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El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
EL SECRETO ADMIRABLEDEL SANTSIMO ROSARIOpara convertirse y
salvarse
PRESENTACIN
A lo largo de toda su experiencia cristiana y de la
vidasacerdotal de Luis Mara, el Rosario fue un elementofundamental
para su santificacin personal y su aposto-lado misionero. La gente
de su tiempo le llamaba cariosamenteel Padre del gran rosario y uno
de los ttulos con que ha sidoglorificado en el mundo entero es el
de Apstol y gran predica-dor de la Cruz y del Rosario.
En sus actividades misioneras, dedicadas preferencialmente a
lospobres y sencillos del campo, para renovar el espritu del
cris-tianismo entre los cristianos, Montfort busca una forma de
con-seguir la perfeccin y descubre que todo se reduce a encontrarun
medio sencillo para alcanzar de Dios la gracia necesaria
parahacernos santos. Y para encontrar la gracia hay que encontrar
aMara (SM 6). Ese medio maravilloso y sencillo es el Rosario,que
practic y difundi en todas sus misiones: He podido cons-tatar una
enorme diferencia de costumbres entre las poblacionesdonde di
misiones: unas por haber abandonado la prctica delrosario,
volvieron a caer en las malas costumbres; otras, por ha-ber
perseverado en rezarlo, se mantuvieron en gracia de Dios
yprogresaron da a da en la virtud (SAR 113).
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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A sus misioneros tambin les pide que establezcan con todas
susfuerzas la maravillosa devocin del rosario como camino de
con-versin, de santificacin y de perseverancia tanto para ellos
comopara los fieles a cuya evangelizacin y renovacin cristiana
sonenviados. Este es uno de los mejores secretos venidos del
cielopara irrigar los corazones con celestial roco y hacer que
produz-can los frutos de la Palabra de Dios, como lo demuestra la
expe-riencia cotidiana (RM 57).
Comparada con ASE, VD y SM, sta, dedicada al conocimientoy
difusin del santo Rosario, es la menos personal y original delautor
porque en gran parte es una reduccin del extenso libro de400 pginas
del dominico ANTONINO THOMAS, intitulado El rosalmstico, cuya
segunda edicin fue publicada en 1683.
Los primeros nmeros del opsculo que Montfort organiz
paraservicio de la misin y renovacin de la vida cristiana,
revelanlos destinatarios a quienes estaba dedicado: los sacerdotes,
lospecadores, las personas msticas o de vida espiritual ms
avan-zada, y los nios. Todos pueden aprovechar este admirable
se-creto de santidad. Nios son todos los que comienzan a recitar
elrosario. Cuando habla de los pecadores, Luis Mara se considerael
ms grande de ellos. Al interrogante de que el rosario
pudieseretardar el vuelo de las personas msticas, responde; Si
llegas aconsultar a ciertas personas de oracin, dado que no conocen
porexperiencia personal las excelencias del rosario, no slo no
loaconsejarn a nadie, sino que alejarn de l a los dems,
invitn-dolos para que se dediquen a la contemplacin, como si el
rosa-rio y la contemplacin fueran incompatibles; y como si
tantossantos que han sido devotos del rosario no hubieran llegado a
lams sublime contemplacin (SAR 149).
Los sacerdotes son quienes mejor pueden promover el rosario:Qu
felicidad la del sacerdote y director de almas a quien elEspritu
Santo haya revelado este secreto, desconocido de lamayora de los
hombres o slo conocido superficialmente porellos. No nos
contentemos pues, queridos hermanos, con reco-mendar a los dems el
rezo del rosario. Tenemos que rezarlo no-sotros mismos (SAR
1-2).
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El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
Para motivar a sus lectores, Montfort presenta el origen
maravi-lloso de esta devocin mariana y lo ilustra con milagros y
acon-tecimientos admirables de su historia y desarrollo. Aduce
nume-rosos textos de la Sagrada Escritura y de muy probados
autoresde su tiempo, entre ellos los dominicos Alain de La Roche
yAntonino Thomas, en cuyo Rosal Mstico se inspir ampliamen-te San
Luis Mara.
Sin embargo la fuerza inspiradora del Secreto Admirable
delSantsimo Rosario pasa toda a travs de la experiencia queMontfort
mismo vivi en la prctica personal de ese secreto desantidad y por
el contacto con las personas en las cuales suscittan maravillosa
forma de piedad. Su testimonio sobre el valormisionero y la
eficacia pastoral del rosario es claro y explcito:Aprend, por
experiencia personal, la eficacia de esta oracinpara convertir los
corazones ms endurecidos. He encontradopersonas a quienes no
conmova la predicacin de las verdadesms tremendas realizada durante
la misin. Por consejo mo,adquirieron la costumbre de rezar
diariamente el rosario, y as seconvirtieron y consagraron
totalmente a Dios: SAR 113.
En las pginas mejor logradas de la obra que se calcula terminde
organizar hacia el final de su vida, San Luis Mara presenta el
elemento interior del rosario, es decir, la medita-
cin de los misterios de la redencin, sin la cual el rosariosera
un cuerpo sin alma: SAR 61;
describe las objeciones comunmente formuladas en contradel rezo
del rosario: SAR 148;
Resalta el carcter comunitario de esta oracin: SAR 131-132;
Ofrece el comentario espiritual del Padre Nuestro y del AveMara:
SAR 39-40; 67-58;
Propone las disposiciones interiores indispensables para queel
rosario sea una autntica oracin: SAR 116-126.
Sin considerar el rosario como una prctica obligada de devo-cin,
San Luis Mara ayuda al cristiano a descubrir el significadoy los
valores del mismo, de manera que se vea animado a experi-mentarlo
personalmente. En efecto, la actual conciencia eclesial
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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ha madurado la conviccin de que el rosario es una oracin
ex-celente, pero el fiel debe sentirse libre, atrado a rezarlo, en
sere-na tranquilidad, por la intrnseca belleza del mismo
(MarialisCultus 55). Un elemento facilitador son los diversos
mtodos derezar el rosario: cinco propuestos por Montfort, y hoy
muchosotros apropiados, en los pueblos de las Amricas y el
Caribe.Exhorto, en fin, a todas las personas consagradas a que
renue-ven cotidianamente, segn las propias tradiciones, su unin
es-piritual con la Virgen Mara, recorriendo con ella los
misteriosdel Hijo, particularmente con el rezo del Santo Rosario
(JUANPABLO II, Vida Consagrada, 95). (Pues) la relacin filial
conMara es el camino privilegiado para la fidelidad a la
vocacinrecibida y una ayuda eficacsima para avanzar en ella y
vivirlaen plenitud (JUAN PABLO II, Id. V.C. 28).
No
Dedicatoria del autor
.................................................. 1
Primera Decena:Excelencia del rosario en su origen y nombre
........ 9
Segunda Decena:Excelencia manifestada por sus oraciones
.............. 34
Tercera Decena:Excelencia por la meditacin de la vida ypasin de
NSJC ............................................................
60
Cuarta Decena:Excelencia por las maravillas que Dios harealizado
en su favor ...................................................
98
Quinta Decena:Cmo rezar el rosario
.................................................. 116
ESQUEMA DEL SAR
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EL SECRETO ADMIRABLEDEL SANTSIMO ROSARIOpara convertirse y
salvarse
DEDICATORIA DEL AUTOR
ROSA BLANCA
A los Sacerdotes1 .
1 Ministros del Altsimo, predicadores de la verdad, clari-nes
del Evangelio: permtanme presentarles la rosa blancade este librito
para hacer entrar en sus corazones y en suboca las verdades
expuestas en l sencillamente y sinartificio.
En el corazn, para que Uds., mismos abracen la prcticadel Santo
Rosario y saboreen sus frutos (SAR 1: a lossacerdotes).
En la boca, para que prediquen a los dems la excelenciade esta
santa prctica y los atraigan a la conversin pormedio de ella. No
vayan a considerar esta prctica comoinsignificante y de escasas
consecuencias. As la miran el
1 En el manuscrito, los primeros ocho nmeros se hallan al final
de la obra. Se-guramente el Santo Misionero compuso su introduccin,
despus de haber es-crito su exposicin sobre el Santo Rosario.
Parece oportuno colocar esta intro-duccin en su verdadero
lugar.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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vulgo y an muchos sabios orgullosos. Pero, en verdad, esgrande,
sublime y divina. El cielo nos la ha dado paraconvertir a los
pecadores ms endurecidos y a los herejesms obstinados. Dios vincul
a ella la gracia en esta vida yla gloria del cielo. Los santos la
han puesto en prctica ylos sumos pontfices la han autorizado.
Oh! Qu felicidad la del sacerdote y el director de almas
aquienes el Espritu Santo haya revelado este secretodesconocido de
la mayora de los hombres o slo conocidosuperficialmente por ellos!
Si obtienen su conocimientoprctico lo recitarn todos los das e
impulsarn a los demsa recitarlo. Dios y su Madre santsima derramarn
sobreellos gracias abundantes a fin de que sean instrumentos desu
gloria. Y Uds. lograrn ms xito con sus palabras,aunque sencillas,
en un solo mes, que los dems predica-dores en muchos aos.
2 No nos contentemos, pues, queridos compaeros, conrecomendar a
otros el rezo del Rosario. Tenemos que rezarlonosotros. Podremos
estar intelectualmente convencidos desu excelencia, pero si no lo
practicamos poco empeopondrn los oyentes en aceptar nuestro
consejo, porquenadie da lo que no tiene: Comenz Jess a hacer y
ensear(Hech 1,1). Imitemos a Jesucristo que empez por hacer loque
enseaba. Imitemos al Apstol, que no conoca nipredicaba sino a Jess
crucificado.
Es lo que debemos hacer al predicar el Santo Rosario. Quelo
veremos ms adelante no es slo una repeticin dePadrenuestros y
Avemaras, sino un compendio maravi-lloso de los misterios de la
vida, pasin, muerte y gloria deJess y de Mara.
Si creyera que la experiencia que Dios me ha dado sobre
laeficacia de la predicacin del Santo Rosario para convertirlas
almas, les impulsara a Uds., a predicarlo -no obstantela costumbre
contraria de los predicadores- les contara lasmaravillosas
conversiones que he logrado con su predica-
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El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
cin. Me contentar, sin embargo, con relatar en este com-pendio
algunas historias antiguas y comprobadas2 .
Para servicio suyo, he incluido tambin muchos pasajeslatinos
tomados de buenos autores, que prueban lo queexplico al pueblo en
lengua corriente3 .
ROSA ENCARNADA
A los pecadores
3 A Uds., pobres pecadores, uno ms pecador todavales ofrece la
rosa enrojecida con la sangre de Jesucristo, afin de que florezcan
y se salven. Los impos y pecadoresempedernidos gritan a diario:
Coronmonos de rosas (Sab 2,8).Cantemos tambin nosotros: coronmonos
con las rosas delSanto Rosario.
Ah! Qu diferentes son sus rosas de las nuestras! Lassuyas son
los placeres carnales, los vanos honores y lasriquezas perecederas,
que pronto se marchitarn y consu-mirn. En cambio, las nuestras es
decir, nuestros Padre-nuestros y Avemaras bien dichos unidos a
nuestras buenasobras de penitencia, no se marchitarn, ni agotarn
jamsy su brillo ser de aqu a cien mil aos tan vivo como en
elpresente.
Sus pretendidas rosas slo tienen la apariencia de tales.
Enrealidad, son solamente punzantes espinas durante su vida,a causa
de los remordimientos de conciencia que los taladra-rn a la hora de
la muerte con el arrepentimiento y losquemarn durante toda la
eternidad, a causa de la rabia ydesesperacin.
