es debido al mtodo mismo, sino a opciones hermenuticas que orientan la interpretacin y pueden ser tendenciosas. Orientado en sus orgenes en el sentido de la crtica de las fuentes y de la historia de las religiones, el mtodo ha abierto un nuevo acceso a la Biblia, mostrando que es una coleccin de escritos, y que con frecuencia, en particular los del Antiguo Testamento, no son la creacin de un autor nico, sino que han tenido una larga prehistoria, indisolublemente ligada a la historia de Israel o a la historia de la Iglesia primitiva. Precedentemente, la interpretacin juda o cristiana de la Biblia no tena una clara conciencia de las condiciones histricas concretas y diversas en las cuales la palabra de Dios estaba enraizada, sino un conocimiento global y lejano. La confrontacin de la exgesis tradicional con un acercamiento cientfico, que, en sus comienzos, conscientemente haca abstraccin de la fe y a veces se opona a ella, fue ciertamente dolorosa. Pero se revel seguidamente, provechosa. Una vez que el mtodo se liber de prejuicios extrnsecos, condujo a una comprensin ms exacta de la verdad de la Sagrada Escritura (cfr. Dei Verbum, 12). Segn Divino afflante Spiritu, la bsqueda del sentido literal de la Escritura s una tarea esencial de la exgesis, y para llevarla a trmino es necesario determinar el gnero histrico de los textos (cfr. Enchiridion Biblicum 560). Esto se realiza con la ayuda del mtodo histrico-crtico. Ciertamente, el uso clsico del mtodo histrico-crtico manifiesta lmites, porque se restringe a la bsqueda del sentido del texto bblico en las circunstancias histricas de su produccin, y no se interesa por las otras posibilidades de sentido que se manifiestan en el curso de las pocas posteriores de la revelacin bblica y de la historia de la Iglesia. Sin embargo, este mtodo ha contribuido a la produccin de obras de exgesis y de teologa bblica de gran valor. Desde hace mucho tiempo se ha renunciado a amalgamar el mtodo con un sistema filosfico. Recientemente, una tendencia exegtica ha inclinado el mtodo en el sentido de una insistencia predominante sobre la forma del texto, con menor atencin a su contenido. Pero esta tendencia ha sido corregida, gracias a la contribucin de una semntica diferenciada (semntica de las palabras, de las frases, del texto) y al estudio del aspecto pragmtico de los textos. Se debe reconocer que la inclusin en el mtodo de un anlisis sincrnico de los textos es legtima, porque es el texto en su estadio final, y no una redaccin anterior, el que es expresin de la palabra de Dios. Pero el estudio diacrnico contina siendo indispensable para captar el dinamismo histrico que anima la Sagrada Escritura, y para manifestar su rica complejidad: por ejemplo, el cdigo de la Alianza (Ex. 21,23) refleja un estadio poltico, social y religioso de la sociedad israelita diferente del que reflejan las otras legislaciones conservadas en el Deuteronomio (Deut. 12,26) y en el Levtico (cdigo de santidad. Lev. 17,26). A la tendencia historicizante que se podra reprochar a la antigua exgesis histrico-crtica, no debera suceder el exceso inverso, el olvido de la historia, por parte de una exgesis exclusivamente sincrnica. En definitiva, la finalidad del mtodo histrico-crtico es dejar en claro, de modo sobre todo diacrnico, el sentido expresado por los autores y redactores. Con la ayuda de otros mtodos y acercamientos, l ofrece al lector moderno el acceso a la significacin de la Biblia, tal como la tenemos.

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B. NUEVOS MTODOS DE ANLISIS LITERARIO Ningn mtodo cientfico para el estudio de la Biblia est en condiciones de corresponder a toda la riqueza de los textos bblicos. Cualquiera que sea su validez, el mtodo histrico-crtico no puede bastar. Deja forzosamente en la sombra numerosos aspectos de los escritos que estudia. No es de admirarse, pues, si actualmente se proponen otros mtodos y acercamientos para profundizar tal o cual aspecto digno de atencin. En este apartado B, presentaremos algunos mtodos de anlisis literario que se han desarrollado recientemente. En los apartados siguientes (C, D, E), examinaremos brevemente diferentes acercamientos, algunos de los cuales tienen relacin con el estudio de la tradicin, otros con las "ciencias humanas", otros con situaciones contemporneas particulares. Consideraremos finalmente (F) la lectura fundamentalista de la Biblia, que rechaza todo esfuerzo metdico de interpretacin. Aprovechando los progresos realizados en nuestro tiempo por los estudios lingsticos y literarios, la exgesis bblica utiliza cada vez ms mtodos nuevos de anlisis literario, en particular el anlisis retrico, el anlisis narrativo y el anlisis semitico. 1. Anlisis retrico En realidad, el anlisis retrico no es en s mismo un mtodo nuevo. Nuevo es, sin embargo, por una parte, su uso sistemtico para la interpretacin de la Biblia, y por otra, el nacimiento y el desarrollo de una "nueva retrica". La retrica es el arte de componer un discurso persuasivo. Puesto que todos los textos bblicos son en algn grado textos persuasivos, un cierto conocimiento de la retrica forma parte del instrumentario normal del exegeta. El anlisis retrico debe ser conducido de modo crtico, ya que la exgesis cientfica es una tarea que se somete necesariamente a las exigencias del espritu crtico. Muchos estudios bblicos recientes han acordado una gran atencin a la presencia de la retrica en la Escritura. Se pueden distinguir tres acercamientos diferentes: el primero se apoya sobre la retrica clsica greco-latina; el segundo se preocupa de los procedimientos semticos de composicin; el tercero se inspira en las investigaciones modernas llamadas "nueva retrica". Toda situacin de discurso comporta la presencia de tres elementos: el orador (o autor), el discurso (o texto), y el auditorio (o destinatario). La retrica clsica distingue, en consecuencia, tres factores de persuasin que contribuyen a la cualidad de un discurso: la autoridad del orador, la argumentacin del discurso y las emociones que suscita en el auditorio. La diversidad de situaciones y de auditorios influye grandemente sobre el modo de hablar. La retrica clsica, desde Aristteles, admite la distincin de tres gneros de elocuencia: el gnero judicial (delante de los tribunales), el deliberativo (en las asambleas polticas), y el demostrativo (en las celebraciones). Constatando la enorme influencia de la retrica en la cultura helenstica, un nmero creciente de exegetas utiliza los rasgos de la retrica clsica para analizar mejor ciertos aspectos de los escritos bblicos, sobre todo del Nuevo Testamento. Otros concentran su atencin sobre los rasgos especficos de la tradicin literaria bblica. Enraizada en la cultura semtica, sta manifiesta un gusto pronunciado por las composiciones simtricas, gracias a las cuales se establecen relaciones entre los diferentes elementos del texto. El estudio de mltiples formas de paralelismo y de otros procedimientos semticos de composicin debera permitir discernir mejor la estructura literaria de los textos y llegar as a una mejor comprensin de su mensaje. Desde un punto de vista ms general, la "nueva retrica" quiere ser algo ms que un inventario de figuras de estilo, de artificios oratorios y de tipos de discurso. Ella investiga por qu tal uso especfico del lenguaje es eficaz y llega a comunicar una conviccin. Quiere ser "realista", rehusando limitarse al simple anlisis formal. Otorga a la situacin del debate la debida atencin. Estudia el estilo y la composicin como medios de ejercitar una accin 10

