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B asada en hechos reales que tuvieron lugar du-rante el
genocidio ruands en 1994. Joe Connor ha llegado para dar clases en
Ruanda porque cree que puede marcar una diferencia. Cuando
la escuela se convierte en un refugio para miles de ruandeses
que escapan del genocidio, Joe promete a su alumna ms brillante,
Marie, que los soldados de la ONU la protegern de la multitud de
extremistas en busca de sangre fuera de la escuela. Pero cuando la
ONU abandona a los refugiados, Joe y el director de la escuela, el
Padre Christopher, se enfrentan a un angus-tiante dilema: deben
marcharse o deben quedarse con los ruandeses. Mientras los camiones
de la ONU toman su camino a travs de los aterrorizados refugiados,
Joe mira la cara llena de lgrimas de Marie: Qu debe hacer l? Qu
haras t? A su vez, el sacerdote nos mostrar la radicalidad del
camino de la fe.
Disparando a perros Michael Caton-Jones. 115 min.(2007)
Ttulo original: Shooting Dogs Nacionalidad: Reino Unido,
Alema-nia. Gnero: Drama. Director: Michael Caton-Jones. Guin: David
Wolstencroft Reparto: John Hurt, Hugh Dan-cy,Dominique Horwitz,
Louis Mahoney, Nicola Walker, Steve Toussaint, David Gyasi, Victor
Power, Jack Pierce, Musa Kasonka Jr., Claire-Hope Ashitey . Ao de
estreno: 2007 Valoracin: Recomendable. Prefe-rentemente para
alumnos de Bachiller. Premios: Seleccin oficial Festival de
Toronto, Selec-cin oficial London film festival, Premio del pblico
en el Festival Vissigen de Holanda, premio del pbli-co en el
Festival Amazonia de Brasil, premio del p-blico en el Festival Mont
Tremblant de Canada, pre-mio mejor drama en el Heartland film
festival USA, nominada a los premios Bafta...
Delegaciones de Enseanza, Medios de Comunicacin y Pastoral
Juvenil-Vocacional
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I Semana de Cine Espiritual
Disparando a perros
B asada en hechos reales que tuvieron lugar durante el genocidio
ruands en 1994. Joe Connor ha llegado para dar clases en Ruanda
porque cree que puede marcar una diferencia. Cuando la escuela se
convierte en un refugio para miles de ruandeses que escapan del
genocidio, Joe promete a su alumna ms brillan-
te, Marie, que los soldados de la ONU la prote-gern de la
multitud de extremistas en busca de sangre fuera de la escuela.
Pero cuando la ONU abandona a los refugiados, Joe y el di-rector de
la escuela, el Padre Christopher, se enfrentan a un angustiante
dilema: deben marcharse o deben quedarse con los ruande-ses.
Mientras los camiones de la ONU toman su camino a travs de los
aterrorizados refugia-dos, Joe mira la cara llena de lgrimas de
Ma-rie: Qu debe hacer l? Qu haras t? A su vez, el sacerdote nos
mostrar la radicalidad del camino de la fe.
C uando los extremistas asesinos y sedientos de sangre humana
vienen a por tus seres queridos, amigos y amados inocentes, por qu
opcin te decantas: por correr la misma suerte que tus fraternos,
por ponerte del lado de los asesinos o por salvar el pellejo
huyendo y dejando que los criminales asesinen a los inocentes? Es
el tremen-
do, impactante y desgarrador dilema que plantea esta pelcula.