2 Ver Dcima Rosa, No. 33.3 Para utilidad de nuestros lectores
hemos preferido traducir directamente todos
los textos latinos.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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Si nuestras rosas tienen espinas, son las espinas deJesucristo
que El convierte en rosas. Nuestras espinaspunzan, pero slo por
algn tiempo y ello para curarnosdel pecado y darnos la
salvacin.
4 Coronmonos a porfa de estas rosas del paraso,recitando todos
los das un Rosario, es decir, las tres seriesde cinco misterios
cada una o tres pequeas diademas deflores o coronas:
1. Para honrar las tres coronas de Jess y de Mara: la dela
gracia de Jess en la Encarnacin, su corona deespinas durante la
pasin y la de gloria en el cielo y latriple corona que Mara ha
recibido en el cielo de laSantsima Trinidad.
2. Para recibir de Jess y Mara tres coronas: la primerade
mritos, durante la vida; la segunda, de paz en lahora de la muerte
y la tercera, de gloria en el cielo.
Cranme que recibirn la corona inmarcesible (1Pe 5,4), queno se
marchitar jams, si se mantienen fieles en rezarlodevotamente hasta
la muerte, no obstante la enormidadde sus pecados. Aunque
estuvieran ya al borde del abismo,aunque estuvieran ya con un pie
en el infierno, aunquehubieran vendido su alma al demonio como un
mago,aunque fueran herejes tan endurecidos y obstinados
comodemonios, se convertirn tarde o temprano y se salvarn,siempre
que -lo repito, y noten bien las palabras y trminosde mi consejo-
recen devotamente, todos los das hasta lamuerte, el Santo Rosario
con el fin de conocer la verdad yalcanzar la contricin y perdn de
los pecados.
En esta obra hallarn muchas historias de pecadoresconvertidos
por la eficacia del Rosario. Lanlas ymedtenlas!.DIOS SLO.
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El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
ROSAL MSTICO
A las almas piadosas.
5 Almas piadosas e iluminadas por el Espritu Santo,ciertamente
no llevarn a mal que les ofrezca un pequeorosal mstico bajado del
cielo para que lo planten en el jardnde sus almas. En nada
perjudicar a las flores olorosas desu contemplacin. Es muy
perfumado y totalmente divino.No perturbar en lo ms mnimo el orden
de su jardn. Esmuy puro y muy ordenado y todo lo encamina al orden
y ala pureza. Alcanza altura tan prodigiosa y tan dilatadaextensin,
si se le riega y cultiva todos los das como con-viene, que no slo
no estorba a las dems devociones, sinoque las conserva y
perfecciona. Uds., que son almas espiri-tuales, me comprenden
claramente! Jess y Mara con suvida, muerte y eternidad constituyen
este rosal4 .
6 Las hojas verdes de este rosal mstico representan losmisterios
gozosos de Jess y de Mara. Las espinas, losdolorosos. Y las flores,
los gloriosos. Los capullos son lainfancia de Jess y de Mara, las
rosas entreabiertasrepresentan a Jess y Mara en sus dolores. Y las
totalmenteabiertas muestran a Jess y Mara en su gloria y en
sutriunfo.
La rosa alegra con su hermosura: ah estn Jess y Maraen los
misterios gozosos. Punza con sus espinas: ah estnJess y Mara en los
misterios dolorosos. Regocija con lasuavidad de su perfume: ah estn
Jess y Mara en losmisterios gloriosos.
No desprecien, pues, mi rosal alegre y maravilloso.Simbrenlo en
su alma, tomando la resolucin de rezar el
4 La divisin tripartita de los quince misterios, basada en la
realidad de loshechos aparece tambin sugerida en la enunciacin del
Kerigma o anuncioinicial sobre Jess (Ver, por ejemplo, Hech
2,22-36).
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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Rosario. Cultvenlo y riguenlo, recitndolo fielmente todoslos das
y obrando el bien. Contemplarn cmo el granoque ahora parece tan
pequeo, se convertir con el tiempoen un gran rbol en el que las
aves del cielo es decir, lasalmas predestinadas y elevadas en
contemplacinpondrn su nido y morada para guarecerse a la sombra
desus hojas de los ardores del sol, preservarse en su altura delas
fieras de la tierra y, finalmente, alimentarse con ladelicadeza de
su fruto, que no es otro que el adorable Jess,a quien sea el honor
y la gloria por la eternidad. Amn.
CAPULLO DE ROSA
A los Nios.
7 A Uds., queridos nios, les ofrezco un hermoso capullode rosas:
el granito de su Rosario, que les parece taninsignificante. Pero...
Oh! Qu grano tan precioso! Qucapullo tan admirable! y cmo se
desarrollar, si recitandevotamente el Avemara! Quizs sea mucho
pedirles querecen un Rosario todos los das. Recen, por lo menos,
unatercera parte, con devocin. Ser una linda diadema derosas que
colocarn en las sienes de Jess y de Mara.Cranmelo! Escuchen ahora y
recuerden esta hermosahistoria.
8 Dos niitas, hermanas, estaban a la puerta de su casarecitando
el Rosario devotamente. Se les aparece unahermosa Seora, que
acercndose a la ms pequea -de sloseis aos- la toma de la mano y se
la lleva. La hermanamayor, llena de turbacin, la busca y no
habiendo podidohallarla, vuelve a casa llorando y diciendo que se
habanllevado a su hermana. El padre y la madre la buscan
intil-mente durante tres das. Pasado este tiempo, la encuentranen
la casa con el rostro alegre y gozoso. Le preguntan dednde viene.
Ella responde que la Seora a quien rezaba el
Dios slo.
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El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
Rosario la haba llevado a un lugar hermoso, y le habadado a
comer cosas muy buenas y haba colocado en susbrazos un bellsimo Nio
a quien haba cubierto de besos.El padre y la madre, recin
convertidos a la fe, llaman alpadre Jesuita que les haba instruido
en ella y en la devocindel Rosario, y le relatan lo que haba
pasado. El mismo noslo cont. Ocurri en el Paraguay5 .
Imiten, queridos nios, a estas fervorosas nias. Recentodos los
das la tercera parte del Rosario y merecern vera Jess y a Mara, si
no durante esta vida, s despus de lamuerte durante la eternidad.
Amn.
As pues, que sabios e ignorantes, justos y pecadores,grandes y
pequeos, alaben y saluden noche y da a Jessy Mara con el Santo
Rosario.
Saluden a Mara, que ha trabajado mucho en Uds.6
5 ANTOINE BOISSIEU, S. J., Le Chrtien prdestin par la dvotion la
SainteVierge p. 752; ver CN p. 189-190
6 Saludo dirigido por San Pablo a una cristiana romana y
aplicado por Montforta la Santsima Virgen (Rom 16,6).
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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PRIMERA DECENA
EXCELENCIA DEL ROSARIO,MANIFESTADA POR SU ORIGEN
Y SU NOMBRE
PRIMERA ROSA
Las oraciones del Rosario.
9 El Rosario encierra dos realidades: la oracin mental yla
vocal. La oracin mental en el Santo Rosario es lameditacin de los
principales misterios de la vida, muertey gloria de Jesucristo y de
su Santsima Madre.
La oracin vocal consiste en la recitacin de quince decenasde
Avemaras, precedidas de un Padrenuestro, unida a lameditacin y
contemplacin de las quince principalesvirtudes que Jess y Mara
practicaron, conforme a losquince misterios del Santo Rosario.
En la primera parte -que consta de cinco decenas se honrany
consideran los cinco misterios gozosos. En la segunda,los cinco
dolorosos. Y en la tercera los cinco misteriosgloriosos.
De este modo, el Rosario constituye un conjunto sagradode oracin
mental y vocal para honrar e imitar los misteriosy virtudes de la
vida, muerte, pasin y gloria de Jesucristoy de Mara.
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El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
SEGUNDA ROSA
Origen del Rosario.
10 El Santo Rosario, compuesto fundamental y sustancial-mente
por la oracin de Jesucristo (el Padrenuestro), lasalutacin anglica
(el Avemara) y la meditacin de losmisterios de Jess y de Mara,
constituye, sin duda, laprimera plegaria y la primera devocin de
los creyentes.Desde los tiempos de los Apstoles y discpulos ha
estadoen uso, siglo tras siglo, hasta nuestros das7 .
11 Sin embargo, el Santo Rosario -en la forma y mtodode que hoy
nos servimos en su recitacin -slo fue inspiradoa la Iglesia -en
1214- por la Santsima Virgen que lo dio aSanto Domingo para
convertir a los herejes albigenses y alos pecadores. Ocurri en la
forma siguiente, segn lo narrael Beato Alano de la Rupe en su
famoso libro intitulado DeDignitate Psalterii8 .
Viendo Santo Domingo que los crmenes de los
hombresobstaculizaban la conversin de los albigenses, entr enun
bosque prximo a Tolosa y permaneci all tres das ytres noches
dedicado a la penitencia y a la oracin continua,sin cesar de gemir,
llorar y mortificar su cuerpo condisciplina para calmar la clera
divina, hasta que caymedio muerto. La Santsima Virgen se le apareci
en com-paa de tres princesas celestiales y le dijo: Sabes,
queridoDomingo, de qu arma se ha servido la Santsima Trinidadpara
reformar el mundo?- Oh Seora, t lo sabes mejorque yo respondi l;
porque despus de Jesucristo, t
7 Efectivamente, los apstoles y discpulos que haban aprendido de
labios deJess el Padrenuestro -y quienes creyeron, gracias a su
palabra y testimonio- yse reunan para vivir la presencia salvadora
del Seor (Hech 2, 42ss) recitabanla oracin dominical, meditaban y
celebraban el memorial de Jesucristo y sen-tan la presencia de
Mara, la Madre de Jess, Maestra de oracin (Lc 1, 46-55;Hech
1,14).
8 De la dignidad el Salterio de Mara, o sea, del Rosario.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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fuiste el principal instrumento de nuestra salvacin. Puessabes
aadi ella que la principal pieza de combate hasido el salterio
anglico, que es el fundamento del NuevoTestamento. Por ello, si
quieres ganar para Dios esoscorazones endurecidos, predica mi
salterio9 .
Levantse el Santo muy consolado. Inflamado de celo porla
salvacin de aquellas gentes, entr en la catedral. Al mo-mento
repicaron las campanas para reunir a los habitantes,gracias a la
intervencin de los ngeles. Al comenzar l supredicacin, se
desencaden una terrible tormenta, temblla tierra, se oscureci el
sol, truenos y relmpagos repetidoshicieron palidecer y temblar a
los oyentes. El terror de stosaument cuando vieron a una imagen de
la SantsimaVirgen, expuesta en lugar prominente, levantar los
brazosal cielo por tres veces para pedir a Dios venganza
contraellos, si no se convertan y recurran a la proteccin de
laSanta Madre de Dios.
Quera el cielo con estos prodigios promover esta nuevadevocin
del Santo Rosario y hacer que se la conociera ms.Gracias a la
oracin de Santo Domingo, se calm finalmentela tormenta, l prosigui
su predicacin explicando contanto fervor y entusiasmo la excelencia
del Santo Rosarioque casi todos lo habitantes de Tolosa lo
aceptaron,renunciando a sus errores. En poco tiempo se experimentun
gran cambio de vida y costumbres en la ciudad.
9 Ver VD, 249-254.
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El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
TERCERA ROSA
El Santo Rosario y Santo Domingo.
12 El establecimiento del Santo Rosario, en forma tanmilagrosa,
guarda cierta semejanza con la manera de quese sirvi Dios para
promulgar su ley al mundo en el MonteSina. Y manifiesta claramente
la excelencia de estamaravillosa prctica. Santo Domingo, iluminado
por elEspritu Santo e instruido por la Santsima Virgen y por
supropia experiencia, dedic el resto de su vida a predicar elSanto
Rosario con su ejemplo y su palabra, en las ciudadesy los campos,
ante grandes y pequeos, sabios, e ignorantes,catlicos y herejes. El
Santo Rosario -que rezaba todos losdas- constitua su preparacin
antes de predicar y su accinde gracias despus de la predicacin.
