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Agosto de 2012 - Año 3 - Número 7
72

BUENA CIUDADANIA

Mar 30, 2016

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Diferentes conceptos sobre la Buena Ciudadania
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Page 1: BUENA CIUDADANIA

Agosto de 2012 - Año 3 - Número 7

Page 2: BUENA CIUDADANIA

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REVISTA CÚBICA No. 7Agosto de 2012

ISSN 2145-5686

Revista de laCORPORACIÓN BUEN CIUDADANO

Director Ejecutivo:JOSÉ FERNANDO LÓPEZ ZAMBRANO

[email protected]

Gerente:CELESTINO ARANGO CANO

[email protected]

Comité Editorial:OSCAR GUILLERMO PAEZ MARTÍNEZEDGAR AUGUSTO IBAÑEZ BOLÍVARLUIS EDUARDO FRANCO OSPINA

JESÚS ORLANDO PRADA ORDÓÑEZCARLOS ALBERTO CHAIN CUADROS

HERNÁN HERNÁNDEZ PEÑALOZAMANRIQUE RAÚL MENDOZA GARCÍAHUGO HERNANDO BERNAL VALLEJO

Comité Científico:ALBARO YEPES MARTÍNEZEFRAÍN MANTILLA AZULAANTONIO PULIDO FLÓREZ

JAIRO ENRIQUE SILVA

Edición y Diagramación:OMAR PRIETO

[email protected]

Impresión:OP PUBLICACIONES

Carrera 25 No. 45-13 Tels. 6341135 – 6914562

Bucaramanga - [email protected]

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Contenido

DIRECTORIO DE PROFESIONALES

RINCÓN POÉTICO

LOS SHRINERS

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REVISTA CÚBICA No. 7Agosto de 2012

ISSN 2145-5686

Revista de laCORPORACIÓN BUEN CIUDADANO

Director Ejecutivo:JOSÉ FERNANDO LÓPEZ ZAMBRANO

[email protected]

Gerente:CELESTINO ARANGO CANO

[email protected]

Comité Editorial:OSCAR GUILLERMO PAEZ MARTÍNEZEDGAR AUGUSTO IBAÑEZ BOLÍVARLUIS EDUARDO FRANCO OSPINA

JESÚS ORLANDO PRADA ORDÓÑEZCARLOS ALBERTO CHAIN CUADROS

HERNÁN HERNÁNDEZ PEÑALOZAMANRIQUE RAÚL MENDOZA GARCÍAHUGO HERNANDO BERNAL VALLEJO

Comité Científico:ALBARO YEPES MARTÍNEZEFRAÍN MANTILLA AZULAANTONIO PULIDO FLÓREZ

JAIRO ENRIQUE SILVA

Edición y Diagramación:OMAR PRIETO

[email protected]

Impresión:OP PUBLICACIONES

Carrera 25 No. 45-13 Tels. 6341135 – 6914562

Bucaramanga - [email protected]

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Contenido

DIRECTORIO DE PROFESIONALES

RINCÓN POÉTICO

LOS SHRINERS

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BuenaCIUDADANÍA

AlbaroYepes

Martínez

Cuando se nos pregunta sobre cultura ciudadana

generalmente nos remitimos a definiciones encasilladas y

pre existentes, tras poco debate saltamos a la conclusión

que somos barbaros y categóricamente planteamos que en

nuestro país adolecemos de ella; esto, con la firme intención

de auto marginarnos, sin embargo creo que esa es la

primera modificación que debemos hacer para construir

sociedad.

Trazar un punto de partida es el primer paso que se debe dar, bien sea por que somos salvajes o por tener en nuestro có-digo genético las costumbres más avan-zadas de la humanidad. Debemos reco-nocer que somos una nación joven, que hace poco mas de 200 años y producto de los abusos, decidió darle la espalda a las enseñanzas heredadas, palabras más pala-bras menos, somos una nación a pesar de nosotros mismos y no hemos tenido la oportunidad de reconocernos como com-patriotas.

Los invito a que definamos que deseamos, que tracemos derroteros que nos per-mitan crecer; solo para citar dos ejemplos, no podemos olvidar que los franceses

aplaudían la esclavitud en Haití o los ale-manes en su momento creyeron ser una raza superior, son estos mismos pueblos los que hoy son ejemplo de la inclusión social; y no debe ser producto de la carga histórica como muchos afirman, consi-dero que es por la redefinición de con-ceptos sociales, esos mismos que hoy los convierten en incluyentes y hermanos.

Este cambio cultural marco estas socie-dades, y no fue producto de la guerra, al notar de lo que eran capaces trazaron que la igualdad reinara sus puntos geomé-tricos y que de estos bochornosos episo-dios solo podía quedar una homogeni-zación de criterios en el sentido de amarse los unos a los otros.

La cultura ciudadana debe ser ese lugar convergente donde todos podamos pro-poner, opinar e inclusive ser vencidos con argumentos, siempre construyendo, siem-pre reinventándonos y siempre recono-ciendo al otro como un par.

Deseo recordar que en el papel ya somos una sociedad de bienestar, el concepto de Estado Social de Derecho entro suelto de madrina en una sociedad que estaba lejos del bien de sus conciudadanos y es por ello que debemos aprovechar esta imposi-ción positiva y estipular acuerdos sobre lo fundamental, resolvamos las necesidades básicas, en un primer momento ponién-donos de acuerdo.

Quien ha dicho que el té caliente es más culto que la panela fría, o que al detenerse solo en los paraderos se logra cultura ciudadana?. Estas en-señanzas se nos han impues-to por el simple hecho que lo hacen los demás, pero nues-tro reto es mayor, y debemos comprender que lo hacen procurando lo que para ellos es el bien común, nosotros debemos edificar nuestra cultura ciuda-dana sin adoptar conceptos foráneos y sin complejos, es una difícil tarea pues acá no hemos logrado ir todos al mismo lado.

Unámonos en lo que nos identifica, ten-gamos un pacto en los mínimos para que con el pasar podamos discutir temas de

fondo, prohibamos prohibir el goce ajeno, logremos esos puntos de unión que nos permitan crecer, no debe ser difícil, nadie protegerá al agresor, ni justificara al pedó-filo, reconozcamos en nuestra sociedad que podemos mejorar, apliquemos el principio Kantiano de no hacer a otro lo que no desees que te hagan, y de esta manera el elixir de una sociedad amigable estará servido, y más importante aún, a disposición de todos.

Abonemos el terreno para aumentar esa cultura ciudadana, generalmente critica-mos lo propio y al comparar jamás pen-samos que el civismo de los buses ingleses obedece a no permitirles la guerra del cen-tavo. Primero conozcámonos, seamos

imaginativos y consigamos nuestra sociedad ideal, que en mi opinión dista de la pasividad sueca o el ritmo frenético japonés.

Con estas palabras los invito a reinventar a diario la cultura ciudadana, empe-zando siempre el día un pel-daño más arriba, solo así podremos vivir en una so-

ciedad más amigable, más sensible y en la cual podamos vivir al compás del “Salud, Fuerza y Unión” para encontrar la “UNIDAD EN LA DIVERSIDAD”.

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BuenaCIUDADANÍA

AlbaroYepes

Martínez

Cuando se nos pregunta sobre cultura ciudadana

generalmente nos remitimos a definiciones encasilladas y

pre existentes, tras poco debate saltamos a la conclusión

que somos barbaros y categóricamente planteamos que en

nuestro país adolecemos de ella; esto, con la firme intención

de auto marginarnos, sin embargo creo que esa es la

primera modificación que debemos hacer para construir

sociedad.

Trazar un punto de partida es el primer paso que se debe dar, bien sea por que somos salvajes o por tener en nuestro có-digo genético las costumbres más avan-zadas de la humanidad. Debemos reco-nocer que somos una nación joven, que hace poco mas de 200 años y producto de los abusos, decidió darle la espalda a las enseñanzas heredadas, palabras más pala-bras menos, somos una nación a pesar de nosotros mismos y no hemos tenido la oportunidad de reconocernos como com-patriotas.

Los invito a que definamos que deseamos, que tracemos derroteros que nos per-mitan crecer; solo para citar dos ejemplos, no podemos olvidar que los franceses

aplaudían la esclavitud en Haití o los ale-manes en su momento creyeron ser una raza superior, son estos mismos pueblos los que hoy son ejemplo de la inclusión social; y no debe ser producto de la carga histórica como muchos afirman, consi-dero que es por la redefinición de con-ceptos sociales, esos mismos que hoy los convierten en incluyentes y hermanos.

Este cambio cultural marco estas socie-dades, y no fue producto de la guerra, al notar de lo que eran capaces trazaron que la igualdad reinara sus puntos geomé-tricos y que de estos bochornosos episo-dios solo podía quedar una homogeni-zación de criterios en el sentido de amarse los unos a los otros.

La cultura ciudadana debe ser ese lugar convergente donde todos podamos pro-poner, opinar e inclusive ser vencidos con argumentos, siempre construyendo, siem-pre reinventándonos y siempre recono-ciendo al otro como un par.

Deseo recordar que en el papel ya somos una sociedad de bienestar, el concepto de Estado Social de Derecho entro suelto de madrina en una sociedad que estaba lejos del bien de sus conciudadanos y es por ello que debemos aprovechar esta imposi-ción positiva y estipular acuerdos sobre lo fundamental, resolvamos las necesidades básicas, en un primer momento ponién-donos de acuerdo.

Quien ha dicho que el té caliente es más culto que la panela fría, o que al detenerse solo en los paraderos se logra cultura ciudadana?. Estas en-señanzas se nos han impues-to por el simple hecho que lo hacen los demás, pero nues-tro reto es mayor, y debemos comprender que lo hacen procurando lo que para ellos es el bien común, nosotros debemos edificar nuestra cultura ciuda-dana sin adoptar conceptos foráneos y sin complejos, es una difícil tarea pues acá no hemos logrado ir todos al mismo lado.

Unámonos en lo que nos identifica, ten-gamos un pacto en los mínimos para que con el pasar podamos discutir temas de

fondo, prohibamos prohibir el goce ajeno, logremos esos puntos de unión que nos permitan crecer, no debe ser difícil, nadie protegerá al agresor, ni justificara al pedó-filo, reconozcamos en nuestra sociedad que podemos mejorar, apliquemos el principio Kantiano de no hacer a otro lo que no desees que te hagan, y de esta manera el elixir de una sociedad amigable estará servido, y más importante aún, a disposición de todos.

Abonemos el terreno para aumentar esa cultura ciudadana, generalmente critica-mos lo propio y al comparar jamás pen-samos que el civismo de los buses ingleses obedece a no permitirles la guerra del cen-tavo. Primero conozcámonos, seamos

imaginativos y consigamos nuestra sociedad ideal, que en mi opinión dista de la pasividad sueca o el ritmo frenético japonés.

Con estas palabras los invito a reinventar a diario la cultura ciudadana, empe-zando siempre el día un pel-daño más arriba, solo así podremos vivir en una so-

ciedad más amigable, más sensible y en la cual podamos vivir al compás del “Salud, Fuerza y Unión” para encontrar la “UNIDAD EN LA DIVERSIDAD”.

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Creo importante dejar sentado desde el co-mienzo que la Ética sirve para hacer de uno una mejor persona, no para sojuzgar a los demás.

Al hablar de Ética y Ciudadanía, tal vez no sobra establecer una diferencia de los con-ceptos de Ética y Moral.

En una Sociedad como la nuestra, de tradición religiosa Judeo–Cristiana, que no acaba de asumir el laicismo pretendido en la nueva Constitución de 1991, con facilidad se con-funde la moral con la ética y el precepto religioso.

Si bien es cierto que los conceptos de Moral y Ética no pueden asimilarse y vale la pena tenerlos bien claros, no es menos cierto que cuando se habla del tema, existe la tentación de usar indistintamente los términos.

El mismo Fernando Savater pide licencia para usar los términos en forma indistinta, aunque acepta y sentencia que son diferentes.

Para Savater “Moral” “es el conjunto de com-portamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean, solemos aceptar como válidos”; “ética” “es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras “morales” que tienen personas diferentes”. (Etica para Amador , pag 59)

Otros como Aquiles Mendez (Etica Profesional), dicen que “Moral en sentido general se refiere al conjunto de normas, principios o valores que son inculcados al individuo desde la Familia, la Escuela, la Iglesia”.

Lo que sucede es que en nuestra sociedad, las tres esferas de crecimiento y formación del individuo, han sido no solo permeadas por la religión, especialmente Católica, sino que ella ha pretendido invadir y controlar los am-bientes de formación del individuo y tal vez por ello tendemos a considerar que la Moral lleva implícito un trasfondo religioso, que tiene como principal consideración el apego o seguimiento de normas que tienen que ver con la divinidad.

Dejando de lado criterios religiosos, la Moral supone un principio de respeto o apego a la autoridad que impuso o inculcó esos Prin-cipios o Valores. Es más objetivo.

La Ética por su parte surge en el momento en que las normas de conducta, principios o valores se adquieren, asimilan y practican de manera individual, consciente y racional. Es más subjetivo.

Si bien, tanto lo Ético como lo Moral, en un sentido práctico suponen “Hacer el bien y evitar el mal”, ello se hace desde perspectivas diferentes. Me atrevo a decir que en el caso de lo moral surge casi como una imposición, no tanto por constreñimiento, sino la creación de una conciencia moldeada con férula, que señala qué es “hacer el bien” mientras que la ética, si bien surge a partir de la moral, resulta de un sentido de rectitud que el individuo, alcanza en mayor o menor grado como re-sultado de su capacidad de discernir, que lo lleva a la acción después de elección.

Pese a mi condición de profesional de la Medicina, de manera intencional he querido abordar tan importante tema desde la pers-pectiva ciudadana, dejando ex profeso por fuera de las consideraciones lo que tiene que ver con la ética médica; en primer lugar porque un tema de esa magnitud supone un tratado aparte, y en segundo lugar por constituir una ética profesionista, no distinta en general de la ética profesionista del abogado, del ingeniero, del contador o cualquiera otra profesión o quehacer y todos de algún modo compro-metidos, al menos en lo teórico, con la ética ciudadana.

Ciudadanía:La ciudadanía como fácilmente se deduce, se empezará a conocer con la aparición de las ciudades, las cuales datan de aproximada-mente 10.000 años antes de la era cristiana en el Asia Menor.

Por aquella época surgen las primeras con-centraciones de individuos que abandonaron su condición nómada y se hacen sedentarios. El humano con el descubrimiento de la agri-cultura, pasa de una condición de cazador-recolector a otro menos azaroso y transeúnte, como era el de dedicarse a controlar la pro-ducción de la tierra y empieza a conformar

conglomerados. Aparecen también en ese momento las jerarquías de los primeros esta-blecimientos fijos.

Aunque podemos entender el término ciudadanía o ciudadano desde la simple pers-pectiva de haber nacido o vivir en una ciudad, para los efectos que nos ocupa cabe más entender el término como la aptitud básica y la condición jurídica para ejercer los derechos políticos.

En la antigua Grecia hay referencias de la aparición del primigenio ciudadano, cuando los padres o cabezas de familia, entienden que no basta con defender los asuntos propios de su núcleo familiar, de su progenie, de su prole, sino que esto debe extenderse a defender lo común a todos los del conglomerado, a dejar lo pequeño y egoísta para defender lo común general y vasto, aquello que comparte con los otros, es cuando nace la CIUDADANIA.

El término de ciudadanía, entonces, nece-sariamente está relacionado, o se refiere a la condición de pertenencia a una ciudad; y los nacidos o registrados allí por las autoridades respectivas, es el llamado ciudadano; y el conglomerado de ciudadanos constituye una sociedad. Estos ciudadanos al constituirse como miembros de una sociedad, son los que forman los pueblos, o naciones bajo los dis-tintos Estados que los gobiernan. La con-dición de ciudadano es otorgada por el Estado por medio de los representantes que el mismo ciudadano elige para que lo represente, para el caso de un Estado democrático.

La condición de ciudadano y este concepto de ciudadanía, debido a los cambios sufridos en las distintas sociedades, alrededor de las

ÉTICA yCiudadanía

IgnacioEnrique

Abello

Al abordar el tema bajo este título no pretendo arrogarme de manera tácita ni expresa el papel de docto en lo que a Ética se refiere, pues tengo muy claro que no lo soy. Solo por mi atrevimiento y la licencia de quienes publican estas reflexiones, intento mostrarles mi percepción sobre tan delicado tema. La misma generosidad de los editores, espero que esté en ustedes, destinatarios de la revista Cúbica y así imbuidos de la más buena fe, reciban las opiniones o pensamientos que en adelante encontrarán.

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Creo importante dejar sentado desde el co-mienzo que la Ética sirve para hacer de uno una mejor persona, no para sojuzgar a los demás.

Al hablar de Ética y Ciudadanía, tal vez no sobra establecer una diferencia de los con-ceptos de Ética y Moral.

En una Sociedad como la nuestra, de tradición religiosa Judeo–Cristiana, que no acaba de asumir el laicismo pretendido en la nueva Constitución de 1991, con facilidad se con-funde la moral con la ética y el precepto religioso.

Si bien es cierto que los conceptos de Moral y Ética no pueden asimilarse y vale la pena tenerlos bien claros, no es menos cierto que cuando se habla del tema, existe la tentación de usar indistintamente los términos.

El mismo Fernando Savater pide licencia para usar los términos en forma indistinta, aunque acepta y sentencia que son diferentes.

Para Savater “Moral” “es el conjunto de com-portamientos y normas que tú, yo y algunos de quienes nos rodean, solemos aceptar como válidos”; “ética” “es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos y la comparación con otras “morales” que tienen personas diferentes”. (Etica para Amador , pag 59)

Otros como Aquiles Mendez (Etica Profesional), dicen que “Moral en sentido general se refiere al conjunto de normas, principios o valores que son inculcados al individuo desde la Familia, la Escuela, la Iglesia”.

Lo que sucede es que en nuestra sociedad, las tres esferas de crecimiento y formación del individuo, han sido no solo permeadas por la religión, especialmente Católica, sino que ella ha pretendido invadir y controlar los am-bientes de formación del individuo y tal vez por ello tendemos a considerar que la Moral lleva implícito un trasfondo religioso, que tiene como principal consideración el apego o seguimiento de normas que tienen que ver con la divinidad.

Dejando de lado criterios religiosos, la Moral supone un principio de respeto o apego a la autoridad que impuso o inculcó esos Prin-cipios o Valores. Es más objetivo.

La Ética por su parte surge en el momento en que las normas de conducta, principios o valores se adquieren, asimilan y practican de manera individual, consciente y racional. Es más subjetivo.

Si bien, tanto lo Ético como lo Moral, en un sentido práctico suponen “Hacer el bien y evitar el mal”, ello se hace desde perspectivas diferentes. Me atrevo a decir que en el caso de lo moral surge casi como una imposición, no tanto por constreñimiento, sino la creación de una conciencia moldeada con férula, que señala qué es “hacer el bien” mientras que la ética, si bien surge a partir de la moral, resulta de un sentido de rectitud que el individuo, alcanza en mayor o menor grado como re-sultado de su capacidad de discernir, que lo lleva a la acción después de elección.

Pese a mi condición de profesional de la Medicina, de manera intencional he querido abordar tan importante tema desde la pers-pectiva ciudadana, dejando ex profeso por fuera de las consideraciones lo que tiene que ver con la ética médica; en primer lugar porque un tema de esa magnitud supone un tratado aparte, y en segundo lugar por constituir una ética profesionista, no distinta en general de la ética profesionista del abogado, del ingeniero, del contador o cualquiera otra profesión o quehacer y todos de algún modo compro-metidos, al menos en lo teórico, con la ética ciudadana.

Ciudadanía:La ciudadanía como fácilmente se deduce, se empezará a conocer con la aparición de las ciudades, las cuales datan de aproximada-mente 10.000 años antes de la era cristiana en el Asia Menor.

Por aquella época surgen las primeras con-centraciones de individuos que abandonaron su condición nómada y se hacen sedentarios. El humano con el descubrimiento de la agri-cultura, pasa de una condición de cazador-recolector a otro menos azaroso y transeúnte, como era el de dedicarse a controlar la pro-ducción de la tierra y empieza a conformar

conglomerados. Aparecen también en ese momento las jerarquías de los primeros esta-blecimientos fijos.

Aunque podemos entender el término ciudadanía o ciudadano desde la simple pers-pectiva de haber nacido o vivir en una ciudad, para los efectos que nos ocupa cabe más entender el término como la aptitud básica y la condición jurídica para ejercer los derechos políticos.

En la antigua Grecia hay referencias de la aparición del primigenio ciudadano, cuando los padres o cabezas de familia, entienden que no basta con defender los asuntos propios de su núcleo familiar, de su progenie, de su prole, sino que esto debe extenderse a defender lo común a todos los del conglomerado, a dejar lo pequeño y egoísta para defender lo común general y vasto, aquello que comparte con los otros, es cuando nace la CIUDADANIA.

El término de ciudadanía, entonces, nece-sariamente está relacionado, o se refiere a la condición de pertenencia a una ciudad; y los nacidos o registrados allí por las autoridades respectivas, es el llamado ciudadano; y el conglomerado de ciudadanos constituye una sociedad. Estos ciudadanos al constituirse como miembros de una sociedad, son los que forman los pueblos, o naciones bajo los dis-tintos Estados que los gobiernan. La con-dición de ciudadano es otorgada por el Estado por medio de los representantes que el mismo ciudadano elige para que lo represente, para el caso de un Estado democrático.

La condición de ciudadano y este concepto de ciudadanía, debido a los cambios sufridos en las distintas sociedades, alrededor de las

ÉTICA yCiudadanía

IgnacioEnrique

Abello

Al abordar el tema bajo este título no pretendo arrogarme de manera tácita ni expresa el papel de docto en lo que a Ética se refiere, pues tengo muy claro que no lo soy. Solo por mi atrevimiento y la licencia de quienes publican estas reflexiones, intento mostrarles mi percepción sobre tan delicado tema. La misma generosidad de los editores, espero que esté en ustedes, destinatarios de la revista Cúbica y así imbuidos de la más buena fe, reciban las opiniones o pensamientos que en adelante encontrarán.

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grandes revoluciones del siglo XVIII y XIX, se ha venido ajustando y adaptando de manera rápida por los cambios sociales, culturales y económicos que en el momento actual se en-cuentran en permanente evolución.

Esta connotación de ciudadano le confiere al miembro de una sociedad, derechos y deberes u obligaciones como ser individual y como ser perteneciente a un grupo o a una comunidad.

Podemos entonces empezar a concebir que cada ciudadano tiene unos deberes y derechos políticos que le dan tal condición. Pero tam-bién, si se parte de la concepción de que una ciudad la integran, desde sus inicios, los ciu-dadanos y sus jerarquías, necesariamente tene-mos que entender y empezar a concebir que el desarrollo armónico de la ciudad y sus ciu-dadanos será posible sin riesgo de fracaso, solo desde una adecuada ética en las relaciones entre los individuos que la integran.

De esta manera, y poco a poco, se empieza a construir marcos de significado, cada uno desde su perspectiva para volverse la pers-pectiva de todos, con pautas propias de ne-cesidades comunes. De este modo se puede pasar desde la realidad individual a una rea-lidad colectiva, en donde se aprende a vivir en común con los otros, dispuestos a reaccionar por la capacidad de acción, de reacción, de intervención; por la sentida necesidad de tener la cuota de responsabilidad frente a un con-glomerado común.

La ética tiene que ser el resultado de una con-vicción, un valor bien arraigado en el in-dividuo. No puede ni va a surgir de la sola información, ni la formación. No se llega a la ética sino con el ejemplo y no va a llegar por mejores intenciones que se tenga, como re-sultado de un curso de ética, ni por el simple

llamado a no dejarse seducir por pasiones y apetitos para obtener ventajas o beneficios materiales en dinero, especie o prebendas.

La formación en valores es deber y tarea de la familia, por ser el sitio donde se inculcan los valores, mientras que la Escuela y los edu-cadores tienen por misión la formación en la ciencia y el intelecto (dar información); empero, no se conciben unas instituciones educativas sin formación en la ética. Especial relevancia adquieren la escuela y los maestros, en países pobres y violentos como el nuestro, donde, tanto por una razón como por otra, los hogares se han visto desintegrados y los niños y jóvenes crecen sin guía ni formación, con carencia de lo más mínimo material, ni qué decir de valores, en especial la ética. Cobra pues especial dimensión e importancia, el papel del maestro de escuela que puede mu-chas veces aparecer como tabla salvadora en un naufragio.

Hoy día lo que la realidad nos muestra genera algunas preocupaciones, pues aunque no podemos admitir que la edad constituya un referente para concepción del sentido ético del ciudadano, no es menos cierto que las nuevas y futuras generaciones se han visto influidas por los cambios que trae el desarrollo de la ciencia y la tecnología, que como sabe-mos hoy, se produce de manera vertiginosa. Por ello, tal vez, Maritain sostiene que “la tarea moral de la educación se está convirtiendo hoy en más y más importante: ya que el hombre se está confrontando con filosofías materialistas o positivistas que relati-vizan completamente los patrones morales, y con la mentalidad dirigida por terceros o mentalidad de bo-rregos, que nuestra civilización industrial o tecnológica tiende a desarrollar”.

Con todo lo anterior, sin duda la educación superior tiene la responsabilidad de formación en la ética de los individuos que han tenido el privilegio de llegar al que se supone que es el grado más alto de la educación y la formación integral. He ahí que muchos de aquellos que han obtenido un título profesional por estar llamados a ser líderes de una sociedad, deben mostrarse claramente como personas que actúan de cara a la comunidad y en procura de un bienestar común, antes que en provecho propio.

Infortunadamente la relatividad con que los individuos de la sociedad moderna asumen

sus comportamientos, se ha venido imponien-do y generalizando en los últimos tiempos ,dando la sensación o creando la opinión de que en lo moral y lo ético pareciera que todo se permite, vislumbrando un panorama poco prometedor para una ética verdadera e inte-gral.

No podemos seguir aplazando nuestro com-promiso por construir una mejor sociedad siendo ciudadanos éticos. Ni siquiera la excusa de que la ciudad o el país está “muy mal” puede convertirse en coartada. Cada uno tiene que hacer lo que le corresponde siendo más hu-mano, es decir, tratando al otro con respeto, no como cosa. Aunque nos cueste entenderlo, ello incluye a los delincuentes y violadores; ellos hacen parte de la sociedad, son seres humanos que como dice Savater, hacen falta, como hace falta la mandíbula para cumplir funciones en el cuerpo. Ello no quiere decir que no se les castigue, ni mucho menos se puede tolerar que valiéndose de unos pre-supuestos mínimos que la sociedad les reserva – su condición de ser humano – sea utilizado por quienes han violado la ley o por quienes los representan o lo que es más común por sus familias, para reclamar para sí derechos que ellos, cuando gozaban de su libertad desco-nocieron para los demás.

No obstante no pueden ser mirados como cosas. Si perdemos esta visión o esta di-mensión, corremos el riesgo de pensar o mirar con tolerancia los grupos de limpieza social, que sin el más mínimo reato de conciencia, incluyen en la escala social en el punto más bajo a los llamados “desechables”.

Tampoco se puede pretender que nos vamos a sentar a esperar a que la Sociedad “ande bien” y menos a que los políticos cumplan el papel que esperamos, para asumir nuestro propio com-promiso. No podemos esperar que los po-líticos, que son humanos, sean perfectos. Mucho menos, podemos pasar por alto que los políticos en últimas somos nosotros mismos; la sociedad los pone para que nos represente y es la misma sociedad la que los elige. El problema está en creernos las promesas que en el fondo sabemos que no están en condiciones de cumplir. El problema está en votar unas propuestas que siendo parte del inventario que nosotros mismos proveemos, aún así, no nos damos cuenta de que ingenuamente hemos

trazado metas u objetivos que no van a ser alcanzados por ese individuo que nos re-presenta.

En su artículo Sócrates y el buen ciudadano, escrito en El Espectador, el doctor Carlos Gaviria Díaz muestra con qué estoicismo Sócrates debió enfrentar al Tribunal de los 500 y de manera honesta admite someterse a jui-cio, con el riesgo de morir teniendo que beber la cicuta. Rechaza distintas alternativas que aparecieron a proponerle sus amigos y otras personas, como quiera que su sabiduría e integridad, le merecían amplio reconoci-miento y respeto en la antigua Atenas. Pues bien, para que no tuviera que enfrentar al Tribunal, unos aparecieron a sugerir sobornar testigos, otros que intrigar ante el tribunal, etc., pero Sócrates alega que los riesgos deben afrontarse. De no hacerlo incurriría en el vicio vergonzoso de la cobardía. Por eso lo afronta sin ninguna duda. No utiliza lo que él mismo definía como “artificios retóricos, que por principio son repudiables, aptos apenas para engañar niños”. Sócrates se había propuesto la armonía de pensamiento, lenguaje y acción que es lo que se llama integridad.

Comenta el doctor Gaviria Díaz que ese temple moral del maestro por antonomasia de Atenas y del mundo, no es pensable siquiera en la mayoría de los humanos, casi siempre de débil carácter y mente ofuscada.

Infortunadamente la incoherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos está a la orden del día y atenta contra las buenas prác-ticas de lo que debe ser el propósito de con-vertirnos en un buen ciudadano como lo fue Sócrates.

Seguimos actuando principalmente llevados por el miedo al castigo. Hemos llegado al extremo de tener que usar radares para controlar el límite de velocidad y cámaras de video para controlar los semáforos. Pero, además, se le avisa al ciudadano que esa tecnología está disponible para vigilarlo, pues en últimas el mensaje es: cumpla la ley o recibe castigo. Nos convertimos en pobres esclavos: “El que no hace más que huir del castigo y buscar la recompensa que dispensan otros (Dios o Ley) según normas establecidas por ellos, no es mejor que un pobre esclavo”. Dice Savater.

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grandes revoluciones del siglo XVIII y XIX, se ha venido ajustando y adaptando de manera rápida por los cambios sociales, culturales y económicos que en el momento actual se en-cuentran en permanente evolución.

Esta connotación de ciudadano le confiere al miembro de una sociedad, derechos y deberes u obligaciones como ser individual y como ser perteneciente a un grupo o a una comunidad.

Podemos entonces empezar a concebir que cada ciudadano tiene unos deberes y derechos políticos que le dan tal condición. Pero tam-bién, si se parte de la concepción de que una ciudad la integran, desde sus inicios, los ciu-dadanos y sus jerarquías, necesariamente tene-mos que entender y empezar a concebir que el desarrollo armónico de la ciudad y sus ciu-dadanos será posible sin riesgo de fracaso, solo desde una adecuada ética en las relaciones entre los individuos que la integran.

De esta manera, y poco a poco, se empieza a construir marcos de significado, cada uno desde su perspectiva para volverse la pers-pectiva de todos, con pautas propias de ne-cesidades comunes. De este modo se puede pasar desde la realidad individual a una rea-lidad colectiva, en donde se aprende a vivir en común con los otros, dispuestos a reaccionar por la capacidad de acción, de reacción, de intervención; por la sentida necesidad de tener la cuota de responsabilidad frente a un con-glomerado común.

La ética tiene que ser el resultado de una con-vicción, un valor bien arraigado en el in-dividuo. No puede ni va a surgir de la sola información, ni la formación. No se llega a la ética sino con el ejemplo y no va a llegar por mejores intenciones que se tenga, como re-sultado de un curso de ética, ni por el simple

llamado a no dejarse seducir por pasiones y apetitos para obtener ventajas o beneficios materiales en dinero, especie o prebendas.

La formación en valores es deber y tarea de la familia, por ser el sitio donde se inculcan los valores, mientras que la Escuela y los edu-cadores tienen por misión la formación en la ciencia y el intelecto (dar información); empero, no se conciben unas instituciones educativas sin formación en la ética. Especial relevancia adquieren la escuela y los maestros, en países pobres y violentos como el nuestro, donde, tanto por una razón como por otra, los hogares se han visto desintegrados y los niños y jóvenes crecen sin guía ni formación, con carencia de lo más mínimo material, ni qué decir de valores, en especial la ética. Cobra pues especial dimensión e importancia, el papel del maestro de escuela que puede mu-chas veces aparecer como tabla salvadora en un naufragio.

Hoy día lo que la realidad nos muestra genera algunas preocupaciones, pues aunque no podemos admitir que la edad constituya un referente para concepción del sentido ético del ciudadano, no es menos cierto que las nuevas y futuras generaciones se han visto influidas por los cambios que trae el desarrollo de la ciencia y la tecnología, que como sabe-mos hoy, se produce de manera vertiginosa. Por ello, tal vez, Maritain sostiene que “la tarea moral de la educación se está convirtiendo hoy en más y más importante: ya que el hombre se está confrontando con filosofías materialistas o positivistas que relati-vizan completamente los patrones morales, y con la mentalidad dirigida por terceros o mentalidad de bo-rregos, que nuestra civilización industrial o tecnológica tiende a desarrollar”.

Con todo lo anterior, sin duda la educación superior tiene la responsabilidad de formación en la ética de los individuos que han tenido el privilegio de llegar al que se supone que es el grado más alto de la educación y la formación integral. He ahí que muchos de aquellos que han obtenido un título profesional por estar llamados a ser líderes de una sociedad, deben mostrarse claramente como personas que actúan de cara a la comunidad y en procura de un bienestar común, antes que en provecho propio.

Infortunadamente la relatividad con que los individuos de la sociedad moderna asumen

sus comportamientos, se ha venido imponien-do y generalizando en los últimos tiempos ,dando la sensación o creando la opinión de que en lo moral y lo ético pareciera que todo se permite, vislumbrando un panorama poco prometedor para una ética verdadera e inte-gral.

No podemos seguir aplazando nuestro com-promiso por construir una mejor sociedad siendo ciudadanos éticos. Ni siquiera la excusa de que la ciudad o el país está “muy mal” puede convertirse en coartada. Cada uno tiene que hacer lo que le corresponde siendo más hu-mano, es decir, tratando al otro con respeto, no como cosa. Aunque nos cueste entenderlo, ello incluye a los delincuentes y violadores; ellos hacen parte de la sociedad, son seres humanos que como dice Savater, hacen falta, como hace falta la mandíbula para cumplir funciones en el cuerpo. Ello no quiere decir que no se les castigue, ni mucho menos se puede tolerar que valiéndose de unos pre-supuestos mínimos que la sociedad les reserva – su condición de ser humano – sea utilizado por quienes han violado la ley o por quienes los representan o lo que es más común por sus familias, para reclamar para sí derechos que ellos, cuando gozaban de su libertad desco-nocieron para los demás.

No obstante no pueden ser mirados como cosas. Si perdemos esta visión o esta di-mensión, corremos el riesgo de pensar o mirar con tolerancia los grupos de limpieza social, que sin el más mínimo reato de conciencia, incluyen en la escala social en el punto más bajo a los llamados “desechables”.

Tampoco se puede pretender que nos vamos a sentar a esperar a que la Sociedad “ande bien” y menos a que los políticos cumplan el papel que esperamos, para asumir nuestro propio com-promiso. No podemos esperar que los po-líticos, que son humanos, sean perfectos. Mucho menos, podemos pasar por alto que los políticos en últimas somos nosotros mismos; la sociedad los pone para que nos represente y es la misma sociedad la que los elige. El problema está en creernos las promesas que en el fondo sabemos que no están en condiciones de cumplir. El problema está en votar unas propuestas que siendo parte del inventario que nosotros mismos proveemos, aún así, no nos damos cuenta de que ingenuamente hemos

trazado metas u objetivos que no van a ser alcanzados por ese individuo que nos re-presenta.

En su artículo Sócrates y el buen ciudadano, escrito en El Espectador, el doctor Carlos Gaviria Díaz muestra con qué estoicismo Sócrates debió enfrentar al Tribunal de los 500 y de manera honesta admite someterse a jui-cio, con el riesgo de morir teniendo que beber la cicuta. Rechaza distintas alternativas que aparecieron a proponerle sus amigos y otras personas, como quiera que su sabiduría e integridad, le merecían amplio reconoci-miento y respeto en la antigua Atenas. Pues bien, para que no tuviera que enfrentar al Tribunal, unos aparecieron a sugerir sobornar testigos, otros que intrigar ante el tribunal, etc., pero Sócrates alega que los riesgos deben afrontarse. De no hacerlo incurriría en el vicio vergonzoso de la cobardía. Por eso lo afronta sin ninguna duda. No utiliza lo que él mismo definía como “artificios retóricos, que por principio son repudiables, aptos apenas para engañar niños”. Sócrates se había propuesto la armonía de pensamiento, lenguaje y acción que es lo que se llama integridad.

Comenta el doctor Gaviria Díaz que ese temple moral del maestro por antonomasia de Atenas y del mundo, no es pensable siquiera en la mayoría de los humanos, casi siempre de débil carácter y mente ofuscada.

Infortunadamente la incoherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos está a la orden del día y atenta contra las buenas prác-ticas de lo que debe ser el propósito de con-vertirnos en un buen ciudadano como lo fue Sócrates.

Seguimos actuando principalmente llevados por el miedo al castigo. Hemos llegado al extremo de tener que usar radares para controlar el límite de velocidad y cámaras de video para controlar los semáforos. Pero, además, se le avisa al ciudadano que esa tecnología está disponible para vigilarlo, pues en últimas el mensaje es: cumpla la ley o recibe castigo. Nos convertimos en pobres esclavos: “El que no hace más que huir del castigo y buscar la recompensa que dispensan otros (Dios o Ley) según normas establecidas por ellos, no es mejor que un pobre esclavo”. Dice Savater.

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Parte del problema es que la sociedad se ha venido acostumbrando a funcionar con lo que la Ley dicta. De ahí se derivan situaciones como las que comúnmente estamos viendo en la Sociedad Colombiana en donde frecuen-temente se encuentra una falta de coherencia entre lo que es legal y lo que es ético.

La ley es una simplificación, es un presupuesto mínimo, de lo que el otro espera de mí y de lo que yo debo hacer con el otro. La sociedad históricamente ha venido imponiendo las le-yes y ellas necesitan ir reformándose, acorde con los cambios que se van produciendo con el paso del tiempo y de las circunstancias.

En ocasiones pasa que teniendo la formación, utilizamos coartadas o excusas de aquellas que Sócrates llamó “artificios retóricos para engañar niños”, para pasar por encima de las barreras éticas, en muchas ocasiones manteniéndonos dentro de la ley pero la más de las veces transgrediéndola así sea con la mera contra-vención que ni castigo tiene, o cuando mucho, aquel vendrá de alguna manifestación de in-conformidad del afectado por nuestro descui-do e indelicadeza.

Con lo anterior podemos ir concluyendo que la organización política ideal debe partir de las siguientes consideraciones:

-La que nace o se fundamenta en la independencia y autonomía del individuo; hablo de la libertad del individuo para actuar (sentido de libertad), te-niendo siempre presente que ella viene de la mano de la responsabilidad social no solo de las acciones sino de las omisiones.

-La que propugna por tratar a los individuos atendiendo a sus intereses, sus necesidades, del mismo modo que se atienden las propias (sentido de la justicia). Todos los individuos son dignos del mejor miramiento.

-Aparte de la dignidad del otro, hay que reconocer su sufrimiento (que hasta el más afortunado lo tiene), que no sólo se refiere al físico, sino al emocional y también al que se deriva del atropello de los otros ciudadanos o del sistema.

Estas circunstancias que pueden avasallar al individuo, requieren de asistencia, sin me-noscabo de la dignidad .Cuando el individuo está en la desdicha es cuando más vulnerable se vuelve (recuérdese como hace poco, indi-viduos inescrupulosos compraban votos y adhesiones con los recursos que el Estado enviaba a los damnificados de la ola inver-nal...).

En resumen, tres presupuestos claves en el grupo de ciudadanos: libertad-justicia-asisten-cia, es lo que en conjunto representa clara-mente los Derechos Humanos.

La invitación es a ser éticos en el verdadero sentido de la palabra, pero además y espe-cialmente, enseñando con nuestro ejemplo a quienes viven bajo el mismo techo, buscando la mayor coherencia en el ambiente familiar, proyectando nosotros y nuestros seres cercanos, las buenas prácticas en las relaciones con nuestros vecinos del Conjunto habi-tacional o del barrio para que veamos plas-mado en realidad y no en letra muerta los manuales de convivencia. Es así y no de otro modo como iremos logrando que el respeto por la libertad y la dignidad de nuestro pró-jimo (palabra que quiere decir el más próximo) se extienda a grupos cada vez mayores en la sociedad y podamos, de pronto, con paciencia, constancia y coherencia, lograr un cambio en los ciudadanos de nuestro hábitat que nos beneficiará a todos, nos hará mejores personas y llevará a la ciudad y al país a mejor destino. ____________

BibliografíaGaviria Díaz Carlos. Diario El Espectador, Sábado 25 de Febrero de 2012Mendez Aquiles. Etica ProfesionalRodríguez Jahir. El Palimpsesto de la ciudad: ciudad educadora. Tomado de la InternetSavater Gustavo. Etica para Amador .Editorial Ariel , S.A. Barcelona. 15ª Edición, 1.991___________________________________________________

que decide mejorar. La cultura imperante versus la deseada por la misma sociedad y el comportamiento de cada individuo en su acatamiento, es un diagnóstico indispensable para avanzar en la construcción de una nue-va cultura ciudadana, entendida como la ex-presión del modo de entenderla y vivirla, en una relación que puede ser virtuosa o viciosa; a mas conciencia de cada individuo, mas po-sibilidades que esa comunidad desarrolle un tipo de cultura que satisfaga a todos y vi-ceversa.

La cultura deberá estar formalmente inserta en lo que la sociedad ha establecido como marco para su actuación, en la envolvente jurídica que en el ordenamiento de la ley positiva se conoce como la constitución po-lítica de una nación. Si esto no ocurre la ley es

Más que poner en blanco y negro califica-ciones sobre el perfil del buen ciudadano, es preferible entender su correlación con el concepto que la misma colectividad haya forjado como premisa optima; cuando la dispersión, entre el pensamiento colectivo del ideal de sociedad con la concepción de ca-da uno de sus individuos, es pequeña, estamos en una comunidad estable y armó-nica entre sus valores y sus acciones; caso contrario la percepción general será de de-sorden y malestar. En una sociedad con una desviación grande de la visión o entendi-miento de su objeto o contrato social, la vio-lencia es apenas una consecuencia.

Identificar los valores y elaborar el perfil cultural de un pueblo son un excelente ca-mino para proyectar un salto en una sociedad

Principios yConciencia

Ciudadanos FranzMutisCaballero

La generación de espacios para reflexionar sobre los comportamientos sociales son una contribución efectiva para la construcción de mejores imaginarios colectivos, que trascienden la retórica y aportan a la toma de conciencia sobre los diferentes componentes que tejen las relaciones entres los individuos de una comunidad. El esfuerzo de quien escribe para poner en orden unas ideas que puedan ser leídas y su misma lectoría, impactan por el solo ejercicio de la reflexión en la medida que expande la conciencia sobre la temática en discusión y este hecho intelectual en sí mismo es una construcción que necesariamente tiene efectos sociales.

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Parte del problema es que la sociedad se ha venido acostumbrando a funcionar con lo que la Ley dicta. De ahí se derivan situaciones como las que comúnmente estamos viendo en la Sociedad Colombiana en donde frecuen-temente se encuentra una falta de coherencia entre lo que es legal y lo que es ético.

La ley es una simplificación, es un presupuesto mínimo, de lo que el otro espera de mí y de lo que yo debo hacer con el otro. La sociedad históricamente ha venido imponiendo las le-yes y ellas necesitan ir reformándose, acorde con los cambios que se van produciendo con el paso del tiempo y de las circunstancias.

En ocasiones pasa que teniendo la formación, utilizamos coartadas o excusas de aquellas que Sócrates llamó “artificios retóricos para engañar niños”, para pasar por encima de las barreras éticas, en muchas ocasiones manteniéndonos dentro de la ley pero la más de las veces transgrediéndola así sea con la mera contra-vención que ni castigo tiene, o cuando mucho, aquel vendrá de alguna manifestación de in-conformidad del afectado por nuestro descui-do e indelicadeza.

Con lo anterior podemos ir concluyendo que la organización política ideal debe partir de las siguientes consideraciones:

-La que nace o se fundamenta en la independencia y autonomía del individuo; hablo de la libertad del individuo para actuar (sentido de libertad), te-niendo siempre presente que ella viene de la mano de la responsabilidad social no solo de las acciones sino de las omisiones.

-La que propugna por tratar a los individuos atendiendo a sus intereses, sus necesidades, del mismo modo que se atienden las propias (sentido de la justicia). Todos los individuos son dignos del mejor miramiento.

-Aparte de la dignidad del otro, hay que reconocer su sufrimiento (que hasta el más afortunado lo tiene), que no sólo se refiere al físico, sino al emocional y también al que se deriva del atropello de los otros ciudadanos o del sistema.

Estas circunstancias que pueden avasallar al individuo, requieren de asistencia, sin me-noscabo de la dignidad .Cuando el individuo está en la desdicha es cuando más vulnerable se vuelve (recuérdese como hace poco, indi-viduos inescrupulosos compraban votos y adhesiones con los recursos que el Estado enviaba a los damnificados de la ola inver-nal...).

En resumen, tres presupuestos claves en el grupo de ciudadanos: libertad-justicia-asisten-cia, es lo que en conjunto representa clara-mente los Derechos Humanos.

La invitación es a ser éticos en el verdadero sentido de la palabra, pero además y espe-cialmente, enseñando con nuestro ejemplo a quienes viven bajo el mismo techo, buscando la mayor coherencia en el ambiente familiar, proyectando nosotros y nuestros seres cercanos, las buenas prácticas en las relaciones con nuestros vecinos del Conjunto habi-tacional o del barrio para que veamos plas-mado en realidad y no en letra muerta los manuales de convivencia. Es así y no de otro modo como iremos logrando que el respeto por la libertad y la dignidad de nuestro pró-jimo (palabra que quiere decir el más próximo) se extienda a grupos cada vez mayores en la sociedad y podamos, de pronto, con paciencia, constancia y coherencia, lograr un cambio en los ciudadanos de nuestro hábitat que nos beneficiará a todos, nos hará mejores personas y llevará a la ciudad y al país a mejor destino. ____________

BibliografíaGaviria Díaz Carlos. Diario El Espectador, Sábado 25 de Febrero de 2012Mendez Aquiles. Etica ProfesionalRodríguez Jahir. El Palimpsesto de la ciudad: ciudad educadora. Tomado de la InternetSavater Gustavo. Etica para Amador .Editorial Ariel , S.A. Barcelona. 15ª Edición, 1.991___________________________________________________

que decide mejorar. La cultura imperante versus la deseada por la misma sociedad y el comportamiento de cada individuo en su acatamiento, es un diagnóstico indispensable para avanzar en la construcción de una nue-va cultura ciudadana, entendida como la ex-presión del modo de entenderla y vivirla, en una relación que puede ser virtuosa o viciosa; a mas conciencia de cada individuo, mas po-sibilidades que esa comunidad desarrolle un tipo de cultura que satisfaga a todos y vi-ceversa.

La cultura deberá estar formalmente inserta en lo que la sociedad ha establecido como marco para su actuación, en la envolvente jurídica que en el ordenamiento de la ley positiva se conoce como la constitución po-lítica de una nación. Si esto no ocurre la ley es

Más que poner en blanco y negro califica-ciones sobre el perfil del buen ciudadano, es preferible entender su correlación con el concepto que la misma colectividad haya forjado como premisa optima; cuando la dispersión, entre el pensamiento colectivo del ideal de sociedad con la concepción de ca-da uno de sus individuos, es pequeña, estamos en una comunidad estable y armó-nica entre sus valores y sus acciones; caso contrario la percepción general será de de-sorden y malestar. En una sociedad con una desviación grande de la visión o entendi-miento de su objeto o contrato social, la vio-lencia es apenas una consecuencia.

Identificar los valores y elaborar el perfil cultural de un pueblo son un excelente ca-mino para proyectar un salto en una sociedad

Principios yConciencia

Ciudadanos FranzMutisCaballero

La generación de espacios para reflexionar sobre los comportamientos sociales son una contribución efectiva para la construcción de mejores imaginarios colectivos, que trascienden la retórica y aportan a la toma de conciencia sobre los diferentes componentes que tejen las relaciones entres los individuos de una comunidad. El esfuerzo de quien escribe para poner en orden unas ideas que puedan ser leídas y su misma lectoría, impactan por el solo ejercicio de la reflexión en la medida que expande la conciencia sobre la temática en discusión y este hecho intelectual en sí mismo es una construcción que necesariamente tiene efectos sociales.