sobre el auditorio. Con esta finalidad, aprovecha los aportes recientes de disciplinas como la lingstica, la semitica, la antropologa y la sociologa. Aplicada a la Biblia, la "nueva retrica" quiere penetrar en el corazn del lenguaje de la revelacin en cuanto lenguaje religioso persuasivo y medir su impacto en el contexto social de la comunicacin. Porque aportan un enriquecimiento al estudio crtico de los textos, los anlisis retricos merecen mucha estima, sobre todo sus recientes profundizaciones. Ellos reparan una negligencia que ha durado largo tiempo, y permiten descubrir o ponen ms en claro perspectivas originales. La "nueva retrica" tiene razn de llamar la atencin sobre la capacidad persuasiva y convincente del lenguaje. La Biblia no es simplemente un enunciado de verdades. Es un mensaje dotado de una funcin de comunicacin en un cierto contexto, un mensaje que comporta un dinamismo de argumentacin y una estrategia retrica. Los anlisis retricos tienen, sin embargo, sus lmites. Cuando se contentan con ser descriptivos, sus resultados no tienen frecuentemente ms que un inters estilstico. Fundamentalmente sincrnicos, no pueden pretender constituir un mtodo independiente que se bastara a s mismo. Su aplicacin a los textos bblicos suscita ms de una cuestin: pertenecan los autores de estos textos a los medios ms cultivados? Hasta qu punto han seguido las reglas de la retrica para componer sus escritos? Qu retrica es ms pertinente para el anlisis de tal escrito determinado: la greco-latina o la semtica? No se corre el peligro de atribuir a ciertos textos bblicos una estructura retrica demasiado elaborada? Estas preguntas (y otras) no deben disuadir de emplear este gnero de anlisis. Ellas invitan solamente a no recurrir a l sin discernimiento. 2. Anlisis narrativo La exgesis narrativa propone un mtodo de comprensin y de comunicacin del mensaje bblico que corresponde a las formas de relato y de testimonio, modalidades fundamentales de la comunicacin entre personas humanas, caractersticas tambin de la Sagrada Escritura. El Antiguo Testamento, en efecto, presenta una historia de salvacin cuyo relato eficaz se convierte en sustancia de la profesin de fe, de la liturgia y de la catequesis (cfr. Sal. 78, 3-4; Ex. 12, 24-27; Deut. 6, 20-25; 26, 5-11). Por su parte, la proclamacin del kerigma cristiano comprende la secuencia narrativa de la vida, de la muerte y de la resurreccin de Jesucristo, acontecimientos de los cuales los evangelios nos ofrecen el relato detallado. La catequesis se presenta tambin bajo forma narrativa (cfr. 1 Cor. 11, 23-25). A propsito del acercamiento narrativo, conviene distinguir mtodo de anlisis, y reflexin teolgica. Numerosos mtodos de anlisis se proponen actualmente. Algunos parten del estudio de modelos narrativos antiguos. Otros se apoyan sobre tal o cual "narratologa" actual, que puede tener puntos comunes con la semitica. Particularmente atento a los elementos del texto que conciernen a la intriga, a los personajes y al punto de vista tomado por el narrador, el anlisis narrativo estudia el modo cmo se cuenta un historia para implicar al lector en el "mundo del relato" y en su sistema de valores. Varios mtodos introducen una distincin entre "autor real" y "autor implcito", "lector real" y "lector implcito". El "autor real" es la persona que ha compuesto el relato. "Autor implcito" designa la imagen de autor (con su cultura, su temperamento, sus tendencias, su fe, etc.) que el texto engendra progresivamente en el curso de la lectura. Se llama "lector real" toda persona que tiene acceso al texto, desde los primeros destinatarios que lo han ledo o escuchado leer hasta los lectores o auditores de hoy. Por "lector implcito" se entiende aqul que el texto presupone y produce, que es capaz de efectuar las operaciones mentales y afectivas requeridas para entrar en el mundo del relato, y de responder del modo pretendido por el autor real a travs del autor implcito. Un texto sigue ejerciendo su influencia en la medida en que los lectores reales (por ejemplo, nosotros mismos, al final del siglo XX) pueden identificarse con el lector implcito. Una de las tareas mayores de la exgesis es facilitar esta identificacin. 11

Con el anlisis narrativo se relaciona una manera nueva de apreciar el alcance de los textos. Mientras el mtodo histrico-crtico considera ms bien el texto como una "ventana", que permite entregarse a observaciones sobre tal o cual poca (no solamente sobre los hechos narrados, sino tambin sobre la situacin de la comunidad para la cual han ido narrados), el anlisis narrativo subraya que el texto funciona igualmente como un "espejo", en el sentido de presentar una cierta imagen de mundo (el "mundo del relato"), que ejerce su influjo sobre los modos de ver del lector y lo lleva a adoptar ciertos valores ms bien que otros. A este gnero de estudio, tpicamente literario, se asocia la reflexin teolgica, que considera las consecuencias que comporta, para la adhesin a la fe, la naturaleza del relato (y por tanto el testimonio) de la Sagrada Escritura, y deduce de all una hermenutica prctica y pastoral. Se reacciona as contra la reduccin del texto inspirado a una serie de tesis teolgicas, frecuentemente formuladas segn categoras y lenguaje no escritursticos. Se pide a la exgesis narrativa rehabilitar, en contextos histricos nuevos, los modos de comunicacin y de significacin propios del relato bblico, a fin de abrir mejor el camino a su eficacia para la salvacin. Se insiste sobre la necesidad de "narrar la salvacin" (aspecto "informativo" del relato), y de "narrar en vista de la salvacin" (aspecto "performativo"). El relato bblico, en efecto, contiene explcita o implcitamente, segn los casos, una llamada existencial dirigida al lector. Para la exgesis de la Biblia, el anlisis narrativo presenta una utilidad evidente, porque corresponde a la naturaleza narrativa de un gran nmero de textos bblicos. Puede contribuir a facilitar el paso, frecuentemente difcil, del sentido del texto en su contexto histrico (tal como el mtodo histrico-crtico procura definirlo), al alcance del texto para el lector de hoy. Como contrapartida, la distincin entre "autor real" y "autor implcito" aumenta la complejidad de los problemas de interpretacin. Cuando se aplica a los textos de la Biblia, el anlisis narrativo no puede contentarse con aplicar modelos preestablecidos. Mas bien debe esforzarse por corresponder a su carcter especfico. Su acercamiento sincrnico a los textos exige ser completado por estudios diacrnicos. El anlisis narrativo debe cuidarse, por otra parte, de una posible tendencia a excluir toda elaboracin doctrinal de los datos que contienen los relatos de la Biblia. Se encontrara en tal caso en desacuerdo con la tradicin bblica misma, que practica este gnero de elaboracin, y con la tradicin eclesial, que ha continuado por este camino. Conviene notar, finalmente, que no se puede considerar la eficacia existencial subjetiva de la palabra de Dios trasmitida narrativamente como un criterio suficiente de la verdad de su comprensin. 3. Anlisis semitico Tambin entre los mtodos llamados sincrnicos, que se concentran sobre el estudio del texto bblico en su estadio final, se sita el anlisis semitico, que desde hace unos veinte aos se ha desarrollado notablemente en algunos ambientes. Llamado inicialmente con el trmino general de "estructuralismo", este mtodo puede reclamar como su fundador el lingista suizo Ferdinand de Saussure, quien, al comienzo de este siglo, elabor la teora de que toda lengua es un sistema de relaciones, que obedece a reglas determinadas. Muchos lingistas y literatos han tenido una sealada influencia en la evolucin del mtodo. La mayor parte de los biblistas que utilizan la semitica para el estudio de la Biblia siguen a Algirdas J. Greimas y la escuela de Pars, de la cual es el fundador. Acercamientos o mtodos anlogos, fundados sobre la lingstica moderna, se desarrollan tambin en otras partes. Es el mtodo de Greimas el que presentaremos brevemente. La semitica s apoya sobre tres principios o presupuestos principales: Principio de inmanencia: cada texto forma un sistema de significacin; el anlisis considera todo el texto, pero solamente el texto. No recurre a datos "exteriores", como el autor, los destinatarios, los acontecimientos narrados, la historia de la redaccin. Principio de estructura del sentido: el sentido no existe sino por la relacin y en la relacin, especialmente la relacin de diferencia. El anlisis de un texto consiste, pues, en establecer el tejido de relaciones (de oposicin, de homologacin...) entre los elementos, a partir del cual se construye el sentido del texto. 12