13 Preparbase el Santo, detrs del altar mayor de NuestraSeora de
Pars, con el rezo del Santo Rosario, para predicaren la fiesta de
San Juan Evangelista, cuando se le aparecila Santsima Virgen y le
dijo: Aunque lo que tienespreparado para predicar sea bueno, aqu te
traigo unsermn mejor! El Santo recibe de manos de Mara el
escritoque contiene el Sermn, lo lee, lo saborea, lo comprende yda
gracias por l a la Santsima Virgen. Llegada la hora delsermn, sube
al plpito y, despus de haber dicho enalabanza de San Juan, slo que
haba sido el guardin de laReina del cielo, dijo a la asamblea de
nobles y doctores quehaban venido a escucharlo y estaban
acostumbrados a orslo discursos artificiosos y floridos, que no les
hablaracon las palabras elocuentes de la sabidura humana, sinocon
la sencillez y fuerza del Espritu Santo.
Les predic el Santo Rosario, explicndoles palabra porpalabra,
como a nios, la salutacin anglica, sirvindosede comparaciones muy
sencillas, ledas en el escrito que lediera la Santsima Virgen.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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14 Aqu estn las palabras del sabio Cartagena que ltom, en parte
del libro del Beato Alano de la Rupe, DeDignitate Psalterii: Afirma
el Beato Alano que su Padre,Santo Domingo, le dijo un da en una
revelacin: Hijo mo!t predicas. Pero, para que no busques la
alabanza humanasino la salvacin de las almas, escucha lo que me
sucedien Pars. Deba predicar en la Iglesia mayor de Santa Maray
quera hacerlo ingeniosamente, no por jactancia, sino acausa de la
nobleza y dignidad de los asistentes. Mientrasoraba, segn mi
costumbre, casi durante una hora,mediante la recitacin de mi
salterio (es decir, el Rosario)antes del Sermn tuve un xtasis. Vea
a mi amada Seora,la Virgen Mara, que ofrecindome un libro me deca:
Porbueno que sea el sermn que vas a predicar, aqu traigouno
mejor!.
Muy contento, tom el libro, lo le todo y, como Mara lohaba
dicho, encontr lo que deba predicar. Se lo agradecde todo corazn.
Llegada la hora del sermn, sub a lactedra sagrada. Era la fiesta de
San Juan, pero slo dijedel Apstol que mereci ser escogido para
guardin de laReina del cielo. En seguida habl as a mi
auditorio:Seores e ilustres Maestros! Uds. estn acostumbrados aor
sermones sabios y elegantes. Pero no quiero dirigirlesdoctas
palabras de sabidura humana, sino mostrarles elespritu de Dios y su
poder. Entonces, aade Cartagena,siguiendo al Beato Alano, Santo
Domingo les explic lasalutacin anglica mediante comparaciones y
semejanzasmuy sencillas.
15 El Beato Alano como dice el mismo Cartagena relatamuchas
otras apariciones del Seor y de la Santsima Virgena Santo Domingo
para instarle y animarle ms y ms apredicar el Santo Rosario, a fin
de combatir el pecado yconvertir a los pecadores y herejes. Oigamos
este pasaje:
El Beato Alano refiere que la Santsima Virgen le revelque
Jesucristo, su Hijo, se haba aparecido despus de Ellaa Santo
Domingo y le haba dicho: Domingo me alegro de
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525
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
que no te apoyes en tu sabidura y de que trabajes conhumildad en
la salvacin de las almas sin preocuparte porcomplacer la vanidad
humana. Muchos predicadoresquieren desde el comienzo tronar contra
los pecados msgraves, olvidando que antes de dar un remedio penoso
esnecesario preparar al enfermo para que lo reciba y apro-veche.
Por ello, deben exhortar antes al auditorio al amor ala oracin y,
especialmente, a mi salterio anglico. Porque,si todos comienzan a
rezarlo, no hay duda de que laclemencia divina ser propicia con los
que perseveran.Predica, pues, mi Rosario.
16 En otro lugar dice el Beato Alano: Todos los predica-dores
hacen rezar a los cristianos la salutacin anglica alcomenzar sus
sermones, para obtener la gracia divina. Larazn de ello es una
revelacin de la Santsima Virgen aSanto Domingo: Hijo mo le dijo no
te sorprendas deno lograr xito con tus predicaciones. Porque
trabajas enuna tierra que no ha sido regada por la lluvia.
Recuerdaque cuando Dios quiso renovar el mundo, envi primerola
lluvia de la salutacin anglica. As se renov el mundo.Exhorta, pues,
a las gentes en tus sermones a rezar elRosario y recogers grandes
frutos para las almas. Hzoloas constantemente el Santo y obtuvo
notable xito con suspredicaciones. Puedes leer esto en el Libro de
los milagrosdel Santo Rosario -escrito en italiano- y en el
discurso 143de Justino.
17 Me he complacido en citarte palabra por palabra lospasajes de
estos serios autores, en favor de los predicadoresy personas
eruditas que pudieran dudar de la maravillosaeficacia del Santo
Rosario. Mientras los predicadores-siguiendo el ejemplo de Santo
Domingo- ensearon ladevocin del Santo Rosario, florecan la piedad y
el fervoren las rdenes religiosas que lo practicaban y en el
mundocristiano. Pero cuando se empez a descuidar este regalovenido
del cielo, slo vemos pecados y desrdenes portodas partes.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
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CUARTA ROSA
El Rosario y el Beato Alano.
18 Todas las cosas, inclusive las ms santas en cuantopueden
depender de la voluntad humana estn sujetas acambio. No hay, pues,
por qu extraarte de que la cofradadel Santo Rosario no haya
subsistido en su primitivo fervorsino unos cien aos despus de su
fundacin. Despusestuvo casi sumida en el olvido. Adems, la malicia
yenvidia del demonio, han contribuido seguramente muchopara que se
descuidara el Santo Rosario, con el fin dedetener los torrentes de
gracia divina que esta devocinatrae al mundo. Efectivamente, en el
ao 1349, la justiciadivina afligi todos los reinos europeos con la
peste mstemible que se haya visto jams. Esta se extendi
desdeOriente por Italia, Alemania, Francia, Polonia,
Hungra,devastando casi todos estos territorios, ya que de cada
cienhombres slo quedaba uno vivo. Las ciudades, los pueblos,las
aldeas y monasterios quedaron casi desiertos durante
10
malhadado cisma en el ao 1376.
19 Despus de que, por la misericordia divina, cesaronestas
calamidades, la Santsima Virgen orden al BeatoAlano de la Rupe
clebre doctor y famoso predicador dela Orden de Santo Domingo del
convento de Dinn enBretaa renovar la antigua cofrada del Santo
Rosario, afin de que ya que la susodicha cofrada haba nacido en
10 Tres calamidades que se interpretaron como castigos divinos:*
La llamada peste negra (1348) que despobl conventos y ciudades;* La
guerra que, a su vez, haca estragos -especialmente en Francia- y
conducaa los peores desrdenes en todos los campos;* La hereja de
los flagelantes, especie de iluminados que comenzaron su acti-vidad
flagelndose el cuerpo hasta sangrar, para apaciguar -segn ellos-
laira divina, pero que luego se convirtieron en un movimiento
hertico-poltico,que rechazaba la autoridad de la Iglesia,
despreciaba los medios ordinarios desalvacin y no reconoca otra
razn que la hoguera y la crcel.
los tres aos que dur la epidemia . A este azote de Diossiguieron
otros dos: la hereja de los Flagelantes y un
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527
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
esa provincia un religioso del mismo lugar tuviera el honorde
restaurarla. Este bienaventurado Padre comenz atrabajar en tan
noble empresa en el ao 1460, sobre todo,despus de que el Seor como
lo cuenta l mismo le dijocierto da desde la Sagrada Hostia,
mientras celebraba lasanta Misa, a fin de impulsarlo a predicar el
Santo Rosario:Porqu me crucificas de nuevo?.
Cmo, Seor? respondi sorprendido el Beato Alano.
Tus pecados me crucifican -respondi Jesucristo-. Aunquepreferira
ser crucificado de nuevo a ver a mi Padre ofen-dido por los pecados
que has cometido. T me siguescrucificando, porque tienes la ciencia
y cuanto es necesariopara predicar el Rosario de mi Madre e
instruir y alejar delpecado a muchas almas... Podras salvarlas y
evitar grandesmales. Pero, al no hacerlo, eres culpable de sus
pecados.Tan terribles reproches hicieron que el Beato Alano
sedecidiera a predicar intensamente el Rosario.
20 La Santsima Virgen le dijo tambin cierto da, paraanimarlo ms
todava a predicar el Santo Rosario: Fuisteun gran pecador en tu
juventud. Pero yo te alcanc de miHijo la conversin. He pedido por
ti y deseado -si fueraposible- padecer toda clase de trabajos por
salvarte -ya quelos pecadores convertidos constituyen mi gloria- y
hacertedigno de predicar por todas partes mi Rosario.
Santo Domingo, describindole los grandes frutos quehaba
conseguido entre las gentes por esta hermosadevocin que l predicaba
continuamente, le deca: Miralos frutos que he alcanzado con la
predicacin del santoRosario. Que hagan lo mismo t y cuantos aman a
laSantsima Virgen, para atraer mediante el Santo ejerciciodel
Rosario a todos los pueblos a la ciencia verdadera de lavirtud.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
528
Esto es, en resumen, lo que la historia nos ensea acercadel
establecimiento del Santo Rosario por Santo Domingoy su restauracin
por el Beato Alano de la Rupe.
QUINTA ROSA
La cofrada del Rosario.
21 Estrictamente hablando, no hay sino una cofrada delRosario,
compuesto de ciento cincuenta Avemaras. Peroen relacin a las
personas que lo practican, podemosdistinguir tres clases: el
Rosario comn u ordinario, elRosario perpetuo y el Rosario
cotidiano.
La cofrada del Rosario ordinario slo exige recitarlo unavez por
semana.
La del Rosario perpetuo, una vez al ao.
La del Rosario cotidiano, en cambio, rezarlo completo, esdecir,
las ciento cincuenta Avemaras, todos los das.Ninguna de estas
cofradas implica obligacin bajo pecado,ni siquiera venial, si no lo
rezamos. Porque el compromisode rezarlo es totalmente voluntario y
de supererogacin.Pero no debe alistarse en la cofrada quien no
tenga volun-tad decidida de rezarlo, conforme lo exige la cofrada
y,siempre que pueda, sin faltar a las obligaciones del
propioestado. De suerte que, cuando el rezo del Rosario coincidecon
una obligacin de estado, hay que preferir sta alRosario, por santo
que ste sea. Cuando a causa de enferme-dades no se le pueda recitar
todo o en parte sin agravar elpadecimiento, no obliga. Y cuando por
legtima obediencia,olvido involuntario o necesidad apremiante, no
fue posiblerezarlo, no hay pecado ninguno, ni siquiera venial. Y
nopor ello, dejas de participar en las gracias y mritos de
loscofrades del Santo Rosario que lo rezan en todo el mundo.
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529
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
Y si dejas de rezarlo por pura negligencia, pero sin
desprecioformal, absolutamente hablando tampoco pecas. Peropierdes
la participacin en las oraciones, buenas obras ymritos de la
cofrada. Y por tu negligencia en cosaspequeas y de supererogacin,
caers insensiblemente enla infidelidad a las cosas grandes y de
obligacin esencial:Quien desprecia lo pequeo, poco a poco se
precipita (BenS 19,1).