Disparando a perros es una pelcula que narra los hechos
protagonizados por el padre Vjeko Curic, sacerdote catlico que salv
a muchas personas muriendo l mismo. Este papel est encarnado en la
figura del padre Christopher, director de una escuela en Ruanda, a
dicha escuela ha llegado para dar clases Joe Connor, un joven ingls
que desea devolver a los dems algo de todo lo bueno que la vida le
ha dado. Cuando la escuela se convierte en un refugio para miles de
ruandeses que esca-pan del genocidio, Joe promete a su alumna ms
brillante, que los soldados de la ONU la protegern de la multitud
de militares extremistas en busca de sangre. Pero cuando la ONU
abandona a los refugiados, Joe y el padre Christopher, se enfrentan
a un angus-tioso dilema: marcharse o quedarse con los ruandeses. El
padre Christopher decide que-darse Por qu no encontramos los mismos
sentimientos de empata y solidaridad en otros miembros de la
comunidad? Por qu no sentimos la misma empata hacia los
su-frimientos de personas de una raza distinta a la nuestra? (En un
momento de la pelcu-la hay un dilogo entre Joe y una amiga
periodista que nos lanza esta dura reflexin).
Disparando a perros
Director: Michael Caton-Jones. Guin: David Wolstencroft Gnero:
Drama. Duracin: 115 minutos Nacionalidad: Reino Unido, Alemania.
Reparto: John Hurt, Hugh Dancy,Dominique Horwitz, Louis Ma-honey,
Nicola Walker, Steve Toussaint, David Gyasi, Victor Power, Jack
Pierce, Musa Kasonka Jr., Claire-Hope Ashitey . Ao de estreno:
2007
Julius: Para quin es el medicamento pa-ra un nio hutu o
tutsi?
Joe: Quiero ceder mi lugar a una perso-na, se llama Marie
Mutagona. Capitn francs: No, ningn ruands!
Padre Christopher: Treinta aos aqu y siempre tuvimos la
esperanza; ahora creo que se nos acaba.
Marie: Somos afortunados. Este tiempo que nos ha sido regalado
debemos utili-zarlo bien.
1. Qu otro ttulo daras a la pelcula? Por qu?
2. Qu es lo que ms te ha gustado de la pelcula? Por qu?
3. Con qu personaje de la pelcula crees que te identificas ms?
Por qu?
4. Has vivido alguna situacin como la del Padre Christopher, en
la que hayas teni-do que defender al ms dbil, aunque esto te haya
supuesto perder tu posicin social, tu prestigia, tu fama?
5. Crees que esta pelcula aporta algn valor y/o aspecto a tener
en cuenta en tu vi-da? Nmbralos y explcalos brevemente.
6. Reflexiona sobre esta frase de Albert Camus: Una persona
puede saber si tiene algo por lo cual vivir. Tan solo tiene que
preguntarse si existe algo o alguien por quien est
dispuesto a morir.
7. Describe una final diferente para la pelcula.
Los textos e imgenes (tanto grficas como cinematogrficas) que se
muestran en este material se acogen al derecho de cita con fines
didcticos, que pretenden fomentar el conocimiento de las obras
y
tienen como nico objetivo el anlisis, comentario o juicio crtico
de las mismas.
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I Semana de Cine Espiritual
Disparando a perros
Este tiempo que nos ha sido regalado (Cinco aos despus en un
campus de Inglaterra suena un coro. Se abre la puerta de la
Iglesia, entra una luz cenital que ilumina la penumbra. Desde lejos
entra Marie. Avanza por el pasillo. Se ve y se oye al coro que es
dirigido por Joe. Al or entrar se vuelve y ve a Marie. Despus
aparecen sentado en un banco a los pies de un rbol mientras los
estudiantes hacen gimnasia). Marie: Cuesta mucho encontrar este
lu-gar. Joe: Christopher Marie: El padre Christopher estuvo en esta
escuela? Joe: Estuvo de sacerdote. Marie: Hizo un gran sacrificio
por noso-tros. Me acuerdo que nos deca, el sacrifi-cio es la mayor
muestra de amor por al-guien. Sabes, cuando corra pensaba en ti
Recuerdas cuando hiciste de comenta-rista? Fue tan extrao, cuando
corra pa-ra salvar la vida tena miedo, pero all estabas en mi
cabeza. Hablando como si no pudieras callar. (Marie le mira
fija-mente a los ojos). Marie: Por qu nos dejaste? Joe: No,
yo...Tena miedo a morir. Marie: SOMOS AFORTUNADOS. ESTE TIEMPO QUE
NOS HA SIDO REGALADO DEBEMOS UTILIZARLO BIEN. (l baja la cabeza y
tiene los ojos en lgrimas. Se ve el College y suena msica) Off: El
11 de abril de 1994 ms de 2.500 ruandeses, abandonados por la ONU
en la Escuela Tcnica Oficial, fueron masa-crados por militantes
extremistas.