Principio de la gramtica del texto: cada texto respeta una gramtica, es decir un cierto nmero de reglas o estructuras; en un conjunto de frases llamado discurso, hay diferentes niveles, cada uno de los cuales tiene su gramtica. El contenido global de un texto puede ser analizado en tres niveles diferentes: El narrativo. Se estudian, en el relato, las transformaciones que permiten pasar del estado inicial al estado terminal. En el interior de un "itinerario narrativo", el anlisis procura descubrir las diversas fases, lgicamente ligadas entre ellas, que marcan la transformacin de un estado en otro diferente. En cada una de estas fases, se precisan las relaciones entre los "papeles" asumidos por los "actantes" que determinan los estados y producen las transformaciones. El nivel discursivo. El anlisis consiste en tres operaciones: a) la identificacin y clasificacin de las figuras, es decir, de los elementos de significacin de un texto (actores, tiempos y lugares); b) el establecimiento de los itinerarios de cada figura en un texto para determinar el modo cmo el texto la utiliza; c) la bsqueda de los valores temticos de las figuras. Esta ltima operacin consiste en determinar "en nombre de qu cosa" (= valor) las figuras, en un texto concreto, siguen tal itinerario. El nivel lgico-semntico. Es el nivel llamado profundo. Es tambin el ms abstracto. Supone el postulado de que las formas lgicas y significativas subyacen a las organizaciones narrativas y discursivas de tal discurso. El anlisis en este nivel consiste en precisar la lgica que preside las articulaciones fundamentales de los itinerarios narrativos y figurativos de un texto. Para lograrlo se emplea frecuentemente un instrumento llamado el "cuadrado semitico", figura que utiliza las relaciones entre dos trminos "contrarios" y dos "contradictorios" (por ejemplo: blanco y negro, blanco y no blanco, negro y no negro). Los tericos del mtodo semitico no dejan de aportar nuevos desarrollos. Las investigaciones actuales se centran sobre la enunciacin y sobre la intertextualidad. El mtodo, aplicado inicialmente a los textos narrativos de la Escritura, que se prestan ms fcilmente a tal anlisis, se utiliza cada vez ms para otros tipos de discursos bblicos. La descripcin de la semitica presentada y sobre todo el enunciado de sus presupuestos, dejan ya entrever los aportes y los lmites de este mtodo. La semitica contribuye a nuestra comprensin de la Escritura, palabra de Dios expresada en lenguaje humano, hacindonos ms atentos a la coherencia de cada texto bblico como un todo, que obedece a mecanismos lingsticos precisos. La semitica no puede ser utilizada para el estudio de la Biblia si no se distingue este mtodo de anlisis de ciertos presupuestos desarrollados en la filosofa estructuralista, es decir, la negacin de los sujetos y de la referencia extratextual. La Biblia es una Palabra sobre la realidad, que Dios pronunci en una historia y que nos dirige hoy por medio de autores humanos. El acercamiento semitico debe estar abierto a la historia: la de los actores de los textos, primero; la de su autores y sus lectores, despus. Existe el grave riesgo, entre quienes utilizan el anlisis semitico, de quedarse en un estudio formal del contenido, y de no explicitar el mensaje de los textos. Si el anlisis semitico no se pierde en los arcanos de un lenguaje complicado, sino que es enseado en trminos simples y en sus elementos principales, puede dar a los cristianos el gusto de estudiar el texto bblico y de descubrir algunas de sus dimensiones de sentido, sin poseer todos los conocimientos histricos que se refieren a la produccin del texto y a su mundo socio-cultural. Puede tambin demostrarse til en la pastoral misma, por medio de una cierta apropiacin de la escritura en medios no especializados.

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C. ACERCAMIENTOS BASADOS SOBRE LA TRADICIN Aunque se diferencian del mtodo histrico-crtico por una mayor atencin a la unidad interna de los textos estudiados, los mtodos literarios que acabamos de presentar permanecen insuficientes para la interpretacin de la Biblia, porque consideran cada escrito aisladamente. Pero la Biblia no se presenta como una suma de textos desprovistos de relaciones entre ellos, sino como un conjunto de testimonios de una misma gran tradicin. Para corresponder plenamente al objeto de su estudio, la exgesis bblica debe tener en cuenta este hecho. Tal es la perspectiva adoptada por varios acercamientos que se desarrollan actualmente. 1. Acercamiento cannico Constando que el mtodo histrico-crtico experimenta a veces dificultades para alcanzar, en sus conclusiones, el nivel teolgico, el acercamiento cannico, nacido en los Estados Unidos hace unos veinte aos, procura conducir a buen trmino una tarea teolgica de interpretacin, partiendo del cuadro explcito de la fe: la Biblia en su conjunto. Para hacerlo interpreta cada texto bblico a la luz del canon de las Escrituras, es decir, de la Biblia en cuanto recibida como norma de fe por una comunidad de creyentes. Procura situar cada texto en el interior del nico designio divino, con la finalidad de llegar a una actualizacin de la Escritura para nuestro tiempo. No pretende sustituir al mtodo histrico-crtico, sino que desea completarlo. Se han propuesto dos puntos de vista diferentes: Brevard S. Childs centra su inters sobre la forma cannica final del texto (libro o coleccin), forma aceptada por la comunidad como autoritativa para expresar su fe y dirigir su vida. Ms que sobre la forma final y estabilizada del texto, James A. Sanders pone su atencin en el "proceso cannico" o desarrollo progresivo de las Escrituras, a las cuales la comunidad creyente ha reconocido una autoridad normativa. El estudio crtico de este proceso examina cmo las antiguas tradiciones han sido utilizadas en nuevos contextos, antes de constituir un todo a la vez estable y adaptable, coherente y unificante de datos diversos, del cual la comunidad de fe extrae su identidad. En el curso de este proceso se han puesto en accin procedimientos hermenuticos, y ellos continan actuando despus de la fijacin del canon. Frecuentemente son de gnero midrsico, que sirven para actualizar el texto bblico. Favorecen una constante interaccin entre la comunidad y sus escrituras, recurriendo a una interpretacin que procura hacer contempornea la tradicin. El acercamiento cannico reacciona con razn contra la valorizacin exagerada de lo que se supone ser original y primitivo, como si ello fuera lo nico autntico. La escritura inspirada es ciertamente la Escritura tal como la Iglesia la ha reconocido como regla de fe. A propsito de esto se puede insistir, sea sobre la forma final en la cual se encuentra actualmente cada uno de los libros, sea sobre el conjunto que ellos constituyen como canon. Un libro no es bblico sino a la luz de todo el canon. La comunidad creyente es efectivamente el contexto adecuado para la interpretacin de los textos cannicos. La fe y el Espritu Santo enriquecen su exgesis. La autoridad eclesial, que se ejerce al servicio de la comunidad, debe vigilar para que la interpretacin sea siempre fiel a la gran tradicin que ha producido a los textos (cfr. Dei Verbum, 10). El acercamiento cannico debe enfrentar ms de un problema, sobre todo cuando procura definir el "proceso cannico". A partir de cundo se puede decir que un texto es cannico? Parece admisible decirlo desde que la comunidad atribuye a un texto una autoridad normativa, an antes de la fijacin definitiva de ese texto. Se puede hablar de una hermenutica "cannica" mientras la repeticin de las tradiciones, que se efecta teniendo en cuenta los aspectos nuevos de la situacin (religiosa, cultural, teolgica), mantenga la identidad del mensaje. Pero se presenta una cuestin: el proceso de interpretacin que ha conducido a la formacin del canon debe ser 14