SEXTA ROSA
El Salterio de Mara.
22 Desde que Santo Domingo estableci esta devocinhasta el ao
1460, en que el Beato Alano la restaur pororden del cielo, se la
denomin el salterio de Jess y de laSantsima Virgen. Porque contiene
tantas Avemaras comosalmos tiene el salterio de David (BenS 19,1) y
porque lossencillos e ignorantes que no pueden rezar el
salteriodavdico sacan de la recitacin del Santo Rosario tanto
omayor fruto que el que se consigue con la recitacin de lossalmos
de David:
1. porque el salterio anglico tiene un fruto ms noble, asaber,
el Verbo encarnado, a quien el salterio davdicosolamente
predice;
2. porque as como la realidad supera a la imagen y elcuerpo a la
sombra, del mismo modo el salterio deSantsima Virgen sobrepasa al
de David que solo fuesombra y figura de aquel;
3. porque la Santsima Trinidad invent directamente elsalterio de
la Santsima Virgen, es decir, el Rosario,compuesto de Padrenuestros
y Avemaras.
El sabio Cartagena refiere al respecto: El sapientsimo J.Bessel
de Aquisgrn, en su libro sobre la Corona de Rosas,escrito al
Emperador Maximiliano, dice: No puedeafirmarse que la salutacin
mariana sea una invencinreciente. Se extendi con la Iglesia misma.
Efectivamente,
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
530
desde los orgenes de la Iglesia, los fieles ms
instruidoscelebraban las alabanzas divinas con la triple
cincuentenade salmos davdicos. Entre los ms humildes,
queencontraban diversas dificultades en el rezo del oficiodivino,
surgi una santa emulacin... Pensaron, y con razn,que en el
celestial elogio el Rosario se incluyen todos lossecretos divinos
de los salmos. Sobre todo, porque lossalmos cantaban al que deba
venir, mientras que estafrmula de plegaria se dirige al que ha
venido ya. Por esocomenzaron a llamar Salterio mariano a las tres
seriesde cincuenta oraciones, anteponiendo a cada decena laoracin
dominical como haban visto hacer a quienesrecitaban los salmos.
23 El salterio o Rosario de la Santsima Virgen se componede tres
Rosarios de cinco decenas cada uno, con el fin:
1. de honrar a las tres personas de la Santsima Trinidad.2. de
honrar la vida, muerte y gloria de Jesucristo;3. de imitar a la
iglesia triunfante, ayudar a la
peregrinante y aliviar a la paciente;4. de imitar las tres
partes del salterio, la primera de las
cuales mira a la va purgativa; la segunda, a la vailuminativa;
la tercera, a la va unitiva.
5. de colmarnos de gracia durante la vida, de paz en lahora de
la muerte y de gloria en la eternidad.
SEPTIMA ROSA
El Rosario: Corona de Rosas.
24 Desde cuando el Beato Alano de la Rupe restaur esta
ROSARIO, es decir, corona de rosas, lo cual significa quecuantas
veces se recita el Rosario como es debido, coloca-mos en la cabeza
de Jess y de Mara una corona de cientocincuenta y tres rosas
blancas y diecisis rosas encarnadasdel paraso, que no perdern jams
su belleza ni esplendor.
devocin, la voz del pueblo que es la voz Dios, la llam
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531
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
La Santsima Virgen aprob y confirm el nombre deRosario,
revelando a varias personas, que le presentabantantas rosas
agradables cuantas Avemaras recitaban en suhonor y tantas coronas
de rosas como Rosarios.
25 El hermano Alfonso Rodrguez S.J., rezaba con tantofervor, que
vea con frecuencia salir de su boca una rosaencarnada a cada
Padrenuestro y una rosa blanca a cadaAvemara: iguales ambas en
belleza y fragancia y solodiferentes en el color.
Cuentan las crnicas de San Francisco que un jovenreligioso tena
la laudable costumbre de rezar todos los dasantes de la comida la
corona de la Santsima Virgen. Ciertoda, no se sabe por qu, falt a
ella. Cuando son la campanade la comida, rog al superior le
permitiera rezar la coronaantes de sentarse a la mesa. Obtenido el
permiso, se retira su celda. Pero, como tardase mucho en volver, el
superiorenvi un religioso a llamarlo.
Este lo encontr en su celda, iluminado de
celestialesresplandores. La Santsima Virgen y dos ngeles estaban
allado de l. A cada Avemara sala de la boca del religiosouna
bellsima rosa. Los ngeles recogan las rosas, una trasotra, y las
colocaban sobre la cabeza de la Santsima Virgenque se mostraba
evidentemente complacida de ello.
Otros religiosos, enviados para saber la causa de la demorade
sus compaeros, vieron el mismo prodigio. La SantsimaVirgen no
desapareci hasta que termin el rezo de lacorona.
El Rosario es, pues, una gran corona y el de cinco decenasuna
diadema o guirnalda de rosas celestiales que se colocaen la cabeza
de Jess y de Mara. La rosa es la reina de lasflores. El Rosario, a
su vez, es la rosa y la primera de lasdevociones.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
532
OCTAVA ROSA
Maravillas del Rosario.
26 No es posible expresar cunto prefiere la SantsimaVirgen el
Rosario a las dems devociones, cun benigna semuestra para
recompensar a quienes trabajan en predicarlo,establecerlo y
cultivarlo y cun terrible, por el contrario,contra quienes se
oponen a l.
Santo Domingo no puso en nada tanto empeo durante suvida como en
alabar a la Santsima Virgen, predicar susgrandezas y animar a todo
el mundo a honrarla con elRosario. La poderosa Reina del Cielo, a
su vez, no ces dederramar sobre el Santo bendiciones a manos
llenas.
Ella coron sus trabajos con mil prodigios y milagros y lalcanz
de Dios cuanto pidi por intercesin de la SantsimaVirgen. Para colmo
de favores, le concedi la victoria sobrelos Albigenses y le hizo
padre y patriarca de una gran orden.
27 Y, qu decir del Beato Alano de la Rupe, restauradorde esta
devocin? La Santsima Virgen lo honr varias vecescon su visita para
ilustrarlo acerca de los medios de alcanzarla salvacin, convertirse
en buen sacerdote, perfectoreligioso e imitador de Jesucristo.
Durante las tentaciones y horribles persecuciones deldemonio,
que lo llevaban a una extrema tristeza y casi a ladesesperacin,
Ella lo consolaba, disipando, con su dulcepresencia, tantas nubes y
tinieblas. Le ense el modo derezar el Rosario, lo instruy acerca de
sus frutos yexcelencias, lo favoreci con la gloriosa cualidad de
espososuyo y, como arras de su casto amor, le coloc el anillo enel
dedo y al cuello un collar hecho con sus cabellos, dndoletambin un
Rosario. El abad Tritemio, el sabio Cartagena,el doctor Martn
Navarro y otros hablan de l elogiosa-mente.
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533
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
Despus de atraer a la cofrada del Rosario a ms de cienmil
personas, muri en Zwolle, Flandes, el 8 de septiembrede 147511
.
28 Envidioso el demonio de los grandes frutos que el Bea-to Toms
de San Juan -clebre predicador del Santo Rosario-lograba con esta
prctica, lo redujo con duros tratos a unalarga y penosa enfermedad
en la que fue desahuciado porlos mdicos. Una noche, creyndose a
punto de morir, se leapareci el demonio, bajo una espantosa figura.
Pero llevant los ojos y el corazn hacia una imagen de la
SantsimaVirgen que se hallaba cerca de su lecho y grit con todas
susfuerzas: Aydame! Socrreme! Dulcsima Madre ma!.
Tan pronto como pronunci estas palabras, la imagen de laSantsima
Virgen le tendi la mano y agarrndole por elbrazo le dijo: No tengas
miedo, Toms, hijo mo! Aquestoy para ayudarte! Levntate y sigue
predicando ladevocin de mi Rosario, como habas empezado a
hacerlo.Yo te defender contra todos tus enemigos!
A estas palabras de la Santsima Virgen huy el demonio.El enfermo
se levant perfectamente curado, dio gracias asu bondadosa Madre con
abundantes lgrimas y continupredicando el Rosario con xito
maravilloso.
29 La Santsima Virgen no favorece solamente a quienespredican el
Rosario, sino que recompensa tambin gloriosa-mente a quienes con su
ejemplo atraen a los dems a estadevocin.
Alfonso, rey de Len y de Galicia, deseando que todos suscriados
honraran a la Santsima Virgen con el Rosario,resolvi, para
animarlos con su ejemplo, llevar ostensible-
11 Otro tanto hara en sus 16 aos de sacerdocio su
comprovinciano, San LuisMara de Montfort (1673-1716). Facultado por
el Superior General de la Ordende Predicadores, inscribi en las
Cofradas del Rosario que fund o restaur ams de 100.000
personas.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
534
mente un gran Rosario, aunque sin rezarlo. Bast esto paraobligar
a toda la corte a rezarlo devotamente.
El rey cay enfermo de gravedad. Ya le crean muertocuando
arrebatado en espritu ante el tribunal de Jesucristo,vio a los
demonios que le acusaban de todos los crmenesque haba cometido.
Cuando el divino Juez lo iba ya acondenar a las penas eternas,
intervino en favor suyo laSantsima Virgen. Trajeron, entonces, una
balanza: en unplatillo de la misma colocaron los pecados del rey.
LaSantsima Virgen coloc en el otro el Rosario que Alfonsohaba
llevado para honrarla y los que, gracias a su ejemplo,haban
recitado otras personas. Esto pes ms que lospecados del rey. La
Virgen le dijo luego, mirndole benigna-mente: Para recompensarte
por el pequeo servicio queme hiciste al llevar mi Rosario, te he
alcanzado de mi Hijola prolongacin de tu vida por algunos aos.
Emplalosbien y haz penitencia!.
Volviendo en s el rey exclam: Oh bendito Rosario de laSantsima
Virgen, que me libr de la condenacin eterna!Y despus de recobrar la
salud, fue siempre devoto delRosario y lo recit todos los das.
Que los devotos de la Santsima Virgen traten de ganar elmayor
nmero de fieles para la cofrada del Santo Rosario,a ejemplo de
estos santos y de este rey. As conseguirn enla tierra la proteccin
de Mara y luego la vida eterna: Losque me den a conocer, alcanzarn
la vida eterna (BenS 24,31).
NOVENA ROSA
Los enemigos del Rosario.
30 Veamos ahora cun injusto es impedir el progreso dela cofrada
del Santo Rosario y cules son los castigos queDios inflige a los
infelices que la han despreciado e inten-tado destruirla.
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535
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
Aunque la devocin del Santo Rosario ha sido autorizadapor el
cielo con muchos milagros y ha recibido la aprobacinde la Iglesia
mediante Bulas pontificias, no faltan hoylibertinos, impos y gentes
orgullosas que se atreven adifamar la cofrada del Santo Rosario o
alejar de ella a losfieles12 . Es fcil reconocer que sus lenguas
estn infectadascon el veneno del infierno y que se mueven a impulso
delMaligno. Nadie, en efecto, podra desaprobar la devocindel Santo
Rosario sin condenar al mismo tiempo lo mspiadoso que existe en la
religin cristiana, a saber: la oracindominical, la salutacin
anglica, los misterios de la vida,muerte y gloria de Jesucristo y
de su Santsima Madre.