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letra muerta y la sociedad tiene como reto expresarse y reencontrar su sustento; pero si la ley marco lo contiene, es también un ex-celente ejercicio divulgar las obligaciones fundamentales de los ciudadanos allí mani-fiestas. La base para ser un buen ciudadano es la coherencia entre los preceptos constitu-cionales que le obligan y la forma de actuar ante la sociedad; el buen ciudadano será aquel que está atento a cumplir las normas que la sociedad le impone y a su vez está dispuesto a tramitar sus diferencias utilizando las he-rramientas legales que se le otorgan.

En Colombia, la constitución renovada, que acaba de cumplir 20 años, la de 1991 explíci-tamente dice: (Artículo 8)

La paz es un deber de obligatorio cumplimiento. (Artículo 22).

Es obligación contribuir eficazmente a que los niños gocen de los derechos fundamentales de integridad física, tener familia, gozar de cuidado y de amor, educación, cultura y libre expresión y que gocen de protección contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o eco-nómica. En fin, garantizar que el niño tenga un desarrollo armónico e integral. (Artículo 44).

Además de la obligación del Estado, al ciuda-dano común también le corresponde proteger y asistir a la tercera edad. (Artículo 46).

El artículo 95 define claramente los deberes y obligaciones de cada ciudadano:

1. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios; 2. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas; 3. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituidas para mantener la in-dependencia y la integridad nacionales; 4. De-fender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica; 5. Par-ticipar en la vida política, cívica y comunitaria del país; 6. Propender al logro y mantenimiento de la paz; 7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia; 8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano; 9. Con-tribuir al financiamiento de los gastos e inver-siones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad.

La toma de conciencia y la cultura van de la mano; cuando un individuo asimila el alcance de nuestra carta magna en relación con las obligaciones individuales, en el entendimien-to de lo igualitario, democrático y de la no exclusión y sobre todo en el respeto por los otros, en el sentimiento de solidaridad y to-lerancia, se prepara para vivir armónica-mente en la sociedad con capacidad de ejemplo que irradia y necesariamente im-pacta la cultura de su entorno; la cultura una vez inicie un proceso de transformación hacia el cumplimiento de las normas que la misma sociedad anhela, se convierte en la fuerza del buen ciudadano que lo impele a cumplir desde su interior con las normas básicas que tocan lo profundo de lo humano y lo compensan y consecuencialmente tam-bién lo convierten en cumplidor de todas y cada una de las reglas que la sociedad crea como mecanismos de convivencia. __________________________

BibliografíaConstitución política de Colombia, artículos 8. 22. 44. 46. 95. _________________________________

Parece ser que la primera ciudad de que se tiene recordación se ubicó en la Mesopo-tamia, llamada "Ur", cuya existencia superó los mil años, fundada aproximadamente en 3000 a.c. e.v., y mencionada en la Biblia, como ciudad natal de Abraham. i

Así Roma aparece como ciudad y cabeza de la república y convertida en imperio, tras la con-quista militar de reinos y naciones; no sin que Rómulo y Remo, con la antelación debida, hubieran mamado la leche de Lucrecia, en una fecha cercana a 753 a.c. e.v. ii

Para los griegos, la ciudad tenía una organi-zación dispersa, en forma de colonias, en razón al comercio, que no obstante obe-decían a una cabeza, a un centro el cual las sometía mediante la fuerza, encontrando una organización material en Alejandría, alre-dedor de 331 a.c. e.v.iii

Como se ve, desde el principio la ciudad ha sido la organización, que preferentemente, contiene un cúmulo de personas, que desde diferentes posiciones o pensamientos, den-tro de la cotidianidad de la vida, regulan su comportamiento desde la antigüedad, con métodos inmisericordes, las más de las veces, y así en un recorrido cambiante y experi-mental hasta nuestros días, en lo que se supone, debería ser una mejor sociedad, una mejor ciudad.

La ciudad, fue concebida por Platón, como una comunidad perfectamente organizada, en donde existe unidad política y moral, sin dejar campo al individualismo, ni a las éticas personales iv, es decir, un lugar en el que cada uno jerarquizadamente cumple la función encomendada, unos como jefes, de acuerdo con su sabiduría y virtud, los demás con la fuerza como guerreros, y por último la base

BuenCIUDADANO

AdissonJoaquínMéridaSalamanca

Las ciudades para las culturas antiguas, fueron símbolo de

grandeza, de seguridad, pero también de obediencia. No fue

concebido el poder y la dominación, con excepciones

contadas, si quien lo ostentaba, no era la cabeza de una

ciudad, a la vez centro de una república o un imperio.

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letra muerta y la sociedad tiene como reto expresarse y reencontrar su sustento; pero si la ley marco lo contiene, es también un ex-celente ejercicio divulgar las obligaciones fundamentales de los ciudadanos allí mani-fiestas. La base para ser un buen ciudadano es la coherencia entre los preceptos constitu-cionales que le obligan y la forma de actuar ante la sociedad; el buen ciudadano será aquel que está atento a cumplir las normas que la sociedad le impone y a su vez está dispuesto a tramitar sus diferencias utilizando las he-rramientas legales que se le otorgan.

En Colombia, la constitución renovada, que acaba de cumplir 20 años, la de 1991 explíci-tamente dice: (Artículo 8)

La paz es un deber de obligatorio cumplimiento. (Artículo 22).

Es obligación contribuir eficazmente a que los niños gocen de los derechos fundamentales de integridad física, tener familia, gozar de cuidado y de amor, educación, cultura y libre expresión y que gocen de protección contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o eco-nómica. En fin, garantizar que el niño tenga un desarrollo armónico e integral. (Artículo 44).

Además de la obligación del Estado, al ciuda-dano común también le corresponde proteger y asistir a la tercera edad. (Artículo 46).

El artículo 95 define claramente los deberes y obligaciones de cada ciudadano:

1. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios; 2. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas; 3. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituidas para mantener la in-dependencia y la integridad nacionales; 4. De-fender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica; 5. Par-ticipar en la vida política, cívica y comunitaria del país; 6. Propender al logro y mantenimiento de la paz; 7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia; 8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano; 9. Con-tribuir al financiamiento de los gastos e inver-siones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad.

La toma de conciencia y la cultura van de la mano; cuando un individuo asimila el alcance de nuestra carta magna en relación con las obligaciones individuales, en el entendimien-to de lo igualitario, democrático y de la no exclusión y sobre todo en el respeto por los otros, en el sentimiento de solidaridad y to-lerancia, se prepara para vivir armónica-mente en la sociedad con capacidad de ejemplo que irradia y necesariamente im-pacta la cultura de su entorno; la cultura una vez inicie un proceso de transformación hacia el cumplimiento de las normas que la misma sociedad anhela, se convierte en la fuerza del buen ciudadano que lo impele a cumplir desde su interior con las normas básicas que tocan lo profundo de lo humano y lo compensan y consecuencialmente tam-bién lo convierten en cumplidor de todas y cada una de las reglas que la sociedad crea como mecanismos de convivencia. __________________________

BibliografíaConstitución política de Colombia, artículos 8. 22. 44. 46. 95. _________________________________

Parece ser que la primera ciudad de que se tiene recordación se ubicó en la Mesopo-tamia, llamada "Ur", cuya existencia superó los mil años, fundada aproximadamente en 3000 a.c. e.v., y mencionada en la Biblia, como ciudad natal de Abraham. i

Así Roma aparece como ciudad y cabeza de la república y convertida en imperio, tras la con-quista militar de reinos y naciones; no sin que Rómulo y Remo, con la antelación debida, hubieran mamado la leche de Lucrecia, en una fecha cercana a 753 a.c. e.v. ii

Para los griegos, la ciudad tenía una organi-zación dispersa, en forma de colonias, en razón al comercio, que no obstante obe-decían a una cabeza, a un centro el cual las sometía mediante la fuerza, encontrando una organización material en Alejandría, alre-dedor de 331 a.c. e.v.iii

Como se ve, desde el principio la ciudad ha sido la organización, que preferentemente, contiene un cúmulo de personas, que desde diferentes posiciones o pensamientos, den-tro de la cotidianidad de la vida, regulan su comportamiento desde la antigüedad, con métodos inmisericordes, las más de las veces, y así en un recorrido cambiante y experi-mental hasta nuestros días, en lo que se supone, debería ser una mejor sociedad, una mejor ciudad.

La ciudad, fue concebida por Platón, como una comunidad perfectamente organizada, en donde existe unidad política y moral, sin dejar campo al individualismo, ni a las éticas personales iv, es decir, un lugar en el que cada uno jerarquizadamente cumple la función encomendada, unos como jefes, de acuerdo con su sabiduría y virtud, los demás con la fuerza como guerreros, y por último la base

BuenCIUDADANO

AdissonJoaquínMéridaSalamanca

Las ciudades para las culturas antiguas, fueron símbolo de

grandeza, de seguridad, pero también de obediencia. No fue

concebido el poder y la dominación, con excepciones

contadas, si quien lo ostentaba, no era la cabeza de una

ciudad, a la vez centro de una república o un imperio.

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de artesanos y labradores, quienes se supone deben mantenerse en su lugar inamovi-blemente, en busca de una única y posible razón: la Justicia. Desde luego que esta teoría, a través del tiempo ha sufrido golpes ra-dicales; cada estado ha asumido la creación de normas, que garantizan, una justicia, sí pero una que permita desde lo individual, es-tablecer el libre desarrollo, con el respeto de la razón moral del conglomerado, lo que no pasa con su ética, pues aquella depende de otros diferentes factores, devenidos de la razón y la determinación de lo "bueno" y lo "malo".

Entonces, ¿Quién es un buen ciudadano?, ¿quien está encaminado a cumplir con el código moral de un grupo social?, ¿o aquel que practica su ética?.

Es aquí precisamente de donde ha de partir la noción de buen ciudadano. Vale la pena decir que desde el punto de vista moral, los comportamientos aprendidos del hogar, la escuela, un grupo religioso, imponen en cada cual un punto de referencia; más por la información implantada, por el temor a su fuente, que por la verdadera razón del análisis racional, lo cual en cambio, depende direc-tamente de la ética, que discierne, entre lo bueno y lo malo moralmente hablando.

Arrojar un papel al suelo en lugar de utilizar la cesta del aseo, ha de resultar éticamente malo, mientras que dependiendo del entorno y las normas de conducta del individuo, puede no constituir un mal comportamiento moral. Es decir, no es la moral en esencia, la que hace al buen ciudadano, sino su comportamiento ético, el cual desde luego, debe estar enca-sillado en ciertos valores morales, una especie de sentimiento de respeto, por la autoridad de que provienen, dichos códigos de compor-tamiento.

Para nosotros existen normas de compor-tamiento enmarcadas en leyes, decretos y reglamentos, que desarrollan nuestra Cons-

titución Política; en aquellas se han con-tenido, normas de comportamiento, que ponen linderos a las obligaciones y derechos que cada uno de nosotros tenemos, con-siderando en ellas el respeto, no sólo por nuestros conciudadanos, sino por el entorno, imponiendo de paso una obligación fun-damental de cuidar y proteger el medio ambiente, ahora amenazado, por el mismo hombre. Esas que son nuestras referencias y que van desde el mínimo del respeto a la vida y a la libertad, hasta la responsabilidad de re-coger los desechos de nuestras "mascotas", imponen sobre nosotros la responsabilidad consiente de ser buen ciudadano, pero no sólo dando cumplimiento a lo normado, sino guiando a quienes sus conductas incons-cientes no les provocan el menor cuestio-namiento, pese inclusive a la incomodidad de los demás.

Ser buen ciudadano es respetar las señales de tránsito y conducir considerando a las demás personas; ser un buen ciudadano, es ejercer con absoluta rectitud y honestidad el trabajo, sin dejar de entregar tiempo y conocimien-tos; ser buen ciudadano es ser solidario, amable, respetuoso de las diferencias; ser un buen ciudadano, es comprender en fin, que el ejemplo persuade, que son las acciones las que orientan a los conciudadanos; y que no sólo frente a los actuales habitantes del planeta, debe serse un buen ser urbano.

Desde allá hasta aquí, la evolución del hombre, ha estado enmarcada en la cons-tante lucha y el sometimiento, para el logro de unos objetivos para la organización forzada, algunas veces, de lo que es una sociedad, que finalmente desemboca en estados garantistas y respetuosos de los derechos del ser hu-mano, pero que imponen a su vez una obli-gación de respeto por los demás. Al igual que en el ideal platónico, se hace imperiosa la necesidad de hacer de la so-ciedad un "alma entera", que al unísono, pro-penda por proteger, querer y apreciar el planeta y la humanidad.

Finalmente y como acto de reflexión, valdría la pena preguntarnos,

¿qué tan buenos ciudadanos somos?, ¿qué tan buenos seres urbanos?._____________________________

Es necesario que en las escuelas, en los co-legios y en las universidades se incluyan ma-terias sobre medio ambiente, lo mismo en las empresas e industrias se creen departamentos ambientales con el objeto de que existan personas preparadas en esta materia.

Que existan grupos y organizaciones ambien-tales para que se pronuncien frente a la ne-cesidad de respetar las normas ambientales y que los medios de comunicación den más co-bertura a los reclamos ciudadanos en relación con el ambiente y el desarrollo sustentable.

En Colombia el derecho a un ambiente sano está protegido por normas constitucionales, legales y reglamentarias; en el artículo 79 de la Constitución Política encontramos la base fundamental de este Derecho el cual reza lo siguiente:

“Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines.”

La protección en nuestra Constitución a un ambiente sano contiene una verdadera pro-tección ecológica, conformado por todas aquellas disposiciones que regulan la relación de la sociedad con la naturaleza y lo que buscan en últimas es la protección del medio ambiente.

La Corte Constitucional en Sentencia T 152 del 2000, define el Derecho a un ambiente sano, como un “derecho fundamental constitucional para todos los individuos de la especie humana y el

Ciudadanía yMEDIO AMBIENTE

RuthAmparoCarrilloCaballero

RUTH AMPARO CARRILLO CABALLEROAbogada UNABEspecialista en Derecho Público, Medio ambiente y Servicios Públicos

Podemos decir que en nuestra ciudad, existe una conciencia creciente con respecto a los problemas ambientales que se han presentado con la ola invernal. Es por ello que debemos ser más proactivos por cuanto observamos que no existen en nuestra ciudad políticas públicas claras; por eso, debemos crear a nivel de la opinión pública una verdadera conciencia ambiental y la necesidad de presionar a las autoridades para que formulen políticas públicas claras y se tomen medidas materia de medio ambiente.

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de artesanos y labradores, quienes se supone deben mantenerse en su lugar inamovi-blemente, en busca de una única y posible razón: la Justicia. Desde luego que esta teoría, a través del tiempo ha sufrido golpes ra-dicales; cada estado ha asumido la creación de normas, que garantizan, una justicia, sí pero una que permita desde lo individual, es-tablecer el libre desarrollo, con el respeto de la razón moral del conglomerado, lo que no pasa con su ética, pues aquella depende de otros diferentes factores, devenidos de la razón y la determinación de lo "bueno" y lo "malo".

Entonces, ¿Quién es un buen ciudadano?, ¿quien está encaminado a cumplir con el código moral de un grupo social?, ¿o aquel que practica su ética?.

Es aquí precisamente de donde ha de partir la noción de buen ciudadano. Vale la pena decir que desde el punto de vista moral, los comportamientos aprendidos del hogar, la escuela, un grupo religioso, imponen en cada cual un punto de referencia; más por la información implantada, por el temor a su fuente, que por la verdadera razón del análisis racional, lo cual en cambio, depende direc-tamente de la ética, que discierne, entre lo bueno y lo malo moralmente hablando.

Arrojar un papel al suelo en lugar de utilizar la cesta del aseo, ha de resultar éticamente malo, mientras que dependiendo del entorno y las normas de conducta del individuo, puede no constituir un mal comportamiento moral. Es decir, no es la moral en esencia, la que hace al buen ciudadano, sino su comportamiento ético, el cual desde luego, debe estar enca-sillado en ciertos valores morales, una especie de sentimiento de respeto, por la autoridad de que provienen, dichos códigos de compor-tamiento.

Para nosotros existen normas de compor-tamiento enmarcadas en leyes, decretos y reglamentos, que desarrollan nuestra Cons-

titución Política; en aquellas se han con-tenido, normas de comportamiento, que ponen linderos a las obligaciones y derechos que cada uno de nosotros tenemos, con-siderando en ellas el respeto, no sólo por nuestros conciudadanos, sino por el entorno, imponiendo de paso una obligación fun-damental de cuidar y proteger el medio ambiente, ahora amenazado, por el mismo hombre. Esas que son nuestras referencias y que van desde el mínimo del respeto a la vida y a la libertad, hasta la responsabilidad de re-coger los desechos de nuestras "mascotas", imponen sobre nosotros la responsabilidad consiente de ser buen ciudadano, pero no sólo dando cumplimiento a lo normado, sino guiando a quienes sus conductas incons-cientes no les provocan el menor cuestio-namiento, pese inclusive a la incomodidad de los demás.

Ser buen ciudadano es respetar las señales de tránsito y conducir considerando a las demás personas; ser un buen ciudadano, es ejercer con absoluta rectitud y honestidad el trabajo, sin dejar de entregar tiempo y conocimien-tos; ser buen ciudadano es ser solidario, amable, respetuoso de las diferencias; ser un buen ciudadano, es comprender en fin, que el ejemplo persuade, que son las acciones las que orientan a los conciudadanos; y que no sólo frente a los actuales habitantes del planeta, debe serse un buen ser urbano.

Desde allá hasta aquí, la evolución del hombre, ha estado enmarcada en la cons-tante lucha y el sometimiento, para el logro de unos objetivos para la organización forzada, algunas veces, de lo que es una sociedad, que finalmente desemboca en estados garantistas y respetuosos de los derechos del ser hu-mano, pero que imponen a su vez una obli-gación de respeto por los demás. Al igual que en el ideal platónico, se hace imperiosa la necesidad de hacer de la so-ciedad un "alma entera", que al unísono, pro-penda por proteger, querer y apreciar el planeta y la humanidad.

Finalmente y como acto de reflexión, valdría la pena preguntarnos,

¿qué tan buenos ciudadanos somos?, ¿qué tan buenos seres urbanos?._____________________________

Es necesario que en las escuelas, en los co-legios y en las universidades se incluyan ma-terias sobre medio ambiente, lo mismo en las empresas e industrias se creen departamentos ambientales con el objeto de que existan personas preparadas en esta materia.

Que existan grupos y organizaciones ambien-tales para que se pronuncien frente a la ne-cesidad de respetar las normas ambientales y que los medios de comunicación den más co-bertura a los reclamos ciudadanos en relación con el ambiente y el desarrollo sustentable.

En Colombia el derecho a un ambiente sano está protegido por normas constitucionales, legales y reglamentarias; en el artículo 79 de la Constitución Política encontramos la base fundamental de este Derecho el cual reza lo siguiente:

“Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines.”

La protección en nuestra Constitución a un ambiente sano contiene una verdadera pro-tección ecológica, conformado por todas aquellas disposiciones que regulan la relación de la sociedad con la naturaleza y lo que buscan en últimas es la protección del medio ambiente.

La Corte Constitucional en Sentencia T 152 del 2000, define el Derecho a un ambiente sano, como un “derecho fundamental constitucional para todos los individuos de la especie humana y el

Ciudadanía yMEDIO AMBIENTE

RuthAmparoCarrilloCaballero

RUTH AMPARO CARRILLO CABALLEROAbogada UNABEspecialista en Derecho Público, Medio ambiente y Servicios Públicos

Podemos decir que en nuestra ciudad, existe una conciencia creciente con respecto a los problemas ambientales que se han presentado con la ola invernal. Es por ello que debemos ser más proactivos por cuanto observamos que no existen en nuestra ciudad políticas públicas claras; por eso, debemos crear a nivel de la opinión pública una verdadera conciencia ambiental y la necesidad de presionar a las autoridades para que formulen políticas públicas claras y se tomen medidas materia de medio ambiente.

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Estado está obligado a velar por su conservación y debida protección, procurando que el desarrollo económico y social sea compatible con las políticas que buscan salvaguardar las riquezas naturales de la nación.”

Y es así, como en nuestra Constitución en-contramos treinta y cuatro (34) disposiciones entre las cuales se aboga por el derecho a la vida, la obligación del Estado de proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación, atención a la salud y al saneamiento ambiental, función ecológica de la propiedad, créditos agropecuarios por calamidad ambiental, edu-cación por la protección del ambiente, re-gulación de la producción y comercialización de bienes y servicios, derecho a un ambiente sano y a la participación en las decisiones am-bientales, prohibición de armas químicas, bio-lógicas y nucleares, deber de proteger los recursos culturales y naturales de nuestro país.

Vemos como la respuesta de las autoridades a la conciencia ambiental ha sido bastante limi-tada, pues con frecuencia se observa el incum-plimiento de la normatividad existente y la incapacidad o el desinterés de hacerla cumplir. Es claro que el tema de la conservación del medio ambiente no ocupa un lugar principal en las agendas públicas.

La sola consagración de los derechos, no es garantía de su ejercicio si los ciudadanos no están informados acerca de sus derechos y las instituciones no se preocupan por hacerlos cumplir.

Considero de gran importancia leer y revisar el artículo 80 de la Constitución Política: “El Estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución.

Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados. Así mismo, cooperará con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas”.

Las herramientas legales que la Constitución consagra, deben ser difundidas e incorpo-radas a la ciudadanía en su vida cotidiana para que se hagan realmente efectivos, pues nada sacamos que existan y se encuentren plas-mados en nuestra Constitución si nosotros no los hacemos valer.

Existen en nuestra ciudad organizaciones no gubernamentales, asociaciones que permiten que se optimicen los procesos de tomas de conciencia colectiva y de participación ciuda-dana, las cuales pueden desempeñar un rol muy importante en el proceso de difusión de estos derechos, garantías y mecanismos de participación en la toma de decisiones pú-blicas.

Un mayor conocimiento de los derechos y de las garantías para su cumplimiento es funda-mental para el pleno ejercicio de los derechos por parte de la ciudadanía.

Es por eso que a pesar de la amplia norma-tividad, que protege el derecho a un ambiente sano, esto se convierte en solo palabras y no en una aplicación real, porque cotidianamente se sigue vulnerando este derecho; es evidente que se hace necesario involucrar al ciudadano con sus necesidades, con sus expresiones culturales y tradiciones, dado que el ciuda-dano es parte indisoluble del medio ambiente y otra parte importante es acudir a la edu-cación ambiental, como estrategia, ya que el problema no consiste en que el ciudadano haga uso de los recursos naturales para fines económicos sino en la forma como hace uso de ellos. Por eso se centra su objetivo en el uso racional de los mismos para de esta forma no poner en riesgo a las generaciones futuras de gozar de un ambiente sano.

El papel que juega la educación ambiental en este tema, es de gran importancia, pues se constituye en el proceso de formación orien-tado hacia la transformación de actitudes y comportamientos de la comunidad en rela-ción con el medio ambiente, nos posibilita cambiar la visión que sobre lo ambiental se tiene, para poder concebirlo como las inte-

racciones sociales, políticas, económicas, am-bientales y culturales, para que el ciudadano pueda de esta forma participar en las deci-siones que lo afectan, porque tiene que tomar conciencia que preservando el medio am-biente en últimas lo que esta preservando es una buena calidad de vida.

Lo que se requiere es educar para que se incluya a todos, para que respeten los derechos no es fácil, pero debe establecerse el respeto por el reconocimiento de las libertades indi-viduales y sobre todo, por el respeto a la dig-nidad humana y con ello el derecho ambiental, pilar fundamental de un Estado Social de De-recho, como es el nuestro.

La educación ambiental, no debe concebirse como una disciplina más que deba enseñarse, sino como una práctica a través de la cual se constituyen nuevos valores, se transforman realidades en torno a la complejidad del am-biente. Lo que debemos cambiar es esa visión ecologista de mirar no solo un solo punto de vista sino que debe tenerse en cuenta el todo.

La educación ambiental tiene que entender que el conocimiento es un intercambio de saberes, en el cual se entremezclan conceptos, experiencias de vida, crean cultura y juntos se transforman; en la educación tradicional, se sitúa al maestro como el único que sabe y al alumno como el sujeto pasivo que no tiene nada que aportar.

La labor de la educación ambiental es la de transformar actitudes y comportamientos del individuo con respecto al medio ambiente para lograr el desarrollo de un ser integral, formado en conocimientos y valores para trabajar individual y colectivamente en busca de soluciones a los problemas ambientales.

La evolución de la educación ambiental reside en la integración del derecho, la comuni-cación, la ingeniería, la tecnología y la admi-nistración, para lograr cambios en la forma como el hombre actúa frente a la naturaleza, pero en verdad dicho cambio radica en la construcción social de un pensamiento am-biental, que reconozca la relación existente

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Estado está obligado a velar por su conservación y debida protección, procurando que el desarrollo económico y social sea compatible con las políticas que buscan salvaguardar las riquezas naturales de la nación.”

Y es así, como en nuestra Constitución en-contramos treinta y cuatro (34) disposiciones entre las cuales se aboga por el derecho a la vida, la obligación del Estado de proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación, atención a la salud y al saneamiento ambiental, función ecológica de la propiedad, créditos agropecuarios por calamidad ambiental, edu-cación por la protección del ambiente, re-gulación de la producción y comercialización de bienes y servicios, derecho a un ambiente sano y a la participación en las decisiones am-bientales, prohibición de armas químicas, bio-lógicas y nucleares, deber de proteger los recursos culturales y naturales de nuestro país.

Vemos como la respuesta de las autoridades a la conciencia ambiental ha sido bastante limi-tada, pues con frecuencia se observa el incum-plimiento de la normatividad existente y la incapacidad o el desinterés de hacerla cumplir. Es claro que el tema de la conservación del medio ambiente no ocupa un lugar principal en las agendas públicas.

La sola consagración de los derechos, no es garantía de su ejercicio si los ciudadanos no están informados acerca de sus derechos y las instituciones no se preocupan por hacerlos cumplir.

Considero de gran importancia leer y revisar el artículo 80 de la Constitución Política: “El Estado planificará el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución.

Además, deberá prevenir y controlar los factores de deterioro ambiental, imponer las sanciones legales y exigir la reparación de los daños causados. Así mismo, cooperará con otras naciones en la protección de los ecosistemas situados en las zonas fronterizas”.

Las herramientas legales que la Constitución consagra, deben ser difundidas e incorpo-radas a la ciudadanía en su vida cotidiana para que se hagan realmente efectivos, pues nada sacamos que existan y se encuentren plas-mados en nuestra Constitución si nosotros no los hacemos valer.

Existen en nuestra ciudad organizaciones no gubernamentales, asociaciones que permiten que se optimicen los procesos de tomas de conciencia colectiva y de participación ciuda-dana, las cuales pueden desempeñar un rol muy importante en el proceso de difusión de estos derechos, garantías y mecanismos de participación en la toma de decisiones pú-blicas.

Un mayor conocimiento de los derechos y de las garantías para su cumplimiento es funda-mental para el pleno ejercicio de los derechos por parte de la ciudadanía.

Es por eso que a pesar de la amplia norma-tividad, que protege el derecho a un ambiente sano, esto se convierte en solo palabras y no en una aplicación real, porque cotidianamente se sigue vulnerando este derecho; es evidente que se hace necesario involucrar al ciudadano con sus necesidades, con sus expresiones culturales y tradiciones, dado que el ciuda-dano es parte indisoluble del medio ambiente y otra parte importante es acudir a la edu-cación ambiental, como estrategia, ya que el problema no consiste en que el ciudadano haga uso de los recursos naturales para fines económicos sino en la forma como hace uso de ellos. Por eso se centra su objetivo en el uso racional de los mismos para de esta forma no poner en riesgo a las generaciones futuras de gozar de un ambiente sano.

El papel que juega la educación ambiental en este tema, es de gran importancia, pues se constituye en el proceso de formación orien-tado hacia la transformación de actitudes y comportamientos de la comunidad en rela-ción con el medio ambiente, nos posibilita cambiar la visión que sobre lo ambiental se tiene, para poder concebirlo como las inte-

racciones sociales, políticas, económicas, am-bientales y culturales, para que el ciudadano pueda de esta forma participar en las deci-siones que lo afectan, porque tiene que tomar conciencia que preservando el medio am-biente en últimas lo que esta preservando es una buena calidad de vida.

Lo que se requiere es educar para que se incluya a todos, para que respeten los derechos no es fácil, pero debe establecerse el respeto por el reconocimiento de las libertades indi-viduales y sobre todo, por el respeto a la dig-nidad humana y con ello el derecho ambiental, pilar fundamental de un Estado Social de De-recho, como es el nuestro.

La educación ambiental, no debe concebirse como una disciplina más que deba enseñarse, sino como una práctica a través de la cual se constituyen nuevos valores, se transforman realidades en torno a la complejidad del am-biente. Lo que debemos cambiar es esa visión ecologista de mirar no solo un solo punto de vista sino que debe tenerse en cuenta el todo.

La educación ambiental tiene que entender que el conocimiento es un intercambio de saberes, en el cual se entremezclan conceptos, experiencias de vida, crean cultura y juntos se transforman; en la educación tradicional, se sitúa al maestro como el único que sabe y al alumno como el sujeto pasivo que no tiene nada que aportar.

La labor de la educación ambiental es la de transformar actitudes y comportamientos del individuo con respecto al medio ambiente para lograr el desarrollo de un ser integral, formado en conocimientos y valores para trabajar individual y colectivamente en busca de soluciones a los problemas ambientales.

La evolución de la educación ambiental reside en la integración del derecho, la comuni-cación, la ingeniería, la tecnología y la admi-nistración, para lograr cambios en la forma como el hombre actúa frente a la naturaleza, pero en verdad dicho cambio radica en la construcción social de un pensamiento am-biental, que reconozca la relación existente

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entre sociedad, naturaleza y cultura, para que el ser humano pueda decidir y formular sus propias normas de intervenir en el ambiente.

Tampoco podemos dejar de lado los valores y la ética que tienen gran importancia en la educación ambiental.

En este escrito se aborda la problemática ambiental desde un enfoque sistemático desde el cual se entiende el medio ambiente como un sistema que incluye formas de vida, construcciones simbólicas e instituciones so-ciales. Se encuentra conformado por ele-mentos abióticos tales como: el aire, el agua, el suelo, las rocas, los minerales, la energía, la atmosfera, el clima.

Los bióticos: son los organismos vivientes: la flora, la fauna y los seres humanos.

Los componentes sociales que se refieren a los derivados de las relaciones que se mani-fiestan a través de la cultura, la ideología y la economía.

Los que son producto de la actividad humana como son las expresiones culturales: el len-guaje, las costumbres, las creencias, el arte, la ciencia y la tecnología.

Debemos concluir entonces, que se trata de un campo del conocimiento en construcción y se concibe el Derecho a un Ambiente Sano como un derecho humano fundamental, que nos lleva a decir que no siendo un derecho de alguien en particular, es un derecho de todos y para todos.

Este escrito es producto de mi reflexión académica y personal sobre un tema que se configura en el sujeto desde el momento que nace y que se fortalece a medida que avanza en su desarrollo de acuerdo con las circunstancias que le rodean, me refiero a la formación ciudadana.

Generalmente cuando se persigue un fin, cuando se desea llegar a algún punto es nece-sario elegir los senderos por donde se ha de caminar, a veces, el problema reside en la elección del sendero, efectivamente tuve que decidir. Caminaré en este escrito por varios senderos, dejando de lado quizá algunos importantes, pero que me permiten aproxi-marme al fin que me propongo como es el de invitarlos a cavilar, o si se quiere deliberar, so-

bre el tema de la ciudadanía. Mi primer sen-dero me lleva a pensar la educación y su importancia en la configuración de sujetos libres e iguales. Sigo caminado y me veo en la necesidad de abordar el concepto de ciuda-danía, un entramado de significados que me llevan por los senderos de lo político y lo pú-blico, creo que es necesario configurar el tra-bajo de la formación de ciudadanos desde éstas dos nociones. No finalizo, dejo algunos interrogantes

Primer sendero:

La educaciónLa cohesión en toda sociedad humana pro-cede de un conjunto de actividades y de pro-yectos comunes, pero también de valores compartidos, que constituyen otros tantos aspectos de la voluntad de vivir juntos. Con el tiempo esos vínculos materiales y espirituales se enriquecen y se convierten, en la memoria individual y colectiva, en un patrimonio cul-tural en el sentido amplio de la palabra, que

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VersiónDIGITAL

en internet

www.issuu.com/[email protected]

Necesitamos una educación que nos haga valientes ciudadanos y lúcidos seres humanos.

2William Ospina

MarthaElenaCurcio

1Borrero

FormarCIUDADANOS

desde lo políticopara lo público

1. MARTHA ELENACURCIO BORRERODocente investigadora de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.

2. Ospina W.. Discurso leído en la clausura de Metas 2021 de la Organización de Estados Iberoamericanos.9 de septiembre de 2009. Fuente El Espectador. Disponible en http://www.oei.es/noticias/spip.php?article5576

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entre sociedad, naturaleza y cultura, para que el ser humano pueda decidir y formular sus propias normas de intervenir en el ambiente.

Tampoco podemos dejar de lado los valores y la ética que tienen gran importancia en la educación ambiental.

En este escrito se aborda la problemática ambiental desde un enfoque sistemático desde el cual se entiende el medio ambiente como un sistema que incluye formas de vida, construcciones simbólicas e instituciones so-ciales. Se encuentra conformado por ele-mentos abióticos tales como: el aire, el agua, el suelo, las rocas, los minerales, la energía, la atmosfera, el clima.

Los bióticos: son los organismos vivientes: la flora, la fauna y los seres humanos.

Los componentes sociales que se refieren a los derivados de las relaciones que se mani-fiestan a través de la cultura, la ideología y la economía.

Los que son producto de la actividad humana como son las expresiones culturales: el len-guaje, las costumbres, las creencias, el arte, la ciencia y la tecnología.

Debemos concluir entonces, que se trata de un campo del conocimiento en construcción y se concibe el Derecho a un Ambiente Sano como un derecho humano fundamental, que nos lleva a decir que no siendo un derecho de alguien en particular, es un derecho de todos y para todos.

Este escrito es producto de mi reflexión académica y personal sobre un tema que se configura en el sujeto desde el momento que nace y que se fortalece a medida que avanza en su desarrollo de acuerdo con las circunstancias que le rodean, me refiero a la formación ciudadana.

Generalmente cuando se persigue un fin, cuando se desea llegar a algún punto es nece-sario elegir los senderos por donde se ha de caminar, a veces, el problema reside en la elección del sendero, efectivamente tuve que decidir. Caminaré en este escrito por varios senderos, dejando de lado quizá algunos importantes, pero que me permiten aproxi-marme al fin que me propongo como es el de invitarlos a cavilar, o si se quiere deliberar, so-

bre el tema de la ciudadanía. Mi primer sen-dero me lleva a pensar la educación y su importancia en la configuración de sujetos libres e iguales. Sigo caminado y me veo en la necesidad de abordar el concepto de ciuda-danía, un entramado de significados que me llevan por los senderos de lo político y lo pú-blico, creo que es necesario configurar el tra-bajo de la formación de ciudadanos desde éstas dos nociones. No finalizo, dejo algunos interrogantes

Primer sendero:

La educaciónLa cohesión en toda sociedad humana pro-cede de un conjunto de actividades y de pro-yectos comunes, pero también de valores compartidos, que constituyen otros tantos aspectos de la voluntad de vivir juntos. Con el tiempo esos vínculos materiales y espirituales se enriquecen y se convierten, en la memoria individual y colectiva, en un patrimonio cul-tural en el sentido amplio de la palabra, que

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Necesitamos una educación que nos haga valientes ciudadanos y lúcidos seres humanos.

2William Ospina

MarthaElenaCurcio

1Borrero

FormarCIUDADANOS

desde lo políticopara lo público

1. MARTHA ELENACURCIO BORRERODocente investigadora de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.

2. Ospina W.. Discurso leído en la clausura de Metas 2021 de la Organización de Estados Iberoamericanos.9 de septiembre de 2009. Fuente El Espectador. Disponible en http://www.oei.es/noticias/spip.php?article5576

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origina el sentimiento de pertenencia y soli-daridad.

En todo el mundo, la educación en sus dis-tintas formas, tiene por cometido establecer entre los individuos vínculos sociales pro-cedentes de referencias comunes. Los medios empleados varían según la diversidad de las culturas y las circunstancias pero, en todos los casos, la finalidad principal de la educación es el pleno desarrollo del ser humano en sus dimensiones. Esta se define como vehículo de las culturas y los valores, como construcción de un espacio de socialización y como crisol de un proyecto en construcción.

Hoy día, esos distintos modos de sociali-zación están sometidos a dura prueba en so-ciedades amenazadas a su vez por la desor-ganización y la ruptura del vínculo social. En consecuencia los sistemas educativos sufren una serie de tensiones, en la medida en que se trata de respetar la diversidad de los indi-viduos y de los grupos humanos, mante-niendo al mismo tiempo el principio de ho-mogeneidad que implica la necesidad de res-petar reglas comunes.

Por su puesto, una cosa es la educación y otra el sistema escolar, la educación comienza mucho antes de la llega de los niños a las aulas, nuestro primeros educadores son los padres, parientes, amigos, gentes desconocidas en las calles, autoridades, medios de comunicación. Al llagar al sistema escolar los rasgos fun-damentales de su educación ya están trazados, se llega a la escuela a aprender pero ya se trae una formación sobre el propio valor, sobre la dignidad, sobre los valores y las responsa-bilidades que se tienen con uno mismo y con los demás; la configuración del sujeto político está empezando a echar raíces. Por ello la edu-cación debe asumir la difícil tarea de trans-formar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre los individuos y

los grupos humanos. Su más alta ambición es brindar a cada cual los medios de una ciu-dadanía consciente y activa cuya plena reali-zación sólo puede lograrse en el contexto de sociedades democráticas. Aquí es donde ad-quiere sentido la tesis que propongo, la for-mación ciudadana es un asunto de todos y debe estar encaminada a la construcción de lo político.

Aunque no es el interés de este texto, es necesario hacer una retrospectiva del sentido que se ha dado a la formación de la ciudadanía en nuestro medio. El discurso ciudadano estaba vinculado a formas clásicas de la ur-banidad y la disciplina, la noción de orden y, con ella, la de progreso, que entraron al idea-rio democrático de diferentes países del con-tinente. Hacia los años cincuenta, en medio de las transformaciones que operaron tras la Segunda Guerra Mundial cuando se le im-puso a la educación la necesaria reflexión sobre la ciudadanía que procedió por tres medios, la intensificación de la enseñanza de la historia, la promoción de asignaturas dedi-cadas específicamente al civismo y la demo-cracia y las nuevas políticas educativas enca-minadas al trabajas al capital humano.

Fue así como se abrieron espacios específicos desde el campo de la educación para las discusiones sobre la formación para la ciuda-danía, sin embargo, aún centrados en la cues-tión de la socialización política, preocupados fundamentalmente por ilustrar las formas de funcionamiento de los sistemas de gobierno, reducidos a exposiciones teóricas estériles que ofrecían discernimiento político, pero po-cas actitudes democráticas. La ciudadanía im-partida, netamente instructiva y poco for-mativa, proponía el plano de los derechos y los debes en la exclusividad de las normas.

Desde los años noventa se ha percibido una renovación de las preocupaciones por la for-mación en la ciudadanía. Afianzada en nuevas actitudes hacia la política y lo público, invo-lucrando el conjunto de dimensiones que se han puesto en juego para la ciudadanía a pro-pósito de los discursos sobre la diferencia y la diversidad cultural. Pero, no ha sido sufi-ciente, quizá, porque en medio de todo lo que se ha tratado es de instruir y no de educar, educar con conciencia crítica para que la persona asuma posiciones y sea crítico, para que en su proceso de formación incorpore y

haga consciente sus posibilidades cognitivas, procedimentales, actitudinales y afectivas, y pase del discurso a la acción.

Segundo sendero:

La ciudadanía

Si bien es cierto, ciudadanía es un concepto insuficientemente definido, y sobre el cual no existe una completa coincidencia entre los actores involucrados, tanto en su discusión como en su desarrollo, éste constituye uno de los ejes centrales sobre los cuales se articula el ideario moderno: razón, libertad, autonomía. De igual manera, sobre las condiciones nece-sarias para ejercer dicha ciudadanía, las di-mensiones que abarca, los contenidos que de-bería incluir, son también asuntos de interés debido a que no solo es una cuestión de índole intelectual, por demás importante, sino que se convierte en una situación de carácter viven-cial y de implicaciones sociales.

Una de las dificultades para identificar y de-finir más precisamente la ciudadanía, no solo desde lo teórico o la reflexión, es que ella tiene su ethos en uno de los ámbitos desde el cual la persona se construye como sujeto político en la interacción con el otro: la vida cotidiana. La ciudadanía, ese espacio de la libertad polí-tica, civil, social y cultural, se encuentra en ocasiones coartado, limitado y restringido por diversas circunstancias y factores que van des-de lo personal hasta las que tienen que ver con el Estado.

El concepto de ciudadanía hace parte de un constructo que moviliza diferentes tensiones y posiciones, siendo la más notable aquella que se refiere al ciudadano como poseedor de derechos civiles, políticos y sociales, cuyo garante principal es el Estado. Este postulado remite a posicionar la ciudadanía como ex-presión del ámbito político, en donde subya-cen resistencias a nivel económico, moral y jurídico, es así como se configura la ciuda-danía en la época moderna. A partir de las Revoluciones Liberal, Americana y Francesa, el término ciudadanía se desarrolla conno-tando el tipo de relación que el individuo tiene con el Estado dentro de los principios de igualdad y libertad. Históricamente es una propuesta que se construye con los aportes de los pensadores de la Revolución Liberal de 1688 (Locke), de la Revolución Americana de

1776 (Franklin, Hamilton, Maison), y la Revolución Francesa de 1786 (Montesquieu, Voltaire, Diderot, Condorcet y Rousseau). Se atribuye a la Revolución Francesa, con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la reivindicación de la igualdad y la exigencia de que exista congruencia entre la subjetividad de la persona y la requerida por el ciudadano. “En términos modernos se concibe a la persona como poseyendo unos derechos civiles y al ciudadano unos derechos políticos, los primeros siendo un medium para poder practicar los segundos”.

La noción moderna de ciudadanía es construida en la posguerra en mediados del siglo XIX, período de institucionalización de los Estados de bienestar. “la ciudadanía comienza a desvincularse de su dimensión part-icularista cultural y a identificarse con pertenencia a una comunidad política amplia nacional, jurídicamente delimitada, constitutiva de la mul-tiplicidad de ciudades dependientes de un centro de

3 4poder” . Marshall en 1949 en su trabajo “Ciudadanía y clase social”, defiende el postulado de una básica igualdad humana, asociada al concepto de la pertenencia plena a una comunidad que no entra en contra-dicción con las desigualdades que distinguen los niveles económicos de la sociedad. Esta teoría constituye una de las condiciones previas de la justicia social; para tal efecto, divide la ciudadanía en tres componentes: civil, político y social; el elemento civil está constituido por los derechos necesarios para la libertad individual: de la persona, de ex-presión, de pensamiento y religión, de pro-piedad, así como derecho a establecer con-tratos válidos, y derecho a la justicia; el po-lítico es el derecho individual a participar en el ejercicio del poder político como miembro de un cuerpo investido de autoridad política o como elector de sus miembros; el compo-nente social abarca desde el derecho a la seguridad y a un mínimo bienestar econó-

3. ZAPATA, B. Ricard. Ciudadanía, democracia y pluralismo cultural: hacia un nuevo contrato social. Barcelona: Anthropos Editorial. 2001, p. 25

4. MARSHALL, T:H. Ciudadanía y clase social. Madrid: Alianza Editorial. 1998, citado por ANZOLA, L. Ciudadanía y conflicto. Inclusión social y nuevas ciudadanías. Bogotá: Universidad Pontificia Javeriana, 2003. p. 85

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origina el sentimiento de pertenencia y soli-daridad.

En todo el mundo, la educación en sus dis-tintas formas, tiene por cometido establecer entre los individuos vínculos sociales pro-cedentes de referencias comunes. Los medios empleados varían según la diversidad de las culturas y las circunstancias pero, en todos los casos, la finalidad principal de la educación es el pleno desarrollo del ser humano en sus dimensiones. Esta se define como vehículo de las culturas y los valores, como construcción de un espacio de socialización y como crisol de un proyecto en construcción.

Hoy día, esos distintos modos de sociali-zación están sometidos a dura prueba en so-ciedades amenazadas a su vez por la desor-ganización y la ruptura del vínculo social. En consecuencia los sistemas educativos sufren una serie de tensiones, en la medida en que se trata de respetar la diversidad de los indi-viduos y de los grupos humanos, mante-niendo al mismo tiempo el principio de ho-mogeneidad que implica la necesidad de res-petar reglas comunes.

Por su puesto, una cosa es la educación y otra el sistema escolar, la educación comienza mucho antes de la llega de los niños a las aulas, nuestro primeros educadores son los padres, parientes, amigos, gentes desconocidas en las calles, autoridades, medios de comunicación. Al llagar al sistema escolar los rasgos fun-damentales de su educación ya están trazados, se llega a la escuela a aprender pero ya se trae una formación sobre el propio valor, sobre la dignidad, sobre los valores y las responsa-bilidades que se tienen con uno mismo y con los demás; la configuración del sujeto político está empezando a echar raíces. Por ello la edu-cación debe asumir la difícil tarea de trans-formar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre los individuos y

los grupos humanos. Su más alta ambición es brindar a cada cual los medios de una ciu-dadanía consciente y activa cuya plena reali-zación sólo puede lograrse en el contexto de sociedades democráticas. Aquí es donde ad-quiere sentido la tesis que propongo, la for-mación ciudadana es un asunto de todos y debe estar encaminada a la construcción de lo político.

Aunque no es el interés de este texto, es necesario hacer una retrospectiva del sentido que se ha dado a la formación de la ciudadanía en nuestro medio. El discurso ciudadano estaba vinculado a formas clásicas de la ur-banidad y la disciplina, la noción de orden y, con ella, la de progreso, que entraron al idea-rio democrático de diferentes países del con-tinente. Hacia los años cincuenta, en medio de las transformaciones que operaron tras la Segunda Guerra Mundial cuando se le im-puso a la educación la necesaria reflexión sobre la ciudadanía que procedió por tres medios, la intensificación de la enseñanza de la historia, la promoción de asignaturas dedi-cadas específicamente al civismo y la demo-cracia y las nuevas políticas educativas enca-minadas al trabajas al capital humano.

Fue así como se abrieron espacios específicos desde el campo de la educación para las discusiones sobre la formación para la ciuda-danía, sin embargo, aún centrados en la cues-tión de la socialización política, preocupados fundamentalmente por ilustrar las formas de funcionamiento de los sistemas de gobierno, reducidos a exposiciones teóricas estériles que ofrecían discernimiento político, pero po-cas actitudes democráticas. La ciudadanía im-partida, netamente instructiva y poco for-mativa, proponía el plano de los derechos y los debes en la exclusividad de las normas.

Desde los años noventa se ha percibido una renovación de las preocupaciones por la for-mación en la ciudadanía. Afianzada en nuevas actitudes hacia la política y lo público, invo-lucrando el conjunto de dimensiones que se han puesto en juego para la ciudadanía a pro-pósito de los discursos sobre la diferencia y la diversidad cultural. Pero, no ha sido sufi-ciente, quizá, porque en medio de todo lo que se ha tratado es de instruir y no de educar, educar con conciencia crítica para que la persona asuma posiciones y sea crítico, para que en su proceso de formación incorpore y

haga consciente sus posibilidades cognitivas, procedimentales, actitudinales y afectivas, y pase del discurso a la acción.

Segundo sendero:

La ciudadanía

Si bien es cierto, ciudadanía es un concepto insuficientemente definido, y sobre el cual no existe una completa coincidencia entre los actores involucrados, tanto en su discusión como en su desarrollo, éste constituye uno de los ejes centrales sobre los cuales se articula el ideario moderno: razón, libertad, autonomía. De igual manera, sobre las condiciones nece-sarias para ejercer dicha ciudadanía, las di-mensiones que abarca, los contenidos que de-bería incluir, son también asuntos de interés debido a que no solo es una cuestión de índole intelectual, por demás importante, sino que se convierte en una situación de carácter viven-cial y de implicaciones sociales.

Una de las dificultades para identificar y de-finir más precisamente la ciudadanía, no solo desde lo teórico o la reflexión, es que ella tiene su ethos en uno de los ámbitos desde el cual la persona se construye como sujeto político en la interacción con el otro: la vida cotidiana. La ciudadanía, ese espacio de la libertad polí-tica, civil, social y cultural, se encuentra en ocasiones coartado, limitado y restringido por diversas circunstancias y factores que van des-de lo personal hasta las que tienen que ver con el Estado.