reconocido como regla de interpretacin de la Escritura hasta nuestros das? Por otra parte, las relaciones complejas entre el canon judo de las Escrituras y el canon cristiano suscitan numerosos problemas de interpretacin. La Iglesia cristiana ha recibido como "Antiguo Testamento" los escritos que tenan autoridad en la comunidad judo-helenstica, pero algunos de ellos estn ausentes de la Biblia hebrea, o se presentan bajo una forma diferente. El corpus es pues diferente. Por ello, la interpretacin cannica no puede ser idntica, porque cada texto debe ser ledo en relacin con el conjunto del corpus. Pero, sobre todo, la Iglesia lee el Antiguo Testamento a la luz del acontecimiento pascual (la muerte y resurreccin de Jesucristo), que aporta una radical novedad y da, con una soberana autoridad, un sentido decisivo y definitivo a las Escrituras (cfr. Dei Verbum, 4). Esta nueva determinacin de sentido forma parte integrante de la fe cristiana. Ella no puede, sin embargo, quitar toda consistencia a la interpretacin cannica anterior, la que ha precedido la pascua cristiana, porque es necesario respetar cada etapa de la historia de salvacin. Vaciar el Antiguo Testamento de su sustancia sera privar al Nuevo Testamento de su enraizamiento en la historia. 2. El recurso a las tradiciones judas de interpretacin El Antiguo Testamento ha tomado su forma final en el judasmo de los ltimos cuatro o cinco siglos que han precedido la era cristiana. Este judasmo ha sido tambin el medio de origen del Nuevo Testamento y de la Iglesia naciente. Numerosos estudios de historia juda antigua y especialmente las investigaciones suscitadas por los descubrimientos de Qumrn han puesto de relieve la complejidad del mundo judo, en la tierra de Israel y en la dispora, durante todo este perodo. Es en este mundo donde comenz la interpretacin de la Escritura. Uno de los ms antiguos testimonios de la interpretacin juda de la Biblia es la traduccin griega de los Setenta. Los Targumim arameos constituyen otro testimonio del mismo esfuerzo, que se ha proseguido hasta nuestros das, acumulando una prodigiosa cantidad de procedimientos tcnicos para la conservacin del texto del Antiguo Testamento y para la explicacin del sentido de los textos bblicos. Desde siempre, los mejores exegetas cristianos, a partir de Orgenes y san Jernimo, han procurado sacar provecho de la erudicin bblica juda, para una mejor comprensin de la Escritura. Numerosos exegetas modernos siguen este ejemplo. Las tradiciones judas antiguas permiten, en particular, conocer mejor los Setenta, la Biblia juda que se convirti seguidamente en la primera parte de la Biblia cristiana durante al menos los primeros cuatro siglos de la Iglesia, y en Oriente hasta nuestros das. La literatura juda extracannica, llamada apcrifa o intertestamentaria, abundante y diversificada, es una fuente importante para la interpretacin del Nuevo Testamento. Los variados procedimientos de exgesis practicados por el judasmo de diferentes tendencias se encuentran en el mismo Antiguo Testamento, por ejemplo en las Crnicas en relacin a los libros de los Reyes, y en el Nuevo Testamento, por ejemplo en ciertos razonamientos escritursticos de san Pablo. La diversidad de las formas (parbolas, alegoras, antologas y colecciones, relecturas, pesher, relaciones entre textos distintos, salmos e himnos, visiones, revelaciones y sueos, composiciones sapienciales) es comn al Antiguo y al Nuevo Testamento as como a la literatura de todos los medios judos antes y despus del tiempo de Jess. Los Targumim y los Midrasim representan la homiltica y la interpretacin bblica de amplios sectores del judasmo de los primeros siglos. Numerosos exegetas del Antiguo Testamento buscan iluminacin, adems, en los comentadores, gramticos y lexicgrafos judos medievales y ms recientes para comprender pasajes oscuros o palabras raras y nicas. Ms frecuentemente que antes, aparecen hoy referencias a obras judas en la discusin exegtica. La riqueza de la erudicin juda puesta al servicio de la Biblia, desde sus orgenes en la antigedad hasta nuestros das, es una ayuda permanente de primer orden para la exgesis de ambos Testamentos, a condicin, sin embargo, de emplearla correctamente. El judasmo antiguo era muy diversificado. La forma farisea, que ha prevalecido despus en el rabinismo, no era la nica. Los textos judos antiguos se escalonan a lo largo de varios siglos. Es importante, pues, situarlos cronolgicamente antes de proceder a comparaciones. Sobre todo, el cuadro de conjunto de las comunidades judas y cristianas es fundamentalmente diferente: del lado judo, segn formas 15

muy variadas, se trata de una religin que define un pueblo y una prctica de vida a partir de un escrito revelado y de una tradicin oral, mientras que del lado cristiano, es la fe en el Seor Jess, muerto, resucitado y vivo para siempre, Mesas e Hijo de Dios, la que rene una comunidad. Estos dos puntos de partida crean, para la interpretacin de las Escrituras, dos contextos, que a pesar de muchos contactos y semejanzas, son radicalmente diferentes. 3. La historia de los efectos del texto Este acercamiento reposa sobre dos principios: a) un texto no se convierte en una obra literaria si no hay lectores que le dan vida, apropindose de l; b) esta apropiacin del texto, que puede efectuarse de modo individual o comunitario y toma forma en diferentes dominios (literario, artstico, teolgico, asctico y mstico), contribuye a hacer comprender mejor el texto mismo. Sin ser completamente desconocido en la antigedad, este acercamiento se ha desarrollado, en los estudios literarios, entre 1960 y 1970, cuando la crtica se interes en las relaciones entre el texto y sus lectores. La exgesis bblica no podra sino sacar beneficio de esta investigacin, tanto ms que la hermenutica filosfica afirma, por su parte, la necesaria distancia entre la obra y su autor, as como entre la obra y sus lectores. En esta perspectiva, se comenz a introducir en el trabajo de interpretacin la historia del efecto provocado por un libro o por un pasaje de la escritura ("Winkungs-geschichte"). Se trata de medir la evolucin de la interpretacin en el curso del tiempo en funcin de las preocupaciones de los lectores, y de evaluar la importancia del papel de la tradicin para aclarar el sentido de los textos bblicos. La confrontacin del texto con sus lectores suscita una dinmica, porque el texto ejerce un influjo y provoca reacciones, su llamada es escuchada por los lectores individualmente o en grupos. El lector no es, por lo dems, un sujeto aislado. Pertenece a un espacio social y se sita en una tradicin. Viene al texto con sus preguntas, opera una seleccin, propone una interpretacin y finalmente, puede crear otra obra o tomar iniciativas que se inspiran directamente de su lectura de la Escritura. Los ejemplos de tal acercamiento son ya numerosos. La historia de la lectura del Cantar de los cantares ofrece un excelente testimonio. Nos muestra cmo este libro ha sido recibido en la poca de los Padres de la Iglesia, en el ambiente monstico latino de la Edad Media, y todava en un mstico como san Juan de la Cruz. Permite as descubrir mejor todas las dimensiones de sentido de este escrito. Del mismo modo, en el Nuevo Testamento, es posible y til aclarar el sentido de una percopa (por ejemplo la del joven rico en Mt. 19, 16-26) mostrando su fecundidad en la historia de la Iglesia. Pero la historia testimonia tambin la existencia de corrientes de interpretacin tendenciosas y falsas, de efectos nefastos, que impulsan, por ejemplo, al antisemitismo o a otras discriminaciones raciales, o crean ilusiones milenaristas. Es claro, por tanto, que este acercamiento no puede ser una disciplina autnoma. Un discernimiento es necesario. Se debe evitar el privilegiar tal o cual momento de la historia de los efectos de un texto para hacer de l la nica regla de su interpretacin. D. ACERCAMIENTO POR LAS CIENCIAS HUMANAS Para comunicarse, la palabra de Dios se enraiza en la vida de grupos humanos (cfr. Eclo. 24, 12), y se abre camino a travs de condicionamientos psicolgicos de las diversas personas que han compuesto los escritos bblicos. Las ciencias humanas, por tanto, en particular la sociologa, la antropologa y la psicologa, pueden contribuir a una mejor comprensin de algunos aspectos de los textos. Conviene notar, sin embargo, que existen muchas escuelas, con divergencias notables entre ellas, sobre la naturaleza misma de tales ciencias. No obstante ello, un buen nmero de exegetas ha sacado provecho recientemente de este tipo de investigaciones. 16