Estos orgullosos no pueden soportar que se rece el Rosarioy caen
con frecuencia, inconscientemente, en el criterioreprobable de los
herejes que detestan el Rosario y la corona.Aborrecer las cofradas
es alejarse de Dios y de la autnticapiedad, dado que Jesucristo
asegura que se halla entrequienes se renen en su nombre. Ni es ser
buen catlicodespreciar tantas y tan grandes indulgencias como la
Iglesiaconcede a la cofrada. Finalmente, disuadir a los fieles
deque pertenezcan a la cofrada del Santo Rosario, es obrarcomo
enemigo de la salvacin de las almas, ya que pormedio de ella
abandonan el pecado para abrazar la piedad.San Buenaventura afirma,
con razn en su salterio, quequien desprecia a la Santsima Virgen
morir en pecado yse condenar. Qu castigos no deben esperar a
quienesalejan a los dems de la devocin hacia ella.
DECIMA ROSA
Milagros del Rosario.
31 Mientras Santo Domingo predicaba esta devocin enCarcasona, un
hereje se dedic a ridiculizar los milagros y
12 Ver VD, 93-104, sobre los falsos devotos de Mara.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
536
los quince misterios del Santo Rosario. Impeda as laconversin de
los herejes. Dios permiti, para castigo deeste impo que 15.000
demonios se apoderaran de sucuerpo. Sus padres lo condujeron
entonces al Santo paraque lo librara de los espritus malignos.
Santo Domingo sepuso a orar y exhort a la multitud a rezar con l en
altavoz el Rosario. Y, he aqu que a cada Avemara, la SantsimaVirgen
haca salir cien demonios del cuerpo del hereje, enforma de carbones
encendidos. Una vez liberado, el herejeabjur de sus errores, se
convirti y se hizo inscribir en lacofrada del Rosario, con muchos
otros correligionariossuyos, conmovidos ante este castigo y la
fuerza del Rosario.
32 El sabio Cartagena, OFM, y otros autores refieren queen el ao
1482, cuando el venerable Padre Diego Sprengery sus religiosos
trabajaban con gran celo por el restableci-miento de la devocin y
cofrada del Santo Rosario en laciudad de Colonia, dos clebres
predicadores envidiososde los frutos maravillosos que los primeros
obtenanmediante esta prctica intentaban desacreditarla en
suspropios sermones. Gracias al talento y fama de que goza-ban,
apartaban a muchos de inscribirse en la cofrada.
Para conseguir mejor sus perniciosos intentos, uno de
ellosprepar expresamente un sermn para el domingosiguiente. Llega
la hora de la predicacin, pero el predicadorno aparece. Se le
espera... Se le busca, y finalmente, loencuentran muerto, sin que
hubiera podido ser auxiliadopor nadie. Persuadido el otro
predicador de que se tratabade un accidente natural, resuelve
reemplazar a sucompaero en la triste empresa de abolir la cofrada
delRosario. Llegan el da y la hora del sermn... Pero Dios locastig
con una parlisis que le quit el movimiento y lapalabra.
Reconociendo su falta y la de su compaero,recurri de corazn a la
Santsima Virgen, prometiendopredicar por todas partes el Rosario
con tanto empeo comoaquel con que lo haba combatido. Le suplic que
para ellole devolviera la salud y la palabra. La Santsima
Virgenaccedi a su peticin. Sintindose repentinamente curado,
-
537
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
se levant como otro Saulo, cambiado de perseguidor endefensor
del Santo Rosario. Repar pblicamente su culpay predic con gran celo
y elocuencia las excelencias delSanto Rosario.
33 No dudo de que las gentes crticas y orgullosas de hoy,al leer
estas historias, pongan en duda su autenticidad,como han hecho
siempre. Yo slo las he transcrito de muybuenos autores
contemporneos y en parte, de un libroreciente del P. Antonino
Thomas, O.P., intitulado El RosalMstico.
Todo el mundo sabe, por otra parte, que hay tres clases defe
para las diferentes historias. A los acontecimientosnarrados en la
Sagrada Escritura debemos una fe divina. Alos relatos profanos, que
no repugnan a la razn y han sidoescritos por serios autores, una fe
humana. A las historiaspiadosas referidas por buenos autores y no
contrarias a larazn, la fe o las buenas costumbres aunque a veces
seanextraordinarias una fe piadosa.
Confieso que no debemos ser ni muy crdulos ni muycrticos, sino
optar siempre por el justo medio paradescubrir dnde se hallan la
verdad y la virtud. Pero estoyconvencido igualmente que as como la
caridad creefcilmente cuanto no es contrario a la fe ni a las
buenascostumbres la caridad todo lo cree (1 Cor 13,7) del
mismomodo, el orgullo lleva a negar casi todas las historias
bienfundadas, con pretexto de que no se encuentran en laSagrada
Escritura.
Es la trampa tendida por Satans, en la que cayeron losherejes
que negaban la Tradicin. Trampa en la que caen,sin darse cuenta,
los crticos de hoy, que no creen lo que nocomprenden o no les
agrada, sin ms motivo que su orgulloy autosuficiencia.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
538
SEGUNDA DECENA
EXCELENCIA DEL ROSARIO,MANIFESTADA POR LAS ORACIONES
QUE LO COMPONEN
UNDCIMA ROSA
El Credo.
34 El Credo o smbolo de los Apstoles -que se reza sobreel Cristo
de la camndula- es una plegaria de gran mrito,por ser un sagrado
compendio y resumen de las verdadescristianas. La fe, en efecto, es
la base, fundamento y princi-pio de todas las virtudes cristianas,
de todas las verdadeseternas y de todas las plegarias agradables a
Dios. Quiense acerca a Dios ha de comenzar por creer (Heb 11,6).
S,quien se acerca a Dios en la oracin debe comenzar con unacto de
fe y cuanto mayor sea su fe, ms eficaz y meritoriapara l y ms
gloriosa para Dios ser su plegaria.
No me detendr a explicar las palabras del smbolo de losApstoles.
Pero no puedo menos de aclarar las primeraspalabras: Creo en Dios.
Estas encierran los actos de lastres virtudes teologales: la fe, la
esperanza y la caridad.Tienen una eficacia maravillosa para
santificarnos yderrotar al demonio. Muchos santos vencieron con
estaspalabras las tentaciones especialmente las contrarias a lafe,
la esperanza o la caridad durante su vida, y a la horade su muerte.
Fueron las ltimas palabras que escribi SanPedro mrtir con el dedo,
lo mejor que pudo y sobre laarena, cuando -cortada la cabeza por el
sablazo de un hereje-se hallaba prximo a expirar.
-
539
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
35 La fe es la nica clave que permite entrar en todos
losmisterios de Jess y de Mara, contenidos en el Santo Rosa-rio.
Por esto es necesario comenzar el Rosario, rezando elCredo con gran
atencin y devocin. Y cuanto ms viva yrobusta sea la fe, ms
meritorio ser nuestro Rosario. Espreciso que sea viva y animada por
la caridad, es decir,que para recitar bien el Santo Rosario, debes
estar en graciade Dios o en busca de ella. Es necesario, adems, que
la fesea robusta y constante, es decir, que no has de buscar en
elrezo del Santo Rosario solamente el gusto sensible y laconsolacin
espiritual. En otras palabras, no debes dejarlocuando te asalten
las distracciones involuntarias en la men-te, un incomprensible
tedio en el alma, un fastidio o soporcasi continuo en el cuerpo.
Para rezar bien el Rosario noson necesarios ni gusto, ni consuelo,
ni suspiros, ni fervory lgrimas, ni aplicacin prolongada de la
imaginacin.Basta la fe pura y la recta intencin. Basta solo la fe13
.
DUODCIMA ROSA
El Padrenuestro.
36 El Padrenuestro u Oracin dominical saca toda suexcelencia de
su autor, que no es un ser humano, ni ngel,sino el Rey de los
ngeles y de los hombres, Jesucristo. Eranecesario dice San Cipriano
que quien vena comoSalvador a darnos la vida de la gracia, nos
ensearatambin, como celestial maestro, el modo de orar. Lasabidura
del divino Maestro se manifiesta claramente enel orden, dulzura y
fuerza de esta divina plegaria. Es corta,pero rica en enseanza. Es
accesible a los ignorantes, perollena de misterios para los
sabios.
El Padrenuestro encierra todos los deberes que tenemos paracon
Dios, los actos de todas las virtudes y la peticin para
13 Estrofa cuarta del Pange lingua.
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
540
todas nuestras necesidades espirituales y materiales. Esel
compendio del Evangelio -dice Tertuliano. Aventaja-dice Tomas de
Kempis- a los deseos de los santos. Com-pendia todas las dulces
expresiones de los salmos y cantos,implora cuanto necesitamos,
alaba a Dios de maneraexcelente, eleva el alma de la tierra al
cielo y la une ntima-mente con El.
37 Dice San Juan Crisstomo que quien no ora como loha hecho y
enseado el divino Maestro, no es discpulosuyo. Y que Dios Padre no
escucha con agrado las oracionesque elabora el espritu humano, sino
la que su Hijo nos haenseado.
Debemos recitar la oracin dominical con la certeza de queel
Padre eterno la escuchar por ser la oracin de su Hijo, aquien El
escucha siempre (Ver Jn 11, 42 y Heb 5,7) y cuyosmiembros somos
(Ver Ef 5,30). Podra acaso un Padre tanbueno rechazar una splica
tan bien fundada, apoyadacomo est en los mritos e intercesiones de
Hijo tan digno?Asegura San Agustn que el Padrenuestro bien rezado
borralos pecados veniales. El justo cae siete veces por da (VerProv
24,16), pero con las siete peticiones del Padrenuestropuede
remediar sus cadas y fortificarse contra sus enemi-gos. Es oracin
corta y fcil, a fin de que -frgiles comosomos y sometidos como
estamos a tantas miserias-recibamos auxilio ms rpidamente rezndola
con mayorfrecuencia y devocin.
38 Desengate, pues, alma piadosa, que desprecias laoracin
compuesta y ordenada por el Hijo mismo de Diosa todos los
creyentes. T, que aprecias solamente lasoraciones compuestas por
los hombres como si el serhumano, por ms esclarecido que sea,
supiera mejor queJess, cmo debemos orar! T que buscas en
libroshumanos el mtodo de alabar y orar a Dios, como si
teavergonzaras de utilizar el que su Hijo nos ha prescrito yvives
persuadida de que las oraciones contenidas en loslibros son para
los sabios, mientras que el Rosario es bueno
-
541
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
solamente para las mujeres, los nios o la gente del pueblo,como
si las oraciones que lees en tu devocionario fueranms bellas y
agradables a Dios que la oracin dominical.Dejar de lado la oracin
recomendada por Jesucristo paraapegarnos a las compuestas por los
hombres es unatentacin peligrosa!
No desaprobamos con esto las oraciones compuestas porlos santos
para excitar a los fieles a alabar a Dios. Pero nopodemos admitir
que haya quienes las prefieran a la quebrot de los labios de la
Sabidura encarnada, dejen elmanantial para correr tras los arroyos
y desdeen el aguaviva para ir a beber la turbia. Porque, al fin y
al cabo, elRosario compuesto de la oracin dominical y de
lasalutacin anglica es el agua limpia y eterna que manade la fuente
de la gracia. Mientras que las dems oraciones,que buscas y rebuscas
en los libros, no son ms que arroyosque derivan de ellas.
39 Dichoso quien recita la plegaria enseada por el Seormeditando
atentamente cada palabra! Encuentra en ellacuanto necesita y puede
desear! Cuando rezamos estaadmirable plegaria, cautivamos desde el
primer momentoel corazn de Dios, invocndolo con el dulce nombre
dePadre.
Padre nuestro: el ms tierno de todos los padres,omnipotente en
la creacin, admirable en la conservacinde las criaturas, sumamente
amable en su providencia einfinitamente bueno en la obra de la
Redencin. Dios esnuestro Padre! Entonces, todos somos hermanos y el
cieloes nuestra patria y nuestra herencia. No bastar esto
parainspirarnos, a la vez, amor a Dios y al prjimo y desapegode
todas las cosas de la tierra?.