Slo siento amor Padre: Julius Julius: Para dnde va? Padre: Tengo
una reunin importante con el obispo Vincent Julius: El obispo
Vincent no est en Kigali. Julius: A dnde va para reunirse con l?
Padre: (Duda) Dijo que estara en Buta-re. Julius: Por qu conduce
este camin? Padre: Es el camin de la Escuela, Julius. Ya sabes dnde
trabajo. Oye Julius nos co-nocemos muy bien. No entiendo que
Julius: Ha robado este camin. Padre: Ahora ests siendo idiota.
Julius: No es broma. Padre: Est bien, perdona, perdona (Marie, a
escondidas, ayuda a saltar a los chicos que empiezan a perderse en
la no-che y el bosque). Escucha Julius, no entien-do porque
mantenemos esta conversa-cin (El padre Christopher sale con la
in-tencin de alejarlo del camin). Julius: Ponga las manos en el
camin (Los chicos siguen bajando). Padre: Est bien, por qu no nos
senta-mos y lo hablamos? Julius: Ponga las manos en el camin!
(Siguen saliendo los chicos amparados por la noche) Julius: Haga lo
que le digo! Padre: Mira lo que estis haciendo! Mi-raos, miraos
bien. Julius: Bien, ya basta! (Han termina-do de escapar). Ya
basta! Cree que est a salvo por ser sacerdote? (Marie se mete
debajo de la camioneta y ve lo que ocu-rre). Eso cree? Padre:
Sabes, sabes lo que es extrao, Julius, incluso ahora. Que cuando te
miro a los ojos el nico sentimiento que hay de-ntro de mi es el
amor (Christopher le mira fijamente). (Julius saca una pistola le
apunta al est-mago y dispara tres veces. El resto ren. l cae viendo
a Marie que se levanta y esca-pa corriendo. Cae con los brazos en
cruz. Los pies de Marie corren en la noche).
N o es una obra maestra, ni tiene detrs a ninguna de las majors
de Hollywood, no es una superproduccin ni tiene efectos especiales
ms all de los convenciona-
les. Pero guarda en su seno tanta autenticidad, tanta verdad,
que supera todas sus posibles carencias para llevarla al selecto
mbito de las pelculas inolvidables. Disparando a perros es una
aproximacin veraz a unos acontecimientos que conocieron
indirectamente los productores del film. Produ-cida por la BBC y
dirigida por Michael Caton-Jones, recrea los sucesos acaecidos en
una Es-cuela Tcnica Oficial cercana a Kigali. Dentro de sus amplios
recintos estaba tambin la sede de la misin del sacerdote bosnio
Vjeko Curic, que en el film aparece como el Padre Christop-her
(John Hurt). All tambin se estableci un cuartel de los Cascos
Azules de Naciones Uni-das, que protegan a la comunidad religiosa y
a los alumnos internos de la Escuela. La trage-dia empieza cuando
unos centenares de tutsis, atenazados por el pnico al extremismo
hutu, solicitan refugiarse en los terrenos de la Escuela. Sin
tenerlo previsto, y sin recursos suficien-tes, aquel recinto se
convierte en una "reserva" de tutsis, rodeada de cientos de hutus
armados con sus machetes. Armados y sedientos de san-gre mientras
esperan el da en que los Cascos Azules se retiren. Porque los hutus
saben que ese da llegar. La pelcula nos cuenta los cinco das de
abril que van desde el asesinato del presidente de Ruanda hasta la
retirada de los Cascos Azules de esa Escuela. El ttulo de
Disparando a perros no es metafrico. Alude a una decisin del capitn