El concepto de ciudadanía hace parte de un constructo que moviliza diferentes tensiones y posiciones, siendo la más notable aquella que se refiere al ciudadano como poseedor de derechos civiles, políticos y sociales, cuyo garante principal es el Estado. Este postulado remite a posicionar la ciudadanía como ex-presión del ámbito político, en donde subya-cen resistencias a nivel económico, moral y jurídico, es así como se configura la ciuda-danía en la época moderna. A partir de las Revoluciones Liberal, Americana y Francesa, el término ciudadanía se desarrolla conno-tando el tipo de relación que el individuo tiene con el Estado dentro de los principios de igualdad y libertad. Históricamente es una propuesta que se construye con los aportes de los pensadores de la Revolución Liberal de 1688 (Locke), de la Revolución Americana de

1776 (Franklin, Hamilton, Maison), y la Revolución Francesa de 1786 (Montesquieu, Voltaire, Diderot, Condorcet y Rousseau). Se atribuye a la Revolución Francesa, con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la reivindicación de la igualdad y la exigencia de que exista congruencia entre la subjetividad de la persona y la requerida por el ciudadano. “En términos modernos se concibe a la persona como poseyendo unos derechos civiles y al ciudadano unos derechos políticos, los primeros siendo un medium para poder practicar los segundos”.

La noción moderna de ciudadanía es construida en la posguerra en mediados del siglo XIX, período de institucionalización de los Estados de bienestar. “la ciudadanía comienza a desvincularse de su dimensión part-icularista cultural y a identificarse con pertenencia a una comunidad política amplia nacional, jurídicamente delimitada, constitutiva de la mul-tiplicidad de ciudades dependientes de un centro de

3 4poder” . Marshall en 1949 en su trabajo “Ciudadanía y clase social”, defiende el postulado de una básica igualdad humana, asociada al concepto de la pertenencia plena a una comunidad que no entra en contra-dicción con las desigualdades que distinguen los niveles económicos de la sociedad. Esta teoría constituye una de las condiciones previas de la justicia social; para tal efecto, divide la ciudadanía en tres componentes: civil, político y social; el elemento civil está constituido por los derechos necesarios para la libertad individual: de la persona, de ex-presión, de pensamiento y religión, de pro-piedad, así como derecho a establecer con-tratos válidos, y derecho a la justicia; el po-lítico es el derecho individual a participar en el ejercicio del poder político como miembro de un cuerpo investido de autoridad política o como elector de sus miembros; el compo-nente social abarca desde el derecho a la seguridad y a un mínimo bienestar econó-

3. ZAPATA, B. Ricard. Ciudadanía, democracia y pluralismo cultural: hacia un nuevo contrato social. Barcelona: Anthropos Editorial. 2001, p. 25

4. MARSHALL, T:H. Ciudadanía y clase social. Madrid: Alianza Editorial. 1998, citado por ANZOLA, L. Ciudadanía y conflicto. Inclusión social y nuevas ciudadanías. Bogotá: Universidad Pontificia Javeriana, 2003. p. 85

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mico hasta el de compartir plenamente la herencia social y vivir la vida de un ser civi-lizado, conforme a los estándares predomi-nantes de la sociedad.

Para Marshall, la ciudadanía se entiende, en un sentido amplio, como condición de quienes pertenecen a una comunidad, dicha condición implica igualdad de derechos y de deberes pa-ra los ciudadanos, e implica participación.

Algunas corrientes como el liberalismo, que se ocupan de reflexionar sobre la condición del ser ciudadano resurge como una alternativa mucho más amplia, apoyada en los planteamientos de Kant quien afirma que: “la sociedad es el único orden social aceptable para personas que se conciban a sí mismas como agentes

5racionales autónomos y fines en sí mismos” , ava-lando la relación ciudadano-estado y desde los principios de justicia planteados por Rawls, el de las libertades cívicas y la igualdad de oportunidades que cobran especial impor-tancia en tanto se traducen en bienes sociales primarios.

Si bien esta doctrina concibe la existencia de los deberes, privilegia los derechos y especí-ficamente los derechos individuales, pro-mueve en la formación de la ciudadanía la capacidad de cuestionar la autoridad, involu-crando la discusión pública y expresa con-fianza en una educación que reconozca el pluralismo y el desarrollo del pensamiento crítico.

Una de las críticas que se le hace a este autor: Maria Eugenia UDEA

Por otro lado el comunitarismo plantea que la ciudadanía presupone pertenencia plena a una comunidad política como miembro de la misma, implica la conciencia de estar inte-grado a una comunidad, dotado de una cierta

iden-tidad propia que abarca y engloba a sus integrantes singulares, unidos a los demás por vínculos de solidaridad, cohesión social y

6conciencia de grupo , virtudes se aprenden ejercitan en organizaciones voluntarias de la sociedad civil tales como las iglesias, familias y organizaciones cívicas.

No obstante, el “… pluralismo de la sociedad moderna impide lograr una comunidad cívica dotada de tradiciones propias y de un ethos común, por lo que el ciudadano debe concentrarse en el aprendizaje y ejercicio de ciertas virtudes públicas en comunidades locales y grupos que intencionalmente producen una

7participación real y continuada” .

Como lo expresa Alain Touraine:

“No hay democracia sin conciencia de per-tenencia a una colectividad política, una na-ción en la mayoría de los casos, pero también una comuna, una región y hasta un conjunto federal, (…). La democracia se asienta sobre la responsabilidad de los ciudadanos de un país. Si éstos no se sienten responsables de su gobierno, porque éste ejerce su poder en un conjunto territorial que les parece artificial o ajeno, no puede haber ni representatividad de los dirigentes ni libre elección de éstos por los

8dirigidos” .

Para este autor la conciencia de pertenencia tiene dos aspectos complementarios; la con-ciencia de ser ciudadano y la conciencia de pertenencia a una comunidad, éste segunda es la cara defensiva de una conciencia demo-crática si contribuye a liberar al individuo de una dominación social y política.

Una tercera corriente, el republicanismo, en-fatiza en la dimensión de la participación polí-tica en el ejercicio de la ciudadanía, reconoce la autonomía, el pluralismo, la libertad ligada al orden normativo, la ley como garantía de derechos, las instituciones colectivas, la ley independiente y los derechos como producto de la decisión colectiva de los ciudadano. Son dos los elementos que guían esta corriente: la virtud cívica y la responsabilidad sobre lo pú-blico.

Hasta el momento nuestro recorrido nos per-mite aproximarnos a una concepción de ciu-dadanía desde los derechos (civiles, sociales o políticos) pero también desde las respon-

sabilidades. Dos elementos integran este con-cepto: pertenecía y participación. No se es sujeto político en tanto no se ejerzan estas dos dimensiones en estrecha relación con el Es-

9tado. Según Herrera la ciudadanía en esta perspectiva, es contemplada como un estatus jurídico a través del cual los individuos se consideran poseedores de un conjunto de derechos y de deberes que los hacen miem-bros de una comunidad política; sujeto po-lítico para lo público y desde lo público es allí donde se adquiere esta dimensión, precisa-mente desde este espacio que es el que lo vi-sibiliza a través del lenguaje.

Tercer sendero:

Lo político

Hablar de lo político es hablar de aquello que emerge, que se construye en toda interre-lación humana, por tanto lo político es tan antiguo como el género humano. Cuando el primer hombre se encuentra con el otro, reconociendo que ese otro no es él, pero que en su complemento forman el nosotros, es entonces cuando hablamos de la otredad, el surgimiento del alter ego, la mirada de lo diferente. Y frente a esa sorpresa del en-cuentro hubo necesidad de llegar a acuerdos, de convivir. Esto es lo político. Para el republi-canismo es una concepción constitutiva, es decir, aquello en lo que consiste ser humano en la práctica, el zoom politikon sostenido por Aristóteles, que el hombre es un ser político significa que la polis es condición y forma de

vivir humano del hombre, que la humani-zación de éste equivale a su politización. Ser político, vivir en la polis, significaba que todo se decía por medio de palabras y de per-suasión, y no con la fuerza y la violencia, entonces, añadimos el zoon logon ekhon <ser vivo capaz del discurso>.

10Álvaro Díaz , nos acerca un poco al concepto planteando algunas reflexiones que lo carac-terizan, lo político trata sobre:

1. La humanidad, que vive en la diferencia y requiere la convivencia: vivir asociados.

2. Necesita de reguladores como el pudor y la justicia. Para el momento actual están también la igualdad, la solidaridad, la equidad, las relaciones simétricas.

3. No es de unos pocos, sino de todos.

4. Es obligación y deber de todos participar y actuar la política.

5. Lo político no es escenario o cualidad de unos pocos a quienes denominamos especialistas, por lo que se mueve y actúan en el plano de la doxa, no de la episteme, de la práctica discursiva, no del discurso logocéntrico.

6. El no ejercicio de lo político nos deshumaniza, nos cosifica.

La formación ciudadana debe significar la configuración del sujeto político, ser ciuda-dano significa tener capacidad para vivir con

5. VASCO, C. Tres estilos de trabajo en las ciencias sociales. Documentos ocasionales. Bogotá: CINEP, 1990. p. 54

6. Ibíd., p. 25.

7. BÁRCENA, F. el oficio de la ciudadanía. Introducción a la educación política. Barcelona: Paidós, 1997, p. 128-129.

8. TOURAINE. A. ¿Qué es la democracia?. México: Fondo de cultura económica. 2004. p. 99

9. HERRERA, M. Educación y cultura política. Una mirada multidisciplinaria. Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional. 2001. p. 43

10. DIAZ, A. Una discreta diferenciación entre la política y lo político y su incidencia sobre la educación en cuanto socialización política. Reflexión Política. IEP. Junio. 2003. Nº. 9 Bucaramanga. P, 50

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mico hasta el de compartir plenamente la herencia social y vivir la vida de un ser civi-lizado, conforme a los estándares predomi-nantes de la sociedad.

Para Marshall, la ciudadanía se entiende, en un sentido amplio, como condición de quienes pertenecen a una comunidad, dicha condición implica igualdad de derechos y de deberes pa-ra los ciudadanos, e implica participación.

Algunas corrientes como el liberalismo, que se ocupan de reflexionar sobre la condición del ser ciudadano resurge como una alternativa mucho más amplia, apoyada en los planteamientos de Kant quien afirma que: “la sociedad es el único orden social aceptable para personas que se conciban a sí mismas como agentes

5racionales autónomos y fines en sí mismos” , ava-lando la relación ciudadano-estado y desde los principios de justicia planteados por Rawls, el de las libertades cívicas y la igualdad de oportunidades que cobran especial impor-tancia en tanto se traducen en bienes sociales primarios.

Si bien esta doctrina concibe la existencia de los deberes, privilegia los derechos y especí-ficamente los derechos individuales, pro-mueve en la formación de la ciudadanía la capacidad de cuestionar la autoridad, involu-crando la discusión pública y expresa con-fianza en una educación que reconozca el pluralismo y el desarrollo del pensamiento crítico.

Una de las críticas que se le hace a este autor: Maria Eugenia UDEA

Por otro lado el comunitarismo plantea que la ciudadanía presupone pertenencia plena a una comunidad política como miembro de la misma, implica la conciencia de estar inte-grado a una comunidad, dotado de una cierta

iden-tidad propia que abarca y engloba a sus integrantes singulares, unidos a los demás por vínculos de solidaridad, cohesión social y

6conciencia de grupo , virtudes se aprenden ejercitan en organizaciones voluntarias de la sociedad civil tales como las iglesias, familias y organizaciones cívicas.

No obstante, el “… pluralismo de la sociedad moderna impide lograr una comunidad cívica dotada de tradiciones propias y de un ethos común, por lo que el ciudadano debe concentrarse en el aprendizaje y ejercicio de ciertas virtudes públicas en comunidades locales y grupos que intencionalmente producen una

7participación real y continuada” .

Como lo expresa Alain Touraine:

“No hay democracia sin conciencia de per-tenencia a una colectividad política, una na-ción en la mayoría de los casos, pero también una comuna, una región y hasta un conjunto federal, (…). La democracia se asienta sobre la responsabilidad de los ciudadanos de un país. Si éstos no se sienten responsables de su gobierno, porque éste ejerce su poder en un conjunto territorial que les parece artificial o ajeno, no puede haber ni representatividad de los dirigentes ni libre elección de éstos por los

8dirigidos” .

Para este autor la conciencia de pertenencia tiene dos aspectos complementarios; la con-ciencia de ser ciudadano y la conciencia de pertenencia a una comunidad, éste segunda es la cara defensiva de una conciencia demo-crática si contribuye a liberar al individuo de una dominación social y política.

Una tercera corriente, el republicanismo, en-fatiza en la dimensión de la participación polí-tica en el ejercicio de la ciudadanía, reconoce la autonomía, el pluralismo, la libertad ligada al orden normativo, la ley como garantía de derechos, las instituciones colectivas, la ley independiente y los derechos como producto de la decisión colectiva de los ciudadano. Son dos los elementos que guían esta corriente: la virtud cívica y la responsabilidad sobre lo pú-blico.

Hasta el momento nuestro recorrido nos per-mite aproximarnos a una concepción de ciu-dadanía desde los derechos (civiles, sociales o políticos) pero también desde las respon-

sabilidades. Dos elementos integran este con-cepto: pertenecía y participación. No se es sujeto político en tanto no se ejerzan estas dos dimensiones en estrecha relación con el Es-

9tado. Según Herrera la ciudadanía en esta perspectiva, es contemplada como un estatus jurídico a través del cual los individuos se consideran poseedores de un conjunto de derechos y de deberes que los hacen miem-bros de una comunidad política; sujeto po-lítico para lo público y desde lo público es allí donde se adquiere esta dimensión, precisa-mente desde este espacio que es el que lo vi-sibiliza a través del lenguaje.

Tercer sendero:

Lo político

Hablar de lo político es hablar de aquello que emerge, que se construye en toda interre-lación humana, por tanto lo político es tan antiguo como el género humano. Cuando el primer hombre se encuentra con el otro, reconociendo que ese otro no es él, pero que en su complemento forman el nosotros, es entonces cuando hablamos de la otredad, el surgimiento del alter ego, la mirada de lo diferente. Y frente a esa sorpresa del en-cuentro hubo necesidad de llegar a acuerdos, de convivir. Esto es lo político. Para el republi-canismo es una concepción constitutiva, es decir, aquello en lo que consiste ser humano en la práctica, el zoom politikon sostenido por Aristóteles, que el hombre es un ser político significa que la polis es condición y forma de

vivir humano del hombre, que la humani-zación de éste equivale a su politización. Ser político, vivir en la polis, significaba que todo se decía por medio de palabras y de per-suasión, y no con la fuerza y la violencia, entonces, añadimos el zoon logon ekhon <ser vivo capaz del discurso>.

10Álvaro Díaz , nos acerca un poco al concepto planteando algunas reflexiones que lo carac-terizan, lo político trata sobre:

1. La humanidad, que vive en la diferencia y requiere la convivencia: vivir asociados.

2. Necesita de reguladores como el pudor y la justicia. Para el momento actual están también la igualdad, la solidaridad, la equidad, las relaciones simétricas.

3. No es de unos pocos, sino de todos.

4. Es obligación y deber de todos participar y actuar la política.

5. Lo político no es escenario o cualidad de unos pocos a quienes denominamos especialistas, por lo que se mueve y actúan en el plano de la doxa, no de la episteme, de la práctica discursiva, no del discurso logocéntrico.

6. El no ejercicio de lo político nos deshumaniza, nos cosifica.

La formación ciudadana debe significar la configuración del sujeto político, ser ciuda-dano significa tener capacidad para vivir con

5. VASCO, C. Tres estilos de trabajo en las ciencias sociales. Documentos ocasionales. Bogotá: CINEP, 1990. p. 54

6. Ibíd., p. 25.

7. BÁRCENA, F. el oficio de la ciudadanía. Introducción a la educación política. Barcelona: Paidós, 1997, p. 128-129.

8. TOURAINE. A. ¿Qué es la democracia?. México: Fondo de cultura económica. 2004. p. 99

9. HERRERA, M. Educación y cultura política. Una mirada multidisciplinaria. Bogotá. Universidad Pedagógica Nacional. 2001. p. 43

10. DIAZ, A. Una discreta diferenciación entre la política y lo político y su incidencia sobre la educación en cuanto socialización política. Reflexión Política. IEP. Junio. 2003. Nº. 9 Bucaramanga. P, 50

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los otros, reconociéndose en ellos y reco-nociéndolos a la vez, como iguales, en el ejercicio de su libertad y las de ellos, escu-chando, mirando, y porque no, tocando, sin-tiendo al otro. La educación debe propender por enseñar a resolver los conflictos, no a evitarlos, a manejar las emociones para no excluir, a expresar las opiniones de manera crítica con un lenguaje que cobije a todos, que acerque en vez de separar.

Ese debe ser el sentido de la educación, ayu-dar a las nuevas generaciones para que se den cuenta que pueden reconfigurarse, que pueden reelaborar la imagen que su pasado les impuso, la que los convierte en ciudadanos competentes, en una nueva imagen de sí mis-mos, la que ellos han contribuido a crear por

11sí solos . Esta idea de Rorty me permite afirmar, sin lugar a dudas, que es en la bús-queda del sentido de lo humano donde tienen sentido la educación, para el caso nuestro, la formación de la ciudadanía. Lyotard co-rrobora esta idea cuando plantea que es en la interlocución donde se reconoce la alteridad, y qué es la alteridad sino el yo? ¿Cómo hablar de lo humano cuando no reconozco al otro?

Cuarto sendero:

Lo público

Por su puesto que lo político se configura desde las esferas privada y pública. Me dirijo por estos senderos de lo público y lo privado porque una educación que no garantice la puesta en escena de lo político no tiene sen-tido.

Parto del supuesto de que la separación entre estas dos esferas no existe, al contrario, se en-trelazan y se alimentan la una de la otra. La

esfera pública a la que aludo en este escrito hace referencia a aquello que es visible a todos, lo que aparece en público y puede ser visto y oído por todos, la propia excelencia, aretè para los griegos y vitus para los romanos; lo público es sobresalir, distinguirse de los demás.

A este planteamiento se une Hannah Arendt quien desde la teoría de la acción social reconoce al ciudadano activo que participa en la configuración de la sociedad a través del debate para la toma de decisiones públicas que tienden a la promoción del bien común. Ser ciudadano, habitar la civilización, ser cí-vico, construir con el otro, ser sujeto hablante y participante de lo público, cimentar las po-sibilidades de acción, son ejercicios de ciuda-danía que generan estructuras y cultura de participación, pero sobre todo relatos, histo-rias y proyectos compartidos.

En su libro La Condición Humana desarrolla sus ideas sobre la naturaleza de la acción hu-mana. Ella plantea que existe una diferencia entre labor, trabajo y acción: la primera es una actividad que corresponde a los procesos biológicos del cuerpo, por medio de ella los seres humanos producen todo lo que nece-sitan para alimentarse; el trabajo se trata de la fabricación de uno o varios objetos, cuando el objeto está terminado, el trabajo llega a su término. El fin de la labor es la muerte del organismo vivo, el fin del trabajo no tiene nada que ver con el fin de la existencia hu-mana. La acción, en cambio, es la actividad a través de la cual revelamos nuestra única y singular identidad por medio del discurso y la palabra ante los demás en la esfera pública asentada en la pluralidad. Por la acción mos-tramos quienes somos y damos así respuesta a la pregunta: ¿quién eres tú?:

Acción y discurso están tan estrechamente relacionadas debido a que el acto primordial y específicamente humano debe contener al mismo tiempo la respuesta a la pregunta planteada a todo recién llegado: <¿quién eres tú?>. Este descubrimiento de quien es alguien está implicado tanto en sus palabras como en

12sus actos .

La acción, por su carácter revelador de la propia identidad, es algo así como una ven-tana mental que nos abre al mundo y a los

otros. Nuestra capacidad para actuar en un escenario público de pluralidad se asienta en la apariencia, debemos aparecer ante los otros, hacernos visibles por medio del lenguaje. Esta es la forma a través de la cual nos insertamos en el mundo y esa inserción es como un se-gundo nacimiento.

Retomando mis palabras, la formación ciuda-dana debe tener un claro sentido de la for-mación en lo político desde los espacios públicos, si no se es hablante, si no hay la participación directa en los asuntos de todos, si no existe el empoderamiento del ciudadano desde estas dimensiones difícilmente se lo-grará el cometido.

Vayamos pensando….¿Cuál es mi actitud frente a lo político?

¿Soy consciente de mis responsabilidades hacia lo público?¿Qué papel juego en la formación de los que me rodean?¿Será que predomina todavía la instrucción? Nuestro sistema escolar ¿Educa con con-ciencia crítica?¿En ese proceso de formación se hacen cons-cientes las posibilidades cognitivas, proce-dimentales, actitudinales y afectivas, para que se pase del discurso a la acción?

13La apuesta de Freire puede ser una invitación final: “preparar a sujetos críticos, capaces de responder con prestancia y eficacia a desafíos inesperados y diversificados”, es una necesidad apremiante, no podemos dejar en manos de otros lo que no-sotros podemos construir.

11. RORTY, R. Educación sin dogma. En: Facetas. Washington. No. 88 p. 45

12. ARENDT, H. La condición humana. En: BÁRCENA, F. La educación como acontecimiento ético. Buenos Aires: Paidós, 2000. p. 65.

13. FREIRE, Paulo. Pedagogía de la indignación. Madrid. Ediciones Morata. 2003. Página 136.

Un gran equipo de trabajo

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los otros, reconociéndose en ellos y reco-nociéndolos a la vez, como iguales, en el ejercicio de su libertad y las de ellos, escu-chando, mirando, y porque no, tocando, sin-tiendo al otro. La educación debe propender por enseñar a resolver los conflictos, no a evitarlos, a manejar las emociones para no excluir, a expresar las opiniones de manera crítica con un lenguaje que cobije a todos, que acerque en vez de separar.

Ese debe ser el sentido de la educación, ayu-dar a las nuevas generaciones para que se den cuenta que pueden reconfigurarse, que pueden reelaborar la imagen que su pasado les impuso, la que los convierte en ciudadanos competentes, en una nueva imagen de sí mis-mos, la que ellos han contribuido a crear por

11sí solos . Esta idea de Rorty me permite afirmar, sin lugar a dudas, que es en la bús-queda del sentido de lo humano donde tienen sentido la educación, para el caso nuestro, la formación de la ciudadanía. Lyotard co-rrobora esta idea cuando plantea que es en la interlocución donde se reconoce la alteridad, y qué es la alteridad sino el yo? ¿Cómo hablar de lo humano cuando no reconozco al otro?

Cuarto sendero:

Lo público

Por su puesto que lo político se configura desde las esferas privada y pública. Me dirijo por estos senderos de lo público y lo privado porque una educación que no garantice la puesta en escena de lo político no tiene sen-tido.

Parto del supuesto de que la separación entre estas dos esferas no existe, al contrario, se en-trelazan y se alimentan la una de la otra. La

esfera pública a la que aludo en este escrito hace referencia a aquello que es visible a todos, lo que aparece en público y puede ser visto y oído por todos, la propia excelencia, aretè para los griegos y vitus para los romanos; lo público es sobresalir, distinguirse de los demás.

A este planteamiento se une Hannah Arendt quien desde la teoría de la acción social reconoce al ciudadano activo que participa en la configuración de la sociedad a través del debate para la toma de decisiones públicas que tienden a la promoción del bien común. Ser ciudadano, habitar la civilización, ser cí-vico, construir con el otro, ser sujeto hablante y participante de lo público, cimentar las po-sibilidades de acción, son ejercicios de ciuda-danía que generan estructuras y cultura de participación, pero sobre todo relatos, histo-rias y proyectos compartidos.

En su libro La Condición Humana desarrolla sus ideas sobre la naturaleza de la acción hu-mana. Ella plantea que existe una diferencia entre labor, trabajo y acción: la primera es una actividad que corresponde a los procesos biológicos del cuerpo, por medio de ella los seres humanos producen todo lo que nece-sitan para alimentarse; el trabajo se trata de la fabricación de uno o varios objetos, cuando el objeto está terminado, el trabajo llega a su término. El fin de la labor es la muerte del organismo vivo, el fin del trabajo no tiene nada que ver con el fin de la existencia hu-mana. La acción, en cambio, es la actividad a través de la cual revelamos nuestra única y singular identidad por medio del discurso y la palabra ante los demás en la esfera pública asentada en la pluralidad. Por la acción mos-tramos quienes somos y damos así respuesta a la pregunta: ¿quién eres tú?:

Acción y discurso están tan estrechamente relacionadas debido a que el acto primordial y específicamente humano debe contener al mismo tiempo la respuesta a la pregunta planteada a todo recién llegado: <¿quién eres tú?>. Este descubrimiento de quien es alguien está implicado tanto en sus palabras como en

12sus actos .

La acción, por su carácter revelador de la propia identidad, es algo así como una ven-tana mental que nos abre al mundo y a los

otros. Nuestra capacidad para actuar en un escenario público de pluralidad se asienta en la apariencia, debemos aparecer ante los otros, hacernos visibles por medio del lenguaje. Esta es la forma a través de la cual nos insertamos en el mundo y esa inserción es como un se-gundo nacimiento.

Retomando mis palabras, la formación ciuda-dana debe tener un claro sentido de la for-mación en lo político desde los espacios públicos, si no se es hablante, si no hay la participación directa en los asuntos de todos, si no existe el empoderamiento del ciudadano desde estas dimensiones difícilmente se lo-grará el cometido.

Vayamos pensando….¿Cuál es mi actitud frente a lo político?

¿Soy consciente de mis responsabilidades hacia lo público?¿Qué papel juego en la formación de los que me rodean?¿Será que predomina todavía la instrucción? Nuestro sistema escolar ¿Educa con con-ciencia crítica?¿En ese proceso de formación se hacen cons-cientes las posibilidades cognitivas, proce-dimentales, actitudinales y afectivas, para que se pase del discurso a la acción?

13La apuesta de Freire puede ser una invitación final: “preparar a sujetos críticos, capaces de responder con prestancia y eficacia a desafíos inesperados y diversificados”, es una necesidad apremiante, no podemos dejar en manos de otros lo que no-sotros podemos construir.

11. RORTY, R. Educación sin dogma. En: Facetas. Washington. No. 88 p. 45

12. ARENDT, H. La condición humana. En: BÁRCENA, F. La educación como acontecimiento ético. Buenos Aires: Paidós, 2000. p. 65.

13. FREIRE, Paulo. Pedagogía de la indignación. Madrid. Ediciones Morata. 2003. Página 136.

Un gran equipo de trabajo

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¿Qué es Cultura Ciudadana?Hemos tomado la definición de cultura ciu-dadana dada en el Decreto 295 de 1995 emitido por la alcaldía de Bogotá junto con otros conceptos de ilustres personajes, para apoyarnos en la elaboración de este escrito. Veamos:

Definición:

“Por cultura ciudadana se entiende el con-junto de costumbres, acciones y reglas mí-nimas compartidas que generen sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos.”

“Donde hay cultura ciudadana hay reglas de juego y limites respetados entre descono-cidos. Hay reconocimiento de los deberes del ciudadano. Hay sentido de pertenencia por la ciudad y, por lo tanto, se respeta el patrimonio común y se adhiere al proceso de mejorar la ciudad” Antanas Mockus.

"La ciudad ha sido creada en primer lugar para hacer a los hombres verdaderamente hom-bres, y la ciudad existe para hacerlos felices. El hombre, que inicia su período de desarrollo en la familia, encuentra sólo en la ciudad su madurez: el hombre es por tanto un animal político" Aristóteles.

"Los hombres dejaron poco a poco la barbarie, descubrieron el arte de la vida comunitaria y crearon las primeras ciudades en donde aprendieron la civilización y cultivaron las artes liberales; encuentra el hombre en la cívitas o ciudad un verdadero sentido de grandeza" Cicerón.

"Se llama ciudad a una reunión de hombres que se juntan para vivir felices, y se llama grandeza de una ciudad no ya a la dimensión del lugar, sino a la multitud de sus habitan-tes". J. Botero (1546-1617), sociólogo ur-bano.

“Dios hizo el campo, el hombre inventó la ciudad" William Cowber, poeta inglés.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, define cultura así:

(Del lat. cultūra). 1. f. cultivo. 2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 4. f. ant. Culto religioso.

~ física. 1. f. Conjunto de conocimientos sobre gimnasia y deportes, y práctica de ellos, encaminados al pleno desarrollo de las facultades corporales.

~ popular. 1. f. Conjunto de las manifes-taciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.

-cultura. (Del lat. cultūra). 1. elem. compos. Significa 'cultivo, crianza'.

Pues bien, es claro que la palabra cultura para el propósito que nos ocupa, etimológica-mente significa cultivo, crianza, que al unirla con el adjetivo ciudadana, podría uno afirmar que es el cultivo o la crianza de los habitantes de la ciudad, que es definitivamente coin-cidente con la bien elaborada definición men-cionada al comienzo “el conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generen sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos”.

¿Quién esel arquitecto dela Cultura Ciudadana?

Personalmente nos encanta la definición mencionada al comienzo; abarca todo, las acciones, las reglas y las costumbres mínimas, es decir, se establece el piso de ahí menos ¡nada!; este piso es la fuerza que sostiene el desempeño del ciudadano.

Ahora el gran interrogante es quién es el responsable de diseñar, construir, promo-cionar, mantener y mejorar el piso?. De-finitivamente, consideramos que el respon-sable primario es nuestra organización social moderna, es decir, el estado a través de sus distintas instituciones, independiente del go-bierno o administración de turno.

El estado dentro de su organización política territorial se irá desplegando a los depar-tamentos, distritos, áreas metropolitanas y municipios.

Cada uno de estos entes políticos hará uso de sus instituciones para idear, diseñar y eje-cutar, mantener y mejorar planes y pro-gramas dirigidos a la población para su pro-vecho y beneficio.

En ese orden de ideas, vamos a concen-trarnos en el área metropolitana de

Bucaramanga y a seleccionar un proyecto que, en mi opinión, puede considerarse de-terminante para el establecimiento en buena medida del piso, que es la plataforma, ya sea sólida o ya sea endeble, para disponer de una cultura ciudadana de la que podremos sen-tirnos orgullosos o de pronto apenados porque es claro que el piso es el sostén para generar “sentido de pertenencia”, facilitar “la convivencia urbana” y conducir “al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos”.

Al examinar la definición de cultura ciu-dadana, se identifican en ella varias variables o parámetros, que la operacionalizan con el propósito de poder tener una percepción de cuán buena, regular o mala es la cultura ciudadana de un grupo social. Esto conduce necesariamente a disponer de una escala de medida, de tal manera que, se calificaría con el máximo puntaje de manera ideal a cada variable, es decir, que si el sentido de per-tenencia fuera total y libre de dudas, tendría 100% como calificación, a la convivencia urbana se le asignaría 100% si fuese total-mente armoniosa y libre de roces continuos, crecientes o insolubles entre los miembros del grupo social de tal manera que se pudiese conseguir un total respeto al patrimonio de todos y a los derechos y deberes ciudadanos para poder asignarle la calificación máxima. Naturalmente, el propósito de este escrito no se enfocará a cuantificar cada compo-nente de la definición de cultura ciudadana tomada aquí como soporte.

¿El desarrollo deun proyecto puede crear o destruir Cultura Ciudadana?

Consideramos que un proyecto que podría tomarse como punto de referencia para evaluar la responsabilidad del estado en crear apropiada cultura ciudadana, es el Sistema de Transporte Masivo en el área metropolitana de Bucaramanga, sistema conocido popular-mente como Metrolínea, al ser éste el ente gestor del mismo y en consecuencia el res-ponsable de su éxito o, lo menos deseable, de su fracaso.

El grado de éxito que obtenga Metrolínea en el área metropolitana de Bucaramanga, será

CulturaCiudadana yTRANSPORTEJosé Gregorio

Martínez Quiroga

María EugeniaAcevedo Acevedo

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¿Qué es Cultura Ciudadana?Hemos tomado la definición de cultura ciu-dadana dada en el Decreto 295 de 1995 emitido por la alcaldía de Bogotá junto con otros conceptos de ilustres personajes, para apoyarnos en la elaboración de este escrito. Veamos:

Definición:

“Por cultura ciudadana se entiende el con-junto de costumbres, acciones y reglas mí-nimas compartidas que generen sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos.”

“Donde hay cultura ciudadana hay reglas de juego y limites respetados entre descono-cidos. Hay reconocimiento de los deberes del ciudadano. Hay sentido de pertenencia por la ciudad y, por lo tanto, se respeta el patrimonio común y se adhiere al proceso de mejorar la ciudad” Antanas Mockus.

"La ciudad ha sido creada en primer lugar para hacer a los hombres verdaderamente hom-bres, y la ciudad existe para hacerlos felices. El hombre, que inicia su período de desarrollo en la familia, encuentra sólo en la ciudad su madurez: el hombre es por tanto un animal político" Aristóteles.

"Los hombres dejaron poco a poco la barbarie, descubrieron el arte de la vida comunitaria y crearon las primeras ciudades en donde aprendieron la civilización y cultivaron las artes liberales; encuentra el hombre en la cívitas o ciudad un verdadero sentido de grandeza" Cicerón.

"Se llama ciudad a una reunión de hombres que se juntan para vivir felices, y se llama grandeza de una ciudad no ya a la dimensión del lugar, sino a la multitud de sus habitan-tes". J. Botero (1546-1617), sociólogo ur-bano.

“Dios hizo el campo, el hombre inventó la ciudad" William Cowber, poeta inglés.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, define cultura así:

(Del lat. cultūra). 1. f. cultivo. 2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 4. f. ant. Culto religioso.

~ física. 1. f. Conjunto de conocimientos sobre gimnasia y deportes, y práctica de ellos, encaminados al pleno desarrollo de las facultades corporales.

~ popular. 1. f. Conjunto de las manifes-taciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.

-cultura. (Del lat. cultūra). 1. elem. compos. Significa 'cultivo, crianza'.

Pues bien, es claro que la palabra cultura para el propósito que nos ocupa, etimológica-mente significa cultivo, crianza, que al unirla con el adjetivo ciudadana, podría uno afirmar que es el cultivo o la crianza de los habitantes de la ciudad, que es definitivamente coin-cidente con la bien elaborada definición men-cionada al comienzo “el conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generen sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos”.

¿Quién esel arquitecto dela Cultura Ciudadana?

Personalmente nos encanta la definición mencionada al comienzo; abarca todo, las acciones, las reglas y las costumbres mínimas, es decir, se establece el piso de ahí menos ¡nada!; este piso es la fuerza que sostiene el desempeño del ciudadano.

Ahora el gran interrogante es quién es el responsable de diseñar, construir, promo-cionar, mantener y mejorar el piso?. De-finitivamente, consideramos que el respon-sable primario es nuestra organización social moderna, es decir, el estado a través de sus distintas instituciones, independiente del go-bierno o administración de turno.

El estado dentro de su organización política territorial se irá desplegando a los depar-tamentos, distritos, áreas metropolitanas y municipios.

Cada uno de estos entes políticos hará uso de sus instituciones para idear, diseñar y eje-cutar, mantener y mejorar planes y pro-gramas dirigidos a la población para su pro-vecho y beneficio.

En ese orden de ideas, vamos a concen-trarnos en el área metropolitana de

Bucaramanga y a seleccionar un proyecto que, en mi opinión, puede considerarse de-terminante para el establecimiento en buena medida del piso, que es la plataforma, ya sea sólida o ya sea endeble, para disponer de una cultura ciudadana de la que podremos sen-tirnos orgullosos o de pronto apenados porque es claro que el piso es el sostén para generar “sentido de pertenencia”, facilitar “la convivencia urbana” y conducir “al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos”.

Al examinar la definición de cultura ciu-dadana, se identifican en ella varias variables o parámetros, que la operacionalizan con el propósito de poder tener una percepción de cuán buena, regular o mala es la cultura ciudadana de un grupo social. Esto conduce necesariamente a disponer de una escala de medida, de tal manera que, se calificaría con el máximo puntaje de manera ideal a cada variable, es decir, que si el sentido de per-tenencia fuera total y libre de dudas, tendría 100% como calificación, a la convivencia urbana se le asignaría 100% si fuese total-mente armoniosa y libre de roces continuos, crecientes o insolubles entre los miembros del grupo social de tal manera que se pudiese conseguir un total respeto al patrimonio de todos y a los derechos y deberes ciudadanos para poder asignarle la calificación máxima. Naturalmente, el propósito de este escrito no se enfocará a cuantificar cada compo-nente de la definición de cultura ciudadana tomada aquí como soporte.

¿El desarrollo deun proyecto puede crear o destruir Cultura Ciudadana?

Consideramos que un proyecto que podría tomarse como punto de referencia para evaluar la responsabilidad del estado en crear apropiada cultura ciudadana, es el Sistema de Transporte Masivo en el área metropolitana de Bucaramanga, sistema conocido popular-mente como Metrolínea, al ser éste el ente gestor del mismo y en consecuencia el res-ponsable de su éxito o, lo menos deseable, de su fracaso.

El grado de éxito que obtenga Metrolínea en el área metropolitana de Bucaramanga, será

CulturaCiudadana yTRANSPORTEJosé Gregorio

Martínez Quiroga

María EugeniaAcevedo Acevedo

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determinante para que sus ciudadanos ad-quieran ciertas costumbres y en consecuencia actúen al tenor de determinadas reglas adop-tadas por el grueso de la población.

Empecemos por recordar algunas cifras que indiscutiblemente están relacionados con el sistema de transporte masivo en el área me-tropolitana de Bucaramanga.

En 1994 cuando era alcalde metropolitano el doctor Jaime Rodríguez Ballesteros, como curiosa coincidencia ahora recién posesio-nado gerente de Metrolínea, debido al embo-tellamiento o trancón o congestión vehicular que se producía en la autopista Bucara-manga-Floridablanca, el doctor Rodríguez, como buen ingeniero que es, se dio cuenta que el cuello de botella estaba en el puente García Cadena o puente del viaducto como se le conocía entonces. A la sazón con dos carriles en cada sentido, el doctor Rodríguez contra viento y marea, consiguió agregar un carril adicional en cada sentido, acabando con la congestión al acabar con el cuello de botella que se localizaba precisamente en di-cho puente.

De acuerdo con datos tomados de la revista CS, Ciudad Sostenible, en su edición titulada “ESTADO DEL ARTE DEL AREA ME-TROPOLITANA DE BUCARAMANGA”, la población del área metropolitana de Bucaramanga en 1994 era de 760.781 per-sonas mientras que en el 2010 era de 1.226.309. La población creció más del 60% (61,19%) en dicho periodo.

En 1994, el área metropolitana de Bu-caramanga, disponía de un parque automotor de 83.330 vehículos mientras que en el 2010 el parque era de 158.701, sin incluir moto-cicletas o motos como comúnmente se conocen. Es decir que el parque automotor

casi se ha duplicado en esos dieciséis años (90,45% de crecimiento).

La red vial entretanto, sólo ha crecido en los últimos diez años el 19% (1,9% en promedio anual).

De acuerdo con el Dane, la población de Piedecuesta en 1994 era de 89.698 personas y en 2011 de 135.899, presentándose un cre-cimiento superior al 50%, sin embargo de acuerdo con estimaciones empíricas se afir-ma que la población desde 1994 ha crecido más del 60% por los atractivos naturales que ofrece Piedecuesta como lugar ideal para residir y que gradualmente lo han venido notando sus potenciales moradores y cons-tructores habitacionales.

Según la revista virtual carrosyclasicos.com y de acuerdo con datos del Comité de la Indus-tria Automotriz Colombiana, la venta de vehículos en Colombia de 1990 a 2011 fue así, sin contar las motocicletas:

Para el 2012 según Bbva Research se prevé la venta de 360.000 unidades. En el 2011, la industria creció 11 por ciento en producción, 27 por ciento en exportaciones y 15 por ciento en consumo.

De acuerdo con el Dane a la fecha de corte, 30 de agosto de 2010, en el área metropo-litana de Bucaramanga habían matriculadas 167.797 motos así: en Bucaramanga 21.693, en Floridablanca 66.435, en Piedecuesta 4.260 y en Girón 75.409.

El proyecto del Sistema Integrado de Transporte Masivo - SITM METROLINEA, pretendía mejorar los altos niveles de con-gestión vehicular, la contaminación atmos-férica, los riesgos de accidentes de tránsito, el desorden del tráfico vehicular, incluso la

ineficiencia y hasta el despilfarro en el uso de los recursos energéticos como los com-bustibles fósiles. Se diseñó su implemen-tación así:

Primera fase, Kennedy – Cañaveral – Piedecuesta, con una longitud de 21.35 km., comprendía la implantación de carriles mixtos desde el barrio Kennedy hasta Que-brada Seca, carriles segregados a lo largo del corredor de la Carrera 15 (a partir de la Quebrada Seca), Diagonal 15 y Autopista Bucaramanga-Floridablanca, hasta llegar al puente de Cañaveral. A partir de allí, se tenía previsto nuevamente la implantación de carriles mixtos a lo largo de la autopista Floridablanca-Piedecuesta, hasta llegar al municipio de Piedecuesta.

La segunda fase, Cenfer – Puerta del Sol – Carrera 27 – UIS- par vial Carrera 15, posee una longitud de 11.81 Km, comprendía la implantación de carriles mixtos para el corredor industrial del valle de la quebrada de La Iglesia, a partir de la Puerta del Sol hasta Cenfer y para el tramo Puerta del Sol – UIS y un par vial hasta la carrera 15.

Tercera fase, Cenfer – San Juan de Girón, con una longitud de 4.06 km., contemplaba la implantación de carriles mixtos a lo largo de este corredor vial existente.

Cuarta Carrera 17, calle 56, longitud de 1.2 km., comprendería la adecuación de carriles mixtos en la carrera 17, y en la calle 56 (vías que comunican la Ciudadela Real de Minas con la carrera 15).

Pues bien, como podemos colegir de los da-tos e información aquí referenciada de ma-nera sucinta, el crecimiento poblacional y vehicular en el área metropolitana de Bucara-manga ha desbordado dramáticamente la capacidad de la red vial del área metropo-litana de Bucaramanga, sin que el estado a través de sus entes y funcionarios hayan tomado las medidas apropiadas y pertinentes requeridas que hicieran frente de manera exitosa a esta notoria realidad. Diseñaron un sistema de transporte masivo que desde su origen incubaba el microbio generador de todo lo contrario de lo que pretendían me-jorar.

De hecho los altos niveles de congestión vehicular, los riesgos de accidentes de trán-

sito, y el desorden del tráfico vehicular, de-finitivamente no se iba a subsanar dis-minuyendo las opciones viales para el cre-ciente número de vehículos que año a año inundaba el área metropolitana de Bucara-manga. Al entrar el transporte masivo y otorgarle carriles exclusivos y casi exclusivos para su operación, se estaba en la práctica reduciendo espacio vial al parque existente y creciente, con los consecuentes resultados de una mayor congestión vehicular, mayor número de accidentes de tránsito, mayor de-sorden del tráfico vehicular, mayor conta-minación al estar más tiempo los vehículos encendidos quemando combustibles fósiles debido al “trancón”, más costoso y pro-longado el desplazamiento de las personas, menor comodidad y mayor estrés. Implan-taron el pico y placa, pero esta medida además de impopular y en contravía de las realidades económicas e industriales de nuestro tiempo presente, sólo reduce en un diez por ciento el parque automotor, que no alcanza a compensar su elevada tasa de creci-miento y la menor cantidad de vías dis-ponibles para transitar. Esta medida es con-traria e inconsulta de la realidad económica y de empleo de nuestro país, que atenién-donos a los datos del Comité de la Industria Automotriz Colombiana, actualmente, la in-dustria de automóviles en el país representa el 6.2 por ciento de PIB, emplea al 2.5 por ciento de los trabajadores en el país, y ubica a Colombia como el quinto productor de au-tomóviles en Latinoamérica.

Ante esta situación, la pregunta lógica y obligada que uno se haría es: ¿no sería mu-cho mejor invertir parte de ese 6,2% del PIB que representa la industria del automóvil y construir a un ritmo similar infraestructura urbana consiguiéndose con ello atender la llegada cada año de más vehículos, generar empleo y mover la economía al inyectar más dinero al mercado a través de dichas obras?.

Para completar el cuadro de desaciertos, es importante también mencionar: a) este es el único sistema del país al que le han cargado por diecinueve años un 11,75% de la tarifa al usuario para financiar infraestructura, b) lo inauguraron el 22 de diciembre de 2009, sin contar con la infraestructura, ni siquiera la mínima requerida para hacer moderada-mente eficiente y eficaz este sistema, además de atractivo para al usuario, c) operativa-

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determinante para que sus ciudadanos ad-quieran ciertas costumbres y en consecuencia actúen al tenor de determinadas reglas adop-tadas por el grueso de la población.

Empecemos por recordar algunas cifras que indiscutiblemente están relacionados con el sistema de transporte masivo en el área me-tropolitana de Bucaramanga.

En 1994 cuando era alcalde metropolitano el doctor Jaime Rodríguez Ballesteros, como curiosa coincidencia ahora recién posesio-nado gerente de Metrolínea, debido al embo-tellamiento o trancón o congestión vehicular que se producía en la autopista Bucara-manga-Floridablanca, el doctor Rodríguez, como buen ingeniero que es, se dio cuenta que el cuello de botella estaba en el puente García Cadena o puente del viaducto como se le conocía entonces. A la sazón con dos carriles en cada sentido, el doctor Rodríguez contra viento y marea, consiguió agregar un carril adicional en cada sentido, acabando con la congestión al acabar con el cuello de botella que se localizaba precisamente en di-cho puente.

De acuerdo con datos tomados de la revista CS, Ciudad Sostenible, en su edición titulada “ESTADO DEL ARTE DEL AREA ME-TROPOLITANA DE BUCARAMANGA”, la población del área metropolitana de Bucaramanga en 1994 era de 760.781 per-sonas mientras que en el 2010 era de 1.226.309. La población creció más del 60% (61,19%) en dicho periodo.

En 1994, el área metropolitana de Bu-caramanga, disponía de un parque automotor de 83.330 vehículos mientras que en el 2010 el parque era de 158.701, sin incluir moto-cicletas o motos como comúnmente se conocen. Es decir que el parque automotor

casi se ha duplicado en esos dieciséis años (90,45% de crecimiento).

La red vial entretanto, sólo ha crecido en los últimos diez años el 19% (1,9% en promedio anual).

De acuerdo con el Dane, la población de Piedecuesta en 1994 era de 89.698 personas y en 2011 de 135.899, presentándose un cre-cimiento superior al 50%, sin embargo de acuerdo con estimaciones empíricas se afir-ma que la población desde 1994 ha crecido más del 60% por los atractivos naturales que ofrece Piedecuesta como lugar ideal para residir y que gradualmente lo han venido notando sus potenciales moradores y cons-tructores habitacionales.

Según la revista virtual carrosyclasicos.com y de acuerdo con datos del Comité de la Indus-tria Automotriz Colombiana, la venta de vehículos en Colombia de 1990 a 2011 fue así, sin contar las motocicletas:

Para el 2012 según Bbva Research se prevé la venta de 360.000 unidades. En el 2011, la industria creció 11 por ciento en producción, 27 por ciento en exportaciones y 15 por ciento en consumo.

De acuerdo con el Dane a la fecha de corte, 30 de agosto de 2010, en el área metropo-litana de Bucaramanga habían matriculadas 167.797 motos así: en Bucaramanga 21.693, en Floridablanca 66.435, en Piedecuesta 4.260 y en Girón 75.409.

El proyecto del Sistema Integrado de Transporte Masivo - SITM METROLINEA, pretendía mejorar los altos niveles de con-gestión vehicular, la contaminación atmos-férica, los riesgos de accidentes de tránsito, el desorden del tráfico vehicular, incluso la

ineficiencia y hasta el despilfarro en el uso de los recursos energéticos como los com-bustibles fósiles. Se diseñó su implemen-tación así:

Primera fase, Kennedy – Cañaveral – Piedecuesta, con una longitud de 21.35 km., comprendía la implantación de carriles mixtos desde el barrio Kennedy hasta Que-brada Seca, carriles segregados a lo largo del corredor de la Carrera 15 (a partir de la Quebrada Seca), Diagonal 15 y Autopista Bucaramanga-Floridablanca, hasta llegar al puente de Cañaveral. A partir de allí, se tenía previsto nuevamente la implantación de carriles mixtos a lo largo de la autopista Floridablanca-Piedecuesta, hasta llegar al municipio de Piedecuesta.