Amemos, pues, a un Padre como ste y digmosle millaresde veces:
Padre nuestro que ests en el cielo. T, que llenasel cielo y la
tierra con la inmensidad de tu esencia y estspresente en todas
partes. T, que moras en los santos con
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
542
tu gloria, en los condenados con tu justicia, en los justospor
tu gracia, en los pecadores por tu paciencia compren-siva: haz que
recordemos siempre nuestro origen celestial,vivamos como verdaderos
hijos tuyos y avancemos siemprehacia ti solo, con el ardor de
nuestros anhelos.
Santificado sea tu nombre. El nombre del Seor es santo
yterrible, dice el profeta rey (Ver Sal 98,3); el cielo resuenacon
las alabanzas incesantes de los serafines a la santidaddel Seor
Dios de los ejrcitos, exclama Isaas (Is 6,3). Conestas palabras
pedimos que toda la tierra reconozca y adorelos atributos de un
Dios tan grande y santo. Que sea cono-cido, amado y adorado por los
paganos, los turcos, loshebreos, los brbaros y todos los infieles.
Que todos loshombres le sirvan y glorifiquen con fe viva, con
esperanzafirme, con claridad ardiente, renunciando a todos
loserrores: en una palabra, que todos los hombres sean santosporque
El mismo lo es (Ver Lc 11,44-45... y 1Pe 1,16).
Venga a nosotros tu reino. Es decir, reina, Seor en
nuestrasalmas con tu gracia en esta vida a fin de que
merezcamosreinar contigo despus de la muerte, en tu Reino, que es
lasuprema y eterna felicidad, en la cual creemos, esperamosy la
cual deseamos. Felicidad que la bondad del Padre nosha prometido,
los mritos del Hijo nos han adquirido y laluz del Espritu Santo nos
ha revelado.
Hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Nada
cierta-mente escapa a las disposiciones de la divina Providenciaque
lo ha previsto y dispuesto todo antes de que suceda.Ningn obstculo
puede apartarla del fin que se ha pro-puesto. Y cuando pedimos que
se haga su voluntad, no esporque temamos dice Tertuliano que
alguien se opongaeficazmente a la ejecucin de sus designios sino
que acep-tamos humildemente cuanto ha querido ordenar respectode
nosotros. Y que cumplamos siempre y en todo susantsima voluntad
manifestada en sus mandamientoscon la misma prontitud, amor y
constancia con las que losngeles y santos le obedecen en el
cielo.
-
543
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
40 Danos hoy nuestro pan de cada da. Jesucristo nos enseaa pedir
a Dios lo necesario para la vida del cuerpo y delalma. Con estas
palabras, confesamos humildementenuestra miseria y rendimos
homenaje a la Providencia,declarando que creemos y queremos recibir
de su bondadtodos los bienes temporales. Con la palabra pan,
pedimosa Dios lo estrictamente necesario para la vida: Excluimoslo
superfluo. Este pan lo pedimos hoy es decir, limitamosal presente
nuestras solicitudes, confiando a la Providenciael maana. Pedimos
el pan de cada da, confesando asnuestras necesidades siempre
renovadas y proclamamosla continua dependencia en que nos hallamos
de laproteccin y socorro divinos.
Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los quenos
ofenden. Nuestros pecados dicen San Agustn yTertuliano son deudas
que contraemos con Dios, y sujustificacin exige el pago hasta el
ltimo cntimo. Y todostenemos estas tristes deudas! Pero, no
obstante nuestrasnumerosas culpas, acerqumonos a El confiadamente
ydigmosle con verdadero arrepentimiento: Padre nuestro,que ests en
el cielo, perdona los pecados de nuestrocorazn y nuestra boca, los
pecados de accin y omisin,que nos hacen infinitamente culpables a
los ojos de tujusticia. Porque, como hijos de un Padre tan clemente
ymisericordioso, perdonamos por obediencia y caridad acuantos nos
han ofendido.
Y no nos dejes, por infidelidad a tu gracia, caer en la
tentacindel mundo y de la carne. Y lbranos del mal que es el
pecado,del mal de la pena temporal y eterna que hemos merecido.Amn!
Expresin muy consoladora dice San Jernimo.Es como el sello que Dios
pone al final de nuestra splicapara asegurarnos que nos ha
escuchado. Es como si nosrespondiera: Amn! S, hgase como han
pedido; lo hanconseguido... Porque esto es lo que significa el
trmino:Amn.
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
544
DECIMOTERCERA ROSA
El padrenuestro (continuacin).
41 Al recitar cada una de las palabras de la Oracindominical,
honramos las perfecciones divinas. Honramossu fecundidad llamndolo
Padre: Padre que desde laeternidad engendras a un Hijo igual que t,
eterno y consus-tancial, que es una misma esencia, una misma
potencia,una misma bondad, una misma sabidura contigo, Padre eHijo
que al amaros producs al Espritu Santo, que es Dioscomo vosotros.
Tres adorables personas que sois un soloDios!
Padre nuestro. Es decir, Padre de los hombres y las mujerespor
la creacin, la conservacin y la redencin; Padre mi-sericordioso de
los pecadores; Padre amigo de los justos;Padre magnfico de los
bienaventurados.
Que ests. Con estas palabras admiramos la inmensidad, lagrandeza
y plenitud de la esencia divina, que se llama converdad El que es
(Ex 3,14), es decir, el que existe esencial,necesaria y
eternamente, que es el Ser de los seres, la Cau-sa de todo ser. Que
contiene en s mismo en forma emi-nente las perfecciones de todos
los seres. Que est en todoscon su esencia, presencia y potencia sin
ser por ellosabarcados. Honramos su sublimidad, gloria y majestad
conlas palabras que ests en el cielo -es decir-, como sentadoen su
trono para ejercer justicia sobre todos los hombres.
Adoramos su santidad, al desear que su nombre sea santi-ficado.
Reconocemos su soberana y la justicia de sus leyes,anhelando la
llegada de su reino y ansiando que leobedezcan los hombres en la
tierra como le obedecen losngeles en el cielo. Pidindole que nos d
el pan de cadada, creemos en su Providencia. Al rogarle que no nos
dejecaer en la tentacin reconocemos su poder. Esperando quenos
libre del mal, nos confiamos a su bondad.
-
545
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
El Hijo de Dios glorific siempre al Padre con sus obras yvino al
mundo para ensear a los hombres a glorificarlo. Yles ha enseado la
forma de honrarlo con esta oracin quese dign dictarles. Debemos,
pues, rezarla con frecuenciay atencin y con el mismo espritu con
que El la compuso.
DECIMOCUARTA ROSA
El Padrenuestro: Conclusin.
42 Cuando rezamos devotamente esta divina oracin,realizamos
tantos actos de las ms nobles virtudes cristianascomo palabras
pronunciamos:
Al decir Padre nuestro que ests en el cielo, hacemos actosde fe,
adoracin y humildad.
Al desear que su nombre sea santificado y
glorificadomanifestamos celo ardiente por su gloria.Al pedir la
posesin de su reino, hacemos un acto deesperanza.
Al desear que se cumpla su voluntad en la tierra como enel
cielo, mostramos espritu de perfecta obediencia.
Pidindole que nos d el pan de cada da, practicamos lapobreza
segn el espritu y el desapego de los bienes de latierra.
Al rogarle que perdone nuestros pecados, hacemos un actode
contricin.
Al perdonar a quienes nos han ofendido, ejercitamos
lamisericordia en la ms alta perfeccin.
Al implorar ayuda en la tentacin, hacemos actos dehumildad,
prudencia y fortaleza.
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
546
Al esperar que nos libre del mal, practicamos la
paciencia.Finalmente, al pedir todo esto no solo para nosotros,
sinotambin para el prjimo y para todos los miembros de laIglesia,
nos comportamos como verdaderos hijos de Dios,lo imitamos en la
caridad que abraza a todos los hombresy cumplimos el mandamiento de
amor al prjimo.
43 Detestamos, adems, todos los pecados y practicamoslos
mandamientos de Dios, cuando -al rezar esta oracin-nuestro corazn
sintoniza con la lengua y no mantenemosintenciones contrarias a
estas divinas palabras. Puesto que,cuando reflexionamos en que Dios
est en el cielo -es decir,infinitamente por encima de nosotros por
la grandeza desu majestad- entramos en los sentimientos del
msprofundo respeto en su presencia y, sobrecogidos de temor,huimos
del orgullo y nos abatimos hasta el anonadamiento.Al pronunciar el
nombre de Padre, recordamos que de Dioshemos recibido la existencia
por medio de nuestro padre yla instruccin por medio de nuestros
maestros. Todos loscuales representan para nosotros a Dios, cuya
viva imagenconstituyen. Por ellos, nos sentimos obligados a
honrarlos,o mejor dicho, a honrar a Dios en sus personas y nos
guarda-mos mucho de despreciarlos y afligirlos. Cuando deseamosque
el santo nombre de Dios sea glorificado, estamos bienlejos de
profanarlo. Cuando consideramos el reino de Dioscomo nuestra
herencia, renunciamos a todo apego desorde-nado a los bienes de
este mundo. Cuando pedimos consinceridad para nuestro prjimo los
bienes que deseamospara nosotros, renunciamos al odio, la disensin
y laenvidia.
Al pedir a Dios el pan de cada da, detestamos la gula
yvoluptuosidad, que se nutren en la abundancia. Al rogar aDios con
sinceridad que nos perdone como perdonamos aquienes nos han
ofendido, reprimimos la clera y lavenganza, devolvemos bien por mal
y amamos a nuestrosenemigos. Al pedir a Dios que no nos deje caer
en el pecadoen el momento de la tentacin, manifestamos huir de
lapereza y buscar los medios para combatir los vicios y
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547
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
salvarnos. Al rogar a Dios que nos libre del mal, tememossu
justicia y nos alegramos porque el temor de Dios es elprincipio de
la sabidura (Sal 110, 10; Prov 1,7...): El temorde Dios hace que el
hombre evite el pecado (Prov 16,6; BenS1,25-27).
DECIMOQUINTA ROSA
El Avemara -sus excelencias.
44 La salutacin anglica es tan sublime y elevada, que elBeato
Alano de Rupe ha credo que ninguna creatura puedecomprenderla y que
solamente Jesucristo, Hijo de Mara,puede explicarla.
Deriva su excelencia:
de la Santsima Virgen a quien fue dirigida; de la finalidad de
la Encarnacin del Verbo para la
cual fue trada del cielo; y del arcngel San Gabriel que fue el
primero en
pronunciarla.
El Avemara resume, en la ms concisa sntesis, toda lateologa
cristiana sobre la Santsima Virgen. En el Avemaraencontramos una
alabanza y una invocacin. La alabanzacontiene cuanto constituye la
verdadera grandeza de Mara.La invocacin contiene cuanto debemos
pedirle y cuantopodemos alcanzar de su bondad.
La Santsima Trinidad revel la primera parte. Santa
Isabeliluminada por el Espritu Santo aadi la segunda, y laIglesia
en el primer concilio de Efeso (431) sugiri laconclusin, despus de
condenar el error de Nestorio ydefinir que la Santsima Virgen es
verdaderamente Madrede Dios. Ese concilio orden que se invocase a
la SantsimaVirgen bajo este glorioso ttulo, con estas palabras:
Santa
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
548
Mara Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahoray en la
hora de nuestra muerte14 .