Charles Delon de los Cascos Azules de disparar contra unos perros
que hurgan entre cadveres y que pueden transmitir infecciones a la
pobla-cin. Esa decisin, aparentemente inocua, es sin embargo
decisiva en el discurso crtico del film, por razones que preferimos
no desvelar. El Padre Christopher es lo ms interesan-te del film: l
constituye el referente moral de cuantos le rodean, y su autoridad
nace de su fe y de su entrega incondicional. l nunca cae en
tentaciones revanchistas, y su trabajo se centra en la catequesis,
en hablar del amor de Dios y en explicar el sentido de la Eucarista
y de la Semana Santa. Y lo hace porque entiende que el sentido
ltimo de aquello que explica est
muy relacionado con lo que todos viven a su alrededor. Otro
personaje es Joe (Hugh Dancy), un joven voluntario de una ONG, que
en el film representa en cierto modo el punto de vista del
espectador occidental. Por otra parte, el capi-tn belga Charles
Delon de los Cascos Azules (Dominique Horwitz) encarna la posicin
de Naciones Unidas ante el conflicto, una posicin absentista que
deja mucho que desear. Hay un cuarto personaje interesante, la
joven alumna tutsi Marie (Clare-Hope Ashitey), que represen-ta la
esperanza de los ruandeses puesta en los europeos, esperanza que
casi todos frustrarn, excepto el Padre Christopher. Por ltimo estn
los reporteros de la BBC, que encarnan la pers-pectiva de los
productores del film, y que son los encargados de que la opinin
pblica occiden-tal conozca el genocidio y pueda experimentar una
cierta mala conciencia. El origen del guin de David Wolstencroft
est en las experiencias ruandesas de David Belton, productor del
film, y que conoci bien al padre Vjeko Curic, que le salv la vida
prote-gindolo de los hutus. l era un reportero de la BBC que en
1994 viaj a Ruanda a cubrir la guerra. El sacerdote le acompa y le
protegi en numerosas ocasiones, y gracias a l muchos supieron de
los horrores de aquel genocidio. Cuando tiempo despus, en
Washington, Belton supo del asesinato del padre Curic, decidi
es-cribir el argumento junto al documentalista Ri-chard Alwyn y
producir la pelcula. En conclusin: una pelcula tan dura como
imprescindible, un testimonio de fe martirial oportuna y
necesaria.
Juan Orellana
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I Semana de Cine Espiritual
Disparando a perros
E sta pelcula est basada en hechos reales absolutamente
dramticos: el Genocidio cometido en Ruanda en 1994, una de las
manchas del
ser humano ms graves de toda su exis-tencia, una autntica
barbaridad en la que el resto del mundo prefiri mirar hacia otro
lado y no mover ni un slo dedo para evitar una matanza que acab con
la vida de 800.000 personas en tiempo rcord, si consideramos que
bsicamente se hizo a golpe de mache-te; el 75% de la poblacin tutsi
fue ma-sacrada durante el genocidio. En este genocidio tuvieron un
pa-pel fundamental los medios de comuni-cacin, por un lado la Radio
RTLM con sus consignas incitaban a la poblacin hutu a eliminar a
sus iguales, los tutsi. Por otro lado, la indiferencia y el
silencio del resto de los medios ante el genocidio que estaba
producindose en ese remo-to pas africano.