1. Acercamiento sociolgico Los textos religiosos estn ligados con relaciones recprocas a las sociedades en las cuales nacen. Esta constatacin vale evidentemente para los textos bblicos. En consecuencia, el estudio crtico de la Biblia necesita un conocimiento tan exacto como sea posible de los comportamientos sociales que caracterizan los diferentes medios en los cuales las tradiciones bblicas se han formado. Este gnero de informacin socio-histrica debe ser completado por una explicacin sociolgica correcta, que interpreta cientficamente, en cada caso, el alcance de las condiciones sociales de existencia. En la historia de la exgesis, el punto de vista sociolgico ha encontrado su lugar desde hace mucho tiempo. La atencin que la "Formgeschichte" ha otorgado al medio de origen de los textos ("Sitz im Leben") es un testimonio de ello: se reconoce que las tradiciones bblicas llevan la marca de los ambientes socio-culturales que las han transmitido. En el primer tercio del siglo XX, la escuela de Chicago estudi la situacin socio-histrica de la cristiandad primitiva dando as a la crtica histrica un impulso apreciable en esta direccin. En el curso de los ltimos veinte aos (1970-1990), el acercamiento sociolgico a los textos bblicos se ha vuelto parte integrante de la exgesis. Numerosas son las cuestiones que se presentan en este campo a la exgesis del Antiguo Testamento. Se debe preguntar, por ejemplo, cuales son las diversas formas de organizacin social y religiosa que Israel ha conocido en el curso de su historia. Para el perodo anterior a la formacin de un estado, proporciona el modelo etnolgico de una sociedad acfala segmentaria un punto de partida satisfactorio? Cmo se ha pasado de una liga de tribus, sin gran cohesin, a un estado organizado en monarqua, y de all a una comunidad basada simplemente sobre lazos religiosos y genealgicos? Qu transformaciones econmicas, militares u otras, provoc en las estructura de la sociedad el movimiento de centralizacin poltica y religiosa que condujo a la monarqua? Contribuye el estudio de las normas de comportamiento en el Antiguo Oriente y en Israel a la comprensin del Declogo ms eficazmente que los intentos puramente literarios de reconstruccin de un texto primitivo? Para la exgesis del Nuevo Testamento, las cuestiones son evidentemente diferentes. Citemos algunas: para explicar el gnero de vida pre-pascual adoptado por Jess y sus discpulos, qu valor se puede conceder a la teora de un movimiento de carismticos itinerantes, que vivan sin domicilio, ni familia, ni bienes? Hay una continuidad, basada sobre la llamada de Jess a seguirlo, entre la actitud de desprendimiento radical, adoptada por Jess, y la del movimiento cristiano post-pascual, en los medios ms diversos de la cristiandad primitiva? Qu sabemos acerca de la estructura social de las comunidades paulinas, teniendo en cuenta en cada caso, la cultura urbana correspondiente? En general, el acercamiento sociolgico da una gran apertura al trabajo exegtico y comporta muchos aspectos positivos. El conocimiento de los datos sociolgicos que contribuyen a hacer comprender el funcionamiento econmico, cultural y religioso del mundo bblico, es indispensable a la crtica histrica. La tarea que incumbe a la exgesis, de comprender bien el testimonio de fe de la Iglesia apostlica, no puede ser llevada a buen trmino de modo riguroso sin una investigacin cientfica que estudie las estrechas relaciones de los textos del Nuevo Testamento con la vida social de la Iglesia primitiva. La utilizacin de los modelos proporcionados por la ciencia sociolgica asegura a las investigaciones de los historiadores sobre las pocas bblicas una notable capacidad de renovacin; pero es necesario, naturalmente, que los modelos sean modificados en funcin de la realidad estudiada. Es oportuno sealar algunos riesgos que el exegeta corre frente al acercamiento sociolgico. En efecto, si el trabajo de la sociologa consiste en estudiar sociedades vivientes, es necesario esperar dificultades cuando se quieren aplicar sus mtodos a medios histricos que pertenecen a un lejano pasado. Los textos bblicos y extrabblicos no proporcionan necesariamente una documentacin suficiente para dar una visin de conjunto de la sociedad de la poca. Por lo dems, el mtodo sociolgico tiende a conceder a los aspectos econmicos e institucionales de la existencia humana ms atencin que a las dimensiones personales y religiosas. 17

2. Acercamiento por la antropologa cultural El acercamiento a los textos bblicos que utiliza las investigaciones de la antropologa cultural est en relacin estrecha con el acercamiento sociolgico. La distincin de estos dos acercamientos se sita a la vez a nivel de la sensibilidad, a nivel del mtodo, y al de los aspectos de la realidad que retienen la atencin. Mientras el acercamiento sociolgico (acabamos de decirlo) estudia sobre todo los aspectos econmicos e institucionales, el acercamiento antropolgico se interesa por un vasto conjunto de otros aspectos que se reflejan en el lenguaje, el arte y la religin, pero tambin en los vestidos, los ornamentos, las fiestas, las danzas, los mitos, las leyendas y todo lo que concierne a la etnografa. En general, la antropologa cultural procura definir las caractersticas de los diferentes tipos de personas en su medio social (como, por ejemplo, el hombre mediterrneo), con todo lo que ello implica de estudio del medio rural o urbano y de atencin a los valores reconocidos por la sociedad (honor y deshonor, secreto, fidelidad, tradicin, gnero de educacin y de escuelas); al modo como se ejerce el control social; a las ideas sobre la familia, la casa, la relacin familiar, la situacin de la mujer; a los binomios institucionales (patrn-cliente, propietario-arrendatario, benefactor-beneficiario, hombre libre-esclavo), sin olvidar el concepto de sagrado y profano, los tabes, el ritual de pasaje de una situacin a otra, la magia, el origen de los recursos, del poder, de la informacin, etc. Sobre la base de los diferentes elementos, se constituyen tipologas y "modelos" comunes a varias culturas. Este gnero de estudio puede evidentemente ser til para la interpretacin de los textos bblicos, y es efectivamente utilizado para el estudio de concepciones del parentesco en el Antiguo Testamento, la posicin de la mujer en la sociedad israelita, el influjo de los ritos agrarios, etc. En los textos que presentan la enseanza de Jess, por ejemplo las parbolas, muchos detalles pueden ser clarificados gracias a este acercamiento. Lo mismo ocurre con concepciones fundamentales, como la del reino de Dios, o con el modo de concebir el tiempo en la historia de la salvacin, as como con los procesos de aglutinamiento de las comunidades primitivas. Este acercamiento permite distinguir los elementos permanentes del mensaje bblico que tienen su fundamento en la naturaleza humana, y las determinaciones contingentes, debidas a culturas particulares. Sin embargo, al igual que otros acercamientos particulares, este acercamiento no est en condiciones, por s mismo, de dar cuenta de la contribucin especfica de la revelacin. Conviene ser consciente de ello en el momento de apreciar el alcance de sus resultados. 2. Acercamientos psicolgicos y psicoanalticos Psicologa y teologa nunca han dejado de estar en dilogo una con la otra. La extensin moderna de las investigaciones psicolgicas para estudio de las estructuras dinmicas del inconsciente, ha suscitado nuevas tentativas de interpretacin de los textos antiguos, y por tanto tambin de la Biblia. Obras enteras han sido consagradas a la interpretacin psicoanaltica de los textos bblicos, seguidas de vivas discusiones: en qu medida y en qu condiciones las investigaciones psicolgicas y psicoanalticas pueden contribuir a una comprensin ms profunda de la Sagrada Escritura? Los estudios de psicologa y psicoanlisis aportan a la exgesis bblica un enriquecimiento, porque gracias a ellas, los textos de la Biblia pueden ser comprendidos mejor en cuanto experiencias de vida y reglas de comportamiento. La religin, como se sabe, est siempre en una situacin de debate con el inconsciente. Ella participa, en una amplia medida, en la correcta orientacin de las pulsiones humanas. Las etapas que la crtica histrica recorre metdicamente tienen necesidad de ser completadas por un estudio de los diferentes niveles de la realidad expresada en los textos. La psicologa y el psicoanlisis se esfuerzan por progresar en esta direccin. Ellas abren el camino a una comprensin pluridimensional de la Escritura, y ayudan a decodificar el lenguaje humano de la revelacin. La psicologa y, de otro modo, el psicoanlisis, han aportado, en particular, una nueva comprensin del smbolo. El lenguaje simblico permite expresar zonas de experiencia religiosa no accesibles al razonamiento puramente conceptual, pero que tienen un valor para la cuestin de la verdad. Por eso, un estudio interdisciplinar, conducid en comn por exegetas y psiclogos o psicoanalistas, presenta ventajas ciertas, fundadas objetivamente y con18