45 La Santsima Virgen recibi esta divina salutacin enorden a
llevar a feliz trmino el asunto ms sublime e im-portante del mundo,
a saber, la Encarnacin del Verbo eter-no, la reconciliacin entre
Dios y los hombres y la redencindel gnero humano. Embajador de esta
buena noticia fueel arcngel San Gabriel, uno de los primeros
prncipes dela corte celestial.
La salutacin anglica contiene la fe y esperanza de
lospatriarcas, de los profetas y de los apstoles. Es la constanciay
fortaleza de los mrtires, la ciencia de los doctores,
laperseverancia de los confesores y la vida de los religiosos(B
Alano). Es el cntico nuevo de la ley de la gracia, la alegrade los
ngeles y de los hombres y el terror y confusin delos demonios.
Por la salutacin anglica, Dios se hizo hombre, una Virgense
convirti en Madre de Dios, las almas de los justos fueronliberadas
del limbo, se repararon las ruinas del cielo y lostronos vacos
fueron de nuevo ocupados, el pecado fueperdonado, se nos devolvi la
gracia, se curaron las enfer-
14 Montfort se atiene a la opinin de su tiempo. Es cierto lo que
dice, en cuanto lasegunda parte del Avemara est sustancialmente en
las palabras Madre deDios. Ttulo que como tal no se encuentra en
los escritos del Nuevo Testamen-to. Se lo halla por primera vez en
San Hiplito de Roma (+235). Ms tarde.Nestorio combate la atribucin
de este ttulo a Mara a causa de sus opinionesrespecto de Cristo. En
efecto, para l una cosa es el Hijo de Dios y otra el Hijode Mara.
En el sentido de que halla en Cristo dos personas: una divina
(elLogos) y otra humana (Jess). Por consiguiente, Mara no puede ser
llamadathotokos (Madre de Dios), al menos en el sentido fuerte
exigido por la Uninhiposttica (es decir, la unin de las dos
naturalezas divina y humana en lanica persona del Verbo). El
concilio de Efeso (431), al defender que en Cristohay una sola
persona, condena la doctrina de Nestorio y sus partidarios y,
alaprobar por aclamacin la segunda carta de San Cirilo a Nestorio,
confirmasolemnemente la atribucin a Mara del ttulo de Madre de
Dios. Esta decisinnormativa de Efeso ser promulgada explcitamente
como dogma en 451 por elConcilio de Calcedonia (Cahiers Marials,
No. 116,43s).
-
549
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
medades, los muertos resucitaron, se llam a los deste-rrados, se
aplac la Santsima Trinidad y los hombresobtuvieron la vida
eterna.
Finalmente, la salutacin anglica es el arco iris, la seal dela
clemencia y de la gracia dadas al mundo por Dios (Bto.Alano).
DECIMOSEXTA ROSA
El Avemara -su belleza.
46 Aunque no hay nada tan excelso como la Majestad di-vina ni
tan abyecto como el hombre -considerado comopecador- la Augusta
Majestad no desdea nuestroshomenajes y se siente honrada cuando
cantamos susalabanzas. Ahora bien, la salutacin anglica es uno de
loscnticos ms bellos que podemos entonar a la gloria delAltsimo: Te
cantar un cntico nuevo15 . La salutacinanglica es precisamente el
cntico nuevo que David predijose cantara en la venida del
Mesas.
Hay un cntico antiguo y un cntico nuevo.
El antiguo es el que cantaron los israelitas en accin degracias
por la creacin, la conservacin, la liberacin de laesclavitud, el
paso del Mar Rojo, el man y todos los demsfavores celestiales.
El cntico nuevo es el que entonan los cristianos en accinde
gracias por la Encarnacin y la Redencin. Dado queestos prodigios se
realizaron por el saludo de ngel,repetimos esta salutacin para
agradecer a la SantsimaTrinidad por tan inestimables
beneficios.
15 Ver VD 253
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
550
Alabamos a Dios Padre por haber amado tanto al mundoque le dio
su unignito para salvarlo.
Bendecimos a Dios Hijo por haber descendido del cielo ala
tierra, por haberse hecho hombre y habernos salvado.
Glorificamos al Espritu Santo por haber formado en el senode la
Virgen Mara ese cuerpo pursimo que fue vctima denuestros
pecados.
Con estos sentimientos de gratitud, debemos rezar lasalutacin
anglica, acompandola de actos de fe,esperanza, caridad y accin de
gracias por el beneficio denuestra salvacin.
47 Aunque este cntico nuevo se dirige directamente a laMadre de
Dios y contiene sus elogios, es -no obstante- muyglorioso para la
Santsima Trinidad, porque todo el honorque tributamos a la Santsima
Virgen vuelve a Dios, causade todas sus perfecciones y virtudes.
Con l glorificamos aDios Padre porque honramos a la ms perfecta de
suscriaturas. Glorificamos al Hijo, porque alabamos a supursima
Madre. Glorificamos al Espritu Santo, porqueadmiramos las gracias
con que colm a su Esposa.
Del mismo modo que la Santsima Virgen con su hermosocntico, el
Magnficat, dirige a Dios las alabanzas ybendiciones que le tribut
Santa Isabel por su eminentedignidad de Madre del Seor, as dirige
inmediatamente aDios los elogios y bendiciones que le presentamos
mediantela salutacin anglica16 .
48 Si la salutacin anglica glorifica a la SantsimaTrinidad,
tambin constituye la ms perfecta alabanza quepodemos dirigir a
Mara.
16 Ver VD 148 y 225: Mara es totalmente relativa a Dios
-
551
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
Deseaba Santa Matilde saber cul era el mejor medio
paratestimoniar su tierna devocin a la Madre de Dios. Un
daarrebatada en xtasis, vio a la Santsima Virgen que llevabasobre
el pecho la salutacin anglica en letras de oro y ledijo: Hija ma,
nadie puede honrarme con saludo msagradable que el que me ofreci la
Santsima Trinidad. Porl me elev a la dignidad de Madre de Dios. La
palabraAve -que es el nombre de Eva- me hizo saber que Dios ensu
omnipotencia me haba preservado de toda mancha depecado y de las
calamidades a que estuvo sometida laprimera mujer.
El nombre de Mara -que significa Seora de la luz indicaque Dios
me colm de sabidura y luz, como astrosbrillantes, para iluminar los
cielos y la tierra.
Las palabras llena de gracia me recuerdan que el EsprituSanto me
colm de tantas gracias, que puedo comunicarlascon abundancia a
quienes las piden por mediacin ma.
Diciendo el Seor est contigo, siento renovarse la inefablealegra
que experiment cuando el Verbo eterno se encarnen mi seno.
Cuando me dice bendita t eres entre todas las mujeres, tri-buto
alabanzas a la misericordia divina que se dignelevarme a tan alto
grado de felicidad.
Ante las palabras bendito es el fruto de tu vientre, Jess,
todoel cielo se alegra conmigo al ver a Jess, mi Hijo, adorado
yglorificado por haber salvado al hombre.
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
552
DECIMOSPTIMA ROSA
El Avemara: -sus maravillosos frutos.
49 Entre las cosas admirables que la Santsima Virgenrevel al
Beato Alano de la Rupe17 - y sabemos que estegran devoto de Mara
confirm con juramento susrevelaciones- hay tres de mayor
importancia:
La primera, que la negligencia, tedio y aversin a lasalutacin
anglica -que restaur al mundo- son sealprobable e inmediata de
reprobacin eterna;
La segunda, que quienes tienen devocin a esta divinasalutacin
poseen una gran seal de predestinacin;
La tercera, que quienes han recibido de Dios la gracia deamar a
la Santsima Virgen y servirla por amor debenesmerarse con el mayor
empeo para continuar amndolay sirvindola hasta que Ella los coloque
en el cielo, pormedio de su Hijo, en el grado de gloria que
conviene a susmritos (B. Alano, Cap XI).
50 Todos los herejes -que son hijos de Satans y llevanseales
evidentes de reprobacin- tienen horror alAvemara. Quizs aprenden el
Padrenuestro, pero no elAvemara. Preferiran llevar sobre s una
serpiente antesque una camndula.
Entre los catlicos, aquellos que llevan la marca de lareprobacin
apenas si se interesan por el Rosario, sonnegligentes en rezarlo o
lo recitan tibia y precipitadamente.Aunque yo no aceptara con fe
piadosa lo revelado al BeatoAlano, me basta la experiencia personal
para convencermede esta terrible y a la vez consoladora verdad. No
s ni veocon claridad cmo una devocin tan pequea puede ser
17 Dignidad del Salterio, c. 11,al final
-
553
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
seal infalible de eterna salvacin, y su defecto, seal
dereprobacin. No obstante, nada hay ms cierto18 . Vemos,en efecto,
que quienes en nuestros das profesan novedosasdoctrinas condenadas
por la Iglesia, a pesar de su aparentepiedad, descuidan en demasa
la devocin del Rosario yfrecuentemente lo arrancan del corazn de
quienes lesrodean, con los pretextos ms hermosos del mundo19
.Evitan con cuidado condenar abiertamente el Rosario y
elescapulario -como hacen los calvinistas-. Pero su procederes
tanto ms pernicioso cuanto ms sutil. Hablaremos deello en
seguida.
51 Mi Avemara, mi Rosario o mi corona son mi oracinpreferida20 y
mi piedra de toque segursima para distinguira quienes son
conducidos por el Espritu de Dios de quienesse hallan bajo la
ilusin del espritu maligno. He conocidoalmas que parecan volar como
guilas hasta las nubes, porla sublimidad de su contemplacin. Eran,
sin embargo,miserablemente engaadas por el demonio. Solo llegu
adescubrir sus ilusiones, al ver que rechazaban el Avemaray el
Rosario como indignos de su estima.
El Avemara es un roco celestial y divino, que al caer en elalma
de un predestinado le comunica una fecundidadmaravillosa para
producir toda clase de virtudes. Cuantoms regada est un alma por
esta oracin tanto ms se leilumina el espritu, ms se le abraza el
corazn y ms sefortalece contra sus enemigos21 .
El Avemara es una flecha inflamada y penetrante que unidapor un
predicador a la palabra divina que anuncia, le da lafuerza de
traspasar y convertir los corazones ms
18 Ver VD 25019 La observacin de Montfort parece no haber
perdido actualidad.20 La idea y la expresin vuelve a resonar en la
voz del Papa Juan Pablo II: El
Rosario es mi oracin predilecta. Plegaria maravillosa!
Maravillosa en su sen-cillez y en su profundidad. (Octubre
29/78).
21 Ver VD 249-253.
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
554
endurecidos, aunque el orador no tenga talento
naturalextraordinario para la predicacin.
El Avemara fue el arma secreta que -como dije antes22
sugiri la Santsima Virgen a Santo Domingo y al BeatoAlano para
convertir a los herejes y pecadores.
De aqu surgi la costumbre de los predicadores de rezarun Avemara
al comenzar la predicacin, como afirma SanAntonio.
DECIMOCTAVA ROSA
El Avemara: Sus bendiciones.
52 Esta divina salutacin atrae sobre nosotros la copiosabendicin
de Jess y Mara. Efectivamente, es principioinfalible que Jess y
Mara recompensan magnnimamentea quienes les glorifican y devuelven
centuplicadas lasbendiciones que se les tributan: Quiero a los que
me quieren...para enriquecer a los que me aman y para llenar sus
bodegas(Prov 8,17.21). Es lo que proclaman a voz en cuello Jess
yMara. Amamos a quienes nos aman, los enriquecemos yllenamos sus
tesoros. Quien siembra generosamente,generosas cosechas tendr (ver
2 Cor 9,6).
Ahora bien. no es amar, bendecir y glorificar a Jess y aMara el
recitar devotamente la salutacin anglica? En cadaAvemara tributamos
a Jess y a Mara una doble bendicin:Bendita t eres entre todas las
mujeres y bendito es el frutode tu vientre, Jess. En cada Avemara
tributamos a Marael mismo honor que Dios le hizo al saludarla
mediante elarcngel San Gabriel. Quin podr pensar siquiera queJess y
Mara que tantas veces hacen el bien a quienes lesmaldicen vayan a
responder con maldiciones a quieneslos honran y bendicen con el
Avemara?