Mientras ocurra la tragedia, el mun-do entero pareca ajeno a la
barbarie y no intervino para parar el trgico conflicto. La actitud
de Francia, de Blgica y Ale-mania antes, durante y despus del
con-flicto, fue dudosamente honrada ya que todos tenan importantes
intereses en la zona desde el siglo XIX. En el caso de Estados
Unidos ninguno de sus principales gobernantes, durante el tiempo
que dur el genocidio, us esta pa-labra para definir lo que estaba
ocurrien-do en el pas centroafricano. El haberlo admitido les
hubiera obligado a intervenir en el conflicto. En su lugar,
utilizaron la definicin actos de genocidio para des-cribir la
situacin. Pero lo peor y ms im-portante fue su influencia en el
seno de las Naciones Unidas que provoc que stas no actuaran antes.
Es sabido que el subsuelo del Congo, pas vecino, contiene
yacimientos de cobre, cobalto, zinc, plata, diamantes, uranio,
cadmio y otros metales raros, pero sobre todo concentraciones de
oro en cantidades excepcionales. Las grandes concentraciones de oro
se convierten en un factor ms pa-ra comprender el insolidario
comporta-miento de los pases occidentales, que priorizaron su
competencia por controlar los ingentes recursos naturales de la
zona frente a la importancia de salvar las vidas humanas.
Dios est aqu mismo (Joe, que se ha subido al camin de la ONU,
baja al ver al padre Christopher que se que-da). Joe: Christopher
Padre: Yo debo quedarme. Joe: No puedo, yo no puedo. Padre: Lo s. Y
as deber ser. En serio. Joe: Por qu hace esto? Padre: Me
preguntaste Joe dnde estaba Dios en todo cuanto aqu estaba pasando,
en todo este sufrimiento. S exactamente dnde est, est aqu mismo,
con estas personas, sufriendo. Su amor est aqu. Ms intenso y ms
profun-do que jams lo haba sentido. Y mi corazn est aqu, Joe. Y mi
alma Joe: Pero Padre: Si me voy temo no volver a encon-trarla
(Sonre a Joe) (Se pone en marcha el camin de la ONU. El padre
Christopher abra-za a Joe) Padre: Busca tu realizacin en todo lo
que emprendas, hijo.
Usted no nos abando-nar? (El padre Christopher est en la cocina
y se acerca Marie tmidamente y con l-grimas en los ojos) Padre:
Marie Marie: Usted no nos abandonara, verdad padre Christopher?
Padre: Podrn pasar cosas terribles en este mundo Marie, pero por
terribles que sean, t ests en mi corazn. Y se-guirs en l hasta que
muera (re). (Marie tambin re segn se marcha. El padre Christopher
se queda pensativo y preocupado)
Una peticin corts (Hay un gran alboroto en el momento en que los
refugiados descubren que los soldados de la ONU les abandonan. El
padre de Marie, Roland, se dirige al ca-pitn Charles) Roland:
Capitn quiero hacerle una corts peticin de parte de todos
noso-tros, este pueblo de refugiados. Todos somos padres, madres,
hijos e hijas. Aho-ra formamos todos una sola familia. Y es como
una sola familia que deseamos morir. Por consiguiente, le pedimos
cor-tsmente que antes de dejarnos, sus sol-dados usen sus armas
para matarnos. No queremos morir por machete. Las balas nos matarn
rpidamente y habr mucho menos dolor. Capitn: Lo siento, pero no
puedo ac-ceder a su peticin. Roland: Por favor, si no lo hace con
nosotros, al menos evite el sufrimiento a los nios. Por favor, slo
los nios. Capitn: Lo siento, no est en mi ma-no ayudarle.
Solo son africanos muertos Rachel: Ests bien? Por qu viniste
aqu? Joe: No, s, te haces mayor, tuve todo cuanto poda desear de
nio, supongo que es mi for-ma de dar las gracias, de devolver algo.
Sabes? a veces me sorprendo dndome pal-maditas en la espalda Muy
bien Joe, lo ests haciendo de verdad, eres la estrella de tu
pro-pio anuncio de OXFAM y luego pasa esto Rachel: El ao pasado en
Bosnia me senta exactamente igual. Joe: Qu tal aquello? Rachel:
Genial, la verdad, lo mejor que he hecho jams. Cada da lloraba pero
curiosa-mente aqu, ni una lgrima. Joe: Supongo que te vas
acostumbrando Rachel: No, no, es peor que eso, cada vez que vea una
mujer bosnia muerta, una mujer blanca pensaba Podra ser mi madre.