La segunda fase, Cenfer – Puerta del Sol – Carrera 27 – UIS- par vial Carrera 15, posee una longitud de 11.81 Km, comprendía la implantación de carriles mixtos para el corredor industrial del valle de la quebrada de La Iglesia, a partir de la Puerta del Sol hasta Cenfer y para el tramo Puerta del Sol – UIS y un par vial hasta la carrera 15.

Tercera fase, Cenfer – San Juan de Girón, con una longitud de 4.06 km., contemplaba la implantación de carriles mixtos a lo largo de este corredor vial existente.

Cuarta Carrera 17, calle 56, longitud de 1.2 km., comprendería la adecuación de carriles mixtos en la carrera 17, y en la calle 56 (vías que comunican la Ciudadela Real de Minas con la carrera 15).

Pues bien, como podemos colegir de los da-tos e información aquí referenciada de ma-nera sucinta, el crecimiento poblacional y vehicular en el área metropolitana de Bucara-manga ha desbordado dramáticamente la capacidad de la red vial del área metropo-litana de Bucaramanga, sin que el estado a través de sus entes y funcionarios hayan tomado las medidas apropiadas y pertinentes requeridas que hicieran frente de manera exitosa a esta notoria realidad. Diseñaron un sistema de transporte masivo que desde su origen incubaba el microbio generador de todo lo contrario de lo que pretendían me-jorar.

De hecho los altos niveles de congestión vehicular, los riesgos de accidentes de trán-

sito, y el desorden del tráfico vehicular, de-finitivamente no se iba a subsanar dis-minuyendo las opciones viales para el cre-ciente número de vehículos que año a año inundaba el área metropolitana de Bucara-manga. Al entrar el transporte masivo y otorgarle carriles exclusivos y casi exclusivos para su operación, se estaba en la práctica reduciendo espacio vial al parque existente y creciente, con los consecuentes resultados de una mayor congestión vehicular, mayor número de accidentes de tránsito, mayor de-sorden del tráfico vehicular, mayor conta-minación al estar más tiempo los vehículos encendidos quemando combustibles fósiles debido al “trancón”, más costoso y pro-longado el desplazamiento de las personas, menor comodidad y mayor estrés. Implan-taron el pico y placa, pero esta medida además de impopular y en contravía de las realidades económicas e industriales de nuestro tiempo presente, sólo reduce en un diez por ciento el parque automotor, que no alcanza a compensar su elevada tasa de creci-miento y la menor cantidad de vías dis-ponibles para transitar. Esta medida es con-traria e inconsulta de la realidad económica y de empleo de nuestro país, que atenién-donos a los datos del Comité de la Industria Automotriz Colombiana, actualmente, la in-dustria de automóviles en el país representa el 6.2 por ciento de PIB, emplea al 2.5 por ciento de los trabajadores en el país, y ubica a Colombia como el quinto productor de au-tomóviles en Latinoamérica.

Ante esta situación, la pregunta lógica y obligada que uno se haría es: ¿no sería mu-cho mejor invertir parte de ese 6,2% del PIB que representa la industria del automóvil y construir a un ritmo similar infraestructura urbana consiguiéndose con ello atender la llegada cada año de más vehículos, generar empleo y mover la economía al inyectar más dinero al mercado a través de dichas obras?.

Para completar el cuadro de desaciertos, es importante también mencionar: a) este es el único sistema del país al que le han cargado por diecinueve años un 11,75% de la tarifa al usuario para financiar infraestructura, b) lo inauguraron el 22 de diciembre de 2009, sin contar con la infraestructura, ni siquiera la mínima requerida para hacer moderada-mente eficiente y eficaz este sistema, además de atractivo para al usuario, c) operativa-

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mente arrancó en esas condiciones en fe-brero de 2010, d) opera con un patio taller provisional alejado más de dos kilómetros de la troncal, sin su debida infraestructura y permisos legales, e) no se incluyó el servicio desde y hacia el barrio Kennedy como tampoco desde y hacia Piedecuesta, excepto que a finales del 2010 incluyeron el servicio de transporte masivo con buses padrones sin alimentación ni desalimentación a Piede-cuesta pero, además, solamente en horas pico, este manejo creó en la mente del usua-rio la concepción de un sistema secundario, efecto totalmente contrario al deseado y bus-cado.

Con la implementación de la primera fase se retiraron de la prestación del servicio de transporte de pasajeros del área metro-politana de Bucaramanga 588 busetas del ser-vicio colectivo y en su reemplazo se intro-dujeron 131 vehículos del servicio masivo (15 articulados, 47 padrones, 69 alimenta-dores). Para la llamada fase II se ha decidido retirar 470 busetas del servicio colectivo y en su reemplazo se introdujeron 100 vehículos del servicio masivo (12 articulados, 53 pa-drones, 35 alimentadores). La capacidad de pasajeros del total de vehículos ya retirados y que se van a retirar del servicio colectivo es de 52.900, mientras que la capacidad de los buses del servicio masivo ya en operación y que van a entrar en operación es de 18.520. Lo crítico de esta diferencia radica prin-cipalmente en la forma como el servicio colectivo presta el servicio comparado con Metrolínea, mientras que todos los vehículos del servicio colectivo hacen de alimentadores y de vehículos troncalizados y semitronca-lizados, los de Metrolínea no. Esto se traduce en un mejor nivel de servicio por parte del servicio colectivo el que indiscutiblemente es sentido y percibido por el usuario, lo que conduce a que el usuario haga uso del ser-

vicio informal que es el que más se le acerca al nivel de servicio dado por el servicio colectivo y que está lejos del nivel dado por el servicio masivo.

Metrolínea adujo que esa diferencia en capa-cidad física de sus vehículos comparados con los del servicio colectivo se compensaba con un servicio eficiente y eficaz, y además, porque de acuerdo con sus estudios las empresas del colectivo tenían capacidad en exceso, lo que significaba ineficiencia que se traducía en desperdicio económico y conta-minación ambiental principalmente.

El siguiente cuadro cuya fuente es Metrolinea reitera lo dicho.

El cuadro incluye las tres fases inicialmente planeadas. Podemos afirmar que en general no se ha cumplido de manera proporcional con lo determinado en el cuadro anterior, baste con recordar que a la fecha no se ha construido el primer portal, ni la primera estación de transferencia, obras necesarias desde la primera fase, así como tampoco la implementación de acuerdo con las fases inicialmente concebidas para que fuese rentable y además, apreciado y defendido por el usuario.

A partir del 15 de octubre de 2011, Metro-línea había decidido poner en ejecución una segunda fase, como ya se dijo, totalmente distinta a la diseñada originalmente, en la que básicamente está incluido, en teoría, el cu-brimiento total de Piedecuesta horaria y

territorialmente, sin la inclusión del sector norte del área metropolitana de Bucaramanga, sector que estaba prevista su inclusión a partir de la primera fase.

Actualmente en Piedecuesta no se cuenta al menos con un patio taller provisional e improvisado como el de la primera fase, pre-dio necesario para ejecutar allí los mante-nimientos preventivos, cosméticos y estéticos mínimos al parque automotor que allí “pernocta” o permanece en “stand by”, mucho menos un portal para el bienestar y seguridad del usuario, tampoco está debidamente pla-neado un buen nivel de servicio o al menos igual al que el usuario recibe hoy en cuanto respecta a la alimentación y desalimentación. Esta segunda fase, sigue sin incluir el servicio al barrio Kennedy planeado para la primera fase.

Debido a la deficiente planeación, la que no consideró las variables objetivas mínimas con-currentes del sistema y luego su consecuente ejecución improvisada, tiene actualmente quebradas a las empresas operadoras, así co-mo a los pequeños transportadores propie-tarios, operadores (choferes), mecánicos, tapi-ceros, electricistas, latoneros y demás personal con ocupaciones alrededor de esta industria, que perdieron la fuente del sustento diario. Sin embargo, las peores y mayores consecuencias que el mal manejo de este sistema ha oca-sionado se localiza en la gente al haber inducido en ella una cultura ciudadana con-traria a la deseada y esperada. Es así como en octubre del 2011, se presentó en Piedecuesta una protesta ciudadana bloqueando la auto-pista Piedecuesta-Floridablanca a la altura de las instalaciones del ICP, en la que rechazaban a Metrolinea por el mal servicio, exigiendo su no ingreso a Piedecuesta y la continuidad del transporte colectivo, el que les prestaba un buen nivel de servicio en cuanto a seguridad, disponibilidad horaria, rapidez, cubrimiento geográfico y comodidad. Luego a finales de enero del presente año, por parte de los ta-xistas se presentó un bloqueo en la autopista a la altura de Provenza y otros puntos como la carrera 27 con calle 56, la carrera 15 con calle 36 por más de cinco horas protestando por-que no se les permitía la prestación del ser-vicio colectivo, cuando por todos es sabido que el transporte por taxi es un servicio indi-vidual de pasajeros, que el servicio colectivo se presta por medio de busetas y buses, las que

están siendo reemplazados por los vehículos del servicio masivo. Finalmente, el 1 de febrero el grupo de dueños de vehículos particulares que prestan el servicio de trans-porte de pasajeros individual y colectivo, de manera ilegal, naturalmente, están igual-mente protestando de manera notoria por los operativos adelantados por las auto-ridades contra el transporte informal, cono-cido comúnmente como transporte pirata.

Los medios de comunicación han dado am-plio y suficiente despliegue a estas protestas. Se han escuchado voces sinceras y con-vencidas tanto de los protagonistas infrac-tores de la ley, exigiendo su derecho a ha-cerlo, así como de varios usuarios pro-clamando su solidaridad con los informales y pidiendo a las autoridades que se dediquen a perseguir a los delincuentes en lugar de hacerlo contra ellos. Curioso, como si la denominada piratería no fuese delincuencia.

En resumen podemos afirmar que el inicio de la llamada fase uno de Metrolínea ha traído los siguientes resultados:

1.-El crecimiento exponencial del transporte informal o pirata. En cifras redondas, de los 115.000 pasajes diarios previstos atender por parte de Metrolínea, ésta sólo está aten-diendo 52.000, mientras que la diferencia, es decir, 63.000 son atendidos por los piratas a saber: taxis colectivos, carros particulares, motocicletas y algunas busetas intermuni-cipales.

2.-La distorsión conceptual del servicio individual de taxi convirtiéndose en colec-tivo, creando terminales de hecho en dis-tintas partes del área metropolitana de Bu-caramanga, contribuyendo al caos y la con-gestión con el beneplácito y apoyo de la co-munidad y con un rotundo desconocimien-to de las normas existentes.

3.-El incremento del carro particular pres-tando servicio público individual y colectivo con el patrocinio de la comunidad, a pesar de no contar con la protección legal personal y familiar que le garantiza un seguro de res-ponsabilidad civil contractual y extra con-tractual e igualmente con un rotundo des-conocimiento de las normas existentes.

4.-El incremento del mototaxi, con el so-porte de la comunidad, a pesar de la ex-

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mente arrancó en esas condiciones en fe-brero de 2010, d) opera con un patio taller provisional alejado más de dos kilómetros de la troncal, sin su debida infraestructura y permisos legales, e) no se incluyó el servicio desde y hacia el barrio Kennedy como tampoco desde y hacia Piedecuesta, excepto que a finales del 2010 incluyeron el servicio de transporte masivo con buses padrones sin alimentación ni desalimentación a Piede-cuesta pero, además, solamente en horas pico, este manejo creó en la mente del usua-rio la concepción de un sistema secundario, efecto totalmente contrario al deseado y bus-cado.

Con la implementación de la primera fase se retiraron de la prestación del servicio de transporte de pasajeros del área metro-politana de Bucaramanga 588 busetas del ser-vicio colectivo y en su reemplazo se intro-dujeron 131 vehículos del servicio masivo (15 articulados, 47 padrones, 69 alimenta-dores). Para la llamada fase II se ha decidido retirar 470 busetas del servicio colectivo y en su reemplazo se introdujeron 100 vehículos del servicio masivo (12 articulados, 53 pa-drones, 35 alimentadores). La capacidad de pasajeros del total de vehículos ya retirados y que se van a retirar del servicio colectivo es de 52.900, mientras que la capacidad de los buses del servicio masivo ya en operación y que van a entrar en operación es de 18.520. Lo crítico de esta diferencia radica prin-cipalmente en la forma como el servicio colectivo presta el servicio comparado con Metrolínea, mientras que todos los vehículos del servicio colectivo hacen de alimentadores y de vehículos troncalizados y semitronca-lizados, los de Metrolínea no. Esto se traduce en un mejor nivel de servicio por parte del servicio colectivo el que indiscutiblemente es sentido y percibido por el usuario, lo que conduce a que el usuario haga uso del ser-

vicio informal que es el que más se le acerca al nivel de servicio dado por el servicio colectivo y que está lejos del nivel dado por el servicio masivo.

Metrolínea adujo que esa diferencia en capa-cidad física de sus vehículos comparados con los del servicio colectivo se compensaba con un servicio eficiente y eficaz, y además, porque de acuerdo con sus estudios las empresas del colectivo tenían capacidad en exceso, lo que significaba ineficiencia que se traducía en desperdicio económico y conta-minación ambiental principalmente.

El siguiente cuadro cuya fuente es Metrolinea reitera lo dicho.

El cuadro incluye las tres fases inicialmente planeadas. Podemos afirmar que en general no se ha cumplido de manera proporcional con lo determinado en el cuadro anterior, baste con recordar que a la fecha no se ha construido el primer portal, ni la primera estación de transferencia, obras necesarias desde la primera fase, así como tampoco la implementación de acuerdo con las fases inicialmente concebidas para que fuese rentable y además, apreciado y defendido por el usuario.

A partir del 15 de octubre de 2011, Metro-línea había decidido poner en ejecución una segunda fase, como ya se dijo, totalmente distinta a la diseñada originalmente, en la que básicamente está incluido, en teoría, el cu-brimiento total de Piedecuesta horaria y

territorialmente, sin la inclusión del sector norte del área metropolitana de Bucaramanga, sector que estaba prevista su inclusión a partir de la primera fase.

Actualmente en Piedecuesta no se cuenta al menos con un patio taller provisional e improvisado como el de la primera fase, pre-dio necesario para ejecutar allí los mante-nimientos preventivos, cosméticos y estéticos mínimos al parque automotor que allí “pernocta” o permanece en “stand by”, mucho menos un portal para el bienestar y seguridad del usuario, tampoco está debidamente pla-neado un buen nivel de servicio o al menos igual al que el usuario recibe hoy en cuanto respecta a la alimentación y desalimentación. Esta segunda fase, sigue sin incluir el servicio al barrio Kennedy planeado para la primera fase.

Debido a la deficiente planeación, la que no consideró las variables objetivas mínimas con-currentes del sistema y luego su consecuente ejecución improvisada, tiene actualmente quebradas a las empresas operadoras, así co-mo a los pequeños transportadores propie-tarios, operadores (choferes), mecánicos, tapi-ceros, electricistas, latoneros y demás personal con ocupaciones alrededor de esta industria, que perdieron la fuente del sustento diario. Sin embargo, las peores y mayores consecuencias que el mal manejo de este sistema ha oca-sionado se localiza en la gente al haber inducido en ella una cultura ciudadana con-traria a la deseada y esperada. Es así como en octubre del 2011, se presentó en Piedecuesta una protesta ciudadana bloqueando la auto-pista Piedecuesta-Floridablanca a la altura de las instalaciones del ICP, en la que rechazaban a Metrolinea por el mal servicio, exigiendo su no ingreso a Piedecuesta y la continuidad del transporte colectivo, el que les prestaba un buen nivel de servicio en cuanto a seguridad, disponibilidad horaria, rapidez, cubrimiento geográfico y comodidad. Luego a finales de enero del presente año, por parte de los ta-xistas se presentó un bloqueo en la autopista a la altura de Provenza y otros puntos como la carrera 27 con calle 56, la carrera 15 con calle 36 por más de cinco horas protestando por-que no se les permitía la prestación del ser-vicio colectivo, cuando por todos es sabido que el transporte por taxi es un servicio indi-vidual de pasajeros, que el servicio colectivo se presta por medio de busetas y buses, las que

están siendo reemplazados por los vehículos del servicio masivo. Finalmente, el 1 de febrero el grupo de dueños de vehículos particulares que prestan el servicio de trans-porte de pasajeros individual y colectivo, de manera ilegal, naturalmente, están igual-mente protestando de manera notoria por los operativos adelantados por las auto-ridades contra el transporte informal, cono-cido comúnmente como transporte pirata.

Los medios de comunicación han dado am-plio y suficiente despliegue a estas protestas. Se han escuchado voces sinceras y con-vencidas tanto de los protagonistas infrac-tores de la ley, exigiendo su derecho a ha-cerlo, así como de varios usuarios pro-clamando su solidaridad con los informales y pidiendo a las autoridades que se dediquen a perseguir a los delincuentes en lugar de hacerlo contra ellos. Curioso, como si la denominada piratería no fuese delincuencia.

En resumen podemos afirmar que el inicio de la llamada fase uno de Metrolínea ha traído los siguientes resultados:

1.-El crecimiento exponencial del transporte informal o pirata. En cifras redondas, de los 115.000 pasajes diarios previstos atender por parte de Metrolínea, ésta sólo está aten-diendo 52.000, mientras que la diferencia, es decir, 63.000 son atendidos por los piratas a saber: taxis colectivos, carros particulares, motocicletas y algunas busetas intermuni-cipales.

2.-La distorsión conceptual del servicio individual de taxi convirtiéndose en colec-tivo, creando terminales de hecho en dis-tintas partes del área metropolitana de Bu-caramanga, contribuyendo al caos y la con-gestión con el beneplácito y apoyo de la co-munidad y con un rotundo desconocimien-to de las normas existentes.

3.-El incremento del carro particular pres-tando servicio público individual y colectivo con el patrocinio de la comunidad, a pesar de no contar con la protección legal personal y familiar que le garantiza un seguro de res-ponsabilidad civil contractual y extra con-tractual e igualmente con un rotundo des-conocimiento de las normas existentes.

4.-El incremento del mototaxi, con el so-porte de la comunidad, a pesar de la ex-

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posición a altos riesgos en su salud e integridad física, además de no contar con la protección legal, personal y familiar que les otorga un seguro de responsabilidad civil contractual y extra contractual y de igual manera, con un rotundo desconocimiento de las normas existentes.

5.-Cambio conceptual y de mentalidad ciu-dadanas al considerar que el transporte in-formal tiene todo el derecho de existir, mientras que los pequeños propietarios que cumplen con todos los requisitos legales deben abandonar su actividad.

6.-Convencimiento del usuario de que el transporte masivo ofrece un bajo nivel de servicio y su consecuente apego a prácticas ilegales, a las que no considera como tales.

7.- Pérdida de confianza en el estamento y sus representantes.

8.- Confusión en una buena parte de la comunidad al pensar equivocadamente que los responsables del caos y el desorden son los pequeños empresarios del transporte, generándose roces entre grupos sociales.

Conclusión:El tremendo caos que actualmente estamos viviendo en el área metropolitana de Buca-ramanga, ocasionado por problema de mo-vilidad, produce congestión vehicular, pér-dida de tiempo, estrés colectivo, deses-peranza, pérdidas económicas, crecimiento de la accidentalidad, mayor contaminación ambiental, pesimismo, erróneas concepcio-nes, erróneas explicaciones y en la mayoría de los casos, falsas percepciones que han con-ducido a la ciudadanía a concebir falsas “verdades” las que serán difíciles de cambiar una vez se vayan posicionando cada día más y más.

El alto crecimiento del parque de moto-cicletas, así como su alta accidentalidad, obliga a repensar en el medio de desplaza-miento de este tipo de vehículos, por ejem-plo, podrían construírseles carriles segre-gados o exclusivos en ambos sentidos con un ancho equivalente al 50% o 60% del ancho de los carriles para los vehículos de cuatro rue-das o más.

La planeación con mirada sesgada de túnel y no con mirada amplia de helicóptero por parte del estado, a través de sus represen-tantes y responsables de administrar, de manera efectiva, los intereses ciudadanos, ha llevado a las gentes de nuestra comunidad a compartir un conjunto de nuevas costumbres contrarias a las esperadas y deseadas, que como cadena de la incultura, los ha condu-cido a llevar a cabo acciones que no son las apropiadas desde el punto de vista legal pero, que las ejecutan basándose en sus propias reglas y consecuentemente, ignorando las le-gítimas.

Este comportamiento, naturalmente les ha entregado motivos y razones que los unen y les crea sentido de pertenencia en busca de objetivos que son totalmente contrarios a los propósitos y fines del Estado, pero que a su manera les está facilitando cumplir con sus actividades diarias en medio de una nueva convivencia y solidaridad en la que se de-fienden patrimonios y derechos muy par-ticulares, distintos al común y general, exi-giendo el reconocimiento legal y el respeto de estos supuestos nuevos derechos y deberes ciudadanos que no son precisamente los que nuestra civilización contemporánea y el pro-greso de la humanidad reconoce universal-mente.

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posición a altos riesgos en su salud e integridad física, además de no contar con la protección legal, personal y familiar que les otorga un seguro de responsabilidad civil contractual y extra contractual y de igual manera, con un rotundo desconocimiento de las normas existentes.

5.-Cambio conceptual y de mentalidad ciu-dadanas al considerar que el transporte in-formal tiene todo el derecho de existir, mientras que los pequeños propietarios que cumplen con todos los requisitos legales deben abandonar su actividad.

6.-Convencimiento del usuario de que el transporte masivo ofrece un bajo nivel de servicio y su consecuente apego a prácticas ilegales, a las que no considera como tales.

7.- Pérdida de confianza en el estamento y sus representantes.

8.- Confusión en una buena parte de la comunidad al pensar equivocadamente que los responsables del caos y el desorden son los pequeños empresarios del transporte, generándose roces entre grupos sociales.

Conclusión:El tremendo caos que actualmente estamos viviendo en el área metropolitana de Buca-ramanga, ocasionado por problema de mo-vilidad, produce congestión vehicular, pér-dida de tiempo, estrés colectivo, deses-peranza, pérdidas económicas, crecimiento de la accidentalidad, mayor contaminación ambiental, pesimismo, erróneas concepcio-nes, erróneas explicaciones y en la mayoría de los casos, falsas percepciones que han con-ducido a la ciudadanía a concebir falsas “verdades” las que serán difíciles de cambiar una vez se vayan posicionando cada día más y más.

El alto crecimiento del parque de moto-cicletas, así como su alta accidentalidad, obliga a repensar en el medio de desplaza-miento de este tipo de vehículos, por ejem-plo, podrían construírseles carriles segre-gados o exclusivos en ambos sentidos con un ancho equivalente al 50% o 60% del ancho de los carriles para los vehículos de cuatro rue-das o más.

La planeación con mirada sesgada de túnel y no con mirada amplia de helicóptero por parte del estado, a través de sus represen-tantes y responsables de administrar, de manera efectiva, los intereses ciudadanos, ha llevado a las gentes de nuestra comunidad a compartir un conjunto de nuevas costumbres contrarias a las esperadas y deseadas, que como cadena de la incultura, los ha condu-cido a llevar a cabo acciones que no son las apropiadas desde el punto de vista legal pero, que las ejecutan basándose en sus propias reglas y consecuentemente, ignorando las le-gítimas.

Este comportamiento, naturalmente les ha entregado motivos y razones que los unen y les crea sentido de pertenencia en busca de objetivos que son totalmente contrarios a los propósitos y fines del Estado, pero que a su manera les está facilitando cumplir con sus actividades diarias en medio de una nueva convivencia y solidaridad en la que se de-fienden patrimonios y derechos muy par-ticulares, distintos al común y general, exi-giendo el reconocimiento legal y el respeto de estos supuestos nuevos derechos y deberes ciudadanos que no son precisamente los que nuestra civilización contemporánea y el pro-greso de la humanidad reconoce universal-mente.

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Tendré que comenzar diciendo que mi condi-ción de artista plástico me obliga un poco a hablar en primera persona; me tendrán que disculpar el atrevimiento o de pronto la osadía. Siguiendo entonces, debo confesar que veo la oportunidad, de tratar de hablar por otros tantos colegas, músicos, escritores, poetas y los del oficio, quizá muchos, colegas de infortunio.

Hablar de arte en nuestra sociedad, es hablar de cosas, que en apariencia, pertenecen a unos pocos individuos, a una élite en par-ticular. Pero no debería ser así; en otras so-ciedades, este oficio, profesión o como la queramos denominar, es de mucha impor-tancia, y los "hacedores" del arte, tienen un papel muy importante en cada una de ellas. En varias, el arte genera divisas. Los artistas son vistos con respeto y admiración: En al-gunos casos, el mundo les reconoce en vida, su aporte a la cultura; como el caso de Fer-nando Botero, y para no ir tan lejos, el fo-tógrafo bumangues Ruven Afanador. En-tonces, la pregunta es, porque el arte en nuestra sociedad no es así con sus artistas, como en otras partes del mundo, por ejemplo

en Estados Unidos o en algunos países de Europa?

Yo diría que nuestra sociedad en gran parte, no cree en sus artistas, y no comprende los procesos estéticos; sea pues porque no los entiende, o porque no le interesa enten-derlos. El otro asunto es tratar de desmi-tificar el oficio del artista. Quizás, la gran mayoría de la gente, casi siempre ha rela-cionado la creatividad de los artistas en ge-neral, con procesos negativos, es decir, el artista borracho, drogado, dejado; el mal llamado "bohemio". Lo otro es que para la sociedad, sobre todo el círculo familiar, el artista promedio es un ser fracasado, y en parte se debe a que la comercio del arte, no está dentro de las prioridades de la cotidia-nidad económica colombiana. Para no ir tan lejos, no ha creado la sociedad un mercado del arte. En cierto modo diría yo, a nuestro ser humano, social, nunca se le ha creado el espacio, no se le ha contextualizado, en el amplio mundo de la lúdica. Nos damos el ancho de ir a una exposición de arte, pero no muchos entienden el arte. A muchos les da "jartera" ir a un concierto de una sinfónica.

El ARTE,un acto de

Humanidad NestorRuedaCastellanos

Cuando me invitaron a participar de esta edición de CÚBICA, me sugirieron escribir sobre "el arte y la generación de valores". Después de muchas vueltas, decidí entender la sugerencia de esta forma, y me atreví a escribir lo siguiente.

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Tendré que comenzar diciendo que mi condi-ción de artista plástico me obliga un poco a hablar en primera persona; me tendrán que disculpar el atrevimiento o de pronto la osadía. Siguiendo entonces, debo confesar que veo la oportunidad, de tratar de hablar por otros tantos colegas, músicos, escritores, poetas y los del oficio, quizá muchos, colegas de infortunio.

Hablar de arte en nuestra sociedad, es hablar de cosas, que en apariencia, pertenecen a unos pocos individuos, a una élite en par-ticular. Pero no debería ser así; en otras so-ciedades, este oficio, profesión o como la queramos denominar, es de mucha impor-tancia, y los "hacedores" del arte, tienen un papel muy importante en cada una de ellas. En varias, el arte genera divisas. Los artistas son vistos con respeto y admiración: En al-gunos casos, el mundo les reconoce en vida, su aporte a la cultura; como el caso de Fer-nando Botero, y para no ir tan lejos, el fo-tógrafo bumangues Ruven Afanador. En-tonces, la pregunta es, porque el arte en nuestra sociedad no es así con sus artistas, como en otras partes del mundo, por ejemplo

en Estados Unidos o en algunos países de Europa?

Yo diría que nuestra sociedad en gran parte, no cree en sus artistas, y no comprende los procesos estéticos; sea pues porque no los entiende, o porque no le interesa enten-derlos. El otro asunto es tratar de desmi-tificar el oficio del artista. Quizás, la gran mayoría de la gente, casi siempre ha rela-cionado la creatividad de los artistas en ge-neral, con procesos negativos, es decir, el artista borracho, drogado, dejado; el mal llamado "bohemio". Lo otro es que para la sociedad, sobre todo el círculo familiar, el artista promedio es un ser fracasado, y en parte se debe a que la comercio del arte, no está dentro de las prioridades de la cotidia-nidad económica colombiana. Para no ir tan lejos, no ha creado la sociedad un mercado del arte. En cierto modo diría yo, a nuestro ser humano, social, nunca se le ha creado el espacio, no se le ha contextualizado, en el amplio mundo de la lúdica. Nos damos el ancho de ir a una exposición de arte, pero no muchos entienden el arte. A muchos les da "jartera" ir a un concierto de una sinfónica.

El ARTE,un acto de

Humanidad NestorRuedaCastellanos

Cuando me invitaron a participar de esta edición de CÚBICA, me sugirieron escribir sobre "el arte y la generación de valores". Después de muchas vueltas, decidí entender la sugerencia de esta forma, y me atreví a escribir lo siguiente.

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Prefieren vallenatos y regueton. No quiero decir con eso, que oírlos esté mal. Creo que a muchos no les cultivaron esos gustos.

Somos una sociedad de la imagen, con un altísimo culto por ella; porque no nos diga-mos mentiras, le escritura en nuestros días, va de mal en peor. Si no me creen, miren a sus hijos o "CHATEEN" -nuevo verbo- con ellos, o con los amigos de sus hijos y “CHEQUEN” a ver q diferencia encuentran, con su generación. O si su hijo en el mejor de los casos le escribe. "T KIERO MUCHO". XQ escriben así? Y la respuesta actual es, no se "marica".

Pero volviendo a lo que nos atañe, en un mundo de la imagen, que referentes de imá-genes les gustara a nuestros seres humanos sociales actuales?. Para tratar de acercarnos a esa nueva generación, "echaremos mano" de algunos conceptos que nos den luces, para entender mejor, el porqué de lo que estamos debatiendo, es decir, creemos un contexto. Uno de ellos puede ser el de CULTURA, que para la mayoría de las ciencias sociales, no son más que las relaciones que tiene el ser hu-mano con su entorno, en su entorno.

1KEESING define la cultura como "la totalidad de la conducta aprendida transmitida socialmente". Simple pero contundente. Eso quiere decir, que el ser humano es una unidad bio-antropológica, más claro aun, somos una unidad "natura-social" si el término nos per-mite. Ahora, si vamos mas a la profundidad, el ser humano es un ser inacabado, en perma-nente construcción; es decir, que desde que nacimos aparece nuestra condición natural.

Nacemos vacíos, y durante toda nuestra vida, lo que hacemos es llenarnos, dicho de otra forma, construyéndonos, y aparece nuestra condición social.

Entonces, que clase de relaciones están cons-truyendo las nuevas sociedades?. Hablar de cultura, es hablar del hombre en su plano individual no solo como ser humano, sino más como un ser simbólico y de su escenario

2natural que es la vida cotidiana; dice Cassirer en Antropología filosófica que "la capacidad de crear símbolos ha permitido que nos adaptemos a nuestro ambiente y ha marcado una diferencia importantísima entre el mundo material, separán-donos de las reacciones meramente orgánicas". Y es al igual el hombre en un plano colectivo, un ser sígnico, cuyo escenario es indiscutible-mente su cultura. El individuo tiene entonces para lograr entender su cultura desde aden-tro, o para lograr permear a otras, unos ele-mentos o conceptos, que Cassirer llama, las formas simbólicas: Religión, Ciencia, Len-guaje, el Mito y por último el Arte. La su-gerencia de "el arte y la generación de valores" comienza a hacerse visible.

Supongo que nuestra sociedad ha evolu-cionado. En tiempos pasados, la mujer estaba pre-destinada, para el hogar. El hombre tra-bajaba y la mujer cuidaba. No voy a teorizar, pero podría decir, que nuestra sociedad cam-bio, en el momento que la mujer, paso de ser normalista, que en el fondo era, sea pro-fesora, una extensión de la maternidad, y lo-gro entrar a la -universalidad- es decir a la universidad mucho tiempo después.

En este nuevo contexto, nuestros hijos que-dan al cuidado de, en un escenario familiar, de la abuela y en el peor de los casos, una NANA, que históricamente, era casi de nues-tra familia, por ende, le reconocimos au-toridad; en el peor de los escenarios, ese tra-bajo de educarlos, de llenarnos, de concep-tualizarlos, le correspondió a otro ser huma-no social como lo es la empleada del servicio, que por su cercanía se convierte en alter para algunos miembros del núcleo familiar. Ya sabemos que cultura son las relaciones; debemos hablar de la ESTÉTICA, para po-der tejer este entramado. Lo estético, según Emmanuel Kant, deja subsistir libremente lo que existe fuera y, está dictado por el placer que se espera conseguir del objeto como tal.

“La finalidad estética es objetiva, no concibe objetos, ni concibe fines de la naturaleza, sujeto es el estado del espíritu, es una finalidad subjetiva. La finalidad estética es una finalidad sin concepto" dice kant en su texto Critica del juicio. "Por tanto, la finalidad estética es una finalidad sin fin. Lo bello, el arte no es ni bueno, ni útil, ni malvado, ni es un oficio ni un artificio, etc. Sin embargo tiene una finalidad y es espíritu y libre juego. La finalidad estética se refiere a la conciencia misma, a toda ella, sin escisiones, ni determinismos, por ello es una finalidad sin fin".

Por eso es que los niños, si son capaces de jugar con la obra de arte, porque llegan a ella, sin las pretensiones que trae un crítico. Pero para construir el concepto de la estética, se debe hablar de experiencia e indiscutible, de lo bello. "toda experiencia con lo bello o con la belleza participa de la inmediatez con que ella se manifiesta porque la idea de belleza no es distinta

3de su manifestación" dice Gadamer en su texto "Verdad y método".

No se puede hablar de una sola estética por cultura, pues el concepto de cultura, tiene y requiere de muchas estéticas. Acordémonos siempre de la condición individual y colectiva de ser humano. Teniendo en cuenta los con-ceptos de cultura, estética, los bello, la expe-riencia, llega el momento de enfrentar los di-ferentes paradigmas - los pre-saberes - de los que está hecho el juego del arte.

Para muchos filósofos, el juego del arte tiene que ver, con la lucha de pre-saberes. Cuando un artista plástico expone su obra, no solo está mostrando su acto creativo. Exponer en esencia, es exponerse. Aparece entonces el escenario propicio, para que entren en lucha el acto creativo y el acto contemplativo. Ese en el fondo es el juego del arte, que en otras palabras lo llamaríamos el fenómeno del arte. Y es solo desde los sentidos que podemos lle-gar al fenómeno. Dicho de otro modo, sin los sentidos, no hay experiencia y esa lid entre los sentidos producidos por el creador, el acto creativo, contra los sentidos que tiene el ob-servador, no se daría.

"la fenomenología asume la tarea de describir el sentido que el mundo tiene para nosotros", dice

4Martin Husserl .

Es acá donde nos volvemos a preguntar, porque el arte en nuestra sociedad no es como en otras, por ejemplo en Estados Uni-dos o en algunos países de Europa?. Ya tenemos un contexto más estructurado. Las respuestas pueden ser varias, pero tratare de resumirlas en una sola.

Como el ser humano es un ser inacabado, es un ser que nace vacío, -condición natural- que se va llenando socialmente, -condición cultural, simplemente se dirá, que nuestra sociedad los está llenando con falencias. Ya sea porque al núcleo primario -la familia- o la educación que recibe, o a su círculo más cer-cano, quizá el más íntimo, incluso sus pares académicos, o los profesionales, en fin, su vida cotidiana en nada contribuyen al mejo-ramiento de su evolución social. Todo en la vida es un constructo. Y el arte, diríamos que más, porque el arte en su esencia es pura-mente subjetivo, porque si fuera objetivo, sería ciencia, sería verdad. Es duro decirlo, pero hay que hacerlo; el día que el arte sea objetivo, se volverá pintura. Ya quizás habrá oportunidad de escribir, sobre la diferencia entre artista y pintor. Entonces, es a partir de su subjetividad, que el arte construye esté-tica, porque es la subjetividad la repre-sentación de la realidad en su totalidad; porque es la subjetividad la que le posibilita al ser humano social, su condición de ser sim-bólico, porque es la subjetividad, la posi-bilidad de construcción de los mundos po-sibles, y si el ser humano se hace objetivo, se hace sígnico. Así que el arte no puede estar alejado de la vida cotidiana, porque aparte de su dimensión estética, el arte tiene otras di-mensiones, pedagógica, sociológica, antro-pológica, económica y la más importante, su dimensión política, porque cuando el arte no dice nada, no fija postura, no denuncia, en el fondo no es nada.

Los artistas producimos actos creativos, pero se necesita del público, para que los goce y se los apropie; sin el público son solo actos de amor y al amor solo lo supera el arte.

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Prefieren vallenatos y regueton. No quiero decir con eso, que oírlos esté mal. Creo que a muchos no les cultivaron esos gustos.

Somos una sociedad de la imagen, con un altísimo culto por ella; porque no nos diga-mos mentiras, le escritura en nuestros días, va de mal en peor. Si no me creen, miren a sus hijos o "CHATEEN" -nuevo verbo- con ellos, o con los amigos de sus hijos y “CHEQUEN” a ver q diferencia encuentran, con su generación. O si su hijo en el mejor de los casos le escribe. "T KIERO MUCHO". XQ escriben así? Y la respuesta actual es, no se "marica".

Pero volviendo a lo que nos atañe, en un mundo de la imagen, que referentes de imá-genes les gustara a nuestros seres humanos sociales actuales?. Para tratar de acercarnos a esa nueva generación, "echaremos mano" de algunos conceptos que nos den luces, para entender mejor, el porqué de lo que estamos debatiendo, es decir, creemos un contexto. Uno de ellos puede ser el de CULTURA, que para la mayoría de las ciencias sociales, no son más que las relaciones que tiene el ser hu-mano con su entorno, en su entorno.

1KEESING define la cultura como "la totalidad de la conducta aprendida transmitida socialmente". Simple pero contundente. Eso quiere decir, que el ser humano es una unidad bio-antropológica, más claro aun, somos una unidad "natura-social" si el término nos per-mite. Ahora, si vamos mas a la profundidad, el ser humano es un ser inacabado, en perma-nente construcción; es decir, que desde que nacimos aparece nuestra condición natural.

Nacemos vacíos, y durante toda nuestra vida, lo que hacemos es llenarnos, dicho de otra forma, construyéndonos, y aparece nuestra condición social.

Entonces, que clase de relaciones están cons-truyendo las nuevas sociedades?. Hablar de cultura, es hablar del hombre en su plano individual no solo como ser humano, sino más como un ser simbólico y de su escenario

2natural que es la vida cotidiana; dice Cassirer en Antropología filosófica que "la capacidad de crear símbolos ha permitido que nos adaptemos a nuestro ambiente y ha marcado una diferencia importantísima entre el mundo material, separán-donos de las reacciones meramente orgánicas". Y es al igual el hombre en un plano colectivo, un ser sígnico, cuyo escenario es indiscutible-mente su cultura. El individuo tiene entonces para lograr entender su cultura desde aden-tro, o para lograr permear a otras, unos ele-mentos o conceptos, que Cassirer llama, las formas simbólicas: Religión, Ciencia, Len-guaje, el Mito y por último el Arte. La su-gerencia de "el arte y la generación de valores" comienza a hacerse visible.

Supongo que nuestra sociedad ha evolu-cionado. En tiempos pasados, la mujer estaba pre-destinada, para el hogar. El hombre tra-bajaba y la mujer cuidaba. No voy a teorizar, pero podría decir, que nuestra sociedad cam-bio, en el momento que la mujer, paso de ser normalista, que en el fondo era, sea pro-fesora, una extensión de la maternidad, y lo-gro entrar a la -universalidad- es decir a la universidad mucho tiempo después.

En este nuevo contexto, nuestros hijos que-dan al cuidado de, en un escenario familiar, de la abuela y en el peor de los casos, una NANA, que históricamente, era casi de nues-tra familia, por ende, le reconocimos au-toridad; en el peor de los escenarios, ese tra-bajo de educarlos, de llenarnos, de concep-tualizarlos, le correspondió a otro ser huma-no social como lo es la empleada del servicio, que por su cercanía se convierte en alter para algunos miembros del núcleo familiar. Ya sabemos que cultura son las relaciones; debemos hablar de la ESTÉTICA, para po-der tejer este entramado. Lo estético, según Emmanuel Kant, deja subsistir libremente lo que existe fuera y, está dictado por el placer que se espera conseguir del objeto como tal.

“La finalidad estética es objetiva, no concibe objetos, ni concibe fines de la naturaleza, sujeto es el estado del espíritu, es una finalidad subjetiva. La finalidad estética es una finalidad sin concepto" dice kant en su texto Critica del juicio. "Por tanto, la finalidad estética es una finalidad sin fin. Lo bello, el arte no es ni bueno, ni útil, ni malvado, ni es un oficio ni un artificio, etc. Sin embargo tiene una finalidad y es espíritu y libre juego. La finalidad estética se refiere a la conciencia misma, a toda ella, sin escisiones, ni determinismos, por ello es una finalidad sin fin".

Por eso es que los niños, si son capaces de jugar con la obra de arte, porque llegan a ella, sin las pretensiones que trae un crítico. Pero para construir el concepto de la estética, se debe hablar de experiencia e indiscutible, de lo bello. "toda experiencia con lo bello o con la belleza participa de la inmediatez con que ella se manifiesta porque la idea de belleza no es distinta

3de su manifestación" dice Gadamer en su texto "Verdad y método".

No se puede hablar de una sola estética por cultura, pues el concepto de cultura, tiene y requiere de muchas estéticas. Acordémonos siempre de la condición individual y colectiva de ser humano. Teniendo en cuenta los con-ceptos de cultura, estética, los bello, la expe-riencia, llega el momento de enfrentar los di-ferentes paradigmas - los pre-saberes - de los que está hecho el juego del arte.

Para muchos filósofos, el juego del arte tiene que ver, con la lucha de pre-saberes. Cuando un artista plástico expone su obra, no solo está mostrando su acto creativo. Exponer en esencia, es exponerse. Aparece entonces el escenario propicio, para que entren en lucha el acto creativo y el acto contemplativo. Ese en el fondo es el juego del arte, que en otras palabras lo llamaríamos el fenómeno del arte. Y es solo desde los sentidos que podemos lle-gar al fenómeno. Dicho de otro modo, sin los sentidos, no hay experiencia y esa lid entre los sentidos producidos por el creador, el acto creativo, contra los sentidos que tiene el ob-servador, no se daría.

"la fenomenología asume la tarea de describir el sentido que el mundo tiene para nosotros", dice

4Martin Husserl .

Es acá donde nos volvemos a preguntar, porque el arte en nuestra sociedad no es como en otras, por ejemplo en Estados Uni-dos o en algunos países de Europa?. Ya tenemos un contexto más estructurado. Las respuestas pueden ser varias, pero tratare de resumirlas en una sola.

Como el ser humano es un ser inacabado, es un ser que nace vacío, -condición natural- que se va llenando socialmente, -condición cultural, simplemente se dirá, que nuestra sociedad los está llenando con falencias. Ya sea porque al núcleo primario -la familia- o la educación que recibe, o a su círculo más cer-cano, quizá el más íntimo, incluso sus pares académicos, o los profesionales, en fin, su vida cotidiana en nada contribuyen al mejo-ramiento de su evolución social. Todo en la vida es un constructo. Y el arte, diríamos que más, porque el arte en su esencia es pura-mente subjetivo, porque si fuera objetivo, sería ciencia, sería verdad. Es duro decirlo, pero hay que hacerlo; el día que el arte sea objetivo, se volverá pintura. Ya quizás habrá oportunidad de escribir, sobre la diferencia entre artista y pintor. Entonces, es a partir de su subjetividad, que el arte construye esté-tica, porque es la subjetividad la repre-sentación de la realidad en su totalidad; porque es la subjetividad la que le posibilita al ser humano social, su condición de ser sim-bólico, porque es la subjetividad, la posi-bilidad de construcción de los mundos po-sibles, y si el ser humano se hace objetivo, se hace sígnico. Así que el arte no puede estar alejado de la vida cotidiana, porque aparte de su dimensión estética, el arte tiene otras di-mensiones, pedagógica, sociológica, antro-pológica, económica y la más importante, su dimensión política, porque cuando el arte no dice nada, no fija postura, no denuncia, en el fondo no es nada.

Los artistas producimos actos creativos, pero se necesita del público, para que los goce y se los apropie; sin el público son solo actos de amor y al amor solo lo supera el arte.

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Vivimos en un País que se desangra, que vive el dolor de la tragedia. Vivimos en un país como Colombia, donde un acto estético, en verdad, es un acto de paz.

El artista tiene que ser un ser fundamentado en la crítica, debe ser propositivo, debe confrontar la vida humana, no solo dolerse, sino condolerse de lo que sucede a su alre-dedor. Y es la creatividad su denuncia.

5Gadamer dice "todo encuentro con el lenguaje del arte es encuentro con un acontecer inconcluso". Pero no solo el artista está llamado a trans-formar. Se necesita que la sociedad, asuma y entienda el lenguaje del arte, por que el ar-tista no es nada sin la otredad; sin la sociedad, la teoría del alter ego no tendría sentido. Todos necesitamos del otro, porque es a partir de la diferencia que logramos crecer.

6Heidegger lo resumió así, "lo inconsciente, el número, el sueño, el imperar de la naturaleza, el milagro del arte, todo esto sólo parecía poderse captar a modo de una especie de conceptos fron-terizos al margen de la existencia que se sabe históricamente y que se las entiende consigo misma".

Individualmente, somos ego, socialmente so-mos alter en esta vida, y en la historia seremos otredad. Es desde aquí, desde este punto, me atrevo a exclamar, que el arte no genera valores, sino estéticas. Es desde el hombre - la razón, según Emanuel Kant - que la sociedad crea estéticas, éticas, y morales.

Para Cassirer "el hombre ya no puede vivir de cara a su realidad, necesita de símbolos que le arropen y le den fuerza para enfrentarse a su compleja y problemática existencia. Al haber sido apartado del mundo sensible el hombre creó un sistema (quizás a manera de mecanismo de defensa) para enfrentarse a un mundo ante el que se percibe como algo más que un mero organismo, una criatura que puede cambiar la existencia entera y que es cons-ciente de ello"; y es la experiencia estética del arte, como ya dijimos, la creadora de espacio-

temporalidades distintas, de mundos pos-ibles diferentes, que ayuden a la comprensión de las realidades que nos envuelven a diario.

Entonces será, que ha llegado la hora de darle al arte la importancia que se merece. Lo que tenemos que hacer, es un trabajo manco-munado, entre todos los actores socio-culturales de nuestra sociedad. Por un lado la academia, cualquiera que sea, debe comenzar por entender, que, solo teniendo un compo-nente muy importante de humanidades en sus programas, estarán ayudando a hacer de los estudiantes mejores seres humanos, por ende sociales.

No solo se trata de tener muchas facultades de artes. Lo que tenemos que hacer, es que un estudiante cualquiera, de veterinaria, de ad-ministración de empresas, por ejemplo, se interesen por saber, por entender, por com-prender, los procesos estéticos. Por otro la-do, la empresa privada, también puede apor-tar a que la sociedad, tenga acceso, parti-cipando económicamente en las procesos culturales; tenemos que las sacar las artes, de las grandes salas de exposiciones, a espacios más cotidianos. Ejemplos los hay en ciudades como Bogotá: el festival Iberoamericano de teatro de Bo-gotá; las exposiciones de fotografía del Foto-museo, que se ven en las calles de la capital del país. Por otro lado el Estado: El Estado, tiene que entender que debe crear políticas que desde la educación, desde el entretenimiento, desde la misma lúdica, nuestro nuevo ser hu-mano social, aprenda y comprenda las esté-ticas de la vida, del arte, y de su cultura. Y eso se hacen haciendo proceso mediáticos, que vinculen de una manera equitativa a todos los actores sociales. No podemos seguir deján-dole al artista la responsabilidad social y cultural. los artistas producen, pero que pasa con su producción.

Cuando comencé a escribir este escrito, co-menzaba en los canales privados de tele-visión de nuestro País, otra temporada de los famosos realitis. COLOMBIA TIENE TALENTO, por ejemplo. En unos de los capítulos, vergonzosamente en Bucaraman-ga, se presento una persona a mostrar lo talentoso que puede ser comer cucarachas vivas en un escenario. Que somos de verdad, como sociedad?.