firmadas en la pastoral. Se pueden citar numerosos ejemplos que muestran la necesidad de un esfuerzo comn de exegetas y de psiclogos: para clarificar el sentido de ritos del culto, de los sacrificios, de las prohibiciones, para explicar el lenguaje bblico, rico en imgenes, el alcance metafrico de los relatos de milagros, los resortes dramticos de las visiones y audiciones apocalpticas. No se trata simplemente de describir el lenguaje simblico de la Biblia, sino de captar su funcin de revelacin y de interpelacin: la realidad "numinosa" de Dios entra all en contacto con el hombre. El dilogo entre exgesis y psicologa o psicoanlisis, en vista de una mejor comprensin de la Biblia, debe evidentemente ser crtico, y respetar las fronteras de cada disciplina. En todo caso, una psicologa o un psicoanlisis ateo, sera incapaz de dar cuenta de los datos de la fe. La psicologa y el psicoanlisis, aunque son tiles para precisar la extensin de la responsabilidad humana, no pueden eliminar la realidad del pecado y de la salvacin. Se debe, por lo dems, evitar confundir religiosidad espontnea y revelacin bblica, o poner en duda el carcter histrico del mensaje de la Biblia, el cual le asegura su valor de acontecimiento nico. Notemos, adems, que no se puede hablar de "exgesis psicoanaltica", como si hubiera una sola. Existe en realidad una multitud de conocimientos, que provienen de diferentes dominios de la psicologa o de diferentes escuelas, capaces de aportar iluminaciones tiles a la interpretacin humana y teolgica de la Biblia. Absolutizar tal o cual posicin de una de las escuelas no favorece la fecundidad del esfuerzo comn, sino que le es ms bien daoso. Las ciencias humanas no se reducen a la sociologa, a la antropologa cultural y a la psicologa. Otras disciplinas pueden tambin tener su utilidad para la interpretacin de la Biblia. En todos estos campos, es necesario respetar las competencias y reconocer que es poco frecuente que una misma persona est cualificada a la vez en exgesis y en una u otra de las ciencias humanas. E. ACERCAMIENTO CONTEXTUAL La interpretacin de un texto depende siempre de la mentalidad y de las preocupaciones de sus lectores. Estos conceden una atencin privilegiada a ciertos aspectos, y sin siquiera pensar en ello, descuidan otros. Es, pues, inevitable que los exegetas adopten en sus trabajos puntos de vista nuevos, correspondientes a las corrientes de pensamiento contemporneo que no han obtenido hasta aqu un lugar suficiente. Conviene que lo hagan con discernimiento crtico. Actualmente, los movimientos de liberacin y feminista retienen particularmente la atencin. 1. Acercamiento liberacionista La teologa de la liberacin es un fenmeno complejo que no se debe simplificar arbitrariamente. Como movimiento teolgico se consolida al comienzo de los aos '70. Su punto de partida, adems de las circunstancias econmicas, sociales y polticas de los pases de Amrica Latina, se encuentra en dos grandes acontecimientos eclesiales: el Concilio Vaticano II, con su declarada voluntad de aggiornamento y la orientacin del trabajo pastoral de la Iglesia hacia las necesidades del mundo actual, y la 2 Asamblea plenaria del CELAM (Conferencia Episcopal de Amrica Latina) en Medelln en 1968, que ha aplicado las enseanzas del Concilio a las necesidades de la Amrica Latina. El movimiento se ha propagado tambin en otras partes del mundo (frica, Asia, poblacin negra de los Estados Unidos). Es difcil discernir, si existe "una" teologa de la liberacin y definir su mtodo. Tambin es difcil determinar adecuadamente su modo de leer la Biblia, para indicar luego sus aportes y lmites. Se puede decir que ella no adopta un mtodo especial, sino que partiendo de puntos de vista socio-culturales y polticos propios, practica una lectura bblica orientada en funcin de las necesidades del pueblo, que busca en la Biblia el alimento de su fe y de su vida. 19

En lugar de contentarse con una interpretacin objetivante, que se concentra sobre lo que dice el texto situado en su contexto de origen, se busca una lectura que nace de la situacin vivida por el pueblo. Si ste vive en circunstancias de opresin, es necesario recurrir a la Biblia para buscar all el alimento capaz de sostenerlo en sus luchas y esperanzas. La realidad presente no debe ser ignorada, sino al contrario afrontada, para aclararla a la luz de la Palabra. De esta luz surgir la praxis cristiana autntica, que tiende a transformar la sociedad por medio de la justicia y del amor. En la fe, la Escritura se transforma en factor de dinamismo, de liberacin integral. Los principios son los siguientes: Dios est presente en la historia de su pueblo para salvarlo. Es el Dios de los pobres, que no puede tolerar la opresin ni la injusticia. Por ello, la exgesis no puede ser neutra, sino que, siguiendo a Dios, debe tomar parte por los pobres y comprometerse en el combate por la liberacin de los oprimidos. La participacin en este combate permite precisamente hacer aparecer los sentidos que no se descubren, sino cuando los textos bblicos son ledos en un contexto de solidaridad efectiva con los oprimidos. Puesto que la liberacin de los oprimidos es un proceso colectivo, la comunidad de los pobres es el mejor destinatario para recibir la Biblia como palabra de liberacin. Adems, puesto que los textos bblicos han sido escritos para las comunidades, es a estas comunidades a quienes es confiada en primer lugar la lectura de la Biblia. La palabra de Dios es plenamente actual, gracias sobre todo a la capacidad que poseen los "acontecimientos fundadores" (la salida de Egipto, la pasin y la resurreccin de Jess) de suscitar nuevas realizaciones en el curso de la historia. La teologa de la liberacin comprende elementos cuyo valor es indudable: el sentido profundo de la presencia de Dios que salva; la insistencia sobre la dimensin comunitaria de la fe; la urgencia de una praxis liberadora enraizada en la justicia y en el amor; una relectura de la Biblia que busca hacer de la palabra de Dios la luz y el alimento del pueblo de Dios, en medio de sus luchas y de sus esperanzas. As subraya la plena actualidad del texto inspirado. Pero una lectura tan comprometida de la Biblia comporta riesgos. Como est ligada a un movimiento en plena evolucin, las observaciones que siguen no pueden ser sino provisorias. Esta lectura se concentra sobre textos narrativos y profticos que ilustran situaciones de opresin y que inspiran una praxis que tiende a un cambio social. A veces puede ser parcial, no prestando igual atencin a otros textos de la Biblia. Es verdad que la exgesis no puede ser neutra; pero tambin debe cuidarse de no ser unilateral. Por lo dems, el compromiso social y poltico no es la tarea directa de la exgesis. Queriendo insertar el mensaje bblico en el contexto socio-poltico, telogos y exegetas se han visto conducidos a recurrir a instrumentos de anlisis de la realidad social. En esta perspectiva, algunas corrientes de la teologa de la liberacin han hecho un anlisis inspirado en doctrinas materialistas, y en este marco han ledo la Biblia, lo cual no ha dejado de suscitar problemas, particularmente en lo que concierne al principio marxista de la lucha de clases. Bajo la presin de enormes problemas sociales, el acento ha sido puesto en particular sobre una escatologa terrestre, a veces en detrimento de la dimensin escatolgica trascendente de la escritura. Los cambios sociales y polticos conducen este acercamiento a presentar nuevas cuestiones y a buscar nuevas orientaciones. Para su desarrollo ulterior y su fecundidad en la Iglesia, un factor decisivo ser poner en claro los presupuestos hermenuticos, sus mtodos y su coherencia con la fe y la tradicin del conjunto de la Iglesia. 2. Acercamiento feminista La hermenutica bblica feminista naci hacia fines del siglo XIX en los Estados Unidos, en el contexto sociocultural de lucha por los derechos de la mujer, con el comit de revisin de la Biblia. Este produjo "The Woman's 20