Pero aqu, solo son africanos muertos. Qu cosas digo! En el fondo
slo somos unos perfectos egostas.
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I Semana de Cine Espiritual
Disparando a perros
Vamos a disparar contra los perros (Llega el padre Christopher
despus de descubrir a las religiosas asesinadas, tam-baleante de la
camioneta. El capitn Charles Delon se dirige hacia l). Capitn:
Christopher, tenemos que de-cirle al resto de la escuela que
tenemos problemas con los perros. Padre: Perros? Capitn: Al otro
lado de las verjas se comen los cadveres. Querra por favor advertir
a todo el mundo de que tene-mos un problema de sanidad. Vamos a
disparar contra los perros. Si oyen tiros que no cunda el pnico.
Padre: Han abierto fuego? Capitn: Han abierto fuego? Padre: Los
perros. Dispararon contra us-ted. Capitn: De qu est hablando?
Padre: (Elevando el tono). Es que segn su mandado, si va a disparar
a los perros, los perros tienen que haberle disparado primero.
Capitn: Por favor Padre: Le dir qu haremos. Por qu no decimos
sencilla y llanamente, me ca-go en el mandato? Y cuando acabe con
ese problema de sanidad, quizs podra ocuparse del otro problema de
sanidad: el que est ah fuera con los putos ma-chetes (El padre
Christopher se va ale-jando indignado).
Reforzados por la Eucarista Capitn: Joe, puedo hablar con usted?
Tengo orden de retirarnos al aeropuerto. Padre: Cunto tiempo
tenemos? Capitn: Saldremos en 30 minutos (Joe est desolado).
Capitn: Yo no lo dudara. Si no viene morir. Es as de sencillo. Joe:
Y qu hay de estas personas? Capitn: Debe entender que no me de-jan
eleccin. (El capitn Charles se retira). Joe: Podran haberse
salvado. Si hubieran sabido que les habran abandonado no habran
venido. Padre: Ven conmigo No tenemos tiem-po para eso. Joe: Y
ahora ya no hay nada que poda-mos hacer. Padre: S que lo hay. Estos
nios podran morir sin haber comulgado. Podemos hacer algo para
evitarlo. (El padre Christopher comienza a celebrar la Eucarista.
Hay un grupo de jvenes de-lante preparados para recibir la
comu-nin) Padre: Este es el Cordero de Dios. Dicho-sos los llamados
a esta cena. (Entonan cantos. Los chicos hacen la primera
comu-nin). Padre: El Cuerpo de Cristo. (Vemos que se acerca a dar
la comunin a Marie). Padre: El Cuerpo de Cristo. (Repite, ya que
Marie no responde) El Cuerpo de Cris-to. Marie: Amn. (El padre
Christopher sigue dando la comunin mientras que Marie se sienta
sonriente junto a su padre). Padre: El Cuerpo de Cristo. Chico:
Amn. (Los soldados de la ONU terminan de recoger) Padre: El peso
que hemos dejado en la puerta para esta Eucarista, sabemos que
ahora deberemos volver a cargar con l. Slo que ahora reforzados por
esta Euca-rista. (Vemos a Joe que hace la bolsa con rostro de
dolor). Y esta comunidad. En el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espritu Santo. Id en paz.
L os tutsi son uno de los tres pueblos nativos de las naciones
de Ruanda y Burundi en el frica central. Se les considera un pueblo
hamtico.