Somos una sociedad tan pobre, sin estruc-tura, que muchos piensan que un programa de televisión, le va a dar lo que económica-mente no han tenido, ni ha construido. Que entendemos por TALENTO? Que cada uno de ustedes se lo responda. Yo llevo muchos años respondiéndome y mi respuesta trato de darla en cada trabajo que muestro. Los artistas producimos actos creativos, pero se necesita del público, para que los goce y se los apropie; sin el público son solo actos de amor y al amor solo lo supera el arte. Pero necesitamos un público más comprometido, más conceptualizado, más crítico, más fun-damentado. A estas alturas, nos enfrascamos en discusiones, tan superfluas, como la de la tauromaquia y no quiero abrir otra discusión. Al que no le guste la fiesta brava, pues que no vaya; así como a muchos no nos gusta el cine de acción, pues uno no compra entradas.

A veces se nos olvida, que somos seres hu-manos sociales, y que tenemos la capacidad de optar, por lo que pensemos que nos guste más. Pero si nos aguantamos, que la tele-visión nos muestre a un personaje, en horario triple A comiendo cucarachas en un acto de TALENTO. Vivimos en un País que se de-sangra, que vive el dolor de la tragedia. Vivimos en un país como Colombia, donde un acto estético, en verdad, es un acto de paz.

BIBLIOGRAFIA

1-KESSING, Roger M: Fundamentos antropológicos. 19972- CASSIRER Ernst: Antropología Filosófica. 19453- GADAMER Hans-georg: Verdad y Método. 19964- HUSSERL Edmond: Lógica formal y trascendental. 19295- GADAMER Hans-georg: Verdad y Método. 19966- HEIDDEGER Martin: Los caminos de Heiddeger. 2002

Un gran equipo de trabajo

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Vivimos en un País que se desangra, que vive el dolor de la tragedia. Vivimos en un país como Colombia, donde un acto estético, en verdad, es un acto de paz.

El artista tiene que ser un ser fundamentado en la crítica, debe ser propositivo, debe confrontar la vida humana, no solo dolerse, sino condolerse de lo que sucede a su alre-dedor. Y es la creatividad su denuncia.

5Gadamer dice "todo encuentro con el lenguaje del arte es encuentro con un acontecer inconcluso". Pero no solo el artista está llamado a trans-formar. Se necesita que la sociedad, asuma y entienda el lenguaje del arte, por que el ar-tista no es nada sin la otredad; sin la sociedad, la teoría del alter ego no tendría sentido. Todos necesitamos del otro, porque es a partir de la diferencia que logramos crecer.

6Heidegger lo resumió así, "lo inconsciente, el número, el sueño, el imperar de la naturaleza, el milagro del arte, todo esto sólo parecía poderse captar a modo de una especie de conceptos fron-terizos al margen de la existencia que se sabe históricamente y que se las entiende consigo misma".

Individualmente, somos ego, socialmente so-mos alter en esta vida, y en la historia seremos otredad. Es desde aquí, desde este punto, me atrevo a exclamar, que el arte no genera valores, sino estéticas. Es desde el hombre - la razón, según Emanuel Kant - que la sociedad crea estéticas, éticas, y morales.

Para Cassirer "el hombre ya no puede vivir de cara a su realidad, necesita de símbolos que le arropen y le den fuerza para enfrentarse a su compleja y problemática existencia. Al haber sido apartado del mundo sensible el hombre creó un sistema (quizás a manera de mecanismo de defensa) para enfrentarse a un mundo ante el que se percibe como algo más que un mero organismo, una criatura que puede cambiar la existencia entera y que es cons-ciente de ello"; y es la experiencia estética del arte, como ya dijimos, la creadora de espacio-

temporalidades distintas, de mundos pos-ibles diferentes, que ayuden a la comprensión de las realidades que nos envuelven a diario.

Entonces será, que ha llegado la hora de darle al arte la importancia que se merece. Lo que tenemos que hacer, es un trabajo manco-munado, entre todos los actores socio-culturales de nuestra sociedad. Por un lado la academia, cualquiera que sea, debe comenzar por entender, que, solo teniendo un compo-nente muy importante de humanidades en sus programas, estarán ayudando a hacer de los estudiantes mejores seres humanos, por ende sociales.

No solo se trata de tener muchas facultades de artes. Lo que tenemos que hacer, es que un estudiante cualquiera, de veterinaria, de ad-ministración de empresas, por ejemplo, se interesen por saber, por entender, por com-prender, los procesos estéticos. Por otro la-do, la empresa privada, también puede apor-tar a que la sociedad, tenga acceso, parti-cipando económicamente en las procesos culturales; tenemos que las sacar las artes, de las grandes salas de exposiciones, a espacios más cotidianos. Ejemplos los hay en ciudades como Bogotá: el festival Iberoamericano de teatro de Bo-gotá; las exposiciones de fotografía del Foto-museo, que se ven en las calles de la capital del país. Por otro lado el Estado: El Estado, tiene que entender que debe crear políticas que desde la educación, desde el entretenimiento, desde la misma lúdica, nuestro nuevo ser hu-mano social, aprenda y comprenda las esté-ticas de la vida, del arte, y de su cultura. Y eso se hacen haciendo proceso mediáticos, que vinculen de una manera equitativa a todos los actores sociales. No podemos seguir deján-dole al artista la responsabilidad social y cultural. los artistas producen, pero que pasa con su producción.

Cuando comencé a escribir este escrito, co-menzaba en los canales privados de tele-visión de nuestro País, otra temporada de los famosos realitis. COLOMBIA TIENE TALENTO, por ejemplo. En unos de los capítulos, vergonzosamente en Bucaraman-ga, se presento una persona a mostrar lo talentoso que puede ser comer cucarachas vivas en un escenario. Que somos de verdad, como sociedad?.

Somos una sociedad tan pobre, sin estruc-tura, que muchos piensan que un programa de televisión, le va a dar lo que económica-mente no han tenido, ni ha construido. Que entendemos por TALENTO? Que cada uno de ustedes se lo responda. Yo llevo muchos años respondiéndome y mi respuesta trato de darla en cada trabajo que muestro. Los artistas producimos actos creativos, pero se necesita del público, para que los goce y se los apropie; sin el público son solo actos de amor y al amor solo lo supera el arte. Pero necesitamos un público más comprometido, más conceptualizado, más crítico, más fun-damentado. A estas alturas, nos enfrascamos en discusiones, tan superfluas, como la de la tauromaquia y no quiero abrir otra discusión. Al que no le guste la fiesta brava, pues que no vaya; así como a muchos no nos gusta el cine de acción, pues uno no compra entradas.

A veces se nos olvida, que somos seres hu-manos sociales, y que tenemos la capacidad de optar, por lo que pensemos que nos guste más. Pero si nos aguantamos, que la tele-visión nos muestre a un personaje, en horario triple A comiendo cucarachas en un acto de TALENTO. Vivimos en un País que se de-sangra, que vive el dolor de la tragedia. Vivimos en un país como Colombia, donde un acto estético, en verdad, es un acto de paz.

BIBLIOGRAFIA

1-KESSING, Roger M: Fundamentos antropológicos. 19972- CASSIRER Ernst: Antropología Filosófica. 19453- GADAMER Hans-georg: Verdad y Método. 19964- HUSSERL Edmond: Lógica formal y trascendental. 19295- GADAMER Hans-georg: Verdad y Método. 19966- HEIDDEGER Martin: Los caminos de Heiddeger. 2002

Un gran equipo de trabajo

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ChacónBarajas

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La ciudadanía se adquiere a partir de los dieciocho años de edad, como lo describe el parágrafo del artículo 98 de nuestra Consti-tución Política, y aquellos que no han cum-plido la mayoría de edad son nacionales colombianos, pero no ciudadanos, lo cual indica que todo ciudadano es nacional co-lombiano pero no todo nacional colombiano es ciudadano, hasta tanto no haya cumplido la edad que la ley exige para ejercer su ciu-dadanía. El hecho de adquirir la ciudadanía conlleva el disfrute y goce de derechos ga-rantizados por el Estado, así como la obli-gación de cumplir con ciertos deberes im-puestos por el mismo, a través de la ley. Uno de los derechos de todo ciudadano es el ejercicio de su derecho de sufragio, esto es de elegir mediante su voto a sus representantes y de ser elegido como tal, así como ejercer su derecho de desempeñar cargos públicos re-vestidos de autoridad o jurisdicción.

Son deberes del ciudadano, respetar los de-rechos ajenos y no abusar de los propios; obrar conforme al principio de solidaridad

social, respondiendo con acciones huma-nitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas; defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica; participar en la vida política, cívica y co-munitaria del país; propender al logro y mantenimiento de la paz; entre otros.

Así mismo, todo ciudadano en ejercicio de su soberanía puede participar en la democracia de nuestro País y ejercer su derecho de participación en el control y vigilancia de la gestión pública, a través no solo del voto sino del plebiscito, el referendo, la consulta po-pular, el cabildo abierto, la iniciativa legis-lativa y la revocatoria del mandato de nues-tros representantes. Estas son formas de participación ciudadana en la democracia de nuestro País, las cuales se encuentran regla-mentadas por la Ley 134 de 1994 y demás normas que las regulan, pudiendo ser ejer-cidas por todo ciudadano en ejercicio, es decir, por todo aquel que haya cumplido die-ciocho años y siempre que no tenga

suspendida su ciudadanía o no haya renun-ciado a su nacionalidad.

Estas formas de participación ciudadana, son mecanismos de vigilancia y control de la ad-ministración pública, de nuestros represen-tantes, y de la misma ley. La Constitución Política concede a toda la ciudadanía estos derechos, pero quizá por el hecho mismo del desconocimiento de estos, la gran mayoría de la población no se encuentra en condiciones de ejercer estas formas de control e inter-vención activa en la administración y forma-ción de nuestro País. Tan solo son utilizadas por un sector de la sociedad, quienes cono-cen y se interesan en promover estos meca-nismos de intervención, sabiendo que hacen parte de sus derechos y deberes, logrando su dinámica y el ejercicio efectivo de estas formas de participación, ya sea porque en su formación y educación han tenido el pri-vilegio de conocer el tema o porque sus circunstancias personales y circundantes se lo permiten, o bien porque les asiste un real interés social en velar por el cumplimiento eficiente de los deberes de nuestros repre-sentantes, así como de promover las ini-ciativas legislativas o reformas normativas, en procura de lograr la armonía legislativa, la justicia, equidad y progreso social.

De otra parte, hay quienes conocen sus de-rechos, conocen de la existencia de estos mecanismos de participación en la demo-cracia de nuestro País, pero no tienen interés en velar y colaborar por el buen funcio-namiento público porque no se han visto perjudicados en sus intereses personales, so-ciales y económicos, ignorando por completo las necesidades y el perjuicio de un sector de nuestra sociedad ocasionado por el mal ma-nejo de la gestión pública. Otras veces el temor, la complicidad, la incredulidad en la efectividad de nuestros derechos, o simple-mente el desinterés no nos permite aportar a nuestro País utilizando o siendo parte activa en el desarrollo de estos mecanismos de par-ticipación ciudadana como formas de vigi-lancia y control de la administración pública, pudiendo aportar muchísimo en la forma-ción de nuestras leyes, ordenanzas, decretos, gestiones, obras y en fin en toda la dinámica de nuestro Estado del cual hacemos parte todos los ciudadanos, y del cual todos nos beneficiamos si hacemos parte eficiente y activa de él, siendo a la vez uno de nuestros

deberes como ciudadanos participar en la vida política, cívica y comunitaria del país.

Ahora bien, enfocándonos ahora en nues-tros deberes ciudadanos en cuanto al deber que nos asiste a respetar los derechos ajenos, a defender los derechos humanos como fun-damento de la convivencia pacífica, y a propender por el logro y mantenimiento de la paz; todos estos deberes nacen de nuestra toma de conciencia acerca de lo que es vivir en comunidad, sabiendo delimitar hasta donde podemos hacer uso debido de nues-tros derechos y en donde se inicia el irrespeto o vulneración de los derechos ajenos, porque en no pocas ocasiones del diario vivir y debido a nuestro egoísmo olvidamos que existen personas a nuestro alrededor con las mismas necesidades que las nuestras y que no podemos pasarlas por alto satisfaciendo a toda costa nuestras necesidades basados en que estamos haciendo valer nuestros de-rechos.

Cuando tenemos claro qué son los derechos humanos, cuando tenemos claro que perte-necen y hacen parte esencial de toda per-sona, que así como el actuar inconsciente y egoísta de otro me afecta, así mismo mi propio actuar puede estar perjudicando a otro, es cuando podemos en gran medida lograr convivir pacíficamente, sin vulnerar ni dañar los derechos de quienes nos rodean, comprendiendo que para vivir en armonía siempre hay que ceder parte de lo que con-sideramos nos pertenece o son nuestros derechos inviolables e intocables, y que por el egoísmo, la incomprensión e intolerancia mi actuar puede perjudicar a una persona o quizá a un grupo determinado de personas, afectando la armonía y convivencia, en oca-siones en nuestro propio ambiente familiar, laboral y social, y así mismo personal porque esta clase de conflictos nos acarrea nuestro propio mal estar.

El ejercicio dela CIUDADANÍAen Colombia

Escuchamos la palabra ciudadanía comúnmente sin saber los beneficios pero también deberes que esta implica, desconociendo así mismo sus alcances, su origen y quién en realidad es ciudadano en nuestro País, pensando que todas las personas son consideradas ciudadanas quizá desde su nacimiento.

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La ciudadanía se adquiere a partir de los dieciocho años de edad, como lo describe el parágrafo del artículo 98 de nuestra Consti-tución Política, y aquellos que no han cum-plido la mayoría de edad son nacionales colombianos, pero no ciudadanos, lo cual indica que todo ciudadano es nacional co-lombiano pero no todo nacional colombiano es ciudadano, hasta tanto no haya cumplido la edad que la ley exige para ejercer su ciu-dadanía. El hecho de adquirir la ciudadanía conlleva el disfrute y goce de derechos ga-rantizados por el Estado, así como la obli-gación de cumplir con ciertos deberes im-puestos por el mismo, a través de la ley. Uno de los derechos de todo ciudadano es el ejercicio de su derecho de sufragio, esto es de elegir mediante su voto a sus representantes y de ser elegido como tal, así como ejercer su derecho de desempeñar cargos públicos re-vestidos de autoridad o jurisdicción.

Son deberes del ciudadano, respetar los de-rechos ajenos y no abusar de los propios; obrar conforme al principio de solidaridad

social, respondiendo con acciones huma-nitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas; defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica; participar en la vida política, cívica y co-munitaria del país; propender al logro y mantenimiento de la paz; entre otros.

Así mismo, todo ciudadano en ejercicio de su soberanía puede participar en la democracia de nuestro País y ejercer su derecho de participación en el control y vigilancia de la gestión pública, a través no solo del voto sino del plebiscito, el referendo, la consulta po-pular, el cabildo abierto, la iniciativa legis-lativa y la revocatoria del mandato de nues-tros representantes. Estas son formas de participación ciudadana en la democracia de nuestro País, las cuales se encuentran regla-mentadas por la Ley 134 de 1994 y demás normas que las regulan, pudiendo ser ejer-cidas por todo ciudadano en ejercicio, es decir, por todo aquel que haya cumplido die-ciocho años y siempre que no tenga

suspendida su ciudadanía o no haya renun-ciado a su nacionalidad.

Estas formas de participación ciudadana, son mecanismos de vigilancia y control de la ad-ministración pública, de nuestros represen-tantes, y de la misma ley. La Constitución Política concede a toda la ciudadanía estos derechos, pero quizá por el hecho mismo del desconocimiento de estos, la gran mayoría de la población no se encuentra en condiciones de ejercer estas formas de control e inter-vención activa en la administración y forma-ción de nuestro País. Tan solo son utilizadas por un sector de la sociedad, quienes cono-cen y se interesan en promover estos meca-nismos de intervención, sabiendo que hacen parte de sus derechos y deberes, logrando su dinámica y el ejercicio efectivo de estas formas de participación, ya sea porque en su formación y educación han tenido el pri-vilegio de conocer el tema o porque sus circunstancias personales y circundantes se lo permiten, o bien porque les asiste un real interés social en velar por el cumplimiento eficiente de los deberes de nuestros repre-sentantes, así como de promover las ini-ciativas legislativas o reformas normativas, en procura de lograr la armonía legislativa, la justicia, equidad y progreso social.

De otra parte, hay quienes conocen sus de-rechos, conocen de la existencia de estos mecanismos de participación en la demo-cracia de nuestro País, pero no tienen interés en velar y colaborar por el buen funcio-namiento público porque no se han visto perjudicados en sus intereses personales, so-ciales y económicos, ignorando por completo las necesidades y el perjuicio de un sector de nuestra sociedad ocasionado por el mal ma-nejo de la gestión pública. Otras veces el temor, la complicidad, la incredulidad en la efectividad de nuestros derechos, o simple-mente el desinterés no nos permite aportar a nuestro País utilizando o siendo parte activa en el desarrollo de estos mecanismos de par-ticipación ciudadana como formas de vigi-lancia y control de la administración pública, pudiendo aportar muchísimo en la forma-ción de nuestras leyes, ordenanzas, decretos, gestiones, obras y en fin en toda la dinámica de nuestro Estado del cual hacemos parte todos los ciudadanos, y del cual todos nos beneficiamos si hacemos parte eficiente y activa de él, siendo a la vez uno de nuestros

deberes como ciudadanos participar en la vida política, cívica y comunitaria del país.

Ahora bien, enfocándonos ahora en nues-tros deberes ciudadanos en cuanto al deber que nos asiste a respetar los derechos ajenos, a defender los derechos humanos como fun-damento de la convivencia pacífica, y a propender por el logro y mantenimiento de la paz; todos estos deberes nacen de nuestra toma de conciencia acerca de lo que es vivir en comunidad, sabiendo delimitar hasta donde podemos hacer uso debido de nues-tros derechos y en donde se inicia el irrespeto o vulneración de los derechos ajenos, porque en no pocas ocasiones del diario vivir y debido a nuestro egoísmo olvidamos que existen personas a nuestro alrededor con las mismas necesidades que las nuestras y que no podemos pasarlas por alto satisfaciendo a toda costa nuestras necesidades basados en que estamos haciendo valer nuestros de-rechos.

Cuando tenemos claro qué son los derechos humanos, cuando tenemos claro que perte-necen y hacen parte esencial de toda per-sona, que así como el actuar inconsciente y egoísta de otro me afecta, así mismo mi propio actuar puede estar perjudicando a otro, es cuando podemos en gran medida lograr convivir pacíficamente, sin vulnerar ni dañar los derechos de quienes nos rodean, comprendiendo que para vivir en armonía siempre hay que ceder parte de lo que con-sideramos nos pertenece o son nuestros derechos inviolables e intocables, y que por el egoísmo, la incomprensión e intolerancia mi actuar puede perjudicar a una persona o quizá a un grupo determinado de personas, afectando la armonía y convivencia, en oca-siones en nuestro propio ambiente familiar, laboral y social, y así mismo personal porque esta clase de conflictos nos acarrea nuestro propio mal estar.

El ejercicio dela CIUDADANÍAen Colombia

Escuchamos la palabra ciudadanía comúnmente sin saber los beneficios pero también deberes que esta implica, desconociendo así mismo sus alcances, su origen y quién en realidad es ciudadano en nuestro País, pensando que todas las personas son consideradas ciudadanas quizá desde su nacimiento.

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No es fácil vivir en comunidad o sociedad, porque siempre queremos satisfacer en for-ma plena nuestros propios deseos y ne-cesidades a los cuales llamamos derechos, y que por lo general siempre de una u otra forma se debe ceder parte de ellos para lo-grar convivir en paz y armonía, pero siempre siendo consciente que lo hacemos en pro-cura de la convivencia pacífica, y que tam-poco se debe permitir la vulneración de lo que nos es innato que es la propia dignidad y el respeto hacia nuestra persona y condición humana.

Para ser buen ciudadano, se debe ser primero buen ser humano, el sentido de conciencia de la condición humana de sí mismo y de los demás, nos concientiza de las necesidades propias y ajenas, de colocarse en el lugar del otro, de colaborar con nuestros semejantes aun cuando no se tenga sentido de per-tenencia con ese otro, pero que siempre que nos veamos en el lugar de un tercero po-demos aportar con sentido humano, cola-borar en la causa ajena, creando así la responsabilidad social como ser individual con pertenencia a un grupo de personas las cuales componemos y hacemos parte de un Estado Social y Democrático de Derecho, en el cual prima el respeto y reconocimiento de los derechos humanos, la garantía de los mismos y la dignidad humana, pero siendo

consciente que hago parte de él y que mi ac-tuar aporta al respeto, convivencia y progreso de mi país. Es necesario para ello, una cultura ciudadana, conciencia de la misma, y sobre todo la disposición de aportar en cada paso de la vida a estas causas. Otro de los deberes de todo ciudadano es la recta y eficaz colaboración con la justicia en el esclarecimiento de hechos que se investigan por parte de los entes de investigación, vi-gilancia y control, cuando se nos llama a brindar nuestra declaración en un proceso judicial siendo nuestro deber declarar con la verdad y colaboración para que la justicia sea cada vez más eficaz. Así mismo, denun-ciando a quienes quebrantan la ley y que por diversas circunstancias conocemos que es así pero que por temor, indiferencia o porque no nos perjudica no hacemos nada por el logro de la justicia material de las causa ajenas, sin pensar que de esta manera lo que está suce-diendo es el incremento de la delincuencia porque al no ser denunciados hechos que atentan contra la ley y derechos de las per-sonas así no sean los nuestros, el incremento de la injusticia y delincuencia se hace cada mayor y menos manejables.

Todos nuestros derechos y deberes como ciudadanos son tendientes a lograr una con-vivencia pacífica y justa, pero para ello de-bemos conocer acertadamente nuestros derechos y deberes porque un gran número de ciudadanos desconocen los mismos, y no solo conocerlos sino accionarlos en pro de un mejor progreso social y democrático, cre-yendo en el logro de la efectividad de nues-tros derechos, dejando de lado el temor, la indiferencia y la complicidad.

¡Toma de conciencia ciudadana y acción en pro de ello!.

en fin, porque hoy Bogotá volvió a ser la ciudad caótica e intolerante de antes. Y otras ciudades, como Bucaramanga, siguen igual o peor.

De nada valen los miles de millones de pesos que inviertan las administraciones depar-tamentales y locales en programas de cultura ciudadana si no van de la mano a soluciones de los problemas de índole social que afron-tan sectores deprimidos, allí donde según muestran los noticieros de TV que cuando los vigilantes dan la espalda, los vecinos uti-lizan las escaleras automáticas para otra cosa, menos para movilizarse, como en Medellín.

Cómo pedirle al vendedor informal que no ocupe el espacio público si no tiene un em-pleo digno? . Cómo hacemos para cambiar la actitud irresponsable del peatón que atraviesa la autopista ante la mirada complaciente de los ciudadanos?. Será que a golpes de vejigas de nuestros matachines lo corregiremos, lo lograremos?. Patricio Donoso y Antonio Elizalde señalan que cultura ciudadana es: “el operar de la existencia colectiva, del existir con otros, del convivir, del vivir con, del particular, del hacerse parte de, que es la única forma posible de existencia humana. Es en ella donde se hace posible la condición ciudadana, la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, el despliegue y ejercicio de los

Propugna por la libertad de enseñanza, el libre pensamiento y la actitud critica constructiva del ciudadano frente a la Nación y sus gobernantes , de acuerdo con las normas consagradas en la Constitución.

Un gran equipo de trabajo

La cultura ciudadana tiene que ver más con los principios del comportamiento humano refe-rente a la ética y la moral, que juntos con el arte son conceptos inherentes a la cotidiani-dad del hombre.

No me adentraré en conceptos de ciudad, urbs, politis o civitas provenientes de los grie-gos y romanos fundamentados en Aristóteles y Cicerón, que definieron a la ciudad como la cima de la civilización y del progreso cultural porque hoy están superados por otras teorías.

Esta confusión obedece en nuestro medio a diferentes razones. Una de ellas ocurre cuan-do el físico y docente universitario Paul Bromberg le propuso a Antanas Mockus que desde el Instituto Distrital de Cultura y Tu-rismo en Bogotá, emprendieran una estrategia con modelos de artes escénicas como elemen-tos publicitarios para cambiar las actitudes de los bogotanos.

Recordemos que a Paul Bromberg no lo dejaron entrar al Concejo Distrital cuando, como alcalde encargado, no llevaba saco y corbata, precisamente para debatir el pro-yecto que reglamentaba la publicidad exterior en Bogotá.

Me parece que de nada han servido los es-fuerzos de mimos, títeres, payasos, zanqueros,

EnriqueCancelado

La CONFUSIÓNde la cultura

ciudadana

Noto que hay una confusión en el concepto de cultura ciudadana que los políticos, duchos en galimatías, la están utilizando precisamente como estrategia proselitista ubicándola como tarea primordial de las entidades, por ejemplo, que tienen que ver con el apoyo a las expresiones del arte, mal llamados institutos de cultura. Definir el arte es muy complicado, pero permítanme hacerlo muy elementalmente como aquello que entra por los órganos de los sentidos, mueve los sentimientos y nos hace razonar.

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No es fácil vivir en comunidad o sociedad, porque siempre queremos satisfacer en for-ma plena nuestros propios deseos y ne-cesidades a los cuales llamamos derechos, y que por lo general siempre de una u otra forma se debe ceder parte de ellos para lo-grar convivir en paz y armonía, pero siempre siendo consciente que lo hacemos en pro-cura de la convivencia pacífica, y que tam-poco se debe permitir la vulneración de lo que nos es innato que es la propia dignidad y el respeto hacia nuestra persona y condición humana.

Para ser buen ciudadano, se debe ser primero buen ser humano, el sentido de conciencia de la condición humana de sí mismo y de los demás, nos concientiza de las necesidades propias y ajenas, de colocarse en el lugar del otro, de colaborar con nuestros semejantes aun cuando no se tenga sentido de per-tenencia con ese otro, pero que siempre que nos veamos en el lugar de un tercero po-demos aportar con sentido humano, cola-borar en la causa ajena, creando así la responsabilidad social como ser individual con pertenencia a un grupo de personas las cuales componemos y hacemos parte de un Estado Social y Democrático de Derecho, en el cual prima el respeto y reconocimiento de los derechos humanos, la garantía de los mismos y la dignidad humana, pero siendo

consciente que hago parte de él y que mi ac-tuar aporta al respeto, convivencia y progreso de mi país. Es necesario para ello, una cultura ciudadana, conciencia de la misma, y sobre todo la disposición de aportar en cada paso de la vida a estas causas. Otro de los deberes de todo ciudadano es la recta y eficaz colaboración con la justicia en el esclarecimiento de hechos que se investigan por parte de los entes de investigación, vi-gilancia y control, cuando se nos llama a brindar nuestra declaración en un proceso judicial siendo nuestro deber declarar con la verdad y colaboración para que la justicia sea cada vez más eficaz. Así mismo, denun-ciando a quienes quebrantan la ley y que por diversas circunstancias conocemos que es así pero que por temor, indiferencia o porque no nos perjudica no hacemos nada por el logro de la justicia material de las causa ajenas, sin pensar que de esta manera lo que está suce-diendo es el incremento de la delincuencia porque al no ser denunciados hechos que atentan contra la ley y derechos de las per-sonas así no sean los nuestros, el incremento de la injusticia y delincuencia se hace cada mayor y menos manejables.

Todos nuestros derechos y deberes como ciudadanos son tendientes a lograr una con-vivencia pacífica y justa, pero para ello de-bemos conocer acertadamente nuestros derechos y deberes porque un gran número de ciudadanos desconocen los mismos, y no solo conocerlos sino accionarlos en pro de un mejor progreso social y democrático, cre-yendo en el logro de la efectividad de nues-tros derechos, dejando de lado el temor, la indiferencia y la complicidad.

¡Toma de conciencia ciudadana y acción en pro de ello!.

en fin, porque hoy Bogotá volvió a ser la ciudad caótica e intolerante de antes. Y otras ciudades, como Bucaramanga, siguen igual o peor.

De nada valen los miles de millones de pesos que inviertan las administraciones depar-tamentales y locales en programas de cultura ciudadana si no van de la mano a soluciones de los problemas de índole social que afron-tan sectores deprimidos, allí donde según muestran los noticieros de TV que cuando los vigilantes dan la espalda, los vecinos uti-lizan las escaleras automáticas para otra cosa, menos para movilizarse, como en Medellín.

Cómo pedirle al vendedor informal que no ocupe el espacio público si no tiene un em-pleo digno? . Cómo hacemos para cambiar la actitud irresponsable del peatón que atraviesa la autopista ante la mirada complaciente de los ciudadanos?. Será que a golpes de vejigas de nuestros matachines lo corregiremos, lo lograremos?. Patricio Donoso y Antonio Elizalde señalan que cultura ciudadana es: “el operar de la existencia colectiva, del existir con otros, del convivir, del vivir con, del particular, del hacerse parte de, que es la única forma posible de existencia humana. Es en ella donde se hace posible la condición ciudadana, la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, el despliegue y ejercicio de los

Propugna por la libertad de enseñanza, el libre pensamiento y la actitud critica constructiva del ciudadano frente a la Nación y sus gobernantes , de acuerdo con las normas consagradas en la Constitución.

Un gran equipo de trabajo

La cultura ciudadana tiene que ver más con los principios del comportamiento humano refe-rente a la ética y la moral, que juntos con el arte son conceptos inherentes a la cotidiani-dad del hombre.

No me adentraré en conceptos de ciudad, urbs, politis o civitas provenientes de los grie-gos y romanos fundamentados en Aristóteles y Cicerón, que definieron a la ciudad como la cima de la civilización y del progreso cultural porque hoy están superados por otras teorías.

Esta confusión obedece en nuestro medio a diferentes razones. Una de ellas ocurre cuan-do el físico y docente universitario Paul Bromberg le propuso a Antanas Mockus que desde el Instituto Distrital de Cultura y Tu-rismo en Bogotá, emprendieran una estrategia con modelos de artes escénicas como elemen-tos publicitarios para cambiar las actitudes de los bogotanos.

Recordemos que a Paul Bromberg no lo dejaron entrar al Concejo Distrital cuando, como alcalde encargado, no llevaba saco y corbata, precisamente para debatir el pro-yecto que reglamentaba la publicidad exterior en Bogotá.

Me parece que de nada han servido los es-fuerzos de mimos, títeres, payasos, zanqueros,

EnriqueCancelado

La CONFUSIÓNde la cultura

ciudadana

Noto que hay una confusión en el concepto de cultura ciudadana que los políticos, duchos en galimatías, la están utilizando precisamente como estrategia proselitista ubicándola como tarea primordial de las entidades, por ejemplo, que tienen que ver con el apoyo a las expresiones del arte, mal llamados institutos de cultura. Definir el arte es muy complicado, pero permítanme hacerlo muy elementalmente como aquello que entra por los órganos de los sentidos, mueve los sentimientos y nos hace razonar.

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inherentes a las personas y también de los deberes que surgen del existir social, del reconocimiento de la alteridad u otredad que enriquece la individualidad y a la vez hace posible y singulariza a cada ser humano, a cada persona”.

Pero esto cómo se logra?.A quién corresponde hacerlo?.La formación ética y moral parte desde los primeros años de vida en el seno de la casa paterna o materna (como quieran) y se for-talecen con educación básica y secundaria.

Los programas de cultura ciudadana no de-ben emprenderlos solamente las entidades de cultura, como erróneamente se cree. Allí es donde menos se sabe del tema. En nuestro medio político está tan tergiversado el con-cepto que lo emprenden las secretarías de Desarrollo Social porque, claro, es un tema de la moda política que ha implantado desde hace cerca de 20 años, una generación que le dio réditos políticos. Hoy las cosas han cam-biado, las generaciones no son las mismas.

Texto para aprender modos de comporta-miento para ambos sexos, herramienta es-colar utilizada durante 30 años en la educa-ción primaria colombiana. Esa cultura ciu-dadana de la que tanto hablan hoy nuestros políticos (ojo: dizque la practicarán los con-cejales de Bucaramanga) está escrita en la urbanidad de Carreño y en los famosos libros de cívica de la colección G.M Bruño, que estudiamos en nuestras escuelas y que la pedagogía de fines del siglo 20 castró de los pensum de estudios, obedeciendo experi-mentos académicos europeos sin fundamen-to ni visión latinoamericana y menos co-lombiana.

Esa cultura ciudadana es el conjunto de valores, actitudes, comportamientos y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, impulsan el progreso, facilitan la convivencia y conducen al respeto del pa-

trimonio común y al reconocimiento de los deberes y derechos ciudadanos.

El sector privado también tiene su com-promiso a través de la práctica de los famosos códigos de ética que determinan el trillado concepto de la responsabilidad social, que consiste en devolverle a la sociedad y a la naturaleza lo que le hemos esquilmado me-diante el uso de las técnicas y las tecnologías. Esos ejercicios filantrópicos de algunas em-presas a través de sus fundaciones obedecen a estrategias para no pagar impuestos.

Trabajar interinstitucionalmente a largo plazo se obtienen resultados, como se pretende en el Plan Municipal de Cultura de Bucaramanga a 10 años, pero mientras la cultura ciudadana no comience por tu casa, por mi casa, por nuestras casas, por la escuela, lo demás es gastar pólvora en gallinazos.

Libros escolares de la colección Bruño utili-zados en la educación colombiano hasta la década de los años 60 del siglo pasado.

Desde casa debemos enseñar que “la conciencia colectiva de unidad, en la que los intereses particulares estén por debajo de los colectivos y se establezca un pacto de ayuda mutua, no tendremos sentido de pertenencia, ni podremos mejorar nuestras condiciones de vida”. No sé quien lo dijo pero creo que tiene razón.

En el seno familiar están los fundamentos de la convivencia humana y el perfecciona-miento humano. Allí es donde debemos pre-parar a las nuevas generaciones para evitar la “cultura del atajo” o “la cultura del todo vale”.

Pero tampoco debemos quejarnos con la tergiversación del tema; de algo ha de servir el cuento de la cultura ciudadana, al menos para que los artistas tengan trabajo porque sólo cuando el hombre descubre el arte abandona la barbarie, dijo Cicerón.

Me crié en Zapatoca, pueblo al que adoro, porque allí ocurrieron mis primeras veces y porque los zapatocas nacemos donde se nos da la gana, aunque nací en Bucaramanga y me bautizaron en Barranquilla. Soy Sociólo-go, ter-miné estudios de Comunicación Social y un Diplomado en Gestión y Administración Cultural. He realizado diversos cursos de ca-pacitación sobre radio, fotografía, periodis-

mo, cultura y proyectos culturales dictados por diversas entidades públicas y privadas. Ejerzo el periodismo cultural, enfocado a la promoción, difusión y apoyo a las expre-siones del arte de élite como el arte popular de Santander, Colombia. Excluyo la cultura que impone la industria del entreteni-miento, aunque hay que hurgar mucho para encontrar cosas que valgan la pena. De igual

manera trabajo sobre el Periodismo Turístico a través de Caminatas o Senderismo, herra-mienta que me permite dar a conocer la historia de nuestra región, hecha a lomo de mula por caminos de herraduras o caminos reales. Estoy metido de lleno en el Video reporterismo y en la Fotografía Artística. Me divierto mucho haciendo lo anterior desde 1977.

Acerca de kikecancelado

LOS BUENOS MODALES: Se multiplican también

CarlosEduardoMestre A.

“El hombre de buenos principios no sólo sabe conducirse dignamente con las personas con quienes está relacionado, sino que tributa también sus consideraciones a la sociedad entera.” Anónimo

Cada día que pasa y veo los noticieros de televisión o los escucho en la radio, solo hay noticias relacionadas con la intolerancia, la falta de honestidad y honor, la irrespon-sabilidad, en fin, de una total ausencia de valores, que en algunos programas empeoran las presentaciones, haciendo mofa de algunos personajes públicos y en ocasiones mos-trando noticias mentirosas que rectifican en espacios mínimos o colocando al locutor, que habla tan rápido, que lo que hace es burlarse de las leyes a que hace alusión. Infortuna-damente, los ven y escuchan muchas personas que al oír esa sarta de noticias, o reaccionan contra todo lo que se presenta o toman partido con los protagonistas, siendo capaces de hacer manifestaciones de la pureza y candor de esos personajes a las afueras de los juzgados de Paloquemao en Bogotá. Ante eso me pregunto: por qué tanta intolerancia? Y en dónde quedaron las virtudes, los principios y los valores de cada ser humano que habita nuestro territorio?

Los medios audiovisuales son los que están marcando los modelos de comportamiento en los niños y jóvenes de las últimas tres dé-cadas en Colombia, sobre la base de posturas irreverentes y reaccionarias a los estrictos

modelos de comportamiento y etiqueta, que desde el siglo XIX venían siendo enseñados y exigidos en los colegios y en la sociedad conservadora y tradicional. Colocan a los ar-tistas y personajes adinerados de la vida pú-blica como los modelos a seguir, con todos los vicios y vidas oscuras que tienen, pero que los jóvenes hoy día quieren emular, y no precisamente acogiendo las cosa buenas que tienen, sino las malas, que realmente son las noticias amarillas y las causas por las cuales se “vuelven famosos”, más bien diría, los convierten en famosos, pues el amarillismo es el que vende: y la libertad de expresión que tanto defendemos se ha tergiversado por al-gunos que no entienden que libertad no es libertinaje ni anarquía social.

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inherentes a las personas y también de los deberes que surgen del existir social, del reconocimiento de la alteridad u otredad que enriquece la individualidad y a la vez hace posible y singulariza a cada ser humano, a cada persona”.

Pero esto cómo se logra?.A quién corresponde hacerlo?.La formación ética y moral parte desde los primeros años de vida en el seno de la casa paterna o materna (como quieran) y se for-talecen con educación básica y secundaria.

Los programas de cultura ciudadana no de-ben emprenderlos solamente las entidades de cultura, como erróneamente se cree. Allí es donde menos se sabe del tema. En nuestro medio político está tan tergiversado el con-cepto que lo emprenden las secretarías de Desarrollo Social porque, claro, es un tema de la moda política que ha implantado desde hace cerca de 20 años, una generación que le dio réditos políticos. Hoy las cosas han cam-biado, las generaciones no son las mismas.

Texto para aprender modos de comporta-miento para ambos sexos, herramienta es-colar utilizada durante 30 años en la educa-ción primaria colombiana. Esa cultura ciu-dadana de la que tanto hablan hoy nuestros políticos (ojo: dizque la practicarán los con-cejales de Bucaramanga) está escrita en la urbanidad de Carreño y en los famosos libros de cívica de la colección G.M Bruño, que estudiamos en nuestras escuelas y que la pedagogía de fines del siglo 20 castró de los pensum de estudios, obedeciendo experi-mentos académicos europeos sin fundamen-to ni visión latinoamericana y menos co-lombiana.

Esa cultura ciudadana es el conjunto de valores, actitudes, comportamientos y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, impulsan el progreso, facilitan la convivencia y conducen al respeto del pa-

trimonio común y al reconocimiento de los deberes y derechos ciudadanos.

El sector privado también tiene su com-promiso a través de la práctica de los famosos códigos de ética que determinan el trillado concepto de la responsabilidad social, que consiste en devolverle a la sociedad y a la naturaleza lo que le hemos esquilmado me-diante el uso de las técnicas y las tecnologías. Esos ejercicios filantrópicos de algunas em-presas a través de sus fundaciones obedecen a estrategias para no pagar impuestos.

Trabajar interinstitucionalmente a largo plazo se obtienen resultados, como se pretende en el Plan Municipal de Cultura de Bucaramanga a 10 años, pero mientras la cultura ciudadana no comience por tu casa, por mi casa, por nuestras casas, por la escuela, lo demás es gastar pólvora en gallinazos.

Libros escolares de la colección Bruño utili-zados en la educación colombiano hasta la década de los años 60 del siglo pasado.

Desde casa debemos enseñar que “la conciencia colectiva de unidad, en la que los intereses particulares estén por debajo de los colectivos y se establezca un pacto de ayuda mutua, no tendremos sentido de pertenencia, ni podremos mejorar nuestras condiciones de vida”. No sé quien lo dijo pero creo que tiene razón.

En el seno familiar están los fundamentos de la convivencia humana y el perfecciona-miento humano. Allí es donde debemos pre-parar a las nuevas generaciones para evitar la “cultura del atajo” o “la cultura del todo vale”.

Pero tampoco debemos quejarnos con la tergiversación del tema; de algo ha de servir el cuento de la cultura ciudadana, al menos para que los artistas tengan trabajo porque sólo cuando el hombre descubre el arte abandona la barbarie, dijo Cicerón.

Me crié en Zapatoca, pueblo al que adoro, porque allí ocurrieron mis primeras veces y porque los zapatocas nacemos donde se nos da la gana, aunque nací en Bucaramanga y me bautizaron en Barranquilla. Soy Sociólo-go, ter-miné estudios de Comunicación Social y un Diplomado en Gestión y Administración Cultural. He realizado diversos cursos de ca-pacitación sobre radio, fotografía, periodis-

mo, cultura y proyectos culturales dictados por diversas entidades públicas y privadas. Ejerzo el periodismo cultural, enfocado a la promoción, difusión y apoyo a las expre-siones del arte de élite como el arte popular de Santander, Colombia. Excluyo la cultura que impone la industria del entreteni-miento, aunque hay que hurgar mucho para encontrar cosas que valgan la pena. De igual

manera trabajo sobre el Periodismo Turístico a través de Caminatas o Senderismo, herra-mienta que me permite dar a conocer la historia de nuestra región, hecha a lomo de mula por caminos de herraduras o caminos reales. Estoy metido de lleno en el Video reporterismo y en la Fotografía Artística. Me divierto mucho haciendo lo anterior desde 1977.

Acerca de kikecancelado

LOS BUENOS MODALES: Se multiplican también

CarlosEduardoMestre A.

“El hombre de buenos principios no sólo sabe conducirse dignamente con las personas con quienes está relacionado, sino que tributa también sus consideraciones a la sociedad entera.” Anónimo

Cada día que pasa y veo los noticieros de televisión o los escucho en la radio, solo hay noticias relacionadas con la intolerancia, la falta de honestidad y honor, la irrespon-sabilidad, en fin, de una total ausencia de valores, que en algunos programas empeoran las presentaciones, haciendo mofa de algunos personajes públicos y en ocasiones mos-trando noticias mentirosas que rectifican en espacios mínimos o colocando al locutor, que habla tan rápido, que lo que hace es burlarse de las leyes a que hace alusión. Infortuna-damente, los ven y escuchan muchas personas que al oír esa sarta de noticias, o reaccionan contra todo lo que se presenta o toman partido con los protagonistas, siendo capaces de hacer manifestaciones de la pureza y candor de esos personajes a las afueras de los juzgados de Paloquemao en Bogotá. Ante eso me pregunto: por qué tanta intolerancia? Y en dónde quedaron las virtudes, los principios y los valores de cada ser humano que habita nuestro territorio?

Los medios audiovisuales son los que están marcando los modelos de comportamiento en los niños y jóvenes de las últimas tres dé-cadas en Colombia, sobre la base de posturas irreverentes y reaccionarias a los estrictos

modelos de comportamiento y etiqueta, que desde el siglo XIX venían siendo enseñados y exigidos en los colegios y en la sociedad conservadora y tradicional. Colocan a los ar-tistas y personajes adinerados de la vida pú-blica como los modelos a seguir, con todos los vicios y vidas oscuras que tienen, pero que los jóvenes hoy día quieren emular, y no precisamente acogiendo las cosa buenas que tienen, sino las malas, que realmente son las noticias amarillas y las causas por las cuales se “vuelven famosos”, más bien diría, los convierten en famosos, pues el amarillismo es el que vende: y la libertad de expresión que tanto defendemos se ha tergiversado por al-gunos que no entienden que libertad no es libertinaje ni anarquía social.

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Buscando sobre estos temas, encontré un artículo de Christina Hoff, profesora de filo-sofía de la Universidad Clark, donde exponía una crítica sobre el sistema de educación acerca de la ética en las universidades ameri-canas. Allí se dan cátedras y se escriben y estudian artículos fabulosos sobre la euta-nasia, el aborto, la pena capital, en fin, muchas cosas todas sobre política social, pero, así como me preguntaba yo, ella hacía un cues-tionamiento sobre el proceso de enseñanza de la ética personal: “La decencia privada, la honestidad, la responsabilidad personal y el honor”, lo que puede llevar a presentar ideas erradas a los estudiantes con respecto a la ética. Si vemos en este aspecto, solo les están enseñando la mitad de la ética: la segunda parte, y dónde o cómo está la primera, de la cual se debe basar la enseñanza y el aprendizaje de la segunda?. A partir de allí me tomé la libertad de hacer unas entrevistas personales con algunos estudian-tes de dos prestigiosas entidades universitarias de esta ciudad, la ciudad bonita de Colombia. Les pregunté si recibían alguna enseñanza sobre ética y moral en su currículo. Algunos, despectivamente me contestaron que son “rellenos” académicos para cobrar los crédi-tos universitarios; otros me contestaron que solo eran clases de religión o de civismo; y lo que caracterizó al cien por ciento de los pre-guntados, y que no me extrañó después de leer su lenguaje corporal durante la conver-sación, fue que no le veían importancia para su carrera. Lo que me condujo a formularles una última pregunta: ¿su carrera no va a ser su vida futura? Casi todos guardaron un silencio absoluto o una evasiva total. Resultado, perso-nalmente para mí: hay un gran vacío en la educación básica y superior, la importancia de la educación se basa en los ingresos econó-micos de la universidad y los colegios y no en la calidad de las personas que pretenden formar; además, los profesores dejaron de ser educadores formadores y motivadores, por la falta de reconocimientos económicos justos por parte de las entidades educativas. O sea: El proyecto educativo institucional (PEI) es una farsa.

Como en todos los periodos de tiempo conocidos, al evolucionar más rápido algunos aspectos de la vida del ser humano, como la tecnología, la comunicación, el pensamiento libre, aquellas personas que crecen en ese mo-mento tratan de ajustar sus comportamientos, que son nuevos ante la evolución, de la ma-

nera que mejor les parezca, individualmente, y toman modelos por “moda”, egoístas, sin detenerse a pensar en las limitaciones de esa libertad y pueden llegar a la anarquía en el comportamiento.

Aunque haya cambios en todos los campos científicos, tecnológicos y en las políticas sociales de los gobiernos, los principios de la convivencia humana siguen siendo los mismos: el respeto por los demás, de su género, de su edad, de la representación de autoridad que tenga y de la dignidad que tenga en sí misma; la conciencia que deba tener la persona sobre sus derechos y deberes para con la sociedad y el país en que vive y lo que la globalización nos exige actualmente, para con nuestro planeta que es nuestro único hogar, no tenemos a donde ir si lo destruimos.

Unas sencillas normas de comportamiento y convivencia, que se puedan enseñar y prac-ticar, tienen el gran riesgo de llevar a una armonía social de convivencia, lo que re-dundaría en la disminución de la delincuencia a cualquier nivel, a la discusión y debates pacíficos y proactivos que no terminen en acaloramientos y decisiones bélicas como solución a los conflictos. Una simple palabra amable, un gesto agradable sincero, siempre consigue respuestas positivas en los interlocutores y puede marcar la diferencia entre una oportunidad de trabajo o continuar desempleado; entre mejorar sus condiciones de vida o seguir subordinado a la pereza mental propia. Finalmente, la diferencia entre el éxito y el fracaso personal.

La manera como el individuo se comporte y valore sus principios, poniéndolos siempre en práctica en su vida cotidiana, es como va a ser visto por los demás. Y por su ejemplo, puede ser un factor de cambio positivo y proactivo, sincero y duradero, que a la larga permitirá un mejoramiento de su entorno, una convivencia productiva y un aumento del estatus de vida de la comunidad.

Todo esto puede resumirse en una frase tan antigua como la moda de andar a pie y es “amar al prójimo como a sí mismo”, dicha en muchas culturas de diferentes maneras, pero tan actual, pues el corazón de los seres hu-manos sigue siendo puro e inmaduro, con necesidad de educarse y moldearse de acuer-do con la influencia externa que tenga. Esta frase se aplica en la regla de oro de la convivencia: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.

Termino estas “cortas” apreciaciones con un cuento escrito por Pedro Pablo Sacristán, un madrileño inquieto en buscar el sentido de su vida a través de la pedagogía y la asesoría fa-miliar, que me tomé el atrevimiento de co-piarlo para compartirlo con ustedes lectores, para reflexionar cada uno e iniciar el propio cambio personal, que pueda reflejarse en la comunidad de su entorno y hacer de cada uno, mediante el ejemplo, un educador de la sociedad. Si, “se puede llegar a ser más sabio que los demás, pero no lo digas”, palabras con mucho sentido que le dijo Lord Chesterfield a su hijo a comienzos del siglo XX, “simplemente da ejemplo para que los demás te sigan ese ejemplo”, pues como dijo Galileo, “no se le puede enseñar a nadie; solo se puede ayudar a que lo encuentre dentro de sí”.