Bible" en dos volmenes (New York, 1885, 1898). Esta corriente se ha manifestado con nuevo rigor y ha tenido un enorme desarrollo a partir de los aos '70, en unin con el movimiento de liberacin de la mujer, sobre todo en Amrica del Norte. Para hablar precisamente, se deben distinguir varias hermenuticas bblicas feministas, porque los acercamientos utilizados son muy diversos. Su unidad proviene de su tema comn, la mujer, y de la finalidad perseguida: la liberacin de la mujer y la conquista de derechos iguales a los del varn. Es oportuno mencionar aqu las tres formas principales de la hermenutica bblica feminista: la forma radical, la forma neo-ortodoxa, y la forma crtica. La forma radical rechaza completamente la autoridad de la Biblia, diciendo que ha sido producida por varones para asegurarse la dominacin del varn sobre la mujer (androcentrismo). La forma neo-ortodoxa acepta la Biblia como proftica y capaz de servir, en la medida en que ella toma partido por los dbiles, y por tanto tambin por la mujer. Esta orientacin es adoptada como "canon dentro del canon", para poner en claro todo lo que hay en la Biblia en favor de la liberacin de la mujer, y de sus derechos. La forma crtica utiliza una metodologa sutil y procura redescubrir la posicin y el papel de la mujer cristiana en el movimiento de Jess y en las iglesias paulinas. En esta poca se habra adoptado el igualitarismo. Pero esta situacin habra sido disimulada en su mayor parte, en los escritos del Nuevo Testamento y ms an despus, porque el patriarcalismo y el androcentrismo han prevalecido progresivamente. La hermenutica feminista no ha elaborado un mtodo nuevo. Se sirve de los mtodos corrientes en exgesis, especialmente del mtodo histrico-crtico. Pero agrega dos criterios de investigacin. El primero es el criterio feminista, tomado del movimiento de liberacin de la mujer en la lnea del movimiento ms general de la teologa de la liberacin. Utiliza una hermenutica de la sospecha: la historia ha sido escrita regularmente por los vencedores. Para llegar a la verdad es necesario no fiarse de los textos, sino buscar los indicios que revelan otra cosa distinta. El segundo criterio es sociolgico: se apoya sobre el estudio de las sociedades de los tiempos bblicos, de su estratificacin social, y de la posicin que ocupaba en ellas la mujer. En lo que concierne a los escritos neotestamentarios, el objeto de estudio, en definitiva, no es la concepcin de la mujer expresada en el Nuevo Testamento, sino la reconstruccin histrica de dos situaciones diferentes de la mujer en el siglo primero: la que era habitual en la sociedad juda y greco-latina, y la otra, innovadora, instituida en el movimiento de Jess y de las iglesias paulinas, en las cuales se habra formado "una comunidad de discpulos de Jess, todos iguales". Uno de los apoyos invocados para fundamentar esta visin de las cosas es el texto de Gl. 3, 28. El objetivo es redescubrir para el presente la historia olvidada del papel de la mujer en a Iglesia de los orgenes. Numerosos aportes positivos provienen de la exgesis feminista. Las mujeres han tomado as una parte activa en la investigacin exegtica. Han logrado, con frecuencia mejor que los hombres, percibir la presencia, la significacin, y el papel de la mujer en la Biblia, en la historia de los orgenes cristianos y en la Iglesia. El horizonte cultural moderno, gracias a su mayor atencin a la dignidad de la mujer y su papel en la sociedad y en la Iglesia, hace que se dirijan al texto bblico preguntas nuevas, ocasiones de nuevos descubrimientos. La sensibilidad femenina lleva a entrever y corregir ciertas interpretaciones corrientes tendenciosas, que intentaban justificar la dominacin del varn sobre la mujer. En cuanto concierne al Antiguo Testamento, muchos estudios se han esforzado por llegar a una mejor comprensin de la imagen de Dios. El Dios de la Biblia no es la proyeccin de una mentalidad patriarcal. El es Padre, pero es tambin el Dios de la ternura y del amor maternal. En la medida en que la exgesis feminista se apoya sobre una posicin tomada, se expone a interpretar los textos bblicos de modo tendencioso y por tanto discutible. Para probar sus tesis debe recurrir frecuentemente, a fal21

ta de otros mejores, al argumento ex silentio. Tales argumentos, se sabe, deben ser tratados cautelosamente. Jams bastan para establecer slidamente una conclusin. Por otra parte, el intento de reconstruir, gracias a indicios fugitivos encontrados en los textos, una situacin histrica que estos mismos textos, se supone, queran ocultar, no corresponde ya a un trabajo de exgesis propiamente dicho, porque conduce a rechazar el contenido de los textos inspirados para anteponerles una construccin hipottica diferente. La exgesis feminista suscita frecuentemente cuestiones de poder en la Iglesia, que son, como se sabe, objeto de discusin y an de confrontacin. En este campo, la exgesis feminista no podr ser til a la Iglesia sino en la medida en que no caiga en las trampas que denuncia, y no pierda de vista la enseanza evanglica sobre el poder como servicio, enseanza dirigida por Jess a todos sus discpulos, hombres y mujeres2. F. LECTURA FUNDAMENTALISTA La lectura fundamentalista parte del principio de que, siendo la Biblia palabra de Dios inspirada y exenta de error, debe ser leda e interpretada literalmente en todos sus detalles. Por "interpretacin literal" entiende una interpretacin primaria, literalista, es decir, que excluye todo esfuerzo de comprensin de la Biblia que tenga en cuenta su crecimiento histrico y su desarrollo. Se opone, pues, al empleo del mtodo histrico-crtico, as como de todo otro mtodo cientfico para la interpretacin de la Escritura. La lectura fundamentalista tuvo su origen en la poca de la reforma, en una preocupacin de fidelidad al sentido literal de la Escritura. Despus del Siglo de las Luces, se presentaba, en el protestantismo, como una proteccin contra la exgesis liberal. El trmino "fundamentalista" se relaciona directamente con el Congreso Bblico Americano tenido en Nigara, en el estado de New York, en 1895. Los exegetas protestantes conservadores definieron all "cinco puntos de fundamentalismo": la inerrancia verbal de la Escritura, la divinidad de Cristo, su nacimiento virginal, la doctrina de la expiacin vicaria, y la resurreccin corporal en la segunda venida de Cristo. Cuando la lectura fundamentalista de la Biblia se propag en otras partes del mundo, dio origen a otros tipos de lecturas, igualmente "literales", en Europa, Asia, frica y Amrica del Sur. Este gnero de lectura encuentra cada vez ms adeptos, a finales del siglo XX, en grupos religiosos y sectas, pero tambin entre los catlicos. Aunque el fundamentalismo tenga razn de insistir sobre la inspiracin divina de la Biblia, la inerrancia de la palabra de Dios, y las otras verdades bblicas incluidas en los cinco puntos fundamentales, su modo de presentar estas verdades se enraiza en una ideologa que no es bblica, a pesar de cuanto digan sus representantes. Ella exige una adhesin incondicionada a actitudes doctrinarias rgidas e impone, como fuente nica de enseanza sobre la vida cristiana y la salvacin, una lectura de la Biblia que rehsa todo cuestionamiento y toda investigacin crtica. El problema de base de esta lectura fundamentalista es que, rechazando tener en cuenta el carcter histrico de la revelacin bblica, se vuelve incapaz de aceptar plenamente la verdad de la encarnacin misma. El fundamentalismo rehuye la relacin estrecha de lo divino y de lo humano en las relaciones con Dios. Rechaza admitir que la palabra de Dios inspirada se ha expresado en lenguaje humano, y que ha sido escrita, bajo la inspiracin divina, por autores humanos, cuyas capacidades y posibilidades eran limitadas. Por esto, tiende a tratar el texto bblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espritu, y no llega a reconocer que la palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en una fraseologa condicionadas por tal o cual poca. No concede ninguna atencin a las formas literarias, y a los modos humanos de pensar presentes en los textos bblicos, muchos de los cuales son el fruto de una elaboracin que se ha extendido por largos perodos de tiempo, y lleva la marca de situaciones histricas bastante diversas. El fundamentalismo insiste tambin, de un modo indebido, sobre la inerrancia de los detalles en los textos bblicos, especialmente en materia de hechos histricos, o de pretendidas verdades cientficas. Frecuentemente considera 22