En el idioma kinyarwanda el tr-mino tutsi es de nmero
indetermina-do: el singular es batutsi (un solo tutsi), mientras
que el plural (ms de un tut-si) es watutsi (ste es el origen del
baile Watusi). Los tutsi son el pueblo que lleg ms recientemente a
Ruanda y Burun-di. Los habitantes nativos eran los twa (o watwa),
un pueblo pigmeo. Los hutu (wahutu), un pueblo bant, lle-garon ah y
dominaron a los twa. Ms tarde, los tutsi inmigraron y dominaron
tanto a los hutu como a los twa, esta-bleciendo reinos que ellos
dominaban. Las desigualdades entre los dere-chos de los grupos
raciales no eran tan extremas como en muchos casos simila-res, pero
eran importantes. Para los tutsi los hutu eran bsicamente
consi-derados como trabajadores. Si un tutsi asesinaba a un hutu,
los del linaje del hutu podan matar al tutsi en vengan-za, pero si
un hutu asesinaba a un tutsi, los del linaje del tutsi podan matar
al hutu y a otro miembro de su familia en venganza. En recientes
aos, tanto Ruanda como Burundi han sido, al menos en teora,
naciones democrticas con los mismos derechos pactados para todos.
Sin embargo, los tutsi han mantenido todava la mayora del poder,
creando un gran resentimiento en la parte de los hutu, llevando a
la reciente masa-cre (llamada genricamente genocidio de Ruanda).
Los hutu, los tutsi y los twa hablan todos el mismo idioma. Algunos
estudiosos mantienen que los hutu y los tutsi realmente no son
razas o pueblos diferentes, sino diferentes castas. Apa-rentemente
fueron los colonizadores belgas quienes crearon esta nocin de dos
razas diferentes.
H utu es el nombre da-do a uno de los tres gru-
pos tnicos que ocupan Burundi y Rwanda. Los Hutu son con mucho
el grupo mayor. El 90% de los ruan-deses y el 85% de los burundeses
son Hutu. Cultural-mente se trata de una divisin artifi-cial,
basada ms en la clase social que en la etnici-dad, dado que no hay
diferencias lingsticas o culturales entre los Hutu y los dems
grupos tnicos de la zona, principalmente los Tutsi. Histricamen-te,
sin embargo, haba diferencias fsicas, principalmente en la altura
media. Los Hutu y los Tutsi comparten la misma religin y lenguaje
(son catlicos y de idioma bant). Algunos estudiosos sealan tambin
el im-portante papel que tienen los colonizadores belgas en crear
la idea de una raza Hutu y una raza Tutsi. Los Hutu llegaron a la
regin de los Grandes Lagos de frica alrededor del siglo I DC,
desplazando a los Twa. Los Hutu domi-naron la zona con una serie de
pequeos reinos hasta el siglo XV. Se cree que en esa poca entraron
los Tutsi en la zona desde Etiopa y conquistaron a los Hutu. La
mo-narqua Tutsi sobrevivi hasta el fin de la era colonial en los
aos cincuenta, usando y codificando los gobernantes belgas la
divi-sin tnica para apoyar su dominio. La mo-narqua Tutsi cay
pronto y la zona fue divi-dida en Ruanda y Burundi en 1962. Los
Tutsi, no obstante, permanecieron dominantes en Burundi mientras
que los Hutu ganaron un cierto grado de control en Ruanda. Si un
tutsi y un hutu tienen descenden-cia comn el descendiente es
ascendido so-cialmente y considerado tutsi.