El cuento se llama Cadena de Sonrisas, y dice:

La señorita Elisa aquel día había propuesto un nuevo reto a sus alumnos: la alegría, y lo había hecho en plan desafío de récord. Les había nombrado "recaudadores" de alegría, para ver qué se les ocurría con tal de provocar la alegría de los que les rodeaban. Y aunque todos hicieron cosas realmente encantadoras, aquella vez Carla Sim-patías dejó a todos con la boca abierta.

Algunos días después del encargo de la señorita Elisa, Carla apareció cargando un gran saco.

- Aquí traigo toda la alegría que he recaudado en estos días -dijo sonriente.

Todos estaban expectantes, pero la niña no quiso mostrar el contenido del saco. En vez de eso, sacó una pequeña caja, tomó una cámara de fotos instantánea, y le entregó la caja a la maestra.

- Ábrala, señorita Elisa.

La profesora abrió la caja despacio y miró en su interior, y una gran sonrisa se dibujó en su rostro; en ese momento, Carla le hizo una fotografía. Luego le entregó la foto y un papel.

La maestra leyó el papel en silencio, y cuando terminó, señaló con gesto de sorpresa el gran saco.

- Así que eso es...- ¡Sí! -interrumpió la niña, deshaciendo el nudo que cerraba el saco- ¡un gran montón de sonrisas!

Y del saco cayeron cientos de fotos, todas ellas de variadas y bellas sonrisas.

El resto de la clase lo dedicaron a explicar cómo a Carla se le había ocurrido iniciar una cadena para alegrar un poquito a las personas: en la caja sólo había una foto con una gran sonrisa, y todos, al abrirla, sentían la alegría que transmitía y respondían a su vez con una sonrisa, casi sin querer.

Carla les sacaba una foto con su propia sonrisa, y les entregaba un papelito donde les pedía que hicieran lo mismo con otras personas, y le enviaran una copia de las fotografías a la dirección de su casa.

Y durante aquellos días y meses, el buzón de Carla no dejó de llenarse de las fotos de las sonrisas de tanta gente agradecida, ayudando a todos a comprender que el simple hecho de sonreír ya es un regalo para todo el mundo.

Lectura recomendada: Hoff Sommers Ch., Enseñar las virtudes. Vida moral: pública y privada. Protocolo.org

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Buscando sobre estos temas, encontré un artículo de Christina Hoff, profesora de filo-sofía de la Universidad Clark, donde exponía una crítica sobre el sistema de educación acerca de la ética en las universidades ameri-canas. Allí se dan cátedras y se escriben y estudian artículos fabulosos sobre la euta-nasia, el aborto, la pena capital, en fin, muchas cosas todas sobre política social, pero, así como me preguntaba yo, ella hacía un cues-tionamiento sobre el proceso de enseñanza de la ética personal: “La decencia privada, la honestidad, la responsabilidad personal y el honor”, lo que puede llevar a presentar ideas erradas a los estudiantes con respecto a la ética. Si vemos en este aspecto, solo les están enseñando la mitad de la ética: la segunda parte, y dónde o cómo está la primera, de la cual se debe basar la enseñanza y el aprendizaje de la segunda?. A partir de allí me tomé la libertad de hacer unas entrevistas personales con algunos estudian-tes de dos prestigiosas entidades universitarias de esta ciudad, la ciudad bonita de Colombia. Les pregunté si recibían alguna enseñanza sobre ética y moral en su currículo. Algunos, despectivamente me contestaron que son “rellenos” académicos para cobrar los crédi-tos universitarios; otros me contestaron que solo eran clases de religión o de civismo; y lo que caracterizó al cien por ciento de los pre-guntados, y que no me extrañó después de leer su lenguaje corporal durante la conver-sación, fue que no le veían importancia para su carrera. Lo que me condujo a formularles una última pregunta: ¿su carrera no va a ser su vida futura? Casi todos guardaron un silencio absoluto o una evasiva total. Resultado, perso-nalmente para mí: hay un gran vacío en la educación básica y superior, la importancia de la educación se basa en los ingresos econó-micos de la universidad y los colegios y no en la calidad de las personas que pretenden formar; además, los profesores dejaron de ser educadores formadores y motivadores, por la falta de reconocimientos económicos justos por parte de las entidades educativas. O sea: El proyecto educativo institucional (PEI) es una farsa.

Como en todos los periodos de tiempo conocidos, al evolucionar más rápido algunos aspectos de la vida del ser humano, como la tecnología, la comunicación, el pensamiento libre, aquellas personas que crecen en ese mo-mento tratan de ajustar sus comportamientos, que son nuevos ante la evolución, de la ma-

nera que mejor les parezca, individualmente, y toman modelos por “moda”, egoístas, sin detenerse a pensar en las limitaciones de esa libertad y pueden llegar a la anarquía en el comportamiento.

Aunque haya cambios en todos los campos científicos, tecnológicos y en las políticas sociales de los gobiernos, los principios de la convivencia humana siguen siendo los mismos: el respeto por los demás, de su género, de su edad, de la representación de autoridad que tenga y de la dignidad que tenga en sí misma; la conciencia que deba tener la persona sobre sus derechos y deberes para con la sociedad y el país en que vive y lo que la globalización nos exige actualmente, para con nuestro planeta que es nuestro único hogar, no tenemos a donde ir si lo destruimos.

Unas sencillas normas de comportamiento y convivencia, que se puedan enseñar y prac-ticar, tienen el gran riesgo de llevar a una armonía social de convivencia, lo que re-dundaría en la disminución de la delincuencia a cualquier nivel, a la discusión y debates pacíficos y proactivos que no terminen en acaloramientos y decisiones bélicas como solución a los conflictos. Una simple palabra amable, un gesto agradable sincero, siempre consigue respuestas positivas en los interlocutores y puede marcar la diferencia entre una oportunidad de trabajo o continuar desempleado; entre mejorar sus condiciones de vida o seguir subordinado a la pereza mental propia. Finalmente, la diferencia entre el éxito y el fracaso personal.

La manera como el individuo se comporte y valore sus principios, poniéndolos siempre en práctica en su vida cotidiana, es como va a ser visto por los demás. Y por su ejemplo, puede ser un factor de cambio positivo y proactivo, sincero y duradero, que a la larga permitirá un mejoramiento de su entorno, una convivencia productiva y un aumento del estatus de vida de la comunidad.

Todo esto puede resumirse en una frase tan antigua como la moda de andar a pie y es “amar al prójimo como a sí mismo”, dicha en muchas culturas de diferentes maneras, pero tan actual, pues el corazón de los seres hu-manos sigue siendo puro e inmaduro, con necesidad de educarse y moldearse de acuer-do con la influencia externa que tenga. Esta frase se aplica en la regla de oro de la convivencia: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.

Termino estas “cortas” apreciaciones con un cuento escrito por Pedro Pablo Sacristán, un madrileño inquieto en buscar el sentido de su vida a través de la pedagogía y la asesoría fa-miliar, que me tomé el atrevimiento de co-piarlo para compartirlo con ustedes lectores, para reflexionar cada uno e iniciar el propio cambio personal, que pueda reflejarse en la comunidad de su entorno y hacer de cada uno, mediante el ejemplo, un educador de la sociedad. Si, “se puede llegar a ser más sabio que los demás, pero no lo digas”, palabras con mucho sentido que le dijo Lord Chesterfield a su hijo a comienzos del siglo XX, “simplemente da ejemplo para que los demás te sigan ese ejemplo”, pues como dijo Galileo, “no se le puede enseñar a nadie; solo se puede ayudar a que lo encuentre dentro de sí”.

El cuento se llama Cadena de Sonrisas, y dice:

La señorita Elisa aquel día había propuesto un nuevo reto a sus alumnos: la alegría, y lo había hecho en plan desafío de récord. Les había nombrado "recaudadores" de alegría, para ver qué se les ocurría con tal de provocar la alegría de los que les rodeaban. Y aunque todos hicieron cosas realmente encantadoras, aquella vez Carla Sim-patías dejó a todos con la boca abierta.

Algunos días después del encargo de la señorita Elisa, Carla apareció cargando un gran saco.

- Aquí traigo toda la alegría que he recaudado en estos días -dijo sonriente.

Todos estaban expectantes, pero la niña no quiso mostrar el contenido del saco. En vez de eso, sacó una pequeña caja, tomó una cámara de fotos instantánea, y le entregó la caja a la maestra.

- Ábrala, señorita Elisa.

La profesora abrió la caja despacio y miró en su interior, y una gran sonrisa se dibujó en su rostro; en ese momento, Carla le hizo una fotografía. Luego le entregó la foto y un papel.

La maestra leyó el papel en silencio, y cuando terminó, señaló con gesto de sorpresa el gran saco.

- Así que eso es...- ¡Sí! -interrumpió la niña, deshaciendo el nudo que cerraba el saco- ¡un gran montón de sonrisas!

Y del saco cayeron cientos de fotos, todas ellas de variadas y bellas sonrisas.

El resto de la clase lo dedicaron a explicar cómo a Carla se le había ocurrido iniciar una cadena para alegrar un poquito a las personas: en la caja sólo había una foto con una gran sonrisa, y todos, al abrirla, sentían la alegría que transmitía y respondían a su vez con una sonrisa, casi sin querer.

Carla les sacaba una foto con su propia sonrisa, y les entregaba un papelito donde les pedía que hicieran lo mismo con otras personas, y le enviaran una copia de las fotografías a la dirección de su casa.

Y durante aquellos días y meses, el buzón de Carla no dejó de llenarse de las fotos de las sonrisas de tanta gente agradecida, ayudando a todos a comprender que el simple hecho de sonreír ya es un regalo para todo el mundo.

Lectura recomendada: Hoff Sommers Ch., Enseñar las virtudes. Vida moral: pública y privada. Protocolo.org

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Ideas sobreResponsabilidad Socialy Ciudadanía

Los conceptos de responsabilidad social cor-porativa (RSC), ciudadanía corporativa y sus variantes menores, emergen como formas al tratar de conectar las firmas a la sociedad (Sisón A.J., 2009). Aunque no se tiene una definición única o comúnmente aceptada de RSC, predomina la noción donde las com-pañías deben complementar la búsqueda económica con una buena ciudadanía dentro de la sociedad (Sadler, D., y Lloyd, S., 2009). Por ejemplo, el Libro Verde: Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas (CE, 2001) encuentra que la mayoría de las definiciones de la respon-sabilidad social de las empresas entienden este concepto como la integración volun-taria, por parte de las empresas, de las preo-cupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Para la comisión euro-pea, ser socialmente responsable no significa solamente cumplir plenamente las obliga-ciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento, invirtiendo «más» en el capital humano, el entorno y las relaciones con los interlocutores. La experiencia adquirida con la inversión en tecnologías y prácticas comer-ciales respetuosas del medio ambiente su-giere que ir más allá del cumplimiento de la

legislación puede aumentar la competitividad de las empresas.

Carroll (1999) afirma que en los primeros es-critos sobre la RSC, se referían más a menudo como Responsabilidad Social (RS) que como RSC y que esto se debía a que en esa época no había aparecido la prominencia de las gran-des corporaciones y del sector empresarial como sucede actualmente. Igualmente, es posible pensar que el comportamiento cor-porativo socialmente responsable es inter-pretado como una respuesta al exceso de la explotación corporativa sobre algunos asun-tos como los estándares laborales, las condi-ciones de trabajo y el impacto medioam-biental (Sadler, 2004). Algunos ejemplos pue-den ser percibidos casi de forma inmediata en nuestro entorno: el cambio climático, desme-joramiento de calidad de vida de la población, escándalos corporativos, violación de dere-chos humanos, trabajo infantil, entre otros.

Teniendo en cuenta lo anterior es lógico deducir la gran cantidad de estudios gene-rados sobre el tema. Dichos estudios se han realizado sobretodo alrededor de las región Anglo-Americana y del continente Europeo, ya que de allí emergieron la mayoría de grandes corporaciones reinantes en el siglo XX, con el fin de entender las trayectorias que cada uno siguió en términos de la ciu-dadanía corporativa. Dentro de la tradición Anglo-Americana es muy común referir el

trabajo de Bowen (1953) quien propuso que los gerentes debían tomar decisiones siguiendo líneas de acción que conservaran valores y objetivos de la sociedad. Tiempo después Eells y Walton (1961) desarrollaron el concepto aún más, al referirse a la RSC como “los principios éticos que deberían gobernar las relaciones entre corporaciones y sociedad”. Sin embargo, fue McGuire (1963) quien entendió la RSC como las obligaciones de una compañía que van más allá de los asuntos económicos y legales. De esta manera dentro del entorno Anglo-Americano fue una no-vedad el que las corporaciones tuvieran obligaciones más allá de las establecidas por la ley, sobretodo porque ellas estaban for-madas por colectivos de personas y por ello sólo hasta 1819 se reconoce la corporación como una persona legal. El continente Euro-peo por su parte, ha tenido mayor incidencia en la idea de que las firmas están incluidas en el espacio social, y que por tanto tienen ta-reas que se encuentran aparte de aquellas determinadas por la ley. De allí que la RSC sea definida de una manera bastante clara por la Comisión Europea: “Responsabilidad Social Corporativa es un concepto donde las compañías integran asuntos sociales y ambientales en sus operaciones de negocio y en su iteración con los interesados de forma voluntaria. Es acerca de compañías decidiendo ir más allá de los requerimientos mínimos legales y de las obligaciones emergentes de los acuerdos colectivos con el fin de direccionar necesidades sociales. A través de la RSC, las compañías de todos los tamaños, en cooperación con los interesados, pueden ayudar a reconciliar las ambiciones económicas, sociales y ambientales. [...] En Europa, la promoción de RSC refleja la necesidad de defender los valores comunes e incrementar el sentido de solidaridad y cohesión” (Comisión Europea, 2006).

La RSC ha tenido otras formas o nociones. Entre las más conocidas se encuentran Res-ponsabilidad Corporativa, Capacidad de Respuesta Social Corporativa, Desempeño Social Corporativo. La Responsabilidad Corporativa se refiere al reconocimiento ex-plicito de las firmas como actores socio-políticos con responsabilidades que incluyen la sociedad (Crane y Matten, 2004). La Capacidad de Respuesta Social Corporativa se enfoca en las dimensiones estratégica y procesual de la RSC que se manifiesta en la habilidad de una empresa en responder a las

presiones sociales (Crane y Matten, 2004). El Desempeño Social Corporativo combina los principios de RSC con los procesos de la Capacidad de Respuesta Social Corporativa y lo resultante del comportamiento cor-porativo (Wood, 1991). Estos resultados del comportamiento corporativo pueden ser clasificados en políticas sociales, programas sociales e impactos sociales. Finalmente, el Desempeño Social Corporativo ha evolu-cionado en lo que es conocido actualmente como Ciudadanía Corporativa Global (Wood y otros., 2006). La Ciudadanía Cor-porativa (CC) fue un término usado pri-meramente por practicantes y personas que trabajaban en corporaciones y que después fue popularizado en 1980 (Crane y otros., 2003). En un principio este concepto en-fatizaba, ampliaba, y redirigía dimensiones específicas de la RSC e indicaba cómo el ser o identidad y las actividades de las corpo-raciones dentro de la sociedad podrían de alguna manera ser estudiadas a través del lente de la ciudadanía.

Una de las razones por las cuales la teoría de negocios toma prestado el concepto de ciudadanía es debido a la dimensión social de las organizaciones de negocios, basándose especialmente en el análisis del rol del poder en la resolución de conflictos. A través del concepto de ciudadanía se le ofrece entonces a las firmas una justificación de sus derechos y responsabilidades y la posibilidad de sen-tirse pertenecientes a una comunidad. De esta manera, las corporaciones son vistas como instrumentos colectivos creados por ciudadanos individuales para alcanzar ob-jetivos y metas que no serían alcanzables de otra manera.

RESPONSABILIDAD SOCIALY CIUDADANÍA CORPORATIVA:Conceptos,contexto colombianoy algunas reflexiones

GerardoAngulo

Cuentas

HugoMartínez

Ardila

En el presente artículo se utilizarán los términos Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de manera indistinta.

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Ideas sobreResponsabilidad Socialy Ciudadanía

Los conceptos de responsabilidad social cor-porativa (RSC), ciudadanía corporativa y sus variantes menores, emergen como formas al tratar de conectar las firmas a la sociedad (Sisón A.J., 2009). Aunque no se tiene una definición única o comúnmente aceptada de RSC, predomina la noción donde las com-pañías deben complementar la búsqueda económica con una buena ciudadanía dentro de la sociedad (Sadler, D., y Lloyd, S., 2009). Por ejemplo, el Libro Verde: Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas (CE, 2001) encuentra que la mayoría de las definiciones de la respon-sabilidad social de las empresas entienden este concepto como la integración volun-taria, por parte de las empresas, de las preo-cupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores. Para la comisión euro-pea, ser socialmente responsable no significa solamente cumplir plenamente las obliga-ciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento, invirtiendo «más» en el capital humano, el entorno y las relaciones con los interlocutores. La experiencia adquirida con la inversión en tecnologías y prácticas comer-ciales respetuosas del medio ambiente su-giere que ir más allá del cumplimiento de la

legislación puede aumentar la competitividad de las empresas.

Carroll (1999) afirma que en los primeros es-critos sobre la RSC, se referían más a menudo como Responsabilidad Social (RS) que como RSC y que esto se debía a que en esa época no había aparecido la prominencia de las gran-des corporaciones y del sector empresarial como sucede actualmente. Igualmente, es posible pensar que el comportamiento cor-porativo socialmente responsable es inter-pretado como una respuesta al exceso de la explotación corporativa sobre algunos asun-tos como los estándares laborales, las condi-ciones de trabajo y el impacto medioam-biental (Sadler, 2004). Algunos ejemplos pue-den ser percibidos casi de forma inmediata en nuestro entorno: el cambio climático, desme-joramiento de calidad de vida de la población, escándalos corporativos, violación de dere-chos humanos, trabajo infantil, entre otros.

Teniendo en cuenta lo anterior es lógico deducir la gran cantidad de estudios gene-rados sobre el tema. Dichos estudios se han realizado sobretodo alrededor de las región Anglo-Americana y del continente Europeo, ya que de allí emergieron la mayoría de grandes corporaciones reinantes en el siglo XX, con el fin de entender las trayectorias que cada uno siguió en términos de la ciu-dadanía corporativa. Dentro de la tradición Anglo-Americana es muy común referir el

trabajo de Bowen (1953) quien propuso que los gerentes debían tomar decisiones siguiendo líneas de acción que conservaran valores y objetivos de la sociedad. Tiempo después Eells y Walton (1961) desarrollaron el concepto aún más, al referirse a la RSC como “los principios éticos que deberían gobernar las relaciones entre corporaciones y sociedad”. Sin embargo, fue McGuire (1963) quien entendió la RSC como las obligaciones de una compañía que van más allá de los asuntos económicos y legales. De esta manera dentro del entorno Anglo-Americano fue una no-vedad el que las corporaciones tuvieran obligaciones más allá de las establecidas por la ley, sobretodo porque ellas estaban for-madas por colectivos de personas y por ello sólo hasta 1819 se reconoce la corporación como una persona legal. El continente Euro-peo por su parte, ha tenido mayor incidencia en la idea de que las firmas están incluidas en el espacio social, y que por tanto tienen ta-reas que se encuentran aparte de aquellas determinadas por la ley. De allí que la RSC sea definida de una manera bastante clara por la Comisión Europea: “Responsabilidad Social Corporativa es un concepto donde las compañías integran asuntos sociales y ambientales en sus operaciones de negocio y en su iteración con los interesados de forma voluntaria. Es acerca de compañías decidiendo ir más allá de los requerimientos mínimos legales y de las obligaciones emergentes de los acuerdos colectivos con el fin de direccionar necesidades sociales. A través de la RSC, las compañías de todos los tamaños, en cooperación con los interesados, pueden ayudar a reconciliar las ambiciones económicas, sociales y ambientales. [...] En Europa, la promoción de RSC refleja la necesidad de defender los valores comunes e incrementar el sentido de solidaridad y cohesión” (Comisión Europea, 2006).

La RSC ha tenido otras formas o nociones. Entre las más conocidas se encuentran Res-ponsabilidad Corporativa, Capacidad de Respuesta Social Corporativa, Desempeño Social Corporativo. La Responsabilidad Corporativa se refiere al reconocimiento ex-plicito de las firmas como actores socio-políticos con responsabilidades que incluyen la sociedad (Crane y Matten, 2004). La Capacidad de Respuesta Social Corporativa se enfoca en las dimensiones estratégica y procesual de la RSC que se manifiesta en la habilidad de una empresa en responder a las

presiones sociales (Crane y Matten, 2004). El Desempeño Social Corporativo combina los principios de RSC con los procesos de la Capacidad de Respuesta Social Corporativa y lo resultante del comportamiento cor-porativo (Wood, 1991). Estos resultados del comportamiento corporativo pueden ser clasificados en políticas sociales, programas sociales e impactos sociales. Finalmente, el Desempeño Social Corporativo ha evolu-cionado en lo que es conocido actualmente como Ciudadanía Corporativa Global (Wood y otros., 2006). La Ciudadanía Cor-porativa (CC) fue un término usado pri-meramente por practicantes y personas que trabajaban en corporaciones y que después fue popularizado en 1980 (Crane y otros., 2003). En un principio este concepto en-fatizaba, ampliaba, y redirigía dimensiones específicas de la RSC e indicaba cómo el ser o identidad y las actividades de las corpo-raciones dentro de la sociedad podrían de alguna manera ser estudiadas a través del lente de la ciudadanía.

Una de las razones por las cuales la teoría de negocios toma prestado el concepto de ciudadanía es debido a la dimensión social de las organizaciones de negocios, basándose especialmente en el análisis del rol del poder en la resolución de conflictos. A través del concepto de ciudadanía se le ofrece entonces a las firmas una justificación de sus derechos y responsabilidades y la posibilidad de sen-tirse pertenecientes a una comunidad. De esta manera, las corporaciones son vistas como instrumentos colectivos creados por ciudadanos individuales para alcanzar ob-jetivos y metas que no serían alcanzables de otra manera.

RESPONSABILIDAD SOCIALY CIUDADANÍA CORPORATIVA:Conceptos,contexto colombianoy algunas reflexiones

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Ardila

En el presente artículo se utilizarán los términos Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de manera indistinta.

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¿Pero entonces que es ciudadanía?

En un inicio y según Aristóteles (1990) la tarea de un ciudadano es participar en decidir lo que es bueno y justo con el derecho de deliberar o juzgar. A lo largo de la historia se han creado diferentes modelos basados en las clases de estado existentes, que pueden ser clasificadas en dos grandes categorías: la ciudadanía minimalista-liberal y la ciuda-danía comunitaria o republicana-cívica. La primera concibe al ciudadano como libre de opresión contra la regla arbitraria de un gobierno o estado absolutista (Crane y otros., 2003). La segunda enfatiza la participación en el bien publico a través de lazos de comunidad y de prácticas de virtudes cívicas (Wood y otros., 2006). Así, las dos son puntos de vista diferentes del mismo fenómeno. Mientras la primera busca la tendencia hacia las libertades negativas, la segunda tiende hacia las libertades positivas. Entonces, una corporación desde el punto de vista mini-malista-liberal, debe tratar de proteger su derecho a existir basado en la libertad de asociación y en su licencia de operación.

Por otro lado, y bajo la ciudadanía comu-nitaria, la corporación, además de ejercer sus derechos políticos, civiles y sociales; también debe cumplir sus obligaciones políticas, civiles y sociales trascendiendo de las metas puramente económicas involucrándose en la comunidad y también participando activa-mente en los asuntos políticos del Estado. Una vez revisados los conceptos, demos paso al contexto colombiano en RSE.

CONTEXTO COLOMBIANO

En el año 2004 la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia – ANDI – creó la Gerencia de Responsabilidad Social con el

fin de abordar acciones de responsabilidad social empresarial como son: vivienda, salud, educación, capacitación, cultura, recreación, servicios públicos, paz, justicia, investiga-ciones sociales, entre otras. También, han podido realizar seis encuentros nacionales de empresarios para discutir sobre RSE. Para la ANDI, la RSE es una forma de conducir los negocios, definida por relaciones éticas y transparentes con todos los grupos de interés, sean estos empleados, inversionistas, proveedores, comunidades, clientes, distri-buidores, gobierno, o cualquier otro grupo relevante en el quehacer empresarial. Esta manera de proceder permitiría establecer metas empresariales compatibles con el desa-rrollo sostenible en lo social, lo ambiental y lo económico. Para desplegar su RSE la ANDI ha desarrollado una política basada en las siguientes premisas (ANDI, 2009):

•La contribución del empresariado al desarrollo sostenible nace de sus convicciones y no de una obligación legal.

•La RSE es una apuesta a la autogestión, es estratégica y da cabida a la innovación.

•Cualquier tipo de reglamentación hacia la obligatoriedad pone techos al accionar empresarial.

•El fomento de prácticas justas se hace en un entorno competitivo responsable y libre.

•La sostenibilidad y la competitividad son dos caras de la misma moneda; son interdependientes e inseparables.

Por otro lado la versión local de RSC es la dada por la guía técnica Colombiana de responsabi l idad social (GTC-180)- ICONTEC donde se define como: “el com-promiso voluntario que las organizaciones asumen frente a las expectativas concertadas que en materia de desarrollo humano integral se generan con las partes interesadas y que, partiendo del cumplimiento de las disposiciones legales, le permite a las organi-zaciones asegurar el crecimiento económico, el de-sarrollo social, y el equilibrio ecológico”.

Una forma de destacar empresas colom-bianas con liderazgo en RSE serían aquellas que han logrado ingresar a los Índices de Sostenibilidad de Dow Jones (Dow Jones Sustainability Indexes - DJSI). Los Índices de

Sostenibilidad Dow Jones fueron creados en 1999 como puntos de referencia de la sos-tenibilidad global. Los índices son ofrecidos conjuntamente por SAM Indexes y Dow Jones. La familia de índices realiza el segui-miento del desempeño de las acciones de las empresas más importantes del mundo en términos de criterios económicos, ambien-tales y sociales (SAM Indexes GmbH, 2011). Para el caso colombiano se tienen Ecopetrol, al grupo Suramericana y al Grupo Nutresa (Portafolio, 2011).

Ecopetrol

El modelo de Responsabilidad Social Em-presarial (RSE) de ECOPETROL (2007) asume un compromiso central con cada uno de sus grupos de interés y lo despliega en indicadores de gestión que son evaluados cada mes. Los grupos de interés y los com-promisos con ellos son los siguientes: Accio-nistas e inversionistas: maximizar de manera sostenida el valor de la empresa y un nivel razonable de rentabilidad; Clientes: asegurar su satisfacción con excelencia en el servicio; Empleados, jubilados y sus familias: valorar y retribuir sus capacidades y contribuir al mejoramiento de su calidad de vida; Socie-dad: contribuir al desarrollo sostenible y a su bienestar; El Estado: asegurar y promover el cumplimiento de las obligaciones con las ins-tituciones del Estado; Asociados: sostener relaciones de negocio de largo plazo que ge-neren beneficio mutuo; Proveedores: trans-parencia y reglas claras dentro de una relación de mutuo beneficio.

Haciendo énfasis en el grupo de interés que constituye la sociedad, con la cual el com-promiso de Ecopetrol es contribuir al de-sarrollo sostenible y a su bienestar, los as-pectos de su presencia en el entorno son: a) La inversión social voluntaria; b) La inversión ambiental; c) Los aportes en materia de cali-dad de aire; y d) El trabajo de investigación y desarrollo del Instituto Colombiano del Petróleo (ICP).

Dentro de los resultados de RSE para 2007 se pueden destacar: =$73.148 millones de Pesos invertidos en siete líneas de intervención (Educación, In-fraestructura, Proyectos productivos, For-talecimiento Institucional y comunitario, Pre-servación Ambiental, Salud y Recreación y cultura)

=Ecopetrol es uno de los promotores de este parque en el área metropolitana de Buca-ramanga (Santander), y es socio fundador de los centros de desarrollo tecnológico de corrosión, gas y asfaltos. Además, motiva a las compañías involucradas a crear nuevas empresas semilla y a servirse de las exis-tentes.=Grupos Ondas y Semilleros de Forma-ción Científica: A través de un convenio interinstitucional con Colciencias, la empre-sa se ha vinculado al proyecto Grupos Ondas para apropiación de la ciencia y la tecnología en la población infantil y juvenil.

Grupo Suramericana

El Grupo Suramericana ha adoptado un Modelo de Responsabilidad y Ciudadanía Corporativa, que incluye tres ejes centrales de actuación: Gestión de los negocios, Pro-yectos de desarrollo social y Participación en Dinámica Pública (SURA, 2012). La primera línea de acción tiene que ver con la in-corporación de lineamientos de gestión em-presarial que deriven en buenas prácticas de cara al desarrollo del negocio día a día. Se trata de verificar que en las relaciones que desarrollan con los distintos grupos de interés, los criterios de gestión y de decisión que se apliquen permitan que se vayan construyendo entornos donde los bene-ficios del negocio sean para todos. La se-gunda línea de acción se desarrolla mediante la participación en proyectos sociales que contribuyen a mejorar las condiciones de vida de poblaciones vulnerables. Aquí se centra parte fundamental del trabajo de la Fundación Suramericana, a través de la cual se canalizan aportes institucionales y el vo-luntariado corporativo. El tercer compo-nente del modelo de Responsabilidad y Ciu-dadanía Corporativa, tiene que ver con la participación en dinámicas públicas para fortalecer la institucionalidad y la confianza. En esta línea de acción se revisa el papel como líderes de opinión y la participación en los grandes temas que construyen país.

Dentro de los resultados de RSE para 2009 se pueden destacar: =$4.538 millones de pesos en 14 departamentos (Educación 1,315; Genera-ción de ingresos 1,252; Cultura 805; Institu-cional 511; Asistencia social 501; Salud 154)

Parque Tecnológico Guatiguará:

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¿Pero entonces que es ciudadanía?

En un inicio y según Aristóteles (1990) la tarea de un ciudadano es participar en decidir lo que es bueno y justo con el derecho de deliberar o juzgar. A lo largo de la historia se han creado diferentes modelos basados en las clases de estado existentes, que pueden ser clasificadas en dos grandes categorías: la ciudadanía minimalista-liberal y la ciuda-danía comunitaria o republicana-cívica. La primera concibe al ciudadano como libre de opresión contra la regla arbitraria de un gobierno o estado absolutista (Crane y otros., 2003). La segunda enfatiza la participación en el bien publico a través de lazos de comunidad y de prácticas de virtudes cívicas (Wood y otros., 2006). Así, las dos son puntos de vista diferentes del mismo fenómeno. Mientras la primera busca la tendencia hacia las libertades negativas, la segunda tiende hacia las libertades positivas. Entonces, una corporación desde el punto de vista mini-malista-liberal, debe tratar de proteger su derecho a existir basado en la libertad de asociación y en su licencia de operación.

Por otro lado, y bajo la ciudadanía comu-nitaria, la corporación, además de ejercer sus derechos políticos, civiles y sociales; también debe cumplir sus obligaciones políticas, civiles y sociales trascendiendo de las metas puramente económicas involucrándose en la comunidad y también participando activa-mente en los asuntos políticos del Estado. Una vez revisados los conceptos, demos paso al contexto colombiano en RSE.

CONTEXTO COLOMBIANO

En el año 2004 la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia – ANDI – creó la Gerencia de Responsabilidad Social con el

fin de abordar acciones de responsabilidad social empresarial como son: vivienda, salud, educación, capacitación, cultura, recreación, servicios públicos, paz, justicia, investiga-ciones sociales, entre otras. También, han podido realizar seis encuentros nacionales de empresarios para discutir sobre RSE. Para la ANDI, la RSE es una forma de conducir los negocios, definida por relaciones éticas y transparentes con todos los grupos de interés, sean estos empleados, inversionistas, proveedores, comunidades, clientes, distri-buidores, gobierno, o cualquier otro grupo relevante en el quehacer empresarial. Esta manera de proceder permitiría establecer metas empresariales compatibles con el desa-rrollo sostenible en lo social, lo ambiental y lo económico. Para desplegar su RSE la ANDI ha desarrollado una política basada en las siguientes premisas (ANDI, 2009):

•La contribución del empresariado al desarrollo sostenible nace de sus convicciones y no de una obligación legal.

•La RSE es una apuesta a la autogestión, es estratégica y da cabida a la innovación.

•Cualquier tipo de reglamentación hacia la obligatoriedad pone techos al accionar empresarial.

•El fomento de prácticas justas se hace en un entorno competitivo responsable y libre.

•La sostenibilidad y la competitividad son dos caras de la misma moneda; son interdependientes e inseparables.

Por otro lado la versión local de RSC es la dada por la guía técnica Colombiana de responsabi l idad social (GTC-180)- ICONTEC donde se define como: “el com-promiso voluntario que las organizaciones asumen frente a las expectativas concertadas que en materia de desarrollo humano integral se generan con las partes interesadas y que, partiendo del cumplimiento de las disposiciones legales, le permite a las organi-zaciones asegurar el crecimiento económico, el de-sarrollo social, y el equilibrio ecológico”.

Una forma de destacar empresas colom-bianas con liderazgo en RSE serían aquellas que han logrado ingresar a los Índices de Sostenibilidad de Dow Jones (Dow Jones Sustainability Indexes - DJSI). Los Índices de

Sostenibilidad Dow Jones fueron creados en 1999 como puntos de referencia de la sos-tenibilidad global. Los índices son ofrecidos conjuntamente por SAM Indexes y Dow Jones. La familia de índices realiza el segui-miento del desempeño de las acciones de las empresas más importantes del mundo en términos de criterios económicos, ambien-tales y sociales (SAM Indexes GmbH, 2011). Para el caso colombiano se tienen Ecopetrol, al grupo Suramericana y al Grupo Nutresa (Portafolio, 2011).

Ecopetrol

El modelo de Responsabilidad Social Em-presarial (RSE) de ECOPETROL (2007) asume un compromiso central con cada uno de sus grupos de interés y lo despliega en indicadores de gestión que son evaluados cada mes. Los grupos de interés y los com-promisos con ellos son los siguientes: Accio-nistas e inversionistas: maximizar de manera sostenida el valor de la empresa y un nivel razonable de rentabilidad; Clientes: asegurar su satisfacción con excelencia en el servicio; Empleados, jubilados y sus familias: valorar y retribuir sus capacidades y contribuir al mejoramiento de su calidad de vida; Socie-dad: contribuir al desarrollo sostenible y a su bienestar; El Estado: asegurar y promover el cumplimiento de las obligaciones con las ins-tituciones del Estado; Asociados: sostener relaciones de negocio de largo plazo que ge-neren beneficio mutuo; Proveedores: trans-parencia y reglas claras dentro de una relación de mutuo beneficio.

Haciendo énfasis en el grupo de interés que constituye la sociedad, con la cual el com-promiso de Ecopetrol es contribuir al de-sarrollo sostenible y a su bienestar, los as-pectos de su presencia en el entorno son: a) La inversión social voluntaria; b) La inversión ambiental; c) Los aportes en materia de cali-dad de aire; y d) El trabajo de investigación y desarrollo del Instituto Colombiano del Petróleo (ICP).

Dentro de los resultados de RSE para 2007 se pueden destacar: =$73.148 millones de Pesos invertidos en siete líneas de intervención (Educación, In-fraestructura, Proyectos productivos, For-talecimiento Institucional y comunitario, Pre-servación Ambiental, Salud y Recreación y cultura)

=Ecopetrol es uno de los promotores de este parque en el área metropolitana de Buca-ramanga (Santander), y es socio fundador de los centros de desarrollo tecnológico de corrosión, gas y asfaltos. Además, motiva a las compañías involucradas a crear nuevas empresas semilla y a servirse de las exis-tentes.=Grupos Ondas y Semilleros de Forma-ción Científica: A través de un convenio interinstitucional con Colciencias, la empre-sa se ha vinculado al proyecto Grupos Ondas para apropiación de la ciencia y la tecnología en la población infantil y juvenil.

Grupo Suramericana

El Grupo Suramericana ha adoptado un Modelo de Responsabilidad y Ciudadanía Corporativa, que incluye tres ejes centrales de actuación: Gestión de los negocios, Pro-yectos de desarrollo social y Participación en Dinámica Pública (SURA, 2012). La primera línea de acción tiene que ver con la in-corporación de lineamientos de gestión em-presarial que deriven en buenas prácticas de cara al desarrollo del negocio día a día. Se trata de verificar que en las relaciones que desarrollan con los distintos grupos de interés, los criterios de gestión y de decisión que se apliquen permitan que se vayan construyendo entornos donde los bene-ficios del negocio sean para todos. La se-gunda línea de acción se desarrolla mediante la participación en proyectos sociales que contribuyen a mejorar las condiciones de vida de poblaciones vulnerables. Aquí se centra parte fundamental del trabajo de la Fundación Suramericana, a través de la cual se canalizan aportes institucionales y el vo-luntariado corporativo. El tercer compo-nente del modelo de Responsabilidad y Ciu-dadanía Corporativa, tiene que ver con la participación en dinámicas públicas para fortalecer la institucionalidad y la confianza. En esta línea de acción se revisa el papel como líderes de opinión y la participación en los grandes temas que construyen país.

Dentro de los resultados de RSE para 2009 se pueden destacar: =$4.538 millones de pesos en 14 departamentos (Educación 1,315; Genera-ción de ingresos 1,252; Cultura 805; Institu-cional 511; Asistencia social 501; Salud 154)

Parque Tecnológico Guatiguará:

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=vilizar a 1.082 personas en jornadas de voluntariado por un día, dedicando 8.466 horas de trabajo comunitario, lo que dio como resultado: 9 jornadas de pintura en instituciones educativas; 4 jornadas de salud, con atención a 2.500 personas aproxima-damente; 4 jornadas ambientales que per-mitieron la siembra de 600 árboles; 9 talleres de elaboración de material didáctico para instituciones educativas de Bogotá y Me-dellín; 1.200 regalos recibidos durante la campaña Sueños por Navidad, entregados en diciembre a niños de escasos recursos eco-nómicos de cinco ciudades. Para el desarrollo de estas actividades, la Fundación Surame-ricana invirtió $189 millones.

Grupo Nutresa

El Grupo Nutresa ha adoptado el Desarrollo Sostenible como un marco de actuación estratégico que sustenta los objetivos orga-nizacionales y que genera retos y compro-misos en su gestión. Para lograrlo, han asumido metas enfocadas en la búsqueda de la equidad entre los componentes sociales y los factores económicos; el equilibro entre el uso óptimo de los recursos naturales y las necesidades económicas; y en la búsqueda de la sustentabilidad en el uso de los recursos naturales, y las necesidades de la sociedad. En el compromiso de su política de Buen Go-bierno Corporativo, las directrices del Pacto Global de las Naciones Unidas, el Global Reporting Initiative (GRI) y el Dow Jones Sustainability Index, buscan parámetros en el marco de la sostenibilidad, que impacten positivamente a todos los grupos relacio-nados (NUTRESA, 2011). Sus actividades se orientan en tres frentes: Creciente Generación de Valor, Por Una Mejor Socie-dad, y Nuestro Planeta.

Dentro de los resultados de RSE para 2010 se pueden destacar: =16.535 empleos directos, 12.750 en otras formas de contratación y 551 aprendices y estudiantes en práctica.=$16.165 millones de pesos invertidos en nutrición, educación, generación de ingresos y emprendimiento, apoyo al arte y la cultura y desarrollo de clientes y proveedores donde se beneficiaron 4248 entidades y 2.975.614 per-sonas.

El voluntariado corporativo logró mo- =ambiental para una reducción de 3,6% en consumo de energía y 11,6 en agua.

Como puede observarse, que estas empresas hayan sido reconocidas a nivel mundial por sus actividades de RSE no fue un hecho casual ni mucho menos ocurrió de un momento a otro, fue debido a un proceso dirigido desde la alta dirección y empoderado en todos sus niveles y que requirió inversión de recursos de manera planificada y continua. Teniendo pre-sente lo anterior, pasemos a unas reflexiones sobre las implicaciones teóricas y el contexto colombiano en RSE.

ALGUNAS REFLEXIONES

Al analizar los conceptos alrededor de Responsabilidad Social y Ciudadanía Corpo-rativa, encontramos que las bases teóricas de cada uno, pueden llevarnos a concepciones un poco diferentes sobre las actividades que en estos aspectos realizan las empresas. En los casos estudiados, vemos que unos se enfocan más en lo social y otro se enfoca más en lo corporativo. Lo que lleva a preguntarse: ¿A qué concepto estamos más cerca los co-lombianos en sus valores y en cosmovisión, Responsabilidad Social Empresarial o Ciu-dadanía Corporativa?

¿Cuál concepto es superior en términos del bien común corporación - sociedad? ¿Cuál es la posición de las empresas Colombianas? ¿Es posible que un balance entre las dos sea la clave buscada por las empresas?

Se ha visto que la concepción sobre RSE o RSC puede estar determinada por la orientación de los ciudadanos hacia el colec-tivismo o al individualismo. Realmente ¿có-mo pensamos los colombianos, en el interés colectivo o individual? ¿Es una condición uniforme en toda Colombia? O dicho en otras palabras, ¿Los paisas están más orien-tados al interés colectivo que los santan-dereanos o los de la región Caribe? O es al revés. Recordemos que las firmas estás con-formadas por personas y son estas últimas las que definirán la orientación de las acciones en RSE y los beneficiarios de las mismas.

Los casos estudiados en el contexto colombiano corresponden a empresas grandes y con larga tradición. ¿Está vedada la

$9.049 millones invertidos en gestión RSE para las MIPYMES? ¿Qué actividades de RSE se pueden realizar con recursos mínimos? ¿Qué piensan al respecto los microempresarios?

REFERENCIAS

ANDI (2009) Asociación Nacional de Empresarios de Colombia. Consultada Marzo 12, 2012, http://www.andi.com.co/pages/comun/infogeneral.aspx?Id=6&Tipo=3

Aristoteles (1990) The Politics (Stephen Everson, ed.)(Cambridge University Press, Cambridge).

Bowen, H. R. (1953). Social responsibilities of the businessman. New York: Harper & Row

Carroll, A. B. (1991) 'The Pyramid of Corporate Social Responsibility: Toward the Moral Management of Organizational Stakeholders', Business Horizons, July–August, pp. 39–48.Carroll, A. B. (1999). Corporate Social Responsibility: Evolution of a Definitional Construct. Business & Society, 38(3), 268-295. doi:10.1177/000765039903800303

Comisión de las Comunidades Europeas. CE (2001). Libro Verde: Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas. Bruselas. http://eurlex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2001:0366:FIN:ES:PDF

Crane, A. and D. Matten (2004). Business Ethics: A European Perspective (Oxford University Press, Oxford/New York).

Crane, A., D. Matten and J. Moon: (2003), 'Can Corporations be Citizens? Corporate Citizenship as a Metaphor for Business Participation in Society', International Center for Corporate Social Responsibility (ICCSR). Research Paper Series, No 13, ISSN 1479-5116.

ECOPETROL (2007). El modelo RSE de Ecopetrol. Consultado Marzo 12, 2012, en http://www.ecopetrol.com.co/Informe_Anual/elmodelo.htm

Eells, R. and C. Walton (1961) Conceptual Foundations of Business (Richard D. Irwin, Homewood, IL).

European Commission (2006). Implementing the Partnership for Growth and Jobs: Making Europe a Pole of Excellence on Corporate Social Responsibility. http://ec.europa.eu/employment_social/soc-dial/csr/index.htm.

McGuire, J.W. (1963). Business and Society (McGraw-Hill,New York).

NUTRESA. (2011). Nutresa - Grupo Nutresa - Filosofia | Grupo Nutresa. Consultado Marzo 12, 2012, en http://www.gruponutresa.com/es/content/filosofia

Portafolio. (2011). Dow Jones sostenible busca más empresas colombianas. Portafolio.co. Consultado marzo 12, 2012. http://www.portafolio.co/negocios/dow-jones-sostenible-busca-mas-empresas-colombianas

Sadler, D. y Lloyd, S. (2009). Neo-liberalising corporate social responsibility: A political economy of corporate citizenship. Geoforum. 40, 613-622.

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Sisón, A.J. (2009). From CSR to Corporate Citizenship: Anglo-American and Continental European Perspectives. Journal of Business Ethics. 89, 235-246.

SURA. (2012). Nuestro Compromiso. Consultado Marzo 12, 2012, en http://www.gruposuramericana.com/Paginas/Responsabilidad/NuestroCompromiso.aspxWood, D. J., J. M. Logsdon, P. G. Lewellyn and K.Davenport (2006). Global Business Citizenship. A. Transformative Framework for Ethics and Sustainable Capitalism (M.E. Sharpe, Armonk, NY/London,England).

Wood,D.J.(1991). 'Corporate Social Performance Revisited', Academy of Management Review 16, 691–718.

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=vilizar a 1.082 personas en jornadas de voluntariado por un día, dedicando 8.466 horas de trabajo comunitario, lo que dio como resultado: 9 jornadas de pintura en instituciones educativas; 4 jornadas de salud, con atención a 2.500 personas aproxima-damente; 4 jornadas ambientales que per-mitieron la siembra de 600 árboles; 9 talleres de elaboración de material didáctico para instituciones educativas de Bogotá y Me-dellín; 1.200 regalos recibidos durante la campaña Sueños por Navidad, entregados en diciembre a niños de escasos recursos eco-nómicos de cinco ciudades. Para el desarrollo de estas actividades, la Fundación Surame-ricana invirtió $189 millones.

Grupo Nutresa

El Grupo Nutresa ha adoptado el Desarrollo Sostenible como un marco de actuación estratégico que sustenta los objetivos orga-nizacionales y que genera retos y compro-misos en su gestión. Para lograrlo, han asumido metas enfocadas en la búsqueda de la equidad entre los componentes sociales y los factores económicos; el equilibro entre el uso óptimo de los recursos naturales y las necesidades económicas; y en la búsqueda de la sustentabilidad en el uso de los recursos naturales, y las necesidades de la sociedad. En el compromiso de su política de Buen Go-bierno Corporativo, las directrices del Pacto Global de las Naciones Unidas, el Global Reporting Initiative (GRI) y el Dow Jones Sustainability Index, buscan parámetros en el marco de la sostenibilidad, que impacten positivamente a todos los grupos relacio-nados (NUTRESA, 2011). Sus actividades se orientan en tres frentes: Creciente Generación de Valor, Por Una Mejor Socie-dad, y Nuestro Planeta.

Dentro de los resultados de RSE para 2010 se pueden destacar: =16.535 empleos directos, 12.750 en otras formas de contratación y 551 aprendices y estudiantes en práctica.=$16.165 millones de pesos invertidos en nutrición, educación, generación de ingresos y emprendimiento, apoyo al arte y la cultura y desarrollo de clientes y proveedores donde se beneficiaron 4248 entidades y 2.975.614 per-sonas.

El voluntariado corporativo logró mo- =ambiental para una reducción de 3,6% en consumo de energía y 11,6 en agua.

Como puede observarse, que estas empresas hayan sido reconocidas a nivel mundial por sus actividades de RSE no fue un hecho casual ni mucho menos ocurrió de un momento a otro, fue debido a un proceso dirigido desde la alta dirección y empoderado en todos sus niveles y que requirió inversión de recursos de manera planificada y continua. Teniendo pre-sente lo anterior, pasemos a unas reflexiones sobre las implicaciones teóricas y el contexto colombiano en RSE.

ALGUNAS REFLEXIONES

Al analizar los conceptos alrededor de Responsabilidad Social y Ciudadanía Corpo-rativa, encontramos que las bases teóricas de cada uno, pueden llevarnos a concepciones un poco diferentes sobre las actividades que en estos aspectos realizan las empresas. En los casos estudiados, vemos que unos se enfocan más en lo social y otro se enfoca más en lo corporativo. Lo que lleva a preguntarse: ¿A qué concepto estamos más cerca los co-lombianos en sus valores y en cosmovisión, Responsabilidad Social Empresarial o Ciu-dadanía Corporativa?

¿Cuál concepto es superior en términos del bien común corporación - sociedad? ¿Cuál es la posición de las empresas Colombianas? ¿Es posible que un balance entre las dos sea la clave buscada por las empresas?

Se ha visto que la concepción sobre RSE o RSC puede estar determinada por la orientación de los ciudadanos hacia el colec-tivismo o al individualismo. Realmente ¿có-mo pensamos los colombianos, en el interés colectivo o individual? ¿Es una condición uniforme en toda Colombia? O dicho en otras palabras, ¿Los paisas están más orien-tados al interés colectivo que los santan-dereanos o los de la región Caribe? O es al revés. Recordemos que las firmas estás con-formadas por personas y son estas últimas las que definirán la orientación de las acciones en RSE y los beneficiarios de las mismas.