22 Ver antes, Rosas 2a. y 4a.
-
555
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
La reina del cielo -dicen San Bernardo y San Buenaventura-no es
menos agradecida y corts que las personas nobles ybien educadas de
este mundo. Las aventaja en esta virtudcomo en las dems
perfecciones y no permitir que lahonremos con respeto sin
devolvernos el ciento por uno.Mara dice San Buenaventura nos saluda
con la gracia,siempre que la saludamos con el Avemara23 .
Quin podr comprender las gracias y bendiciones que elsaludo y
mirada benigna de Mara atraen sobre nosotros?En el momento en que
Santa Isabel oy el saludo que lediriga la Madre de Dios, qued llena
del Espritu Santo yel nio que llevaba en su seno salt de alegra. Si
noshacemos dignos del saludo y bendicin recprocos24 de laSantsima
Virgen, seremos, sin duda, colmados de graciasy un torrente de
consuelos espirituales inundar nuestrasalmas.
DECIMONOVENA ROSA
El Avemara: Feliz intercambio.
53 Est escrito: Den y se les dar (Lc 6,38). Recordemos
lacomparacin del Beato Alano: Si te doy cada da cientocincuenta
diamantes, no me perdonaras aunque fuesesenemigo mo? Y si eres mi
amigo, no me otorgars todoslos favores posibles? Quieres
enriquecerte con todos losbienes de la gracia y de la gloria?
Saluda a la SantsimaVirgen, honra a tu bondadosa Madre! El que da
gloria a sumadre se prepara un tesoro (BenS 3,5). Presntale, al
menos,cincuenta Avemaras diariamente, cada una de ellas con-tiene
quince piedras preciosas que agradan ms a Maraque todas la riquezas
de la tierra. Qu no podrs, entonces,esperar de su generosidad? Ella
es nuestra Madre y amiga.
23 Ver VD 144.181...24 Porque Mara no se deja vencer en
generosidad. Ver VD 121, 133...
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
556
Es la Emperatriz del universo y nos ama ms de lo quetodas las
madres y reinas juntas amaron a algn mortal.Porque dice San Agustn
la caridad de la Santsima Virgenaventaja a todo el amor natural de
todos los hombres y detodos los ngeles.
54 El Seor se apareci un da a Santa Gertrudis, contan-do monedas
de oro. Ella se atrevi a preguntarle qu estabacontando. Cuento le
respondi Jesucristo tus Avemaras:son la moneda con que se compra el
paraso!
El doctor y piadoso Surez, S.J., estimaba tanto la
salutacinanglica que sola decir: Dara con gusto toda mi cienciapor
el valor de un Avemara bien dicha!
55 El Beato Alano de la Rupe se dirige as a la SantsimaVirgen:
Quien te ama. oh excelsa Mara, escuche esto yllnese de gozo:
El cielo exulta de dicha, la tierra, de admiracin; cuandodigo:
Avemara!Mientras que el mundo se aterra, poseo el amor de
Dios:cuando digo: Avemara!Mis temores se disipan, mis pasiones se
apaciguan:cuando digo: Avemara!Mi devocin, se acrecienta, y alcanzo
la contricin:cuando digo: Avemara!Se confirma mi esperanza, se
acrecienta mi consuelo:cuando digo: Avemara!Salta de gozo mi
espritu, se disipa mi tristeza; cuandodigo: Avemara!
Porque la dulzura de esta suavsima salutacin es tan gran-de que
no hay trminos adecuados para explicarladebidamente y, despus de
haber dicho de ella maravillas,resulta todava tan escondida y
profunda que es imposibledescubrirla. Es corta en palabras, pero
grande en misterios.Es ms dulce que la miel y ms preciosa que el
oro. Hay
-
557
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
que tenerla frecuentemente en el corazn para meditarla yen la
boca para recitarla y repetirla devotamente.
Refiere el mismo Beato Alano -en el Captulo 69 del salterio-que
una religiosa muy devota del Rosario se aparecidespus de muerta a
una de sus hermanas y le dijo: Sipudiera regresar a mi cuerpo para
recitar solamente unAvemara, aunque sin mucho fervor, volvera a
sufrirgustosamente todos los dolores que padec antes de morir,con
tal de alcanzar el mrito de esta oracin. Hay querecordar que haba
sufrido crueles dolores durante variosaos.
56 Miguel de Lisle, obispo de Salubre, discpulo y compa-ero del
Beato Alano de la Rupe en el restablecimiento delSanto Rosario,
dice que la salutacin anglica es el remediode todos los males que
nos afligen, con tal que la recemosdevotamente en honor de la
Santsima Virgen.
VIGSIMA ROSA
El Avemara: Breve explicacin.
57 Te debates en la miseria del pecado? -Invoca a laexcelsa Mara
y dile: Ave! Que quiere decir: Te saludo conprofundo respeto a ti
que eres sin pecado, ni desgracia! Ellate librar de la desgracia de
tus pecados.
Te envuelven las tinieblas de la ignorancia o del error?
-Recurre a Mara y dile: Ave Mara! Es decir, iluminada conlos rayos
del sol de justicia. Ella te comunicar sus luces.Caminas
extraviado, fuera de la senda del cielo? -Invocaa Mara, que quiere
decir Estrella del mar y Estrella polar,que gua nuestro peregrinar
por este mundo. Ella teconducir al puerto de salvacin.
Ests afligido? - Acude a Mara, que quiere decir maramargo, pues
fue llena de amarguras en este mundo y
-
Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
558
actualmente en el cielo se ha convertido en mar de pursi-mas
dulzuras. Ella convertir tu tristeza en gozo y tusaflicciones en
consuelo.
Has perdido la gracia? -Honra la abundancia de graciasde que
Dios llen a la Santsima Virgen y dile llena de graciay de todos los
dones del Espritu Santo. Ella te dar susgracias.
Te sientes solo y abandonado de Dios? dirgete a Mara ydile el
Seor es contigo ms noble y est ms ntimamenteque en los justos y los
santos, porque eres con El una mismacosa, pues siendo El tu Hijo,
su carne es carne tuya. Y dadoque eres su Madre, ests con el Seor
en semejanza perfectay mutua caridad. Dile finalmente: Toda la
SantsimaTrinidad est contigo, pues eres su precioso templo. Ella
tecolocar bajo la proteccin y salvaguardia del Seor.
Te has convertido en objeto de la maldicin divina? Dile:bendita
tu entre todas las mujeres. Te aclaman todas lasnaciones por tu
pureza y fecundidad, t cambiaste lasmaldiciones divinas en
bendicin. Ella te bendecir.
Ests hambriento del pan de la gracia y del pan de la vida?-
Acrcate a quien llev el pan vivo descendido del cielo.Dile bendito
es el fruto de tu vientre, el que concebiste sindetrimento de tu
virginidad, que llevaste sin trabajo y distea luz sin dolor.
Bendito Jess, que rescat al mundoesclavizado, cur al mundo enfermo,
resucit al hombremuerto, hizo volver al hombre desterrado, justific
alhombre criminal y salv al hombre condenado. Ciertamentetu alma
ser saciada del pan de la gracia en esta vida y dela vida eterna en
la otra. Amn.
58 Concluye tu plegaria con la Iglesia y di: Santa Mara;santa en
cuerpo y alma, santa por tu singular y eternaabnegacin en el
servicio de Dios, santa en tu calidad deMadre de Dios que te dio
una santidad eminente comoconvena a esta infinita dignidad.
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559
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
Madre de Dios y tambin Madre nuestra, Abogada yMediadora
nuestra, Tesorera y Dispensadora de las graciasde Dios: Alcnzanos
pronto el perdn de nuestros pecadosy la reconciliacin con la divina
Majestad.
Ruega por nosotros, pecadores: pues tienes tanta compasinde los
miserables, que no desprecias ni rechazas a lospecadores, sin los
cuales no seras la Madre del Salvador.Ruega por nosotros ahora,
durante el tiempo de nuestravida corta, frgil y miserable. Ahora,
porque slo nospertenece el momento presente. Ahora, cuando somos
aco-metidos y estamos rodeados, noche y da, de poderosos ycrueles
enemigos.
En la hora de nuestra muerte, tan terrible y peligrosa, cuandose
agoten nuestras fuerzas, cuando nuestro cuerpo yespritu estarn
abatidos por el dolor y el espanto. En lahora de nuestra muerte,
cuando Satans redoblar susesfuerzos a fin de arruinarnos para
siempre. En esa horaen que se decidir nuestra suerte para toda una
eternidad,dichosa o infeliz. Ven en ayuda de tus pobres hijos,
Madrecompasiva, abogada y refugio de los pecadores. Aleja
denosotros en la hora de la muerte a los demonios, enemigosy
acusadores nuestros, cuyo horroroso aspecto nos espanta.Ven a
iluminarnos en las tinieblas de nuestra muerte.Guanos y acompanos
ante el tribunal de nuestro Juez,que es Hijo tuyo. Intercede por
nosotros para que nosperdone y reciba en el nmero de los elegidos
en la mansinde la gloria eterna. Amn, que as sea!
59 Habr quien no admire la excelencia del Santo Rosariocompuesto
de partes tan excelentes como la oracindominical y la salutacin
anglica?
Existe acaso oracin ms grata a Dios y a la SantsimaVirgen y ms
fcil, dulce y saludable para los hombres?Llevmoslas continuamente
en el corazn y en la boca parahonrar a la Santsima Trinidad, a
Jesucristo nuestro Salva-dor y a su Madre Santsima.
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Obras Completas de San Luis Mara Grignion de Montfort
560
Adems, al fin de cada decena es conveniente aadir el
Gloria al Padre y al Hijo y al Espritu Santo; como era
en el principio, ahora y siempre por los siglos de los
siglos.
Amn.
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561
El Secreto Admirable del Santsimo Rosario
TERCERA DECENA
EXCELENCIA DEL SANTO ROSARIO,MANIFESTADA POR LA MEDITACIN
DE LA VIDA Y PASIN DE NUESTRO SEORJESUCRISTO
VIGESIMOPRIMERA ROSA
Los quince misterios de Rosario.
60 Misterio significa realidad sagrada y difcil decomprender25 .
Las obras de Jesucristo son todas sagradasy divinas, porque El es
Dios y hombre al mismo tiempo.Las de la Virgen Mara son santsimas,
por ser Ella la msperfecta de las criaturas. Con razn se da el
nombre demisterios a las obras de Jesucristo y de su Santsima
Madre.Estn, en efecto, colmadas de maravillas, perfecciones
einstrucciones profundas y sublimes, que el Espritu Santorevela a
los humildes y sencillos que los honran.
Las obras de Jess y de Mara pueden tambin llamarseflores
admirables. Flores cuyo perfume y hermosura sloconocen quienes se
acercan a ellas, aspiran su fragancia yabren su corola, mediante
una atenta y seria meditacin.
61 Santo Domingo distribuy las vidas de Jesucristo y dela
Santsima Virgen en quince misterios, que nos represen-tan sus
virtudes y principales acciones. Son quince cuadros,
25 Distingue Montfort entre misterio, verdad revelada relativa a
Dios -impenetra-ble e incomprensible para el hombre- y misterio,
cosa sagrada de sentido re-cndito, que el Espritu Santo nos ayuda a
comprender por el don de entendi-miento y a gustar por el don de
sabidura. Se trata aqu de este ltimo sentido.
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Obras C