como histrico lo que no tena pretensin de historicidad, porque incluye en tal categora cuanto es referido o narrado con verbos en pretrito, sin la atencin necesaria a la posibilidad de un sentido simblico o figurativo. El fundamentalismo tiene frecuentemente la tendencia a ignorar o negar los problemas que el texto bblico presenta en la formulacin hebrea, aramea o griega. Est frecuentemente ligado a una traduccin determinada, antigua o moderna. Omite igualmente considerar las "relecturas" de ciertos pasajes en el interior mismo de la Biblia. En lo que concierne a los evangelios, el fundamentalismo no tiene en cuenta el crecimiento de la tradicin evanglica, sino que confunde ingenuamente el estadio final de esta tradicin (lo que los evangelistas han escrito) con el estadio inicial (las acciones y las palabras de Jess en la historia). Descuida por eso mismo un dato importante: el modo como las primeras comunidades cristianas han comprendido el impacto producido por Jess de Nazaret y su mensaje. Ahora bien, ste es un testimonio de origen apostlico de la fe cristiana y su expresin directa. El fundamentalismo desnaturaliza as la llamada lanzada por el evangelio mismo. El fundamentalismo tiene tendencia tambin a una gran estrechez de puntos de vista, porque considera conforme a la realidad una cosmologa antigua superada, solamente porque se encuentra expresada en la Biblia. Esto impide el dilogo con una concepcin ms amplia de las relaciones entre la cultura y la fe. Se apoya sobre una lectura no crtica de algunos textos de la Biblia para confirmar ideas polticas y actitudes sociales marcadas por prejuicios, racistas, por ejemplo, y completamente contrarias al evangelio cristiano. Finalmente, en su fijacin sobre el principio de "sola Scriptura", el fundamentalismo separa la interpretacin de la Biblia de la Tradicin guiada por el Espritu, que se desarrolla autnticamente en conexin con la Escritura en el seno de la comunidad de fe. Le falta reconocer que el Nuevo Testamento ha tomado forma en el interior de la Iglesia cristiana, y que es Sagrada Escritura de esta Iglesia, cuya existencia ha precedido a la composicin de sus textos. El fundamentalismo, por ello, es frecuentemente antieclesial: desprecia los credos, los dogmas y las prcticas litrgicas que se han vuelto parte de la tradicin eclesistica, as como la funcin de enseanza de la misma Iglesia. Se presenta como una forma de interpretacin privada, que no reconoce que la Iglesia ha sido fundada sobre la Biblia, y nutre su vida y su inspiracin en las Escrituras. El acercamiento fundamentalista es peligroso, porque seduce a las personas que buscan respuestas bblicas a sus problemas vitales. Puede engaarlas, ofrecindoles interpretaciones piadosas pero ilusorias, en lugar de decirles que la Biblia no contiene necesariamente una respuesta inmediata a cada uno de sus problemas. El fundamentalismo invita tcitamente a una forma de suicidio del pensamiento. Ofrece una certeza falsa, porque confunde inconscientemente las limitaciones humanas del mensaje bblico con su sustancia divina.

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II. CUESTIONES DE HERMENUTICA A. HERMENUTICAS FILOSFICAS El desarrollo de la exgesis se debe repensar teniendo en cuenta la hermenutica filosfica contempornea, que ha puesto en evidencia la implicacin de la subjetividad en el conocimiento, en particular en el conocimiento histrico. La reflexin hermenutica ha tomado un nuevo impulso con la publicacin de los trabajos de Friedrich Schleiermacher, Wilhelm Dilthey y, sobre todo, Martn Heidegger. En las huellas de estos filsofos, pero tambin apartndose de ellos, otros autores han profundizado la teora hermenutica contempornea y sus aplicaciones a la Escritura. Entre ellos, mencionaremos especialmente Rudolf Bultmann, Hans Georg Gadamer y Paul Ricoeur. Es imposible resumir aqu su pensamiento. Bastar indicar algunas ideas centrales de su filosofa, que tienen una incidencia sobre la interpretacin de textos bblicos3. 1. Perspectivas modernas Constatando la distancia cultural entre el mundo del primer siglo y el del siglo XX, y preocupado por lograr que la realidad de la cual trata la Escritura hable al hombre contemporneo, Bultmann ha insistido sobre la precomprensin necesaria a toda comprensin, y ha elaborado la teora de la interpretacin existencial de los escritos del Nuevo Testamento. Apoyndose sobre el pensamiento de Heidegger, afirma que la exgesis de un texto bblico no es posible sin presupuestos que dirigen la comprensin. La precomprensin ("Vorverstndnis") se funda sobre una relacin vital ("Lebensverhltnis") del intrprete a la cosa de la cual habla el texto. Para evitar el subjetivismo, es necesario profundizar y enriquecer la precomprensin, ms an, modificarla y corregirla por medio de aquello que dice el texto. Interrogndose sobre las cuestiones, a partir de las cuales los textos de la Escritura podran ser comprendidos por el hombre de hoy, Bultmann pretende encontrar la respuesta en las formulaciones de la analtica existencial de Heidegger. Los existenciales heideggerianos tendran un cierto alcance universal y ofreceran las estructuras y los conceptos ms apropiados para la comprensin de la existencia humana revelada en el mensaje del Nuevo Testamento. Gadamer subraya igualmente la distancia histrica entre el texto y su intrprete, y retoma y desarrolla la teora del crculo hermenutico. Las anticipaciones y las preconcepciones que marcan nuestra comprensin provienen de la tradicin que nos sostiene. Esta consiste en un conjunto de datos histricos y culturales que constituyen nuestro contexto vital, nuestro horizonte de comprensin. El intrprete debe entrar en dilogo con la realidad de la cual se trata en el texto. La comprensin se opera en la fusin de los diferentes horizontes, del texto y de su lector ("Horizon-tverschmelzung"), y no es posible si no hay una pertenencia ("Zugehrigkeit"), es decir, una afinidad fundamental entre el intrprete y su objeto. La hermenutica es un proceso dialctico: la comprensin de un texto es siempre una comprensin ms amplia de s mismo. Del pensamiento hermenutico de Ricoeur se debe retener primeramente el poner de relieve la funcin de la distancia como prembulo necesario para una justa apropiacin del texto. Una primera distancia existe entre el texto y su autor, porque, una vez producido, el texto adquiere una cierta autonoma en relacin a su autor, comienza una carrera de sentido. Otra distancia existe entre el texto y sus lectores sucesivos. Estos deben respetar el mundo del texto en su alteridad. Los mtodos de anlisis literario e histrico son, pues, necesarios para la interpretacin. Sin embargo, el sentido de un texto no se da plenamente si no es actualizado en la vivencia de lectores que se lo apropian. A partir de su situacin, stos son llamados a descubrir significaciones nuevas, en la lnea del sentido fundamental indicado por el texto. El conocimiento bblico no debe detenerse en el lenguaje, sino alcanzar la realidad de la cual habla el texto. El lenguaje religioso de la Biblia es un lenguaje simblico que "da que pensar", un lenguaje del cual no se termina de descubrir las riquezas de sentido, un lenguaje que procura alcanzar una realidad trascendente y que, al mismo tiempo, despierta a la persona humana a la dimensin profunda de su ser. 24

2. Utilidad para la exgesis Qu se puede decir sobre estas teoras contemporneas de la interpretacin de textos? La Biblia es palabra de Dios para todas las pocas que se suceden. En consecuencia, no se podra prescindir de una teora hermenutica que permita incorporar los mtodos de crtica literaria e histrica en un modelo de interpretacin ms amplio. Se trata de franquear la distancia entre el tiempo de los autores y de los primeros destinatarios de los textos bblicos, y nuestra poca contempornea, para poder actualizar correctamente el mensaje de los textos y nutrir la vida de fe de los cristianos. Toda exgesis de los textos debe ser completada por una "hermenutica" en el sentido reciente del trmino. La necesidad de una hermenutica, es decir, de una interpretacin en el hoy de nuestro mundo, encuentra un fundamento en la Biblia misma y en la historia de su interpretacin. El conjunto de los escritos del Antiguo y del Nuevo Testamento se presenta como el producto de un largo proceso de reinterpretacin de los acontecimientos fund