Los casos estudiados en el contexto colombiano corresponden a empresas grandes y con larga tradición. ¿Está vedada la

$9.049 millones invertidos en gestión RSE para las MIPYMES? ¿Qué actividades de RSE se pueden realizar con recursos mínimos? ¿Qué piensan al respecto los microempresarios?

REFERENCIAS

ANDI (2009) Asociación Nacional de Empresarios de Colombia. Consultada Marzo 12, 2012, http://www.andi.com.co/pages/comun/infogeneral.aspx?Id=6&Tipo=3

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Crane, A. and D. Matten (2004). Business Ethics: A European Perspective (Oxford University Press, Oxford/New York).

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SAM Indexes GmbH. (2011). Dow Jones Sustainability Indexes. Consultado Marzo 12, 2012, en http://www.sustainability-index.com/07_htmle/indexes/djsi.html

Sisón, A.J. (2009). From CSR to Corporate Citizenship: Anglo-American and Continental European Perspectives. Journal of Business Ethics. 89, 235-246.

SURA. (2012). Nuestro Compromiso. Consultado Marzo 12, 2012, en http://www.gruposuramericana.com/Paginas/Responsabilidad/NuestroCompromiso.aspxWood, D. J., J. M. Logsdon, P. G. Lewellyn and K.Davenport (2006). Global Business Citizenship. A. Transformative Framework for Ethics and Sustainable Capitalism (M.E. Sharpe, Armonk, NY/London,England).

Wood,D.J.(1991). 'Corporate Social Performance Revisited', Academy of Management Review 16, 691–718.

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Los habitantes de las ciudades exigimos cada día mas y mejores soluciones a nuestras crecientes necesidades. Exigimos empleo, seguridad, transporte publico, servicios de salud, servicios públicos. En resumen exi-gimos cada día mejor calidad de vida.

Nuestros gobernantes deben diseñar planes de desarrollo para solucionar los problemas actuales, pero también los problemas futuros. El futuro está cada día mas cerca. Los planes de desarrollo deben ser sus-tentables. Es decir deben “satisfacer las necesidades de las ge-neraciones presentes, sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras”.

El desarrollo económico genera costos am-bientales que los planes de desarrollo deben incluir. Entre los costos del desarrollo de-bemos incluir los costos ambientales, sea que se contabilicen o no. Si se contabilizan ten-dremos ingresos para invertir en los cre-cientes problemas de contaminación de nuestros recursos agua, aire, suelo. Si no se contabilizan, entonces estaremos convi-viendo con una creciente deuda ambiental y con una bomba de tiempo de grandes pro-porciones .

El planeta se encuentra en el filo de la navaja en contaminación ambiental. Una vez su-peremos los niveles de resiliencia, el planeta entrará en un punto de no retorno, sin capacidad de recuperación a mediano y largo plazo. El ser humano es el gran conta-minador. Las grandes ciudades, los com-plejos industriales, la agricultura y la ga-nadería aportan las mayores cantidades de los contaminantes llamados de efecto inver-nadero.

La cantidad de agua existente en el planeta no cambia. Lo que cambia es su presencia en los diferentes sitios y su composición de con-taminantes físico-quimicos y bacteriológicos. Los malos manejos en el cuidado de las fuentes hídricas conlleva a escasez de agua en la actualidad, y agravados hacia el futuro. La falta de tratamiento de las aguas residuales, que se convierten en fuente de agua cruda para acueductos aguas abajo, es altamente preocupante. En Colombia menos del 20% de las aguas servidas de los municipios son tratadas apropiadamente.

El incremento en los residuos sólidos, llá-mense basuras tanto domesticas como in-

dustriales pide urgentes soluciones inte-grales. La tecnología existe, la voluntad po-lítica quizás no. Los sistemas modernos de manejos de residuos incluye plantas de compostaje para los residuos orgánicos y el reuso y reciclaje de los demás componentes como madera, cartón, vidrio, plasticos. Poco se desperdicia. Desde luego que exige una cultura ciudadana coherente con las nuevas necesidades de selección de basuras en la fuente.

La mala calidad del aire respirable existente, se ve agravada por la alta contaminación vehicular y la disminución en la velocidad promedio de los mismos. Cada día ingresan a las mismas carreteras mayor cantidad de vehículos tanto nuevos como chatarrizables, altamente contaminadores. La contamina-ción sonora agrava estos indicadores.

Calidad de vida también incluye el control de la contaminación. La salud de los ciudadanos se ve altamente afectada por la mala calidad del aire, del agua, de los suelos. El creciente índice de enfermedades causadas por con-taminación ambiental son ampliamente co-nocidas. Incremento en las enfermedades respiratorias por mala calidad del aire respi-rable; incremento en los índices de cáncer de diversos tipos resultante de con-taminación en el aire, el agua, los suelos agrícolas. Las ciudades generan y reciben todos los im-pactos ambientales propios del crecimiento y del desarrollo.

Solo un desarrollo sustentable que cobije la producción de bienes y servicios, pero tam-bién incluya al ser humano y al medio am-biente puede generar soluciones integrales a largo plazo. Somos producto de nuestra he-rencia pero también de la calidad del medio ambiente en que vivimos. Nos merecemos el medio ambiente que generamos.

52

Hace 50 años era todo lo contrario, pues las ciudades cobijaban menos del 30% de la población mundial. Eramos una sociedad rural que migraba paulatinamente a las gran-des urbes. El campo era sinónimo de producción alimentaria y de medio ambiente saludable. Hoy el campo produce toda la comida para la creciente población mundial, pero también genera una gran contami-nación ambiental. La contaminación del aire, aguas y suelos por los diversos tipos de agro-químicos, pesticidas, germicidas, la gene-ración de metano por la creciente población ganadera, revelan esa realidad.

Este incremento situacional cambiará radi-calmente el manejo de las grandes ciudades. El acelerado crecimiento de la población demandará mas viviendas, mas y mejores servicios públicos, mejores servicios en trans-porte y comunicación, mayor cantidad de agua potable, mejor calidad de aire respirable, mejor manejo de diferentes y nuevos tipos de contaminantes que afectan nuestra salud y bienestar.

Este crecimiento desmesurado generará también mayor contaminación con sus con-

secuencias para la salud y bienestar de la población. El equilibrio interno de nuestras comunidades es cada vez mas complejo. La constante búsqueda de equilibrio entre ne-cesidades y satisfacción de las mismas es mas difícil de superar.

Se requiere el apoyo de la comunidad para resolver los problemas actuales y los futuros. Apoyo actuando en el mismo sentido de las soluciones como parte de la cultura ciu-dadana. Cultura como comportamiento re-flejado a través de sus tradiciones y cos-tumbres evolucionando en la medida de sus necesidades.

En la ciudad las personas son la principal riqueza. El mejor camino para construir una mejor ciudad es indispensable educar en y para la cultura ciudadana. Como todo ser vivo la sociedad sufre cambios en todo momento y día tras día. A medida que se acerca a los limites de soporte (resiliencia), se disparan las alarmas y actúan los mecanismos de solución. Soluciones integrales que fa-ciliten la convivencia pacifica y promuevan la armonía entre los ciudadanos.

FernandoDuarte

Mora

DesarrolloSustentable

Se estima que para el año 2030 mas del 60% de la

población mundial vivirá en zonas urbanas. Nuestras

ciudades estarán formadas por mas de 8.000 millones

de seres humanos llenos de nuevas expectativas y de

muchas necesidades.

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Los habitantes de las ciudades exigimos cada día mas y mejores soluciones a nuestras crecientes necesidades. Exigimos empleo, seguridad, transporte publico, servicios de salud, servicios públicos. En resumen exi-gimos cada día mejor calidad de vida.

Nuestros gobernantes deben diseñar planes de desarrollo para solucionar los problemas actuales, pero también los problemas futuros. El futuro está cada día mas cerca. Los planes de desarrollo deben ser sus-tentables. Es decir deben “satisfacer las necesidades de las ge-neraciones presentes, sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras”.

El desarrollo económico genera costos am-bientales que los planes de desarrollo deben incluir. Entre los costos del desarrollo de-bemos incluir los costos ambientales, sea que se contabilicen o no. Si se contabilizan ten-dremos ingresos para invertir en los cre-cientes problemas de contaminación de nuestros recursos agua, aire, suelo. Si no se contabilizan, entonces estaremos convi-viendo con una creciente deuda ambiental y con una bomba de tiempo de grandes pro-porciones .

El planeta se encuentra en el filo de la navaja en contaminación ambiental. Una vez su-peremos los niveles de resiliencia, el planeta entrará en un punto de no retorno, sin capacidad de recuperación a mediano y largo plazo. El ser humano es el gran conta-minador. Las grandes ciudades, los com-plejos industriales, la agricultura y la ga-nadería aportan las mayores cantidades de los contaminantes llamados de efecto inver-nadero.

La cantidad de agua existente en el planeta no cambia. Lo que cambia es su presencia en los diferentes sitios y su composición de con-taminantes físico-quimicos y bacteriológicos. Los malos manejos en el cuidado de las fuentes hídricas conlleva a escasez de agua en la actualidad, y agravados hacia el futuro. La falta de tratamiento de las aguas residuales, que se convierten en fuente de agua cruda para acueductos aguas abajo, es altamente preocupante. En Colombia menos del 20% de las aguas servidas de los municipios son tratadas apropiadamente.

El incremento en los residuos sólidos, llá-mense basuras tanto domesticas como in-

dustriales pide urgentes soluciones inte-grales. La tecnología existe, la voluntad po-lítica quizás no. Los sistemas modernos de manejos de residuos incluye plantas de compostaje para los residuos orgánicos y el reuso y reciclaje de los demás componentes como madera, cartón, vidrio, plasticos. Poco se desperdicia. Desde luego que exige una cultura ciudadana coherente con las nuevas necesidades de selección de basuras en la fuente.

La mala calidad del aire respirable existente, se ve agravada por la alta contaminación vehicular y la disminución en la velocidad promedio de los mismos. Cada día ingresan a las mismas carreteras mayor cantidad de vehículos tanto nuevos como chatarrizables, altamente contaminadores. La contamina-ción sonora agrava estos indicadores.

Calidad de vida también incluye el control de la contaminación. La salud de los ciudadanos se ve altamente afectada por la mala calidad del aire, del agua, de los suelos. El creciente índice de enfermedades causadas por con-taminación ambiental son ampliamente co-nocidas. Incremento en las enfermedades respiratorias por mala calidad del aire respi-rable; incremento en los índices de cáncer de diversos tipos resultante de con-taminación en el aire, el agua, los suelos agrícolas. Las ciudades generan y reciben todos los im-pactos ambientales propios del crecimiento y del desarrollo.

Solo un desarrollo sustentable que cobije la producción de bienes y servicios, pero tam-bién incluya al ser humano y al medio am-biente puede generar soluciones integrales a largo plazo. Somos producto de nuestra he-rencia pero también de la calidad del medio ambiente en que vivimos. Nos merecemos el medio ambiente que generamos.

52

Hace 50 años era todo lo contrario, pues las ciudades cobijaban menos del 30% de la población mundial. Eramos una sociedad rural que migraba paulatinamente a las gran-des urbes. El campo era sinónimo de producción alimentaria y de medio ambiente saludable. Hoy el campo produce toda la comida para la creciente población mundial, pero también genera una gran contami-nación ambiental. La contaminación del aire, aguas y suelos por los diversos tipos de agro-químicos, pesticidas, germicidas, la gene-ración de metano por la creciente población ganadera, revelan esa realidad.

Este incremento situacional cambiará radi-calmente el manejo de las grandes ciudades. El acelerado crecimiento de la población demandará mas viviendas, mas y mejores servicios públicos, mejores servicios en trans-porte y comunicación, mayor cantidad de agua potable, mejor calidad de aire respirable, mejor manejo de diferentes y nuevos tipos de contaminantes que afectan nuestra salud y bienestar.

Este crecimiento desmesurado generará también mayor contaminación con sus con-

secuencias para la salud y bienestar de la población. El equilibrio interno de nuestras comunidades es cada vez mas complejo. La constante búsqueda de equilibrio entre ne-cesidades y satisfacción de las mismas es mas difícil de superar.

Se requiere el apoyo de la comunidad para resolver los problemas actuales y los futuros. Apoyo actuando en el mismo sentido de las soluciones como parte de la cultura ciu-dadana. Cultura como comportamiento re-flejado a través de sus tradiciones y cos-tumbres evolucionando en la medida de sus necesidades.

En la ciudad las personas son la principal riqueza. El mejor camino para construir una mejor ciudad es indispensable educar en y para la cultura ciudadana. Como todo ser vivo la sociedad sufre cambios en todo momento y día tras día. A medida que se acerca a los limites de soporte (resiliencia), se disparan las alarmas y actúan los mecanismos de solución. Soluciones integrales que fa-ciliten la convivencia pacifica y promuevan la armonía entre los ciudadanos.

FernandoDuarte

Mora

DesarrolloSustentable

Se estima que para el año 2030 mas del 60% de la

población mundial vivirá en zonas urbanas. Nuestras

ciudades estarán formadas por mas de 8.000 millones

de seres humanos llenos de nuevas expectativas y de

muchas necesidades.

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La existencia humana y la libertad son inse-parables.

Han pasado mas de 500 años desde el Medio-evo y hemos alcanzado la mayor libertad en las sociedades democráticas. Nunca había-mos tenido tanta libertad. Libertad para pen-sar, decir y actuar según nuestra conciencia .

Conciencia colectiva se refiere a las creencias y a las actitudes morales que funcionan como una fuerza unificada dentro de una sociedad.

Conciencia ciudadana como el pensamiento que nos debe llevar a la reflexión acerca de que somos, que queremos y que necesitamos como sociedad, en virtud de ser mejores in-dividuos para el bien del colectivo y el nues-tro.

Quienes vivimos en una ciudad, es decir somos ciudadanos, nos gusta con-vivir en un ambiente, seguro, amigable, para alcanzar nuestros mayores anhelos: realizarnos y ser felices. Realizarnos personal, profesional, económica, familiarmente.

Ser ciudadano supone asumir y desarrollar un conjunto de derechos y deberes para con-seguir una conciencia libre, humana y soli-daria. Derechos como participar en deci-siones de carácter publico. Derechos para construir sociedad.

Para alcanzar esos anhelos debemos cons-truir ciudad. Así como construimos familia con valores, responsabilidades, enseñando, dando ejemplo y participando en las deci-siones humanas, así mismo debemos cons-truir ciudad. Nos merecemos la ciudad en que vivimos.

Nuestro comportamiento cotidiano debe ser ejemplo para nuestros conciudadanos. Es nuestra conciencia hacia nuestro papel en la comunidad que nos debe iluminar para tener un comportamiento ejemplar.

Soluciones que eduquen y sirvan de ejemplo a generaciones venideras.

La familia es el semillero de ciudadanos de calidad. Es quizás la familia la que conserva y trasmite los valores de nuestra cultura. Así como existen familias con un alto grado de respeto hacia las normas de convivencia, de conciencia ciudadana, así también existen fa-milias que por su forma de actuar, solo trans-miten anarquía e intolerancia.

La cultura ciudadana como conjunto de valores, actitudes, comportamientos y reglas que faciliten la convivencia y conduzcan al respeto del patrimonio común y al recono-cimiento de los derechos y deberes ciu-dadanos.

Es la relación del individuo con su hábitat. Es un comportamiento en las calles, su movili-dad, respeto por el otro. Es tolerancia, res-peto por la diversidad.

La cultura es un punto de encuentro que permite el dialogo con la diversidad. Es también un espacio para las búsquedas co-lectivas y la formulación de un proyecto hu-mano.

Es un reflejo de la estructura social y eco-nómica que permite a los miembros de una sociedad diferenciarse de los ajenos, identi-ficarse con los propios llevando de esa ma-nera a la formación de una conciencia in-dividual y social.

Cultura ciudadana: conjunto de costumbres y acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia ciudadana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos.

Nos merecemos la ciudad que tenemos. Ele-gimos a nuestros gobernantes, participamos en las grandes decisiones de la comunidad,

54

La ciudades del mañana deberán estar com-prometidas con expectativas de una po-blación cada día mas diversa, mas globa-lizada, mas intercomunicada, mas exigente, dispuesta a aportar pero también a exigir soluciones integrales, coherentes con las ne-cesidades crecientes. Las recientes demandas de la “primavera árabe” o de los “indignados” recurrentes en Estados Unidos y Europa, nos muestran la gran capacidad de con-certación que tiene nuestra moderna so-ciedad.

Saber elegir a nuestros dignatarios es una función primordial de nuestra democracia. Pero una vez elegidos debemos vigilar para que se cumplan sus promesas. Cada ciu-dadano estará pendiente de cuidar que se hagan las cosas y se hagan bien. Una de las grandes ventajas de la comunicación inte-ractiva es que nos permite en tiempo real estar comunicados con cada ser humano del planeta. Cada dia mas seres humanos de toda índole, tienen acceso a las redes sociales. Re-des de personas unidas por diferentes empa-tías personales, religiosas, políticas, cultu-rales, educativas.

Mas de 4.000 millones de teléfonos celulares existentes en el globalizado mundo de hoy, deberían alertar a nuestros gobernantes. Esa intercomunicación entre grupos sociales es un poderoso argumento disuasivo para regí-menes corruptos que no respetan los dere-chos humanos.

CONCIENCIA CIUDADANA

Lo que caracteriza a la sociedad medieval, en contraste con la moderna es la ausencia de libertad individual. El hombre tenia pocas probabilidades de trasladarse socialmente de

una clase a otra, y no menos dificultades tenia para trasladarse geográficamente, para pa-sarse de una ciudad o de un país a otro. Con pocas excepciones, estaba obligado a per-manecer en su lugar de nacimiento. El “individuo” no tenía libertad para vestirse ni a comer lo que le gustara. El artesano debía vender a un cierto precio, así como el campesino, y en lugar indicado de la ciudad.

La sociedad medieval no despojaba al indi-viduo de su libertad, porque el concepto de individuo no existía.

No existía la libertad religiosa. La Iglesia Católica actuaba como estado y ganaba adeptos a partir del temor y el castigo. No existía la libertad de opinión, se opinaba como participante de un gremio o clan, pero no personalmente. Tampoco la libertad de casarnos con quien quisiéramos, o de escoger esposa o esposo fuera del gremio o clase social.

La estructura de la sociedad y la personalidad del hombre moderno fueron evolucionando lentamente. Crecieron la importancia del ca-pital, la iniciativa económica individual y la competencia. Un individualismo creciente en todas las esferas de la actividad humana, el gusto, la moda, el arte, la filosofía, y la teo-logía.

Los hombres lograron la igualdad, las di-ferencias de casta y de religión, que en el pasado habían significado fronteras naturales que obstruían la unificación de la raza humana, desaparecieron y así los hombres empezaron a reconocerse entre si como seres humanos. El mundo fué zafándose de la superchería. El hombre empezó a observarse objetivamente. También aumentó la libertad política. Sobre la base de su fuerza econó-mica, la naciente clase media pudo conquistar el poder político, y este poder creó a su vez nuevas posibilidades de progreso econó-mico.

“La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos a pronunciar dos monosílabos: si o no. En su breve instantánea, como la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana”. Octavio Paz. La otra voz.

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La existencia humana y la libertad son inse-parables.

Han pasado mas de 500 años desde el Medio-evo y hemos alcanzado la mayor libertad en las sociedades democráticas. Nunca había-mos tenido tanta libertad. Libertad para pen-sar, decir y actuar según nuestra conciencia .

Conciencia colectiva se refiere a las creencias y a las actitudes morales que funcionan como una fuerza unificada dentro de una sociedad.

Conciencia ciudadana como el pensamiento que nos debe llevar a la reflexión acerca de que somos, que queremos y que necesitamos como sociedad, en virtud de ser mejores in-dividuos para el bien del colectivo y el nues-tro.

Quienes vivimos en una ciudad, es decir somos ciudadanos, nos gusta con-vivir en un ambiente, seguro, amigable, para alcanzar nuestros mayores anhelos: realizarnos y ser felices. Realizarnos personal, profesional, económica, familiarmente.

Ser ciudadano supone asumir y desarrollar un conjunto de derechos y deberes para con-seguir una conciencia libre, humana y soli-daria. Derechos como participar en deci-siones de carácter publico. Derechos para construir sociedad.

Para alcanzar esos anhelos debemos cons-truir ciudad. Así como construimos familia con valores, responsabilidades, enseñando, dando ejemplo y participando en las deci-siones humanas, así mismo debemos cons-truir ciudad. Nos merecemos la ciudad en que vivimos.

Nuestro comportamiento cotidiano debe ser ejemplo para nuestros conciudadanos. Es nuestra conciencia hacia nuestro papel en la comunidad que nos debe iluminar para tener un comportamiento ejemplar.

Soluciones que eduquen y sirvan de ejemplo a generaciones venideras.

La familia es el semillero de ciudadanos de calidad. Es quizás la familia la que conserva y trasmite los valores de nuestra cultura. Así como existen familias con un alto grado de respeto hacia las normas de convivencia, de conciencia ciudadana, así también existen fa-milias que por su forma de actuar, solo trans-miten anarquía e intolerancia.

La cultura ciudadana como conjunto de valores, actitudes, comportamientos y reglas que faciliten la convivencia y conduzcan al respeto del patrimonio común y al recono-cimiento de los derechos y deberes ciu-dadanos.

Es la relación del individuo con su hábitat. Es un comportamiento en las calles, su movili-dad, respeto por el otro. Es tolerancia, res-peto por la diversidad.

La cultura es un punto de encuentro que permite el dialogo con la diversidad. Es también un espacio para las búsquedas co-lectivas y la formulación de un proyecto hu-mano.

Es un reflejo de la estructura social y eco-nómica que permite a los miembros de una sociedad diferenciarse de los ajenos, identi-ficarse con los propios llevando de esa ma-nera a la formación de una conciencia in-dividual y social.

Cultura ciudadana: conjunto de costumbres y acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia ciudadana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos.

Nos merecemos la ciudad que tenemos. Ele-gimos a nuestros gobernantes, participamos en las grandes decisiones de la comunidad,

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La ciudades del mañana deberán estar com-prometidas con expectativas de una po-blación cada día mas diversa, mas globa-lizada, mas intercomunicada, mas exigente, dispuesta a aportar pero también a exigir soluciones integrales, coherentes con las ne-cesidades crecientes. Las recientes demandas de la “primavera árabe” o de los “indignados” recurrentes en Estados Unidos y Europa, nos muestran la gran capacidad de con-certación que tiene nuestra moderna so-ciedad.

Saber elegir a nuestros dignatarios es una función primordial de nuestra democracia. Pero una vez elegidos debemos vigilar para que se cumplan sus promesas. Cada ciu-dadano estará pendiente de cuidar que se hagan las cosas y se hagan bien. Una de las grandes ventajas de la comunicación inte-ractiva es que nos permite en tiempo real estar comunicados con cada ser humano del planeta. Cada dia mas seres humanos de toda índole, tienen acceso a las redes sociales. Re-des de personas unidas por diferentes empa-tías personales, religiosas, políticas, cultu-rales, educativas.

Mas de 4.000 millones de teléfonos celulares existentes en el globalizado mundo de hoy, deberían alertar a nuestros gobernantes. Esa intercomunicación entre grupos sociales es un poderoso argumento disuasivo para regí-menes corruptos que no respetan los dere-chos humanos.

CONCIENCIA CIUDADANA

Lo que caracteriza a la sociedad medieval, en contraste con la moderna es la ausencia de libertad individual. El hombre tenia pocas probabilidades de trasladarse socialmente de

una clase a otra, y no menos dificultades tenia para trasladarse geográficamente, para pa-sarse de una ciudad o de un país a otro. Con pocas excepciones, estaba obligado a per-manecer en su lugar de nacimiento. El “individuo” no tenía libertad para vestirse ni a comer lo que le gustara. El artesano debía vender a un cierto precio, así como el campesino, y en lugar indicado de la ciudad.

La sociedad medieval no despojaba al indi-viduo de su libertad, porque el concepto de individuo no existía.

No existía la libertad religiosa. La Iglesia Católica actuaba como estado y ganaba adeptos a partir del temor y el castigo. No existía la libertad de opinión, se opinaba como participante de un gremio o clan, pero no personalmente. Tampoco la libertad de casarnos con quien quisiéramos, o de escoger esposa o esposo fuera del gremio o clase social.

La estructura de la sociedad y la personalidad del hombre moderno fueron evolucionando lentamente. Crecieron la importancia del ca-pital, la iniciativa económica individual y la competencia. Un individualismo creciente en todas las esferas de la actividad humana, el gusto, la moda, el arte, la filosofía, y la teo-logía.

Los hombres lograron la igualdad, las di-ferencias de casta y de religión, que en el pasado habían significado fronteras naturales que obstruían la unificación de la raza humana, desaparecieron y así los hombres empezaron a reconocerse entre si como seres humanos. El mundo fué zafándose de la superchería. El hombre empezó a observarse objetivamente. También aumentó la libertad política. Sobre la base de su fuerza econó-mica, la naciente clase media pudo conquistar el poder político, y este poder creó a su vez nuevas posibilidades de progreso econó-mico.

“La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos a pronunciar dos monosílabos: si o no. En su breve instantánea, como la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana”. Octavio Paz. La otra voz.

Page 58: BUENA CIUDADANIA

La iniciativa individual se constituyó en uno de los grandes estímulos del capitalismo liberal, tanto para el sistema económico como para el desarrollo personal, pero con dos limi-taciones solo desarrolló en el hombre dos cualidades especiales: la voluntad y la racio-nalidad.

Los principios del liberalismo económico, de la democracia política, de la autonomía reli-giosa y del individualismo en la vida personal, dieron expresión al anhelo de libertad y parecieron aproximar la humanidad a su ple-na realización. El hombre había vencido la dominación de la naturaleza, adueñándose de ella; había sacudido la dominación de la iglesia y del estado absolutista

El hombre ha llegado a emerger, tras el largo proceso de individuación, iniciado desde fi-nales de la edad media, como entidad sepa-rada y autónoma.

La estructura de la sociedad y la personalidad del hombre moderno fueron evolucionando lentamente. Crecieron la importancia del capital, la iniciativa económica individual y la competencia. Un individualismo creciente en todas las esferas de la actividad humana, el gusto, la moda, el arte, la filosofía y la teología.

DEMOCRACIA

El progreso de la democracia consiste en acrecentar realmente la libertad, iniciativa y espontaneidad del individuo, no solo en de-terminadas cuestiones privadas y espirituales, sino esencialmente en la actividad funda-mental de la existencia humana: el trabajo.

El único criterio acerca de la realización de la libertad es el de la participación activa del in-dividuo en la determinación de su propia vida diaria, y en la sociedad, entendiéndose que tal participación no se reduce al acto formal de votar, sino que incluye la actividad diaria, su trabajo y sus relaciones con los demás.

Si la democracia moderna se limita a la mera esfera política, no podrá contrarrestar ade-cuadamente los efectos de la insignificancia económica del individuo común.

La democracia puede subsistir si se logra un fortalecimiento y expansión de la persona-lidad de los individuos. Que los haga dueños

de su voluntad y un pensamiento auténtica-mente propios.

La victoria sobre todas las formas autori-tarias será únicamente posible si la demo-cracia no retrocede y asume la ofensiva para realizar su propio fin, tal como lo conci-bieron aquellos que lucharon por la libertad durante los últimos siglos.

La libertad de palabra se constituye la ultima etapa en la victoriosa marcha de la libertad.

CONCLUSIÓN

No podemos perder ninguna de las con-quistas fundamentales de la democracia mo-derna, ya se trate del gobierno repre-sentativo (gobierno elegido por el pueblo) o de cualquiera de los derechos garantizados a todo ciudadano por la declaración de los derechos del hombre, ni podamos hacer concesiones con respecto al nuevo principio democrático, según el cual nadie debe ser abandonado al hambre, ni al miedo, ni a la sumisión, el temor a la desocupación o la indigencia.

No solo debemos preservar y aumentar nuestras libertades tradicionales, sino que además, debemos lograr un nuevo tipo de libertad, capaz de permitirnos la realización plena de nuestro propio yo individual, de tener fe en el y en la vida.

El hombre moderno liberado de los lazos de la sociedad pre-individualista, no ha ganado la libertad expresando su potencial inte-lectual, emocional y sensitivo. Aun cuando la libertad le ha proporcionado independencia y racionalidad, lo ha aislado y, por lo tanto lo tornado ansioso e impotente. Tal aisla-miento le resulta insoportable y la alternativa que se le ofrece es la de rehuir la respon-sabilidad de esta libertad positiva, la cual se funda en la unicidad e individualidad del hombre.

La creciente estandarización de los indivi-duos, la paulatina sustitución del yo auten-tico por el conjunto de funciones sociales adscritas al individuo, se expresa con la pro-pensión a la entrega y al sometimiento a autoridades omnipotentes que la anulan.

pero también somos parte del éxito o el fracaso de la resultante. Somos parte del problema y parte de la solución.

La ciudad es una empresa que genera bie-nestar a sus ciudadanos. Nos gusta una ciu-dad donde podamos expresar nuestros ma-yores anhelos con libertad, seguridad, armo-nía.

Libertad para expresar lo que sentimos. Nuestros acuerdos y nuestros desacuerdos hacia el normal desarrollo de nuestra comu-nidad. Dentro de un clima de respeto hacia las mínimas reglas de la comunicación. Yo te hablo. Tu me escuchas. Tu me comprendes. Yo te comprendo.

Seguridad para vivir y dejar vivir. Vivir como soñamos. Dejar vivir como los demás tam-bién sueñan. Dentro de las mínimas reglas de convivencia pacifica. Dentro del mutuo res-peto hacia la diversidad. Diversidad de opi-nión, de modos de vestir, de modos de ex-presar nuestra alegría o tristeza. Diversidad cultural.

Homeostasis es la característica de un sis-tema cerrado o abierto o una conjunción de ambos, esencialmente en un organismo vivo, mediante el cual se regula el ambiente interno para mantener una conducta estable y cons-tante. Esto es posible gracias a los ajustes dinámicos del equilibrio y los mecanismos de autorregulación.

CONCLUSIÓN

Nos merecemos la ciudad que tenemos. Somos parte del problema, pero también de la solución. Vivimos en la ciudad que cons-truimos.

Nos alimentamos del mismo ambiente que promovemos. Somos la resultante de nues-tros genes pero también del medio en que vivimos. En suma aportamos un granito de arena al inmenso castillo de arena de nuestro entorno. Nuestro ejemplo nos premia o castiga a nosotros mismos.

Bogotá - PARA VIVIR MEJOR

1. Apreciar las normas y admirar lo bueno2. Vida sagrada: desarme, actitud, genera confianza, seguridad, transito, tributación, urbanismo, ambiente, derechos humanos, servicios públicos.3. Aportar de buena gana facilitando la res-ponsabilidad individual y colectiva de la preservación y ampliación del patrimonio de la ciudad.4. Procedimientos democráticos para de-cidir. Propiciar la participación ciudadana y discusión publica para aclarar diferencias y dirimir conflictos.5. Organizarse para influir y aprender re-conocer las organizaciones.6. Comunicar vida y jugar limpio.

Las grandes revoluciones de Inglaterra y Francia y la lucha por la independencia ame-ricana constituyeron las piedras angulares de esta evolución. La culminación del desarrollo e la libertad en la esfera política la constituyó el estado democrático moderno, fundado sobre la igualdad de derechos de todos los ciudadanos para participar en el gobierno por medio de representantes libremente elegidos. Se suponía así que cada uno sería capaz de obrar según sus propios intereses, si olvidar a la vez el bienestar común.

Llegó a ser posible la discusión y la consi-deración objetiva del estado y de todas las otras cosas posibles en este mundo. El hom-bre se trastornó en un individuo espiritual y se reconoció a si mismo como tal. De este modo los Griegos se habían distinguido de los barbaros y los árabes se habían sentido individuos en una época en que los Asiáticos tan solo se consideraban parte de una raza. El hombre se descubre a si mismo como y a los demás como individuos, como entes se-parados. Descubre la naturaleza como algo aparte de si mismo en dos aspectos: como objeto de dominación teórica y practica y por su belleza como objeto de goce.

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La iniciativa individual se constituyó en uno de los grandes estímulos del capitalismo liberal, tanto para el sistema económico como para el desarrollo personal, pero con dos limi-taciones solo desarrolló en el hombre dos cualidades especiales: la voluntad y la racio-nalidad.

Los principios del liberalismo económico, de la democracia política, de la autonomía reli-giosa y del individualismo en la vida personal, dieron expresión al anhelo de libertad y parecieron aproximar la humanidad a su ple-na realización. El hombre había vencido la dominación de la naturaleza, adueñándose de ella; había sacudido la dominación de la iglesia y del estado absolutista

El hombre ha llegado a emerger, tras el largo proceso de individuación, iniciado desde fi-nales de la edad media, como entidad sepa-rada y autónoma.

La estructura de la sociedad y la personalidad del hombre moderno fueron evolucionando lentamente. Crecieron la importancia del capital, la iniciativa económica individual y la competencia. Un individualismo creciente en todas las esferas de la actividad humana, el gusto, la moda, el arte, la filosofía y la teología.

DEMOCRACIA

El progreso de la democracia consiste en acrecentar realmente la libertad, iniciativa y espontaneidad del individuo, no solo en de-terminadas cuestiones privadas y espirituales, sino esencialmente en la actividad funda-mental de la existencia humana: el trabajo.

El único criterio acerca de la realización de la libertad es el de la participación activa del in-dividuo en la determinación de su propia vida diaria, y en la sociedad, entendiéndose que tal participación no se reduce al acto formal de votar, sino que incluye la actividad diaria, su trabajo y sus relaciones con los demás.

Si la democracia moderna se limita a la mera esfera política, no podrá contrarrestar ade-cuadamente los efectos de la insignificancia económica del individuo común.

La democracia puede subsistir si se logra un fortalecimiento y expansión de la persona-lidad de los individuos. Que los haga dueños

de su voluntad y un pensamiento auténtica-mente propios.

La victoria sobre todas las formas autori-tarias será únicamente posible si la demo-cracia no retrocede y asume la ofensiva para realizar su propio fin, tal como lo conci-bieron aquellos que lucharon por la libertad durante los últimos siglos.

La libertad de palabra se constituye la ultima etapa en la victoriosa marcha de la libertad.

CONCLUSIÓN

No podemos perder ninguna de las con-quistas fundamentales de la democracia mo-derna, ya se trate del gobierno repre-sentativo (gobierno elegido por el pueblo) o de cualquiera de los derechos garantizados a todo ciudadano por la declaración de los derechos del hombre, ni podamos hacer concesiones con respecto al nuevo principio democrático, según el cual nadie debe ser abandonado al hambre, ni al miedo, ni a la sumisión, el temor a la desocupación o la indigencia.

No solo debemos preservar y aumentar nuestras libertades tradicionales, sino que además, debemos lograr un nuevo tipo de libertad, capaz de permitirnos la realización plena de nuestro propio yo individual, de tener fe en el y en la vida.

El hombre moderno liberado de los lazos de la sociedad pre-individualista, no ha ganado la libertad expresando su potencial inte-lectual, emocional y sensitivo. Aun cuando la libertad le ha proporcionado independencia y racionalidad, lo ha aislado y, por lo tanto lo tornado ansioso e impotente. Tal aisla-miento le resulta insoportable y la alternativa que se le ofrece es la de rehuir la respon-sabilidad de esta libertad positiva, la cual se funda en la unicidad e individualidad del hombre.

La creciente estandarización de los indivi-duos, la paulatina sustitución del yo auten-tico por el conjunto de funciones sociales adscritas al individuo, se expresa con la pro-pensión a la entrega y al sometimiento a autoridades omnipotentes que la anulan.

pero también somos parte del éxito o el fracaso de la resultante. Somos parte del problema y parte de la solución.

La ciudad es una empresa que genera bie-nestar a sus ciudadanos. Nos gusta una ciu-dad donde podamos expresar nuestros ma-yores anhelos con libertad, seguridad, armo-nía.

Libertad para expresar lo que sentimos. Nuestros acuerdos y nuestros desacuerdos hacia el normal desarrollo de nuestra comu-nidad. Dentro de un clima de respeto hacia las mínimas reglas de la comunicación. Yo te hablo. Tu me escuchas. Tu me comprendes. Yo te comprendo.

Seguridad para vivir y dejar vivir. Vivir como soñamos. Dejar vivir como los demás tam-bién sueñan. Dentro de las mínimas reglas de convivencia pacifica. Dentro del mutuo res-peto hacia la diversidad. Diversidad de opi-nión, de modos de vestir, de modos de ex-presar nuestra alegría o tristeza. Diversidad cultural.

Homeostasis es la característica de un sis-tema cerrado o abierto o una conjunción de ambos, esencialmente en un organismo vivo, mediante el cual se regula el ambiente interno para mantener una conducta estable y cons-tante. Esto es posible gracias a los ajustes dinámicos del equilibrio y los mecanismos de autorregulación.

CONCLUSIÓN

Nos merecemos la ciudad que tenemos. Somos parte del problema, pero también de la solución. Vivimos en la ciudad que cons-truimos.

Nos alimentamos del mismo ambiente que promovemos. Somos la resultante de nues-tros genes pero también del medio en que vivimos. En suma aportamos un granito de arena al inmenso castillo de arena de nuestro entorno. Nuestro ejemplo nos premia o castiga a nosotros mismos.

Bogotá - PARA VIVIR MEJOR

1. Apreciar las normas y admirar lo bueno2. Vida sagrada: desarme, actitud, genera confianza, seguridad, transito, tributación, urbanismo, ambiente, derechos humanos, servicios públicos.3. Aportar de buena gana facilitando la res-ponsabilidad individual y colectiva de la preservación y ampliación del patrimonio de la ciudad.4. Procedimientos democráticos para de-cidir. Propiciar la participación ciudadana y discusión publica para aclarar diferencias y dirimir conflictos.5. Organizarse para influir y aprender re-conocer las organizaciones.6. Comunicar vida y jugar limpio.

Las grandes revoluciones de Inglaterra y Francia y la lucha por la independencia ame-ricana constituyeron las piedras angulares de esta evolución. La culminación del desarrollo e la libertad en la esfera política la constituyó el estado democrático moderno, fundado sobre la igualdad de derechos de todos los ciudadanos para participar en el gobierno por medio de representantes libremente elegidos. Se suponía así que cada uno sería capaz de obrar según sus propios intereses, si olvidar a la vez el bienestar común.

Llegó a ser posible la discusión y la consi-deración objetiva del estado y de todas las otras cosas posibles en este mundo. El hom-bre se trastornó en un individuo espiritual y se reconoció a si mismo como tal. De este modo los Griegos se habían distinguido de los barbaros y los árabes se habían sentido individuos en una época en que los Asiáticos tan solo se consideraban parte de una raza. El hombre se descubre a si mismo como y a los demás como individuos, como entes se-parados. Descubre la naturaleza como algo aparte de si mismo en dos aspectos: como objeto de dominación teórica y practica y por su belleza como objeto de goce.

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Page 60: BUENA CIUDADANIA

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plenamente registrada en la Constitución Argentina de 1853, que la llevaron a convertirse a comienzos del siglo XX, en la octava economía del mundo, lamentable-mente vuelta al iluminismo con manifes-taciones controvertidas como la que se está vivenciando con Repsol.

Parafraseando al doctor Ribas, es con-veniente hacer un breve diagnóstico sobre la situación mundial actual, para despejar algunas confusiones como la referente a la llamada “Civilización Occidental”, calificada por él como una de “las mentiras más insignes y obnubilante”, pues se quiere dar a ella el mejor desarrollo, desconociendo el resto del mundo y sin tomar en cuenta que fue en Europa donde florecieron las dos filosofías más opuestas: la de la libertad al oeste del Canal de la Mancha y la filosofía franco-germana del Totalitarismo, representado en su políticas fascista y comunista, sobre las cuales vuelvo adelante. Sin desconocer la influencia del fenómeno cristiano ni las posteriores influencias de la edad media, que fueron cimentando la visión socialista de la filosofía franco-germana, conviene reflexionar sobre uno de los pensamientos del doctor Ribas, quien califica al socialismo así: “Se forja en la envidia. Se administra desde la hipocresía. Genera la pereza, Y destruye la riqueza.” Quizás en esta definición no encajen los países nórdicos, así existan en ellos ONGs románticas, que otrora apoyaron, así hubiera sido sim-bólicamente, a los malandros que tanto daño nos hacen y han hecho por más de cinco décadas. Sin embargo, si nos sirve para, sin mucho esfuerzo, colegir qué pasa con el famoso “Socialismo del siglo XXI” de nuestro vecino país y del “Socialismo o Muerte” de nuestra también vecina caribeña, países sumados al blindaje de una institucionalidad diferente más parecida a la aplicada por los reyes absolutos, quienes sin miramiento abatían las libertades fun-damentales del ser humano. Al parecer esta definición tampoco se apli-ca a la visión de la China actual, y en ello me

remito al discurso del expresidente Oscar Arias: “Algo Hicimos Mal” donde recuerda a Deng Xiaoping, sucesor de Mao, y a su acogida del “Ismo” de la visión de prag-matismo, aplicada en Singapur y Corea del Sur, quien manifestó “no importa de que color sea el gato, sino que cace ratones” y desde entonces, año 1979, la China ha sacado de la pobreza a más de 400 millones y sigue creciendo a un ritmo de más del 10% de su PIB anual. Otra de las apreciaciones valiosas de don Armando Ribas, quien ha escrito más de una quincena de libros que abocan temas: políticos, filosóficos, económicos, etc.; es su considerar: “A Estados Unidos, como el país donde se estableció el sistema que por primera vez en la historia universal, permitió la creación de riqueza”. Es este el sistema que la burguesía europea había ya empezado a operar desde cien años atrás, y que fue adoptado por los norteamericanos en su Declaración de Independencia de julio 4 de 1776, en la cual firmaron 9 hermanos masones, el 16% de los 56 que lo hicieron y once años después, en su Carta Constitutiva, firmada por 13 hermanos masones, el 33% de los 39 actuantes, aprobada y aceptada en su plenitud en julio de 1788, calificados los unos y los otros como: “Founding Fathers”, padres fundadores, muy diferentes a “Pilgrims Fathers”, padres peregrinos, que a principios del siglo XVII se establecieron en el territorio de Nueva Inglaterra, que posteriormente sería Estados Unidos. Por primera vez, en el Preámbulo de la Decla-ración de Independencia de 1776, se registran los conceptos de los Derechos: Natural y de La libre determinación, to-mados de pensadores de Gran Bretaña, como John Locke y David Hume. Este sistema venía siendo aplicado por los bur-gueses y está reconocido su avance y desarrollo, y su afianzamiento capitalista y globalizante, en el “Manifiesto Comunista” de 1847, escrito por Marx y Engels, quienes además en el mismo reconocieron que “En el siglo escaso que lleva como clase dominante, la burguesía ha creado energías productivas mucho más grandiosas y colosales que todas las pasadas generaciones juntas.”

58

Con el anterior presupuesto, el presente artículo en su deseo de ilustrar, apunta a lo institucional, pues ha sido lo fundamental en la construcción de sociedad y lo que ha dado razón de ser, al fundamento esencial de lo que se considera un Estado de Derecho, y con ello a nuestras mejores po-tencialidades comerciales en los TLCs, al ser un marco de referencia, con mucho, tan importante como la misma infraestructura, pues es reflejo de estabilidad jurídica. Por ello la importancia de defenderla, pues no faltan quienes quisieran vulnerarla, como ocurre con lo propuesto en el actual proyecto de “Reforma Constitucional a la Justicia”, en manos del Congreso. Ojala, de haber cambios no se resquebraje nuestra institucionalidad, carta de mostrar como garantía en los negocios serios que, en el intercambio comercial, serán cada vez más frecuentes. Igual hubiera sido importante darle más relevancia a las palabras que el Presidente Obama, expresó sobre el par-ticular en la Cumbre de Cartagena, no con intencionalidad docente, sino de funda-mento y respeto a la normatividad en que se mueven las democracias, porque entiende su necesidad en la convivencia mundial.

En el presente, he elegido conocimientos actuales de visiones históricas que han dado soporte al Estado de Derecho, y lo sus-tentan, apoyado en exposiciones del doctor Armando Ribas, abogado cubano nacio-nalizado argentino, profesor de filosofía política, periodista y escritor e investigador apasionado de la historia, quien es un buen conocedor de nuestra América, de los prin-cipios y valores de la cultura anglosajona, de su aporte a la democracia norteamericana y de su incidencia posterior en el país gaucho,

Aporte a laCultura Ciudadana

Como buenos ciudadanos, los bumangueses, queremos que nuestra capital ofrezca lo que otras grandes ciudades de Colombia o del resto del mundo, en cuanto a: a) Desarrollo económico, b) Instituciones respetuosas de las garantías y libertad individual y c) una buena cultura que sustente las anteriores. De estos tres aspectos, muchos consideran que lo económico es lo prioritario, cuando no se es conciente que la economía capitalista y los mercados que genera, son una consecuencia de contar con sólidas instituciones y una cimentada cultura.

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plenamente registrada en la Constitución Argentina de 1853, que la llevaron a convertirse a comienzos del siglo XX, en la octava economía del mundo, lamentable-mente vuelta al iluminismo con manifes-taciones controvertidas como la que se está vivenciando con Repsol.

Parafraseando al doctor Ribas, es con-veniente hacer un breve diagnóstico sobre la situación mundial actual, para despejar algunas confusiones como la referente a la llamada “Civilización Occidental”, calificada por él como una de “las mentiras más insignes y obnubilante”, pues se quiere dar a ella el mejor desarrollo, desconociendo el resto del mundo y sin tomar en cuenta que fue en Europa donde florecieron las dos filosofías más opuestas: la de la libertad al oeste del Canal de la Mancha y la filosofía franco-germana del Totalitarismo, representado en su políticas fascista y comunista, sobre las cuales vuelvo adelante. Sin desconocer la influencia del fenómeno cristiano ni las posteriores influencias de la edad media, que fueron cimentando la visión socialista de la filosofía franco-germana, conviene reflexionar sobre uno de los pensamientos del doctor Ribas, quien califica al socialismo así: “Se forja en la envidia. Se administra desde la hipocresía. Genera la pereza, Y destruye la riqueza.” Quizás en esta definición no encajen los países nórdicos, así existan en ellos ONGs románticas, que otrora apoyaron, así hubiera sido sim-bólicamente, a los malandros que tanto daño nos hacen y han hecho por más de cinco décadas. Sin embargo, si nos sirve para, sin mucho esfuerzo, colegir qué pasa con el famoso “Socialismo del siglo XXI” de nuestro vecino país y del “Socialismo o Muerte” de nuestra también vecina caribeña, países sumados al blindaje de una institucionalidad diferente más parecida a la aplicada por los reyes absolutos, quienes sin miramiento abatían las libertades fun-damentales del ser humano. Al parecer esta definición tampoco se apli-ca a la visión de la China actual, y en ello me

remito al discurso del expresidente Oscar Arias: “Algo Hicimos Mal” donde recuerda a Deng Xiaoping, sucesor de Mao, y a su acogida del “Ismo” de la visión de prag-matismo, aplicada en Singapur y Corea del Sur, quien manifestó “no importa de que color sea el gato, sino que cace ratones” y desde entonces, año 1979, la China ha sacado de la pobreza a más de 400 millones y sigue creciendo a un ritmo de más del 10% de su PIB anual. Otra de las apreciaciones valiosas de don Armando Ribas, quien ha escrito más de una quincena de libros que abocan temas: políticos, filosóficos, económicos, etc.; es su considerar: “A Estados Unidos, como el país donde se estableció el sistema que por primera vez en la historia universal, permitió la creación de riqueza”. Es este el sistema que la burguesía europea había ya empezado a operar desde cien años atrás, y que fue adoptado por los norteamericanos en su Declaración de Independencia de julio 4 de 1776, en la cual firmaron 9 hermanos masones, el 16% de los 56 que lo hicieron y once años después, en su Carta Constitutiva, firmada por 13 hermanos masones, el 33% de los 39 actuantes, aprobada y aceptada en su plenitud en julio de 1788, calificados los unos y los otros como: “Founding Fathers”, padres fundadores, muy diferentes a “Pilgrims Fathers”, padres peregrinos, que a principios del siglo XVII se establecieron en el territorio de Nueva Inglaterra, que posteriormente sería Estados Unidos. Por primera vez, en el Preámbulo de la Decla-ración de Independencia de 1776, se registran los conceptos de los Derechos: Natural y de La libre determinación, to-mados de pensadores de Gran Bretaña, como John Locke y David Hume. Este sistema venía siendo aplicado por los bur-gueses y está reconocido su avance y desarrollo, y su afianzamiento capitalista y globalizante, en el “Manifiesto Comunista” de 1847, escrito por Marx y Engels, quienes además en el mismo reconocieron que “En el siglo escaso que lleva como clase dominante, la burguesía ha creado energías productivas mucho más grandiosas y colosales que todas las pasadas generaciones juntas.”