Mujeres tutsi y hutu esperando alimentos repartidos por la
ONU
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I Semana de Cine Espiritual
Disparando a perros
E l origen del guin de David Wolstencroft est en las
experiencias ruandesas de David Belton, productor del film, y que
conoci bien al padre Vjeko Curic, que le salv la vida protegindolo
de los hutus. l era un reportero de la BBC que en 1994 viaj a
Ruanda a cubrir la
guerra. El sacerdote le acompa y le protegi en numerosas
ocasiones, y gracias a l muchos supieron de los horrores de aquel
genocidio. Cuando tiempo despus, en Washington, Belton supo del
asesinato del padre Cu-ric, decidi escribir el argumento junto al
documentalista Richard Alwyn y producir la pelcula. En abril de
1996, Vjeko Curic pudo escapar de la muerte por poco al volver solo
a la casa franciscana de Kivum, a 20 kms. de Kigali, tres hom-bres
armados con un fusil y largos cuchillos le pidieron dinero y luego
le ordenaron ponerse de cara a la pared. Curic supo mantener la
calma y logr huir a travs de una puerta del comedor que estaba
abierta. No era la primera vez que haba sido amenazado por los
extremistas Hutu y Tutsi por su compromiso de ayudar sin prejuicios
a los dos grupos tnicos. Se empe en continuar su misin a pesar de
que significa-ba "arriesgar la propia vida, como le sucede aqu al
resto de la gente". El 31 de enero de 1998 Vjeko fue abatido a
tiros de pistola en frente de la iglesia de la Sagrada Familia en
Kigali, Rwanda. El Papa Juan Pablo II le elogio diciendo: Otra
vctima se suma a la lista de los mi-sioneros que han sellado con el
sacrificio de sus vidas su amor a Cristo y al pueblo de frica.
E l 31 de octubre de 1996, los hermanos maristas Fernando de la
Fuente de la Fuente, Miguel ngel Isla Lucio, Ser-vando Mayor Garca,
y Julio Rodrguez
Jorge fueron asesinados mientras atendan un campo de refugiados
ruandeses en Nya-mirangwe (Zaire). Semanas antes haban recibido la
invitacin de Benito Arbus, supe-rior general de la congregacin,
para retirar-se del lugar, dado el riesgo que corran sus vidas.
Pero la respuesta de los cuatro maris-tas fue: No podemos abandonar
a quienes
ya estn abandonados de todos. Se han marchado todos los agentes
de los organismos inter-nacionales, y estos das estn llegando miles
de refugiados que huyen de otros lugares de gue-rra. Vamos a
colaborar para acogerlos. Vivir a fondo su misin sin buscar el
martirio. Los acontecimientos iban empeorando y su mensaje se
mantena firme: Si t estuvieras aqu, haras lo mismo que nosotros.
Nuestra decisin es quedarnos si t nos dejas. Los cuatro pensa-mos
as. Hoy podemos huir, dentro de unos das tal vez no sea posible Por
parte nuestra, nos quedamos. Por ahora no nos sentimos amenazados,
los nicos que pueden hacernos dao son los rebeldes que vienen, pero
parece que respetan a los blancos. El ltimo mensaje de Ser-vando
fue: Se han marchado del campo de Nyamirangwe todas las personas.
Estamos solos. Esperamos un ataque de un momento a otro. Si esta
tarde no volvemos a telefonear ser una mala seal. La zona est muy
agitada. Los refugiados huyen sin saber a dnde y tal vez vuelvan
otra vez. Es muy notoria la presencia de infiltrados y de personas
violentas. Nos que-damos aqu porque no queremos mezclarnos con los
militares ni con los grupos armados. La ltima vez que Servando
estuvo en Espaa, antes de volver a frica su madre le pregunt si
realmente pensaba que podra hacer algo por aquellas pobres gentes.
La res-puesta fue clara: Pero, madre, cuando los refugiados nos ven
a nosotros, los misioneros, es como si vieran a Dios. Si nosotros
no los ayudamos, nadie los va a ayudar.
Indica con adjetivos las diferentes maneras de afrontar el
conflicto de los siguientes personajes.
Joe Connor
Padre Christopher
Marie
Capitan Deln
Rachel
Francois
Julius
Ante el conflicto
Joe Connor
Padre Christopher
Marie
Capitn Delon
Rachel
Francois
Julius
Al igual que Jesucristo el Padre Christopher entreg su vida por
los dems. Indica el nombre de otros cristianos que dieron su vida
co-mo testimonio de fe.
Situacin en la que muri
Maximiliano Kolbe
Toms Moro
Edith Stein
scar Romero
Juana de Arco