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Con el anterior presupuesto, el presente artículo en su deseo de ilustrar, apunta a lo institucional, pues ha sido lo fundamental en la construcción de sociedad y lo que ha dado razón de ser, al fundamento esencial de lo que se considera un Estado de Derecho, y con ello a nuestras mejores po-tencialidades comerciales en los TLCs, al ser un marco de referencia, con mucho, tan importante como la misma infraestructura, pues es reflejo de estabilidad jurídica. Por ello la importancia de defenderla, pues no faltan quienes quisieran vulnerarla, como ocurre con lo propuesto en el actual proyecto de “Reforma Constitucional a la Justicia”, en manos del Congreso. Ojala, de haber cambios no se resquebraje nuestra institucionalidad, carta de mostrar como garantía en los negocios serios que, en el intercambio comercial, serán cada vez más frecuentes. Igual hubiera sido importante darle más relevancia a las palabras que el Presidente Obama, expresó sobre el par-ticular en la Cumbre de Cartagena, no con intencionalidad docente, sino de funda-mento y respeto a la normatividad en que se mueven las democracias, porque entiende su necesidad en la convivencia mundial.

En el presente, he elegido conocimientos actuales de visiones históricas que han dado soporte al Estado de Derecho, y lo sus-tentan, apoyado en exposiciones del doctor Armando Ribas, abogado cubano nacio-nalizado argentino, profesor de filosofía política, periodista y escritor e investigador apasionado de la historia, quien es un buen conocedor de nuestra América, de los prin-cipios y valores de la cultura anglosajona, de su aporte a la democracia norteamericana y de su incidencia posterior en el país gaucho,

Aporte a laCultura Ciudadana

Como buenos ciudadanos, los bumangueses, queremos que nuestra capital ofrezca lo que otras grandes ciudades de Colombia o del resto del mundo, en cuanto a: a) Desarrollo económico, b) Instituciones respetuosas de las garantías y libertad individual y c) una buena cultura que sustente las anteriores. De estos tres aspectos, muchos consideran que lo económico es lo prioritario, cuando no se es conciente que la economía capitalista y los mercados que genera, son una consecuencia de contar con sólidas instituciones y una cimentada cultura.

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Un gran equipo de trabajo

Me he detenido en estos aspectos de la De-claración de Independencia y Constitución de los Estados Unidos, para resaltar el hecho de haber incluido en ella visiones que hoy hacen la diferencia en el manejo del gobierno del mundo. La filosofía prag-mática de los norteamericanos al adoptar, en la conclusión de su Declaración de Independencia, la visión de su “ser” en su momento histórico y de lo que se “debe ser” en cualquier momento, contrasta con la de los europeos del “debiera ser” inspiradores y fundadores de totalitarismos como el fas-cismo y el comunismo, que bajo su capa de socialistas y del iluminismo, en busca del bien común o de un estado de bienestar, están “echando a pique” el actual poder económico de la mayoría de sus Estados al

comprometer, en grado sumo, más del 50%, su producido interno bruto (PIB).

Este escrito se enfocó a tratar de encausar esfuerzos intelectuales al mejor entender de la realidad, filtrando mucha lectura o men-sajes equivocados o tendenciosos, que ali-mentan intencional o equivocadamente mo-delos falsos del conocimiento.

Información en detalle, puede obtenerse de conferencias que sobre la “Rule of Low” adelanta el doctor Armando Rivas o de su programa “Sin Fronteras” que semanal-mente se pasa por Telefe, canal Argentino, igualmente reproducidas en Youtube por Internet.

61

Un primer elemento para el inicio de este artículo se basa en el concepto que de-limita el marco conceptual del mismo: “La Ciudadanía es más que el ciudadano o la ciudadana en si misma” Es toda una Institución que debe ser prioridad en los agentes de desarrollo de la Nación, la Región y la localidad .

Pero cabe plantear en este momento la siguiente pregunta: Es esa prioridad evidente en nuestro país? O por el contrario esta distinción es pertinente plantearla pues con frecuencia se suele pensar que la ciudadanía es la condición que las personas adquieren al cumplir con los requisitos establecidas en la ley: haber cumplidos 18 años para la mayoría de edad y contar con el documento único de identificación personal, estar vinculado al sistema general de seguridad social y ser de algún modo imagen de “un modo honesto de vivir”, entre otros.

La construcción de ciudadanía es una opción indispensable para garantizar la democracia y asegurar el desarrollo en Colombia. Es una tarea de todos los actores sociales de la na-ción, debidamente inducidos para ello por sus gobernantes. Porque la ciudadanía es mucho más que una condición legal. La Ciudadanía es una cualidad de las personas y

sus comunidades que se asumen conse-cuentemente como sujetos libres y de buenas costumbres aptos para el ejercicio del poder público y social.

Es por ello que para las necesidades sociales de nuestro país en este tiempo la cosmo-visión en el imaginario colectivo del con-cepto de Ciudadanía debe solidificarse en valores propios de la democracia como los siguientes: el Pluralismo (que reconoce la diversidad), la tolerancia (que la hace legí-tima, aceptando a la "alteridad" como parte de la circunstancia del yo individual y colectivo), el diálogo (como efectiva relación dialéctica que permite la comunicación y el inter-cambio racional de visiones y opciones, va-lido inclusive para la solución al conflicto armado), el consenso (que permite construir colectivamente razones generalmente acep-tadas como válidas, aunque -desde luego- no únicas) y la legalidad (como forma de con-sagrar los consensos en normas de obser-vación universal que -por cierto- siempre pueden ser revaluadas y sancionadas como válidas o no en determinados momentos y circunstancias).

“El mayor tesoro de una nación está en la formación de sus ciudadanosno en el oro y otras posesiones diferentes al trabajo y la austeridad” (Anónimo)

Como construirCIUDADANÍA

JoséFernandoLópezZambrano

“Aprender a convivir como buen ciudadano y ciudadana es ser verdadero

patriota.”María Graciela Calle Márquez

Page 63: BUENA CIUDADANIA

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Un gran equipo de trabajo

Me he detenido en estos aspectos de la De-claración de Independencia y Constitución de los Estados Unidos, para resaltar el hecho de haber incluido en ella visiones que hoy hacen la diferencia en el manejo del gobierno del mundo. La filosofía prag-mática de los norteamericanos al adoptar, en la conclusión de su Declaración de Independencia, la visión de su “ser” en su momento histórico y de lo que se “debe ser” en cualquier momento, contrasta con la de los europeos del “debiera ser” inspiradores y fundadores de totalitarismos como el fas-cismo y el comunismo, que bajo su capa de socialistas y del iluminismo, en busca del bien común o de un estado de bienestar, están “echando a pique” el actual poder económico de la mayoría de sus Estados al

comprometer, en grado sumo, más del 50%, su producido interno bruto (PIB).

Este escrito se enfocó a tratar de encausar esfuerzos intelectuales al mejor entender de la realidad, filtrando mucha lectura o men-sajes equivocados o tendenciosos, que ali-mentan intencional o equivocadamente mo-delos falsos del conocimiento.

Información en detalle, puede obtenerse de conferencias que sobre la “Rule of Low” adelanta el doctor Armando Rivas o de su programa “Sin Fronteras” que semanal-mente se pasa por Telefe, canal Argentino, igualmente reproducidas en Youtube por Internet.

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Un primer elemento para el inicio de este artículo se basa en el concepto que de-limita el marco conceptual del mismo: “La Ciudadanía es más que el ciudadano o la ciudadana en si misma” Es toda una Institución que debe ser prioridad en los agentes de desarrollo de la Nación, la Región y la localidad .

Pero cabe plantear en este momento la siguiente pregunta: Es esa prioridad evidente en nuestro país? O por el contrario esta distinción es pertinente plantearla pues con frecuencia se suele pensar que la ciudadanía es la condición que las personas adquieren al cumplir con los requisitos establecidas en la ley: haber cumplidos 18 años para la mayoría de edad y contar con el documento único de identificación personal, estar vinculado al sistema general de seguridad social y ser de algún modo imagen de “un modo honesto de vivir”, entre otros.

La construcción de ciudadanía es una opción indispensable para garantizar la democracia y asegurar el desarrollo en Colombia. Es una tarea de todos los actores sociales de la na-ción, debidamente inducidos para ello por sus gobernantes. Porque la ciudadanía es mucho más que una condición legal. La Ciudadanía es una cualidad de las personas y

sus comunidades que se asumen conse-cuentemente como sujetos libres y de buenas costumbres aptos para el ejercicio del poder público y social.

Es por ello que para las necesidades sociales de nuestro país en este tiempo la cosmo-visión en el imaginario colectivo del con-cepto de Ciudadanía debe solidificarse en valores propios de la democracia como los siguientes: el Pluralismo (que reconoce la diversidad), la tolerancia (que la hace legí-tima, aceptando a la "alteridad" como parte de la circunstancia del yo individual y colectivo), el diálogo (como efectiva relación dialéctica que permite la comunicación y el inter-cambio racional de visiones y opciones, va-lido inclusive para la solución al conflicto armado), el consenso (que permite construir colectivamente razones generalmente acep-tadas como válidas, aunque -desde luego- no únicas) y la legalidad (como forma de con-sagrar los consensos en normas de obser-vación universal que -por cierto- siempre pueden ser revaluadas y sancionadas como válidas o no en determinados momentos y circunstancias).

“El mayor tesoro de una nación está en la formación de sus ciudadanosno en el oro y otras posesiones diferentes al trabajo y la austeridad” (Anónimo)

Como construirCIUDADANÍA

JoséFernandoLópezZambrano

“Aprender a convivir como buen ciudadano y ciudadana es ser verdadero

patriota.”María Graciela Calle Márquez

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Es por ello que en la construcción de ciu-dadanía todos sus resultados serán históricos y fundamentalmente un elemento esencial para el enriquecimiento de la cultura de las sociedades. Está más allá de un marco legal a veces impositivo y sin pedagogía que no ge-nera interés, como si lo fue el llevado a feliz término en la ciudad de Bogotá mediante el juego de los símbolos, por lo tanto es una for-ma de ser y hacer, determinada y basada en los valores mencionados del pluralismo, la tole-rancia, el diálogo, el consenso y la legalidad.

Se suma a lo anterior que para la formación en Ciudadanía en nuestro país se requiere tener directrices que sublimen la dignidad personal, la libertad y la justicia como valores que se alcanzan mediante la educación tanto en la educación media como superior llevada a cabo de manera sistemática y obligatoria para la libertad, el desarrollo de potencialidades etico-morales que conduzcan a una for-mación auténtica, de tal manera que la ética y la axiología en Colombia, sean enriquecidas con propuestas que apunten a una educación en valores de acuerdo son el ser y la idio-sincrasia del colombiano.

Así las cosas, se hace necesario y relevante enunciar los elementos para una propuesta de formación en valores ciudadanos, partiendo de la Constitución Política Nacional, desco-nocida por demás de la mayoría de ciuda-danos, con la única finalidad de tomar con-ciencia sobre el verdadero significado del pa-triotismo básico que conduzca hacia la Ciu-dadanía que se requiere para que su fomento sea efectivo que solo puede ser resultado de la conjunción y combinación de múltiples es-fuerzos y de muy diversos actores sociales siempre como un proceso y no como un pro-ducto.

Todo la anterior nos conduce de manera im-perativa a un proceso específico de formación de las competencias ciudadanas, que debe tener su origen en el seno de la familia a través de la formación del individuo desde su temprana infancia hasta la adultez. Así se enaltece la educación familiar como punto de partida para la formación del buen ciu-dadano, comprometido con la democracia, respetuoso de la diferencia en la indivi-dualidad, defensor del bien común, hacedor de acciones civilizadas para con el adulto mayor y el niño, capaz de conformar redes

sociales de solidaridad, aperturar espacios de participación, liderar normas de conviven-cia, ejemplificando sus actuaciones en el libre derecho a movilizarse de a pie o en trans-porte publico, privado u oficial, seguro de si mismo generando la confianza necesaria para el afianzamiento de su yo personal y el de los demás, generado a través de la cultura del diálogo, del acuerdo y del pacto en la resolución de conflictos.

Qué es, en definitiva, la ciudadanía? La mejor definición se encuentra en el artículo pri-mero de la Declaración Universal de Dere-chos Humanos: “Todos los seres humanos na-cen libres e iguales en dignidad y derecho y, dota-dos como están de razón y conciencia, deben com-portarse fraternalmente los unos con los otros.” Este texto debería escribirse con letras de oro en los juzgados y en las oficinas públicas, en los cuarteles del Ejercito y la Policía y en las iglesias, en los parques, hasta en la puerta de los dormitorios. Y también en las emisoras.

Así las cosas que actuaciones debemos asu-mir para evitar el deterioro de lo valores esenciales de la buena Ciudadanía en Co-lombia ?

A decir de los expertos en la Construcción de Buena Ciudadanía y miembros de organi-

zaciones civiles, organismos guberna-mentales e instituciones académicas, el pri-mer paso es la autoevaluación y la voluntad de esforzarse para lograr una sociedad más justa.

Valdría la pena considerar como punto de partida para un futuro mejor un Decálogo mandatorio para todos los colombianos que se resumiría en sus acciones, así:1. Cuidar el medio ambienteConsumir menos energía en la casa, oficina y automóvil; no tirar desechos en la calle y generar la menor cantidad de basura además practicar el principio de las tres erres: reducir, rehusar y reciclar.

2. Cultivar y practicar valores cívicosLa mejor manera de lograr una buena calidad de vida en una sociedad es a través de valores cívicos, como el respeto, la tolerancia, la subordinación a la ley. Optar por el diálogo antes que por el conflicto. Recordando que la tolerancia se logra al tener disposición para la comunicación asertiva con los demás y res-peto por la libertad de pensamiento.

3. Respetar las creencias del alterLa Constitución Política de la República de Colombia establece que está prohibida toda discriminación a las creencias de los demás, cualesquiera que éstas sean. Como también el profundo respeto por quienes no creen en nada.

4. Difundir y ejercitar los Derechos humanosBuscar y exigir que los gobiernos Nacional, Regional y Local al igual que sus autoridades respeten los derechos humanos que pro-tegen, como son, la vida, dignidad, libertad e igualdad.

5. Proteger los animalesLas especies son parte fundamental del eco-

sistema. Si se tiene mascotas, la obligación va más allá de alimentarlas y darles techo. Ac-ciones como limpiar sus desechos, educarlas contribuyen a su protección.

6. Rechazar la violenciaLa violencia genera más violencia, destruye comunidades que conviven en armonía y pone en riesgo la vida e integridad física de las personas.

7. Cumplir las obligacionesLa ética es básica porque con ella se esta-blecen acuerdos para una sana convivencia y la construcción de sociedades justas a través de las normas. Cuando no se cumplen las reglas establecidas, se rompe el tejido social. Por eso hay que ser respetuoso al conducir un vehículo, al utilizar el espacio público, ayudar a las personas con discapacidad, Generar el respeto por el anciano y el niño.

8. Levantar la voz y exigirNo sólo se trata de elegir a los gobernantes, políticos y representantes de todo orden: hay que ejercer la vigilancia debida; si no se vigilan, se corrompen. Los derechos no se mendigan, se exigen.

9. ParticiparConozca el Plan de Desarrollo de la Ciudad, del Departamento, del País. Se asume que la participación ciudadana está incluida en cada Plan de Desarrollo como una forma de llegar a la democracia efectiva.

10. Valorar al otroEste es el principio del que se parte: la convicción de que cada quien tiene algo que dar y algo que hacer. Las sociedades en donde el elogio mutuo y la mutua ayuda son pre-valentes sus niveles de desarrollo social son mayores.

Buena Ciudadanía una necesidad inapla-zable para una nueva Colombia!

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Es por ello que en la construcción de ciu-dadanía todos sus resultados serán históricos y fundamentalmente un elemento esencial para el enriquecimiento de la cultura de las sociedades. Está más allá de un marco legal a veces impositivo y sin pedagogía que no ge-nera interés, como si lo fue el llevado a feliz término en la ciudad de Bogotá mediante el juego de los símbolos, por lo tanto es una for-ma de ser y hacer, determinada y basada en los valores mencionados del pluralismo, la tole-rancia, el diálogo, el consenso y la legalidad.

Se suma a lo anterior que para la formación en Ciudadanía en nuestro país se requiere tener directrices que sublimen la dignidad personal, la libertad y la justicia como valores que se alcanzan mediante la educación tanto en la educación media como superior llevada a cabo de manera sistemática y obligatoria para la libertad, el desarrollo de potencialidades etico-morales que conduzcan a una for-mación auténtica, de tal manera que la ética y la axiología en Colombia, sean enriquecidas con propuestas que apunten a una educación en valores de acuerdo son el ser y la idio-sincrasia del colombiano.

Así las cosas, se hace necesario y relevante enunciar los elementos para una propuesta de formación en valores ciudadanos, partiendo de la Constitución Política Nacional, desco-nocida por demás de la mayoría de ciuda-danos, con la única finalidad de tomar con-ciencia sobre el verdadero significado del pa-triotismo básico que conduzca hacia la Ciu-dadanía que se requiere para que su fomento sea efectivo que solo puede ser resultado de la conjunción y combinación de múltiples es-fuerzos y de muy diversos actores sociales siempre como un proceso y no como un pro-ducto.

Todo la anterior nos conduce de manera im-perativa a un proceso específico de formación de las competencias ciudadanas, que debe tener su origen en el seno de la familia a través de la formación del individuo desde su temprana infancia hasta la adultez. Así se enaltece la educación familiar como punto de partida para la formación del buen ciu-dadano, comprometido con la democracia, respetuoso de la diferencia en la indivi-dualidad, defensor del bien común, hacedor de acciones civilizadas para con el adulto mayor y el niño, capaz de conformar redes

sociales de solidaridad, aperturar espacios de participación, liderar normas de conviven-cia, ejemplificando sus actuaciones en el libre derecho a movilizarse de a pie o en trans-porte publico, privado u oficial, seguro de si mismo generando la confianza necesaria para el afianzamiento de su yo personal y el de los demás, generado a través de la cultura del diálogo, del acuerdo y del pacto en la resolución de conflictos.

Qué es, en definitiva, la ciudadanía? La mejor definición se encuentra en el artículo pri-mero de la Declaración Universal de Dere-chos Humanos: “Todos los seres humanos na-cen libres e iguales en dignidad y derecho y, dota-dos como están de razón y conciencia, deben com-portarse fraternalmente los unos con los otros.” Este texto debería escribirse con letras de oro en los juzgados y en las oficinas públicas, en los cuarteles del Ejercito y la Policía y en las iglesias, en los parques, hasta en la puerta de los dormitorios. Y también en las emisoras.

Así las cosas que actuaciones debemos asu-mir para evitar el deterioro de lo valores esenciales de la buena Ciudadanía en Co-lombia ?

A decir de los expertos en la Construcción de Buena Ciudadanía y miembros de organi-

zaciones civiles, organismos guberna-mentales e instituciones académicas, el pri-mer paso es la autoevaluación y la voluntad de esforzarse para lograr una sociedad más justa.

Valdría la pena considerar como punto de partida para un futuro mejor un Decálogo mandatorio para todos los colombianos que se resumiría en sus acciones, así:1. Cuidar el medio ambienteConsumir menos energía en la casa, oficina y automóvil; no tirar desechos en la calle y generar la menor cantidad de basura además practicar el principio de las tres erres: reducir, rehusar y reciclar.

2. Cultivar y practicar valores cívicosLa mejor manera de lograr una buena calidad de vida en una sociedad es a través de valores cívicos, como el respeto, la tolerancia, la subordinación a la ley. Optar por el diálogo antes que por el conflicto. Recordando que la tolerancia se logra al tener disposición para la comunicación asertiva con los demás y res-peto por la libertad de pensamiento.

3. Respetar las creencias del alterLa Constitución Política de la República de Colombia establece que está prohibida toda discriminación a las creencias de los demás, cualesquiera que éstas sean. Como también el profundo respeto por quienes no creen en nada.

4. Difundir y ejercitar los Derechos humanosBuscar y exigir que los gobiernos Nacional, Regional y Local al igual que sus autoridades respeten los derechos humanos que pro-tegen, como son, la vida, dignidad, libertad e igualdad.

5. Proteger los animalesLas especies son parte fundamental del eco-

sistema. Si se tiene mascotas, la obligación va más allá de alimentarlas y darles techo. Ac-ciones como limpiar sus desechos, educarlas contribuyen a su protección.

6. Rechazar la violenciaLa violencia genera más violencia, destruye comunidades que conviven en armonía y pone en riesgo la vida e integridad física de las personas.

7. Cumplir las obligacionesLa ética es básica porque con ella se esta-blecen acuerdos para una sana convivencia y la construcción de sociedades justas a través de las normas. Cuando no se cumplen las reglas establecidas, se rompe el tejido social. Por eso hay que ser respetuoso al conducir un vehículo, al utilizar el espacio público, ayudar a las personas con discapacidad, Generar el respeto por el anciano y el niño.

8. Levantar la voz y exigirNo sólo se trata de elegir a los gobernantes, políticos y representantes de todo orden: hay que ejercer la vigilancia debida; si no se vigilan, se corrompen. Los derechos no se mendigan, se exigen.

9. ParticiparConozca el Plan de Desarrollo de la Ciudad, del Departamento, del País. Se asume que la participación ciudadana está incluida en cada Plan de Desarrollo como una forma de llegar a la democracia efectiva.

10. Valorar al otroEste es el principio del que se parte: la convicción de que cada quien tiene algo que dar y algo que hacer. Las sociedades en donde el elogio mutuo y la mutua ayuda son pre-valentes sus niveles de desarrollo social son mayores.

Buena Ciudadanía una necesidad inapla-zable para una nueva Colombia!

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Los Shriners de Bucaramanga recibieron visita para la creación del Club Shriner del Templo Abou Saad de Panamá, por tal razón una vez mas solicitamos espacio en este órgano de difusión del Libre Pensamiento para sintetizar los alcances de mismo.

Quienes son y cómo funcionan:

Uno de los mejores ejemplos de la Filantropía Masónica.

Hospitales Shriners para Niños Los Shriners son un grupo masónico fundado en 1872 y com-puesto por mas de medio millón de personas distribuidas en 4 países: Canadá, EE.UU., México y Panamá. La fraternidad se organiza en mas de 190 templos que a su vez financian la red hos-pitalaria Shriners para niños.

Con tecnología de punta y algunos de los mas prestigiados especialistas del mundo, los 18 hos-pitales de lo único que carecen es de un de-partamento de cobranzas. La atención medica es completamente gratuita. No se solicitan ni se aceptan seguros médicos, pensiones del gobierno o pagos de terceras personas. El 100% del costo es cubierto por una red de internacional de patro-cinadores organizada por los Shriners. En algunos casos incluso llegan a cooperar con los gastos de transportación.

Los únicos requisitos para recibir atención medica en uno de los hospitales es contar con menos de 18 años de edad, sufrir algún problema en los huesos, músculos o articulaciones, buena pro-babilidad de conseguir una mejoría significativa con el tratamiento y que dicho tratamiento no pueda ser financiado por la familia en alguna otra institución medica.

El primer hospital fue fundado en Shreveport, Louisiana, en 1922; y el más reciente en Sa-cramento, California, en 1997, donde se atienden problemas ortopédicos, quemaduras y tratamien-tos de lesiones en la columna.

Los requisitos para solicitar admisión como paciente de los Hospitales Shriners para Niños son los siguientes:

1.El solicitante debe padecer una enfermedad o deformidad que corresponda al campo de cirugía ortopédica.2.El paciente debe ser menor de 18 años de edad.3.Que el costo del tratamiento ocasione un sacrificio económico serio a los padres o tutores legales. El hospital proporciona sus servicios en forma completamente gratuita sin consideración de raza, religión o relación con un shriner.

Existen 22 hospitales Shriners en Estados Uni-dos: 19 hospitales ortopédicos que ofrecen tratamiento para escoliosis, osteogenosis im-perfecta (deficiencia en los huesos), pie equi-novaro, dislocación de las caderas, problemas con piernas disímiles; y tres internacionalmente reconocidos como Institutos Shriners para Que-maduras.

De estos 22 hospitales, tres ofrecen servicio directo a Puerto Rico: Springfield y Boston, ambos en Massachusetts y Filadelfia. Actualmente hay 1,200 pacientes activos en el país de los cerca de un millón y medio que existen alrededor del mundo.

Shriners es una fraternidad que con su obra filantrópica ofrece tratamiento gratuito a pa-cientes hasta los 18 años. Todos los Shriners pertenecen a la fraternidad masónica, que es aún más antigua, y son hombres comprometidos con el principio masónico de amor fraternal y en su creencia en Dios como el gran arquitecto del universo.

La labor de los Shriners es una de las mas re-conocidas a nivel mundial. El único requisito para ser un Shriner es ser Maestro Masón.

Los Shriners

ABOGADO

316 3570607

[email protected]

AUGUSTOMONTAGUCOTEMédico Cirujano UISMagister Psicologia Clínica y Familia USTAPsicoterapeuta Familiar SistémicoMedicinas Complementarias

MD MgPs.

Terapia Familiar Terapia de ParejasHipnosis Clínica Ericksoniana

Trastornos de ansiedadDepresion-Fobias Adicciones

Dificultades de Identidad sexualConflictos del niño y adolescente

Resolución Alternativa de ConflictosAcoso escolar

C.C.Cabecera 3ra Etapa oficina 314 Tels. 6432280 - 6434658

Cels. 3103019042 - [email protected]

Directorio de profesionales

Carrera 22 No 35-40Ofic. 223 Edificio ApoloTel. 6453914Cel. 3153761174

Problemas sexuales,miedos, fobias,adicciones.

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Los Shriners de Bucaramanga recibieron visita para la creación del Club Shriner del Templo Abou Saad de Panamá, por tal razón una vez mas solicitamos espacio en este órgano de difusión del Libre Pensamiento para sintetizar los alcances de mismo.

Quienes son y cómo funcionan:

Uno de los mejores ejemplos de la Filantropía Masónica.

Hospitales Shriners para Niños Los Shriners son un grupo masónico fundado en 1872 y com-puesto por mas de medio millón de personas distribuidas en 4 países: Canadá, EE.UU., México y Panamá. La fraternidad se organiza en mas de 190 templos que a su vez financian la red hos-pitalaria Shriners para niños.

Con tecnología de punta y algunos de los mas prestigiados especialistas del mundo, los 18 hos-pitales de lo único que carecen es de un de-partamento de cobranzas. La atención medica es completamente gratuita. No se solicitan ni se aceptan seguros médicos, pensiones del gobierno o pagos de terceras personas. El 100% del costo es cubierto por una red de internacional de patro-cinadores organizada por los Shriners. En algunos casos incluso llegan a cooperar con los gastos de transportación.

Los únicos requisitos para recibir atención medica en uno de los hospitales es contar con menos de 18 años de edad, sufrir algún problema en los huesos, músculos o articulaciones, buena pro-babilidad de conseguir una mejoría significativa con el tratamiento y que dicho tratamiento no pueda ser financiado por la familia en alguna otra institución medica.

El primer hospital fue fundado en Shreveport, Louisiana, en 1922; y el más reciente en Sa-cramento, California, en 1997, donde se atienden problemas ortopédicos, quemaduras y tratamien-tos de lesiones en la columna.

Los requisitos para solicitar admisión como paciente de los Hospitales Shriners para Niños son los siguientes:

1.El solicitante debe padecer una enfermedad o deformidad que corresponda al campo de cirugía ortopédica.2.El paciente debe ser menor de 18 años de edad.3.Que el costo del tratamiento ocasione un sacrificio económico serio a los padres o tutores legales. El hospital proporciona sus servicios en forma completamente gratuita sin consideración de raza, religión o relación con un shriner.

Existen 22 hospitales Shriners en Estados Uni-dos: 19 hospitales ortopédicos que ofrecen tratamiento para escoliosis, osteogenosis im-perfecta (deficiencia en los huesos), pie equi-novaro, dislocación de las caderas, problemas con piernas disímiles; y tres internacionalmente reconocidos como Institutos Shriners para Que-maduras.

De estos 22 hospitales, tres ofrecen servicio directo a Puerto Rico: Springfield y Boston, ambos en Massachusetts y Filadelfia. Actualmente hay 1,200 pacientes activos en el país de los cerca de un millón y medio que existen alrededor del mundo.

Shriners es una fraternidad que con su obra filantrópica ofrece tratamiento gratuito a pa-cientes hasta los 18 años. Todos los Shriners pertenecen a la fraternidad masónica, que es aún más antigua, y son hombres comprometidos con el principio masónico de amor fraternal y en su creencia en Dios como el gran arquitecto del universo.

La labor de los Shriners es una de las mas re-conocidas a nivel mundial. El único requisito para ser un Shriner es ser Maestro Masón.

Los Shriners

ABOGADO

316 3570607

[email protected]

AUGUSTOMONTAGUCOTEMédico Cirujano UISMagister Psicologia Clínica y Familia USTAPsicoterapeuta Familiar SistémicoMedicinas Complementarias

MD MgPs.

Terapia Familiar Terapia de ParejasHipnosis Clínica Ericksoniana

Trastornos de ansiedadDepresion-Fobias Adicciones

Dificultades de Identidad sexualConflictos del niño y adolescente

Resolución Alternativa de ConflictosAcoso escolar

C.C.Cabecera 3ra Etapa oficina 314 Tels. 6432280 - 6434658

Cels. 3103019042 - [email protected]

Directorio de profesionales

Carrera 22 No 35-40Ofic. 223 Edificio ApoloTel. 6453914Cel. 3153761174

Problemas sexuales,miedos, fobias,adicciones.

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El indio aún padece, el indio aún recuerda,La amarga conquista, sus tribus vencidas,Sus lanzas dormidas y el paso de hierro de los mariscales.El gesto del indio siempre será triste,Como el muñón triste de un viejo carrizo,Como los trapiches, como los crepúsculosComo los rescoldos de la soledad.

Siempre será el indio una cosa ajena,Ese alguien que esperaQue caiga la tarde sobre su bohío,Para ver los hijos y darles su penaPor no tener pan.

Un día cualquiera la luz se hizo chispa,El cuerpo del aire se volvió bandera, Los puños cerrados se alzaron al sol.El indio y el criollo quemaron su espera,Se quebró un florero, el hombre sin nombre,Se volvió de pronto grito comuneroLa sangre en las calles se empinó en antorchaLa independencia, catapulta y ola,Se convirtió en himno, clarín y tambor.

Nacieron las leyes, vino la República,En los campanarios oró la campana,La pila de bronce refrescó la plaza,Se abrieron caminos, levantaron casas,Florecieron mártires, clérigos, letrados,Insignes maestros, bohemios, soldados,Políticos llenos de patria y otros contra ella,Canarios y alcones.Los poetas locos, revolucionarios,Escribieron himnos, fuertes, incendiarios,Con pólvora negra sobre el corazón.

Por los cuatro puntos cardinales,Crecían trigales y cardaban lana,Para hacer la ruana que usaría Dios.

Reinas de belleza, frescas colegialas,Mansos misioneros de conciencia al sol,Líderes y músicos, mendigos descalsos, mártires, Bandidos, monjitas en claustros, balcones antiguos,Herrajes y espantos sentaron sus reales,Y en la altiplanicie creció Bogotá.

Heredad de todos, querencia de viejos,Nostalgia de ayer, Santafé de antaño,Con niebla en la frenteY fuego de héroes quemando la piel.Ciudad de patricios y de pensadores,

De verbo encendido, de rancias heráldicas,De calles trazadas sin usar cordel.Ciudad donde todas las amas de casa,Se ajustan al pelo la ilusión del cielo,Con raras peinetas hechas de carey.

Bogotá está vieja, Como golosina reparte su ayer.Leyendas de frailes y mulas herradas,De espantos nocturnos, custodias robadas,Tesoros ocultos, panoplias de plata,Escudos de piedra, rosarios de beatas,Poetas con luna, suspiros, caminos, virreyes,Collares de perlas en blancas gargantas,Bulas de pontífices, cadalsos sin alma,Y rabia en los ojos de toda mujer.

Junto al indio triste que cambalachaba, Por pepitas de oro, capachos de sal,Está el alfarero que hace la tinaja,El que vende pájaros, el que vende jaulas,El niño que juega con una manzana,El sindicalista que llama a la carga,Y el pintor que viste alma colonial.

Más de cuatro siglos lleva de fundada,Sobre niebla y gloria la bella ciudad.Cuatro siglos largos cuidando a sus hijos,Dándoles abrigo, ilusión, progreso,Dignidad y pan.Desde aquellos días de las doce chozas,Del adelantado y gran mariscal,Siempre ha sido hidalga,Siempre ha sido grata, siempre ha sido madre,Vigía y señora, de rancio abolengo,La ciudad recuerdo,A la que Felipe llamó Bogotá.

Deja que te cante Bogotá que avanzas,Pisando laureles a la eternidad,Deja que un poeta nacido en montaña,Te entregue lo bueno que queda en su almaY en su corazón.Perdona si el verso se enciende en tu nombreIgual que un cometa, pero es que al nombrarte,He sentido que bajo tu fría bufanda de nieblaTrazaron los indios el viejo camino Que llevan lo cinco sentidos A donde la vida de un puebloSe convierte en vuelo de superación.El frío del páramo me prestó sus alasPara que estos versos fueran oración.

"La Ciudad Recuerdo”Frío de cruz verde mordió la sabanaEn la madrugada del primer abuelo.Gonzalo Jiménez, bronce de GranadaClavó junto al Funza, con mano segura,Con talante hispano y viril nostalgia, Su atávico ancestro, de señor, de hidalgo,De castiza estampa y de aventurero.

El Zipa vencido por la fe cristiana,Comprendió que ya era su dominio ajeno,Que el viento del páramo gemía de rabia,Que sus viejos dioses quedaban sin cielo,Que ya se agrietaba su fresca tinaja, Que eran obsoletos sus bravos guerreros.Sus pieles de puma, su negra macana,Sus plegarias simples al sol y la luna.Su carcaj de guadua, sus flechas devueltas al arco,Y el camino largo que venía de Facatrayendo a la espalda, Leyendas doradas de aquella laguna.

Sin abrir los labios el chibcha esprimía,En trapiche de alma su melancolía. Y dentro muy dentro, en donde decíanQue el tiempo le daba cuerda al corazón,El Zipa sentía hundirse su vida,En un zumo amargo como de limón.

Frío de cruz verde mordió la sabanaEn la madrugada del primer abuelo.El viento imponente rasgaba banderas,Era un seis de agosto.Sobre niebla al óleo, de un lienzo de América,Un fraile cantaba la misa primera.

Doce humildes chozas colgaban del cielo,Un cóndor en vuelo chocaba sus garras,Contra el andamiaje que sostiene al sol.El vino en el cáliz sabía a conquistaPues en ese instante el blanco BochicaRendía sus barbas al conquistador.

Estaban presentes aquella mañana,Un rubio tudesco, dos adelantados,El padre Las casas, corceles, soldados,Indios taciturnos, sabia de dos mundos,Una cruz de Cristo forjada en ToledoY un Pendón Real.

Para el indio era su minuto cero,Se le desflecaba su inmensa sabana, Se sentía exiliado, se sentía vencido,Se sentía alejado, por dentro escondía,Amargos remansos de melancolía.

Indios sin tambores, sin noches, sin días,Sombra fatigada a quien le robaronSu viejo camino.Sombra a esfumino, dolor sin palabras,Algo de su drama sin poder llorar.Indio sin destino, triste y convencido,De que el indio debe sufrir y callar.

Para qué seguía buscando futuroSi desde esa fecha seguía taciturno,Paciencia regada por toda la tierra.Para qué encendía su aceite a Bochica,Si ya los relámpagos de su sangre indígena,Serían alcabalas de un noble Virrey. Ya todo era inútil, la raza vencida,Sería afluente de una nueva vidaY sabia sumisa de una gran ciudad.

Sobre esas raíces de melancolía, Con aristocracia salvaje de orquídea,A nombre de España y de Calor VSería la arcilla el limo primero,Para que la mano de un dios alfarero,Trazara en las cumbres las coordenadas,De esta ciudad noble, de este nido de águilas,A la que el progreso llama Bogotá. Atenas de América, ciudad donde el almaSe siente tan cerca del verbo,Tan llena de espíritu, tan llena de luz,Que a veces pensamos que sólo una espada,Fonda caminera para que las vidasQue empuja la tierra suban a la cruz.

Primitivo cofre de los tiempos idos,Arcón de recuerdos, nostalgia del indio,Que en su burda firma, calado el sombrero,Casi rumiando su mansa agonía, No ensaya reproches, ni piensa, ni grita,Ni enferma su ocaso con desolaciones,Ni evita la muerte, ni quiere la vida.Silencio del chibcha que casi no habla,Porque va llevando su amargo pasado,Como fardo inútil lacrado a su espalda.

Indio sin futuro, indio silencioso,Displicente y triste, sin luz en los ojos,Sin sabia en el alma.

Indio que al mirarlo no nos dice nada,Pero que está hecho de ese barro cósmico,Del que hacen las alas, los dolores íntimos,Los grandes silencios y las lejanías Que se bebe el cóndor.

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Un gran equipo de trabajo

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El indio aún padece, el indio aún recuerda,La amarga conquista, sus tribus vencidas,Sus lanzas dormidas y el paso de hierro de los mariscales.El gesto del indio siempre será triste,Como el muñón triste de un viejo carrizo,Como los trapiches, como los crepúsculosComo los rescoldos de la soledad.

Siempre será el indio una cosa ajena,Ese alguien que esperaQue caiga la tarde sobre su bohío,Para ver los hijos y darles su penaPor no tener pan.

Un día cualquiera la luz se hizo chispa,El cuerpo del aire se volvió bandera, Los puños cerrados se alzaron al sol.El indio y el criollo quemaron su espera,Se quebró un florero, el hombre sin nombre,Se volvió de pronto grito comuneroLa sangre en las calles se empinó en antorchaLa independencia, catapulta y ola,Se convirtió en himno, clarín y tambor.

Nacieron las leyes, vino la República,En los campanarios oró la campana,La pila de bronce refrescó la plaza,Se abrieron caminos, levantaron casas,Florecieron mártires, clérigos, letrados,Insignes maestros, bohemios, soldados,Políticos llenos de patria y otros contra ella,Canarios y alcones.Los poetas locos, revolucionarios,Escribieron himnos, fuertes, incendiarios,Con pólvora negra sobre el corazón.

Por los cuatro puntos cardinales,Crecían trigales y cardaban lana,Para hacer la ruana que usaría Dios.

Reinas de belleza, frescas colegialas,Mansos misioneros de conciencia al sol,Líderes y músicos, mendigos descalsos, mártires, Bandidos, monjitas en claustros, balcones antiguos,Herrajes y espantos sentaron sus reales,Y en la altiplanicie creció Bogotá.

Heredad de todos, querencia de viejos,Nostalgia de ayer, Santafé de antaño,Con niebla en la frenteY fuego de héroes quemando la piel.Ciudad de patricios y de pensadores,

De verbo encendido, de rancias heráldicas,De calles trazadas sin usar cordel.Ciudad donde todas las amas de casa,Se ajustan al pelo la ilusión del cielo,Con raras peinetas hechas de carey.

Bogotá está vieja, Como golosina reparte su ayer.Leyendas de frailes y mulas herradas,De espantos nocturnos, custodias robadas,Tesoros ocultos, panoplias de plata,Escudos de piedra, rosarios de beatas,Poetas con luna, suspiros, caminos, virreyes,Collares de perlas en blancas gargantas,Bulas de pontífices, cadalsos sin alma,Y rabia en los ojos de toda mujer.

Junto al indio triste que cambalachaba, Por pepitas de oro, capachos de sal,Está el alfarero que hace la tinaja,El que vende pájaros, el que vende jaulas,El niño que juega con una manzana,El sindicalista que llama a la carga,Y el pintor que viste alma colonial.

Más de cuatro siglos lleva de fundada,Sobre niebla y gloria la bella ciudad.Cuatro siglos largos cuidando a sus hijos,Dándoles abrigo, ilusión, progreso,Dignidad y pan.Desde aquellos días de las doce chozas,Del adelantado y gran mariscal,Siempre ha sido hidalga,Siempre ha sido grata, siempre ha sido madre,Vigía y señora, de rancio abolengo,La ciudad recuerdo,A la que Felipe llamó Bogotá.

Deja que te cante Bogotá que avanzas,Pisando laureles a la eternidad,Deja que un poeta nacido en montaña,Te entregue lo bueno que queda en su almaY en su corazón.Perdona si el verso se enciende en tu nombreIgual que un cometa, pero es que al nombrarte,He sentido que bajo tu fría bufanda de nieblaTrazaron los indios el viejo camino Que llevan lo cinco sentidos A donde la vida de un puebloSe convierte en vuelo de superación.El frío del páramo me prestó sus alasPara que estos versos fueran oración.

"La Ciudad Recuerdo”Frío de cruz verde mordió la sabanaEn la madrugada del primer abuelo.Gonzalo Jiménez, bronce de GranadaClavó junto al Funza, con mano segura,Con talante hispano y viril nostalgia, Su atávico ancestro, de señor, de hidalgo,De castiza estampa y de aventurero.

El Zipa vencido por la fe cristiana,Comprendió que ya era su dominio ajeno,Que el viento del páramo gemía de rabia,Que sus viejos dioses quedaban sin cielo,Que ya se agrietaba su fresca tinaja, Que eran obsoletos sus bravos guerreros.Sus pieles de puma, su negra macana,Sus plegarias simples al sol y la luna.Su carcaj de guadua, sus flechas devueltas al arco,Y el camino largo que venía de Facatrayendo a la espalda, Leyendas doradas de aquella laguna.

Sin abrir los labios el chibcha esprimía,En trapiche de alma su melancolía. Y dentro muy dentro, en donde decíanQue el tiempo le daba cuerda al corazón,El Zipa sentía hundirse su vida,En un zumo amargo como de limón.

Frío de cruz verde mordió la sabanaEn la madrugada del primer abuelo.El viento imponente rasgaba banderas,Era un seis de agosto.Sobre niebla al óleo, de un lienzo de América,Un fraile cantaba la misa primera.

Doce humildes chozas colgaban del cielo,Un cóndor en vuelo chocaba sus garras,Contra el andamiaje que sostiene al sol.El vino en el cáliz sabía a conquistaPues en ese instante el blanco BochicaRendía sus barbas al conquistador.

Estaban presentes aquella mañana,Un rubio tudesco, dos adelantados,El padre Las casas, corceles, soldados,Indios taciturnos, sabia de dos mundos,Una cruz de Cristo forjada en ToledoY un Pendón Real.

Para el indio era su minuto cero,Se le desflecaba su inmensa sabana, Se sentía exiliado, se sentía vencido,Se sentía alejado, por dentro escondía,Amargos remansos de melancolía.

Indios sin tambores, sin noches, sin días,Sombra fatigada a quien le robaronSu viejo camino.Sombra a esfumino, dolor sin palabras,Algo de su drama sin poder llorar.Indio sin destino, triste y convencido,De que el indio debe sufrir y callar.

Para qué seguía buscando futuroSi desde esa fecha seguía taciturno,Paciencia regada por toda la tierra.Para qué encendía su aceite a Bochica,Si ya los relámpagos de su sangre indígena,Serían alcabalas de un noble Virrey. Ya todo era inútil, la raza vencida,Sería afluente de una nueva vidaY sabia sumisa de una gran ciudad.

Sobre esas raíces de melancolía, Con aristocracia salvaje de orquídea,A nombre de España y de Calor VSería la arcilla el limo primero,Para que la mano de un dios alfarero,Trazara en las cumbres las coordenadas,De esta ciudad noble, de este nido de águilas,A la que el progreso llama Bogotá. Atenas de América, ciudad donde el almaSe siente tan cerca del verbo,Tan llena de espíritu, tan llena de luz,Que a veces pensamos que sólo una espada,Fonda caminera para que las vidasQue empuja la tierra suban a la cruz.

Primitivo cofre de los tiempos idos,Arcón de recuerdos, nostalgia del indio,Que en su burda firma, calado el sombrero,Casi rumiando su mansa agonía, No ensaya reproches, ni piensa, ni grita,Ni enferma su ocaso con desolaciones,Ni evita la muerte, ni quiere la vida.Silencio del chibcha que casi no habla,Porque va llevando su amargo pasado,Como fardo inútil lacrado a su espalda.

Indio sin futuro, indio silencioso,Displicente y triste, sin luz en los ojos,Sin sabia en el alma.

Indio que al mirarlo no nos dice nada,Pero que está hecho de ese barro cósmico,Del que hacen las alas, los dolores íntimos,Los grandes silencios y las lejanías Que se bebe el cóndor.

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Un gran equipo de trabajo

Page 70: BUENA CIUDADANIA

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VISIÓNLa Corporación tiene como visión la formación integral del ciudadano para el servicio de su comunidad. Contribuir a la formación integral de hombres y mujeres comprometidos, y capaces de incidir en la construcción de una sociedad más equitativa y justa, basados en los principios democráticos y pluralistas de la Constitución Política de Colombia, mediante el desarrollo de estrategias organizacionales y empresariales de carácter educativo y formativo

OBJETIVOSContribuir a la educación y formación política del ciu-dadano.

Servir de interlocutor entre la ciudadanía y las dife-rentes instancias estatales y privadas para la defensa de los intereses colectivos y comunitarios

Propugnar por la libertad de enseñanza, el libre pensa-miento y la actitud critica constructiva del ciudadano frente a la Nación y sus gobernantes , de acuerdo con las normas consagradas en la Constitución.

Ser vocero de la comunidad en aspectos que compro-metan derechos individuales y colectivos.

Conocer, difundir y aplicar las normas constitucionales y legales para la garantía de los derechos fundamentales y mecanismos y acciones para su protección.

Liderar y apoyar acciones de la comunidad para pro-teger derechos colectivos vulnerados o en peligro de vulneración por autoridades públicas o privadas.

Apoyar los eventos académicos, foros y discusiones ideológicas que contribuyan a la formación ciudadana.

Desarrollar talleres, seminarios, diplomados, confe-rencias magistrales y en fin toda serie de actividades académicas que permitan la educación y formación del ciudadano.

El fortalecimiento de la democracia.

La edición de Libros y Revistas.

Ungran

equipode trabajo

VersiónIMPRESA

Versión

en internetDIGITAL

Obra del pintor OMAR PRIETO, de la serie “MOVIMIENTOS ESPACIALES”, Oleo sobre tela, 2009

Marzo, Abril, Mayo de 2010 - Año 1 - Número 2

ISSN 2145-5686 - Bucaramanga - Colombia

¿Que significa?

¿Estael laicismo

en contra de

la religión?

Religión

y Política

Más que

un concepto

Laicismo

Laicismo

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VISIÓNLa Corporación tiene como visión la formación integral del ciudadano para el servicio de su comunidad. Contribuir a la formación integral de hombres y mujeres comprometidos, y capaces de incidir en la construcción de una sociedad más equitativa y justa, basados en los principios democráticos y pluralistas de la Constitución Política de Colombia, mediante el desarrollo de estrategias organizacionales y empresariales de carácter educativo y formativo

OBJETIVOSContribuir a la educación y formación política del ciu-dadano.

Servir de interlocutor entre la ciudadanía y las dife-rentes instancias estatales y privadas para la defensa de los intereses colectivos y comunitarios

Propugnar por la libertad de enseñanza, el libre pensa-miento y la actitud critica constructiva del ciudadano frente a la Nación y sus gobernantes , de acuerdo con las normas consagradas en la Constitución.

Ser vocero de la comunidad en aspectos que compro-metan derechos individuales y colectivos.

Conocer, difundir y aplicar las normas constitucionales y legales para la garantía de los derechos fundamentales y mecanismos y acciones para su protección.

Liderar y apoyar acciones de la comunidad para pro-teger derechos colectivos vulnerados o en peligro de vulneración por autoridades públicas o privadas.

Apoyar los eventos académicos, foros y discusiones ideológicas que contribuyan a la formación ciudadana.

Desarrollar talleres, seminarios, diplomados, confe-rencias magistrales y en fin toda serie de actividades académicas que permitan la educación y formación del ciudadano.

El fortalecimiento de la democracia.

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